Está en la página 1de 109

Biblioteca José Jerónimo Triana

Herbarios y Jardines Botánicos: Testimonios de nuestra Biodiversidad


Número 32
Colección Retratos de la Biodiversidad
Número 3

Herbarios
y Jardines Botánicos:
Testimonios de nuestra
Biodiversidad
CARLOS PARRA-O.
SANTIAGO DÍAZ-PIEDRAHITA †

Carlos Parra-O. & Santiago Díaz-Piedrahita †

Herbarios
y Jardines Botánicos:
Testimonios de nuestra
Biodiversidad
Biblioteca José Jerónimo Triana
Número 32

Colección Retratos de la Biodiversidad


Número 3

Herbarios y Jardines Botánicos:


Testimonios de nuestra Biodiversidad

Carlos Parra-O.
Santiago Díaz-Piedrahita †

Bogotá, Colombia
2016
Catalogación en la publicación Jardín Botánico José Celestino Mutis

Herbarios y Jardines Botánicos: Testimonios de nuestra Biodiversidad / Carlos Parra-O. y


Santiago Díaz-Piedrahita (†).
--Primera edición. --Bogotá : Universidad Nacional de Colombia (Sede Bogotá). Facultad de
Ciencias. Instituto de Ciencias Naturales, Jardín Botánico José Celestino Mutis, 2016.

116 páginas : Ilustraciones, fotografías, retratos. (Biblioteca José Jerónimo Triana; nº 32


(Colección Retratos de la biodiversidad ; nº 3)

Incluye referencias bibliográicas

ISBN 978-958-8576-30-5

1. Herbarios 2. Jardines Botánicos 3. Botánica 4. Biodiversidad 5. Colombia.

Prohibida la reproducción, total o parcial, por cualquier medio sin la autorización


escrita del titular de los derechos patrimoniales.

© Jardín Botánico José Celestino Mutis

© Universidad Nacional de Colombia


Facultad de Ciencias
Instituto de Ciencias Naturales

© Carlos Parra-O. y Santiago Díaz-Piedrahita†

Diseño: Andrea Kratzer

Diagramación: Liliana P. Aguilar G.

Bogotá, Colombia
Jardín Botánico Universidad Nacional
José Celestino Mutis de Colombia

Directora Rector
Viviana Barberena Nisimblat Ignacio Mantilla Prada

Subdirectora Cientíica Decano de la Facultad de Ciencias


Nathalia Chavarro Rodríguez Jaime Aguirre Ceballos

Subdirector Educativo y Cultural Vicedecano de Investigación


y Extensión
Jose Alfonso Araujo Torres
Álvaro Mariño Camargo

Subdirectora Técnico Operativo


Director del Instituto
Laura Mantilla Villa
de Ciencias Naturales
Germán D. Amat García
Colección Retratos de la Biodiversidad
Herbarios y Jardines Botánicos:
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Carlos Parra-O.
Santiago Díaz-Piedrahita†

Jardín Botánico Universidad Nacional de Colombia


José Celestino Mutis Instituto de Ciencias Naturales

Directora Director
Viviana Barberena Nisimblat Germán D. Amat García

Comité Editorial
Comité Editorial Biblioteca José Jerónimo Triana
Nathalia Chavarro Rodríguez Germán D. Amat García
Adriana Vasquez Cerón Jaime Aguirre-Ceballos
Maria Eugenia Torres Cárcamo Jaime Uribe-Meléndez
Diego Giraldo-Cañas
CONTENIDO

Presentación ...................................................................................................... 9

Prólogo............................................................................................................ 11

Directorio de autores ....................................................................................... 13

Agradecimientos .............................................................................................. 15

Capítulo 1
Las Plantas ..................................................................................................... 17
• ¿Qué son las plantas? .......................................................................... 17
• Las plantas y su importancia ................................................................ 19
• El estudio de las plantas ....................................................................... 20

Capítulo 2
Herbarios ....................................................................................................... 23
• ¿Qué es un Herbario? .......................................................................... 23
• ¿Cuál es la utilidad de un Herbario? ..................................................... 27
• Los primeros programas de exploración botánica
en Colombia ........................................................................................ 30
• José Jerónimo Triana y la Comisión Corográica .................................. 34
• Los primeros intentos de consolidación de Herbarios
en Colombia ........................................................................................ 38
• Los primeros Herbarios en Colombia .................................................. 45
• Herbarios presentes en Colombia ....................................................... 48
• Asociaciones entre los herbarios colombianos: la ACH ........................ 62
• Consideraciones inales ........................................................................ 63

7
Capítulo 3
Jardines Botánicos ......................................................................................... 67
• ¿Qué es un Jardín Botánico? ............................................................... 67
• Los orígenes de los Jardines Botánicos.................................................. 74
• Jardines Botánicos en Colombia ......................................................... 86

Bibliografía Citada .......................................................................................... 97

Reseña de los autores .................................................................................... 105

8
PRESENTACIÓN

Por: Viviana Barberena Nisimblat


Directora Jardín Botánico de Bogotá

La colección Retratos de la Biodiversidad ción que producen, las perspectivas de sus


desarrollada en conjunto por el Jardín análisis y la labor que desempeñan dentro
Botánico de Bogotá José Celestino Mutis de los esfuerzos de conservación de la bio-
y el Instituto de Ciencias Naturales de la diversidad del planeta.
Universidad Nacional de Colombia, es un
espacio de colaboración que tiene como ob- Por otro lado, la historia de las colecciones
jetivo principal divulgar el quehacer cientí- de plantas con ines de investigación en
ico entre personas que no necesariamente nuestro país que se inicia con la Expedición
trabajan o se relacionan con el ámbito aca- Botánica, y posteriormente la aparición de
démico de las Ciencias Naturales. herbarios y jardines botánicos que aquí se
describen, dan cuenta de la importante ta-
Siguiendo este propósito, tenemos el gusto rea realizada a lo largo del tiempo en cuan-
de presentar Herbarios y Jardines Botánicos: to al conocimiento de nuestra diversidad
Testimonios de nuestra Biodiversidad, el ter- vegetal. Ejemplo de esto la mención de las
cer número de la serie. Un libro que con 24.528 plantas vasculares descritas para
lenguaje cotidiano invita al lector a intere- Colombia (Bernal et al. 2015), que se com-
sarse por la organizada estructura que se ha pleta con una llamado de atención sobre
concebido en torno al estudio y conserva- los retos por venir, pues se estima que aún
ción de las plantas, realizando una mirada podrían faltar unas 2.700 plantas con lores
juiciosa de dos de los lugares de investiga- por colectar, describir y conservar, por solo
ción y conservación más emblemáticos del mencionar este grupo.
mundo de la botánica.
Esperamos que la presentación de los her-
A lo largo de los tres capítulos que com- barios y jardines botánicos del país que nos
ponen este documento, cualquier persona brinda este documento al desarrollar un
que se sienta cautivada por el estudio de las exhaustivo trabajo de investigación y un
plantas, sin importar el momento académi- excelente registro fotográico, sea de gran
co en el que se encuentre, podrá obtener utilidad para los lectores en procesos de
una contextualización general sobre herba- formación y aporte a la memoria de la evo-
rios y jardines botánicos, sobre la informa- lución de la ciencia y las instituciones de
investigación en Colombia.

9
PRÓLOGO

Para quienes trabajamos en el campo de la acerca de los temas a tratar dentro de cada
taxonomía y sistemática botánica, los her- capítulo, así como para analizar el hallazgo
barios y jardines botánicos son lugares que de un espécimen que encontré en un her-
conocemos y utilizamos periódicamente en bario estadounidense y que sugería la exis-
nuestro trabajo, por lo que entendemos su tencia de un herbario en Colombia del que
importancia, conocemos sus fortalezas y no existía ninguna información hasta ese
debilidades y contribuimos día a día, en la momento.
medida de lo posible, a su desarrollo y cre-
cimiento. Sin embargo, sabemos que para Nuestras diversas ocupaciones académicas
las personas que no trabajan en el área de y laborales nos impidieron retomar el tema
las ciencias naturales son lugares poco co- hasta enero del 2014, en donde revisamos
nocidos, de los que seguramente nunca o, diversa información que el profesor había
en contadas ocasiones, han oído hablar; hay resumido sobre algunos de los herbarios del
personas que nunca han visitado un jardín país; allí nos dimos cuenta que sería necesa-
botánico y que no conocen lo que es un her- rio contactar a los directores y curadores de
bario. Por este motivo, es de celebrar que el estas colecciones biológicas para actualizar
Jardín Botánico de Bogotá y el Instituto de y depurar adecuadamente la información
Ciencias Naturales de la Universidad Nacio- que queríamos analizar en el Capítulo 2.
nal de Colombia nos hayan permitido, como Decidimos entonces reunirnos a inales de
tema para la tercera entrega de la colección marzo de ese año, con el objeto de seguir
Retratos de la Biodiversidad, el presentar un trabajando en la escritura del Capítulo 2
panorama de los herbarios y jardines botá- del libro; en este mes, sucedió el inespe-
nicos del país, su historia y algunos aspectos rado y doloroso fallecimiento del profesor
generales de su desarrollo actual. Díaz-Piedrahita el 4 de marzo de 2014.

Gracias a la invitación del profesor Ger- En junio de 2014 retomé la escritura del
mán Amat, actual director del Instituto de libro tomando como base lo que existía en
Ciencias Naturales, el profesor Santiago el momento; comencé la recopilación, lec-
Díaz-Piedrahita y yo acordamos escribir tura y análisis de la información de las obras
este libro en conjunto y comenzamos a pla- citadas en la bibliografía, hice los primeros
near los contenidos del mismo a principios contactos con algunos de los curadores de
del 2013. En febrero de 2013 el profesor los herbarios y los funcionarios de los jar-
Díaz-Piedrahita me envió unos textos e dines botánicos y comencé a buscar parte
ideas preliminares para la parte introducto- del material fotográico aquí presentado. El
ria de los dos capítulos principales de este primer apartado del Capítulo 1, los aparta-
libro; en mayo de 2013 revisé estos textos y dos 7-9 del Capítulo 2 y el tercer apartado
añadí algunos comentarios y notas que en- del Capítulo 3 son de mi exclusiva autoría,
vié al profesor vía correo electrónico. Hacia por lo que asumo toda la responsabilidad
agosto ese mismo año pude reunirme con el por las ideas, errores u omisiones que estén
profesor para seguir intercambiando ideas allí consignados.

11
Por último, quiero mencionar que la dis- hita fueron la inspiración que me permitió
ciplina, el análisis a conciencia y con pro- terminar este libro.
fesionalismo de los documentos históricos,
la pasión por la botánica y la capacidad de Carlos Alberto Parra Osorio
trabajo del profesor Santiago Díaz-Piedra- Bogotá D.C., 8 de diciembre de 2015

12
DIRECTORIO DE AUTORES

Carlos Parra-O. Santiago Díaz-Piedrahita†


Instituto de Ciencias Naturales Instituto de Ciencias Naturales
Universidad Nacional de Colombia Universidad Nacional de Colombia
Carrera 30 # 45-03, ediicio 425 Carrera 30 # 45-03, ediicio 425
Bogotá, Colombia Bogotá, Colombia
caparrao@unal.edu.co

13
AGRADECIMIENTOS

Los autores desean agradecer al direc- (JBB), Mauricio Bernal (JBGP), Stella
tor del Instituto de Ciencias Naturales, Suárez (LLANOS), Jorge Vélez (ME-
profesor Germán Amat, por invitarnos DEL), Aida Baca (PSO), Hilda Dueñas
a hacer este libro como parte de la Co- (SURCO), Héctor Esquivel (TOLI),
lección ‘Retratos de la Biodiversidad’. Alejandro Castaño (TULV), Viviana
Así mismo, a la directora del Jardín Pinzón y René López (UDBC), Luis
Botánico de Bogotá Dra. Viviana Bar- Hernado Estupinán y María Andrea
berena Nisimblat por el apoyo para la Barragán (UDCA), Adriana Gómez
publicación de este libro. (UIS), Sandra Obando (UMNG-H),
María Eugenia Morales (UPTC),
Además queremos agradecer a los cu- Eduino Carbonó (UTMC), Héctor
radores, directores y/o personal de los Manrique (Jardín Botánico Quindío),
Herbarios y Jardines Botánicos que Germán Oyuela y Luisa Torres (Jardín
nos colaboraron conirmando y apor- Botánico San Jorge), Johanna Casti-
tando información sobre las institu- blanco (Universidad Nacional – sede
ciones y las colecciones biológicas en Bogotá) y Camilo Lastra.
las que trabajan, o con fotografías de
las mismas; en particular agradecemos Por otra parte, agradecemos a Edgar Li-
a Adolfo Jara (ANDES), María Fer- nares y a Marcela Alvear por su ayuda
nanda Lozano (BOG), Bernardo Ra- en la consecución de valiosas referen-
mírez (CAUP), Alicia Rojas (CDMB), cias bibliográicas, a Sandra Reinales
Leonardo Palacios (CHOCO), Daniel por elaborar el mapa de los herbarios de
Debouck (CIAT), Dairon Cárdenas y Colombia, a Karina Serrano por la toma
Nicolás Castaño (COAH), Néstor Jairo de algunas fotografías, a Orlando Rive-
Rodríguez (CRQ-CNEBG), Philip Sil- ra y Julio Betancur por permitir incluir
verstone-Sopkin y Alba Marina Torres en este libro algunas de sus fotografías,
(CUVC), Luis Miguel Alvarez (FAUC), y a Carolina Sofrony y Alberto Gómez
Humberto Mendoza (FMB), Roberto Mejía de la Red Nacional de Jardines
Sánchez (HECASA), Juliana Cepeda Botánicos por suministrar información
(HFAB), Jairo Pinto (HFEBG), Fran- acerca de los Jardines miembros de la
cisco Mijares y Néstor Pérez (HORI), Red. También agradecemos al Real Jar-
Néstor García (HPUJ), Juan Lázaro dín Botánico de Madrid, especialmente
Toro (HR-C), Felipe Cardona (HUA), allí al Dr. José Luis Fernández-Alonso y
Mario Quijano (HUCO), Andrés Fe- a Esther García, por permitir la repro-
lipe Orozco (HUQ), María Camila ducción de la lámina de Gustavia ver-
Pizano (ICESI), Norberto López y Al- ticillata de la Real Expedición Botánica
varo Cogollo (JAUM), Janice Valencia que está incluida en este libro.

15
Por último, el primer autor agradece a ceae colombianas durante abril de 2013,
la Academia de Ciencias de California – visita que además permitió descubrir el
Herbario CAS (USA) y su programa de espécimen de M. T. Dawe que soporta
becas de la “Lakeside Foundation”, que parte del análisis realizado en el apartado
permitieron su estadía y trabajo en esa “los primeros intentos de consolidación
institución como investigador visitante de Herbarios en Colombia”, del capítulo
en taxonomía y sistemática de Myrta- 2 de este libro.
Capítulo 1

Las PLantas

¿Qué son las plantas?


A simple vista y con base en las clasii- siicación sean naturales (i.e., monoi-
caciones tradicionales, las plantas pare- léticos). Para responder a la pregunta
cieran ser los organismos vivientes más del párrafo anterior, algunos autores
fáciles de deinir. Poseen la capacidad (e.g. Judd et al. 2008) consideran que
de hacer fotosíntesis, que es un proceso para hablar de plantas como un grupo
que en términos muy generales permi- natural, es preferible usar el nombre de
te transformar la energía lumínica en plantas verdes (i.e., viridóitos), donde
energía química; esta capacidad está están incluidos lo que se conocía an-
dada por un pigmento llamado cloro- teriormente como ‘algas verdes’, ‘brió-
ila, que está almacenado en organelos itos’ (e.g., musgos), ‘pteridóitos’ (e.g.,
(cloroplastos) presentes dentro de sus helechos), ‘gimnospermas’ (e.g., pinos),
células. Además, en sus células tienen y las angiospermas (i.e., plantas con lo-
una pared bien desarrollada y no se res). Dentro de los viridóitos hay un
mueven. Las características anteriores grupo que sí se ha considerado natural
y otras más mantuvieron a las plantas desde hace varios años, y se le conoce
como un grupo bien deinido dentro como las plantas terrestres (i.e., embriói-
de las clasiicaciones taxonómicas desde tos). Las plantas terrestres o embrióitos
hace siglos, en donde numerosos or- agrupan organismos tan diferentes (ig.
ganismos estaban agrupados entre sí y 1) que nos podríamos preguntar, ¿qué
eran miembros de un solo y exclusivo tienen en común una orquídea con una
reino, el reino Plantae. Sin embargo, Zamia? O ¿un helecho con un musgo?
existen organismos microscópicos uni- Las plantas terrestres se caracterizan
celulares que también poseen cloroplas- principalmente porque tienen estructu-
tos con cloroila, hacen fotosíntesis y ras productoras de gametos masculinos
tienen pared celular, pero se mueven. (anteridios) y femeninos (arquegonios)
Entonces surgió la pregunta: estos or- separados, retienen el cigoto y desarro-
ganismos también podrían considerarse llan un embrión multicelular dentro
‘plantas’? de la estructura productora de gametos
femeninos; además, sus esporas tienen
En la actualidad, se busca que la clasii- paredes con un compuesto (esporopo-
cación taxonómica releje las relaciones lenina) que les otorga resistencia con-
de parentesco de los organismos, y que tra la desecación, entre otros caracteres
los grupos que se formen en esta cla- (Evert & Eichorn 2013).

17
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

B D

Figura 1. Algunos representantes de las plantas terrestres (embrióitos) que crecen en Colombia. a)
Telipogon nervosus Druce (Orchidaceae); b) Zamia amazonum D. W. Stev. (Zamiaceae); c) Eupo-
dium pittieri (Maxon) Christenh. (Marattiaceae); d) Octoblepharum albidum Hedw. (Octoblepha-
raceae). Fotos a y c Carlos Parra-O.; foto b Julio Betancur; foto d Orlando Rivera.

18
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 1
Testimonios de nuestra Biodiversidad

A lo largo de este libro, cuando hagamos cambiado e incluso aumentado, con


referencia a las plantas, nos referiremos relación a los cinco reinos que todavía
principalmente al grupo conocido como se aceptaban hasta la década de los 70’s
las plantas terrestres en el sentido de au- del siglo XX, en donde se han propuesto
tores como Judd et al. (2008) y Evert seis y hasta ocho reinos diferentes (Cava-
& Eichorn (2013). Para el lector que lier-Smith 1993, 1998). Por el contrario,
quiera indagar con mayor profundidad otros autores no consideran válido seguir
acerca de las diferentes propuestas de hablando de grupos como ‘el reino ani-
clasiicación dentro de las plantas, reco- mal’ o ‘el reino de las plantas’ y opinan
mendamos leer a Bresinsky et al. (2013) que estos grupos relejan niveles de or-
y a Evert & Eichorn (2013). El lector ganización con diferencias isiológicas y
debe tener en cuenta que los grupos co- nutricionales, pero no constituyen gru-
nocidos como los reinos de la vida han pos naturales (Bresinsky et al. 2013).

Las plantas y su importancia


Recordemos que el hombre, una vez posible alejarse de los centros y explorar
tomó conciencia de sí mismo como áreas alejadas con la certeza de que si
ser racional, reconoció tener tres ne- se encontraba una zona propicia, allí se
cesidades fundamentales para sobrevi- podían plantar las semillas y en pocos
vir; tales necesidades son la alimenta- meses se tendría una cosecha que ase-
ción, la vivienda o abrigo y el vestido. guraba la alimentación futura.
Desde la más remota antigüedad, las
plantas aportaron soluciones válidas Aparte de los cereales y de las hortalizas,
para resolver estas necesidades básicas, en la vida diaria fueron muy importantes
y desde entonces han contribuido al productos tan útiles como la madera, que
progreso de la humanidad. El cultivo ha permitido el bienestar del hombre a
de los cereales permitió el desarrollo de través de las construcciones, los muebles,
las civilizaciones y además de iniciar la múltiples recipientes y otros utensilios de
agricultura, generó los asentamientos la vida diaria que hacen más amable la
humanos inmediatos a esos cultivos y vida; las ibras han aportado telas emplea-
a los centros de acopio; alrededor de das en el vestido, que se fue haciendo más
esos centros surgieron las urbes y se dio liviano, fresco y cómodo, y con navíos
inicio al intercambio, entre poblaciones hechos de madera e impulsados por el
distintas, primero mediante trueque, viento aprovechando velas confecciona-
luego por compra y venta, naciendo así das con lino, se realizó la colonización de
el comercio, la moneda y nuevos mode- nuevas áreas y se dio inició al intercambio
los económicos. La agricultura favore- cultural entre culturas y pueblos distantes;
ció la colonización de nuevas áreas; con ese intercambio, fortaleció aun más el co-
un puñado de semillas entre la bolsa era mercio y, permitió la difusión de nuevos

19
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

conocimientos. Las plantas también han de la vida diaria; adicionalmente, los hi-
estado presentes en las historias orales, drocarburos que utilizamos en la actuali-
mitos y leyendas de la humanidad desde dad son combustibles porque guardaron
tiempos antiguos; plantas como la mirra energía química acumulada mediante la
(Commiphora myrrha), el laurel (Laurus fotosíntesis por plantas que vivieron en
nobilis) y el narciso (Narcissus spp.) son épocas remotas; por eso ahora son fuente
importantes en la mitología griega (De- de energía a través de la combustión; el
muth 2012). En las culturas indígenas oxígeno que respiramos y el ozono que
americanas las plantas han sido utilizadas protege la tierra de las radiaciones solares
en rituales mágico-religiosos desde hace son producto de ese mismo proceso de
milenios (Schultes & Hofmann 2000). fotosíntesis. Sin la cloroila de las plan-
tas no se podría transformar la energía
De las plantas obtenemos muchos pro- lumínica en energía química aprovecha-
ductos útiles como el caucho, los acei- ble por los organismos y no existirían
tes saturados, los perfumes, las gomas y las cadenas tróicas, ni la vida animal y
resinas, diversas bebidas fermentadas o vegetal, tal como la conocemos. En re-
destiladas (Stewart 2013), estimulantes sumen, no podríamos concebir la vida
suaves como el café el té o el chocolate y sin las plantas. Además las plantas em-
múltiples medicamentos que sirven para bellecen el paisaje, ayudan a conservar el
aliviar las dolencias físicas y síquicas de la suelo a través de los ciclos de los elemen-
humanidad. Además de las plantas obte- tos y contribuyen a evitar la erosión pro-
nemos derivados tan importantes como tegiéndolo con el follaje y aianzándolo
el papel, indispensable para muchos usos con sus raíces.

