Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lectura y Analisis Territorial de Las Nu PDF
Lectura y Analisis Territorial de Las Nu PDF
Edición,
Karen Arelys Gónzalez Martínez, Ciencia Política UN
Kevin Andrés Rincón Idárraga, Historia UN
Diseño,
Wilmar Vasquéz Gómez, Arquitectura UN
Colectivo de Trabajo
Laboratorio en Estudios Geográficos y Territoriales UN
Observatorio en Ciudad y Territorio Educador en Antioquía y en el
Noroccidente Colombiano UN
Este proyecto editorial fue realizado en el marco de la Convocatoria del Programa Nacional de
Semilleros de Investigación, Creación e Innovación de la Universidad Nacional de Colombia
2013-2015 en la modalidad 2 proyectos desarrollados como parte de cursos de pregrado.
Las investigaciones compiladas son las Obras Finales de los Proyectos de Lectura
Territorial de Ciudad en la fase experimental de las Estrategias de Formación de los
cursos impartidos por el Laboratorio en Estudios Geográficos y Territoriales UN:
2016
La siguiente públicación es propiedad de cada autor(es). Su contenido
está protegido por una licencia de Creative Commons del tipo Atribución
- No Comercial - Sin Derivar 4.0 Internacional.
Iván Escobar
18. Ciudad moderna - mutante y su incidencia en la vida de barrio y las transformaciones
del Cerro Quitasol
Alejandro Aristizábal Silva
Pág.176
ORDENAMIENTO TERRITORIAL
21. El puente de Barranquilla en Medellín. Fractalidades y espacios públicos verdes de
una ciudad fragmentada y desagregada por las economías de servicios
Juan Pablo Ríos Ocampo
Pág. 232
24. Aproximación a las integraciones territoriales de las geografías del agua, entre el
Cañón del Rio Cauca Noroccidental, la cuenca hidrográfica de La Juan García y la
microcuenca hidrográfica de La Venta
Viviana Marsiglia Escudero
Pág. 326
11. NIQUÍA: MUTACIONES DE UNA CIUDAD SIN NOMBRE
Lectura y análisis territorial de las “nuevas” imágenes y realidades urbanas en la Ciudadela Norte de
Niquía en Bello
INTRODUCCIÓN
La presente obra “final” es el resultado de un proceso de investigación derivado del curso de Ordenamiento Territorial
(2014 - 1), impartido por el Laboratorio en Estudios Geográficos y Territoriales adscrito a la Universidad Nacional de
Colombia, Sede Medellín. Ahora bien, la idea argumental que dio origen a su formulación, se apoyó en la necesidad
de comprender las aceleradas mutaciones que ha “sufrido” el paisaje de Niquía en Bello a lo largo de las últimas
décadas, en ese sentido la escala elegida para situar dicha pregunta, fue la consideración de un tramo longitudinal
al río Aburrá -eje estructurante del sistema metropolitano-, el cual fue la diagonal 55 (Bello) entre avenidas 42 y 31.
En esa medida, el proyecto pudo concretarse finalmente con base en el criterio de las mutaciones y en la escala de
una calle crítica situada en Niquía.
Sin embargo, en este punto resulta pertinente señalar los motivos que inspiraron esta elección. En primer lugar la
intención de adherir este proyecto respondió a un interés personal, en tanto he sido protagonista directa de tales
mutaciones, lo cual me llevó a iniciar un proceso técnico de lectura territorial que me permitiera situar y analizar
esas transformaciones experimentadas por el que hasta hace muy poco, había sido uno de los paisajes “naturales”
más característicos del valle de Aburrá que en virtud de sus calidades ambientales específicas, había favorecido
actividades públicas de socialización y recreación.
Por otro lado, desde el punto de vista científico también priorizó la cuestión de las mutaciones, pues ellas constituyen
en sí mismas la cualidad dominante en ese fragmento de ciudad que es Niquía, lugar por antonomasia en donde
se sitúa el encuentro, tan reciente como intenso, entre los paisajes de la tradición y la modernidad. Para entender
esto, debemos recordar que durante la primera mitad del siglo xx, Bello tuvo un crecimiento bastante dinámico
como consecuencia de la emergente industria textil que generó una forma de vida caracterizada por la simbiosis
entre fábrica, barrios, patronatos, iglesia y bares, es decir, por el intercambio permanente entre vida pública y vida
privada.
Efectivamente este momento del capitalismo industrial posibilitó que en la década del cincuenta del siglo pasado,
los empresarios de Bello acogieran un plan “benefactor” para la construcción de casas, talleres, cooperativas,
escuelas y templos a fin de que sus trabajadores tuvieran tal calidad de vida, y que esta se revirtiera en un aumento
de la productividad. En esa medida resulta evidente que no se trató de una propuesta altruista, pero en última
instancia lo que importa de este tipo de iniciativas son las consecuencias afortunadas expresadas en la emergencia
de una clase obrera adscrita a un barrio y promotora de acciones políticas (huelgas) y de actividades de integración
en torno a la música o las fiestas, siendo este un escenario dentro del cual el viejo Niquía también jugó un papel
protagónico.2
Sin embargo el advenimiento de la crisis industrial, cuyo correlato es la emergencia de una clase media decadente
(amnésica por defecto),3 fue uno de los acontecimientos que definieron la naturaleza y el ritmo de las mutaciones
sufridas actualmente por Niquía. Y aquí se hace hincapié en el término “naturaleza”, porque si bien la palabra
mutaciones nos remite a un hecho sustantivo que alude a transformaciones, cambio, o metamorfosis del paisaje, lo
1 KOOLHAAS, Rem. Et. al (2000). Mutaciones. Editorial Actar. España. 270
2 Corporación Artística Tecoc Movimiento Cultural Comunitario (1997). Plan de desarrollo cultural de Bello hacia el 2008. Administra-
ción municipal de Bello. 49-58
3 TUAN, Yi-Fu. (2007 –original 1974–). Topofilia. Un estudio de las percepciones actitudes y valores sobre el entorno. Editorial Melu-
sina. España. Efectivamente, en lo referente al comportamiento de las clases medias ante su entorno, dicho autor señala acertadamente que
“estas buscan algo de la exclusividad de los barrios de clase alta, pero sin el respaldo de la historia y la tradición”. Cabría apuntar además,
que esa carencia de respaldo, opera tanto frente a la tradición de los vecindarios más lujosos, como ante la madurez de los antiguos barrios
obreros. Por ello en vista de tal orfandad histórica resulta coherente el comportamiento hostil y proteccionista de esta clase media, ya que no
tienen nada asegurado ni en el pasado ni el en presente, son “los más vulnerables a los intrusos con ínfulas”, siendo empero esta clase la más
arribista. 283-284
119
cierto es que al adoptar una perspectiva territorial, en donde se reivindican los componentes de la imagen ambiental
propuestos por Kevin Lynch o el primer nivel de lectura señalado por el Laborageo UN,4 resultan confrontadas las
acepciones optimistas que frecuentemente se asocian a la palabra transformación, pues si bien estas mutaciones se
han producido en nombre del progreso urbano, también es evidente que dicho progreso no es cualidad inmanente de
aquéllas, y en Niquía resulta particularmente evidente el hecho de que mutación no siempre implica una evolución
favorable, sino que incluso puede ser sinónimo de frustración cuando ésta tiene por condición el rebasamiento, el
sacrificio, de su propia identidad.5
La inquietud por el significado concreto de las mutaciones que han configurado un “nuevo” Bello en Niquía, es decir,
se impone la pregunta por entender la forma en que tales mutaciones han interactuado tanto con su memoria de
base industrial, como con la reciente metropolización de la ciudad; encuentros neurálgicos, que sin duda ha dado
a las actuales mutaciones de Niquía su cariz particular. Ahora bien, aquí no se pretende llevar a cabo un inventario
de fantasmas y desapariciones, sino que la intención es tratar de comprender qué representaron tales pérdidas
en la configuración de un tipo de metamorfosis que promovió el tránsito de una ciudad industrial hacia una de
servicios, y en donde tal transformación no significó un progreso sociocultural. La respuesta caótica a las demandas
metropolitanas, ha comportado situaciones de gigantismo y mutación de un plano urbano en el que se situaron
instalaciones y artefactos ligados a esas “nuevas” funciones económicas delegadas, que se encargaron de definir a
Bello y sobre todo a Niquía como servidumbres territoriales.
En este sentido, así como la memoria de la civilización (industria y obrerismo) representan un componente clave
para entender el rumbo y el ritmo de estas mutaciones, “el sistema devenir” o presente, también constituye otro
importante elemento temporal que las significa. Tal es la situación que se hace evidente en las proyecciones del Plan
de Ordenamiento del Valle de Aburrá (1998), el Proyecto Metrópoli 2002-2020 y en el Plan de Ordenamiento de Bello
(2000). Efectivamente mientras que en el primero de estos programas, ya Niquía era identificada como “centralidad
intermedia de servicios” y “centralidad norte”, el Plan de Ordenamiento Territorial de Bello, terminaba por refrendar
la posición de este municipio como servidumbre territorial, al otorgar un lugar dominante a la infraestructura de
transporte o las movilidades metropolitanas, situadas como ejes estructurantes a partir de los cuales se planteaba
la construcción de Niquía. De esta manera el artículo 137 titulado “Caracterización y programas específicos para
las Convergencias Urbanas Primarias Metropolitanas”, toma como punto de partida las tres estaciones del Metro
situadas en Bello, dándole un sitio preponderante a la estación Niquía y posteriormente a la diagonal 55 como
importante componente de la convergencia urbana secundaria.
Así pues, hasta este punto se ha tratado de explicar lo que en este proyecto representa la pregunta por las mutaciones
en un paisaje concreto, ya que al espacializar el tiempo (situarnos en Niquía) y al temporalizar el espacio (apelar
a la coyuntura de tradición –industria- y modernidad –metropolización-), se ha justificado el hecho de que las
mutaciones no siempre implican un progreso civilizatorio: por el contrario, lo que aquí se pretende es mostrar que
dependiendo del contexto, tales mutaciones pueden ser sinónimo de frustraciones, en tanto no han conducido a
una transformación adecuada de la vida social y ciudadana.
