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UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER

GRUPO DE INVESTIGACIONES EN CORROSIÓN

ACEROS FERRÍTICOS CROMO-MOLIBDENO PARA LA


INDUSTRIA PETROQUÍMICA

Grupo de Investigaciones en Corrosión - GIC


Escuela de Ingeniería Metalúrgica y Ciencia de Materiales
Universidad Industrial de Santander
Septiembre 2006
ACEROS FERRÍTICOS
CROMO MOLIBDENO

Los aceros ferríticos Cr-Mo son aleaciones de gran aceptación en la construcción


de componentes para servicio a elevada temperatura por sus propiedades
mecánicas y su resistencia a la corrosión en diversos ambientes, comparados con
otros aceros al carbono y de baja aleación.

Los aceros de alta aleación tienen generalmente mejores propiedades y


desempeño a alta temperatura comparados con los aceros ferríticos de baja
aleación, pero con un mayor costo. Por consiguiente, los aceros ferríticos de baja
aleación Cr-Mo son muy usados en diversas formas (tubos, láminas, recipientes a
presión, partes estructurales, etc.),

El adecuado desempeño de los aceros a elevada temperatura depende del


conocimiento de su comportamiento y sus propiedades a las temperaturas de
servicio. A alta temperatura, los metales presentan creep bajo los esfuerzos de
diseño, mientras que a temperatura ambiente el diseño generalmente involucra
solamente deformación elástica. Ensayos de tensión de corta duración son
realizados para determinar las propiedades de la aleación para aplicaciones en
servicio a temperaturas menores a 410ºC (800ºF), siendo necesario realizar
pruebas de creep de larga duración y ensayos de ruptura para temperaturas más
elevadas.

Los aceros ferríticos de baja aleación con porcentajes de 0.5 a 9% de Cromo y 0.5
a 1% de Molibdeno, y algunas veces elementos formadores de carburos tales
como Vanadio, Tungsteno, Niobio o Titanio son usados normalmente para
condiciones de temperatura superiores a 316ºC (600ºF) hasta 650ºC (1200ºF).

Sin embargo esta temperatura límite de diseño no necesariamente se cumple en


aplicaciones específicas. Para temperaturas superiores se emplean generalmente
aceros inoxidables.

Además, se ha incrementado el interés por los aceros ferríticos por sus relativos
bajos coeficientes de expansión térmica y alta conductividad térmica que los
hacen más aplicables en condiciones de ciclos térmicos respecto a los aceros
inoxidables austeníticos.

Los aceros ferríticos de baja aleación son identificados usualmente por la


Sociedad Americana de Ensayos y Materiales (ASTM), y la Sociedad Americana
de Ingenieros Mecánicos (ASME) con un número de especificación, una
composición nominal o un nombre comercial; además a estos aceros se les ha
asignado un número según el Sistema Unificado de Numeración (UNS).

Cada especificación incluye información respecto a rangos de composición


química, dimensiones y tolerancias, propiedades mecánicas mínimas y otros
requerimientos funcionales. La designación ASTM comienza con la letra A,
seguida del número de la especificación, y otras letras o números para distinguir
diferentes elementos o grados específicos de material. La designación ASME es
idéntica, excepto que todas las especificaciones comienzan con las letras SA.

El número de especificación o norma cambia según el proceso de fabricación


(fundido, forjado, etc.) o la forma de presentación (lámina, tubo, etc.) del material.

En la Tabla 1 se muestran algunas designaciones de materiales de acuerdo con la


ASTM. La composición y propiedades mecánicas de aceros ferríticos de baja
aleación se muestran en las Tablas 2 y 3. [1]

Tabla 1. Designación de materiales ferríticos de baja aleación según ASTM

Tabla 2. Composición de aceros ferríticos Cr-Mo de baja aleación según norma ASTM A-335.
Tabla 3. Propiedades mecánicas a temperatura ambiente de aceros ferríticos Cr-Mo ASTM A- 335.