El estudio de las plantas

Por ser tan variado y tan extenso el mun- intereses cientíicos; por el contrario,
do de las plantas, el hombre desde la constituyen una necesidad fundamental.
más remota antigüedad ha tratado de Por ello, sin importar el interés o las pre-
estudiarlas, entenderlas y agruparlas de ferencias que tenga un investigador, lo
acuerdo con interpretaciones que han primero, en cualquier proceso cientíico
ido variando de acuerdo con las épocas que involucre las plantas, es identiicar
y en concordancia con el desarrollo de adecuadamente las especies con las cua-
la ciencia. No sobra recordar que el de- les se pretende trabajar.
sarrollo cientíico está íntimamente liga-
do al momento histórico en que ocurre, La palabra clasiicar viene de agrupar
a la ilosofía imperante y al desarrollo u ordenar en clases y la clasiicación
tecnológico de la época. Por lo tanto, es la acción de clasiicar. En el caso de
el estudio de las plantas y su adecuada las plantas, y como consecuencia de su
clasiicación no corresponden a simples enorme diversidad, desde un principio

20
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 1
Testimonios de nuestra Biodiversidad

fueron separadas en grupos, y simultá- agrupar en una clase a los hongos (que
neamente empezaron a recibir nombres ahora pertenecen a un reino aparte del
para identiicarlas. Inicialmente estos sis- que pertenecen las plantas), las algas, los
temas fueron completamente empíricos; musgos, las hepáticas y los helechos, a
entonces las plantas fueron agrupadas los que denominó como criptógamas,
con base en características ajenas a su na- es decir plantas en las que los gametos
turaleza, como podía ser, ordenarlas en permanecen ocultos; en las otras veinti-
orden alfabético de acuerdo con su nom- trés clases quedaron incluidas las plantas
bre común, agruparlas por tamaños o con lores. Este sistema, si bien era ar-
por otras características como los colores tiicial, pues no consideraba a la planta
de sus lores, el hábito de vida (terrestres, como una unidad y partía de un órgano
acuáticas, etc.) o los usos dados (alimen- aislado, lo cual, como se vio con el tiem-
ticias, venenosas, medicinales). Eran es- po, generaba algunos errores agrupando
tos los primeros intentos del hombre por plantas que no estaban relacionadas evo-
entender el mundo vegetal y surgieron lutivamente y separando otras emparen-
de ese interés y ese instinto natural de tadas, por su lógica y sencillez alcanzó
organizar las cosas; de ese mismo interés enorme popularidad; bastaba observar
surgirían la nomenclatura y la clasiica- una lor a simple vista o con la ayuda
ción de las plantas como ramas de la bo- de una lente para poder incluirla en una
tánica, temas de estudio que alcanzaron clase; las subclases permitían una mayor
enorme importancia durante la segunda aproximación hasta llegar a la especie, la
mitad del siglo XVIII y primera mitad cual empezó a denominarse por un bi-
del siglo XIX; en la actualidad siguen nomio en lugar de una descripción gene-
teniendo importancia como especializa- ral. La nomenclatura binomial o bino-
ciones, que como se verá adelante, están minal no fue inventada por Linneo; ya
fuertemente ligadas a los herbarios. Gaspar Bauhin y otros botánicos la ha-
bían empleado en alguna medida, pero a
A comienzos del siglo XVIII alcanzaron Linneo se debe su incorporación oicial a
gran desarrollo los sistemas de clasiica- la nomenclatura a raíz de la publicación
ción conocidos ahora como artiiciales. de sus obras, especialmente del Sistema
De estos sistemas el más reputado y Naturae de 1758. Esta y otras obras ayu-
que más contribuyó al desarrollo de la daron a poner orden en la interpretación
botánica fue el Sistema Sexual de Cla- de la naturaleza y son el punto de partida
siicación propuesto por Carlos Linneo de la clasiicación moderna.
en 1753. Con base en la estructura de
la lor, este naturalista sueco agrupó las Con el avance cientíico y tecnológi-
plantas en veinticuatro clases, a las que co, especialmente durante la segunda
se iba accediendo de acuerdo con el nú- mitad del siglo XIX, el estudio de las
mero de estambres, el número de carpe- plantas se amplió y dejó de estar limi-
los, la fusión o la ausencia de carpelos o tado a la nomenclatura y a la clasiica-
la falta de lores. De esta manera pudo ción. Con innovaciones tecnológicas,

21
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

como la invención y perfeccionamiento forma de hacer nuevas clasiicaciones,


del microscopio surgió el estudio de las pero sí inluyó en alguna medida en los
células y de los tejidos, lo cual impulsó conceptos sobre la subordinación de los
la morfología vegetal. Con los avances grupos (Judd et al. 2008). Durante la
logrados en el campo de la morfología y mitad y el inal del siglo XIX surgieron
con el perfeccionamiento de los instru- otros sistemas de clasiicación como
mentos ópticos surgieron otros sistemas los de G. Bentham y J. Hooker (1862-
de clasiicación, en los cuales las plantas 1883) y el de A. Engler (1892). Los
se estudiaban como un todo y no como progresos en disciplinas de la ciencia
un órgano aislado. Al examinar las se- como la morfología, la organogénesis,
millas y los embriones, que son plantas la isiología, la genética, la biogeografía
detenidas en su desarrollo, algunos bo- y la ecología aportaron nueva informa-
tánicos notaron observando las semillas, ción y nuevos puntos de vista que se in-
que había dos grandes categorías, con corporaron a las clasiicaciones del siglo
uno o dos cotiledones respectivamen- XX, en donde vale la pena destacar las
te, y que los grupos inferiores carecían contribuciones de A. Takhtajan (1980),
de hojas embrionarias; de allí surgieron A. Cronquist (1981), R. Dahlgreen
conceptos como los de plantas monoco- (1983) y R. horne (1992).
tiledóneas, las acotiledóneas y las dicoti-
ledóneas. Otros avances de la morfología Con el desarrollo de los métodos ilo-
condujeron a estudiar los ciclos de vida genéticos (Hennig 1966) en donde se
y la alternancia de las generaciones ga- propone que los grupos dentro de la
metofítica y esporofítica. A mayor desa- clasiicación deben relejar una estricta
rrollo y mayor complejidad estructural agrupación natural (i.e., grupos mo-
la generación gametofítica se va redu- noiléticos) y con el uso de caracteres
ciendo hasta convertirse en un estadio moleculares para la construcción de cla-
del desarrollo de la lor y deja de ser la siicaciones, surgieron nuevas propues-
generación dominante, dando lugar a la tas (APG 1998) para la clasiicación
preponderancia de la generación esporo- de las angiospermas; estas propuestas
fítica. Todo este conocimiento condujo permanentemente se van ajustando
al desarrollo de nuevos sistemas de cla- de acuerdo con la aparición de nue-
siicación como los propuestos por A. vos caracteres moleculares y métodos
L. de Jussieu (1789), A. P. de Candolle que proponen nuevas hipótesis no solo
(1813) y S. Endlicher (1836-1840). acerca de la ilogenia de las angiosper-
mas, sino de las plantas terrestres (APG
La aparición de nuevos conceptos como 2009; Chase & Reveal 2009; Christen-
la evolución (Darwin 1859) no tuvo husz et al. 2011a; Christenhusz et al.
un impacto directo inicialmente en la 2011b; Reveal & Chase 2011).

22
Capítulo 2

Herbarios

¿Qué es un Herbario?
Cuando la mayoría de personas escu- verdes’ o ‘algas rojas’. Hay otros grupos
chan la palabra “Herbario”, posible- de organismos que han sido tradicional-
mente recuerdan aquellos tiempos de mente almacenados en los Herbarios pero
su educación secundaria, cuando el que no son plantas, como es el caso de los
profesor de Biología o de Ciencias Na- hongos y de los líquenes.
turales les asignaba como tarea recolec-
tar una serie de plantas y organizarlas Dentro de un Herbario, además de los
en un “herbario”. Esta actividad, si bien especímenes de los grupos de organis-
es formativa y didáctica, diiere bastan- mos ya mencionados, pueden existir
te de lo que realmente es un Herbario, otras colecciones especializadas que al-
que para ser considerado como tal debe macenan partes de estos organismos
tener las características propias de las como son las carpotecas (frutos), semi-
Colecciones Biológicas, como son el notecas (semillas), xilotecas (maderas),
registrar y catalogar los especímenes palinotecas (polen), antotecas (lores)
preservados con una metodología espe- y bancos de tejidos para posteriores ex-
cíica, y usar un sistema de nomencla- tracciones de ADN. Todas estas colec-
tura cientíica, entre otros (Simmons & ciones especializadas son preservadas y
Muñoz-Saba 2005). almacenadas siguiendo procedimientos
especíicos que diieren en menor o ma-
Un Herbario se puede deinir como un yor medida a los de la colección general
espacio físico, de una institución cientí- del Herbario. También es común que
ica, en donde se almacenan especímenes los herbarios tengan ciertas colecciones
de plantas prensadas y desecadas que están separadas de la colección general como
ordenados siguiendo un sistema de clasi- son, por ejemplo, las colecciones tipo y
icación ya conocido (ig. 2). En general, las colecciones históricas (ig. 3).
las colecciones de plantas más abundantes
en un Herbario corresponden a las An- Los Herbarios siempre se encuentran
giospermas (i.e., plantas con lores), pero en centros de enseñanza y/o de inves-
también se destacan las de las plantas vas- tigación como Universidades, Insti-
culares sin semilla (e.g., helechos) y las de tutos o Jardines Botánicos (ig. 4); en
los ‘brióitos’ (e.g., musgos). En ocasiones contadas ocasiones son creados como
también se encuentran depositados es- colecciones privadas. Para el adecuado
pecímenes de diferentes grupos de ‘algas funcionamiento y mantenimiento de

23
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Figura 2. Herbario Nacional Colombiano (COL), Instituto de Ciencias Naturales – Universidad


Nacional de Colombia (sede Bogotá). Foto: Carlos Parra-O.

24
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 3. Sala del Herbario Nacional Colombiano (COL) donde se almacenan la colección de tipos
y las colecciones históricas de Mutis y de Triana. Foto: Carlos Parra-O.

25
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Figura 4. Herbario del Jardín Botánico de Medellín (JAUM), Jardín Botánico de Medellín, Mede-
llín. Foto: Archivo fotográico – Jardín Botánico de Medellín.

26
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

un herbario es necesario tener un pre- tante que permita que la colección bo-
supuesto suiciente y adecuado, con el tánica esté adecuadamente almacenada,
objetivo de sostener toda la infraestruc- preservada y monitoreada, que pueda
tura y el personal necesario para alma- crecer en número de especímenes y es-
cenar y preservar las muestras botáni- pacio físico, y que sea actualizada en la
cas. De nada sirve el esfuerzo de crear medida en que los sistemas de clasii-
un herbario si la Institución que lo al- cación taxonómica van cambiando y se
berga no destina un presupuesto cons- van modernizando.

¿Cuál es la utilidad de un Herbario?

Los herbarios son los depositarios de en donde se incluye información sobre


especímenes de plantas que representan los caracteres de la planta observables
la diversidad de la lora de un país o de en campo (y que no se podrán ver en
una región en particular (ig. 5). Con- el espécimen luego de que este es reco-
tienen especímenes testigo de numero- lectado, secado y preservado), sobre el
sas investigaciones desarrolladas en di- hábitat donde este individuo crecía y
ferentes áreas de la botánica, como son sobre la localidad geográica donde fue
los estudios taxonómicos, sistemáticos, recolectado (departamento, municipio,
ecológicos, itoquímicos, etnobotáni- corregimiento, vereda, etc.; altura sobre
cos, farmacológicos, sobre diversidad el nivel del mar, coordenadas geográi-
lorística, sobre botánica económica, cas, fecha de recolección) (ig. 6). En
sobre estructura y composición de los algunas ocasiones también se consigna
bosques, sobre conservación de la lora, información sobre los usos dados a esa
entre otros. Los estudios taxonómicos planta por parte de las comunidades
en los herbarios establecen que especies campesinas o indígenas de la región.
de plantas existen en un género o en
una familia para un país o una región La información asociada a cada es-
determinada, donde se distribuyen la- pécimen botánico, mencionada en el
titudinal y altitudinalmente, cuales son párrafo anterior, nos permite observar
los caracteres morfológicos que permi- que un herbario tiene gran cantidad de
ten diferenciar a las unas de las otras, datos de diferente tipo, que pueden ser
cual es su grado de amenaza debido a usados para múltiples investigaciones
las acciones antrópicas, etc. Los her- cientíicas y culturales sobre el presente,
barios deben tener, en la medida de pasado y futuro de la lora nativa del
lo posible, varios especímenes de una país. Así, no solo es posible conocer la
misma especie, lo que permite evaluar distribución altitudinal y latitudinal de
la variación de los caracteres morfo- una especie en su rango de distribución
lógicos de esa especie en su rango de natural, sino también, en alguna medi-
distribución natural. Cada espécimen da, el efecto de las actividades humanas
debe ir acompañado de una etiqueta sobre las poblaciones de esas especies.

27
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Figura 5. Herbario de la Universidad de Antioquia (HUA), Universidad de Antioquia, Medellín.


Foto: Felipe Cardona.

28
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 6. Espécimen de Vellozia tubilora (A. C. Rich.) Kunth depositado en el Herbario Nacional
Colombiano (COL), con la etiqueta que incluye los datos de campo. Foto: Karina Serrano.

29
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Este efecto es posible de evaluar debi- nes almacenados. Quienes estudian los
do a que conocemos la fecha en que especímenes de un herbario lo hacen
fue recolectado ese espécimen en un con un propósito especíico, siempre
área determinada. Por ejemplo, si un ligado a un proyecto de investigación
espécimen de una especie poco co- concreto sobre alguno de los temas
nocida fue recolectado en 1982 y fue mencionados en el primer párrafo de
depositado en un herbario, los datos este apartado. Un herbario además,
del lugar de recolección podrían per- realiza actividades de préstamo e in-
mitirnos regresar a este mismo lugar, y tercambio de especímenes botánicos
evidenciar si todavía existen o no po- entre otros herbarios del mismo país
blaciones de esta especie en la zona. Es o con herbarios de países extranjeros.
así como los herbarios (ig. 7) se con- Estos préstamos e intercambios son
vierten además en una poderosa herra- cruciales debido a que es necesario es-
mienta para estudios en conservación tudiar especímenes de una especie (u
de la lora nativa de un país. otro grupo taxonómico) en todo su
rango de distribución natural, el cual
A diferencia de un Museo, un Herba- no tiene que ver con los límites políti-
rio no tiene exhibiciones ni recibe vi- cos establecidos por el hombre a nivel
sitas del público para ver los especíme- de países u otras divisiones artiiciales.

Los primeros programas de exploración botánica en Colombia

Aunque los primeros Herbarios que se Celestino Mutis y sus colaboradores, en-
crearon en Colombia datan de princi- tre quienes se destacan Roque Gutiérrez,
pios del siglo diecinueve, las exploracio- quien perdió su vida mientras buscaba
nes botánicas en el territorio nacional plantas en las riberas del río Gualí, Es-
comenzaron desde el siglo dieciocho, teban Toscano, el Negro Pío, Manuel
siendo la primera y más conocida la Amaya, Pedro Archila, Fetecua y otros
dirigida por José Celestino Mutis que cuyos nombres se han perdido en el
fue denominada la Real Expedición tiempo. De los adjuntos y comisionados
Botánica del Nuevo Reino de Granada de la Expedición sobresalen Francisco
(1783-1816). Esta Expedición se desa- José de Caldas, Eloy Valenzuela, Sinfo-
rrolló a lo largo de 34 años, recolectando roso Mutis, Fray Diego García O.F.M.,
principalmente muestras de plantas de José Mejía Lequerica, Bruno Landete,
diferentes ecosistemas naturales a lo lar- José Camblor, Francisco Antonio Zea,
go de la cuenca del río Magdalena, en Juan Bautista Aguiar, José Mutis, José
varias localidades que hoy en día se en- Joaquín Camacho y Miguel De Pombo.
cuentran en los departamentos de San-
tander, Boyacá, Cundinamarca, Tolima Existen numerosos análisis de las activi-
y Huila, principalmente. Estas muestras dades de la Expedición desde el punto
botánicas fueron recolectadas por José de vista histórico y botánico (e.g., Jara

30
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 7. Herbario del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt
(FMB), Villa de Leyva. Foto: Humberto Mendoza.

31
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

1981; Pérez-Arbeláez 1983; Díaz-Pie- general Pablo Morillo ordenó empacar


drahita 1984; Díaz-Piedrahita 1986; en cajones los especímenes botánicos
España 1999; Díaz-Piedrahita 2000; recolectados, las ilustraciones originales
San Pío Aladrén 2008; Díaz-Piedrahita (láminas) producidas, las maderas, fru-
2009), que pueden ser consultados por tos, semillas, los manuscritos de Mutis
el lector interesado en conocer en pro- y todos los especímenes zoológicos y
fundidad acerca de esta magna empresa minerales recopilados para que fueran
cientíica. Así mismo, se han publicado enviados a España, los que arribaron a
parte de los diarios de observaciones de este país en octubre de 1817. De las ilus-
Mutis (Hernández de Alba 1958), los traciones originales existen 5607 lámi-
archivos epistolares de Mutis (Hernán- nas (3086 en color y 2521 monocromas,
dez de Alba 1975, 1983) y el diario de todas en gran formato), 1001 dibujos en
la Expedición (Valenzuela 1783-1784). un formato menor denominados Anato-
Además, gracias a un acuerdo cultural mías y 1037 estampas que probablemen-
entre los gobiernos de Colombia y Es- te elaboró Francisco José de Caldas; hay
paña en 1952, comenzaron a publicarse además 594 dibujos que son copias de
los resultados de la Expedición en la se- diversas obras de la biblioteca personal
rie Flora de la Real Expedición Botánica de Mutis (Canchado 2008). El material
del Nuevo Reyno de Granada, cuyo pri- iconográico de las láminas (ig. 8) y ana-
mer volumen vio la luz en 1954 (Blanco tomías representa un poco más de 2700
& Del Valle 2009). Actualmente se han especies; todo este material iconográico
publicado 40 tomos de esta serie con se encuentra almacenado actualmente
reproducciones a gran tamaño de las en el Archivo del Real Jardín Botánico
iconografías y tratamientos taxonómi- de Madrid. En la actualidad este ma-
cos sobre los diversos grupos de plantas terial iconográico se encuentra digita-
recolectados y estudiados por Mutis y lizado y disponible para consulta en la
los demás miembros de la Expedición; página web del Real Jardín Botánico de
estos tomos pueden ser adquiridos por Madrid (www.rjb.csic.es/icones/mutis).
el público en el Instituto Colombiano
de Antropología e Historia en Bogo- En cuanto a los especímenes botánicos,
tá. Es de anotar que la publicación de estos estaban organizados originalmente
estos resultados no ha terminado, y si- de acuerdo con el sistema de clasiicación
gue siendo liderada por el Instituto de de Linneo de 1753. Los especímenes es-
Ciencias Naturales de la Universidad taban íntimamente relacionados con la
Nacional de Colombia, sede Bogotá. colección iconográica (láminas en folio
mayor, dibujos de diagnosis y disecciones,
Nos interesa aquí hacer un recuento del y descripciones detalladas). Al ser termi-
destino del legado material de la Expedi- nada abruptamente la Expedición y por
ción, recolectado y elaborado por Mutis la premura con que fue empacado todo
y sus colaboradores, especialmente sobre el material para ser enviado a Madrid, se
los especímenes botánicos. En 1816, al alteraron estas correlaciones y se perdie-
inalizar abruptamente la Expedición, el ron los parámetros de conexión entre los

32
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 8. Ilustración a color de Gustavia verticillata Miers (Lecythidaceae), elaborada por los pin-
tores de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1783-1816). Archivo del Real
Jardín Botánico, CSIC, Madrid. © RJB-CSIC.

33
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

especímenes y los demás datos. Todo el botánicos recolectados en la Expedición


material botánico ocupó 60 de los 105 puede consultarse en Díaz-Piedrahita
cajones que fueron enviados a Madrid (1991a, 2000).
con todo el material producido y reco-
lectado por la Expedición; el material En 1929 el botánico norteamericano Ell-
botánico presente en estos 60 cajones swort Payne Killip propuso a las directivas
correspondía a más de 20.000 especíme- del Jardín Botánico de Madrid un canje de
nes (Blanco 2008). Luego del inventario duplicados de la colección de Mutis por
de este material y su depósito en el Real especímenes recolectados por él y algunos
Jardín Botánico de Madrid, diversas de sus colegas en Colombia, Venezuela,
razones, especialmente de tipo econó- Ecuador y Perú; el trato incluía la deter-
mico, impidieron la clasiicación, deter- minación de los duplicados a cargo de los
minación y publicación de una obra con especialistas del Herbario Nacional de los
base en estos especímenes de herbario Estados Unidos en Washington. Para lle-
y las ilustraciones elaboradas durante la var a cabo esta labor, Killip le asignó una
Expedición. Del material allí guardado numeración consecutiva a los especímenes
algunos paquetes, como los correspon- de Mutis del número 1 al 5591 (Blanco
dientes a las Campanuláceas, sufrie- & Del Valle 2009), lo cual acabó de en-
ron daños irreparables causados por la torpecer las correspondencias entre los
humedad y se perdieron para siempre; especímenes de herbario, las descripcio-
otros fueron afectados por las polillas, nes y las diagnosis y dibujos anatómicos.
pero en general se conservaron en muy Duplicados de estas colecciones de Mutis
buen estado. El botánico colombiano fueron distribuidos posteriormente desde
José Jerónimo Triana pudo revisar los Washington a algunos herbarios de Nor-
especímenes de herbario y el material teamérica y Europa (Blanco & Del Valle
iconográico en 1881 y tuvo la idea de 2009). El 29 de octubre de 1964 fueron
publicar las ilustraciones realizadas, pre- enviados, por primera vez, duplicados de
via autorización del gobierno español; la colección de Mutis desde el Real Jardín
desafortunadamente dicha publicación Botánico de Madrid al Herbario Nacional
no pudo ser realizada y no tuvo tiempo Colombiano en Bogotá (ig. 9), en donde
de estudiar con detalle los especímenes están almacenados aparte de la colección
botánicos (Blanco & Del Valle 2009). general (ig. 10); en conjunto con un se-
Información adicional sobre el estudio gundo envío recibido desde Madrid en
realizado por Triana de los especímenes 2008, suman casi 1500 especímenes.

