Reserva de Biósfera de las

YUNGAS
Paisajes y pueblos de montaña del NOA

Fotografías: José Luis Rodríguez

Textos: Alejandro Brown
Índice

7 Prólogo por Carlos Herminio Blaquier

9 Crónica de mis viajes por las Yungas por José Luis Rodríguez

15 ¿Por qué las Yungas? por Alejandro D. Brown

17 Las Yungas. Bienes y servicios de la naturaleza para el Noroeste Argentino

25 La reserva de biosfera de las Yungas: una apuesta al desarrollo sustentable

41 Pueblos en el bosque nublado

67 Los valles jujeños: el frente gaucho de la independencia nacional

79 Caminos de trashumancia e intercambios milenarios

103 Un camino incaico que une Humahuaca con las yungas

247 La ruta de la diversidad: una recorrida por el tórrido pedemonte de las RB Yungas

261 Paisaje Productivo Protegido: vinculando la producción

con la preservación de la naturaleza

263 Producir y vivir en la “Ruta de la diversidad”

267 Canto a las Yungas

286 Los autores

287 Agradecimientos y referencias bibliográficas

Prólogo
Por Carlos Herminio Blaquier
Presidente
Ledesma SAAI
L a Argentina tiene rincones y paisajes únicos y muy diver-
sos. En el Noroeste argentino, a lo largo del pasillo jujeño
que bordea las primeras elevaciones de los Andes y la Que-
brada de Humahuaca, se asientan las Yungas. Un pulmón
verde y selvático en el que habita la mitad de la biodiversi-
dad de nuestro país: yaguaretés, pecaríes, tapires, ocelotes,
mayuatos, tucanes, corzuelas y decenas de especies que
nos enorgullecen a todos los ledesmenses.
La palabra “yungas”, para el habitante de la gran ciudad,
denota aún cierto misterio, una lejanía que promete pero
se mantiene distante. La realidad es que las yungas abrazan
al que las visita, y protegen al que las habita. Solo hay que
conocerlas y entablar una relación cotidiana con ellas para
que nos cuenten sus historias.
La empresa Ledesma nació y creció en las yungas. Ellas son
nuestra casa, nuestro hogar. Albergo en mi memoria, de
hecho, gratas escenas de mi infancia y adolescencia junto a
la familia en esas extensiones de verde infinito.
En las Yungas, Ledesma convive con pequeñas comunida-
des, como un eslabón más, y cuida su fauna y su flora. Nues-
tra meta constante es generar la mejor vecindad posible
con ese ecosistema tan rico que nos rodea y ese patrimonio
cultural que nos nutre.
El hombre ha tenido un impacto fuerte sobre la naturaleza a
lo largo de su convivencia con ella. En los últimos tiempos,
hemos tomado real conciencia de la necesidad de preservar
los tesoros naturales del mundo, lo que a la vez nos preserva
a nosotros. En Jujuy, las Yungas nos interpelan y debemos
estar a la altura del desafío. Por eso Ledesma decidió hace
ya 10 años cuidar 100.000 hectáreas de bosques nativos para
que las generaciones futuras pudieran disfrutarlas y, a su vez,
renovar el compromiso con ellas.
Creemos en la sana coexistencia de producción y preser-
vación, porque la una no se entiende sin la otra: ambas son
parte de un círculo virtuoso que crea sus materias primas y
genera los recursos que también se destinan a la conserva-
ción de los bosques. Cuando cuidamos a las yungas, ellas
nos cuidan a nosotros.
Nos llena de alegría apoyar esta iniciativa de José Luis Ro-
dríguez, que con su obra llena un vacío en la biblioteca de
la fotografía argentina y contribuye a difundir la belleza de
estas yungas que nos contemplan. Conocerlas mejor es
quererlas y abrazarlas.
Yungas 7
Cronicas de mis viajes por las Yungas
Por José Luis Rodríguez
T odo comenzó cuando la empresa Ledesma, en 2005,
me convocó para realizar un banco de imágenes sobre
todas las instalaciones del ingenio y en 2010 el relevamiento
fotográfico de las Yungas y sus comunidades, en Jujuy. En
esa ocasión hice algunas tímidas visitas al Parque Nacional
Calilegua, hasta el primer mirador del camino que lo atra-
viesa. “Seguir más adelante es muy difícil y peligroso”, me
advertían con exagerado cuidado.
Tiempo después nos aventuramos más allá del famoso mi-
rador junto al equipo de trabajo de Ledesma.
Iniciamos algunos recorridos en compañía del mejor co-
nocedor del territorio: Alejandro Brown. Él nos alentó a
seguir adelante, y avanzamos más y más. Así en nuestro
camino apareció San Francisco, aquel pueblo que no
comprendí en un primer momento y al que pronto le tuve
especial afecto.
En 2012, el año de la gran sequía y fuertes heladas, pudimos
hacer un vuelo fotográfico largamente proyectado y de-
seado. Un talentoso y experimentado piloto nos subió casi
perpendicularmente al Cerro Hermoso. A partir de allí todo
fue como una montaña rusa; vuelos rasantes por los cerros.
Fuertes vientos que aparecían al superar las cimas de las lade-
ras hamacaban al pequeño avión ¡al que yo le había sacado
la puerta para poder trabajar más cómodo! Casi podía tocar
la montaña, si estiraba el brazo. Y allí abajo, extendidos en un
paisaje fantástico, avistamos el Alto Calilegua, San Francisco,
Pampichuela, Valle Grande, Valle Colorado. Lugares que lue-
go pude conocer recorriendo en camioneta lo que ya había
visto desde el aire.
¡Qué decepción cuando vi las imágenes donde
predominaba el color marrón! La gran sequía y las fuertes
heladas habían hecho su obra. Pero la decisión de pasar
todo a blanco y negro me sorprendió gratamente: lindas
fotos monocromo, que se convirtieron en la primera mues-
tra fotográfica en el Centro de Visitantes de Ledesma. El tí-
tulo fue “Las Yungas”.
Mis primeros viajes fueron breves: dos o tres días, algunas
veces al año. Ahora… sólo saco pasaje de ida.
En un viaje frustrado por las lluvias, y casi llegando a Valle
Colorado, regresamos al Parque Nacional Calilegua para
fotografiar la llamada nuboselva. ¡Eso sí era lo que está-
bamos buscando! Esta vez la encontramos y conseguimos
muy buenas imágenes. Aquella noche, charlando y re-
creando detalles de nuestra aventura, nació este proyecto
para concretar un sueño: todas estas fotos terminarían al-
gún día en un libro.
Con esta serie de imágenes se generó la segunda muestra:
“Horizontes”, que formaba parte del programa del Festival
de la Luz, también en el Centro de Visitantes de Ledesma.
Comenzamos nuevas travesías a pie, y pasamos por varios
pueblos entre Humahuaca y Calilegua.
Con un curioso y arriesgado grupo, en una destartalada Trafic,
partimos desde Humahuaca rumbo a Santa Ana. Pasamos
por el Hornocal, Ciancio, Aparzo, Palca de Aparzo, y subien-
do hasta el Abra del Zenta llegamos a Santa Ana, donde lue-
go de una breve recorrida por el pueblo hicimos noche en
la única posada del lugar. Por la mañana, partimos por el
sendero que va a Valle Colorado y al comenzar el famoso
Yungas 9
 Camino del Inca, ya en bajada, comenzamos una caminata
de varias horas por un maravilloso y antiguo camino de he-
rradura, con unos paisajes increíbles.
Por la tarde, llegamos a Valle Colorado. El plan era des-
cansar y recobrar fuerzas para el día siguiente. En las pri-
meras horas de la mañana salimos para Valle Grande, a
pie, por el sendero que acompaña el río del mismo nom-
bre. Ya en el pueblo y con el cansancio ocasionado por
semejante caminata, tomamos el colectivo que recorre
la ruta 83 hasta San Francisco. Allí nos esperaban nuestros
habituales anfitriones de las Yungas con todo listo para
pasar la noche. Sentí que ya había llegado a casa.
Otra gran historia fue la primera travesía al Alto Calilegua.
Encaramos la subida con innumerables recomendaciones
que insistentemente nos alertaban sobre lo riesgoso de
ese recorrido. Luego de largas y extenuantes doce horas,
por fin llegamos. Como no podía dejar de captar la be-
lleza del atardecer, tomé algunas fotos hasta que llegó la
noche. Una noche que nos ofreció un cielo tachonado de
estrellas sólo comparable al que había visto navegando en
mar abierto. Poco después de que nos fuimos a dormir, co-
menzó a soplar un fuerte ventarrón, tan intenso que mo-
vía el techo de la posada. En la mañana, cuando salimos
del cuarto, parado al borde de la montaña, vi un inmenso
colchón de nubes a mis pies, al alcance de mi mano, y un
cielo azul increíble. Corrí a tomar mi cámara, tenía que fo-
tografiarlo. Para eso había ido.
Después del desayuno partimos nuevamente de regreso
a San Francisco; aquí también hicimos casi todo el re-
corrido a pie. De pronto, en lo más alto de la montaña, a
escasos metros, vimos un ave descomunal. Un cóndor que
planeaba muy cerca y hacia el lente de mi cámara. Una
situación difícil. ¡Qué regalo para un fotógrafo: el colchón
de nubes, tres arcoiris, el cóndor! “¿Qué más querés pe-
dir?”, me decían.

