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PRIMERO: Asimismo hago de conocimiento que, la Corte Suprema de la República

en reiterados pronunciamientos como las recaídas, por ejemplo, en los expedientes


CASACION N°10072-2013- SULLANA, CASACION 5284-2013-TUMBES, CASACION
2478-2013-LIMA, CASACION N° 8103-2012 y CASACION N° 7888-2013-AREQUIPA,
que constituyen doctrina jurisprudencial, ha determinado que la naturaleza de las
funciones del personal de serenazgo de las municipalidades son propias de un
empleado y no de un obrero.
2.1 En efecto, la Corte Suprema, citando al profesor Rendón Vásquez, refiere:
“Los obreros y los empleados constituyen los grupos más numerosos de trabajadores.
Su diferenciación obedece a la naturaleza del trabajo de cada uno de ellos: Los
obreros se hallan en contacto directo con los instrumentos de producción y con las
materias primas, sobre las cuales ponen en acción su capacidad laboral; los
empleados no tienen por lo general, esa relación, sus tareas son más de oficina, de
dirección, de planeamiento o de control; intervienen más en la esfera de la
documentación relativa a la producción de bienes y servicios”, y en ese entendido,
precisa que “…el Serenazgo es un servicio de seguridad que otorgan las
Municipalidades a sus vecinos, que tiene por finalidad colaborar con las labores de
seguridad interna que son propias de la Policía Nacional del Perú. (…) La naturaleza
propia de las funciones del personal de serenazgo, no son propias de un obrero, dado
que en el desempeño de su labor de seguridad interactúa con los ciudadanos,
debiendo guardar el debido respeto por las garantías y libertades propias de la
persona, las mismas que debe conocer; asimismo, coordina con la Policía Nacional
del Perú, y hace cumplir normas legales que regulan la seguridad del ciudadano,
brindando orientación al ciudadano cuando éste lo requiera, para lo cual debe
encontrarse debidamente capacitado; en tal sentido debe concluirse que la naturaleza
de las funciones del personal de serenazgo son propias de un empleado”.

2.2 Asimismo, sostiene la Corte Suprema que el artículo 52 de la anterior Ley


Orgánica de Municipalidades (23853 modificado por la Ley 27469) disponía que el
personal de vigilancia de las municipalidades son servidores públicos, y que el artículo
37 de la Ley N° 27972, actual Ley Orgánica de Municipalidades, solo dispone la
aplicación del régimen laboral de la actividad privada para el caso de los obreros
municipales, sin hacer referencia alguna al personal de vigilancia o personal de
Serenazgo, por lo que dadas las funciones desarrolladas por estos, les corresponde el
régimen laboral de la actividad pública, no pudiendo considerárseles como obrero.

2.3 En ese sentido, si bien se ha venido sosteniendo que el personal de Serenazgo


de las municipalidades tienen la condición de obrero siguiendo el criterio establecido
por el Tribunal Constitucional, sin embargo, teniendo en consideración que los
pronunciamientos de la Corte Suprema son posteriores a los del Tribunal
Constitucional y estando a que la determinación del régimen laboral al que pertenece
un trabajador, en rigor, es un asunto de configuración legal y por lo mismo
corresponde su dilucidación a la jurisdicción ordinaria, esta Sala con distinta
conformación asumió el nuevo criterio jurídico mencionado, tanto más cuando los
fallos casatorios de la Corte Suprema de la República tienen por finalidad unificar la
jurisprudencia nacional.

2.4 En este caso, como remarcamos, el demandante refiere que prestó


servicios en la Municipalidad demandada como Serenazgo, afirmación que se
encuentra corroborado con los recibos por honorarios expedidos por la demandante,
por la prestación de servicios como agente de Serenazgo y conforme a las
Constancias de Servicios que obra a fojas 16. Por tanto, si la demandante prestó
servicios como personal de Serenazgo en la Municipalidad Provincial de Huaral, esto
es en calidad de empleado (la labor de Serenazgo no está vinculado con los
instrumentos de producción ni con las materias primas, sino con la producción de
servicios), en aplicación del primer párrafo del artículo 37 de la Ley 27972, su relación
laboral está sujeto al régimen laboral de la actividad pública.
2.5 Ahora, respecto a los trabajadores sujetos al régimen laboral público,
no debe perderse de vista que el Estado es el único empleador en las diversas
entidades de la Administración Pública, conforme se establece en la STC N° 206-
2005-AA-TC. Por ello, el artículo 4 numeral 6) del Texto Único Ordenado de la Ley Nº
27584, que regula el proceso contencioso administrativo, dispone que las actuaciones
administrativas sobre el personal dependiente al servicio de la administración pública
son impugnables a través del proceso contencioso administrativo.
2.6 Habiéndose determinado que la demandante está sujeta al régimen laboral
de la actividad pública, está claro que la demanda debió tramitarse bajo las reglas del
proceso contencioso administrativo establecido por el Texto Único Ordenado de la Ley
27584, y al haberse otorgado a la demanda un trámite distinto al predeterminado por
Ley, se ha incurrido en afectación del derecho al debido proceso de los justiciables
garantizado por el artículo 139° de la Constitución Política del Estado, lo cual resulta
insubsanable, por lo que corresponde declarar la nulidad de todo lo actuado, en
aplicación del artículo 176° del Código Procesal Civil.

2.7 Así las cosas, este colegiado arriba a la conclusión que la venida en grado
adolece de motivación suficiente que justifique la decisión adoptada, lo cual constituye
infracción de la garantía contemplada en el numeral cinco del artículo ciento treinta y
nueve de la Constitución Política del Estado y afecta el derecho al debido proceso, por
lo que en aplicación del último párrafo del 176 del Código Procesal Civil corresponde
declarar la nulidad de la sentencia y de todo lo actuado, reponiéndose el proceso al
estado de calificarse nuevamente la demanda.

En ese sentido, es preciso señalar que lo solicitado por la demandante carece de


sustento legal, toda vez que esta ya ha sido consentida, máxime cuando la Corte
Suprema de la República ha determinado que el trabajador de Serenazgo es un
empleado público y no un obrero.

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