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Expedientes Acumulados 4278-2011 y 4281-2011 1

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTES ACUMULADOS 4278-2011 y 4281-2011


CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, dieciséis de agosto de dos mil
doce.
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de diez de
octubre de dos mil once, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de
Amparo y Antejuicio, en la acción constitucional de amparo promovida por el
Ministerio Público, por medio de la Fiscalía de Sección Adjunta de Delitos de
Narcoactividad Región del Sur Occidente, Quetzaltenango, contra la Sala Regional
Mixta de la Corte de Apelaciones de Retalhuelu. El postulante actuó con el
patrocinio de la fiscal de sección adjunta Brenda Dery Muñoz Sánchez de Molina.
Es ponente en el presente caso la Magistrada Vocal III, Gloria Patricia Porras
Escobar, quien expresa el parecer de este Tribunal.
ANTECEDENTES
I. EL AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el dieciocho de noviembre de dos mil
diez, en la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto
reclamado: auto de catorce de octubre de dos mil diez, por el que la autoridad
impugnada declaró con lugar el recurso de apelación promovido por Leonel
Estuardo Aldana Archila, Carlos Amílgar Díaz Morales, Luis Adolfo Hidalgo Donis
y Carlos Fernando Aldana López y, como consecuencia, decretó la falta de mérito
en su favor, dentro del proceso que se les sigue por los delitos de Tránsito
internacional y Asociación ilícita. C) Violación que denuncia: al principio jurídico
del debido proceso. D) Hechos que motivan el amparo: de lo expuesto por el
solicitante y del estudio de los antecedentes, se resume: D.1) Producción del
acto reclamado: a) el Juez de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos
contra el Ambiente del departamento de Suchitepéquez conoce del proceso
incoado contra Leonel Estuardo Aldana Archila, Carlos Amílgar Díaz Morales, Luis
Adolfo Hidalgo Donis y Carlos Fernando Aldana López por los delitos de Tránsito
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internacional y Asociación ilícita. Los sindicados solicitaron al juez contralor que


decretara la falta de mérito; requerimiento que fue declarado sin lugar mediante
resolución de catorce de septiembre de dos mil diez; y b) contra la resolución
antedicha, los incoados interpusieron recurso de apelación que fue conocido por la
Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de Retalhuleu -autoridad
impugnada- y declarado con lugar en auto de catorce de octubre de dos mil diez -
acto reclamado-; como consecuencia, se decretó la falta de mérito en favor de los
procesados. D.2) Agravios que se reprochan al acto reclamado: el postulante
manifestó que la autoridad impugnada le ocasionó agravio, por las razones
siguientes: a) no tomó en consideración que al haberse dictado auto de
procesamiento contra los sindicados, el proceso penal estaba en la fase
preparatoria o de investigación, en la que se admiten como actos conclusivos
únicamente los expresamente establecidos en el Código Procesal Penal, entre los
que no se encuentra la falta de mérito, por lo que decretarla -en esa fase- es ilegal
y constituye una flagrante violación del debido proceso; b) el razonamiento en el
que se apoyó para emitir el acto reclamado no es acorde a las constancias
procesales ni a lo regulado en la ley, puesto que es suficiente la información sobre
la existencia del hecho punible y la posible participación de los sindicados, por lo
que se excedió en el ejercicio de sus facultades legales; c) realizó valoraciones y
estimaciones que no corresponden a la etapa procesal que se dilucidaba, puesto
que será al finalizar la fase de investigación cuando se presente el acto conclusivo
pertinente, con base en los elementos de convicción recabados; y d) el acto
reclamado no cumple con la fundamentación exigida por el artículo 11 Bis del
Código Procesal Penal, ya que no contiene un razonamiento lógico jurídico de los
motivos que le llevaron a asumir la decisión de revocar la resolución apelada. D.3)
Pretensión: solicitó que se declare con lugar la acción constitucional de amparo y,
como consecuencia, se deje en suspenso la resolución que constituye el acto
reclamado y se ordene a la autoridad impugnada emitir la que en derecho
corresponda. E) Uso de recursos: reposición. F) Casos de procedencia: invocó
los contenidos en los incisos a), d) y h) del artículo 10 de la Ley de Amparo,
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Exhibición Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes que estima violadas: citó


