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Textos para la enseñanza universitaria

Coordinadores
Graciela Aparicio
Federico Navarro

Autores
Manuel Eiras
Claudio Galván
Florencia Moragas
Cecilia Obregón
Alfredo A. Pisano
Alejandro Romagnoli
Gabriela S. Rusell

Deleites y afanes de la literatura


Actividades de lectura y escritura en torno
a El juguete rabioso de Roberto Arlt
Textos para la enseñanza universitaria
Universidad Nacional de Quilmes
Rector
Alejandro Villar

Vicerrector
Alfredo Alfonso
Deleites y afanes de la literatura.
Actividades de lectura y escritura
en torno a El juguete rabioso,
de Roberto Arlt
Coordinadores
Graciela Aparicio y Federico Navarro

Autores
Manuel Eiras, Claudio Galván, Florencia Moragas, Cecilia
Obregón, Alfredo A. Pisano, Alejandro Romagnoli,
Gabriela S. Rusell

Bernal, 2018
Deleites y afanes de la literatura: actividades de lectura y escritura en torno a El
juguete rabioso, de Roberto Arlt / Manuel Eiras... [et al.]; coordinación general
de Graciela Aparicio; Federico Navarro. - 1a ed. - Bernal: Universidad Nacional
de Quilmes, 2018.
Libro digital, PDF

Archivo Digital: descarga


ISBN 978-987-558-498-3

1. Literatura Argentina. 2. Novela. 3. Lectura. I. Eiras, Manuel


II. Aparicio, Graciela, coord. III. Navarro, Federico, coord.
CDD 807

© Graciela Aparicio y Federico Navarro, 2018


© Universidad Nacional de Quilmes, 2018

Universidad Nacional de Quilmes


Roque Sáenz Peña 352
(B1876BXD) Bernal, Provincia de Buenos Aires
República Argentina

editorial.unq.edu.ar
editorial@unq.edu.ar

ISBN 978-987-558-498-3

Queda hecho el depósito que marca la ley Nº 11.723


Hecho en la Argentina
Índice

Capítulo I. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Alejandro Romagnoli

Capítulo II. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Claudio Galván

Capítulo III. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Florencia Moragas

Capítulo IV. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Manuel Eiras

Capítulo V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Alfredo A. Pisano

Capítulo VI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
Cecilia Obregón

Capítulo VII. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Gabriela Rusell

Referencias bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
Recursos didácticos

b Discutir

S Aprender

K Leer
e Escribir

s Conocer

P Ver y escuchar

w Explorar

p Actividad domiciliaria

-/ Consultar
Capítulo I
Alejandro Romagnoli

En este cuadernillo se propone leer, comentar y analizar la primera novela de Roberto


Arlt, El juguete rabioso (1926). Si bien se busca atender la complejidad histórico-litera-
ria que plantea la obra, el análisis se orienta hacia temas y ejercicios vinculados con
los saberes trabajados en el Manual de lectura, escritura y oralidad académicas para
ingresantes a la universidad.

s
El escritor Roberto Arlt nació en Buenos Aires el 26 de abril de 1900 y murió el 26 de julio de
1942. Publicó su primera novela, El juguete rabioso, en octubre de 1926. A esta, le siguieron
las novelas Los siete locos (1929), por la cual obtuvo el Tercer Premio Municipal de Literatu-
ra, Los lanzallamas (1931) y El amor brujo (1932), y dos volúmenes de cuentos, El jorobadito
(1933) y El criador de gorilas (1941). A partir de 1926, en Don Goyo y Mundo Argentino, publicó
sus cuentos. Luego de un breve paso como cronista policial en el diario Crítica, en 1928 in-
gresó en el matutino El Mundo, donde escribió su columna periodística titulada “Aguafuertes
porteñas”, algunas de las cuales fueron recopiladas por su autor en 1933. El 17 de junio de
1932 inició su actividad como autor teatral con su obra 300 millones, estrenada en el Teatro
del Pueblo. Luego dio a conocer Saverio, el cruel (1936), El fabricante de fantasmas (1936),
La isla desierta (1937), África (1938), La fiesta del hierro (1940) y El desierto entra a la ciudad
(1942). (extraído de Saítta y Romero, 2006)

P
Mirar el capítulo dedicado a El juguete rabioso del programa Impreso en Argentina II rea-
lizado por canal Encuentro (disponible en <http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/
programas/ver?rec_id=100510>). Anotar brevemente, a medida que se observa el programa,
las respuestas a las preguntas de la siguiente guía:
1. ¿Puede decirse que El juguete rabioso es una novela autobiográfica? Justificar.
2. ¿Cuál es la relación de Silvio Astier con el trabajo?
3. ¿Qué características tiene la lengua con la que está escrita la novela?
4. ¿Cuál es el lugar de Arlt en relación con los grupos Boedo y Florida?
5. ¿Cuál es la zona de la realidad que ingresa en la literatura argentina con Roberto Arlt?
¿Qué características tiene?

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 7
6. ¿Qué interpretaciones se han planteado en torno al final de la novela?

El ejercicio sirve como introducción a la figura de Arlt y a El juguete rabioso. Puede solicitar-
se su realización de forma domiciliaria o en clase, de acuerdo con los recursos disponibles.
Asimismo, puede reemplazarse la resolución del cuestionario por una charla-debate entre
toda la clase, coordinada por el profesor. Duración del video: 28 min; tiempo estimado de la
puesta en común: 30 min.

K
Leer el análisis de Analía Capdevila sobre la novela de Arlt.

La primera edición de El juguete rabioso de Roberto Arlt apareció en oc-


tubre de 1926, en la colección “Autores noveles” de la Editorial Latina de
Adolfo Rosso. El manuscrito había sido rechazado antes por varias editoria-
les, entre ellas Claridad, órgano de difusión de los llamados “escritores pro-
letarios” o “escritores de izquierda”, que se negó a publicarla por indicación
expresa de Elías Castelnuovo. En aquella oportunidad, el escritor de Boedo
consideró la novela de Arlt como una obra “desigual y escabrosa”, plagada
de errores de ortografía y de redacción, con palabras “de alto voltaje eti-
mológico” y mal colocadas; asimismo, reconoció en su escritura dos estilos
antagónicos, uno en el que se notaba la influencia de Máximo Gorki y el
otro, parecido al del escritor colombiano Vargas Vila. Cuestionó, además, la
unidad y la coherencia del texto, al que consideró como un “libro de cuen-
tos”.1 Básicamente, esas son las imputaciones que Castelnuovo le hizo a El
juguete rabioso luego de leer el manuscrito. Además de poner en evidencia
sus limitaciones como crítico, sus objeciones pueden ser leídas, paradójica-
mente, como el registro minucioso de las innovaciones de Arlt en el género.
Para entrar de lleno en el texto, comenzaremos por decir que la figu-
ra del personaje central, Silvio Astier, articula la narración en un doble
sentido: en la instancia de la voz narrativa, al presentarse a la vez como
narrador y como protagonista de la historia que se cuenta. Esa correlación
entre ambas instancias, narrador y personaje, hace del texto una “memo-
ria”: la crónica autobiográfica de un “yo” narrador. Pero, además, dada la
estructura de la historia, esa crónica se inscribe en lo que se conoce como
“novela de aprendizaje”: la historia de la vida de Astier es la de la gradual
adquisición de un saber, y está guiada por la búsqueda (el encuentro) de
una verdad. Su progresión, que surge del recuerdo como instancia produc-
tiva, es también crecimiento del héroe: el personaje no es el mismo cuan-
do empieza que cuando termina el relato; una verdad (acerca del mundo,
acerca de sí mismo) se le revela al final.2
[…]
Arlt cuenta la historia de Astier a partir de un narrador que se distingue,
además, por un uso muy particular del léxico. Un gran despliegue de térmi-
nos, algunos seudocultistas, pero sobre todo bizarros, que se relaciona con

8 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
lo que podría llamarse “el poder de nominación” de las palabras. En El ju-
guete rabioso recurre a un vocabulario amplio para decir (para dar nombre
a) lo que sobrepasa algún tipo de límite: el del buen decir (la lengua como
norma), el de las buenas costumbres (la moral como modelo), el del buen
obrar (la ley como principio). Así, el texto se llena de palabras rimbomban-
tes para decir lo otro, términos que suenan demasiado, ya sea porque son
vulgares o porque resultan anacrónicos, foráneos: “fanfarria” por alboroto;
“francachela” en lugar de fiesta; “barrabasadas” por travesuras; “bigardón”
o “gandul” para decir vago; “befa” o “chocarrería” para nombrar el chiste
grosero; en lugar de engañar, “engatusar”; “granuja”, “perillán”, “truhán”
o “gerifalte” para nombrar al pícaro o al pequeño delincuente; las acciones
despreciables son “zarandajas”; “trapacería” en lugar de estafa. En cierto
sentido, se trata de decir la miseria, lo que ella es y lo que trae consigo. A tra-
vés de una suerte de desmesura en la nominación, Arlt logra el exceso de la
referencia, porque lo que intenta mostrar es “la ignominia de la pobreza”.3
El uso del léxico se complementa en El juguete rabioso con una alter-
nancia marcada de diferentes tonos o registros de escritura: la exaltación
o la euforia de las “tribulaciones negras” de Astier –sentidas o fingidas–,
la evocación lírica de la amada imposible (motivo típicamente románti-
co, vulgarizado en la retórica del tardorromanticismo), pero también el
artículo de costumbres (como el fragmento que dedica a la “filogenia y
psicología del comerciante al por menor”, casi un aguafuerte), la crónica
policial (que refiere la historia delictiva de Enrique Irzubeta), el estilo de
la picaresca española (en el léxico y las formas verbales con enclíticos) o
la estampa costumbrista (como la descripción de la feria de Flores). A ello
hay que agregar la oscilación de estilos que advertía Castelnuovo, entre
Máximo Gorki y Vargas Vila: por un lado, su apego –más “sincero”, esto
es, menos retórico– al estilo bajo o plebeyo, con el que intenta describir la
pobreza; por el otro, su adscripción al estilo elevado, seudoculto, cuyo mo-
delo es el de las traducciones españolas de versiones francesas de originales
rusos, que en sus manos deviene en muchas ocasiones exabrupto retórico
o capricho léxico. A cada uno de esos estilos le corresponde, en El juguete
rabioso, un objeto de representación: el rapto poético cuando se trata de
evocar la belleza o el amor; la grosería o la rudeza para referir la miseria.
La oposición que subyace como fundamento de la representación es clá-
sica y podría formularse en los términos siguientes: a la espiritualidad de
la belleza se le opone la materialidad de lo feo, que en Arlt es lo abyecto.4

