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306.874.2
M534a Menjívar Ochoa, Mauricio
Actitudes masculinas hacia la paternidad: entre las contradicciones
del mandato y el involucramiento / Mauricio Menjívar Ochoa. 1 ed.-
San José: INAMU, 2002 (Colección Teórica, n.2)
150 p.: gráfs.; 14 x 21 cm.
ISBN 9968-25-035-X
Equipo de Investigación:
Mauricio Menjívar Ochoa
Con la participación de
Roger Esquivel Salas
Mikel Otxotorena
2
PRESENTACIÓN
En este contexto y con la aprobación de la Ley No. 8101 sobre Paternidad Responsable
(marzo del 2001), la cual ha representado un avance significativo en la protección
efectiva de los derechos sociales y económicos de la niñez, la adolescencia y de las
mujeres, se abre a
l necesidad de profundizar con relación al conocimiento sobre las
formas que asume la paternidad en la sociedad costarricense.
En tal marco, el INAMU se complace en presentar los resultados de este estudio, que
explora las diversas prácticas de la paternidad en la sociedad costarricense. Los
resultados llaman la atención acerca de la persistencia de brechas de género en la
atención, el cuidado y la crianza de las hijas y los hijos, que se refuerzan a través del
aprendizaje social sobre lo masculino y lo femenino, y que se cristalizan en el papel de
proveedor de los padres; a pesar de que hoy más que nunca, las mujeres también
contribuyen a satisfacer las necesidades materiales de sus hijas e hijos.
Los hombres, con el propósito de que estos comprendan las ganancias personales y
sociales que obtienen al participar de un modo permanente en la vida de sus hijas e
hijos mediante prácticas paternas más involucradas, en beneficio de la calidad de vida
de madres, padres, sus hijas e hijos.
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La institucionalidad del Estado, que a través de la educación, las leyes y las prácticas,
generen condiciones que faciliten el ejercicio integral de la paternidad, como por
ejemplo las licencias parentales para atender las necesidades de las hijas y los hijos en
materia de salud, educación, recreación, entre otros. Dicha licencias, pueden ser
utilizadas por las madres o los padres que requieran asistir a reuniones escolares,
acompañar a una hija o un hijo a una cita médica, sin que ello afecte sus condiciones
de trabajo o la valoración de su desempeño en el empleo.
El estudio fue realizado por el Área Especializada de Información del INAMU, en apoyo
a la Comisión de Paternidad Responsable, cuya Secretaría Técnica contribuyó a su
impulso. De manera muy especial, agradecemos al Registro Civil y al Fondo de
Población de las Naciones Unidas, su valiosa contribución.
4
Agradecimientos y Reconocimientos
personas han participado en diferentes momentos y de muy diferentes formas las que
es necesario señalar.
Dio un apoyo decisivo para el arranque y el desarrollo del estudio la Dra. Xinia
Ejecutiva del INAMU entre septiembre de 2001 y mayo de 2002. La Licda. Ana Isabel
Fernández, Directora del Registro Civil abrió sus puertas a la iniciativa, lo mismo que el
encargadas, así como las funcionarias y funcionarios de las Oficinas Regionales del
5
Camacho, Coordinadora del Área de Construcción de Identidades y Proyectos de Vida
del INAMU, fueron de gran utilidad para enriquecer a este documento así como al
cuestionario. El apoyo decidido del Fondo de las Naciones Unidas para la Población es
Internacional por la Organización Hegoa, del País Vasco, en la elaboración del diseño
equipo principal, además de participar en las diferentes fases del estudio aportó desde
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Indice de Cuadros y Figuras
Cuadros
Cuadro 4. Costa Rica: Proporción de Hombres que nunca o muy pocas veces realizan
tareas domésticas, según el tipo de trabajo de su compañera o esposa.
Cuadro 10. Formas en que se demuestra a un hijo o a una hija que se le quiere.
Cuadro 13. Momentos que los padres disfrutan más con hijos e hijas. Primera opción.
Cuadro 14. ¿Les nace a los hombres decirles a los hijos e hijas que les quieren?.
Cuadro 15. Forma más corriente en que saluda o saludaría a hijos e hijas.
Cuadro 17. Cálculos de los porcentajes de nacimientos sin padres declarados según la
versión INEC y según la versión Registro Civil.
Cuadro 18. Tiempo transcurrido desde el nacimiento de niñas y niños según tipo de
trámite que realiza.
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Cuadro 19. Razones por las que no se inscribió a hija/hijo con anterioridad.
Cuadro 20 . Tipo de aporte económico a hijos e hijas de la madre del niño/a que
inscribe y de niños y niñas de otras relaciones por edad de niñas y niños, adolescentes
y jóvenes.
Cuadro 21. Frecuencia con la que ve a hijos e hijas de la relación actual, por edad de
las niñas, niños y adolescentes.
Cuadro 22. Frecuencia con la que ve a hijos e hijas de otras relaciones, por edad de las
niñas, niños y adolescentes.
Figuras
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INTRODUCCIÓN
diversas partes del orbe han demostrado la mayor carga de trabajo que enfrentan las
especialmente cuando tienen hijas e hijos pequeños (PNUD;1995). Esto ha tenido como
único ingreso: el de las mujeres mismas. Las dificultades de hacer efectivo el cobro de
abusivo del poder por parte de muchos hombres, entre otros tantos aspectos,
como insuficientes para las aspiraciones que apuntan a una cultura de igualdad de
sin cortapisas.
señalar que en el ámbito nacional son pocos los estudios que buscan entender la
paternidad desde la propia vivencia de los hombres, lo cual nos brinda un panorama
9
necesariamente parcial sobre el tema1. En un contexto signado por la aprobación de la
y educación de los hijos y las hijas” 2, para el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU),
estudio tiene un doble propósito: en primer término, presentar una discusión al respecto
de algunos factores culturales que resultan útiles para la comprensión de las distintas
formas en que los hombres se representan la paternidad, así como identificar algunos
factores que inciden en prácticas paternas diferenciadas. Para tales efectos la presente
1
Existen referencias documentadas sobre la producción nacional de investigaciones que parten de un
análisis sobre la masculinidad que reflejan la necesidad de llevar a cabo indagaciones sobre el tema de la
paternidad, debido a la escasa producción al respecto. Una de estas referencias es la realizada por
Carlos Garita (2001:21-22), en la que reseña de los contenidos generales de las investigaciones llevadas
a cabo en nuestro medio. Un análisis menos detallado pero que recoge una mayor cantidad de
producciones se puede encontrar en Campos y Salas (2002:118). Mención especial requieren dos
estudios directamente relacionados con el tema de la paternidad. El primero de ellos es “Paternidad
Irresponsable en Centroamérica”, realizado por Enrique Gomáriz y otros/as y el segundo es de la
Falcultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Costa Rica). Mientras que el primero fue
publicado al momento de ser terminado nuestro informe de investigación, el segundo todavía se
encontraba en proceso, razones por las que no serán encontradas referencias sobre estos estudios.
Otros valiosos estudios sobre el tema, como el de María Elena Rodríguez (2001) son retomados en el
cuerpo de este texto.
2
Ley 8101, Artículo 6, La Gaceta No.81, Viernes 27 de Abril de 2001.
10
adelante. En segundo lugar, y aunque de manera muy general, el estudio persigue
aclarar, desde la perspectiva de los hombres, algunos elementos que rodean el proceso
de inscripción de sus hijos e hijas ante el Registro Civil. Mientras que en la primera
parte del estudio se abordarán los elementos de tipo cultural, la segunda parte se
abocará a la exposición tanto de los aspectos relativos a las prácticas paternas como
es, por demás, básica. De ahí que el punto de partida sea la interrogación al respecto
del significado que tiene la paternidad para los hombres entrevistados y la forma en que
indagación acerca de cuáles son los aspectos en que los hombres se ven como
partícipes en relación con la crianza de los hijos y las hijas y, por exclusión, en cuáles
11
El concepto involucramiento-paterno-en-la-crianza, como es entendido aquí,
masculinidad (ver Esquema 1). Al respecto de estas funciones caben varias precisiones
Esquema 1:
Actitudes hacia la paternidad:
Construcciones desde las masculinidades
Masculinidades
o
Paternidades
i
Actitudes en relación al
INVOLUCRAMIENTO
PATERNO
a) la proveeduría
12
La función de la proveeduría, alude al hecho de llevar el dinero al hogar que
servirá para solventar las necesidades de niñas y niños, así como de la familia, es decir,
hace referencia al significado más básico que se le ha dado al término. Para entender
componente del trabajo productivo, pero no lo agota, pues el trabajo productivo abarca
al trabajo realizado por mujeres y hombres por un pago no sólo en dinero, sino en
especie (Moser;1992:55).
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que en la división patriarcal del trabajo,
son los hombres quienes fundamentalmente se benefician del pago en dinero. Esto no
significa en lo más mínimo que los hombres sean ni los únicos generadores de ingresos
ni los únicos proveedores en el marco familiar, pues “en todo el Tercer Mundo la
parte se constituye en mandato que configura la identidad masculina y paterna, por otra
3
Una referencia sobre la discusión en torno al dualismo existente entre lo reproductivo y lo productivo se
encuentra en Moser;1995:56.
13
parte, y al mismo tiempo, contiene en su misma constitución, elementos que conducen
a la evasión de esta función. Sin duda alguna, y como veremos, la proveeduría tiene
un fuerte peso simbólico como función netamente masculina (lo cual es referente tanto
para hombres como para mujeres), a pesar de que no necesariamente todos los
hombres la cumplen y que cada vez más las mujeres tienden a asumirla parcial o
afecto, son elementos adicionales que nos hablan de la importancia que cobra dentro
adecuada protección.4
b) La crianza
Otro de los grandes aportes que ha hecho el debate feminista en relación con la
4
El que se constituya en un deber de los adultos y adultas no significa la existencia de arreglos de pareja
en donde el hombre asume labores de tipo reproductivo, mientras que la mujer asume la proveeduría.
14
también ha señalado Moser “el rol reproductivo comprende las responsabilidades de
crianza y educación de los hijos y las tareas domésticas emprendidas por la mujer,
Con este término se logra captar no sólo el alumbramiento (reproducción biológica) sino
tipo de labores, a sabiendas que históricamente las labores de tipo reproductivo han
sido, y siguen siendo, fundamentalmente asumidas por las mujeres a la vez que
excluidas de la definición de lo que los hombres piensan que ellos deben hacer. Esto es
patriarcal, lo cual tiende a persistir aún cuando las mujeres cumplan un papel relevante
en el ámbito de la proveeduría.
estudiado a partir del concepto de crianza, mismo que se encontraría definido por dos
15
Dentro de las labores de cuido se encuentra, adicionalmente, la toma de
comprar para la satisfacción de las necesidades reproductivas de niños y niñas, por una
parte y, por otra, la ejecución el gasto mismo, esto es, la participación en la compra de
tales bienes y servicios. Si bien estos dos aspectos se derivan de la proveeduría, con la
división sexual del trabajo pasan a formar parte del trabajo reproductivo. Investigar al
respecto de estos dos factores resulta importante en la medida que nos habla de
por el interés en la transmisión de valores, así como por el interés de propiciar que
niños.
analiza este aspecto a la luz de la visión patriarcal que escinde la función paterna al
Ahora bien, debemos dejar claro que al respecto del involucramiento paterno en
16
que deben o no involucrarse en determinadas tareas de cuido y formación así como en
padres transmiten diferencialmente a niños y a niñas, por medio del afecto. En otros
términos se analizará como el mensaje afectivo convierte en uno de los “sellos propios”
desigualdades de género.
c) El afecto
minimiza su relevancia al momento en que los hombres se relacionan con los otros y
5
Cabe recordar que la socialización es un proceso de definición de la identidad personal al mismo tiempo
que de la identidad social de las personas en un contexto histórico. Es un proceso de desarrollo de la
identidad personal en la medida que “la persona se va configurando, va llegando a ser, en su desarrollo
en y frente a la sociedad, como afirmación de su particular individualidad” (Martín Baró;1992:115). Sin
embargo, y de manera interrelacionada, “la socialización marca al individuo con el ‘carácter’ o sello propio
de la sociedad y grupo social en el que históricamente se realza su proceso de socialización”, así como a
su etnia, sexo, etc. (Martín Baró;1992:117)
17
Con miras a profundizar el conocimiento sobre el papel que el afecto juega en la
relación de los padres con sus hijos e hijas, hemos considerado realizar una distinción
con fines meramente analíticos que considerará el afecto en una doble vía; por una
parte se buscará indagar en la forma que los padres consideran que se demuestra
afecto a sus hijas e hijos, y por otra qué es lo que los hombres disfrutan más, de la
relación que establecen con sus hijas e hijos. Es decir, se trata de comprender mejor el
bien se podría pensar que esta es una distinción excesivamente forzada, puesto que el
afecto es uno e individisible, nuestra investigación arroja evidencia que apunta a que la
forma en que los hombres consideran que deben demostrar afecto está mucho más
marcada por mandatos de género que cuando se considera las cosas que los padres
por partida doble, esto es, tanto para las hijas e hijos como para los padres. Lo anterior
debiera pasar por dos vías: tanto la de dar como la del disfrutar. A la discusión de estos
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Teniendo clara esta panorámica conceptual sobre cada una de las tres funciones
siguiente esquema (Esquema 2), las variables que en que hemos desagregado cada
pretende agotar todas las posibilidades de involucramiento, sino brindar un marco que
propicie la comprensión del tema, a la vez que facilitar la medición del involucramiento
función del afecto, se han considerado actividades que tienen que ver con la crianza y
paternidades.
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Esquema 2
Variables utilizadas para la medición de actividades relativas
a las funciones del involucramiento paterno
1. Proveeduría 2. Crianza 3. Afecto
Tipo de aporte económico a hijas/os de la relación 2.1. Labores de Cuido: Se mide a) cómo se le demuestra cariño al hijo o hija
actual y a hijas/os de otras relaciones: q Llevar al médico. y b) qué es lo que los hombres disfrutan más:
1.1. No aporta q Cambiar pañales.
1.2. Aporta por medio de pensión q Atender a bebés cuando lloran en la noche. 3.1. Muestras verbales:
1.3. Aporta de forma regular (se trata de un q Brindar medicinas. q Saludo verbal.
aporte cotidiano) q Asistir a reuniones de “padres de familia”. q Decir que se quiere.
1.4. Aporte de forma eventual (se trata de un q Alistar a los hijas/os. q Verbalización de mensajes positivos o de
aporte esporádico, cuyo espaciamiento q Acompañar a actividades deportivas. crecimiento.
varía de padre a padre)
1.5. Monto del aporte (no fue medido en esta 2.2. Labores formativo-educativas 3.2 Muestras gestuales:
investigación) q Modelaje paterno/dar ejemplo q Dar abrazo.
q Apoyar en tareas escolares. q Dar beso.
q Acciones correctivas de conductas q Dar palmadas.
percibidas como inadecuadas. q Apretón de manos.
q Toma de decisiones sustantivas para el
proceso de crianza. 3.3. Proveeduría:
q Preocupación por procurar educación q Trabajar para que no falte nada.
formal. q Darles regalos.
