Plantas de tratamiento de Aguas Residuales ¿remedio o
enfermedad?
El agua es un elemento de la naturaleza, integrante de los
ecosistemas naturales, fundamental para el sostenimiento y la reproducción de la vida en el planeta ya que constituye un factor indispensable para el desarrollo de los procesos biológicos que la hacen posible. A pesar de conocer la importancia y papel fundamental que juega el Agua en el desarrollo de la vida como la conocemos, el hombre, día a día, contribuye a la generación del inconveniente más difícil de solucionar por el ciclo hidrológico, su contaminación. La contaminación del agua se entiende como cualquier cambio químico, físico o biológico en la calidad del agua que tiene un efecto dañino en cualquier ser vivo que la consuma. Existen diferentes causas, generalmente impulsadas por la acción del hombre, que han motivado la contaminación de las aguas a gran escala. Entre ellas, destaca la concentración de instalaciones industriales en zonas urbanas, lo que determina el empleo de las corrientes superficiales como receptoras de residuales crudos o parcialmente tratados, los que frecuentemente llegan a la zona costera y cuencas hidrográficas.
Las aguas residuales son materiales derivados de residuos
domésticos o de procesos industriales, que están llenas de sustancias químicas complejas, así que por razones de salud pública y por consideraciones de recreación económica y estética, no pueden desecharse vertiéndolas sin tratamiento en lagos o corrientes convencionales, ya que pueden generar disminución en el nivel de oxígeno en las fuentes de agua naturales y, por lo tanto, causar un cambio drástico en la vida acuática. Hoy en día, el tratamiento de aguas residuales es necesario para la prevención de la contaminación ambiental y del agua, al igual que para la protección de la salud pública. Es importante resaltar que la presencia de estas aguas contaminadas es preocupantemente alta en las zonas industrializadas. La base de datos AQUASTAT de la FAO calcula que cada año los países ricos tratan aproximadamente el 70% de las aguas residuales que generan, mientras que dicha proporción se reduce al 38% en los países con rentas medio-altas y al 28% en los países con rentas medio-bajas. En los países pobres solo recibe algún tipo de tratamiento el 8% de las aguas residuales industriales y municipales.
Para mejorar las condiciones de salud y saneamiento en las regiones
en vías de desarrollo, se necesitan plantas de tratamiento para el manejo de agua potable y aguas residuales. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que se debe planificar y gestionar de una manera adecuada para que se pueda generar un impacto positivo en el medio ambiente, ya que el tratamiento de aguas tiene tanto efectos positivos como negativos. Cuando hablamos de medidas para reducir el nivel de contaminación de un área específica, es común que se pase por alto las acciones contaminantes que se realizan inconscientemente. Sin lugar a duda, el efecto más nocivo que generan los medios de tratamientos de aguas residuales es la emisión de gases de efecto invernadero. Durante los procesos biológicos de eliminación de materia orgánica y nitrógeno en las estaciones depuradoras de aguas residuales, se producen emisiones directas de dióxido de carbono (CO2 y óxido nitroso (N2O) a la atmosfera, posteriormente, en las redes de distribución de agua y en el tratamiento de los fangos, a través de la descomposición anaeróbica de la materia orgánica, son producidas grandes cantidades de Metano (CH4).
El metano, es responsable de más de un tercio del forzamiento
climático antropogénico total. También es el segundo gas de efecto invernadero más abundante, representando el 14 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Es importante destacar que aproximadamente el 7 por ciento del total de emisiones de metano a nivel mundial son generadas por las plantas de tratamiento de aguas residuales (Estadística resultante del estudio de la asociación Global Methane Initiative en base a Emisiones antropógenas mundiales de gases de efecto invernadero distintos del CO2). Teniendo en cuenta los altos porcentajes de sustancias contaminantes que se emiten a partir de los medios de purificación de las Aguas Residuales, se podría deducir que el “remedio” es casi tan nocivo como la “enfermedad”. Pero ¿Cómo mitigar éste impacto negativo del proceso de tratamiento de aguas residuales en la atmosfera? A pesar de ser una interrogante difícil de responder a simple vista, si existen diversos métodos alternativos que contribuirían a la reducción de esos efectos nocivos y, además, hacer de esas sustancias una herramienta provechosa. Por ejemplo, el tratamiento de aguas residuales con calidades aptas para uso agrícola permitiría no solo la reducción de las emisiones emitidas por la degradación de la materia orgánica de las aguas residuales “per se”, sino que abriría la puerta de mejora de los rendimientos de las cosechas. Los cultivos de secano pasarían a cultivos de regadío con una mayor eficiencia en la producción y una menor superficie de cultivo agrícola necesaria para la misma producción.
También, algunas mejoras tecnológicas permitirían controlar tanto la
aireación suministrada a las membranas como la aireación de los tanques biológicos con un sistema de control avanzado que y así reducir el consumo energético de aire y la producción de gases de efecto invernadero Asimismo, la instalación de lagunas cubiertas para tratar aguas residuales en lugar de opciones de tratamiento menos avanzadas puede reducir grandemente las emisiones de metano actuales y futuras que están asociados con las aguas residuales. Por otro lado, los ciudadanos también podemos contribuir a la causa transmitiendo el conocimiento adquirido a las distintas entidades interesadas por medio de acciones específicas de difusión y estrategias de comunicación, además de enviar recomendaciones a las autoridades competentes, presentándoles medios de solución aplicables no solo en nuestra comunidad, sino en el mundo.
Cuidar el Agua no es solo ahorrarla para tener en cantidad, sino
también cuidarla de la contaminación y así aprovechar al máximo su potencial nutricional y energético. La producción de Aguas Residuales es una de las principales causas de derroche hidrológico por contaminación, y además también afecta la condición atmosférica, la estabilidad de los ecosistemas acuáticos e incluso los terrestres. Promover iniciativas de purificación que reduzcan el impacto medio ambiental y la huella de carbono de todo el ciclo del agua, nos permitirá gozar de un espacio atmosférico, acuático y terrestre más limpio y sano.