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«padre de los dioses y los hombres»,1 que gobierna a los dioses del Olimpo como
un padre a una familia, de forma que incluso los que no eran sus hijos naturales se
dirigen a él como tal.2 Es el rey de los dioses y supervisa el universo.3 Es
el dios del cielo y el trueno y por ende de la energía. Entre sus atributos se
incluyen el cetro y la corona (como símbolos de su poder), el rayo, el águila,
el toro y el roble. Además de su herencia indoeuropea, el clásico Zeus «recolector
de nubes» también obtuvo ciertos rasgos iconográficos de culturas del antiguo
Oriente Próximo, como el cetro. Zeus fue comúnmente representado por los
artistas griegos en dos poses: de pie, avanzando con un rayo levantado en su
mano derecha, y sentado majestuosamente.
Hijo de Crono y Rea, era el más joven de sus descendientes. En la mayoría de las
tradiciones aparece casado con Hera (su hermana y esposa) aunque en el oráculo
de Dódona su esposa era Dione, con quien según la Ilíada fue padre de Afrodita.4
Es conocido por sus numerosas aventuras y amantes, fruto de las cuales fueron
muchas deidades y héroes,
incluyendo Atenea, Apolo, Artemisa, Hermes, Perséfone, Dioniso, Perseo, Heracle
s, Helena, Minos y las Musas. Con Hera suele decirse que Zeus fue padre
de Ares, Hebe y Hefesto
Ares: es el dios olímpico de la guerra. Es hijo de Zeus y Hera. Por los himnos
homéricos hallados,1 es posible determinar que también tenía muchos otros
atributos y epítetos: personificaba la valentía, la fuerza incansable, rey de la
virilidad masculina, protector del olimpo y de los ejércitos, líder de los rebeldes, de
los hombres justos, y ayudante de los débiles. En la guerra representa la
brutalidad, la violencia, y horrores de las batallas.2 Como dios de la virilidad
masculina, a lo largo de la mitología se han contabilizado una treintena de
amantes mujeres, con una descendencia de alrededor de 60 hijos (entre
ellos Eros, Harmonía, Fobos, Deimos, Amazonas), siendo Afrodita, diosa d
Hermes : es el dios olímpico mensajero, de las fronteras y los viajeros que las
cruzan, el ingenio y del comercio en general, de la astucia, de los ladrones y los
mentirosos.1 En la posterior mitología romana era denominado como Mercurio.
Hijo de Zeus y la pléyade Maya. El himno homérico a Hermes lo invoca como el
«de multiforme ingenio (polytropos), de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de
bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas, que muy
pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses». 2
Hermes también es protagonista de muchos mitos, como, por ejemplo, el
de Filemón y Baucis.3
Apolo : es una de las divinidades principales de la mitología griega, y uno de
los dioses olímpicos más significativos, motivo por el cual le dedicaron una gran
cantidad de templos. Hijo de Zeus y Leto, y hermano mellizo de Artemisa, poseía
muchos atributos y funciones, y posiblemente después de Zeus fue el dios más
influyente y venerado de todos los de la Antigüedad clásica.
Era descrito como el dios de las artes, del arco y la flecha, que amenazaba o
protegía desde lo alto de los cielos, siendo identificado con la luz de la verdad, tal
es como se lo representaba con el Sol. Era temido por los otros dioses y
solamente su padre y su madre podían contenerlo. Era el dios de la muerte súbita,
de las plagas y enfermedades, pero también el dios de la curación y de la
protección contra las fuerzas malignas. Además, era el dios de la belleza, de
la perfección, de la armonía, del equilibrio y de la razón, el iniciador de los jóvenes
en el mundo de los adultos, estaba conectado a la naturaleza, a las hierbas y a los
rebaños, y era protector de los pastores, marineros y arqueros.