10 Yungas 11
 Sí. ¿Qué más podría pedir?
Todos festejaban mi esfuerzo por la larga caminata. Pero
duró poco, porque en la primera pendiente, entrando en la
nube, patiné y me caí; fractura de peroné. Mi vuelta a San
Francisco fue a caballo y varias horas de viaje en camioneta
a Ledesma. Con una pierna enyesada, al día siguiente via-
jaría a Buenos Aires, donde me encontraría con un “¡Te lo
dije!”. Eso me ponía un poco nervioso.
Con una buena selección de estos trabajos, la empresa Le-
desma me dio una gran sorpresa organizando una impor-
tante exposición simultánea en el Salón Dorado del Teatro
Colón, la Plaza Vaticano y la Plaza Lavalle de Buenos Aires. La
muestra se denominaba “Jujuy, de la Puna a la Selva”. Las fo-
tografías estuvieron expuestas durante cuatro meses, y per-
mitieron que varios miles de habitantes de la Capital Federal
pudieran tener una idea sobre las Yungas.
Un tiempo después, en otro viaje a Ledesma, me comu-
nicaron que subíamos otra vez al Alto Calilegua. ¡Un lujo!
Esta vez estuvimos más días allí arriba. Pernoctamos en la
escuela en la que había unas camas para los visitantes. Este
viaje fue en verano, y por lo tanto el paisaje tenía otros co-
lores. Lo que antes había sido ocre, amarillo, marrón y rojo,
ahora era todo verde. Eran los pastizales de altura, que cre-
cen en la temporada de lluvias. Pastura para el ganado que
los pobladores hacen subir. El verde y los animales, por aquí
y por allá.
Con muchísimo más cuidado que en el viaje anterior, volvi-
mos sanos y salvos a Ledesma. Cosas que creía imposibles se
12
hicieron realidad. Fui dos veces a Alto Calilegua. Otro sueño
cumplido.
Con la intención de incorporar una mayor extensión de te-
rritorios de las Yungas a este libro, con Alejandro Brown de-
cidimos realizar un recorrido vertiginoso desde Orán (330
msnm), pasando por San Andrés (1.800 msnm) y siguiendo
por la pista del Gasoducto Nor Andino, trepando ese in-
creíble tobogán natural hasta llegar al Abra del Zenta (4.600
msnm) subiendo unos 4.300 msnm en 90 kilómetros.
El plan era transitar un fantástico y zigzagueante camino
que yo había visto solo en Google Earth. Moría de cu-
riosidad por llegar hasta Caspalá. Para completar la idea,
meses después decidimos pasar a Bolivia para entrar nue-
vamente a Argentina y encontrarnos en la Reserva Nacio-
nal El Nogalar de Los Toldos y el Parque Nacional Baritú.
También pudimos recorrer las lindísimas lagunas del Parque
Provincial Potrero de Yala y la zona de Ocloyas.
Con todos estos viajes he logrado fotografiar gran parte de
la Reserva de Biosfera de Las Yungas del Noroeste Argenti-
no. 1,3 millones de hectáreas de selvas, bosques, pastizales y
cultivos que hoy son parte de ese grupo selecto de lugares
en el mundo: las “Reservas de Biosfera”.
Pasaron unos seis años del inicio de aquella tarea. Incon-
tables viajes al norte, fotografiando la majestuosidad de su
paisaje, y conociendo personas maravillosas. A todos les es-
taré siempre agradecido por el apoyo y el afecto que me
brindaron. Son ellos, como dice un buen amigo, “mis seres En noviembre de 2014, Ledesma inauguró la muestra fotográfica “Jujuy: de la puna a la selva”, que
queridos del Norte”. incluía imágenes en el Salón Dorado del Teatro Colón y en la plaza Lavalle, y proyecciones en la
pantalla gigante de la plaza Vaticano anexa al teatro. Las imágenes que componían la muestra
fueron obtenidas en diferentes travesías que realicé desde el pueblo de Humahuaca, en la Quebrada
del mismo nombre, hasta Calilegua y Alto Calilegua, cruzando la selva subtropical del este jujeño.
Yungas 13
¿Por qué las Yungas?
Por Alejandro Diego Brown
E studié Biología en la Universidad Nacional de La Plata
y me doctoré allí. Basé mi tesis doctoral en el estudio
de la ecología de una especie de mono de las Yungas y
su interacción con los recursos alimentarios en el Parque
Nacional El Rey, en la Provincia de Salta. Esta tesis me
permitió conocer y gestar un vínculo muy profundo con
ese hábitat selvático. Cuanto más estudiaba y comprendía el
fuerte vínculo entre comportamiento animal y ecología del
hábitat, mas éstos primates eran cercados por el crecimiento
de la superficie cultivada, por la presión de los cazadores y
por los incendios forestales. Este período fue muy importante
para comenzar a realizar una serie de estudios ecológicos
inéditos para las selvas subtropicales del NOA. Los estudios
representaron el período del involucramiento profundo con
la selva en lo personal y en lo laboral. Luego tuve la posibilidad
de participar en acciones importantes de preservación
como la creación de la Reserva Nacional El Nogalar de los
Toldos (3.500 ha) y el Parque Provincial Pintascayo (13.000
ha), ambos en la Provincia de Salta, que se transformaron
en “zonas núcleos” de la Reserva de la Biosfera de las Yungas
(RBYungas) sobre 1,3 millón de hectáreas.
En el año 1989, surgió en el NOA un conflicto ambiental de
gran envergadura por la construcción del Gasoducto Nor
Andino, producto de inversiones privadas, con el fin de
exportar gas a Chile. Este conflicto tuvo por epicentro a las
Yungas y fue una oportunidad para poner el conocimiento
técnico adquirido para resolver adecuadamente un problema
ambiental. El gasoducto se construyó con importantes
estándares ambientales, y de las negociaciones surgieron
las dos áreas protegidas mencionadas anteriormente y la
RBYungas, que fue producto del posicionamiento mediático
y político de las Yungas. Este conflicto marcó la necesidad
de buscar caminos de encuentro entre los distintos sectores
sociales que hacen al manejo de territorios de alta valoración
ambiental (gobiernos, empresarios, líderes de comunidades
ruralesy organizaciones de la sociedad civil).
Una apuesta importante es lograr el reconocimiento y
el apoyo del sector empresarial argentino en la gestión y
conservación de territorios de alta valoración ambiental. Para
ello, y con el apoyo y compromiso profundo de la empresa
Ledesma, desarrollamos el concepto de “Paisaje Productivo
Protegido” (PPP), a través del cual pretendemos que el sector
privado se sienta parte de la solución de los problemas
ambientales, particularmente en lo referente a la protección
de la biodiversidad en áreas silvestres privadas.
El encuentro con el “Pumita” Rodríguez, autor de las fotos
que le dieron vida a este libro, nos permitió identificar
los grandes temas de las Yungas y plasmarlo en hermosas
imágenes que sin duda contribuirán significativamente a
que cada vez más gente se interese y conozca las Yungas. Un
ambiente que desborda biodiversidad y que es zona de vida
y producción para muchas comunidades. Sin las Yungas, el
noroeste de Argentina habría perdido la oportunidad de
sus tremendos contrastes entre desiertos y selvas, y nunca
habría tenido su cara verde, motor principal de su economía
y de su potencial productivo.
Yungas 15
Las Yungas. Bienes y servicios de la naturaleza
para el Noroeste Argentino
L as Yungas o Selvas Subtropicales de Montaña, también
denominadas como “Selva tucumano-boliviana”, cons-
tituyen un manto verde que cubre las laderas orientales de
las montañas del Noroeste Argentino. Un claro y perdura-
ble contraste entre los desiertos altiplánicos de la Puna y la
Quebrada de Humahuaca, un ambiente tenebroso y hostil
que dio alimento, herramientas e insumos al hombre y ge-
neró mitos durante miles de años.
Son nada más y nada menos que tres millones de hectá-
reas que en Argentina van desde Catamarca hasta la fron-
tera con Bolivia, y continúan más allá hasta Colombia y
Venezuela. En el Noroeste Argentino se encuentran en las
laderas húmedas de Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy for-
mando una cobertura verde que hace que a Tucumán se
lo llame el “Jardín de la República” y mucho antes el “Jardín
de la Confederación”. Un manto verde que deslumbró a los
naturalistas y viajeros que llegaban a esa región luego de
atravesar los desiertos altiplánicos, si venían del Alto Perú,
o las llanuras desérticas chaqueñas si provenían de Buenos
Aires. Luego de semanas de largas y polvorientas jornadas
se topaban de repente con el verde intenso y deslumbrante
de las Yungas.
En Argentina, las selvas subtropicales se encuentran en Mi-
siones, muy conocidas por las Cataratas del Iguazú, y en el
noroeste. En conjunto representan cerca del 2% de la su-
perficie del país, pero son el hábitat de más del 50% de sus
plantas y animales. Una región comparativamente peque-
ña, pero inmensamente rica en biodiversidad. Ahí radica su
valor: muchas de sus especies arbóreas valiosas y sus princi-
pales especies de mamíferos y aves están en peligro.
Las Yungas se desarrollan entre los 500 metros sobre el nivel
del mar hasta el límite de la vegetación boscosa entre 2.000
y 2.500 metros sobre el nivel del mar. En semejante rango
de altura, el aspecto y las especies cambian gradualmente.
La Selva Pedemontana (500-700 msnm), con árboles altos
y esbeltos que pierden el follaje durante la marcada épo-
ca seca, es la zona más calurosa y menos húmeda. Luego
viene la Selva Montana, la más exuberante, con enormes
árboles cubiertos de lianas y epífitos. Es donde ocurren las
precipitaciones más intensas y donde los árboles mantie-
nen su follaje durante gran parte del año. Finalmente, el
Bosque Montano, que representa el “Bosque Nublado” por
excelencia, con sus árboles mas tortuosos, cubiertos pro-
fusamente de musgos y helechos epífitos. Es donde reina
la neblina, las lloviznas e incluso frecuentemente nevadas
invernales.
Por encima de las formaciones boscosas, más allá de los
2500-3000 msnm el bosque cede lugar a los “Pastizales de
Neblina”, una formación herbácea muy diversa, donde
las neblinas y las bajas temperaturas regulan su fisonomía.
Conceptualmente se incluyen dentro de la Ecorregión de
las Yungas y suman unos dos millones de hectáreas más a la
ecorregión. Es aquí donde nacen las vertientes y los arroyos
que luego incrementarán significativamente sus caudales al
Yungas 17
Las Yungas representan uno de los
sistemas naturales más diversos de
la Argentina: en menos del 2% del
territorio nacional habitan cerca
del 50% de las plantas y animales
del país.

Yungas 19
 En estos bosques coexisten más de 500
especies de aves, 200 especies de ár-
boles, unas 80 variedades de helechos,
más de 100 especies de mamíferos y 30
especies de anfibios.

20 Yungas 21
 REPÚBLICA DE BOLIVIA

pasar por la selva. Estos pastizales son utilizados mayormen-
te para el pastoreo tradicional del ganado de las comuni-
Reserva Nacional
El Nogalar de Los Toldos Los Toldos dades aborígenes y campesinas, tanto de aquellas que ha-
bitan en las Yungas como de las que habitan en la vertiente
oriental, “trastornando” las montañas.
Baritú
Además de la biodiversidad, las Yungas son de gran impor-
tancia por sus servicios ambientales, tales como la protec-
Parque Nacional ción a la erosión de sus empinadas laderas y la provisión de
Baritú agua en abundancia y calidad, para bebida humana y para
riego y funcionamiento de la agroindustria. Más de 500.000
hectáreas de cultivos, y más de dos millones de personas
dependen de las Yungas.
Las Yungas aseguran la provisión de agua durante todo el
PROVINCIA DE
año a pesar de que las lluvias, de las que dependen los cau-
JUJUY dales de sus ríos, sólo ocurren entre noviembre y abril. A ello
ayudan también las neblinas (también denominadas como
Aparzo
San Andrés “precipitación horizontal”) que cubren y penetran dentro
Palca de Aparzo
Orán de la selva, dando un fantasmagórico y húmedo aspecto.
Ciancio Abra del Zenta
Humahuaca
Esta neblina es “atrapada” por la enmarañada estructura de
la selva, con sus ramas cubiertas de musgos, sus epífitas y
Hornocal
Santa Ana lianas. La vegetación atrapa las gotas y las hace precipitar,
Caspalá lo que contribuye a mantener los arroyos con agua durante
Valle Colorado
la “época seca”. De ahí su nombre de “nuboselva” o “bos-
Valle Grande
que nublado”, como muchas veces se la identifica. Sin estas
selvas, esta neblina no tendría el efecto benéfico que tiene
y las lluvias torrenciales estivales arrasarían todo a su paso.
La estabilidad socioproductiva, y el mantenimiento de la in-
fraestructura en el Noroeste Argentino, dependen de que
sepamos conservar a las Yungas vigorosas y exuberantes
para siempre.
La agroindustria reconoció muy tempranamente la impor-
tancia de conservar las cuencas hídricas, y por ello un rosa-
rio de reservas nacionales y provinciales existen a lo largo
de los 600 km de longitud, desde el Norte hasta el Sur. Más
de 250.000 hectáreas se encuentran protegidas y ocupan
cerca del 10% de la superficie de Yungas. Sin embargo, una
superficie adicional importante, sin protección formal, se
encuentra en buen estado de conservación en manos pri-
vadas y comunitarias, particularmente aquellas que ocupan
laderas escarpadas y muy húmedas de difícil acceso. No es
así la suerte de las Selvas Pedemontanas, que ocupan las
partes bajas de escasa pendiente, mayor accesibilidad y cer-
ca de los núcleos poblados, que se encuentran transforma-
das en áreas de cultivo o degradadas por sobreexplotación
forestal e incendios recurrentes.

