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TÍTULOS DE CRÉDITO

Art. 5° de la ley general de títulos y operaciones de crédito “Son títulos de crédito los documentos necesarios para ejercitar
el derecho literal que en ellos se consigna”

CONCEPTO.- Se definen los títulos de crédito como los documentos necesarios para ejercitar el derecho literal que en ellos
se consigna. O bien el documento necesario para ejercitar y transferir el derecho en él mencionado, el cual, por efecto de la
circulación y en tanto que ésta tiene lugar por los medios propios de los títulos de crédito, se considera literal y autónomo
frente a quienes lo adquieren de buena fe.

a) Los títulos de crédito como actos de comercio: Art. 1o. De la LGTOC “la emisión, expedición, endoso, aval o aceptación
de títulos de crédito, y las demás operaciones que en ellos se consignen, son actos de comercio”. Art. 75 del CC considera
actos de comercio: “los cheques, letras de cambio, valores u otros títulos a la orden o al portador”. En todos estos casos, la
calificación mercantil del acto es estrictamente objetiva, con independencia de la calidad de la persona que lo realiza. Así,
tan acta de comercio será el libramiento de un cheque, si es hecho por un comerciante, como si lo realiza quien no tenga
ese carácter.

b) Los títulos de crédito como cosas mercantiles: Art. 1o. De la LGTOC “son cosas mercantiles los títulos de crédito”. Pero
se ha dicho que se diferencian de todas las demás cosas mercantiles en que aquellos, son documentos; es decir, medios
reales de representación gráfica de hechos. Tiene además, el carácter de cosas muebles, en los términos de nuestra
legislación común.

c) Los títulos de crédito como documentos: La ley y la doctrina consideran que los títulos de crédito son documentos. Pero
lo son de una naturaleza especial.

Existen los documentos meramente probatorios, cuya función consiste en demostrar en forma gráfica la existencia de
alguna relación jurídica, misma que, a falta de tales documentos, podrá ser probada por cualquier otro medio admisible en
derecho.

Por otra parte, encontramos los documentos llamados constitutivos que son aquellos indispensables para el nacimiento de
un derecho. Esto es, se dice que un documento es constitutivo cuando la ley lo considera necesario, indispensable, para
que determinado derecho exista. Es decir sin el documento no existirá el derecho, no nacerá el derecho.

Por lo tanto, los títulos de crédito son documentos constitutivos, porque sin el documento no existe el derecho; pero,
además, el documento es necesario para el ejercicio del derecho, y por ello se hable de documentos dispositivos. Es este
sentido puede decirse que el documento es necesario para el nacimiento, para el ejercicio y para la transmisión del
derecho, por lo que con razón se habla de documentos dispositivos.

Análisis de los títulos de crédito.

Los títulos de crédito que han sido reconocidos por la Ley de Títulos y Operaciones de crédito son los siguientes: letra de
cambio; pagaré; cheque; obligaciones o bonos; certificados de Participación; Certificados de depósito bono y prenda.

No se contempla dentro de este tipo de títulos los boletos, contraseñas, fichas u otros documentos que no estén destinados
a circular y sirvan exclusivamente para identificar a quien tiene derecho a exigir la prestación que en ellos se consigna.

Elementos

La Doctrina ha encontrado los siguientes elementos en los títulos de crédito, algunos de aquellos no son considerados
como tales de forma unánime, en especial la circulación:

Incorporación

El título de crédito es un documento que lleva incorporado un derecho, en tal forma, que el derecho va íntimamente unido al
título y su ejercicio está condicionado por la exhibición del documento; sin exhibir el título, no se puede ejercitar el derecho
en él incorporado, y su razón de poseer el derecho es el hecho de poseer el título.

La incorporación del derecho al documento es tan íntima que el derecho se convierte en algo accesorio del documento.
Generalmente, los derechos tienen existencia independientemente del documento que sirve para comprobarlos, y pueden
ejercitarse sin necesidad estricta del documento; pero tratándose de títulos de crédito el documento es lo principal y el
derecho lo accesorio; el derecho ni existe ni puede ejercitarse, si no es en función del documento y condicionado por él.

Legitimación

La legitimación es una consecuencia de la incorporación. Para ejercitar el derecho es necesario “legitimarse” exhibiendo el
título de crédito. La legitimación tiene dos aspectos: activo y pasivo. La legitimación activa consiste en la propiedad o
calidad que tiene el título de crédito de atribuir a su titular, es decir, a quien lo posee legalmente, la facultad de exigir del
obligado en el título la obligación que en él se consigna. La legitimación pasiva consiste en que el deudor obligado en el
título de crédito cumple su obligación y por tanto se libera de ella, pagando a quien aparezca como titular del documento.
Esto es, el ejercicio del derecho sólo puede hacerse por el poseedor del documento. Del mismo modo, el deudor de buena
fe cumple su obligación pagando al poseedor.

Literalidad

Hace referencia a que el derecho se medirá en su naturaleza, ámbito, contenido y demás circunstancias, por la letra del
documento, por lo que literalmente se encuentre en él consignado. El derecho está regulado por lo que expresa el título
mismo.

Sin embargo la literalidad puede ser contradicha por otro documento (por ejemplo, el acta constitutiva en la S.A.) o por la
misma ley (ej. la ley prohíbe la letra de cambio al portador, cuando así esté, será nula).

Autonomía

No es propio decir que el título de crédito es autónomo, ni que sea autónomo el derecho incorporado en el título; lo que
debe decirse que es autónomo es el derecho que cada titular sucesivo va adquiriendo sobre el título y sobre los derechos
en él incorporados, y la expresión autonomía indica que cada persona que va adquiriendo el documento adquiere un
derecho propio, distinto del derecho que tenía o podría tener quién le transmitió el título, y que es independiente de las
vicisitudes y relaciones personales que hayan mediado entre anteriores titulares y el deudor, de modo que el deudor-emisor
del título no puede oponer al segundo y posteriores poseedores de buena fe excepciones personales que podía oponer al
poseedor originario. Cada poseedor adquiere ex novo, como si lo fuera originariamente y no a título derivativo; siendo por
tanto un mecanismo de tutela jurídica del adquiriente de buena fe.

Así se entiende la autonomía desde el punto de vista activo; y desde el punto de vista pasivo, es autónoma la obligación de
cada uno de los signatarios de un título de crédito, porque dicha obligación es independiente y diversa de la que tenía o
pudo tener el suscriptor del documento.

Circulación

Un quinto elemento que no está considerado por la generalidad de los autores como tal es la circulación. Dicho elemento se
refiere a que el título de crédito está destinado a circular, a transmitirse de una persona a otra.

Es la principal clasificación. Según la forma de transmitirse los Títulos de Crédito se clasifican de la siguiente forma: Títulos
nominativos: Son títulos nominativos, también llamados directos, aquellos que tienen una circulación restringida, porque
designan a una persona como titular, y que para ser transmitidos, necesitan el endoso del titular y la cooperación del
obligado en el título, el que deberá llevar un registro de los títulos emitidos; y el emisor sólo reconocerá como titular a quien
aparezca a la vez como tal, en el título mismo y en el registro que el emisor lleve. Títulos a la orden: Son títulos a la orden
aquellos que, estando expedidos a favor de determinada persona, se trasmiten por medio del endoso y de la entrega misma
del documento. Puede ser que siendo el título a la orden por su naturaleza, algún tenedor desee que el título ya no sea
transmitido por endoso y entonces podrá inscribir en el documento las cláusulas “No a la orden” “no negociable” u otra
equivalente.

Características y funcionamiento.

El tema será desarrollado de conformidad con el orden en que la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito enuncia cada uno
de los títulos valor. Se detallarán sus aspectos fundamentales y característicos, para así poder conocer su conformación y
funcionamiento.

Antes hay que anotar que hay dos grandes clases de títulos de crédito. Los títulos al portador que son los que no están
expedidos a favor de persona determinada, contengan o no la cláusula al portador. Y por otro lado, los títulos nominativos,
que son los expedidos a favor de una persona cuyo nombre se consigna en el texto mismo del documento.

a) Letra de cambio.

La letra de cambio es un título de crédito de valor formal y completo que contiene una orden incondicionada y abstracta
de hacer pagar a su vencimiento al tomador o a su orden una suma de dinero en un lugar determinado, vinculando
solidariamente a todos los que en ella intervienen.1 La letra de cambio nace a finales de la Edad Media, con la necesidad
del comercio monetario y su acumulación ilimitada en contra de la renta feudal.

Es una orden escrita de una persona (girador) a otra (girado) para que pague una determinada cantidad de dinero en un

tiempo futuro (determinado o determinable) a un tercero (beneficiario). Las personas que intervienen son:

 El librador: da la orden de pago y elabora el documento.

