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Patrones y tasas de cambio

de uso del suelo en México


A. VELÁZQUEZ, J.F. MAS, J.R. DÍAZ-GALLEGOS,
R. M AYORGA-SAUCEDO, P.C. ALCÁNTARA, R. CASTRO,
T. FERNÁNDEZ , G. BOCCO, E. EZCURRA Y J.L. PALACIO

IN T RODUCCIÓN AL ANÁLISIS DEL CAMBIO DE USO

Y COBERTURA DEL SUELO

Los estudios sobre el cambio en la cobertura y uso nes, que propician variaciones en la cobertura natu-
del suelo proporcionan la base para conocer las ten- ral, durante las últimas décadas, las actividades hu-
dencias de los procesos de deforestación, degrada- manas se han convertido en el principal desencade-
ción, desertificación y pérdida de la biodiversidad de nador de la transformación de los ecosistemas (Vi-
una región determinada (Lambin et al. 2001). Aun- tousek et al . 1997). Por ejemplo, se estima que la
que existen eventos naturales, tales como los huraca- pérdida de bosques desde los albores de la humani-

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dad al presente va de un tercio (Noble y Dirzo 1997) Lambin et al. 2001), y es el tema al que se le da cen-
a casi la mitad (Cincotta et al. 2000) de la superficie tr al atención en este artículo.
total original. Este proceso se agudizó durante los úl-
timos dos siglos al cuadruplicarse la densidad de la EL ESCENARIO E N MÉXICO
población y desaparecer más superficie forestal que
durante toda la historia de la humanidad sobr e la La media mundial predice que México debería tener
Tierra (Cincotta et al . 2000). Esta acelerada pérdida alr ededor de 0.7 ha de cubierta arbolada per capita
de la cubierta forestal lleva consigo el exterminio de para la presente década. Los datos actuales, no obs-
la reserva genética inherente a los ecosistemas au- tante, indican que México alberga tan solo 0.5 ha de
tóctonos. Entre las consecuencias más obvias desta- cubierta for estal per capita, y la predicción para el
ca la pérdida del potencial de uso de los múltiples 2025 será de 0.3 ha per capita; es decir por debajo de
bienes y servicios ambientales que proporcionan los la media mundial (Maser a 1996; Velázquez et al.
ecosistemas para el bienestar humano, el calentamien- 2001). Se estima que las selvas mexicanas cubrían
to global, la alteración de ciclos hidr ológicos y bio- alr ededor de un 20% de la superficie nacional, y que
geoquímicos, la introducción de especies exóticas, el entre 1976 y 1980 la deforestación anual de éstas fue
exterminio de las especies nativas y la pérdida de de 160,000 ha/año (Masera et al. 1997). En el cuadro
hábitat en general (Velázquez et al. 2002). 1 se presentan las principales estimaciones que re-
Esta acelerada pérdida del capital natural se acen- sultan de estudios par ciales o regionales, o bien que
túa en forma alarmante en los bosques y selvas tropi- se derivan de fuentes indirectas. Las discrepancias
cales. Para el periodo 1964–1973 los ritmos de defo- son muy amplias; esta situación destaca aún más si
restación de los bosques tropicales en el mundo se se r evisa para cada tipo de vegetación o para una
calculó en 21 ha/minuto, lo que significó una pérdida región en particular. Los estudios consultados sostie-
anual de aproximadamente once millones de hectá- nen que la tasa de deforestación oscila entre 1 y 10.4%
reas. Se estima que la conversión de coberturas fores- anual según la región.
tales primarias tropicales a coberturas antrópicas en el En general los enfoques utilizados para el análi-
mundo alcanzó en promedio 15.5 millones de hectá- sis de cambio de cobertura y uso del suelo, incluyen-
reas al año en el periodo de 1981-1990, con una tasa do el forestal, no son homogéneos , y por lo tanto los
anual de pérdida de 0.8%. En Latinoamérica, la FAO resultados son incomparables en términos de las ca-
(1995) estimó que para finales del siglo XX los bos- tegorías de mapeo que se utilizan, así como de las
ques y selvas se reducirían al 53% de la cobertura escalas de tr abajo (tiempo-espacio). Además, las es-
original. Ésta se considera la mayor transformación timaciones adolecen de la falta de mecanismos de
que ha ocurrido en Centro y Sudamérica, principal- evaluación de la calidad de las bases de datos anali-
mente en Brasil, México y Costa Rica, quienes contri- zadas y de la confiabilidad de los resultados obteni-
buyen con un 32% del total estimado (FAO 1995). dos. Las extrapolaciones a nivel nacional, por lo tan-
El procedimiento más confiable para medir el gra- to, son poco confiables e imprecisas para entender
do de conversión ambiental antropogénica es el estu- las transiciones en los usos del suelo.
dio de la dinámica espacio temporal de la cubierta Ante esta situación es primordial mejorar los
vegetal (Berry et al. 1996) o «análisis del cambio de mecanismos de e valuación, predicción y seguimien-
uso/cobertura del suelo» (LUCC por las siglas en in- to para que sean más confiables y describan la diná-
gles de «land use/cover change», Turner y Meyer 1994; mica del capital natural que resguarda México en sus

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diversos ecosistemas. Para tal fin, es necesario contar tos para poder obtener predicciones que describan
con bases de datos multitemporales , compatibles en la dinámica de la cubierta del suelo y por ende las
sus categorías y con alta calidad geográfica, que per- tasas de pér dida del capital natural. Con este estu-
mitan responder a estas demandas de manera expedi- dio se contribuy e a desarrollar un mecanismo de
ta. Estas bases de datos, con cobertura nacional, son seguimiento de la dinámica de los r ecursos natura-
escasas y no completamente compatibles. les asociados a la cubierta v egetal.

