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1:Mario Cordero

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Prólogo
Una experiencia de lectura poética signada de un amor
arraigado en el poeta, ha sido para mí un privilegio al leer
estas páginas y soñar a través de los versos de Mario José
Cordero. En su poesía he encontrado un alma solitaria
que hace loas a un corazón que alberga el sentimiento
más hermoso que se pueda sentir como lo es el amor.
Y es en su postulado de ¿Cómo admirar la belleza de otro
cuerpo que no sea el tuyo? , me lleva a pensar en el amor
único que en la lejanía hizo triste su verso. Y que la noche
en soledad arrancó los cristos de su pecho.
La belleza literaria en la expresión de Mario, toma
entidad cuando pide a la amada ausente ser lampo para él
ser su cayado y de esta manera soñar que los tropiezos de
la vida le sean livianos, siempre con la ilusión de ir de la
mano de ese amor que sigue siendo su musa eterna.
Del ambiente natural el poeta, dibuja a Cubiro, expresa
su amor a los espacios compartidos haciendo un símil del
pesebre que vive en su memoria como ritual sagrado del
hogar de puertas abiertas.

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Y es la nostalgia del poeta en su evocación del amor
etéreo, una constante que lo lleva a expresar como la
muerte de la musa enhebra sus palabras perdidas, para
buscar con afán los recuerdos y poder guardarlos en su
alma solitaria, y seguir evocando sus palabras solas en el
camposanto que solo deja crecer la hierba.
La quietud de la noche y su nostalgia no borran de su
verso la belleza del sentimiento paternal que salta años de
existencia y abraza a la generación que sigue
construyendo entre sonrisas, golosinas y pasos cortos su
continuidad.
Las tradiciones del hogar ancestral reviven cada año en la
casa de corredores del poeta, es su estrofa un canto al
pesebre, a los aromas de su pulpería, al paso del santo
yacente por la vereda de su casa, el brindis amoroso de la
familia que en oración sigue pidiendo favores al Cristo de
siempre.
Y la espera eterna se expresa en el verso cansado por el
tiempo “Un limo incipiente comienza a formar cúmulos”,
la nostalgia de los amigos que partieron llevándose con
ellos el compartir ideológico y el afecto que traza en sus
líneas del adiós a: el Negro Rojas, Alberto Zambrano y
Williams Perdomo, dejan ver la capacidad de entrega en
la amistad del poeta Cordero.

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Las figuras literarias de Mario Cordero irrumpen en tropel
para cantar al amor bendecido en matrimonio y dejar
testimonio inquebrantable que sigue apartando
obstáculos para dejarlo en el altar de las prioridades
eternas: “Unamos nuestros corazones de esposos
enamorados”.
Con la reverencia respetuosa de tomar de ellos las bases
para seguir escribiendo, Mario Cordero entrelaza poetas
ancestrales y los deja en su poemario como troncos firmes
para dejar testimonio de las verdades que expresan sus
propios versos.
Es para mí como lo dije anteriormente una experiencia de
lectura poética muy importante, ya que encontré en
Cordero Salcedo un alma plena que canta al amor y a los
detalles de la vida con una magistralidad digna de tomar
en cuenta en las letras yaracuyanas y de nuestro país.
ASOPEY celebra este poemario que ha de engrosar la
lista de publicaciones exitosas que hasta ahora ha tenido.
Que reciba el estado Yaracuy este “Confesionario
Vivencial” de Mario Cordero Salcedo como regalo de
Yaritagua “La Ciudad de las letras”

Prof. Mariela Lugo García


Presidenta de ASOPEY
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Presentación del autor

¿Quién dijo que escribir era fácil? Para escribir es


requisito indispensable, leer; un profesor de andragogía
confesaba que no le gustaba la lectura, empero lo hacía
por obligación de su profesión, más solo textos alusivos a
educación de adultos. Ojalá alguna vez haya tocado a la
puerta del verbo universal.
En mi caso desde adolescente comencé a tropezarme con
libros y revistas de toda índole que mi padre dejaba
intencionalmente al alcance, de manera que con los
“suplementos”, como denominábamos las revistas
cómicas y de aventuras, poco a poco fui explorando
mundos descritos por Julio Verne, alternando con
Rómulo Gallegos, Miguel Otero Silva, Juan Ramón
Giménez, etc. Incluso conocí un poeta cumanés que
desde su calabozo en el Castillo de Puerto Cabello navega
por los mares de la eternidad a bordo de un “Barco de
Piedra”.
Próximo a cumplir 70 años, nuestro Señor Jesucristo me
concede la gracia de estar en ASOPEY y poder alternar
con todos sus integrantes, amén de contar con Mariela
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Lugo, quien sobreponiéndose a los vendavales corporales
empuña firmemente el timón y nos anima a escribir un
conjunto de palabras sin pretensiones de por ello
creernos poetas.
En realidad son estíos e invenciones vivenciales
inspiradas por amor, es un confesionario donde ocupa
sitio de honor sagrado la madre de mis hijos (Q.E.P.D.)
Ella es primavera sempiterna hasta que Dios disponga de
ésta su adúltera oveja descarriada.

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Agradecimiento

A nuestro gran Poder Superior, Padre Omnipotente.


A la promesa eterna de ver pasar cada año a Jesús yacente
por la puerta del hogar donde creció mi fe en ti.

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Dedicatoria
A mis hijos y nietos, todos…
A mi poeta mayor Mariela Lugo García
Al poeta Eliseo Mora, mi primer lector.
Al Lcdo. Jesús Castillo Director de la Editorial el perro y
la rana, Capitulo Yaracuy.
A ASOPEY, Asociación de Poetas y Escritores Yaritagua.
A Mercedes Edelmira Blanco Mujica. Editora de
ASOPEY allende el mar océano.

