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TERMOGRAFÍA EN LA INDUSTRIA

Tecnología para ver más allá de lo evidente


Por Equipo de Prensa Revista ElectroIndustria

Año a año aparecen en el mercado nacional cámaras infrarrojas más compactas, manejables, robustas y fiables,
con una gama de precios y funcionalidades que les permiten adaptarse a múltiples aplicaciones. En este
reportaje, revisamos los beneficios de emplear esta técnica y brindamos algunos consejos para su uso.

En el campo del mantenimiento industrial, la termografía es una de las técnicas más versátiles, pues permite
determinar de forma remota las temperaturas de un equipo con altos niveles de precisión y sin la necesidad
de contacto físico con el objeto analizado. Por ello tiene múltiples aplicaciones en la industria, desde las más
tradicionales, como los análisis en sistemas eléctricos (líneas de transmisión, subestaciones, transformadores,
tableros eléctricos, bancos de condensadores, etc.), en sistemas mecánicos (motores, reductores, cajas de
engranajes, poleas, correas transportadoras), o relacionados con Eficiencia Energética (infiltración, humedad,
problemas de revestimiento o aislamiento térmico, etc.), hasta usos más novedosos.

Al respecto, Marcelo Vergara, Termógrafo Nivel II y Subgerente Ventas de Intronica Ltda., afirma que “en el
último tiempo hemos explorado aplicaciones bastante novedosas en la Minería, por ejemplo para la detección
de puntos calientes en las naves de electrobtención e identificar problemas en la cosecha de cátodos; para
verificar los neumáticos de los camiones mineros, mejorando su vida útil; o para otras ‘casi abstractas’, como
la verificación de patrones térmicos en las hojas de parra para chequear sus niveles de estrés en la elaboración
de vino”. Por su parte, José Luis González, Sub Gerente Ingeniería y Desarrollo en Comulsa, sostiene que esta
variedad de aplicaciones se debe a que la evolución tecnológica ha permitido la fabricación de equipos “cada
vez más sencillos, versátiles y prácticos”.

Ventajas de la termografía

Según los expertos, las ventajas de la termografía son tan variadas como sus aplicaciones. “Nos permite hacer
mediciones sin interrumpir los procesos productivos, medir a distancia (por lo que es una técnica segura),
verificar grandes extensiones y detectar un punto específico, y encontrar un problema incipiente antes de que
se produzca una falla catastrófica”, destaca Vergara. Además, agrega, como se trata de una herramienta clave
en el mantenimiento predictivo, también posibilita reducir costos de producción, mano de obra y repuestos;
evita grandes desperfectos agilizando las intervenciones; otorga un conocimiento de la verdadera Condición
de Operación de las máquinas; ofrece mayor seguridad y confiabilidad, así como un mejor aseguramiento de
las reparaciones; y permite verificar las instalaciones nuevas.

“Si tuviéramos que resumir las ventajas de la termografía en una palabra, esta sería ahorro, ya que con la
detección temprana de una falla se puede hacer una buena programación de mantenimiento”, sostiene Jaime
Colvin, Gerente General de Colvin y Cía. Ltda.
Recomendaciones para realizar análisis termográficos

Para realizar de manera correcta este tipo de estudios, González ofrece algunas recomendaciones:

• Conocer el Factor de Carga de los elementos en estudio, y asegurarse de que sea superior al 50%.

• Analizar el entorno. Se han hecho muchos esfuerzos para hacer las cámaras IR fáciles de usar, pero muchas
personas no se preparan para usarlas adecuadamente.

• Otro error común es ignorar o no entender los efectos ambientales.

• Conocer el entorno viento – enfriamiento convectivo.

• Mediciones de temperatura precisas (y termogramas claros) requieren de un enfoque apropiado.

• Definir el objetivo de la inspección, es decir, qué se busca hacer: ¿un análisis para un mantenimiento
predictivo o mejorar la eficiencia?

• Definir los equipos involucrados, es decir, determinar qué equipos se medirán, cuál será su ruta o circuito,
etc.

• Preparar la ruta con un listado de áreas, equipos y componentes.

Cómo escoger un equipo IR

a. Un equipo que sea adecuado a la aplicación. En este aspecto, los expertos recomiendan una cámara
adecuada a la aplicación, es decir, que no exista una sobrespecificación ni menos una subespecificación del
equipo.

b. Calidad, precisión y marca del producto, con experiencia en el Mantenimiento Industrial.

c. Que el equipo sea robusto para ser utilizado en ambiente industriales.

d. Que integre un software profesional y automatizado, ya que gran parte del tiempo se gasta en la creación
de informes.

e. Servicios pre y post venta. Una cámara termográfica es una “inversión” y para sacarle más provecho es
necesario contar con una buena demostración del producto (antes que se adquiera, justamente para cumplir
con el punto anterior); una capacitación completa centrada en la teoría y aplicaciones termográficas;
reparación del producto con repuestos de fábrica; calibración de los equipos; y asesoría telefónica pre y post
venta, etc.

Por su parte, Jaime Colvin explica que para los equipos de terreno –como las cámaras termográficas- se
considera que sean productos de bajo peso, buena resolución térmica, óptimo encapsulamiento (IP54 o más)
y alta sensibilidad. “De esta manera, el usuario tendrá un instrumento multipropósito para inspecciones a
corta y larga distancia, obteniendo siempre buenos resultados en su diagnóstico. Hay que tomar en cuenta
que el 90% de una termografía es interpretación, y los resultados que se obtengan con una cámara infrarroja
tienen que ser lo más fiables posible”, advierte.

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