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Presentado por:
LUISA FERNANDA AVENDAÑO
CARLOS DANIEL QUIÑONEZ RODRIGUEZ
Presentado a:
MAGISTER. USUARDO RAMIREZ RICO
Curso:
BIOGEOGRAFIA
Introducción:
1. Caracterización anatómica.
1.1. Exoesqueleto.
1.2. Cabeza.
1.3. Ojos.
1.3.1. Ojos simples.
1.3.2. Ojos compuestos.
1.4. Antenas.
1.5. Piezas bucales.
1.5.1. Tipos de aparatos bucales
1.6. Tórax.
1.7. Patas.
2. Mecanismo de vuelo de los insectos.
2.1. Mecanismo de vuelo indirecto.
2.2. Mecanismo de vuelo directo.
2.3. Las alas en los insectos.
3. Ciclo vital de los insectos.
4. Dispersión de los insectos.
5. Áreas de distribución de los insectos.
6. Relaciones simbióticas de los insectos.
7. Importancia de los insectos en el medio ambiente.
8. Principales ordenes de los insectos.
Conclusiones.
Bibliografía.
INTRODUCCION A LOS INSECTOS.
Los insectos (Insecta) son una clase de animales invertebrados del filo de los artrópodos,
caracterizados por presentar un par de antenas, tres pares de patas y dos pares de alas (que,
no obstante, pueden reducirse o faltar). La ciencia que estudia los insectos se
denomina entomología. Los insectos comprenden el grupo de animales más diverso de
la Tierra con aproximadamente un millón de especies descritas, más que todos los demás
grupos de animales juntos, y con estimaciones de hasta treinta millones de especies no
descritas, con lo que, potencialmente, representarían más del 90 % de las formas de vida del
planeta. Otros estudios más recientes rebajan la cifra de insectos por descubrir a entre seis y
diez millones de especies. Los insectos pueden encontrarse en casi todos los ambientes del
planeta, aunque solo un pequeño número de especies se ha adaptado a la vida en los océanos.
Los insectos no solo presentan una gran diversidad, sino que también son increíblemente
abundantes. Algunos hormigueros contienen más de veinte millones de individuos y se
calcula que hay 1015 hormigas viviendo sobre la Tierra. En la selva amazónica se estima que
hay unas 60 000 especies y 3,2 x 108 individuos por hectárea. Se estima que hay 200 millones
de insectos por cada ser humano.
Artrópodos terrestres tales como los ciempiés, milpiés, arañas, escorpiones y las cochinillas
de humedad se confunden a menudo con los insectos debido a que tienen estructuras
corporales similares, pero son fácilmente distinguibles, ya que los insectos presentan tres
pares de patas, mientras que los escorpiones y las arañas tienen cuatro pares y no poseen
antenas, las cochinillas de humedad poseen diez pares de patas y pueden enrollarse, los
ciempiés y milpiés tienen muchos pares de patas. Los insectos, en su estado adulto (imago)
se caracterizan por tener el cuerpo dividido en tres regiones: cabeza, tórax y abdomen.
1.2. CABEZA.
La cabeza es la región anterior del cuerpo, en forma de cápsula, que contiene
los ojos, antenas y piezas bucales. La forma de la cabeza varía considerablemente entre los
insectos para dar espacio a los órganos sensoriales y a las piezas bucales. La parte externa
endurecida o esclerosada de la cabeza se llama cráneo. La cabeza de los insectos está
subdividida por suturas en un número de escleritos más o menos diferenciados que varían
entre los diferentes grupos. Típicamente hay una sutura en forma de "Y" invertida,
extendiéndose a lo largo de la parte dorsal y anterior de la cabeza, bifurcándose por encima
del ocelo para formar dos suturas divergentes, las cuales se extienden hacia abajo en los lados
anteriores de la cabeza. La parte dorsal de esta sutura (la base de la Y) es llamada sutura
coronal y las dos ramas anteriores suturas frontales. Por otra parte, la cabeza de los insectos
está constituida de una región preoral y de una región postoral. La región preoral contiene
los ojos compuestos, ocelos, antenas y áreas faciales, incluido el labio superior, y la parte
postoral contiene las mandíbulas, las maxilas y los labios. Internamente, el exoesqueleto de
la cápsula cefálica de los insectos se invagina para formar las ramas del tentorio que sirven
como sitios de inserción muscular.