ACEROS FERRÍTICOS CROMO MOLIBDENO

Los aceros de baja aleación resistentes al creep usualmente contienen ½% a


1.0% de Molibdeno para mejorar resistencia al creep y contenidos de Cromo de
½% a 9% para mejorar resistencia a la corrosión, mayor ductilidad y resistencia a
la grafitización. Pequeños porcentajes de elementos formadores de carburos como
Vanadio, Niobio y Titanio son adicionados para una mayor precipitación y/o
refinamiento de grano.

Las tres clases de aceros de baja aleación resistentes al creep son aceros
ferríticos cromo molibdeno, aceros cromo molibdeno modificados y aceros cromo
molibdeno vanadio. En la Figura 1 se muestran típicas curvas de resistencia al
creep de algunos aceros Cr-Mo y un acero Cr-Mo-V [2]. La adición de Vanadio
provee al acero alta resistencia al creep y es indicado para equipos donde los
esfuerzos admisibles pueden permitir deformaciones menores al 1% sobre la vida
del componente en servicio.

Existen temperaturas límites de diseño para cada material de tuberías sometidas a


condiciones de alta temperatura. Esta temperatura límite es el máximo valor al
cual pueden trabajar estos materiales con confiabilidad en datos de resistencia a
la ruptura. Para las aleaciones ferríticas existe una temperatura crítica mínima
permitida solamente para cortos períodos de operación tales como en operaciones
de decoquizado, al superar este limite la microestructura de la aleación sufre
cambios irreversibles. Ver Tabla 4. [2] y [3].
Tabla 4. Temperatura límite de Diseño para las aleaciones ferríticas de Tubos sometidos a alta
temperatura.
Los aceros ferríticos de baja aleación son extensamente usados en plantas de
refinación, en la industria química y en plantas generadoras de energía en equipos
sometidos a presión y alta temperatura como intercambiadores de calor, calderas,
tuberías de calentamiento, etc. La mayor ventaja de estos aceros es su resistencia
al creep y a la corrosión por la presencia de cromo y molibdeno. Su resistencia al
creep se debe a dos efectos principales: mayor solución sólida en la matriz
ferrítica por al carbono, el cromo y el molibdeno, y la fina precipitación de carburos
en toda la matriz de la aleación. Generalmente, pero no siempre (ver Figura 1),
esta resistencia se incrementa con mayores adiciones de cromo y molibdeno.

Figura 1. Curvas de comparación general de resistencia al creep de algunos aceros de baja


aleación.

Cabe mencionar que estos tipos de aceros se usan generalmente en estado


recocido o normalizado y revenido según su desempeño.

Los aceros Cr-Mo con bajo contenido de cromo tienen moderada templabilidad.
Por tal motivo enfriamiento lento y recocido isotérmico durante el enfriamiento
produce microestructuras de ferrita - perlita que tiene mayor estabilidad a largo
tiempo pero relativa baja resistencia en tensión y tenacidad. Rápidos enfriamientos
en aire y enfriamientos mejorados producen estructuras bainíticas, que tienden a
ser más resistentes y tenaces.

Los aceros Cr-Mo con medio contenido de cromo tienen una mayor templabilidad,
y enfriamientos en aire son generalmente suficientes para producir estructuras
bainíticas en espesores de 150mm (6 pulg.). Los aceros bainíticos son usualmente
revenidos.

Los aceros Cr-Mo con alto contenido de cromo tienen excelente templabilidad, y
enfriamientos en aire son suficientes para producir estructuras martensíticas en
mayores espesores.

Los aceros martensíticos son usualmente revenidos, enfriamientos acelerados de


este tipo de aceros son permitidos, pero es necesario un adecuado control para
evitar posibles agrietamientos por su alta templabilidad. [4]

Así, en tubos de caldera se prefieren aceros en estado recocido, en tubería a


presión en estado normalizado y revenido, aunque en secciones con curvatura se
especifica como material recocido. Como resultado de las diferentes velocidades
de enfriamiento empleadas en estos tratamientos, la microestructura de los aceros
Cromo - Molibdeno de baja aleación normalmente puede variar de fases ferrita -
perlita a estructuras de ferrita - bainita. Ver Figuras 2 y 3. [5] y [6]

La microestructura bainítica ofrece mayor resistencia al creep a altos esfuerzos a


corto tiempo pero se degrada más rápidamente a alta temperatura comparada con
la estructura perlítica, por lo que materiales con fases ferrita-perlita tienen buena
resistencia al creep a bajos esfuerzos y a mayores tiempos de exposición.

