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Introducción:
Así titula Marx al capítulo XXIV de su obra El capital, el cual destina a explicar la génesis
histórica de las relaciones capitalistas, una suerte de “prehistoria” del capital.3 Antes de
adentrarse en formulaciones teóricas desarrolladas en este apartado es interesante señalar,
siguiendo la propuesta de Perelman (2000) que el mismo posee una narrativa disímil al resto
de los capítulos que conforman el volumen uno de la obra (cuya carga en lo referido a
conceptos económicos es más bien densa), este hecho se explica, según el autor, como parte
de una estrategia política de Marx para facilitar su comprensión por parte del público menos
formado en materia económica.
1
La fecha entre corchetes corresponde al año de publicación de la obra original, mientras que la indicada dentro
del paréntesis pertenece a la reedición utilizada como soporte bibliográfico de este trabajo. A partir de aquí, se
hará referencia a la última de ellas.
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El cual ocupa un lugar central en la explicación de Marx sobre el proceso de acumulación originaria en
Inglaterra.
3
Cabe destacar que autores como da Graca (2009) señalan que la elaboración de la noción de acumulación
originaria corresponde, en mayor medida, a otros escritos de Marx como las Formen y Grundrisse (1857-1858)
que a lo expuesto en el capítulo XXIV de El capital.
Puede decirse que el capítulo XXIV posee una fuerte carga satírica que entabla una crítica
directa a los postulados de la economía clásica que, pese a no expresarlo explícitamente,
reconocían la existencia de un cambio histórico que respondía a un proceso de acumulación
previo al surgimiento capitalismo4. Dicha transformación, señala Marx, es explicada como
resultado de la capacidad de ahorro y esfuerzo de un reducido grupo, los futuros paladines del
capitalismo industrial, frente a una masa ociosa y holgazana, destinada a caer en la pobreza
por no comportarse como los primeros, en síntesis, se trata un eufemismo que, según el autor,
desconoce la naturaleza violenta del proceso de acumulación originaria.
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De hecho, en la obra de Adam Smith, puede percibirse dicha noción cuando el autor postula las teorías del
valor. Por un lado, las formulaciones que pueden sintetizarse como la teoría del valor trabajo, aplicable en las
primeras etapas de la historia de la humanidad, en las que el valor esta determinado por la cantidad de trabajo
incorporada a un determinado bien. Por otro lado, en la medida que las sociedades se complejizan, entran en
juego otros factores productivos, la tierra y el capital, dando lugar así a la teoría valor costo de producción,
aplicable a la fase de incipiente industrialización en la cual Smith escribió La riqueza de las naciones. Para el
autor, el espíritu frugal de los capitalistas es lo que posibilitó el surgimiento del capitalismo.
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Este puede expresarse simbólicamente como D-M-D´, es decir, un capitalista ingresa al mercado con dinero, D,
con el cual compra mercancías, M, (medios de producción y fuerza de trabajo) con las cuales produce más
mercancías que finalmente vende en el mercado obteniendo dinero, pero este en un volumen mayor que el monto
con el que inició el ciclo, D´, producto del proceso de explotación.
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Marx ilustra esta idea en el capítulo XXV de El capital con la llamada “Anécdota del señor Peel”, el
protagonista de esta historia es un capitalista que se traslada a Australia llevando consigo todos sus medios de
producción y trabajadores asalariados, sin embargo, estos no constituían parte del capital del señor Peel, pues
había olvidado llevar consigo las relaciones sociales de explotación, condición determinante para la
trasformación de los mismos en capital e imprescindibles para doblegar a la fuerza de trabajo a su voluntad.
asalariados. “Una vez establecida la producción capitalista, esta no sólo mantiene esta
división, sino que la reproduce en escala cada vez mayor”7 (Marx 2014, p. 283).
Marx señala que las formas en las que los medios de producción pasan a estar concentrados
en unas pocas manos varían respondiendo a los distintos contextos sociohistóricos. El autor
utiliza como referencia el caso inglés para dar cuenta de los distintos procesos que
contribuyen a la acumulación originaria, entre ellos destaca el cercamiento de las tierras de
uso comunal con el fin de destinarlas a la producción lanera, cuyo punto cúlmine son las
legislaciones parlamentarias del siglo XVIII11; también forman parte las legislaciones en
torno al control de la mano de obra, las penas a la holgazanería y el empleo de niños;
finalmente señala otros métodos, el embargo de las tierras eclesiásticas en los años de la
reforma, la extracción de metales preciosos en América, la trata de esclavos africanos, las
guerras comerciales entre los países europeos y los sistemas modernos de endeudamiento.
