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Crónicas Del Crimen. Graciela Hammes - Asesinó A Su Marido para Cobrar Un Seguro - LA NACION
Crónicas Del Crimen. Graciela Hammes - Asesinó A Su Marido para Cobrar Un Seguro - LA NACION
LA NACION
19 de junio de 2019
S ergio Massa comenzó ayer el camino de un ocaso que podría ser definitivo. Se
sometió a una rendición absoluta, después de afirmar cosas que nunca cumplió. Que
nunca volvería al kirchnerismo. Que sería candidato a presidente o no sería nada. No
respetó ninguna de esas promesas. Peor: las formuló y las incumplió en un lapso muy
corto. Después de seis años de presentarse ante el electorado argentino como peronista
alejado del kirchnerismo, terminó ayer por cerrar el menos explicable de los acuerdos.
Será primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires con la
fórmula Fernández-Kirchner; es decir, integrará como uno más la boleta de Cristina
Kirchner. ¿Quería volver a la Cámara de Diputados? ¿Extrañaba sus interminables
debates? Difícil.
En 2017, pudo renovar su banca de diputado y prefirió ser candidato a senador por el
distrito bonaerense en elecciones en las que competía con el candidato de Mauricio
Macri (este en su mejor momento) y con la propia Cristina, que obtuvo entonces su
banca de senadora por la minoría. Fue otro suicidio: nunca podría haber ganado en ese
choque entre los dos principales líderes de la política argentina.
Massa tiene un problema con el valor de la palabra. Sus compromisos van mutando de
acuerdo con la dirección de las encuestas. Se acercó a Macri en el período inaugural de
Macri. Se alejó de Macri cuando Macri comenzó a tener problemas con la economía. Se
arrimó al peronismo alternativo (no kirchnerista) cuando Cristina comenzó a ser
señalada por la Justicia como responsable de incontables hechos de corrupción. Tomó
distancia de ese peronismo cuando la polarización le indicó que los diversos núcleos
sociales se inclinaban hacia el macrismo o el kirchnerismo. Jugó con Juan Schiaretti,
con Miguel Ángel Pichetto y con Juan Manuel Urtubey haciéndose pasar por uno de
ellos mientras hablaba con Alberto Fernández sobre su regreso al kirchnerismo.
¿Por qué no compitió con Urtubey en una interna entre peronistas no kirchneristas por
la candidatura presidencial? Hasta era más probable el triunfo de Massa que el de
Urtubey en esa contienda, porque el ahora candidato a diputado nacional tiene una
porción (pequeña tal vez, pero porción al fin) de la provincia de Buenos Aires.
Hace cerca de dos meses, tres amigos de Roberto Lavagna (Julio Bárbaro, Carlos
Campolongo y Luis Barrionuevo) se reunieron con el empresarios de medios Daniel Vila
para pedirle que le aconsejara a Massa desistir de su candidatura presidencial. Creían
que de esa manera los votos de Massa se deslizarían hacia Lavagna. La respuesta de Vila
fue tajante: "¡Yo no lo bajo a Sergio!". Uno de los tres solo atinó a responderle: "No
sabía que eras el dueño de Sergio".
Poco después, Vila se sentó (fue sentado) en la primera fila de la presentación del libro
de Cristina en la Feria del Libro. Semanas más tarde, Alberto Fernández lo invitó
públicamente a Massa a acordar su regreso al kirchnerismo: "Tomemos un café y
terminemos con esto", le dijo. Solo se termina lo que se ha comenzado. Aquella imagen
de Vila en la primera fila del debut de Cristina como escritora (aunque su libro sea el
"magistral cotorreo de una señora de barrio", según lo describió Pola Oloixarac en el
diario El País, de España) fue el primer indicio de que Massa terminaría regresando al
cristikirchnerismo.
Aun volviendo, pudo protagonizar un papel más elegante. Desafiar, por ejemplo, en una
interna al binomio Fernández-Kirchner. Hubiera perdido, sin duda. Pero le habría
quedado el argumento de que buscaba la unidad de la oposición sin despojarse del todo
de su identidad crítica de Cristina.
Voceros de Massa señalan que carecía de recursos para emprender una campaña
nacional para presidente. A Massa nunca le faltaron aportantes significativos para sus
campañas. A todo esto, ¿para que dijo entonces, hasta hace poco, que sería candidato a
presidente o volvería a casa? ¿Se quedó de pronto sin aportantes? ¿No era mejor, en ese
caso, ser sincero y contar que los apoyos económicos con los que contaba se habían
esfumado? Volver a la Cámara de Diputados, como volverá seguramente, para integrar
el bloque cristinista es un suicidio inútil. Nadie puede asegurar que a la edad de Massa,
47 años, se ha muerto políticamente. Pero deberá empezar de cero. Deberá emprender
el trabajo duro, arduo, difícil de resucitar.
Massa lo dejó a Urtubey sin alternativa, después de que le prometió hasta último
momento que competiría con él en las internas del peronismo no kirchnerista. La
historia de Massa es así: deja enemigos donde tenía amigos. Ya sea porque les hace
promesas que nunca cumple o porque los notifica de informaciones que no son ciertas.
Si lo abandonó por inconstante Graciela Camaño, su madrina política desde que Massa
tiene 17 años, al exalcalde ya no le queda nada ni nadie.
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