Al insertar en el núcleo un bloque de hierro compacto, cuando éste se somete a
un campo magnético alterno, en su interior corren corrientes parásitas
(corrientes de Foucault) que lo recalientan (ver fig.1-2)
En realidad se produce la misma situación que se obtendría si en el núcleo del
transformador en volviéramos una gran espira y cortocircuitáramos juntas los dos extremos. Para neutralizar estas corrientes de Foucault hay que seccionar el núcleo en delgadísimas láminas, aislándolas de otras mediante una capa de barniz u óxido, de tal modo que aunque una superara a la otra, las corrientes parásitas que hay en una lámina nunca podrían cortocircuitarse con las corrientes de las láminas adyacentes.
Las láminas estándar que se encuentran actualmente en el mercado tienen un
espesor de 0,50 mm y sólo el tipo “especial” tiene un espesor de 0,35 mm. Obviamente, aquellas que tienen un espesor de 0,35 mm tienen mayor rendimiento porque son menores las perdidas causadas por la dispersión y por las corrientes de Foucault, Debemos señalar que las corrientes parásitas y las pérdidas de histéresis aumentan considerablemente al aumentar la frecuencia de trabajo, luego los núcleos de láminas pueden utilizarse sólo en baja frecuencia hasta un máximo de 20- 30-Hz.
Para trabajar en frecuencias comprendidas entre 10.000 – 100.000 Hz
conviene núcleos de ferritacompuestos de microscópicos granitos de hierro unidos por pegamentos especiales que los aíslan unos de otros. Cuanto más ligero es el núcleo menos polvo de hierro hay en su cuerpo, por lo que más alta será su frecuencia de trabajo.