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“El amor no se trata
de encontrar a alguien
con quien vivir, es encontrar
a alguien con quien no se
pueda dejar de vivir”.

Mario Benedetti

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“Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.

¡Todo sucederá! Podrá la muerte


cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor”.

Gustavo Adolfo Bécquer

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¿Cómo oficiar a Venus?
si no eres tú mi sacerdotisa?
¿Cómo admirar la belleza de otro cuerpo
que no sea el tuyo?
¿Cómo abrevar en otro remanso
que mitigue mi sed de amor?
¡No!... ¡mil veces no!
sólo tú das vida a mi vida,
tu savia me alimenta.

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Tú mi musa…
¡Déjame
que haga poesía!
Dime te amo,
que tu voz se grabe
en el infinito.

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Estoy contento no lo niego, feliz,
Por qué no decirlo,
enamorado siempre.
dormiré con el ovillo en mi pecho,
sobre el corazón.

15
Poco a poco el silencio
de la noche calla los fuegos artificiales
que reciben el año nuevo
y despiden al viejo.
Ritual sempiterno como la soledad
de mi existencia. ¡Ah!... si yo
tuviese otra compañía
que me comprendiese
que alabase mi poesía, pero no,
eso está negado en la existencia mía.

Medianoche del 31 de diciembre de 2012

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La aurora me
hizo un guiño
con el primer rayo
de luz al sorprenderme
cual colibrí.

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Al filo de la medianoche
mientras dormías profundamente
contemplaba tu bello rostro.
La imagen apenas
iluminada por un halo de luz
que irradiabas del alma,
era la felicidad.
Mi corazón cual
corcel desbocado
galopaba incontrolable,
quise tocar tu mejilla,
lo impidió la beatífica
paz de tu sonrisa.
No pude más que
sucumbir a Morfeo
para soñar que tan sublime
imagen era realidad.
Eres tan dulce, tan atrayente,
tan cariñosa, sabes decirme las cosas.
Me has atrapado con tu néctar
que aún no sorbo en lecho propio.
Soy abejorro silvestre,

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tú, flor tierna que Dios
atravesó en mi camino.
Deja, que sea
presa de tu dogal.

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El Ovillo
Brilla, resplandece el ovillo,
al momento de la siega
una hebra blanca
como signo de pureza
se mezcló entre
las hebras negras.
Mis dedos trémulos
fueron enlazados
hebra por hebra,
con besos tiernos y lágrimas.
Lo confieso,
formé la argamasa que los unió.
El ovillo es suave al tacto, muy suave,
como vello de niña
que inicia la pubertad.
Lo presenté al sol
y se tornó dorado,
por la intensidad
de la pasión.
He tratado de deshacerlo,
es imposible,

20
incluso la hebra blanca
es oro de vida;
el ovillo sabe a ti, tiene tu olor…
Extraño sortilegio.

21
Poeta, no hice caso a Serrat,
abrí cajones,
hube de cerrarlos
para no encontrar recuerdos.
El cuerpo cobarde sucumbió
al negro abismo de la verdad amarga.
Busco una dársena o ensenada
para reparar el velamen roto,
corregir averías
y reemprender el derrotero.

22
Ayer escribió impersonalmente,
ignoré la señal y mi corazón clamó,
no lo escuché.

23
Pensé que las cartas náuticas
de mi existencia estaban navegadas
y mi barca al pairo.
Un viento de cola parece
hinchar las velas.

24
Poeta Eliseo:
¿Qué musa ha hecho triste tu verbo?

25
Como la flor de mañanita
que abre sus pétalos impregnados de rocío,
quedé a la espera del colibrí
que aletea insistente
y sorbe el néctar de mi cuerpo.
La espera fue en vano,
el sol goloso bebió
mi esencia, ahora soy
deudo de Venus y Cupido.

26
La noche fue tan larga, larguísima,
se complació en torturarme
negándome el sueño.
Al marcharse arrancó
los cristos de mi pecho.

27
Cual vigía en la cofa,
Atisbo tus señales
para que los mensajes de
Cupido sean por siempre
amor recíproco.

28
Este viejo barco
pesado y bamboleante
está de zarpe,
enfila la proa a barlovento
donde en un cobijo montañoso
mirará atardeceres.
Creo haber soltado
casi todas las amarras, bitas y cornamusas
quedan liberadas…
Desde la playa atisbo el muelle

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¿A quién le toca?
¿Cuál mantiene la flama
que cobra vida?
¿Quiénes usarán sabiamente
ese fuego tan propio que solo
lo aviva un intenso amor?

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¡Qué bueno!
vuelve la primavera
después de un prolongado invierno,
trinar de aves y aromas florales
engalanarán su regreso.

31
Es un nuevo día, una nueva vida,
comienzo a escribir otro
capítulo en la historia
de mi existencia.

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Elegía al Negro Rojas
¡Te vi camarada!
yertas las manos crispadas.
Los ojos cerrados definitivamente
para seguir soñando
con una sociedad de iguales
allá, en el más allá.
- Eres otro adelantado camarada
Es que hasta la muerte también es
camarada, respondiste,
solo que muy inoportuna.

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A Eliseo Mora
Grato saber que pulsarás la lira en tu génesis,
danzarás al compás de la palabra entre
diosas timoto-cuicas.

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Hoy los verbos cedieron espacio
al infinitivo amar,
siempre ocurre en mí para ti.
Es tu cumpleaños,
conjugo en primera persona
¡Yo amo a su merced!...
Tomaré tus manos
para renovarte mi verdad,
mi amor sincero.
¡Feliz cumpleaños
Señora de mi vida!

