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ACUMULADORES DE CALOR

La producción de energía eléctrica es casi constante a lo largo de las 24 horas del día,
mientras que el consumo se centra mayoritariamente en las horas diurnas. En
consecuencia, se produce un desequilibrio notable entre la producción y la demanda.

Con el fin de aminorar en lo posible este desequilibrio, las compañías eléctricas no


tienen otra alternativa que la de incentivar los consumos nocturnos.

El consumo nocturno industrial esta incentivado, y lo mismo sucede para usos


domésticos.

Mediante la llamada "Tarifa Nocturna", las viviendas pueden disponer de energías a


precios más asequibles, siempre que dispongan de un contador de doble tarifa y de un
reloj horario que vaya cambiando la tarifa según las horas del día establecidas.

Actualmente la Tarifa Nocturna para usos domésticos rige durante las siguientes
horas:

En invierno de 23,00 a 7,00 h. En verano de 0,00 a 8,00 h.

En estas condiciones el precio del kilovatio nocturno ve reducido su precio en un


55% mientras que el diurno aumenta en un 3%. (En la actualidad estos tantos por
cientos se han suprimido y se aplican unos valores ligéramente distintos).

Para aprovechar adecuadamente esta ventaja se han ideado los acumuladores de calor,
cuya misión no es otra que la de acumular calor durante las horas nocturnas en las que
el precio del kilovatio resulta más económico, para soltarlo durante las horas del día en
las que realmente necesitamos el calor.

Los acumuladores estáticos que actualmente podamos ver se basan en un principio


sencillísimo y ya conocido por todos. Se trata de acumular calor en ladrillos refractarios
especiales calentados por resistencias eléctricas convencionales.

La cantidad de calor almacenado es función del volumen de los ladrillos y de la


temperatura que alcancen. Teniendo en cuenta que los acumuladores de calor llevan
ladrillos con un peso variable según los modelos, pero que oscila entre los 75 y 150 kg.,
y que la temperatura que alcanza es del orden de los 600 a 700 ºC, podremos hacernos
idea de la cantidad de calor que pueden almacenar, superior a las 15.000 kcal.

En la figura podemos ver las distintas partes de que se compone un acumulador de


calor. Además de los ladrillos, resistencias calefactoras y aislamiento del conjunto,
existe un control automático para la carga de calor y otro para la descarga del calor en
las horas precisas.

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La descarga del calor acumulado se lleva a cabo a través de unas rejillas termostáticas
practicadas en la parte delantera del aparato, el cual se desprende del calor por
convección.

Seguidamente ofrecemos los datos característicos de tres modelos ampliamente


comercializados, así como también la curva de carga y descarga del modelo WM-724.

PROGRAMA DE SUMINISTRO Y DATOS TECNICOS:

Aparatos serie WM, tipos WM- WM- WM-


712 718 724

Carga nominal 1,6 kW 2,41 kW 3,22


kW

12,5 18,9 25,1


Capacidad de carga ( 8h. )
kWh kWh kWh

Descarga máxima 745 W 1.011 W 1.320


W

Descarga mínima 255 W 390 W 510 W

2
en el suelo 3 ºC 7 ºC 4 ºC
Temperaturas:
en la carcasa 76 ºC 77 ºC 72 ºC

alto 705 705 mm. 705


mm. mm.

largo 514 725 mm. 937


Medidas y mm. mm.
pesos
grueso 180 180 mm. 180
mm. mm.

pesos 80 kg. 116 kg. 153 kg.

Número de ladrillos 8 12 16

Número de resistencias 2 3 4

La curva de carga dura 8 horas durante las cuales el acumulador consume 3,22 kW, y
por tanto almacena 3,22  8 = 25,78 kWh. teóricos, prácticos según las tablas 25,1 kWh.
Estos kilovatios almacenados equivalen a 25,1  860 = 21.586 kcal / h. Seguidamente,
si se desea, ya se puede proceder a la descarga del acumulador, que lo podrá hacer
durante el resto de las 16 horas con una potencia inicial máxima de 1.320 W. y una
potencia final mínima de 510 W.

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