1.3. OJOS.
La mayoría de los insectos tienen un par de ojos compuestos relativamente grandes,
localizados dorso-lateralmente en la cabeza. La superficie de cada ojo compuesto está
dividida en un cierto número de áreas circulares o hexagonales llamadas facetas u omatidios;
cada faceta es una lente de una única unidad visual. En adición a los ojos compuestos, la
mayoría de los insectos posee tres ojos simples u ocelos localizados en la parte superior de
la cabeza, entre los ojos compuestos.
1.3.1. OJOS SIMPLES.
Los ojos simples u ocelos son pequeñas estructuras fotorreceptoras presentes en muchos
animales, que funcionan como órganos de la visión. El término ocelo procede del
latín oculus (ojo) y literalmente significa "ojito".
En los insectos existen dos tipos de ocelos: los ocelos dorsales o simples que se encuentra en
las formas adultas de muchos tipos de insectos y los ocelos laterales o stemmata, que existen
solamente en las larvas de algunos órdenes. Ambos tipos son muy diferentes estructural y
funcionalmente. Los ojos simples de otros animales como los cnidarios (pólipos y medusas)
también son llamados ocelos, pero su estructura y anatomía es totalmente diferente a la del
ocelo dorsal de los insectos.
1.3.2. OJOS COMPUESTOS.
Estos tipos de ojos no tienen una lente central, lo cual implica una baja resolución de imagen.
Sin embargo, los ojos compuestos son capaces de detectar movimientos rápidos, ven un
amplio rango de ángulos sólidos y en algunos casos, perciben la polarización de la luz.
Los ojos compuestos se encuentran principalmente en los insectos, y están formados por
muchas facetas simples llamadas omatidios que dan una imagen en mosaico, no imágenes
múltiples, como a menudo se cree. Cada omatidio consiste en una lente y un rabdoma, el cual
está compuesto de grupos de células receptoras visuales (rabdomeros) puestas en paralelo o
ligeramente giradas.
En insectos y crustáceos el ojo compuesto de los adultos se desarrolla en una sección de la
cabeza diferente de la región en que las larvas tienen su ojo medio. Los nuevos omatidios se
van añadiendo en hileras semicirculares en la parte de atrás del ojo durante el primer paso
del desarrollo del ojo. Esto hace que los omatidos sean cuadrados, pero después, durante el
desarrollo se vuelven hexagonales.
- Labro (labio superior o labio simple). Es un esclerito impar de forma variable con
movimientos para arriba y para abajo; es el techo de la boca y se articula con el clípeo. En su
parte ventral o interna está localizada la epifaringe, que no es una pieza libre, está levemente
esclerosada; su función es gustativa.
- Mandíbulas. Son dos piezas simples, dispuestas lateralmente bajo el labio superior,
articuladas, resistentes y esclerosadas. Su función es masticar, triturar o lacerar los alimentos.
En algunos adultos pueden faltar siendo totalmente ausentes o vestigiales en la totalidad de
los lepidópteros y efemerópteros.
- Maxilas. En número de dos, están situadas detrás de las mandíbulas. Articuladas en la parte
lateral inferior a la cabeza, son piezas auxiliares durante la alimentación. La hipofaringe es
una estructura saliente, localizada sobre el mentón con función gustativa. Se asemeja a la
lengua. Las maxilas poseen un palpo maxilar cada una.
