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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DEL LITORAL

FACULTAD DE INGENIERÍAS EN CIENCIAS DE LA TIERRA


INGENIERÍA EN GEOLOGÍA

Alumno: Roberth Patricio Pineda

Profesor: PhD. Miguel González

Investigación:
Antropoceno

I Término 2019-2010
EL ANTROPOCENO

Introducción

En el siglo XX pasamos de un mundo “vacío” a un mundo “lleno”, en palabras de


(Daly, 1999) esto significa una verdadera mutación histórica, y es aquí donde
ingresa una nueva época en la historia de la Tierra: El Antropoceno que es una
consecuencia del despliegue del sistema urbano-agro-industrial a escala global,
que se da junto con un incremento poblacional mundial sin parangón histórico.
(Fernández, 2011)
Desde el período preindustrial, y especialmente a partir de la segunda mitad del
siglo pasado, la degradación del medioambiente y el cambio climático de origen
humano han aumentado a un ritmo jamás visto en ninguna otra época de la
historia. (Sostenibilidad, 2019)

Causas del Antropoceno

La creciente exponencial de la agricultura y la pesca industrializada, así como de


la gestión de igual forma industrializada de los bosques, sumado con la
expansión física del modelo urbano-industrial, y el impacto negativo de su
metabolismo, son las causas de la acelerada pérdida y degradación de la
biodiversidad planetaria.
Es por eso que se cree que estamos asistiendo a un verdadero golpe de Estado
biológico por parte del sistema urbanoagro-industrial mundial, que se
desencadena sobre todo en el siglo XX.
Además, la actividad humana ha hecho progresar un puñado de especies
“elegidas” (ratas, cucarachas, palomas, gaviotas, etc.), especialmente en las
grandes áreas urbano-metropolitanas. Y sobre todo unas 40 especies de
animales y unas 100 de plantas que han aumentado de forma exponencial sus
poblaciones planetarias, y que han ascendido de rango gracias a la
domesticación, ocupando y demandando cada vez más espacio ambiental
global. (Fernández, 2011)
Los motivos y el momento de inicio del Antropoceno son aún materia de amplio
debate, sin embargo, otro motivo son los gases de invernadero emitidos por las
actividades humanas en los últimos doscientos años hayan sido suficientes para
alterar el clima. El mayor consenso gira en torno a la idea de que el Antropoceno
comienza alrededor de la segunda mitad del siglo XVIII cuando se producen
aumentos notables y constantes de CO2 y CH4 en la atmósfera. Lo anterior
debido sin duda a las actividades humanas asociadas a la proliferación de
maquinaria industrial y su demanda energética satisfecha con combustibles
fósiles. Entre las evidencias están los datos de los núcleos de hielo de los
glaciares (figura 1) en cuyas burbujas de aire aprisionado se registra como en un
reloj químico el inicio de un crecimiento notable en las concentraciones
atmosféricas de gases de efecto invernadero (Crutzen y Stoermer, 2000;
Crutzen, 2002). Además de que en el periodo entre los años 1800 y 2000 la
población mundial pasó de mil millones de personas a seis mil millones. (Zamora,
2015)

Consecuencias del Antropoceno

Estas acciones del ser humano provocan, entre otras consecuencias, cambios
en el ciclo del agua, desequilibrios y destrucciones en los ecosistemas marinos
y terrestres, el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, la acidificación
de los océanos o la desaparición de los bosques. (Sostenibilidad, 2019)
A finales del siglo XX la especie humana, pero muy especialmente el sistema
urbano-agro-industrial mundial, estaba apropiándose ya aproximadamente del
40% de la biomasa planetaria (Carpintero, 2005); esto quiere decir que el homo
sapiens de la sociedad industrial estaba ocupando y apropiándose de un
“espacio ambiental” sin precedentes, lo que presumía una enorme pérdida para
el resto de las especies, cuyo número y territorios vitales se veían afectados por
ello. Pero, innegablemente, este consumo de biomasa planetaria ni es semejante
entre los diferentes Estados del mundo ni, por supuesto, dentro de sus
sociedades. (Fernández, 2011)
De hecho, sus consumos son profundamente desemejantes, y quizás una idea
más adecuada para poder captar en su verdadera magnitud y desigualdad el
impacto ambiental de los sistemas urbano-agro-industriales sea el de la Huella
Ecológica de los mismos (Rees y Wackernagel, 1994). La huella ecológica nos
indica los requerimientos territoriales totales del metabolismo socioeconómico de
los sistemas urbano-agro-industriales mundiales (o sea, tanto sus inputs como
sus outputs)
Ilustración 1 Huella ecológica 1961-2001. Fuente: Iván Murray (2009)