2.3. Toma de decisiones en el objeto del gasto para 3.4. Formación y crianza:
q Satisfacción de necesidades alimentarias de q Preocupación por procurar educación
los hijos formal.
q Compra de ropa q Brindar valores para la vida.
q Compra de útiles e implementos escolares q Acciones correctivas de conductas
q Gastos personales de hijos e hijas percibidas como inadecuadas.
q Apoyar en tareas escolares.
20
q Gastos personales de hijos e hijas q Darles de comer.
q Llevarles a la escuela.
q Enseñarles a vestirse.
21
Sobre las actitudes y las prácticas de involucramiento paterno
Ahora bien, es necesario señalar que el análisis que se efectúa en los capítulos
aunque con algunas variantes, hemos adoptado el concepto de actitud para el análisis
sino que se trata más bien de una estructura hipotética, una forma de pensar propia de
sobre cómo los hombres se involucran con los hijos e hijas que tienen, y por lo tanto si
se trata de un análisis de lo que hacen o han hecho (o dejado de hacer). Aquí el interés
la frecuencia con que los hombres ven a sus hijos e hijos. En ambos casos se busca
6
En relación con las estructuras hipotéticas es importante tener en cuenta que no todos los entrevistados
parten de la misma experiencia. Algunos de los hombres, particularmente los que ya eran padres al
momento de la entrevista, respondieron algunas de las preguntas de manera bastante fluida, basándose
en su propia experiencia como padres. Otros, especialmente los que eran padres por primera vez,
tuvieron que hacer un esfuerzo adicional para contestar acerca de lo que ellos pensaban en relación con
los temas planteados.
22
establecer las particularidades que tiene el involucramiento o ausencia del mismo,
panorama más amplio sobre el involucramiento paterno, así como sobre las
para inscribir o para solicitar pruebas de ADN, los tiempos que duraron en inscribir y las
Como se habrá apreciado, este estudio tiene como punto de partida elementos
planteados por algunas teóricas feministas en relación al tema del trabajo. Por otra
masculinidades. Ello significa tener como referencia algunos de los estudios sobre
particularmente aquellos que han abordado los temas del afecto, la proveeduría y la
reproducción, útiles para nuestros efectos y que serán contrastados con la evidencia
23
Si bien en cada capítulo se realizará una discusión a partir de estos aportes, por
masculinidad de la cual partimos. Habría que apuntar que una de las definiciones más
hegemónica, es decir aquella compartida prácticamente por todos los hombres, a cuatro
afirmaciones:
1. “Nada con asuntos de mujeres. Uno no debe hacer nunca algo que
lo femenino.”
definición normativa, es decir como “norma social” a la que se acercan los hombres en
diversos grados. Sin embargo Conell ha señalado que este tipo de definiciones tiende
24
empírico, es decir, cuando se ve contrastado con la diversidad de la experiencia
masculina.
Por esta razón es necesario señalar, nuevamente con Conell, que “la
subordinación de las mujeres”, siendo, en todo caso, una “posición siempre disputable”
puede llegar a trascenderla. Tener una noción sobre algunos de los elementos que los
25
Y si bien todavía el conocimiento sobre la paternidad no es suficiente, existen
muchos elementos para considerar que algo sucede con los padres (nacimientos de
padre no declarado, pensiones alimentarias, relaciones poco afectuosas, etc.) y que las
este mismo marco, resultó de gran conveniencia para el trabajo de campo de esta
Civil, como espacio para entrevistar hombres que se presentaron a realizar algún tipo
de trámite. Esto requiere una breve explicación para comprender mejor a la población
entrevistada.
Según Bolaños (2002) a la Ley pueden acogerse las madres de los hijos
madres de hijos fuera del matrimonio lleva a un proceso para determinar la presunta
paternidad. Bolaños señala que “el Registro Civil, una vez inscrito el nacimiento con los
apellidos de la madre, debe darle traslado al presunto padre por el término de diez días.
7
Sin duda alguna, las características de la paternidad trascienden en concepto de involucramiento
paterno en la crianza. Un tema de gran relevancia que no es tratado aquí, es el del abuso del poder y el
ejercicio de la violencia por parte de los padres.
8
Al mes de julio de 2002, habían ingresado al Registro Civil 8368 casos correspondientes a la Ley de
Paternidad Responsable. En el Anexo 2 se presenta una información desglosada al respecto de estos
casos.
26
De no apersonarse se consignará como tal en la inscripción de nacimiento del o la
menor. El padre señalado, puede dentro de ese término, presentarse a solicitar que se
consiste en que los padres, por su propia cuenta 10, se presentan al Registro Civil a
Teniendo claro este panorama podemos anotar que del total de los 71 hombres
que fueron entrevistados en el Registro Civil para efectos de esta investigación, el 62%
(45 casos) llegaron a inscribir por su propia cuenta. El 36.6% restante (26
citatorio solicitando su presencia ante dicha oficina pues habían sido declarados como
padres12 por mujeres que se acogieron a la Ley de Paternidad Responsable. Del total
de estos hombres, el 65.4% (17 casos) inscribió a sus hijos o hijas, mientras que un
9 Los mecanismos establecen que “si solicita prueba de ADN, se le otorgará a él, a la madre y al o la
menor, una única cita para que se presenten en el laboratorio de la Caja Costarricense del Seguro Social.
En caso de que no se presente el presunto padre, se consignará como tal en la inscripción de
nacimiento”. Otras interesantes referencias sobre el procedimiento, así como la historia y objetivos del
Registro Civil se pueden encontrar en Bolaños;2000. En el Anexo 1 se presenta un documento que
señala el procedimiento seguido por la Sección de Inscripciones de dicha institución para la aplicación de
este instrumento jurídico.
10
La aprobación de la Ley de Paternidad Responsable marca un nuevo momento histórico en el proceso
de inscripción de niños y niñas. En este nuevo contexto existen hombres, tanto en unión libre como en
matrimonio, que realizan la inscripción de sus hijos e hijas aún cuando sus compañeras o esposas no se
hayan acogido a esta Ley. Es en este sentido que se utiliza el término “por su propia cuenta”.
11
Únicamente uno de los entrevistados (1.4% del total) no dio información del trámite que realizaba.
12
La declaración es presuntiva en tanto no se realice la prueba de ADN o hasta que el hombre acepte ser
el padre del niño o la niña al inscribirle.
27
Las entrevistas a estos hombres fueron realizadas durante el mes de marzo del
2002 en las Oficinas Regionales del Registro Civil de las siete cabeceras de provincia.
Los hombres que serian entrevistados tuvieron que ser esperados en las Oficinas de
esta institución, por las y los entrevistadores del equipo de investigación. Así, se
entrevistó a todos los hombres que se presentaron durante los días de encuestamiento.
Es importante señalar que las entrevistas fueron aplicadas una vez que los trámites
Las entrevistas fueron realizadas por dos integrantes del equipo principal, con la
Universidad Nacional de Heredia, los y las cuales fueron instruidas en la aplicación del
cuestionario.
condiciones de privacidad que las oficinas del Registro Civil permitían, no tenemos una
aquellos hombres a los que fue aplicada la Ley de Paternidad Responsable. Pero con
realizaron trámites de inscripción por su propia cuenta, es decir, fuera del marco de la
28
Siendo un estudio de carácter exploratorio, los 71 casos que representan la
puede brindar algunas pistas sobre la forma en que los hombres conciben que debe ser
involucramiento tiene así como enunciar algunas explicaciones tentativas que nos
mismos, disminuyendo la ingerencia de las nociones del equipo investigador sobre las
29
nacionalidades. La mayoría de la población era joven: el 61% de los entrevistados tenía
edades entre los 18 y los 29 años13. Por otra parte, el 24% entre los 30 y los 39 años y
el 15.4% más de 40 años.
La mitad de los entrevistados tenía ingresos inferiores a los 95.000 colones, otro
21.4% ganaba entre 95.001 y 148.000 colones, el 18.6% tenía ingresos superiores a los
148,000 y el 8.6% no tenía ingresos. Al momento de la entrevista del total de los
entrevistados un 11.3% no tenía trabajo.
13
Dentro de este 60.6%, el 28% tenía entre los 18 y los 24, el 32% entre los 25 y los 29 años y el
30
Un último aspecto a considerar en relación a las características
sociodemográficas de los hombres, tiene que ver con el estado civil. Sin embargo
debemos señalar que muy posiblemente la información brindada por estos hombres en
este aspecto en particular no sea de la mejor calidad. Esto se debe a que se pudo
detectar varios casos en que los entrevistados estaban separados o divorciados, pero al
momento de la entrevista se encontraban en unión libre, siendo su declaración de
estado civil la de “unión libre” y no “separado en unión libre” como debía ser. Por otra
parte, otros hombres que se encontraban en unión libre se declararon como “solteros”.
Esta constatación a posteriori, nos impidió contrarrestar este sesgo. Teniendo en
cuenta esta limitación debe señalarse que el 53.5% de los entrevistados señaló
encontrarse en unión libre o solteros en unión libre, seguidos por los que declararon ser
solteros (21%). Otros hombres se estaban separados en unión libre (4.2%), separados
(2.8%) y divorciados (1.4%) Unicamente el 14.1% de los entrevistados señaló estar
casado.
31
Primera Parte: Actitudes Hacia el Involucramiento Paterno
muchos hombres son genitores sin cumplir una función paterna alguna, entendiendo la
desfase entre el padre socialmente requerido y lo que los hombres de nuestra época
están dispuestos a cumplir. En esta dirección, algunos han señalado que “los hombres”
están fallando pues “no han sabido comprender cuál es su lugar en el mundo actual en
relación con este tema”, (La Nación, miércoles 17 de mayo del 2000, pág.8A).
32
¿Guardan este tipo de ideas una relación con la forma en que los hombres
societales del sistema con relación a la paternidad? ¿En qué clave social debe
Según Gilmore (1994:217) “para ser un hombre en la mayoría de las sociedades (...)
uno debe preñar a la mujer, proteger a los que dependen de él y mantener a los
familiares”.
33
Si bien la existencia de esta tríada, que lleva a definir al sujeto que la ejerce
relación con la perpetuación del orden social (ver Gilmore pág. 217 y subs.), para
nuestros efectos esta gran constatación empírica ameritaría varias observaciones más
sexual del trabajo que asigna a mujeres y a hombres funciones sociales excluyentes,
con las consabidas desigualdades de género. En segundo lugar que, dada esta
división social del trabajo, esta tríada debe entenderse como una construcción que las
del grupo14. Es decir, la virilidad, bajo este punto de vista y como tendencia general, no
se ocupa de preñar como un fin en sí mismo (es decir, como mera genitura), sino que
proveeduría 15. Lo anterior lleva a plantear la preeminencia que dentro del proyecto
14
Sin duda alguna, se trata de un aporte a la sobrevivencia desde un ángulo distinto al desarrollado
desde la feminidad que, si bien tradicionalmente se encuentra centrado en lo reproductivo, cada vez más
se desplaza a lo productivo.
15
En este estudio el tema de la “protección”, segundo componente de la tríada, no aparece con tanta
fuerza.
34
entre un sector de la población de hombres, lo cual plantea que esta es, para los
investigación aportan algunos elementos para considerar que entre una parte de la
población de hombres existe una tendencia concordante con lo señalado por Gilmore.
En este sentido, para algunos de los entrevistados existen dos hitos estrechamente
que ya era hombre cuando nació el primer hijo, cuando supo que iba a ser padre o en
un sentido similar, cuando tuvo la responsabilidad de ser padre. Para otro 4.3%, formar
El segundo hito de gran importancia para otra parte de los hombres es el tema
16
Parte de las reservas que tiene el estudio de Gilmore para contribuir con la comprensión de la
paternidad es que si bien estudia sociedades occidentales “modernas”, presta mayor interés en
sociedades no occidentales consideradas por cierta rama de la antropología como “primitivas”.
17
Otros hitos en el paso a sentirse hombre son la primera relación sexual o de pareja (8.7%), la
autonomía personal (4.3%) y la vida militar para algunos hombres nicaragüenses (4.3%).
35
Una segunda indagación al respecto de lo que hace a una persona ser hombre,
esta vez hecha por medio de preguntas cerradas18, ofrece un resultado similar: aquello
que en primera instancia19 hace a una tercera parte de los hombres entrevistados ser
definidos como hombres es formar una familia, mientras que ser padre lo es para otro
17%. Para otro 17%, si bien estos elementos no representaban aspectos de primer
segundo orden de importancia para otro 17% en ambos casos, en el hecho de ser
hombre.
Por otra parte, para más de una tercera parte de los entrevistados, un elemento
de primer orden de importancia que lo hace a uno ser hombre es el primer trabajo o el
éxito laboral, mientras que para otro 25% este era un segundo elemento de prioridad,
sumado a otro 9% que consideraba que ganar el primer sueldo era definitorio en este
de hacerse hombre está marcado por ser padre o tener un hijo 20, la formación de una
18
Como mencionamos, las preguntas con opciones predeterminadas por quien investiga (“preguntas
cerradas”) tienen la utilidad de contribuir a contrastar hipótesis. Sin embargo tienen la limitación de
encasillar a las personas entrevistadas y pueden, eventualmente, pasar por alto cuestiones sustantivas
en la percepción de los entrevistados. Por esta razón la presente investigación combina “preguntas
abiertas” –aquellas en donde no existen preguntas precodificadas- en cuestiones claves sobre lo que
significa ser hombre y padre, con preguntas cerradas.
19
Se le solicitó a los entrevistados que establecieran un orden descendente de prioridades entre aquellos
elementos que ellos consideraban más importantes en el hecho de ser hombre. De ahí que se hable de
elementos de un primer orden de importancia o que en primera instancia son importantes y así de
manera sucesiva.
20
En algunos casos los entrevistados señalaron que ser padre hace a una persona ser hombre, mientras
que otros apuntaron que “tener un hijo”. No es posible dentro de los márgenes de esta investigación
determinar si existe o no algún matiz simbólico en esta distinción. Sin embargo podría resultar de interés
indagar al respecto.
