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Merecer la ciudad
Por Valeria Snitcofsky
Los debates sobre los impactos de la dictadura sobre la ciudad de Buenos Aires ocupan por
primera vez un espacio central en la agenda de las conmemoraciones por los 40 años del
golpe del 24 de marzo de 1976. En este marco se están definiendo y discutiendo, por
ejemplo, los sustentos ideológicos que guiaron al municipio, las formas asumidas por el
despliegue de la violencia estatal sobre la ciudad, o bien la relación entre intervenciones
urbanas, medidas represivas y transformaciones económicas. Formular estos problemas,
profundizándolos y situándolos en el centro del debate es un modo de iluminar aspectos
escasamente explorados sobre el período más trágico del siglo XX en Argentina.
En el marco de las discusiones actuales sobre la ciudad en dictadura, este artículo presenta
algunas de las intervenciones sobre las villas de Buenos Aires durante el período,
considerando particularmente las formas asumidas por la violencia y los modos actuales de
recordarla.
En 1983 Oscar Oszlak publicó un artículo en la revista Punto de Vista, que se volvió a
publicar ese mismo año en la revista SCA, de la Sociedad Central de Arquitectos. El
artículo, titulado Los sectores populares y el derecho al espacio urbano, planteó que una
serie de medidas dispuestas por el gobierno militar habían tendido a expulsar de la ciudad a
la población más pobre. Una de las principales medidas tomadas en este sentido fue, según
el autor, la liberación de los alquileres, que aumentaron su valor al mismo tiempo que el
nuevo Código de Edificación para la Capital Federal encarecía las unidades de vivienda.
Mientras tanto, numerosos habitantes de la ciudad eran expulsados compulsivamente de los
espacios que habitaban hasta ese momento, en el marco de la erradicación de villas; las
expropiaciones por construcción de autopistas y la llamada “recuperación de espacios
verdes”. Finalmente, la relocalización industrial trasladaba buena parte de las fuentes de
trabajo fuera del espacio urbano.
En 1991, Oszlak publicó su libro Merecer la Ciudad, los Pobres y el Derecho al Espacio
Urbano, donde recuperó y amplió su investigación sobre las intervenciones en la metrópoli
de Buenos Aires durante el período 1976-1983. En este caso, el autor volvió a concluir que,
más allá de las contradicciones que cruzan a todo Estado, las medidas tomadas en dictadura
tendieron a negar el derecho al espacio urbano a sus habitantes más pobres.
En la actualidad, los problemas formulados tempranamente por Oszlak para pensar las
transformaciones operadas sobre la ciudad de Buenos Aires durante la dictadura, asumen
una nueva centralidad entre las discusiones que, a escala internacional, se están planteando
en torno al Derecho a la Ciudad. Existen distintas interpretaciones sobre los alcances de
este derecho, que van desde las perspectivas marxistas vinculadas con la ciudad como
excedente en disputa, hasta enfoques más moderados. Más allá de estas diferencias, en
líneas generales el Derecho a la Ciudad se vincula con el acceso universal a la salud, la
educación, los espacios de recreación y los medios de transporte, que suelen concentrarse
en las grandes ciudades. En este marco, la democratización del acceso al espacio urbano es
defendido actualmente desde distintos ámbitos, en vistas a ampliar los términos en que fue
planteado originalmente el derecho a la vivienda.
Sin embargo, esta violencia estuvo acompañada por una nutrida normativa que reglamentó
los términos generales de la erradicación. Al mismo tiempo se desarrolló una campaña de
prensa, que buscó legitimar y dar visibilidad a los operativos de desalojo, además de
presentar los avances de la erradicación como una muestra de eficiencia del gobierno
municipal. En este sentido la erradicación de villas se distingue de la represión ilegal
implementada durante el mismo período: mientras la primera asumió un carácter
ampliamente publicitado y acompañado por un número importante de disposiciones legales,
la segunda se caracterizó por un sentido clandestino, cuyas evidencias solamente se dieron
a conocer parcialmente una vez finalizado el período dictatorial. De todas maneras, parte de
la violencia implementada durante los operativos de desalojo superó los términos, también
violentos, de las disposiciones legales y la campaña de prensa que acompañaron a la
erradicación.