1
Castelnuovo se refiere al episodio en dos oportunidades: en Palabras con Elías
Castelnuovo, Buenos Aires, Carlos Pérez Editor, 1969, y en sus Memorias, Buenos
Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1974.
2
En este punto, también, es posible señalar la relación de la novela de Arlt con la
picaresca, género con el que comparte el recurso narrativo de la adición (la suma
progresiva de las peripecias del héroe) como principio constructivo.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 9
3
Los amigos de Astier, muchachos de origen humilde, son “pelafustanes” que vi-
ven en casas que son “leoneras” o “cuchitriles”; empleado en la librería de usados,
Astier es menos que eso, es un “mancebo”, que duerme en una “yacija” y se ali-
menta de “pitanza”. Para un análisis de los alcances filosóficos del uso del léxico
en Arlt ver Carlos Correas, Arlt, literato, Buenos Aires, Atuel, 1996.
4
De allí que la miseria sea fundamentalmente plástica, “entra por la vista”. Es, no
significa; por eso Arlt la presenta como un cuadro.

Extraído de Capdevila (2002, pp. 228-231)

e
Realizar las siguientes consignas:
1. Buscar en el diccionario las palabras del texto de Capdevila que sean desconocidas o
cuyo significado resulte poco claro. Compartir las definiciones con la clase.
2. Sintetizar la información del primer párrafo. La extensión no podrá superar los seis ren-
glones, se deberá comenzar con las palabras sugeridas y no se podrá escribir en total
más de dos oraciones.
Cuando Roberto Arlt …………………………………………………………

3. En el segundo párrafo se dice que “la historia de Astier es la de la gradual adquisición de


un saber, y está guiada por la búsqueda (el encuentro) de una verdad”. ¿Cuál sería ese
saber, esa verdad que persigue o encuentra Astier en la novela?
4. Resumir en una oración nominal (cuyo núcleo sea un nombre, no un verbo conjugado)
el tema de cada párrafo. Luego, indicar de qué manera esos temas se vinculan con los
contenidos de este capítulo.
5. Buscar y transcribir pasajes breves de la novela correspondientes a dos de los tonos o
registros de escritura que señala Capdevila en el último párrafo.

S
Las actividades avanzan en el análisis de la novela, a la vez que recuperan saberes trabaja-
dos en la unidad. Tiempo estimado de la actividad: 60 min. Opcionalmente, esta actividad
puede ser domiciliaria.

b
Discutir entre toda la clase:
1. ¿Qué y cómo lee Astier?
2. ¿Qué elementos del texto servirían para sostener la siguiente hipótesis: El juguete rabio-
so puede leerse como la novela de aprendizaje de un escritor?

La actividad permite la recuperación, validación o problematización de los protocolos de


lectura puestos en juego por los alumnos. Se vuelve imprescindible la mirada informada del
docente, que puede aportar lecturas críticas sobre la novela de Arlt vinculadas con los ejes
considerados (por ejemplo, Prieto, 1987; Saítta, 1999; Gnutzmann, 2002; Piglia, 2004). Tiempo
estimado de la actividad: 30 min.

10 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
e
En El juguete rabioso existe una distancia (de tiempo, de perspectiva) entre el Silvio Astier
narrador y el Silvio Astier personaje. Algunas marcas muy claras están dadas por rasgos for-
males (formas verbales: “yo devoraba”, adverbios temporales: “entonces”), pero también por
la perspectiva adoptada por el narrador (puede verse en los términos que elije para referirse
a Enrique). Teniendo esto en cuenta, reescribir el siguiente pasaje como si Astier lo narrara en
el momento de la vivencia de los hechos (a la edad de 14 años).

Dicha literatura, que yo devoraba en las “entregas” numerosas, era la his-


toria de José María, el Rayo de Andalucía, o las aventuras de don Jaime
el Barbudo y otros perillanes más o menos auténticos y pintorescos en los
cromos que los representaban de esta forma:
Caballeros en potros estupendamente enjaezados, con renegridas chu-
letas en el sonrosado rostro, cubierta la colilla torera por un cordobés de
siete reflejos y trabuco naranjero en el arzón. Por lo general ofrecían con
magnánimo gesto una bolsa amarilla de dinero a una viuda con un infante
en los brazos, detenida al pie de un altozano verde.
Entonces yo soñaba con ser bandido y estrangular corregidores libidi-
nosos; enderezaría entuertos, protegería a las viudas y me amarían singu-
lares doncellas.
Necesitaba un camarada en las aventuras de la primera edad, y éste fue
Enrique Irzubeta. Era el tal un pelafustán a quien siempre oí llamar por el
edificante apodo de “el falsificador”.
He aquí cómo se establece una reputación y cómo el prestigio secunda
al principiante en el laudable arte de embaucar al prójimo.
Enrique tenía catorce años cuando engañó al fabricante de una fábrica
de caramelos, lo que es una evidente prueba de que los dioses habían tra-
zado cuál sería en el futuro el destino del amigo Enrique. Pero como los
dioses son arteros de corazón, no me sorprende al escribir mis memorias
enterarme de que Enrique se hospeda en uno de esos hoteles que el Estado
dispone para los audaces y bribones. (Arlt, 1993, pp. 35-36)

S
Aprovechando el potencial en buena medida lúdico de la escritura, el ejercicio busca promo-
ver la percepción de las peculiaridades del lugar de enunciación. Son muchas las lecturas
críticas con que el docente puede acompañar la actividad, pero la de Gnutzmann (2002) se
destaca por su pertinencia. Tiempo estimado de la actividad: 40 min.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 11
Capítulo II
Claudio Galván

Ke
A continuación se transcriben tres citas de Ricardo Piglia tomadas del texto “Roberto Arlt:
una crítica de la economía literaria” (1973) que tocan algunos temas presentes en El ju-
guete rabioso de Roberto Arlt. Después de leerlas, responder las consignas. Tiempo esti-
mado: 90 min.

1. “El folletín es la expresión límite y el modelo de esta escritura finan-


ciada: el texto mismo es un mercado donde el relato circula y en cada
entrega crece el interés. Este aplazamiento, que decide a la vez el estilo
y la técnica, se funda en el suspenso, crédito que hace de la anécdota la
mercancía –siempre postergada– que el lector recién logra tener al final.
‘Me devoraba las entregas’, dice Astier al narrar esta lectura en El juguete
rabioso: en realidad se trata de lograr que sea el lector quien ‘se entregue’,
‘devorado’ por el interés. Economía literaria que convierte al lector en un
cliente endeudado, se vive la ilusión de que una cierta necesidad material
enlaza el texto y su lectura”.

En este caso, si se piensa la idea de folletín como una forma de escritura financiada, se pue-
de reformular la idea de una “lectura por entregas” como una “operación mercantil”. Si lo
desea, describa algún caso personal donde la experiencia de lectura por etapas jugaba un
rol importante en su formación como lector. Luego, vuelva al texto de Arlt e identifique dos
ejemplos en los que se vea esta idea. Puede releer los capítulos uno y dos como ejemplos. Des-
táquelos, elija dos citas e incorpórelas al párrafo precedente, una como cita textual y la otra
como discurso referido.

2. “Este canje entre lectura y experiencia hace avanzar la narración: en


el camino de su aprendizaje, para enfrentar los riesgos, se sostiene de la
literatura”.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 13
¿Qué tan importante es la lectura para Astier? ¿Qué relación puede verse entre lectura, ex-
periencia y aprendizaje en el personaje? Seleccionar, al menos, un episodio y comentar esta
relación en la que se destaque la influencia de la lectura para Astier. También podría pen-
sarse la influencia de la lectura como proceder de los personajes a partir del episodio de la
biblioteca.

3. “La biblioteca vendría a disolver la propiedad poniendo la cultura como


un bien común a disposición de todos los lectores. De hecho este bien
común, igual que otros ‘bienes comunes’ (entre ellos el lenguaje) está des-
igualmente repartido. Es el acceso a la lectura lo que está trabado por el
dinero (esto es, las relaciones de producción expresadas por el dinero).
Toda lectura es una apropiación que se sostiene en ciertos códigos de cla-
se: la legibilidad no es transparente y la ‘literatura’ solo existe como ‘bien
simbólico’ (aparte de su carácter de bien económico) para quien posee los
medios de apropiársela, es decir, de descifrarla”.

Aquí aparece nuevamente la relación de la cultura como un “bien” común. Piglia ve una con-
tradicción allí. Releer el episodio del robo a la biblioteca y reflexionar por qué se roba ese
“bien común”, por qué la lectura estaría condicionada por el dinero y por quien posea “ca-
pital simbólico” (es decir, quien posea cultura) para apropiársela. ¿De qué manera Astier se
apropia de ese bien, reservado para quien posea dinero? En esa misma línea, ¿cómo leen los
compañeros de Astier, tienen los mismos intereses y valores sobre los libros? Debatir entre
toda la clase.
Por último, escribir un párrafo en el que se sintetice la idea de “literatura como bien común”.

s
Folletín: forma de discurso de ficción de origen francés muy popular en el siglo xix, general-
mente de temática amorosa y de fuerte presencia en la cultura popular, que se publicaba por
entregas.