35
No me dejes sucumbir de nostalgias,
envuélveme en tu manto protector,
cobíjame, recíbeme integralmente,
me siento indefenso.
Mira que Caronte apresta su barca
y no quiero ser pasajero sin retorno

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Pulsar la lira de mi musa,
formar un nuevo ovillo
con el follaje que guarda
la grieta sagrada
es dejarme sentirte siempre.

37
Hay una actitud egoísta
en tu pensamiento.
Mucha soberbia cuando
no se hace tu voluntad,
arrollas sin mirar a quien,
no te importan
sentimientos ajenos.
No somos tus semejantes
precisamente tus victimarios.
¡Somos tus víctimas!

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Tus miradas tiernas
tu conversación sensitiva
tus manos suaves, tu boca…
El calor de tu cuerpo
tus mamas mielosas
tu olor de hembra seductora.
¡Oh tálamo altar del amor!

39
Timón y velamen roto
a merced del vendaval.
El corazón cobarde galopa presuroso
Y arrolla la razón.
¡Qué amarga es la copa de la soledad!

40
¿Será posible tu palabra escrita
antesala de la mirada tierna
y una dulce sonrisa llena de pureza?

41
Tu cara es reflejo de noches
sin amaneceres…
Mi cara.

42
Yo creo que es mejor así,
sin fingimiento,
sin falsas posturas hipócritas.
supe que todo había terminado
cuando tus besos
dejaron de ser intensos,
largos, apasionados;
cuando tus manos
dejaron de acariciarme
y tu boca fue esquiva
a recorrer mi piel.
Abrigué la esperanza
de estar equivocado, pero no,
te encargaste de descorrer
el velo de la realidad.
¡Acabó la farsa!...

43
En cuatro años justos
se lavó el pecado original.
Dios permita expiar el
sacrilegio de unirnos
en su altar y sea misericordioso.

44
Deseo que las horas
Pasen rápidamente
como nubes llevadas
por el viento
para mirarme en tus ojos.

45
Al igual que Gustavo Pereira
“Cuando vi la mañana en el patio
dejé la puerta abierta”
Junto con ella,
entró el trinar de los turpiales,
hicieron su nido de amor en el limonero.

46
¡Qué desdicha la tuya!
Émula de “Florinda en invierno”.
tener de pretendiente
un ignorante
que recién descubre la poesía
de Federico García Lorca.

47
Las suturas que hiciste
en mí herido corazón
necesitan esa tierna y límpida
sonrisa tuya
para sanar plenamente.

48
A cinco meses…
ciento cincuenta días
con sus noches inciertas
algunos destellos fugaces
prestados como los de la luna
parecieron indicar…
mero espejismo.

49
Siento que la espera
llega a su final
¿O seré tiempo vencido?
Ya lo dije todo
¿O realmente he dicho suficiente?
Estoy sobreseído de mutismo.
Debería tocar nuevamente la puerta
antes que el silencio de las palabras
se conviertan en mil cerrojos.
¿Y qué hacer con las frases dichas?
Guardarlas celosamente
espera de respuestas
preñadas de sí.
¿Y un no maléfico?
Sade lapida latidos postreros.

50
Aquí estoy en el patio,
ya decidido,
huyo hacia adelante,
lejos del pasado;
dinamito puentes y vadeo ríos
para que mis huellas
las borre el agua.
En algún lugar habrá un refugio
para albergue de corazones
que agradezcan al Creador
cada amanecer.

51
Cariño mío, permíteme evocarte
pura y casta, de corazón límpido
y pensamiento sano…
Si puedes mándame un beso
Con una libélula
que presurosa vuela
por mi encargo.

52
¡Buenos días mi amor!...
Consuelo al cielo
que llora de soledades infinitas,
las lágrimas disiparon el sueño.
Juntos combatimos
al monstruoso insomnio
para que la aurora nos premie
con luz de vida.

53
Segundos minutos y horas
son sayones
que azotan mi espíritu
cuando no estás.

54
Esperanza de mi vida
sueño idílico dulce
¡Señora reina mía!
Farola y lampo
que aleja la bruma. .
Dios bendiga
este cumpleaños
y todos los por venir.

55
Que frágil es el amor
mi amor, tu amor,
como vajilla fina
ante el anillo de diamantes.

56
Poeta, tengo una novia
llamada soledad,
está conmigo siempre
días y noches.
Reímos, lloramos.
Alaba mis versos
sin fingimiento,
no miente,
consuela mis tristezas,
duermo abrazado a ella,
comparte insomnios,
respiro su aliento
cada instante, no reprocha,
permite oficiar a Baco
a veces acompaña la liturgia.
Poeta, poeta,
me caso con mi soledad.
57
Fustigaré inclemente
los negros corceles de la noche
para que galopen
incesantes en pos de la aurora.
Azuzaré lebreles que asusten
los negros caballos
de esta noche sin ti
y galopen desbocados
al amanecer de nuestras vidas.

58
He derrumbado la casa
de mis discordias,
arrojé los escombros
a un abismo insondable
y juntos edifiquemos
la morada de nuestro amor.

59
Cuando no exista
tendrás el verbo hecho carne,
huesos y sangre.
Altanera devocionaria
del culto a Cupido

60
Estoy enfermo de tu boca,
de tu cuerpo, de tu olor a hembra.
Enfermedad que revela
mis instintos de animal enamorado.
La cura es besarte largamente,
olisquearte, aspirar lo más
profundo de tu rescoldo;
mordisquear esos pezones sonrosados
mientras mis manos corsarias
juntan tus senos en oquedad estrecha
para luego, descender
a los abrevaderos benditos
donde beberé icor, leche y miel
que ofrendaré a Venus en liturgia.
Y serás sacerdotisa para ungir
mi cuerpo con el calor del tuyo
y llevarme al éxtasis supremo
en todas las formas

61
del amor verdadero,
en búsqueda de una sanación
que no quiero.
Mi gaviera hoy debe poner
a punto este corazón averiado
por una tormenta que de pronto
llegó por sotavento.
Hágalo pronto porque mañana zarpamos
al mar abierto para navegar
por el infinito océano de Dios;
Jesús nuestro capitán.