La mayor resistencia al creep de los aceros ferríticos Cr-Mo en estado


normalizado y revenido, es atribuida por Jones a la dispersión de partículas de
carburos y a una subestructura o red de dislocaciones de alta densidad. [7] La
tenacidad de estos aceros en estado normalizado o revenido varía con la
composición, la resistencia y la microestructura, lo cual hace difícil producir curvas
que se consideren típicas para un grado o clase de acero. Respecto a la
resistencia a alta temperatura, aumenta con el incremento de los elementos de
aleación pero también hay mayor susceptibilidad a la fragilidad por revenido y al
agrietamiento por ciclos de calentamiento. [4]

a) b)
Figura 2. Material 2¼Cr-1Mo. a)A-213 Grado T22. Microestructura de ferrita proteutectoide y
bainita revenida con partículas de carburos dispersos, 800X. b) A-335 Grado P22. Material en
estado recocido. Fina dispersión de carburos en una matriz ferrítica, 550X.
a) b)
Figura 3. Material 1¼Cr-½Mo. a) a) A-213 Grado T11. Material en estado normalizado, estructura
ferrita – perlita. Morfología de perlita poco definida por efecto del Cromo, 500X. b) A-335 Grado
P11. Material en estado recocido. Granos blancos de ferrita y zonas oscuras de perlita con algunas
láminas de ferrita Widmanstatten, 500X

• ACERO 1¼Cr-½Mo

Este tipo de acero es empleado en tubería sometida a presión (pipe), tubos de


calderas para temperaturas de servicio hasta 590ºC (1100ºF) e intercambiadores
de calor. Presenta una buena resistencia mecánica a alta temperatura por efecto
de la precipitación de carburos pero una baja resistencia a la corrosión a
temperaturas alrededor de 550ºC por su bajo contenido de cromo.

Es fabricado para tres niveles de esfuerzo según el tratamientos térmico. Así, es


enfriado en aire desde 1250ºF, enfriado lentamente desde 1650ºF, o normalizado
y revenido para obtener mejores propiedades.

Su esfuerzo de ruptura y su resistencia al creep según el incremento de


temperatura se muestran en la Figura 4. [2]. Su uso ha sido muy extendido en
diferentes plantas de proceso en décadas pasadas, y ha sido reemplazado en
muchas aplicaciones por el acero 2¼Cr-1Mo.

Figura 4. Resistencia al creep (0.01%/1000h) y resistencia a la ruptura (100000h) de aceros 1¼Cr-


½Mo y 1Cr-½Mo.
• ACERO 2¼Cr-1Mo

El desempeño a alta temperatura de este acero ha sido estudiado más


extensamente respecto a otro tipo de aleación por investigadores como G.V. Smith
y R. L. Klueh en diversos reportes donde se estudia el comportamiento de este
acero en estado recocido, normalizado y revenido, y su resistencia al creep. [8] y
[9].

En términos de aplicación, el acero 2¼Cr-1Mo tiene un excelente servicio en


diversas industrias como generación de energía eléctrica con combustibles fósiles
y nucleares, industria petroquímica y de refinación, donde opera bajo condiciones
complejas de esfuerzos y en ambientes corrosivos. Este tipo de acero tiene una
mayor resistencia a la oxidación y al creep comparado con el 1¼Cr-½Mo por su
mayor porcentaje de Cr y Mo. Muestra un excelente desempeño a temperaturas
de servicio hasta 650ºC (1200ºF) sin presencia de hidrógeno y hasta 480ºC
(900ºF) en ambientes con hidrógeno. [10]