Por tales motivos, el presente proyecto de lectura asume una propuesta cronoestratigráfica, la cual adaptamos a
nuestra escala con el fin de retomar las fases del modelo de desarrollo antioqueño desarrollado por el Laborageo
UN,6 para que así pueda fungir como marco análisis de los cinco momentos que proponemos para entender las
mutaciones del Niquía reciente, en tanto aceptamos que la comprensión de esa metamorfosis aún vigente, responde
a una relación dialéctica con unas mutaciones precedentes (visión diacrónica del problema). En esa medida la idea
argumental que motiva este proyecto, sugiere un recorrido dividido en dos escenarios principales: el primero,
referido a la memoria de las mutaciones con lo cual se quiere aludir a unas características particulares del paisaje,
donde predomina su memoria de la tierra, su posición como borde y frontera urbana de Bello, y las mentalidades de
topofilia, balneario, y espacio público de sociabilidad ciudadana. El segundo escenario, denominado las mutaciones
sin memoria, reclama para el paisaje actual de Niquía, la preeminencia de la memoria de la civilización, la proyección
4 LYNCH, Kevin (1984 –original 1960–). La imagen de la ciudad. Editorial Gustavo Gili S.A. Según este autor la imagen ambiental tiene
tres componentes: identidad (carácter individual); estructura (posición frente a otros objetos), y significado (atribuido por el observador). 17-
19. En cuanto al primer nivel del método del LABORAGEO este implica la descomposición de los criterios en cuatro elementos: posicionales,
ecogeográficos, funcionales y culturales.
5 En ese sentido resulta pertinente la afirmación emitida por Jean Attali a propósito de la muerte de las civilizaciones, en tanto sitúa
su origen en el sacrifico cultural y no en la existencia de un desgaste inmanente: “La muerte de una civilización no se explica en términos de
un agotamiento orgánico, sino como el resultado histórico de una proeza que dicha civilización solo ha podido realizar a costa de consumir
en ella lo esencial de sus fuerzas”. KOOLHAAS, Rem. Et. al (2000). Mutaciones. Editorial Actar. España. 274
6 ESCOBAR R., Iván; ORTIZ TORRES, Carlos Andrés; NAVARRO FLOREZ, Juan Carlos y otros. (2007). Estudio y Análisis Territorial del Sis-
tema Urbano, Regional y Fronterizo Antioqueño. En: Subregiones en Antioquia: Realidad Territorial, Dinámicas y Transformaciones Recientes.
Cuarta Parte. Informes Técnicos. Convenio de Cooperación Nº 2005-CO-120041, Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, Facultad
de Ciencias Humanas y Económicas, Laboratorio en Estudios Geográficos y Territoriales – Gobernación de Antioquia, Departamento Adminis-
trativo de Planeación Departamental, Dirección de Planeación Estratégica Integral. Medellín. Páginas 146 – 178.
120
y construcción progresiva de una posición como “nueva” centralidad –puerta de entrada a la ciudad metropolitana–
y, la emergencia de unas mentalidades que responden incipientemente a las actitudes de claustrofilia/agorafobia y
a los recorridos del consumo y la privatización del espacio urbano.
121
Ilustración 2 Mano alzada 1 Factores estructuran- Ilustración 3 Mano alzada Nomenclatura urbana en
tes de natura y civitas en la diagonal 55 la diagonal 55. Orientación dominante NE
FACTORES ESTRUCTURANTES
Natura en la diagonal 55
Cauces urbanos y fundacionales
Dentro de la escala elegida, se destacan factores de natura y par-
ticularmente de la memoria del agua, que otorgan identidad a
la imagen ambiental del sistema urbano de Niquía. Dentro de la
jerarquía propuesta se distinguen los siguientes cauces urbanos:
122
“Con nitidez me vino una tarde en que Rubén y yo bajábamos del Quitasol. Le contaba una vieja
historia del barrio donde los hombres sobrevolaban en jornadas señaladas, durante días y noches,
haciendo piruetas, la cumbre del monte. Era esa una manera ritual de amar a la mujer. ‘Sí, dijo, la
madre es como una montaña, al menos para los que vivimos en Niquía’”. Pablo Montoya
Parque Urbano
Civitas en la diagonal 55
Avenida Regional: conector interdepartamental e incluso internacional (conexión con la vía Paname-
ricana)
Diagonal 51 (Bello) Autopista Norte: principal articulador del corredor metropolitano multimodal de
servicios, tendido en torno al río Aburrá.
Diagonal 55: escala concreta del proyecto de lectura y principal síntesis urbana de las mutaciones
sufridas por Niquía.
Diagonal 57: eje secundario que respalda al plano urbano surgido en Niquía. Fragmento local que da
continuidad al recorrido de la carrera 65 de Medellín.
Diagonal 61: eje de convergencia secundaria y que además funge como límite administrativo de la
comuna 8, Niquía
123
Ejes transversales al río Aburrá
Avenida 38: definida oficialmente como vía colectora, es decir, aquella que distribuye los flujos locales sobre las
vías arterias. Esta avenida es unidireccional y recoge un tráfico intenso de corto recorrido, pues es la calle que
remata en la estación Niquía. Por tanto, dicha vía es la encargada de repartir las rutas que salen desde dicha
estación hacia distintas partes de Bello.
Avenida 34: aparece en el Plan de Ordenamiento (2000), como una vía asociada a Fontidueño (sector situado
al otro lado del río Aburrá). Su vinculación con el “nuevo” Niquía es muy reciente, sin embargo actualmente es
el canal por donde discurren las rutas alimentadoras que, cruzando la diagonal 55, vienen con dirección Bello -
Estación Niquía. Así mismo vierten por allí, las rutas Medellín-Bello, que previamente también han rodado por
la diagonal 55.
124
NIQUÍA: MEMORIA DE LAS MUTACIONES
PRIMER MOMENTO 1870
125
Segunda escena del primer momento
Memoria de la tierra
Cauces
Topografías y vegetación
Así como los ríos, las topografías y zonas de vida, también fueron
otros elementos sobresalientes del paisaje, pues el verde, código
que representa la vegetación de este sistema territorial, fue sin
duda el color dominante dentro del mismo e incluso el
componente que presentaba mayor diversidad. Efectivamente
tenemos por un lado la presencia insistente de un cerro tutelar
(El Quitasol), cuyas vertientes descienden hasta convertirse en el fondo plano del valle. Observamos, además, que
el piedemonte todavía estaba adornado por rastrojos, concepto que remite al suelo sin cobertura selvática, pero
donde todavía persistían relictos de era apto para ejecutar actividades agropecuarias.
Finalmente identificamos un tercer elemento, denominado potreros o “mangas”, para aludir a los terrenos destinados
a la cría de ganado y que estaban localizados en la parte plana del Valle, siendo la principal característica de este
suelo, la desaparición definitiva del bosque y su colonización para uso ganadero (hatos). Ahora bien, establecemos
una diferenciación analítica entre los potreros de Bello y los de Niquía, dado que el epicentro municipal y territorial
se situó sobre la margen derecha de la García, de tal manera que los potreros de Niquía, ubicados sobre el costado
izquierdo, fungieron por algún tiempo como borde y frontera (natural) de Bello, si bien durante mucho tiempo en el
entorno de la ciudad fundacional también predominó el color verde. Paseando por Niquía. Fuente BPP
Vista de Niquía. Fuente BPP
126
Memoria de la civilización
Así, durante este primer momento se observa un paisaje dominado por factores biofísicos, con un centro
fundacional muy marginal, lo cual daba cuenta de la vocación agropecuaria del sitio. Cabe apuntar además, que
para 1835 Hatoviejo contaba con 1679 habitantes, y que para 1857 todavía repartía su pertenencia a la jurisdicción
de Medellín y San Pedro. Posteriormente en 1883, sus pobladores reclamaron un cambio de nombre a fin de
eliminar la denominación de “Hato” (considerada como algo despectivo), adquiriendo así el de “Bello” en honor del
pensador venezolano Andrés Bello. Finalmente hacia 1913, esta población consolidó su estatuto jurídico al pasar de
corregimiento a la categoría de municipio.7
Tomás Carrasquilla
7 Corporación Artística Tecoc Movimiento Cultural Comunitario (1997). Plan de desarrollo cultural de Bello hacia el 2008. Adminis-
tración municipal de Bello. 44-47
127
SEGUNDO MOMENTO 1930
Fase rural, agraria y mercantil del modelo antioqueño: el ferrocarril y la emergencia de la indus-
tria en Bello
Ilustración 5. Mano alzada, segunda fase rural, agraria y mercantil. El ferrocarril y la emergencia de
la industria en Bello
128
Segunda escena del segundo momento
Memoria de la tierra
Cauces
Frente a las características presentadas para el momento decimonónico, este
factor del paisaje no detenta grandes variaciones. El río Aburrá conservaba su
orientación SW-NE, fluyendo de forma meándrica a través de dos cauces. Por
su parte, La García continúa destacándose a pesar del crecimiento progresivo
de la mancha rosa a la vera de su margen derecha. Por último las quebradas
La Señorita y La Seca discurrían sin interrupciones siguiendo su dirección
NW-SE, para desembocar libremente sobre el río Aburrá.
Topografías y vegetación
Memoria de la civilización
Industria y ferrocarril
Tras este primer florecimiento industrial, prosiguió en 1913 el ingreso de la primera locomotora en Antioquia a
través de la vía férrea que, recién construida, cruzaba el municipio de Bello lejos de su centro histórico y siguiendo
relativamente el curso del río Aburrá. Por tales motivos, se observa cómo estos dos elementos (industria y ferrocarril),
condujeron a que Bello pasara de ser una aldea fundacional a ser una ciudad industrial, lo cual se evidenció tanto en
el crecimiento demográfico (entre 1905 y 1902 pasó de 3000 a 5000 habitantes), como en la embrionaria expansión
de la huella urbana, como un hecho asociado a los procesos migratorios y a la urbanización de origen estrictamente
industrial.
Ahora bien, este fue un paisaje que progresivamente se fue consolidando a medida que tales factores cobraron más
fuerza, pues entre 1921 y 1925 Bello obtuvo no sólo su propia estación del ferrocarril, sino que también comenzó
sobre su jurisdicción la construcción de los talleres del mismo. Por tanto, esta pérdida del asilamiento provinciano
de Bello, que para entonces estaba conectado con poblaciones tan distantes como las del Magdalena y que se había
convertido en destino de inmigrantes que integrarían la “nueva” mano de obra textilera. Lo cual se complementó
129
con un importante hito que fue el establecimiento paralelo (1919-1923 y 1933-38) de las grandes naves en donde
empezó a funcionar la Fábrica de Hilados y Tejidos del Hato (Fabricato), situada estratégicamente sobre la margen
derecha de La García y de la quebrada El Hato, es decir, adyacente a los talleres y estación del ferrocarril.
El crecimiento urbano
Efectivamente, durante los años treinta comenzó a ejecutarse este proyecto integral de vida obrera promovido
por la dirigencia textilera, y que inicialmente se expresó en la construcción de equipamientos para la salud, la
recreación y la religiosidad, amén de que empezaron a proponerse las primeras propuestas de vivienda obrera;
tipología que posteriormente se convirtió en el modelo a partir del cual la expansión urbana de Bello iba adquirir su
tono particular. Así pues, en cuanto a las obras de uso colectivo tenemos que hacia 1938 ya se había edificado el club
social para obreros (Centro Fabricato) que contaba con “salón de cine, capilla, cafetería, biblioteca, mesas de billar,
canchas deportivas y enfermería”, además de la clínica y el patronato de obreras administrado por religiosas de la
Presentación.8 Finalmente, cabe recordar que en 1920 ocurrió la primera huelga obrera, siendo este el preludio
de los diversos movimientos que se llevaron a cabo sobre la base de una activa conciencia política. En esa medida,
vemos que gráficamente el rosa y el rojo del ardor huelguista, emergían en el modelo por encima del verde que
había coloreado el anonimato bucólico.