 El librado: acepta la orden de pago firmando el documento comprometiéndose a pagar. Por lo tanto responsabilizándose,

indicando en el mismo, el lugar o domicilio de pago para que el acreedor haga efectivo su cobro.

 El beneficiario o tomador: recibe la suma de dinero en el tiempo señalado.

Un monumento en Medina del Campo indica que la primera letra de cambio, fechada el 2 de julio de 1553 fue girada

por Ginaldo Giovanni Battista Stroxxi a Besançon; 2 aunque hay constancia de otras letras anteriores firmadas en la misma

Medina, cuyas famosas ferias se remontan a la Edad Media; como la firmada por Eduardo Escaja y Bernaldo de Grimaldo,

genoveses de Sevilla, el 3 de noviembre de 1495. Aunque, también hay constancia de letras de cambio en el antiguo

Egipto.3 Se supone que la primera del mundo fue firmada en Milán el 9 de marzo de 1325. En la Corona de Aragón existen

también anteriores: una de 7 de septiembre de 1384, girada de Génova a Barcelona, donde se protestó4 y otra

entre Valencia y Monzón (Huesca), por la que se giraron cien florines mediante un documento (lletra) fechado en 1371 o en

1376 (ambas fechas son posibles) de Bernat de Codinachs a mosén Manuel d'Entença
Mandato puro y simple[editar]

La letra posee un mandato de pagar una suma incondicional en moneda nacional o moneda admitida a cotización. La suma

se debe expresar en números y en palabras, junto en la moneda en que se efectuará el pago. Si se paga en moneda

extranjera, se debe indicar el día de pago el equivalente entre las monedas. Este requisito es lo que la distingue de los

otros títulos de crédito.


Nombre del girado[editar]

El documento debe contener los nombres y apellidos de la persona física o razón social que deberá pagar la obligación

estipulada (girado). Si se posee algún error en el nombre, la letra de cambio queda nula.

Si son varias las personas que deben pagar la misma letra, ésta se gira contra cualquiera de ellos.

El girado no es obligado, sino hasta que acepte la letra de cambio.


Fecha del vencimiento[editar]

El vencimiento corresponde al día en que la letra debe ser pagada. El vencimiento debe ser una fecha posible y real.

Existen cuatro tipos de vencimientos:

 Letras giradas a día fijo: vencen en el plazo establecido en la letra. Es la forma más usual de girar letras de cambio

porque no hay incertidumbres en cuanto a determinar la oportunidad de pago incondicional.


 Letras libradas a la vista: Letra de cambio que será pagadera a su presentación. Deberá presentarse al pago dentro

del año siguiente a la fecha en que fue librada. El librador podrá acortar este plazo o fijar uno más largo. Estos plazos

podrán ser acortados por los endosantes. (Artículo 39 de la ley cambiaria y del cheque).

 Letras giradas a un plazo desde la fecha: vencen el día que se cumpla el plazo señalado. Son aquellas en donde se

establece que el vencimiento se da un tiempo contado a partir de la fecha de la letra.

 Letras libradas a un plazo desde la vista: su vencimiento se determinará a un plazo desde la fecha de la aceptación

o, en su defecto, por la del protesto o declaración equivalente y, a falta de protesto, el último día para llevarlo a cabo.

La aceptación que no lleve fecha se considerará, siempre frente al aceptante, que ha sido puesta el último día del

plazo señalado para su presentación a la aceptación. La letra se paga en el tiempo que se fije en la letra, contado a

partir de la fecha en que la letra sea vista por el girado.


Formas de girar la letra de cambio[editar]

 A la propia orden (a la orden del girador)

Cuando un sujeto crea la letra de cambio a favor de él mismo. Una persona debe pagarla al creador de la letra.

 A cargo de tercera persona.

Cuando un sujeto crea la letra de cambio para que la pague una persona determinada favor de otra persona. Intervienen

tres sujetos: Creador de la letra, Girado (el que debe pagar la letra) y beneficiario (al que le deben pagar la letra)

 A cargo del propio girador.

Cuando un sujeto crea la letra de cambio para pagarla el mismo a otra persona.
Lugar de pago[editar]

La letra debe indicar el lugar en que se debe presentar la letra para pagar, pero si éste falta, la letra se pagará en el lugar

designado junto al nombre del librado.

Actualmente las Letras se domicilian para su cobro en las entidades bancarias, por lo que el lugar de pago es por

domiciliación bancaria en la mayoría de las veces.[cita requerida]


Firmas en la letra de cambio[editar]

La firma de aceptación es obligatoria, ya que se presenta como prueba que la persona que acepta el cobro, por lo cual no

se acepta la firma por estampado o mecánicos. También la firma quien libra la letra (girador) y puede estar avalada.

El endoso de la letra de cambio[editar]

En la actualidad dejó de ser una cláusula accesoria e inseparable de la letra de cambio, en virtud de la cual el acreedor

cambiario pone a otro en su lugar, transfiriéndole el título con efectos limitados o ilimitados. La letra puede transmitirse

por endoso, y ésta fue la finalidad inicial de la Letra de Cambio. El endoso debe de ser puro y simple. Toda condición se

tendrá por no puesta. Esto según la última normatividad.


 Endoso en Blanco: Se plasma la sola firma del endosante, y cualquier tenedor podrá llenar en endoso con su nombre

o el de un tercero.

 Endoso en Propiedad: Transmite la propiedad del título de crédito.

 Endoso en Procuración o para el cobro: Confiere al endosatario las facultades de un mandatario con representación

para cobrar el título judicial o extra judicial.

 Endoso en Garantía: Constituye un derecho prendario sobre el título y conferirá al endosatario, además de los

derechos de acreedor prendario, las facultades del endoso en procuración.

Valuta[editar]

Expresa el motivo por el cual el girado deberá pagar. Es una cláusula innecesaria que se conserva por tradición, como

reminiscencia de la época en que la letra de cambio era título concreto, documento probatorio de un contrato de cambio....

Letra domiciliada[editar]

Ordinariamente se señala como lugar de pago el domicilio del girado, pero puede señalarse el domicilio o residencia de un

tercero. Esto es lo que se conoce como letra domiciliada, cuyo pago deberá hacerse precisamente en el domicilio

designado. Si el girador no ha establecido expresamente que el pago lo hará precisamente el girado, se entenderá que

deberá pagar la letra el tercero cuyo domicilio ha sido designado como lugar de pago, y quien recibe el nombre

de domiciliatario.

Clases de domiciliación: La domiciliación puede ser propia o impropia.

 Propia: cuando además del diferente domicilio hay una persona específica (domiciliatario) diferente del girado para

hacer efectivo el pago. El domiciliatario no es obligado dentro del nexo cambiario.

 Impropia: cuando el domicilio de pago es diferente del que posee el girado, pero el pago es realizado por él.

Letra recomendada[editar]

Cualquier obligado en la letra puede indicar a una o varias personas, denominados recomendatarios, a quienes deberá

exigirse la aceptación o el pago de la letra, en caso de que el girado se niegue a aceptar o a pagar. Esto es lo que se

conoce como letra recomendada a la persona.

Letra documentada[editar]

Esta modalidad existe cuando en el contexto del documento se insertan las cláusulas “Documento contra Aceptación” (D/a)

o “Documento contra pago” (D/p). Cuando en una letra se observan estas cláusulas nos pone sobre aviso de que junto al

título se acompañan documentos (conocimientos de embarque, cartas de porte, pólizas de seguro, etc.) que el tenedor de la

letra no debe entregar al librado si éste no acepta (D/a) o no paga (D/p) la obligación.

Aceptación[editar]

La Aceptación de la letra de cambio es el acto por medio del cual el girado o librado estampa su firma en el documento,

manifestando así la voluntad de obligarse cambiariamente a realizar el pago de la letra. Una vez aceptada la letra, el
aceptante se convierte en el principal obligado, y se constituye en deudor cambiario de cualquier tenedor de la letra, incluso

del mismo girador.


Aceptación por intervención[editar]

Desde los primeros tiempos de la letra de cambio, se estableció la costumbre mercantil de que, si el girado negaba la

aceptación, un tercero, llamado interventor, podría presentarse y aceptar, a fin de salvar la responsabilidad y el

buen crédito de alguno o algunos de los obligados en la letra. Así surgió la figura jurídica de la aceptación por intervención,

o por honor. Para que tenga lugar la intervención es necesario que la letra se proteste por falta de aceptación.

La obligación cambiaria[editar]

Todo signatario se obliga cambiariamente, por estampar su firma sobre un título de crédito. La obligación cambiaria es

autónoma, en el sentido de que es independiente la obligación de cada signatario, de toda otra obligación que conste en el

título.