los artículos 12 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 3 y 11
Bis del Código Procesal Penal.
II. TRÁMITE DEL AMPARO
A) Amparo provisional: se otorgó y fue revocado por esta Corte. B) Terceros
interesados: a) Leonel Estuardo Aldana Archila; b) Carlos Amílgar Díaz Morales;
c) Luis Adolfo Hidalgo Donis; d) Carlos Fernando Aldana López; e) Byron Gustavo
Navarro Caal; f) Luis Fernando Godoy Gil; g) Roberto Carlos Jiménez Villanueva;
h) Lázaro Oropeza Sánchez; i) Pedro Peña García; j) Leonidas Zamora Serrano; y
k) Emilio de Jesús Vásquez Regalado. C) Remisión de antecedentes:
expedientes: a) ciento sesenta y cuatro – dos mil diez (164-2010) de la Sala
Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de Retalhuleu; y b) C- quinientos
ochenta y uno – dos mil diez (C-581-2010) del Juzgado de Primera Instancia
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de
Suchitepéquez. D) Prueba: a) los antecedentes del amparo; y b) expediente M un
mil ciento treinta y uno – dos mil diez – noventa y ocho (M1131-2010-98) de la
Fiscalía de Sección Adjunta de Delitos de Narcoactividad del Sur Occidente,
Quetzaltenango, del Ministerio Público. E) Sentencia de primer grado: la Corte
Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, consideró: “(...) En cuanto
a la procedencia de la falta de mérito es importante mencionar que luego que el
sindicado es indagado, debe el juzgador establecer cuál es la situación jurídica de
éste, y al valorar los elementos aportados al proceso surge en su intelecto dos
posibilidades: a) que los elementos de convicción sean suficientes para estimar
que existe responsabilidad del sindicado en el hecho delictivo que se le imputa en
cuyo caso debe motivar prisión preventiva o en su caso, (como en el presente)
conceder el beneficio de alguna medida sustitutiva y entonces viabilizará el trámite
del proceso, o b) que los elementos aportados al proceso sean insuficientes para
fundar la posición anterior, y que dado el estado de la investigación considere que
no resulta posible reunir nuevas pruebas en cuyo caso resolverá por la vía del
sobreseimiento. Es decir, que en el presente caso, el Ministerio Público tiene
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todavía la posibilidad de continuar con su investigación, toda vez que el caso no