LAS BASES DE D ATOS DE REFERENCIA


C UADRO 1. ALGUNAS ESTIMACIONES DE SUPERFICIES

FORESTALES PERDIDAS ANUALMENTE EN MÉXICO


Las bases de datos sobre vegetación y uso del suelo
disponibles par a todo el territorio nacional son las de

SUPERFICIE DE INEGI serie I y serie II, y los inventarios forestales


F UENTE
PÉRDIDA (HA/AÑO)
de 1994 y 2000.

SARH 1992 365,000 S ERIE I ( INEGI 1968-1986)


SARH 1994 370,000
La cartografía de uso del suelo y vegetación del INE-
Repetto 1988 460,000
GI, escala 1:250,000, se elaboró a partir de la inter-
FAO 1997 508,000 pretación de fotografías aéreas tomadas entre los años
FAO 1988 615,000 1968 y 1986, así como de un intenso tr abajo de cam-
po que incluyó más de 10,000 sitios de verificación.
Masera et al. 1992 668,000
El sistema clasificatorio comprende más de 300 cla-
FAO 1995 678,000 ses que dan cuenta de los diferentes tipos de vegeta-
Myers 1989 700,000 ción con base en criterios de fisonomía, florística,
fenología y estado de conserv ación de los tipos de
Castillo et al. 1989 746,000
uso del suelo. No existe evaluación cuantitativa de la
Toledo 1989 1,500,000 confiabilidad de la cartografía de uso del suelo y ve-
getación del INEGI; sin embar go, dadas la experien-
cia de los intérpr etes y las técnicas utilizadas, los datos
resultantes satisfacen los requerimientos de calidad
Ante esta situación, y por mandato del INE-S E- esperados para un trabajo a escala nacional. Los da-
MARNAT, el Instituto de Geografía-UNAM realizó una tos originales existían únicamente en formato analó-
investigación con los siguientes objetivos: (1) eva- gico por lo que se hicieron dos esfuerzos de digitali-
luar la confiabilidad y mejor ar (tanto informativa- zación de esta cartogr afía: uno por mandato del INE,
mente como en la representación cartográfica) la en 1997, mediante digitalización manual en tableta,
calidad de las bases de datos del tema de uso de para apoyo a las tareas de ordenamiento, y otro por
suelo y vegetación (escala 1:250,000) disponibles parte del Instituto de Geografía-UNAM, mediante ba-
para México; (2) desarrollar una estr ategia de com- rrido automático y edición manual, en el marco del
patibilidad entre las base de datos; (3) comparar, proyecto Caracterización del Paisaje de América
cartográfica y estadísticamente dichas bases de da- del Norte (CPAN).

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cial, ya que solamente se hizo para áreas forestales,
dando como resultado una cartografía híbrida en la
cual se combina información actualizada y de la se-
rie I (Sorani y Álvarez 1996). El sistema clasificatorio
se deriva del sistema de la FAO y comprende 29 tipos
de vegetación. Esta información se presenta organi-
zada por cartas, escala 1:250,000, y por zona UTM en
formato digital.

INVENTARIO F ORESTAL N ACIONAL (2000) FASE I

Durante el año 2000, el Instituto de Geografía-UNAM


llevó a cabo la primera fase del Inventario Forestal
Nacional (IFN) 2000-2001. Ésta consistió en la actua-
lización de la información digital de la serie II de INE-
GI, a partir de la interpretación visual de composicio-

nes a color de imágenes Landsat ETM+ impr esas con


muy alta calidad a la escala 1:125,000. La interpreta-
ción fue realizada por expertos locales (principalmente
botánicos, ingenieros forestales y ecólogos) y contó
S ERIE II (INEGI 1993-1996) con la supervisión de los expertos regionales de INE-
GI. El sistema clasificatorio es más sencillo que el de

Al principio de la década de 1990, el INEGI llevó a INEGI y está organizado en forma jerárquica en cua-

cabo una actualización de la cartografía serie I con tro niveles (Formación, Tipo, Comunidad y Subco-
base en la interpretación visual de espaciomapas. munidad); el nivel más detallado comprende 75 cate-
Los espaciomapas fueron derivados de la composi- gorías (Palacio et al. 2000). Además de los 10,000
ción a color de imágenes Landsat TM (combinación puntos de campo de INEGI a partir de los cuales se le
de bandas del infrarrojo y visible 4, 3, 2) impr esos a adjudica una etiqueta de identificación a cada polí-
escala 1:250,000. El sistema clasificatorio es aún más gono, se llevó a cabo una evaluación de la confiabili-
detallado que el de la serie I con más de 600 catego- dad del etiquetamiento de los polígonos utilizando
rías. Los datos se encuentr an únicamente en forma- más de 18,000 fotografías digitales tomadas durante
to digital. el mismo año (Mas et al. 2002). Los detalles sobre la
metodología seguida y los productos obtenidos se
INVENTARIO FORESTAL N ACIONAL PERIÓDICO (1994) encuentran en Palacio et al. 2 000 y Velázquez et al .
2001.
Entre 1992 y 1994 el Instituto de Geografía lle vó a
cabo la cartografía del Inventario Forestal Nacional EL SISTEMA CLASIFICATORIO PARA ESTE TRAB AJO