36
Este tipo de consideraciones pueden llevar a preguntarse si algunos estudios
hombre moderno” (Gomariz; 1997:33). En este sentido, en una encuesta nacional sobre
“cuál es el área más importante de su vida”, ante lo cual se detectó una respuesta
entre lo que destaca que el área familiar no es de tanto interés para los hombres.
consideraría que el trabajo o actividad ocupacional entre una parte de los hombres,
familiar. Si bien este pareciera una especie de matiz, en realidad tiene implicaciones
materiales) a perseguir unos fines sociales, al mismo tiempo que satisfacen sus propios
reconcilian las metas individuales con las del grupo, de forma tal que a la vez que los
37
hombres obtienen reconocimiento público y capacidad de dominio a partir de su
mediante lo que se ha designado como proveeduría. Esta se plantea como una forma
a las mujeres.
siguiente. Sin embargo, como podrá verse en el Capítulo 4, existe alguna evidencia
aquellas personas cubiertas por la relación de pareja actual de los hombres. Es decir, al
menos una buena parte de los hombres tiende a involucrarse económicamente con
encuentran inmersos. Como se verá, esto significa que tienden a quedar más
involucradas.
uno de los mecanismos sociales que pareciera operar entre algunos hombres como
38
código de conducta que vincula la genitura y la proveeduría, a la vez que reconcilia las
metas individuales con las grupales, es el concepto de responsabilidad. Para poner este
concepto en perspectiva histórica habría que señalar que las sociedades occidentales,
especialmente desde el siglo XIX, han impuesto que los hombres se vean “forzados a
notablemente el contacto entre los padres de familia urbanos y sus hijos. Esto convierte
cuyos quehaceres, la mayor parte de las veces, son un misterio para sus hijos. En este
modelo se encuentra por un lado, “la mujer, madre y ama de casa; por otro, el hombre
valoración que los entrevistados tienen con relación a su personalidad como hombre
casados (solteros, separados en unión libre) era más alto el porcentaje de los que se
21
Existen otras características altamente valoradas como ser trabajador (14.5%), la seriedad (7.2%) y
ser entregado a la familia (5.8%). Si bien cabe una mayor indagación sobre la forma en que los hombres
están entendiendo el término “seriedad”, la evidencia arrojada por nuestra investigación sugiere que es
muy posible que, como código de conducta masculino, la seriedad implica no tomarse las cosas a la
ligera en la vida, sino que asumirse de manera sensata y formal. Otros códigos de conducta que
resultaría interesante estudiar son la sinceridad (7.2%), la humildad (7.2), la honestidad (15.4% como
segunda opción altamente valorada) que parecieran valores culturales socialmente apreciados que
complementen la autoimagen masculina sobre lo que poco se sabe en nuestro medio.
39
50%), que entre los que se encontraban casados (30%). De hecho, la mayoría de los
que llegaron a inscribir a sus hijos o hijas se encontraban en Unión Libre. Esto aporta
evidencia que demuestra que no todos los hombres tienen la idea de que “los niños
nacidos fuera del matrimonio, y aún en unión libre, son responsabilidad de las mujeres”
22
como algunos han afirmado (La Nación, miércoles 17 de mayo del 2000, pág.8A).
muy temprana edad: un 41.8% entre los 10 y los 14 años y un 43.3% entre los 15 y los
mayoría tienen ocupaciones de baja cualificación, con baja escolaridad y bajos salarios,
han salido a trabajar a temprana edad impulsados por la familia, ante el requerimiento
extrañará que de aquellos entrevistados que dijeron haber escuchado sobre la Ley de
22
Debe recordarse que el marco de la aplicación de la Ley es precisamente los hijos/as nacidos de una
unión libre o de una relación no cubierta bajo el matrimonio.
23
Debe aclarase que esto no significa necesariamente que hombres de otro perfil sociodemográfico no
puedan adherirse a estos códigos masculinos.
40
ella. La mayoría planteó su acuerdo señalando simplemente que le parecía “muy bien
(53.3%); sin embargo otros plantearon su acuerdo porque era una ley que favorecía ya
sea a los niños y niñas (6.7%), a la las mujeres (8.9%) tanto a niñas y niños como a las
madres (2.2%), o incluso a los hombres para demostrar su paternidad (2.2%). Otros
señalaron que esta era una ley “para que el hombre se haga o lo hagan más
responsable” (15.6%).
Asamblea Legislativa. Según estos resultados, una gran proporción de hombres estaba
“muy de acuerdo” o “de acuerdo” con el proyecto de ley: el 88.5% en el Gran Área
Ahora bien, cuando una parte de la población de hombres huyó del mandato de
Capítulo 2. Sin embargo, aquí resulta interesante señalar el caso de uno de los
24
Se trata de una encuesta telefónica a 400 personas en el Gran Área Metropolitana y otra personal a
200 personas en el Área Metropolitana de San José (IDESPO;2000)
41
entrevistados, que se presentó al Registro Civil a solicitar una prueba de ADN por
esta investigación este hombre dio a entender, no sin cierto cinismo, que en realidad el
niño del cual estaba solicitando prueba de ADN, realmente era hijo suyo. Su motivo
para solicitar la prueba consistía en una venganza con la madre del niño por haberse
acogido a la Ley de Paternidad Responsable, por una parte, y por no haber invertido en
su destino final el dinero que él le daba para que ella planificara (y de ahí el nacimiento
del niño). Aún más, este hombre señaló que “seguro ahorita le caía otra notificación”,
pues además de este hijo de cinco meses, tenía otro de dos meses. Solamente se
ley. En ninguno de los casos había hecho aporte económico alguno, no conocía al niño
de dos meses, mientras que a aquel por el cual se encontraba en el Registro, apenas lo
Resulta sumamente importante señalar que este hombre valora altamente ser
42
muestra de un claro ejercicio irresponsable, no sólo de su sexualidad, sino de las
hombres que se consideran a sí mismos del tipo “responsable”. Uno de estos, al ser
inquirido en relación con las características que más valoraba de su personalidad como
hombre”.
cotidianos. En este sentido cabe señalar que uno de los elementos que este estudio
buscaba indagar estaba referido a si aquellos hombres que solicitaban pruebas de ADN
al Registro Civil funcionaban con las características del hombre genitor que rehuye la
determinar con toda seguridad. Llama la atención que tres de los entrevistados se
solicitud de la prueba de ADN “no estar seguros de que el hijo fuera suyo”. Este parece
ser un pretexto, no poco común, entre quienes rehuyen su responsabilidad paterna, sin
embargo no fue posible saber los resultados de las pruebas de ADN y determinar si
eran o no los padres. En todo caso, tal posibilidad nos plantea la necesidad de estar
atentos ante la diversidad que existe en las construcciones masculinas; lo cual es una
43
profundizar la investigación que parta de esta diversidad para descifrar adecuadamente
3. A manera de cierre
segmento considerable de los hombres entrevistados. También resulta claro que estas
sociales que vincula la genitura y la función económica del padre, por lo que la
los entrevistados.
Todo pareciera apuntar a que una parte de los hombres han entendido
claramente cuál es el mandato que la época le impone y, a partir de este, han asimilado
su lugar en el mundo actual, de ahí que Joseph-Vicent Marqués (1997:22) plantee que
que entre otros hombres este mandato tiende a poseer límites muy claros, los cuales
son definidos por la concepción de “familia” que estos manejan. Desde esta concepción
44
la familia pareciera estar restringida a la relación de pareja en la que se encuentran,
como padres, dejando descubiertas las necesidades de sus hijos e hijas y, por lo tanto,
mandato, además de contradictorio, brinda a muchos hombres una gran libertad para
genitura.
discurso masculino que tiende a disociar sexualidad y genitura, así como genitura y
medular que debe ser ponderado al momento de definir acciones tendientes al fomento
45
Sin embargo, existe evidencia que permite sostener que el mandato masculino
proveeduría, ante lo cual cabe preguntarse ¿Qué implicaciones tiene tal sesgo sobre la
percepción que tienen los hombres acerca de la paternidad?. Por otra parte, de existir
46
Capítulo 2. Proveeduría vrs. Crianza en la Función Paterna
Una de las premisas básicas de la división de trabajo que han propuesto las
feministas es la que sostiene que “la división entre el hombre proveedor económico y la
mujer ama de casa está basada en una percepción complementaria de roles para
hombres y mujeres, que son <<diferentes pero iguales>>” (Moser; 1995: 52). Caroline
una buena parte de los hombres. Este fenómeno tiene dos implicaciones que interesa
destacar aquí. En primer lugar debe mencionarse que al ser la identidad masculina
paternidad y la proveeduría a grado tal que esta última sirve en una parte de la
En esta dirección, este capítulo plantea elementos de carácter cultural que muestran
47
En segundo lugar, según lo anotado por Moser, el mandato de la proveeduría
tiende a desligar a los hombres de las tareas del cuido. Precisamente ubicándonos en
actitudes de los entrevistados hacia algunas de las tareas del cuido en que los padres
tienden a involucrarse en mayor o menor medida. Esta revisión será vista a partir de
mantiene a pesar de que estas últimas han operado cambios sustantivos mediante su
en el año de 1997 constató, entre otros elementos, que el 31.2% de los hombres
costarricenses consideraba que llevar el dinero al hogar era una situación que le hacía
sentir plenamente hombre. En el caso de las mujeres, esta situación hacía sentir
p.46).
48
En este sentido como se puede apreciar en el Cuadro 1, casi un 60% de los
no sólo define una parte medular de la función paterna en el marco del patriarcado sino
que define o, más aún, mide la calidad de la paternidad misma. En esta dirección el
capitalismo patriarcal establece una relación directa entre cantidad de dinero y calidad
dinero aportada por los padres al hogar, mejor paternidad. De ahí que
49
Cuadro 1
Mandato masculino de la proveeduría
50
Sin duda alguna, la posibilidad de generación de ingresos tiene un peso
quinta parte de los entrevistados considera que un hombre que no tiene trabajo no
rigidez de este rol, lo que muy posiblemente se encuentra asociado a los cambios que
han venido gestando las mujeres a partir de su inserción laboral. Si bien es cierto que
tal inserción ha significado una doble y hasta una triple jornada de trabajo con
profundas implicaciones sobre las mujeres (Moser; 1995: 50-63), también ha generado
una resignificación de la división del trabajo. Parte del resultado de esta resignificación
(1997: 30-31) para el 66.4% de los hombres los ingresos que aportan las mujeres son
“muy importantes” y para otro 23.4% son “importantes”, sucediendo algo muy similar
con relación a la valoración que las mismas mujeres hacen de su aporte 25.
25
Cabría preguntarse si, muchos hombres visualizan el aporte de sus esposas o compañeras como un
reparto de la carga de la proveeduría y, siendo así relativicen la visión rígida que define al padre a partir
de la cantidad de su aporte económico. Sin embargo, existen indicios de que en lo afectivo se presenta
una cierta diversificación de las posibilidades, pues la afectividad no se centra exclusivamente en la
proveeduría, lo que contribuye a entender porqué otra gran cantidad de los padres entrevistados no
consideran que si un padre no tiene empleo no es un buen padre o que no necesariamente la cantidad de
dinero está asociada a una mejor paternidad. En este sentido, la preocupación que muchos hombres
depositan en la formación de valores, en la espiritualidad y en ser un padre ejemplar, parecieran actuar
como agentes que compensan el obsesivo y enorme peso cultural que tiene la proveeduría en el
involucramiento paterno, como se discutirá en el capítulo siguiente.
51
1.1 Factores culturales que fragilizan el involucramiento paterno
Ahora bien, la claridad cultural del mandato de la proveeduría “no significa que la
adicionándose otras 8,396 ese mismo año. Ya para 1998 “las demandas vigentes
último año había en curso 57,273 pensiones alimentarias” (Rodríguez y Lázaro, 2001:
19). Bajo el supuesto que de que existiera un solo caso de pensión alimentaria por
familia, Rodríguez y Lázaro estiman que en el año de 1998 “habría por lo menos 6.59%
en ejecución”. (Idem)
incuestionable, para otra parte no pareciera ser un asunto automático con el que se
garantizarla. En vista de esta situación, nos interesa señalar algunos elementos de tipo
52
tipo de funciones en las que los padres se podrían involucrar. Efectivamente, la
afirmación que prescribe que a mayor cantidad de dinero se lleve al hogar mejor padre
se es, o la que afirma que el hombre que no tiene trabajo no es un buen padre, como
patriarcal, para los entrevistados no tiene sentido hacerse cargo de sus hijos cuando los
(8.4% de los entrevistados) consideren que estar sin empleo es una buena razón para
problematizado por las dificultades que encuentran los adolescentes para ejercer su
este encargo “provoca que los hombres prefieran evadir su responsabilidad antes de
53
Cuadro 2
Elementos que fragilizan el involucramiento paterno en la crianza
54
Un segundo elemento que fragiliza el involucramiento paterno en la crianza de
los hijos e hijas alude a la ya mencionada desvinculación que hacen algunos hombres
genitura, por una parte, y entre la genitura y el involucramiento paterno, por otra. En
entrevistados consideran que el hombre no debe hacerse cargo de los hijos e hijas que
produce al visualizar a la madre y al hijo como una sola unidad, respecto de la cual el
deslindar las relaciones se refleja en que para aproximadamente una cuarta parte de
los entrevistados el hombre no debe de dar dinero para sus hijos si la madre ya tiene
otra relación.
hombres que llegaron al Registro Civil a solicitar pruebas de ADN por duda o por
55
rechazo de paternidad26, si se les comparaba con los que llegaron a inscribir a sus hijos
e hijas, ya sea por que fueron citados27 o porque llegaron a inscribir a sus hijos por su
propia cuenta. Sin embargo se ha podido constatar que es precisamente entre los que
llegaron a inscribir donde se encuentran especialmente ancladas (Cuadro 3). Así, el que
un hombre inscriba a su hijo o hija no es sinónimo de que vaya a ejercer una paternidad
analizando
posibilidad de establecer vínculos paternos más allá de la relación que los hombres
26
Debe tomarse en cuenta que en total se entrevistaron 8 hombres que solicitaron pruebas de ADN por
duda de paternidad y únicamente a un hombre que solicitó prueba de ADN por rechazo de paternidad.
27
Debe señalarse que el citatorio es un mecanismo ideado por el Registro civil, previo a la notificación
que establece la Ley de Paternidad Responsable.