Talleres del ferrocarril. Fuente BPP Estación Bello del ferrocarril. Fuente BPP
8 Corporación Artística Tecoc Movimiento Cultural Comunitario (1997). Plan de desarrollo cultural de Bello hacia el 2008. Adminis-
tración municipal de Bello. 50-51
130
TERCER MOMENTO 1950-1960
Ilustración 6, Mano alzada; Fase urbana e industrial del modelo antioqueño: consolidación de la industria y
la “nueva” huella urbana de Bello
131
Segunda escena del tercer momento
Memoria de la tierra
Cauces
Memoria de la civilización
Por otro lado cabe apuntar que este circuito de industrias textiles bellanitas, también estuvo integrado desde 1944
por la Empresa de Textiles Panamericanos (Pantex), la cual de hecho, fue un vástago de Fabricato, fruto de su
sociedad con la firma textilera estadounidense más importante del mundo. De esta manera vemos que Bello se
había configurado como una verdadera ciudad de base industrial, en donde este rubro se había convertido en el
factor estructurante de su personalidad urbana, y que se expresó socialmente en la política económica de destinar
parte de la inversión privada, a fin satisfacer un amplio espectro de beneficios colectivos para una población
progresivamente creciente y que estaba engrosando una clase social en aumento, esto es, la clase obrera. En esa
medida podemos señalar que para esta época las principales obras desarrolladas por Fabricato fueron: la creación
de la Proveeduría (1956) o mercado para obreros; el impulso dado en 1957 a las cooperativas de trabajadores
(COTRAFA) y también a la formación de éstos, gracias a la donación en 1959 de una biblioteca pública que durante
muchos años fue referente en Bello. Por su parte, Pantex también apoyó la iniciativa del cooperativismo obrero al
fomentar la creación de COOPANTEX en 1963, así como los nuevos proyectos de vivienda.9
9 Corporación Artística Tecoc Movimiento Cultural Comunitario (1997). Plan de desarrollo cultural de Bello hacia el 2008. Adminis-
tración municipal de Bello. 51-54
132
Barrios obreros y Niquía obrero
En esa medida el surgimiento de barriadas obreras operó fundamentalmente a partir de un trazado trapezoidal que
tuvo su vértice en la zona suroccidental plana en donde estaba ubicado el complejo Pantex-Fabricato, y en donde
desde los años cincuenta se construyeron las manzanas del Barrio Obrero (que incluía 320 casas, teatro, iglesia,
cancha y parque); así como de los barrios Manchester, Santa Ana, y La Gran Avenida. Por otro lado en el caso de la
filial textilera ubicada aguas arriba sobre La García (Fabri-2), la fábrica fungió como un centro que dio origen a una
expansión urbana de tipo radial, pues durante la década del sesenta emergieron en torno a ella barriadas como
Pachelly, Bellavista, El Paraíso, El Carmelo, El Porvenir (Pénjamo) y el Congolo.
Ahora bien, hasta el momento nos hemos referido a un conjunto de vecindarios localizados principalmente sobre
la cuenca media de La García, y que fueron los encargados de consolidar la huella urbana de Bello sobre la margen
derecha de dicho cauce. Es por ello que se empleó la categoría de “Barrios obreros” para diferenciarlos del reciente
proceso de urbanización iniciado sobre la margen izquierda y que comenzó a involucrar el espacio de Niquía, donde
el agente director de las obras fue Pantex, quien propició desde 1954 hasta 1964, la construcción de un nuevo barrio
obrero sobre las tierras de Niquía en los límites de la recién trazada Autopista Norte, y el cual recibiendo el nombre
de Panamericano estuvo compuesto por 99 casas.
10 Corporación Artística Tecoc Movimiento Cultural Comunitario (1997). Plan de desarrollo cultural de Bello hacia el 2008. Adminis-
tración municipal de Bello. 54-55
133
Barrio Obrero, Fabricato-Pantex, Autopis-
ta Norte, Niquía. Fuente BPP
134
CUARTO MOMENTO 1980
135
Segunda escena del cuarto momento
Memoria de la tierra
Cauces
Hacia la década de 1980 los cauces del modelo habían sufrido importantes
cambios en cuanto a su dominio sobre el paisaje y su relación con la actividad
humana. El río Aburrá ya se perfilaba como el nuevo eje estructurante y
fundacional de la ciudad metropolitana, pues su morfología ya había tenido
algunos cambios expresados en su reducción a un solo cauce y en el proyecto
de rectificar sus orillas, a fin de extender hasta Bello la canalización que ya había
empezado Medellín.
Por su parte el cauce fundacional de La García había consolidado su lugar como protagonista de una huella urbana,
dejando así de lado su referencia como hito del paisaje natural. Asimismo La Señorita ya comenzaba a aglutinar en
torno a su margen derecha toda una “nueva” forma de la memoria de civitas, mientras que su lado izquierdo seguía
fuertemente asociado con la memoria de natura (función de balneario). Finalmente, La Seca ubicada en el extremo
más nororiental funcionaba como relicto activo del paisaje natural bellanita y particularmente de Niquía.
Topografías y vegetación
Memoria de la civilización
Uno de los principales factores de civitas que debemos considerar para comprender las transformaciones de este
período, es el retroceso de la que hasta hace entonces fue una vigorosa industria que había jalonado de manera
integral la consolidación del plano urbano de Bello. Aunado a ello se agregó el
declive del ferrocarril, el cual proporcionó a la industria mano obra (migración
interna) y la conexión con los mercados internos, entre 1989-1992 se produjo
la liquidación de los Ferrocarriles Nacionales de Colombia. Por tanto es muy
importante tener presente que durante este periodo se cerraron muchas
fábricas o fueron vendidas a inversionistas extranjeros, como en el caso de
Fabri-2 cedida a Mitsubishi en 1989, restándole así su carácter local que tanta
adscripción había generado en los trabajadores; de hecho
Según datos del Instituto de Crédito territorial –ICT–, para la década de 1980 el sector terciario congregaba el 60
% del empleo regional, frente a un 40% ostentado por el sector manufacturero.11 Así pues en este punto histórico
observamos que la industria ya funcionaba a “media máquina”, conduciendo así a ese Bello tradicional y consolidado,
a la renuncia de la autonomía identitaria de que había gozado durante la primera mitad del siglo XX.
El correlato de la decadencia industrial fue la construcción planificada de un “nuevo” norte de servicios, proyectado
con base en “nuevos” programas urbanísticos y de “ordenamiento territorial”, que apuntaban a la definición de
Bello como servidumbre territorial de la embrionaria ciudad metropolitana. En esa medida debemos apuntar que
en 1980 surgió el Área Metropolitana del Valle de Aburrá como entidad administrativa, siendo Bello uno de sus
integrantes.
11 GUTIÉRREZ A., Jairo (2013), Construcción de la Ciudadela Cacique Niquía, en el Marco del modelo de “Ciudades Dentro De La
136
Ciudad” 1976 – 1981. Inédito. 20
Tal iniciativa promovió el uso de la inversión pública en la construcción de
viviendas, las cuales a pesar del tipo de financiamiento, fueron pensadas con
unas características urbanísticas y unas tipologías arquitectónicas de tal índole,
que proporcionaron al proyecto la fisonomía de un paisaje urbano privatizado.
De esta manera el Instituto de Crédito Territorial –ICT–, ente encargado de
financiar y construir las obras de vivienda para las clases bajas, fue el agente
encargado de adelantar el proyecto “Ciudadela Cacique Niquía”, diseñado en 1976 y ejecutado desde 1980, y el cual
fue asumido como una intervención clave, tanto para resolver los problemas demográficos que tenía el municipio
en ese momento, como para adecuar los proyectos que se gestaban hacia el futuro.
En esa medida motivos tecnológicos y prospectivos, fueron los que determinaron la ejecución de este proyecto
piloto en Niquía. Efectivamente, la última reserva de tierras colonizables de Bello, estaban situadas en el fondo plano
del valle y sobre la margen izquierda de La García (Niquía), en donde la ausencia de pendientes, lo convertía en un
terreno muy atractivo para las constructoras. Por otro lado, el acelerado crecimiento demográfico del municipio,
que llegaba a un índice del 88% –la cifra más alta del país– exigía resolver la progresiva crisis de vivienda que ello
representaba. Sin embargo, la última razón que animó la elección de Niquía para situar allí este proyecto público
de vivienda, tuvo que ver con la inclusión de Bello como miembro del Área Metropolitana y, particularmente, con
su asunción como servidumbre territorial de dicha entidad, ya que este nuevo organismo había identificado y
nombrado “tres polos de desarrollo” que, incluyendo a Bello (norte), se completaban con Caldas (sur) y Rionegro
(oriente).
Por tanto algunos objetivos de este proyecto fueron los de aprovechar características locales, tales como el terreno
y los cauces cercanos (La García, La Señorita, La Seca), pero también estimular la zona industrial creada en el
entorno de la autopista y los procesos aledaños de urbanización (Machado, Copacabana, Girardota), así como la
consolidación de un nuevo espacio para el “nuevo” tren metropolitano y el edificio de almacenes Éxito, como
artefactos ya proyectados durante la década del ochenta. Pero de otro lado, el principal motivo de este movimiento,
fue el de pensar a Bello como “punto de equilibrio que permitiría descongestionar a Medellín”, de tal manera que
para comienzos del siglo xxi “el norte del Valle Aburrá”, estuviera acogiendo a cerca de un millón de habitantes.
Ahora bien, si retomamos las particularidades del proyecto “Ciudadela Cacique Niquía”, podemos afirmar que éste
siguió de cerca los planteamientos urbanísticos modernos, según los cuales la ciudad debe plantearse a partir de una
operación de zonificación de acuerdo a las demandas que aquélla satisface, es decir, definir por separado los sitios
destinados para habitar, circular, trabajar y recrearse. Por su parte, Bello se destinó a cubrir la necesidad de habitar
o si se quiere de “dormitar”, pues estas “nuevas” viviendas no tenían ningún vínculo con una fábrica aledaña, sino
que vinieron a ser los dormitorios en donde los asalariados (no obreros), pasaban la noche para recargar sus fuerzas
y luego al día siguiente desplazarse hacia el centro y el sur del Valle de Aburrá, en donde se ubicaban sus “nuevos”
lugares de trabajo: instalaciones dedicadas a la economía de servicios.