- Labio (labium). Estructura impar resultado de la fusión de dos apéndices situada bajo las
maxilas y que representa el suelo de la boca; presenta dos pequeños palpos labiales.
- Tipo masticador. En este tipo de aparato bucal los apéndices son esencialmente las
mandíbulas, las maxilas y el labio. Las mandíbulas cortan y trituran los alimentos sólidos y
las maxilas y el labio los empujan hacia el esófago. El aparato bucal de tipo masticador es el
más generalizado entre los insectos y, a partir del mismo, se han desarrollado los otros tipos
(ver figura abajo a la derecha). Este punto de vista se sustenta en dos clases de pruebas
importantes. En primer lugar, este aparato bucal es el más semejante en su estructura al de
los miriápodos que son los parientes más cercanos de los insectos. En segundo lugar, el
aparato bucal masticador se encuentra en casi todos los órdenes de insectos como
los ortópteros, los coleópteros y las larvas de lepidópteros.
- Tipo masticador. En este tipo de aparato bucal los apéndices son esencialmente las
mandíbulas, las maxilas y el labio. Las mandíbulas cortan y trituran los alimentos sólidos y
las maxilas y el labio los empujan hacia el esófago. El aparato bucal de tipo masticador es el
más generalizado entre los insectos y, a partir del mismo, se han desarrollado los otros tipos.
Este punto de vista se sustenta en dos clases de pruebas importantes. En primer lugar, este
aparato bucal es el más semejante en su estructura al de los miriápodos que son los parientes
más cercanos de los insectos. En segundo lugar, el aparato bucal masticador se encuentra en
casi todos los órdenes de insectos como los ortópteros, los coleópteros y las larvas
de lepidópteros.
- Tipo chupador. Un gran número de moscas no picadoras, entre ellas la mosca doméstica,
tienen este tipo de aparato bucal adaptado solo para la ingestión de alimentos líquidos o
fácilmente solubles en saliva. Este tipo es el más similar al cortador chupador, pero las
mandíbulas y las maxilas no son funcionales, y las partes restantes forman
una probóscide con un ápice en forma de esponja (denominado labelo). Esta se introduce en
los alimentos líquidos que son conducidos hacia el canal alimenticio por diminutos canales
capilares existentes en la superficie del labelo. El canal alimenticio también está formado
por la trabazón alargada de la hipo y epifaringe que forman un tubo hacia el esófago. Las
moscas y otros insectos con este tipo de aparato bucal pueden ingerir también alimentos
sólidos como el azúcar. Para ello, arrojan sobre el alimento una gota de saliva, que lo
disuelve, y luego la solución es succionada hacia la boca.
A. Tipo masticador.
B. Tipo cortador-chupador.
C. Tipo espiritrompa.
D. Tipo picador.
1.6. TORAX.
El tórax es la región media del cuerpo y contiene las patas y las alas (en algunos insectos
adultos no hay alas y en muchos insectos inmaduros y en algunos adultos no hay patas). El
tórax está compuesto de tres segmentos, protórax, mesotórax, y metatórax, cada segmento
torácico tiene típicamente un par de patas y meso y metatórax un par de las alas cada uno
(cuando están presentes); cuando hay un solo par de alas, están situadas en el mesotórax,
excepto en los estrepsípteros que solo conservan las alas metatorácicas; el protórax nunca
tiene alas. El tórax está unido a la cabeza por una región del cuello, membranosa, el cerviz.
Hay generalmente uno o dos escleritos pequeños en cada lado del cuello, los cuales ligan la
cabeza con el protórax.
Cada segmento torácico está compuesto de cuatro grupos de escleritos. El noto dorsalmente,
las pleuras lateralmente y el esternón ventralmente. Cualquier esclerito torácico puede ser
localizado en un segmento particular por el uso de prefijos apropiados: pro-, meso- y meta-.
