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Psicoanalisis 1 Resumen
Psicoanalisis 1 Resumen
Es una fuerza interna de la cual el sujeto no puede huir. No se presenta en sí misma, lo que se
presenta es la agencia representante representativa de la pulsión, la cual se fija en una
representación. La pulsión en si no tiene cualidad, es una medida de exigencia de trabajo para la
vida anímica. Lo que diferencia a las pulsiones unas de otra y las dota de propiedades específicas
es su relación con sus fuentes somáticas y con sus metas. La fuente de la pulsión es un proceso
excitador en el interior de un órgano, y su meta inmediata consiste en cancelar ese estímulo de
órgano.
El mamar se puede combinar con el frotamiento de ciertos lugares sensibles del cuerpo, el pecho,
genitales externos. Por esto los niños pasan del chupeteo a la masturbación.
Zona erógena es un sector de piel o de mucosa en el que estimulaciones de cierta clase provocan
una sensación placentera de determinada cualidad. El carácter rítmico produce satisfacción.
Existen zonas erógenas predestinadas, como lo muestra el chupeteo, pero cualquier otro sector de
la piel o de mucosa puede prestar servicios de una zona erógena.
Niño perverso-polimorfo: cualquier objeto le sirve al niño para satisfacerse (a diferencia del
adulto).
El niño chupeteador busca por su cuerpo y escoge un sector como zona erógena, después por
acostumbramiento este pasa a ser el preferido.
La meta sexual puede formularse también así: procuraría sustituir la sensación de estímulo
proyectada sobre la zona erógena, por aquel estímulo externo que cancela al provocar la
sensación de satisfacción.
El punto de llegada del desarrollo constituye la vida sexual adulta llamada normal, en ella la
consecución de placer se puso al servicio de la función de reproducción, y las pulsiones parciales
bajo el primado de una única zona erógena, han formado una organización sólida para el logro de
la meta sexual en un objeto ajeno.
ORGANIZACIONES PREGENITALES
Llamaremos pregenitales a las organizaciones de la vida sexual en que las zonas genitales todavía
no han alcanzado su papel hegemónico. Son dos: oral y sádico-anal.
Una primera organización sexual pregenital es la oral o canibálica. La actividad sexual no se ha
separado todavía de la nutrición. La meta sexual consiste en la incorporación del objeto. El
chupeteo es un resto de esta fase.
AMBIVALENCIA
Esta forma de la organización sexual puede conservarse a lo largo de toda la vida. El predominio
del sadismo y de la zona anal en el papel de cloaca le imprimen un sesgo arcaico. Los pares
opuestos pulsionales aquí están plasmados en un grado aproximadamente igual: ambivalencia.
Ya en la niñez se consuma una elección de objeto. El conjunto de los afanes sexuales se dirigen a
una persona única, y por ella quieren alcanzar su meta. La instauración del primado al servicio de
la reproducción es la última fase por la que atraviesa la organización sexual.
La elección de objeto se realiza en dos tiempos. La primera se inicia entre los 2 y 5 años. El período
de latencia la detiene o la hace retroceder, se caracteriza por la naturaleza infantil de sus metas
sexuales.
Los resultados de la elección infantil de objeto se prolongan hasta una época tardía, o bien se los
conserva tal cual, o experimentan una renovación en la pubertad. La elección de objeto de la
pubertad tiene que renunciar a los objetos infantiles.
“La pulsión nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un
representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma,
como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su
trabazón con lo corporal”
Caracteres de la pulsión
Freud descubre la esencia de la pulsión en sus tres caracteres principales:
-Su incoercibilidad.
La pulsión es un estímulo para lo psíquico que tiene un carácter de esfuerzo constante, estos
estímulos provienen del mundo interior. El aparato psíquico tiene una tendencia a liberarse de los
estímulos que le llegan, a trabajar con una energía mínima y constante, por ello frente a muchos
estímlos del mundo exterior tiende a sustraerse de ellos. Los estímulos pulsionales que se generan
en el interior del organismo no pueden tramitarse mediante ese mecanismo. Las pulsiones
plantean exigencias mucho más elevadas, obligan al aparato a trabajar, producen un aflujo
inevitable de estímulos. El aparato psíquico está sometido al principio de placer, por eso el
sentimiento de displacer tiene que ver con un incremento del estímulo pulsional y el de placer con
su disminución.