62
Sé siempre mi lampo
para ser tu cayado,
así jamás tropezaremos.

63
¡Tú mujer!
Razón, pasión, elemento
esencial de mi vida.
Todos mis versos
son tuyos, mi lira solo
tañe para ti.

64
Lástima mujer
que yo no pueda amarte,
lástima mujer, que tú
no puedes amarme
¿Y por qué no?
Dios creó la vida,
con ella el amor.

65
Cubiro es un pesebre a horcajadas
entre cerros con muchas
casitas donde vive la vida.
Está en el cenit la estrella redentora
y solo falta que los reyes magos
bajen de la loma para
adorar al Dios salvador.

66
Mi espíritu anda en una nube por
el cielo de Cubiro mientras
la carne exhausta reposa
ahíta de amar.

67
Todo el mundo no sabe amar,
el amor hay que sentirlo.
Para decir te amo
hay que tener corazón.
El corazón debe
sentir amor;
y mi amor por ti,
¿Lo comparte tu corazón?

68
Esta madrugada
de insomnio solitario
quise ser el primero en desearte
dicha y ventura,
empero la razón
sobre el corazón, quizás alguien
amalgame el vaso roto
por la indiferencia.

69
Murió la musa de mi vida,
murió la musa del amor furtivo,
no atino a enlazar fonemas,
solo recoger recuerdos
y guardarlos en el alma.

70
El silencio me hará
sucumbir de amor,
bebo lentamente esa cicuta;
más, no toco tu puerta.
¡Mantén llena la copa!

71
Te evoco en la
quietud de la noche
en la brisa que se
insinúa tímidamente
y añoro la cálida sonrisa
de nuestra última vez.

72
Cúndeme de cariño
palabras tiernas,
da paso a la musa
única de mi vida,
ámame como te amo
transmútame
a tu sagrado lecho.

73
¡Ayer la vi!...
Un hola y su radiante sonrisa
fueron lampo cegador,
solo atiné a decir
-Buenas tardes
Ahogándome
en mí fingida frialdad.

74
Sufro tus silencios,
añoro tu presencia,
triste cobijo mi soledad.
Sueño que duermo abrazado
a tu cuerpo…
Ahíto de caricias.

75
Has de saber que no hay noche
en que no te haya
deseado bienestar,
que no te haya encomendado
en mis oraciones
porque marxista convencido
creo en Dios.
Que en cada amanecer te digo;
- Buenos días
y renuevo mis votos
de amor por ti.

76
Eres tan tierna cuando
habla tu corazón,
déjame
vivirlo siempre.

77
Solo pido más espacio
en tu cotidianidad
y palabras de amor
porque no concibo
mi vida sin su merced,
sería como acelerar la muerte.

78
Madre hoy, hija ayer
junta bendita
que Dios colocò sobre la tierra
para sembrar la vida.
Felicidades madres
a quien nuestro Creador
hizo los seres más preciados
de la existencia.

79
Soñaré con ese encuentro
de mañana y siempre
mirarme en tus ojos bellos,
decirte: ¡Amada mía!
es mi mayor anhelo.

80
Abrigo dudas
por un marcado silencio,
debe ser que llegué tarde
o no califico para la
vida a tu lado.

81
Te tuve en mis brazos
con siete meses apenas,
organicé tu primer cumpleaños.
Después vino
el tiempo de la ausencia
hasta que una linda niña
alegraría mi corazón al compartir
amor paterno.
Treinta años han transcurrido
y gozo la dicha de tener nieta.
Sufrimos por este proceso
y aquí estamos hoy,
atados por amor.
Dios nos permita seguir
Y navegar en búsqueda de
la redención social.
¡Feliz Cumpleaños!
82
Fue inevitable,
en gesto de mímico arrebato
derramé la simiente
en tu nombre.

83
Lástima que tu pragmatismo
apoque lo espiritual de la existencia,
yo pacientemente
espero que me necesites.
Pero… ¿Sabes? un limo incipiente
comienza a formar cúmulos.

84
Cuando yo te necesito,
que es siempre,
tú no puedes.
Cuando me necesites
y yo pueda ahí estaré.
Esa es nuestra realidad,
¿Entonces para qué amargarnos?
Ya aprendí a vivir en la tierra,
las letras entraron con sangre.
El dolor lacerará mi pecho
mientras viva.

85
Entre el estruendo de cohetes
y silbadores renové
mi profundo amor
por su merced.

86
Trato de amalgamar mis versos
con un tempranillo tinto.
Empero es inútil,
mi musa los soliviantó de mañana.

87
Tanto tiempo sin verte es difícil,
menos mal que tengo tu imagen
grabada en la mente
y tatuada en mi corazón.

88
Gracias por dejarme
verte sonreír,
permite que mis incipientes versos
siempre sean para ti,
única lira y musa.

89
¿Me concederás el privilegio
de corresponderme con tu todo?
¿cómo te correspondo yo?

90
Hoy Viernes Santo,
como los de ayeres,
las ovejas del rebaño
calmarán su sed
en mi vetusto abrevadero
mientras conducen
el yerto cuerpo
de nuestro Señor.

91
La bahía de Puerto Cabello
asemeja una corola
hecha con pétalos de barcos
que se aparejan
y nace una flor azul.

92
Creo que produjiste un buen
caldo de tus cepas,
es hora de la cata.
Incluso el viñedo más joven
dará un vino tan bueno
como las primeras ciegas
Da gracias a Dios
por todas las cosas
buenas de la vida.
¿Por qué pensar mal ahora?