Los postulados arquitectónicos y urbanísticos de la “Ciudadela Cacique Niquía”, que se basaban en la premisa moderna
“de la ciudad dentro de la ciudad”, pretendían incorporar en Bello un nuevo modelo de urbanización planificada, es
decir, aquélla que no producía espontáneamente soluciones urbanas, sino que las diseñaba previamente. Asimismo
se quiso mostrar su nueva tipología de vivienda (colectiva y en altura), como la opción más aventajada, puesto que
al funcionar como una micro-ciudad aumentaba la calidad de vida, al reducir la necesidad de desplazamiento y al
promover todavía cierta idea de vecindad, expresada en la incorporación de amplias zonas verdes en su interior,
destinadas para la socialización entre sus habitantes.
Sin embargo, el hecho de que así se hubiera implementado el concepto de unidad cerrada y propiedad horizontal,
evidenció que esta Ciudadela no propendía realmente por generar una activa vida social, ya que proponía un sistema
de vecindad interior (endogámico) pero en detrimento de la exterior, tal y como se expresó en la presencia del
enmallado que remataba el conjunto. Por tanto, estos trece mil apartamentos financiados por el Estado, fueron el
preludio de las actuales “cajas dormitorio” y, especialmente, de la instauración de un imaginario que ya no respondía
lo público, esto es, a la calle, la tienda, los pasillos de la fábrica, sino que se localizaba en el adentro esquivo de los
nuevos dormitorios.12 Finalmente cabe apuntar que a pesar de las intenciones declaradas, esta macrocefalia urbana
que se vio reflejada en la construcción de “Ciudadela Caique Niquía”, tuvo por consecuencia la precariedad inicial
en el abastecimiento de servicios públicos, equipamientos colectivos y transporte, lo cual puso de manifiesto el
anonimato que para entonces caracterizaba la zona de Niquía, si bien este proyecto constituyó el primer paso para
cambiar el significado que por entonces tuvo dicho lugar.
12 GUTIÉRREZ A., Jairo (2013), Construcción de la Ciudadela Cacique Niquía, en el Marco del modelo de “Ciudades Dentro De La
Ciudad” 1976 – 1981. Inédito. 11-24 137
Nuevas vías y fronteras urbanas: La Avenida 42
Cabe apuntar además que al situarse entre el Niquía obrero construido durante los años sesenta y los nuevos
apartamentos dormitorio, esta avenida se erigió en una especie de frontera urbana, pues marcaba claramente el
límite entre la ciudad obrera y la “nueva” ciudad de cuño metropolitano. Sin embargo durante esos años, todavía
quedaba mucho por hacer en aras de cumplir ese objetivo, ya que durante para entonces el servicio de transporte
era tan precario en Niquía, que sus vecinos contaban solamente con el colectivo de “don Epifanio”, viéndose
compelidos a tomar buses de Copacabana, Girardota y Machado, para poder
desplazarse desde y hacia Medellín.13
Si la ciudad fundacional ya había sido “absorbida” por los barrios obreros, aunque
tejiendo una relación favorable entre ellos, para el momento en que empezó a
construirse una “Nueva Centralidad Norte” sobre los terrenos de Niquía, aquélla
perdió definitivamente todo su protagonismo, reconociéndosele apenas su
carácter histórico. De hecho, durante este período, los barrios obreros también
empezaron a ser invisibilizados y olvidados, tras esa época dorada en que habían
definido el Bello por antonomasia.
Dicha situación se explicó por el hecho de que la fase de metropolización apenas estaba en construcción, lo cual
condujo a que este lugar entrara en una especie de “depresión” o crisis territorial expresada en la violencia que
aquejó al Niquía obrero durante los años ochenta y noventa; escenario que antecedió y alimentó todos los proyectos
metropolitanos planeados a posteriori. Por tanto los últimos relictos de la ciudad industrial en Niquía se perdieron
con el crecimiento demográfico, que en poco tiempo terminó por convertirlo en el barrio más poblado de Bello,
siendo concomitante a ese panorama, el aumento de acciones violentas y criminales en el sector, que llegó a ser
tomado como un “arrabal peligroso”.
Por lo menos así lo relataban viejos habitantes como Luciano Arango, antiguo líder de Niquía Viejo, quien afirmaba
que “a Niquía le tenían bronca porque creció demasiado, era medio Bello”, y por eso aunque varios asesinatos
se habían cometido en otras partes, los perpetradores traían los cadáveres a sus mangas “para que el viento se
los llevara”. Siguiendo esa línea, Lino Zapata, jubilado textilero, también aseguraba que “Tantos bares buenos se
acabaron por la violencia. Y de noche poco se sale. Está expuesto uno a que lo maten.
Aunque, Óigame bien: ahora [1995] está más sano. En un tiempo las pandillas
estaban en cada esquina. Y asaltaban. Es que Niquía se dañó cuando llegó tanta
gente de otros lados, a ocupar las partes altas”.14
Durante los años ochenta, la antigua granja de Tulio Ospina, situada sobre la margen
izquierda del río Aburrá, había sido adecuada para fines deportivos y recreativos, antecediendo así la construcción
de la “Ciudadela Niquía”, de la cual se constituyó luego en su complemento. Asimismo esta obra, implicó modificar
un poco la ribera del río Aburrá, pero sobre todo fungió como evidencia de que la atención humana en esa parte de
Bello, se estaba desplazando de la estación del ferrocarril, es decir, de la margen derecha de La García hacia el lado
izquierdo, esto es, hacia Niquía.
13 GUTIÉRREZ A., Jairo (2013), Construcción de la Ciudadela Cacique Niquía, en el Marco del modelo de “Ciudades Dentro De La
Ciudad” 1976 – 1981. Inédito. 26.
14 SPITALETTA H., Reinaldo. JARAMILLO P., Jaime (1996). La historia de mi estación: tramas y tramos del metro. Colina. Bogotá. 23
138
“[…] Rubén pregunta, aga-
rrándose la cabeza, si hay
necesidad de remover las
cosas. Dice que por qué
tiene que ser él y no Ma-
ría que es atea. O Inés, que
reza todos los momentos
de todos los días, desde
que enterramos, Andrés en
este barrio que te vio nacer
Terreno de la futura ciudadela Construcción Ciudadela y también vio cómo te ma-
taban una noche de abril,
en una callejuela llena de
guayacanes, en este mismo
Niquía que me dice de las
cuatro balas que te clava-
ron en la cabeza, porque el
talión aquí se repite irreme-
diablemente.”
[…] A menudo, presionado
por la necesidad de regre-
sar al tiempo en que mi pa-
dre había muerto, y cons-
ciente de que lo mío era un
obsesión imposible, salía
de mi pieza en la efímera
plenitud de los crepúscu-
Construcción de la Avenida 42 Ciudadela Cacique Niquía sin enmallado
los para sumergirme en el
mundo de abajo. Y encon-
traba algo de placer […]
en recorrer los rincones de
una zona de tolerancia que
existía al precio de numero-
sos hechos violentos, y en
pasearme por los atrios de
iglesias abandonadas don-
de expendían sustancias
alucinógenas.”
Pablo Montoya.
139
QUINTO MOMENTO 2000-2014
140
Segunda escena del quinto momento
Memoria de la tierra
Cauces
En cuanto al cauce fundacional de La García, observamos que éste quedó totalmente “inmerso” dentro de la
malla urbana compacta, es decir, en la ciudad fundacional, si bien la ausencia de planeación que caracterizó la
configuración de dicho plano urbano, condujo a que se pensara dicho afluente como un obstáculo (dados sus
continuos desbordamientos) y no como una posibilidad. Actualmente el cauce fue canalizado en su tramo bajo, es
decir, desde el puente de la calle 55 hasta su desembocadura en el río Aburrá, aunque tal acción solamente haya
servido para rectificar un canal marrón, que vierte todos los desperdicios de Bello, siendo esta la imagen que le
otorga su identidad actual a la quebrada.
En cuanto al tercer cauce que es la quebrada La Señorita, se observa que tras haber funcionado como un balneario
público, fue convertida progresivamente en un caño negro donde actualmente evacúan las tuberías de Niquía parte
alta y de los “nuevos desarrollos” emprendidos en el costado nororiental del sistema, dejando “sumergido” dicho
cauce en medio de la “nueva” ciudad de Niquía, pues parte de su tramo bajo se encuentra literalmente cubierto
por la plazoleta de la estación Niquía y la Autopista Norte, para volver a descubrirse solamente en el anonimato
de su desembocadura en el río Aburrá, en medio potreros enrastrojados. Actualmente se trata de “recuperar” su
memoria (de agua negra (?)) a través de una canalización y su asociación a un parque lineal homónimo, situado
sobre la diagonal 55.
Finalmente nos encontramos con la quebrada La Seca, ubicada en el extremo nororiental del sistema y que
actualmente funge como frontera “natural” entre la “nueva” Niquía y el batallón Tulio Ospina. No obstante dicho
cauce también se encuentra en total anonimato mental y visual, perdido entre altos edificios y aguas negras, a pesar
de que todavía hay algunas personas que la recuerdan por estar asociada al camino de Corrales que lleva al Quitasol.
Topografías y vegetación
141
Memoria de la civilización
Hitos viales
Mientras que en el primer modelo destacamos el papel de
los caminos como factor que dio origen al asentamiento de
Hatoviejo, en este modelo se hace evidente que las movilidades
vuelven a jugar un papel protagónico en la estructuración del
sistema territorial, y más concretamente el de Niquía. En esa
medida la presencia de tres ejes viales paralelos al río Aburrá
(la Avenida Regional, la Autopista Norte y la diagonal 55), que
son cortados perpendicularmente por la Avenida 42, dan lugar
a un plano urbano, en donde se sitúa la escala elegida para este
proyecto, y que corresponde precisamente a los “desarrollos” más recientes e intensivos de Niquía.
En ese sentido, la Avenida 42 funciona como una arteria menor que distribuye las vías locales del municipio, pues
es la encargada de verter sobre la Autopista Norte varias rutas municipales o alimentadoras del metro que tienen
por origen o destino a Niquía baja y alta. Adicionalmente, desde los años setenta esta vía también ha funcionado
como frontera urbana entre el Niquía obrero y el “nuevo” Niquía, que comenzó a configurarse con los apartamentos
construidos por el ICT.
Por su parte la Avenida Regional, constituye un importante eje de movilidad que, atravesando a Medellín de sur
a norte y a Bello de occidente a oriente, conecta todo al “área metropolitana” soportando el tráfico urbano de
cada municipalidad y congregando también una importante circulación regional, nacional, e incluso internacional
(conexión con la carretera Panamericana). Asimismo la Autopista Norte ocupa un lugar dominante, pues diariamente
soporta el tráfico intermunicipal que transita desde y hacia el Norte de Antioquia (Yarumal, Barbosa, Girardota,
Copacabana), pero que también se encarga de comunicar al área metropolitana con el Norte del país.