Pampichuela Alto Calilegua

Tilcara
San Francisco PROVINCIA DE

Purmamarca
Parque Nacional
Calilegua SALTA
Calilegua
Libertador General
San Martín
Ocloyas
Parque Provincial
Potrero de Yala
Ubicación de las localidades y parajes
San Salvador mencionados y fotografiados por el autor.
de Jujuy

Yungas 23
La reserva de biosfera de las Yungas:
una apuesta al desarrollo sustentable
L as Reservas de Biosfera (RB) son espacios territoriales re-
conocidos por la UNESCO (Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) por su im-
portancia ambiental y social sobresaliente. Existen más de 600
RB en el mundo, sitios que son más estudiados, observados y
visitados que otros.
Las RB surgieron con la idea de generar modelos que vincu-
laran activamente las distintas necesidades humanas asocia-
das a la producción, la calidad de vida, la promoción social
y la protección de la naturaleza. Es por ello que las RB están
dentro del Programa “Hombre y Biosfera”, es decir que las
necesidades humanas y su sustentabilidad están en el centro
de la escena.
Una porción importante de las Yungas (1,3 millón de hec-
táreas) fueron declaradas como Reserva de Biosfera por la
UNESCO en el año 2002 y denominada “Reserva de Biosfera
de las Yungas” (RBYungas). Representa el sector de mayor su-
perficie de selvas y bosques continuos, en mejor estado de
conservación, con cuencas de importancia para el desarro-
llo regional y donde aún persiste una importante población
aborigen y campesina que depende de las Yungas en su vida
cotidiana.
El estudio previo fue realizado por un grupo de técnicos de
organismos nacionales (Administración de Parques Naciona-
les), provinciales (Secretarías de Ambiente de Salta y Jujuy),
universidades regionales y organizaciones de la sociedad
civil, entre ellas la Fundación ProYungas. Las dos provincias,
conjuntamente con la Nación, presentaron la propuesta en
mayo de 2002, que fue aprobada en noviembre del mismo
año por la UNESCO.
La creación de la RBYungas estuvo asociada a una serie de
conflictos socioambientales generados en la zona, ligados al
uso de los recursos y el desarrollo de infraestructura. Estos
conflictos pusieron de relieve la importancia de las Yungas,
ecosistema prácticamente desconocido para los argenti-
nos hasta ese momento. La mayor exposición de la región,
su consideración como Reserva de Biosfera y las notables
diferencias con otras regiones aledañas (Puna, Quebrada y
Chaco) desencadenaron un sentimiento de valoración so-
cial y pertenencia regional. Los municipios pasaron a ser los
“Municipios de las Yungas”, los carnavales locales empezaron
a denominarse “carnavales de las Yungas” y las producciones
comenzaron a ser identificadas y reconocidas por la proce-
dencia territorial (PRODUCTOYUNGAS).
La inclusión de este territorio como Reserva de Biosfera im-
plicó en la práctica más control gubernamental y social sobre
el uso de los recursos naturales en este territorio, el desarrollo
de programas de apoyo a la producción y comercialización
de productos tradicionales y comunitarios, y el avance sobre
buenas prácticas productivas, particularmente en lo referen-
te a acciones de preservación de la biodiversidad.
Muchos son los desafíos y las necesidades regionales para
mejorar e incrementar la producción y la inclusión social. Es
imperioso fortalecer la alianza territorial entre quienes pro-
ducen y viven en la RBYungas.
Yungas 25
El Parque Nacional Calilegua es el área protegida más representativa y visitada de la ecorregión de Las Yungas. En la actualidad, estos bosques están considerados como uno de los sistemas naturales más frágiles a la intervención humana, y su preservación es una prioridad internacional.

26 Yungas 27
La ruta provincial 83 atraviesa el Parque Nacional Calilegua y conduce a los pueblos de San Francisco, Pampichuela, Valle Grande y Valle Colorado.

Yungas 29
 Los Bosques Nublados, también conocidos como Nuboselvas o Bosques Andinos Yungueños, ocupan la
ladera este de las cadenas montañosas de los Andes desde Colombia hasta el Noroeste Argentino.

30
Yungas 33
Durante la estación seca (mayo
a octubre), las neblinas o lluvia
horizontal representan el único
aporte significativo de agua que
recibe la región.
Los Bosques Nublados se caracterizan por la gran variedad biológica que albergan, así como por regular los importantes caudales hídricos de los ríos que los atraviesan. El nombre de estos bosques proviene del hecho de estar cubiertos por nubes y neblinas durante gran parte del año.

36 Yungas 37
El Jordán es un típico río de Yungas; en la época seca mantiene un caudal mínimo
gracias a las neblinas y se carga de agua durante el verano con las abundantes lluvias.

Yungas 39
Pueblos en el bosque nublado
E l Municipio de Los Toldos (1.600 msnm) es un enclave
argentino al que sólo se llega en vehículo por Bolivia y
perteneció a este país hasta hace pocas décadas (1940 apro-
ximadamente). Sus habitantes poseen un vínculo de paren-
tesco y forma de vida con las comunidades bolivianas ale-
dañas. Sus construcciones, su idiosincrasia, su cultura, están
intensamente entrelazadas con sus vecinos transfronterizos.
La comunidad de Los Toldos representa una cultura campe-
sina tradicional dedicada a la ganadería de trashumancia y
la agricultura en las montañas y fondos de valle. Allí cultivan
principalmente maíz y papa, pero también maní, ajíes, bata-
ta, cayote y yacón. En las últimas décadas incrementaron sus
cultivos de cítricos (naranjas, pomelos, limas) y plantacio-
nes forestales de rápido crecimiento para madera, postes y
vigas, entre otros productos.
La agricultura se rige por los principios climáticos naturales:
en la época seca se desmonta, en la primavera se siembra
y en el verano se cosecha. Si las lluvias se atrasan sólo les
queda rogar a Dios para que llueva y Dios siempre cumple.
La ganadería ha ido perdiendo terreno dadas las dificul-
tades crecientes que demandan el traslado estacional del
ganado desde el valle, donde está localizado el pueblo,
hasta las selvas donde deben llevarlos para pastar duran-
te el invierno. Las grandes tropas ya son parte del pasado.
El Municipio de Los Toldos está conformado por una serie
de pueblitos y caseríos que, de norte a sur, son Condado,
Espinillo, La Misión, El Abra, Los Toldos, Arazay, Lipeo y Ba-
ritú. Una zona de ruralidad creciente donde el hombre se
funde con su entorno selvático y el tigre ronda, ya en inme-
diaciones del Parque Nacional Baritú.
La cercanía a Tarija y a la ruta que une esta ciudad boliviana
con Argentina, que cruza el Río Bermejo por Aguas Blancas,
por un lado, y también la cercanía al Parque Nacional Baritú
y a la Reserva Nacional El Nogalar de Los Toldos, han incre-
mentado el interés local y la infraestructura para atender a
los turistas. Hoy las condiciones para pernoctar y comer en
Los Toldos son adecuadas y siguen mejorando.
La Reserva El Nogalar de Los Toldos ocupa toda la cuenca
del Arroyo Huayco Grande, de la que se nutre el pueblo y
de la que obtiene la electricidad. Esta reserva ha puesto al
alcance de todos sus magníficos bosques de nogal, cedro
y pino del cerro. Sin duda es el mejor bosque en todo el
noroeste para visitar, caminar y disfrutar. Su creación es un
buen ejemplo de articulación entre organismos estatales,
empresas y organizaciones de la sociedad civil.
Yungas 41
 La cuenca del arroyo Huayco Grande está íntegramente dentro de la Reserva Nacional El Nogalar
de Los Toldos. Provee agua para consumo de la población local, riego y generación de energía.

42 Yungas 43
El pueblo Los Toldos aparece en medio de las Yungas, al norte de Salta, cerca del límite con Bolivia.

Yungas 45
 Esta región presenta la mayor concentración de familias campesinas de la RBYungas,
las cuales viven estrechamente vinculadas con el bosque.

46 Yungas 47
En esta región se continúa con la práctica ancestral de desmontes rotativos para agricultura
de subsistencia (agricultura migratoria).

48
Estas comunidades desarrollan una economía de subsistencia con la cría de ganado ovino y caprino. La práctica de la ganadería de trashumancia implica el movimiento de parte de la familia con su
Por su aislamiento conservan intactas su cultura y sus costumbres compesinas ancestrales. ganado hacia altitudes más bajas durante el invierno, y al valle y al cerro durante el verano.

50 Yungas 51
 La reserva El Nogalar de Los Toldos está recorrida por arroyos de aguas cristalinas
que atraviesan sus bosques tapizados de helechos y musgos.

52 Yungas 53
En la reserva El Nogalar, pasado y presente se unen en armonía: las viejas pircas y la antigua senda transitada por los pobladores
locales convive con el canal que alimenta la central hidroeléctrica que provee de energía al pueblo.

54
Los Pastizales de Neblina se encuentran por encima de los Bosques Montanos, y
es frecuente la presencia de niebla que cubre la vegetación característica.

Yungas 57
Los cauces de agua subterráneos y superficiales funcionan como un filtro, y retienen tóxicos, sedimentos y nutrientes.

58
Debido a su difícil acceso y su topografía quebrada, el Parque Nacional Baritú no sufrió la expansión agrícola
intensiva ni la sobreexplotación forestal, por lo que su estado de conservación es excelente.

Yungas 61
 Las áreas protegidas pueden captar agua de calidad que luego es usada en las cuencas bajas para riego o consumo humano.

