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PRADO FLORES, .J. H., El Secreto de Pablo, (Se, SF, Texto) PDF
PRADO FLORES, .J. H., El Secreto de Pablo, (Se, SF, Texto) PDF
PRESENTACION
Querido lector:
Lo que has leído no son sino unas cuantas pautas que quieren
introducirte y animarte a correr juntamente con Pablo en esta pista que se
llama "el Secreto de Pablo". Toma el libro en tus manos y léelo. Los doce
capítulos que lo integran poseen un dinamismo tal, que te sentirás atraído a
seguir muy de cerca las huellas del Apóstol de los gentiles en una doble
dirección: primero para tener un encuentro nuevo y gozoso con Jesús
resucitado -tu camino personal de Damasco- y luego para arder en ideales de
proclamar la Buena Nueva de Jesús por todas partes, al impulso del Espíritu
Santo.
INTRODUCCION
3 de diciembre de 1995.
I
INICIA LA CARRERA
Dios no sólo escogió este vaso de barro para llevar un gran tesoro, sino
que El mismo lo preparó de antemano.
Saúl de Tarso es una de las personalidades que tipifican al ser humano
de todos los tiempos y culturas, pues en él confluyen los más variados
factores para constituir un hombre. Su vida se entreteje con los mismos hilos
de cada historia: éxitos y fracasos, soledad y comunidad, dentro de las
coordenadas del tiempo y del espacio.
A. Hombre cosmopolita
b. Celoso fariseo
Conocía los trece artículos del credo de Israel. Comía sólo los
alimentos kosher que garantizaran la pureza y evitaran la contaminación.
Sello del verdadero fariseo era su fe en la resurrección de los muertos y el
respeto a los padres .
2. Guerra a muerte
Un día llega a sus oídos los ecos de la herejía difundida por los
nazarenos que se atrevían a negar que la salvación se obtuviera por el
cumplimiento de la santa Ley del Sinaí, y suponían que era fruto de la sangre
de un tal Jesús, ajusticiado en las afueras de la ciudad de Jerusalén. Si como
ellos afirmaban, con Cefas y Juan a la cabeza, "no había otro Nombre dado a
los hombres para ser salvados" (Hech 4,12), entonces el Templo, la Ley y el
Culto habían perdido su sentido. Además, ese carpintero de Galilea se hacía
pasar por Hijo de Dios, herejía jamás concebida por los peores apóstatas de
la historia.
A. Declaración de guerra
Esta era su arma y su justificación para acabar con esta plaga que había
contaminado a doctos escribas y hasta no pocos sacerdotes (Hech 6,7). Su
seguridad se basaba en la verdad de la Palabra de Dios.
Se creía tan justo y mejor que los demás, que se volvía intransigente
con todo mundo. No toleraba que alguien fuera diferente. Saúl no aceptaba
que los discípulos del Galileo afirmaran que la salvación no dependía del
cumplimiento de la Ley. Consentir con esta herejía, era cortar las alas a la
religión de sus antepasados. ¿Qué caso tenía entonces la Elección y la
Alianza del Sinaí cuando Dios reveló su voluntad al Pueblo de sus
preferencias? No era cuestión accidental, sino de una plaga que atentaba
contra las raíces de su fe.
II
ALCANZADO POR CRISTO
A. De repente
Además, la luz 'viene del cielo', para dar a entender que la iniciativa la
toma el Todopoderoso. No es la criatura la que alcanza a Dios, sino el Señor
quien sale al encuentro del hombre (Flp 3,12). Más tarde él mismo
argumentará en tono apologético: "Yo no recibí el Evangelio, por mediación
de hombre alguno, sino por revelación de Jesu-Cristo" (Gal 1,12).
'Yo soy ese que por haber sido crucificado fue considerado un maldito
de Dios. Pero yo me hice maldición para cargar la maldición de los hombres.
Es más, sin tener pecado me hice pecado para que el pecado muriera en la
cruz'.
'Yo soy la imagen visible del Dios invisible del Sinaí, el primogénito de
toda la creación, la cabeza del cuerpo. Ya no son necesarios los sacrificios
del templo, porque ahora por mi sangre se obtiene la redención. Yo soy el
nuevo propiciatorio y por mi muerte en la cruz fueron perdonados los
pecados, incluyendo los tuyos, Saúl'.
'Por mí han sido elegidos todos los hombres para ser hijos adoptivos, y
el que crea en su corazón que yo soy el Señor y confiese con su boca que he
sido resucitado de entre los muertos, será salvo'.
Como héroe había defendido su fortaleza. Las murallas con sus almenas
habían sucumbido en la batalla, pero una vez vencido, se rinde y pone a
disposición del que 'lo tiró del caballo'. El que todo lo sabía, el celoso fariseo
que se jactaba de conocer y cumplir la voluntad divina, ahora acepta que no
sabe nada y que debe iniciar nuevamente su carrera, partiendo de cero.
F. Ciego
Para Saúl fue tan impactante el hecho, que años después todavía
recuerda que fue "conducido de la mano por sus compañeros" (Hech 22,11).
Aquel que comandaba la caravana por el misterioso desierto, ahora debía ser
llevado de la mano por otros que le hicieran el favor de guiarlo. El
autosuficiente fariseo que gozaba de la confianza de las más altas
autoridades religiosas, había perdido la brújula de su vida.
Serás su testigo delante de todos los hombres de todo lo que has visto y
oído: Hech 22,15.
Saúl, alcanzado y vencido por Jesús, pasó tres días sin ver, comer ni
beber, para simbolizar la muerte del gladiador derrotado en el estadio. Tiene
que esperar al Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos
(portado por Ananías), le dé vida a su cuerpo mortal (Rom 8,11).
Con la fuerza que se toma una espada, así Jesús apresó a Saúl entre sus
manos para no soltarlo más. Si al Apóstol de los gentiles se le representa casi
siempre con la espada de la Palabra en la mano, es también cierto que Saúl
mismo es una espada en las manos de Cristo Jesús.
Sin previo aviso y 'de repente' Jesús resucitado le salió al encuentro
para cambiar el derrotero de su vida. Momento tan inesperado como
dramático. El perseguidor era perseguido y alcanzado por quien jamás lo
dejaría.
3. Señal de salida
A. El llamado
4. Nuevo calendario
5. Conclusión
Su vida tiene dos partes: "Sin Cristo" y "En Cristo". Notemos que no es
'Sin' Cristo y 'con' Cristo, sino algo mucho más profundo y definitivo: 'En'
Cristo'. Pablo no sólo vive con Jesús, sino en él.
III
CINCO CAMBIOS Y UNA CONVERSION
1. Cinco cambios
Cinco cambios fueron los engranes del nuevo sistema religioso del
antiguo perseguidor de los cristianos.
A. De la Ley a la Gracia
Es más, la Ley era una tenaza que aprisionaba al hombre por ambos
lados: Si alguno creía cumplirla, podía sentirse ufano delante de Dios y
superior con respecto de los hombres. Pero si fallaba, se condenaba a sí
mismo. De esta forma se encontraba atrapado en dos caminos que lo
llevaban al mismo despeñadero.
Los que viven en las obras de la Ley, incurren en maldición: Gal 3,10.