fue sobreseído y además la autoridad impugnada obligó a los sindicados a asistir
los días treinta de cada mes al Juzgado de Primera Instancia Penal,
Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Suchitepéquez a
firmar el libro respectivo y la prohibición de salir del país. Realizadas estas
consideraciones y examinados los antecedentes y la petición presentada, esta
Cámara determina que la Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de
Retalhuleu, dictó el auto impugnado, apegada al principio de legalidad, toda vez
que no le está permitido variar la forma establecida en la ley para determinado
proceso, de lo que se desprende que la autoridad impugnada actuó dentro de las
facultades que la ley le otorga, conforme lo establecen los artículos 11 Bis y 272
del Código Procesal Penal, al acoger la apelación interpuesta, revocar lo resuelto
en primera instancia, y decretar la falta de mérito (…) De lo anteriormente
expuesto se concluye que la Sala resolvió conforme lo establece el artículo 272
del Código Procesal Penal y no incurrió en violación al principio del debido
proceso razón por la cual se concluye que no se ha producido agravio alguno y no
puede estimarse que el sólo hecho de que lo resuelto le haya sido contrario a las
pretensiones del amparista sea causa suficiente para la procedencia del amparo.
Por ello, entrar a conocer el fondo del asunto como se solicita, implicaría sustituir a
la autoridad impugnada en el ámbito de su competencia, interviniendo en las
funciones que corresponden con exclusividad a la justicia ordinaria y no a un
tribunal de orden constitucional, siendo que el amparo no debe convertirse en una
instancia revisora de lo resuelto, razón por la cual el mismo deberá denegarse, al
hacerse los demás pronunciamientos de ley (…)”. Y resolvió: “ (...) a) DENIEGA
el amparo planteado por el MINISTERIO PÚBLICO, A TRAVÉS DE LA FISCALÍA
DE SECCIÓN ADJUNTA DE DELITOS DE NARCOACTIVIDAD, REGIÓN SUR
OCCIDENTE, QUETZALTENANGO, por medio de la abogada Brenda Dery Muñóz
Sánchez de Molina contra la Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de
Retalhuleu; b) no condena en costas al postulante ni impone multa a la abogada
patrocinante (…)”.
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III. APELACIÓN
El Ministerio Público, por medio de la Fiscalía de Asuntos Constitucionales,
Amparos y Exhibición Personal, apeló y manifestó que el acto reclamado ocasionó
las violaciones denunciadas mediante amparo; de la misma forma, la Fiscalía de
Sección Adjunta de Delitos de Narcoactividad Región del Sur Occidente,
Quetzaltenango impugnó la sentencia de amparo de primer grado indicando que
no comparte el criterio expuesto en el referido fallo puesto que la autoridad
impugnada violó el debido proceso y el ejercicio de la acción penal que le
corresponde. La institución postulante reiteró los argumentos expuesto en el
escrito contentivo de la acción constitucional promovida.
IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
A) El Ministerio Público, por medio de la Fiscalía de Asuntos
Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal, reiteró los argumentos que
fueron expuestos en el escrito inicial de amparo y afirmó que la autoridad
impugnada inobservó la normativa constitucional que establece que los tribunales,
en todas las resoluciones o sentencias, observarán el principio de que la
Constitución Política de la República de Guatemala prevalece sobre cualquier ley
o tratado. Solicitó que se declaren con lugar los recursos de apelación
interpuestos y, como consecuencia, se revoque la sentencia de amparo de primer
grado y se otorgue la protección constitucional. B) Carlos Amilgar Díaz Morales,
tercero interesado, alegó que el postulante, al promover el amparo, señaló como
acto reclamado la resolución de catorce de octubre de dos mil diez dictada por la
autoridad impugnada; sin embargo, en el apartado denominado “Definitividad del
acto reclamado” menciona la resolución de cinco de noviembre de dos mil diez y,
en el apartado “amparo provisional” menciona que es notorio el agravio que le
causa la resolución de tres de noviembre de dos mil diez, de donde se evidencia el
erróneo señalamiento del acto reclamado. Adujo que la Sala objetada actuó en el
ejercicio de las facultades que le confiere tanto la Constitución Política de la
República de Guatemala como el Código Procesal Penal, sin conculcar los
derechos que señala el interponente del amparo, por lo que la sentencia de primer
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grado está ajustada a derecho y no es posible que la acción constitucional instada