62 Yungas 63
El puente colgante sobre el río Lipeo es la puerta de entrada peatonal al Parque Nacional Baritú.

64
Los valles jujeños: el frente gaucho
de la independencia nacional
E l nombre Ocloyas proviene del pueblo homónimo que
posiblemente sea parte de un conjunto de grupos étni-
cos que el Imperio Inca movilizó para apoyar las activida-
des agrícolas y metalúrgicas. Su ocupación pasada fue más
amplia, y ocupaba los actuales valles jujeños cercanos a San
Salvador de Jujuy y también algunos territorios de la actual
provincia de Salta.
Lo que hoy se conoce como localidad de Ocloyas (1.600
msnm) es el resultado de una temprana ocupación alrede-
dor del año 1641. Las dos campanas que se encuentran en
la iglesia local están fechadas en 1679, es decir que se trata
de un pueblo con al menos 350 años de historia.
El Parque Provincial Potrero de Yala (2.100 msnm) es un lu-
gar para la gente. En él conviven paisajes se singular belleza
con pobladores locales y visitantes de todas las latitudes. El
paisaje conjuga elementos naturales, como lagunas y cerros
cubiertos de yungas, con otros de origen humano, como
huertas, casas y ganado. Naturaleza y cultura son los valores
que hacen de este Parque un lugar muy atractivo.
Las lagunas de Yala están emplazadas en depresiones de la
cadena montañosa, al pie del macizo serrano del Chañi, so-
bre una superficie irregular en una cota variable entre los
3100 y 1900 msnm. Son cuatro lagunas permanentes (Ro-
deo, Comedero, Desaguadero y Los Noques) y otras cuatro
estacionales.
“Pasar por Jujuy y no visitar las lagunas de Yala es imperdo-
nable; vegetación exuberante y verde en los cerros y arriba,
en las lagunas, escondidas entre el follaje, silencio, agua y
soledad. Se deja Jujuy con pena, tanta belleza y tan breve la
vida para gozarla”. (Jorge Luis Borges).
La información almacenada en los sedimentos de las la-
gunas permite inferir los cambios ambientales y de las ac-
tividades humanas durante los últimos siglos, y ponen en
evidencia el rol importantísimo que tuvo esta región en la
producción, estacionalidad y transporte de ganado asocia-
do a la colonización española primero, y a las luchas por
la independencia después. Hoy en día el avance de la su-
perficie de bosque y la consiguiente reducción de las áreas
ganaderas es un reflejo de los cambios de uso del territorio
a escala regional.
“Me gusta Jujuy, mi Jujuy cuando llueve; Y dejar que el re-
cuerdo me lleve; Y por Yala perderme abrazado al amor;
Mojadito de agua hasta el alma…..”. (Zamba de Castillo, Yu-
nes y Yacopetti).
Yungas 67
La ganadería de monte en Ocloyas es una de las actividades principales de los pobladores rurales.

68 Yungas 69
El río Yala le da su nombre al Parque provincial; uno de los destinos turísticos más conocidos y frecuentados
de la provincia, por su cercanía con la capital provincial, en la entrada a la Quebrada de Humahuaca.

Yungas 71
Laguna Desaguadero, Parque Provincial Potrero de Yala.

72
 Laguna Comedero, Parque Provincial Potrero de Yala. Laguna Rodeo, Parque Provincial Potrero de Yala.

74 Yungas 75
El Parque Provincial Potrero de Yala provee su hábitat a
numerosas especies amenazadas o de especial valor.
Es un paisaje característico de las Yungas y de los ambientes
asociados a la actividad humana.

76
Caminos de trashumancia
e intercambios milenarios
L a Finca San Andrés y su vecina Finca Santiago son emble-
mas de la lucha de las comunidades aborígenes regio-
nales por la lucha y obtención de la tierra, en este caso de
la etnia Kolla. Dos enormes fincas (130.000 hectáreas cada
una) enclavadas en el corazón de la RBYungas, donde el
hombre continúa con sus prácticas ganaderas tradicionales.
Ello es la trashumancia de ganado y gente desde “el monte”
(la selva) a 700/800 msnm, hasta el “cerro” a 2.000 msnm
(Bosque Montano y Pastizales de Neblina).
A los pies de esta finca se encuentra la ciudad de Orán, “la
última creada por los españoles en América”, como reza el
cartel en su entrada. También se encuentra el Ingenio San
Martín del Tabacal, cuyos cultivos se riegan con las aguas
provenientes de las Yungas que cubren las cuencas del San
Andrés e Iruya, y de donde salieron por espacio de más de
cien años sus zafreros.
Las sendas de trashumancia que hoy en día se mantienen
activas, algunas de ellas transformadas en caminos vehicu-
lares, han servido para la vinculación intensa con la Que-
brada de Humahuaca a través del “Abra del Zenta” hace
miles de años, y más recientemente para la trashumancia
ganadera y el comercio de productos locales con la Que-
brada.
Las sendas de la Finca San Andrés fueron utilizadas también
por el imperio incaico, por los españoles después y final-
mente para el intercambio de tropas durante el período de
la independencia nacional. La profundidad de las sendas
grabadas en las piedras hablan por sí solas de este prolífico
intercambio y uso.
Entre 1998 y 1999 se construyó el Gasoducto Nor Andino,
destinado a llevar gas a Chile. Fue un proyecto de inversión
controvertido, de cuya conflictividad nació el interés cre-
ciente por las Yungas y la posterior creación de la RBYun-
gas. Un conflicto que fue una enorme oportunidad para la
puesta en valor de las Yungas en general y de esta región
en particular.
Yungas 79
Siguiendo el recorrido del gasoducto Norandino encontramos bosques de helechos arborescentes
que nos retrotraen a tiempos geológicos antiguos, cuando estas plantas dominaban la tierra.

80
Las bromelias y musgos epífitos dan cuenta de la humedad ambiental que reina en el camino a San Andrés.

Yungas 83
El río San Andrés le da su nombre a la localidad que se halla a sus orillas, y modela las terrazas dedicadas al pastoreo extensivo.

84
 Las construcciones de San Andrés están rodeadas de antiguas pircas y de vegetación autóctona de ceibos, huáncares y alisos.

86 Yungas 87
 La “pista” del gasoducto NorAndino, señalizada por la tranquera amarilla, atraviesa viejos
corrales de pirca y campos de cultivo de papas.

88 Yungas 89
Único cruce aéreo del gasoducto Nor Andino sobre el Río Volcán, inicio de la gran trepada hacia el Abra de Zenta.

Yungas 91
 Este gasoducto asciende, en pocos kilómetros, miles de metros sobre el nivel del mar, desde San Andrés
a 1.800 msnm hasta el Abra de Zenta, a 20 km de distancia y a una altura de 4.600 msnm

92
La región del Abra del Zenta es uno de los tramos de mayor altura
(4.600 msnm) de la ruta que transcurre entre las Yungas y la Puna.

94
Las típicas construcciones puneñas se confunden perfectamente con el entorno árido
que las rodea y se diferencian de las de las Yungas.

96 Yungas 97
Estas regiones puneñas y altoandinas están habitadas ancestralmente por comunidades que mantienen
hasta hoy costumbres y tradiciones a lo largo de las generaciones.
Derecha: Cementerio y típicas casas de adobe, con hornos de barro y pircas.

98
Localidad de Cianzo, sobre el extremo norte de las serranías del
Hornocal, enre la RBYungas y la Quebrada de Humahuaca.

