Nombre: Rafael Manuel Apellidos: Guzmán Pérez Historiografía I
El lugar de Heródoto en la historia de la Historiografía
(A. Momigliano) En esta obra, el autor habla sobre Heródoto haciendo una comparación con personajes que hicieron un antes y un después en la Historia Antigua, con la aportación dada por cada uno de ellos. Momigliano comenzará hablando de Dionisio, uno de los pocos que no juzga a Heródoto por falsedad en sus afirmaciones históricas, seguidamente nombra a Petrarca, este queda conmovido por Cicerón al hablar sobre Heródoto como "padre de la historia" y a su vez como embustero. Este prestigio negativo que posee, nos lo hace ver el autor del artículo en unas líneas más abajo. Para empezar, Heródoto combina diversos tipos de investigación, el primero de todos es el uso que hace de los datos de la guerra griega y persa, y segundo, los viajes por Oriente con el objetivo de recoger información de las condiciones de la región. Finalmente encontrará pocos escritos griegos y muchos en Oriente, aunque el desconocimiento de esta última lengua le impidió entender los documentos. Aun así, basándonos en los estudios de las fuentes y la arqueología de la actualidad, sabemos que las afirmaciones de Heródoto eran ciertas. Este al no conocer el idioma, hizo uso de la tradición oral, esto lo encontramos con facilidad en el análisis de las guerras médicas, con ello llevo a cabo una descripción histórica muy aceptada, afirmada por las distintas fuentes de las que precisamos. Momigliano nos habla de Tucídides, este piensa que esta manera de enfrentarse a la historia es cuanto menos, peligrosa, debido a que es necesario ser un contemporáneo para poder escribir esta historia y según el mismo, la historia solo se debía ocupar del presente. Es cierto que esta crítica realizada no lleva a imponerse entre los estudiosos de la historia del momento, pero a partir de entonces, en Roma y Grecia se llevaron a cabo menos investigaciones sobre el pasado y se actuó mayoritariamente el presente. Referidos a la relación Heródoto-Tácito, el autor nos habla de la investigación. Con Éforo y Livio, la honestidad a la hora de escribir era destacada, aun así, ninguno investigó más allá de las fuentes literarios para conocer el pasado. Por lo que la influencia de Tucídides y el pensamiento de la única historia es la contemporánea, se ve claramente reflejada aquí. Con Estrabón, en el apartado geográfico, se adueña de las críticas de la época de A. Magno contra Heródoto, aquí vemos como los mismos griegos no se sentían identificado con Heródoto por meras razones patrióticas, debido a que no se creían que hubiese una pizca de desarrollo entre ellos. Uno de estos ejemplos lo encontramos con Plutarco y unas críticas sobre el tema, un derroche de simpatía hacia los bárbaros, con una deslealtad a las demás polis griegas con una falta de autenticidad en sus hechos. A pesar de estas críticas, el autor griego permanece como un clásico, el cual tiene alabanzas a sus espaldas. Dionisio de Halicarnaso, Luciano y Arriano les apoyan, aun así, el primero de todos comenta que no es un historiador fiable, donde lo compara con Tucídides, afirmando la superioridad con diversos argumentos, siendo Heródoto superior en el estudio historiográfico, siendo uno de los inconvenientes, la "veracidad". El segundo, Luciano, dice que Tucídides es un historiador forzado, el cual lleva a cabo su teoría, después de haber visualizado el trabajo de Heródoto, se observa una carencia en la sinceridad explicita. Por parte del autor del artículo Heródoto, posee un prestigio negativo debido a su progreso como historiador, al contrario que Tucídides que no aprobaba la idea de escribir sobre el pasado, aunque no contradecía el convencimiento de escribir la historia a través de las fuentes, es más, fue uno de los historiadores que hicieron uso del material diplomático. Debido a esto, el predominio de la observación y de las fuentes orales, dura hasta que los historiadores lo cambian por los archivos, aunque ni siquiera en el Renacimiento había un uso completo de esto. Seguramente sea Gibón, uno de los primeros en apoyarse en los estudios de la antigüedad, pero dejando de lado campos como epigrafía y numismática o la arqueología. Con Mommsen si existe un uso de la epigrafía y la numismática, y con Rostovtzeff se usó la arqueología para conocer la época del Imperio. Durante el texto, Momigliano repite su opinión. Nos comenta que, si Tucídides viviese en nuestros días, usaría los métodos actuales, no como rechazo los de Heródoto. Las oportunidades que nos otorgan las excavaciones arqueológicas, la epigrafía, numismática...nos facilita el conocimiento del pasado, siendo testigos visuales sin la necesidad de estar allí, aun así, no solo con los documentos podemos alcanzar los límites que puso Tucídides. Con el Renacimiento, los continuos viajes y las fuentes orales, llevan a los historiadores a utilizar de nuevo este método. La época perfecta para Heródoto. En este periodo cabe destacar los trabajos de los diplomáticos italianos, que nos demuestran como pudiendo viajar al extranjero uno puede fijarse y escribir sobre distintas culturas sin escribir datos falsos sobre ello. Por ejemplo, con el descubrimiento de América, era necesario volver a este tipo de fuentes orales ya que sería la única forma de estudio. Por lo que podría decirse que, en tiempo del Renacimiento, el autor griego habría recuperado su prestigio. Con las traducciones de los autores renacentistas y humanistas del S.XV, Lorenzo Valla o Gerino, se observa cómo eran los ataques de Cicerón o Tucídides o de Plutarco. Aun así, Luis Vives, lo encuadra como el padre de la mentira y no el de la historia. Seguidamente se nos habla de la relación entre H. Stephanus y Bodin con el historiador griego. El segundo mantiene atención a las afirmaciones de Plutarco, Tucídides o Diodoro, mientras que el primero en su libro "Apología pro Hérodote" afirma que Heródoto y Tucídides son los mejores historiadores de la antigüedad. Para finalizar, alaba a Heródoto ya que sin su presencia nunca se habría conseguido el estudio de la historia griega y oriental. El apoyo de fuentes que sean viables es primordial, pero el estudio antropológico tiene un peso enorme en el conocimiento.