56
Cuadro 3
Hom bres que están de acuerdo y en desacuerdo con prácticas evasoras de la paternidad
Cifras relativas
Inscripción citatoria 11,8 88,2 100 17,6 82,4 100 11,8 88,2 100
Inscripción por su cuenta 6,8 93,2 100 9,1 90,9 100 11,9 88,1 100
Prueba ADN por duda 12,5 87,5 100 0 100 100 0 100 100
Prueba ADN por rechazo 0 100 100 0 100 100 100 0 100
57
2. La Función paterna de la crianza: involucramiento en las tareas del cuido
parte de los hombres entrevistados esté signada por la proveeduría, tiene como
remunerado ha logrado, hasta hoy, hacer que para los hombres se rompa esta división
de esferas. Es decir muchas mujeres tienen que enfrentar la doble jornada mientras que
una buena proporción de los hombres sigue sin involucrarse mayor cosa en las labores
reproductivas. En este sentido, según el propio testimonio de las tres cuartas partes de
los hombres y del 80% de las mujeres entrevistadas por la Encuesta Nacional de
Paternidad, (CMF, 1997. pp.34-38), los hombres participan muy poco o simplemente no
este sentido, según dicha encuesta, entre el 89.6% y el 92%28 de los hombres nunca o
muy pocas veces participa en el lavado de la ropa; entre el 72.8% y el 82.7% nunca o
muy pocas veces cocina y entre el 84% y el 91.7% nunca o muy pocas veces plancha
28
La proporción más alta de los que nunca o muy pocas veces realizan tareas domésticas son hombres
cuya compañera o esposa no trabajaba remuneradamente
58
(Cuadro 4), siendo todas estas actividades de gran importancia en la creación de
hijas. Aún más, entre 58 y 68 hombres de cada 100 nunca o muy pocas veces cuida a
los niños y niñas de sus hogares. Sólo en las tareas de la compra del diario y la
Cuadro 4
Costa Rica: Costa Rica: Proporción de Hombres que nunca o muy pocas veces realizan
tareas domésticas, según el tipo de trabajo de su compañera o esposa 1/
-cifras relativas
29
En el caso concreto de las compañeras o esposas de los entrevistados de nuestra investigación, es importante
señalar que el 64.8% se dedicaba al trabajo en el hogar como actividad exclusiva, y sólo un 19.7% tenía una
ocupación remunerada, lo cual reafirma la división sexual del trabajo desde la óptica tradicional La información
relativa al 12.7% de las mujeres no fue suministrada por los entrevistados. Otro 2.8% de las mujeres era estudiante.
59
abiertamente misóginas del cristianismo oficial o institucionalizado”, al menos como
discurso deja de poner énfasis en la culpabilización de la mujer por la entrada del mal al
igual dignidad pero diferentes. Esa diferencia supondría precisamente una mutua
(Marqués; 1997: 28). Pero la lectura que se hace de esta supuesta complementariedad
es “que la mujer es el complemento del hombre y no que éste deba ser, o deba ser
complementariedad lleva, entre otras cosas, a que el hombre espere que una mujer
“corresponde” la proveeduría.
reproductivo que corresponden a la función del cuido, que una parte de los hombres
En este sentido, según el 30% de los entrevistados, los hombres no deben cambiar
pañales, mientras que alrededor de una quinta parte piensa que no es responsabilidad
de los hombres alistar a los niños y niñas para ir a la escuela. Otro tanto considera que
es asunto de las madres asistir a las reuniones de “padres” de familia, llevar a los hijos
y a las hijas al médico o levantarse en la noche cuando las y los bebés lloran.
Algunas de las tareas del cuido en que una mayor proporción de los
entrevistados piensa que los hombres deben involucrarse tienen que ver con dar
60
medicinas (según el 81.7% de los entrevistados), ayudar a hijos e hijas en las tareas
medida unas tareas (dar medicinas, ayudar en tareas escolares o acompañar a las
actividades deportivas) sobre otras (levantarse en la noche cuando los bebés lloran o,
peor aún, cambiar pañales) no resulta de la mera casualidad. Pierre Bourdieu (2000:
disposición que inclina a los hombres “a dejar a las mujeres las tareas inferiores y las
la materia fecal de los bebés, tienen una clara diferencia en relación con otras
61
Cuadro 5
Acuerdo y Desacuerdo en la reproducción de roles de género relativos al cuido de hijas e
De acuerdo En desacuerd
Roles de género relativos al cuido de hijas/os Abs. Rel. Abs. Rel.
62
Es necesario señalar, por otra parte, que durante el proceso de entrevista, a
muchos hombres les era difícil tomar una posición en lo relativo a si era sólo asunto de
con relación a estos temas, estos hombres señalaron que ellos lo harían si el horario de
su trabajo se los permitiera; sin embargo estas actividades (cuido y trabajo) por lo
general chocaban. A este respecto si bien algunos hombres tienden a justificar su falta
tampoco puede negarse que en ciertos casos el horario laboral es un referente objetivo
respecto debe señalarse, sin embargo, que las mujeres siguen trabajando mayor
“por una parte, se sigue considerando a la proveeduría, tanto por hombres como por
abandono y a la despreocupación por los hijos y por el hogar”. Resulta claro que resulta
necesario resolver estas contradicciones que surgen cuando, como señalan Rodríguez
63
y Lázaro “la función proveedora sirve como medida para evaluar la función paterna”
(Idem).
proporción de hombres, que al menos en el plano de las actitudes, considera que las
tareas de cuido de los hijos no son asunto exclusivo de las mujeres. Como puede
pareciera que a la par del combate de la proveeduría como única medida para evaluar
la función paterna, debe de explorarse entre los hombres la posibilidad de este otro tipo
de involucramiento paterno.
necesidades de niñas y niños, tiene que ver con el acto mismo de decidir a que se
destina el dinero y al hecho de ir a comprar los bienes y servicio que satisfarán tales
Habría que señalar que si bien los hombres tienen el mandato de la proveeduría,
tiende a existir una disociación entre el hecho de llevar el dinero en el hogar y participar
64
en la decisión al respecto del objeto del gasto 30. Es esta disociación lo que
la proveeduría, por lo que alrededor del 40% de los entrevistados considera que cuando
comida, los útiles escolares y la ropa de los hijos (Cuadro 6). Sólo alrededor de un 12%
y un 17% de los entrevistados consideraron que son los hombres los que debían tomar
la decisión, mientras que más del 40% de los entrevistados consideraba que debía ser
Cuadro 6
Decisión sobre a quién corresponde la compra de bienes para la satisfacción de
necesidades de hijas e hijos, según si el hombre provee
Cifras relativas
Si el hombre provee, quién decide sobre:
Persona a la que Compra comida compra útiles Compra de ropa Dinero que se
Corresponde la para hijos/as escolares para hijos/as da a hijos/as
compra para sus gastos
Por otra parte, desde la visión patriarcal, la proveeduría asumida por las mujeres
artículos básicos de niños y niñas, subiendo incluso la proporción de los hombres que
30
Debemos anotar que existe una importante distinción analítica entre la proveeduría y el uso de los recursos
familiares que no ha sido abordada en esta investigación, pero que debe ser tomada en cuenta y tiene que ver con la
decisión masculina en relación con el monto de los ingresos que entrega a la familia ya que es sólo sobre ese monto
que la esposa o compañera puede disponer, y no necesariamente sobre el monto total.
65
consideran que son las mujeres que deben decidir al respecto. Al mismo tiempo, baja la
cantidad de entrevistados que consideran que son los hombres los que deberían
Cuadro 7
Decisión sobre a quién corresponde la compra de bienes para la satisfacción de
necesidades de hijas e hijos, según si la mujer provee
Si la mujer provee, quién decide sobre:
Persona a la que Compra comida Compra útiles Compra de ropa Dinero que se
Corresponde la para hijos/as escolares para hijos/as Da a hijos/as
compra para sus gastos
gasto (Cuadro 8). Si bien continúa existiendo una mayor proporción de hombres que
asigna a las mujeres este tipo de responsabilidades reproductivas, aún cuando ellas
cuando tanto mujeres como hombres proveen, ambos deben de decidir en lo relativo al
66
Cuadro 8
Decisión sobre a quién corresponde la compra de bienes para la satisfacción de
necesidades de hijas e hijos, según si hombre y mujer proveen
Si ambos proveen, quién decide sobre:
Persona a la que Compra comida compra útiles Compra de ropa Dinero que se
Corresponde la para hijos/as escolares para hijos/as da a hijos/as
compra para sus gastos
Por otra parte, también existe una fuerte tendencia a que los hombres visualicen
que son las mujeres, y no los hombres, quienes deben ir a comprar aquellos bienes que
tarea compartida y sólo alrededor de un 6% considera que son tareas de los padres.
3. A manera de cierre
Como hemos anotado es importante tener en cuenta que las concepciones que
configuran el mandato mediante el cual una gran proporción de los hombres se erige en
tareas del cuido. Este mandato tiene un fuerte anclaje en la identidad masculina (es
mandato de exclusión de los hombres de las tareas del cuido. Adicionalmente debe
67
tomarse en cuenta que el hecho de que muchos hombres no asuman la proveeduría no
relaciones se hace necesaria para que una eventual ruptura en la relación de pareja y
involucrado en todas las funciones paternas, sino más bien como un sujeto marginal.
Esta inmadurez puede ser atribuible en buena medida al desmedido peso que tiene la
68
proveeduría en la identidad paterna, la cual no va acompañado de un mayor desarrollo
aquellos casos en los que niños y niñas son producto de relaciones catalogadas como
de “aventura sexual” por sus genitores. Tanto entre aquellos hombres con condiciones
paternas de poca madurez como entre los que disocian su sexualidad de sus
peso sustantivo incluso en la forma en que los hombres visualizan su relación afectiva
con hijos e hijas. Esto apuntaría a la existencia de una paradoja a la que habría que
prestar atención: por una parte la proveeduría como función sobredimensionada dentro
69
Capítulo 3: Afectividades paternas: ¿la expresión coartada?
Las posibilidades afectivas, tanto del dar como la del disfrute, se configuran en la
parte mutilada de la identidad masculina, según han sostenido algunos de los teóricos
(1997:70) ha llamado la atención acerca de los efectos que tiene el mandato masculino
sobre el control de las emociones, señalando que limita las posibilidades de expresión y
masculinidad hegemónica es un proceso a través del cual los hombres llegan a suprimir
experimentadas como inconsistentes con el poder masculino”. Según este autor, estas
Siguiendo a Jeff Heran, Kaufman afirma entonces que “Nuestra alineación aumenta la
solitaria búsqueda del poder y enfatiza nuestra convicción de que el poder requiere la
70
Esta posición esbozada por Kaufman pareciera cobrar especial relevancia si se
identidad paterna, según lo expusimos en el capítulo anterior. Sin embargo, dado que
nuestro medio, con este capítulo buscamos comenzar a discutir sobre las diversas
formas que puede cobrar la afectividad paterna, buscando contrastar los resultados con
primer término, sobre la forma en que los hombres demuestran su afecto a sus hijos e
hijas, partiendo del supuesto de que la afectividad puede expresarse por diferentes
componente fundamental del vínculo que igualmente ha sido poco considerado como
torno al significado que tiene para los hombres “ser un buen padre”, sobre lo que
concepciones en torno al que se agrupa una tercera parte de los entrevistados, tiene
que ver con aspectos de carácter afectivo en la definición de lo que es un buen padre,
tales como “dar afecto”, “dar un buen trato”, “dedicar tiempo a pasar con hijos e hijas”,
71
Un segundo grupo de significados, al cual se adhirió aproximadamente la cuarta
formación de hijos e hijas, como partes definitorias del papel que debe jugar un buen
Cuadro 9
Significado de ser un buen padre
ser un buen padre para poco más de una tercera parte de los entrevistados (35.3%) es
el de llevar el dinero al hogar. Ya sea que se lo planteen como primero o segundo factor
72
de importancia dentro de esta definición, para estos hombres es fundamental, “ser
responsables”, “solventar las necesidades materiales” o “trabajar”, así como “ver por
afecto
Así como la evidencia nos lleva a sostener que entre los hombres no hay un
punto de vista homogéneo frente a lo que significa ser un buen padre, también nos lleva
a indicar que tampoco lo hay respecto de aquellas vías utilizadas para la expresión de
afecto.
anteriores en relación con lo que significa ser un “buen padre”, los hombres
entrevistados consideraron que la forma en que se les demuestra a los hijos e hijas que
se les quiere, tiene que ver con la función de la proveeduría, con la función de la
73
crianza, y no sólo con la con la demostración del afecto por vías gestuales (abrazos,
Sin embargo, para una proporción similar de hombres (34.2%) la demostración del
afecto está asociada a la crianza. Finalmente, casi otra tercera parte de los
entrevistados (31.4%) consideró que para demostrarle a un hijo o hija que se le quiere,
la primera vía es la expresiva, esto es “siendo cariñosos” (7.1% del total de los
Cuadro 10
Formas en que se demuestra a un hijo o a una hija que se le quiere
74
Compartiendo actividades
recreativas 7 10 5 7,2 13 19,4
No contesta 1 2 4
Población total 71 71 71
---: no hay respuestas
demostrar a los hijos y a las hijas que se les quiere, lo cierto es que existen
Aún más, cuando se pidió a los entrevistados que mencionaran cual era el factor
en segundo orden de prioridad31 por medio del cual le demostraría a su hijo o hija que le
quiere, solamente un 7.2% de los entrevistados optó por la proveeduría, de manera que
dicha función dejó de tener la importancia que tenía como elemento de primer orden.
demostración y el 43.4% al afecto (Cuadro 10). Algo similar sucede cuando los
31
Para indagar cuál sería la forma en que los entrevistados demostrarían a su hijo o hija que le quiere se
solicitó a los entrevistados que especificaran tres opciones en orden de prioridad, es en esta dirección
que se habla de primero, segundo y tercer orden de prioridad o de importancia.
75
otro tipo de relaciones adquiere mayor importancia, una vez que es cubierta la
proveeduría.
2.1. El cuido: un factor muy poco considerado por los padres como forma de
formal).
A este respecto, es importante hacer notar que el cuido aparece como un factor
que tiene menor importancia al momento en que los padres demuestran su afecto, si se
Efectivamente, entre los que señalan como factor de primer orden la función de la
la demostración de afecto pasa por la vía de la formación y sólo un caso (4% del total)
entrevistados reproducen una clara división sexual de roles que los autoexcluye de las
paterna. Efectivamente, es posible notar que el cuido tiene una menor prioridad desde
76
la perspectiva de los hombres; en este sentido, sólo un 1.4% de los entrevistados
pensaba que el cuido era un asunto de primera prioridad. Cuando se trata de un asunto
entrevistados. En otras palabras, el cuido tiende a ser menos importante que otros
factores.
dos perspectivas: en primer término, la relativamente poca presencia del cuido entre los
las cargas diferenciadas de trabajo entre mujeres y hombres. En segundo término, debe
tenerse en cuenta que la subestimación de los hombres hacia este tipo de tareas,
reduce el contacto físico que tienen con sus hijos e hijas32. Potenciar un acercamiento
mediante las labores de cuido podría incidir en nuevas forma de disfrute afectivo tanto
para los hijos y las hijas como para los padres que todavía no las practican.
32
Es importante señalar que entre los factores que imposibilitan entre los hombres propiciar el contacto
físico se encuentra el temor hacia el tabú del incesto, particularmente cuando se trata de bañar o cambiar
pañales a una niña.