Finalmente tenemos la diagonal 55, nuestra escala de estudio, y esto porque a pesar de haber sido considerada
por el Plan de Ordenamiento Territorial bellanita, como una convergencia urbana secundaria, actualmente se ha
convertido en el epicentro que sustenta las mutaciones sufridas por Niquía, en tanto allí se concentran las “nuevas”
funciones y posiciones urbanas delegadas por la metrópoli, de tal manera que esta vía no es solo un eje de circulación,
sino la principal evidencia que comunica las características de ese “nuevo” paisaje surgido a tabula rasa con aspecto
a ese centro fundacional y a los barrios obreros.
Ahora bien, el Plan de Ordenamiento Territorial de Bello elaborado en el año 2000, ya proyectaba esta vía como
142
un verdadero eje de desarrollo urbano. Efectivamente, la diagonal 55 era definida en el artículo 140, como
una convergencia urbana secundaria, es decir, un tipo de conexión local que debía asegurar adecuados niveles
de accesibilidad municipal, amén de congregar en su entorno a pequeños y medianos comercios o servicios
especializados, así como a los llamados “equipamientos de cubrimiento barrial”. En esa medida uno de los sectores
programados para reunir este tipo de usos del suelo, fue el de Navarra comprendido entre las diagonales 55 y 57 y
la Avenida 21, a fin de que allí ocurriera su “consolidación como centros de barrio, la aplicación de usos de comercio
Barrial, y servicios menores”. 15
De hecho, la diagonal 55 siempre hizo parte de lo que el proyecto metropolitano designó en Bello, como el
cuadrante estratégico para sus fines y que estaba delineado por el plano formado entre la Autopista Norte y la
diagonal 55 y la quebrada La García y la Avenida 32, pues según versa el artículo 80 del POT de Bello, este lugar
fue definido por un lado, como la “Puerta Metropolitana de Bello” o concretamente como el “Corredor Lineal de
Acceso a la ciudad de Medellín por el Norte del área metropolitana”; y por otro como “eje ordenador de la Unidad
Estratégica de Planeación en la Llanura Aluvial del Río Aburrá”.16 Además, dentro de la planificación que rodeó la
construcción la estación Niquía del Metro y de su entorno, la diagonal 55 apareció como un punto crítico para tales
transformaciones, pues fue proyectada como la vía que acogería en su emplazamiento todo centro empresarial
conformado por “un conglomerado de oficinas con sus servicios complementarios, centros comerciales, hotelería
y restaurantes”.17
Por su parte el adjetivo “multimodal”, se refiere a una gran diversidad de movilidades, es decir, de que por este
pasillo, pasan muchas más cosas que vehículos, ya que se trata de un canal que en soporta la carga de una economía
de servicios cuya principal característica es el continuo movimiento de mercancías. Por tanto este artefacto se
constituye en un factor determinante para la configuración de la centralidad norte proyectada por el Área
Metropolitana, al ser definido como el “Corredor T.M.M.C [sistema vial corredor del río] de Niquía, Copacabana,
Girardota, Hatillo y Barbosa”, y para el cual se adjudicó una inversión de 20 millones de dólares; inversión que debía
ejecutarse entre 2003-2006, siendo esta la cifra más alta dentro de los proyectos de infraestructura planteados por
el plan metropolitano. 18
Por otro lado, este tramo del corredor multimodal también cumple un importante papel en el suministro de
servicios públicos, ya que su competencia territorial incluye la central eléctrica de Niquía, abastecida por el embalse
de río Grande, y cuya planta o subestación eléctrica se encuentra ubicada sobre la Autopista y el río Aburrá, en un
lugar muy cercano la escala de estudio. Asimismo este corredor también soporta el Sistema Masivo e Integrado de
Transporte Metropolitano, el cual adecuó una nueva vía férrea para los trenes que, en el caso de Bello, cuentan con
tres estaciones, y de las cuales aquí consideramos dos (Bello y Niquía) por tener injerencia en el área de estudio. En
ese sentido cabe apuntar que este sistema encargado de transportar personas fue uno de los factores determinantes
15 Concejo de Bello (2000). Plan de Ordenamiento Territorial Municipio de Bello. Acuerdo No 12 del 10 de agosto de 2000. 99-100.
16 Concejo de Bello (2000). Plan de Ordenamiento Territorial Municipio de Bello. Acuerdo No 12 del 10 de agosto de 2000.60
17 Concejo de Bello (2000). Plan de Ordenamiento Territorial Municipio de Bello. Acuerdo No 12 del 10 de agosto de 2000.94
18 Junta Metropolitana (2002). Plan Integral de Desarrollo Metropolitano. Proyecto Metrópoli 2002-2020. Acuerdo 018 del 21 de
diciembre de 2001. 213-214.
143
en el surgimiento del “nuevo” Bello en Niquía, ya que fue de la estación Niquía
(componente de un corredor de servicio en ciernes), el elemento que potenció las
transformaciones en esos potreros situados entre La Señorita y La Seca.
Observamos, entonces, que el otrora papel cumplido por la industria como factor
estructurante de la huella urbana en el “viejo” Bello y Niquía, ha sido asumido
por la reconversión hacia una economía de servicios, la cual se manifiesta en la
preeminencia del corredor multimodal. Efectivamente fueron estos elementos de
movilidad y particularmente esa estación terminal del metro, aquello que determinó
la nueva posición de Niquía como área estratégica y el tipo de urbanización que allí
ocurrió, ya que tanto las tipologías de vivienda, como los artefactos y equipamientos
que allí se situaron, fueron respuesta y correlato de los requerimientos derivados
por un corredor construido por y para los movimientos del gran capital.
Ahora, dado que desde finales del siglo xx tal función delegada ha sido una constante,
eso nos permite elaborar una cronoestratigrafía de los dormitorios ubicados sobre
la diagonal 55, los cuales se fueron diversificando, como se hace evidente en las
mutaciones de las tipologías arquitectónicas, de las morfologías, de las tecnologías
constructivas, en el manejo “urbanístico”, en los usos propuestos e incluso en las
prospecciones de la densidad habitacional esperada.
Así pues, dentro de tales opciones ubicamos en primer lugar a los “dormitorios modulares”, es decir, el proyecto
piloto de “Ciudadela Cacique Niquía”, construido hacia 1980 con presupuesto estatal, y que está situados en la
parte noroccidental de la diagonal 55. Recordemos, entonces, que el concepto rector de ese proyecto fue la “ciudad
dentro de la ciudad”, lo cual condujo a la primacía de la ciudad cerrada frente a la ciudad abierta, esto es, aquélla
donde la casa adquiere mayor valor que el vecindario en el cual está situada. Sin embargo, resulta necesario matizar,
pues aunque se trató de una urbanización cerrada, el hecho de haber adoptado un tipo de construcción modular,
que liberaba los cuatro paramentos de los edificios, permitió que el plano quedara con bastantes vacíos, los cuales
fueron destinados para construir zonas verdes relativamente grandes, que ofrecían cierto grado de permeabilidad
visual para los de adentro y los de afuera, y espacios de integración. En cuanto a la tipología arquitectónica tenemos
que se trató de edificios construidos en bloques de concreto, con una altura máxima de cinco pisos, y bajo el modelo
de propiedad horizontal, conservando así una densidad media en términos de ocupación del suelo.
En tercer lugar, los tipos de dormitorios ubicados en el tramo nororiental de la diagonal 55, fueron construidos
entre 2005 y la actualidad, y que han sido nombrados “en altura”, evidencian la exacerbación de la influencia del
capital privado en la construcción de Niquía. Lo cual se ve reflejado en un afán especulativo, ya que no solamente
buscó suplir la necesidad de dormitorio, sino que agregó la cuestión de la revaloración del suelo donde lo más
importante es la explotación de su ocupación, aumentando así la presión inmobiliaria y la densificación en el sector.
Por eso encontramos unidades habitacionales cuya característica es el tamaño de su volumen arquitectónico, ya
que mínimamente cada edifico tiene una altura de 12 pisos, correspondiendo a cada uno, una vivienda.
Sin embargo actualmente observamos que en el tramo noroccidental de la diagonal 55, también se están ejecutando
nuevas construcciones en altura que exceden los 23 pisos, proyectando así una densidad habitacional muy alta. Este
tipo de edificaciones que por lo general incluyen 3 torres que comparten sus paramentos laterales, produciendo
la imagen de una sola masa, se sitúan siempre en unidades cerradas que rompen definitivamente su relación con
el exterior y eliminan, en su mayor parte, las zonas verdes remplazándolas por parqueaderos. De otro lado su
morfología serial y repetitiva, también comunica esta decadencia de las calidades arquitectónicas, pues vemos
siempre los mismos vanos, los mismos balcones y la combinatoria de naranjas y amarillos, naranjas, y blancos o
144
naranjas y rojos, siendo el principal material el ladrillo, pero al cual no se aplica un tratamiento arquitectónico,
sino que se apela a él porque ofrece una solución masiva y fácil de manipular para este tipo de dormitorio que son
conformados por bloques cada vez más altos, aislados y apilados.
En esa medida el primer artefacto que potenció este tipo de mutaciones en Niquía, fue la construcción del Almacén
Éxito de Niquía, lo cual constituyó la primera fase para la adecuación de una súpermanzana que en tan solo 6 años
(2002-2008) fue acumulando artefactos hasta disponer casi 50.000 metros cuadrados de área, para ubicar grandes
superficies de venta y consumo, representadas por centros comerciales e hipermercados especializados como es
el caso del Éxito, Flamingo y Homecenter. Ahora bien, entre las principales funciones que se pueden atribuir a este
acontecimiento, fue la de aumentar los mercados y movimientos de capital por concepto de compraventa, y la de
erigir un nuevo hito mental que hiciera reconocible a Niquía, lo cual se hace evidente en el hecho de estos centros
comerciales se han convertido en punto de encuentro y consumo para los habitantes locales. Sin embargo una
de las funciones más importantes consistió en valorizar el precio de suelo, condición de posibilidad para que se
incubara un afán especulador, pues “mientras hace 10 o 12 [1998] años se conseguían en este sector predios a 10 mil
pesos metro cuadrado, hoy [2008] se ofrecen entre 500 mil y un millón de pesos el metro cuadrado”, según apuntaba
el secretario de Infraestructura de Bello, quien agregaba que hubo centros comerciales que ofrecieron hasta seis
millones de pesos por el metro cuadrado construido.” 19
Sin embargo no fueron solamente las superficies de consumo quienes refrendaron la “nueva” posición de Niquía,
sino también los artefactos destinados al almacenaje y bodegaje, si bien su presencia y funcionamiento ha sido
más sutil frente a la algarabía del consumo. No obstante en las inmediaciones de la diagonal 55 encontramos varios
espacios destinados a la descarga de mercancías y materias primas. Esta es una función realmente importante para
el corredor multimodal, pero también para las mismas superficies de consumo, ya que el Éxito no es el encargado
de mantener llenas las estanterías, sino que esa es una función delegada a empresas de logística que han de tener
una gran actividad tras bambalinas en dichas bodegas. Por tales motivos Niquía se ha convertido en un verdadero
puerto seco, pues además de estas actividades de abastecimiento y descarga o, también se ha adecuado un gran
terreno para el mantenimiento y recarga de las tracto mulas encargadas de estos fletes.