José Jerónimo Triana y la Comisión Corográfica

La Comisión Corográica de los Estados exploración pormenorizada del territo-


Unidos de Colombia (1850-1859) diri- rio colombiano lo que permitiría, entre
gida por Agustín Codazzi, tuvo como otros logros, conocer los recursos natu-
objetivo principal el llevar a cabo una rales existentes en el país. José Jerónimo

34
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 9. Primer arribo de duplicados de los especímenes botánicos recolectados por J. C. Mutis y los
miembros de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, procedentes del Real Jardín
Botánico de Madrid y enviados en calidad de obsequio al Herbario Nacional Colombiano (29 de oc-
tubre de 1964). De izquierda a derecha: Alejandro Sandino Pardo (Vicerrector Universidad Nacional
de Colombia), José Félix Patiño Restrepo (Rector Universidad Nacional de Colombia), María Teresa
Murillo (Profesora Instituto de Ciencias Naturales – Universidad Nacional de Colombia), Enrique
Pérez Arbeláez (Profesor Instituto de Ciencias Naturales), Víctor Emilio Jara, Rafael Romero Castañeda
(Profesor Instituto de Ciencias Naturales), Emilio Mutis Duplat (Profesor departamento de Geología
- Universidad Nacional de Colombia). Fuente: Archivo histórico del Instituto de Ciencias Naturales.

35
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Figura 10. Espécimen de Miconia albicans (Sw.) Steud. (Melastomataceae) recolectado por José
Celestino Mutis y los miembros de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, y
almacenado en el Herbario histórico de J. C. Mutis del Herbario Nacional Colombiano (Instituto
de Ciencias Naturales – Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá). Foto: Karina Serrano.

36
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Triana, botánico bogotano, fue contra- La calidad de las colecciones botánicas


tado en diciembre de 1850 para estu- recolectadas metódicamente por Triana
diar y dar nombre botánico a las plantas durante sus exploraciones, su prepa-
recolectadas en las expediciones realiza- ración cientíica basada en el estudio
das por la Comisión; además, Triana teórico y práctico de la botánica en
tuvo la responsabilidad de organizar el los herbarios europeos, el intercambio
material botánico que posteriormente y colaboración cientíica permanente
serviría para hacer un herbario, con la con destacados botánicos europeos y
elaboración de sus respectivos catálogos sus publicaciones de estudios taxonó-
(Díaz-Piedrahita 1996). micos y morfológicos en varios grupos
de plantas tropicales, nos permiten air-
En el marco de la Comisión Corográi- mar que José Jerónimo Triana ha sido
ca y como botánico de ésta, Triana hizo el botánico colombiano más destacado
extensos viajes a lo largo de numerosas de todos los tiempos (Díaz-Piedrahi-
localidades de la geografía nacional du- ta 1991c, 1996). Nos interesa en este
rante 1851 a 1855, donde recolectó casi momento hacer mención especial de
8.000 números de colección que, con las colecciones botánicas entregadas
sus duplicados, sumaban alrededor de por Triana al gobierno de Colombia en
60.000 especímenes (Díaz-Piedrahita 1856, ya mencionadas en el párrafo an-
1991b, 1991c). Un análisis detallado de terior. Desafortunadamente el gobierno
su itinerario durante estos años y comen- de la época no creó un herbario que pu-
tarios sobre los botánicos extranjeros con diera albergar estas colecciones, como
los que realizó recolecciones de plantas fue el compromiso inicial y se deduce
puede consultarse en Díaz-Piedrahita de los informes presentados por Triana,
(1991b, 1991c, 1996) y Díaz-Piedrahita así: “…Tengo la honra de consignar en el
& Lourteig (1989). Durante 1856, Tria- Despacho de Usted junto con la presente
na se dedicó a organizar la totalidad de nota, treinta y ocho volúmenes de que se
su colección haciendo las etiquetas res- compone el Herbario para el Gabinete de
pectivas, el catálogo y separando los du- Historia Natural, cuya formación fue es-
plicados que llevaría a Europa. La prime- tipulada en el artículo 1°de contrato del
ra serie de esta colección de plantas y un 26 de junio de 1855…” (Díaz-Piedrahi-
catálogo fueron entregados al gobierno ta 1996). Estas colecciones estuvieron
colombiano el 1 de septiembre de 1856 albergadas en diferentes dependencias
(Díaz-Piedrahita 1996). Las colecciones gubernamentales en Bogotá sin el alma-
de plantas que Triana llevó a Europa fue- cenamiento adecuado, lo que condujo a
ron distribuidas en varios herbarios de que varias se estropearan por la acción
este continente, tanto durante su estan- de insectos y/o hongos. Más de seten-
cia en Europa como después de su muer- ta años después de haber sido recolec-
te; un completo recuento de los herba- tadas, las colecciones de Triana fueron
rios en donde se encuentran depositadas rescatadas por el padre Enrique Pérez
las colecciones de Triana se presenta en Arbeláez y se convirtieron en parte de
Díaz-Piedrahita (1991b). los primeros especímenes que se utili-

37
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

zaron para crear, en 1929, el Herbario están almacenados en la sección de co-


Nacional Colombiano (véase el aparta- lecciones históricas del Herbario Nacio-
do “Los primeros Herbarios en Colom- nal Colombiano (ig. 11), en donde se
bia”). Actualmente estos especímenes encuentran depositados cerca de 3.500.

Los primeros intentos de consolidación de Herbarios en Colombia

Luego de la Expedición Botánica y de la de las investigaciones de estos profe-


Comisión Corográica, la primera men- sionales europeos fueron publicados
ción formal de un herbario en Colom- y dados a conocer en Francia (Rodrí-
bia aparece con el Museo de Historia guez 2008).
Natural, fundado en 1823 (Rodríguez
2010) y abierto al público en 1824. La Posteriormente, en 1826 la Gaceta de
nota publicada en la Gaceta de Colom- Colombia publica otra nota en donde
bia (1824) sobre este Museo de Histo- el director provisional del Museo, Jeró-
ria Natural hace alusión a colecciones nimo Torres, se dirige al Secretario de
de minerales y animales expuestos en Estado en el “despacho del interior” y
este Museo, mas no hay mención algu- menciona al herbario, así: “…El profe-
na sobre colecciones de plantas. El Mu- sor de botánica ha depositado en el Her-
seo de Historia Natural sería fortalecido bario, que se hallaba vacío, ciento quince
por la denominada Misión o Comisión jeneros de todas las clases, según el sistema
Zea, en la cual Francisco José Zea, por de d’Linneo á que se han agregado cua-
órdenes del Presidente de la República renta y cinco mas, ordenados por el colec-
y el Soberano Congreso de Angostu- tor de historia natural…”. No es desca-
ra, vincula a una serie de profesionales bellado entonces airmar, que el primer
europeos para realizar actividades de Herbario que existió en Colombia fue
investigación cientíica e implementar creado en el Museo de Historia Natu-
cátedras de enseñanza en diversas disci- ral en 1823 y fue consolidado en 1826
plinas de las ciencias básicas (Díaz-Pie- cuando fueron incluidas colecciones
drahita 1999; Rodríguez 2010). botánicas en el mismo. El “profesor de
botánica” que se menciona en esta nota
Desafortunadamente estos profesio- probablemente es Juan María Céspedes,
nales cientíicos, que sí llegaron a Co- quien fue el encargado de establecer la
lombia a inales de 1822, no pudieron cátedra de botánica en el Museo y hacía
ejercer sus labores a cabalidad debi- parte del equipo cientíico del mismo
do a trabas burocráticas y problemas (Wasserman 2010). Sin embargo, los
presupuestales que no les permitieron problemas presupuestales hicieron que
hacer todo lo planiicado (Díaz-Pie- la mayoría del personal cientíico del
drahita 1999; Wasserman 2010); no Museo se retirara en 1825 y el museo
obstante, varias actividades cientíicas quedó en el abandono, por lo que el
sí pudieron realizarse, y los resultados herbario se perdió (Wasserman 2010).

38
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 11. Espécimen de Cattleya trianae Linden & Rchb. f. (Orchidaceae) recolectado por José
Jerónimo Triana y los miembros de la Comisión Corográica, y almacenado en el Herbario histórico
de J. J. Triana del Herbario Nacional Colombiano (Instituto de Ciencias Naturales – Universidad
Nacional de Colombia, sede Bogotá). Nótese la escritura manuscrita original de J. J. Triana en la
etiqueta de la parte superior derecha. Esta especie fue descrita por los botánicos europeos J. J. Linden
y H. G. Reichenbach y fue dedicada a J. J. Triana. Foto: Karina Serrano.

39
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

En 1826 se decreta la fusión del Museo Un episodio interesante de la vida cien-


con la Universidad Central en Bogotá tíica nacional condujo a la posible crea-
(Rodríguez 2010), universidad que había ción de un herbario en la mitad del siglo
sido creada en este mismo año (Rodríguez XIX. Florentino Vezga y seis estudiantes
2008). La ley de organización y arreglo de más del Colegio Independencia habían
Instrucción Pública de 1826, impulsada fundado en 1856 la Sociedad Caldas, de
por el Vicepresidente Francisco de Paula la que además hacían parte, el profesor
Santander, especiicaba que “…en cada de botánica, Francisco Bayón y el doctor
universidad debe haber una biblioteca pú- Liborio Zerda. Esta sociedad de carácter
blica, un gabinete de historia natural, un cientíico “…tenía su reglamento, sus co-
laboratorio químico y un jardín botáni- misiones económicas y cientíicas, sus días
co…” (Rodríguez 2008). No obstante, es de herborización, sus sesiones solemnes, sus
posible que la totalidad de las colecciones sesiones ordinarias para discusiones teóri-
de historia natural del Museo no hayan cas…” (Vezga 1860). En 1859 por invi-
sido albergadas por la Universidad Cen- tación de Ezequiel Uricoechea, profesor
tral, ya que el Museo fue trasladado en de química y mineralogía del Colegio del
varias oportunidades a otras dependen- Rosario, Francisco Bayón y los miembros
cias diferentes (Wasserman 2010). de la Sociedad Caldas se unieron a Uri-
coechea en una excursión docente al cerro
En varias ocasiones, el Gobierno Na- de Monserrate, de la que surgió la idea de
cional de la época expidió Decretos crear la Sociedad de Naturalistas Neogra-
en los que creaba nuevas Instituciones nadinos (Vezga 1860; Obregón 1991;
para que se encargaran de los Museos Díaz-Piedrahita 2005). Se sabe que esta
y/o de otros centros de investigación Sociedad, creada en 1859, recibió plan-
que ya existían. Es así como el 14 de tas en calidad de intercambio por parte
septiembre de 1847 se expidió un De- de investigadores extranjeros (Obregón,
creto en donde se ordena la creación del 1991) que fueron contactados por los
Instituto de Ciencias Naturales, Físicas miembros de la Sociedad. Desafortuna-
y Matemáticas, en donde “…A su cui- damente la Sociedad funcionó por muy
dado están el observatorio astronómico, el poco tiempo (1859-1861); se desconoce
gabinete de historia natural, el jardín de hasta el momento el destino de las colec-
plantas, el laboratorio químico y el mu- ciones de lora y fauna realizadas por los
seo existentes en Bogotá…” (Guillén de miembros de la Sociedad.
Iriarte 2003). El gabinete de historia
natural, donde supuestamente estaba el Al ser creada la Universidad Nacional en
herbario, luego pasó a ser parte del de- 1867, el rector Manuel Ancízar estable-
nominado Instituto Nacional de Cien- ció una Escuela de Ciencias Naturales; a
cias y Artes (creado mediante la Ley 18 la Universidad le fueron adscritos el Mu-
del 24 de abril de 1865), y después fue seo, el Observatorio Astronómico, los
trasladado al Colegio Militar que fue Laboratorios de Química y Mineralogía,
fundado y cerrado tres veces entre 1848 los Gabinetes de Mineralogía y Zoología
y 1885 (Wasermann 2010). y el Herbario Nacional que provenían de

40
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

la Universidad Central (Díaz-Piedrahita En 1871, la Sociedad de Naturalis-


1999); la mención al Herbario Nacional tas Colombianos sirve de base para
se encuentra en el Decreto Orgánico de la la creación de la Academia Nacional
Universidad Nacional de 1868, en el ar- de Ciencias Naturales al abrigo de la
tículo 249. Para el funcionamiento de la Universidad Nacional y de su Escue-
Escuela fue destinado el Claustro Principal la de Ciencias Naturales; su creación
del antiguo convento de Santa Inés. En un correspondió a una política de Estado
informe presentado por el rector Manuel (Díaz-Piedrahita 2005). En el Decreto
Ancízar, el 1° de enero de 1870, se seña- complementario al Decreto Orgánico
la que el ediicio destinado a las Escuelas de la Universidad Nacional expedido el
de Ciencias Naturales y de Artes y Oicios 13 de enero de 1868, el artículo 5 es-
está amenazado de total ruina. Señala que peciica “…Los gabinetes de mineralojía,
no hay laboratorio químico, ni herbario, ni jeolojía i zoolojía, el herbario nacional i
gabinetes de zoología, geología y mineralo- el laboratorio químico, estarán a cargo de
gía, ni jardín botánico y de experimentos la Academia i serán custodiados bajo res-
agrícolas, es decir que la Universidad no ponsabilidad solidaria de sus miembros.
cumple sino con la mitad de lo que debiera La inmediata inspección de estos estable-
ser: “…basta para que de ella salgan Doc- cimientos estará a cargo del Rector de la
tores en Jurisprudencia i en Medicina; pero Escuela de Ciencias Naturales…”.
esto no satisface la necesidad de instrucción
conforme lo exige nuestra época…”. Aunque en el Decreto citado en el pá-
rrafo anterior hay una referencia de la
El rector Ancízar calculaba que el Con- presencia de un herbario nacional, la
greso de 1870 debía aprobar la suma mención directa sobre un herbario en
de $123.700 para acabar de fundar la la Escuela de Ciencias Naturales de
Universidad Nacional, tal como debía la Universidad Nacional se conoce de
ser para que mereciese tan honroso 1877, en una carta de Francisco Bayón
nombre. Para la Escuela de Ciencias (profesor de Botánica) a su sucesor en
Naturales se calculaba un presupuesto la dirección de la Escuela: “…el local de
de $23.000 discriminados así: clase no tiene más muebles que unas diez
bancas adheridas a sus correspondientes
Laboratorio Químico $ 5000 mesas i una láminas de Botánica. Lo que
Museo de Geología más falta le hace a la clase para la en-
y Paleontología $ 3000 señanza son…papel secante propio para
Gabinete de Mineralogía esqueletar las plantas…cartones para
(completarlo) $ 2000 formar catálogos de estas mismas plantas
Herbario (cartones desecadas…i local apropiado para colo-
y estantes) $ 1000 car el resto del herbario que ha quedado i
Jardín Botánico aumentarlo con los trabajos sucesivos…”
y Agrícola $ 10000 (Díaz-Piedrahita 1999). Es muy pro-
Instrumentos bable que nunca se hubiera destinado
y muebles $ 2000 un presupuesto para el establecimiento

41
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

de un Herbario en la Universidad Na- del Departamento Cientíico de Botánica


cional de esa época, y tampoco existen y Selvicultura (sic) en Uganda… y pro-
registros claros al respecto. Lo que sí es movido después a la Dirección de dicho
claro es que hasta 1935 no existía un ramo en 1903…” (Delgado 1915). En
herbario consolidado en la Universidad esa nota Sir David Prain recomienda fa-
Nacional (sede Bogotá), y hasta 1936 vorablemente al Sr. M. T. Dawe como
se estableció allí el Herbario Nacional botánico, sugiere su salario e incluye un
Colombiano (véase el apartado “Los resumen de su hoja de vida.
primeros Herbarios en Colombia”).
El 19 de mayo de 1915 el Ministro de
Al parecer, existió un intento del Go- Agricultura y Comercio Jorge E. Del-
bierno Nacional de crear un Herbario gado comunicó al Cónsul General de
denominado “Herbario Colombiano”, Colombia en Londres que “…Motivó
antes de 1920. En marzo de 1915 el este despacho la circunstancia de que con
Ministerio de Agricultura y Comercio el señor Ministro inglés residente en esta
colombiano envió cartas a diferentes ciudad se habían hecho gestiones para
Encargados de Negocios y Ministros contratar un agrónomo que tuviera prác-
de Bélgica, Gran Bretaña y otros países tica en los cultivos tropicales y se obligara
europeos, con el objeto de contratar un a venir a Colombia como consultor técni-
agrónomo para que “…dirija parte de la co y profesor; como se comunicó aquí que
enseñanza y la experimentación en la Es- el Profesor Dawe se comprometía a esto, se
cuela y Campo de tierra caliente. La Es- avisó a usted para que celebrara el contra-
cuela es probable que se establezca a inme- to. El señor Ministro del Tesoro ha ofreci-
diaciones de la ciudad de Girardot, sobre do situar en Londres, a la orden de usted,
el río Magdalena…” (Delgado, 1915). mil pesos oro para atender a los prime-
Percy Wyndham, Enviado Extraordi- ros gastos que requiera la venida y sueldo
nario y Ministro Plenipotenciario de del mencionado agrónomo…” (Delga-
la Gran Bretaña, envió la solicitud del do 1915). M. T. Dawe trabajó para el
gobierno colombiano al “…Secretario gobierno colombiano como consultor
Principal de Negocios Extranjeros para técnico desde 1915 hasta 1920, sien-
que la trasmita al encargado de los jardi- do nombrado en 1917 el organizador
nes reales botánicos de Kew…” (Delgado y director de la Escuela de Agricultura
1915). El 3 de mayo de 1915 el enton- Tropical del Ministerio de Agricultura y
ces director del Real Jardín Botánico de Comercio (Posada 1918).
Kew, Sir David Prain, envió al gobier-
no colombiano una nota con relación Nos interesa comentar, del trabajo
a la búsqueda del Agrónomo para la que realizó M. T. Dawe en Colombia,
‘Escuela y Campo de tierra caliente’, acerca de las colecciones botánicas que
en donde se permite “…presentar a efectuó en diversos departamentos de la
consideración del Gobierno de Colombia geografía nacional como Caldas, Cór-
el nombre de Mr. M. T. Dawe, F. L. S., doba, Cundinamarca, Chocó, Guaji-
quien fue nombrado en 1902 Subdirector ra, Meta, Santander y Valle del Cau-

42
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

ca. Durante 1915 a 1920 M. T. Dawe colombiano, la que comenzó a funcio-


hizo aproximadamente 1000 números nar con regularidad el 1 de mayo de
de colección y la mayor parte de estos 1917 en el predio de Santo Domingo
especímenes se encuentran depositados del municipio de San Lorenzo, depar-
actualmente en el herbario de Kew en tamento del Tolima (Montoya 1917);
Inglaterra; así mismo, él también envió el municipio de San Lorenzo fue re-
semillas de algunas plantas nativas co- nombrado en 1930 como municipio de
lombianas para ser cultivadas en el Real Armero (Instituto Geográico Agustín
Jardín Botánico de Kew y en el Jardín Codazzi 1996).
Botánico de Nueva York (Dawe 1919).
Sin embargo, existe al menos un espéci- Se desconoce cuál fue la suerte de la Esta-
men recolectado por M. T. Dawe en Co- ción Agronómica Tropical “Juan de Dios
lombia en 1916 y depositado en el Her- Carrasquilla”, y por ende, de su Herba-
bario Nacional de los Estados Unidos rio. Hasta 1922 aparecen relaciones de
de América (US), el cual presenta una pagos para gastos de funcionamiento
etiqueta impresa en español con el título de esta Estación, según boletines de la
“Herbario Colombiano”, con espacios Contraloría General de la República de
impresos para consignar el nombre cien- 1929. Para 1921 M. T. Dawe no traba-
tíico, el nombre vernacular, la localidad jaba más en Colombia y se encontraba
de recolección, el nombre del recolector viajando a Angola, según una carta escri-
y la fecha de recolección de cada espéci- ta por él a Sir David Prain quien era el
men (ig. 12). M. T. Dawe menciona en director del Real Jardín Botánico de Kew
sus relatos de viaje por la zona occidental en Inglaterra (http://plants.jstor.org/sta-
de Colombia, que luego de inalizar su ble/10.5555/al.ap.visual.kldc12356).
recorrido desde Tolima a las costas del En 1924 despareció el Ministerio de
Pacíico “…Of the botanical collections Agricultura y la dependencia que quedó
made on the journey, a set has been place in a cargo del fomento agrícola fue el recién
the herbarium at the Estación Agronómica creado Ministerio de Industrias; debido
Tropical, a further set has been forwarded a este cambio el presupuesto para la Es-
to the Royal Botanic Gardens, Kew; and cuela Superior de Agronomía de Bogo-
a third set has been sent to the New York tá fue eliminado, por lo que la Escuela
Botanical Gardens of the United States…” cerró en 1925 (Valencia 2012). Como
(Dawe 1919). la Estación Agronómica Tropical “Juan
de Dios Carrasquilla” era parte de la Es-
El párrafo anterior evidencia claramen- cuela Superior de Agronomía de Bogotá,
te la presencia de un Herbario en una seguramente corrió la misma suerte que
Estación Agronómica Tropical. La Es- la Escuela. Existen registros de la funda-
tación Agronómica Tropical a la que ción, en 1934, de una Estación Experi-
se reiere M. T. Dawe corresponde a la mental en el municipio de Armero por
Estación Agronómica Tropical “Juan de parte del gobierno donde se experimen-
Dios Carrasquilla”, establecida por el tó con cultivos de algodón (Jaller 1989),
Ministerio de Agricultura y Comercio a la cual le fueron dados diez años más

43
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Figura 12. a) Espécimen de Psidium guineense Sw. (Myrtaceae) recolectado en Colombia por M. T.
Dawe en 1916, actualmente almacenado en el Herbario Nacional de los Estados Unidos de América
en Washington (US). b) Detalle de la etiqueta que acompaña al espécimen descrito anteriormente,
con el título “Herbario Colombiano” y otros campos tipograiados, donde se llenaba a mano la infor-
mación de recolección asociada al espécimen. Foto: Carlos Parra-O.