93
Conversa con la noche
(A Eliseo)

Esta noche la conversa


es completa.
Dos viejitas con
su cortejo añejo están en refriega,
su mejor espada
es la voluntad de vivir.
Sobrevivieron al bisturí
y la parca ordena toque de repliegue.
Hijas avejentadas
montan celosa guardia de corps.
Yo, poeta, comparto tu café
con esas soldaderas.

94
Como un ropavejero toqué diez puertas
que guardan corazones.
Tres se abrieron de par en par
y tres aunque quisieran
no es su tiempo.
Esos seis corazones laten
junto al mío, los otros…
cuando necesiten pálpitos llamen
a mi puerta abierta.

95
Tarde nublada
como mi alma por desamor.
Tarde milonguera a lo Gardel,
libo con él.
Te llamo y no respondes.
¿Con quién hablo de nostalgias?
Será inútil,
ni siquiera el consuelo de su voz.
Me refugio en las melodías del arrabal.
el tango tiene alma,
carne y sangre, bálsamo
para el corazón.

96
Quizá alguna tempestad
me aviente
a tierras feraces.

97
Fraile Eliseo, poeta amigo
y camarada
se acerca la hora postrera
y aquí estoy
aguardándola en la tumba de Inés.
¿Se acuerda poeta? Usted vio
brotar mis lagrimas y enderezó
el timón anacoreta.
Por ello amigo rememoro ese momento.
camarada ya está aquí
la hora de hace un año,
mándeme su palabra, poeta,
amigo, camarada.

Cementerio, 20-08-2011

98
Esas avecillas tiernas posadas
en tu pecho, cuyos piquitos
aureolados en sepia tengo
en mis labios…
Sus cuerpecillos
de suave plumaje
se estremecen
en mis manos.

99
Esa navegación por los mares
de la poesía tomado de tus manos
fue maravillosa porque estabas ahí.
Con la una en la mesana
y otra sosteniéndome,
guardándome de sirenas
y ventiscas.
Tú, musa única, ser de mí ser…
insustituible latido
de mi joven viejo corazón.

100
El camposanto
es parte de la vida,
prolongación existencial
donde la tierra
vuelve al origen y olvido
porque solo hierba guarda
la señal que alguna vez tuvo vida.
l

101
Cuanto deseo verte a diario,
cuantas ansias de verte,
escucharte y sentirte
porque solo tú ocupas
mi pensamiento.
Porque únicamente oficio
a Venus en tu altar,
mi ara sagrada.
Permite la cotidianidad
de tu presencia,
razón de mi vida.

102
Con migajas sobrantes
de tu tiempo de sobra
hazme un mendrugo.
Si te queda tiempo
guárdamelo mientras
tengas tiempo.
Estará duro por el tiempo
más sabré ablandarlo
para compartirlo contigo
en la migajita de tiempo
que a veces
desdoblas cuando
estamos juntos.

103
Te imagino cubierta solo
con un haz de luz que guíe
mi tránsito hacia lugares paradisíacos
donde están ocultos preciados
dones dignos de un bardo.

104
La pulpería huele a queso, a papelón
y conservas.
Huele a especias; a ruda, a romero
y a geranio, el aroma de hallacas
hace que el olfato pase trabajo…
Huele a tinta, hay pregón.
¿Quién trajo flores?
¿Y ese líquido rubio en botellas ámbar?
¿Por qué la pulpería es peinadora?
¿Quién quiere vida?
¡Vive la pulpería!
Hay granjería criolla, Musiúa la
gata bosteza en un rincón velando una presa.
¿Alguien tiene un ratón?

105
Una flor renueva sus pétalos
para extasiarme contemplándola
y sorbiendo su néctar,
cual abejorro silvestre,
como colibrí mañanero
en rosal floreciente.

106
Palabreo Sagrado

¡Hola, aquí estoy!...


Me estas mirando
sentado frente al pesebre.
Mariela lo hizo el 24 con José Isaías
de ayudante; lo sabes, por supuesto, si
de alguna forma divina estabas allí.
Es un pesebre revolucionario porque el
rey negro va al frente,
detrás el moreno y el blanco de último.
No más el blanco delante, de soslayo miro
La poltrona vacía, vacía en cuerpo físico
porque tu delicado perfume está en el ambiente
Platicamos y sonríes, si, sonríes
porque dejarás los reyes magos como están
ahora pues nuestro juego finalizó
107
más no el rito de sentarnos frente al pesebre.
La noche del 24 nuestra emoción
fue indescriptible cuando
José Isaías grito ¡Gracias! Niño Jesús
¡Por tantos regalos!
El muñeco ese, espacial, un chuchutren, la
bicicleta, los carros que trajeron
nuestros vecinos chinos.
No nos faltó José, seguimos siendo
sus tíos y él busca su regalo.
Pero todo esto lo sabes, claro
que sí pues eres partícipe, como
aquella película española que una vez
vimos juntos y te gustó tanto.
¿Te acuerdas?
Ambos esposos fanáticos
del Madrid que no se perdían
un juego en el Bernabéu,
hasta que el marido falleció y ella
108
continuó asistiendo al estadio,
al día siguiente iba al cementerio
para contarle el partido,
sabiendo que él estuvo
a su lado en la grada.
Así nos ocurre a nosotros,
incluso el pesebre de último
momento es tu mandato.
¿Cómo dejar al Divino Niño sin
cobija otro año?
¿Cómo privarnos de la plática frente al pesebre?
¡Nunca más!

109
Se solicita señora seria,
honesta, responsable, descomplicada,
amable, cariñosa.
Que le gusten las Bellas Artes,
que tenga nietos con quien jugar,
que le agrade el mar y las montañas.
Que pueda corear un gol aunque no le guste el fútbol,
que se arme de valor para llevarle
la corriente a un viejito majadero
que le ha dado por escribir lo que
él cree son versos.
Que no tenga horario preestablecido
para oficiar a Venus y pueda pasear
tomada de la mano.
De antemano se aceptan sus condiciones.