El asesinato de Alberto Oscar Chejolán, de 34 años, tuvo lugar durante una marcha contra
la erradicación que estaba implementando en ese momento el Ministerio de Bienestar
Social y produjo un profundo desconcierto entre los pobladores de distintas villas,
conmovidos por la magnitud de la represión desplegada bajo un gobierno democrático que
contaba con un amplio apoyo en estos barrios.
El asesinato de Alberto Oscar Chejolán, de 34 años, tuvo lugar durante una marcha contra
la erradicación que estaba implementando en ese momento el Ministerio de Bienestar
Social y produjo un profundo desconcierto entre los pobladores de distintas villas,
conmovidos por la magnitud de la represión desplegada bajo un gobierno democrático que
contaba con un amplio apoyo en estos barrios.
Bettanin, junto con Miguel Zabala Rodriguez, leyó un mensaje ante la Cámara de
Diputados, donde plantearon: “Se hace imprescindible una inmediata y profunda
investigación de lo acaecido, para impedir que sigan actuando dentro de nuestro gobierno
peronista funcionarios que aplican los mismos métodos que las dictaduras militares, que
llevan a cumplir a la Policía Federal tareas similares a las que el pueblo repudió
masivamente en las elecciones de 1973.”
La memoria de la represión ilegal en las villas de Buenos Aires, se inscribe entre los
cambios recientes en los modos de recordar los impactos de la violencia dictatorial en la
ciudad. En el caso de Alberto Chejolán, a cuarenta años de su muerte se colocó una Baldosa
por la Memoria en la intersección de la Avenida Leandro Alem y Bartolomé Mitre, el sitio
donde tuvo lugar su asesinato.
A partir de ese momento, y recurriendo también a las marcas instauradas en la ciudad por
medio de nuevas baldosas, otros nombres de víctimas de la represión ilegal empezaron a
hacerse visibles más allá del ámbito de cada villa. Entre estos nombres, se puede mencionar
por ejemplo el de Héctor Natalio Sobel, abogado y militante en la Villa 31, secuestrado el
20 de abril de 1976 en la calle Libertad 451, donde estaba ubicado su estudio jurídico.
En este marco, las transformaciones urbanas en la agenda de las conmemoraciones por los
40 años del golpe, puede tener consecuencias similares, al incluir nuevos problemas para la
investigación y el debate. Particularmente, indagar sobre las villas y sus habitantes durante
el período, permite visibilizar aspectos silenciados del pasado reciente, dando lugar a
posibles cambios en los modos de concebir la ciudad que habitamos.
Bibliografía
Blaustein, Eduardo (2001). Prohibido vivir aquí. Una historia de los planes de
erradicación de villas de la última dictadura militar. Buenos Aires: Comisión
Municipal de la Vivienda.
CMV (1980). Villas – Erradicaciones. Buenos Aires: CMV, División de Copias e
Impresiones.
Hermitte, Esther y Boivin, Mauricio (1985). “Erradicación de villas miseria y las
respuestas organizativas de sus pobladores”, en Leopoldo Bartolomé,
Relocalizados: antropología social de las poblaciones desplazadas, (págs. 117-
144). Buenos Aires: Ides. Disponible en: http://ides.org.ar/wp-
content/uploads/2012/05/3_Bartolome.pdf
Oszlak, Oscar (1983). Los sectores populares y el derecho al espacio urbano.
En SCA (Revista de la Sociedad Central de Arquitectos), Nº 125
aniversario. Disponible en: http://www.oscaroszlak.org.ar/images/articulos-
prensa/Los%20sectores%20populares%20y%20el%20derecho%20al%20esp%20ur
b.pdf
Oszlak, Oscar (1991). Merecer la ciudad. Los pobres y el derecho al espacio
urbano. Buenos Aires: Humanitas-CEDES.
Snitcofsky, Valeria (2016). Villas de Buenos Aires: Historia, Experiencia y
Prácticas Reivindicativas de sus Habitantes (1958-1983), Tesis de Doctorado en
Historia, FFyL, UBA.