Periódico. Para tal fin se actualizó la cartografía pro-


veniente de la serie I con base en el análisis visual de Durante el desarrollo del IFN 2000 se revisaron los
74 imágenes Landsat TM. Esta actualización fue par- sistemas clasificatorios disponibles para cartografía

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de la vegetación y uso del suelo; posteriormente, y leyenda se tipificó en forma anidada la cobertura del
en conjunto con INEGI y la entonces S EMARNAT, se de- terreno en cuatro niveles de resolución espacial y se
sarrolló una serie de talleres durante los cuales se definieron criterios para cada uno de los niveles
estableció un sistema jerárquico (cuadro 2). En esta de agregación; asimismo, se representó la dinámica

C UADRO 2. LEYENDA JERÁRQUICA UTILIZADA EN LA EVALUACIÓN DEL CAMBIO DE USO DEL SUELO

FORMACIÓN TIPO DE VEGETACIÓN Y USO DE SUELO COMUNIDAD Y OTRAS COBERTURAS

I Cultivos 1 Agricultura (riego y humedad) Agricultura de riego (incluye riego eventual)


Agricultura de humedad
Riego suspendido
Pastizal cultivado

1
2 Agricultura (de temporal) Agricultura de temporal

3 Plantación forestal Plantación forestal

II Bosques 4 Coníferas Bosque de táscate 2, 3


2, 3
Bosque de oyamel (incluye a yarín y cedro)
Bosque de pino 2, 3
Matorral de coníferas 2, 3

5 Coníferas-latifoliadas Bosque bajo-abierto 2, 3


2,
Bosque de pino-encino (incluye encino-pino)

6 Latifoliadas Bosque de encino 2, 3

2, 3
7 Mesófilo de montaña Bosque mesófilo de montaña

III Selvas 8 Perennifolia y subper ennifolia Selva alta y mediana perennifolia 2, 3


Selva baja perennifolia 2, 3
Selva alta y mediana subperennifolia 2, 3
Selva baja subperennifolia 2, 3
2, 3
9 Caducifolia y subcaducifolia Selva mediana caducifolia y subcaducifolia
Selva baja caducifolia y subcaducifolia 2, 3
Matorral subtropical 2, 3
Selva baja espinosa 2, 3
IV Matorral 10 Mezquital Mezquital (incluye huizachal) 2, 3

11 Matorr al xerófilo Matorral cr asicaule 4, 5


Matorral sarcocrasicaule 4, 5
Matorral sarcocaule 4, 5
Matorral sarcocrasicaule de neblina 4, 5
Matorral desértico micrófilo 4, 5
Matorral desértico rosetófilo 4, 5
Matorral rosetófilo costero 4, 5
Vegetación de desiertos arenosos
Matorral espinoso tamaulipeco 4, 5
Matorral submontano 4, 5
Chaparral 4, 5

V Pastizal 12 Pastizal Pradera de alta montaña


Pastizal natural (incluye pastizal-huizachal)
Pastizal inducido
Sabana

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FORMACIÓN TIPO DE VEGETACIÓN Y USO DE SUELO COMUNIDAD Y OTRAS COBERTURAS

VI Vegetación hidrófila 13 Vegetación hidrófila Manglar


Popal-tular
Vegetación de galería (incluye bosque y selva)

VII Otros tipos 14 Otros tipos de vegetación Palmar


de vegetación Vegetación halófila y gipsófila
Vegetación de dunas costeras

15 Área sin vegetación aparente Área sin vegetación aparente

VIII Otras coberturas 16 Asentamiento humano Asentamiento humano

17 Cuerpo de agua Cuerpo de agua

1
Incluye dos categorías: con cultivos anuales o con cultivos permanentes y semipermanentes.
2 Incluye la vegetación primaria y la vegetación secundaria arbórea en una sola categoría.
3
Incluye a las comunidades con vegetación secundaria arbustiva y herbácea.
4 Se refiere a las comunidades de matorrales con vegetación primaria.
5 Incluye la vegetación secundaria derivada de la alteración de los matorrales.