Respecto al tratamiento térmico, su temperatura de austenización es de 900ºC


(1650ºF) y se presenta en estado recocido, normalizado y revenido, o templado y
revenido, con diferentes propiedades mecánicas o niveles de esfuerzo. En estado
recocido (nivel 1) tiene una microestructura de ferrita-perlita y puede presentar
algunas zonas de bainita, siendo usado en tubos de supercalentadores de vapor,
cabezales de calderas y tubería sometida a presión de vapor (pipe) para servicio
hasta 650ºC. En condición normalizada y revenida (nivel2), estructura totalmente
bainítica, es usado en vasijas sometidas a presión en la industria petroquímica
para temperaturas de 480ºC, aunque en Europa este tipo de acero es usado en
tubería en la industria de energía para servicio a hasta 650ºC. En estado templado
y revenido, también es usado para paredes en recipientes sometidos a presión
pero con una temperatura máxima de 480ºC en el rango de creep por su
susceptibilidad al ataque por hidrógeno. [4]

Para un nivel de esfuerzo dado, la bainita revenida presenta mayor resistencia al


creep respecto a una estructura de martensita revenida o ferrita-perlita para
temperaturas hasta 565ºC y tiempos de 100000h. Considerando la vida de ruptura
y la rata de creep, el material templado y revenido puede resistir mayores
esfuerzos que un material recocido, según la Figura 5. [10] Para largos tiempos de
servicio la estructura ferrita-perlita tiene mejor desempeño por su mayor
estabilidad estructural por efecto del envejecimiento.

Para mejorar el desempeño de esta aleación se ha desarrollado comercialmente


desde la década de los 80s el acero 2¼Cr-1Mo modificado con adiciones de
microaleantes como vanadio, niobio, titanio y boro para aplicaciones en la industria
nuclear y en vasijas de presión sometidas a elevada temperatura, con mayor
resistencia al ataque por hidrógeno comparado con el acero 2¼Cr-1Mo normal y
mejores propiedades mecánicas y resistencia al creep a elevada temperatura por
efecto principalmente de los finos y estables carburos de vanadio precipitados en
la microestructura. [11]
• ACERO 5Cr-½Mo

Presenta una buena combinación de resistencia al creep, a la oxidación y a la


corrosión bajo esfuerzos para una variedad de aplicaciones en servicio hasta una
temperatura de 1150ºF. Es usado en condiciones altamente oxidantes en
combinación con ambientes gaseosos corrosivos que contengan compuestos de
azufre. En cuanto a tratamiento térmico, puede ser normalizado o recocido luego
de ser trabajado en caliente o precalentado a una temperatura de 1500ºF. Para
obtener bajas durezas, se calienta entre 1525 y 1600ºF y se enfría lentamente a
una velocidad de 50ºF por hora. [12]

Figura 5. Comparación de propiedades para un acero 2¼Cr-1Mo en estado recocido (línea a


trazos) y en estado templado y revenido (línea llena).

• ACERO 9Cr-1Mo

Estos aceros presentan generalmente menores esfuerzos de ruptura y resistencia


al creep que los aceros de bajo cromo porque la resistencia a elevada temperatura
disminuye con el incremento del porcentaje de cromo. Sin embargo, esto depende
de la temperatura de servicio y del tiempo de exposición, según las Figuras 6 y 7,
además el tratamiento térmico es un importante factor. [2] y [13]. Esta aleación
muestra relajación en pruebas de creep a 600ºC, siendo su principal ventaja la
gran resistencia a la oxidación por el mayor porcentaje de Cromo. En condiciones
de fatiga (cargas cíclicas) presenta un mejor comportamiento en comparación con
el acero 9Cr-1Mo modificado. [7]

Tiene buena resistencia a la corrosión a alta temperatura hasta 650ºC (1200ºF). El


acero 9Cr-1Mo es un buen material estructural que ha sido extensamente usado a
elevada temperatura en diferentes aplicaciones de la industria en general, como
en tubos y laminas para equipos de calderas, supercalentadores, hornos y equipos
de refinería en contacto con crudos ácidos.