14 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
Capítulo III
Florencia Moragas

La propuesta de este capítulo está orientada a reforzar actividades vinculadas a la


búsqueda y el trabajo con fuentes, trabajadas en el capítulo III del Manual de lectura,
escritura y oralidad académicas para ingresantes a la Universidad. En ese sentido, las
tres primeras consignas pretenden promover una mirada crítica sobre los resultados
que podemos hallar en internet, sobre todo cuando se trata de trabajar con fuentes
académicas que deben cumplir con una se­rie de criterios. También se proponen acti-
vidades orientadas a la lectura anotada.

Actividades

w
1. Realizar una búsqueda en internet sobre el autor de El juguete rabioso (1926). Seleccio-
nar una fuente primaria y una secundaria que arroje la búsqueda para obtener datos
biográficos del autor.
2. En el capítulo I de este cuadernillo se propuso pensar qué lugar tiene la obra de Roberto
Arlt en relación con los grupos Boedo y Florida. A partir de ese trabajo, se propone rea-
lizar una búsqueda en internet tomando como palabra clave “grupo Boedo” o “grupo
Florida”. Observar la canti­dad de resultados arrojados para cada búsqueda y qué sitios
figuran entre los diez pri­meros.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 15
Ilustración 1. Extraída de la sección Ayuda de búsqueda web Google

3. Realizar una búsqueda empleando el operador de búsqueda “site:”, en la que solicite


aquellos resultados que se encuentren disponibles en el Portal de Repositorios Digital
de la Biblioteca. La búsqueda estará centrada en recuperar lecturas críticas sobre Arlt;
para ello se propone considerar los autores sugeridos en los capítulos I y VI donde se re-
fieren a: Prieto, Saítta y Piglia. Observar la cantidad de resultados en cada búsqueda y
qué resultados se listan entre los diez primeros. Observar la fuente de la que provienen
los resultados y su grado de actualidad.

Ilustración 2. Extraída de la sección Ayuda de búsqueda web Google

16 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
Ilustración 3. Extraída de la Biblioteca Electrónica de Ciencia y Tecnología del
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 17
4. De la búsqueda en el repositorio digital, se solicita que liste cinco títulos de cada búsque-
da para observar los temas y abordajes que los críticos realizan sobre la obra de Roberto
Arlt y en particular sobre El juguete rabioso.
5. Leer el capítulo 1 de El juguete rabioso y marcar aquellos usos de estilo y vocabulario que
considere que no obedecen al registro de un texto literario escrito.
6. Releer los primeros diez párrafos del capítulo 1 de El juguete rabioso y realizar anotacio-
nes que den cuenta de la operación discursiva que desarrollan los párrafos, es decir, qué
hace el párrafo, por ejemplo describe o caracteriza algún personaje o locación.
7. A principios del siglo xx, Roberto Arlt encontró un público refractario para el uso de ex­
presiones populares en los textos literarios escritos. A partir de la lectura de la aguafuer-
te “El idioma de los Argentinos” de Arlt, responder: ¿qué es lo que Arlt le discute a Monner
Sans sobre el uso del lenguaje?”

El idioma de los argentinos

El señor Monner Sans, en una entrevista concedida a un repórter de El


Mercurio, de Chile, nos alacranea de la siguiente forma:
“En mi patria se nota una curiosa evolución. Allí, hoy nadie defiende a
la Academia ni a su gramática. El idioma, en la Argentina, atraviesa por
momentos críticos… La moda del ‘gauchesco’ pasó; pero ahora se cierne
otra amenaza, está en formación el ‘lunfardo’, léxico de origen espurio,
que se ha introducido en muchas capas sociales, pero que solo ha en-
contrado cultivadores en los barrios excéntricos de la capital argentina.
Felizmente, se realiza una eficaz obra depuradora, en la que se hallan
empeñados altos valores intelectuales argentinos”.
¿Quiere usted dejarse de macanear? ¡Cómo son ustedes los gramáticos!
Cuando yo he llegado al final de su reportaje, es decir, a esa frasecita: “Fe-
lizmente se realiza una obra depuradora en la que se hallan empeñados
altos valores intelectuales argentinos”, me he echado a reír de buenísima
gana, porque me acordé que a esos “valores” ni la familia los lee, tan abu-
rridores son.
¿Quiere que le diga otra cosa? Tenemos un escritor aquí –no recuerdo
el nombre– que escribe en purísimo castellano y para decir que un señor
se comió un sándwich, operación sencilla, agradable y nutritiva, tuvo que
emplear todas estas palabras: “y llevó a su boca un emparedado de ja-
món”. No me haga reír, ¿quiere? Esos valores, a los que usted se refiere;
insisto: no los lee ni la familia. Son señores de cuello palomita, voz gruesa,
que esgrimen la gramática como un bastón, y su erudición como un escudo
contra las bellezas que adornan la tierra. Señores que escriben libros de
texto, que los alumnos se apresuran a olvidar en cuanto dejaron las aulas,
en las que se les obliga a exprimirse los sesos estudiando la diferencia que
hay entre un tiempo perfecto y otro pluscuamperfecto. Estos caballeros
forman una colección pavorosa de “engrupidos” –¿me permite la pala-
breja?– que cuando se dejan retratar, para aparecer en un diario, tienen el

18 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
buen cuidado de colocarse al lado de una pila de libros, para que se com-
pruebe de visu que los libros que escribieron suman una altura mayor de
la que miden sus cuerpos.
Querido señor Monner Sans: La gramática se parece mucho al boxeo.
Yo se lo explicaré:
Cuando un señor sin condiciones estudia boxeo, lo único que hace es
repetir los golpes que le enseña el profesor. Cuando otro señor estudia bo-
xeo, y tiene condiciones y hace una pelea magnífica, los críticos del pugilis-
mo exclaman: “¡Este hombre saca golpes de ‘todos los ángulos’!” Es decir,
que, como es inteligente, se le escapa por una tangente a la escolástica
gramatical del boxeo. De más está decir que este que se escapa de la gra-
mática del boxeo, con sus golpes de “todos los ángulos”, le rompe el alma
al otro, y de allí que ya haga camino esa frase nuestra de “boxeo europeo
o de salón”, es decir, un boxeo que sirve perfectamente para exhibiciones,
pero para pelear no sirve absolutamente nada, al menos frente a nuestros
muchachos antigramaticalmente boxeadores.
Con los pueblos y el idioma, señor Monner Sans, ocurre lo mismo.
Los pueblos bestias se perpetúan en su idioma, como que, no teniendo
ideas nuevas que expresar, no necesitan palabras nuevas o giros extraños;
pero, en cambio, los pueblos que, como el nuestro, están en una continua
evolución, sacan palabras de todos los ángulos, palabras que indignan a
los profesores, como lo indigna a un profesor de boxeo europeo el hecho
inconcebible de que un muchacho que boxea mal le rompa el alma a un
alumno suyo que, técnicamente, es un perfecto pugilista. Eso sí; a mí me
parece lógico que ustedes protesten. Tienen derecho a ello, ya que nadie les
lleva el apunte, ya que ustedes tienen el tan poco discernimiento pedagógi-
co de no darse cuenta de que, en el país donde viven, no pueden obligarnos
a decir o escribir: “llevó a su boca un emparedado de jamón”, en vez de
decir: “se comió un sándwich”. Yo me jugaría la cabeza que usted, en su
vida cotidiana, no dice: “llevó a su boca un emparedado de jamón”, sino
que, como todos diría: “se comió un sándwich”. De más está decir que to-
dos sabemos que un sándwich se come con la boca, a menos que el autor
de la frase haya descubierto que también se come con las orejas.
Un pueblo impone su arte, su industria, su comercio y su idioma por
prepotencia. Nada más. Usted ve lo que pasa con Estados Unidos. Nos
mandan sus artículos con leyendas en inglés, y muchos términos ingleses
nos son familiares. En el Brasil, muchos términos argentinos (lunfardos)
son populares. ¿Por qué? Por prepotencia. Por superioridad.
Last Reason, Félix Lima, Fray Mocho y otros, han influido mucho más
sobre nuestro idioma, que todos los macaneos filológicos y gramaticales
de un señor Cejador y Frauca, Benot y toda la pandilla polvorienta y mal-
humorada de ratones de biblioteca, que lo único que hacen es revolver
archivos y escribir memorias, que ni ustedes mismos, gramáticos insignes,
se molestan en leer, porque tan aburridas son.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 19
Este fenómeno nos demuestra hasta la saciedad lo absurdo que es pre-
tender enchalecar en una gramática canónica, las ideas siempre cambian-
tes y nuevas de los pueblos. Cuando un malandrín que le va a dar una
puñalada en el pecho a un consocio, le dice: “te voy a dar un puntazo en la
persiana”, es mucho más elocuente que si dijera: “voy a ubicar mi daga en
su esternón”. Cuando un maleante exclama, al ver entrar a una pandilla
de pesquisas: “¡los relojié de abanico!”, es mucho más gráfico que si dijera:
“al socaire examiné a los corchetes”.
Señor Monner Sans: Si le hiciéramos caso a la gramática, tendrían que
haberla respetado nuestros tatarabuelos, y en progresión retrogresiva, lle-
garíamos a la conclusión que, de haber respetado al idioma aquellos an-
tepasados, nosotros, hombres de la radio y la ametralladora, hablaríamos
todavía el idioma de las cavernas. Su modesto servidor.
(Arlt, 1930)

20 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
Capítulo IV
Manuel Eiras