77
Dentro de la función de la crianza, el balance apunta hacia una mayor
consideran que procurarles buenos estudios a hijas y a hijos es una forma de demostrar
padres
Ahora bien, como señalamos con anterioridad, la función del afecto es un asunto
de doble vía pues se trata de una relación de reciprocidad; de forma tal que alude tanto
significar el establecimiento de relaciones más empáticas entre los padres y los niños y
niñas. Para aquellos hombres que cumplen un rol paterno más apegado a la
diferencias respecto de la forma en que los hombres demuestran a sus hijos e hijas que
se les quiere. En primer lugar hay que anotar que existe una mayor proporción de
hombres que disfruta del cuido, al establecer una comparación con aquellos que
78
consideraron el cuido como un medio para demostrar afecto. Efectivamente, mientras
que sólo para un 1.4% de los hombres el cuido era un factor de primer orden para la
particularmente el cuido de sus hijos e hijas cuando eran bebés, mientras que el resto
señaló actividades de cuido en general (Cuadro 11). Entre las actividades del cuido que
más disfrutan los hombres se encuentran bañar y dar de comer a niños y niñas cuando
son bebés, llevarles a la escuela y enseñarles a vestirse. Como factor lúdico del afecto,
otros hombres dan importancia al juego (18.3%), lo cual significa llevar a hijos e hijas al
parque o a lugares de juego y jugar fútbol. Otra proporción menor de los entrevistados
Cuadro 11
Lo que más gusta de ser padre
Abs. Rel.
existe una diferencia entre la forma en que se considera debe demostrarse el afecto y
79
la forma en que los hombres disfrutan su paternidad. Mientras que la demostración está
gratificantes. En esta dirección es crucial señalar que los mandatos de género no han
significado la supresión del cuido como forma de vinculación afectiva y, aún más, de
disfrute paterno (al menos no entre algunos hombres). Esto muestra el asidero que
existe para promover el cuido de los hijos e hijas entre los hombres, ya no desde el
deber ser o desde el mandato, sino desde las posibilidades de disfrute de la relación
padre-hijo/a.
Por otra parte, aproximadamente una quinta parte de los hombres señaló que lo
que más le gusta de ser padre está referido a la formación y la transmisión de valores
“buscar a Dios”.
los hombres entrevistados (38%) les gusta más de ser padres, esto es: cumpliendo en
llevar la plata a la casa o cuidando que no les falte nada a sus hijos e hijas (Cuadro 11).
de afecto dentro del horizonte de posibilidades y que, sin embargo, es el medio por el
cual una importante proporción de los hombres más disfruta su paternidad. Siguiendo
esta línea, si bien es cierto que muchos padres podrían tener mayores limitaciones para
80
expresar el afecto de manera corporal o verbal (razón por la cual el afecto no siempre
es recibido por un interlocutor como un mensaje claro y directo), esto no quiere decir
que el afecto no exista; tampoco significa que los padres no quieran hacerlo llegar.
Como señala el psicólogo canadiense Guy Corneau (1991. p.13), “muchos de nuestros
Hablan a través de sus gestos y callan su amor como su dolor. Les cuesta trabajo
paternidades sensibles y afectuosas, pues en la medida que los padres tengan mayores
Debe tenerse en cuenta que la forma en que los hombres experimentan el cariño
tiene claros matices de género, pues no lo demuestran a sus hijas de la misma manera
que a sus hijos. De igual manera el propio disfrute paterno es diferenciado dependiendo
81
En lo que a la demostración se refiere puede observarse que una de las
diferencias de género más significativas es que una parte de los hombres considera
que la demostración del afecto a sus hijas radica en cuidarlas y protegerlas más o
Cuadro12 que así lo manifestó el 10% de los hombres que lo planteó como primer
respaldo a las hijas, como un factor de primera importancia para otra parte de los
entrevistados (5.9%), más que con los hijos (2.8%). De igual manera, existe cierta
tendencia hacia la trasmisión de valores, de manera más fuerte hacia las mujeres que
Cuadro 12
Formas en que demuestra a hijo o hija que se le quiere
82
No responden 32 39
Población total 71 71 71 71
Este tipo de factores parecieran hablar del ejercicio de un mayor control (tanto
físico como simbólico) sobre las niñas que sobre los niños, ya sea mediante la
desarrollan los padres con sus hijas y que tienen repercusiones en su desarrollo como
con la anterior, apuntaría a que en este contexto de desventajas que enfrentan las
mujeres, los padres procuren una mayor protección hacia sus hijas.
demostración de cariño hacia los hijos en mayor medida que hacia las hijas. De igual
manera, si bien las diferencias no son tan notorias entre los entrevistados, también
existe una leve tendencia a que la comunicación sea un medio que se visualiza como
demostración de afecto hacia los hombres en mayor medida que hacia las mujeres.
83
Ya no desde la demostración del afecto, sino desde la perspectiva del propio
aún más. Efectivamente, más de la mitad de los entrevistados (56%) señaló que los
momentos que más disfrutan los padres con sus hijos tienen que ver con este aspecto,
recreación y el juego era lo que más disfrutaba con sus hijas (Cuadro 13).
contraste en la relación que tienen los hombres con sus hijas respecto del que tienen
con sus hijos que conviene profundizar en la medida que, de igual manera, tiene un
pareciera ser especialmente cierta si se considera que el tipo de juegos que los padres
tienden a practicar con sus hijos implican una mayor actividad física que aquellos
Cuadro 13
Momentos que los padres disfrutan más con hijos e hijas. Primera opción
Hijos Hijas
Momentos que más disfrutan Abs. Rel. Abs. Rel.
Recreación y juego 37 56,1 23 35,9
Pasar tiempo juntos 17 25,8 16 25
Conversar 2 3
La vida en familia 1 1,5 1 1,6
Cuando ve sus éxitos y triunfos 2 3 1 1,6
Satisfacción por adquisición de capacidades 1 1,5 6 9,4
En todos los momentos 2 3 6 9,4
Cuido 1 1,6
Con expresiones de afecto, amor 2 3,1
Dar buenos ejemplos, valores, formación 2 3,1
Otros 4 6,1 6 9,4
Total 66 100 64 100
84
No contesta 5 7
Población total 71 71
En una línea similar, existen investigaciones que han mostrado las implicaciones
que tienen los distintos juegos que practican niños y niñas sobre su desarrollo. Ibarra
dos escuelas costarricenses, señala que los niños ejercen un mayor dominio sobre
espacios más amplios a partir de la práctica de juegos como el fútbol, “mientras que las
niñas deben conformarse con juegos que suponen una menor territorialidad “. Según
Ibarra (1999, 136) “esta desigual distribución espacial y la división en los juegos,
obedece a los procesos de socialización experimentados por los niños y las niñas”.
investigación, Ibarra encuentra que “las niñas reciben una educación para tener un
mayor control de su cuerpo, en el sentido de los desplazamientos tanto dentro del aula
como en otros espacios, mientras que los niños para ser más activos y expansivos”.
Esta situación de segregación y utilización del espacio físico, según Ibarra, tiene
136-137)
Por otra parte, algunos estudios (Grugeon; 1995; 25) han encontrado datos sobre
“el carácter cooperativo de la actividad lúdica de las niñas a través de toda una gama
85
dinámicos. Por el contrario, el rasgo predominante en el juego de los niños era la
En suma y si bien haría falta una mayor profundización, la evidencia sugiere que
las prácticas de juego que los padres impulsan con sus hijos e hijas, tienden a
reforzados más allá de los límites del ámbito familiar, con las consecuencias anotadas.
manifiesta del afecto, tiene gran importancia en la medida que es una forma más
proveeduría.
actitudes masculinas hacia la gestualidad del afecto de los padres, que permita hacer
aseveraciones tajantes. Por esta razón, este estudio busca brindar algunas pistas sobre
86
corporal (abrazos, besos, u otras en las que exista una mediación física) y la
En primer lugar habría que señalar, en el plano de las actitudes, que una parte
decirle a sus hijos e hijas que les quieren (Cuadro 14). Resulta interesante señalar que
los hombres remiten las razones de esta situación a la biología y a la naturaleza, pues
según los entrevistados verbalizar el cariño es algo que, además de nacer, “es natural”,
o simple y sencillamente lo dicen porque “ellos son sus padres”. En otros términos, la
un hijo o de una hija. Efectivamente, entre algunos hombres esta posibilidad expresiva
sólo es permitida cuando se trata de una hija “por que es mujer” (según lo manifestó el
que a las mujeres se les puede decir que se les quiere porque son “más sensibles,
87
Por diversas circunstancias, otros hombres (5% de los entrevistados) consideran
que no debe decírsele ni a hijos ni a hijas que se les quiere. Estos hombres consideran
la vida.
Cuadro 14
¿Les nace a los hombres decirles a los hijos e hijas que les quieren?
Hijos Hijas
Abs. Rel. Abs. Rel.
Para hacerles ver que se les quiere 8 11,3 7 9,9
Porque es el padre/ son sus hijos/as 14 19,7 14 19,7
Eso nace, es natural 21 29,6 18 25,4
Depende si se les quiere 4 5,6 2 2,8
Se demuestra de otras formas 2 2,8 2 2,8
No le avergüenza como hombre 2 2,8 1 1,4
No por cultura/machismo 3 4,2
Si, porque es varón 2 2,8
Son más sensibles, apegadas, tiernas 7 9,9
Porque es mujer 6 8,5
No (otros) 3 4,2 4 5,6
Si (otros) 12 16,9 10 14,1
Total 71 100 71 100
Volviendo a la distancia expresiva que establecen una parte de los padres con
sus hijos varones, debe anotarse que tal brecha no sólo se puede ubicar en la
manifestación por vías verbales, sino que se extiende al tipo de saludos cotidianos que
los hombres consideran adecuados (Cuadro 15). Efectivamente, una mayor proporción
de los entrevistados prefiere saludar a sus hijos con un abrazo o con un apretón de
manos (50.7% y 10% respectivamente) que con un beso (21.7%). Por otra parte, y en
un sentido inverso, cuando se trata de una hija, una mayor proporción privilegia el beso
88
sobre el abrazo (53% y 21.7% respectivamente), mientras que el apretón de manos no
Cuadro 15
Forma más corriente en que saluda o saludaría a hijos e hijas
Así el beso, como expresión de afecto paterno tiende a estar más restringido
entre los hijos que entre las hijas. Como se puede apreciar en el Cuadro 16, casi una
quinta parte de los hombres (18.3%) consideró que nunca besaría a sus hijos porque
Cuadro 16
Circunstancias en las que besaría a su hijo y a su hija
89
En cualquier lugar y circunstancia 42 59,2 56 78,9
Sólo en la casa 7 9,9 6 8,5
En lugares públicos 3 4,2 4 5,6
Nunca porque los hombres no se
besan 13 18,3
Nunca porque a las niñas no se
les besa 1 1,4
Sólo cuando son “carajillos” 2 2,8
No lo acostumbra hacer 1 1,4
Cuando sale de la escuela 1 1,4
En momentos especiales 1 1,4 2 2,8
Cuando está enfermo 1 1,4
No sabe 2 2,8
Total 71 100 71 100
Aunque otra parte importante de los entrevistados (59%) señaló que besaría a
sus hijos en cualquier lugar y circunstancia, persiste una clara distinción de género,
pues una mayor proporción (80%) haría esto mismo con sus hijas. Esta evidencia
restringir la práctica del beso paterno a lugares y circunstancias más específicas como
por vías gestuales. Al menos en una parte de los hombres la escogencia de un abrazo
escogencia aleatoria de un saludo. Este acto esconde una significación social compleja
90
y que tiene que ver con el saludo entre dos varones más que con el saludo entre un
padre y un hijo. Siguiendo a Robert Brannon, Michael Kimmel (1997: 51) ha señalado
con asuntos de mujeres! Uno no debe hacer nunca algo que remotamente sugiera
feminidad... ”.
esta argumentación, tal pareciera que algunos padres buscan evitar el beso con sus
hijos en la medida que tiene una significación femenina que cuestiona su propia
masculino del muchacho, el primer par de ojos de varón frente a los cuales él se trata
de probar a sí mismo” (Kimmel; 1997, 56), de forma tal que la negación de este tipo de
contacto resulta necesaria para marcar la pauta viril ejemplificante, coartando una
91
Segunda Parte: Prácticas Paternas
En los capítulos anteriores hemos analizado una serie de elementos que aporten
conveniente complementar esta visión con una breve descripción de las prácticas
paternas con relación al involucramiento paterno que nos sirva de contraste. Esto
Parte de estas prácticas, no sólo pasan por cómo los hombres se involucran en
la crianza, sino que comienzan en los procesos de reconocimiento de sus hijos e hijas
al brindarles su apellido con todas las implicaciones que en el plano simbólico y de los
33
Debe mencionarse que las preguntas sobre prácticas paternas se realizaron en primera instancia,
pasándose posteriormente a las preguntas sobre actitudes. Sin embargo para efectos expositivos se ha
invertido este orden.
92
Además de las prácticas, se abordarán una serie de aspectos que aluden a los
conforman la muestra de este estudio realizaron ante el Registro Civil. Con ello
1.1. Los trámites realizados por los entrevistados ante el Registro Civil
inscripción de los niños y las niñas por parte de los hombres entrevistados, es
necesario tener en cuenta que a partir de los trámites realizados por los entrevistados
ante el Registro Civil pueden establecerse dos grandes grupos. En el grupo más grande
se encuentran los hombres que por su propia cuenta llegaron a inscribir a su hijo o hija
ante la oficina del Registro Civil; en este se encuentra el 62% de los entrevistados (45
casos).
Civil envió un citatorio solicitándoles presentarse ante dicha oficina. Estos hombres
habían sido declarados como padres por mujeres que se acogieron a la Ley de
Paternidad Responsable. De estos hombres, el 65.4% (17 casos) inscribió a sus hijos o
34
Únicamente uno de los entrevistados (1.4% del total) no dio información del trámite que realizaba.
93
hijas; un 30.8% (8 casos) solicitó una prueba de ADN por “duda de paternidad” y el
Un factor que debe tenerse en cuenta para comprender la relevancia que reviste
los derechos de niñas y niñas con situaciones familiares distintas. Efectivamente, dentro
de los entrevistados que llegaron al Registro Civil a realizar inscripción a partir del
citatorio, el 43.8% no vivía con la madre del niño o niña, mientras que el restante 56.3%
sí vivía con ella. Por esta razón es posible afirmar que el citatorio funcionó como un
“motivador” para que los hombres que no vivían con la madre llegaran a inscribir a sus
hijos e hijas. Sin embargo, este motivador también funcionó con aquellos hombres que
Por otra parte, entre los entrevistados que inscribieron por su propia cuenta
gran mayoría (el 82.9%) vivía con la madre de los niños y niñas, y solamente el 17.1%
no vivía con ella. En este sentido es importante señalar que existen hombres que no
viviendo con la madre de sus hijos, llegaron a inscribir por su propia cuenta. En todos
los casos mencionados, existe una importante ganancia para los derechos de niñas y
94
Uno de los factores que ha brindado elementos para problematizar la paternidad
en nuestro medio, son las cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de Estadística
y Censos. Estas cifras, han apuntado a altas proporciones de padres “no declarados”.
