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10 cuentos infantiles

LAS ABEJITAS JUGUETONAS


En un panal había tres abejitas, que por primera vez iban a buscar néctar de las flores del campo. La
reina de las abejas le dio un cántaro vacío a cada una y les ordenó traerlos bien llenos al caer la tarde.
Las abejitas partieron volando a cumplir su tarea. La abeja mayor empezó inmediatamente. La del
medio, se dedicó a escuchar las historias que le contaban las flores y los insectos. La más pequeña
juntó muestras de todos los colores que encontraba en las florecillas. Sin que se dieran cuenta, de lo
entretenidas que estaban, llegó la hora de volver al panal. En la entrada las esperaba la reina y su
corte.
La abejita mayor entregó su cántaro lleno y fue felicitada por todas las abejas. Luego le tocó a la del
medio. Cuando mostró su cántaro con solo la mitad con néctar, la reina le dijo enojada: “¿Eso es todo
lo que traes?” “No”, dijo la abejita. “Además tengo muchas noticias y chismes que me contaron las
flores y los insectos.” Y así entretuvo a la reina y al panal por mucho tiempo. Las abejas también la
felicitaron.
Al final le tocó a la más pequeña. La reina le preguntó: “¿Y tú, cuánto néctar traes?”, la chiquita dijo:
“Yo, traigo un tercio del cántaro con néctar y muchos colores, para que todas nos pintemos y nos
veamos muy lindas...” las abejas se pintaron e hicieron una fiesta

EL PINGÜINO DIFERENTE
Los pingüinos son mundialmente conocidos por lo elegantes que son. Siempre visten de etiqueta y su
andar es estirado y pomposo.
Un día estando Oscar, el pingüino, mojando sus patitas en el helado mar, notó que flotando llegaba
hasta él una hermosa caja. Rápidamente Oscar la abrió y maravillado observó su contenido. No podía
creer lo que sus ojos de pingüino veían... ¡la caja contenía muchos frascos llenos de alucinantes
colores!. Y Oscar aprovechó la ocasión. Pintó su elegante frac de fuertes azules y amarillos, su pechera
blanca terminó siendo anaranjada con puntos verdes. Se dibujó una corbata celeste y lila y sus pies
los pintó rojos con rayas moradas. Oscar resplandecía, porque el sol había salido a iluminar tanto
colorido, en la siempre blanca, nevada y helada antártica.
Entonces Oscar empezó su triunfal paseo. Los demás pingüinos quedaron asombrados. Reían.
Saltaban. Silbaban. Aplaudían. Ese día fue el gran día de Oscar. Por fin, aunque fuera por poco tiempo,
era diferente. Y la diferencia, lo hizo feliz.
Entonces, Oscar cambió su nombre, ahora se llama Arcoiris, porque, aunque volvió a vestir de etiqueta,
lleva todos los colores en su corazón.

Los conejitos de colores


Había una mamá coneja que tenía muchos conejitos. Todos eran muy blancos, y también, como todos
los niños, eran muy juguetones y un poquito locos. Así que siempre estaban jugando por el campo.
Pero, un día, todo el paisaje apareció también blanco. ¡Había nevado!
Cuando la mamá coneja fue a buscar a sus pequeños, no los podía encontrar, porque como eran
blancos, se confundían con la nieve. Entonces fue a buscar pinturas y pintó a sus conejitos de todos
los colores. ¡Ahora sí podía verlos, fácilmente, jugando en la nieve blanca!.
Todo anduvo bien, hasta que un día, al mirar al campo, no pudo encontrar nuevamente, a sus conejitos
queridos. ¡Había llegado la primavera con todo su esplendoroso colorido!.
Llamó a sus niños y uno a uno los lavó y los volvió a su color natural, el blanco. Ahora los podía
observar tranquilamente como corrían por el florido campo. Estaba muy feliz. Pero, un día, pasado el
tiempo... ¡volvió a nevar!
LA RANITA DE LA VOZ LINDA
En un charco, a orillas de un río, vivía un grupo de ranas. Se lo pasaban todo el día croando y croando.
¡Croooc! ¡Croooc!...
Aquel día era muy especial porque las ranitas pequeñas cantarían por primera vez. Una a una fueron
cantando: ¡Crooc! ¡Crooc!. Hasta que saltó al escenario, que era una piedra en medio del agua, una
ranita, que en vez del famoso ¡Crooc! ¡Crooc!, ¡cantó una hermosa melodía, con una bellísima voz de
soprano!.
Todos quedaron paralizados. Simplemente no lo podían creer. ¡Una rana que sí cantaba bien!. La
novedad corrió por todo el valle y llegó a oídos, de un representante de artistas, que se apresuró a ir
a buscar a la ranita cantora. La llevó a los más grandes escenarios del mundo y grabó muchos discos.
Todos la admiraban y querían tomarse fotos con ella.
Sin embargo, la ranita no era feliz. Ella quería volver a su charco, con su familia y sus amigos. Pero
era esclava de su voz y de su fama. No podía volver.
Hasta que, en medio de un recital, en un reino muy lejano, la ranita cantora cambió su dulce canto, por
el canto natural de las ranas, el ronco ¡Crooc! ¡Crooc!... El público la empezó a pifiar y las pifias eran
música para la pequeña, porque se dió cuenta que ahora podría volver a su charco añorado.
Ahora la ranita sí es feliz. Y cantando ¡Crooc! ¡Crooc! ¡Crooc!, pero con su familia, sus amigos y su
charco.