se convierta en una instancia revisora de lo actuado por los tribunales de
jurisdicción ordinaria. Pidió que se deniegue el amparo. C) Carlos Fernando
Aldana López y Leonel Estuardo Aldana Archila, terceros interesados,
manifestaron que la sentencia de amparo de primer grado debe ser confirmada,
por las razones siguientes: a) el amparo, por su naturaleza subsidiaria y
extraordinaria, no puede constituirse en una vía paralela a la jurisdicción ordinaria,
y únicamente resulta viable cuando, luego de haberse agotado en todas sus
instancias, continúa la violación a los derechos que la Constitución y las leyes
reconocen; b) el acto reclamado no vulnera derecho alguno, pues la autoridad
impugnada actuó conforme a la Constitución Política de la República de
Guatemala y el Código Procesal Penal, al conocer en grado de las resoluciones
dictadas en primera instancia y revocarlas cuando no estén ajustadas a derecho y
a las constancias procesales; y c) con relación al argumento de que no es posible
dictar la falta de mérito en la etapa en la que se encuentra el proceso, adujo que
tal aseveración carece de sustento legal y acredita un interés directo en perjudicar
a los sindicados. Solicitaron que se confirme el fallo venido en grado, denegando
el amparo. D) Luis Adolfo Hidalgo Donis, tercero interesado, alegó que de las
consideraciones expresadas por el Ministerio Público, se advierte que está
confundido, puesto que al declarar la falta de mérito, la autoridad impugnada no
emitió un acto conclusivo para dar por finalizado el proceso, puesto que ordena la
aplicación de medidas sustitutivas, tal como lo contempla el artículo 272 del
Código Procesal Penal, a efecto de evitar el peligro de fuga o de obstaculización
para la averiguación de la verdad; el Ministerio Público tiene la facultad de
continuar con la investigación. Adujo que la institución postulante no especificó en
qué forma o en qué momento se variaron las formas del proceso y, en el caso de
estudio, la sala impugnada actuó con apego a la ley y conforme con lo regulado en
los artículos 49 y 406 del Código Procesal Penal, al conocer el recurso de
apelación que interpusieron los sindicados contra una resolución que fue dictada
dentro de una audiencia de revisión que se encuentra contemplada en la ley de la
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materia y que puede ser solicitada en cualquier momento del procedimiento. Con
relación a la fundamentación del acto reclamado, indicó que, como la Corte de
Constitucionalidad ha considerado, para que exista una adecuada fundamentación
es necesario cumplir con tres aspectos: i) fundamentar en derecho la decisión; ii)
respaldar la decisión con las constancias procesales; y iii) estar debidamente
razonada, para que de una forma lógica puedan las partes advertir el iter
empleado por el juzgador para arribar a su decisión, evitando que la declaración
de voluntad conlleve arbitrariedad. Los requisitos anteriores fueron cumplidos por
la autoridad impugnada en el acto contra el que se reclama, circunstancia que se
aprecia de su simple lectura. Manifestó que el hecho de que el fallo sea contrario a
los intereses del accionante no implica denegación de justicia y que no expresó
cuál es el agravio que el acto reclamado le causó, sino que se limitó a hacer una
relación de lo acontecido en la tramitación del proceso y sus incidencias, las que
fueron dilucidadas conforme la ley y que al apelar la sentencia de amparo de
primer grado, señala que lo hizo porque “no comparten el criterio”. Solicitó que se
declaren sin lugar los medios de impugnación promovidos y se confirme el fallo
apelado.
CONSIDERANDO
-I-
El amparo protege a las personas contra las amenazas de violaciones a sus
derechos o restaura el imperio de los mismos cuando la violación hubiere ocurrido.
Procede siempre que leyes, disposiciones, resoluciones o actos de autoridad,
lleven implícito amenaza, restricción o violación a los derechos que la Constitución
y las leyes garantizan.
-II-
Del estudio de las constancias procesales, se establece:
A) Que el catorce de septiembre de dos mil diez, ante el Juez de Primera Instancia
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de
Suchitepéquez, se llevó a cabo audiencia para conocer de las solicitudes de
reforma del auto de procesamiento y revisión de las medidas de coerción,
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efectuadas por Leonel Estuardo Aldana Archila, Carlos Amilgar Díaz Morales, Luis
Adolfo Hidalgo Donis y Carlos Fernando Aldana López, sindicados de los delitos
de Tránsito internacional y Asociación ilícita. En la referida audiencia, la defensa
requirió que se dejaran sin efecto las medidas de coerción impuestas y se
decretara la falta de mérito en favor de los procesados, ordenándose su libertad, lo
que el juez contralor declaró sin lugar.
B) Los relacionados procesados interpusieron recurso de apelación contra la
resolución que declaró sin lugar su solicitud de revisión de las medidas de
coerción, argumentando: i) que el juzgador sostuvo un criterio errado al considerar
que la revisión de las medidas de coerción aplica únicamente para sustituirse
entre sí, lo que es ajeno al espíritu de la ley, cuando la esencia de la institución de
la revisión conlleva aspectos de fondo al conferirle al juez la facultad de revisar si
han variado las circunstancias primitivas que motivaron la imposición de la medida
a efecto que, de determinar tal aspecto, sean revocadas mediante la figura
procesal de la falta de mérito contenida en el artículo 272 del Código Procesal
Penal, al establecerse que no concurren los presupuestos necesarios para
mantener la prisión preventiva; ii) que dentro del proceso efectivamente media
información sobre la existencia de un hecho punible; sin embargo, no existen
motivos racionales suficientes para creer que los sindicados lo cometieron o
participaron en él; iii) están injustamente privados de su libertad, circunstancia que
pretendieron revocar mediante la revisión de la medida de coerción, la cual se
mantuvo ocasionándoles agravio; iv) el juzgador creó una figura delictiva aun y
cuando ello le corresponde al Congreso de la República; y v) la resolución apelada
carece de sustento fáctico y jurídico.
C) La Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de Retalhuleu, autoridad
impugnada, en auto de catorce de octubre de dos mil diez, que constituye el acto
reclamado, declaró con lugar el recurso de apelación de mérito, considerando que
el Ministerio Público no había demostrado los hechos que originaron el proceso
penal y, en las partes conducentes de la resolución bajo análisis, indicó: “…hemos
determinado que no existe ni un solo medio de investigación que determine la
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participación, concertación o planificación de los hechos con los otros procesados


