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Mobbing:
haciendo visible lo invisible

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Mobbing:
haciendo visible lo invisible

Florencia Peña Saint Martin


Silvia Karla Fernández Marín
(editoras)

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Red Iberoamericana por la Dignidad en el Trabajo y en las
Organizaciones:

Doris Acevedo (Venezuela), Elizabeth Aranda Coria (Argentina),


Margarida Barreto (Brasil), Marcelo Caputo (Argentina), Sandra Correa
(Ecuador), Elías García (México), Luisa Fernanda Gómez (Colombia),
Lidia Guevara (Cuba), Florencia Peña (México), Luis Alberto Ruíz
(Ecuador) y Suzana Tolfo (Brasil)

Consejo Editorial

Red del Programa para el Desarrollo Profesional Docente,


Secretaría de Educación Pública: “Salud, condiciones de vida y
políticas sociales”. Cuerpos académicos: 

“Determinantes sociales en salud, enfermedad y atención”, Universidad


Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, uam-x-ca-86: José
Arturo Granados Cosme, Edgar Carlos Jarillo Soto, Oliva López Arellano
(responsable), Sergio López Moreno, José Alberto Rivera Márquez y
Carolina Tetelboin Henrión
“Organización social y vida cotidiana”, Universidad Autónoma del Estado
de México, uaem-ca-102: Martha Ángeles Constantino, Laura Elizabeth
Benhumea González (responsable) y Norma González González 
“Diversidad biosocial contemporánea”, Escuela Nacional de Antropología
e Historia, enah-ca-2: María de la Paloma Escalante Gonzalbo, Florencia
Peña Saint Martin (responsable) y Maritza Urteaga Castro-Pozo

Florencia Peña Saint Martin


Silvia Karla Fernández Marín
(editoras)
Primera edición: 2017

ISBN: 978-607-8559-22-0

© Ediciones y Gráficos Eón, S.A. de C.V.


Av. México-Coyoacán, núm. 421
Colonia Xoco, Delegación Benito Juárez
México, Ciudad de México, C.P. 03330
Tels.: 56 04 12 04 y 56 88 91 12
administracion@edicioneseon.com.mx
www.edicioneseon.com.mx

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio, sin la autorización escrita del
titular de los derechos patrimoniales.

Impreso y hecho en México


Printed and made in Mexico

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Índice

Presentación 11
Florencia Peña Saint Martin
Silvia Karla Fernández Marín

Análisis crítico de las ponencias presentadas en el I Congreso


Mexicano sobre mobbing y otras formas de violencia en instituciones 25
Silvia Karla Fernández Marín
Florencia Peña Saint Martin

Instituciones de Educación Superior

Violencia de género en ámbitos de educación superior: el caso


del hostigamiento y acoso sexual 51
Angélica Aremy Evangelista García

Asedio grupal e indignación: un análisis de su relación 71


Florencia Peña Saint Martin

Mobbing, tema ausente en defensorías


de derechos universitarios en México 89
Silvia Karla Fernández Marín

En busca de universidades públicas libres de violencia laboral:


una exploración cualitativa al mobbing docente universitario
en la Ciudad de México 111
Rebeca Del Pino Peña

Acoso laboral: historia de vida de una docente iniciando


actividad académico-administrativa 127
Enrique Bonilla Rodríguez
Sandra Amelia Martí

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Diversos contextos

Mobbing en el Instituto Nacional de Antropología e Historia.


¿Aventura, ficción, epidemia o realidad? 151
María del Carmen Lechuga García

Características y elementos diferenciales del mobbing respecto a otros


tipos de violencia laboral. ¿Si no se identifica, no existe? 171
Diana Hernández Moctezuma
Norma Patricia Maldonado Reynoso

Ineficacia e inexistencia del Estado como génesis de la violencia urbana.


