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Aplicabilidad de la Ley
Por ejemplo, el artículo 452 del Código Penal (2005) establece, castigar
con una pena de prisión por tiempo de 2 a 6 años a los que se apoderen
de los animales que están en los establos o de los que por necesidad se
dejen en campo abierto. De este artículo ilustrativo, de la manera de
expresarse del Código Penal, se infiere que existe una regla general, que
prohíbe el hurto de animales y que establece la pena de prisión de 2 a 6
años para aquellos que infrinjan la regla. La regla es general en la medida
que se dirige a todos los ciudadanos, pero su destino es regular la
conducta individual.
Así sin leyes: Los Códigos Nacionales y en general todas las normas
reguladoras dictadas por los órganos legislativos mencionados
anteriormente (Articulo 204 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela). Así como la creación de la Ley Penal, está reservada al
poder legislativo, la aplicación de la ley, como garanta de la libertad de los
ciudadanos, está a personas especializadas en la aplicación de la ley, que
después de un proceso, de una etapa de conocimiento y discusión pública
del asunto, que en el caso de la Ley Penal, consiste en la condena o
absolución del reo o procesado.
En tal sentido, la marca dejada por tal instrumento, siempre que esté
inscrito en el Registro de Hierros y Señales, sirve para indicar y demostrar
la propiedad del animal que lo lleva, quienes alteren, desfiguren o borren,
demuestran con su acción el ánimo de apoderamiento del animal, ya que
según Polanco (ob. c¡t.), el término "alterar", significa en este caso,
cambiar la forma de la marca permanente que sirve para indicar la
propiedad, "desfigurar" equivale según esta autora, a afearlo, y "borrar" a
tacharla para que no pueda distinguirse o leerse. El hurto de animales,
también se presume, cuando tales anomalías ocurren simplemente en las
pieles.
Como las operaciones sobre la venta del ganado, deben hacerse constar
en una papeleta suscrita por el vendedor y por la primera autoridad civil
del municipio. Sellada con el sello correspondiente y en ella debe hacerse
mención del hierro, señal, sexo, cantidad y procedencia de los animales
vendidos, debiendo la autoridad civil, por si o por medio de los empleados
de esa dependencia, verificar la exactitud de los datos consignados en las
papeletas y no pudiendo vender ganado, quien no tenga registro de
hierro, según lo previsto en el artículo 33 del Decreto sobre el Registro
Nacional de Hierros y Señales, a las acciones que se refiere el Código
Penal Venezolano, no son otra cosa que presunciones de encubrimiento
de hurto, de aprovechamiento de cosas provenientes del delito, el cual se
castiga con una pena especial.
AI igual que los hierros, las señales deben estar registradas en el Registro
Nacional de Hierros y Señales, de acuerdo a lo exigido por el Decreto
sobre el Registro Nacional de Hierros y Señales. Es importante tener en
cuenta, que tanto los que cachapean, como los que herrasen o
contraherrasen animales ajenos, deberán ser enjuiciados por el delito de
hurto, se exceptúan los que contraherrasen becerros de su propiedad,
encontrados al pie de su madre.
La relación del ordinal 6 del artículo 452 con el 42 del artículo 453, ha
resultado para la doctrina venezolana un problema. Según Parra (2001),
los penalistas de Venezuela han eludido resolverlo, en tal sentido,
mediante una interpretación progresiva y sistemática de los citados
ordinales, propone una solución que tiene la virtud de ser clara y que
naturalmente puede ser discutida. Es evidente, que ambos ordinales, se
refieren al abigeato, así lo indica la palabra "establo", que figura en el
texto de los dos. Según el diccionario de la Lengua Española (citado por
García, 2008), establo es ' es el lugar cubierto, en que se encierra ganado
para su descanso y alimentación" (p 57).
Conclusiones
Las poblaciones del medio rural, han sido constantemente hostigadas por
la delincuencia, en ellas normalmente reina un ambiente de incertidumbre,
particularmente en las zonas fronterizas, propicias para la delincuencia en
sus más variadas formas, lo cual constituye un grave peligro para la
actividad agropecuaria en esta zona. Este problema data desde el pasado
siglo XX, donde motivado a las características de los objetos victimas de
hurto, el legislador aprobó una normativa legal, nacional y regional, que
en ese tiempo se adaptó a las necesidades que en esta materia se hacía
presente en todo el territorio rural venezolano, y que llevaron a encaminar,
proteger y elevar el nivel de producción y seguridad al trabajador pecuario
y ganadero que ha sido objeto de la delincuencia rural que existía y que
sigue existiendo en esta región.
Sin embargo, a pesar que esa ley aún está vigente, la misma es
considerada actualmente como desfasada de la realidad económica social
y jurídica del Estado. Por ello, se considera que la misma, no solo sea
reformulada en atención a los principios constitucionales y demás códigos
y decretos existentes en la materia, sino en atención a lo estipulado, en
materia ganadera y pecuaria, en la Ley Penal de Protección a la Actividad
ganadera (ob. cit.), a fin que esta se constituya en un instrumentos legal
de tipo preventivo, que no se convierta en letra muerta, ni en un simple
conjunto de reglas de conducta.
Recomendaciones
Aplicar todo el rigor de las leyes ante los casos de abigeato y demás
delitos derivados de esta actividad ilícita.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Méndez, E. (2009) (2011) --- Regional del Estado Apure --- Academia
Nacional de ----
Mendoza, J. (2011). Acotaciones sobre la Delincuencia en el Estado
Apure (mimeografido) San Fernando de Apure: Biblioteca del cronista del
Estado Apure.