110
Creo en la vida porque creo en ti.
porque sin ti no podría
creer en la vida… Eso creía.
Dulces sueños,
quien pudiera transmutarse
para respirar tu aliento de ambrosía…
Igual respiro.

111
Estar entre tus brazos,
sentir tu calor
oírte muy quedo,
sentir tus suspiros,
es vivir por siempre nuestra
primera vez.

112
Buque con velamen roto,
maderamen crujiente
y cuadernas averiadas
solicita fondeadero
donde recalar para siempre.

113
Quizás ese gran puerto
que es tu corazón
tenga muelle disponible
para atracar un viejo
y destartalado barco solitario.

114
Escuchando a Serrat
pienso que es mentira
que no estás.
¡O si estás, en esencia y en espíritu.!
que perdonas mis devaneos
porque sabes que eres y serás
Irreemplazable.

14/02/2012.

115
Madre de mis dos nietos,
eres hija mía pues amo
profundamente a la madre
que te dio vida.
Madre de tus hijos,
madre de nuestros cuatro nietos.
Incansable guerrera que todos los días
combates por la vida,
Déjame ser tu escudero
madrecita abnegada.

116
Cuando lo mío priva sobre lo nuestro,
se vuelve silicio y el dolor lacerante
hace que la cruel realidad emerja.
Entonces intensos rayos
abrazan mis párpados
para que nunca más cierre
los ojos a la verdad.
Necio de mí iré a la zaga de Dante y
Hans, hasta el último hálito de vida.

117
Musa de mi existencia,
mi flor de la que hace mucho no sorbo
su néctar debe estar abriendo pétalos.

118
Un pajarillo entró por la ventana
que da al oeste, revoloteó y escuché a su
merced musitar en el sonido de sus alas.
¿Esa avecilla es tu mensajera de amor?
Yo le lancé besos para que te lleguen
prendidos en su piquito.

119
Miento si digo no amarte,
miento al decir no te necesito para
mi existencia porque es mentira
que te miento.

120
Abro gavetas, encuentro recuerdos
el vino me sabe amargo, muy amargo.
Será por el llanto que inunda mi garganta
Y aquí estamos: José Isaías, ella,
mi tristeza y yo.
Cambio de lugar sus cosas
que atesoro como avaro, con devoción.

121
No hay ni habrá derrotero
por el mar de la vida a navegar
sin su recuerdo aunque
no tenga el valor de Ulises para
atarme al palo mayor.

122
Dos lágrimas frente a su retrato,
mirándome en esos ojos que
parecen seguirme por toda
la casa, en esa sonrisa o en ese ceño
austero con que me recibe cuando otra fragancia
es ajena a nuestro eterno
Jardín de amor.

123
“El amor usa colores para
expresar su estado de ánimo y el mío
hoy se torna color tierra”
Expresaste. El color tierra que da vida también es amor.
No guardo odios ni rencores, olvidé las ofensas
y mi corazón es un templo donde la única deidad
después de Dios eres tú.

124
Que este día del amor sea propicio
para las bendiciones,
ojalá una palabra que no llegará,
sea bálsamo de alegría
a mi triste soledad.

125
Olvido y silencio…
Cometí el pecado de hacer saber que no había
matado el amor,
ahora deseando en ese
tiempo inclemente del amor eterno
que se regodea con recuerdos.

126
Mientras haya soplos de vida
el amor sigue presente, solo está
un leve letargo mi bella princesa.

127
Aunque en este tiempo solo te he visto fugazmente,
aunque de tus besos solo
conservo el lejano e imborrable sabor
de los atoles infantiles,
aunque mis sentimientos
pasaron a vida latente como las semillas
porque la fuente dejó de fluir.
Aunque ya ni siquiera acaricio la panoja
convirtiéndola en ovillo y viceversa,
no huelo ni beso sus hebras que son tu cuerpo
por temor a morirme de amor y deseo.
Aunque tus razones pretendan
ahogar mis gritos de reclamo místico,
te gustará saber que tus murmullos
Y quejidos resuenan en mis oídos torturándome
y espantan los sueños mientras llegue
el letargo eterno.
128
Qué jamás exploraré otros recónditos
lugares donde nacen manantiales para
beber de ellos y calmar
mi sed insaciable de amor.
Que contigo nace y muere
cuando ya no esté físicamente un amor
sincero, no importa lo que hagas ahora.
¡Solo sé que te amo!...

129
A dos años de tu luz fulgurante
otras titilan y a veces
se apagan para encenderse tenuemente,
amarillentas, sin intensidad.
Precavida como siempre fuiste,
con el permiso de Dios
dejaste tres luceros y un
lucerito por si nubes espesas
impidiesen que sigas
alumbrándome desde alguna estrella.

130
Te amo como eres
ámame como soy,
es tan linda esa sonrisa
bálsamo del corazón,
la necesita mi alma para
ser feliz.

131
Las gotas de lluvia son heraldos que anuncian
la buena nueva:
La musa cobija su poeta.

132
Cuando creí estar salvado del naufragio
Y navegar en aguas tranquilas
algún viento contrario de vez en cuando
quise atracar en puerto seguro
¡Oh desatino!
me negaron muelle.

133
Parece que mi musa quiere
hacer florecer nuestro edén.
Presuroso, acarreo el vital
líquido… mi amor.

134
Este nublado jueves santo
tu luz de amor ilumina
mi sendero.

135
Yo no sé cuál sería mi derrotero
Si tú no fueses mi carta de navegación.
Encallaría la proa en cualquier playa
algún arrecife averiaría mi quilla.
Solo sucumbiré al canto de mi sirena,
llévame a las profundidades
de tu mar océano y
revíveme con tu aliento.