No todos los obligados se obligan de la misma forma: por un lado existe la obligación directa del girado o librado aceptante

para con el tomador de la letra o el último tenedor de la misma (en caso de transmisión por endoso); por otro lado, existe

la obligación de regreso del girador o librador y de los sucesivos endosatarios para con el último tenedor de la letra en caso

de que el librado o girado no atienda el pago.

La realidad es que el obligado directo está obligado al pago de la letra, y el obligado indirecto “responde” de que la letra

será pagada. El obligado cambiario es deudor cierto y actual de la prestación consignada en el título; el responsable es un

deudor en potencia, cuya obligación no podrá actualizarse, sino cuando el tenedor haya acudido con el obligado directo a

exigir el pago, y haya realizado los actos necesarios para que nazca la acción de regreso, esto es, para que la simple

obligación en potencia se actualice.

El aval[editar]

El aval es un acto jurídico cambiario, unilateral, completo y abstracto mediante el cual se garantiza el pago de la letra

(maquera chino).

En virtud del aval se garantiza en todo o en parte el pago de la letra de cambio. La persona que realiza el pago se llama

avalista; aquella por quien se presta el aval recibirá el nombre de avalado.

El avalista se convierte en deudor solidario junto con el avalado y su obligación es válida, aun cuando la obligación

garantizada sea nula.

El pago[editar]

El pago de la letra debe hacerse contra su entrega. Es esto una consecuencia de la incorporación; pero no quiere esto decir

que el pago hecho sin recoger la letra no sea válido; y en caso de que así se hiciere, podría oponerse la

correspondiente excepción de pago, como excepción personal, al tenedor ya pagado que pretendiera volver a cobrar la

letra.

Si la letra es pagadera a la vista, deberá presentarse para su pago dentro de un término de un año a contar de la fecha de

la letra, a no ser que el librador o girador hubiera establecido otro plazo.


Pago parcial[editar]

El tenedor está obligado a recibir un pago parcial de la letra; pero retendrá la letra en su poder mientras no se le cubra

íntegramente, anotará en el cuerpo de la misma los pagos parciales que reciba, y extenderá recibo por separado en cada

caso. Conservando los derechos contra los demás obligados y contribuyentes al movimiento.
Pago por intervención[editar]

Igual que la letra puede ser aceptada por intervención, puede también ser pagada en la misma forma por un interventor, que

podrá ser un recomendatario, un obligado en la letra, el girado, o un tercero.

Protesto[editar]

El protesto es un acto de naturaleza formal, que sirve para demostrar de manera auténtica, que la letra de cambio fue

presentada oportunamente para su aceptación o para su pago.

Se practica el protesto por medio de un funcionario que tenga fe pública (fedatario público) y se levantará contra el girado o

los recomendatarios, en caso de falta de aceptación, y en caso de protesto por falta de pago, contra el girado-aceptante o

sus avalistas.

La sanción por la falta de protesto es la pérdida de la acción cambiaria de regreso.

La acción cambiaria[editar]

Es la acción ejecutiva derivada de la letra de cambio. La acción cambiaria es directa o de regreso. Será directa cuando su

fundamento sea una obligación cambiaria directa y de regreso cuando sirva para exigir una obligación cambiaria de regreso.

Consecuentemente será directa contra el aceptante y sus avalistas y de regreso, contra todos los demás obligados de la

letra.

 Prescripción: la acción cambiaria directa prescribe en México y en España en tres años contados desde la fecha de

vencimiento de la letra. La acción cambiaria de regreso prescribe en tres meses de la fecha de protesto (en España,

en un año). Aunque existen otras causas que ocasionan la caducidad de la acción cambiaria de regreso como la falta

de protesto.

 Contenido de la Acción Cambiaria: el tenedor puede reclamar: El importe de la letra; los intereses moratorios al tipo

legal, desde el día del vencimiento; los gastos de protesto y de los demás gastos legítimos y; el premio de cambio

entre la plaza en que debería haberse pagado la letra y la plaza en que se la haga efectiva, más los gastos de

situación.

 Ejercicio de la Acción Cambiaria: El tenedor de la letra no atendida, puede exigir el pago de cualquiera de los

obligados o de todos a la vez. Y lo puede hacer de las siguientes formas: girando letra de resaca o promoviendo Juicio

ejecutivo mercantil.

La letra de cambio debe contener: I.- La mención de ser letra de cambio, inserta en el texto del documento; II.- La
expresión del lugar y del día, mes y año en que se suscribe; III.- La orden incondicional al girado de pagar una suma
determinada de dinero; IV.- El nombre del girado; V.- El lugar y la época del pago; VI.- El nombre de la persona a quien
ha de hacerse el pago; y VII.- La firma del girador o de la persona que suscriba a su ruego o en su nombre.
En la letra de cambio se tendrá por no escrita cualquiera estipulación de intereses o cláusula penal. La letra de cambio
puede ser girada: I.- A la vista; II.- A cierto tiempo vista; III.- A cierto tiempo fecha; y IV.- A día fijo.

Las letras de cambio con otra clase de vencimientos, o con vencimientos sucesivos, se entenderán siempre pagaderas
a la vista por la totalidad de la suma que expresen. También se considerará pagadera a la vista, la letra de cambio cuyo
vencimiento no esté indicado en el documento.

Las letras pagaderas a cierto tiempo vista, deberán ser presentadas para su aceptación dentro de los seis meses que
sigan a su fecha. Cualquiera de los obligados podrá reducir ese plazo, consignándolo así en la letra. En la misma forma,
el girador podrá, además, ampliarlo, y prohibir la presentación de la letra antes de determinada época.
Puede prestar el aval quien no ha intervenido en la letra y cualquiera de los signatarios de ella. El aval debe constar en
la letra o en hoja que se le adhiera. Se expresará con la fórmula por aval, u otra equivalente, y debe llevar la firma de
quien lo presta. La sola firma puesta en la letra, cuando no se le pueda atribuir otro significado, se tendrá como aval. A
falta de mención de cantidad, se entiende que el aval garantiza todo el importe de la letra.

El protesto establece en forma auténtica que una letra fue presentada en tiempo y que el obligado dejó total o
parcialmente de aceptarla o pagarla. Salvo disposición legal expresa, ningún otro acto puede suplir al protesto.

b) El pagaré.

Un pagaré es un documento que contiene la promesa incondicional de una persona (denominada suscriptora), de que
pagará a una segunda persona (llamada beneficiaria o tenedora), una suma determinada de dinero en un determinado
plazo de tiempo. Su nombre surge de la frase con que empieza la declaración de obligaciones: "debo y pagaré". La
diferencia entre la letra y el pagaré es que el pagaré es emitido por el mismo que contrae el préstamo

Antecedentes[editar

El pagaré aparece como una forma exclusiva del contrato de cambio que se contiene en la cambia y como medio de
eludir la prohibición de estipular, que la Iglesia repudiaba. Como originalmente el título de cambio era expresión del
contrato de cambio trayectoria y el derecho canónico prohíbe del pacto de intereses, se ideó la emisión de un título
análogo al cambiarlo en el cual la obligación de pagar los intereses se ocultara bajo la apariencia de una deuda comercial
o un préstamo, sin que, de otro lado, tuviese que emitirse el título para pagar en una plaza diferente a la orden de tercera
persona

Características[editar]

Al ser un instrumento de pago formal, el pagaré debe poseer ciertos requisitos llamados de validez a la persona debida.
Mención de ser pagaré[editar]

Se debe indicar que el instrumento es un "pagaré" -o de otra forma- deberá contener este término dentro del texto del

documento, siendo expresado en el idioma que se firme el convenio de pago. Al ser impreso el documento, el título del

pagaré debe ser escrito totalmente en el mismo idioma del país donde se suscribe. Este requisito es imprescindible.
Promesa incondicional de pago[editar]

El pagaré, a diferencia de la letra de cambio, posee una promesa incondicional de pagar una suma de dinero y sus

respectivos intereses en moneda nacional o su equivalente internacional. La suma se debe expresar en número(s) y

en letras, como también el tipo de moneda en que se efectuará el pago. Si se paga en moneda extranjera, se debe indicar

el tipo de cambio o equivalencia entre las monedas, que deberá tenerse en cuenta a su vencimiento. Este requisito es lo

que lo distingue de los otros títulos de crédito.

Es de destacar que ni ley ni la jurisprudencia exigen que la promesa incondicional de pago sea expresa, sino que

simplemente basta que la promesa de pago no contenga condición alguna. Ejemplos:

 (Incorrecto): Debo y pagaré a XXX la cantidad de XXX siempre y cuando se den las siguientes condiciones...
 (Correcto): Debo y pagaré a XXX la cantidad de XXX...

De igual forma, si así lo desea el suscriptor, es factible incluir expresamente en la literalidad del pagaré la promesa

incondicional de pago, ejemplo:

 Debo y pagaré incondicionalmente a XXX la cantidad de XXX...