Por ejemplo, el noto del protórax es llamado pronoto. Los notos del mesotórax y metatórax
están frecuentemente subdivididos por suturas en dos o más escleritos cada uno. La pleura es
un segmento portador de alas, forma un proceso alar-pleural que sirve como sostén para el
movimiento del ala. En cada lado del tórax hay dos aberturas en forma de hendiduras, una
entre el protórax y el mesotórax y la otra entre el meso y el metatórax. Estas son los estigmas,
o sea las aberturas externas del sistema traqueal.
2. Trocánter.
3. Fémur.
4. Tibia.
5. Tarso (5 a-e)
6. Uña.
2. MECANISMO DE VUELO EN LOS INSECTOS.
El sistema de vuelo de los insectos está compuesto por tres partes: Dos pares de alas,
músculos directos y músculos indirectos. Los insectos han desarrollado sus alas y
mecanismos de vuelo durante millones de años. Estos mecas mecanismos de vuelo resultan
ciertamente complejos en muchos casos y les permiten hazañas aerodinámicas sorprendentes.
Para llevarlas a cabo los insectos requieren un aparato de vuelo altamente especializado, lo
que les ha permitido ser una de las especies más diversas en relación con la especiación y
distribución. Una de las características de vuelo de los insectos es que entre menor es su
tamaño, deben realizar una frecuencia mayor a la hora de volar y en general los órganos que
actúan como controladores del vuelo son los ojos, los receptores sensoriales de las antenas,
la cabeza, las alas y otras partes del cuerpo.
El mecanismo de vuelo directo, ya que los músculos cambian la forma del tórax, lo que
provoca que las alas se muevan. Cuando los músculos que están continuos a la superficie
dorsal del tórax se contraen, estos mueven al tergo, el cual crea otra reacción similar, al
mover las bases de las alas hacia abajo, las cuales, al ser movidas hacia abajo, se levantan.
Otro conjunto de músculos, pero que corren horizontalmente al insecto, también se
contraen, lo que causa que el tórax nuevamente cambie su forma y que el tergo suba, y aquí
es donde las alas bajan.
Algunos insectos pueden volar a través de la acción directa de un músculo en cada una de
sus alas. Un par de músculos de vuelo se unen por debajo de la base del ala, mientras que
otro par de músculos se unen por encima del ala, entonces, cuando el primer par de músculos
se contrae, el ala se mueve hacia arriba, y viceversa. Ambos pares de músculos trabajan
conjuntamente, alternando las contracciones para mover el ala hacia arriba y hacia abajo.
-Pedogénesis: Con este término nos referimos a una madurez precoz. Es una metamorfosis
excepcional, en la que incluso algunas larvas pueden poner huevos o crías.
- Vivíparos: Otros insectos, en lugar de poner huevos, depositan las crías directamente. Los
huevos permanecen en la vagina, madurando, y eclosionan cuando van a ser depositados.
Orden hemíptera: dentro de este orden encontramos especies como los chinches, cigarras,
entre otros. Se caracterizan por tener un aparato bucal de tipo picador-chupador, unas alas
hemiélitros y membranosas sin cercos. Presentan una forma de reproducción ovípara,
vivípara o partenogénesis y se alimenta principalmente de fitófagos. Su suborden es
heteróptero.
Otro aspecto importante en los insectos es el nivel de jerarquización que pueden alcanzar en
sus colonias, tal es el caso de las abejas, que de acuerdo con la edad de la hembra obrera es
la función que desempeña. Entonces, ¿por qué no arriesgarnos a decir que en un futuro, que
podría ser tanto lejano como cercano, la especie humana podría llegar a competir con los
insectos por el espacio, el medio ambiente, en el cual ambos conviven actualmente?,
seguramente sólo se lo puede considerar una hipótesis, pero una hipótesis que, dado el
desarrollo que pueden llegar a tener ciertos insectos, podría convertirse en realidad en
algunos miles, quizás millones de años.
BIBLIOGRAFIA