Según estas cifras, en el año 2000, del total de nacimientos el 31.1% correspondía a
“paternidad irresponsable”.
que en realidad no inscriben a sus hijos e hijas. Si bien no se cuenta con agregados
nacimientos han sido inscritos sin los apellidos del padre durante los meses de enero
de varios años, lo cual sería a grandes rasgos la tendencia anual. Como puede
apreciarse en la Columna B del Cuadro 17, las cifras de nacimientos sin padres
declarados para el mes de enero del año 2000 es del orden del 17%, lo cual es una
proporción considerablemente menor que la referida por las Estadísticas Vitales del
cálculos. Las cifras brindadas por el INEC son calculadas con las declaraciones hechas
en el hospital al momento del nacimiento del niño o la niña, mientras que el cálculo del
Registro Civil se ha hecho a posteriori, cuando los padres se han presentado a dicha
35
Entrevista realizada el 17 de Septiembre de 2002.
95
institución a reconocerles. Esto hace que las proporciones bajen sensiblemente. Por
esta razón las cifras brindadas por el INEC no deben ser leídas como “nacimientos de
También cabe recalcar que los datos del INEC no son erróneos, de hecho tanto
el INEC como el Registro Civil realizan estas estadísticas con la misma información. Sin
embargo las estadísticas del INEC son una fotografía del momento de la declaración en
el hospital, mientras que el Registro Civil puede realizar nuevas estimaciones una vez
Cuadro 17
Cálculos de los porcentajes de nacimientos sin padres declarados según
la versión INEC y según la versión Registro Civil
A B
% de nacimientos % de nacimientos
de padre que no había declarado inscritos sin padre
Cifras Estadísticas Vitales Cifras Sección de Inspecciones
INEC Registro Civil
Año (datos anuales) (datos del mes de enero de cada año)
2001 17,7
2000 31.1 17,0
1999 30,3 14,4
1998 27,8 13,2
1996 27,1 12,1
1994 24,8 10,6
96
en INEC. Estadísticas Vitales.
Fuente de columna B: Bolaños, Luis. El Registro Civil en el Marco de las
investigaciones de paternidad. Ponencia presentada en el Encuentro
Internacional de Paternidad, Costa Rica, 2002
que los tiempos que demoran los entrevistados en inscribir a sus hijos e hijas son muy
exceder los 5 años después del nacimiento. Este fenómeno, denominado por Bolaños
como “inscripción tardía”, tenderá a ser cada vez más contrarrestado con la aplicación
existir algunas diferencias si se compara a los que inscribieron por su cuenta respecto a
aquellos que lo hicieron por citatorio. La tercera parte de los que realizaron los trámites
de inscripción por su cuenta inscribieron a sus hijos o hijas antes de que estos
cumplieran los 16 días de nacidos/as, mientras que sólo el 17.6% de los que
inscribieron por citatorio hicieron lo mismo (Cuadro 18). La mayoría de los que
inscribieron al ser citados lo hicieron cuando su hijo o hija tenía entre los 16 días y los
dos meses de nacido/a (47%, contra el 35% de los que inscribieron por su cuenta). El
97
Siguiendo este criterio, las diferencias son pocas, puesto que el 39.5% de los
este margen, sucediendo lo mismo con el 35% de los que recibieron citatorio.
Cuadro 18
Tiempo transcurrido desde el nacimiento de niñas y niños
según tipo de trámite que realiza
presenta eficaz, pues el 30% de los hombres entrevistados a los que le fue enviado,
señaló que esta había sido la razón fundamental por la que llegó a realizar los trámites
de inscripción. Por otra parte, de los otros hombres a los que también fue enviado el
citatorio, el 23.5% señaló que lo motivó a realizar los trámites el hecho de garantizarle
estabilidad legal a su hijo, así como tener derechos como padre; mientras que apeló a
98
Entre los hombres entrevistados que llegaron a inscribir por su propia cuenta, la
razón más mencionada para realizar tales trámites fue la responsabilidad (26.2%),
seguida por el hecho de ser el padre (19%), dar sus apellidos (14.3%), querer
reconocer a su hijo o hija (9.5%) y que este o esta no crezca sin un padre (9.5%).
Los motivos señalados por los padres que realizaron los trámites de inscripción
derechos. La fuerza de esta relación no pareciera hallarse tan presente entre aquellos
hombres que señalaron como motivo fundamental para inscribir a sus hijos/as el hecho
de ser citados por el Registro Civil. Ante tal situación surge la gran interrogante de si
existen o no razones vinculares que les llevaran a reconocer en el caso de que tal
citatorio no les hubiese llegado, lo cual reafirma la importancia que tiene el mecanismo
1.5. Motivos por los que no se inscribió a los hijos e hijas con anterioridad
Registro Civil, lo cual se hace especialmente patente con aquellas parejas que se
encuentran en unión libre. Esto significa, en algunos casos, que la inscripción de niños
y niñas con el apellido del padre se ve postergada por algún tiempo, como ya
99
señalamos. La razón más frecuente por la que los hombres no realizaron los trámites
de inscripción con anterioridad es la dificultad del horario de su trabajo: fue así para el
38.5% de los entrevistados que a los que fue enviado citatorio o llegaron por su cuenta
(Cuadro 19). En un sentido similar otros hombres (7.7%) señalaron que no habían
postergada por la función de la proveeduría. Sin embargo, cabe mencionar que la gran
mayoría de estos hombres realizaron los trámites ante el Registro Civil antes de los 3
meses de nacimiento de su hijo o hija, y, dentro de estos, buena parte antes de los 15
días.
inscripción), señalaron que habían tenido problemas de inscripción que ellos atribuían al
Registro Civil o al mismo hospital. Otros señalaron como razón para postergar la
de coincidir con la madre del niño o niña (3.8%). Lo anterior pareciera apuntar a la
necesidad de establecer mecanismos institucionales que faciliten aún más los proceso
de inscripción.
Resulta importante destacar, por otra parte, que existen hombres que han
inscrito a sus hijas e hijos biológicos, después del año de su nacimiento, existiendo un
entrevistado que inscribió a su hijo cuando éste tenía 4 años de edad. Estos hombres
señalaron que los problemas que ellos tienen con la madre del niño o niña, o con otros
familiares maternos, son el motivo para no haber realizado los trámites de inscripción
100
con anterioridad. Sin duda alguna, estos plazos se verán acortados con los
mecanismos que brinda la Ley de Paternidad Responsable. Por otra parte, debe
pareja no han durado más de dos meses en realizar la inscripción, lo que nos habla de
Cuadro 19
Razones por las que no se inscribió a hija/hijo con anterioridad
Abs. Porcentaje Porcentaje
Total Total de
Razones entrevistados Inscriptores
.
Por razones laborales 20 28,2 37,7
No contesta 18 25,4
Total 71 100
101
1.6. Motivo para solicitar la prueba de ADN
Entre los hombres que solicitaron prueba de ADN, el 75% (6 casos) dijo tener
dudas de ser el padre por creer que la madre del niño o niña anduvo con otros hombres
o por su “vida desordenada”. Otro entrevistado dijo que simplemente rechazaba ser el
padre, mientras que uno más señaló que la madre del niño había roto un pacto que
pública la relación, lo que “afectaba” su matrimonio con otra mujer, razón por la que
Además de las que hemos señalado en capítulos anteriores (edad y sexo de niños y
comprender que las relaciones de pareja ( y con ellas las familias) se encuentran en
102
constante reconfiguración36. En este sentido, entre los entrevistados existen hombres
con condiciones muy diversas: en cuanto al estado civil hay hombres divorciados en
unión libre, separados en unión libre, solteros, separados, divorciados, etc.; además, los
hombres tienen una cantidad muy distinta de hijos e hijas, que va desde una hasta
once; aproximadamente la mitad de los entrevistados (50.7%) sólo tenia un hijo o hija
de la relación actual, mientras que el 29.5 tenía más de un hijo en el marco de la misma
relación37; también es fundamental señalar que en algunos casos estos hijos han
pues:
a) El 63.6% de los hombres que inscribieron a sus hijos o hijas vivían con
algunos casos). Además de vivir con la pareja y sus hijos e hijas, otro
otros familiares. Por otra parte, los hijos e hijas de otro 24.2% de los
inscriptores vivía sólo con la madre y no con él, lo cual significa que los
b) Por otra parte, del total de entrevistados que inscribieron su hijo o hija,
36
La importancia de la reconfiguración de las familias en la comprensión de las prácticas paternas es una
idea que debemos a María Elena Rodríguez.
37
El restante 19.7% no contestó o había solicitado prueba de ADN
38
Un 5.6% no dio información al respecto.
103
casos, los niños y niñas vivían sólo con la madre; en el 5.3% con la
de los casos, algunos de los hijos e hijas del entrevistado vivían con él,
Este criterio distingue las prácticas paternas que los entrevistados tienen con
de aquellas prácticas con los hijos e hijas de otras relaciones. Para efectos de
comodidad, designaremos a los niños y niñas del primer tipo de relación como “hijos e
hijas de la relación actual”, sin que tal designación signifique necesariamente que los
padres viven con esta mujer, por los motivos que ya hemos señalado. Sin embargo, ha
sido posible constatar que la gran mayoría de los entrevistados sí viven estas mujeres,
e hijos, en segundo lugar, la frecuencia con que les veían al momento de la entrevista y,
104
por último, el tipo de actividades que realizaban con ellas y ellos cuando se
encontraban juntos.
con mayor vulnerabilidad y dependencia de las funciones paternas. Para estos efectos
hemos considerado el aporte hecho por los padres a niñas, niños, adolescentes y
jóvenes menores de 24 años39. Más aun interesa comparar este aporte con el aporte
hecho a hijos e hijas de otras relaciones para indagar si existía algún tipo de diferencia.
El Cuadro 20, brinda información sobre el aporte económico que hacen los
padres a los tres primeros hijos tanto de la relación actual como de otras relaciones de
39
Como bien es sabido, la pensión alimentaria puede cubrir hasta los 25 años en el caso de que las y los
jóvenes estudien.
40
Es importante recalcar que para efectos comparativos estamos utilizando cifras relativas y no
absolutas, puesto que el número de hijas e hijos de la relación actual es mayor que el número de hijas e
hijos de otras relaciones.
105
b) En segundo lugar, la proporción de hombres que aportaba regularmente 41 a la
hijas e hijos de la relación actual, que cuando se trataba de las hijas e hijos de
sabido.
No fue posible medir si existen diferencias en la cantidad de dinero que recibían en los
hijos e hijas de las actuales relaciones respecto de los hijos e hijas de otras relaciones;
sin embargo es posible pensar, según lo descrito, que podría existir una brecha que va
41
El concepto “regularmente”, tal y como fue utilizado con los entrevistados, está referido al aporte
cotidiano a la manutención. Tuvo la intención de diferenciarlo del aporte “eventual”, que no tiene
periodicidad ni constancia.
42
El aporte “eventual” pareciera estar sujeto a la propia voluntad de los hombres. No es un aporte ni
regular ni regulado legalmente, como en el caso del aporte por medio de pensión.
106
Esta evidencia nos reafirma lo señalado en el Capítulo 1: los hijos que no se
definición que los hombres hacen de la familia, y por lo tanto tienden a ser menos
107
Cuadro 20
Tipo de aporte económico a hijos e hijas de la madre del niño/a que inscribe y de niños y niñas de otras relaciones
por edad de niñas y niños, adolescentes y jóvenes /1
Tipo de aporte económico a Tipo de aporte económico a
Hijos e hijas de la madre del hijo/a que inscribe Hijos e hijas de otras relaciones
Aporta Aporta Aporta Pensión Aporta
No aporta Eventualmente Regularmente Total No aporta Eventualmente Alimentaria Regularmente Total
Edad Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel.
Hijo/a #1
Menor de 1año 2 3,3 4 6,7 29 48,3 35 58,3
1 a 4 años 1 1,7 8 13,3 9 15,0 1 6,7 1 6,7 2 13,3
5 a 9 años 11 18,3 11 18,3 1 6,7 1 6,7 2 13,3 4 26,7
10 a 14 años 4 6,7 4 6,7 1 6,7 0,0 2 13,3 3 20,0
15 a 19 años 0,0 0,0 1 6,7 2 13,3 3 20,0
20 a 24 años 1 1,7 0,0 1 1,7 1 6,7 2 13,3 0,0 3 20,0
Total 4 6,7 4 6,7 52 86,7 60 100,0 1 6,7 3 20,0 4 26,7 7 46,7 15 100
Hijo/a #2
Menor de 1año 10 50,0 10 50,0
1 a 4 años 4 20,0 4 20,0 1 9,1 1 9,1
5 a 9 años 3 15,0 3 15,0 1 9,1 1 9,1
10 a 14 años 2 10,0 2 10,0 1 9,1 1 9,1 2 18,2
15 a 19 años 1 5,0 1 5,0 1 9,1 2 18,2 1 9,1 4 36,4
20 a 24 años 2 18,2 1 9,1 3 27,3
Total 20 100,0 20 100,0 3 27,3 1 9,1 4 36,4 3 27,3 11 100,0
Hijo/a #3
Menor de 1año 5 71,4 5 71,4
1 a 4 años 2 28,6 2 28,6
5 a 9 años 1 11,1 1 11,1 2 22,2
10 a 14 años 1 11,1 1 11,1 2 22,2
15 a 19 años 1 11,1 2 22,2 3 33,3
20 a 24 años 2 22,2 2 22,2
Total 7 100,0 7 100,0 2 22,2 1 11,1 2 22,2 4 44,4 9 100
/1: se trata de niños, niñas, adolescentes y jóvenes menores de 25 años
108
2.2. Frecuencia con la que los hombres ven a sus hijas e hijos
paterno es la cantidad de veces que los hombres ven a sus hijas e hijos. Sin duda, este
indicador no nos habla de la “calidad” de la relación, sin embargo, es posible que exista
un vínculo más cercano y estrecho a mayor número de encuentros43. Por si mismo este
indicador nos diría poco, por lo que es necesario verlo en conjunto con los otros
aspectos (el aporte económico y las cosas que hacen los hombres con y para sus hijas
Con relación a la frecuencia con que los hombres ven a sus hijas e hijos es
posible hacer varias constataciones44 (Cuadro 21 y Cuadro 22). En primer lugar debe
señalarse que no cabe duda alguna que existe una dramática diferencia en cuanto a la
frecuencia que los hombres ven a los hijos e hijas dependiendo de si estos son de la
gran mayoría de los hombres entrevistados ven a diario o casi a diario a hijos e hijas de
la relación actual: el 81% lo hace así con su hijo o hija mayor; el 90% con el o la
Por otra parte, cuando se trata de los niños y niñas que estos hombres han
43
Esto no es necesariamente cierto, especialmente en el caso de padres agresores, tema que escapó a
esta investigación.