Nombre del beneficiario[editar]

Es imprescindible identificar a la persona a quien debe hacerse efectivo el pagaré. Puede ser a favor de una persona

natural o persona jurídica. En este último caso se trataría de una denominada "razón social" o sociedad comercial.
Fecha de vencimiento[editar]

La fecha de vencimiento corresponde al día en que el título deberá ser pagado. El vencimiento debe ser una fecha posterior

a la fecha en que se suscribe. El pagaré debe indicar el lugar en que se debe presentar el documento para su propio pago.
Fecha y lugar en que se suscribe[editar]

El pagaré debe contener la fecha en que ha sido creado. Es imprescindible para su relación con la fecha de vencimiento

(determinando del plazo); y además para respetar los tiempos en que corresponde aplicar (cuando la ley lo disponga) el

sellado o timbrado correspondiente. hay varios tiempos de vencimiento los cuales son: - a la vista: aquí el pagaré vencerá

en el momento de su presentación al pago que debe realizarse dentro del año siguiente a la fecha de su emisión. - a cierto

tiempo vista: en este tipo de vencimiento el plazo indicado debe de contarse desde la fecha del visto. - a cierto tiempo

fecha: indica que el pagaré vence el día que se cumpla el plazo que se señaló, contando desde el día de la emisión del

pagaré. - a día fijo: este nos indica que vence el día que está señalado.
Firma del suscriptor[editar]

No se exige el nombre del suscriptor, sino solamente su firma, y no admite otro medio para sustituirla, sino la firma de otra

persona, que suscriba a ruego o en nombre del girador. No se admitirá el uso de marcas o huellas digitales. La firma es

indispensable y lógicamente torna nulo al título su falta, ha de considerarse que no podrá ser suplantada por la impresión

digital.
Satisfacción de los requisitos de eficacia[editar]

La ley y la jurisprudencia mexicana le conceden al legítimo tenedor de un título de crédito, como lo es el pagaré, el derecho

a llenar los requisitos de eficacia que habían sido omitidos o dejados en banco al momento de haberse suscrito el referido

documento. 1 No obstante, la jurisprudencia no ha sido muy clara respecto a que se debe entender por requisitos de

eficacia, toda vez que hay tesis que señalan que estos son todos los anteriormente enumerados 2 mientras que otras tesis

más recientes hacen distinción de requisitos de existencia y de eficacia, sin embargo no se aclara qué se debe entender por

cada una. 3
Transmisibilidad[editar]

El pagaré será transmisible por endoso, que será total, puro y simple, es decir, no será transmisible el endoso por una parte

del pagaré ni aquel que incluya condiciones.

Aval[editar]

Artículo principal: Aval


En virtud del aval se garantiza en todo o en parte el pago del pagaré. La persona que se obliga a garantizar el pago se

llama avalista; aquella por quien se presta el aval recibirá el nombre de avalado (suscriptor).

El avalista se convierte en deudor solidario junto con el avalado (suscriptor) y su obligación es válida, aun cuando la

obligación garantizada sea nula.

El pago[editar]

El pago debe hacerse contra la entrega del pagaré. El pagaré es independiente del acto de comercio de que deriva, basta

su presentación para exigir su pago, incluso en el caso de que se haya efectuado ya el pago correspondiente pero no se

hubiera recogido el pagaré; En este caso, la persona que tratara de hacer el cobro del pagaré dos veces estaría incurriendo

en delito penal, pero habría que poder demostrarlo ante las autoridades judiciales de lo penal que tuvieran competencia,

independientemente de lo cual el tenedor del pagaré podrá procurar su cobro por la vía mercantil.

Si el pagaré vence a la vista, deberá presentarse para su pago dentro de un término de seis meses a contar de la fecha de

suscripción.
Pago parcial[editar]

El tomador está obligado a recibir un pago parcial del pagaré; pero retendrá el documento en su poder mientras no se le

cubra íntegramente, anotará en el cuerpo del mismo los pagos parciales que reciba, y extenderá recibo por separado en

cada caso. Conservando los derechos contra los demás obligados, como puede ser el portador.

Protesto[editar]

Artículo principal: Protesto

El protesto es un acto de naturaleza formal, que demuestra de manera auténtica, que el pagaré fue presentado

oportunamente para su cobro.

Se practica el protesto por medio de un funcionario que tenga fe pública y se levantará la correspondiente acta de

protesto contra el suscriptor o sus avalistas.

La sanción por la falta de protesto es la pérdida de la acción cambiaria de regreso. El protesto tiene que cumplir

obligatoriamente con las acciones para que no vuelvan a cambiar de regreso.

La acción cambiaria[editar]

Es la acción ejecutiva derivada del pagaré. La acción cambiaria es directa o de regreso. Será directa cuando su fundamento

sea una obligación cambiaria directa y de regresocuando sirva para exigir una obligación cambiaria de regreso.

Consecuentemente será directa contra el suscriptor y sus avalistas y de regreso, contra todos los demás obligados del

documento.

 Prescripción: la acción cambiaria directa prescribe en Colombia y en España a los tres años contados desde la fecha

de vencimiento. La acción cambiaria de regreso prescribe en tres meses de la fecha de protesto. Aunque existen otras

causas que ocasionan la caducidad de la acción cambiaria de regreso, como la falta de protesto.
 Contenido de la acción cambiaria: el tomador puede reclamar: El importe del pagaré; los intereses moratorios al tipo

legal, desde el día del vencimiento; los gastos de protesto y de los demás gastos legítimos y; el premio de cambio

entre la plaza en que debería haberse pagado el documento y la plaza en que se lo haga efectivo, más los gastos de

situación.

 Ejercicio de la acción cambiaria: el tomador del pagaré puede exigir el pago de cualquiera de los obligados o de todos

a la vez.

Principales diferencias entre la letra de cambio y el pagaré[editar]

Las diferencias principales entre los documentos pueden concretarse a los elementos personales y al contenido básico de

cada uno de los títulos.

 Elementos personales: en la letra de cambio los elementos personales son el girador o librador, el girado o librado y el

tomador o beneficiario; en el pagaré son dos: el suscriptor y el tomador o tenedor. El suscriptor equivale al aceptante

en una letra de cambio.

 Contenido: la letra de cambio es concretamente una orden de pago, mientras que el pagaré es una promesa de pago.

 Empresas de descuento de pagarés: Además de los bancos, existen empresas especializadas en descuento de

pagarés que ofrecen este servicio a empresas y autónomos que requieren anticipar el cobro para financiar su

circulante. La operativa es más sencilla y rápida que la de la banca clásica.

El descuento de pagarés es un servicio financiero que, al igual que otros servicios crediticios, están regulados por el Banco

de España, pudiendo prestarse por Entidades de Crédito, Establecimiento Financiero de Crédito o Sociedades de

Intermediación Financiera.

El pagaré debe contener: I.- La mención de ser pagaré, inserta en el texto del documento; II.- La promesa incondicional
de pagar una suma determinada de dinero; III.- El nombre de la persona a quien ha de hacerse el pago; IV.- La época y
el lugar del pago; V.- La fecha y el lugar en que se subscriba el documento; y VI.- La firma del suscriptor o de la persona
que firme a su ruego o en su nombre.

Si el pagaré no menciona la fecha de su vencimiento, se considerará pagadero a la vista; si no indica el lugar de su pago,
se tendrá como tal el del domicilio del que lo suscribe. Los pagarés exigibles a cierto plazo de la vista deben ser
presentados dentro de los seis meses que sigan a su fecha. La presentación sólo tendrá el efecto de fijar la fecha del
vencimiento y se comprobará en los términos del párrafo final del artículo 82 de la Ley de Títulos y Operaciones de
Crédito. Si el suscriptor omitiere la fecha de la vista, podrá consignarla el tenedor.

c) El cheque.

Un cheque (anglicismo de cheque o check) es un documento contable de valor en el que la persona que es autorizada
para extraer dinero de una cuenta (por ejemplo, el titular), extiende a otra persona una autorización para retirar una
determinada cantidad de dinero de su cuenta la cual se expresa en el documento, prescindiendo de la presencia del
titular de la cuenta bancaria.
El cheque es un título de valor a la orden o al portador y abstracto en virtud del cual una persona, llamada librador,
ordena incondicionalmente a una institución de crédito el pago a la vista de una suma de dinero determinada a favor de
una tercera persona llamada beneficiario.

Requisitos[editar]

El cheque sólo puede ser expedido cuando se reúnan los requisitos siguientes:

 La calidad del librado de ser una institución de crédito la cual celebrará un contrato con el librador: Los bancos reciben

de sus clientes dinero que se obligan a devolver a la vista, cuando el cliente lo requiera. Para documentar las órdenes

de pago de los clientes se utilizan los cheques.