Todas estas formas que contribuyen a la acumulación originaria tienen un aspecto en común,
7
Las cursivas pertenecen a la edición utilizada.
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En la 3ra y 4ta edición de El capital, Marx expresa explícitamente que la estructura económica del modo de
producción capitalista surge desde el interior del modo de producción feudal, la disolución del último posibilitó
la instauración del primero. Esta idea fue retomada por los continuadores inmediatos de la obra de Marx, como
Kautsky y Lenin; también tuvo eco en los debates del siglo XX en torno a la transición del feudalismo al
capitalismo, un defensor de esta postura es Maurice Dobb.
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Marx critica a los historiadores burgueses por presentar la supresión de la gleba y las mesnadas feudales como
la liberación del trabajador, cuando en realidad lo único que sucedió fue “la transformación del modo feudal de
explotación al modo de explotación capitalista” (2014, p.284).
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Ambos procesos, la expropiación y la quita de restricciones al trabajo, sientan las bases para la creación de un
mercado interno.
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Marx se refiere aquí a las Bills for inclosure of common, para señalar que la ley se convierte en “vehículo del
robo perpetrado contra las tierras del pueblo” (2014, p.294).
el papel central que cumplen las fuerzas extraeconómicas en el proceso de expropiación. En la
explicación de Marx (2014), la violencia particular, pero sobre todo el poder represivo del
Estado, son elementos fundamentales para desencadenar las fuerzas coercitivas propiamente
económicas que, en última instancia, marcan la dominación del capital sobre el trabajador
(p.308). Retomaremos los aspectos vinculados a la naturaleza violenta del proceso de
acumulación sobre el final trabajo.
El concepto de acumulación originaria es retomado por los autores marxistas de fines del
siglo XIX y principios del XX, de hecho, como señala De Angelis (2011), este se incorporó al
vocabulario cotidiano de los movimientos socialistas sin generar grandes controversias,
diferente a lo que sucedió con los académicos más actuales que protagonizaron los grandes
debates en torno a la transición del feudalismo al capitalismo. Da Graca (2009) plantea que la
matriz que une la teoría de Marx con los trabajos de sus continuadores, Kautsky y Lenin, es la
concepción de la acumulación originaria como un proceso histórico particular que produjo la
transformación de la estructura agraria y la instauración del modo de producción capitalista
(p.28), sin embargo, ambos autores realizan sus propios aportes a la teoría marxista
vinculados a sus estudios sobre “la cuestión agraria”.
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El título completo es “La cuestión agraria. Estudio de las tendencias de la agricultura moderna y de la política
agraria de la socialdemocracia”.
pervive y se integra a la lógica del capitalismo agrario como proveedora de fuerza de
trabajo.13
Por su parte, Luxemburg en su obra La acumulación de capital (1913) realiza una crítica a la
teoría de la reproducción ampliada de Marx. La autora sostiene que para que se produzca
efectivamente la acumulación capitalista es necesario la existencia de un sector que absorba la
producción de mercancías, esto la lleva a plantear que el mundo capitalista necesita entablar
vínculos de intercambio con el mundo precapitalista. Luxemburgo considera esto un motivo
suficiente para que el capital despliegue tanto su arsenal político como militar a fin de obtener
el control sobre el mundo no capitalista y eliminar todos los obstáculos que se le interpongan.
De Angelis (2011) considera fundamental este aporte, puesto que señala que “el prerrequisito
extraeconómico para la producción capitalista- lo que denominaríamos como acumulación
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Incluso Kautsky sostiene que “donde domine la pequeña propiedad, le costara mucho a la gran empresa
formarse” (2015, p.154).
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El título completo de la obra es “El desarrollo del capitalismo en Rusia. El proceso de la formación de un
mercado interior para la gran industria”.
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Entre ellos Chayanov.
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Lenin propone que el capitalismo una vez desatado encuentra distintas formas de propiedad agraria que
limitan su desarrollo, por lo que recurre a diferentes vías para someterlas a sus intereses. Entre ellas Lenin
describe una vía “desde arriba”, a la cual denomina “vía prusiana”, en ella el proceso de transformación de la
estructura agraria en llevada adelante por los grandes terratenientes (los junkers prusianos) recurriendo a la
violencia extraeconómica. Otra vía, “desde abajo”, es la llamada “vía norteamericana”, en ella el cambio es
operado por los mismos productores, los cuales atraviesan un proceso de diferenciación social interna agudizado
por el desarrollo del mercado interno. Para Lenin, esta última vía hacia el capitalismo era más propicia para el
campesinado ruso que ya estaba atravesando por un proceso de diferenciación social (da Graca, 2009).
originaria- es un elemento inherente y continuo de las sociedades modernas y su campo de
acción se extiende al mundo entero” (p.3)17.
