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El árbol gruñón

El árbol gruñón, aunque era el más

grande del bosque y no necesitaba de

su sombra para nada, nunca la

compartía con ninguno de los

animales, y no les dejaba sentarse

cerca. Un año, el otoño y el invierno

fueron terribles, y el árbol sin sus

hojas iba a morir helado. Una

niña, que había ido ese invierno a

vivir con su abuelita, descubrió al

árbol tiritando y fue por una gran

bufanda para abrigarle. El espíritu del


bosque se le apareció, y le contó por

qué aquel árbol estaba tan sólo y

nadie le ayudaba, pero a pesar de

todo la niña decidió abrigarle. La

primavera siguiente, el árbol había

aprendido de la generosidad de la

niña, y cuando esta se sentó junto a

su tronco, le dio la mejor de las

sombras. El espíritu del bosque lo vio

y fue a contarlo a todos los animales,

que a partir de aquel año pudieron

tener siempre la mejor sombra,

porque el árbol aprendió que con


seres generosos y amables el mundo

era un lugar mucho mejor para vivir.

Pedro Pablo Sacristán


¡Vamos a trabajar el cuento,
ahora que aún está fresco!
Un minuto para pensar...
¿Cómo crees que sería el mundo si

cuando alguien hace algo malo todos

decidieran dejarlo de lado para

siempre? ¿Has hecho algo mal alguna

vez? ¿Qué te anima a ser mejor, el

cariño o el rencor?

Una buena conversación


Tratar bien a quien hace algo malo es

difícil, requiere confiar en que las

personas pueden cambiar. Cuenta a

tu hijo la historia de alguien cercano

(si no lo encuentras, valdrá algún

personaje histórico famoso) que haya

mejorado mucho su forma de ser, y

qué o quiénes lo ayudaron a dar ese

cambio

¿Y si pasamos a la acción?
Preparad y decorad una bufanda

especial y colocadla en algún

lugar único de la casa. Cada vez


que alguien de la familia haga

algo que os enfade mucho, podéis

ir a buscar esa bufanda y

enrollársela amablemente. No

hace falta decir nada, pero así,

recordando este cuento,

mostraréis que el enfado se

puede vencer con cariño.

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