La idea de las actividades y textos de este capítulo sobre la vida y obra de Roberto Arlt
es continuar reflexionando acerca de cómo funcionan las redes de referencias, cómo
indagar y seleccionar las distintas fuentes y apropiarse de discursos ajenos para ela-
borar textos propios. Por esta razón se vuelve pertinente, por un lado, el acercamiento
a la biblioteca de la Universidad (con el fin de que el estudiante se haga socio y sepa
desenvolverse en la búsqueda de material) y, por el otro, la posterior producción de
textos propios a partir de las fuentes consultadas.

e
Realizar la actividad que sigue en grupos de dos o tres personas:
Tiempo estimado de las actividades: 110 min.
1. Ir a la Biblioteca “Laura Manzo” de la UNQ y buscar estudios sobre la obra narrativa de
Roberto Arlt y particularmente sobre El juguete rabioso.
Preguntar en el mostrador al personal de la biblioteca o ingresar en el catálogo de con-
sulta (en las computadoras de la biblioteca) por el nombre del autor: “roberto arlt”.
2. Armar un listado con la información recogida, ¿qué textos aparecen (libros de Roberto
Arlt, textos críticos, biografías, reseñas monografías, tesis, capítulos de libros, ensayos
críticos, artículos periodísticos, etcétera)?
Se debe prestar atención, particularmente, a los textos que hasta ahora no fueron ex-
plorados en capítulos anteriores.
3. Revisar, por lo menos en tres de los textos encontrados (preferiblemente de trabajos
críticos de la obra de Arlt o biografías), cuáles son las referencias bibliográficas que se
utilizan en esos trabajos (suelen estar al final de los textos).
4. De todas las referencias bibliográficas que aparecen en los tres textos seleccionados
elegir dos y armar un cuadro con la información que poseen (título del texto, quién es
el autor, dónde se publicó, qué tipo de texto es, qué temas específicos trabaja, etcétera).
Se puede buscar más información (sobre las obras y los autores seleccionados) en
internet.
5. Poner en común en la clase la información recopilada por cada grupo.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 21
b
Para reflexionar entre toda la clase luego de realizar la actividad anterior.
1. Debatir entre todos por qué podemos decir que se trata de textos que pertenecen al ám-
bito académico.
2. ¿Se pueden jerarquizar de alguna manera los distintos textos? ¿Cómo? ¿A partir de qué
parámetros?
3. ¿Coinciden algunos textos en las distintas referencias bibliográficas consultadas? ¿Por
qué creen que sucede eso?

K
Leer el texto del escritor Osvaldo Soriano. A continuación, responder las consignas.

Arlt

Roberto Arlt murió de un ataque al corazón. Poco tenemos de él como


no sean sus cuatro novelas (en realidad tres, ya que Los siete locos y Los
lanzallamas forman una sola), dos tomos de cuentos, ocho piezas de teatro
y dos mil aguafuertes porteñas. También andan por ahí dos o tres fotos
suyas repetidas hasta el cansancio y creo que está en pie la casa de Flores
donde nació el 26 de abril de 1900.
Arlt no figura en el Diccionario de Literatura Latinoamericana de
Washington que hace autoridad en la materia. Tampoco en las historias
de Luis Alberto Sánchez, Fernando Alegría y Arturo Torres Rioseco. En
vida, solo ganó un tercer premio municipal. Tal vez sea mejor así: ciertos
honores mejor no merecerlos. Nunca viene mal recordar la expedición de
Arlt por las calles y el alma de Buenos Aires. Stasys Gostautas, un profesor
lituano de la Universidad de Nueva York, le dedicó un ensayo. Encontré el
libro en Madrid (Buenos Aires y Arlt, Editorial Ínsula, 1977) y lo primero
que me sorprendió fue una advertencia del autor: el volumen debió haber
sido publicado por Eudeba en 1976 pero el interventor, un capitán de la
dictadura, destruyó el manuscrito y le escribió una carta a Gostautas en
la que lamentaba no poder procesarlo por hallarse fuera del país.
Naturalmente negado, ninguneado, Arlt –que no era profeta– intuyó
como nadie la decadencia y el horror que iba a sufrir la Argentina. Es-
cribía mal. Es decir: si lo que hacía Lugones era escribir bien, entonces
Arlt escribía con los pies. Y, así, con los pies y el corazón destrozado, fue
nuestro Balzac pequeño, a la medida de una comedia humana modesta y
analfabeta, fue nuestro Dos Passos atónito y desmañado, pero, sobre todo,
nuestro Dostoievski desnaturalizado y furioso.
Era periodista y todos los días publicaba un artículo sobre las gentes
de Buenos Aires que aún no se habían descubierto a sí mismas. Las Agua-
fuertes porteñas aparecidas en El Mundo (y no en Crítica, como afirma su
editor en la solapa de las obras completas) forman un universo indivisible
y fantástico de los años del yrigoyenismo y la Década Infame. Entre un

22 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
artículo y otro, en la Editorial Haynes de la calle Río de Janeiro redactó
sus clásicos todavía incómodos: El juguete rabioso (1926), Los siete locos
(1929) Los lanzallamas (1931) y una novela menor, pero considerable: El
amor brujo (1932). Los cuentos aparecieron después: nueve en El joroba-
dito (1933) y quince en El criador de gorilas (1941). Dos tomos de Agua-
fuertes se publicaron en vida de Arlt: las porteñas en 1933 y las españolas
en 1936. Otras aparecieron casi treinta años más tarde.
De sus contemporáneos famosos, Manuel Gálvez y Eduardo Mallea,
queda un recuerdo escolar. Ellos, que escribían “bien”, hoy son ilegibles.
[…] Arlt es consciente de que hace algo nuevo y fantástico: les da cuer-
po literario a Buenos Aires y sus marginales hijos de inmigrantes: Astier,
Erdosain, Balder, son los héroes por los que habla y se representa. Y los
apodos inolvidables: El Astrólogo, El Rufián Melancólico, La Bizca, La
Coja, que abren la puerta al lunfardo (al caló, como se decía entonces) que
luego van a utilizar Marechal, Bernardo Verbitsky, Cortázar, Viñas, para
desmañar del todo la idea que los intelectuales dependientes de París se
hacían de la literatura. Era la primera vez que un escritor salía de verdad
a los suburbios y se alojaba en pensiones con gente que “al lado del plato
de sopa tiene un revólver”.
[...] Si se hace caso a sus declaraciones, a veces contradictorias, dejó el
colegio a los diez años y fracasó en su intento de cursar mecánica en la
Armada. De su sádico padre alemán guarda un recuerdo odioso y de su
madre triestina hereda el gusto por la lectura. A los dieciséis años huye de
su casa y después de trabajar como dependiente en una librería de viejo
y pintar barcos en la Boca, parte a Córdoba donde escribe los primeros
cuentos. Allí conoce a Carmen, hace el servicio militar, y nace su hija Mir-
tha. De regreso a Buenos Aires se mete en toda clase de trabajos hasta que
empieza a colaborar en los diarios. En 1927 Natalio Botana, que tenía
buen ojo para los escritores jóvenes y talentosos, lo incorpora a Críti-
ca, pero dura poco con ese patrón que se parece demasiado a su padre.
Cuando aparece El Mundo en 1928, Arlt comienza sus “Aguafuertes” que
fluctúan, horriblemente diagramadas, entre las páginas 4 y 6 del matutino.
[...] Arlt ya pertenece al teatro: Trescientos millones, La isla desierta,
Saverio, el cruel y cinco piezas más. Ha leído El capital, pero dice que
le gustaría viajar a Estados Unidos. Las bellas letras lo detestan y cierta
izquierda no le perdona las burlas al comunismo en sus mejores novelas.
Está liquidado. Ha descubierto Buenos Aires y la detesta. Todavía hoy va
Erdosain humillado por la bajada de la calle Chile hacia Leandro Alem.
Y después por la Avenida de Mayo, donde Ergueta lo echa de su mesa
con el famoso “Rajá, turrito, rajá”, que todos recogimos alguna vez como
propio. Esa parte de Arlt que se llama Erdosain piensa en hacer saltar la
ciudad con una carga de explosivos, envenenarla con gases. En realidad
empieza a inventarla y ese descubrimiento, esa imposibilidad de ser feliz,
lo empuja al suicidio en un tren en la decimoctava jornada de la novela.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 23
“Pensá –le escribe a su hermana–, que yo puedo ser Erdosain, pensá
que ese gran dolor no se inventa ni tampoco es literatura”. Arlt cae fulmi-
nado en 1942, pero sus criaturas resucitan cada día y siguen engendrando
monstruos.
(Soriano, 1996, p. 132)

1. Mencionar los datos puntuales de la vida y obra (nacimiento, muerte, familia, libros pu-
blicados, otros trabajos, etcétera) de Roberto Arlt que aparecen el texto.
2. ¿Qué características de la obra de Arlt destaca Osvaldo Soriano? ¿Cómo describe los ras-
gos personales y el lugar que ocupa en las letras argentinas?
3. ¿Cómo aparece la opinión de Soriano en el texto? Marcar los fragmentos en los que se
deja leer la postura del autor con respecto a lo que significa para él Roberto Arlt.
4. ¿A qué otros textos hacer referencia Soriano? ¿Cuáles aparecen mencionados y cuáles
citados?
5. Relacionar los datos biográficos de Roberto Arlt que aparecen en el fragmento subraya-
do con las características de Silvio Astier, el protagonista de El juguete rabioso.

e
Redactar un perfil biográfico de Roberto Arlt basándose en el texto de Osvaldo Soriano. Se
deben citar por lo menos dos textos de los que aparecen en este cuadernillo o de alguna de
las fuentes consultadas en la biblioteca (actividad anterior) o en internet (véase actividad del
capítulo III).
Además, incluir en el texto, un breve comentario personal de la novela El juguete rabioso
y, de la forma que crea más adecuada, el siguiente comentario de Ricardo Piglia: “Arlt lisa y
llanamente inaugura la novela moderna argentina. Porque tiene una decisión estilística
nueva, quiebra con el lenguaje de ese momento. Es el primer novelista argentino, y el mayor,
por donde se lo mire”.
Extensión mínima: 35 líneas.