¿Era pues mala la Ley? No, pero su vigencia era temporal, pues debía
terminar cuando llegara la plenitud de los tiempos. Se trataba simplemente
de un pedagogo para llevarnos a Cristo (Gal 3,24). Por tanto, cuando Dios
envió a su Hijo nacido de mujer para rescatar a todos los que estaban bajo la
Ley (Gal 4,4-5), ésta perdió su valor.
b. La Gracia
Por gracia hemos sido salvados... por su bondad para con nosotros en
Cristo Jesús, pues hemos sido salvados por la gracia mediante la fe: Ef 2,5-
8.
c. Oposición o disyuntiva
No se puede estar casado con ambos. Tiene que optar: la Ley o Cristo
resucitado. O continúa por la estrecha vía de "no hagas, no toques, no
comas" (Col 2,22), o se decide por el camino de la gracia y considera en
nada la propia justicia que proviene de las obras (Flp 3,9).
Saulo estaba casado con la Ley. Vivía con ella, la amaba y le servía.
Comía y dormía con ella, y todo el día estaba atento a sus indicaciones y
deseos. Siempre trató de darle gusto y procuró generar hijos sometidos al
régimen del Sinaí. Pero para desposarse con Cristo Jesús, se divorcia de la
Ley y rompe con la que fue el amor de su juventud. Como él por sí mismo es
incapaz de merecer ni menos de obtener la salvación, deja la empinada
pendiente del Sinaí y se aventura en un camino virgen que se sustenta sólo
en una Promesa hecha por Dios.
Que la ley no justifica a nadie ante Dios, es cosa evidente, pues el justo
vivirá por la fe: Gal 3,11.
e. Conclusión
B. De la Circuncisión a la Fe
a. La Circuncisión
c . Disyuntiva
El Apóstol es enfático e intransigente en este aspecto, no concediendo
punto de negociación a quienes tratan de conciliar el sistema de la
circuncisión con la vida nueva en Cristo Jesús.
e. Conclusión
Los que creen en Jesús han roto con el sistema de la Ley. En Cristo no
necesitan de el signo exterior de la circuncisión, pues les basta la fe. Dios
salva en Jesús mediante la fe (Hech 15,11; Gal 2,15), es decir la justicia
gratuita de Dios la hacemos nuestra mediante la fe (Gal 2,16; Rom 3,22;
5,2).
Pablo reconoce que las siete bendiciones pertenecen a los israelitas: "la
adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto, las promesas y
los patriarcas" (Rom 9,4-5). El, por su parte, tenía fincado su orgullo en sus
prerrogativas raciales. Presumía ser de la estirpe de Israel, el pueblo llamado
a ser luz de los pueblos (Is 42,6; 49,6). No era un prosélito que hubiera sido
admitido al pueblo de Abraham, sino que por sus venas corría la sangre de
Isaac, Jacob y Benjamín.
b. El Pueblo de Dios: el plan universal de salvación
Al celoso hijo de Abraham le es revelado que Dios quiere que todos los
hombres se salven formando un nuevo pueblo:
Hay un nuevo Israel, al que Pablo llama Israel de Dios (Gal 6,16), al
cual pertenecen tanto judíos como gentiles, hombres y mujeres, sabios e
ignorantes que creen en Jesús. Ha caído el muro que separaba a los pueblos
y Dios ha formado un solo pueblo (Ef 2,14). Por tanto, ya no cuenta la carne,
sino la fe que actúa por la caridad. No son hijos de Abraham los
descendientes de la sangre, sino los que obedecen la Palabra de Dios (Gal
3,6).
c. Disyuntiva
Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre: Gal 4,22.
El drama consiste en que no todos los hijos del padre de la fe son hijos
de la Promesa. Se puede ser descendiente de Abraham y vivir bajo el yugo
de la esclavitud. El peor insulto para un descendiente de Abraham era
llamarle "hijo de la esclava": Tú eres descendiente de nuestro padre
Abraham, pero no heredarás las bendiciones, pues eres hijo de Agar, la
esclava, y estás destinado a ser esclavo. Por eso el paladín de la libertad
reacciona con fuerza cuando declara: "Nosotros no somos hijos de la
esclava, sino de la libre" (Gal 4,3).
e. Conclusión
Hay un solo pueblo elegido, el Israel de Dios, al cual pertenecen los que
creen en Jesu-Cristo.
No son hijos de Dios los hijos según la carne, sino los hijos de la
Promesa: Rom 9,8.
a. Perseguidor
b. Apóstol
c. Disyuntiva.
d. Prueba
Si para otros no soy apóstol, para ustedes sí que lo soy. Ustedes son el
sello de mi apostolado: 1Cor 9,1-2.
e. Conclusión
a. Fariseo irreprensible
b. Pecador perdonado
Más tarde no sólo admite que es un pecador más sino el más grande de
todos:
Es cierta y digna de ser aceptada por todos esta afirmación: Cristo
Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; y el primero de ellos soy yo:
1Tim 1,15.
c. Disyuntiva
d. Prueba
Tanto judíos como paganos están todos bajo el pecado, como dice la
Escritura: No hay quien sea justo, ni siquiera uno solo: Rom 3,10.
e. Conclusión
A. siervo
B. Hijo
C. Disyuntiva
Saulo de Tarso, como todo hombre, tiene que escoger: o seguir
intentando cumplir la voluntad de Dios porque está obligado a realizarla, o
vivir como hijo amado de su padre, con derecho a la herencia.
D. Prueba
3. Conclusión
IV
EL ENTRENAMIENTO DEL ATLETA
Sin embargo, no se trata sólo de la oración como tal, sino del modo de
realizarla. Como todo piadoso fariseo, Saulo oraba tres veces al día. Pero
después de Damasco no se centra en cuánto ora, sino en cómo ora. Su
plegaria tiene tres características.
a. Oración de confianza
b. Oración en el Espíritu
Pablo adquirió una nueva forma de orar que nos impulsa a preguntarnos
si sólo hacemos oración o tenemos un nuevo estilo de entrar en contacto con
Dios. Lo más importante no es el tiempo de oración, sino la calidad de la
comunicación con un papá amoroso. Sin embargo, es necesario admitir que
existe una ecuación directamente proporcional entre el tiempo que le
dedique a la oración y las veces que se logre ese contacto con Dios.
s. Privación: Pecado
C. Cuidado físico
El cuerpo del hijo de Benjamín, aunque era débil por naturaleza (2Cor
10,10) y a veces sufría enfermedades (Gal 4,13), estaba capacitado para
soportar largos viajes, azotes, cárceles, varios días sin comer y noches sin
dormir (2Cor 11,23-27), porque se había ejercitado en el combate. Sabía
resistir todo tipo de dificultad y no se acobardaba ante nada ni ante nadie.
4. Conclusión
V
CUATRO ENTRENADORES DE PABLO
1. Rabí Gamaliel
2. El discípulo Ananías
Para Ananías fue más difícil entregar el uno por ciento que le faltaba,
que el 99%. A pesar de sus resistencias se encaminó para cumplir la
encomienda. Tardó en encontrar la calle principal de la ciudad y respiró
hondo antes de entrar a la casa del famoso Judas. En cuanto descubrió al
temido perseguidor, se colocó a su espalda, y antes de saludarlo le aclaró que
no estaba allí por propia iniciativa, sino por expresa orden del Señor: "Saulo,
me ha enviado a ti el Señor Jesús" (Hech 9,27).
Con reservas le impuso las manos desde lo más lejos posible y con voz
temblorosa le ordenó: "recobra la vista y sé lleno del Espíritu Santo". Luego
lo bautizó e inmediatamente se retiró.
Tres aspectos resumen la misión de Ananías con Saulo:
Aquel que estaba ciego, ahora tiene la misión de conducir a la luz a los
que viven en sombras de muerte.
Fue tan profundo este momento que cuando en el futuro Pablo trate el
tema del bautismo de alguna manera estará reflejando su experiencia
personal en la casa de Judas, por el ministerio de Ananías.
