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El Clap no es una bolsa o una caja; es una herramienta de resistencia del pueblo contra la guerra

económica”, afirmó este miércoles el ministro de Agricultura Urbana y coordinador nacional de los
Comités Locales de Abastecimiento y Producción.

Durante un encuentro entre las autoridades del Banco Central de Venezuela y los integrantes de
los CLAP (de cara a la implementación de Reconversión Monetaria 2018), se reiteró que
actualmente se están formando comunicadores sociales, para que informen en cada barrio, en
cada esquina y cada rincón, sobre las agresiones económicas de la burguesía apadrinada por el
capital financiero internacional- contra las venezolanas y los venezolanos.

“El Gobierno del presidente Nicolás Maduro ha tenido que crear diversas alternativas, caminos,
para salirnos del bloqueo económico y financiero”, señaló el titular del despacho para Agricultura
Urbana. Por su parte, el presidente del Banco Central, aclaró que facilitar las transacciones
comerciales de los venezolanos es uno de los objetivos principales de la Reconversión Monetaria
del nuevo cono monetario circulará a partir del 4 de junio de 2018.

Finalmente, sobre los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, se recalcó que esta
inventiva del presidente Nicolás Maduro es la forma más directa y transparente de garantizar el
acceso del pueblo a los alimentos a precios solidarios, para palear la usura y la especulación
empresarial.

Los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), Concebidos inicialmente por
el Gobierno para funcionar como grupos de producción en la base que, a la manera de las células
partidistas, asegurarían la oferta de alimentos, los Clap han quedado restringidos en la práctica a
la intermitente y clientelar distribución de cajas y bolsas con productos de la canasta básica
importados desde varios países. Así se han convertido en una fuente de negociados para un
puñado de empresarios. Para los sectores populares, en cambio, son una de las pocas alternativas
para paliar la crónica escasez de alimentos que atraviesa Venezuela.

El Plan de la Patria 2019-2025 señala que “se debe desarrollar con los CLAP una nueva lógica del
sistema de distribución y producción alternativa y complementario a la normalización del sistema
comercial tanto público como privado”

“Todo el poder para los CLAP” repite con frecuencia el mandatario Nicolás Maduro en sus
alocuciones, y el dominio de esas instancias ha ido creciendo con los decretos de emergencia
económica y la ley que les aprobó la Asamblea Constituyente.

El poder va en ascenso. El Plan de la Patria 2019-2025 que prevé las líneas a seguir por Maduro de
continuar en la presidencia después del 20 de mayo, ratifica que el Gobierno intentará afianzar los
controles en distribución y abastecimiento a través de los CLAP.

Los Comité Locales de Abastecimiento y Producción se crearon a mediados de 2016 con el fin de
despachar bolsas y cajas de comida. Para ese objetivo el Ejecutivo ordenó a las empresas de
alimentos y de artículos de higiene personal vender 50% de la producción a los Comités, sin
embargo, algunas industrias tienen que ofrecer hasta 70% a precio regulado.
Adicionalmente, esas instancias están dentro de la Gran Misión Abastecimiento Soberano y
pueden participar en la distribución de los rubros y en el Plan de la Patria 2025 está previsto que
esa injerencia sea mayor.

El texto señala que “se debe desarrollar con los CLAP una nueva lógica del sistema de
distribución y producción alternativa y complementario a la normalización del sistema comercial
tanto público como privado”.

Se añade que tiene que existir que “un nuevo sistema de producción, distribución y
comercialización de insumos industriales alterno al existente y bajo control del Estado, que
permita evitar posibles perturbaciones en el sistema productivo nacional”.

El Plan detalla que se debe “implementar un sistema de precios justos que disminuya la
discrecionalidad y abuso de actores en el sistema económico”, y agrega que tendrá que
“desarrollarse una plataforma social con los Consejos Comunales y CLAP para el seguimiento, en
conjunto con la milicia, del combate contra la especulación y acaparamiento en el marco de los
programas de la Gran Misión Abastecimiento Soberano”.

El jefe de Estado ha insistido en que los CLAP tienen que producir, y esas líneas están en el
documento que regiría los próximos seis años. La alimentación del pueblo venezolano es siempre
una prioridad para el Gobierno Bolivariano. Por ello, de forma permanente nos mantenemos
desplegados, gestionando soluciones, evaluando propuestas y alternativas para que nuestros
sistemas de distribución sean más eficientes; especialmente los Comités Locales de
Abastecimiento y Producción (CLAP), que son garantía de la seguridad alimentaria en el país.

En el marco del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, sostuvimos un


importante encuentro con el vicepresidente sectorial de Economía, Tareck El Aissami, en el que
debatimos estrategias para fortalecer, redefinir y perfeccionar este mecanismo, para darle un
nuevo comienzo como lo pidió el presidente Nicolás Maduro.

En todos los estados instalaremos un Estado Mayor del CLAP. Sinceraremos las datas y las
ajustaremos a la realidad de las familias que tenemos en cada comunidad, así como la información
relacionada con las entregas para irlas regularizando progresivamente. El Gobierno está
comprometido y enviará a todos los estados la cantidad necesaria de alimentos para asegurar una
distribución directa y segura. Del mismo modo, activaremos la “P” de los CLAP: La producción. Las
Ferias del Campo Soberano, en Nueva Esparta nuestros Mercados Populares, serán fortalecidas
para distribuir la producción local.

A propósito de este tema, les informo que en Nueva Esparta recibimos un nuevo buque con 111
contenedores cargados con 2.408 toneladas de alimentos. Son 108.000 cajas CLAP (1.512
toneladas de alimentos) para beneficiar a igual número de familias y 896 toneladas de alimentos
para el Programa de Alimentación Escolar, lo que permitirá beneficiar a 92.000 estudiantes de 238
escuelas. Esta dotación consta de aceite, arroz, caraotas, harina de maíz y carne, para cubrir los
meses de febrero, marzo y abril.

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