s
El perfil biográfico es un género que deriva de la biografía, pero suele ser más personalizada
y descontracturada. Además de la historia de vida, se suelen agregar anécdotas, datos de co-
lor, características de la personalidad y las ideas del personaje biografiado. Por otro lado, es
común encontrar reflexiones o que aparezca la opinión de quien realiza el perfil, cosa que no
ocurre con frecuencia en las biografías.
(Se puede trabajar esta diferencia contemplando la breve biografía de Roberto Arlt que
aparece en el capítulo I y el perfil que realiza Osvaldo Soriano en la actividad anterior).

w
Para tener más herramientas a la hora de escribir el perfil biográfico se recomienda consul-
tar los siguientes sitios:
• Biblioteca Virtual. Miguel de Cervantes
Autobiografías (Selección), Roberto Arlt

24 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/autobiografias-seleccion/html/3bdfe3bf-58f0-
4882-a0b1-9fd61d3f7d5c_2.html
• Wikipedia. La enciclopedia libre
Roberto Arlt
https://es.wikipedia.org/wiki/Roberto_Arlt
• Saítta, Sylvia, “Roberto Arlt en sus biografías”, revista Iiberoamericana, XIII, 52 (2013),
129-137.
https://journals.iai.spk-berlin.de/index.php/iberoamericana/article/viewFile/395/76
• Biografías y vidas. La enciclopedia biográfica en línea
Roberto Arlt
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/arlt.htm

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 25
Capítulo V
Alfredo A. Pisano

b
Discutir entre todo el curso. Tiempo estimado: 15 min.
1. ¿Cuál es la función de la reseña? ¿Qué características presenta este género?
2. ¿Quién es el lector de una reseña? ¿Qué sabe y qué no sabe al leer la reseña?
3. ¿Qué clases de reseña hay? ¿A qué ámbito pertenecen?
4. ¿Es la reseña una reformulación? ¿En qué medida importa el reseñador? Justificar.
5. ¿Cuáles son las similitudes y diferencias entre un informe de lectura y una reseña?

s
Una reseña es un género cuyo cometido es presentar de manera breve los aspectos más im-
portantes de una obra (científica, literaria, musical, cinematográfica, etc.) y evaluarlos de
acuerdo con un conjunto de criterios con el fin de que el lector conozca esa obra antes de ac-
ceder a ella. Por lo tanto, es necesario que la reseña presente tanto al autor como al tema
de la obra, que los contextualice en su tiempo y espacio, y que incluya la posición subjetiva de
quien la escribe. Así, se puede decir que la finalidad comunicativa de este género es describir,
informar y persuadir al lector ab origine.
Siguiendo a Motta-Roth y Rabuske Hendges (2010), la reseña consta de cuatro etapas,
como puede leerse a continuación:

Presentar > Describir > Evaluar > (No) Recomendar el libro

En general, esas acciones tienden a aparecer en ese orden o pueden variar


en extensión, de acuerdo con lo que el reseñador quiera enfatizar en su
análisis; o pueden variar en frecuencia, según las características de la obra
o del estilo del reseñador (si es más descriptivo o más evaluativo). De esta
manera, si el autor del libro recibió un premio Nobel, el reseñador podrá
dedicar mayor espacio al currículum de ese autor (atendiendo así a un
probable interés del público) del que dedicaría si el autor recién estuviese
empezando su carrera académica. Por otro lado, dependiendo del estilo

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 27
del reseñador, la descripción y la evaluación de las partes específicas del
libro aparecerán juntas, sintetizadas en el mismo espacio y, a veces, en la
misma frase .
(Motta-Roth & Rabuske Hendges, 2010, p. 28, citado en Alzari,
D’Alessandro & Radiminski, 2014)

Ke
En grupos de dos a cuatro personas, leer las siguientes reseñas. Tomar notas respecto de su es-
tructura, de los temas que abordan y de las evaluaciones que efectúa el reseñador. Compartir
las notas con el resto del curso. Tiempo estimado: 45 min.

1) Arlt, R. (2010). Los siete locos. Buenos Aires: Gradifco.

28 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
2) Arlt, R. (1980). Los lanzallamas. Buenos Aires: Losada.

Los lanzallamas
Por Luis Miguel Madrid

En la continuación de Los siete lo-


cos (1931), Roberto Arlt intensifica
la crítica contra la realidad social de
la Argentina e Hispanoamérica de
los años veinte, desde la colonización
económica a la opresión del proleta-
riado.
Todo el entramado social es un
puro caos donde no existe nada que
tenga algún valor, aunque si algún le-
jano punto pudiera salvarse, sin duda
estaría más cerca de la condición hu-
mana que de la realidad social. Esta
angustia metafísica recorre de punta
a punta, el sentido de la novela. A Er-
dosain le queda apenas un soplo de
Los lanzallamas. Buenos Aires: Losada, 1980
esperanza, algún rincón remoto de un
sueño antiguo que según pasan las páginas se va difuminando, al ritmo
con el que pierde los afectos: “[Erdosain] representa la humanidad que
sufre, soñando, con el cuerpo hundido hasta los sobacos en el barro. Trató
de recibir dolor pensando en su esposa. Fue inútil”.
Como la insatisfacción es tanta, la respuesta solo puede ser extrema:
el uso de la violencia hasta sus últimas consecuencias, y no como sim-
ple táctica de victoria. Arlt propone el enfrentamiento total aunque no
ideológico ni solidario; en Erdosain prima la imaginación y lo personal es
esencialmente cínico.
El desprecio del mundo en los personajes tiene una gran variedad de
tintes: nihilista, expresionista, grotesco, irónico, masoquista o egocéntrico:
“A momentos se me ocurre que el sentido religioso de la vida consistiría en
adorarse infinitamente a sí mismo, respetarse como algo sagrado”.
Sin embargo, cuando duda sobre su actuación vital solo se plantea pos-
turas degenerativas: la humillación progresiva, identificación con el ab-
surdo y la reafirmación a través del crimen. En cualquiera de los casos, se
trata de una huida sin retorno: “Es necesario cambiar la vida. Destruir el
pasado. Quemar todos los libros que apestaron el alma del hombre”.
Mientras tanto, también el desapego y la indiferencia caracterizan sus
reacciones, tanto en sus relaciones sociales, familiares o íntimas e, incluso,
consigo mismo. Los fracasos son asumidos sin ningún tipo de sentimen-

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 29
talismo, no hay una especial idealización de los humildes. Sus actuaciones
pasan del cinismo a la grosería y de esta a la crueldad y al odio personifica-
do en cualquiera de tantos individuos que desprecia: “Es necesario odiar a
alguien, odiar fervientemente a alguien, y ese alguien no puede ser la vida”.
En sus mejores momentos, Remo Erdosain es capaz de transformar la
conciencia de su “vida echada a perder” por el reconocimiento humilde
“de que lo que extingue su fuerza es la terrible impotencia de estar solo”.
Llega incluso a reconocer su muerte en vida y su deseo de vivir pero esa
no es la solución. En ese mundo no caben los remiendos, debe desaparecer
absolutamente para partir de cero. Para sobrellevar el final de ese viaje,
Arlt recurre a la fantasía y la ironía agria y mal intencionada deja paso a
un humorismo desbordado de imaginación que se presenta de improviso,
desplazando la tensión de cualquier acontecimiento:
“— ¿Se mató Erdosain?
El secretario lo envuelve en una rápida sonrisa.
—Sí.
El otro vapulea un instante larvas de ideas y termina de rumiar con
estas palabras:
—Macanudo. Mañana tiramos cincuenta mil ejemplares más…”

3) Arlt, R. (1933). El jorobadito. Buenos Aires: Anaconda.

El jorobadito
Por M.ª Ángeles Vázquez

En el conjunto de esta obra, nos hallamos con un escritor poco bonda-


doso, sin audacia ni esperanza, donde la tragedia del ser humano es un
detonante formal para construir personajes con rasgos autobiográficos,
a la vez que engañosos (véase A. Hayes, Roberto Arlt: La estrategia de
su ficción, 1982), aunque Arlt nos acostumbra a narraciones en prime-
ra persona con claro afán de verosimilitud. En Escritor fracasado, casi
un monólogo interior, el narrador ahonda en lo más profundo de su
subconsciente, nos declara suspicazmente sus principios estéticos dentro
del complejo mundo literario que le tocó vivir. “Para qué afanarse en
estériles luchas, si al final del camino se encuentra como todo premio un
sepulcro profundo y una nada infinita? Y yo sé que tengo razón”. Sus
ataques no son sutiles, arremete directamente contra los críticos de esté-
tica parda, contra los escritores estériles, y, en definitiva, muestra su des-
precio por la posición oficialista literaria. Pero este desprecio no se limita
únicamente al mundo del arte, sino que en su convulsión existencial,
muestra la misma animosidad por cualquier vivencia institucionalizada,
así nos indica su desprecio por el matrimonio en cuentos como Ester
Primavera, El jorobadito, Noche terrible y Una tarde de domingo. Vemos

