Está en la página 1de 2

Convención Internacional sobre Derechos Humanos, del veintidós (22) de noviembre de mil novecientos

sesenta y nueve (1969)

establece, en su artículo 20, que toda persona tiene derecho a una nacionalidad, la cual pudiera ser la nacionalidad
del Estado en cuyo territorio nació, “si no tiene derecho a otra”; y que el derecho internacional establece y
reconoce que el Estado no está obligado a otorgar su nacionalidad a los nacidos en su territorio, si estos tienen
derecho a adquirir otra, según el
criterio recalcado históricamente por nuestra Constitución.
República Dominicana
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
§1.1.4. De manera general, la nacionalidad se considera como un lazo jurídico y político que une a una persona
a un Estado; pero, de manera más técnica y precisa, no es solo un vínculo jurídico, sino también sociológico y
político, cuyas condiciones son definidas y establecidas por el propio Estado. Se trata de un vínculo jurídico,
porque de él se desprenden múltiples derechos y obligaciones de naturaleza civil; sociológico, porque entraña la
existencia de un conjunto de rasgos históricos, lingüísticos, raciales y geopolíticos, entre otros, que conforman y
sustentan una idiosincrasia particular y aspiraciones colectivas; y político, porque, esencialmente, da
acceso a las potestades inherentes a la ciudadanía, o sea, la posibilidad de elegir y ser elegido para ejercer cargos
públicos en el Gobierno del Estado.

2.1.6. Ahora bien, la más relevante modificación al régimen de adquisición de la nacionalidad dominicana por
ius soli fue introducida en la Constitución del veinte (20) de junio de mil novecientos veintinueve (1929), la cual
reviste una particular importancia para el caso de la especie, en vista de que fue la primera que sustrajo los hijos
nacidos en el país de padres extranjeros en tránsito al principio general de adquisición de la nacionalidad por
nacimiento. En efecto, el artículo 8.2 del indicado texto constitucional dispone lo siguiente: Son dominicanos:
(…) 2° Todas las personas que nacieren en el territorio de la República, con excepción de los hijos legítimos de
los extranjeros residentes en la República en representación diplomática o que estén de tránsito en ella

1.1.14.3. … los extranjeros que permanecen en el país careciendo de permiso de residencia legal o que hayan
penetrado ilegalmente en el mismo, se encuentran en situación migratoria irregular y, por tanto, violan las leyes
nacionales y los tratados internacionales suscritos por el Estado dominicano y ratificados por el Congreso
Nacional en esa materia. En ese sentido, estas personas no podrían invocar que sus hijos nacidos en el país tienen
derecho a obtener la nacionalidad dominicana al amparo del precitado artículo 11.1 de la Constitución de 1966,
en vista de que resulta jurídicamente inadmisible fundar el nacimiento de un derecho a partir de una situación
ilícita de hecho 87 .

(Corte Permanente de Justicia Internacional, Opinión Consultiva sobre los Decretos de Nacionalidad en
Túnez y Marruecos )

La determinación de si un asunto recae o no únicamente dentro de la jurisdicción de un Estado es una cuestión


relativa; esta depende del desarrollo de las relaciones internacionales. Por tanto, en el estado actual del derecho
internacional, las cuestiones de nacionalidad se encuentran, según la opinión de esta Corte, en
principio, dentro de dicho dominio reservado 7.

2. La posición de la Corte Interamericana de Derechos Humanos


(CIDH)

Además de lo anterior, el Tribunal considera oportuno remitirse a la Sección V del Reglamento de Migración de
la República Dominicana No. 279 de 12 de mayo de 1939, vigente […], la cual es clara al establecer que el
transeúnte tiene solamente la finalidad de pasar por el territorio, para lo cual se fija un límite temporal de diez
días. La Corte observa que, para considerar a una persona como transeúnte o en tránsito, independientemente
de la clasificación que se utilice, el Estado debe respetar un límite temporal razonable, y ser coherente con el
hecho de que un extranjero que desarrolla vínculos en un Estado no puede ser equiparado a un transeúnte o a
una persona en tránsito 103.

La determinación de quienes son nacionales sigue siendo competencia interna de los Estados. Sin embargo, su
discrecionalidad en esa materia sufre un constante proceso de restricción conforme a la evolución del derecho
internacional, con vistas a una mayor protección de la persona frente a la arbitrariedad de los Estados. Así que
en la actual etapa de desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos, dicha facultad de los
Estados está limitada, por un lado, por su deber de brindar a los individuos una protección igualitaria y efectiva
de la ley y sin discriminación y, por otro lado, por su deber de prevenir, evitar y reducir la apatridia. (94) 104 .

§3.1.2. Obsérvese, por tanto, que la Constitución colombiana (al igual que la Constitución dominicana de 1966
144 ), vincula el otorgamiento de la nacionalidad a la circunstancia de nacer en Colombia, siendo hijo de padre o
madre colombiano; y, para los hijos de ciudadanos extranjeros, que uno de sus padres “estuviere domiciliado en
la República en el momento del nacimiento”.

a. Que, de acuerdo con la Constitución y la ley colombianas, los hijos de extranjeros solo tienen derecho a la
nacionalidad por ius soli cuando por lo menos uno de sus padres tiene visa de residente en Colombia.

b. Que la visa de residente es el único mecanismo legal que puede atribuirle domicilio a un extranjero en dicho
país.

c. Que los extranjeros que no son titulares de una visa de residente se reputan transeúntes, lo cual resulta
equivalente al concepto constitucional dominicano de extranjero en tránsito.

d. Que un extranjero transeúnte no puede legalmente invocar esa circunstancia migratoria temporal para reclamar
la nacionalidad colombiana a sus hijos nacidos en Colombia, puesto que esa situación de hecho irregular (carencia
de visa de residencia) no puede originar derechos 150
.
§3.1.4. Por otra parte, cabe mencionar que la Constitución de la República de Chile, en su artículo 10, también
prescribe una excepción respecto al derecho de adquisición de la nacionalidad por ius soli, de parte de los hijos
de extranjeros transeúntes, análoga a las establecidas en las precitadas disposiciones de la s Constitución de
Colombia y de República Dominicana 153

También podría gustarte