136
Arrié mis velas y quedé al pairo
para que el oleaje me lleve a ti,
fondeadero definitivo.

137
La alborada ha salido
timorata de tu luz y las florecillas del
camino saludan tu presencia.

138
Anoche soñé que
nuestros corazones latían juntos,
separados sucumbían
al infortunio.

139
Te amo, te quiero, te adoro,
te necesito todos los días,
vivamos la existencia terrena.

140
La palabra es la cárcel de la idea.
Yo, en vez de la palabra,
quisiera, para concretar mi duelo,
la queja musical de una guitarra.

Una de esas guitarras cuya música


dulce, sencilla casta,
encuentra siempre para hacer su nido
algún rincón del alma.

Nicolás Guillén

141
Aquí está el dónde y el
cuándo de cuando sueño contigo,
aquí está donde te digo
lo que te digo soñando.

Andrés Eloy Blanco

142
Tu mi amor, yo tu amor
amor tuyo y mío
amor nuestro,
bendecido
ante el altar de Dios.

143
Quizás este año sea mi última
navegación oficial por el océano
de la enseñanza.
A remo y vela seguiré bogando
en búsqueda del estado docente
con el derrotero trazado
por los Simones.

144
Barigua, bahía de la Vela
de Coro se viste de gris
con tornasolados amarillos
y blancos. Luisa Elena y
yo admiramos su tocado.

145
Un hilo de luz basta para
contemplar tu cuerpo de diosa,
mientras agonizo en espera de
pródigas caricias,
entonces cantaré aleluyas,
¡Mi amada esposa, mi gloria!

146
¡Señor Dios!
Haz que mi sangre me
deje vivir el tiempo
que tienes dispuesto,
que mis menguadas
fuerzas no se malgasten
en la lucha por la vida.
¡Quiero Vivir!

147
La primera lluvia del año
me trajo nostalgia infantil,
corta y torrencial
como llanto de recién nacido
que saluda al mundo.
El lagrimeo celeste empapó al sol
Y formó los arcoíris de mi niñez.

148
Languidecer de amor
cuando Cupido tiene su carcaj preñado
es como perecer de sed al mirar
un riachuelo.

149
Amor mío, que cada palabra tuya
sea una flor perfumada;
que tu ternura no sea polizón sino timonel,
haz de cada día un paraíso
para los dos.

150
Amor de mi vida, luz que me guía
el transitar cotidiano,
sostén de un alma agobiada por
Incomprensiones,
gracias por estar a mi lado
éste y todos los días.

14/02/2013

151
Para escribirte un poema de amor
necesito la tinta de tus labios
y el papel de tu piel
para que mi boca
cual pluma deje constancia escrita.

152
Como no ser romántico
con la única flor de mi vergel
cuya belleza y aroma mantiene encendida
la flama de mi corazón.

153
Gabriel es inquieto, alegre,
simpático con siete años de vida intensa.
Corre por el puente de tablas quejumbrosas
ríe anticipadamente porque un poco más
Y caigo al agua junto a mi torpeza.
Esta mañana de mañanita lo
encontré en el ordeño, embelesado
veía brotar los chorros de tibia
leche que el diestro ordeñador liberaba
de ubres largas como cornucopias.
Gabriel anda descalzo, sus diminutos
pies van muy de prisa, alados,
como mensajero del Dios Llano,
no pisan tierra, pasan a ras cual
Yaguazo lagunero.

Hato Los Apamates, 25/03/2013


154
Diálogo
-
- Mario ¿Camarada, qué es de su vida?
¿Ama usted el silencio?
- Eliseo, Maestro de la vida, mi existencia
es un sufrir eterno, una tragedia…
los amores se marchan como los velos de la noche.
- Mario, Pero siempre hay auroras y la esperanza
de que Cupido sea certero. ¡Crúzate en su camino!
- Eliseo, un día de estos apagaré todas las luces
y me marcharé a los laberintos del más allá.
- Mario: ¡Y qué hacer con las flores que ansiosas
esperan por su colibrí! ¿Dejarlas marchitar
por estar subsumidos en etéreos?

155
Recházame, recházame.
Cuando quieras estaré dispuesto para ti,
siempre dispuesto…
Mientras el mímico arrebato

156
La neblina mañanera
en El Alto trujillano
cede tímidamente
a un sol joven
que la seduce.

157
Sí soy pródigo cuando riego tu jardín
para que siempre haya ofrendas
en el altar del amor
¿Por qué no irrigas el mío?
¿Ya no quieres que sigamos de altareros?

158
Yo no quiero besos protocolares,
besos de dignatarios en boquita cerrada:
Insípidos, insinceros, hipócritas.
No son besos de amor, tal vez de amigos.
Yo quiero besos ardientes de bocas abiertas
y lenguas golosas que recorran paladares,
encías y labios succionados
en entrega mutua.
Si tus besos y mis besos
no nos llevan al cielo,
entonces no me beses por compromiso.
Entenderé que murió el amor.

159
Y otra vez a la mar sin carta
de navegación, sin derrotero.
Sotavento o barlovento,
donde sople el viento.
Sin timón y arriadas las velas,
mi alma al Creador y la envoltura a
la pacha mama cuando el amor
verdadero permisado por Dios
venga por mí.

160
Madres abnegadas, abuelitas
remedios que hacen pan de la nada.
Déjenme sentir aunque sea un poco de su
ternura en este maravilloso
día dedicado a ustedes
que junto a millones de madres
sostienen el mundo.

12/05/2013

161
Quisiera ser estoico pero es
insufrible el dolor de tu
ausencia.

162
¡Sí!...mi amada señora, al admirar
tus bellas manos percibí el detalle
y me sentí desnudo de palabras;
en pensamiento
musité: ¡Gracias Señor!