30 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
así cómo se manifiesta el narra-
dor de El jorobadito (uno de los
cuentos más paradigmáticos de
Arlt) cuando la señora X (su fu-
tura suegra) le indica la conve-
niencia de contraer matrimonio
con su hija: “Cuando la señora X
pronunciaba estas palabras, me
miraba fijamente para descubrir
si en un parpadeo se revelaba mi
intención de no cumplir con el
compromiso”. En este excepcio-
nal relato Arlt despliega su ima-
ginario y proyecta con auténtica
magia narrativa su universo crea-
tivo, con un despliegue exagerado
de sustantivación y adjetivación
despectiva y humillante: “lepro-
sas paredes”, “insigne piojoso” o El jorobadito. Buenos Aires: Anaconda, 1933
“asqueroso aburrimiento”. Es el
caso asimismo de Las fieras, donde la realidad se hiperboliza: “…mujeres
con labios perforados de chancros sifilíticos…”, el hombre se preocupa
en ser cada vez más malévolo “por aburrimiento o angustia”. La pros-
titución, la violación, la pedofilia, el asesinato, un submundo marginal
que lleva al ser humano a sentir incapacidad de interrelación y a disfru-
tar con la iniquidad de un comportamiento brutal que a la vez subraya
la debacle de un sistema vejatorio. La urbanidad es observada desde la
realidad de un mugriento “boliche”, de dentro hacia fuera: “…mientras
tras el espesor de la vidriera que da a la calle pasan mujeres honradas del
brazo de hombres honrados”. Por eso tal vez nos condena con La luna
roja, donde su castigo apocalíptico nos remite a La estatua de sal o La
lluvia de fuego de Leopoldo Lugones, aunque el discurso de Arlt no se
revista de símbolos modernistas.
Por último, en Pequeños propietarios es todo execrable, vulgar, malig-
no. La fisonomía de sus personajes, provoca que sean aún más aborreci-
bles, aunque peor es su envergadura moral –la venganza es el detonan-
te–. Seres anémicos con trazos admisibles, reconocemos el resentimiento
y la sordidez que reseca las entrañas del soñador de burgués esclavizado
por poseer objetos. Son antihéroes, entendidos como sujetos con una
configuración sociológica, moral y económica en términos de desvalo-
rización.
El antihéroe arltiano, en definitiva, concentra la angustia y frustración
de un hombre estigmatizado por la sociedad en crisis en la que vive.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 31
p
• A partir de la lectura de El juguete rabioso de Roberto Arlt, redactar una reseña que pue-
da incluirse en la contratapa de una edición de bolsillo.
• Ver la película El juguete rabioso (1984) de José María Paolantonio y redactar una reseña
para publicar en un diario de circulación nacional (disponible en: https://www.youtube.
com/watch?v=Fx1dZsDfOGE).

El o los textos deben entregarse en forma impresa con su respectiva bibliografía y tener una
extensión aproximada de una carilla, con las siguientes condiciones: hoja A4, letra Times
New Roman, cuerpo 12, interlineado 1,5.

S
Para realizar esta actividad se recomienda observar atentamente las diferencias y similitu-
des entre ambas obras, así como tener en cuenta los procesos de reformulación estudiados en
esta unidad. Además, revisar las siguientes referencias bibliográficas de apoyo.

Arlt, R. (1993). El juguete rabioso. Buenos Aires, Argentina: Espasa Calpe.


Alzari, I., D’Alessandro, J. y Radiminski, M. (2014). La reseña de formación en Historia. En F.
Navarro (ed.). Manual de escritura para carreras de humanidades (pp. 288-347). Bue-
nos Aires, Argentina: Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Buenos Aires.
Madrid, L. M. (1980). Reseña del libro Los lanzallamas, de R. Arlt. Losada (Eds.). Recuperado de
http://cvc.cervantes.es/literatura/escritores/arlt/obra/obra_02.htm
Reseña del libro Los siete locos, de R. Arlt. Recuperado de http://hoteldelibros.blogspot.com.
ar/2014/10/resena-los-siete-locos.html
Riom, E. &Sigler, S. (productores) y Di Salvo, A. &Paolantonio, J. M. (directores) (1984). El juguete
rabioso (película). Argentina: mrp producciones S.A.
Vázquez, M. Á. (2011). Reseña del libro El jorobadito, de R. Arlt. Losada. Recuperado de http://
cvc.cervantes.es/literatura/escritores/arlt/obra/obra_03.htm
Capítulo VI
Cecilia Obregón

Actividades de lectura y escritura

Las que siguen son propuestas que abordan la novela Arlt desde la argumentación,
tema visto en el capítulo VI del Manual de lectura, escritura y oralidad académicas
para ingresantes a la Universidad.

Ke
Leer el siguiente texto del escritor argentino Ricardo Piglia. Se trata de un fragmento del pró-
logo a una edición de El juguete rabioso. Resolver lo siguiente. Tiempo estimado: 60 min.
1. ¿Qué es el bovarismo y por qué se lo atribuye a la identidad de Astier?
2. ¿Cuál es la hipótesis que sostiene el autor sobre la obra de Arlt?
3. ¿Con qué argumentos y ejemplos sostiene esa idea? Subrayarlos.
4. Busquen otros ejemplos en El juguete rabioso, de Arlt, que sostengan la siguiente idea de
Piglia. Cítenlos con número de página.

Frente a cada movimiento del relato, otro relato, leído, sirve de apoyo. A la incertidumbre de
la experiencia, Astier le contrapone el eco “ya vivido” de una lectura: el sentido práctico de la
literatura es una tradición de las clases populares. No hay corte con la ficción, hay un uso real
de lo irreal que es básico en la obra de Arlt.

Introducción
Madame Bovary es el modelo ideal del lector de novelas. Una señora triste,
de provincia, que cree en lo que lee y confunde la literatura con la vida. Lo
mismo se puede decir de Silvio Astier, que ha leído con pasión los cuarenta
tomos de Ponson du Terrail y hace de la literatura el fundamento de su
experiencia. “Me devoraba las entregas”, dice Astier, y El juguete rabioso
narra el modo en que el héroe es devorado por el folletín. Este muchacho
de dieciséis años, que quiere ser ladrón, es un gran lector y el bovarismo es
el secreto de su identidad. No le gusta la realidad y aspira a otro destino.
Usa los libros como plan de acción y lee para aprender a vivir.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 33
Las novelas cambian la vida de los lectores. Esa es la utopía del gé-
nero. Hace falta un lector apasionado e ingenuo que encuentre en los
libros la autenticidad que la realidad no tiene. […] El juguete rabioso
es la historia del pasaje de un mundo a otro. El libro narra de una ma-
nera perfecta las dificultades y los desvíos del acceso a la cultura […].
Arlt se politiza a partir de su experiencia como escritor y sus posiciones
anarquistas y anticonformistas son el resultado de su literatura (y no al
revés). El juguete rabioso es una novela política en ese sentido: contraria
a toda ilusión liberal y a cualquier modelo “progresista” de acceso libre a
la cultura.
“Cuando tenía catorce años me inició en los deleites y afanes de la
literatura bandoleresca...”: en esta frase que recuerda una lectura empo-
brecida (primera frase de su primer libro) empieza la obra de Arlt. Lo
que sigue es una de las más apasionantes historias de cruce de fronteras
culturales que se pueda leer en cualquier lengua.
Desde el principio, Astier actúa los efectos acumulados de una lectura
(“Yo ya había leído los cuarenta y tantos tomos que el vizconde Ponson
du Terrail escribiera acerca del hijo de mamá Fipart, el admirable Ro-
cambole, y aspiraba a ser un bandido de alta escuela” (p. 37). Aspira a
ser lo que ha leído y su vida es la repetición de un texto que en cada mo-
mento es necesario tener presente. Este canje entre lectura y experiencia
hace avanzar la narración: en el camino de su aprendizaje, para enfrentar
los riesgos, se sostiene de la literatura. Llueve la noche de su primer robo,
pero alguien recuerda: “Mejor. Estas noches agradaban a Montparnasse
y a Tenardhier. Tenardhier decía: Más hizo Juan Jacobo Rousseau” (p.
55). […]
Robar, inventar, delatar: nudos en el aprendizaje de Astier, momentos
de viraje en la estructura de la novela, en los tres casos hay un pasaje,
cierto proyecto –fracasado– que se sostiene en la literatura. Frente a cada
movimiento del relato, otro relato, leído, sirve de apoyo. A la incerti-
dumbre de la experiencia, Astier le contrapone el eco “ya vivido” de una
lectura: el sentido práctico de la literatura es una tradición de las clases
populares. No hay corte con la ficción, hay un uso real de lo irreal que
es básico en la obra de Arlt. La verdad de la lectura aparte de fundar la
razón en la legibilidad –como en el ejemplo clásico de Don Quijote– de-
cide el derecho “legal” para acceder a lo que está prohibido. El juguete
rabioso cuenta a la vez la utilidad de los libros como modelo de vida y la
dificultad de obtenerlos. Por un lado, una relación muy particular con el
dinero sostiene la lectura y la hace posible. Astier debe alquilar los libros
para poder leer […]. Los libros alquilados son una imagen perfecta del
carácter incierto de su acceso a la cultura. En esa serie, naturalmente, el
paso siguiente es el robo. Astier buscará otra vez legitimar este acceso
por medio del desvío, imaginario, de la literatura. […]. Parece lógico
que en la primera acción del “club de los caballeros de la medianoche”