(…) resulta evidente que los tripulantes del tercer vehículo en donde encontraron
la droga incautada y las armas de grueso calibre y en donde falleció una persona
no tenían ningún tipo de relación con las otras personas porque por simple lógica
si custodiaban o protegían no lo harían con el tipo de armas que portaban y
además se debe tomar en cuenta que la decisión de esta Sala no les favorece a
los otros tres implicados y detenidos, debiendo afrontar la justicia guatemalteca
por haber cometido los delitos atribuidos (…)”
Asimismo, en cuanto al criterio del juez contralor consistente en que la falta
de mérito solo es aplicable en el momento de la primera declaración, afirmó que
no es sostenible, puesto que durante la etapa de investigación el Ministerio
Público debe demostrar que los procesados cometieron el hecho que constituye
delito y si no lo acredita, es procedente decretar la falta de mérito; situación que se
daba en el caso concreto, puesto que el encargado de la persecución penal no
pudo demostrar la participación de los cuatro procesados; e indicó: “…para ello se
estableció en el Código Procesal Penal la figura de la revisión de las medidas de
coerción, porque de lo contrario, si no era factible revisarse no se hubiese
establecido en dicha ley, debiendo de tomar en cuenta que los procesados no
tienen que probar su inocencia (…) el Ministerio Público al tiempo de la revisión
solicitada que casi es de cuatro meses no demostró la vinculación existente entre
los ahora sindicados y las otras personas detenidas (…)”. La autoridad objetada,
con base en lo anteriormente expuesto y fundamentada en el artículo 272 del
Código Procesal Penal, dispuso declarar con lugar el recurso de apelación
promovido y, como consecuencia, decretó la falta de mérito en favor de los
sindicados y, a efecto de que estuvieran en control jurisdiccional, ordenó al juez de
primera instancia que impusiera las medidas sustitutivas indicadas en la parte
considerativa de la resolución (acudir a firmar los días treinta de cada mes al
juzgado que conoce el proceso y la prohibición de salir del país sin autorización
judicial), ordenando su inmediata libertad.
-III-
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En virtud de lo anterior esta Corte considera que el asunto a dilucidar es si


la autoridad reclamada actuó conforme a las normas legales aplicables al caso
concreto, al haber decretado la falta de mérito al resolver la apelación de la
resolución denegatoria de la reforma del auto de procesamiento y de la revisión de
la medida de coerción “prisión preventiva”.
En cuanto al primer aspecto, esta Corte advierte que de conformidad con la
ley adjetiva, el auto de procesamiento y, por ende la denegatoria de su reforma, no
es apelable. El artículo 404 del Código Procesal Penal establece: “Son apelables
los autos dictados por los jueces de primera instancia que resuelvan: 1. los
conflictos de competencia. 2. los impedimentos, excusas y recusaciones. 3. los
que no admitan, denieguen o declaren abandonada la intervención del querellante
adhesivo o del actor civil. 4. los que no admitan o denieguen la intervención del
tercero demandado. 5. los que autoricen la abstención del ejercicio de la acción
penal por parte del ministerio publico. 6. los que denieguen la practica de la
prueba anticipada. 7. los que declaren la suspensión condicional de la persecución
penal. 8. los que declaren el sobreseimiento o clausura del proceso. 9. los que
declaren la prisión o imposición de medidas sustitutivas y sus modificaciones. 10.
los que denieguen o restrinjan la libertad. 11. los que fijen termino al procedimiento
preparatorio. 12. los que resuelvan excepciones u obstáculos a la persecución
penal y civil. 13 Los autos en los cuales se declare la falta de mérito. También son
apelables con efectos suspensivos los autos definitivos emitidos por el juez de
ejecución y los dictados por los jueces de paz relativos al criterio de oportunidad.”
Al no ser apelable la decisión del juez de primera instancia que denegó la solicitud
de reforma del auto de procesamiento, la autoridad impugnada únicamente tuvo
en la esfera de su competencia lo relativo a la denegatoria de la solicitud de
revisión de la medida de coerción impuesta, en la que la defensa de los
procesados pretendían la aplicación de la falta de mérito.
Provocar la revisión de las medidas de coerción, de conformidad con el
artículo 277 del Código Procesal Penal, es una facultad que tiene el imputado y su
defensor con el fin de que se practique un nuevo examen sobre la procedencia de
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la medida de coerción impuesta, ante la variación de las circunstancias primitivas