Por el contrato de cheque, en consecuencia, el banco que sepa obliga a recibir dinero de su cuenta-habiente, a mantener el

saldo de la cuenta a disposición de éste, y a pagar los cheques que el cliente libre con cargo al saldo de la cuenta. A la

cuenta de cheques se le denomina en la práctica bancaria “cuenta corriente de cheques”, porque el cuenta-habiente hace

entregas que se le abonan y libra cheques que se le cargan al ser pagados; por lo que la cuenta tiene una secuencia

indefinida.

La cuenta de cheques es un presupuesto de la normalidad, no de la esencia del cheque. Puede una persona librar cheques

y no tener la cuenta y el tenedor podrá ejercitar las acciones correspondientes contra los obligados, e incluso el librador

recibirá una sanción. Y si el banco se negare a pagar un cheque sin causa justa, a no ser que este indispuesto u obrando,

infringiendo sus obligaciones derivadas del contrato de cheque, también deberá pagar al librador una pena por el cheque

desatendido.

 Los fondos disponibles: La existencia de fondos disponibles es también un presupuesto de la regularidad del cheque;

presupuesto cuya existencia no influye sobre la eficacia del título, y cuya ausencia es sancionada también.

 Que el librador haya sido autorizado por el librado para expedir cheques a cargo de la cuenta del librador .

Pago[editar]

El cheque debe pagarse en el momento en que se presente al librado. Como título de crédito que es, el pago del cheque

debe hacerse precisamente contra su entrega.

Responsabilidad del librador: El librador es el principal responsable del pago del cheque. Por eso en el cheque la acción

cambiaria directa se ejercita contra el librador y susavalistas (se equipara al librador como el aceptante de la letra de

cambio) y la acción de regreso en contra de los endosantes y sus avalistas. El librado (entidad financiera) no tiene

responsabilidad en virtud del documento porque nunca formaliza la aceptación, a diferencia de la letra de cambio.

El librador de un cheque que se presenta en tiempo y que no se pague por causa a él imputable, es responsable de los

daños y perjuicios que sufra el tenedor.


Responsabilidad del librado: La institución de crédito que autorice a una persona para expedir cheques está obligada a

cubrirlos hasta el importe de las sumas que tenga a disposición del librador. Cuando la institución se niegue sin justa causa

a pagar un cheque debe resarcir al librador de los daños y perjuicios.

Se dice que un cheque rebotó cuando no hubo fondos.

Características[editar]

Las características de los cheques son:


Literalidad[editar]

Significa que vale única y exclusivamente por lo que se plasme en el cheque de manera específica. El cheque tiene que

contener el nombre completo y todos los requisitos.


Valor por Pame[editar]

Otra característica es que tienen valor per se, es decir que tiene valor por sí mismo en el documento como el título valor que

es. Esto significa por ejemplo que al cobrarse en un banco, el poseedor, siempre y cuando el cheque cuente con endoso, no

tiene que dar explicación al banco de por qué lo está cobrando. Esta característica hace que un cheque sea como un billete,

que tiene un valor por sí mismo más el portador a la causa validada en un solo cheque sea como un billete. Además se

llena un formulario especial a través del cual el librado le ordena al librador que dono todo o parte de los fondos realizados

en la entidad bancaria de manera conjuntiva y ordenada.


A la vista[editar]

Los cheques son siempre a la vista, es decir que no tienen fecha de cuándo deben ser pagados. La fecha que se plasma en

el cheque sólo cumple la función de dejar constancia de cuándo el emisor tenía la intención de que ese cheque se cobrase.

No obstante el banco está obligado a hacer efectivo un cheque el día en que se presenta al cobro, sin importar que la fecha

que aparezca plasmada en éste aún no haya llegado. Hay cheques pos-fechados. Hay que tener muy en cuenta que los

cheques prescriben y por ende caducan.

Tipos de cheques[editar]

Los cheques pueden ser de m uchas clases, entre ellas, nominativo, a la orden o al portador. En el primer caso, solo puede

cobrarlo la persona indicada en el cheque (sea esta física o jurídica). En el segundo caso, puede ser cobrado por el

beneficiario indicado, sin embargo, este puede entregarlo en pago a otra persona, para lo cual debe escribir su firma en el

dorso del cheque -este acto se denomina endoso-. En este caso, cualquier persona puede cobrarlo como si fuera al

portador. Y en el último caso, lo puede cobrar cualquier persona que sea portadora del mismo. En algunos países la

legislación contempla únicamente cheques nominativos, es decir que son emitidos a nombre o a favor siempre de una

persona específica.

La cantidad a pagar se escribe dos veces (una en números y otra en letras) para mayor seguridad, y en los dos casos se

rodea con símbolos (por ejemplo #50,00# € en vez de 50,00 €) para que no se puedan añadir cifras adicionales (y cobrar

950,00€, por ejemplo). Para imposibilitar todavía más el cambio de cifras se pueden tapar con celo adhesivo.

Hay cheques que tienen límites de hasta cuanto tiempo se da para ser cobrado; dígase, 180 días.
 Cheque cruzado. Si un cheque está cruzado diagonalmente en el anverso por dos líneas paralelas, el dinero no se

podrá retirar en efectivo, sino que tendrá que ser ingresado en una cuenta bancaria. Esto se hace a veces para seguir

la pista al dinero pagado.

 Cheque para abono en cuenta. Insertando la cláusula “para abono en cuenta” produce la consecuencia de que no

puede ser cobrado en efectivo, sino que deberá ser abonado en la cuenta del portador.

 Cheque certificado / conformado. El librado exige al librador que lo certifique haciendo constar que tiene en su

poder fondos suficientes para cubrir el cheque. Se realiza con palabras como “acepto” “visto” o “bueno” escritas por el

librador.

 Cheque de caja o Cheque de Gerencia. Es un cheque expedido por una institución de crédito a sus propias

dependencias. Representa una garantía y no suele tener fecha de caducidad. En la práctica funciona como dinero

líquido, ya que el valor se retira de la cuenta del pagador en la fecha de expedición en lugar de la de cobro y el librador

es el director de la oficina bancaria. En España y otros países se le denomina cheque bancario, impropiamente ya que

todos los cheques son de algún modo bancarios y suele provocar ambigüedades y errores.

 Cheques de viajero. Son los expedidos por instituciones de crédito a su propio cargo y son pagaderos por otro de sus

establecimientos dentro del país o en el extranjero. Se suelen llamar "traveller's check", conforme su forma en inglés.

 Cheque cancelatorio. Según la ley de Antievasión fiscal de la República Argentina, todos los pagos superiores a

$1000 se debían realizar por cualquier otro medio que no sea directamente en efectivo. Ante esta situación, se crea la

figura jurídica del cheque cancelatorio para que todas las personas que no posean cuentas corrientes y no dispongan

del pacto de cheques para emitirlos, puedan realizar sus pagos por este medio bancario, recurriendo a una entidad

financiera o un banco ahí adquiriendo este medio de pago. A diferencia del cheque de pago diferido,este tipo de

cheques tiene efecto pro-soluvo (no como los otros que son prosolvente -al momento de presentarlo al cobro-), sino

que con el solo hecho de recibir el cheque es suficiente.

 Cheque de pago diferido. Es una orden de pago que se libra contra un banco en el cual el librador, a la fecha de

presentación estipulada en el cheque, debe tener fondos suficientes depositados a su orden en la cuenta corriente

bancaria.

Comisiones[editar]

Cuando se ingresa o se cobra en metálico un cheque en una entidad distinta de la que emitió pueden cobrar una comisión.

Dicha comisión no existe si se cobra en la misma entidad que emitió el cheque.

También era práctica común, aunque actualmente ilegal en algunos países, el cobrar una comisión por gestión cuando un

cheque era devuelto porque no tenía fondos. El motivo por el cual algunos países lo consideran ilegal es porque se cobra

por un servicio, cobrar un cheque, que no se ha realizado.

En México[editar]
En México el cheque es considerado un título de crédito, debiéndose entender por éstos aquellos documentos que por

virtud de su literalidad amparan un derecho cambiario-quirografario. Cabe destacar que la emisión y circulación de los

cheques se encuentra regulado por la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito del artículo 175 a 207. De acuerdo

al artículo 176 de la referida ley los cheques deben contener lo siguiente:

I.- La mención de ser cheque, inserta en el texto del documento; II.- El lugar y la fecha en que se expide; III.- La orden

incondicional de pagar una suma determinada de dinero; IV.- El nombre del librado; V.- El lugar del pago; y VI.- La firma del

librador.