34 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
se roben libros. […]. ¿Se roba porque se leyó o se roba para leer? Delito
privilegiado, “acción bella”, el robo es una representación directa de la
lectura arltiana. Si hay que pagar para (poder) leer, el interés de la lite-
ratura justifica el objeto del delito. Que el robo se realice en una escuela
refuerza el sentido a la vez metafórico y programático de la acción: la
escuela es el lugar prohibido, al que solo se entra de noche, para saquear.
Nada que ver con los mitos argentinos de la educación común: en Arlt
el acceso a la cultura está definido por los obstáculos, las desigualdades
y la exclusión.
“Sacando los volúmenes los hojeábamos, y Enrique que era algo sabe-
dor de precios decía: ‘no vale nada’ o ‘vale’” (p. 64) “¿Y esto? ¿Cómo se
llama? Charles Baudelaire. Su vida. Parece una biografía. No vale nada”
(p. 64). Toda la escena funciona, en realidad, como una crítica económi-
ca de la literatura: es el precio el que decide el valor. […] Al invadir para
robar, Astier hace entrar en ese espacio “gratuito”, un interés (econó-
mico) por la literatura que se funda justamente en la toma de posesión
(“ché, sabes que es hermosísimo, me lo llevo para casa” –dice Astier
refiriéndose a la biografía de Baudelaire–, p. 65). […]
Para Astier, en toda la novela, no hay otro “delito” que su interés por
la literatura: deuda que perpetuamente hay que saldar, el mismo acto de
leer ya es culpable. “Cierto atardecer mi madre me dijo: ‘Silvio, es nece-
sario que trabajes’. Yo que leía un libro junto a la mesa, levanté los ojos
mirándola con rencor. Pensé: trabajar, siempre trabajar” (p. 76). Esta
interrupción que opone la madre a la literatura (el texto registra varias
veces la misma escena), ordena uno de los vaivenes del relato: conectada
simbólicamente con el robo y la aventura, la lectura es el reverso del
mundo. El trabajo y el dinero asociados con las exigencias de la madre,
y la familia, son un destino que se trata de negar […].
(Piglia, 1973, pp. 3-22)

El juguete rabioso posee muchísimas ediciones y, en esa multiplicación del texto, los editores
exhiben también su condición de lectores y, a todas luces, comunican su interpretación. El
lugar más evidente de esta comunicación es la tapa del libro y, específicamente, su diseño:
ilustración, tipografía, colores…

1. Observar el diseño de las tapas que se adjuntan y responder:


• ¿De qué manera cada una presenta al personaje o la historia?
• ¿Cuál es la que más se acerca a la mirada de Ricardo Piglia, según el texto leído an-
tes? Desarrollar brevemente una justificación.
• Elegir una que se ajuste a la interpretación personal que han realizado de la obra.
2. Escribir una hipótesis de lectura de la novela que se asocie a esa tapa elegida. Pueden
relevarse otras en la web y elegir entre ellas o diseñar una propia.
3. Presentar la tapa elegida junto a la hipótesis de no más de diez renglones.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 35
Buenos Aires: Ed. Punto de encuentro, Tolemia. Buenos Aires: Losada, 2007.

Buenos Aires: Longseller, 2010. Primera edición: Buenos Aires: Editorial Latina, 1926.

4. El que sigue es un texto de opinión de un escritor argentino. Fue publicado en el diario Pá-
gina/12, en ocasión del centenario del nacimiento de Arlt en el año 2000. Leer y resolver.
Tiempo estimado: 60 min.

En una primera lectura:

w
Googleen los conceptos destacados y agreguen notas al pie que los expliquen, teniendo en
cuenta que el texto circulará entre estudiantes de la universidad. En el caso de los primeros,
se recomienda sumar el nombre de Arlt para la búsqueda.

36 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
-/
Recuerden lo trabajado sobre uso de fuentes en el capítulo III de este cuadernillo y del Ma-
nual de lectura, escritura y oralidad académicas para ingresantes a la Universidad.

En una segunda lectura:

5. ¿Cómo se presenta a sí mismo el autor? Señalar las marcas de personalización o desper-


sonalización, mitigación o refuerzo presentes.
6. ¿Cuál es la hipótesis que sostiene el autor? Vincular con lo que plantea el título: No hay
vacuna.
7. Subrayar un argumento que la sostenga.
8. Subrayar y nombrar qué estrategias argumentativas utiliza.
9. ¿Cuál es la conclusión?

Opinión
No hay vacuna
Por Juan Sasturain

En la memoria y las sensaciones de este desprolijo lector, la mejor novela


de Arlt es El juguete rabioso, la primera. Se publicó en 1926, el mismo
año que la última de Güiraldes, Don Segundo Sombra, y no es el único dato
que los une en recuerdo puntual. Se sabe, son dos novelas (opuestas) de
aprendizaje: la postrera de un mundo rural idealizado; la que inaugura
otro mundo –este–, urbano e impiadoso. Pero esos pibes tan diferentes,
Fabio Cáceres y Silvio Astier, convivieron en cabezas contiguas. Cuenta la
leyenda que el sabio y sensible estanciero don Ricardo lo tenía a Roberto
Godofredo de improbable secretario por entonces –se leyeron mutuamen-
te de reojo– y que fue él quien persuadió a Arlt de que le cambiara de nom-
bre al raro engendro que había parido. Dentro del más alevoso terrorismo
verbal a la Castelnuovo, el novel le había puesto sin ambages La vida
puerca, casi un carnet de identidad boedista.1 La literatura y la historia
literaria eternamente agradecidas a Güiraldes por el regalo –El juguete
rabioso es un título inolvidable, como todos los (genuinos) de Arlt, por
otra parte– pero, además, sanamente preocupadas por el enigma abierto:
¿Por qué? ¿Por qué, oh dioses de la alusión, se llama así? Es probable que
este desprolijo lector esté solo o poco acompañado en su perplejidad y
que el famoso juguete sea una cita alevosa por lo conocida, una referencia
explícita o no tanto dentro de las aventuras del inolvidable Silvio Astier.
No lo sé, y tal vez sea una vergüenza no saberlo. Pero es bárbaro así. Y
cuando lo sepa o me lo enseñen –como “la sangrienta luna” del poema de
Quevedo que Borges prefiere sin explicaciones–, el título no será mejor que
ahora, tan inmotivado pero sugerente como un apellido o un color de ojos.
La ignorancia permite inferencias libres y acaso el juguete sea el mismo
Silvio que –en manos de un mundo que lo usa, no le da lugar– se revuelve,

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 37
rompe con él, muerde la equívoca mano, traiciona y se libera a través de la
transgresión. Silvio es Arlt también, claro. La literatura, los mismos libros
de Arlt son ese equívoco juguete. Pero... ¿y la rabia? Los psicoanalistas que
suelen hacerse un triste pic-nic de soda y tostadas frías con Arlt deben sa-
ber quién lo mordió para que se enrabiara. Como un cross a la mandíbula
quería pegar Arlt cuando escribía.2 Todavía, donde te agarra te voltea.
Por eso hay que bailotear, tirarle jabs de explicación para contenerlo, neu-
tralizarlo con el clinch crítico cuando lo sentís muy cerca. Porque además,
contrariando lo que decía el Ñato Desiderio,3 esos libros muerden. Están
rabiosos y no hay vacuna.
(Sasturain, 2000)

p
Escribir un texto de opinión sobre El juguete rabioso, con el cual respondan a la pregunta que
se plantea Sasturain: ¿Por qué se llama así? El texto podría formar parte de una serie de ar-
tículos que se publiquen en una revista de circulación universitaria, con temas de cultura y
educación; en este caso, se trata de un número dedicado a Arlt.

A continuación, se ofrece una serie de pasos por seguir:

• Inventar el nombre de la revista, jugando con el título del libro de Arlt.


• Volver sobre lo ya trabajado hasta aquí sobre el libro (y sobre el libro mismo). Apuntar
ideas que ayuden a responder la pregunta.
• En borrador, escribir la hipótesis.
• Buscar citas del libro que sirvan para sostener la hipótesis que se plantea.
• En borrador, escribir dos argumentos y, al menos, una estrategia argumentativa.
• En borrador, escribir la conclusión.
• Escribir una primera versión y revisarla, atendiendo a las pautas vistas en este capítulo.
• Compartir esta versión con un/a compañero/a. Anotar las sugerencias o comentarios.
• Presentar también esta versión al docente para hacer una primera corrección.
• Escribir y presentar la segunda versión.
• Presentar un portfolio con todo el proceso de escritura.

38 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
Capítulo VII
Gabriela Rusell

El objetivo de estas actividades es acompañar el armado de una exposición oral en la


que se presente una nueva edición de El juguete rabioso. La novela se editó en 1926.
Imaginar que se publica una nueva edición por el 90 aniversario de la obra. La presen-
tación tiene que escribirse para ser leída en 8 min en un panel dirigido a estudiantes
universitarios que pueden estar interesados en esta obra.

p
De forma individual, buscar videos en donde haya presentaciones de libros y extraer:
• Fórmulas de agradecimiento.
• Introductores para hablar de los textos.
• Fórmulas de cierre.
Compartir las frases en grupo y hacer un listado de recursos para abrir y cerrar discursos de
presentaciones de libros.

K
Leer en forma individual el siguiente texto de Manuel Peinado Lorca leído en la presentación
del libro Alcalá de Henares, Crónica General y responder las siguientes preguntas en grupos
de dos. Luego leer individualmente el texto en voz baja, para estimar el tiempo de lectura de
un texto. Tiempo estimado de la actividad: 50 min.

S
Manuel Peinado Lorca estudió Ciencias Biológicas en la Universidad de Granada y se doctoró
en la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó como profesor en ambas universidades.
Publicó diez libros, además de diversos artículos científicos y de opinión. Afiliado al Partido
Socialista Obrero Español, fue alcalde de Alcalá de Henares desde 1999 hasta 2003.