44
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

tarde los terrenos de la hacienda Santo base para establecer la primera. De cual-
Domingo para la ampliación de sus ser- quier manera, en los documentos con-
vicios (Madrid 1944). No es claro si esta sultados no existe registro de un Herba-
Estación Experimental fue creada aparte rio en la nueva Estación Experimental,
de la antigua Estación Agronómica Tro- ni porque fuera creado allí ni por que
pical “Juan de Dios Carrasquilla”, o si las fuera recibido de otra entidad que existió
instalaciones de la última sirvieron como en algún momento.

Los primeros Herbarios en Colombia


El primer herbario fundado oicialmente El tercer herbario en antigüedad del
en Colombia data de 1823 y fue con- país fue fundado en 1927 en la Es-
solidado en 1826, dentro del Museo de cuela Departamental de Agricultura
Historia Natural que existía en Bogotá. de Antioquia, de acuerdo con algunas
No obstante, se desconoce el destino informaciones recientes (http://www.
de este herbario y de las colecciones allí unperiodico.unal.edu.co/uploads/
presentes; no fue posible encontrar do- tx_flstaticfilecache/www.agenciade-
cumentos o registros que permitan es- noticias.unal.edu.co/var/www/web/
clarecer lo sucedido con esta colección agencia/nc/ndetalle/pag/8/article/her-
botánica (ver sección “Los primeros in- bario-medel-85-anos-de-investigacion.
tentos de consolidación de Herbarios en htmlcache.html). No obstante, en la
Colombia”), aunque Wasserman (2010) reseña histórica de la Flora de Antio-
menciona que probablemente se perdió. quia (Callejas 2011) se dice que hasta
1930 no existió ningún herbario en An-
El segundo herbario establecido oicial- tioquia. Este herbario está activo en el
mente en el país surge en 1913, el cual fue momento y se encuentra en la Facultad
albergado dentro del Museo de la Salle. El de Ciencias Agropecuarias de la Uni-
Museo fue creado por la Congregación de versidad Nacional de Colombia, sede
los Hermanos de las Escuelas Cristianas Medellín, con el nombre de Herbario
(comunidad Lasallista) en 1910, y actual- “Gabriel Gutiérrez Villegas” (ig. 13).
mente se encuentra en la Universidad de
La Salle (Bogotá). El Herbario fue des- El Herbario Nacional Colombiano,
truido en su totalidad por un incendio, cuarto en ser creado oicialmente, es el
durante los disturbios sucedidos en Bogotá más grande del país (ig. 2) y ha estado
el 9 de abril de 1948. Este Herbario fue al abrigo de la Universidad Nacional de
reconstruido y en la actualidad alberga casi Colombia (sede Bogotá) desde el 30 de
14000 especímenes. A pesar de su destruc- octubre de 1936, cuando fue adscrito a
ción en 1948, el Herbario del Museo de la la Sección de Botánica creada ese día.
Salle (BOG) es el más antiguo creado en La Sección de Botánica dio paso al Ins-
Colombia que se han mantenido abierto y tituto de Botánica que en 1940 se con-
activo desde su fundación. virtió en el actual Instituto de Ciencias

45
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Figura 13. Herbario “Gabriel Gutiérrez Villegas” de la Universidad Nacional de Colombia (sede
Medellín). Foto: Jorge Vélez.

46
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Naturales. Por algunos datos que aporta este ediicio se destinase a la Facultad de
su fundador o que aparecen en documen- Farmacia. El Ministro prometió que se
tos, se puede deducir que fue creado en construiría uno más amplio destinado al
1929 y que su primer albergue fue una Instituto de Ciencias Naturales, el cual se
pieza en la casa del naturalista Cesar Uribe hizo bajo la supervisión del Dr. Armando
Piedrahíta. Luego tuvo albergue en unas Dugand. Actualmente, en esa ediicación
oicinas del primer piso del Capitolio Na- que albergó el herbario por casi dos déca-
cional, ediicio que entonces se hallaba das, funciona el Departamento de Biolo-
en remodelación. En las terrazas que dan gía. Al inicio de los años setenta el Insti-
sobre la carrera séptima, frente a las venta- tuto de Ciencias Naturales fue trasladado
nas del primer piso se ventilaban los espe- al ediicio que ocupa en la actualidad, el
címenes de herbario para quitarles el olor cual fue ampliado en 1986 para aumentar
a formol y algunos de estos eran bañados la capacidad del herbario.
en sublimado corrosivo para preservarlos
de los insectos. Luego el herbario pasó al En sus propias palabras el fundador del
Laboratorio Químico Nacional, donde herbario señala:
una placa recordaba este hecho. En un es-
crito menciona su fundador, que el Her- “…El Herbario Nacional Colombiano
bario Nacional había logrado vencer las nació en casa del doctor César Uribe
mayores diicultades de la incomprensión Piedrahíta quien lo acogió en su Labo-
y había recibido alojamiento en ese Insti- ratorio CUP y acompañó mis primeras
tuto gracias al apoyo de dos colombianos colecciones en Florencia, Caquetá, en
formados en Alemania como lo eran los Villavicencio, en Simití. Después pasó
doctores Olaya y Samper Sordo.1 Al ser a un local en el Capitolio Nacional y
inaugurado, el 6 de agosto de 1938 el al Laboratorio Nacional de Química
ediicio del Instituto Botánico, hoy sede cuando lo regentaron los doctores Alfre-
administrativa de la Facultad de Ciencias do Kohn Olaya y Jorge Ancízar Sordo.
de la Universidad Nacional, el herbario En el ambiente, lo que más asixiaba
pasó allí (Anónimo 1939-1954); años era la incomprensión pública y a re-
más tarde, una disposición del Ministe- mediarla enderecé varias publicaciones
rio de Educación Nacional con la irma sobre plantas medicinales, sobre frutas
del Dr. Luis López de Mesa, ordenó que y sobre plantas útiles en general. Eran
como explicaciones al hombre común,
de lo que son el mercado de pueblo;
la yerbatería del curandero; el haz de
1 Pérez Arbeláez, E. 1972. Las ciencias
botánicas en Colombia. En: J. Jarami-
leña que traen de los cerros y las tablas
llo (ed.). Apuntes para la Historia de las de carpintería olorosas a cola y viruta.
ciencias en Colombia. Documentación
e Historia de la ciencia en Colombia. El herbario no podía tener estabilidad si
Fondo Colombiano de Investigaciones no se le instalaba en armarios apropiados
cientíicas “Francisco José de Caldas”. y si para estos no se contaba con locales
Bogotá. página 156.

47
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

y un ediicio apropiado. En este sentido era Jefe de Ediicios Nacionales un ami-


debía trabajar gracias a una coyuntura go mío, adicto a toda obra de cultura, el
favorable. Se iniciaba en 1936 la cons- doctor Juan de Dios Higuita. Fue esta
trucción de la Ciudad Universitaria, rea- la oportunidad para ediicar el Instituto
lización visionaria del presidente Alfonso Botánico cuyos principales factores fueron
López y al Ministro de Obras Públicas se los Presidentes López y Eduardo Santos.
le daban largas y más largas para obtener El ediicio se inauguró el 6 de agosto de
las especiicaciones de aulas, laboratorios 1938 como uno de los actos con que se
y otros; sus intercomunicaciones y cabida celebró en Bogotá el IV Centenario de su
para personal y equipos. Por otra parte, fundación…”.2

Herbarios presentes en Colombia

En la tabla 2.1, se presenta un listado tución. En ocasiones se ha perdido la


de los herbarios presentes a la fecha en memoria institucional y los datos son
el país, incluyendo su acrónimo, el año vagos; lo que sí es claro, es que en su
de fundación y el número de especí- mayoría, surgieron como iniciativas
menes incluidos actualmente en cada personales y que una vez alcanzaron
uno. Parte de esta información se reco- algún desarrollo, fueron reconocidos
piló con base en los datos presentes en e institucionalizados por las entidades
el Index Herbariorum en línea (hiers que les dieron acogida o fueron adscri-
2015), el Registro Único Nacional de tos a otras instituciones que han ase-
Colecciones Biológicas del Instituto gurado, en mayor o menor medida, su
Humboldt (http://www.humboldt. funcionamiento. Adicionalmente, la
org.co/es/servicios/registro-unico-na- única fuente que posee el número de es-
cional-de-colecciones-biologicas-rnc) y pecímenes de cada Herbario es la con-
las contribuciones de Forero (1977) y tribución de Muñoz-Saba et al. (2006),
Muñoz-Saba et al. (2006). Es de anotar pero con el in de presentar datos ac-
que en numerosas ocasiones se encon- tualizados se consultó a los curadores o
traron inconsistencias entre los años de encargados del Herbario por el número
fundación de los herbarios registrados de especímenes de cada colección a no-
en cada una de las fuentes menciona- viembre de 2015. En las ocasiones en
das anteriormente, por lo que se con- que no fue posible conirmar con el cu-
sultó directamente a cada uno de los rador la fecha de fundación de herbario
curadores o encargados del Herbario y el número de especímenes actualiza-
sobre el año correcto de la fundación dos, se especiicó la fuente de donde se
del mismo, hasta donde fue posible. tomaron los datos aquí presentados.
Curiosamente, en algunos casos no hay
una información coniable en cuanto a
las fechas de fundación y sobre quiénes
fueron los promotores de cada insti- 2 Ibíd. páginas 146-147.

48
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Tabla 2.1. Herbarios presentes en Colombia. Los acrónimos de cada herbario corresponden a los
registrados en el Index Herbariorum en línea (hiers 2015); para los herbarios que no están regis-
trados en el Index Herbariorum se siguen los acrónimos consignados en el Registro Único Nacional
de Colecciones Biológicas del Instituto Humboldt. Los acrónimos de los herbarios con un asterisco
(*) hacen referencia a que el herbario estaba asociado a la Asociación Colombiana de Herbarios
(ACH) hasta agosto de 2015. La información del año de fundación o del número de especímenes
marcados con dos asteriscos (**) proviene del Index Herbariorium en línea y la marcada con tres as-
teriscos (***) proviene del Registro Único Nacional de Colecciones Biológicas. Las cifras de número
de especímenes marcadas con una cruz (+) al inal corresponde a información suministrada por la
Asociación Colombiana de Herbarios (comunicación personal a C. Parra-O.).

Año
Herbario – Institución (Ciudad) Acrónimo No. Especímenes
de fundación
Herbario Alvaro Fernández Pérez
– Fundación Universitaria de Popa- AFP* 1984 7.000 +
yán (Popayán)
Herbario Andes - Museo de His-
toria Natural – Universidad de los ANDES* 2004 8.076
Andes (Bogotá)
Herbario Museo de la Salle – Uni-
versidad de la Salle BOG* 1913 13.881
(Bogotá)
Herbario Universidad del Cauca
CAUP* 1948 37.200
– Universidad del Cauca (Popayán)
Herbario CDMB – Jardín Botánico
CDMB* 1982 7.500
Eloy Valenzuela (Floridablanca)
Herbario Chocó – Universidad
Tecnológica del Chocó “Diego Luis CHOCO* 1980 18.320
Córdoba” (Quibdó)
Herbario CIAT – Centro
Internacional de Agricultura Tropi- CIAT 1976 15.780
cal (Palmira)
Herbario Amazónico Colombiano
– Instituto Amazónico de Investiga- COAH* 1983 97.500
ciones Cientíicas - Sinchi (Bogotá)
Herbario Nacional Colombiano –
Universidad Nacional de Colombia COL* 1929 587.052
sede Bogotá (Bogotá)
Herbario de Bambusoideas del
Centro Nacional para el estudio
CRQ –
del Bambú - Guadua – Corpora- 1996*** 160
CNEBG
ción Autónoma Regional del Quin-
dío - CRQ (Armenia)
Herbario CUVC “Luis Siguifredo
Espinal Tascón” –Universidad del CUVC* 1966 60.000
Valle (Cali)

49
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Año
Herbario – Institución (Ciudad) Acrónimo No. Especímenes
de fundación
Herbario “Armando Dugand” –
Universidad del Atlántico (Barran- DUGAND 1995** 4.500**
quilla)
Herbario de la Universidad de
Caldas – Universidad de Caldas FAUC* 1954 22.250
(Manizales)
Herbario Federico Medem – Ins-
tituto de Investigación de Recursos
FMB* 1971 106.181
Biológicos Alexander von Humbol-
dt (Villa de Leyva)
Herbario Regional Catatumbo –
Sarare – Universidad de Pamplona HECASA* 2002 12.200
(Pamplona)
Herbario Universidad de Sucre –
HEUS 2013** 700**
Universidad de Sucre (Sincelejo)
Herbario Facultad de Agronomía
– Universidad Nacional de Colom- HFAB 1969 14.000
bia sede Bogotá (Bogotá)
Herbario Fundación Estación
Biológica Guayacanal – Funda-
HFEBG 2015 100
ción Estación Biológica Guayacanal
(Bogotá)
Herbario de La Guajira 2013 (Cor-
7.000 (Corpo-
Wunü´ülia – Universidad de la HG poguajira
guajira 2015)
Guajira (Riohacha) 2015)
Herbario del Jardín Botánico de
San Andrés – Universidad Nacio- 420 (información
HJBSAI – UN 2005
nal de Colombia sede Caribe (San interna UNAL)
Andrés)
Herbario Orinocense Colombiano
– Universidad Nacional de Colom- HORI 2011 1.583
bia sede Orinoquía (Arauca)
Herbario Pontiicia Universidad
Javeriana – Pontiicia Universidad HPUJ 1986 28.039
Javeriana (Bogotá)
Herbario de Referencia CORAN-
TIOQUIA – Corporación Autóno-
HR-C 1998 2.400
ma Regional del Centro de Antio-
quia - Corantioquia (Medellín)

50
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Año
Herbario – Institución (Ciudad) Acrónimo No. Especímenes
de fundación
Herbario Universidad de Antio-
quia – Universidad de Antioquia HUA* 1969 197.000
(Medellín)
Herbario “Enrique Forero” – Uni- 15.000 (GBIF
HUAZ* 2005**
versidad de la Amazonía (Florencia) 2015)
Herbario Universidad de Córdoba
– Universidad de Córdoba (Monte- HUC* 1976 5.500 +
ría)
Herbario de la Universidad Cató-
lica de Oriente – Universidad Ca- HUCO* 2012 8.000
tólica de Oriente (Rionegro)
Herbario de la Universidad del
2003***
Bosque – Universidad El Bosque HUEB --------------------
(Bogotá)
Herbario Universidad del Quin-
dío – Universidad del Quindío (Ar- HUQ* 1985 37.000
menia)
Herbario Vittoriano – Fundación
ciencia, ecología, arte e historia – HVc 2000*** --------------------
Ceah – Museo Vittoriano (Gachetá)
Herbario ICESI – Universidad
ICESI* 2010 8.000
ICESI (Cali)
Herbario Jardín Botánico “Joa-
quín Antonio Uribe” - Jardín Bo-
JAUM* 1973 68.806
tánico “Joaquín Antonio Uribe”
(Medellín)
Herbario del Jardín Botánico
“José Celestino Mutis” – Jardín
JBB* 1985 10.507
Botánico “José Celestino Mutis”
(Bogotá)
Herbario María Jiménez de Piñe-
res – Jardín Botánico “Guillermo JBGP* 1978 10.982
Piñeres” (Turbaco)
Herbario de la Orinoquía Colom-
biana – Universidad de los Llanos LLANOS* 1987 16.065
(Villavicencio)
Herbario Gabriel Gutiérrez Ville-
gas – Universidad Nacional de Co- MEDEL* 1927 63.800
lombia sede Medellín (Medellín)

51
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Año
Herbario – Institución (Ciudad) Acrónimo No. Especímenes
de fundación
Herbario de la Universidad de
Nariño – Universidad de Nariño PSO* 1962 44.239
(Pasto)
Herbario Universidad Surcolom-
biana – Universidad Surcolombia- SURCO* 1986 10.363
na (Neiva)
Herbario TOLI – Universidad del
TOLI* 1959 13.345
Tolima (Ibagué)
Herbario TULV – Jardín Botánico
“Juan María Céspedes”, INCIVA TULV* 1978 18.072
(Tuluá)
Herbario Forestal UDBC “Gui-
llermo Emilio Mahecha Vega” –
UDBC* 1961 33.671
Universidad Distrital Francisco José
de Caldas (Bogotá)
Colección Biológica UDCA – Uni-
versidad de Ciencias Aplicadas y UDCA 1990*** 2.433
Ambientales – UDCA (Bogotá)
Herbario UIS – Universidad Indus-
UIS* 1978 15.876
trial de Santander (Bucaramanga)
Herbario de Botánica Económica
– Universidad Militar Nueva Gra- UMNG-H 2001 2.114
nada (Bogotá)
Herbario UPTC – Universidad Pe-
dagógica y Tecnológica de Colom- UPTC* 1970 21.313
bia (Tunja)
Herbario Universidad del Magda-
lena – Universidad del Magdalena UTMC* 1963 14.736
(Santa Marta)

Herbario “José Cuatrecasas Aru-


16.560 (Agencia
mi” – Universidad Nacional de Co- VALLE*
1939** de Noticias UN -
lombia sede Palmira (Palmira)
2015)

De los 47 herbarios listados en la ta- HUC, HUQ, LLANOS, MEDEL,


bla 2.1, veintisiete pertenecen a uni- PSO, SURCO, TOLI, UDBC, UIS,
versidades públicas (CAUP, CHOCO, UMNG-H, UPTC, UTMC y VA-
COL, CUVC, DUGAND, FAUC, LLE), ocho a universidades privadas
HECASA, HEUS, HFAB, HG, HJB- (AFP, ANDES, BOG, HPUJ, HUCO,
SAI – UN, HORI, HUA, HUAZ, HUEB, ICESI, UDCA), cinco a jardi-

52
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

nes botánicos (CDMB, JAUM, JBB, do presenta un número menor de her-


JBGP, TULV), tres a Institutos de in- barios (47) comparado con el que ellos
vestigación (CIAT, COAH, FMB), dos documentaron (59) para el año 2006.
a Corporaciones Autónomas Regiona- Esta diferencia de 12 herbarios es noto-
les (CRQ – CNEBG, HR-C) y dos a ria, pero se explica porque Muñoz-Saba
colecciones privadas (HFEBG, HVc). et al. (2006) sobreestimaron la cantidad
Treinta y dos de esos 47 herbarios se de herbarios presentes en el país al in-
encontraban asociados a la Asocia- cluir colecciones vivas (i.e. AP-UNM,
ción Colombiana de Herbarios hasta CVGBR) que en el sentido estricto
agosto de 2015. Es de anotar que dos no son herbarios, a que mencionaron
herbarios de estos 47 todavía no están herbarios que ya no existen (i.e. ICA),
consignados en el Registro del Institu- a que reportaron Jardines Botánicos
to Humboldt. En ese mismo Registro, que no poseen herbarios (i.e. JBAVH,
hay una colección (JBB-T) que aparece JBC, JB-Medicinales-CEA, JBP, JBQ,
como un herbario aparte pero que real- JBUC, JB-UPT, JEBVL), a que inclu-
mente no lo es, ya que hace referencia yeron dos colecciones de hongos (i.e.
a la colección de tejidos vegetales dese- MMUNM, UV-mico) y a que repor-
cados del Jardín Botánico de Bogotá; taron Jardines Botánicos o Museos de
el herbario de este Jardín se encuentra Historia Natural que sí tienen herbarios
registrado como una colección aparte y pero al mismo tiempo incluyeron el
fue incluido en este listado como uno herbario propiamente dicho por aparte,
de los herbarios presentes en el país. duplicando los registros (i.e., JAUM-
JB, JBEV-CDMB, JBJCM-H, MHN-
Otros trabajos también han tratado de UC). El herbario JSJ mencionado por
enumerar los herbarios presentes en el Muñoz-Saba et al. (2006) efectivamen-
país, incluyendo diversa información te era parte de la Corporación Botánico
relacionada con los mismos. La Agenda “Jardín Botánico San Jorge”, pero hace
de Investigación en Sistemática Siglo algunos años este herbario fue desman-
XXI (Asociación Colombiana de Her- telado y ya no existe más en este Jardín
barios et al. 1999) listaba la presencia Botánico (G. Oyuela com. pers.).
de 28 herbarios en Colombia, que sub-
estimaba la cantidad de herbarios que Es notorio que 27 de los 47 herbarios
realmente existían hasta 1999 (alrede- de la tabla 2.1 pertenecen a universida-
dor de 40). El trabajo de Muñoz-Saba des públicas, por lo que más del 57%
et al. (2006) incluyó no solo el listado de los herbarios del país dependen di-
de herbarios presentes en Colombia, rectamente del presupuesto nacional
sino también las fechas de fundación, y/o gubernamental asignado para la
su presencia o no en la Asociación Co- educación pública. Los herbarios en
lombiana de Herbarios (ACH) y el estas universidades son de vital impor-
número de especímenes botánicos al- tancia como apoyo a la docencia, in-
macenados. Con relación al trabajo de vestigación y extensión de numerosos
Muñoz-Saba et al. (2006), nuestro lista- programas profesionales de pregrado y