Términos de la pulsión
2-Meta (Ziel): la meta de una pulsión es la satisfacción que sólo puede alcanzarse cancelando el
estado de estimulación en la fuente. Si bien la meta última permanece invariable para toda
pulsión, los caminos que llevan a ella pueden ser muy diversos. Se pueden presentar metas
próximas o intermedias, o también metas inhibidas (avanzan un trecho y luego experimentan una
inhibición pudiendo producir una satisfacción parcial). La meta pulsional como satisfacción puede
cumplirse en dos sentidos: en el trayecto o circuito (en el camino que tiene que recorrer), o en un
punto de descarga.
3-Objeto (Objekt): es aquello que permite alcanzar la meta. Es lo más variable de la pulsión, ocupa
lugar de objeto todo aquello que permite la satisfacción. Pueden ser objetos externos o una parte
del cuerpo. También un mismo objeto puede servir a la satisfacción de distintas pulsiones.
4-Fuente (Quelle): es el proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo
estímulo es representado en la vida anímica por la pulsión. Es la zona erógena, su borde.
No se pueden descomponer en otras por eso las llamó primordiales. Son las pulsiones yoicas o de
autoconservación y las pulsiones sexuales.
Las pulsiones yoicas o de autoconservación: están referidas a las grandes necesidades o las
grandes funciones indispensables para la conservación del individuo, sus grandes necesidades,
siendo su modelo el hambre y la alimentación (y sed también). Las pulsiones sexuales se apoyan
en estas (por ej: a nivel oral, el placer sexual encuentra su apoyo en la actividad de nutrición). Se
satisfacen en un objeto real.
Las pulsiones sexuales: son numerosas, brotan de múltiples fuentes orgánicas (de diferentes
lugares), al comienzo actúan con independencia unas de otras y solo después se reúnen en una
síntesis más o menos acabada. La meta a que aspira cada una de ellas es el logro del placer de
órgano (placer adscripto a un órgano específico del cuerpo), solo tras haber alcanzado una síntesis
cumplida entran al servicio de la función de reproducción. En su primera aparición se apuntalan,
se apoyan en las pulsiones de conservación y en el hallazgo de objeto. Fácilmente pueden cambiar
sus objetos (cambios de vía), a consecuencia de ello pueden satisfacerse con metas muy diversas y
son pasibles de sublimación.
Destinos de la pulsión
4 destinos:
1-El trastorno hacia lo contrario: implica un cambio de meta o de contenido. Freud considera en
este tópico dos procesos:
a.-Cambio de meta: implica el proceso que se resuelve por la vuelta de la pulsión de la actividad a
la pasividad, Ejemplo: sadismo-masoquismo y Voyeurismo (placer de ver)-exhibicionismo; aquí la
meta activa (martirizar, mirar) es reemplazada por la pasiva (ser martirizado, ser mirado).
2-La vuelta hacia la persona propia: ocupa un lugar esencial el cambio de objeto, manteniéndose
inalterada la meta. El masoquismo es un sadismo vuelto hacia le yo propio, y la exhibición lleva
incluido el mirarse el cuerpo propio.
“La mudanza pulsional mediante trastorno de la actividad en pasividad y mediante la vuelta sobre
la persona propia nunca afecta a todo el monto de la moción pulsional. La dirección pulsional más
antigua (activa) subsiste junto a la más reciente (pasiva).”
-En cuanto al par de opuestos “sadismo-masoquismo” se explica este proceso en tres tiempos:
a.- el sadismo consiste en una acción violenta, en una afirmación de poder dirigida a otra persona
como objeto;
b.-este objeto es resignado y sustituido por la persona propia. Con la vuelta hacia la persona
propia se ha consumado también la mudanza de la meta pulsional activa en una pasiva.
c.-se busca de nuevo como objeto una persona ajena, que, a consecuencia de la mudanza en la
meta, tiene que tomar sobre sí el papel del sujeto.