que fundamentaron su imposición originaria. El referido artículo establece: “El
imputado y su defensor podrán provocar el examen de la prisión y de la
internación, o de cualquier otra medida de coerción personal que hubiere sido
impuesta, en cualquier momento del procedimiento, siempre que hubiere variado
las circunstancias primitivas”. Por la naturaleza de tracto sucesivo del proceso
penal, se entiende que no puede constantemente y de manera injustificada
retroceder a las etapas procesales ya agotadas, principio que no es propio del
proceso penal sino de todos los procesos judiciales. No obstante, siendo que las
medidas de coerción constituyen una medida instrumental o precautoria en el
proceso penal, la revisión de su necesidad e idoneidad es factible durante el
trámite de todo el referido proceso. No obstante, para que pueda otorgarse la
sustitución de la medida de coerción originaria, se requiere que el imputado
demuestre ante la autoridad judicial que las circunstancias variaron. Esta variación
no puede ser sobre la base de los hechos ya valorados por el juez oportunamente
al dictar el auto de procesamiento y la medida de coerción que se pretende
revisar, sino claramente la norma establece que deben demostrarse la revelación
de nuevos hechos que hagan “variar las circunstancias primitivas”. De no ser así,
se estaría retrotrayendo la discusión de los mismos hechos y de las mismas
circunstancias que ya fueron evaluadas en una etapa procesal fenecida. Sobre el
particular, el Manual del Juez, documento oficial de la Unidad de Capacitación del
Organismo Judicial, responde a la interrogante ¿cuándo se sustituye o revisa una
medida de coerción?, de la siguiente manera: “Presupuestos y consideraciones: a)
Exista una medida de coerción vigente. b) El imputado, su defensor o el MP lo
soliciten. c) Cambie la condición por la cual se dictó la medida de coerción.”
(Manual del Juez. Unidad de Capacitación Institucional del Organismo Judicial de
Guatemala, 2,000; p. 82-83) Sobre este último presupuesto, indica: “Para revisar o
sustituir una medida de coerción de las partes (MP, el querellante adhesivo o el
imputado personalmente o a través de su defensor), deben aportar al juez de
primera instancia medios de convicción no valorados anteriormente, que permitan
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establecer que han variado las condiciones originales que sirvieron de base para
dictar la medida.” (p.83) Añade que en cuanto a los aspectos materiales, se
requiere para su procedencia: “*Nuevos medios de investigación que
modifiquen el hecho original permitiendo una nueva calificación jurídica, por
ejemplo, de homicidio a homicidio culposo; y *que se acrediten nuevos hechos
que permitan inferir al juez que no existe delito, por ejemplo, aparece viva la
persona que presuntamente había sido asesinada; (…) *El juez de primera
instancia puede revisar la medida de coerción si se trata de delitos
contemplados en el artículo 264 del CPP siempre que se modifique el tipo
penal o se haya acreditado ausencia de peligro de fuga o de obstaculización a la
verdad. (…)” (p. 83-84. Resaltado es propio)
De todo lo anterior se puede concluir que: a) la revisión de la medida de
coerción tiene como objetivo concreto determinar si las causas originales que
existían cuando el juez decidió imponer una medida de coerción, persisten o, han
variado y se puede sustituir la medida de coerción impuesta; b) para que esto
última proceda, deben existir nuevos hechos o nuevos medios de investigación
que permitan comprobar al juzgador que las circunstancias son distintas y que es
factible sustituir la medida de coerción impuesta por otra menos gravosa; y, c) en
caso se esté procesando a una persona por alguno de los delitos contenidos en el
artículo 264 del Código Procesal Penal, a los que el legislador ha prohibido
expresamente el otorgamiento de una medida sustitutiva de la prisión preventiva,
sólo podrá otorgarse la sustitución pretendida si derivado de la nueva valoración
judicial se determina que debe reformarse el auto de procesamiento por algún otro
delito que no está contemplado en la prohibición.
Al analizar los antecedentes del caso que subyace, esta Corte encuentra
que no se produjeron las circunstancias fácticas y jurídicas que la ley exige para
que pueda ser procedente la revisión de la medida de coerción y como
consecuencia de ello se pudiera sustituir la medida de coerción impuesta; pues en
ningún momento se reformó el auto de procesamiento y, en consecuencia,