Nadie ha contribuido tanto en tan poco tiempo como este fiel discípulo
del Señor, cuando entregó lo único que no estaba dispuesto a conceder. Tal
vez con ese uno por ciento cooperó más en la historia de la salvación, que
con el noventa y nueve que ya antes había ofrecido. Si Ananías no hubiera
puesto en manos de Dios lo único que se reservaba, hoy día no existiría el
Apóstol de los gentiles.
Acapulco presume con suficientes méritos de ser una de las bahías más
hermosas del mundo. En un despeñadero llamado La Quebrada, saltan al
vacío intrépidos clavadistas desde una altura de más de 60 metros,
calculando coincidir su caída con la crecida de la marea, para no quedar
estampados en las rocas. Cientos de personas se congregan día y noche para
admirar a quienes desafían la muerte con exactitud cronométrica. Sin
embargo ninguno de ellos merece reconocimiento como el primero que
descubrió la técnica y se atrevió a intentar el riesgoso salto.
Saulo intentaba juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo,
no creyendo que fuese discípulo: Hech 9,26.
Esta fue la primera gran crisis de Saulo, que en sus noches de insomnio
se preguntaría: '¿Estos son los santos cristianos? ¿Dónde está el amor de su
Maestro? ¿Vale la pena ser uno de ellos? ¿No será mejor marchar por mi
lado?' Lo único que lo sostiene es el resplandor de aquella luz intensa del
camino de Damasco, la cual no ofrece todas las respuestas, pero sí brinda la
suficiente motivación para seguir adelante, a pesar de que las puertas se
cierren y los caminos se tornen estrechos. Apenas estaba viviendo su luna de
miel en Damasco, tuvo que entrar al doloroso horno de purificación, donde
las llamas acrisolan las motivaciones, y se vive la más aguda pobreza, pues
se derrumban las seguridades humanas y se desvanecen los sueños.
Se atreve a ser mal interpretado porque se asocia a uno que estuvo bajo
la sospecha, sin comprobársele sus fallas. Llamar a Saulo para trabajar en la
comunidad suponía un gran riesgo. Si Saulo fallaba, los bonos de Bernabé
perderían muchos puntos en la jerarquía de la Iglesia. Con este gesto
profético, Bernabé mostraba con claridad y con caridad su desacuerdo con
quienes tiempo atrás habían expulsado al tejedor de tiendas de la Tienda de
la comunidad.
Hoy día todos los cristianos reconocen la autoridad del Apóstol de los
gentiles. Grandes catedrales (Londres) y hasta populosas ciudades (Sao
Paulo), llevan su nombre. Su estatua, a la par de la de Pedro, custodia la
entrada al Vaticano. Pero el primero, y hasta entonces único que creyó en él,
fue su amigo José Bernabé.
4. El Espíritu Santo
Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, esos son hijos de
Dios: Rom 8,14.
Fue este mismo entrenador el que lo seleccionó para una tarea especial
(Hech 13,2), y lo capacitó con señales y prodigios (Rom 15,19) para el
ministerio del Espíritu (2Cor 3,8) y predicar el Evangelio, no sólo con poder,
sino con Espíritu Santo (1Tes 1,5).
5 . Conclusión
VI
REGLAMENTO DE LA CARRERA
Pablo establece muy claro que no se puede anunciar otro Evangelio que
el que él mismo ha recibido: Cristo murió por nuestros pecados (1Cor 15,3),
la salvación es gratuita (Hech 20,24) y no hay más que un solo mediador
entre Dios y los hombres (1Tim 2,5). La Buena Noticia es la persona de
Cristo Jesús. Este Evangelio es único y ni siquiera un ángel venido del cielo
tiene autoridad para cambiarlo. Quien se atreviera a adulterarlo, es reo de lo
peor de todas las maldiciones: el anatema (Gal 1, 8-9).
Les fue anunciado nuestro evangelio no sólo con palabras, sino con
signos y la plena persuasión del Espíritu Santo: 1Tes 1,5.
Tal vez esto no fue suficiente, porque después debe regresar otra vez
con la cúpula de la comunidad:
Tal vez Pedro no era tan inteligente ni culto como él. Además, su
equipo era mucho mejor preparado que el de Cefas... Sin embargo, reconoce
y acepta que se trata del orden establecido por el mismo Jesús, y que
rechazar a los Apóstoles sería sinónimo de "haber corrido en vano" (Gal
2,2). En vez de iniciar un camino independiente o abandonar la comunidad
cristiana va humildemente con los superapóstoles de Jerusalén. Es muy
significativo que Pablo reconoce el papel de Pedro al llamarlo 'Cefas,' la roca
que Jesús ha elegido para edificar su Iglesia.
Darse la mano significa que se ponen al servicio uno del otro, cada uno con
su carisma y ministerio para el bien de toda la Iglesia. El resultado fue la
comunión:
4 . Conclusión
VII
PERFIL DEL ATLETA
Una cosa yo sé: olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por
delante, corriendo hacia la meta para alcanzar el premio: Flp 3,13-14.
Saulo de Tarso llena este molde, y es por eso que se atreve a proponerse
como un modelo para todo aquel que quiera llegar a la meta de la carrera.
1. Identidad
El primer requisito para lograr éxito en la vida radica en estar
identificado con uno mismo. Si no se clarifica el perfil de la personalidad no
se podrá construir sólidamente la vida, ni menos cumplir la misión
apostólica. La verdadera sabiduría se afianza en la esencia de la persona.
Pablo sabe quién es, pero lo más importante y saludable radica en que
está contento con su ser cuando confiesa:
... el ministerio que he recibido del Señor Jesús (es) dar testimonio del
Evangelio de la gracia de Dios: Hech 20,24.
B. Cinco resplandores
Para realizar cualquier cosa trascendente hay que tener una motivación
para ello. Algunos le llaman mística o espiritualidad. Se trata de valores que
dan energía y dirección a la acción. A veces se expresa en un slogan o se
muestra en un logotipo. Lo cierto es que cuanto más explícita sea esta
mística, será más motivadora.
Así como cada país tiene su bandera donde los colores y emblemas
sintetizan el espíritu, la historia y los ideales de ese pueblo, Pablo también
corre con una bandera que ha sintetizado en un slogan:
Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí: Gal 2,20.
5. Perseverancia
6. Conclusión
Pablo, atleta de Cristo, cumple los cinco requisitos del perfil de los
vencedores: sabe quién es y para qué ha venido a este mundo. Tiene un solo
objetivo en su carrera (proclamar el Evangelio de la gracia) y posee tanto la
visión orgánica de la realidad como una bandera que lo anima. Además,
paga el precio de la perseverancia.
VIII
KERYGMA DE PABLO
A . Sagradas Escrituras
La Escritura, aprendida a los pies de Gamaliel y meditada en la
sinagoga, fue la tierra fértil donde Dios sembró el Mensaje de salvación.
La sola Escritura no basta. Sin el Espíritu Santo, sería letra que mata
(Tomás de Aquino).
C. Tradición Apostólica
A. El amor de Dios
Para Pablo, la economía de la salvación parte del amor de Dios. Por eso
afirma:
Dios nos ama 'en el amado', es decir, con el mismo amor que ama a su
Hijo Unico, Jesús. "El hombre es la única criatura que Dios ha amado por sí
misma," pues ha sido hecha a imagen y semejanza suya.
La salvación, parte del amor de Dios que quiere que todos los hombres
se salven: Dios, rico en amor, por el grande amor con que nos amó, estando
nosotros muertos a causa de nuestros pecados...: Ef 2,4-5.