EL ELEFANTE AMARILLITO
Como todos saben, los elefantes son grandes y de color gris. Hasta que nació Puntito, el elefante
enanito y amarillito... Como era diferente, los demás hacían bromas y se reían de Puntito. Los elefantes
grandes y grises se jactaban de su fuerza y de los grandes pesos que eran capaces de mover. Puntito
solo podía llevar ramitas, hojas secas, pasto y granitos de maíz, en su pequeña trompa amarilla.
Un día, un gran árbol cayó sobre el jefe de los elefantes, dejándolo atrapado. Todos los fuertes
elefantes corrieron a salvar a su jefe. Pero por más fuerza que hacían, no podían levantar el árbol.
Todos transpiraban y jadeaban tratando de levantar aquel tremendo peso.
Pero no podían.
Hasta que de pronto, un relámpago amarillo llamado Puntito, saltó sobre el tronco y con gran sorpresa
para ellos, vieron que el árbol se levantó y el jefe quedó libre. La fuerza de todos no pudo levantar el
árbol porque faltaba un poquito más... justamente la poquita fuerza del pequeño elefantito.
Y así fue que los grandes elefantes comprendieron que todos eran útiles, incluso Puntito... el amarillito.

LA NUBE PORFIADA
Un día, de entre las grandes nubes que habían en el cielo, salió corriendo y jugando una pequeña
nube. Su mamá, una gran nube blanca y esponjosa la llamó dulcemente... ¡Motita!, ¡Motita! ¡no te
alejes mucho!. Pero Motita era una nubecita un poquito porfiada y no hizo caso a los llamados de su
mamá y siguió jugando en el amplio cielo y poco a poco se fue alejando.
El aire, lejos de su mamá, empezó a ponerse muy helado. Motita empezó a tiritar. Tiritaba y tiritaba.
De pronto notó que su cuerpo se empezaba a transformar en cientos de gotitas y empezó a caer hacia
la tierra. ¡Se había transformado en lluvia!.
Al caer sobre el pasto de la pradera se unieron las gotitas en un pequeño charco y motita se sentía
muy rara transformada en agua.
Afortunadamente para Motita salió el sol y empezó a sentir un rico calorcito. El calor aumentó y
aumentó. Motita empezó a transpirar y se empezó a transformar en vapor. Entonces empezó a subir
y subir, y a medida que subía se convertía de nuevo en una nube.
Motita estaba feliz, y más feliz estuvo cuando abrazó a su mamá y le prometió no alejarse de ella ni
siquiera para jugar a ser lluvia...
COPITO
Los perros, como todos saben, mueven la cola cuando se sienten contentos o cuando ven a su amo o
se encuentran con otros perros.
Pero Copito, un lindo perrito blanco, no lo hacía y todos se preguntaban por qué Copito no movía su
cola blanca.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que alguien se diera cuenta de lo que pasaba.
¡Copito no movía su cola porque Copito sabía sonreir!
¡Sí! ¡Copito sabía reir como tú!
Era cosa de mirar su hociquito para ver como sus blancos dientes brillaban de contento.
Ya sabes, si un perro no mueve su cola, sonríele.