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De Angelis (2001) establece una división entre las interpretaciones sobre la acumulación originaria. Por un
lado, las que la consideran un fenómeno histórico encasillado temporalmente que indica el proceso histórico de
separación entre productores y medios de producción, como en la propuesta de Lenin. Por otro lado, aquellas
visiones que consideran que los mecanismos extra económicos son elementos inherentes al sistema y operan de
manera continua para mantener dicha separación.17
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Como ya se ha reseñó arriba, Marx entiende el proceso de acumulación originaria como la separación entre
productores y medios de producción, los primeros pasan a formar parte de la masa de asalariados, mientras que
los últimos se transforman en capital, esta permite la instauración de la relación social de capital, la cual crea sus
propias condiciones de reproducción en una escala mayor. A continuación, referiremos a esto como separación.
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A partir de aquí nos referiremos a la misma solo como “acumulación” para diferenciarla de la “acumulación
originaria”.
se encuentra allí reposando como una suerte de espada de Damocles, dispuesta a caer sobre
los que erosionan la base económica de la dominación capitalista. Este proceso es inherente y
continuo dentro del capitalismo, incluso en su fase “madura” (De Angelis, 2011).
El estatuto fue promulgado en 1236 por Enrique III, hijo de Juan sin Tierra, como resultado
de la asamblea que se llevo adelante en Merton y al cual asistieron otros representantes del
poder feudal, desde el arzobispo de Canterbury hasta los condes y barones de Inglaterra.
Particularmente, analizaremos el artículo cuatro del documento, en el cual se establece como
acuerdo la posibilidad de apelar a un jurado en caso de verse limitados los derechos sobre el
espacio comunal. Como señalan López Rasch y Mir (2011), la importancia de esta fuente,
poco estudiada por los especialistas del período, radica en que puede tratarse de una
“manifestación jurídico-política de la temprana presencia de cercamientos” (p.252). El
contenido del documento adquiere mayor significado si tomamos en cuenta que el siglo XIII,
caracterizado por el crecimiento económico y demográfico, se manifiesta en Inglaterra con un
auge de la producción ganadera, vinculada a la exportación lanera, este contexto general sin
dudas influyó en el dictamen del estatuto. El principal problema al analizar el artículo cuatro
es su ambivalencia porque, si bien establece el derecho a apelar a un jurado en caso de verse
despojado del usufructo del comunal, no queda del todo claro a que grupo favorece esta
medida. Existen diversas posiciones al respecto, hay quienes, como en las interpretaciones
tradicionales, ven en el estatuto una avanzada de los señores sobre la tierra de uso comunal,
otras posturas como la de Le Goff y sobre todo Duby, matizan a la visión anterior al señalar
que también otros sectores fueron beneficiarios, como los campesinos enriquecidos. Desde un
punto de vista totalmente rupturista, Fossier, señala que el estatuto representa una estrategia
de la monarquía para poner freno a las aspiraciones de la nobleza sobre el comunal. Por su
parte, Dyer, propone que en realidad el estatuto por un lado habilitaba a los señores a cercar
las tierras del comunal, aunque imponía ciertos límites (López Rasch y Mir ,2011).
Bibliografía:
Da Graca, Laura (2009). Poder político y dinámica feudal. Procesos de diferenciación social
en distintas formas señoriales. Valladolid: Universidad de Valladolid. Selección: pp. 201-238.
De Angelis, Massimo (2011). “Marx and primitive accumulation: The continuous character of
capital's enclosures”, en The Commoner, N° 2, pp. 1-22, http://www.thecommoner.org.
Kautsky, Karl (2015) La cuestión agraria. Edición digital de la Marxist internet archive
(MIA). http://www.marxists.org. Selección: Capítulo VII.
Lenin, Vladimir Illich (1972). El desarrollo del capitalismo en Rusia. Santiago de Chile:
Quimantu. Selección: capítulo II
López Rasch, Juan Cruz y Mir, Lucio (2011). “Cercamientos y derechos comunales en la
Inglaterra del siglo XIII: un abordaje historiográfico en torno al Estatuto de Merton (1236)”,
en Trabajos y Comunicaciones, 2da Época, N° 37, pp. 251-260.
Marx, Karl (2014) Antología. Buenos Aires: Siglo veintiuno editores, Selección: Capítulo
XXIV.
Fuentes analizadas:
El Estatuto de Merton (1236). Documento disponible únicamente para uso interno del
seminario Seminario de grado y postgrado: La economía agraria de Castilla e Inglaterra en
perspectiva comparada (siglos XIII-XIV). Traducción, edición y notas realizadas por Juan
Cruz López Rasch (2017).