53
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

posgrado. Es contradictorio que, a pe- que si pudieran ser incluidos adecuada-


sar de su importancia, tan solo uno de mente junto con los que ya existen in-
estos 27 herbarios (y no es el Herbario crementarían aproximadamente en un
Nacional) tiene un presupuesto anual 6% el número actual de especímenes
propio. Los demás, en mayor o menor montados y almacenados. Este proble-
medida, dependen de los recursos que ma de la presencia de especímenes sin
aporta esporádicamente cada universi- montar existe en la mayoría de herba-
dad o de recursos externos que deben rios colombianos, lo que se debe princi-
gestionar con gran esfuerzo. Esta falta palmente a la falta de presupuesto para
de recursos a todo nivel (infraestructu- contratar mano de obra y comprar los
ra, personal, suministros, etc.) es crítica materiales necesarios para realizar este
en la mayoría de los herbarios, lo que es montaje, entre otros.
preocupante si tenemos en cuenta que
estos 27 herbarios albergan 1’271.807 La igura 14 nos muestra que la mayoría
especímenes, que corresponde a un de herbarios se concentran en la región
76% del total de especímenes de todos Andina del país (36 herbarios), seguida
los herbarios del país. por la región Caribe (siete herbarios).
Es notoria la casi ausencia de herbarios
Sumando los datos obtenidos del nú- en las regiones orinocense y amazónica,
mero de especímenes para los 47 her- con dos en la primera y uno en la segun-
barios de la tabla 2.1, encontramos un da. Sin embargo, hay que anotar que el
total de 1’685.224 especímenes botáni- Herbario Amazónico Colombiano (ig.
cos montados y almacenados a noviem- 15) se encuentra en Bogotá y tiene una
bre de 2015. Al comparar esta cifra con importante representatividad de la lora
los datos de la Agenda de Investigación de la región Amazónica. También hay
en Sistemática Siglo XXI, que en 1999 un bajo número de herbarios en la re-
reportaba aproximadamente 1’000.000 gión Pacíica (1), aunque algunos her-
de especímenes almacenados en los her- barios de Antioquia, Cauca, Valle del
barios colombianos, se puede observar Cauca (ig. 16) y Nariño tienen algu-
que en los 16 años siguientes los her- nas colecciones del Chocó Biogeográ-
barios del país han crecido en conjunto ico colombiano. Esta información nos
alrededor de un 68%, agregando a sus permite airmar que la región Pacíica
colecciones cerca de 685.000 especíme- colombiana tiene la más baja represen-
nes. Este crecimiento ha permitido que, tatividad de colecciones botánicas con
por ejemplo, el Herbario Nacional Co- relación a las demás regiones del país.
lombiano con sus 587.052 especímenes
se considere en el momento como uno La igura 17 releja la aparición de
de los diez herbarios más grandes de herbarios colombianos (presentes y
Suramérica. Aunque no hay datos con- activos) en el tiempo desde la primera
solidados, se estima que adicionalmen- década del siglo XX hasta la primera
te hay más de 100.000 especímenes sin década del siglo XXI, cubriendo un
montar en los herbarios colombianos, periodo de 100 años. Es interesante

54
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 14. Mapa donde se presenta la localización de los 47 herbarios existentes en el país a noviem-
bre de 2015. Puntos rojos: herbarios de universidades públicas. Puntos verdes: herbarios de univer-
sidades privadas. Triángulos azules: herbarios de jardines botánicos. Estrellas negras: herbarios de
Institutos de investigación. Cuadros amarillos: herbarios de Corporaciones Autónomas Regionales.
Puntos violeta: herbarios de colecciones privadas.

55
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Figura 15. Herbario Amazónico Colombiano (COAH), Instituto Amazónico de Investigaciones


Cientíicas – SINCHI, Bogotá. Foto: Nicolás Castaño.

56
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 16. Herbario de la Universidad del Valle (CUVC), Cali. Foto: Philip Silverstone-Sopkin.

57
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Figura 17. Aparición de herbarios colombianos (todavía presentes y activos) desde 1910 hasta la
actualidad. Véase explicación en el texto.

58
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

observar que la aparición de nuevos Los herbarios más grandes en el país, en


herbarios en nuestro país fue elevada cuanto a número de especímenes botáni-
entre las décadas de los 60’s-80’s del cos montados y almacenados, se presen-
siglo pasado, donde se fundaron 23 tan en la tabla 2.2. Es importante resaltar
herbarios en un lapso de 20 años. Adi- que en estos diez herbarios se encuentran
cionalmente, en los últimos 20 años se depositados 1’298.778 especímenes, lo
crearon 17 herbarios, seis de los cuales que corresponde al 77% de la totalidad
tienen menos de cinco años de haber de especímenes almacenados en todos los
sido fundados. En general, los herba- herbarios del país. También es de anotar
rios colombianos son relativamente jó- que siete de estos diez herbarios (COL,
venes, si tenemos en cuenta que 40 de HUA, MEDEL, CUVC, PSO, CAUP y
los 47 herbarios existentes se crearon HUQ) están en las principales universi-
en los últimos 50 años. dades públicas del país, reuniendo entre
los siete 1’026.291 especímenes.

Tabla 2.2. Los diez herbarios más grandes del país en número de especímenes montados y alma-
cenados (a noviembre de 2015)

Número
Herbario
de especímenes
Herbario Nacional Colombiano (COL) 587.052
Herbario de la Universidad de Antioquia (HUA) 197.000
Herbario Federico Medem (FMB) 106.181
Herbario Amazónico Colombiano (COAH) 97.500
Herbario Jardín Botánico “Joaquín Antonio Uribe” (JAUM) 68.806
Herbario Gabriel Gutiérrez Villegas (MEDEL) 63.800
Herbario “Luis Siguifredo Espinal Tascón” (CUVC) 60.000
Herbario de la Universidad de Nariño (PSO) 44.239
Herbario Universidad del Cauca (CAUP) 37.200
Herbario Universidad del Quindío (HUQ) 37.000
TOTAL 1’298.778

En la tabla 2.3 se presentan los cinco her- los herbarios más antiguos no son nece-
barios más antiguos del país que se han sariamente los que tienen un mayor nú-
mantenido abiertos y activos desde su mero de especímenes, a excepción de uno
fundación. Es interesante observar que (COL). Sin embargo tres de estos herba-

59
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

rios, CAUP (ig. 18), COL y MEDEL, se dolorosos acontecimientos del 9 de abril
encuentran dentro de los diez herbarios de 1948 en la ciudad de Bogotá, en don-
más grandes del país (ver tabla 2.2). El de se perdieron aproximadamente 13000
herbario más antiguo del país presentado especímenes (Lozano-Bernal & Sarmien-
en esta tabla, fue destruido completamen- to-Parra 2013) y tuvo que ser reconstrui-
te en un incendio provocado durante los do en su totalidad.

Tabla 2.3. Los cinco herbarios más antiguos de Colombia, activos desde su fundación.

Año de Número
Herbario
fundación de especímenes
Herbario Museo de La Salle (BOG) 1913 13.881
Herbario Gabriel Gutiérrez Villegas (MEDEL) 1927 63.800
Herbario Nacional Colombiano (COL) 1929 587.052
Herbario “José Cuatrecasas Arumi” (VALLE) 1939 16.560
Herbario Universidad del Cauca (CAUP) 1948 37.200

En contraste, la tabla 2.4 presenta los el punto de vista botánico. Dos de es-
herbarios más recientemente creados en tos nuevos herbarios también tienen
el país. Algunos de estos herbarios no se un número importante de especíme-
encuentran todavía incluidos en el Re- nes (HUCO, ICESI) y se encuentran
gistro Único Nacional de Colecciones asociados a universidades privadas de
Biológicas del Instituto Humboldt ni las principales ciudades del país. Hay
en el Index Herbariorum. Tres de estos otros herbarios, no registrados aquí,
herbarios (HEUS, HG, HORI) fueron que apenas comienzan a desarrollarse y
creados recientemente en universidades probablemente estarán consolidados en
públicas, donde se destaca el Herbario el 2016, como por ejemplo un posible
de la Guajira que tiene un importante Herbario en la Universidad del Norte
número de especímenes en una región en Barranquilla (M. C. Martínez-Habi-
poco explorada en Colombia, desde be, com. pers.).

Tabla 2.4. Los seis herbarios más recientes en Colombia, fundados en los últimos cinco años.

Año de Número
Herbario
fundación de especímenes
Herbario Fundación Estación Biológica
2015 100
Guayacanal (HFEBG)
Herbario Universidad de Sucre (HEUS) 2013 700
Herbario de La Guajira (HG) 2013 7.000
Herbario de la Universidad Católica
2012 8.000
de Oriente (HUCO)

60
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 18. Herbario de la Universidad del Cauca (CAUP), Popayán. Foto: Bernardo Ramírez.

61
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Año de Número
Herbario
fundación de especímenes
Herbario Orinocense Colombiano (HORI) 2011 1.583
Herbario ICESI (ICESI) 2010 8.000

Los centros urbanos con más herbarios zaran en albergar colecciones de ecosis-
se presentan en la tabla 2.5. Es claro, temas puntuales de la región tales como
como lo comentaron Muñoz-Saba et bosque altoandino y páramo. También
al. (2006), que algunas ciudades están es una buena idea que estos herbarios
saturadas de herbarios como se obser- hagan énfasis en tener colecciones aso-
va en el caso de Bogotá. En esta ciudad ciadas a un tema de investigación pun-
hay hasta el momento un total de 12 tual como, por ejemplo, el Herbario de
herbarios, cuatro de estos en universi- Botánica Económica de la Universidad
dades públicas, cinco en universidades Militar. Sugerimos que en ciudades
privadas, uno en un Jardín Botánico, como Medellín, que ya tiene cinco her-
uno en un Instituto de Investigación y barios registrados, se evite crear nuevos
uno es una colección privada. Sería in- herbarios; es preferible fortalecer los
teresante que algunos de los herbarios herbarios que ya existen en términos
más recientemente creados en Bogotá, de infraestructura, recursos y personal
que tienen un ámbito local, se especiali- cientíico y administrativo.

Tabla 2.5. Las ciudades colombianas con más herbarios registrados (a noviembre de 2015).

Ciudad Número de herbarios


12 (ANDES, BOG, COAH, COL, HFAB, HFEBG, HPUJ,
Bogotá
HUEB, JBB, UDBC, UDCA, UMNG-H)
Medellín 5 (HR-C, HUA, HUCO, JAUM, MEDEL)
Cali 2 (CUVC, ICESI)
Palmira 2 (CIAT, VALLE)
Popayán 2 (AFP, CAUP)

Asociaciones entre los herbarios colombianos: la ACH

En la década de los 70’s del siglo XX, (Asociación Colombiana de Herbarios


Jorge Ahumada Barona (Colciencias) 1988). Es importante resaltar que esa
sugiere la necesidad de crear una Aso- década fue muy importante por la can-
ciación de los diferentes herbarios que tidad de herbarios que se crearon en
existían en ese momento en Colombia el país, especialmente en un contexto

62
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

regional (ver igura 17). Las reuniones cas disecadas de referencia…”. La ACH
anuales de los directores de herbarios sigue realizando las reuniones anuales
colombianos comenzaron en 1976, de sus miembros (ig. 19) y seminarios
en el marco de la celebración de la in- o cursos de actualización en el marco de
clusión del espécimen 150.000 en el estas reuniones. Además apoya la rea-
Herbario Nacional Colombiano, orga- lización del Congreso Colombiano de
nizada por Enrique Forero. Posterior- Botánica que se hace cada dos años y
mente se intentaron hacer, desde esa genera iniciativas propias para beneicio
fecha, reuniones anuales de los direc- de la comunidad botánica, como becas
tores de herbarios y en 1987 se obtiene de apoyo a estudiantes de pregrado y
la personería jurídica que formaliza la posgrado para revisar especímenes en
Asociación Colombiana de Herbarios los herbarios nacionales. Por otra par-
(ACH) (Asociación Colombiana de te, desde 2013 el Presidente y la Junta
Herbarios 1988). Directiva del momento establecieron
el programa de la gira de especialistas
Dentro de los estatutos de la ACH se nacionales a los herbarios miembros de
menciona que su objeto principal es el la Asociación, en donde un grupo de ta-
de “…Agrupar a los herbarios colom- xónomos de diferentes universidades e
bianos a través de sus representantes, institutos de investigación del país revi-
apoyar y promover en el país la investi- saron material botánico de casi 15 her-
gación, la educación, la legislación y la barios, determinando y actualizando
proyección a la comunidad de la siste- gran cantidad de colecciones botánicas
mática vegetal y las colecciones botáni- a diferentes niveles taxonómicos.

Consideraciones finales

Los Herbarios siguen y seguirán sien- que crecen en nuestro país. Si tenemos
do una de las bases indispensables para en cuenta que hasta el momento se co-
el estudio de la diversidad de plantas nocen 24.528 plantas vasculares en Co-
en Colombia (ig. 20). Se estima que lombia (Bernal et al. 2015), es posible
faltan por describir aproximadamente que todavía existan alrededor de 6.000
70.000 especies de plantas con lores en especies de este grupo de plantas que no
el planeta, y que más de la mitad de este conocemos en nuestro país (i.e., nuevas
número ya ha sido recolectado y se en- especies y nuevos registros).
cuentra depositado en los herbarios del
mundo, esperando a ser descrito (Beb- Luego de diez años de la publicación
ber et al. 2011). En una conferencia en del Catálogo de plantas con lores y
el marco del VII Congreso Colombia- gimnospermas del Perú (Brako & Za-
no de Botánica en Ibagué (2013), Ro- rucchi 1993), se hizo un inventario de
drigo Bernal estimó que falta por cono- las nuevas especies y los nuevos regis-
cerse un 25% de las plantas vasculares tros de plantas publicados después de

63
64
Parra-O. &
Díaz-Piedrahita

Figura 19. Asistentes al Taller y Asamblea anual de la Asociación Colombiana de Herbarios (ACH) en Villa de Leyva, en agosto de 2012. Los acrónimos después
de cada nombre corresponden al herbario del que eran curadores o al cual representaban. De izquierda a derecha, ila anterior: Nhora Ospina (AFP), Hilda
Dueñas (SURCO), Ana Lucía López (HUQ), Nohora Peña (JBB), María Eugenia Morales (UPTC), Felipe Cardona (HUA), Luis Forero (VALLE), Rosalba
Ruiz (HUC), Philip Silverstone-Sopkin (CUVC), Claudia Medina (FMB), Jorge Vélez (MEDEL); ila posterior: Lorena Quintero (COAH), Stella Suárez
(LLANOS), César Marín (UIS), Fernando Vélez (contador ACH), Eduino Carbonó (UTMC), Héctor Esquivel (TOLI), Lyndon Carvajal (UDBC), Dairon
Cárdenas (COAH), Carlos Parra-O. (COL), Adriana Tinoco (JBGP), Sonia Sua (COAH), Mario Quijano (HUCO), Santiago Madrinán (ANDES), Andrés
Retratos de la Biodiversidad
Colección

Bohórquez (FAUC), Alejandro Castaño (TULV). Foto: Alejandro Castaño.


Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 2
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 20. Herbario de la Universidad de Nariño (PSO), Universidad de Nariño, Pasto. Foto: Aida Baca.

65
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

la aparición de ese Catálogo (Ulloa Es claro que el anterior ejercicio solo arroja
et al. 2004). Se encontró que en diez cifras preliminares y que se basa en esti-
años hubo una adición de 1845 taxo- maciones provenientes de la lora de otros
nes, de los cuales 840 fueron nuevas países, pero nos recuerda la enorme impor-
especies y 669 fueron nuevos registros, tancia que tienen los herbarios para seguir
es decir que alrededor del 45% de estas describiendo la diversa lora colombiana,
novedades correspondieron a nuevas que todavía no conocemos en su totali-
especies. Si utilizamos este último por- dad. En todos los foros internaciones de
centaje con la cifra estimada de 6.000 biodiversidad expresamos con orgullo que
especies de plantas vasculares que fal- Colombia es el segundo país con mayor
tan por conocer en nuestro país (ver diversidad de plantas, después de Brasil
párrafo anterior), es posible que en (Bernal et al. 2007); sin embargo, los es-
Colombia tengamos todavía alrededor tudios en taxonomía de plantas son raras
de 2700 especies de plantas con lores veces inanciados y cada vez hay menos
que no han sido descritas. Lo intere- puestos de trabajo disponibles en las uni-
sante es que si utilizamos las estimacio- versidades e instituciones de investigación
nes de Bebber et al. (2011) de que más para los botánicos interesados en trabajar
de la mitad de las especies del planeta en esta área. Es importante entonces que el
que faltan por describir están deposita- Gobierno Nacional y sus entidades inan-
das en los herbarios, es probable que al ciadoras no sigan considerando a ciencias
menos 1500 especies de las 2700 que básicas como la taxonomía como algo me-
faltan por describir en Colombia ya es- nor, y que destinen el presupuesto necesa-
tén depositadas en nuestros herbarios, rio para mantener y fortalecer los herbarios
esperando a ser estudiadas y descritas presentes en Colombia, así como para i-
por los taxónomos. nanciar los proyectos de investigación en
taxonomía botánica que se generan desde
los herbarios colombianos.

66
Capítulo 3

Jardines Botánicos

¿Qué es un Jardín Botánico?


De acuerdo con el Diccionario de la de mantener cultivos en parcelas o en
Lengua Española, un jardín es “…un los invernaderos, en los jardines se reali-
terreno donde se cultivan plantas con zan programas de extensión y de divul-
ines ornamentales…”; este tipo de jar- gación en beneicio de la comunidad.
dín sólo tiene funciones estéticas y de
esparcimiento. Por el contrario, un Jar- Varios jardines botánicos organizan
dín Botánico es un espacio destinado al exposiciones periódicas sobre temas
cultivo de plantas con un in cientíico. pertinentes a la botánica y adelantan
Por ello, estos jardines generalmente actividades recreativas para personas
hacen parte de un museo o un instituto de diferentes edades (niños, ancianos,
botánico, o tienen anexo un laborato- etc.); entre estas actividades iguran ex-
rio, o se constituyen en sí mismos como posiciones temáticas sobre determina-
centros de investigación (ig. 21), y ie- dos grupos de plantas como geranios,
les a su carácter de entidades cientíicas rosas, bambúes, azaleas, palmas, lirios,
publican año a año catálogos de semi- plantas acuáticas, plantas insectívoras,
llas que son intercambiadas con institu- bonsái, etc., sobre ilustración cientíica
ciones similares, entre otras actividades. (grabados y láminas de plantas, paisa-
Además, generalmente editan revistas jes), sobre libros antiguos, sobre ilatelia
en las que se dan a conocer los avances y numismática inspiradas en las plan-
de las investigaciones realizadas por su tas, sin dejar de lado ningún tema que
personal o por la comunidad cientíica sirva para divulgar la importancia de las
relacionada con ellos. plantas y su papel en la naturaleza y en
la cultura.
Con base en la anterior deinición, el
principal propósito de un Jardín Botá- Como actividades de extensión mu-
nico es el de cultivar plantas seleccio- chos de los jardines organizan cursos
nadas con ines estéticos, cientíicos y sobre horticultura, cultivos hidropó-
culturales (ig. 22). El hecho de culti- nicos, control de plagas en plantas or-
var plantas con ines cientíicos les hace namentales, injertos, mejoramiento y
idóneos para desarrollar proyectos pro- adaptación de especies promisorias, al
pios de la investigación básica, en don- tiempo que ofrecen al público ciclos de
de al mismo tiempo adelantan progra- conferencias sobre temas propios de su
mas en investigación aplicada; aparte actividad y que resultan de interés para

67
68
Parra-O. &
Díaz-Piedrahita

Figura 21. Jardín Botánico de Bogotá, Bogotá, Colombia. Foto: Carlos Parra-O.
Retratos de la Biodiversidad
Colección
Herbarios y Jardines Botánicos:
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 22. Jardín Botánico Juan María Céspedes, Tuluá, Colombia. Foto: Alejandro Castaño.

69
Capítulo 3
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

la comunidad. En los países de la zona reuniendo los mejores herbarios y las


templada las actividades se ajustan al mayores bibliotecas especializadas del
calendario de las estaciones, en tanto mundo. En varios jardines existen ban-
que en los países del trópico las activi- cos de semillas y reservas de germoplas-
dades se organizan a lo largo de todo ma, y en los laboratorios y viveros se
el año, dando prelación a las épocas de trabaja en el mejoramiento de algunas
vacaciones, cuando es mayor la aluen- especies; también se adelantan proyec-
cia de visitantes. tos de investigación en diversos campos
de la botánica. La conservación in situ
Con las exhibiciones permanentes, las y ex situ de especies nativas es un área
exposiciones temporales y otros progra- especialmente dinámica en los jardines
mas que atraen al público, los jardines del mundo (ig. 24). Adicionalmente
cumplen sus funciones de divulgación, los jardines atienden consultas de la
educación, extensión y esparcimiento comunidad sobre diversos temas, espe-
(ig. 23). En síntesis, los jardines ade- cialmente sobre plantas ornamentales
más de ser patrimonio de las entidades o sobre especias tóxicas y medicinales,
educativas y cientíicas que los patro- y los visitantes encuentran recreo y re-
cinan o de las administraciones locales poso que derivan del valor estético de
que gobiernan las ciudades, pertenecen las plantas cultivadas en eras, huertas y
a toda la población, pues en últimas parcelas estéticamente arregladas, bor-
varios se sostienen con parte del dinero deadas de senderos, lagos y bosquetes
que han pagado los ciudadanos con sus que proporcionan un ambiente grato
impuestos. y propicio para el esparcimiento espi-
ritual (ig. 25).
Entendido el papel de los jardines botá-
nicos resulta fácil comprender los pro- Además de los invernaderos temáticos,
gramas que adelantan estas institucio- donde se exhiben plantas de zonas ári-
nes en todo el orbe; la mayoría de ellos das o rocosas, de alta montaña, de selva,
propenden por la conservación de las de zonas acuáticas o de especies de fa-
especies autóctonas o nativas, especial- milias muy vistosas como las orquídeas,
mente de aquellas que pueden estar en los lirios, las gesnerias, los anturios etc.,
peligro de extinción, riesgo mayor en los jardines cuentan con parcelas dedi-
los países menos desarrollados, donde cadas a la clasiicación vegetal o a grupos
la acción irracional de muchos pobla- particulares de plantas como huertas de
dores destruye la vegetación, y donde bambúes, rosaledas, plantíos de azaleas,
existen menos normas legales para la huertos de plantas económicas o me-
conservación y el adecuado manejo del dicinales, colecciones de árboles como
medio ambiente y de los recursos na- magnolios, robles, coníferas y parcelas
turales. En numerosos países del mun- de plantas endémicas de cada región,
do los jardines lideran la investigación además de algunas rarezas que atraen al
en taxonomía y sistemática botánica, público. Para mayor provecho y como-

70
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 23. Jardín Botánico de Bogor, Indonesia. Foto: Carlos Parra-O.