100
Un camino incaico que une
Humahuaca con las Yungas
E l Departamento de Valle Grande de la Provincia de Jujuy
posee una profusa historia pre y posthispánica. Está con-
formado por una red de pequeños pueblos de los cuales Va-
lle Grande, cabecera del Departamento, es el más grande y
más antiguo, La población actual de este pueblo es de unos
700 habitantes.
Esta zona ha sido clave en las relaciones entre las tierras altas
y las selvas, operando como lugar de paso y como frontera
cultural, situación que conllevaba tanto intercambios como
enfrentamientos. Probablemente estuvo habitada por indí-
genas portadores de una cultura agroalfarera cuyo sistema
de subsistencia se basaba en el cultivo de maíz, porotos, za-
pallo, papas y quinoa.
A partir de la dominación incaica del noroeste (1480-1530)
se modificaron las antiguas relaciones entre las tierras altas y
bajas. Aún se conserva una parte importante de un tramo de
camino incaico que une la localidad de Santa Ana con Valle
Colorado. Es posible recorrerlo a pie, pasando de los pasti-
zales altoandinos hasta el interior de bosquecitos de aliso en
las primeras estribaciones de las Yungas.
Cuando llegaron los españoles la zona comenzó a tomar in-
terés como vía hacia el Alto Perú. Las reiteradas fundaciones
de Jujuy (1561-1575-1593) buscaban controlar ese camino,
situación que se consolidó cuando apresaron al cacique
Viltipoco, quien controlaba la región. En el siglo XVII exis-
tía también un paso utilizado por los conquistadores para ir
de San Salvador de Jujuy a la zona de Ledesma a través de
Tilcara, atravesando Valle Grande. En los alrededores de Va-
lle Grande, en una zona de chacras adyacente al pueblo, se
encuentra un yacimiento arqueológico (Finca Tolaba) con
restos de paredes de piedra que forman un escalonado dis-
puesto en forma perpendicular a la pendiente. Estos restos
corresponden a patrones estilísticos originarios de la Que-
brada de Humahuaca (1000-1480 d. C).
Caspalá (3.000 msnm) es un pueblito junto al cielo, entre
la desértica quebrada y las Yungas o selva de montaña. Se
accede desde hace poco en vehículo por carretera desde
Humahuaca y también se vincula por este mismo medio con
Santa Ana.
El acceso reciente a Caspalá abre una doble esperanza
para el desarrollo. La primera está estrechamente vincula-
da a la comunicación de sus casi 200 habitantes, que tienen
como base una economía de subsistencia rural, y la posibi-
lidad de un turismo entre regiones con grandes contrastes.
Hasta ahora Caspalá carece de electricidad, salvo la que se
suministra con un equipo solar instalado por la empresa Ju-
jeña de Servicios Eléctricos Dispersos. Llaman la atención las
costumbres tradicionales profundamente arraigadas en sus
habitantes. Por ejemplo, en la vestimenta de las mujeres y
los colores que utilizan, se marcan las diferencias entre las
niñas, las jovencitas, las adultas solteras, las casadas y las viu-
das. Cuánto más vivos son los colores de la ropa que utiliza
una mujer, más joven es ésta. La tela de los vestidos es de
Yungas 103
 picote (pelo de cabra), teñida en algunos casos con tinturas
naturales y bordada en relieve con motivos de flores. Algu-
nas llevan sombreros ovejón, adornados con cintas de colo-
res. Mientras las mujeres de la zona hilan la lana o el pelo de
llama, los hombres tejen. Estas costumbres forman parte de
lo que la UNESCO denomina Patrimonio Cultural Inmaterial.
Los pobladores de los cerros son muy religiosos y ma-
tizan las creencias y costumbres que heredaron de sus
antepasados con las que trajeron los conquistadores.
Su agricultura y ganadería es de subsistencia y son celosos
guardianes de sus fiestas patronales, donde veneran a Santa
Rosa de Lima.
Santa Ana (3.300 msnm) es un pequeño pueblo de tradición
andina al que se llega por camino vehicular desde Huma-
huaca luego de faldear montañas y cruzar valles por más de
cinco horas. Al igual que Valle Colorado, las mujeres visten
el tradicional atuendo compuesto por rebozo y sombrero
muchas veces adornado con flores. Sus casas de adobe con
techos de piedra y chapa los hacen quizás uno de los pue-
blos con arquitectura más tradicional y mejor conservada de
la RBYungas.
Entre las casas y en sus patios, es común observar ejempla-
res de queñoa, el tradicional árbol andino que, naturalmen-
te o plantado, se desarrolla por doquier en este pueblo. Las
calles empedradas y las pircas de piedra, con sus helechos
creciendo entre las juntas, otorgan una visión de dimensión
histórica y natural.
Valle Colorado (1970 msnm) se halla enclavado en el fondo
del valle del río Grande. Esta localidad toma el nombre de su
tierra, y sus 50 familias han construido tradicionalmente sus
viviendas con adobes colorados que se mimetizan dándo-
le originalidad al mismo tiempo. Su población conserva sus
tradiciones y visten a la usanza kolla mientras se encuentran
104
en “su” valle. Familiar y comercialmente vinculados con San- diez horas, o dos jornadas a paso más tranquilo. La primera por el camino al Parque Nacional Calilegua, que atraviesa
ta Ana, de quien depende como comisión municipal, Valle parte se toma por un viejo camino maderero donde se va todo el Parque para acceder a un valle interior de la cuenca,
Colorado es el nexo con la quebrada, y la antigüedad de esta constatando en directo el tamaño de los árboles que existían el del Río Grande. El camino es de unos 75 km de tierra, y
relación queda plasmada en el antiguo camino incaico que antes en la región. Al superar la línea de bosques la senda se en condiciones normales se puede realizar en vehículo en
las vincula. transforma en una travesía que faldea los cerros a más de tres horas. También es posible llegar en colectivo desde la
2.000 msnm. Desde allí se puede subir al Cerro Amarillo para localidad de Libertador Gral. San Martín.
Valle Grande (1600 msnm) se encuentra implantada en una observar el amplio valle de Libertador Gral. San Martín (Valle Este pueblo se originó recientemente a partir de un cam-
ladera de fuerte pendiente entre 1600 y 1800 msnm. en la del río San Francisco). pamento de Vialidad, cuando se construyó la ruta que une
margen izquierda del río del mismo nombre, al pie del ce- Libertador General San Martín con Valle Grande. Si bien
rro Ovejería. Este departamento viene de la encomienda de San Francisco (1500 msnm)es el pueblo principal de la red sus construcciones recientes no mantienen la arquitectura
Caspalá, luego finca Valle Grande de don Rudecindo Valle de turismo de base comunitaria de Jujuy. Esta pequeña lo- tradicional, al estar enclavado en un entorno paisajístico in-
y Gordaliza. De él pasó al gobierno de Jujuy que la puso en calidad de cerca de cien familias ofrece los servicios básicos creíble se ha transformado en la “meca de las Yungas” para
venta y por iniciativa del senador Eugenio Tello, en 1884, una necesarios para disfrutar de las Yungas jujeñas. Se accede los visitantes.
parte fue adquirida por sus ocupantes arrendatarios.
Valle Grande fue fundada en 1904 a partir de una ocupación
anterior ocurrida en 1820. La iglesia de Nuestra Señora de la
Merced data de 1840.
Otros pueblos del Departamento Valle Grande son Pampi-
chuela, San Francisco y, de menor tamaño, Santa Bárbara,
San Lucas, Alto Calilegua y Molulo.
Pampichuela (1750 msnm) está a 15 kilómetros al sudoeste
de Valle Grande, y a cinco kilómetros al oeste de la Ruta Pro-
vincial 83. El nombre hace referencia a la pequeña pampa
o llanura en la que se encuentra enclavada, en una zona de
grandes desniveles y rodeadas por cerros. El entorno es de
yungas. El pueblo sirve de paso para llegar al paraje San Lu-
cas, para lo cual se pretende la construcción de una ruta que
mejore la comunicación.
Alto Calilegua es un caserío construido sobre una meseta
inclinada a 2.500 msnm. Esta localidad posee apenas dieci-
séis familias, y está situada en los bordes altos del Parque Na-
cional Calilegua. Se llega a ella a pie o a caballo, partiendo Construcción del camino a
Valle Grande, obra ejecutada
desde San Francisco y luego de una larga jornada de más de en la década del 50.
Yungas 105
En la Quebrada de Humahuaca –Patrimonio de la Humanidad– sobre la ladera que abraza a
Maimará se encuentra la “Paleta del Pintor”, que se destaca por sus maravillosos colores.

Páginas siguientes:
Los increíbles colores de las serranías del Hornocal son un ejemplo de las maravillas naturales
que encontramos en esta región, en el ingreso a la RBYungas desde Humahuaca.
Pueblos quebradeños de Aparzo y Palca de Aparzo en el camino al Abra de Zenta, portal oeste de la RBYungas.
La población local practica la ganadería en estrecha relación con la naturaleza y sus ciclos anuales.

110
 Los corrales ganaderos se construyen con materiales del lugar, en forma de pircas, adobes
y encofrados reforzados con paja y ramas.

114 Yungas 115

Las comunicaciones entre las distitntas localidades se siguen haciendo,
en muchos casos, como en la época incaica: de a pie y con animales de
carga que transportan los bultos más pesados.

116
Paisajes y caminos zigzagueantes en las cercanías del Abra del Zenta.

Yungas 119
Desde la altura del Abra del Zenta se empiezan a
visualizar las serranías cubiertas de yungas.

Yungas 121
 El ganado doméstico y la agricultura comparten el hábitat, muchas veces, con la fauna silvestre local.

122 Yungas 123

Yungas 125
Inmerso en las Serranías de Zenta, a más de 4.000 m sobre el nivel del mar, se encuentra este misterioso
espejo de agua que da refugio a una interesante variedad de flora y fauna altoandina. Puesto de montaña en el valle del Río Hornos, camino a Caspalá.

126 Yungas 127

128 Yungas 129
Sinuoso camino de acceso a la localidad de Caspalá, que se
observa al fondo y a la derecha de la imagen. El pueblo fue
inaccesible por medio de vehículos hasta 2008, año en que se
contruyó la ruta 73, que la une con Santa Ana y Humahuaca.

Yungas 131
Al acercarnos a Caspalá, podemos ver las terrazas de cultivos tradicionales de la zona.

Yungas 133
Calle de Caspalá, con construcciones típicas de piedra y adobe.

Yungas 135
La fuerte pendiente de las calles del pueblo hace que, a veces, el piso de algunas viviendas esté al mismo nivel que el techo de la siguiente.

Yungas 139
Caspalá se conecta con Humahuaca hacia el oeste y hacia el este con Santa Ana, a través de caminos
de herradura y una única y reciente ruta accesible para los vehículos.

140
La construcción de pircas y la costumbre de “señalar” el ganado con hebras de lana de distintos colores son dos prácticas andinas usadas para la ganadería.

Yungas 143
Las aguas de deshielo conforman las llamadas “vegas” o “ciénagas”, pequeños oasis
de verdor donde pasta el ganado durante el verano.

144
146
La pequeña localidad de Santa Ana vista desde la ruta de acceso al pueblo. Arriba a la
derecha se observa el inicio del antiguo camino incaico hacia Valle Colorado.

148
150 Yungas 151
Santa Ana es uno de los pocos lugares que conserva ejemplos dominantes de arquitectura local original.

152
 El turismo a lo largo del camino de la Puna a las Yungas ha generado la aparición de hostales familiares
como “El Portal de las Yungas”, de Gabriela y David Sapana.

154 Yungas 155

 La queñoa es un árbol característico de los pastizales de neblina y ambientes andinos del Noroeste Argentino.

156
158 Yungas 159
 Las calles de Santa Ana conservan el ritmo tranquilo que caracteriza a estos pequeños pueblos de las Yungas.

160
El Qhapac Ñam, declarado recientemente como Patrimonio Mundial por la UNESCO, es el
antiguo camino del Inca que originalmente comenzaba en Perú, discurría a través de Bolivia y las
provincias argentinas de Jujuy, Salta, Catamarca, La Rioja y San Juan hasta llegar a Mendoza, para
luego continuar a través de la cordillera de los Andes hacia Chile. Entre Santa Ana y Valle Colorado
se conserva en muy buen estado un importante tramo de los 119 kilómetros que aún existen en
territorio argentino. Sigue siendo usado por los pobladores y se ha transformado recientemente en
un recorrido turístico excepcional de la RBYungas.

Yungas 163
164 Yungas 165
Este camino permite realizar uno de los recorridos
más impresionantes del Noroeste Argentino, una
entrada privilegida al corazón de las Yungas.
Este sendero incaico está perfectamente
mantenido por los lugareños hasta llegar a
Valle Colorado.
El camino nos lleva a través de los pastizales altoandinos al interior del
bosque montano de las Yungas, y une en un solo camino dos sitios de
Patrimonio Mundial y una Reserva de Biosfera.

168
Después de unas ocho horas de caminata
el intenso color rojo de la tierra nos indica
que nos aproximamos a Valle Colorado.
Vista panorámica de Valle Colorado. En esta
localidad culmina la ruta provincial que llega
desde Libertador Gral. San Martín hasta el
puente sobre el río Valle Grande.

Yungas 173
A pesar del clima húmedo y la tierra colorada, el pueblo comparte con la Quebrada de
Humahuaca las construcciones de adobe y algunas de las costumbres de sus pobladores.

174 Yungas 175

Martina Calapeña envuelta en su rebozo y luciendo
su amplia pollera. Junto con Gregorio, su marido,
reciben a los visitantes en el hospedaje “El Paraíso”
en Valle Colorado.
178
Podemos continuar el camino hacia Valle
Grande por la ruta 83, o a pie por el estrecho
sendero que bordea el río Valle Grande.
Las plantas epífitas típicas de las
Yungas colonizan también las
paredes de piedra.
Valle Grande, localidad cabecera del departamento,
se inclina abruptamente hacia el río del mismo nombre.

184
 La RBYungas es escenario de distintas culturas y formas de relacionarse con el entorno que conviven
en el territorio: criollos, collas, guaraníes y ocloyas entre otras.

186 Yungas 187

La región está marcada fuertemente por la religión católica,
alrededor de la cual gira una parte importante de la vida comunitaria.

