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Como enfrentar la cuarta revolución industrial

Mientras que la gente habla acerca de la Cuarta Revolución Industrial, la mayoría de las
empresas y las personas se esfuerzan por adaptarse a nuevos cambios tecnológicos y
adquirir las habilidades necesarias para hacer frente a los cambios. Pero sabemos que el
cambio es inevitable. A medida que transitamos por ciclos económicos, invertir en lo que
siempre dio resultado no aumentará la producción, como ha demostrado la historia, y es
por ello que la adaptabilidad es tan importante, regresemos en el tiempo para analizar
transiciones pasadas. En la era agrícola, el papa y los reyes tenían el poder porque la
tierra, el escaso recurso en ese momento, estaba distribuida entre ellos. Después de la
Primera Revolución Industrial se produjo un cambio de la tierra al capital en términos de
escasez, y los bancos se convirtieron en el operador dominante. En aquella época, los
bancos tenían acceso a este extraño recurso e imponían condiciones a los reyes.
Posteriormente, el conocimiento se convirtió en el factor restrictivo y las corporaciones
se volvieron poderosas, porque lo controlaban, en esta Cuarta Revolución Industrial se
solicitan habilidades complejas en ámbitos caóticos. ¿Cuál es el escaso recurso hoy y
quién tiene el poder? La respuesta es empresarios y personas que pueden solucionar
problemas complejos, además de crear e inventar sistemas y procesos, mientras que la
respuesta quizá no sea sorprende, desafortunadamente nuestras mentes constituyen un
factor restrictivo. Observemos cómo ha cambiado el mundo en los últimos diez años o
cómo dichos cambios han sido tan diferentes con respecto a lo sucedido en la década
anterior. Todo está conectado y se ha sido digitalizado lo más posible, si no está en vías
de digitalizarse. Como resultado, el buen y mal conocimiento se difunde de manera
instantánea, lo cual implica un cambio de poder de vendedor a comprador. Conocemos
los productos, la tecnología base, el acceso a otros clientes y un megáfono siempre
disponible llamado medios de comunicación social. Hemos oído hablar de los autos
autónomos, la inteligencia artificial, los robots y la automatización, y aún nos esforzamos
por visualizar cómo serán las cosas. Pensamos en términos lineales, tomemos como
ejemplo sencillo para explicar cómo estamos programados para pensar de forma lineal,
desde el momento en que nace un pavo de Día de Acción de Gracias, todo acerca de su
vida indica que las cosas solo mejorarán: nace en un entorno seguro, se lo cuida y alimenta
todos los días. El mismo patrón se repite cada día y en el momento en que el pavo cuenta
con la mayor cantidad de datos históricos para demostrar que su vida puede seguir
mejorando, las cosas cambian. Llega el Día de Acción de Gracias y repentinamente ser
un pavo ya no es tan agradable, empresas, sistemas políticos, educación; estos son solo
algunos ejemplos de sistemas que están enormemente obsoletos. Todos fallamos en
transmitir el mensaje correcto a aquellos que se esfuerzan por conservar sus empleos y
reducir la volatilidad en sus vidas. Al prevenir los cambios tecnológicos y de innovación
para que lentamente se integren en nuestras sociedades, solo estamos retrasando el
impacto que estos tendrán. Combatirlos puede salvar algunos empleos hoy, pero causará
más daño en el futuro. Los valores moderados de volatilidad son buenos, pero grandes
volúmenes nos devastarán. Si continuamos comportándonos como si el mundo actual
fuese el mismo que hace una década, el resultado no será prometedor.

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