El caso de Buenaventura, Colombia: un análisis sistémico en torno
a la violación de derechos humanos, noviembre 2013 a marzo 2014 203
Alfredo García Rosas
Itzel Arriaga Hurtado
Julián Antonio Corredor Naranjo
Diana Carolina Camargo Farías

Estudio de caso de las percepciones de mobbing y bullying en los técnicos


superiores universitarios en estadía académica en los Centros
de Integración Juvenil A. C. 217
Georgina Rodríguez López

Mobbing e ideación suicida en mujeres que trabajan: de la emoción


a la lesión 241
Daniel Alberto Fabila Reyes

Mobbing y trabajo social. Una mirada desde la profesión 259


Karina Andrea Mancini

Ciberviolencia

El ciberacoso: una agresión cruel replicada en las redes sociales 277


Mario Ortega Olivares

Los memes y la ciberviolencia en el ámbito universitario 293


Elva Rivera Gómez
José Meléndez Martínez

Cultura organizacional

Mobbing desde la perspectiva de la cultura organizacional 307


Rosa Silvia Arciniega

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Mobbing y evanescencia en los espacios laborales académicos 325
Rocío Fuentes Valdivieso

Metáforas de la violencia: del chivo expiatorio a la deconstrucción


narrativa de la violencia organizacional 341
Moisés Del Pino Peña

Legislación

Mobbing, acoso psicológico en el trabajo: revisión del estado del arte


y las inconsistencias en la legislación mexicana 365
Araceli Hernández Sánchez
Lucía Meléndez Ortiz

Índice de autores 381

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Los memes y la ciberviolencia en el ámbito
universitario

Elva Rivera Gómez


José Meléndez Martínez

Introducción

En el siglo xx, la llegada de la Internet supuso para el ser humano una herramienta
con infinitas posibilidades en cuanto al manejo de información. La creación de nuevas
tecnologías y la expansión de un nuevo modelo político-económico tienen como base
el libre mercado y la globalización, y como expansión cultural del neoliberalismo.
Esto ha ocasionado una reconfiguración en los procesos de interacción entre los seres
humanos. A través del ciberespacio (en redes sociales, por ejemplo) se hacen públicos
datos personales como el perfil, los gustos y las preferencias. También existen grupos
virtuales que comparten afinidades y otros aspectos fundamentales que dan éxito a es-
tos ciberespacios sociales. Además, es posible crear una identidad falsa o anónima; se
da una transición de lo real a lo virtual, como dispositivo reproductor de la violencia.
Según la Organización Mundial de la Salud (oms), la violencia es “el uso deli-
berado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra
uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas proba-
bilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones” (ops, 2002: 5).
A partir de la expansión del uso de las redes sociales, el fenómeno de la violencia
adquirió nuevos matices, como la ciberviolencia y el ciberacoso. Al respecto, Casado
(2012: 13) retoma del Informe del Congreso sobre el Stalking (2001) la definición de
ciberstalking o ciberacoso como:
294  •  Rivera y Meléndez

[…] el uso de internet, correo electrónico, y otros sistemas de comunicación electrónica,


para seguir los pasos de otra persona. El stalking generalmente implica una conducta
de acoso y amenaza que el individuo materializa de manera repetida, como perseguir a
una persona, aparecer en la casa o en el lugar de trabajo de alguien, realizar llamadas de
teléfono acosadoras, dejar mensajes escritos sobre objetos, o realizar actos vandálicos
sobre la propiedad de la víctima.

Así, una de las manifestaciones de la ciberviolencia que se reproduce en las redes