Su amor excede cualquier idea que nos pudiéramos formar de él. Dios
mismo prueba su amor, pues cuando todavía éramos pecadores, Cristo Jesús
murió en favor nuestro (Rom 5,8). Se ha sellado ya una nueva alianza de
amor, que es inconmovible y ya nada ni nadie puede separarnos del amor de
Dios manifestado en Cristo Jesús. Ni la misma muerte, ni criatura terrena o
celestial.
Por tanto, no hay quien sea justo, ni uno solo (Rom 3,10). Y si por el
delito de uno solo murieron todos (Rom 5,15), por lo tanto todos están
muertos y privados de la gloria de Dios (Rom 3,23), pues el salario del
pecado es la muerte (Rom 6,23).
C. La propuesta de la salvación
El gran anuncio es que "Dios quiere que todos los hombres se salven",
(1Tim 2,4) y ha dispuesto un plan a través de su Hijo Jesu-Cristo para que
por su sangre se alcance la redención y el perdón de los pecados. Sin
embargo deja bien establecido que no existen varios medios de salvación
para que el hombre elija de acuerdo a su gusto o preferencia. Pablo es muy
enfático cuando aclara:
Hay un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesu-Cristo: 1Tim 2,5.
Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó,
estando muertos a causa de nuestros delitos, nos perdonó en Cristo Jesús.
Con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús: Ef 2,4-6.
Por gracia han sido salvados mediante la fe, y esto no depende de las
obras, sino que es un don de Dios: Ef 2,8.
- Mediante su muerte
El padre Salvador Carrillo afirma que el texto central que explica la
salvación es el siguiente:
Aquel que no conoció pecado, Dios lo hizo pecado por nosotros (2Cor
5,21) y él mismo se hizo maldición por nosotros (Gal 3,13) para rescatarnos
de la maldición de la Ley. De una forma misteriosa, se identifica con el
pecado, para que al morir en la cruz muera también el pecado que lleva sobre
sus espaldas... Por eso, Pablo expresará en una frase bien cincelada, el
núcleo de nuestra fe:
No sólo muere por nosotros sino en vez de nosotros y por cada uno en
particular:
- Mediante su resurrección
D. Fe y conversión
Pero no sólo la fe, porque entonces se convertiría en "la obra buena" del
hombre. (Lutero, que luchaba tanto contra el mérito salvífico de las buenas
obras cayó, como frecuentemente acontece, precisamente en lo que tanto
criticaba). En este sentido es más preciso el comentario de Bultmann sobre
la fe: "brota de la escucha de la Palabra y no es una obra, sino una manera de
vivir". No sólo por la gracia, porque el hombre necesita aceptar el don de la
salvación.
• Muerto al pecado, pero vivo para Dios en Cristo Jesús (Rom 6,11).
Libre del pecado, dando la espalda a los ídolos que suplantan a Dios.
• Como nueva criatura (2Cor 5,17). Todo lo viejo ha pasado y por tanto
su vida como su muerte le pertenece al Señor (Rom 14,8). Vive libre del
peso de cualquier condenación sobre su conciencia, porque ya está en paz
con Dios (Rom 8,1).
3 . Conclusión
IX
ITINERARIO CON ESTRATEGIA
Pablo era muy consciente de que no sólo había que comenzar bien la
carrera (Gal 5,7), sino ser el primero en llegar a la meta para recibir el
premio. Por eso aconsejó a los suyos no sólo correr, sino "de tal manera que
consigan el galardón" (1Cor 9,24).
¿Son ministros de Cristo? Digo una locura, yo más que ellos. Más en
trabajos..... viajes frecuentes..... : 2Cor 11,22ss.
A. Cuándo
C. Dónde
Pablo siempre buscaba una puerta, aunque fuera pequeña, para anunciar
la Buena Nueva. En cuanto encontraba una oportunidad la aprovechaba,
como sucedió en el areópago ateniense cuando descubrió el altar al Dios
desconocido. De forma análoga podemos ubicar otros 'areópagos' donde
también evangeliza: un barco (Hech 27,21ss), la sinagoga (Hech 13,14) o la
plaza (Hech 17,17) le sirven de púlpito para presentar la Buena Nueva de
que Dios quiere que todos los hombres se salven.
D. A quiénes
Veremos ahora tanto los sufrimientos del apóstol como la forma cómo
se sufre por el Evangelio.
Para ser apóstol se tiene que perder algo por el Evangelio: tiempo,
dinero, salud, prestigio y todo tipo de comodidades. Pablo relata los
obstáculos que tuvo que enfrentar:
• Silas también llamado Silvano, con quien escribe varias de sus cartas
(1Tes 1,1; 2Tes 1,1) compañero infatigable en sus viajes y sufrimientos
(Hech 15,22; 15,32; 16,25; 17,14; 18,5).
• Un maestro (Ef 4,11; 1Tim 2,7; 2Tim 1,11), que lleva la luz de la
verdad (Gal 2,5) y enseña con su propia vida (Flp 3,17).
• Un arquitecto que establece los cimientos del edificio de la fe y
planifica la estructura (1Cor 3,10).
Pablo tenía un grupo con el que compartía todo. El libro de los Hechos
de los Apóstoles nos muestra al Apóstol viajando en equipo. Incluso en la
cárcel estaban juntos (Hech 27,2; Col 4,10).
Pablo sabía que estaba en una carrera contra reloj en la que urgía
aprovechar al máximo cada segundo. Pero sobre todo, consciente que se
encontraba en la recta final, debía capitalizar al máximo su esfuerzo,
acelerando el paso para ganar la competencia.
5. Conclusión
X
TESTAMENTO DE PABLO
1. Autorretrato de Pablo
Pablo usa tres imágenes que dan diferentes matices de lo que vive en la
cárcel mamertina: el marinero, el pugilista y el atleta.
A. Pablo marinero
B. Pablo pugilista
C. Pablo atleta
He llegado a la meta: 2Tim 4,7.
C. Factor exponencial
Pablo trasmitía lo que a su vez había recibido (1Cor 15,3). Eso mismo
se lo comunica a Timoteo para que él lo confíe a quienes sean capaces de
entregarlo a otros más. Se trata de una cascada de cinco generaciones: (1) los
que formaron a Pablo, (2) Pablo mismo, (3) Timoteo, (4) los elegidos por
Timoteo y (5) finalmente los enseñados por estos últimos.
Que corra la Palabra del Señor y siga adquiriendo gloria: 2Tes 3,1.
4. Conclusión
En las carreras del estadio todos corren, pero uno solo recibe el
premio. Corran de manera que lo consigan: 2Cor 9,24.
1. La crisis de Pablo
'Dios quiere que todos los hombres se salven, y esto no puede depender
de nada ni de nadie. Aunque yo me encuentre en cadenas por el Evangelio,
la luz de la verdad tiene fuerza expansiva en sí misma'.
A. Mi abrigo
Pablo está viejo y siente más el frío. Se acerca el crudo invierno, con la
humedad que penetra hasta los huesos. Las frías losas de la prisión
mamertina jamás son visitadas por el calor del sol.
Sin embargo, tal vez más que un abrigo material, Pablo necesitaba el
calor de la amistad de Aquila y Priscila, también tejedores de tiendas. Ese
abrigo elaborado con tanto cuidado, era símbolo de su amistad, pero al
mismo tiempo su tejido le recordaba su misión: trabajar por la unidad del
cuerpo de Cristo, que se realiza por medio de junturas y ligamentos (Col
2,19).