Hay juristas que consideran que el cheque no es un verdadero título de crédito, pues el mismo no resulta ser un instrumento

por virtud del cual se acredite la existencia de un crédito a favor de una persona, sino que el mismo es un instrumento de

pago. Es decir, por virtud del cheque no se demuestra la existencia de un crédito constituido a favor de una determinada

persona, sino que el mismo es de cierta forma equiparado al efectivo -un medio de pago-. 1

El cheque sólo puede ser expedido a cargo de una institución de crédito. El documento que en forma de cheque se libre
a cargo de otras personas, no producirá efectos de título de crédito. El cheque sólo puede ser expedido por quien,
teniendo fondos disponibles en una institución de crédito, sea autorizado por ésta para librar cheques a su cargo. La
autorización se entenderá concedida por el hecho de que la institución de crédito proporcione al librador esqueletos
especiales para la expedición de cheques, o le acredite la suma disponible en cuenta de depósito a la vista.
El cheque debe contener varios requisitos formales que sin ellos dejaría de ser un título de crédito.

El cheque será siempre pagadero a la vista. Cualquiera inserción en contrario se tendrá por no puesta. El cheque
presentado al pago antes del día indicado como fecha de expedición, es pagadero el día de la presentación. El cheque
puede ser nominativo o al portador.

El cheque expedido por cantidades superiores a las establecidas por el Banco de México, a través de disposiciones de
carácter general que publique en el Diario Oficial de la Federación, siempre será nominativo. El cheque que no indique
a favor de quién se expide, así como el emitido a favor de persona determinada y que, además, contenga la cláusula al
portador, se reputará al portador.

El cheque nominativo puede ser expedido a favor de un tercero, del mismo librador o del librado. El cheque expedido o
endosado a favor del librado no será negociable.

Los cheques deberán presentarse para su pago: I.- Dentro de los quince días naturales que sigan al de su fecha, si
fueren pagaderos en el mismo lugar de su expedición; II.- Dentro de un mes, si fueren expedidos y pagaderos en diversos
lugares del territorio nacional; III.- Dentro de tres meses, si fueren expedidos en el extranjero y pagaderos en el territorio
nacional; y IV.- Dentro de tres meses, si fueren expedidos dentro del territorio nacional para ser pagaderos en el
extranjero, siempre que no fijen otro plazo las leyes del lugar de presentación.
El librador de un cheque presentado en tiempo y no pagado, por causa imputable al propio librador, resarcirá al tenedor
los daños y perjuicios que con ello le ocasione. En ningún caso, la indemnización será menor del veinte por ciento del
valor del cheque. El cheque que el librador o el tenedor crucen con dos líneas paralelas trazadas en el anverso, sólo
podrá ser cobrado por una institución de crédito.

d) Las obligaciones.

Las sociedades anónimas pueden emitir obligaciones que representen la participación individual de sus tenedores en un
crédito colectivo constituido a cargo de la sociedad emisora Las obligaciones serán bienes muebles aun cuando estén
garantizadas con hipoteca.

Las obligaciones serán nominativas y deberán emitirse en denominaciones de cien pesos o de sus múltiplos, excepto
tratándose de obligaciones que se inscriban en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios y se coloquen en el
extranjero entre el gran público inversionista, en cuyo caso podrán emitirse al portador. Las obligaciones darán a sus
tenedores, dentro de cada serie, iguales derechos. Cualquier obligacionista podrá pedir la nulidad de la emisión hecha
en contra de lo dispuesto en este párrafo.

Los obligacionistas podrán ejercitar individualmente las acciones que les correspondan: I.- Para pedir la nulidad de la
emisión en los casos de los artículos 209 y 211 de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito y la de las resoluciones
de la asamblea, en el caso del párrafo final del artículo 220 del Código de Títulos y Operaciones de Crédito, y cuando
no se hayan cumplido los requisitos establecidos para su convocatoria y celebración; II.- Para exigir de la sociedad
emisora, en la vía ejecutiva, el pago de los cupones vencidos, de las obligaciones vencidas o sorteadas y de las
amortizaciones o reembolsos que se hayan vencido o decretado conforme al acta de emisión; III.- Para exigir del
representante común que practique los actos conservatorios de los derechos correspondientes a los obligacionistas en
común, o haga efectivos esos derechos; y IV.- Para exigir, en su caso, la responsabilidad en que el representante común
incurra por culpa grave.

e) Certificados de participación.

Los certificados de participación son títulos de crédito que representan: a).- El derecho a una parte alícuota de los frutos
o rendimientos de los valores, derechos o bienes de cualquier clase que tenga en fideicomiso irrevocable para ese
propósito la sociedad fiduciaria que los emita; b).- El derecho a una parte alícuota del derecho de propiedad o de la
titularidad de esos bienes, derechos o valores; c).- O bien el derecho a una parte alícuota del producto neto que resulte
de la venta de dichos bienes, derechos o valores. En el caso de los incisos b) y c), el derecho total de los tenedores de
certificados de cada emisión será igual al porcentaje que represente en el momento de hacerse la emisión el valor total
nominal de ella en relación con el valor comercial
de los bienes, derechos o valores correspondientes fijado por el peritaje practicado en los términos del artículo 228 h de
la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito. En caso de que al hacerse la adjudicación o venta de dichos bienes, derechos
o valores, el valor comercial de éstos hubiere disminuido, sin ser inferior al importe nominal total de la emisión, la
adjudicación o liquidación en efectivo se hará a los tenedores hasta por un valor igual al nominal de sus certificados; y
si el valor comercial de la masa fiduciaria fuere inferior al nominal total de la emisión, tendrán derecho a la aplicación
íntegra de los bienes o producto neto de la venta de los mismos.

f) Certificados de depósito y bono de prenda.

El certificado de depósito acredita la propiedad de mercancías o bienes depositados en el Almacén que lo emite. El bono
de prenda, la constitución de un crédito prendario sobre las mercancías o bienes indicados en el certificado de depósito
correspondiente.

Sólo los Almacenes Generales de Depósito, autorizados conforme a la Ley General de Instituciones de Crédito, podrán
expedir estos títulos. Las constancias, recibos o certificados que otras personas o instituciones expidan para acreditar el
depósito de bienes o mercancías, no producirán efectos como títulos de crédito.
Cuando se trate de mercancías o bienes individualmente designados, los Almacenes sólo podrán expedir un bono de
prenda en relación con cada certificado de depósito. Si se trata de mercancías o bienes designados genéricamente, los
Almacenes podrán expedir, a voluntad del depositante, bonos de prenda múltiples. Cuando el certificado de depósito se
emita con la mención expresa de no ser negociable, no se expedirá bono de prenda alguno en relación con él. Si se
expide un solo bono, deberá ir adherido al certificado de depósito.

Salvo el caso de que el certificado se emita como no negociable, el Almacén no puede expedir solamente uno de los
títulos.

4.3. Operaciones de crédito.


Las operaciones de crédito que esta Ley reglamenta son actos de comercio.

A) El reporto.

En virtud del reporto, el reportador adquiere por una suma de dinero la propiedad de títulos de crédito, y se obliga a
transferir al reportado la propiedad de otros tantos títulos de la misma especie, en el plazo convenido y contra reembolso
del mismo precio más un premio. El premio queda en beneficio del reportador, salvo pacto en contrario.

El reporto se perfecciona por la entrega de los títulos y por su endoso cuando sean nominativos. El reporto debe constar
por escrito, expresándose el nombre completo del reportador y del reportado, la clase de los títulos dados en reporto y
los datos necesarios para su identificación, el término fijado para el vencimiento de la operación, el precio y el premio
pactados o la manera de calcularlos.

Si los títulos atribuyen un derecho de opción que deba ser ejercitado durante el reporto, el reportador estará obligado a
ejercitarlo por cuenta del reportado; pero este último deberá proveerlo de los fondos suficientes dos días antes, por lo
menos, del vencimiento del plazo señalado para el ejercicio del derecho opcional.
Salvo pacto en contrario los derechos accesorios correspondientes a los títulos dados en reporto, serán ejercitados por
el reportador por cuenta del reportado y los dividendos o intereses que se paguen sobre los títulos durante el reporto,
serán acreditados al reportado para ser liquidados al vencimiento de la operación.

Los reembolsos y premios quedarán a beneficio del reportado, cuando los títulos o valores hayan sido específicamente
designados al hacerse la operación
B) Depósito.
a) Depósito bancario.

El depósito de una suma determinada de dinero en moneda nacional o en divisas o monedas extranjeras, transfiere la
propiedad al depositario y lo obliga a restituir la suma depositada en la misma especie, salvo lo dispuesto en el artículo
268 de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito.

Los depósitos que se constituyan en caja, saco o sobre cerrados, no transfieren la propiedad al depositario, y su retiro
quedará sujeto a los términos y condiciones que en el contrato mismo se señalen.