de la vegetación al considerarse categorías en conti- das, que no son contempladas por ninguna otra
nua transformación (el nivel de subcomunidad; Ve- base de datos.
lázquez et al. 2001). Por esta razón, este sistema ca- 3. El IFN 1994 incluyó al bosque mesófilo, como
tegórico ha sido adoptado como modelo para las esti- parte de las selvas, lo que no ocurre en ninguna
maciones de cambio de uso y cobertura del suelo (Ve- otra de las bases de datos, donde se incluyen
lázquez et al. 2002). Así se aseguró que los cruces de como parte de los bosques.
mapas y las estadísticas derivadas fueran compati- 4. El IFN 1994 no definió en forma sistemática cada
bles entre los diversos sistemas clasificatorios de cada categoría utilizada y carece de un diccionario o
una de las fuentes de información. glosario.
Los marcos conceptuales y sistemas clasificato- 5. El IFN 1994 es un producto cartográfico híbrido
rios de los dos últimos inventarios forestales son di- derivado de imágenes de satélite y de fotografías
ferentes, por lo que no pueden compararse. Entre los aéreas de la cartografía de INEGI serie I (28%).
argumentos sobre su incompatibilidad destacan:
Por lo anterior, en este trabajo se consideraron las
1. El IFN 1994 utilizó la categoría áreas forestales dos bases de datos del INEGI (serie I y II) y el IFN
perturbadas que incluye gran diversidad de cla- 2000 para monitorear los cambios de los tipos de ve-
ses de diversos orígenes, tales como matorrales, getación y uso del suelo entre tres fechas, que lla-
bosques y selvas secundarias, pastizales y áreas maremos en lo subsiguiente t1 (serie I), t2 (serie II) y
agrícolas. Esta categoría no existe en las otras t3 (IFN 2000). La compatibilidad entre cada una de
bases de datos, pero comprende alrededor del las bases de datos incluyó una revisión detallada
12% de la superficie del país. de las categorías que las constituyen a través de los
2. El IFN 1994 incluyó los conceptos de coberturas diccionarios que las describen. A partir de esto se
abierta y cerrada, y bosque y selva fragmenta- logró encontrar una o un grupo de categorías que INEGI

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maneja en sus dos series y se adecuaron a la leyenda
de la base de datos t3 (IFN 2000). De esta forma se
pudieron hacer compatibles las tres bases de datos
en cuanto a su leyenda (tanto en jerarquía como en
categorías).

P REPARA CIÓN DE LAS BASES DE DATOS

SERIE I (t1 1976± 3)

Dado que existen dos versiones digitales de la carto-


grafía de uso del suelo y vegetación (escala 1:250,000)
de INEGI serie I, fue necesario realizar una evaluación lógica se llevaron a cabo hasta lograr una corres-
de la calidad y fidelidad de ambas con respecto al pondencia del 96% a nivel de «tipo de vegetación»
formato analógico. La evaluación de las bases de da- entre ambas bases de datos.
tos incluyó la revisión del etiquetamiento de los polí- Esta cartografía se desarrolló a partir de fotos aé-
gonos digitalizados en las dos versiones digitales y la reas obtenidas en el periodo 1968 a 1986. Un análisis
detección de polígonos sin identificador o con incon- de frecuencia indicó que la mayoría de las cartas inclu-
gruencias en la codificación. Para detectar los errores yen a más de una fecha. De este ejercicio se identificó
de etiquetamiento, se procedió a la sobreposición de la fecha promedio y su desviación estándar a un 95%
las dos versiones en un sistema de información geo- de límite de confianza. El resultado fue el año de 1976
gráfica, lo que permitió localizar las áreas donde se (±3 años) y es el que fue utilizado para las estimacio-
presentaban divergencias en el resultado de la digita- nes, predicciones y análisis de tendencias.
lización.
Las incongruencias detectadas al cruzar las dos S ERIE II (t 2 1993)
versiones se deben a errores en la codificación de
polígonos y en la captura de los límites de los mis- La base de datos correspondiente a la serie II (t2)
mos, deficiencias que se detectaron en ambas bases nos fue proporcionada por el INEGI después de un
de datos. En total estas discrepancias representaron pr oceso de validación realizado por la misma de-
2
un 12% del territorio nacional (±280 mil km ). Se pendencia. El sistema clasificatorio consideró ±642
decidió entonces conformar una base de datos INE- categorías derivadas de la interpr etación visual de
GI serie I (t1 ) digital que excluyera la mayor canti- las imágenes satelitales. Esto es difícil, porque la
dad de incongruencias y que incluyera las bondades diversidad de respuestas espectrales aún para las 75
de ambas versiones digitales. La conformación de categorías incluidas en el pr esente estudio resultó
esta versión híbrida requirió de la corrección de más confusa. Por lo anterior, es posible que una parte de
de 1,000 polígonos y de diversos mecanismos de los polígonos en la base de datos de INEGI (serie II)
control de calidad, entre los que destacan índices pueden haber sido retomados sin cambio de la serie
de forma de polígono, control de etiquetamiento y I. Esto traería implicaciones en cuanto a la fecha del
límites de los polígonos. Las tareas de corr ección origen de los datos principalmente. Debido a que no
entre la versión híbrida (t1 ) y la base de datos ana- existen datos analógicos de esta fuente cartográfica,

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no se llevó a cabo el proceso de evaluación de su fuente original (t2 ) describe las ár eas de cambio en
calidad digital en forma independiente en esta eta- forma sistemática. Las coberturas evaluadas pre-
pa del trabajo. Sin embargo, se efectuó una evalua- sentaron una confiabilidad por arriba del 75% a
ción de la confiabilidad digital de t2 , al compararla nivel de «comunidad» (Mas et al. 2001). Esta con-
con la base de datos multifecha. En general se en- fiabilidad se incrementó a un 85% a nivel de «tipo
contraron inconsistencias entre las etiquetas de los de vegetación» y a un 95% a nivel de «formación»,
polígonos de esta base de datos y la del IFN 2000 todo ello como resultado del proceso de corrección
(t3). Esto se corr oboró con una revisión detallada de de este estudio.
la literatura existente par a el sur y sureste del país En síntesis, el grado de esfuerzo para la verifica-
en donde el 98% de las diferencias entre t2 y t3 se ción y corrección de las tres bases de datos (t1 , t2 y t3 )
atribuyeron a t2 . Esta base de datos se corrigió hasta buscó conciliar un nivel de precisión adecuada, una
llegar a un 95% de confianza. exactitud aceptable y un esfuerzo de corrección facti-
ble. En total, se invirtieron ±2,200 horas/hombre para
BASE DE DAT OS t 3 ( IFN 2000) llegar a los niveles deseados.