Los orígenes de su mito son oscuros, pero en el tiempo de Homero (siglo VIII a,
C,) ya era de gran importancia, siendo uno de los más citados en
la Ilíada. Posteriormente la mitología romana lo incluye recién en el siglo V a. C.,
época en que le dedican el primer templo.
Hacía a los hombres conscientes de sus pecados y era el agente de
su purificación; presidía las leyes de la religión y las constituciones de las
ciudades.
Era símbolo de inspiración profética y artística, siendo el patrono del más
famoso oráculo de la Antigüedad, el oráculo de Delfos, y líder de las musas. Como
jefe de las Musas inspiradoras (con el epíteto Apolo Musageta) y director de su
coro actuaba como dios patrón de la música y la poesía. Su lira se convirtió en
un atributo común de Apolo. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre
de peanes (Peán era su nieto, hijo de Asclepio).
Tuvo muchos amores, especialmente con sus musas, y producto de sus andanzas
tuvo alrededor de una veintena de hijos, aunque en ese terreno tuvo algunas
desgracias. Fue representado innumerables veces desde la Antigüedad,
generalmente como un hombre joven, desnudo y sin barba, en la plenitud de su
vigor, a veces con un manto, un arco y un carcaj de flechas, y generalmente una
lira, creada por su hermano Hermes para él, y con algunos de sus animales
simbólicos como la serpiente (que se utiliza en la medicina), el cuervo o el grifo.1
En la época helenística, especialmente durante el siglo III a. C., pasó del
epíteto Apollo Helios a ser identificado por los griegos con Helios, dios del sol, y de
forma parecida su hermana se equiparó con Selene, diosa de la luna.Nota 1
Apolo fue identificado sincréticamente con un gran número de divinidades en sus
diferentes lugares de culto, y sobrevivió secretamente a lo largo de la expansión
del cristianismo: en la Edad Media, Apolo fue identificado por los cristianos con
el Demonio, asociado con el poder profano, como es sabido, el culto a otros
dioses en la época cristiana estaba prohibido y era sinónimo de cumplir una
condena en la hoguera, haciendo cumplir esto a través de edictos a lo largo de
toda la extensión del vasto imperio romano.
Ya en la era contemporánea, tales edictos de prohibiciones quedaron sin efecto, y
su culto volvió a practicarse. Actualmente, y después de un prolongado silencio de
siglos, su culto es llevado a cabo por los seguidores del helenismo de Europa,
América, y especialmente de Grecia.2
Su mito se ha empleado durante siglos por filósofos, artistas y otros intelectuales
para la interpretación e ilustración de una variedad de aspectos de la vida
humana, de la sociedad y de fenómenos de la naturaleza, y su imagen está
presente en una gran variedad de formas en nuestros días.
Artemisa : fue una de las deidades más veneradas, una de las más antiguas.
Es la diosa helena de la caza, los animales salvajes, el terreno virgen, los
nacimientos, la virginidad y las doncellas, que traía y aliviaba las enfermedades de
las mujeres. Hija de Zeus y Leto, hermana melliza de Apolo, y junto a ellos integra
el panteón de los doce dioses olímpicos.
A menudo se la representaba como una cazadora llevando un arco y flechas. 3
El ciervo y el ciprés le estaban consagrados. Algunos investigadores4 creen que
su nombre y, de hecho la propia diosa, era originalmente pregriega. 56
Homero alude a ella como Artemis Agrotera, Potnia Theron, ‘Artemisa del terreno
virgen, Señora de los Animales’.7 También Homero señala en la Ilíada que junto
a Hermesrescataron a Ares, encadenado por los gigantes ctónicos.
En época helenística posterior, asumió incluso el papel de Ilitía como ayudante de
los partos y acabó siendo identificada con Selene,8 una titánide que era la diosa
griega de la Luna (razón por la cual en ocasiones aparece representada con una
luna creciente sobre la cabeza). También fue identificada con la
diosa romana Diana,9 con la etrusca Artume y con la griega o caria Hécate