LA SEMILLA
Una vez en el campo, se encontraron, un par de semillas de sandía, que son muy grandes y una
semillita pequeña y tímida.
De inmediato, las grandotas, empezaron a molestar a la pequeña.
- “Eres enana”, le decían.
- “Casi no te ves.”
- “Cuidado que te aplastamos”, se reían.
La semillita estaba a punto de llorar.
En eso estaban, cuando llegó la hora de entrar en la tierra, para iniciar el largo y natural proceso de
transformarse en plantas.
Pasó el tiempo y empezaron a crecer. Las sandías no crecieron mucho, porque sus frutos eran muy
grandes y pesados.
Mientras tanto, la pequeña semilla resultó ser un árbol, y crecía y crecía. Y en ese momento miró para
todos lados y dijo:
- “¿A dónde se habrán ido las semillas que me molestaban tanto?”
Y las sandías se pusieron verdes de envidia por fuera y rojas de vergüenza por dentro.
¡Cuidado abusadores! Dentro de un pequeño,
puede estar escondido un gigante...

LAS DOS GOTITAS


Aquel día llovía fuerte. Y en esa lluvia iban dos gotitas que eran muy amigas.
Mientras caían, iban conversando y preguntándose qué pasaría con ellas al llegar a tierra. En eso
estaban cuando el viento las separó.
Una gotita cayó en un lindo arroyuelo y feliz, se alejó cantando y gozando la vida, en aquel húmedo y
musical tobogán.
La otra gotita fue a dar a un desierto seco y feo. Ella pensó que su destino había sido muy triste e
inútil.
Pero mientras rodaba por la seca tierra del desierto, se encontró con una olvidada y sedienta semillita.
La gotita se dejó beber por la semilla, e hizo posible que, en el medio del desierto, naciera una hermosa
flor.
La flor dió a beber de su néctar a las abejas. Las abejas hicieron, con el néctar, una dulce y sabrosa
miel. La miel endulzó la vida de mucha gente.
La gotita supo entonces que no importa donde vivas, lo que importa es lo que hagas con tu vida.
EL VIAJE
Los patos silvestres que vivían en aquel estanque, notaron que el invierno se acercaba. Tal vez porque
los días eran más cortos o porque el aire estaba un poco más frío. Había llegado el momento de buscar
climas más cálidos. Y un buen día echaron a volar iniciando un largo viaje siguiendo al sol.
Todos... menos uno.
Era un pato pequeño y débil que no había crecido tan rápido como los demás. Los otros eran fuertes,
con hermosas y poderosas alas para volar grandes distancias.El patito miró con angustia, cómo la
gran bandada se elevó rumbo al norte, dejándolo solo en aquella tierra que empezaba a ser fría y que
anunciaba el crudo invierno. Agachó la cabeza y una lágrima rodó por su carita.
Pero en eso sintió un lejano graznido, luego otro y otro más. Levantó la cabeza y a lo lejos distinguió
un punto negro que crecía y crecía. ¡Era la bandada que regresaba!
- “Hemos venido por tí, pequeño” le dijo el guía.
- “Te esperaremos el tiempo que sea necesario, para que crezcas, y puedas hacer el viaje con
nosotros. Eres uno de los nuestros y tus hermanos no te van a dejar aquí solo”.
Y por la cara del patito ahora caían muchas lágrimas de felicidad. Pasaron dos semanas, justo las que
el pequeño necesitaba para poder volar, y emprendió junto a sus hermanos, el largo viaje en busca
del sol y de su calor.
5 Enfermedades comunes
10- Hepatitis
Aunque la más común es la hepatitis B es una enfermedad muy conocida que afecta el hígado. Su
causa puede ser infecciosa, toxica, inmunitaria. Existen clases para esta enfermedad: la “A, B, C“ se
clasifican como los más peligrosas, las “D, E” con menos auge siendo las “F, G” las menos estudiadas.
Para limpiar el hígado de una forma fácil y activar las funciones digestivas nada mejor que un par de
gotas de esencia de limón mezcladas con un poco de miel, 3 veces al día durante 3 semanas. Otros
Aceites Esenciales que pueden ayudar en caso de hepatitos son:
Aceite esencial de Tomillo: Este magnífico aceite esencial regenera las células del hígado. Es
indispensable para casos de cirrosis o de hepatitis víricas.
Aceite esencial de Romero: Otro aceite esencial muy especial, detoxifica el hígado por lo tanto es
también muy útil para ayudar a tratar cirrosis y hepatitis.