Esta base de datos corresponde exclusivamente al año ESTIMACIÓN DE LOS PROCESOS DE CAMBIO

2000. Tanto las imágenes, como la interpretación y la


liberación del producto final se realizaron en un pe- Con el fin de obtener las estadísticas del cambio así
riodo menor al año. Su confiabilidad se evaluó con como su localización geográfica, se realizó una so-
base en fotografías aér eas digitales (escala ±1: breposición de las fuentes cartográficas corregidas
15,000). Esta evaluación fue parcial para el año 2000 digitalmente t1, t2 y t3 . Esta parte del análisis permitió
pues se llevó a cabo únicamente para el norte del generar una cartografía confiable que expresa en for-
país y sólo para algunas categorías de la leyenda. ma concisa la magnitud y distribución espacial de la
Durante el año 2001 varios de los autores participa- compleja dinámica del cambio de uso del suelo en
mos en una evaluación detallada para los estados de toda la República Mexicana.
Oaxaca y Querétar o, confirmando su veracidad. La Las coberturas leñosas (bosques, selvas y mato-
actualización digital de la base de datos t2 para el IFN rrales en sus condiciones primarias y secundarias)
2000 consistió sólo en la modificación de los polígo- se agregaron, y su dinámica de cambio se describió
nos cuya superficie registró un cambio. Este procedi- en un modelo. En éste se enfatiza la probabilidad de
miento se denomina de Interpretación interdependien- cambio de cualesquiera de estas categorías hacia las
te, y es el que se recomienda en la bibliografía para cubiertas antropogénicas. A este cambio se le deno-
realizar análisis de cambio de uso/cobertura de suelo minó como proceso de deforestación y a partir del
( FAO , 1996). mismo se calcularon las tasas de cambio de acuerdo
Para ejecutarlo, se imprimieron sobre un aceta- con la ecuación utilizada por FAO (1996) (ecuación
to los vectores de la fecha t2 , y sobr e papel normal 1). Esta tasa expresa el cambio en porcentaje de la
la imagen correspondiente a la fecha t3 ; sobre esta superficie al inicio de cada año. El mismo procedi-
base se delinearon exclusivamente los vectores cuyo miento se aplicó a las demás categorías, de tal for-
perímetro resultó modificado, mismos que se cap- ma que los resultados de este estudio describen las
turaron en forma digital. El resultado es la base de transiciones entre todos los usos del suelo, y no sólo
datos actualizada ( t3) que al ser cruzada con su los forestales.

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1/ n El cruce entre t1-t2 y t2 -t3 aportó evidencias del pro-
δn = () S2
S1 −1
(Ecuación 1) blema de la fecha asignada a t2 (1993). Los resultados

donde δ es la tasa de cambio (para expresar en % hay que


sugieren, por ejemplo, que entre 1976 y 1993 los bos-
multiplicar por 100),
ques de latifoliadas disminuyeron, mientras que la tasa
S1 superficie en la fecha 1,
S2 superficie en la fecha 2, de cambio se dispara entre t2 -t3. Las tasas de cambio
n es el número de años entre las dos fechas.
estimadas a partir de t2 resultan menos confiables, dado
que una parte de los vectores que la conforman, tal como

R E S U LLTT ADOS se indicó más arriba, probablemente no sean producto


de la actualización de 1993 y quedaron sin modifica-
ción en la base de datos t1 . Por lo tanto, la estimación de
Los resultados más confiables correspondieron a las
las tasas de cambio basadas en las comparaciones entre
coberturas vegetales en tanto que las estadísticas me-
t1 -t3, describen de manera más confiable las transicio-
nos confiables correspondieron a cuerpos de agua y
nes que han ocurrido en el territorio nacional.
asentamientos humanos (cuadro 3). Las inconsisten-
Los cambios entre fechas (t1 -t3 y t2-t3) se describen
cias en las formas de cartografiar las costas, la sepa-
en sus respectivas matrices (cuadro 4 a y b). En éstas se
ración de los cuerpos de agua costeros, la dinámica
incluyen las estadísticas para las diversas formaciones
propia de estos ecosistemas y la no actualización de-
para ambos periodos (1976–2000 y 1993–2000), las su-
tallada de los asentamientos humanos se reflejó en
perficies de cambio entre cada una de las formaciones,
diversas impr ecisiones que no permitieron su com-
el total de hectáreas que se pierden o se ganan por año
paración directa.

