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Principio de Arquímedes

Arquímedes fue un griego que se dedicó a sus estudios de matemática, física,


geometría, mecánica, óptica y astronomía. En todas estas materias realizó
investigaciones que aún hoy resultan difíciles para una persona de buena
preparación. La anécdota más conocida sobre Arquímedes, matemático griego,
cuenta cómo inventó un método para determinar el volumen de un objeto con una
forma irregular.

De acuerdo con Vitruvio, arquitecto de la antigua Roma, una nueva corona


con forma de corona triunfal había sido fabricada para Hierón II, tirano gobernador
de Siracusa, el cual le pidió a Arquímedes determinar si la corona estaba hecha
de oro puro o si un orfebre deshonesto le había agregado plata, Arquímedes tenía
que resolver el problema sin dañar la corona, así que no podía fundirla y convertirla
en un cuerpo regular para calcular su densidad.

Mientras tomaba un baño, notó que el nivel de agua subía en la tina cuando
entraba, y así se dio cuenta de que ese efecto podría usarse para determinar
el volumen de la corona. Debido a que la compresión del agua sería despreciable,3
la corona, al ser sumergida, desplazaría una cantidad de agua igual a su propio
volumen. Al dividir la masa de la corona por el volumen de agua desplazada, se
podría obtener la densidad de la corona. La densidad de la corona sería menor si
otros metales más baratos y menos densos le hubieran sido añadidos. Entonces,
Arquímedes salió corriendo desnudo por las calles, tan emocionado estaba por su
descubrimiento para recordar vestirse, gritando ¡Eureka!.

Arquímedes afirma que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un


empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado. La explicación del
principio de Arquímedes consta de dos partes:
1. El estudio de las fuerzas sobre una porción de fluido en equilibrio con el resto
del fluido.

Consideremos, en primer lugar, las fuerzas sobre una porción de fluido en


equilibrio con el resto de fluido. La fuerza que ejerce la presión del fluido sobre la
superficie de separación es igual a p·dS, donde p solamente depende de la
profundidad y dS es un elemento de superficie. Puesto que la porción de fluido se
encuentra en equilibrio, la resultante de las fuerzas debidas a la presión se debe
anular con el peso de dicha porción de fluido. A esta resultante la denominamos
empuje y su punto de aplicación es el centro de masa de la porción de fluido,
denominado centro de empuje. De este modo, para una porción de fluido en
equilibrio con el resto, se cumple: Empuje=peso=ρf·gV

El peso de la porción de fluido es igual al producto de la densidad del


fluido ρf por la aceleración de la gravedad g y por el volumen de dicha porción V.

2. Se sustituye la porción de fluido por un cuerpo sólido de la misma forma y


dimensiones.
Si sustituimos la porción de fluido por un cuerpo sólido de la misma forma y
dimensiones. Las fuerzas debidas a la presión no cambian, por tanto, su resultante
que hemos denominado empuje es la misma y actúa en el mismo punto,
denominado centro de empuje. Lo que cambia es el peso del cuerpo sólido y su
punto de aplicación que es el centro de masa, que puede o no coincidir con el centro
de empuje. Por tanto, sobre el cuerpo actúan dos fuerzas: el empuje y el peso del
cuerpo, que no tienen en principio el mismo valor ni están aplicadas en el mismo
punto. En los casos más simples, supondremos que el sólido y el fluido son
homogéneos y por tanto, coinciden el centro de masa del cuerpo con el centro de
empuje.

Algunas de las aplicaciones del principio de Arquímides son: la flotación de


los barcos, la flotación de los submarinos, los salvavidas, los densímetros, los
globos aerostáticos, los flotadores de las cajas de los inodoros, los peces. El
fenómeno de flotación, consiste en la perdida aparente de peso de los objetos
sumergidos en un líquido. Esto se debe a que cuando un objeto se encuentra
sumergido dentro de un líquido, los líquidos ejercen presión sobre todas las paredes
del recipiente que los contiene, así como sobre todo cuerpo sumergido dentro del
líquido. Las fuerzas laterales debidas a la presión hidrostática, que actúan sobre el
cuerpo se equilibran entre sí, es decir, tienen el mismo valor para la misma
profundidad. Esto no sucede para las fuerzas que actúan sobre la parte superior e
inferior del cuerpo. Estas dos fuerzas son opuestas, una debido a su peso que lo
empuja hacia abajo y la otra, que por la fuerza de empuje, lo empuja hacia arriba.
Como la presión aumenta con la profundidad, las fuerzas ejercidas en la parte
inferior del objeto son mayores que las ejercidas en la parte superior, la resultante
de estas dos fuerzas deberá estar dirigida hacia arriba. Esta resultante es la que
conocemos como fuerza de flotación o de empuje que actúa sobre el cuerpo,
tendiendo a impedir que el objeto se hunda en el líquido.
Los barcos flotan porque su parte sumergida desaloja un volumen de agua
cuyo peso es mayor que el peso del barco. Los materiales con los que está
construido un barco son más densos que el agua. Pero como el barco está hueco
por dentro, contiene una gran cantidad de aire. Debido a ello la densidad promedio
del barco es menor que la del agua. Debido a que, para que un objeto flote, la fuerza
de flotación sobre el cuerpo debe ser igual al peso del fluido desplazado, los fluidos
más densos ejercen una fuerza de empuje más grande que los menos densos. Por
lo anterior, un barco flota más alto en agua salada que en agua dulce porque la
primera es ligeramente menos densa.

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