No pide un abrigo nuevo sino el suyo, compañero de tantos viajes y
cobertor de tantos inviernos. No quiere otro, sino aquel que ha sido testigo
de predicaciones y conversiones, milagros y prodigios. Se ha encariñado de
ese viejo abrigo que le amortiguó tantas lapidaciones. Tiene que ser el que
dejó en Tróada, en la casa de su amigo Carpo, cuando de improviso lo
aprehendieron y no tuvo tiempo de recoger sus cosas más personales.
Meses más tarde los dos amigos regresaron contando todas las
maravillas realizadas, la conversión de las gentes, los milagros y cómo el
Señor los había librado de todos los peligros. Marcos los escuchaba con
vergüenza.
Después de algunos días Pablo tomó la iniciativa para el segundo viaje
misionero y le dijo a Bernabé:
En los preparativos del viaje, "Bernabé quería llevar también con ellos
a Juan, llamado Marcos" (Hech 15,38). Pero Pablo no podía olvidar que
había abandonado la obra evangelizadora a mitad del camino. "Se produjo
entonces una tirantez entre ellos..." pues Bernabé era del parecer que
convenía dar una segunda oportunidad al joven Marcos. Pablo, en cambio,
se oponía argumentando que ya la había tenido. Bernabé trataba, como
siempre, de ser conciliador. El carácter de Pablo era intransigente: Marcos
había puesto la mano en el arado y había vuelto la vista atrás; por tanto, no
era digno de formar parte del equipo misionero, cuya principal característica
era enfrentar las pruebas con entereza. El discípulo de Chipre, que un día
había ido hasta Tarso a rescatar al que todos rechazaban, no estaba dispuesto
a perder a Juan Marcos.
Pablo fue tan drástico, que puso un ultimátum a Bernabé: 'Si quieres
que Marcos evangelice, vete con él; pero no cuentes conmigo, yo buscaré un
hombre valiente y decidido que no tema las dificultades ni se asuste ante los
problemas'. El apóstol de los gentiles no aceptó a Marcos y lo rechazó
delante de toda la comunidad.
Ningún otro podía servir de bálsamo para sanar esta llaga. Ni la sombra
de Pedro que curaba a tantos enfermos (Hech 5,15) era capaz de sanar la
herida de Marcos. El único que podía curar este recuerdo doloroso era el
mismo que lo había causado...
Se dice que la página más bella de Pablo, y tal vez de toda la literatura
universal, es el capítulo 13 de la primera epístola a los corintios, donde
afirma:
Pablo dice: 'Yo no puedo morir sin la Palabra de Dios en mis manos... y
por favor, Timoteo, date prisa, porque me urge. No vayas a llegar después
del invierno, porque esas palabras son una lámpara para mis pasos, luz y
calor en la mazmorra de la cárcel. Lo único que da sentido a estas cadenas y
esta soledad es descubrir el plan de Dios. ..
Voy a posar mis ojos sobre la prueba de que no nos salvamos por
nuestras obras, ya que Abraham fue justificado por la fe, antes de la
circuncisión y 430 años antes de que se diera la Ley del Sinaí. En la imagen
dramática de Ismael, nacido de la esclava; e Isaac, nacido de la Promesa, voy
a reiterar que no son nuestros esfuerzos humanos los que llevan adelante el
plan de salvación, sino la fidelidad de Dios a su Promesa.
Voy a leer, hasta que mis ojos se apaguen, al profeta Isaías que,
personificando al Mesías, profesa: 'El Espíritu de Dios está sobre mí porque
me ha ungido y me ha enviado a anunciar la Buena Nueva a los pobres, la
liberación a los oprimidos, dar vista a los ciegos, la libertad a los presos y
anunciar el año de la gracia del Señor'.
Con Amós, pasando por Sofonías, meditaré en 'El día del Señor'; día
grande y terrible para unos, como lo describe Nahúm, pero para todos será la
gran oportunidad para instaurar la justicia y la verdad en este mundo. Ansío
releer una vez más la profecía del pastor de Técoa, que ya se ha cumplido:
'Vienen días, oráculo de YHWH en que yo mandaré hambre a la tierra, mas
no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la Palabra de YHWH'.
Quiero doblar mis rodillas ante ese Siervo Sufriente que se hizo
obediente hasta la muerte y muerte de cruz; cruz que es escándalo para los
judíos y locura para los gentiles, pero que se ha transformado ya en fuerza de
Dios y sabiduría de Dios.
Entre las tres cosas que Pablo solicita, subraya "de manera especial" los
Manuscritos. Quiere decir que es lo más importante. Timoteo, se puede
olvidar de cualquier cosa, menos de los Manuscritos. Si algo tiene que
perder o dejar, que sea lo demás, menos los Manuscritos... Es un superlativo,
para dar a entender que se trata del mayor y más importante de los encargos.
Prefiere pasar el ingrato frío sin su abrigo, pero no puede vivir sin la luz de
la Palabra de los Profetas. Es tan urgente tener los Manuscritos en sus manos
y la Palabra en su corazón, que Pablo le ruega a Timoteo venir antes del
invierno.
Como todo mundo se dio cuenta que había aparecido el reloj, no tuve
sino que pedir perdón por el error involuntario y expliqué que yo mismo lo
había dejado en la Biblia. Una joven que estaba sentada en la primera fila del
auditorio me gritó desde su lugar: "Pépé, il faut chercher d'abord dans la
Bible: Pepe, hay que buscar primero en la Biblia". Si yo hubiera abierto
antes mi Biblia, se hubieran evitado todos los problemas.
La Biblia no nos narra el día en que Pablo divisó las siluetas de Marcos
y Timoteo frente a la reja de la cárcel. Nada nos cuenta de lo que se dijeron o
hicieron. Tal vez es una omisión intencional para que nosotros
reconstruyamos la escena.
3. La corona incorruptible
Pablo, presintiendo que el momento definitivo ya está cerca y el
desenlace es inminente, afirma:
4. 'Tre fontane'
En un momento llega una cuadriga de soldados, con espada y escudo,
yelmo y coraza, con cinturón de cuero y calzados los pies para la batalla. El
primero presume los emblemas del imperio. Sacan al prisionero taciturno
que lleva unos Rollos en sus manos y lo conducen hasta el otro lado del río
Tíber.
5. Conclusión
Como epitafio sólo podemos repetir una frase del mismo Pablo:
La muerte es para mí una ganancia:
Flp 1,21.
XII
365 SLOGANS DE PABLO
- Ay de mí si no evangelizara.
ROMANOS
Pablo, siervo de Jesu-Cristo, apóstol por vocación, escogido para el
Evangelio de Dios: 1,1.
Me debo a los griegos y a los bárbaros, a los sabios y a los ignorantes:
1,14.
El Evangelio es fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree:
1,16.
El justo vivirá por la fe: 1,17.
La bondad de Dios te impulsa a la conversión: 2,4.
Tanto judíos como griegos, todos están bajo el pecado: 3,9.
No hay quien sea justo, ni uno solo: 3,10.
Nadie será justificado ante Dios por las obras de la Ley: 3,20.
Todos pecaron y están privados de la gloria de Dios: 3,23.
Dios exhibió (a Jesús) como instrumento de propiciación por su propia
sangre: 3,25.
El hombre es justificado por la fe y no por las obras: 3,28.
(Jesús) fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra
justificación: 4,25.
Habiendo recibido nuestra justificación por la fe, estamos en paz con
Dios: 5,1.
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos ha sido dado: 5,5.
Si por el delito de uno solo reinó la muerte, con cuanta más razón por
uno solo reinará la vida: 5,17.
Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia: 5,20.
Si hemos muerto con Cristo, viviremos con él: 6,8.