CUADRO 3. ESTADÍSTICAS PARA LAS FECHAS CONSIDERADAS EN EL ESTUDIO

FORMACIONES 1976 1993 2000

Bosques 352,049 347,084 331,236

Selvas 377,598 352,798 314,340

Matorral 607,472 572,118 560,791

Vegetación hidrófila 22,941 22,223 19,887

Otros tipos de vegetación 53,319 68,226 60,355

Pastizales naturales 104,779 94,947 86,240

Pastizales inducidos y cultivados 149,617 173,753 225,135

Cultivos 262,389 290,325 325,057

Otras cobertur as 2,344 11,034 9,467

Total 1,932,508 1,932,508 1,932,508

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para cada formación, y las tasas de cambio expresadas por ciento del total por lo que no afectan las estadísticas
en porcentaje. Los valores negativos describen las for- generales y son parte del error estimado en nuestras
maciones que pierden y los valores positivos las que estadísticas. En síntesis, el esfuerzo (medido en horas/
ganan superficie. Las cifras en negritas representan una hombre y costos financieros) para poder eludir al 100%
categoría denominada «falsos cambios». Esto se puede los «falsos cambios» se incrementarían exponencial-
deber a dos razones: conversiones entre categorías no mente mientras que los resultados generales no se mo-
factibles (cambio de bosques a selvas, por ejemplo) que dificarían en forma significativa. Por lo anterior se con-
son producto de las inconsistencias entre las bases de sidera a este análisis como confiable en sus estimacio-
datos, o bien al uso de criterios diferentes para tipificar nes entre t1 (1976) y t3 (2000).
a cada una de las categorías (por ejemplo un «bosque» Una manera clara de mostrar las tasas de conversión
abierto puede ser categorizado como «pastizal natural», es comparar las tasas de cambio entre las diversas forma-
dependiendo del intérprete). La sumatoria de todas las ciones. Las que se disponen por debajo del cero indican
celdas de falsos cambios no representan más de un tres las categorías que están a) perdiendo y las que se dispo-

CUADRO 4 A. MATRICES DE CAMBIO PARA AMBOS PERIODOS A) t1 (1976) Y t3 (2000) Y B) t2 (1993) Y t3 (2000)

2000

Pas tizales inducidos y cultivados


Otros tipos de vegetación

Tasa de cambio (%)


Vegetación hidrófila

Pas tizales naturales

Otras coberturas
Matorral
Bosques

C ultivos

Totales
Selvas

A)

Bosques 29,72 0,440 874,204 309,215 794 13,612 367,858 2,374,394 1,532,731 10,864 35,204,112 -0.25
Selvas 863,519 27,940,359 187,743 156,000 47,388 36,856 4,844,220 3,626,278 56,615 37,758,978 -0.76
Matorral 557,484 222,597 53,252,429 34,810 863,475 596,808 2,658,647 2,439,049 120,554 60,745,853 -0.33
Vegetación 3,491 166,865 80,049 1,599,906 67,893 8,099 249,189 114,332 4,264 2,294,088 -0.59
hidrófila
1 Otros tipos 11,821 25,485 544,125 63,008 4,267,381 51,471 112,219 237,868 18,367 5,331,745 0.52
9
7 de vegetación
6 Pastizales naturales 360,508 30,532 666,854 1,131 491,537 7,184,708 965,958 766,016 10,386 10,477,630 -0.81
Pastizales inducidos 787,056 1,146,434 358,245 95,523 42,719 69,934 10,077,694 2,273,335 110,432 14,961,372 1.72
y cultivados
Cultivos 818,423 1,026,214 678,828 37,376 240,923 308,032 1,228,366 21,506,847 393,273 26,238,282 0.90
Otras coberturas 147 614 325 149 430 33 2,317 8,510 221,901 234,426 5.99
Totales 33,122,889 31,433,304 56,077,813 1,988,697 6,035,358 8,623,799 22,513,004 32,504,966 946,656 193,246,486

30 G AC E TA EC O L Ó G I C A
CUADRO 4B. MATRICES DE CAMBIO PARA AMBOS PERIODOS A ) t1 (1976) Y t3 (2000) Y B) t2 (1993) Y t3 (2000)

2000

Pastizales inducidos y cultivados


Otros tipos de vegetación

Tasa de cambio (%)


Vegetación hidrófila

Pas tizales naturales

Otras coberturas
Matorral
Bosques

C ultivos

Totales
Selvas

B)

Bosques 31,455,228 269,099 89,018 167 2,839 127,759 1,939,988 820,701 5,091 34,709,890 -1.02

Selvas 554,077 29,087,098 113,532 41,272 15,871 37,651 3,053,474 2,340,559 37,828 35,281,362 -2.06

Matorral 152,579 130,875 53,785,413 19,496 318,483 167,0 32 1,468,978 1,131,615 39,858 57,214,329 -0.52

Vegetación 363 77,337 13,557 1,945,157 31,578 1,358 52,559 48,785 1,746 2,222,440 -0.61

hidrófila
1 Otros tipos 5,668 9,219 776,937 52,852 5,723,739 7,758 76,503 163,363 6,843 6,822,882 -0.13
9
9 de vegetación
3 Pastizales naturales 136,267 11,769 136,355 1,028 13,629 7,837,985 936,246 414,102 7,780 9,495,161 -1.97

Pastizales inducidos 240,812 515,615 321,726 43,097 22,976 49,429 14,960,584 1,175,587 46,22 0 17,376,046 4.62

y cultivados
Cultivos 271,131 654,647 376,399 19,514 61,989 121,359 729,771 26,599,335 199,651 29,033,796 1.96

Otras coberturas 5,503 1,003 3,019 165 615 160,183 8,589 28,388 895,960 1,103,425 1.69