De esta forma, si la huella ecológica de un sistema urbano-agro-industrial


determinado es superior a la biocapacidad de su territorio, viviríamos en un caso
de déficit ecológico, que es preciso solventar de alguna forma con el fin de
certificar su funcionamiento. Para ello se recurre a la sobreexplotación de sus
propios recursos o, principalmente, se importa «sostenibilidad» (biocapacidad)
del resto del mundo. A escala global, los cálculos que existen permiten afirmar
que la huella ecológica a finales del siglo XX del sistema urbano-agro-industrial
mundial estaba ya claramente por encima de la biocapacidad planetaria: en torno
a un 20% por encima de la misma (Esto significa que la sociedad industrial global
estaría en una situación de translimitación (overshoot) de los bienes y servicios
que ofrece la naturaleza. O lo que es lo mismo, a la biosfera le costaría 1,2 años
regenerar aquello que la «humanidad» consume en uno (en la actualidad
estaríamos en una cifra superior a 1,3). (Fernández, 2011)

Conclusiones

El inicio del Antropoceno aún sin definirse, ya sea con el surgimiento de la


agricultura en el Neolítico, o la Revolución industrial o con la Gran aceleración
después de la Segunda Guerra Mundial o hasta 1945 con la detonación de la
primera bomba atómica (el lunes 6 de agosto de 1945) y con ello el comienzo de
la era nuclear. Los recientes hallazgos de una columna de sedimentos de 39
centímetros de las marismas de Urdaibai, España, que contiene hidrocarburos
aromáticos policíclicos que registra la contaminación generada en los últimos
setecientos años, se suma a las pruebas tangibles que apoyan la idea de que el
ser humano ha entrado en, y más aún creado, una nueva época geológica: el
Antropoceno.
En esta nueva época los seres humanos hemos alcanzado el nivel de un agente
transformador de escala geológica global, de manera equivalente a otros
grandes procesos que han modelado el desarrollo del planeta. (Daly, 1999)
Challenger (1998) señaló que “el clima responde en forma relativamente lenta a
los cambios en los mecanismos de retroalimentación que lo moldean”, de modo
que si empezamos a actuar ahora para frenar la tendencia hacia el
calentamiento, los resultados de nuestras acciones no serán evidentes sino
hasta dentro de varias décadas. Sin duda, en los años venideros la evolución
biológica continuará su marcha cotidiana.

Bibliografía

Daly. (1999). Steady-state Economics: Avoiding Uneconomic Growth. Reino Unido.


Recuperado el 04 de Julio de 2019, de
https://libros.metabiblioteca.org/bitstream/001/490/1/EL%20ANTROPOCENO.p
df
Fernández, R. (2011). El Antropoceno. Virus Editorial. Recuperado el 04 de Julio de
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Sostenibilidad, p. t. (2019). Antropoceno: La era del impacto del Ser Humano.
Recuperado el 04 de Julio de 2019, de
https://www.sostenibilidad.com/desarrollo-sostenible/antropoceno-era-impacto-
ser-humano-tierra/
Zamora, e. a. (15 de Agosto de 2015). Cambio global: el Antropoceno. Instituto de
Ecología, A. C., México. Recuperado el 04 de Julio de 2019, de
file:///D:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-CambioGlobal-5379210.pdf
Challenger, A. (1998). Utilización y conservación de los ecosistemas terrestres de
México: pasado, presente y futuro. México conabio, Instituto de Biología unam,
Agrupación Sierra Madre S. C. Recuperado el 04 de Julio de 2019.
REES, W. y WACKERNAGEL, W. (1994): «Ecological Footprints and Appropiated
Carrying Capacity: Measuring the Natural Capital Requirement of the Human
Economy». En Janson, A. M. y otros: Investing in Natural Capital: the Ecological
Approach to Sustainability. Island Press, Washington.

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