9- Gripe
También Conocida como “Gripa o influenza.” Es una enfermedad muy común mayormente en los
niños, que ataca las vías respiratorias. Es similar a un resfriado y trae fiebre como un signo
característico. Es muy contagiosa, se trasmite de unos a otros a través de las gotas de saliva que
expulsamos con la tos y los estornudos y que van cargadas de virus. Según un reportaje reciente de
Fox News, los agentes reconstituyentes y antibacterianos de los aceites esenciales podrían ofrecer un
modo adicional de ayudar a las defensas naturales del cuerpo.
El reportaje informativo sugiere utilizar el aceite esencial de orégano durante la temporada de gripe en
el invierno. Otros aceites esenciales que se sabe que ayudan a mantener un sistema inmunológico
sano incluyen el clavo, el eucalipto y la melaleuca.
Para ver el reportaje informativo, haga clic aquí.

8-Enfermedades del hígado


Si una persona come muchos alimentos ricos en grasas, azúcares y alcohol, su hígado puede
deteriorarse. El hígado se encarga de desechar las toxinas más peligrosas que ingerimos, por eso el
cáncer en el hígado es muy fuerte y doloroso.
PEPPERMINT- (Menta Piperita ) es una de las yerbas conocidas para regular la indigestión.
El doctor Jean Valnet estudió los efectos de la menta en el hígado y en el sistema respiratorio.
Otros científicos también han estudiado los beneficios de la menta que, al ser inhalado, influye en el
gusto y el olfato.
El doctor William N. Dember, de la Universidad de Cincinnati, estudió las capacidades del aceite de
menta para mejorar la concentración y la agilidad mental.
Por su parte, el galeno Alan Hiersch estudió la capacidad del aceite de menta y su forma de influir
directamente en el cerebro, para causar la sensación de llenura después de las comidas.

7- Carié dental
Aunque no lo creas, es una de las enfermedades más comunes que destruye los dientes, cuanto está
a un grado de infección el dolor que causa es muy insoportable además al beber bebidas frías o
calientes.
Para evitar la carie dental, se recomienda usar la pasta de dientes KidScents Slique Toothpaste 4 oz.
Esta nueva fórmula es una pasta de dientes para niños que utiliza las mezclas de aceites esenciales
Thieves® y Slique™ Essence para limpiar suavemente y proteger los dientes. Esta mezcla suave pero
eficaz fomenta la salud dental sin utilizar flúor, tintes, colorantes sintéticos, aromatizantes artificiales ni
conservantes.
6-Diabetes
La diabetes se produce porque se crea una elevación en los niveles de glucosa en la sangre. El
organismo no libera la suficiente insulina (sustancia encargada de regular los valores de azúcar en la
sangre) o porque no la utiliza adecuadamente. La diabetes crea mucho desorden en nuestro
organismo ya que destruye los órganos vitales y tejidos de nuestro cuerpo.
Para ayudar contra la diabetes, se puede usar el enebro. (DILL) – ANETHUM GRAVEOLENS
El Aneldo tiene un aroma mentolado, especiado y fresco que es estimulante, revitalizante y
equilibrante. Se decía que los antiguos americanos masticaban semillas de eneldo para suprimir su
apetito durante los servicios religiosos. Esta planta se menciona en los Papiros de Ebers de Egipto
(1550 AC).Los gladiadores romanos frotaban su piel con eneldo antes de cada combate. También
aparece listado en De Materia Medica, de Dioscórides y en la Medicina de Hildegard de Bingen. Es
antidiabético, antiespasmódico, antibacteriano, expectorante, estimulador del páncreas y regulador de
la insulina y del azúcar en sangre. Lo podemos usar en casos de diabetes, de problemas digestivos,
estreñimiento, indigestión, dolores de cabeza, nerviosismo y deficiencias del hígado.

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