En cuanto al tratamiento térmico recomendado esta el enfriamiento o recocido


desde una temperatura de austenización de 1600ºF, o normalizado y revenido
(temperatura de 1400ºF). [12]

a) b)
Figura 6. Efecto de la temperatura de servicio en propiedades mecánicas a temperatura ambiente.
a) Acero 2¼Cr-1Mo en estado normalizado y revenido, tiempo de exposición 10000h. b) Acero 9Cr-
1Mo en estado recocido, tiempo de exposición 100000h

• ACERO 9Cr-1Mo MODIFICADO

Para obtener mejor desempeño en condiciones a alta temperatura y presión y en


ambientes con hidrógeno en plantas de procesos químicos, de refinación y
petroquímica y de conversión de carbón, se han desarrollado algunas aleaciones
de Cr - Mo modificado con elementos de aleación como Vanadio, Boro, Niobio y
titanio.
Figura 7. Variación de resistencia al creep como función de la temperatura de servicio para aceros
2¼Cr-1Mo, 9Cr-1Mo, 9Cr-1Mo modificado y acero inoxidable 304.

Las altas temperaturas alcanzadas en estos procesos industriales, afectan la


resistencia mecánica, la deformación dimensional y la estabilidad metalúrgica de
la aleación, mientras las altas presiones requieren aleaciones con mayor
resistencia o secciones con mayor espesor.

Se han desarrollado tres categorías de aceros modificados como son 2¼Cr-1Mo y


3Cr-1Mo modificados con V, Ti y B; y el 9Cr-1Mo modificado con Nb (Niobio o
Columbio Cb), V y N.

El acero 9Cr-1Mo modificado es una aleación de gran interés porque presenta


mayor resistencia al creep y esfuerzos admisibles superiores a un acero inoxidable
(AISI 304) y otros aceros ferríticos según Figuras 8 y 9 hasta temperaturas de
600ºC (1100ºF). [2]

Figura 8. Esfuerzos de diseño admisibles estimados como función de la temperatura para aceros
2¼Cr-1Mo, 9Cr-1Mo, 9Cr-1Mo modificado y acero inoxidable 304.

El acero 9Cr modificado muestra superior estabilidad y resistencia al creep hasta


una temperatura de 704ºC, sin embargo, las excelentes propiedades de
resistencia a alta temperatura son acompañadas de menor ductilidad y tenacidad
comparado con el 9Cr-1Mo estándar. El 9Cr-1Mo modificado (T91/P91) presenta
mayor resistencia a ruptura por creep y esfuerzos admisibles comparado con el
acero convencional 2¼Cr-1Mo, según Figura 9, lo cual permite una substancial
disminución de espesor de pared del tubo a emplear con la ventaja de una alta
reducción de peso y mayor economía en procesos de soldadura, ver Figura 10.
[14]

Figura 9. Comparación de resistencia al creep para material P91 y P22.

Figura 10. Diferencia en espesor de pared de 54%.


Las mejores propiedades para este acero modificado han sido determinadas en
una estructura de martensita revenida producto de un tratamiento térmico de una
austenización inicial a 1040ºC por una hora, seguido de un normalizado
(precipitación de finas partículas de (Fe,Cr)3C dentro de las agujas de martensita)
y posterior revenido de la martensita por una hora a 760ºC (precipitación adicional
de carburos y cambios en la estructura de las dislocaciones). [7]

Las pequeñas adiciones de Nb y V en el acero modificado favorecen durante el


revenido la formación de carburos (Nb,V)C y carbonitruros finamente distribuidos
de tamaño menor a 0.1mm. La mayor resistencia de esta aleación se debe a dos
factores principales: Primero, las finas partículas precipitadas de carburos M23C6
nuclean en los carburos o nitruros de niobio Nb(C,N) que precipitan en primer
instancia durante el tratamiento térmico. Segundo, el Vanadio difunde en los
carburos M23C6 y retarda su crecimiento durante la exposición a alta temperatura,
precipitando en las interfaces de las agujas de martensita como V4C3. Esta fina
distribución de carburos M23C6 por efecto del Nb y su crecimiento retardado por
efecto del V, proveen estabilidad microestructural incrementado la resistencia del
material por largos períodos de tiempo a la temperatura de servicio. En otros
aceros ferríticos se observan carburos de mayor tamaño del tipo M23C6, con
diámetros menores a 0.5m m y con elementos como Cr, Fe, V y Mo. [15]