19 DUQUE, Juan Guillermo. Niquía se convirtió en un buen vividero en Bello. El colombiano. 2008. http://www.elcolombiano.com/
BancoConocimiento/N/niquia_se_convirtio_en___un_buen_vividero_en_bello/niquia_se_convirtio_en___un_buen_vividero_en_bello.asp
145
Anonimato industrial y pérdida de la memoria del ferrocarril
A diferencia de las escenas históricas anteriores, vemos ahora
que los antiguos talleres del ferrocarril aparecen representados
totalmente en gris, dado que en para el quinto momento se había
perdido la memoria del ferrocarril como elemento activo y dinámico
del sistema bellanita, si bien actualmente hay proyectos orientados
a resignificar tales instalaciones a partir de su adecuación para una
escuela de artes y oficios. Sin embargo es evidente que las generaciones más jóvenes están desvinculadas de lo que
representó el ferrocarril para Bello y Antioquia, máxime si tenemos en cuenta que la vía férrea ha desaparecido del
gráfico y por tanto de la realidad, en vista de que su memoria quedó sepultada por el viaducto del Metro, que ahora
se impone y se eleva en la estación Niquía como última o primera parada del sistema de transporte metropolitano.
De otro lado tenemos otro dibujo en gris que representa a la industria, con lo cual se indica el lugar marginal que
actualmente ocupa dentro de la economía y el imaginario de la gente, si bien el borde rojo, quiere comunicar
que pesar de la crisis que parece llevarla a una muerte definitiva, todavía funciona agónicamente, a diferencia del
ferrocarril que sí dejó de correr hacia la década del ochenta. Pero en lo fundamental hablamos aquí de una industria
manufacturera desahuciada que habiendo perdido contra la terciarización de la economía y la metropolización de
la ciudad, fue despojada de todo el vigor que ostentó durante un largo periodo del siglo xx.
Del mismo modo, tal situación de marginalidad aplica también para los barrios
obreros, incluyendo ese Niquía obrero situado a 10 metros de distancia del “nuevo” Niquía, y que fue el correlato
de la decadencia industrial y por tanto de una identidad obrera asociada a la calle, la cancha y el bar; unos espacios
que si bien pueden sobrevivir subrepticiamente en algunos vecindarios, no constituyen un hito de nuestras formas
de vida actual como ciudadanos bellanitas. Además muchos de estos barrios están proceso de reconvertirse en
dormitorios, pues aunque no cuenten con la tipología horizontal o en altura que los caracteriza, el hecho de que sus
habitantes ya no trabajen en la fábrica adyacente, sino en las instalaciones del sur y el centro del Valle de Aburrá,
acentúa su carácter marginal, de identidad diluida, en tanto no fungen ya como referentes de Bello.
No obstante, resulta pertinente apuntar que en el caso del Niquía obrero situado, se puede considerar la existencia
de cierta resistencia, representada por la presencia de algunos bares y billares, así como por la conservación de
muchas de esas casas de fachadas amplias, salas profundas y antejardín generoso, aunque tampoco se puede negar
que la fuerte presión del “nuevo” Niquía, tiende a imponer cada vez más su influencia, lo cual se evidencia en
la proliferación progresiva de una actividad comercial que comienza a colonizar el zócalo urbano, pero también
porque lentamente empiezan a emerger torres de vivienda en altura que exceden los 25 pisos.
Doble calzada: Avenida 42. Foto: elabora-
Doble calzada: Autopista Norte. Foto: ela-
boración propia
ción propia
146
Doble calzada avenida regional. Foto: ela- Diagonal 55. Foto: elaboración propia.
boración propia.
Transmisión eléctrica. Foto: elaboración Estación Niquía del Metro. Foto: elabora-
propia ción propia
147
Dormitorios en altura. Foto: elaboración Dormitorios en altura. Foto: elaboración
propia propia
Grandes Superficies Comerciales. Foto: Grandes Superficies Comerciales. Foto: Puerto Seco. Foto: elaboración propia
elaboración propia elaboración propia
Bodegas. Foto: elaboración propia Parque Tulio Ospina. Foto: elaboración Barrios Obreros. Foto: elaboración pro-
propia pia
148
NIQUÍA DE LA MEMORIA DE LAS MUTACIONES A LAS MUTACIONES SIN MEMORIA
149
Estructura adminis- Población (Proyec-
Trazado
trativa ción 2011)
150
Estas líneas discontinuas de color naranja indican el punto en donde se sitúa una frontera territorial urbana, es
decir, “no el lugar donde algo termina, sino donde otra cosa empieza”. En este caso hemos situado dos fronteras
que designan, por un lado, el encuentro entre la ciudad histórica y el Niquía obrero; y una segunda que indica el
encuentro entre esta última y el “nuevo” Niquía metropolitano.
151
DIAGONAL 55: LAS MUTACIONES SIN MEMORIA
Influencias y relaciones con Niquía
Primera escena: Panorama
DIAGONAL 55: EXORDIO A LAS MUTACIONES SIN MEMORIA
Tras realizar el trabajo de campo se concluyó que esta calle podía dividirse -para fines analíticos-, en tres tramos.
Los principales criterios empleados para llevar a cabo esta tarea fueron: la orientación (noroccidente, intermedio,
nororiente), la tipología de vivienda o arquitectura de los diversos dormitorios; el carácter de las vías transversales
a la diagonal y su vínculo con el transporte público; el cambio en los usos del suelo; la información ambiental; la
relación con el espacio público y los flujos y tipos de peatones que se presentaban a distintas horas, en los tramos
considerados.
152
Segunda escena: convenciones gráficas y colores
153
Tercera escena: Estación Niquía (tramo intermedio)
Para referir los factores “externos” que estructuran o tienen una relación
directa con la diagonal 55, hemos adoptado un criterio jerárquico que
indica cuál es el grado de influencia ejercido por aquéllos sobre dicha calle.
20 Concejo de Bello (2000). Plan de Ordenamiento Territorial Municipio de Bello. Artículo 137: Caracterización y programas específi-
cos para las Convergencias Urbanas Primarias Metropolitanas. 93
154
Quinta escena: Equipamientos e instalaciones dispersas (injerencia longitudinal)
Dentro de los factores con los cuales se relaciona la diagonal 55, encontramos un conjunto de equipamientos
surgidos en distintos momentos, y que han cobrado progresivamente un mayor grado de influencia sobre el sistema
territorial. La mayoría de estas de instalaciones comparten funciones de comercio especializado, gimnasios, y
edificaciones empresariales, o en otras palabras todo lo relacionado con la prestación de servicios propios del gran
capital (recordemos que el eje de la vida social ya no es la industria).
Servicio de salud: Clínica del Norte del Valle de Aburrá (tramo intermedio
de la diagonal 55)
Equipamiento destinado a la prestación de servicios de salud. Es una fundación
sin ánimo de lucro fundada en el 2010.
155
Comercio especializado (tramo noroccidental de la diagonal 55)
A. Pinturas & yesos: insumos para B. Tierragro: “Supermercado C. Supermercado Euro: Mercancías
construcción (intensiva actividad in- agropecuario” (conexión Valle de de consumo básico y ventas al por
mobiliaria. Ubicado sobre la 42) Aburrá con el altiplano Norte) menor. Ubicado sobre la Av. 38
Equipamiento religioso: Iglesia evangélica Ministerio de Verdad y Vida (tramo noroccidental de la dia-
gonal 55)
Iglesia fundada en 1969 en el sector de Panamericano. Desde entonces ha ejercido una notable influencia en el
sector, lo cual se evidencia en su permanencia y posesión de unas instalaciones
físicas muy vastas. Está ubicado entre la avenida 42 y la Autopista Norte
El barrio Panamericano se encuentra situado sobre el costado noroccidental de la Avenida 42. Es un relicto del Ni-
quía obrero, ya que su origen estuvo signado por los capitales de la textilera Pantex que construyó este barrio para
sus trabajadores. Actualmente se encuentra en el límite del “nuevo” Niquía, y a pesar de las presiones recibidas por
éste, todavía conserva muchas de sus grandes casas y amplios antejardines.
Considerado por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá como “ecosistema de importancia ecológica”, es hoy
uno de los pocos espacios en el sector que permiten una actividad deportiva, lúdica y social que sea pública y al aire
libre.
157
Octava escena: Río Aburrá (relación longitudinal)
El río Aburrá en su paso por Niquía, se ha tornado cada vez más invisible,
ya que un conjunto de obras de movilidad, acompañado del trazado de
súper manzanas, condujo a que este fuera declinado cada vez más como
hidrografía mental del lugar. De hecho, es tal el olvido visual del río que
en esta parte ni siquiera se encuentra canalizado, o intervenido paisajísticamente, o asociado con el parque Tulio
Ospina, a pesar de estar situado muy cerca de su ribera. Esto evidencia que después de la década del noventa, el río
Aburrá no se convirtió en un factor vinculado al paisaje contemporáneo de Niquía, excepto por que indirectamente
funge como mero canal encargado de estructurar y soportar el corredor metropolitano que se impone visualmente
ante la mirada ciudadana, ocultando el río.
158
Singularidades internas
Primera escena: Panorama
159
Segunda escena: Convenciones gráficas y colores
160
Cuarta escena: La diagonal 55, gran conector urbano
Hitos viajes
El “tramo noroccidental” lo situamos en el plano formado por la avenida 42 (frontera urbana entre el Niquía obrero
y el “nuevo” Niquía) y la avenida 38, vía colectora, que distribuye la mayoría de las rutas que salen de la estación
Niquía hacia distintas partes de Bello. A partir de esta calle también cambian los usos del suelo (de dominantemente
residencial a dominantemente comercial).
El tipo de dormitorio predominante en este tramo es el que hemos designado “moderno y modular”, y el cual tuvo
su origen en la inversión estatal ejecutada a través del Instituto de Crédito Territorial. Se trata de apartamentos que
proponen propiedad horizontal, contando con una altura máxima de 5 pisos. Su técnica constructiva es el bloque
de concreto y funciona bajo la modalidad de unidad cerrada, a pesar de que también cuenta con importantes zonas
verdes.
161
Costado norte y costado sur del tramo noroccidental: dormitorio “moderno y modular”
Últimos vagos urbanos de este tramo que han sido urbanizados recientemente con la
construcción de torres de más de 25 pisos destinadas al uso de vivienda y acompañadas
de un conjunto de servicios que pretenden proponer la idea de “un club en tu hogar”.
Información ambiental
Lunes, 10 A.M.
En este tramo, los viandantes no se detienen sino que emplean la calle un canal de
paso. Domina la circulación con orientación W-E.
Sábado, 12 M
Domingo, 3 P.M.
162
lado también funciona como punto de reunión: ocurre en torno de lo que hemos llamado “cancha semipública”.