Totales 32,821,628 30,756,662 55,615,956 2,172,748 6,191,719 8,510,514 23,226,692 32,722,435 1,240,977 193,259,331

Los valores en las celdas indican el total de hectáreas que se transforman entre las diversas formaciones. Al final se incluyen las tasas de cambio
expresadas en porcentaje. Las superficies consideradas en el cálculo de las tasas de cambio se limita a las ár eas compartidas entre dos bases de datos ya
sea t1-t3 o t2-t 3. Por lo tanto, las superficies totales derivadas de los cruces difieren en forma no significativa.

nen hacia arriba las que están ganando superficie (figura inducidos y cultivados» representan actualmente más de
1). La categoría «otras coberturas» incluye los asentamien- 41 millones de hectáreas (21% del territorio nacional);
tos humanos, y ésta junto con los cultivos y los pastizales esta cifra se sigue incrementando a tasas de conversión
inducidos y cultivados representan las categorías que más superiores a las que se observan en el resto de los países
superficie ganan del resto de las formaciones. Las «sel- intertropicales. Esto sólo es superado por Brasil, aunque
vas» seguidas de la «vegetación hidrófila», los «pastizales las estadísticas para otros países no permiten una com-
naturales», «los matorrales» y los «bosques» son las for- paración confiable.
maciones que más terreno pierden proporcionalmente. Estos resultados, a su vez, pueden ser expresados
Cabe destacar que los «cultivos» junto con los «pastizales en valores de probabilidad de cambio o cadenas de

NÚ M E R O 62 31
FIGURAS 1A Y 1 B. TASAS DE CAMBIO PARA LAS FORMACIONES QUE PIERDEN Y LAS QUE GANAN SUPERFICIE AL COMPARAR

LAS BASES DE DATOS EN AMBOS PERIODOS A) t1 (1976) Y t3 (2000) Y B) t2 (1993) Y t3 (2000).

2.00

1.50

1.00
Tasa de cambio (%)

0.50

0.00

Vegetación Otros tipos Pastizales Cultivos


-0.5 0 Bosques hidrófila de inducidos y
Matorral vegetación cultivados

-1.00 Selvas Pastizales naturales

5.00
4.50
4.00
3.50
3.00
2.50
Tasa de cambio (%)

2.00
1.50
1.00
0.50
0.00
-0.5 0 Pastizales Cultivos
Otros tipos
-1.00 de inducidos y
Matorral Vegetación
-1.5 0 Bosques hidrófila vegetación cultivados

-2.00
-2.5 0 Selvas Pastizales naturales

Markov. Este modelo describe de manera confiable se presentan las formaciones; las flechas indican la
la tasa de cambio entre las diversas formaciones en dirección de cambio y el valor indica la probabilidad
un periodo de tiempo equiparable (24 años); pero no de cambio de una formación a otra. Solamente se in-
es confiable para estimar la pr obabilidad de cambio cluyeron las pr obabilidades de procesos r elevantes
en periodos de cambio menores (por ejemplo proba- (sobre el 3%). Así se describe la dinámica de la vege-
bilidad de cambio anual). tación en un 95% de los cambios a nivel nacional.
En la figura 2 a y b se muestra la probabilidad de Los contrastes más importantes entre estos r esul-
cambio de las formaciones entre el periodo t1 (1976)- tados y otras experiencias anteriores de análisis del
t3 (2000) y periodo t2 (1993)-t3 (2000). En esta figura cambio de usos de suelo se pr esentan en cuanto a la

32 G AC E TA EC O L Ó G I C A
tasa de deforestación. En general, las tasas estimadas imágenes satelitales, se confunden hasta en un 28%
por estudios regionales sobre o subestiman este pro- (Mas et al. 2001). Ambas categorías, no obstante, per-
ceso y por lo tanto se suelen cometer errores a nivel tenecen a la formación «bosques» por lo que las confu-
nacional, al hacer extrapolaciones. A diferencia del siones se eliminan considerando niveles de agregación
presente estudio, ninguno de los que documentan ta- más generales para estimaciones estadísticas a nivel
sas de pérdida de cobertura para el país se sustentan nacional. Ello es inherente a la complejidad propia de
en un análisis cartográfico riguroso. En este sentido, la vegetación de México y es independiente de la esca-
este trabajo ofrece un método replicable para alcan- la de trabajo; es frecuente confrontar este problema
zar resultados confiables a varias escalas. aún a escalas uno a uno.
Las bases de datos que aquí se presentan ofr e-
C ONSIDERACIONES FINALES cen una indicación cuantitativ a de confiabilidad, alta
flexibilidad en su manejo digital al ser compatibles
A nivel regional (estatal, municipal o por región hidro- con otros sistemas, y están actualizadas en su con-
lógica) es indispensable mejorar las fuentes de datos tenido. Estos resultados permiten tener una visión
de referencia con intensivo trabajo de campo que con- sinóptica y cuantitativa de la condición de los recur-
sidere aspectos florísticos-fisonómicos de la vegetación. sos natur ales y su dinámica espacio-temporal a ni-
De esta manera se pueden evitar las inconsistencias vel nacional. Por lo anterior, pueden apoyar a diver-
encontradas a niveles de agregación detallados, tales sas tar eas vinculadas con la puesta en marcha de
como confusiones entre «bosques de pino» y «bosques políticas ambientales, en especial el ordenamiento
de pino-encino»; éstas, a nivel nacional y a partir de ecológico.