188 Yungas 189

 El 24 de septiembre de cada año
se celebra en Valle Grande la fiesta
patronal en honor a Nuestra Señora
de la Merced. Se realizan procesiones,
desfiles, fiestas gauchas y, por la noche,
fogatas y bailes.
El festejo convoca a todo el pueblo y
numerosos visitantes de lugares vecinos.

190 Yungas 191

Los pobladores de las Yungas celebran a lo largo del año numerosas festividades relacionadas con la
cultura ancestral, la religión y las prácticas tradicionales vinculadas con la actividad ganadera.

192
 Al alejarnos de Valle Grande, por un camino de interminables curvas, podemos observar
a lo lejos el suave declive de Pampichuela.

194
El nombre de Pampichuela hace referencia a la pequeña pampa o llanura en la que se
encuentra enclavada, una zona de grandes desniveles y rodeada de cerros.

Yungas 197
198 Yungas 199
En el camino de acceso a Pampichuela nos encontramos con “La cuesta del algarrobo”,
una serpenteante subida coronada por una cruz, desde la que se puede observar un
impresionante panorama.

Yungas 201
San Francisco se encuentra cerca del Parque Nacional Calilegua a la “sombra de lluvia” de la serranía
de Calilegua. Es considerada una importante localidad turística. Desde allí parten excursiones a las
termas del río Jordán y a las montañas, donde se puede avistar una pequeña cascada.

202 Yungas 203

 En el pueblo de San Francisco se encuentra este monumento a la Pachamama, realizado por la artista
plástica Cecilia Espinoza, donde se hace el homenaje a la Madre Tierra a principios de agosto.

204 Yungas 205

Vista céntrica de San Francisco en la que se ve el comedor “El Paraíso”, que también funciona como
terminal del colectivo, la iglesia, la municipalidad, la escuela y varios locales comerciales. Antigua tipa de San Francisco, el árbol más grande del pueblo.

206 Yungas 207

Inmersa en este
impresionante paisaje
encontramos la hostería
“Tia Carola”, de Lucy y
Fredy, inevitable lugar
de encuentro al visitar
San Francisco.
210
San Francisco, punto de partida para realizar varias excursiones, cada una de ellas una aventura
única que merece la pena. Entre las más recomendables está el ascenso al pueblo Alto Calilegua.

Yungas 213
Para realizar la travesía al Alto Calilegua desde San Francisco, tomamos un sendero
empinado que atraviesa primero la selva y el bosque montano. A medida que
continuamos ascendiendo llegamos finalmente a los pastizales de altura.

214
 El acceso al Alto es posible únicamente a pie, a caballo o a mula. Llegar a este pueblo de las alturas
demanda algo más de medio día y un considerable esfuerzo.

216 Yungas 217

218 Yungas 219
En El Angosto, camino al Alto, se encuentran varios puestos en los que se puede ver la intensa actividad ganadera tradicional.

Yungas 221
Un descanso en el camino al Alto en la zona de Aguas Blancas. Últimos metros del recorrido de regreso antes de descender al monte y atravesar el impresionante colchón de nubes.

222 Yungas 223

Puesto Aguas Blancas.

224
En el camino es posible contemplar en los cielos el vuelo del rey de los Andes, el cóndor andino,
que sobrevolará silencioso al caminante cuando transite las praderas en las cimas de Calilegua.

Yungas 227
Antiguo camino incaico de Campo Colorado hacia el Alto Calilegua.

Yungas 229
Antiguo molino manual o “maray”, de uso comunitario, perfectamente mantenido por sus pobladores a través del tiempo.

230 Yungas 231

Conocer Alto Calilegua es una de las más
hermosas aventuras que se pueden hacer
en la zona. El pueblito, de no más de una
veintena de casas, se emplaza en la cima
plana de uno de los cerros que rodean el
Parque Calilegua.

232
Capilla San Marcos en el Alto. El mismo paisaje del Alto Calilegua, en invierno y en verano, respectivamente.

234 Yungas 235

Vistas del pueblo Alto Calilegua. En la foto de la derecha, al fondo sobre los cerros, se pueden ver
la iglesia y la escuela de Santa Bárbara, al sur de San Francisco.

236
En esta pequeña comuna rural viven unas pocas familias, cuya principal actividad económica es la
agricultura y ganadería de subsistencia, y más recientemente, el turismo. Un paraje de ensueño donde sólo los aventureros pueden deleitarse con las magníficas vistas de estos pueblos de montaña.

238 Yungas 239

Antiguo cementerio en “las nubes” del Alto Calilegua.

240 Yungas 241

Quebrada “El Angosto” en verano, con los exuberantes pastizales de altura. Al fondo el magnífico Cerro Hermoso.

242
 Es común encontrarse en los senderos durante la travesía con caravanas de pobladores transportando mercancías.

244 Yungas 245

La ruta de la diversidad: una recorrida por el
tórrido pedemonte de las RB Yungas
E l pedemonte de las Yungas es una enorme superficie
sedimentaria, del orden de medio millón de hectáreas,
producto por un lado del trabajo de erosión y deposición
del río San Francisco - Lavayén en la construcción de su
valle fluvial y del aporte de sedimentos de los numerosos
arroyos tributarios provenientes de las montañas de las Yun-
gas (ríos Ledesma, San Lorenzo, Sora, entre otros) que de-
positan sus materiales producto de la erosión fluvial en el
fondo del valle.
La suave topografía del pedemonte, sus suelos sedimenta-
rios de muy elevada fertilidad y un clima equilibrado han
hecho del pedemonte un lugar ideal para el establecimien-
to de las sociedades humanas en la región, desde culturas
agroalfareras, unos 2.500 años atrás, hasta la posterior co-
lonización europea. Esto se refleja en una muy importante
cantidad de yacimientos arqueológicos de diferentes anti-
güedades que evidencian la fuerte presencia humana en el
pasado, hasta la ferviente actividad productiva que pode-
mos ver hoy en día, asociada a una población urbana en
rápido crecimiento.
Su latitud (a la altura del Trópico de Capricornio) garanti-
za temperaturas tórridas durante la primavera y el verano,
que superan habitualmente los 40°C. Estas temperaturas
se ven un poco suavizadas cuando se instalan las lluvias
entrado el verano. Los inviernos son frescos aunque las
temperaturas pueden trepar hasta los 30°C al mediodía.
La intensa actividad agroindustrial característica del pe-
demonte del último siglo es la que movilizó los recursos
para la llegada del ferrocarril entre los años 1900 y 1920
y la construcción de la ruta asfaltada (Ruta Nacional 34)
posteriormente. A ella se suman los ductos de gas y elec-
tricidad que paralelos a las vías de transporte recorren el
pedemonte en dirección norte-sur. El pedemonte es el es-
pacio territorial por donde se centra el desarrollo de una
región estratégica para el Noroeste Argentino y países li-
mítrofes, vinculando las ciudades, centros industriales y de
producción, con la naturaleza, en las montañas húmedas
del oeste.
En las orillas de los múltiples e importantes ríos de cauce
estacional, abundantes de agua durante el verano lluvioso,
y casi desprovistos de agua durante el seco invierno y pri-
mavera, se encuentran bosquecitos de ceibo, sauce, bobo
y cascarudo que, como cintas verdes, acompañan a los ríos
hasta su encuentro con las montañas.
Cerca del río San Francisco, podemos observar numerosas
lagunas y madrejones que el río va abandonando en su an-
dar, deambulando entre los extremos de su amplio cauce.
Grandes extensiones de cultivos variados completan la
geografía del lugar. Amplios espacios cubiertos por caña de
azúcar, soja y cítricos son comunes al recorrer la ruta 34.
Es un paisaje cultural, modelado por la interacción de las
sociedades humanas y el clima a través de los tiempos.
Yungas 247
Las Yungas configuran un ecosistema marcado por la exuberancia de su vegetación,
la diversidad de animales que cobija y la presencia humana, que durante milenios ha
modelado culturalmente su entorno.

Yungas 249
Un importante objetivo es generar un
modelo de gestión del territorio a escala de
paisaje que permita integrar la producción
con la conservación de la biodiversidad
y el mantenimiento de los servicios
ecosistémicos asociados, en un contexto de
promoción social.

Yungas 251
La visión que sustenta el concepto de Paisaje Productivo Protegido es que las actividades productivas
son las generadoras de recursos económicos que permiten mejorar la calidad de vida de sus pobladores,
y mantienen a su vez importantes superficies silvestres protegidas.

252
La relación equilibrada entre el hombre y la naturaleza
es la idea que promueve la Reserva de Biosfera de las
Yungas y la visión en la que se fundamenta el programa
Paisaje Productivo Protegido.
La RBYungas combina zonas de economías de subsistencia y zonas de desarrollo de producciones
intensivas como la de caña de azúcar y la frutihortícola.

256 Yungas 257

Vista panorámica del pedemonte de las Yungas, cultivos de caña de azúcar, el Ingenio Ledesma y la ciudad de Libertador Gral. San Martín.