Aquí se plantea una relación más pública con el espacio, en virtud de que el deporte como relicto de cierta tradición
futbolera en Niquía, aun congrega a las personas en torno a actividades mucho menos ligadas al afán consumista.
Hitos viales
El “tramo intermedio” lo situamos en el plano formado por la avenida 38 y la avenida 34, vía colectora que distri-
buye la mayoría de las rutas que salen de distintas partes de Bello hacia la estación Niquía. A partir de esta calle
también cambian los usos del suelo (predominio del comercio).
El tipo de dormitorio predominante en este tramo es el que hemos designado “compacto y mixto”, y el cual tuvo su
origen en la intervención de capitales privados. Se trata de apartamentos triplex, cuya altura máxima es de 6 pisos.
Su técnica constructiva es el bloque de ladrillo y funciona bajo la modalidad de unidad cerrada, si bien las fachadas
situadas sobre la diagonal, son abiertas y por ese motivo han desarrollado un activo zócalo urbano, paralelamente
a las grandes superficies de consumo
Gran superficie comercial (costado sur, tramo intermedio) (dimensión areal 50.000 m2)
Conglomerado mercantil cuya área alcanza aproximadamente los 50.000 metros cuadrados. Entre sus componentes
se incluyen hipermercados, centros comerciales, insumos para construcción y ofertas misceláneas.
Información ambiental
El tramo intermedio es la expresión más reciente de la colonización de las mangas de Niquía, por lo cual el
imaginario asociado a él, es su posición como “nuevo acceso norte”. Por tales motivos en esta parte de la diagonal
55, se observan denominaciones que aluden a su carácter de “terra nova”. No obstante también persisten algunos
usos comerciales de pequeño formato que todavía apelan a “Niquía” o a la “estación” análoga para definir sus
nombramientos.
164
Flujos, peatones y espacio público en el tramo intermedio
Lunes, 10 A.M.
Sábado, 12 M
Domingo 3 P.M.
Espacio Público
Este parque lineal fue uno de los proyectos presentados por la administración local,
para solucionar en la diagonal 55 el asunto de las “espacialidades públicas”. Ahora
bien, su dimensión areal que apenas aproximadamente alcanza 100m2, evidencia
que se trata de una propuesta retórica, lo cual se refuerza por su ubicación en me-
dio de un caño negro (La Señorita) y de una obra a medio empezar. Cabe apuntar,
además, que este parque no es un espacio destinado tanto al encuentro como al flu-
jo continuo, pues su primer tramo carece de mobiliario urbano y por eso sus usua-
rios se componen de transeúntes o ciclistas. Sin embargo en su segundo tramo, se
localiza un pequeño centro comercial, con lo cual se fijan algunos consumidores de
cara al parque.
165
Séptima escena: Tramo nororiental, la ciudad agorafóbica
Frontera biofísica
En el “tramo nororiental” de la diagonal 55, situado en el plano formado por la avenida 34 y la quebrada La Seca
(frontera biofísica del sistema territorial), encontramos dos tipos de dormitorios: los que hemos denominado como
“casas” y los que se designaron como “en altura”. Ambos formatos tuvieron su origen en la inversión de capitales
privados. En cuanto a la primera tipología se trata de casas unifamiliares, cuya altura máxima de 3 pisos. Su técnica
constructiva es ladrillo, el hierro y el yeso, y cada unidad remata en un tejado plano o a dos aguas. Además, algunas
unidades habitacionales le dieron a sus fachadas una estética “neobarroca”. Domina la organización en unidad
cerrada, si bien ciertas viviendas cuentan con acceso directo sobre la diagonal 55.
Por su parte la tipología “en altura”, propone un sistema de propiedad horizontal, contando cada bloque con
una altura aproximada de 15 pisos. Su principal técnica constructiva es el concreto con acabados tipo ladrillo o
recubrimientos de pintura en amarillo y blanco. Todas estas unidades están rodeadas por cerramientos y, al igual
que las “casas”, su entorno interior no incluye muchas zonas verdes sino amplios parqueaderos.
166
Costado norte, tramo nororiental
167
Costado norte, tramo nororiental
Costado sur y norte del tramo nororiental: “en al- Costado sur, tramo nororiental
tura” (dimensión aproximada de la manzana 5.000-
9000 m2)
Iglesia Nuestro Amigo Jesús, costado sur del tramo nororiental (Avenida 33)
Dado que en el tramo nororiental la función dominante es la de dormitorio, podemos encontrar este tipo de
equipamientos que en nuestra historia han desempeñado un papel importante en los
procesos integración comunitaria. Sin embargo, esta iglesia ya no cuenta con las características
de monumentalidad y hegemonía territorial que antes le eran atribuidas en los barrios; antes
bien, se trata de una edificación discreta, cuya presencia se diluye entre las altas torres de
vivienda. Pero resulta importante anotar que, a pesar de todo, aun sirve para promover otros
168
espacios de sociabilidad distintos a los consumistas, pues basta con saber que la iglesia surgió con la iniciativa y
presupuesto de la comunidad aledaña.
En este contexto dicho equipamiento sigue fungiendo como un potente aglutinador y generador de vecindades, tal
y como lo evidencia su proceso de construcción. Efectivamente, el
terreno ocupado hoy por éste, estaba destinado para el desarrollo de
un parque infantil regentado por la urbanización Portal del Norte, pero
luego la administración municipal, lo otorgó en comodato a los
habitantes del sector. Posteriormente, en el año de 2012, un habitante
de la urbanización Portal del Norte, denunció esta transacción frente al
tribunal departamental a fin de declararla como ilegal y con ello
reclamar la posibilidad de demoler el templo. Ante esto, los miembros
de la acción comunal del sector, convocaron una marcha en defensa de
la Iglesia, que tuvo como punto de partida la entrada del Éxito. Sin
duda esta ha sido una de las pocas veces en que escuchamos que esta
calle (la diagonal 55) haya acogido una manifestación colectiva, la cual
además significó un triunfo comunitario frente al afán privatizador del
sector, tal y como lo evidencia la permanencia del templo en su mismo
emplazamiento.
A pesar de que el proceso de urbanización en Niquía ha sido acelerado, todavía observamos en el tramo nororiental
algunos terrenos sin construir, es decir, lotes de engorde, siendo esta la forma más expedita de favorecer su
valorización y su precio futuro de venta, gracias a las características del entorno que lo rodea.
Uno de los componentes indispensables del corredor multimodal de servicios, es contar a lo largo de su recorrido
con puertos donde descargar sus mercancías o abastecerse de otras más. En ese sentido en ese sector de Niquía
se han construido sobre la autopista norte, grandes naves destinadas a funcionar como bodegas o puertos secos,
y equipamiento no solo para las movilidades aledañas, sino también para las grandes superficies comerciales que
deben recargarse continuamente.
169
Información ambiental
En el tramo nororiental de la diagonal 55 persiste cierto imaginario asociado a la idea de novedad, pues de hecho
aquí se sitúan las tierras de más reciente colonización en Niquía. De esta manera encontramos nombres de
urbanizaciones, tiendas, farmacias e inmobiliarias que aluden a este concepto de tierra nueva y punto estratégico,
tales como “torre nova” “terra nova” y “portal del norte”; sin embargo, luego de cruzar la avenida 34 que funge
como frontera antrópica del sistema (límite de la gran superficie comercial y vía que distribuye el transporte
urbano de la diagonal 55 hacia la autopista ), aparecen urbanizaciones con nombres que no tienen función icónica
específica como el caso de “Santa Isabel” y “San Francisco”. Es decir, aparecen denominaciones alusivas a una
ubicación marginal frente al resto del sistema, por lo cual empezamos a encontrar nombres como “rincón de”, o que
incluso reconocen su mayor proximidad frente al cerro tutelar, recuperando así ciertos lenguajes que reconocen
los aspectos biofísicos adyacentes, como es el caso de agencias inmobiliarias y de viajes que apelan al nombre
“Quitasol” o de urbanizaciones que llaman a “los vientos” que otrora reunían en esta parte de las mangas, a los
aficionados de las cometas.
Lunes 10 A.M.
Sábado 12 M
Domingo 3 P.M.
Parque de la lectura
171
EPÍLOGO PARA UNA CIUDAD SIN NOMBRE
En efecto, a medida que avanzábamos cronológicamente en el análisis de “la memoria de las mutaciones”, los mo-
delos gráficos iban adquiriendo cada vez más signos, trazos y colores, hasta que en el dibujo final, que representa el
paisaje actual, observamos que su principal característica ya no era el domino del verde o el binomio de verde-rojo,
sino una explosión de convenciones y una multiplicidad de colores que expresaban el predominio de una diversidad
antrópica y de nuevos factores estructurantes que, en su mayoría, pasaban a indicar la hegemonía de una econo-
mía de servicios. Por este motivo la pluralidad en las mutaciones, ha sido el correlato de la homogenización de las
frustraciones, pues la ciudad y sus ciudadanos han experimentado la misma enajenación de su identidad. En esa
medida, vemos entonces, que el Bello vecinal de la industria manufacturera y de las huelgas, se diluye cada vez
más para dar paso al “nuevo” Bello, o más bien al “nuevo” norte metropolitano que ha transformado a Niquía en
un mancha informe y sin nombre, quitándole así la posibilidad de ser un “lugar en el mundo”. Porque como dice el
profesor Iván Escobar –director del curso–, “para que un lugar exista debe ser el lugar de alguien y de algo”, pero
ese Niquía que otrora tuvo unas pródigas mangas y balnearios, se ha convertido en el “lugar de todo y de nadie”,
o en otras palabras, en esa “ciudad genérica” que es indiferencia histórica e identitaria; esa ciudad obsesivamente
nueva que se autodestruye para construirse sobre las ruinas de la memoria.
De esta manera, el cúmulo de metamorfosis impuestas por la metrópoli sobre un paisaje natural prematuramente
urbanizado, condujo a que la ciudad se perdiera a sí misma; porque Niquía es apenas una amnésica ciudad moderna
“en obra negra” y de la cual sabemos cada menos m a quién pertenece, o para quién sigue transformándose, habida
cuenta de que allí no quedan vecinos, sino el arribo irrefrenable de los forasteros. Esto último se hace muy patente
en el hecho de que éste sector no ha sido sometida solamente por las demandas administrativas del Área Metropo-
litana, sino también a una deriva específica de aquéllas, como es la especulación inmobiliaria, la cual encontró allí
un terreno propicio para germinar de forma desmesurada. Sin embargo, no se trata propiamente del dominio ejerci-
do por el sector inmobiliario, sino más bien de los excesivos capitales “de dudosa procedencia” que le dan vida. Por
ese motivo, Niquía se también ha convertido en servidumbre territorial de la ilegalidad, pues la continua aparición
de obras, que incluso se quedan a mitad de camino, o la proliferación de medianos centros comerciales adyacentes
a la gran superficie comercial (Éxito-Flamingo-Homecenter), evidencian que la aparición de un desmesurado e irre-
gular crecimiento urbano es, en gran parte, una consecuencia de altísimos flujos de capital, que pretenden instalar
172
artefactos y construir un “nuevo” Niquía, no con el objetivo de generar calidades ambientales, ni solamente con el
ampliar los mercados, sino ante todo con el de valorizar la tierra. En ese sentido una de las conclusiones derivadas
de la diversidad de convenciones presentes en el último modelo gráfico, es que estas expresan definitivamente, el
triunfo de una ocupación ilegal del suelo y por tanto de su privatización.
