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PLAZO DE CADUCIDAD.
En el Perú se encuentra vigente el artículo 37° de la Ley No. 23506 (Ley de Habeas Corpus y
Amparo). Esta norma dispone que "el ejercicio de la acción de Amparo caduca a los sesenta
días hábiles de producida la afectación, siempre que el interesado, en aquella fecha, se hubiese
hallado en la posibilidad de interponer la acción". Asimismo, el artículo 26° de la Ley No. 25398
(Ley Complementaria de la Ley de Habeas Corpus y Amparo) señala que este plazo se computa
desde que el momento en que se produjo la afectación, y que si los actos que constituyen esta
afectación son continuados, el plazo se computa desde la última fecha en que se realizó la
agresión. Finalmente, el artículo 14 o de esta misma ley faculta al Juez para que rechace
preliminarmente las demandas de amparo presentadas fuera de este plazo.
Según expresa el profesor, Cairo Roldan, el plazo para interponer una demanda de amparo,
regulado en el ordenamiento nacional, es un plazo de prescripción y no un plazo de caducidad,
porque está referido al uso de la vía procesal del amparo, y porque el inicio de su transcurso no
empieza cuando nace el derecho fundamental que se pretende proteger, sino cuando se
concreta un acto u omisión que lo agravia o amenaza.
Recuperado de:
http://www.revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoysociedad/article/viewFile/17375/17659
Contenido de la sentencia.
La sentencia de Amparo, no solamente se resume en la mención concreta de la autoridad de
ente privado de la persona en contra de la cual procede el Amparo, y no solamente se concreta
en la orden precisa a cumplir, sino también con las especificaciones necesarias para su
ejecución.
La Corte Superior conoce los procesos de garantía en segunda y última instancia, en vía de
apelación. Contra la resolución denegatoria que ésta expide procede el Recurso Extraordinario.
Tratándose de la Acción de Amparo, si la afectación de derechos se origina en una orden
judicial, el proceso se inicia y tramita conforme a lo dispuesto en el Art. 29° de la Ley 23506.
Contra la resolución denegatoria que expida la Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema
procede Recurso Extraordinario.
El plazo para interponer el recurso es de 15 días, contados a partir de la fecha en que es
notificada la resolución denegatoria de la instancia judicial correspondiente.
Contra el auto que deniega elevar el Recurso Extraordinario procede interponer Recurso de
Queja ante el tribunal. La queja se tramita conforme el reglamento que apruebe el Tribunal
Constitucional. Los procedimientos de garantía sólo transitan dos instancias en la vía judicial,
siendo el segundo fallo el que, en caso de denegatoria de la garantía interpuesta, da lugar al
recurso extraordinario.
Si la causa se inició en primera instancia, la misma concluye en la Corte Superior. Si, por el
contrario, por tratarse de una acción de garantía interpuesta contra resolución judicial, ésta se
inicia en la Corte Superior, la tramitación judicial concluye en la Corte Suprema de la República.
La conclusión de la disputa ante el Poder Judicial no termina con la acción de garantía. Ésta
continúa ante el Tribunal Constitucional. No se trata de una nueva acción. Es la misma y por esa
razón es que los efectos de la suspensión del acto reclamado se prolongan hasta la total
conclusión de la acción, no de la parte de la acción que se tramita en la vía judicial, sino de
toda la acción tanto de su parte judicial cuanto de aquella otra que se tramita ante este nuevo
órgano. Esto se a quedado aclarado con el texto de la Constitución de 1993.
Sólo puede interponer Recurso Extraordinario aquellas personas que tienen interés legítimo y
han participado en la acción para obtener un fallo favorable a la pretensión ya como
demandante, ya como fiscal en apoyo o como Defensor del Pueblo, cuya acción haya recibido
una resolución denegatoria. No cabe que las interponga el emplazado.
Recuperado de:
https://www.monografias.com/trabajos13/trico/trico.shtml#re