La concepción del sadismo implica infringir dolores. Una vez que el infringir dolores se ha
convertido en una meta masoquista, puede surgir retrogresivamente la meta sádica de infligir
dolores, produciéndoos en otro, uno mismo los goza de manera masoquista en la identificación
con el objeto que sufre.
-En cuanto a las pulsiones que tienen por meta el ver y el mostrarse (voyeur y exhibicionista)
b.-la resignación del objeto, la vuelta de la pulsión de ver hacia una parte del cuerpo propio, y por
tanto el trastorno en pasividad y el establecimiento de la nueva meta: ser mirado.
c.- la inserción de un nuevo sujeto al que uno se muestra a fin de ser mirado por el. La meta activa
aparece también más temprano que la pasvida, el mirar precede al ser mirado.
En la teoría psicoanalítica se adopta el supuesto de que los procesos anímicos son regulados por el
principio de placer.
Cuando hay una tensión displacentera tiende a una disminución de la misma: esto es con una
evitación de displacer o una producción de placer. (punto de vista económico).
Los hechos que movieron a creer que el principio de placer rige la vida anímica encuentran su
expresión también en la hipótesis de que el aparato anímico trata de mantener lo más baja posible
o menos constante la cantidad de excitación presente en él. Por tanto, cuando hay un incremento
de la cantidad de excitación se sentirá como displacentero.
Por tanto, es INCORRECTO hablar de un imperio del principio de placer sobre el decurso de los
procesos anímicos. Si así fuera, la mayoría de nuestros procesos anímicos tendría que ir
acompañada de placer, y la experiencia más universal demuestra lo contrario.
En el alma existe una fuerte tendencia al principio de placer, pero ciertas otras fuerzas la
contrarían (esta fuerza es un empuje: el drang de la pulsión), el resultado final, por tanto, no
siempre corresponde a la tendencia de placer.
Pone como ejemplo dos casos donde se dá una inhibición del principio de placer:
Luego menciona que le displacer es vivenciado como viniendo de afuera. La mayor parte
de displacer es displacer de percepción. Esa percepción puede tratarse de la percepción
del esfuerzo de pulsiones insatisfechas o de una percepción exterior penosa en si misma
que genere displacer en el aparato anímico por verlas como peligrosas.
La pulsión no está regida solo por el principio de placer, en la pulsión se busca una
satisfacción sin fin.
CAP II
En este capítulo explica como neurosis traumática y juego infantil van en contra del
principio de placer.
Nuerosis traumática:
Son estados que sobrevienen tras accidentes que aparejaron riesgo de muerte.
En la neurosis traumática se destacan dos rasgos: el centro de gravedad de la causa parece
situarse en el factor de sorpresa, en el terror, y que un daño físico o herida contrarresta en
la mayoría de los casos la producción de la neurosis.
Angustia: estado de expectativa frente al peligro y preparación para él, aunque se trate de
un peligro desconocido.
Miedo: requiere un objeto determinado, en presencia del cual uno lo siente (el miedo).
Terror: estado en que se cae cuando se corre un peligro sin estar preparado: destaca el
factor sorpresa.
Utiliza al estudio del sueño como la vía más confiable para explorar los procesos anímicos
profundos. La vida onírica de las neurosis traumáticas muestra lo siguiente: reconduce al
enfermo, una y otra vez, a la situación de su accidente, de la cual despierta con un
renovado terror. El enfermo está fijado psíquicamente al trauma.
En la vida de la vigilia los enfermos de neurosis traumática no frecuentan el recuerdo de su
accidente, se esfuerzan más bien por no pensar en él.
El sueño nocturnos los traslada de nuevo a la situación patógena, cuando lo más propio
sería presentar al enfermo imágenes del tiempo en el que estaba sano o de su esperada
curación.
La tendencia del sueño es el cumplimiento de un deseo, en este caso la función del sueño
del cumplimiento de deseo resultó afectada y desviada de sus propósitos. O bien
tendríamos que pensar en tendencias masoquistas del yo.
Este niño pronunciaba apenas unas pocas palabras y varios sonidos significativos y
comprensibles para quienes lo rodeaban. Tenía una buena relación con sus padres, no los
molestaba por la noche, obedecía las prohibiciones de tocar determinados objetos y de ir
a ciertos lugares. Sobre todo, no lloraba cuando su madre lo abandonaba por unas horas,
a pesar de que sentía gran ternura por ella.