Así, desde el punto de vista administrativo, el diseño de las transformaciones proyectadas en este sector, adoptó el
enfoque modernista o funcionalista del urbanismo, caracterizado por equiparar el espacio público con la existen-
cia de un sistema vial, y no con las atribuciones sociales que lo convierten en una posibilidad de adscripción como
dominio público y lugar diverso para “el intercambio, la relación y la identificación”.21 Esto se hace especialmente
patente en el Plan de Ordenamiento Territorial, en donde el artículo 79, prioriza casi como único espacio público,
las plazoletas de las estaciones del metro, las cuales son en todo caso espacios de origen privado. Quizá el único
elemento que actualmente tenga un sentido de apropiación social, es el parque y polideportivo Tulio Ospina (ubi-
cado en los entornos del río Aburrá pero desligado de éste), pues con su recientemente remodelación y reapertura,
ha inaugurado en Bello una alternativa más pública de espacialidad, aunque debemos recordar también que dicho
parque cumple actualmente una importante función de valorización del suelo. En este punto cabe entonces recor-
dar que la ocupación ilegal del suelo ha socavado completamente este deber de generar un tipo de espacio para el
ejercicio de la ciudadanía, es decir, para la actividad política, los enlaces sociales, y los lugares de encuentro (que no
solo flujos de paso). Esto es precisamente lo que no encontramos en la diagonal 55, y por eso una de las intenciones
de este proyecto de lectura, fue reivindicar el valor público de la calle, máxime si tenemos en cuenta que el lugar
donde se sitúa hoy dicha diagonal, fue uno de los epicentros más característicos de las “mangas de Niquía”, espa-
cio público “natural” que ha desaparecido y por lo cual resulta perentorio reclamar para la calle urbana que las ha
remplazado, el comportamiento de espacialidad pública, pues como ya lo recordaba el profesor Manuel Delgado:
“La calle como el lugar en que la autogestión social ejerce sus potencialidades, el escenario predilecto de la
civilidad y la ciudadanía, pero también de los conflictos, las luchas, la violencia y las catarsis sociales. Marco
para todo tipo de dramaturgias… paisaje donde lo concreto y lo imaginario tienden a confundir sus límites.”22
Además debemos agregar que las calles o sendas (Lynch), son muchas veces el primer elemento asociado a la ima-
gen ambiental de una ciudad, ya que es allí donde siempre ocurre nuestro encuentro con la ciudad, de tal suerte que
aquéllas se convierten en la síntesis urbana por antonomasia, tal y como lo apuntaba Jane Jacobs:
“Las calles y sus aceras son los principales lugares públicos de una ciudad, sus órganos más vitales. ¿Qué
es lo primero que nos viene a la mente al pensar en una ciudad? Sus calles. Cuando las calles de una ciudad
ofrecen interés, la ciudad entera ofrece interés; cuando presentan un aspecto triste, toda la ciudad parece
triste.”23
Ahora bien si comparamos estas ideas con la imagen que la diagonal 55 proyecta, resulta evidente que hay una
crisis vocacional, pues lo que ha ocurrido en esta calle un angostamiento del espacio público, dado que ella fun-
ciona principalmente como un simple canal para el tránsito de mercancías, transportes, servicios, mano de obra,
y también como una vitrina para los símbolos de ostentación. En esa medida esta calle ya no es depositaria de un
protagonismo político, público y lúdico, pues carece de los ritmos y espacios de vida colectivos como las tiendas, los
antejardines, o las aceras; además de que tampoco vemos a los niños jugando en las calles, ni personas practicando
atletismo sobre sus dominios ni mucho menos, marchas políticas.
Uno de los criterios empleados para nombrar los tramos en que hemos dividido analíticamente a la diagonal 55, fue
precisamente la relación de cada uno de ellos con cierta forma de espacio público. Ahora bien, de allí concluimos
21 BORJA, Jordi (1998). Ciudadanía y espacio público. VVAA. Ciutat real, ciutat ideal. Significant i funció a l’espai urbá modern. Urbani-
tats, No. 7, Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Barcelona. 1-3
22 Manuel Delgado Ruiz citado por ESCOBAR R., Iván (2014). Los Territorios de Vida de la Ciudad en la Formación de Culturas Juveniles
Urbanas. 4, conferencia que presentó el autor en el Museo de Antioquia, con ocasión de un debate sobre “educación y política pública” du-
rante la campaña preelectoral a la Alcaldía de Medellín, organizada por la Corporación Cultural Nuestra Gente
23 JACOBS, Jane (1973). Usos de las aceras: seguridad. Muerte y vida de las grandes ciudades. Editorial península. Formato PDF. 1
173
que tal nexo es muy pobre –casi inexistente–, pues solamente entre el tramo intermedio y el nororiental, domina
una tendencia o bien la mercantilización de la calle, o bien a la privatización del espacio público. En este sentido
el tramo intermedio pone en evidencia que la diagonal 55, es una vitrina para el consumo, mientras que la parte
nororiental expresa el tránsito de un paisaje “natural” que fue generosamente abierto, hacia una ciudad cerrada y
privatizada, que fue construida por y para la valorización de la capital. Allí la agorafobia es entonces un hecho paten-
te, primero porque su arquitectura cerrada y serial expresa esa ausencia de voluntad para dialogar con el entorno;
y segundo porque la nula actividad urbana, evidencia no solamente el angostamiento físico del espacio público,
sino también su angostamiento mental, lo cual ha conducido al debilitamiento de la calle como referente público,
es decir, como lugar, para en su lugar fortalecer cada vez más la presencia de “urbanizaciones sin ciudad”, que se
refugian en la seguridad aparente de su endogamia.
Habiendo llegado a este punto, tenemos entonces que los escenarios propuestos por las reflexiones finales sobre
las mutaciones de Niquía, apuntan hacia una misma dirección: la toponegligencia, esto es, a la enajenación del lu-
gar y de su experiencia, por cuenta de su conversión en objeto abstracto e impersonal que solamente permite “una
relación de consumo o de contemplación artificial”.24 Efectivamente el conjunto de metamorfosis que transforma-
ron el paisaje de Niquía han producido hasta el momento, más frustraciones que retribuciones, pues las mutaciones
impusieron la llegada de una “nueva” ciudad construida sobre el olvido de la memoria obrera, a cambio de que esta
se fundara en la fugacidad de la especulación financiera. Pero también porque las mutaciones supusieron la renun-
cia a la vida gregaria de las “mangas”, para convertir a la calle que las sucedió, en una vitrina de mercado y a sus
prados en ciudadelas cerradas y despobladas. Por tales motivos, Niquía ha devenido progresivamente en un lugar,
sí, pero en un lugar de todos los objetos y de ninguna persona; ha devenido en una ciudad sin nombre.
24 MATA, Tomás y RUIZ, Josan. Topofilia, una pasión necesaria. Revista Integral, N° 100, Cooperativa Gaia. Barcelona – España. 5
174
CRÉDITOS
Agradezco a mi padre por la compañía y el apoyo. Al Laboratorio en Estudios Geográficos y Territoriales por las en-
señanzas, asesorías e indicaciones compartidas por sus miembros, particularmente a Iván, Mauricio, Julio y Adriana,
a cuya colaboración debo el resultado de esta obra.
FUENTES
BORJA, Jordi (1998). Ciudadanía y espacio público. VVAA. Ciutat real, ciutat ideal. Significant i funció a l’espai
urbá modern. Urbanitats, No. 7, Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Barcelona.
Concejo de Bello (2000). Plan de Ordenamiento Territorial Municipio de Bello. Acuerdo No 12 del 10 de agosto
de 2000.
Corporación Artística Tecoc Movimiento Cultural Comunitario (1997). Plan de desarrollo cultural de Bello ha-
cia el 2008. Administración municipal de Bello.
ESCOBAR R., Iván (2014). Los Territorios de Vida de la Ciudad en la Formación de Culturas Juveniles Urbanas.
4 conferencia que presentó el autor en el Museo de Antioquia, con ocasión de un debate sobre “educación y política
pública” durante la campaña preelectoral a la Alcaldía de Medellín, organizada por la Corporación Cultural Nuestra
Gente.
ESCOBAR R., Iván; ORTIZ TORRES, Carlos Andrés; NAVARRO FLOREZ, Juan Carlos y otros. (2007). Estudio y
Análisis Territorial del Sistema Urbano, Regional y Fronterizo Antioqueño. En: Subregiones en Antioquia: Realidad
Territorial, Dinámicas y Transformaciones Recientes. Cuarta Parte. Informes Técnicos. Convenio de Cooperación Nº
2005-CO-120041, Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, Facultad de Ciencias Humanas y Económicas,
Laboratorio en Estudios Geográficos y Territoriales – Gobernación de Antioquia, Departamento Administrativo de
Planeación Departamental, Dirección de Planeación Estratégica Integral. Medellín.
GUTIÉRREZ A., Jairo (2013), Construcción de la Ciudadela Cacique Niquía, en el Marco del modelo de “Ciuda-
des Dentro De La Ciudad” 1976 – 1981. Inédito. Bello.
JACOBS, Jane (1973). Usos de las aceras: seguridad. Muerte y vida de las grandes ciudades. Editorial península.
Junta Metropolitana (2002). Plan Integral de Desarrollo Metropolitano. Proyecto Metrópoli 2002-2020. Acuer-
do 018 del 21 de diciembre de 2001.
LYNCH, Kevin (1984). La imagen de la ciudad. Editorial Gustavo Gili S.A. España
MATA, Tomás y RUIZ, Josan. Topofilia, una pasión necesaria. Revista Integral, N° 100, Cooperativa Gaia. Barce-
lona – España
MONTOYA C., Pablo (1991). Cuentos de Niquía. Biblioteca Virtual de Antioquia. Medellín
RUIZ G., Darío (2013). Al borde del abismo: Retomar el pulso de la calle. Al borde del colapso. http://uto-
piasyheterotopiasurbanas.blogspot.com/2013/10/al-borde-del-abismo-retomar-el-pulso-de.htm
SPITALETTA H., Reinaldo. JARAMILLO P., Jaime (1996). La historia de mi estación: tramas y tramos del metro.
Editorial Colina. Bogotá
TUAN, Yi-Fu. (2007 –original 1974–). Topofilia. Un estudio de las percepciones actitudes y valores sobre el
entorno. Editorial Melusina. España.
175