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Análisis: “Buenos díás, Vietnám”

Alumna: Malena Piñuel

El humor puede cambiarle la vida a alguien, no sé si cambiar si no entretener. Esa es la palabra


correcta, que tanto se puede ver en una de las películas más importantes y premiadas de la
década del 80’. Recibieron 2 Óscar y premios al mejor actor de reparto.

El conocido actor Robín Williams se puso en la piel de un locutor cómico, que llegó a las radios
para entretener a los soldados que estaban en la Guerra de Vietnam. Buscaba con su humor
darle un enfoque humano a la terrible situación que está viviendo el país. Con su música trata
de alegrar, transmitir paz y que la gente deje de pensar un poco en lo que estaba pasando. Los
soldados fueron los primeros en recibirlo pero su humor no cayó bien a todos los tenientes.
Sin embargo, mantiene una actitud rebelde y simpática frente a todos, ubicándose muy lejos
de entrar en discusión por la guerra. Se encuentra constantemente desafiando las normas de
los superiores y actuaba por instinto.

Se hace cargo del programa “Buenos días, Vietnam” de la emisora de una de las bases
militares en China. Su saludo se hizo muy popular, ya que lo decía en un volumen alto y con
mucha energía. Buscaba con su comportamiento lucha contra la censura que imponen las
autoridades militares.

La película muestra un punto de vista diferente, ya que poco público sabe algo “bueno” de la
guerra de Vietnam. Nos muestra otra cara de la guerra que no conocíamos. No se basa
directamente en el conflicto bélico, sino en la historia de éste locutor humorístico que viene a
cambiar un poco la vida de todos.

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