La interpretación del juego es: tiene que ver con el gran logro cultural del niño, su
RENUNCIA PULSIONAL (renuncia a la satisfacción pulsional) de admitir sin protestas la
partida de la madre.
Escenificaba esta situación con el juego (desaparecer y regresar).
(Los niños repiten en el juego todo lo que ha hecho gran impresión en su vida).
CAP III
Se hizo cada vez más claro que la meta propuesta es el devenir conciente de lo
inconciente. El enfermo no podía recordar todo lo que hay en él reprimido. Más bien se ve
forzado a repetir lo reprimido como vivencia presente, en vez de recordarlo. Esta
reproducción tiene siempre por contenido un fragmento de la vida sexual infantil y, por
tanto, del complejo de Edipo, y regularmente se juega en el terreno de la transferencia, de
la relación con el “médico”.
En este punto la anterior neurosis ha sido sustituida por una neurosis de transferencia. El
médico se ha empeñado por restringir en todo lo posible el campo de esta neurosis de
transferencia, por esforzar el máximo recuerdo y admitir la mínima repetición.
Esto es la compulsión de repetición que se dá en el tratamiento psicoanalítico de los
neuróticos.
Freud dice que la resistencia del analizado parte de su yo. Parte del yo conciente y
preconciente que están al servicio del principio de placer.
En la vida anímica existe realmente una compulsión a la repetición que se instaura más
allá del principio de placer.
Eterno retorno de lo igual: Se conocen individuos en quienes toda relación humana lleva a
idéntico desenlace. Es una conducta activa de estas personas donde hay un rasgo de
carácter que permanece igual, que es el de la repetición de idénticas vivencias.
La persona parece no tener control sobre esto. Ejemplo: historia de una mujer que se casó
tres veces sucesivas, y las tres el marido enfermó y ella debió cuidarlo en su lecho de
muerte.
CAP V
Las pulsiones no obedecen al tipo de proceso nervioso ligado, sino al proceso libremente
móvil que esfuerza a la descarga.
El proceso psíquico primario ocurre en el inconciente, donde afectan también las
mociones pulsionales, por tanto las pulsiones obedecen al proceso psíquico primario, el
cual tiene una investidura libremente móvil.
El proceso psíquico secundario rige en la vida de la vigilia, corresponde a las alteraciones
de la investidura ligada.
La tarea del aparato anímico es ligar la excitación de las pulsiones que entra en operación
en el proceso primario. El fracaso de esta ligazón provocaría una perturbación análoga a la
de la neurosis traumática. Sólo tras una ligazón lograda podría establecerse el imperio del
principio de placer.
Pero hasta el momento, el aparato anímico domina o liga la excitación no en oposición del
principio de placer, pero independientemente de él y en parte sin tomarlo en cuenta.
Este capítulo diferencia lo que no contradice el principio del placer y lo que está más allá
del principio del placer.
Junto a las pulsiones conservadoras, que compelen a la repetición, hay otras que
esfuerzan en el sentido de la creación y del progreso (las pulsiones sexuales). Sin embargo
seguimos con la hipótesis de que todas las pulsiones quieren reproducir algo anterior.
Pulsiones conservadoras: recogen cada una de las variaciones impuestas a su curso vital,
preservándolas en la repetición, a veces la fuerza pulsional puede dar una impresión
engañosa como si aspiraran al cambio y al progreso, pero en verdad se empeñan
meramente por alcanzar una vieja meta (la muerte) a través de viejos y nuevos caminos.
Si admitimos que sin excepciones todo lo vivo muere decimos que: la meta de toda vida es
la muerte, y retrospectivamente: lo inanimado estuvo ahí antes que lo vivo.
La primer pulsión es volver a lo inanimado porque todo ser vivo tiene la tendencia a no
querer cambiar, a mantener en un todo igual la supervivencia.
Los fenómenos vitales son los rodeos para llegar a la muerte (pulsiones conservadoras).
Pulsiones sexuales: si bien son conservadoras en el mismo sentido que las otras, son
resistentes a lo externo, conservan al vida por lapsos más largos. Son pulsiones de vida
dado que contrarían el propósito de las otras pulsiones de llevar a la muerte. Sostienen el
mantenimiento de la especie, generan nueva vida.