tratándose del delito de Tránsito internacional y Asociación ilícita, se tiene la
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prohibición expresa en el artículo 264 del Código Procesal P0enal para otorgar
una medida sustitutiva de la prisión preventiva en dicho proceso.
Esta Corte reitera que en el presente caso, la única competencia que la
Sala de la Corte de Apelaciones tenía para conocer en apelación, era lo relativo a
la decisión del juez de primera instancia de denegar la sustitución de la medida de
coerción que se emitió en la audiencia de revisión de la medida de coerción; no
así, lo relativo a determinar si habían suficientes motivos para mantener ligados a
los procesados al proceso penal, pues tal materia no es apelable. No obstante, la
autoridad impugnada al fundamentar su fallo, indicó: “…hemos determinado que
no existe ni un solo medio de investigación que determine la participación,
concertación o planificación de los hechos con los otros procesados (…) resulta
evidente que los tripulantes del tercer vehículo en donde encontraron la droga
incautada y las armas de grueso calibre y en donde falleció una persona no tenían
ningún tipo de relación con las otras personas porque por simple lógica si
custodiaban o protegían no lo harían con el tipo de armas que portaban…” Tales
apreciaciones, no están dirigidas a determinar si existen “nuevos” elementos de
investigación que hagan variar la decisión de mantener la “medida de coerción”
impuesta, sino a determinar si habían elementos de investigación para poder
continuar con el proceso penal; por lo que la autoridad impugnada cometió
equívoco procesal al haber decidido sobre materia que no estaba en la esfera
legal de su competencia.
Por las razones expuestas, al emitir la resolución que constituye el acto
reclamado, la autoridad impugnada varió las formas del proceso en perjuicio de la
institución postulante, razón por la que es procedente declarar con lugar los
recursos de apelación planteados; y, como consecuencia, revocar la sentencia
venida en grado y otorgar el amparo, dejando sin efecto la resolución que
constituye el acto reclamado y ordenando a la autoridad impugnada emitir la que
en derecho corresponde.
No se condena en costas a la autoridad impugnada por la buena fe que se
presume en la emisión de las resoluciones judiciales.
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LEYES APLICABLES
Leyes citadas y artículos 265, 268 y 272 inciso c) de la Constitución Política
de la República de Guatemala; 8º, 10, 42, 45, 49, 50, 52, 54, 60, 61, 66, 67, 149,
163, inciso c), y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad; y 17 y 34 Bis del Acuerdo 4-89 de la Corte de
Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I) Con lugar los recursos de apelación interpuestos por: a. la Fiscalía de
Sección Adjunta de Delitos de Narcoactividad Región Sur Occidente,
Quetzaltenango, del Ministerio Público, postulante del amparo y, b. la Fiscalía de
Asuntos Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal del Ministerio Público;
como consecuencia, se revoca el fallo apelado y resolviendo conforme a derecho:
a) otorga el amparo solicitado por el Ministerio Público, por medio de la Fiscalía
de Sección Adjunta de Delitos de Narcoactividad Región del Sur Occidente,
Quetzaltenango, contra la Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de
Retalhuelu, dejando sin efecto la resolución que constituye el acto reclamado; b)
para los efectos positivos de este fallo, la autoridad impugnada deberá dictar la
resolución que en derecho corresponda, de conformidad con lo considerado,
dentro del plazo de cinco días contados a partir del día en que reciba la ejecutoria
de este fallo, bajo apercibimiento de que, en caso de incumplimiento, se le
impondrá una multa de dos mil quetzales (Q2,000.00) a cada uno de sus
integrantes, sin perjuicio de las demás responsabilidades en que pudieran incurrir;
y c) no se condena en costas a la autoridad impugnada. II) Notifíquese y, con
certificación de lo resuelto, devuélvanse los antecedentes.

MAURO RODERICO CHACÓN CORADO


PRESIDENTE
HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA ROBERTO MOLINA BARRETO
MAGISTRADO MAGISTRADO

GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE


Expedientes Acumulados 4278-2011 y 4281-2011 15

MAGISTRADA MAGISTRADO

JUAN CARLOS MEDINA SALAS CARMEN MARÍA GUTIÉRREZ DE COLMENARES


MAGISTRADO MAGISTRADA

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

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