44
En cuanto a la frecuencia que ve a hijas e hijos, hemos considerado a los hombres que tenían hijos e
hijas entre los 0 y los 19 años de edad.
109
entrevistados que los ve a diario o casi a diario. Efectivamente, ninguno de los
entrevistados veía a diario o casi a diario a sus hijos o hijas mayores (Gráfico 1); sólo
un 25% de los entrevistados veía con esta frecuencia a los segundos hijos o hijas y un
Gráfico 1
Frecuencia con la que los padres ven a hijos e hijas de otras relaciones
100%
80%
Porcentaje
60%
40%
20%
0%
Hijos/as Segundos/as Terceros/as
Mayores Hijos/as Hijos/as
cada 6 meses 27,3 12,5 28,6
cada tres meses 27,3 12,5 0
1 a 3 veces por mes 36,4 37,5 28,6
1 o 2 veces por semana 9,1 12,5 0
a diario o casi a diario 0 25 42,9
Fuente: Cuadro 22
Como puede apreciarse en el Gráfico 1, los encuentros de los padres con sus
hijos e hijas de otras relaciones tienden a ser mucho más espaciados. Así, por ejemplo,
el 27% de los entrevistados veía a los hijos/as mayores una vez cada 6 o más meses,
otro 27.3% les visitaba cada 3 meses y un 36.4% de una a tres veces por mes.
110
Por otra parte, de los que tenían un segundo o segunda hija de otra relación, un
12.5% les veía cada seis meses, otro 12.5% cada tres meses, un 37 de 1 a 3 veces por
semana y sólo un 25% les veía a diario o casi a diario, como ya anotamos (Gráfico 1).
En el caso de los hombres que tenían un tercer hijo o hija de otra relación (en
este caso el menor de los tres hijos), un 28.6% les veía cada seis meses, otra
proporción igual de una a tres veces por mes y un 42.9% a diario o casi a diario (Gráfico
1).
a los hijos e hijas de otras relaciones. Adicionalmente hay que anotar que entre los
mismos hijos e hijas de otras relaciones también existen diferencias, pues hay algunos
que son vistos con mucha mayor frecuencia que otros, lo que podría estar marcado por
un tipo de relación muy distinta de los hombres con las madres de sus hijos. También
es posible notar que son las hijas e hijos de menor edad los que son más frecuentados
quedaron fuera de los márgenes de este estudio: ¿tienden a ser menos frecuente s los
Cuándo los hombres ven a los hijos e hijas de estas otras relaciones ¿cuánto tiempo
invierte en ellos y ellas? Y, nuevamente ¿es menor este tiempo dedicado conforme más
111
hablar de la calidad de la relación y de los factores que inciden en la calidad de la
paternidad.
112
Cuadro 21
Frecuencia con la que ve a hijos e hijas
de la relación actual, por edad de las niñas, niños y adolescentes /1
Frecuencia con que le ve
A diario 1o2 3o4 1a3 Cada 3 En pocas No
o casi veces x sem. veces x sem. veces x mes meses Ocasiones Contesta Total
Edad Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel.
Hijo/a #1
Menor de 1año 27 45,8 2 3,39 2 3,4 2 3,4 1 1,7 1 1,7 35 59,3
1 a 4 años 9 15,3 9 15,3
5 a 9 años 9 15,3 2 3,4 11 18,6
10 a 14 años 3 5,1 1 1,7 4 6,8
15 a 19 años
Total 48 81,4 2 3,39 2 3,4 4 6,8 1 1,7 2 3,4 59 100,0
Hijo/a #2
Menor de 1año 10 50 10 50
1 a 4 años 2 10 1 5 1 5 4 20
5 a 9 años 3 15 3 15
10 a 14 años 2 10 2 10
15 a 19 años 1 5 1 5
Total 18 90 1 5 1 5 20 100
Hijo/a #3
Menor de 1año 5 71,4 5 71,4
1 a 4 años 2 28,6 2 28,6
5 a 9 años 0
10 a 14 años 0
15 a 19 años 0
Total 7 100 7 100
/1: Se trata únicamente de niños y niñas y adolescentes menores de 20 años
113
Cuadro 22
Frecuencia con la que ve a hijos e hijas
de otras relaciones, por edad de las niñas, niños y adolescentes /1
Frecuencia con que le ve
A diario 1o2 1a3 Cada cada 6 o En pocas
o casi veces x sem. veces x mes 3 meses más meses Ocasiones Total
Edad Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel. Abs. Rel.
Hijo/a #1
Menor de 1año
1 a 4 años 1 9,1 1 9,1 2 18,2
5 a 9 años 1 9,1 1 9,1 1 9,1 1 9,1 4 36,4
10 a 14 años 1 9,1 1 9,1 2 18,2
15 a 19 años 1 9,1 1 9,1 1 9,1 3 27,4
Total 1 9,1 4 36,4 3 27,3 3 27,3 11 100
Hijo/a #2
Menor de 1año
1 a 4 años 1 12,5 1 12,5
5 a 9 años 1 12,5 1 12,5
10 a 14 años 1 12,5 1 12,5 2 25
15 a 19 años 2 25 2 25 4 50
Total 2 25 1 12,5 3 37,5 1 12,5 1 12,5 8 100
Hijo/a #3
Menor de 1año
1 a 4 años
5 a 9 años 1 14,3 1 14,3 2 28,6
10 a 14 años 1 14,3 1 14,3 2 28,6
15 a 19 años 1 14,3 1 14,3 1 14,3 3 42,9
Total 3 42,9 2 28,6 2 28,6 7 100
/1: Se trata únicamente de niños y niñas y adolescentes menores de 20 años
114
2.3. Actividades que los hombres realizan con hijas e hijos
paterno es el relativo al tipo de actividades que realizan los hombres con sus hijos e
hijas. Es importante tener en cuenta las diferencias de edades que tienen hijos e hijas,
así como las diferencias existentes entre los entrevistados en cuanto a la experiencia
paterna, pues para el 53.5% de los entrevistados, el niño o niña que llegaron a inscribir
era su primer hijo o hija, mientras que el 45.1% de los entrevistados, ya era padre con
anterioridad45.
En todo caso, existen tres tipos de actividades que los hombres principalmente
los hombres se dedican a la recreación y al juego (ir al parque, salir de paseo, jugar
fútbol), seguidos por la conversación y otras muestras de tipo afectivo. En este grupo se
encuentran especialmente los hombres con hijos e hijas que ya no son bebés.
En segundo lugar, otros hombres señalaron que daban muestras de tipo afectivo
a sus hijos e hijas de la relación actual, especialmente aquellos con niños y niñas recién
45
No se pudo obtener información sobre este aspecto del 1.4% de los entrevistados. Aquí nos
referiremos a hombres con hijos e hijas de edades no mayores a los 19 años que contestaron a nuestras
interrogantes (57 en total).
115
nacidos o de muy corta edad. También desarrollaban otros juegos, acordes con tales
edades.
trataba de los hijos e hijas mayores de la relación actual; ascendiendo al 18% cuando
se trataba de los segundos o segundas hijas y al 25% con los terceros o terceras hijas,
como combinaciones de estas, al momento de describir lo que hacían con los hijos e
hijas de la relación actual. Esto no fue tan marcado cuando describieron lo que hacían
con los hijos e hijas de otras relaciones. Efectivamente, con estos últimos hijos e hijas,
46
Debe tenerse en cuenta que los hombres que tienen segundos/as y terceros/as hijos/as con la relación
actual son considerablemente menos: mientras que 57 hombres nos brindaron información sobre sus
primeros/as hijos, sólo 22 dijeron tener segundos/as hijos/as y únicamente 8 terceros/as hijos/as.
116
Si se combina el indicador relativo al tipo de actividades que los hombres
realizan con sus hijos e hijas, con el indicador que mide la frecuencia de los encuentros,
puede señalarse que las prácticas de involucramiento paterno con los hijos e hijas de
otras relaciones tienden a ser menos comprometidas que con los hijos e hijas de la
relación actual. Esto se acentúa aún más al considerar que el aporte económico para la
manutención de los hijos e hijas de estas otras relaciones también es menos constante
Esta serie de constataciones permite afirmar que una política pública que busque
reproductivo, así como sensibles, debe tomar en cuenta esta diversidad. Efectivamente,
117
Conclusiones
Del contexto
hombre con un guión definido de manera bastante clara. Se trata de aquél que tiene el
de obra en el mercado de trabajo, por lo general fuera del hogar y que al asumir la
118
socialmente de involucrarse en el cuido de hijos e hijas, así como en todos los
aspectos de tipo reproductivo que de este cuido se derivan. Como hemos mencionado,
con esta posición no sólo contribuye a la supervivencia del grupo sino que adquiere
prestigio y poder. A este respecto debe tenerse en cuenta, como señala Gilmore
(1994:219) que “en general, tanto los papeles de los varones como los de la mujer
47
Gilmore denomina virilidad lo que aquí se ha denominado como masculinidad hegemónica, siguiendo
otros estudios sobre la masculinidad.
119
A este respecto no nos es posible dejar de pensar en aquellos hombres de
trabajar a muy tempranas edades lo que, sin duda alguna, les ha implicado enfrentar
expresivas.
48
Resulta fundamental llevar a cabo indagaciones que permitan profundizar en el conocimiento de las
diferentes experiencias de vida y sus implicaciones sobre la forma en que posteriormente los hombres
ejercen su paternidad. Esto puede dar pistas que contribuyan a configurar paternidades más involucradas
en las diferentes funciones (económica, afectiva, de cuido).
120
involucramiento paterno diferenciadas. De ahí que cuando hablamos de
involucramiento paterno no estemos hablando de un tipo o modelo de paternidad sino
de estilos paternales distintos, a cuyo conocimiento nos hemos acercado al observar las
distintas formas que asumen lo afectivo, la crianza y la proveeduría entre los hombres.
Una primera gran constatación alude a que existe una homologación entre la
masculinidad proveedora (la cual responde ante el imperativo de proporcionar el
dinero), y la paternidad. De esta equiparación deriva una paternidad altamente valorada
por la capacidad de consumo en el mercado de bienes y servicios. En su manera más
extrema, y según el propio testimonio de los entrevistados, se trata de una paternidad
que es medida en función del consumo, lo cual quiere decir que es un buen padre
aquel con capacidad adquisitiva y, por exclusión, no lo es quien no cuenta con tal
121
capacidad. En esta medida, la proveeduría determina fuertemente la forma en que los
hombres se relacionan con sus hijos e hijas.
Esta situación nos habla de una paternidad regida por el fetiche del dinero, y por
lo tanto se trata de una paternidad en la que existe un sobredimensionamiento de la
proveeduría como eje de relacionamiento con niños y niñas, lo cual tiene contradictorias
implicaciones.
la perspectiva del esfuerzo material como desde su connotación afectiva, tal pareciera
que la demostración afectiva por vía del dinero tiende a generar otro tipo de situaciones
122
el dinero, se manifiesta de manera considerablemente menos directa que la
distintas de vivir la paternidad. Nuevamente hay que decir que esto tiende a supeditar
una relación tan compleja como la paternidad al hecho llevar dinero, lo cual va en
123
hasta donde llega el compromiso económico en el contexto de la relación de pareja, lo
que no es suficiente para el desarrollo integral de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
mediador de la relación hombres-hijos/as, sino que por mandato sea la madre quien
tenga que satisfacer el resto de necesidades vitales de niños y niñas, lo cual la vuelve
en un intermediario más entre los hijos y los hombres (ciertamente no por elección
propia, ni mucho menos de manera consciente). Esto contribuye a explicar por qué la
de ciertos hombres con sus hijos e hijas. Tal situación pareciera develar las profundas
49
No disponemos de evidencia que nos indique que esta visión continúe a mayores edades.
124
acompañado de conductas evasivas bajo condiciones como las señaladas. Esto
los hombres y las mismas mujeres recomponen su familia. Si bien hemos sostenido
vínculos más allá de la proveeduría, resultaría importante analizar si existe otro tipo de
Uno de los aspectos más interesantes entre una parte considerable de los
entrevistados, es la posibilidad de pensar el afecto sin necesidad de mediaciones. Es
125
en esta dirección que cobra fuerza la expresión por vías gestuales como el abrazo y el
beso (que involucran un mayor contacto físico), así como por vías verbales, lo que
implica explicitar el amor que se desprende del vínculo paterno.
Ahora bien, es importante tener en cuenta que, aún con estos importantes
sesgos, tal evidencia exige relativizar ciertas posiciones existentes dentro los estudios
sobre masculinidades que sostienen que los afectos no juegan ningún papel en la vida
de los hombres, obviando las distintas manifestaciones existentes al respecto. También
nos llama la atención al respecto de tomar en cuenta a los padres no sólo como sujetos
que deben proporcionar afecto, sino como seres que disfrutan de la paternidad y que
126
ambos factores están fuertemente asociados a una relación paternal más cálida y
estrecha.
alta, pues es necesario avanzar hacia una construcción identitaria de los hombres que
127
económicamente a la manutención de su(s) familia(s)50, sino que deben trascender la
fuerte contenido patriarcal que tiene el término responsabilidad en nuestro contexto, sin
50
No podemos dejar de insistir que en la pareja pueden existir arreglos en que los hombres se dediquen
fundamentalmente a lo reproductivo, mientras que las mujeres asumen la proveeduría.
128
poco o nada involucradas con niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Mientras estos
factores sociales persistan, paternidades realmente involucradas no serán posibles.
necesario trabajar para el desarrollo de vínculos más fuertes entre los padres y sus
Mientras tanto, deben ser aprovechadas otras situaciones que pueden potenciar
la formación de niños y niñas, son aspectos a ser considerados como punto de entrada
necesidad de independizar la relación que los hombres tienen con sus hijos e hijas del
diferenciación que realizan los hombres con sus hijos e hijas, dependiendo de si se
129
encuentran o no cubiertos/as por la relación de pareja que en la actualidad mantienen.
Esto permitiría que los niños y las niñas no se encuentren sujetos al vaivén de las
facilitando que los hombres dejen de ser personajes marginales para convertirse en
sujetos activos en la resolución de las distintas necesidades vitales de sus hijos e hijas.