Considérense muertos al pecado pero vivos para Dios en Cristo Jesús:
6,11.
El salario del pecado es la muerte: 6,23.
El don gratuito de Dios es vida eterna en Cristo Jesús:
6,23.
No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero: 7,19.
Pobre de mí, ¿quién me librará de este cuerpo que me lleva a la
muerte?: 7,24.
Ninguna condenación pesa ya sobre los que están en Cristo Jesús: 8,1.
La Ley del Espíritu te liberó de la Ley del pecado y de la muerte: 8,2.
El que no tiene el Espíritu de Cristo, no le pertenece: 8,9.
No somos deudores de la carne para vivir según la carne: 8,12.
Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios:
8,14.
Hemos recibido un espíritu de hijos que nos hace exclamar: "¡Abbá,
Papá!": 8,15.
No han recibido un espíritu de esclavos para recaer en el temor: 8,15.
Si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y
coherederos de Cristo: 8,17.
Los sufrimientos del tiempo presente son incomparables con la gloria
que se ha de manifestar: 8,18.
Nuestra salvación es objeto de esperanza: 8,24.
Una esperanza que se ve, no es esperanza: 8,24.
No sabemos orar como conviene, pero el Espíritu intercede por
nosotros con gemidos inefables: 8,26.
Todo concurre para bien de los que aman a Dios: 8,28.
Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?: 8,31.
¿Quién nos separará del amor de Cristo?: 8,35.
En todo salimos más que vencedores, gracias a Aquél que nos amó:
8,37.
Nada podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús:
8,39.
No son hijos de Dios los hijos según la carne, sino los hijos de la
promesa: 9,8.
Seré misericordioso con quien lo sea; me apiadaré de quien me apiade:
9,15.
No se trata de querer o correr, sino de que Dios tenga misericordia:
9,16.
(Dios) usa de misericordia con quien quiere: 9,18.
¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? 9,20.
El que crea en él, no será confundido: 9,33.
Si confiesas con tu boca que Jesús es Señor, y crees en tu corazón que
Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo: 10,9.
Con el corazón se cree para conseguir la justicia: 10,10.
Con la boca se confiesa para conseguir la salvación: 10,10.
Todo el que invoque el nombre del Señor, se salvará: 10,13.
La fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo:
10,17.
Si (la salvación) es por gracia, ya no lo es por las obras: 11,6.
El endurecimiento parcial de Israel durará hasta que entre la totalidad
de los gentiles: 11,25.
Los dones y la vocación de Dios son irrevocables: 11,29.
Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía, para usar con todos
ellos de misericordia: 11,32.
¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!:
11,33.
De él, por él y para él, son todas las cosas: 11,35.
Ofrezcan sus cuerpos como una víctima viva, santa y agradable a Dios:
12,1.
Transfórmense mediante la renovación de su mente: 12,2.
Vence al mal con el bien: 12,21.
Con nadie tengan otra deuda que la del mutuo amor: 13,8.
La caridad es la Ley en su plenitud: 13,10.
La salvación está más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe:
13,11.
Revístanse del Señor Jesu-Cristo: 13,14.
Aténgase cada cual a su propia conciencia: 14,5.
Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor
morimos: 14,8.
Ya vivamos, ya muramos, del Señor somos: 14,8.
El Reino de Dios es justicia, gozo y paz en el Espíritu Santo: 14,17.
Todo lo que no procede de la fe, es pecado: 14,23.
1 CORINTIOS
No me envió Cristo a bautizar sino a predicar el Evangelio: 1,17.
Dios quiso salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación:
1,21.
La cruz (es) escándalo para los judíos y locura para los gentiles: 1,23.
Cristo crucificado, es fuerza de Dios y sabiduría de Dios: 1,23-24.
La necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres: 1,25.
La debilidad divina es más fuerte que la fuerza de los hombres: 1,25.
El que se gloríe, gloríese en el Señor: 1,31.
No quiero saber otra cosa que a Jesu-Cristo, y a Jesu-Cristo crucificado:
2,2.
Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó lo que Dios
preparó para los que le aman: 2,9.
Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios: 2,11.
El hombre natural no capta las cosas del Espíritu de Dios: 2,14.
El hombre espiritual lo juzga todo: 2,15.
Son santuario de Dios y el Espíritu de Dios habita en ustedes: 3,16.
Si alguno destruye el santuario de Dios, Dios lo destruirá a él: 3,17.
La sabiduría del mundo es necedad a los ojos de Dios: 3,19.
Todas la cosas son vuestras; vosotros de Cristo y Cristo de Dios: 3,22-
23.
Lo que se le exige a un administrador es que sea fiel: 4,2.
¿Qué tienes que no lo hayas recibido, y si lo has recibido de qué te
glorías? 4,7.
El Reino de Dios no está en la palabrería, sino en el poder: 4,20.
Purifíquense de la vieja levadura para ser masa nueva: 5,7.
Cristo nuestra pascua ha sido inmolado: 5,7.
Huid de la fornicación: 6,18.
¡Han sido bien comprados!: 6,20.
La apariencia de este mundo pasa: 7, 31.
Cada uno tiene de Dios su gracia particular: unos de una manera y otros
de otra: 7,7.
La ciencia hincha, pero el amor edifica: 8,1.
Los que predican el Evangelio, vivan del Evangelio: 9,14.
¡Ay de mí si no evangelizara!: 9,16.
Me he hecho todo para todos, para salvarlos a todos: 9,22.
Fiel es Dios, que no permitirá que sean tentados sobre sus fuerzas:
10,13.
No pueden beber el cáliz de Dios y el cáliz de los demonios: 10,21.
Todo es lícito, mas no todo edifica: 10,23.
Todo es lícito, mas no todo es conveniente: 10,23.
Ya sea que comáis, ya sea que bebáis, hacedlo todo para la gloria de
Dios: 10,31.
Sed mis imitadores, como yo lo soy de Cristo: 11,1.
La cabeza de todo hombre es Cristo. La cabeza de la mujer es el
hombre. La cabeza de Cristo es Dios: 11,3.
Cada vez que comemos este pan y bebemos este cáliz anunciamos la
muerte del Señor hasta que venga: 11,26.
El que come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia
condenación: 11,29.
Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!" sin el Espíritu de Dios: 12,3.
Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo: 12,4.
En un mismo Espíritu hemos sido bautizados para formar un solo
cuerpo: 12,13.
Ustedes son el cuerpo de Cristo: 12,27.
Aspiren a los dones superiores: 12,31.
Si no tengo amor, nada soy: 13,2.
El amor es paciente, es servicial: 13,4.
El amor no es envidioso, no es jactancioso ni se engríe: 13,4.
El amor se alegra con la verdad: 13,6.
El amor todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta:
13,7.
El amor no toma en cuenta el mal: 13,5.
El amor no acaba nunca: 13,8.
Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, pero la mayor de todas
es la caridad: 13,13.
Sean niños en malicia, pero hombres maduros en el juicio: 14,20.
Que todo sea para edificación: 14,26.
Los espíritus de los profetas están sometidos a los profetas: 14,32.
Dios no es un Dios de confusión, sino de paz: 14,33.
Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y fue resucitado según
las Escrituras: 15,3.
Por la gracia de Dios soy lo que soy: 15,10.
La gracia de Dios no ha sido estéril en mí: 15,10.
Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación y vana nuestra fe:
15,14.
Que Dios sea todo en todo: 15,28.
Así como hemos revestido la imagen del hombre terreno, así
revestiremos también la imagen del (hombre) celeste: 15,49.
¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón?: 15,55.
El aguijón de la muerte es el pecado: 15, 56.