Palabras en la presentación del libro “Alcalá de Henares, Crónica General”

Cuando no era alcalde, me presentaban libros. Ahora que soy alcalde, pre-
sento libros. He cambiado un placer por otro: he trocado el inmenso pla-

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 39
cer de la paternidad por el modesto placer del padrinazgo. He pasado del
gozo de escribir libros al papel de acompañante e introductor de quienes
traen a este baptisterio una nueva criatura. De padre a padrino. Hagamos
de la necesidad virtud y que sea enhorabuena. Crear es un orgullo. Si es-
cribir un libro es un orgullo, presentarlo es un honor para quien estima a
los libros como quien estima a la libertad. Cuentan que cuando Fernando
de los Ríos visitó la Rusia soviética allá por los años treinta, se empeñó
en hablar con Lenin de la libertad. Le preguntó Lenin “La libertad, ¿para
qué?” La respuesta fue sencilla: “libertad por la libertad.” Los libros por
los libros. No comparto lo que decía Rousseau: “Odio los libros porque
enseñan a hablar de lo que no se sabe”. Todo lo contrario, los libros ense-
ñan; la creación de la escritura significó ante todo y sobre todo el definitivo
destierro de la equívoca memoria de los viejos. Es triste eso que dicen toda-
vía en África: “Cuando muere un viejo muere una biblioteca”. No, amo los
libros porque me enseñan a aprender lo que no sé y luego a contarlo con
pasión si merece la pena ser contado. Como escribió Vicente Espinel en
La vida de Marcos de Obregón, “Los libros hacen libre al que los quiere”.
Amo también los libros por lo mismo que decía el rey de Aragón Alfonso
II: “Los libros son, de entre mis consejeros, los que más me agradan, por-
que ni el temor ni la ambición les impiden decirme lo que debo hacer”.
Como comprenderán ustedes, en esta mi nueva faceta de presentador de
libros, los he presentado de toda laya. Mas como decía el bachiller San-
són Carrasco parafraseando a Plinio el Viejo: “No hay libro tan malo que
no encierre cosa buena”, y eso aunque algunos de ellos solamente sirvan,
como malévolamente decía Moratín, “como sustitutos de la cachiporra o
del pisapapeles”. Pero a la hora de presentar un libro, me pregunto algo
relacionado con lo que decía Ortega y Gasset en su prólogo a la edición
francesa de La rebelión de las masas: “La obra de caridad más propia de
nuestros tiempos: no publicar libros superfluos”. Así que lo que debemos
preguntarnos es si en esta ocasión estamos ante un libro superfluo. Contes-
to que no, que estamos ante un libro necesario, que cumple a la perfección
su objetivo de ser crónica recopilatoria de la ciudad. El primer deber, no
siempre cumplido, de quien presenta un libro es haberlo leído. Yo he cum-
plido siempre con ese deber y, a veces, debo decirlo, el deber ha rayado el
sacrificio. No es este el caso: he leído esta Crónica General con el ávido
placer de quien ignora y quiere aprender. En eso no estoy con Montes-
quieu, quien en sus Cartas Persas escribió que “no merece la pena ocuparse
de los libros nuevos, porque hasta que un hombre haya leído todos los
libros viejos no debe ocuparse de los nuevos”. Así las cosas, y alentados
por su ejemplo, no debiéramos habernos ocupado ni siquiera de los suyos.
Schopenhauer lo dijo también a su manera: “No hay que leer ningún libro
que no haya cumplido cien años”. Sostengo que ambos erraban. He leído
este libro dejando para el final lo último que los autores escribimos, el
prólogo, en el que se suele poner –como en este caso– el propósito de la

40 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
obra escrito a modo de justificación mediante la cual los autores explican
lo que han querido que sea su obra. Vaya aquí mi primera felicitación: los
autores no han querido escribir una historia sino una crónica, esto es, una
relación de hechos relevantes cronológicamente expuestos. Con ello han
evitado caer en lo que tanto criticaba Baroja cuando decía en sus memo-
rias que “la historia puede convertirse en una rama de la literatura en la
que la ficción predomine sobre la realidad de las cosas”. El novelista debe
ser el historiador del presente, pero el historiador no puede ser el novelista
del pasado. Los historiadores son, en todo caso, profetas al revés.
[...]
Empecemos por los autores, porque, como decía Cervantes, la pluma
es la herramienta por la que escapa el alma. Es evidente que tanto de Luis
Miguel de Diego Pareja como de José Carlos Canalda puede decirse que
aman a la ciudad de su alma, que les duele la ciudad, y eso se trasluce
en cada uno de sus párrafos, pero también en haber aceptado un desafío
complejo que otros desecharon. Lo han hecho, sin duda, porque les ha
parecido necesario dedicar su tiempo a la ciudad en donde viven y a la que
aman. Tanto Luis Miguel de Diego como José Carlos Canalda son hom-
bres de más de un libro y acostumbrados al difícil ejercicio de la creación
literaria. Ambos, además, son cronistas de vocación, que han hecho de la
historia una afición al margen de su profesión de militar el uno, y de doctor
en químicas el otro. Aunque solo fuera por sus respectivas tesis doctora-
les, no serían ya autores de un solo libro. Pero además, son escribidores
habituales de libros o de artículos de prensa. Siguiendo lo que decía de
Luis Vives, me gustaría, pues, resaltar en principio el esfuerzo de síntesis
que han debido de hacer los autores, tanto por la magnitud de su objeto
de estudio como por la multiplicidad de las fuentes en que han bebido. Sin
que nos abrumen con una bibliografía que sería más propia de obras más
académicas, pretensión de la que huyen los autores, está claro que han
sabido cumplir un triple objetivo: saber extraer de las historias clásicas
de Alcalá lo más sabroso y exponerlo divulgativamente; acudir, para los
tiempos más recientes, a las fuentes más cercanas, en particular a la prensa,
lo que nos permite tener una crónica de Alcalá cerrada en 31 de diciembre
de 2000 (salvo mi fotografía, debo aclarar, que es de 2001; gracias a ver-
me retratado en esta Crónica General, me he dado cuenta de aquello que
escribió Carlyle: “La historia es un texto que estamos leyendo y escribien-
do continuamente y en el cual también nos escriben”). Y, por último, han
conseguido adobar esas fuentes, que nunca ofrecerán datos originales, con
una exploración de archivos y bibliotecas, de la que ha resultado la apari-
ción en este libro, de vocación divulgativa, de algunos datos inéditos que
habían pasado desapercibidos previamente. Los autores nos traen ahora
retazos sorprendentes que antaño fueron noticias, como ese intento de los
sesenta de convertir a la iglesia de Santa María en estación de autobuses y
a la Capilla del Oidor en despacho de billetes.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 41
[…]
El caso de Alcalá es más complejo que el de cualquier otra ciudad. No
quiero caer en el provincianismo o en el nacionalismo localista de quienes
piensan que lo suyo es lo mejor; no, no me refiero a eso.
[…] Los dos autores que nos ofrecen esta Crónica General han sabido
captar lo esencial de esos latidos, tanto en su íntima circunstancia como en
la demostración externa de esta, que ahora vemos reflejada en tal o cual
acontecimiento, en tal o cual edificio. Tan solo por ocuparse de una ciudad
como la nuestra, por ofrecernos con acertados trazos el retrato de una
ciudad que fue, que es y que será, merecía la pena el libro. Y por eso hay
que felicitar a sus autores y recomendar su lectura a todos aquellos que
saben bien que solo se protege lo que se ama y solo se ama lo que conoce.
Gracias por ayudarnos a conocer mejor la ciudad, porque eso nos ayudará
a protegerla. Y gracias también a BROCAR, y en particular a Ángel Pérez,
a Gustavo Chamorro –alumno y, sin embargo, amigo– y a Mari Cruz Bece-
rril por la cuidada edición de esta Crónica General, que viene una vez más,
a entregarnos una joya en forma de libro que, para mí, es la más preciosa
de las joyas. Una joya que recibimos hoy como un regalo de Navidad, de
estas navidades del tercer milenio, del nuevo siglo, en las que el mundo si-
gue tan injusto como siempre, en un mundo en el que hoy morirán de frío,
de hambre o de enfermedades treinta mil niños. Reflexionemos sobre ello
y gocemos ahora de estas fiestas navideñas, de estas fiestas de familia, más
que nunca. Que el 2002 sea el mejor año que hayáis vivido.
Salón de Plenos, 21 de diciembre de 2001.
(Peinado Lorca, 2001)

1. ¿De qué se trata el libro que se está presentando?


2. Luego de la lectura del texto, explicar qué significa la siguiente frase utilizada al co-
mienzo del texto: “he trocado el inmenso placer de la paternidad por el modesto placer
del padrinazgo”.
3. Hacer una lista con todos los motivos por los que el autor del texto ama los libros.
4. ¿Cuáles son, según el autor, las características de la crónica?
5. ¿Cuáles son los aspectos que se resaltan sobre este libro en particular?

Leer en voz baja el texto y cronometrar el tiempo que lleva la lectura del texto. Hacer una
inferencia acerca de la extensión que tiene que tener un texto para ser leído en 8 min.

b
Discutir en grupos. Tiempo estimado de la actividad: 30 min.
6. ¿Cuáles son los aspectos del libro El juguete rabioso que rescatarían para la promoción
del libro?
7. ¿Qué datos de la biografía del autor son importantes para la presentación del libro?

42 Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt
e
En forma grupal, escribir la planificación del texto, en función de la cantidad de páginas con-
sensuadas para la escritura. Tiempo estimado: 30 min. En la planificación habrá que tener en
cuenta la extensión dedicada a lo siguiente:
1. Palabras de agradecimiento y presentación del tema.
2. Biografía del autor.
3. Resumen del texto.
4. Interés del libro y selección de contenidos en función de los destinatarios y la extensión.

e
Escribir el texto y monitorear el tiempo que demora su lectura. Hacer las modificaciones
para que se adecue a los lineamientos planteados en el texto. Tiempo estimado de la activi-
dad: 30 min.

e
Intercambiar los textos con los compañeros de otros grupos. Hacer comentarios de los aspec-
tos que requieren revisión: aspectos que no se entienden, que se podrían completar. Se pue-
den utilizar las rúbricas vistas en el curso. Por último, reescribir el texto con los aportes de los
grupos. Tiempo estimado de la actividad: 60 min.

b
Leer los textos en 8 min a la clase. Hacer comentarios y sugerencia orales. Tiempo estimado
de la actividad: 60 min.

Deleites y afanes de la literatura. Actividades de lectura y escritura en torno a El juguete rabioso, de Roberto Arlt 43
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