En los depósitos a la vista, en cuenta de cheques, el depositante tiene derecho a hacer libremente remesas en efectivo
para abono de su cuenta y a disponer, total o parcialmente, de la suma depositada, mediante cheques girados a cargo
del depositario. Los depósitos en dinero constituidos a la vista en instituciones de crédito, se entenderán entregados en
cuenta de cheques, salvo convenio en contrario.
b) Depósito bancario de títulos.

El depósito bancario de títulos no transfiere la propiedad al depositario, a menos que, por convenio escrito, el depositante
lo autorice a disponer de ellos con obligación de restituir otros tantos títulos de la misma especie.

Si no se transfiere la propiedad al depositario, esté queda obligado a la simple conservación material de los títulos, a
menos que, por convenio expreso, se haya constituido el depósito en administración. El depósito bancario de títulos en
administración, obliga al depositario a efectuar el cobro de los títulos y a practicar todos los actos necesarios para la
conservación de los derechos que aquéllos confieran al depositante. Cuando haya que ejercitar derechos accesorios u
opcionales o efectuar exhibiciones o pagos de cualquier clase en relación con los títulos de depositados, se estará a lo
dispuesto en los artículos 261 a 263 de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito.

d) Depósito de mercancías en almacenes generales.

Los Almacenes Generales están obligados a restituir los mismos bienes o mercancías depositados –salvo excepciones-
, en el estado en que los hayan recibido, respondiendo sólo de su conservación aparente y de los daños que se deriven
de su culpa.

Los Almacenes pueden recibir en guarda mercancías o bienes genéricamente designados, con obligación de restituir
otros tantos de la misma especie y calidad siempre que dichos bienes o mercancías sean de calidad tipo, o que, de no
serlo, pueda conservarse en los Almacenes en condiciones que aseguren su autenticidad, una muestra conforme a la
cual se efectuará la restitución. En este caso, los Almacenes responden no sólo de los daños derivados de su culpa,
sino aún de los riesgos inherentes a las mercancías o efectos materia del depósito.

En el caso de depósito de mercancías o bienes individualmente designados, los Almacenes están obligados a la guarda
de las mercancías o bienes depositados, por todo el tiempo que se estipule como duración para el depósito y, si por
causas que no les sean imputables, las mercancías o efectos se descompusieren en condiciones que puedan afectar la
seguridad o la salubridad, los Almacenes, con intervención de corredor o con autorización de las oficinas de salubridad
pública respectivas, podrán proceder, sin responsabilidad, a la venta o a la destrucción de las mercancías o efectos de
que se trate.

d) Descuentos de créditos en libros.


Los créditos abiertos en los libros de comerciantes podrán ser objeto de descuento, aun cuando no estén amparados
por títulos de crédito suscritos por el deudor, siempre que se reúnan las siguientes condiciones: I.- Que los créditos sean
exigibles a término o con previo aviso fijos; II.- Que el deudor haya manifestado por escrito su conformidad con la
existencia del crédito; III.- Que el contrato de descuento se haga constar en póliza a la cual se adicionarán las notas o
relaciones que expresen los créditos descontados, con mención del nombre y domicilio de los deudores, del importe de
los créditos, del tipo de interés pactado, y de los términos y condiciones de pago; IV.- Que el descontatario entregue al
descontador letras giradas a la orden de éste y a cargo de los deudores, en los términos convenidos para cada crédito.

C) De los créditos.

a) Contrato de apertura de crédito.

En virtud de la apertura de crédito, el acreditante se obliga a poner una suma de dinero a disposición del acreditado, o a
contraer por cuenta de éste una obligación, para que el mismo haga uso del crédito concedido en la forma y en los
términos y condiciones convenidos, quedando obligado el acreditado a restituir al acreditante las sumas de que disponga,
o a cubrirlo oportunamente por el importe de la obligación que contrajo, y en todo caso a pagarle los intereses,
prestaciones, gastos y comisiones que se estipulen.

Si las partes fijaron límite al importe del crédito, se entenderá, salvo pacto en contrario, que en él quedan comprendidos
los intereses, comisiones y gastos que deba cubrir el acreditado. Si en el contrato no se señala un límite a las
disposiciones del acreditado, y tampoco es posible determinar el importe del crédito por el objeto a que se destina, o de
algún otro modo convenido por las partes, se entenderá que el acreditante está facultado para fijar ese límite en cualquier
tiempo.
La apertura de crédito en cuenta corriente da derecho al acreditado a hacer remesas, antes de la fecha fijada para la
liquidación, en reembolso parcial o total de las disposiciones que previamente hubiere hecho, quedando facultado,
mientras el contrato no concluya, para disponer en la forma pactada del saldo que resulte a su favor.

La apertura de crédito simple o en cuenta corriente, puede ser pactada con garantía personal o real. La garantía se
entenderá extendida, salvo pacto en contrario, a las cantidades de que el acreditado haga uso dentro de los límites del
crédito.

El crédito se extinguirá, cesando, en consecuencia, el derecho del acreditado a hacer uso de él en lo futuro: I.- Por haber
dispuesto el acreditado de la totalidad de su importe, a menos que el crédito se haya abierto en cuenta corriente; II.- Por
la expiración del término convenido, o por la notificación de haberse dado por concluido el contrato, conforme al artículo
294 de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito, cuando no se hubiere fijado plazo; III.- Por la denuncia que del
contrato se haga en los términos del citado artículo, entre otras causales.

b) Cuenta corriente.

En virtud del contrato de cuenta corriente, los créditos derivados de las remesas recíprocas de las partes, se anotan
como partidas de abono o de cargo en una cuenta, y sólo el saldo que resulte a la clausura de la cuenta constituye un
crédito exigible y disponible.

Las comisiones y los gastos por los negocios a que la cuenta se refiere, se incluirán en ésta, salvo convenio en contrario.
La inscripción de un crédito en la cuenta corriente, no excluye las acciones o excepciones relativas a la validez de los
actos o contratos de que proceda la remesa, salvo pacto en contrario. Si el acto o el contrato son anulados, la partida
correspondiente se cancela en la cuenta.

El cuentacorrentista que incluya en la cuenta un crédito garantizado con prenda o hipoteca, tiene derecho a hacer efectiva
la garantía por el importe del crédito garantizado, en cuanto resulte acreedor del saldo. El contrato de cuenta corriente
termina al vencimiento del plazo convenido. A falta de éste, cualquiera de los cuentacorrentistas podrá, en cada época
de clausura de la cuenta, denunciar el contrato, dando aviso al otro cuentacorrentista por lo menos diez días antes de la
fecha de clausura.

La muerte o la incapacidad superveniente de uno de los cuentacorrentistas, no importan la terminación del contrato sino
cuando sus herederos o representantes o el otro cuentacorrentista opten por su terminación

c) Cartas de crédito.

Las cartas de crédito deberán expedirse en favor de persona determinada y no serán negociables; expresarán una
cantidad fija o varias cantidades indeterminadas; pero comprendidas en un máximo cuyo límite se señalará
precisamente. Las cartas de crédito no se aceptan ni son protestables, ni confieren a sus tenedores derecho alguno
contra las personas a quienes van dirigidas.

El tomador no tendrá derecho alguno contra el dador, sino cuando haya dejado en su poder el importe de la carta de
crédito, o sea su acreedor por ese importe, en cuyos casos el dador estará obligado a restituir el importe de la carta, si
ésta no fuere pagada, y a pagar los daños y perjuicios.

El que expida una carta de crédito, salvo en el caso de que el tomador haya dejado el importe de la carta en su poder,
lo haya afianzado o asegurado o sea su acreedor por ese importe, podrá anularla en cualquier tiempo, poniéndolo en
conocimiento del tomador y de aquél a quien fuere dirigida.

El que expida una carta de crédito quedará obligado hacia la persona a cuyo cargo la dio, por la cantidad que ésta pague
en virtud de la carta dentro de los límites fijados en la misma.
d) Crédito confirmado.

El crédito confirmado se otorga como obligación directa del acreditante hacia un tercero; debe constar por escrito y no
podrá ser revocado por el que pidió el crédito. Salvo pacto en contrario, el tercero a cuyo favor se abre el crédito, podrá
transferirlo; pero quedará sujeto a todas las obligaciones que en el escrito de confirmación del crédito se hayan estipulado
a su cargo.

El acreditante es responsable hacia el que pidió el crédito, de acuerdo con las reglas del mandato. La misma
responsabilidad tendrá, salvo pacto en contrario, por los actos de la persona que designe para que los sustituya en la
ejecución de la operación.
El acreditante podrá oponer al tercero beneficiario las excepciones que nazcan del escrito de confirmación y, salvo lo
que en el mismo escrito se estipule, las derivadas de las relaciones entre dicho tercero y el que pidió el crédito; pero en
ningún caso podrá oponerle las que resulten de las relaciones entre este último y el propio acreditante.

e) Crédito de habilitación o avío.