CAP VI
Concluye con la presentación de las dos clases de pulsiones: pulsión de vida y pulsión de
muerte. Ambas se encuentran en un movimiento de oposición dialéctica. La pulsión de
muerte es primaria y siempre gana. La pulsión de vida es secundaria y se encarga de
obstaculizar a la anterior. Desde esta nueva consideración, las pulsiones de
autoconservación se le descubren como conservadoras, orientadas por la pulsión de
muerte, y las pulsiones sexuales, que aspiran a la prosecución de la vida, orientadas desde
la pulsión de vida. Dirá: “...distinguir dos clases de pulsiones: las que pretenden conducir la
vida a la muerte, y las otras, las pulsiones sexuales, que de continuo aspiran a la
renovación de la vida y la realizan... la libido de nuestras pulsiones sexuales coincidiría con
el Eros de los poetas y filósofos, el Eros que cohesiona todo lo viviente”.
CAP VII
Freud plantea que el inconciente es necesario: dice que los datos de la conciencia
son lagunosos, y en sanos y enfermos aparecen a menudo actos psíquicos cuya
explicación supone otros actos de los que la conciencia no es testigo. Aquí es
donde aparece el inconciente, hay actos psíquicos de los cuales el sujeto no tiene
conciencia. Plantea que hay ocurrencias cuyo origen desconocemos. Según Freud
es insostenible exigir que todo lo que sucede en el interior de lo anímico tenga que
hacerse notorio también para la conciencia. La conciencia no abarca todo lo
anímico, pero por la conciencia podemos saber de todos los procesos anímicos.
Los pensamientos concientes son los que podemos nombrar, la pregunta que se
hace Freud es: ¿Qué sucede con los pensamientos que son concientes y luego
desaparecen?, Estos se encuentran en un estado de latencia o inconciencia
psíquica. Plantea que estos actos psíquicos latentes con cierto esfuerzo pueden
volver a la conciencia, son actos psiquicos que llevan la marca de situaciones
traumáticas relacionadas con la sexualidad infantil, son reprimidos.
Cap II
La multivocidad de lo inconciente, y el punto de vista tópico
Cap V
Las propiedades particulares del sistema Icc
Cap VI
El comercio entre los dos sistemas
De esa clase son las formaciones de fantasía de los normales y de los neuróticos,
que pueden ser etapas previas en la formación del sueño y en la del síntoma, y
que a pesar de su alta organización, permanecen reprimidas y no pueden devenir
concientes. Se aproximan a la conciencia y allí se quedan imperturbadas mientras
tienen una investidura poco intensa, pero son rechazadas cuando sobrepasan
cierto nivel de investidura.
Otros tantos retoños del Icc de alta organización son las formaciones sustitutivas
que logran irrumpir en la conciencia.
Los retoños del Icc devienen concientes como formaciones sustitutivas y como
síntomas.
Lo Icc es rechazado por la censura en la frontera con lo Prcc; los retoños pueden
sortear esa censura y se organizan en el Prcc donde crecen hasta cierta
intensidad de investidura, pero cuando la han rebasado y quieren imponerse a la
conciencia, son individualizados como retoños del Icc y reprimidos otra vez en la
nueva frontera de censura entre Prcc y Cc.
La primer censura funciona contra el icc mismo, la segunda, contra los retoños
Prcc de él.
El contenido del sistema Prcc viene por una parte de lo pulsional (mundo interno)
y por otro de las percepciones (mundo externo).
Los retoños de lo inconciente son mediadores entre los dos sistemas, son los
nexos de representación palabra y representación cosa.
Solo podemos pensar una división tajante y definitiva del contenido de los dos
sistemas en la pubertad (la última retranscripción se dá en la pubertad, carta 52).
Al principio el niño es todo ello, el Prcc se termina de formar en la pubertad.
La represión (1915)
Cuando una moción pulsional choca con resistencias que quieren hacerla inoperante entra en el
estado de represión (es la renuncia a la satisfacción pulsional). Si se tratase de un estímulo exterior
la huída sería el medio apropiado. En al caso de la pulsión, de nada vale la huida, el yo no puede
escapar de si mismo.