sociales es la imagen conocidas como meme. Richard Dawkins refiere que “al igual
que los genes se propagan en un acervo génico al saltar de un cuerpo a otro mediante
los espermatozoides o los óvulos, así los memes se propagan en el acervo de memes
al saltar de un cerebro a otro mediante un proceso que, considerado en su sentido más
amplio, puede llamarse de imitación” (1976: 218).
El objetivo de los memes es difundir una idea breve y simple en las redes sociales
para burlar, satirizar, catalogar situaciones especiales, y, hasta cierto punto, hostigar
a personas. Este fenómeno está presente en todos los estratos sociales, sin importar
edad, género o nacionalidad. Con el uso de dispositivos, como el smartphone, las
computadoras o las aplicaciones, es más fácil improvisar. Su uso genera entornos de
violencia simbólica, que se va “naturalizando”, y se manifesta como ciberviolencia.
Al respecto, Bourdieu (2009) refiere que engloba las humillaciones y legitimaciones
de desigualdad y jerarquía internacionalizadas que incluyen desde el sexismo y el
racismo hasta las expresiones íntimas del poder de clase. Además, afirma que la vio-
lencia simbólica “se ejerce a través de la acción de la cognición y el desconocimiento,
del saber y el sentimiento, con el consentimiento inconsciente de los dominados”
(Bourdieu, 2009: 17). Quizá este tipo de violencia es la que más impera, aunque no
es tan fácil de reconocer, y mucho menos afrontar.
Los medios de comunicación han coadyuvado a que su uso sea cada vez más co-
mún. Se repite en todo momento, en los actos, en los discursos, en los símbolos, en
los códigos que son incuestionables y difíciles de eliminar porque son mercancía y
consumo a la vez.
Pedraza, Betancourt y Baron (2011: 234) señalan que la etnografía virtual es un
método muy útil cuando el objetivo no sólo es estudiar el uso de la Internet, sino las
prácticas sociales en línea y cuán significativas son para las personas. Por lo tanto, la
etnografía mediada o digital, en la cual se enmarca la etnografía virtual, los disposi-
tivos, son elementos mediadores que transforman las prácticas, entidades y sujetos y
tienen efectos en la práctica etnográfica. Esta propuesta implicó hacer el seguimiento
en páginas virtuales y grupos de redes sociales, así como indagar en los contenidos
y describir la interacción entre la juventud universitaria con respecto al uso de los
memes como dispositivo de la ciberviolencia.
En el ámbito universitario hay claros ejemplos: se alteran imágenes y se parafra-
sean o emplean discursos violentos simulando sarcasmo y sátira, no sólo en cues-
tiones políticas, sino también al interior de una comunidad específica, y dirigido a
Los memes y la ciberviolencia...  •  295

ciertos personajes (en su mayoría docentes o alumnos). Se utilizan fotografías y se


escriben frases en tiempo real, y bajo el anonimato o con algún nombre ficticio o real,
se genera una burla hacia las personas en cuestión.
Tomemos en cuenta que en la universidad no sólo se genera y transmite conoci-
miento “neutral”, sino también hay convivencia social. Sin embargo, muchas de las
teorías que se enseñan, reproducen el androcentrismo, y otras, la violencia simbólica,
que claramente va permeando en la comunidad estudiantil.
La creación de memes representa un control de la relación público-privado-públi-
co. Lo aparentemente escrito para “hacer una broma” en una red social “cerrada” se
convierte en público al compartirse con las amistades virtuales, en especial cuando
se le incorporan otros discursos o se hace apología de la violencia a las personas
involucradas.

La ciberviolencia como objeto de estudio

El ciberespacio es definido como un “no lugar”, sin límites ni responsables. En este


sentido, retomamos de Marc Augé la siguiente definición: “[…] si un lugar puede
definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede defi-
nirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un
no lugar” (Augé, 1996: 83 en Korstanje, 2006: 211). Este “no lugar virtual” a su vez
tiene un espacio real, representado por una firma cormercial, que puede tener un lugar
físico móvil, y que se puede identificar a través de los sitios comercializados por las
enormes industrias cibernéticas.
En la memoria de servidores privados se recopilan millones de metadatos que son
programados y analizados por especialistas en la materia y de otras disciplinas.
Además de los datos anteriores, es necesario definir los rasgos que distinguen la
ciberviolencia, y apuntar que ésta podría darse como resultado de actos violentos
realizados en el mundo real, trasladado posteriormente al ciberespacio o viceversa,
estableciendo una estrecha relación entre los medios físico y virtual donde se puede
llevar a cabo el acto violento (Pedraza, Betancurt y Barón, 2011: 231), en donde están
explícitas las relaciones de poder. Foucault identifica a éstas como inmanentes:

Las relaciones de poder no están en posición de exterioridad respecto de otros tipos de


relaciones (procesos económicos, relaciones de conocimiento, relaciones sexuales) sino
que son inmanentes [...] las relaciones de poder no se hallan en posición de superestruc-
tura, con un simple papel de prohibición o reconducción: desempeñan, allí en donde
actúan, un papel productor (1976: 114).