En virtud del contrato de crédito de habilitación o avío, el acreditado queda obligado a invertir el importe del crédito
precisamente en la adquisición de las materias primas y materiales y en el pago de los jornales, salarios y gastos directos
de explotación indispensables para los fines de su empresa.
Los créditos de habilitación o avío estarán garantizados con las materias primas y materiales adquiridos, y con los frutos,
productos o artefactos que se obtengan con el crédito, aunque éstos sean futuros o pendientes En virtud del contrato de
crédito refaccionario, el acreditado queda obligado a invertir el importe del crédito precisamente en la adquisición de
aperos, instrumentos, útiles de labranza, abonos, ganado, o animales de cría; en la realización de plantaciones o cultivos
cíclicos o permanentes; en la apertura de tierras para el cultivo, en la compra o instalación de maquinarias y en la
construcción o realización de obras materiales necesarias para el fomento de la empresa del acreditado.

Los contratos de crédito refaccionario o de habilitación o avío deberán satisfacer diversos requisitos sin los cuales no
existiría. Se podría decir que son elementos de existencia, entre ellos se expresarán el objeto de la operación, la duración
y la forma en que el beneficiario podrá disponer del crédito materia del contrato; fijarán, con toda precisión, los bienes
que se afecten en garantía, y señalarán los demás términos y condiciones del contrato.

Los contratos de habilitación o refacción no surtirán efectos contra tercero, sino desde la fecha y hora de su inscripción
en el Registro. Quienes otorguen créditos de refacción o de habilitación o avío, deberán cuidar de que su importe se
invierta precisamente en los objetos determinados en el contrato; si se probare que se le dio otra inversión a sabiendas
del acreedor o por su negligencia, éste perderá el privilegio a que se refieren los artículos 322 y 324 de la Ley de Títulos
y Operaciones de Crédito.

D) Prenda.

Por virtud de este contrato el deudor, o un tercero, entrega al acreedor una cosa mueble confiriéndole el derecho de
tenerla en su poder hasta el pago del crédito o de hacerse pagar con la misma, con preferencia a cualquier otro acreedor,
si no se le cubre el crédito.
En materia de comercio, la prenda se constituye: I.- Por la entrega al acreedor, de los bienes o títulos de crédito, si éstos
son al portador; II.- Por el endoso de los títulos de crédito en favor del acreedor, si se trata de títulos nominativos, y por
este mismo endoso y la correspondiente anotación en el registro, si los títulos son de los mencionados en el artículo 24
de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito; III.- Por la entrega, al acreedor, del título o del documento en que el
crédito conste, cuando el título o crédito materia de la prenda no sean negociables, con inscripción del gravamen en el
registro de emisión del título o con notificación hecha al deudor, según que se trate de títulos o créditos respecto de los
cuales se exija o no tal registro; IV.- Por el depósito de los bienes o títulos, si éstos son al portador, en poder de un
tercero que las partes hayan designado y a disposición del acreedor; entre otros.10

Cuando se den en prenda bienes o títulos fungibles, la prenda subsistirá aun cuando los títulos o bienes sean sustituidos
por otros de la misma especie.

Cuando la prenda se constituya sobre bienes o títulos fungibles, puede pactarse que la propiedad de éstos se transfiera
al acreedor, el cual quedará obligado, en su caso, a restituir al deudor otros tantos bienes o títulos de la misma especie.

Este pacto debe constar por escrito.

Cuando la prenda se constituya sobre dinero, se entenderá transferida la propiedad, salvo convenio en contrario. Si el
precio de los bienes o títulos dados en prenda baja de manera que no baste a cubrir el importe de la deuda y un 20%
más, el acreedor podrá proceder a la venta de la prenda, en los términos del artículo 342 de la Ley de Títulos y
Operaciones de Crédito.

E) Arrendamiento financiero.

Por virtud del contrato de arrendamiento financiero, el arrendador se obliga a adquirir determinados bienes y a conceder
su uso o goce temporal, a plazo forzoso, al arrendatario, quien podrá ser persona física o moral, obligándose este último
a pagar como contraprestación, que se liquidará en pagos parciales, según se convenga, una cantidad en dinero
determinada o determinable, que cubra el valor de adquisición de los bienes, las cargas financieras y los demás
accesorios que se estipulen, y adoptar al vencimiento del contrato alguna de las opciones terminales a que se refiere el
artículo 410 de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito.

Los contratos de arrendamiento financiero deberán otorgarse por escrito y podrán inscribirse en el Registro Público de
Comercio, a solicitud de los contratantes, sin perjuicio de hacerlo en otros Registros que las leyes determinen. En los
contratos de arrendamiento financiero en los que se convenga la entrega de anticipos, por parte del arrendador, a los
proveedores, fabricantes o constructores de los bienes objeto de dichos contratos que, por su naturaleza, ubicación o
proceso de producción, no sean entregados en el momento en que se pague su precio o parte del mismo, el arrendatario
quedará obligado a pagar al arrendador una cantidad de dinero, determinada o determinable, que cubrirá únicamente el
valor de las cargas financieras y demás accesorios de los anticipos hasta en tanto se entregue el bien de que se trate,
condición que deberá estar contenida en el contrato de arrendamiento financiero.

F) Factoraje financiero.
Por virtud del contrato de factoraje, el factorante conviene con el factorado, quien podrá ser persona física o moral, en
adquirir derechos de crédito que este último tenga a su favor por un precio determinado o determinable, en moneda
nacional o extranjera, independientemente de la fecha y la forma en que se pague, siendo posible pactar algunas
modalidades como la siguiente: Que el factorado no quede obligado a responder por el pago de los derechos de crédito
transmitidos al factorante; o II. Que el factorado quede obligado solidariamente con el deudor, a responder del pago
puntual y oportuno de los derechos de crédito transmitidos al factorante. La administración y cobranza de los derechos
de crédito, objeto de los contratos de factoraje, deberá ser realizada por el factorante o por un tercero a quien éste le
haya delegado la misma, en términos del artículo 430 de la Ley de Títulos y Operaciones de Crédito.

Todos los derechos de crédito pueden transmitirse a través de un contrato de factoraje financiero, sin el consentimiento
del deudor, a menos que la transmisión esté prohibida por la ley, no lo permita la naturaleza del derecho o en los
documentos en los que consten los derechos que se van a adquirir se haya convenido expresamente que no pueden ser
objeto de una operación de factoraje.

4.4. El fideicomiso

En virtud del fideicomiso, el fideicomitente transmite a una institución fiduciaria la propiedad o la titularidad de uno o más
bienes o derechos, según sea el caso, para ser destinados a fines lícitos y determinados, encomendando la realización
de dichos fines a la propia institución fiduciaria.

Pueden ser fideicomisarios las personas que tengan la capacidad necesaria para recibir el provecho que el fideicomiso
implica. El fideicomisario podrá ser designado por el fideicomitente en el acto constitutivo del fideicomiso o en un acto
posterior.

El fideicomiso será válido aunque se constituya sin señalar fideicomisario, siempre que su fin sea lícito y determinado, y
conste la aceptación del encargo por parte del fiduciario. Es nulo el fideicomiso que se constituye a favor del fiduciario,
salvo lo dispuesto en el párrafo siguiente, y en las demás disposiciones legales aplicables.

Sólo pueden ser instituciones fiduciarias las expresamente autorizadas para ello conforme a la ley. En el fideicomiso
podrán intervenir varias instituciones fiduciarias para que conjunta o sucesivamente desempeñen el cargo de fiduciario,
estableciendo el orden y las condiciones en que hayan de substituirse.Salvo lo que se prevea en el fideicomiso, cuando
por renuncia o remoción la institución fiduciaria concluya el desempeño de su cargo, deberá designarse a otra institución
fiduciaria que la substituya. Si no fuere posible esta substitución, el fideicomiso se dará por extinguido.

Pueden ser objeto del fideicomiso toda clase de bienes y derechos, salvo aquellos que, conforme a la ley, sean
estrictamente personales de su titular. Los bienes que se den en fideicomiso se considerarán afectos al fin a que se
destinan y, en consecuencia, sólo podrán ejercitarse respecto a ellos los derechos y acciones que al mencionado fin se
refieran, salvo los que expresamente se reserve el fideicomitente, los que para él deriven del fideicomiso mismo o los
adquiridos legalmente respecto de tales bienes, con anterioridad a la constitución del fideicomiso, por el fideicomisario o
por terceros. La institución fiduciaria deberá registrar contablemente dichos bienes o derechos y mantenerlos en forma
separada de sus activos de libre disponibilidad.

El fideicomiso constituido en fraude de terceros, podrá en todo tiempo ser atacado de nulidad por los interesados. La
constitución del fideicomiso11 deberá constar siempre por escrito

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