NÚ M E R O 62 33
FIGURA 2 A. DIAGRAMA DE FLUJO CON LA PROBABILIDAD DE TRANSICIÓN ENTRE LAS DIVERSAS FORMACIONES

PARA EL PERIODO EL PERIODO t1 (1976) Y t3 (2000)

4%

84%

BOSQUES

4%
7% 5%

10%

15%
SELVAS 8%

13% PASTIZALES 5% CULTIVOS


INDUCIDOS Y
CULTIVADOS 67%

74%
4% 82%
88%
7%
9%

4%

PASTIZALES
11% NATURALES
5%
MATORRALES

69%

4%

VEGETACIÓN
HIDRÓFILA

70%

OTROS TIPOS
DE
VEGETACIÓN

80%

Los tamaños de las figuras son proporcionales a las superficies que cada formación ocupa en el territorio nacional.

Las principales aplicaciones potenciales se enlis- y sus procesos asociados (e.g., deforestación,
tan a continuación. fragmentación). A partir de esto se puede pre-
1. Identificación de los principales focos de cambio decir la dirección del cambio. En consecuencia

34 G AC E TA EC O L Ó G I C A
FIGURA 2 B. DIAGRAMA DE FLUJO CON LA PROBABILIDAD DE TRANSICIÓN ENTRE LAS DIVERSAS FORMACIONES

PARA EL PERIODO t2 (1993) Y t3 (2000)

91%

BOSQUES

7%
6%

7%
9%
SELVAS

PASTIZALES CULTIVOS
86%
INDUCIDOS Y
CULTIVADOS

82%
92%
94%
10% 4%

PASTIZALES
NATURALES

MATORRALES

83% 4%

OTROS
TIPOS DE
11% VEGETACIÓN

84%
84%

Los tamaños de las figuras son pr oporcionales a las superficies que cada formación ocupa del territorio nacional.

se podrán medir las implicaciones ambientales 2. El análisis de la situación actual y potencial de


o sociales de estos cambios probables, sus re- los bienes y servicios ambientales en general se
percusiones económicas y establecer mecanis- deriva de un buen inventario de sus r ecursos
mos de control de las causas de origen. Así se naturales y su dinámica. Entre los servicios y
ayudaría a generar un sistema de seguimiento y bienes de consumo directo destacan el agua
actualización periódicos. y la masa forestal; esta última funciona como

NÚ M E R O 62 35
trampa para el carbono y mitiga el calentamien- ——— 1997. State of the World Forest in 1997. FAO, Roma.
to global. Su conservación permite la del valor Grainger 1984. «Quantifying changes in forest cover in the

de opción proveniente de la biodiversidad en su humid tropics: overcoming current limitations». Jour-

conjunto. nal of Forestry Resource Management, num. 1: 3-63.

3. En diversos estudios regionales es necesario con- Lambin, Eric F., B.L.Turner, Helmut J. Geist, Samuel B.

tar con este tipo de datos para identificar las áreas Agbola, Arild Angelsen, John W. Bruce, Oliv er T.

más favorables para fines de conserv ación y de- Coomes, Rodolfo Dirzo, Gunther Fischer, Carl Folke,

sarrollo regional. Este es el caso del Corredor P.S. George, Katherine Homewood, Jacques Imbernon,

Biológico Mesoamericano, las regiones Sureste y Rik Leemans, Xiubin Li, Emilio F. Moran, Michael

del Mar de Cortés y otros proyectos prioritarios. Mortimore, P.S. Ramakrishnan, John F. Richards,

Helle Skanes, Will Steffen, Glenn D. Stone, Uno Sve-


A GRADECIMIENT
GRADECIMIENTOOS din, Tom A. Veldkamp, Coleen Vogel y, Jianchu Xu

2001. «The causes of land-use and land-cover change:

Agradecemos a Salvador Sánchez-Colón sus comentarios moving beyond the myths». Global Environmental

críticos a una primera versión del manuscrito. Este pro- Change 11: 261–269.

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A. Velázquez , J.F. Mas, J.R. Díaz-Gallegos, R. Mayorga-Saucedo, P.C. Alcántara, R. Castro, T. Fernández y J.L. Palacio.
Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México. Correos electrónicos: avmontes@igiris.igeograf.unam.mx
y jfmas@igiris.igeograf.unam.mx. Circuito exterior, Ciudad Universitaria, A.P. 20-850, C.P. 01000, México, D.F. G. Bocco. Director General
de Investigación en Ordenamiento Ecológico y Conservación de los Ecosistemas. Instituto Nacional de Ecología. Periférico sur 5000, 2° piso,
Col. Insurgentes Cuicuilco, C.P. 04530, México, D.F. Correo-e: gbocco@ine.gob.mx. E. Ezcurra. Pr esidente del Instituto Nacional de
Ecología. Correo-e: eezcurra@ine.gob.mx.

Ilustraciones: Charles Wilkes 1845. Narrative of the United States Exploring Expedition . . . Lea and Blanchard, Philadelphia (pág. 21, lado
izquierdo). Las demás ilustraciones fueron tomadas de Alfred Russel Wallace 1997 (orig. 1869). Archipiélago malayo. Conaculta, México.
Col. Cien del Mundo.

NÚ M E R O 62 37

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