258 Yungas 259

Paisaje Productivo Protegido: vinculando la producción
con la preservación de la naturaleza
E l desarrollo de una comunidad requiere de los recursos y
servicios derivados de la actividad productiva, y de aque-
llos asociados a los ecosistemas naturales (biodiversidad,
agua, suelo, regulación climática), donde dicha actividad
está inserta. Las actividades productivas pueden generar re-
cursos que permitan mejorar la calidad de vida y alcanzar
la estabilidad social de las poblaciones donde son desarro-
lladas y, a la vez, preservar efectivamente la naturaleza al re-
ducir la dependencia directa que la sociedad posee de los
recursos naturales (leña, carne, madera, etc.).
La combinación enre naturaleza y producción es particu-
larmente importante en ecosistemas de alta valoración am-
biental como los que encontramos en el subtrópico argen-
tino, particularmente en las Yungas.
Para lograr que producción y preservación de la naturaleza
sean dos caras de una misma moneda es necesario analizar
las actividades productivas como partes integrales y comple-
mentarias de un paisaje donde coexisten naturaleza y pro-
ducción. Esta conjunción es la que denominamos “Paisaje
Productivo Protegido”.
El Paisaje Productivo Protegido implica generar un mode-
lo de gestión del territorio a escala de paisaje. Esto permite
integrar la producción con la conservación de la biodiver-
sidad y mantener los servicios asociados al ecosistema, en
un contexto de promoción e inclusión social de aquellas
comunidades con las que se comparte el territorio. El me-
jor ejemplo de ello es el caso de la empresa Ledesma, que
combina el cultivo de 40.000 hectáreas de caña de azúcar
con la preservación de 100.000 hectáreas de bosque nativo.
Las Reservas de Biosfera tienen como premisas fundacio-
nales el desarrollo de modelos innovadores que permitan
potenciar la producción y contribuir significativamente a
la conservación de los bienes y servicios ambientales de las
áreas donde intervienen. En el noroeste de la Argentina, la
RBYungas protegen las cuencas que producen el agua utili-
zada para el riego de más de 100.000 hectáreas y el consumo
alrededor 300.000 personas que habitan el pedemonte.
La principal actividad económica regional asociada a la RB-
Yungas es el cultivo de la caña de azúcar (azúcar, alcohol,
papel). Esta actividad económica genera los recursos ne-
cesarios para contribuir a la protección de las principales
cuencas hídricas y la inclusión social de los habitantes del
entorno rural. Para posicionar los productos emergentes de
este PPP la Fundación ProYungas ha desarrollado la marca
de origen PRODUCTOYUNGAS, certificación que pone de
relieve los compromisos ambientales y sociales de quienes
producen en este entorno ambiental, y que genera siner-
gias de comercialización entre grandes y pequeños pro-
ductores de la región.
El objetivo institucional de ProYungas es que la RBYungas
sean vistas como un espacio que potencia la producción,
que es una manera directa también de potenciar el mante-
nimiento de la biodiversidad y fomentar la alianza estratégi-
ca entre quienes viven y producen en este territorio.
Los productos certificados provenientes de la RBYungas y su
entorno inmediato incluyen producciones agroindustriales
como azúcar, papel de caña de azúcar y muebles realizados
con productos forestales nativos e implantados. La certifi-
Yungas 261
 cación también abarca productos provenientes de peque-
ños productores y comunidades locales tales como dulces
y miel de las Yungas, salsa picante, artesanías textiles y ser-
vicios de turismo comunitario.
En una región de muy alta biodiversidad (como las Yun-
gas) es posible producir rentablemente y proteger al mis-
mo tiempo a la naturaleza. Además es necesario generar
sinergias entre actores que comparten un territorio poten-
Dulcera de San Francisco.
262
ciando las opciones de capacitación, comercialización, in-
novación e inclusión social. Ese es en definitiva el objetivo
trascendente de las Reservas de Biosfera, que la RBYungas
ha puesto de manifiesto a través de esta alianza entre los
distintos actores que comparten este territorio de alta va-
loración ambiental. La región de las Yungas, en el Noroeste
Argentino, está región entre los sitios de mayor valoración
mundial por la UNESCO.
Producir y vivir en la “Ruta de la diversidad”
L a “Ruta de la Diversidad” representa la puerta de acceso a
la RBYungas y a la diversidad productiva y étnica caracte-
rística del pedemonte yungueño. Allí la caña de azúcar, las
plantaciones de cítricos, paltos, mangos y bananos conviven
con hortalizas, granos y animales de granja, en un territorio
con una importante tradición cultural pre y posthispánica.
Esta ruta abarca diversas localidades y parajes. Uno de ellos
es Chalicán, donde se encuentra solamente una propiedad
que es la Finca del mismo nombre, perteneciente al Go-
bierno de Jujuy, y arrendada para diferentes actividades pro-
ductivas. Esta propiedad fue donada por su antiguo dueño
(Pablo “Chalicán” Soria) a la provincia de Jujuy para que las
ganancias derivadas de sus producciones fueran destinadas
al financiamiento de los hospitales de la provincia.
Esta finca abarca 870 hectáreas cultivadas, además de im-
portantes superficies de bosques en las laderas de las mon-
tañas. Todos los productores que trabajan aquí son arren-
datarios, y una porción es trabajada por la misma finca. Las
hortalizas cultivadas en este sector son tomates, pimientos,
zapallitos de tronco, berenjenas y chauchas, las cuales se
producen para proveer al mercado nacional y local.
En el período estival se produce choclo para el mercado lo-
cal, con el cual se realizan las típicas y tradicionales humitas
en chala.
La finca Reducción (actual Fraile Pintado) fue comprada por
Pablo Sardicat Soubiret de Soria. Junto con otras dos fincas,
El Quemado y Río Negro, Reducción integraba el estableci-
miento azucarero más grande de la región. Don Pablo falle-
ció en 1851, y en su testamento legó la finca a la provincia
de Jujuy, con el expreso mandato de que lo producido se
destinara al hospital capitalino de mayor complejidad, al
que años después se le impuso su nombre. En la finca se
cultiva caña de azúcar por cuenta propia para vender a los
ingenios locales.
En la zona de Fraile Pintado se distinguen los productores
medianos, que representan una decena de propietarios, y los
productores pequeños que suman un total de 160 familias
involucradas. Los productos que se cosechan son tomate, pi-
miento, berenjena y zapallito, entre otras plantas hortícolas.
Solamente dos productores medianos cultivan banana (es la
zona más austral en la que se hace este cultivo dentro de la
RBYungas (y posiblemente del NOA) y se están implantando
además cítricos y paltas. Adicionalmente existen invernade-
ros en este sector que se usan en la producción hortícola,
fundamentalmente tomate. La comercialización está diri-
gida tanto al mercado nacional como a compradores que
vienen directamente a buscar la mercadería en las fincas.
La principal actividad en Libertador General San Martín y
Calilegua es el cultivo de la caña de azúcar. Allí se encuentra
el ingenio azucarero de mayor tamaño del país (Ledesma)
con casi 40.000 hectáreas de este cultivo, seguida por planta-
ciones de cítricos. Este gran emprendimiento productivo ha
dado origen y sustenta en gran medida económicamente a
la ciudad de Libertador General San Martín y al pueblo de
Calilegua. El complejo agroindustrial de Ledesma se com-
pleta con una importante papelera, que fabrica papel de de-
rivado directamente de la fibra de caña de azúcar, una planta
productora de jugos cítricos y aceites esenciales, y una muy
importante planta de conserva y empaque de fruta fresca.
De la caña de azúcar Ledesma también produce alcohol y
bioetanol en una planta de última generación.
En Libertador General San Martín es posible conocer el
Yungas 263
 Centro de Visitantes Ledesma donde se puede realizar un
viaje imaginario por la historia azucarera regional y conocer
las características de su pródiga naturaleza.
Un factor muy importante, limitante para el desarrollo agrí-
cola en toda esta zona, es la disponibilidad de agua, por lo
que se pueden observar complejos sistemas de captación
y conducción de agua para riego y más recientemente de
sistemas de aspersión que han permitido cultivar en áreas
donde no había acceso al agua para riego gravitacional;
potenciando la eficiencia del riego y mejorando sustancial-
mente la productividad.
En la localidad de Calilegua el Ingenio Ledesma posee la
Sala Calilegua, sitio privilegiado constituido por la vieja ca-
sona restaurada y destinada para alojamiento de visitantes
del ingenio. Esta hermosa construcción está rodeada de
un excepcional parque botánico de especies de árboles y
palmeras de todas partes del mundo tropical, que bajo la
dirección del ingeniero Roberto Neumann, ha incorporado
un importante número de especies arbóreas autóctonas, lo
que constituye, bajo el nombre de Arboretum Calilegua, el
primer parque temático de la región.
Este parque representa la principal colección de árboles
nativos y exóticos (cultivados) del Noroeste Argentino y
posiblemente de la Argentina. Es producto de una larga
historia de viajeros y fruticultores que trajeron de todos
sus viajes muestras de la diversidad tropical y de diversas
variedades de café, de caña de azúcar y cítricos. Con moti-
vo de la Exposición Universal de Paris en 1889, la provincia
de Jujuy expuso entre las muestras de sus producciones al
café, que según se mencionó en su momento “procede de
la finca San Lorenzo, departamento Ledesma, Provincia de
Jujuy. San Lorenzo está situado por donde pasará el ferro-
carril contratado a Orán…”.
La historia del Arboretum Calilegua se va entremezclando
con el desarrollo productivo de la región y con las sucesi-
264
vas decisiones empresariales de sus sucesivos propietarios,
hasta los tiempos actuales donde empieza a ser remozado,
y diversificado en sus especies. Se inicia una etapa orien-
tada en darle al parque un valor sobresaliente, en relación
a otros jardines de residencias azucareras de la región
noroeste de Argentina. Esta nueva fase se ha basado en
la labor profesional y entusiasta del ingeniero agrónomo
Roberto Neumann.
En Yuto y Río Piedras hay pequeños propietarios de la tie-
rra que producen en orden de importancia cítricos, cultivos
hortícolas y bananas. Una pequeña localidad denominada El
Bananal es muy visible por la ubicación de puestos de venta
de frutos a la vera de la ruta, donde es posible adquirir, de-
pendiendo de la época del año, naranjas, pomelos, mangos,
paltas y los clásicos “cachos” de banana.
El esquema productivo de este sector se completa con una
importante cantidad de aserraderos, particularmente en la
localidad de Caimancito, que utilizando madera provenien-
te de bosques nativos de la región y en menor medida de
plantaciones forestales, generan una importante demanda
de mano de obra típicamente familiar.
Los cítricos producidos mayormente en los alrededores de la
localidad de Yuto se venden generalmente a intermediarios.
En general se trata de pequeños productores. Los producto-
res más grandes venden en forma ocasional su producción a
la empresa Ledesma para la elaboración de jugo.
En esta zona también es posible disfrutar de las aguas ter-
males de Aguas Calientes, aguas y barros que desde las
entrañas mismas de la tierra brotan en medio de la verde
espesura selvática.
En Río Piedras y Pichanal se encuentra una gran propiedad
la Finca Urundel, que con unas 50.000 hectáreas incluye al
pueblo homónimo. Se dedica fundamentalmente a las acti-
vidades agrícolas de secano en las áreas planas cercanas a la
ruta y al aprovechamiento forestal en las áreas montañosas.
La actividad agrícola se centra en plantaciones de caña de
azúcar que es molida tanto en el Ingenio Ledesma como
en el Ingenio Tabacal (dada su posición equidistante a am-
bos), y en las áreas sin acceso a riego se cultiva soja en ve-
rano y trigo en invierno. Los productores medianos de este
sector en general son productores citrícolas que normal-
mente están ubicados alrededor de la Colonia Santa Rosa
y tienen todos superficies considerables para este cultivo.
Los pequeños productores en esta zona son normalmente
productores hortícolas, en general arrendatarios y con su-
perficies menores.
Dentro de la Colonia Santa Rosa los productores medianos
son en general productores citrícolas (producen naranja y
pomelo), aunque también los combinan con otros cultivos
como hortalizas o granos. Dada la magnitud de las activida-
des productivas, hay limitantes importantes en la disponibi-
lidad de agua para riego. Por el contrario, con las intensas
del verano se observan problemas importantes de erosión
de suelos.
En la localidad de Orán, a la vera de la ruta 50, se distinguen
grandes productores agrícolas y productores medianos. En
este sector se encuentra el Ingenio Tabacal que posee más
de 25.000 hectáreas cultivadas principalmente con caña de
azúcar. El Ingenio Tabacal presenta una vistosa y tradicional
entrada sobre la ruta, y posee una planta de procesado de
jugos y empaque de cítricos, destinados mayormente a la
exportación.
Los productores medianos que encontramos en este sector
tienen entre 200 y 3.500 ha de superficie cada uno y se dedi-
can al cultivo muy tecnificado de maíz, hortalizas (general-
mente en invernaderos) y extensos bananales ubicados en
su mayoría al norte de Orán.
La ciudad de Orán es la segunda ciudad en tamaño de la
Provincia de Salta, que con su importante oferta hotele-
ra y gastronómica invita a quedarse a pernoctar. También
encontramos plantaciones de mandarinas y naranjas y en
menor medida superficies cultivadas con yuca (mandioca)
y mamón (papaya). Estás últimas se ubican cerca de la lo-
calidad de Aguas Blancas, ya a orillas del río Bermejo, en el
límite con Bolivia.
En la localidad de Hipólito Yrigoyen existe una incipiente in-
dustria de la construcción basada en el uso de caña bambú,
que es cultivada en la región y principalmente asociada a los
canales de riego y márgenes de ríos como protección. Esta
caña no es originaria de la región sino que fue introduci-
da conjuntamente con la caña de azúcar hace más de cien
años. Por su fácil reproducción vegetativa, su extraordinario
y rápido crecimiento y su entramada y compacta estructura,
representa una muralla protectora de los márgenes de ríos
frente a las convulsionadas aguas de las crecientes estivales.
Yungas 265
Canto a las Yungas
Poemas de Yedelmira Rosario Viltes
 Entre la bruma y el cielo
(fragmento)

Como un cigarro apagado

entre los brazos del monte.

