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Bienvenidos al curso de introducción al audio digital.

En esta primera sección vamos a hablar acerca del sonido y de cuáles son sus
propiedades fundamentales.

Seguramente todos tenemos alguna idea de lo que es el sonido; también de la música.


La música suena.
Pero ¿qué es realmente el sonido?
Empecemos por el principio.

En busca de la respuesta a esta interrogación hagámonos la siguiente pregunta:


¿producen sonido las hojas de un árbol que caen cuando no hay nadie para
escucharlo?

La respuesta es no.
El sonido no ocurre en la realidad sino en la mente humana.
Lo que entendemos por sonido es el efecto perceptual que se produce por una causa
física.
El sonido sólo existe en nuestra mente.

¿Estoy aquí aunque no me vea o lo que escucha es una voz grabada?


Lo que entendemos por color no existe.
La luz existe. Es lo real. Se puede medir pero el color no es luz.
El color, como el sonido, sólo existe en nuestro cerebro.

Las hojas que caen producen vibraciones en el aire pero éstas sólo se convierten en
sonido sí y solamente sí, se relacionan con un oído (que habitualmente se
descompone en tres) y un sistema nervioso auditivo; es decir, con el sistema
perceptual auditivo.

Esta es mi voz.
Ya lo saben; sin embargo, es imposible saber si estoy hablando o no (si lo que
escucha es una grabación) de la misma manera que es imposible para mi saber si se
produce sonido al otro lado de su ordenador.

En realidad estoy aquí pero aún cuando haya un sistema perceptual visual enfrente
de esta imagen no puedo ser percibido sin luz.
Es un problema puramente perceptual.

La realización del sonido necesita de tres elementos: fuente, medio y receptor.


La fuente perturba al medio, inyecta energía acústica.
El medio propaga esta energía.
Finalmente el receptor la convierte en signo; en sonido.

En este ejemplo la fuente es el sistema fonador humano: el aire que sale de los
pulmones hace vibrar las cuerdas vocales, rebota en la cavidad bucal y sale al
exterior, al medio.
El medio, en este caso, es el aire pero el sonido también se transmite en líquidos
y sólidos.
El receptor es el sistema perceptual auditivo.
De manera muy simplificada, el aire penetra por el canal auditivo, hace vibrar al
tímpano, estas vibraciones se trasmiten a través del oído medio mediante la
vibración mecánica de un conjunto de huesesillos: yunque, martillo, estribo y este
movimiento finalmente exita al oído interno: el último transductor que convierte
este flujo mecánico en un conjunto de excitaciones nerviosas en el sistema nervioso
auditivo.
Por último, el cerebro convierte el conjunto de millones de excitaciones nerviosas
en la imagen que conocemos por sonido.

El sonido se propaga a través de un medio de la misma manera que se propagan las


ondas en el agua cuando la perturbamos: en todas las direcciones e interactúa con
los obstáculos que encuentra en su camino como una onda.
El agua no se traslada; sólo oscila verticalmente.

La propagación del sonido involucra transporte de energía sin transporte de


materia, en forma de ondas mecánicas que se propagan a través de un medio elástico
sólido, líquido o gaseoso.
Observe en este esquema de propagación longitudinal de un tubo (en realidad la
propagación se produce en todas direcciones) cómo se producen zonas de compresión
(máxima presión) y zonas de rarefracción (mínima presión).

Si ampliamos determinada zona vemos la oscilación de un punto cualquiera alrededor


de un punto de equilibrio.
La distancia recorrida depende de la relación entre la presión de la fuente y la
presión de equilibrio.
En ausencia de perturbación, tal punto tenderá a regresar a la posición de
equilibrio.

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