¿Por qué una moción pulsional habría de ser víctima de semejante destino?
Para ello el logro de la meta pulsional debería deparar generar displacer en lugar de placer. Pero
pulsiones así no existen, una satisfacción pulsional es siempre placentera. Debería suponerse
algún proceso por el cual el placer de satisfacción se mudara en displacer.
Hay estímulos como el dolor que el aparato no reprime. El dolor no se reprime cuando la tensión
es elevada, la represión no tiene que ver con esto. La condición de la represión no es un displacer
grande: el caso de la represión no está dado cuando la tensión provocada por la insatisfacción de
una moción pulsional se hace insoportablemente grande. Los medios que le organismo dispone
para defenderse contra esto son otros.
La satisfacción de la pulsión que está sometida a la represión sería posible y siempre placentera en
si misma, pero sería inconciliable con otras exigencias. Por tanto, produciría placer en un lugar y
displacer en otro.
La condición para la represión, entonces, es que el motivo de displacer cobre un poder mayor que
el placer de la satisfacción.
Represión e inconciente están muy relacionados. El dato que tenemos para la existencia de lo
inconciente es lo reprimido. No se puede pensar Inconciente sin represión, pero no todo lo
inconciente está reprimido.
A una moción pulsional se le deniega el acceso a la conciencia pero nada inhibe a esta moción
pulsional buscar otros caminos bajo el estado de represión. Va a pasar a la conciencia pero de
otras formas, altamente desfigurado y condensado.
3 momentos de la represión:
3°- El retorno de lo reprimido (en forma de síntomas, sueños, actos fallidos, etc)
1°- La represión primordial es una primera fase de la represión que consiste en que la agencia
representante representativa de la pulsión se le deniega el acceso a la conciencia. Así se establece
una fijación: la agencia representante en cuestión permanece inmutable y la pulsión sigue ligada a
ella. Esto acontece a consecuencia de las propiedades del proceso inconciente (proceso primario).
2°-La represión propiamente dicha o esfuerzo de dar caza: Lo reprimido primordial nunca más va a
acceder a la conciencia, pero encuentra otra modalidad para procurarse su satisfacción.
La represión propiamente dicha recae sobre los retoños psíquicos de la agencia representante
reprimida, o sobre todo los pensamientos que entraron en vínculo asociativo con ella. Tales
representaciones tienen el mismo destino que lo reprimido primordial. Es un error destacar la
repulsión que se ejerce desde lo conciente sobre lo que ha de reprimirse. Se trata de la fuerza de
lo inconciente y de una contrafuerza. Debe tenerse en cuenta que lo reprimido primordial ejerce
una atracción sobre todo lo que se pueda poner en conexión con él.
La represión trabaja de manera en alto grado individual, cada uno de los retoños de lo reprimido
puede tener su destino particular, un poco más o un poco menos de desfiguración cambian
radicalmente el resultado.
La represión es en alto grado móvil. No tenemos que imaginarnos el proceso de la represión como
un acontecer que se consumaría de una sola vez y tendría un resultado perdurable. Sino que la
represión exige un gasto de fuerza constante, si cesara, peligraría su resultado haciéndose
necesario un nuevo acto represivo.
Podríamos imaginarlo así: lo reprimido ejerce una presión continua en dirección a lo conciente, a
raíz de lo cual el equilibrio tiene que mantenerse por medio de una contrapresión incesante.
En el caso de los retoños no reprimidos del inconciente, estos presentan una energía baja por esto
es que no están reprimidos, aunque su contenido podría provocar un conflicto en el conciente. Un
aumento de la investidura energética genera el acercamiento a lo inconciente, y una disminución
de la investidura un distanciamiento de lo inconciente (está más cerca de la conciencia) o una
desfiguración. Las tendencias represoras pueden encontrar en el debilitamiento de lo
desagradable un sustituto de su represión.
En la pulsión existen dos componentes: la representación y el monto de afecto.
La observación clínica nos demuestra que junto a la representación interviene algo diverso, algo
que representa a la pulsión y puede experimentar un destino de represión totalmente diferente
del de la representación. A este otro elemento de la agencia representante psíquica se lo llama
monto de afecto.