71
72
Parra-O. &
Díaz-Piedrahita
Retratos de la Biodiversidad
Colección

Figura 24. Jardín Botánico del Quindío, Calarcá, Colombia. Foto: FOTO TO GO.
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 25. Jardín Botánico “Guillermo Piñeres”, Turbaco, Colombia. Foto: Mauricio Bernal.

73
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

didad de los visitantes muchos jardines que su recorrido sea el más provechoso
cuentan con guías que acompañan las y se le proponen temas en que centrar
visitas de colegios o de grupos organi- su atención durante la visita. La guía,
zados por edades o por temas de in- además de orientar al visitante sobre
terés, a los que orientan debidamente; las instalaciones y sobre sus atraccio-
otros jardines alquilan audio-guías en nes particulares, indica donde se en-
las que el visitante puede obtener in- cuentran los servicios, las cafeterías,
formación sobre el predio que están las áreas de descanso y las tiendas en
visitando y sobre las especies que allí las que el visitante encuentra objetos,
se cultivan. Adicionalmente a los visi- plantas, libros y productos de origen
tantes, con la boleta de ingreso, se les vegetal. Toda la información aportada
suministra el plano del jardín; allí se hace más provechosa la visita e invita
sugiere al visitante un itinerario para al visitante a repetirla.

Los orígenes de los Jardines Botánicos

Los jardines tuvieron su origen en las políticas democráticas, pasaron al servi-


cortes europeas (igs. 26, 27). Algunos cio de toda la población; previamente,
monarcas gustaban de coleccionar ani- algunos jardines habían ido abriendo
males y plantas exóticas, y por tal motivo sus puertas para determinados eventos,
patrocinaban viajes de exploración con el como bodas y jubileos reales, grandes
in de obtener especímenes raros que con- exposiciones, certámenes pirotécnicos,
servaban cuidadosamente en los jardines conciertos y otras ocasiones especiales,
de sus palacios y de los cuales se envanece- circunstancias que aprovechaban las
rían mostrándolos a sus amistades. cortes para demostrar el poderío mili-
tar y económico de sus gobiernos, así
Por esto, en sus orígenes, los jardines como el potencial de sus colonias. En
fueron colecciones privadas de especies estas ocasiones se mostraban plantas ra-
exóticas y rarezas vegetales que servían ras, productos económicos que apunta-
para dar gusto a sus propietarios, quie- laban la economía y algunas rarezas del
nes disfrutaban de su atractivo y valor mundo vegetal que admiraban al públi-
estético con los pocos visitantes que co; en forma paralela se fueron organi-
tenían acceso a ellas. En esta forma na- zando conferencias sobre el avance de
cieron los reales jardines botánicos, de la ciencia y sobre los resultados de los
los cuales fueron muy famosos los de viajes de exploración que patrocinaban
Viena, Bruselas, Londres y París. Con las cortes, actividades que resultaban
los cambios políticos y sociales produci- atractivas a todo tipo de visitantes.
dos en Europa a inales del siglo XVIII
y a lo largo del siglo XIX muchos jar- Con el tiempo estas políticas fueron
dines dejaron de ser propiedad de las cambiando, y aunque aún existen jardi-
casas reales y, como consecuencia de las nes botánicos reales, subvencionados en

74
Herbarios y Jardines Botánicos:
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 26. Jardines de las antiguas cortes europeas. Jardines del Palacio de Versalles, Francia. Foto: Carlos Parra-O.

75
Capítulo 3
76
Parra-O. &
Díaz-Piedrahita

Figura 27. Jardines de las antiguas cortes europeas. Jardines del Palacio de Wilanów, Varsovia, Polonia. Foto: Carlos Parra-O.
Retratos de la Biodiversidad
Colección
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

buena parte por las casas reales, en la ac- pués, en 1560, se fundaron los Reales
tualidad, todos abren sus puertas al pú- jardines de Sevilla (España). Seis años
blico a lo largo del año y ya no son usa- más tarde, en 1566, fueron organizados
dos como herramientas de propaganda los Jardines del Estado Vaticano. El éxi-
política sino como entidades cientíicas to de algunas de estas instituciones y la
y culturales que prestan un servicio útil emulación entre las ciudades y los esta-
a las ciudades y países que los inancian. dos estimularon la creación de nuevos
Los jardines revierten ese apoyo dándole establecimientos. En 1567 fue fundado
prestigio a las ciudades que les sirven de el Jardín Botánico de Bolonia (Italia);
sede, no solo por la calidad de sus ins- un año después fue creado el Jardín Bo-
talaciones que atraen anualmente miles tánico de Kessel en Alemania y en 1577
de visitantes, entre turistas y residentes, fue fundado el Jardín Botánico de Lei-
sino por el tipo de actividades cientíicas pzig (Alemania).
y culturales que llevan a cabo en benei-
cio de la comunidad. En 1579 fue fundado el Jardín de Plan-
tas de París, una de las entidades que
El primer jardín botánico de que se tiene adquirió mayor prestigio y que en la
noticia en el mundo es el de la ciudad actualidad sirve de sede a numerosas
de Pisa en Italia, el cual fue fundado en dependencias y centros de investigación
1543 por Luca Ghini (BGCI 2015). del Museo Nacional de Historia Natu-
Años después este jardín fue dirigido por ral, como los laboratorios de Fanero-
Andrea Caesalpino quien le dio la orien- gamia y Criptogamia que albergan el
tación de centro de investigación y le ijó herbario de París, uno de los mayores y
algunas de sus funciones. En esta forma más importantes del mundo. En 1582
Caesalpino, a quien fue dedicada como fue organizado el Jardín Botánico de
un homenaje la familia Caesalpiniaceae, Ámsterdam (Holanda); cinco años más
puede ser considerado como el padre y tarde, en 1587, fue creado el Jardín Bo-
precursor de todos los jardines. Dos años tánico de Breslau (en la actual Polonia) y
más tarde, en 1545 y mediante decreto, dos años después, en 1589, fue organiza-
fue fundado el Jardín Botánico de Flo- do el jardín Botánico de la Universidad
rencia; en forma paralela y por orden de de Leiden (Holanda) el cual, entre 1709
la República Veneciana se organizó el y 1731, fue dirigido por el destacado
Jardín de Padua, el cual funcionó anexo profesor Hermann Boerhaave, uno de
a la Universidad de esa ciudad; esta cir- los padres de la botánica moderna. En
cunstancia le imprimió un carácter aca- 1780 Olof Rudbeck, el Viejo, fundó el
démico e investigativo, carácter que no Jardín Botánico de Upsala (Suecia), en-
tardó en ser imitado por otros jardines. tidad que alcanzaría gran renombre por
ser la sede académica del gran botáni-
En 1555, por orden del rey Felipe II, co sistemático Carlos Linneo, apodado
fueron fundados los Reales jardines de “príncipe de los botánicos” y “padre de
Aranjuez (España) y cinco años des- la botánica sistemática”.

77
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

En 1708 fue creado el Jardín Botánico relejó en una consolidación del cono-
de Filadelia en los Estados Unidos de cimiento. Los cientíicos europeos re-
América, el primero de que se tiene no- cibían abundante material proveniente
ticia en el continente americano, y en de países distantes de América, África y
1713 Pedro el Grande de Rusia fundó Oceanía. Su estudio implicaba un enor-
el Jardín Botánico de San Petersburgo, me caudal de información en el que
sede de uno de los herbarios más gran- abundaban las novedades taxonómicas
des del mundo, en tanto que en 1755 resultantes de los viajes de exploración.
fue fundado el Real Jardín Botánico de
Madrid (García 2013; ig. 28), entidad El estudio de los registros fósiles forzó
donde realizó algunas prácticas José Ce- a los naturalistas a tener en cuenta la
lestino Mutis y donde años más tarde dimensión temporal. Las especies ac-
se conservarían el herbario y las láminas tuales eran las últimas en una larga serie
producto de la Real Expedición Botá- de poblaciones que se habían ido reem-
nica del Nuevo Reino de Granada (ver plazando durante la historia de la tie-
capítulo 2 – Herbarios). En 1788, fue rra. La revolución generada por Charles
fundado el Jardín Botánico de México Darwin al plantear la teoría de la selec-
(Vovides et al. 2010); en 1801 se orga- ción natural y al reairmar el concepto
nizó el Jardín Botánico de Nueva York de evolución, corresponde a un mo-
(USA, ig. 29) y en 1808 el emperador mento de ruptura entre la simple des-
Juan VI fundó el Jardín Botánico de cripción y clasiicación de los organis-
Río de Janeiro (Brasil), en tanto que en mos y la comprensión de los procesos
1809 fue fundado el Jardín Botánico de naturales como producto de una evolu-
Ginebra (Suiza, ig. 30) el cual quedó ción. Como consecuencia de los nuevos
bajo la dirección de Agustín Priamo de conceptos, se reemplazó la concepción
Candolle, uno de los botánicos más in- de un Creador benévolo, causa y origen
luyentes de su época. de todas las cosas, por nuevos conceptos
como la supervivencia del más apto o la
En el transcurso del siglo XIX la botá- selección natural; surgió así la adapta-
nica, la zoología y la geología expandie- ción como un proceso y no como un
ron sus campos de acción. Los natura- estado ijo establecido por Dios. La lu-
listas de entonces buscaban el orden de cha de clases y el rechazo al orden social
la naturaleza, no en las leyes naturales, tradicionales se fueron relejando en
sino en pautas enmarcadas en el pensa- otra lucha por el control de la ciencia;
miento racional de un creador; pero en este cambio político, en últimas bene-
la medida en que se fueron profesiona- ició a las instituciones cientíicas que
lizando las ciencias naturales los cien- se vieron obligadas a abrir nuevas cá-
tíicos de profesión, formados en las tedras y organizar exhibiciones en los
universidades y bajo los nuevos concep- jardines botánicos y en los zoológicos.
tos, fueron desplazando a los cientíicos Profesores ampliamente reconocidos en
aicionados. Este cambio conceptual se Francia como Jean-Baptiste Lamarck y

78
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 28. Real Jardín Botánico de Madrid, España. Foto: Carlos Parra-O.

79
80
Parra-O. &
Díaz-Piedrahita
Retratos de la Biodiversidad
Colección

Figura 29. Jardín Botánico de Nueva York, Estados Unidos de América. Foto: Carlos Parra-O.
Herbarios y Jardines Botánicos:
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 30. Conservatorio y Jardín Botánico de Ginebra, Suiza. Foto: Carlos Parra-O.

81
Capítulo 3
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Geofroy Saint-Hilaire dictaban confe- portancia mundial, especialmente duran-


rencias y participaban en discusiones te la administración de William Hooker
públicas a las que acudía mucho públi- y de su hijo Joseph Dalton Hooker. En
co; entonces los temas de controversia 1847 se inauguró el Museo de Botánica
alcanzaban gran popularidad. Cabe re- Económica y el Jardín se convirtió en un
cordar que por la época existían pocas centro de propagación de plantas útiles
diversiones para el común de la gente de todo el imperio. En los Estados Uni-
y que las controversias cientíicas cau- dos se fundó el Jardín Botánico Nacional
tivaban la atención y llevaban a que las (1820) cuyo in era el de exportar semi-
gentes tomaran partido en relación con llas y plantas de importancia económica
las hipótesis expuestas; además, el pú- que habían sido recolectadas durante sus
blico seguía ielmente a sus expositores. viajes por los exploradores norteameri-
Entonces Georges Cuvier (1769-1832) canos y que allí se habían propagado. La
adquirió gran poder en la organización Oicina de Patentes de ese país estudió la
de la educación cientíica en Francia; posibilidad de emplear plantas tropicales
la historia natural ganaba terreno y se para reavivar la agricultura en los estados
equiparaba con la física y la química. del sur, y de paso patentarlas para comer-
cializarlas incluso en sus países de origen.
En la medida en que la historia natural
ganó terreno esa popularidad se relejó en Con las nuevas concepciones surgió el
un notable desarrollo de los jardines botá- interés, no solo de recolectar especímenes
nicos y zoológicos. El Museo de Historia en diversos ambientes y lugares para in-
Natural de París, la Meca de los naturalis- corporarlos a la clasiicación, sino de en-
tas, era modelo de enseñanza y de investi- tender su ambiente y sus relaciones con el
gación, y constituía la envidia del mundo individuo con el in de aclarar problemas
civilizado por ser un centro de investi- geográicos y relaciones ecológicas. En este
gación y de los debates que orientaban rol los jardines botánicos desempeñaron
la nueva ciencia, en tanto que el Museo un importante papel. Simultáneamente
Británico permanecía atrasado y mal or- surgió la anatomía comparada como una
ganizado puesto que los gobernantes de herramienta útil en la clasiicación, tan-
ese país lo veían como un simple almacén to de los seres vivos como de los fósiles y
de tesoros, al que no acudía el público, y la biología se consolidó como una nueva
donde no se adelantaba ninguna actividad ciencia. Continuaron entonces los deba-
de investigación. La rivalidad entre Fran- tes sobre las consecuencias religiosas del
cia e Inglaterra motivó un cambio en este evolucionismo lo que generó tensiones
último país y los Reales Jardines de Kew sociales en una sociedad que empezaba a
dejaron de ser baluartes del colonialismo, industrializarse. En Europa la clase media
donde solo se adaptaban especies útiles adoptó el evolucionismo porque retrataba
traídas de las colonias tal como los había la naturaleza en términos similares a los
concebido Sir Joseph Banks, para conver- de su sistema social. Los conservadores
tirse en un centro de investigación de im- interpretaban el orden de la naturaleza

82
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

con imágenes en las que el cambio sólo costas y conocer el mar o visitar el cam-
se producía según el plan preordenado de po y de paso recolectar muestras para
la Creación. las colecciones. Las excursiones de his-
toria natural se convirtieron en aconte-
Los museos y los gabinetes de historia cimientos sociales.
natural, llenos de armarios con abun-
dantes especímenes rotulados y orde- El inglés Nathaniel Ward (1791-1868)
nados pulcramente eran un ideal vic- inventó un estuche que permitía con-
toriano; pero las exposiciones que se servar plantas vivas entre láminas de vi-
organizaban con base en esos materiales drio y observar su crecimiento. Las gen-
ganaban popularidad, pues eran vistas tes recolectaban y conservaban algas y
como manifestaciones públicas del po- otros organismos del fondo de los ríos y
der mundial y de la pasión por el orden. de las playas. Los helechos crecían muy
Esa búsqueda del conocimiento tuvo un bien en el estuche de Ward y entonces
beneicio práctico. La geología servía de se hizo popular estudiar helechos, plan-
ayuda a la industria minera. El estudio tas que ganaron enorme espacio en el
de los animales y las plantas ayudaba a campo de las plantas ornamentales.
los agricultores, a los pescadores y a los Aparecieron también los vivarios y los
cazadores. Dentro de las nuevas concep- acuarios que se pusieron de moda. Los
ciones se constató que los jardines ya no niños criaban en cajas gusanos de seda,
eran simples sitios donde se cultivaban los alimentaban con hojas de morera y
plantas vistosas sino centros de estudio entendían su metamorfosis. El aumen-
donde se desarrollaban programas que to del conocimiento popular sobre la
beneiciaban a la economía y contri- naturaleza incrementó la demanda de
buían al bienestar general. libros temáticos e implicó un tejema-
neje entre los cientíicos y los aiciona-
Los naturalistas seguían ganando pres- dos, lo que obligó a algunos gobiernos
tigio y renombre y el público en general a invertir en ciencia, al tiempo que en
se interesaba en los debates cientíicos. el seno de las sociedades cientíicas se
Surgieron organizaciones locales de his- organizaban investigaciones, se plantea-
toria natural y cuerpos nacionales dedi- ban debates y se publicaban revistas.
cados a estudios especializados como la
ornitología, la entomología o la mala- En 1859 se fundó el Jardín Botánico de
cología. Las prensas de vapor abarata- Missouri en Estados Unidos de Améri-
ron los libros y se generó un mercado ca, y a inales del siglo XIX y comienzos
nuevo y productivo en el que se puso de del siglo XX se terminó la construcción
moda coleccionar láminas de animales del Jardín Botánico de Berlín (ig. 31).
en pose natural, plantas lorecidas, etc. Ambos Jardines se convertirían en im-
Los avances técnicos contribuyeron a portantes centros de investigación en
incrementar el interés por la naturaleza. diversos campos de la botánica a nivel
Los viajes en tren hacían fácil visitar las mundial. La mayoría de los herbarios

83
84
Parra-O. &
Díaz-Piedrahita
Retratos de la Biodiversidad
Colección

Figura 31. Jardín Botánico de Berlín, Alemania. Foto: Carlos Parra-O.


Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

que estaban dentro de los principales jar- especialmente en lo que hoy es México,
dines europeos, y algunos en los jardines desarrollaron verdaderos jardines bo-
estadounidenses comenzaron a recibir y tánicos (Leiva 1997). En la isla de St.
almacenar un gran número de especíme- Vincent (Antillas menores) se estable-
nes botánicos provenientes de diversos ció el primer jardín botánico creado por
países del mundo. Algunos de los botá- los europeos en América (Leiva 1997).
nicos que desarrollaron los sistemas de Leiva (1997) hace un resumen de los
clasiicación taxonómica más utilizados jardines botánicos establecidos en el
durante los siglos XIX y XX trabajaron siglo XIX en las Antillas, y menciona
en o estuvieron asociados a jardines bo- que en México se fundó el Real Jardín
tánicos, tales como S. Endlicher (Jardín Botánico del Palacio Nacional en 1787.
Botánico de Viena, 1840), G. Ben- Además, señala que en 1808 se creó el
tham (Jardín Botánico de Kew, 1855), Jardín Botánico de Rio de Janeiro en el
A. Engler (Jardín Botánico de Berlín, Brasil, el cual considera que fue el único
1892), A. Cronquist (Jardín Botánico de jardín botánico creado en el siglo XIX
Nueva York, 1981) y R. horne (Jardín en Suramérica; lo anterior es inexacto
Botánico Rancho Santa Ana, 1992). debido a que el jardín botánico de Ma-
riquita en Colombia había sido funda-
En la actualidad, numerosos jardines do 22 años atrás.
botánicos no solo lideran la investiga-
ción a nivel mundial en taxonomía y En Argentina existe la Red Argentina
sistemática botánica, en conservación de de Jardines Botánicos fundada en 1996,
plantas in situ y ex situ y en educación que agrupa a 46 jardines botánicos de
ambiental, sino que son visitados por ese país (RAJB 2004). En Brasil hay
cerca de 250 millones de personas al año 29 Jardines Botánicos congregados en
y cultivan alrededor de 115.000 especies la Red Brasileña de Jardines Botáni-
de plantas en sus terrenos (Vovides et al. cos, la cual fue creada en 1991 (http://
2013). Desde 1987 existe la Red mun- www.ibb.unesp.br/#!/departamentos/
dial de jardines botánicos Botanic Gar- botanica/jardim-botanico/rede-brasi-
dens Conservation International (BGCI), leira-de-jardins-botanicos/). También
que agrupa más de 500 jardines a nivel existen la Asociación Mexicana de Jar-
mundial y elaboró un plan estratégico en dines Botánicos y la Red Nacional de
2014 (http://www.bgci.org/iles/Publi- Jardines Botánicos de Cuba, fundadas
cations/StrategicPlanlowres.pdf), donde en 1983 (Vovides et al. 2013) y 1990
sugiere diversos mecanismos de acción respectivamente, en donde la primera
para apoyar el trabajo que desarrollan los agrupan 43 Jardines Botánicos (http://
jardines botánicos asociados a esta Red. www.concyteq.edu.mx/amjb/Jardi-
nes%20miembros.html) y la segunda,
En cuanto a los jardines botánicos en hasta 1991, a cuatro Jardines Botánicos
Hispanoamérica se cree que las cultu- activos y a cinco proyectos de Jardines
ras mesoamericanas como los Aztecas, Botánicos (Leiva 1997).