163
Todas las heridas que te causé
pago alto precio por infringirlas,
las que me laceraron con ayuda de
Dios perdoné,
no quedaron cicatrices
ni malos recuerdos en mi alma.
mientras puedas hacer otro tanto
aprieto el silicio y emulo a Platón.

164
Como minero horado y socavo
para llegar a la veta aurea
que es tu corazón.
Como el náufrago que clama a Dios
por un madero salvador en medio
del océano.
Como el humilde pescador que lanza
su red y pide ribazón.
Como el labrador que surquea la tierra
y planta semillas regándolas
con su sudor. Como el jardinero que
cultiva cada flor para ofrendar
al amor así es mi esperanza
de que volvamos a ser
altareros del Señor.

165
Y entonces amada mía
Llegó la lluvia, tenue e insinuante
al principio más luego desbordada
como nuestra pasión.
Yo me senté a contemplarla mientras
escuchaba susurrar tu voz entonando
un himno al amor,
nuestro gran amor

166
¡No, no! no hay otro amor
porque tengo un solo corazón
prisionero tuyo, custodia tuya,
dulce condena eterna.
¿Te queda dubitación?

167
Mérida me ha recibido
con un arrullador canto
de palomas que oficiaban a Venus
en la brumosa madrugada.

168
Ante el tribunal del corazón
demandé cambiar tu nombre
por Ternura, el juez amor
falló ha lugar.

169
La casa de Luisa Elena es
como las de Moguer en
Platero y yo con el vino y el pan.
Al alba insufla vida
a los enseres de la cocina y
en sus delicadas manos cual alquimista
medieval mezcla los reinos de la naturaleza.
Entonces el aroma del
condumio se enseñorea
por las estancias,
llega hasta el cuarto
Y es un beso tempranero,
un canto al amor.

170
La parca no pide cuartel,
la parca no da cuartel,
es inmisericorde, llega sin aviso
y sin protesto, al rico, al pobre,
al avaro, al santo y al pecador,
¿Para qué aferrarnos a lo material?

171
La luna de Adícora alumbra
el arrecife donde se peinan
las sirenas mirándose en
el espejo de límpidas aguas.
Cupido entrelaza las manos de parejas
adultas y jóvenes que observan un ritual
solo visible a ojos enamorados.
En lontananza un faro
guía las embarcaciones y
vetustas casas le acompañan
desde antes para que el amor
recale por siempre.

172
Es triste cuando prematuramente
llegamos al invierno de nuestra vida
sin entender que aunque el otoño
hace tiempo melló en sus organismos, aun
atesoran vestigios de lo que fue su primavera,
y guarda celosamente rayos de sol
para alumbrar existencias compartidas.
Ah, sí tan siquiera alargaran una mano
en búsqueda de ese calor
antes que el frío inclemente se posesione.

173
(A Helenita Peña)
Dios está en su casa de cristal.
Quiero decir que llueve, Platero. Llueve.

Juan Ramón Giménez

174
Agua bendita que riegas la tierra
dando vida a la vida; en témpanos
equilibras mi mundo; como nieve
coronas los altos y alfombras de blanco
otras latitudes.
Con ayuda del sol vuelves al cielo,
preñas las nubes y Dios Nuestro Señor
contempla satisfecho su creación
cuando el ciclo se repite aunque
los humanos tratemos de impedirlo
sin pensar que destruimos
nuestro hábitat existencial.

175
Elegía a: Williams Perdomo

Alto has volado Williams amigo,


camarada, siempre tus alas
de pájaro silvestre estuvieron
desplegadas para conquistar alturas.
En raudos vuelos hiciste formación
con las águilas indomables
y emulaste a Juan Salvador Gaviota.
Ahora vas en pos del infinito,
tu arraigo definitivo es el cielo
donde moran las almas buenas.
Alguna vez espéranos por allá,
con el negro Rojas y mi compadre Zambrano.

176
Guardaré prudente silencio,
obstinadamente, estoicamente,
impertérritamente,
para no herirte,
para que no me hieras.
Haz otro tanto,
así sea el final.
Este día triste y mustio
no opaca la esperanza
de un mañana radiante,
luz definitiva
en nuestras existencias.

177
Musiúa se marchó
al cielo de los gatos
y dejó su envoltura terrenal
para que César la sembrase
al lado de un arbolillo
que recién comienza
a cantar en coro
con el viento.
Su vetusto corazón
era requerido para latir
en el más allá para insuflar
la vida terrena

178
Podemos despedir al amor
como huésped que importuna
o someternos al suplicio
de seguir amando.
¡Qué dilema para el corazón!

179
Volver no es pecado,
pecado es no cumplir
el mandamiento divino
de adorar al Señor en
los altares del matrimonio:
la mesa, el tálamo y la oración.

180
Unamos nuestros corazones
de esposos enamorados
en una plegaria al Creador
para que hoy mañana y siempre
sepamos cómo superar la adversidad.

181
¡Ah! Y si ella mantuviese
su mano entrelazada a la mía,
y si esa mano se posase en mi pecho,
del lado del corazón,
pudiese entonces
por los latidos medir
la intensidad de mi amor.

182
Llueve tímidamente
las gotas acarician
con ternura
una piel ansiosa y
reseca de tanto desamor
como la mía.

183
La he llamado Iskra
porque tiene un mechón
carmesí que recuerda
la chispa simbólica de
la revolución rusa.
Vivaracha y juguetona
quiere dormir plácidamente
en mi cama.
Le preparé un lecho
y al acostarla sus pupilas
felinas iluminaron la estancia.
Despierto con el roce de una
suave piel que busca calor.

184
Son madre e hija,
madres a la vez,
doble razón para
que los resentimientos
jamás tengan cabida
en vuestros corazones.

185
186

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