La represión tiene como propósito evitar el displacer, por esto es más importante el destino
del monto de afecto de la agencia representante que el destino de la representación. Si una
represión no consigue impedir que nazcan sensaciones de displacer o de angustia, entonces ha
fracasado. La represión fracasada va a ser de nuestro interés.
De la histeria de angustia escoge el ejemplo de una fobia a los animales. La moción pulsional
reprimida es una actitud libidinosa hacia el padre, junto a una angustia frente a él. Después de
la represión esta moción desapareció de la conciencia y el padre no se presenta en ella como
objeto de la libido. Como sustituto se encuentra en posición análoga un animal mas o menos
apto para ser objeto de angustia. Aquí hubo un desplazamiento. La parte cuantitativa no
desapareció sino que se traspuso en angustia, una angustia frente al lobo en lugar de un
requerimiento de amor al padre.
Una represión como la fobia a los animales puede definirse como fracasada, la represión
consistió solamente en eliminar y sustituir la representación, pero no hubo ahorro de
displacer. Entonces la neurosis continúa en un segundo tiempo para alcanzar su meta más
importante: surge la fobia que es la formación de un intento de huida, una cantidad de
evitaciones destinadas a excluir el desprendimiento de angustia.
En la neurosis obsesiva una aspiración sádica se reemplaza por una aspiración tierna. Este
impulso hostil hacia una persona amada es el que cae bajo represión. El efecto es diverso en
una primera fase que en una fase posterior. Primero alcanza éxito pleno: el contenido de
representación es rechazado y se hace desaparecer el afecto, aquí como formación sustitutiva
hay una alteración del yo con aumento de la conciencia moral que no puede ser llamado como
síntoma.
El yo y el ello (1923)
I – Conciencia e inconciente
Bajo una concepción dinámica anímica: existen procesos anímicos o representaciones muy
intensas (factor cuantitativo y económico) que pueden tener plenas consecuencias para la
vida anímica, solo que no devienen concientes. Tales representaciones no pueden ser
concientes porque cierta fuerza se resiste a ello, que si así no fuese podrían devenir
concientes. En la técnica psicoanalítica se han hallado medios para cancelar la fuerza
contrarrestante y hacer concientes estas representaciones. Llamamos represión al estado
en que ellas se encontraban antes de que se las hiciera concientes, y la resistencia es la
fuerza que produjo y mantuvo la represión.
Lo Icc no coincide con lo reprimido, todo lo reprimido es icc, pero no todo lo icc es
reprimido. También una parte del yo es icc, y esto icc del yo no es latente en el sentido de
lo Prcc.
Son cc todas las percepciones que nos vienen de afuera (percepciones sensoriales), y de
adentro lo que llamamos sensaciones y sentimientos.
La diferencia efectiva entre una representación icc y una prcc es: la rep. Icc es un material
no conocido, la prcc entra en conezión con representación-palabra.
Estas representaciones-palabra son restos mnémicos que pueden devenir concientes. Solo
puede devenir conciente lo que ya una vez fue percepción cc, Y exceptuados los
sentimientos, lo que desde adentro quiere devenir conciente tiene que intentar
trasponerse en percepciones exteriores.
Concebimos los restos mnémicos como contenidos en sistemas contiguos al sistema P-Cc,
por lo que pueden trasmitirse hacia adelante fácilmente.
Si tal es el camino por el cual algo inconciente deviene preconciente, el camino por el cual
podemos hacer preconciente algo reprimido es reestableciendo mediante el trabajo
análitico aquellos eslabones intermedios prcc.
Lo reprimido es solo una parte de ello. Lo reprimido es separado del yo por las resistencias
de represión, pero lo reprimido puede comunicarse con el yo a través del ello.
El yo es la parte del ello alterada por la influencia directa del mundo exterior, con
mediación de P-Cc. Se afana por reemplazar el principio de placer (que es del ello) por el
principio de realidad. El yo es el representante de la razón y prudencia, en oposición al ello
que contiene las pasiones.
El yo suele trasponer en acción la voluntad del ello como si fuera suya propia. El yo es
sobre todo un yo-cuerpo.