85
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Jardines Botánicos en Colombia

En 1786, en desarrollo de la Real Expedi- En las precarias instalaciones del Jardín


ción Botánica del Nuevo Reino de Gra- de Mariquita se plantaron las semillas
nada (ver capítulo 2 – Herbarios), José del “canelo de los andaquíes”, especie
Celestino Mutis organizó en Mariquita observada inicialmente por Sebastián
el primer Jardín de que se tenga cuenta López Ruiz y luego llevada a Mariqui-
en nuestro país. Esta ciudad había sido ta por fray Diego García, adjunto de
escogida por el naturalista gaditano para la Expedición, quien recolectó abun-
establecer la sede de la Expedición pues dantes semillas y las plantó in situ para
allí se conjugaban varias circunstancias llevar las plántulas a Mariquita. Fray
favorables: un clima benigno, un suelo Diego, por circunstancias ajenas a su
fértil, abundante vegetación tanto en el voluntad debió abandonar precipita-
valle como en las estribaciones de las cor- damente la Misión de Andaquíes en
dilleras Central y Oriental, aislamiento y el Caquetá, y tan solo pudo llevar un
tranquilidad y a la vez facilidades de co- puñado de semillas que fueron celosa-
municación con la villa de Honda y desde mente plantadas en Mariquita, donde
allí con importantes ciudades como San- gozaron de múltiples cuidados luego de
tafé de Bogotá, capital del virreinato, Car- germinar. En l789, al ser trasladada la
tagena puerto principal y paso obligado Expedición a Santafé por orden del vi-
hacia la metrópoli y La Habana, impor- rrey José de Ezpeleta y Galdeano, este
tante punto de acopio de mercancías en- jardín quedó al cuidado de dos criadas,
tre las colonias de ultramar y la Península. a quienes Mutis en su testamento legó
Desde Honda también era fácil la comu- un dinero con el in de que continua-
nicación con Neiva, La Plata, Popayán y sen regando y desyerbando los arbolitos
Quito. Adicionalmente en el vecindario y las demás especies que allí se habían
de la ciudad existían aguas termales don- sembrado, pero con el paso de los años,
de podía darse baños de lodo para calmar las criadas o enfermaron y murieron o
las jaquecas que de vez en cuando le aque- desaparecieron y el jardín quedó aban-
jaban. Aparte de lo anterior, tenía cerca donado y como se dice vulgarmente, se
las minas de plata de Santana y del Sapo, “enmontó”, a tal punto que hacia 1824,
de las que se había ocupado en el pasado es decir cuatro décadas después, ya no
y que siempre ejercieron una atracción quedaban restos de las eras y el terre-
hacia él. Siguiendo los ideales del movi- no estaba completamente invadido por
miento ilustrado, el Jardín de Mariquita malezas y plantas adventicias. No que-
tenía como principal objetivo el de con- dó entonces ninguna huella del antiguo
servar y propagar algunas plantas útiles a jardín ni de los famosos canelos como
la economía, entre las que sobresalían por lo cuenta en sus memorias el naturalista
su interés los llamados ‘canelos de los An- Jean Baptiste Boussingault, quien in-
daquíes’ (Ocotea sp.) y el ‘guaco’ (Mikania fructuosamente quiso conocerlo.
guaco Bonpl.).

86
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

En 1789 el virrey Ezpeleta reorganizó después de la muerte de Valenzuela en


la Expedición en Santafé de Bogotá y 1834, se pierde el rastro de este jardín,
trasladó su sede a la capital virreinal. el cual seguramente desapareció.
Un nuevo jardín botánico se plantó jus-
to al costado occidental de la llamada Como se detalló en el apartado sobre
“Casa de la Botánica”, es decir al lado los primeros intentos de consolidación
del Observatorio Astronómico de Bo- de Herbarios en Colombia (véase el Ca-
gotá, justo entre las actuales carreras 7a pítulo 2 de este libro), también se trata-
y 8a y entre las calles 8a y 9a, hoy en ron de crear jardines botánicos en nues-
predios de la Casa de Nariño. En este tro país desde el siglo XIX. Al mismo
jardín se plantaron algunas quinas y tiempo que el Gobierno Nacional tra-
otras especies de interés propias del cli- taba de crear herbarios, hacía intentos
ma frío, pero al igual que ocurrió con por desarrollar jardines botánicos. En
su predecesor sufrió de abandono y des- 1826 se Decretaba que cada Universi-
apareció en el tiempo pues desde 1812 dad debía tener un Jardín Botánico, lo
se le dejó de prestar cuidado; en 1816, que aplicaba para la Universidad Cen-
en plena reconquista militar, los mate- tral recién creada, pero tal Jardín Bo-
riales acopiados por la Expedición en tánico nunca se desarrolló en esta Uni-
más de treinta años de trabajo, y que se versidad. En 1847 se le asignó al recién
conservaban en la Casa de la Botánica, creado Instituto de Ciencias Naturales,
fueron empacados precipitadamente en Físicas y Matemáticas el cuidado del
105 cajones y llevados a España en tan- “…jardín de plantas…existente en Bogo-
to que la Expedición quedó disuelta y tá…” (Guillén de Iriarte 2003), el cual
algunos de sus miembros fueron fusila- tampoco estaba desarrollado. En 1865
dos por estar comprometidos en el mo- con la creación del Instituto Nacional
vimiento emancipador del 20 de julio de Ciencias y Artes, se Decretó (Ley 18
de 1810. A la casa se le dio otro uso y su del 24 de abril de 1865) que el jardín
jardín, al no recibir la menor atención botánico debía crearse por contratación
ni los mínimos cuidados se extinguió. del Poder Ejecutivo, y estaría a cargo
del profesor de Historia Natural. Al
Existe una breve mención a un peque- ser organizada en 1867 la Universidad
ño jardín botánico en Bucaramanga Nacional pasaron a hacer parte de ella
establecido por Eloy Valenzuela entre el Museo, Observatorio Astronómico,
1820-1830, con carácter pedagógico, Laboratorios de Química y Mineralo-
sobre el cual se reiere Vezga (1860) así: gía y los Gabinetes de Mineralogía y
“…La huerta de su casa en Bucaramanga Zoología y el Herbario Nacional, y al
era un pequeño jardín botánico benei- ser creada la Escuela de Ciencias Natu-
ciado por sus propias manos, donde reu- rales de esa Universidad, se le adscribió
nía algunas veces a los principales vecinos el Jardín Botánico, el cual, infortunada-
para darles lecciones prácticas de cultivo mente nunca logró el desarrollo al que
y aclimatación vegetal…”. Sin embargo, aspiraban sus promotores.

87
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

En el marco de la creación de la Escuela fort. 2° por el de Linneo, y 3° por el de


de Ciencias Naturales de la Universidad las familias naturales de Jussieu.
Nacional, la organización de un Jardín
Botánico fue encomendada a Genaro 4° La colocación de las plantas medi-
Valderrama, uno de los pocos natura- cinales se hará por el orden de su em-
listas de la época y miembro fundador pleo en la medicina.
de la antigua Sociedad de Naturalis-
tas Neogranadinos que presidía don 5° En la sección de aclimatación pre-
Ezequiel Uricochea. La propuesta de parará todo lo conveniente para que
Jardín era la siguiente: esta operación se pueda practicar satis-
factoriamente.
“…Jardín de Plantas
6° En la sección destinada a ensayos
“Jenaro Valderrama dirigirá el estableci- de agricultura adoptará los sistemas
miento de un jardín de plantas en el área convenientes a in de hacer conocer
destinada al efecto y según el plano que inmediatamente las ventajas de los
determine el Poder Ejecutivo, el cual esta- procedimientos empleados para la per-
rá dividido en cuatro departamentos que fección de esta industria.
comprendan.
El 1° la sección de plantas correspon- 7° Las plantas destinadas al estudio
dientes al estudio de la botánica. de la botánica serán de distinta especie
El 2° la de las plantas medicinales. cada una y llevarán escrito su nombre
El 3° la de aclimatación de plantas vulgar y cientíico, la familia a que
industriales, y pertenezca y demás notas convenientes
el 4° la de ensayos de agricultura. para que se conozcan inmediatamente.

Para el establecimiento de este jardín, 8° Se procurará que en la sección de


Valderrama emprenderá los procedimien- plantas medicinales se coloquen no so-
tos siguientes. lamente las indígenas sino también las
exóticas que sean más importantes.
1° Preparará convenientemente el
terreno de manera que cada planta 9° Valderrama se ofrece a establecer
quede colocada en la tierra que le con- relaciones con los Directores de esta-
venga. blecimientos de esta clase en los países
extranjeros con el objeto de obtener en
2° Hará macadamizar las calles y sen- cambio de las producciones de este país
deros del jardín. las de aquellos y adquirir las noticias
sobre los adelantos de la agricultura
3° Colocará las plantas destinadas al y los medios adoptados o descubiertos
estudio de la botánica de la manera nuevamente para facilitar la aclima-
siguiente. 1° por el sistema de Tourne- tación de plantas industriales.

88
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

10° También se ofrece a dar leccio- otros países de objetos de este y en la con-
nes prácticas de agricultura tan luego ducción de los que de ellos se remitan.
como se principien los trabajos en la
sección de ensayos de cada industria. Este contrato se llevara a efecto inmedia-
tamente después de aprobado por el poder
El Gobierno mandará a abonar a Valde- ejecutivo y determinado el plano de la
rrama los gastos que deban hacerse en el obra…”
planteamiento del jardín, con cuyo objeto
presentará al in de cada mes un presu- El rector Ancízar calculó un presupues-
puesto de los que hayan de hacerse en el to de $10.000 para el Jardín Botánico y
siguiente, para que se expida por la Se- Agrícola dentro de lo que era necesario
cretaría de lo Interior la correspondiente para el sostenimiento de la Escuela de
orden de pago. Ciencias Naturales de la Universidad,
en el marco del presupuesto total que
El Poder Ejecutivo nombrará una co- solicitó al Congreso de 1870. Aunque
misión compuesta del Director de obras contaba con apoyo institucional y con
públicas y del Catedrático de botánica presupuesto oicial, este segundo jardín
de la Universidad, para que examine al botánico de Bogotá nunca prosperó, en
in de cada mes los trabajos que se hayan parte por la inestabilidad política y en
ejecutado e informe si ellos corresponden parte por falta de madurez cientíica.
exactamente a la cantidad que se hubiere El país aun no estaba maduro para un
mandado abonar a Valderrama. verdadero desarrollo cientíico y otras
entidades cientíicas como la Academia
Si del informe de la Comisión resultare Nacional de Ciencias Naturales tampo-
que la obra ejecutada no corresponde al co progresaron y se quedaron en sus re-
total de la cantidad dada, se suspenderá glamentos y abundantes disposiciones
la expedición de una nueva orden de pago de tipo legal. La comunidad cientíica
hasta tanto la comisión informe que se era muy pequeña y los pocos naturalis-
halla cumplido aquel requisito. tas que se habían formado en la Escuela
de Ciencias optaron por validar la me-
Desde el momento en que este contrato dicina y ejercer esta profesión en vez de
principie a llevarse a efecto Valderrama la de naturalista, que confería menos
tendrá derecho a un sueldo mensual de prestigio social y aportaba menos ingre-
ochenta pesos, por todo el tiempo que dure sos económicos.
la conclusión del jardín, que no bajará de
seis años y no pasará de ocho, si el área Pasados los años, en 1897 Genaro Val-
destinada actualmente no fuere aumen- derrama seguía iel a la botánica y ac-
tada después. tuaba como administrador de parques y
jardines públicos de Bogotá, pero el éxi-
Serán de cargo del Gobierno también los to de su gestión era aun esquivo. Había
gastos que hayan de hacerse en el envío a muy pocos parques y los que adorna-

89
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

ban la ciudad estaban mal arborizados inauguró la Ciudad Universitaria para


y carecían de jardines, en tanto que las albergar las distintas dependencias de la
avenidas no contaban con alamedas ni Universidad Nacional y allí el arquitecto
jardines. En una carta dirigida al minis- Leopoldo Rother diseñó varias áreas de
tro de Obras Públicas (Cendales 2009, jardines y abundantes espacios verdes.
2011) denunciaba: Adicionalmente, en el Instituto Botá-
nico se organizó un nuevo jardín botá-
“…Aquí se ha creído que con mante- nico, no muy grande pero si concebido
ner aseadas las calles y algunas casas, en forma didáctica para que cumpliese
esto basta para mantener la salubri- funciones docentes, con la mira de que
dad en la ciudad […] una vez que se fuera en un futuro el Jardín Botánico de
sabe que la vegetación es el agente más Bogotá (Anónimo 1939-1954). Al ser
poderoso que obra sobre la salubridad trasladado el Instituto a otras instalacio-
pública, deben hacerse todos los esfuer- nes del campus de la Universidad el jar-
zos posibles para aumentar la vegeta- dín perdió atención y aunque sobrevivió
ción en la ciudad, pues la que hay en un tiempo, fue perdiendo su carácter y
los parques y jardines públicos y priva- dejó de ser para inalmente desaparecer.
dos no es suiciente para una población
como la de esta capital…” Deberían pasar casi noventa años, des-
de la concepción del jardín encomen-
En 1910 con motivo del Centenario de dado a Valderrama y 17 años desde la
la Independencia y en 1930 con motivo inauguración del jardín de la Ciudad
del Centenario de la muerte del Liber- Universitaria, para que se organizara
tador Simón Bolívar, se construyeron por in un jardín botánico en la capital
varios parques debidamente arborizados y que este, merced a la perseverancia de
y se diseñaron algunas avenidas donde su fundador, el doctor Enrique Pérez
se sembraron algunos árboles de orna- Arbeláez, y de quienes le sucedieron lo-
to; en 1934 se inauguró el Parque Na- grara supervivir y convertirse en patri-
cional (Cendales 2009), pero sólo hasta monio de la ciudad. El mérito es de él y
1938, cuando se conmemoró el cuarto del alcalde de entonces, Roberto Salazar
centenario de fundación de la ciudad, Gómez que le aportó los terrenos y le
se diseñaron en Bogotá algunas aveni- dio el apoyo oicial. En 1955 fue inau-
das debidamente amplias y arborizadas, gurado el Jardín Botánico de Bogotá
como lo fue la Avenida Caracas en el “José Celestino Mutis” (Mutis 2000);
sector de Teusaquillo. Se trataba de una el padre Pérez Arbeláez diría con orgu-
vía bastante amplia cuyos carriles orien- llo en un discurso inaugural: “Treinta
tal y occidental estaban separados por hectáreas donde cabe un sueño”; merced
una zona verde dotada de senderos y con a su perseverancia, vio su sueño hecho
bancas para que la gente pudiese pasear realidad, pues años atrás había intenta-
y descansar al abrigo de la sombra apor- do que se creara el jardín y no lo había
tada por los árboles. Ese mismo año se logrado (ig. 32).

90
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 32. Jardín Botánico de Bogotá; jardín del fundador Enrique Pérez Arbeláez donde se encuen-
tra el busto en su memoria. Foto: Carlos Parra-O.

91
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Después de la fundación del Jardín existen pequeños jardines botánicos a


Botánico de Bogotá, fueron estableci- nivel regional que no están asociados a
dos oicialmente una serie de Jardines la Red Nacional de Jardines Botánicos
Botánicos en diferentes ciudades del de Colombia, ni tiene la suiciente di-
país, que se listan en la tabla 3.1. Esta vulgación para ser conocidos amplia-
lista no está completa, debido a que mente.

Tabla 3.1. Jardines Botánicos presentes en Colombia. Los Jardines con un asterisco (*) hacen refe-
rencia a que el Jardín estaba asociado a la Red Nacional de Jardines Botánicos de Colombia hasta
marzo de 2015. Fuente principal: Red Nacional de Jardines Botánicos de Colombia, marzo de 2015.

Año
Jardín botánico Ciudad
de fundación
Jardín Botánico José Celestino Mutis* Bogotá 1955
Jardín Botánico Juan María Céspedes* Tuluá 1968
Jardín Botánico Alejandro von Humboldt* Ibagué 1969
Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe* Medellín 1972
Jardín Botánico Guillermo Piñeres* Turbaco 1977
Jardín Botánico de Marsella* Marsella 1979
Jardín Botánico del Quindío* Calarcá 1979
Jardín Botánico Eloy Valenzuela* Floridablanca 1982
Jardín Botánico Universidad Tecnológica de Pereira* Pereira 1983
Jardín Botánico Universidad de Caldas* Manizales 1991
Jardín Botánico de Plantas Medicinales CEA* Mocoa 1992
Jardín Botánico Medicinal – CEMI Cota 1995
Jardín Botánico de San Andrés* San Andrés 1998
Jardín Botánico San Jorge* Ibagué 2000
Jardín Botánico de Cali* Cali 2001
Jardín Botánico de Nariño* Pasto 2003
Jardín Botánico Tropical Amazónico* Mocoa 2003
Jardín Botánico Quinta de San Pedro Alejandrino* Santa Marta 2005
Proyecto Jardín Botánico Uniamazonia* Florencia 2006
Jardín Botánico del Pacíico* Bahía Solano 2006
Jardín Hidrobotánico
Caucasia 2007
Jorge Ignacio Hernández Camacho*
Jardín Botánico Jotaudó* Jotaudó 2009
Jardín Botánico Los Balsos Jericó -----------------
Jardín Botánico de Popayán –
Popayán -----------------
Fundación Universitaria de Popayán
Jardín Botánico Uniminuto –
La Mesa -----------------
Agroparque Sabio Mutis

92
Herbarios y Jardines Botánicos: Capítulo 3
Testimonios de nuestra Biodiversidad

De los 25 jardines botánicos de la tabla ciados que se celebra en diferentes ciu-


3.1, dieciséis se encuentran en el Regis- dades del país, y desarrolla convenios y
tro Único Nacional de Colecciones Bio- proyectos con sus asociados y diferentes
lógicas del Instituto Humboldt y 21 se organizaciones en pro de la investigación
encuentran asociados a la Red Nacional en lora nativa y del desarrollo de los Jar-
de Jardines Botánicos de Colombia. Seis dines Botánicos en el país.
de estos Jardines cuentan con herbarios
propios y tres más están en Universi- En síntesis, es indudable que los jar-
dades que tienen herbarios con los que dines botánicos colombianos son un
pueden interactuar. Comparando con patrimonio invaluable de nuestra so-
los 19 jardines botánicos que estaban ciedad. No solo realizan actividades de
reportados en el Plan Nacional de Jar- investigación y conservación de nuestra
dines Botánicos del 2001, encontramos lora nativa, sino que son espacios para
que uno de los reportados en el 2001 la educación ambiental, para generar
nunca fue creado (Jardín Botánico del aprecio por nuestros ecosistemas natura-
Vichada), otro (Jardín Botánico de Vi- les, para desarrollar el turismo ecológico
llavicencio) está cerrado y en proceso de y para fomentar el sano esparcimiento y
recuperación (http://www.meta.gov.co/ la relajación (igs. 33, 34). Al igual que
es/recuperar-el-jardin-botanico-de-villa- los herbarios colombianos los jardines
vicencio-proposito-del-gobierno-depar- botánicos, especialmente aquellos de
tamental/) y de otros tres no se pudie- ciudades o municipios pequeños, lu-
ron encontrar datos actualizados (Jardín chan diariamente por su supervivencia
Botánico del Darién; Fundación Jardín debido a la falta de presupuesto. Todas
Botánico, Zoológico y Acuario del Ama- las actividades que debe hacer un jardín
zonas; Jardín Botánico Bertha Hernán- botánico, incluido su propio manteni-
dez de Ospina). miento, no se inancian solamente con el
precio de las entradas que reciben por las
La Ley 299 de 1996 reglamenta los Jar- visitas del público. Es imperante que la
dines Botánicos en Colombia y en nues- administración departamental y munici-
tro país existe además la Red Nacional pal apoye a los jardines botánicos que se
de Jardines Botánicos de Colombia, con encuentran en su jurisdicción con pre-
registro de la Cámara de Comercio des- supuestos estables, lo que se revertirá en
de 1996 (http://www.jardinesbotanicos- beneicios a mediano y largo plazo para
decolombia.org/quienes_somos.html). la sociedad y la protección de nuestros
La Red tiene un encuentro anual de aso- recursos naturales.

93
Parra-O. & Colección
Díaz-Piedrahita Retratos de la Biodiversidad

Figura 33. Jardín Botánico San Jorge, Ibagué, Colombia. Foto: Germán Oyuela y Luisa Torres.

94
Herbarios y Jardines Botánicos:
Testimonios de nuestra Biodiversidad

Figura 34. Jardín Botánico de Medellín, Medellín, Colombia. Foto: Archivo fotográico – Jardín Botánico de Medellín.

95
Capítulo 3
BIBLIOGRAFÍA CITADA

Angiosperm Phylogeny Group (APG). tigación en Sistemática Siglo XXI.


1998. An ordinal classiication for Biodiversidad Siglo XXI. Colombia.
the families of lowering plants. Primera Edición. Instituto de In-
Ann. Missouri Bot. Gard. 85: vestigación de Recursos Biológicos
531-553. Alexander von Humboldt. Santafé
de Bogotá. 43 p.
Angiosperm Phylogeny Group (Bre-
mer, B., K. Bremer, M. Chase, M. Asociación Mexicana de Jardines Botá-
Fay, J. Reveal, D. Soltis, P. Soltis nicos. Jardines Miembros. http://
& P. Stevens (comp.)). 2009. An www.concyteq.edu.mx/amjb/Jar-
update of the Angiosperm Phylo- dines%20miembros.html . Con-
geny Group classiication of the sultado el 30 de noviembre de
orders and families of lowering 2015.
plants: APG III. Botanical Journal
of the Linnean Society of London Bebber, D., M. Carine, J. Wood, A.
161: 128-131. Wortley, D. Harris, G. Prance, G.
Davidse, J. Paige, T. Pennington,
Anónimo. 1939-1954. El Instituto Bo- N. Robson & R. Scotland. 2011.
tánico. Anuario de la Universidad Herbaria are a major frontier for
Nacional de Colombia (1939- species discovery. PNAS 107 (51):
1954). 22169-22171.

Asociación Colombiana de Herbarios. Bentham, G. & J. Hooker. 1862-1883.


1988. Memoria. IX Reunión de Genera Plantarum. Reeve & Co.,
Directores de Herbario y Jornada de Londres.
Actualización Botánica. Universi-
dad Surcolombiana. Neiva. 123 p. Bernal, R., M. Celis & R. Gradstein.
2007. Plant diversity of Colombia
Asociación Colombiana de Herbarios, catalogued. Taxon 56 (1): 273-274.
Universidad Nacional de Colombia
– Instituto de Ciencias Naturales, Bernal, R., S. R. Gradstein & M. Celis.
Universidad Nacional de Colombia 2015. Catálogo de las plantas y lí-
– Facultad de Ciencias, Instituto quenes de Colombia. Instituto de
de Investigación de Recursos Bio- Ciencias Naturales, Universidad
lógicos Alexander von Humboldt, Nacional de Colombia, Bogotá.
Colciencias, Ministerio del Medio (catalogoplantascolombia.unal.
Ambiente. 1999. Agenda de Inves- edu.co)

97
BGCI 2015. he History of Botanic sidad y Recursos Naturales. Uni-
Gardens. Botanic Gardens Con- versidad de Antioquia, Missouri
servation International. https:// Botanical Garden & Oicina de
www.bgci.org/resources/history/ planeación departamental de la
. Consultado el 30 de noviembre Gobernación de Antioquia, Edi-
de 2015. torial D’Vinni, Bogotá.