El acero 9Cr-1Mo modificado presenta una microestructura estable hasta


temperaturas de 650ºC bajo cargas estáticas de tensión y condiciones de creep,
por efecto de la formación de finas partículas de carburos de vanadio a lo largo de
la interfase de las agujas de martensita. La estructura martensítica del acero 9Cr
modificado es afectada por cargas cíclicas en fatiga a temperaturas mayores a
550ºC, siendo mejor el desempeño del acero 9Cr-1Mo normal para esta condición.
A temperaturas superiores a 650ºC, hay cambios microestructurales luego de la
deformación por creep que incluye un reordenamiento y eliminación de
dislocaciones y el crecimiento de partículas de carburos. Sin embargo, cuando el
material esta sometido a fatiga a temperaturas superiores a 550ºC, la estructura
de agujas de martensita presenta cambios significativos por efecto de alta
temperatura y esfuerzos cíclicos, originando una estructura con granos
equiaxiados y un acelerado crecimiento de partículas de carburos.

La disminución de la resistencia al creep y propiedades en fatiga a temperaturas


superiores a 500ºC es el resultado de dos procesos: formación y crecimiento de
precipitados de M23C6 y la recristalización de la matriz. La formación de carburos
relativamente estables de Mo, V, y Nb ayudan a disminuir y evitar estos procesos.

En aceros de baja aleación, la presencia del vanadio permite la precipitación de


VC y V4C3 en forma de finas láminas entre 5 a 10nm embebidas en la matriz. [7]

Las propiedades mecánicas de este material a nivel de laboratorio y su


desempeño en planta han sido extensamente caracterizadas, entre las que se
incluyen las siguientes: [16]
- Microestructura estable hasta 650ºC bajo cargas estáticas de tensión y
condiciones de creep
- Altos valores de UTS y Ys desde temperatura ambiente a 700ºC
- Alta resistencia al creep por encima de 550ºC
- Mejores propiedades de impacto por bajas temperaturas de transición y alta
absorción de energía (100 Julios después de 10000h) [17]
- Altos esfuerzos admisibles a temperaturas superiores a 550ºC. Se reportan
esfuerzos admisibles dos veces mayores al acero 9Cr-1Mo normal.
- Menor riesgo de agrietamiento por fatiga térmica comparado con aceros Cr-Mo
de baja aleación
- Buena soldabilidad en secciones gruesas y delgadas. Además presenta alta
resistencia al agrietamiento por relevo de tensiones comparado con otros aceros
ferríticos Cr-Mo de baja aleación, ver Figura 11.
- Relativa alta conductividad térmica y bajos coeficientes de expansión térmica,
según la Figura 12.
- Buena resistencia a la corrosión y al agrietamiento en ambientes acuosos y
gaseosos (Ej. Hidrógeno)

Figura 11. Curvas de relajación de esfuerzos para aceros ferríticos para comparar comportamiento
en relevo de tensiones.
Actualmente, las plantas industriales operan a altas temperaturas y presiones para
incrementar la eficiencia de los procesos, lo cual hace del acero T91/P91 una
solución técnica y económicamente superior a otros materiales. Este material
obedece las especificaciones de diseño, planeación, fabricación y operación de las
modernas plantas en construcción, y cumple con las bases de las 5 E's: Ecología,
Eficiencia, Elasticidad, Experiencia y Economía.

Todas estas razones han motivado el cambio de tuberías de materiales de 2¼Cr-


1Mo y aceros inoxidables por tubería de acero 9Cr-1Mo modificado en plantas
industriales en países como Brasil, Estados Unidos, Inglaterra, Corea, Alemania y
Dinamarca. [16] y [18]

Figura 12. Comparación de conductividad térmica y coeficientes de expansión térmica para cuatro
aceros diferentes (P91, P22, SS316, X20 (12Cr-1Mo))

BIBLIOGRAFÍA

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Mechanical properties of a Modified 2¼Cr-1Mo steel for pressure vessel
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