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LO IMPOSIBLE, POSIBLE

Tom era un adolescente de 15 años que nació sin sus


extremidades, era la única dificultad que tenía, destacaba
entre todos sus compañeros de clases porque él era muy
inteligente, en matemáticas, lenguaje, ciencia y en historia,
era el más querido de todos los profesores.

Tom quería practicar algún deporte, así que primero decidió


por participar en el club de natación, pero profesores tenía
mucho miedo, de que se pueda ahogar o lastimar, no
entendían porque quería estar en el club de natación. El
profesor le pregunto:

Tom. ¿Porque quieres estar en el club de natación? Puede ser


muy peligroso para ti.

A lo que Tom respondió:

Profesor, solo quiero ser un chico normal, le contesto con la mirada fija y seguro de sí mismo, el
profesor asentó con la cabeza, aceptándole a Tom a participar del club de natación, no soporto
la conmoción de las palabras de Tom, así que lloro a un rincón.

Tom comenzó a practicar natación junto a su profesor, que se encargó de enseñarle las
posturas necesarias para poder flotar y nadar, el profesor busco información para poder
explicarle correctamente a Tom debido a sus dificultades. Al comiendo de las sesiones era algo
complicado, pero el profesor nunca se rindió, siempre recordó las palabras que le dijo Tom.

Después de varios meses, Tom supo nadar y sus compañeros se sorprendieron, porque no
parecía que tuviera alguna dificultad, y le trataron como tal, como una persona normal. En
cada clase, de natación, el profesor al ver que sus demás alumnos, se iban del club porque no
aprendían, y no tenían la paciencia de dejarse enseñar; el profesor les hacía recordar, que el
único motivo por el cual no podemos hacer cualquier cosa u otra actividad que tengamos en la
vida, era uno mismo. Decía que nosotros mismo nos limitamos hacer lo imposible, posible.

Tom escucho estas palabras del su profesor, y siempre la tenía presente; pasaron varios años, y
Tom termino la secundaria, pensó en no querer irse, pero sabia que debía de seguir su camino.
Se despidió de su profesor, con un fuerte abrazo y agradeciéndole por nunca rendirse con él.
Tom le dijo a su profesor

Le agradezco por luchar junto a mí.

FIN.

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