Está en la página 1de 3

Guzmán: seis letras y una tilde.

Opacándose la luz del sol, acompañados de un buen amigo y algunas monedas, nos fuimos
acercando a la figura de Guzmán. No lo conocíamos, ese día escuchamos por primera vez su
nombre, sentíamos que algo nos halaba de las entrañas hacia él, todo se había sucedido para
acudir puntual a la cita con su memoria.

Llegamos. Una mirada se asomó, algo desarreglada pero radiante, al acercarnos sonó el cerrojo de
la reja, de repente ya estábamos dentro. La primera charla transcurrió con una bebida que, entre
sorbo y sorbo, fue agregándole carne y sentimientos a Guzmán. Su primer nombre que tiene seis
letras y una tilde se fue llenando con olores, sabores, sentimientos, luz de luna, voces. De repente,
un pudin acudió a la charla, este lleno el apetito carnal mientras que las palabras que construían a
Guzmán alimentaban otra parte de nuestro ser: la espiritual. Avanzado el dialogo ya sentíamos
que el hacía parte de la charla, ahí no era el periodista, era el amigo, el compañero; ya no
sentíamos esas punzadas en nuestras entrañas que nos halaban al inicio, ya él estaba ahí, o tal vez
nunca se había ido.

Guzmán hecho carne y espíritu nos acompañó de vuelta y desde ese día hemos mantenido un
dialogo permanente con él.

En esa época, giraban los días de septiembre de 2016, el 16 de ese mes se cumplían 17 años del
asesinato de su cuerpo y era imposible para nosotras dejar pasar esa fecha sin movilizarnos.
Entonces, nos pusimos en la órbita: unas recortábamos mariposas, algunos pegábamos la
publicidad, otros pintábamos el mural y al final todas trabajábamos en el video. Era un trabajo
extenso pero que realizamos en tiempo record, pensándolo bien, tal vez nuestra rapidez obedecía
a que no estábamos realizando esas tareas solos, sino, que Guzmán era el compañero de trabajo
en cada una de nuestras labores.

Llego el día, el día del encuentro y la conmemoración de la vida. Por la puerta de la pequeña sala
fueron entrando amigos, conocidos, estudiantes y familiares de Guzmán, la actividad transcurrió
como lo esperábamos y para finalizar todas, todos caminamos hasta el mural que fue pintado por
muchos. ahí plasmamos una parte de la memoria, ahí plasmamos la vida.

Compañero, compañera si por hablar nos asesinan que el silencio no sea nuestro suicidio eso nos
decía Guzmán y eso plasmamos en el mural. Este fue realizado, como mencionamos, por muchas
manos, algunos eran estudiantes, otros eran visitantes de la Universidad, era en la “popular”, sí,
en la Universidad Popular del Cesar, allí como en muchas universidades acostumbramos a hacer
memoria a través de las pintas en los muros, a través de las pedreas combinadas con papas y
diversas formas culturales y académicas que caracterizan la rebeldía y la esencia raizal del
estudiante.
y a partir de ese día ha estado ese compañero y amigo.

ahí donde se ubicaba el mural, no era el primero ni el ultimo que se pintaba, pero,

le leía un estudiante en voz alta a su compañero de clases no lo conocíamos pero nuestra a un


estudiante que pasaba y eso dice el mural que se ubica a un costado de los “bebederos” de la
Universidad Popular del Cesar, este fue realizado…en 2016 por estudiantes de la U que nos
organizamos en un colectivo llamado Cátedra Macondo, hoy, conocido como Colectivo Zaperoko.
¿Universidad Popular?

Que nos mate la impunidad pero que no nos mate el olvido.

Hablar de Guzmán Quintero Torres no es hablar del periodista, tampoco, como muchos creerán,
del amigo o compañero, es cierto que él es eso, periodista, amigo, compañero, pero, con

Hablar de Guzmán Quintero Torres en términos de periodista seria reducir su espíritu a pasillos y
salas de prensa, creemos que hoy Guzmán ha transcendido esos espacios para ubicarse, así como
lo hizo en su ritmo de vida, en la voz y las miradas de la gente humilde, campesina, popular.

Comprendemos que su cuerpo fue asesinado por enemigos de la paz, del pensamiento crítico y
libertario. con esas balas liberaron sus ideas y espíritu comprometido que hoy están recorriendo
montañas, calles, ríos, al lado de la gente humilde, campesina y popular.

Hoy el recorre

Y es que no han cambiado nada

Guzmán fue asesinado por enemigos de la paz, por enemigos del pensamiento crítico y libertario.

Hoy no solo recordamos a Guzmán, recordamos a Amparo, el profesor José Francisco Ramírez
Torres.

Si por hablar nos asesinan que el silencio no sea nuestro suicidio.

Y nos preguntaban, por qué Guzmán entre tantas victimas.

Asumimos, que su cuerpo fue asesinado por enemigos de la paz, del pensamiento crítico y
libertario. Fueron los mismos que ayer asesinaron a Maria del Pilar Hurtado

Hablar de Guzmán Quintero Torres en términos de periodista seria reducir su espíritu a pasillos y
salas de prensa, creemos que hoy Guzmán ha transcendido esos espacios para ubicarse, así como
lo hizo en su ritmo de vida, en la voz y las miradas de la gente humilde, campesina, popular.
Comprendemos que su cuerpo fue asesinado por enemigos de la paz, del pensamiento crítico y
libertario. con esas balas liberaron sus ideas y espíritu comprometido que hoy están recorriendo
montañas, calles, ríos, al lado de la gente humilde, campesina y popular.

Si mal no recordamos era septiembre

También podría gustarte