Este es un cambio paulatino que puede generar angustia y resistencia, pero los
Sin embargo, este es un camino que no depende únicamente del cambio cultural
130
cantidad de tiempo, y por lo tanto, cambios societales más complejos que contribuyan
promuevan las incapacidades o bajas por paternidad, y no sólo por maternidad, las
cuales pueden ir acompañadas por mecanismos de apoyo a los padres que se acojan
a ellas y que garanticen el efectivo uso del tiempo por parte de los hombres en las
tendencias simbólicas que van en detrimento del involucramiento paterno. Sin agotar el
tema, habría que señalar al respecto la necesidad de deconstruir entre los hombres
concretos, el fuerte peso que se otorga a la crianza como un asunto de mujeres. Esta
resistencia hacia el involucriamiento de los padres en este tipo de labores ante el temor
a ser percibido como “menos hombres”. Las escuelas para padres, grupos de “apoyo”,
alternativas y satisfactorias.
131
Sin duda alguna, estas experiencias deben ir de la mano de amplios procesos de
investigación que permitan una base informada para dirigir la toma de decisiones. En
nuestro medio, la investigación es aún incipiente, por lo que las aristas a indagar son
múltiples. Los resultados de nuestra investigación brindan algunas posibilidades de
indagación que es conveniente señalar para el avance en el campo de la
corresponsabilidad familiar, la vivencia de paternidades más plenas, la construcción de
proyectos de vida autónomos de las mujeres, entre otros aspectos. Un esbozo general
y no del todo exhaustivo, nos permite ubicar varias grandes vetas de investigación:
1. La historia de vida de los hombres como hijos, de manera tal que se analice la
manera en que sus propios padres y madres contribuyeron a configurar su
estilo paternal (desde la ausencia, la violencia, el involucramiento, los
mandatos, etc.). Utilizando una perspectiva comparada, esto puede dar pistas
de los diferentes tipos de socialización y sus efectos en la constitución de
diferentes formas de paternidad.
2. Los cambios generacionales en el ejercicio de las paternidades.
3. Las concepciones de las mujeres en torno a las paternidades y su incidencia
en la reproducción del modelo tradicional o en la construcción de formas
alternativas.
4. Las relaciones de poder que establecen los hombres tanto con la pareja actual
como con las pasadas, con miras a indagar acerca de cómo el ejercicio de
determinados tipos de paternidad inciden en la calidad de vida de las mujeres
(en lo económico, en el uso del tiempo, en la autonomía),
5. La influencia de las diferentes formas paternales sobre la definición de los
proyectos de vida de sus hijos y e hijas, indagando cómo dichas paternidades
inciden sobre su autonomía y el control de su cuerpo, sobre sus posibilidades
expresivas, su decisión profesional, etc.
6. Las fuentes ideológico-institucionales que refuerzan las concepciones
tradicionales de la paternidad o que facilitan formas alternativas.
132
Desde nuestra perspectiva, todo proceso de indagación debe tomar siempre en
cuenta que la paternidad es una construcción social que implica a diversos agentes,
tanto en la familia como fuera de ella, lo que la hace una experiencia fundamentalmente
Por otra parte, es claro que la búsqueda del involucramiento paterno debe
sea la orientación principal, ameritando que tanto hombres como mujeres desempeñen
por igual las diferentes funciones necesarias para la crianza de hijos e hijas.
Sin duda alguna, todo apunta a que uno de los requerimientos esenciales en
ambiente cultural que apoye y propicien cambios sustantivos entre los hombres, de
transformaciones.
133
Bibliografía
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paternidad. Documento presentado en el Encuentro Internacional “Fomento de la
Paternidad responsable: normas legales y políticas públicas”. Costa Rica, marzo del
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escuela. Informes Etnográficos. España: Paidos.
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En: Valdés, Teresa y Olavarría, José. Masculinidad/es. Poder y crisis. Ediciones de las
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134
Marqués, Joseph-Vincent, 1997. Varón y Patriarcado. En: Valdés, Teresa y Olavaria,
José (eds.). Masculinidad/es, Poder y Crisis. Ediciones de las mujeres No.24.
Isis/FLACSO Chile.
Martín Baró; Ignacio, 1992. Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica.
5ta. Ed. UCA Editores, El Salvador.
Muñoz, Sergio y Calderón, Lucía, 1998. Maternidad y paternidad: las dos caras del
embarazo adolescente. Costa Rica: Centro Nacional para el Desarrollo de la Mujer y la
Familia.
Rodríguez, María Elena y Lázaro, Luis, 2001. La paternidad responsable en Costa Rica:
Una tarea pendiente. CEPAL, 9 de julio, México.
Estadísticas
Leyes
Ley de Paternidad Responsable. Instituto Nacional de las Mujeres. 2.ed. San José: el
Instituto, 2001 (Colección Legislación; no.8 Leyes; no. 8)
Periódicos
135
ANEXO 1
• La madre puede declarar el nombre del presunto padre ante una persona
funcionaria del Registro Civil en las oficinas de esta institución o en el Hospital, para
lo cual es importante que la madre tenga a mano los siguientes datos del padre:
NOMBRE COMPLETO, NÚMERO DE CÉDULA, DIRECCIÓN EXACTA (para
notificarlo), LUGAR DONDE TRABAJA, TELÉFONO, FECHA DE NACIMIENTO.
136
deben ir acompañados de una persona conocida que porte algún documento de
identificación.
Una vez inscrita la niña o el niño con el apellido del padre, la madre podrá gestionar el
cobro de gastos por embarazo y maternidad por un año después del nacimiento. Por
eso se recomienda guardar la mayor cantidad de facturas y comprobantes de gastos
en que la madre incurra para presentarlos al cobro. La cantidad reembolsada será
ordenada por un juez o jueza de acuerdo a las posibilidades económicas del padre.
• Si el padre se niega a cumplir con esta obligación, la madre puede iniciar el trámite
de pensión alimentaria en el Juzgado de Pensiones Alimentarias más cercano a su
lugar de residencia.
137
138
139
ANEXO 2
Registro Civil: Informe de estado de aplicación de la Ley de Paternidad Responsable
del 27 de abril de 2001 al 31 de julio de 2002
1/ Se trata de aquellos citatorios que se envían a los padres declarados para que se presente al Registro Civil y que
por alguna razón no han podido ser entregados.
2/ Se trata de aquellos casos en que la información suministrada por la madre es incompleta.
140
ANEXO 3
NÚMERO DE CUESTIONARIO__________
NOMBRE DEL ENCUESTADOR O ENCUESTADORA__________________________
LUGAR DE LEVANTAMIENTO DE LA INFORMACION__________________________
FECHA DE LEVANTAMIENTO DE LA INFORMACIÓN_____/____/____
PRIMER CUESTIONARIO
2. ¿Cuál es su nacionalidad?____________________
3. ¿En qué provincia de Costa Rica, o en qué otro país nació? ________________
141
9. ¿Cuál es el último grado o año que aprobó en la enseñanza formal?
12. Edad de la madre del hijo/a que está inscribiendo, en años cumplidos.__________
13. Ocupación de la madre del hijo/a que está inscribiendo._______________
14. Estado civil actual de la madre del hijo/a que está inscribiendo.
16. ¿En el caso del hijo que está inscribiendo, qué es lo que sintió usted cuando supo que iba a ser padre?
17. ¿Hace cuanto tiempo nació su hijo o hija? (pasar a pregunta 19)
18.¿Cuál es la razón que lo motivó a solicitar la prueba de ADN? (pasar pregunta 23)
142
19. ¿Cuál es la razón que lo motivó para venir a inscribir a su hijo/a?
INSCRIBE
24.¿Tiene hijos o hijas con la madre del niño/a que está inscribiendo o del que está pidiendo la prueba?
Especifique cuantos.(Nota: aclarar que incluye el que está inscribiendo)
1. Si. 2. No
26. Los hijos que ha tenido o ha adoptado con esta mujer ¿Con quién viven?
28.¿Cuál es la razón por la que estos hijos e hijas viven con las personas que Usted mencionó con
anterioridad?
29. A continuación vamos hacerle una serie de preguntas sobre la relación que Usted tiene con estos hijos
e hijas comenzando con el mayor (ACLARAR: CON LA MADRE DEL HIJO QUE ESTÁ
INSCRIBIENDO).
143
2 4 5 6 7
Este hijo/a Edad Sexo del Con que Cuando lo/la ve qué ¿Aporta Ud.
Núm es: hijo/a frecuencia le ve cosas hace con el o ella Económicamente para
ero 1.Adoptado. 1. Hombre. (ya sea actividades mantenerle?
del 2.Asumido. 2.Mujer recreativas o de crianza 1-No aporta
Hijo/a 3.Biológico 2-Por medio de pensión
3-Aporta regularmente
4-Eventualmente
30. Califique si la relación que Usted mantiene con la madre de estos hijos es
144
34. Cuántos de sus hijos o hijas viven con Usted? ______
35. Cuál es la razón por la que estos hijos e hijas viven con las personas que Usted mencionó con
anterioridad (Nota, Mencionar: con Usted, con la madre, otros familiares, etc., según la respuesta del
entrevistado)?
36. A continuación vamos hacerle una serie de preguntas sobre la relación que Usted tiene con sus hijos.
Por favor identifique a cada uno de sus hijos e hijas según de qué madre son, comenzando con el primer
hijo que tuvo
Madre Hijo/a Sex Edad Con que Cuando lo/la ve ¿Aporta Ud.
Número o frecuencia qué cosas hace Económicamente
1. le ve con el o ella (ya para mantenerle?
Núme Hom sea actividades 1-No aporta
ro) bre. recreativas o de 2-Por medio de
2. crianza pensión
Muje 3-Aporta
r regularmente
4-Eventualmente
37. Señale en cada caso, el tipo de relación que Usted mantiene actualmente con las madres de sus hijos
o hijas. Por favor comience con la madre del primer hijo que tuvo.
145
38. Cuando hay un problemas serios en la relación entre el padre y la madre ¿Considera Ud que esto
afecta negativamente la relación que los hombres tienen con sus hijos e hijas? Por favor señale porqué y
en qué cosas?
SEGUNDO CUESTIONARIO
41. ¿Cuales son las características q ue usted valora más de su personalidad como hombre?
44. Enumere por orden de prioridad, qué es lo que le hace a una persona ser hombre: (escojer
tres. Mostrar tarjeta N°1)
46. ¿Cree que podría criar a su hijo o hija solo? Por favor justifique su respuesta.
49. Escoja entre las siguientes opciones la forma más corriente en que Usted saluda o
saludaría a su hijo varón:
1. Dándole un abrazo
2. Dándole un beso
3. Dándole unas palmadas
4. Mediante un saludo verbal
146
5. Un apretón de manos
6. Otro (especifique)___________________________________________
50. ¿Les nace a los hombres decirles a los hijos varones que los quieren?
1. Si 2. No
51. ¿Porqué?
52. ¿ Les nace a los h ombres decirles a sus hijas que las quieren?
1. Si 2. No
53 ¿Porqué?
54 Escoja entre las siguientes opciones la forma más corriente en que Usted saluda o saludaría
a su hija:
1. Dándole un abrazo
2. Dándole un beso
3. Dándole unas palmadas
4. Mediante un saludo verbal
5. Un apretón de manos
6. Otro (especifique)__________________________________________
56. Para demostrarle a su hijo que se le quiere, cuales de las siguientes opciones que le
mostramos en la tarjeta escogería Ud. Puede escoger un máximo de tres opciones.(Mencione
por orden de preferencia)(Mostrar tarjeta N° 2)
147
57.Cuáles son los momentos que los padres disfrutan más con sus hijos varones. Mencione
hasta tres situaciones.
58. Cuáles son los momentos que los padres disfrutan más con sus hijas. Mencione hasta tres
situaciones.
61. De las siguientes opciones especificadas en la tarjeta que le mostramos, señale qué es lo
que a los hombres más les gusta del hecho de ser padres. Escoja una de las
respuestas.(Mostrar tarjeta N° 5)
Señale si está Muy de Acuerdo, De Acuerdo, En Desacuerdo o Muy En Desacuerdo con cada
una de las siguientes afirmaciones:
148
1. Muy de Acuerdo 2. De Acuerdo 3. En Desacuerdo 4. Muy En Desacuerdo
65 Cuando la madrea falta es preferible que a los niños y las niñas les cuide otra mujer
de la familia y no el padre
68 Acompañar a los hijos varones a las actividades deportivas es algo que sólo los
padres deben hacer
69 Acompañar a las hijas a las actividades deportivas es algo que sólo las madres deben
hacer
70 Cuando se trata de castigar a los hijos e hijas, las mujeres se pueden hacer cargo de
los castigos menores, pero es el padre quien debe impartir los castigos mas fuertes.
71 Las decisiones más importantes en la crianza de los hijos deben ser tomadas por los
hombres.
72 El ejemplo que los hijos varones deben seguir es el del padre, mientras que las hijas
deben seguir el ejemplo de las madres.
149
73 Cuando en la noche los bebés lloran son las mujeres las que deben atenderles.
74 A las mujeres les corresponde criar a los hijos siguiendo las decisiones del padre.
Si el hombre es quien provee económicamente el hogar, por favor mencione quien debe decidir
en qué se gasta la plata en los siguientes casos: (Leerles las respuestas)
Si la mujer es quien provee económicamente el hogar, por favor mencione quien debe
decidir en qué se gasta la plata en los siguientes casos: (Leerles las respuestas)
150
Si tanto el hombre como la mujer son quienes proveen económicamente el hogar, , por
favor mencione quien debe decidir en qué se gasta la plata en los siguientes casos: (Leerles
las respuestas)
88 Estar sin empleo es una razón valedera para que los hombres no vean por sus hijos
90 En la familia, lo mejor es que sea el hombre quien lleve el dinero y que la mujer se
haga cargo de la crianza de los hijos.
91 Cuando los hijos son fruto de una aventura, los hombres no tienen porqué hacerse
cargo de ellos
93 Cuando la madre de los hijos vive con otro hombre, los padres ya no tienen porqué
seguir dando plata para sus hijos.
151
95 Cuanto más dinero lleve al hogar un padre, mejor padre es.
Por favor señale quien es preferible que realice las siguientes actividades:
107. Tiene alguna sugerencia que hacer o algún comentario sobre la encuesta que acaba de
contestar:
152
Índice
Presentación
Agradecimientos y Reconocimientos
INTRODUCCIÓN
3. A manera de cierre
2.1. El cuido: un factor muy poco considerado por los padres como forma de
demostración del afecto
153
3. La otra cara del involucramiento paterno en lo afectivo: el disfrute de los
padres
1.1. Los trámites realizados por los entrevistados ante el Registro Civil
1.5. Motivos por los que no se inscribió a los hijos e hijas con anterioridad
2.2. Frecuencia con la que los hombres ven a sus hijas e hijos
Conclusiones
154
Bibliografía
ANEXO 1 Pasos para la inscripción de hijos e hijas con el apellido del padre ¿Qué dice
la Ley de Paternidad Responsable?
155