La fuerza del pecado es la Ley: 15,56.
Dios nos da la victoria por nuestro Señor Jesu-Cristo: 15,57.
Nuestro trabajo en el Señor no es en vano: 15,58. Manténganse firmes
en la fe: 16,13.
Hagan todo por amor: 16,14.
El que no ame al Señor, ¡sea anatema! 16,22.
Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana
moriremos: 15,32.
2 CORINTIOS
No pongamos la confianza en nosotros mismos, sino en Dios que
resucita a los muertos: 1,9.
Todas las promesas hechas por Dios tienen su sí en Cristo Jesús: 1,20.
Dios nos marcó con su sello y nos dio en arras el Espíritu: 1,22.
Ustedes son una carta de Cristo redactada por nuestro ministerio: 3,3.
La letra mata, pero el Espíritu da vida: 3,6.
Donde está el Espíritu del Señor allí está la libertad: 3,17.
Llevamos este tesoro en vasos de barro: 4,7.
Creí, por eso hablé: 4,13.
Quien resucitó al Señor Jesús, nos resucitará con Jesús: 4,14.
La leve tribulación de un momento nos produce un pesado caudal de
gloria eterna: 4,17.
Dios nos ha dado en arras el Espíritu: 5,5.
El amor de Cristo nos apremia: 5,14.
Vivan para Aquel que murió y resucitó (por ustedes): 5,15
El que está en Cristo es nueva criatura: 5,17.
Las cosas visibles son pasajeras, mas las invisibles son eternas: 5,18.
Somos embajadores de Cristo: 5,20.
A quien no conoció pecado, (Dios) lo hizo pecado por nosotros: 5,21.
(Vivimos) como quienes nada tienen, aunque todo lo poseemos: 6,10.
Somos santuarios de Dios vivo: 6,16.
La tristeza según Dios produce firme arrepentimiento para la salvación:
7,10.
La (tristeza) del mundo produce muerte: 7,10.
Me alegro de poder confiar totalmente en ustedes: 7,16.
Jesu-Cristo, siendo rico se hizo pobre, a fin de enriquecernos con su
pobreza: 8,9.
El que mucho recogió, no tuvo más; y el que poco recogió no tuvo de
menos: 8,15.
El que siembra con mezquindad, cosechará mezquindad: 9,6.
El que siembra en abundancia, cosechará en abundancia: 9,6.
Dios ama al que da con alegría: 9,7.
Poderoso es Dios para colmarlos de toda gracia: 9,8.
Aunque vivimos en la carne, no combatimos según la carne: 10,3.
Celoso estoy de ustedes con celo de Dios: 11,2.
Satanás se disfraza de ángel de luz: 11,14.
Si hay que gloriarse, en mi flaqueza me gloriaré: 11,30.
Mi gracia te basta: 12,9.
Cuando soy más débil es cuando soy más fuerte: 12,10.
Me gastaré y me desgastaré totalmente por vuestras almas: 12,15.
Nada podemos contra la verdad, sino sólo a favor de la verdad: 13,8.
La gracia del Señor Jesu-Cristo, el amor de Dios y la comunión del
Espíritu Santo estén con todos ustedes: 13,13.
GALATAS
Aunque un ángel del cielo les anunciara un Evangelio distinto al que les
hemos anunciado, ¡sea anatema!: 1,8.
Si tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo: 1,10.
Anunciar a Jesu-Cristo: 1,16.
El que antes nos perseguía, ahora anuncia la Buena Nueva de la fe:
1,23.
Si tú siendo judío vives como gentil, ¿cómo obligas a los gentiles a
judaizar? 2,14.
El hombre no se justifica por las obras, sino por la fe en Cristo Jesús:
2,16.
Por las obras de la Ley nadie será justificado: 2,16d.
Con Cristo estoy crucificado: 2,19.
Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí: 2,20.
Si por la Ley se obtuviera la justificación, entonces Cristo hubiera
muerto en vano: 2,21.
Todos los que viven en las obras de la Ley incurren en maldición: 3,10.
La Ley no justifica a nadie, pues el justo vivirá por la fe: 3,11.
La Ley no procede de la fe: 3,12.
Cristo nos rescató de la maldición de la Ley, haciéndose él mismo
maldición por nosotros: 3,13.
Por la fe recibimos el Espíritu de la Promesa: 3,14.
La Escritura encerró todo bajo el pecado, a fin de que la Promesa fuera
otorgada a los creyentes mediante la fe en Jesu-Cristo: 3,22.
Todos somos hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús: 3,26.
Todos los bautizados en Cristo hemos sido revestidos de Cristo: 3,27.
Todos son uno en Cristo: 3,28.
Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar
a los que estaban bajo la Ley: 4,4.
La prueba de que son hijos, es que Dios ha enviado el Espíritu de su
Hijo que clama: ¡Abbá!: 4,6.
Ahora que han conocido a Dios, o mejor, que El los ha conocido: 4,9.
Háganse como yo, pues yo me hice como ustedes: 4,12.
Hijos míos por los que sufro dolores de parto hasta ver a Cristo
formado en ustedes: 4,19.
Ustedes son hijos de la Promesa: 4,28.
No somos hijos de la esclava, sino de la libre: 4,31.
Para ser libres los libertó Cristo: 5,1.
Todos los que buscan la justicia en la Ley, han roto con Cristo: 5,4.
La fe actúa por la caridad 5,6.
¡Ojalá se mutilaran los que los perturban!: 5,12.
Han sido llamados a la libertad: 5,13.
No tomen la libertad como pretexto para la carne: 5,13.
Sírvanse por amor los unos a los otros: 5,13.
Toda la Ley alcanza su plenitud en este solo precepto: amarás a tu
prójimo como a ti mismo: 5,14.
Si viven según el Espíritu, no den satisfacción a las apetencias de la
carne: 5,16.
La carne tiene apetencias contrarias al Espíritu, y el Espíritu contrarias
a la carne: 5,17.
Si son conducidos por el Espíritu, no están bajo la Ley: 5,18.
El fruto del Espíritu es amor: 5,22.
Quienes son de Cristo, han crucificado la carne con sus pasiones: 5,24.
Si vivimos según el Espíritu, obremos según el Espíritu: 5,25.
Si alguno se imagina ser algo, se engaña a sí mismo: 6,3.
El discípulo haga partícipe en toda suerte de bienes al que le instruye en
la Palabra: 6,6.
No se engañen, de Dios nadie se burla: 6,7.
Lo que uno siembre, eso cosechará: 6,7.
El que siembra en su carne, de la carne cosechará corrupción: 6,8.
El que siembra en el Espíritu, cosechará vida eterna: 6,8.
Hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la
fe: 6,10.
Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesu-
Cristo: 6,14.
Por la cruz, el mundo es un crucificado para mí, y yo un crucificado
para el mundo: 6,14.
Que nadie me moleste, pues llevo las señales de Cristo 6,17.
EFESIOS
Dios nos ha elegido en Cristo para ser santos e inmaculados en su
presencia, en el amor: 1,4.
Que todo tenga a Cristo por Cabeza: 1,10.
Hemos sido sellados con el Espíritu Santo de la Promesa: 1,13.
Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó,
estando (nosotros) muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó
juntamente con Cristo: 2,4-5.
Por gracia hemos sido salvados: 2,5.
Con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús: 2,6.
Han sido salvados por la gracia mediante la fe: 2,8.
Los que en otro tiempo estaban lejos, han llegado a estar cerca por la
sangre de Cristo: 2,13.
El es nuestra paz: 2,14.
Paz a ustedes que estaban lejos y paz a los que estaban cerca: 2,17.