Blanco, P. 2008. El Herbario de Mutis. Canchado, C. 2008. La descripción del


Págs. 275-290. En: San Pío Ala- Fondo José Celestino Mutis del
drén, María Pilar de (ed.). Mutis Archivo del Real Jardín Botánico.
y la Real Expedición Botánica del Págs. 293-295. En: San Pío Ala-
Nuevo Reyno de Granada. Real drén, María Pilar de (ed.). Mutis
Jardín Botánico – Consejo Supe- y la Real Expedición Botánica del
rior de Investigaciones Cientíicas. Nuevo Reyno de Granada. Real
Lunwerg Editores, Madrid. 359 p. Jardín Botánico – Consejo Supe-
rior de Investigaciones Cientíicas.
Blanco, P. & A. Del Valle. 2009. Herba- Lunwerg Editores, Madrid. 359 p.
rium Mutisianum. Consejo Supe-
rior de Investigaciones Cientíicas Candolle, A. P. de. 1813. héorie élé-
– Real Jardín Botánico. Madrid. mentaire de la botanique. Détervi-
526 p. lle, París.

Brako, L. & J. Zarucchi. 1993. Ca- Cavalier-Smith, T. 1993. Kingdom Pro-


talogue of the Flowering Plants tozoa and its 18 phyla. Microbio-
and Gymnosperms of Peru. Mon. logical Reviews 57 (4): 953-994.
Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 45:
1-1286. Cavalier-Smith, T. 1998. A revised
six-kingdom system of life. Bio-
Bresinsky, A., C. Körner, J. Kadereit, logical Reviews 73 (3): 203-266.
G. Neuhaus & U. Sonnewald.
2013. Strasburger’s Plant Sciences. Cendales, C. 2009. Los Parques de Bo-
Including Prokaryotes and Fungi. gotá: 1886-1938. Revista de San-
Springer-Verlag. Berlín. 1302 p. tander 4: 92-105.

Callejas, R. 2011. La Exploración Bo- Cendales, C. 2011. “Un parque exten-


tánica en el Departamento de An- so y amplio para dotar con él a
tioquia (1808-2000). Págs. 291- nuestra querida Capital”: la exi-
326. En: R. Callejas & A. Idárraga gencia de la creación de un parque
(eds.). Flora de Antioquia: catálogo y el panorama del arte paisajístico
de las plantas vasculares. Vol. I. In- a inales del siglo XIX en Bogotá.
troducción. Programa Expedición Paisagem Ambiente Ensaios 29:
Antioquia-2013. Series Biodiver- 25-38.

98
Chase, M. & J. Reveal. 2009. A phylo- 119-149.Darwin, C. 1859. On
genetic classiication of the land the origin of species by means of
plants to accompany APG III. natural selection. Londres.
Botanical Journal of the Linnean
Society of London 161: 122–127. Dawe, M. T. 1919. Account of a jour-
ney through the Western portion
Christenhusz, M., X. Zhang & H. of Colombia, showing the possi-
Schneider. 2011. A linear se- bilities of economic development
quence of extant families and of the districts visited. Colombian
genera of lycophytes and ferns. Bureau of Information and Trade
Phytotaxa 19: 7-54. Propaganda – Colombian Minis-
try of Agriculture and Commer-
Christenhusz, M., J. Reveal, A. Farjon, ce. John Bale, Sons & Danielsson.
M. Gardner, R. Mill & M. Cha- Londres. 24 p.
se. 2011. A new classiication and
linear sequence of extant gymnos- Delgado, J. 1915. Memoria del Minis-
perms. Phytotaxa 19: 55-70. tro de Agricultura y Comercio al
Congreso de 1915. Imprenta Na-
Contraloría General de la República. cional. Bogotá. 50 p.
1929. Boletín de la Contraloría
General de la República. Año 3, Demuth, S. 2012. Das Mythische in der
enero y febrero de 1929, número Natur. Schnell – Steiner. Regens-
18 y 19. Bogotá. burg. 143 p.

Corpoguajira. Corporación Autónoma Díaz-Piedrahita, S. 1984. José Celesti-


Regional de La Guajira. Herbario no Mutis y la Real Expedición Bo-
de La Guajira: estrategia de es- tánica del Nuevo Reino de Grana-
tudio y conservación del bosque da. Rev. Acad. Colomb. Cienc. 15
seco. http://corpoguajira.gov.co/ (59): 19-29.
wp/herbario-de-la-guajira-es-
trategia-de-estudio-y-conserva- Díaz-Piedrahita, S. 1986. Aspectos
cion-del-bosque-seco/. Consulta- metodológicos de la actividad
do el 30 de noviembre de 2015. taxonómica adelantada por los
integrantes de la Real Expedi-
Cronquist, A. 1981. An integrated sys- ción Botánica del Nuevo Reino
tem of classiication of lowering de Granada (1783-1816). Anales
plants. Columbia University Press. Jard. Bot. Madrid 42 (2): 41-450.
Nueva York. 1262 p.
Díaz-Piedrahita, S. 1991a. José Triana
Dahlgren, R. 1983. General aspects of y la obra de Mutis. Págs. 51-93.
angiosperm evolution and ma- En: S. Díaz-Piedrahita (ed.). José
crosystematics. Nordic J. Bot. 3: Triana, su vida, su obra y su época.

99
Colección Enrique Pérez Arbe- Díaz-Piedrahita, S. 2005. La organiza-
láez, No. 5. Academia Colombia- ción en 1871 de la Academia Na-
na de Ciencias Exactas, Físicas y cional de Ciencias Naturales y sus
Naturales. Bogotá. 186 p. Reglamentos. Conferencia leída
en la sesión ordinaria de la Acade-
Díaz-Piedrahita, S. 1991b. José Triana, mia Colombiana de Historia el 5
su vida y su obra. Págs. 1-50. En: de abril de 2005. Bogotá.
S. Díaz-Piedrahita (ed.). José Tria-
na, su vida, su obra y su época. Co- Díaz-Piedrahita, S. 2009. Ciencia y la
Expedición Botánica en la Indepen-
lección Enrique Pérez Arbeláez,
dencia. Coleccción Bicentenario.
No. 5. Academia Colombiana de
Ministerio de Educación Nacio-
Ciencias Exactas, Físicas y Natu- nal. Bogotá. 145 p.
rales. Bogotá. 186 p.
Díaz-Piedrahita, S. & A. Lourteig.
Díaz-Piedrahita, S. 1991c. La botáni- 1989. Génesis de una Flora. Co-
ca en Colombia, hechos notables en lección Enrique Pérez Arbeláez,
su desarrollo. Colección Enrique No. 2. Academia Colombiana de
Pérez Arbeláez, No. 6. Academia Ciencias Exactas, Físicas y Natu-
Colombiana de Ciencias Exactas, rales. Bogotá. 334 p.
Físicas y Naturales. Bogotá. 125 p.
Endlicher, S. 1836-1840. Genera Plan-
Díaz-Piedrahita, S. 1996. José Jerónimo tarum secundum Ordines Naturales
Triana. Naturalista Multifacético. disposita. Viena.
Fondo FEN Colombia. Tercer
Engler, A. 1892. Syllabus der Planzen-
Mundo Editores. Bogotá. 122 p.
familien. Segunda Edición. Berlín.
Díaz-Piedrahita, S. 1999. La Escuela
España, G. 1999. Mutis y la Expedición
de Ciencias Naturales de la Uni- Botánica. Editorial Panamericana,
versidad Nacional de Colombia Bogotá. 120 p.
(1867-1902). Rev. Acad. Co-
lomb. Cienc. 23 (suplemento es- Evert, R. & S. Eichhorn. 2013. Raven -
pecial): 513-525. Biology of Plants. Octava edición.
W. H. Freeman and Company.
Díaz-Piedrahita, S. 2000. Matís y los Nueva York. 919 p.
dos Mutis. Orígenes de la anatomía
vegetal y de la sinanterología en Forero, E. 1977. Index of Colombian
América. Colección Enrique Pérez Herbaria. Taxon 26 (4): 488-491.
Arbeláez, No. 14. Academia Co-
Gaceta de Colombia. 1824. Museo Co-
lombiana de Ciencias Exactas, Fí-
lombiano. Domingo 8 de Julio de
sicas y Naturales. Bogotá. 344 p. 1824. No. 144, Trimestre II. Bogotá.

100
Gaceta de Colombia. 1826. Museo Hernández de Alba, G. (compilador).
Nacional. Domingo 22 de Enero 1983. Archivo Epistolar del Sabio
de 1826. No. 223, Trimestre 18. Naturalista Don José Celestino
Bogotá. Mutis. Cartas al sabio Mutis. Tomo
III. Instituto de Cultura Hispánica.
García, E. 2013. Los jardines botánicos Editorial Presencia Ltda. Bogotá.
como centros de difusión y con-
servación de las colecciones de Instituto Alexander von Humboldt, Red
Historia Natural: El caso del Real Nacional de Jardines Botánicos,
Jardín Botánico de Madrid. Me- Ministerio del Medio Ambiente,
morias R. Soc. Esp. Hist. Nat., 2ª Botanic Gardens Conservation In-
ép., 11: 27-40. ternacional, Darwin Initiative Bo-
gotá. 2001. Plan Nacional de Jardi-
GBIF. Global Biodiversity Information nes Botánicos de Colombia. Bogotá.
Facility. Herbario HUAZ Enrique
Forero: http://www.gbif.org/da- Instituto Geográico Agustín Codazzi.
taset/ec76ce73-e02b-45e6-af0b- 1996. Diccionario Geográico de Co-
b2128f77ac22. Consultado el 30 lombia. Tercera Edición. Tomo 4
de noviembre de 2015. Rabal-Zuzagua. Instituto Geográi-
co Agustín Codazzi. Bogotá. 2504 p.
Guillén de Iriarte, M. C. 2003. El pro-
fesor Bernard Lewy y el Instituto Jaller, G. 1989. Situación y característi-
de Ciencias Naturales, Físicas y cas de la organización institucio-
Matemáticas del Colegio Mayor nal de la investigación y transfe-
de Nuestra Señora del Rosario. rencia de tecnología agropecuaria
Rev. Acad. Colomb. Cienc. 27 en Colombia. Págs. 25-36. En: B.
(105): 553-568. Ramakrishna (ed.). X Seminario
Administración de la Investigación
Hennig, W. 1966. Phylogenetic Syste-
Agrícola: Subregión Andina. IICA
matics. University of Illinois Press.
– BID – PROCIANDINO. Quito.
Urbana.
Jara, V. 1981. La Expedición Botánica
Hernández de Alba, G. (compilador).
de Mutis y la cultura hispánica.
1958. Diario de Observaciones de José
Instituto de Cultura Hispánica.
Celestino Mutis (1760-190). Tomo
Editorial Kelly. Bogotá. 199 p.
II. Editorial Minerva. Bogotá. 713 p.

Hernández de Alba, G. (compilador). Judd, W., C. Campbell, E. Kellogg, P.


1975. Archivo Epistolar del Sabio Stevens & M. Donoghue. 2008.
Naturalista Don José Celestino Mu- Plant Systematics. A Phylogenetic
tis. Cartas al sabio Mutis. Volúmenes Approach. Tercera edición. Sin-
Tomos III-IV. Editorial Kelly. Bogotá. auer Associates, Inc. Massachuse-
tts. 611 p.

101
Jussieu, A. L. de. 1789. Genera Planta- Mutis, S. 2000. Enrique Pérez Arbeláez
rum. Hérissant & Barrois. París. o la Segunda Expedición Botáni-
ca. Nómadas 12: 205-219.
Leiva, A. 1997. Los jardines botánicos
neotropicales y el intercambio de Obregón, D. 1991. La sociedad de
plantas: pasado, presente y futuro. naturalistas neogranadinos y la
Monograf. Jard. Bot. Córdoba 5: tradición cientíica. Anuario Co-
75-84. lombiano de Historia Social y de
la Cultura 19: 101-123.
Linneo, C. 1753. Species Plantarum.
Laurentius Salvius. Estocolmo. Pérez-Arbeláez, E. 1983. José Celestino Mu-
tis y la Real Expedición Botánica del
Linneo, C. 1758. Systema Naturae. Nuevo Reyno de Granada. Instituto
Laurentius Salvius. Estocolmo. Colombiano de Cultura Hispánica.
Ediciones del segundo centenario de
Lozano-Bernal, M. F. & F. Sarmien- la Real Expedición Botánica. Segun-
to-Parra. 2013. Herbario del Mu- da Edición. Bogotá. 235 p.
seo de La Salle: cien años de his-
toria. Biodiversidad – Colombia Posada, J. 1918. Libro Azul de Colom-
2: 9-17. bia (Blue Book of Colombia). J.
J. Little & Ives company. Nueva
Madrid, C. 1944. Fragmentos de los York. 752 p.
informes rendidos al señor Mi-
nistro de la Economía Nacional RAJB (Red Argentina de Jardines Bo-
en el año de 1944 – Departamen- tánicos). 2004. Primer Boletín
to Nacional de Agricultura. Págs. de los Jardines Botánicos desde
1-8. En: Departamento Nacional el Jardín de la República. Año 1.
de Agricultura. Anexos al informe Tucumán.
del Ministro de la Economía Na-
cional presentado al Congreso de Real Academia Española. 2001. Diccio-
1944. Tomo III. Editorial Miner- nario de la Lengua Española. Vigé-
va. Bogotá. sima segunda edición. Tomo II.
Editorial Espasa Calpe. Madrid.
Montoya, L. 1917. Memoria del Mi-
nistro de Agricultura y Comercio Real Jardín Botánico-CSIC. Proyecto
al Congreso de 1917. Imprenta de digitalización de los dibujos de
Nacional. Bogotá. 173 p. la Real Expedición Botánica del
Nuevo Reino de Granada (1783-
Muñoz-Saba, Y., E. Linares, W. Devia 1816), dirigida por José Celestino
& F. Gast. 2006. Colombian Her- Mutis: www.rjb.csic.es/icones/
baria. Collection Forum 20 (1-2): mutis. Consultado el 30 de no-
95-107. viembre de 2015.

102
Red Brasileña de Jardines Botánicos. ción Internacional. Serie Manuales
http://www.ibb.unesp.br/#!/de- de Campo. Instituto de Ciencias
partamentos/botanica/jardim-bo- Naturales – Universidad Nacional
tanico/rede-brasileira-de-jar- de Colombia – Conservación In-
dins-botanicos/ . Consultado el ternacional. Bogotá. 288 p.
30 de noviembre de 2015.
Stewart, A. 2013. he Drunken Bota-
Reveal, J. & M. Chase. 2011. APG nist. Algonquin books of Chapel
III: Bibliographical information Hill. Chapel Hill.
and Synonymy of Magnoliidae.
Phytotaxa 19: 71-134. Takhtajan, A. 1980. Outline of the
classiication of lowering plants
Rodríguez, M. P. 2008. Origen de la (Magnoliophyta). Bot. Rev. 46:
institución museal en Colombia: 225-359.
entidad cientíica para el desarrollo
y el progreso. Cuadernos de Cura- hiers, B. [continuamente actualiza-
duría. Edición Especial – Aproxi- do]. Index Herbariorum: A global
maciones a la historia del Museo directory of public herbaria and
Nacional. Sexta Edición. Museo associated staf. New York Botani-
Nacional de Colombia. cal Garden’s Virtual Herbarium.
http://sweetgum.nybg.org/scien-
Rodríguez, M. P. 2010. Investigación y
ce/ih/. Consultado en noviembre
Museo: Museo de Historia Natu-
de 2015.
ral de Colombia 1822-1830. Cua-
dernos de Música, Artes Visuales horne, R. 1992. An updated phylo-
y Artes Escénicas 5 (1): 87-108.
genetic classiication of the lowe-
San Pío Aladrén, María Pilar de (ed.). ring plants. Aliso 13: 365-389.
2008. Mutis y la Real Expedi-
Ulloa, C., J. Zarucchi & B. León.
ción Botánica del Nuevo Reyno de
2004. Diez años de adiciones a
Granada. Real Jardín Botánico
– Consejo Superior de Investiga- la lora del Perú: 1993-2003. Ar-
ciones Cientíicas. Lunwerg Edi- naldoa, Ed. Especial (noviembre
tores, Madrid. 359 p. 2004): 1-242.

Schultes, R. & A. Hofmann. 2000. Valencia, N. 2012. Concepto e impacto


Plantas de los dioses. Segunda Edi- social de la Facultad de Ciencias
ción. Fondo de Cultura Económi- Agropecuarias en la Universidad
ca. México. 208 p. Nacional de Colombia – sede Pal-
mira y estrategia para optimizar
Simmons, J. & Y. Muñoz-Saba. 2005. su proyección comunitaria desde
Cuidado, manejo y conservación de la Educación Social. Tesis Docto-
las colecciones biológicas. Conserva- ral. Departamento de Pedagogía

103
- Facultad de Ciencias de la Edu- Vovides, A., E. Linares & R. Bye. 2010.
cación – Universidad de Granada. Jardines botánicos de México: historia
581 p. y perspectivas. Secretaría de Educa-
ción de Veracruz. Veracruz. 232 p.
Valenzuela, E. 1783-1784. Primer Dia-
rio de la Real Expedición Botáni- Vovides, A., C. Iglesias, V. Luna & T. Bal-
ca del Nuevo Reyno de Granada. cázar. 2013. Los Jardines Botánicos
Segunda Edición. Instituto Co- y la crisis de la biodiversidad. Bota-
lombiano de Cultura Hispánica, nical Sciences 91 (3): 239-250.
1983. Bogotá. 458 p.
Wasserman, M. 2010. La ciencia en Co-
Vezga, F. 1860. Memoria sobre la his- lombia en 200 años de vida repu-
toria del estudio de la botánica en blicana. Págs. 9-19. En: Colombia
la Nueva Granada. Págs. 7-194. 200 años de Identidad – 1810-2010.
En: Boletín de la Sociedad de Na- Tomo V. Para Pensar a Colombia.
turalistas Neogranadinos. Bogotá – Universidad Nacional de Colombia
– Revista Semana. Publicaciones
Londres.
Semana S.A. – Universidad Nacio-
nal de Colombia. Bogotá.

104
RESEÑAS DE LOS AUTORES

Carlos Alberto Parra Osorio (1975)

Biólogo de la Universidad Javeriana (1998),


M.Sc. en Biología (Línea Sistemática) de la
Universidad Nacional de Colombia (2002)
y Ph.D. en Ciencias de la Universidad de
Melbourne (Australia, 2009). Profesor Aso-
ciado del Instituto de Ciencias Naturales
de la Universidad Nacional de Colombia –
sede Bogotá, en el área de taxonomía y sis-
temática botánica desde el año 2000. Autor
de 27 artículos cientíicos, dos libros y un
artículo de divulgación cientíica. Adminis-
trador General del Herbario Nacional Co-
lombiano (COL) desde 2010 hasta la fecha.
Secretario de la Asociación Colombiana de
Herbarios (ACH) desde 2011 hasta 2015.
Miembro Correspondiente de la Academia
Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y
Naturales desde 2014 hasta la fecha.

Santiago Díaz-Piedrahita † (1944-2014)

Botánico de la Universidad Nacional de


Colombia. Profesor Titular de la Universi-
dad Nacional de Colombia – sede Bogotá,
en las cátedras de Biología General, Mor-
fología Vegetal, Taxonomía Vegetal y Bo-
tánica Económica. Asesor de la Carrera de
Biología (1972-1973), Director Encargado
del Departamento de Biología de la Facul-
tad de Ciencias (1984), Director del Ins-
tituto de Ciencias Naturales (1986-1988),
editor de las publicaciones del Instituto de
Ciencias Naturales – Mutisia, Caldasia,
Lozania, Catálogo Ilustrado de las Plantas
de Cundinamarca y de la serie “Biblioteca
José Jerónimo Triana” – (1981-1986), Se-

105
cretario del programa Flora de Colombia 1984, donde fue reconocido como Miembro
(1984-1988), Decano de la Facultad de Honorario en 2013. Presidente de la Acade-
Ciencias (1994-1996) y miembro del Con- mia Colombiana de Historia (2000-2008)
sejo Superior Universitario de la Universi- y miembro de la Academia Colombiana de
dad Nacional de Colombia – sede Bogotá. la Lengua, en donde desempeñó el cargo de
Autor de 51 artículos cientíicos, 30 libros y Secretario Ejecutivo. Entre las distinciones
26 capítulos de libros, en las áreas de taxo- que obtuvo, se destaca el nombramiento por
nomía botánica con énfasis en el estudio de parte de la Universidad Nacional de Colom-
las Asteraceae colombianas (de las que des- bia como “Maestro Universitario” (1990),
cribió 104 especies) e historia de la botáni- el Premio Nacional al Mérito Cientíico –
ca y de la ciencia en Colombia. “Maître de Categoría Vida y Obra – de la Asociación
Conference Associé” en el Laboratorio de Colombiana para el Avance de la Ciencia
Fanerógamas del Museo Nacional de His- (2003), el Premio Academia Colombiana
toria Natural de París (1985), Profesor Invi- de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales a
tado en el Real Jardín Botánico de Madrid la Obra Integral de un Cientíico (2008), el
(1985), Becario del Ministerio Español de Premio Iberoamericano de Botánica otorga-
Relaciones Exteriores (1988) y del “Smith- do por el ayuntamiento de Cádiz en España
sonian Institution” de Washington (1990). (2012) y la Condecoración Samper Martí-
Miembro de la Academia Colombiana de nez del Instituto Nacional de Salud (2013),
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales desde por méritos cientíicos.

106

También podría gustarte