Como una música leve

entre la bruma y el cielo.

Como una lluvia de ponchos

flecos, chatos, amarillos,
aquel lapacho dormido
alfombrará las veredas.

Una cajita esfumada

a los pies del Calilegua...

Cerro Hermoso, Calilegua, Jujuy.

268 Yungas 269

 Mi eterno lugar
(fragmento)

Este es el lugar donde

mis pasos divagan con las
hojas del otoño donde
canta la sirena
donde los portones del Paraíso
dejaron caer los infinitos
donde cada mañana
la gente, todavía, se saluda.

Este es el lugar donde

la patria duele más
donde la extraño,
la pienso, la defiendo.

Donde la sueño en cataratas de bosques húmedos

en trigales luminosos
en muchachas plenas de hijos.

Este es el lugar
mi eterno lugar... Valle Colorado, Jujuy.

270 Yungas 271

 Amando las mismas cosas
(fragmento)

Por aquí todo bien

amando la mismas cosas:
Las loma verdes envueltas por las nubes.
mi cerro cubierto de granizo
las tardes rojas del estío
las calles arboladas y sombrías.

Amando las mismas cosas:

Las rosas en los rosales
las margaritas en el pelo
las hojas pequeñas del granado.
la humedad que despiden los jazmines.

Seguiré amando las mismas cosas:

Los ojos negros del hechizo
los pájaros
los grillos.

Los versos de Federico y de Miguel.

Capilla Santiago Apóstol, Pampichuela, Jujuy.

272 Yungas 273

 Mil ojos amarillos

Tibieza fugaz
herida de luz
sinfonía de otoño.

El último fresno
el de la casa gris.

El último fresno
donde la curva nos mira

con mil ojos amarillos.

Finca de San Francisco, Jujuy.

274 Yungas 275

 Paisaje en verdes

Verde mar.
Verde cielo.
Verde azul
en las lomas que canto.

Verde azul
en el tiempo que añoro.

Verde fuego.

Verde, verde.

Verde espacio
entre mi pueblo y el cielo

Alto Calilegua, Jujuy.

276 Yungas 277

 Después de la lluvia

Duerme la calle
sobre alfombra violeta.

El silencio
camina las venas de las tipas.

Hay siesta clara

después de la lluvia
sin rondas de niños
sin castañuelas
ni rayuelas de tiza.

Sólo mapas de agua

con islas violetas
olor a naranjas

Y yo
escribiendo versos
después de la lluvia.

Casa de Niebla, San Francisco, Jujuy.

278 Yungas 279

 El árbol del jardín de mi casa

El árbol del jardín de mi casa

se quedó con el oro del verano.

Duerme el otoño
con los brazos extendidos.

El árbol del jardín de mi casa

no tiene pájaros.

Sueña mariposas amarillas.

Puesto de San Francisco, Jujuy.

280 Yungas 281

 Misterios

Curvas del yuchán

origen del mundo
murmullos del camino
remolinos de viento.

II

El cielo del lapacho

acuna noche de estrellas
colgadas como soles
cuajadas de lágrimas.

Yo
a tus pies
mediodía de chicharras.

Camino de acceso a Caspalá, Jujuy.

282 Yungas 283

 Bruma en agonía

Ola verde
bruma en agonía.

Una cruz
se sostiene
se pliega
se repliega.

Una luz
parte la tierra
en alaridos.

Cerro Amarillo, Calilegua, Jujuy.

284 Yungas 285

 Los autores
Alejandro Diego Brown
Ecólogo, experto en biodiversidad y desarrollo
sustentable y presidente de la Fundación
ProYungas. Posee más de 30 años de experiencia
en biodiversidad y desarrollo sustentable en
ecosistemas forestales subtropicales. Durante
los primeros 20 años ha liderado proyectos de
investigación ecológica en distintos ecosistemas
forestales del norte de la Argentina, contribuyendo
a la generación de gran parte de la información
sobre biodiversidad que es utilizada para la toma
de decisiones en materia de conservación de
la naturaleza y planificación territorial de estos
ambientes subtropicales. Durante los últimos
16 años se ha dedicado full-time a “traducir” la
información ecológica a la toma de decisiones
gubernamental y privada en materia de
conservación y desarrollo sustentable. Para ello
creó en 1999 la Fundación ProYungas, de la que
es presidente desde su inicio. Su accionar está
indisolublemente ligado a las Yungas.
286
Agradecimientos
Vicente Amadeo Rubén Farfán Eduardo Nougués Directorio Ledesma SAAI
José Luis Rodríguez Alejandro Brown Inés García Delfo y Elda Ramírez Fundación Proyungas
Avelina Brown Federico Gatti Alejandro Rodríguez Personal Sala Ledesma
Nació en Buenos Aires en 1955. Se inició como fotógrafo
Roberto Cáceres Juan Carlos Giménez Lucy Sánchez Personal Sala Calilegua
autodidacta a fines de los años 70 y rápidamente incursionó en la
Leonor Calvó Gabriela Kubiak Bernardo Sayus Hostería “Tía Carola” de San Francisco
fotografía publicitaria, en la que desarrolló una extensa carrera de
Renzo Caorlín Matteo Goretti Oscar Sosa Posada “El portal de las Yungas” de Santa Ana
más de veinte años. En 2003 abandonó la fotografía publicitaria
Raúl Antonio Castro Nicolás Groppo Miguel Ullivarri Hospedaje “El Paraíso” de Valle Colorado
para centrarse en trabajos fotográficos para el mundo editorial.
Ignacio Duelo Julio Linares Fredy Vera Posada “El Nogalar” de Los Toldos
Entre las más notables podemos mencionar:
Cecilia Espinoza Fabio Massolo
• Ledesma Argentina. Una empresa centenaria
• Restauración y Reapertura del Teatro Colón
• Museo Argentino de Ciencias Naturales. 200 años
• Metales Precolombinos del Noroeste Argentino
• Antes de América Referencias bibliográficas
• Tesoros Precolombinos del Noroeste Argentino
• Artes de las Pampas del siglo XIX
• Aizenberg Finca San Andrés (2007), Alejandro D. Guía de áreas protegidas (2010) Reserva de Biósfera de Las Yungas
• Grupo Mondongo Brown; Matilde García Moritán; Beatriz Lucio R. Malizia, Yaiza Reid Rata, (2010), Teresita Lomáscolo, Alejandro
• El mural “Ejercicio Plástico” de Siqueiros en Argentina N. Ventura; Norma I. Hilgert y Lucio R. Carmen Molina Navarro. Ediciones D.Brown, Lucio R.Malizia. Ediciones
• Arqueología y Paleontología de Catamarca Malizia. Ediciones del Subtrópico. del Subtrópico. del Subtrópico.
• Tierra de encuentros. Arte de Sudamérica ayer y hoy La Situación Ambiental Argentina Nuestras Yungas, relatos en la selva
Arboretum Calilegua: especies
• Arboretum Calilegua. Árboles nativos y exóticos del NOA 2005 (2006), Alejandro D. Brown; jujeña (2008), Juan Carlos Giménez.
arbóreas nativas y exóticas del
Ulises Martínez Ortíz; Marcelo Acerbi Ediciones del Subtrópico.
Realizó numerosas exposiciones fotográficas, Noroeste Argentino (2016), Alfredo
y Javier Corcuera. Fundación Vida
entre las que se pueden destacar: Grau; Lucio Malizia y Alejandro D. Entre la piel y la luz (2015), Yedelmira
Silvestre Argentina.
Brown. Ediciones del Subtrópico. Rosario Viltes. Apóstrofe Ediciones
• Danza de Imágenes. Teatro Colón de Buenos Aires Yungas II: la Ruta de la Diversidad
Ambiente y sociedad en la Comarca
(octubre de 2013) en el Noroeste Argentino ( 2012),
Alejandro D. Brown; Matilde de Yala (2014), Lucio R. Malizia;
• Jujuy, de la Puna a la Selva. Teatro Colón de Buenos Aires
(diciembre de 2014) Garcia Moritán y Sebastián Malizia. Liliana Bergesio y Pamela T. Fierro.
Ediciones del Subtrópico UNJU/Ediciones del Subtrópico.
Yungas 287
Fotografía y edición fotográfica
José Luis Rodríguez

Textos y epígrafes
Alejandro Brown

Arte y edición gráfica

Estudio Massolo - Fabio Massolo

Preimpresión
José Luis Rodríguez

Impresión
Art Press - Ronor

Este libro ha sido impreso sobre papel de fibra de caña

de azúcar Ledesma Visión de 170 gr.

José Luis Rodriguez elpumitafotos@gmail.com

Alejandro Diego Brown abrown@proyungas.org.ar

No se permite la reproducción total o

Brown, Alejandro Diego
Reserva de biosfera de las Yungas : paisajes y
pueblos de montaña del NOA / Alejandro Diego
Brown ; José Luis Rodríguez. - 1a ed . - Yerba
Buena : Del Subtrópico, 2016.
288 p. ; 22 x 30 cm.
ISBN 978-987-28168-5-8
1. Fotografía. 2. Pueblos Originarios. 3. Medio
Ambiente. I. Rodríguez, José Luis II. Título
CDD 910.82
parcial, el almacenamiento, el alquiler, la
transmisión o la transformación de este
libro, en cualquier forma o por cualquier
medio, sea electrónico o mecánico,
mediante fotocopias, digitalización u
otros métodos, sin el permiso previo
y escrito del editor. Su infracción está
penada por las leyes 11.723 y 25.446.