En (Jesús) tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu: 2,18.
(Ustedes están) edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas:
2,20.
El amor de Cristo excede a todo conocimiento: 3,19.
(Dios) tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente
mejor de lo que podamos pedir o pensar: 3,20.
(Vivan) de una manera digna de la vocación a la que han sido llamados:
4,1.
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de
todos, que está sobre todos, por todos y en todos: 4,5-6.
El mismo dio a unos ser apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelizadores; a otros, pastores y maestros: 4,11.
Crezcamos en todo hasta Aquel que es la Cabeza, Cristo: 4,15.
(Revestíos) del Hombre Nuevo, creado según Dios: 4,24.
No se ponga el sol mientras estén airados: 4,26.
No entristezcan el Espíritu Santo de Dios: 4,30.
Vivan como hijos de la luz: 5,8.
Examinen lo que agrada al Señor: 5,10.
No se embriaguen con vino: 5,18.
Llénense del Espíritu: 5,18.
Las mujeres (amen) a sus maridos como al Señor: 5,22.
Maridos, amen a sus mujeres como Cristo amó a su Iglesia: 5,25.
Que cada uno ame a su mujer como a sí mismo: 5,33.
Fortalézcanse en el Señor y en la fuerza de su poder: 6,10.
Revístanse de las armas de Dios: 6,11.
Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los
Principados y Potestades: 6,12.
FILIPENSES
Para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia: 1,21.
Lleven una vida digna del Evangelio de Cristo: 1,27.
Manténganse firmes en un mismo espíritu y luchen acordes por la fe del
Evangelio: 1,27.
Sean todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu,
unos mismos sentimientos: 2,2.
Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo: 2,5.
(Jesús) se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte y
muerte de cruz: 2,8.
Al Nombre de Jesús se doble toda rodilla: 2,10.
Toda lengua confiese que Jesús es Señor para la gloria del Padre: 2,11.
Dios es quien obra el querer y el obrar, como bien le parece: 2,13.
Háganlo todo sin murmuraciones ni discusiones: 2,14.
Todos buscan sus propios intereses y no los de Cristo Jesús: 2,21.
Los verdaderos circuncidados son los que dan culto según el Espíritu de
Dios: 3,3.
Lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de
Cristo: 3,7.
Todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de mi Señor Jesu-
Cristo: 3,8.
Continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, habiendo sido yo mismo
alcanzado por Cristo Jesús: 3,12.
Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres: 4,4.
La paz de Dios, que supera todo conocimiento, custodiará sus
corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús: 4,7.
Tengan en cuenta todo lo verdadero, noble, justo, puro y amable: 4,8.
Todo lo puedo en Aquél que me conforta: 4,13.
Mi Dios proveerá a todas sus necesidades con magnificencia: 4,19.
COLOSENSES
Me alegro por los padecimientos que soporto por ustedes: 1,24.
Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo: 1,24.
Cristo es la esperanza de la gloria: 1,27.
En el misterio de Dios están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y
la ciencia: 2,3.
En él (Jesús) reside toda la plenitud de la divinidad: 2,9.
Sepultados con él en el bautismo, con él también han resucitado: 2,12.
(Nos) vivificó juntamente con él y nos perdonó todos nuestros delitos:
2,13.
Canceló la nota de cargo que había contra nosotros clavándola en la
cruz: 2,14.
La realidad es el cuerpo de Cristo: 2,17.
Si han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está
Cristo: 3,1.
Aspiren a las cosas de arriba, no a las de la tierra: 3,2.
Despójense del hombre viejo: Revístanse del hombre nuevo: 3,9.
Por encima de todo, revístanse de amor, vínculo de toda perfección:
3,14.
Que la paz de Cristo presida sus corazones: 3,15.
Que la Palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza: 3,16.
Todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor: 3,17.
1 TESALONICENSES
Les prediqué el Evangelio no sólo con palabras, sino con poder, y con
Espíritu Santo con plena persuasión: 1,5.
Ustedes son nuestra gloria y nuestro gozo: 2,20.
Esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: 4,2.
No nos llamó Dios a la impureza, sino a la santidad: 4,7.
Dios no nos ha destinado para la cólera, sino para la salvación: 5,9.
Oren constantemente: 5,17.
No extingan el Espíritu: 5,19.
Examínenlo todo y quédense con lo bueno: 5,21.
Fiel es el que los llama, y es él quien lo hará: 5,24.
No buscamos agradar a los hombres, sino a Dios que examina los
corazones: 2,4.
TESALONICENSES
Dios los ha escogido para la salvación: 2,13.
Han sido llamados para conseguir la gloria de Dios: 2,14.
Que se difunda (corra) la Palabra del Señor: 3,1.
La fe no es de todos: 3,2.
El Señor es fiel: 3,3.
El Señor los afianzará y los librará del Maligno: 3,3.
En el amor de Dios y la tenacidad de Cristo: 3,5.
Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma: 3,10.
No se cansen de hacer el bien: 3,13.
TIMOTEO
El es nuestra esperanza: 1,1.
La gracia de Nuestro Señor Jesu-Cristo sobreabundó en mí: 1,14.
Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores; el primero soy yo:
1,15.
Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento
pleno de la verdad: 2,4.
Hay un solo Dios, y un solo mediador, Jesu-Cristo: 2,5.
Si luchamos y nos fatigamos es porque tenemos puesta la esperanza en
Dios vivo: 4,10.
Que nadie menosprecie tu juventud: 4,12.
No descuides el carisma que hay en ti: 4,14.
El obrero tiene derecho a su salario: 5,18.
Nada hemos traído al mundo y nada podremos llevarnos de él: 6,7.
La raíz de todos los males es el afán del dinero: 6,10.
Combate el buen combate de la fe: 6,12.
2 TIMOTEO
Reaviva la gracia de Dios que está en ti: 1,6.
No nos dio el Señor un espíritu de timidez, sino de fortaleza, de caridad
y templanza: 1,7.
Yo sé bien en quien tengo puesta mi confianza: 1,12.
Tú, hijo mío, cuanto me has oído, confíalo a hombres fieles capaces a
su vez de enseñar a otros: 2,2.
Acuérdate de Jesu-Cristo resucitado de entre los muertos: 2,8.
La Palabra de Dios no está encadenada: 2,9.
Si somos infieles, él permanece fiel: 2,13.
Apártense del pecado todos los que pronuncian el Nombre del Señor:
2,19.
El Señor conoce a los que son suyos: 2,19.
Soporta las fatigas como buen soldado de Cristo: 2,3.
Todos los que quieran vivir en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones:
3,12.
Los seductores serán seductores y seducidos: 3,13.
Las Sagradas Escrituras pueden darte la sabiduría que lleva a la
salvación mediante la fe en Cristo Jesús: 3,15.
La Sagrada Escritura está inspirada por Dios: 3,16.
La Sagrada Escritura es útil para enseñar, argüir y corregir: 3,16.
Proclama la Palabra a tiempo y a destiempo: 4,2.
El Señor me librará de toda obra mala: 4,18.
Todos me han abandonado: 4,16.
A El la gloria por los siglos de los siglos: Amén: 4,18.
TITO
Dios no miente: 1,2.
Para los limpios todo es limpio; mas para los contaminados e
incrédulos nada hay limpio: 1,15.
Hay quien profesa conocer al Señor, pero con sus obras le niega: 1,16.
Enseña lo que es conforme a la sana doctrina: 2,1.
Se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los hombres:
2,11.
El gran Dios y Salvador nuestro, Jesu-Cristo: 2,13.
Que nadie te desprecie: 2,15.