La violencia se transforma de acuerdo con la cultura y el tiempo imperante en que


vive cada generación. Así, a lo largo del siglo xx, el uso de los medios de comuni-
cación, como la prensa, la radio y la televisión, fueron los principales dispositivos
296  •  Rivera y Meléndez

de su reproducción. Las últimas cuatro décadas, con el surgimiento de las nuevas


tecnologías de información en los medios educativos y en el acceso público a éstos,
se convirtieron en una herramienta o dispositivo para trasmitir lo visible-invisible en
la llamada ciberviolencia. A este respecto Michaud (en Pedraza, Betancurt y Barón,
2011: 231) sostiene que:

[…] la violencia “[…] hoy está aprendiendo a utilizar las nuevas tecnologías”, es por
esto, que parte de las razones que en la actualidad hayan cambiado de medio los modos
de violencia, es el surgimiento de otras nuevas maneras constituidas a través de los con-
tenidos y las interacciones que la hacen visible, ocultan, evalúan, rechazan y/o legitiman
a través de las nuevas tecnologías de la información y comunicación.

La ciberviolencia que reproduce la juventud es por medio de plataformas como Mes-


senger, Facebook o Twitter, entre otras. Inicia sutilmente con una broma, incrementa
con comentarios denostadores, que en un principio son considerados “normales”,
pero que más adelante afectan emocionalmente a las personas involucradas.
Otra forma de ejercer la ciberviolencia es de forma directa. Se escriben comenta-
rios en el espacio virtual de la víctima, se “suben” fotos o videos que posteriormente
son observados o leídos por otros cibernautas. Esto puede ocasionar un problema a
quien deja este contenido; en grados extremos puede resultar en golpes o agresiones
físicas (Michaud en Pedraza, Betancurt y Barón 2011: 236). Es decir, lo privado se
vuelve público y, además, se vulnera la “intimidad”, pues poco a poco se enteran los
contactos de la persona afectada y se genera la opción de escribir comentarios o crear
memes que expresen violencia verbal directa. También, “pulsar” la opción de “me
gusta” representa el hecho de haber visto la información o la imagen. La dependen-
cia que se crea hacia la red social es una ironía, ya que se olvida completamente la
interacción física, que se sustituye por una relación virtual con los mismos factores
de emisor-mensaje-receptor, sin la necesidad de tener la presencia de la otra persona.

El meme y la Torre de Jenga

El término meme fue introducido por el biólogo británico Richard Dawkins (1992)
para describir una unidad de información cultural con efectos en la sociedad, compara-
ble a las instrucciones codificadas químicamente contenidas en los genes del organis-
mo humano. En pocas palabras, se crea una reacción a cierta experiencia que codifica
y permite comunicarse con otros. Según Dawkins (en Csikszentmihalyi, 1992: 181),
“un meme cuenta con sus propias oportunidades para replicarse, así como con sus
propios efectos fenotípicos [manifestaciones concretas] y no existe ninguna razón
para que el éxito de un meme deba tener conexión alguna con el éxito genético”.
Ahora bien, la difusión de una idea en una sociedad informática implica el desarrollo
de nuevas funciones y normas para implantarlas y expandirlas. Esto se logra mediante
Los memes y la ciberviolencia...  •  297

el uso de memes creados con imágenes, dibujos y fotografías alteradas. A éstas, les da
un nuevo contexto con una frase, un texto breve o diversos elementos fuera de lugar;
se crean nuevas situaciones, con el fotomontaje, aprovechando los gestos que el actor
(o cualquier persona) esté expresando. Enseguida se publica y otra amistad virtual
agrega un comentario o bien otro meme, de tal forma que cada comentario representa
un nivel más, hasta que llega un momento en que deja de ser comentado y, por tanto,
“cae virtualente”. El juego o torre se reactiva cuando el meme vuelva a circular, y, por
lo tanto, se reactiva el círculo de la ciberviolencia.
Al acceder a las redes sociales se interactúa con otras personas y cada “publica-
ción” indica si el usuario que lo ve o lee, “acepta” el contenido. Los códigos que
se emplean para referir estar de acuerdo pueden ser un like, un retweet, comentar o
compartir dicha información con sus amistades o entre su comunidad virtual.
Con los memes ocurre un fenómeno al que hemos nombrado igual que al juego de
habilidad mental: “Torre de Jenga”. Para contextualizar, la torre del juego es sólida
y está integrada por bloques que cada jugador coloca tanto horizontal como verti-
calmente. Siguiendo este modelo con respecto a los memes, al momento de que su
creador lo “sube” a las redes sociales, quien ve o lee el mensaje virtual puede o no
“jugar” y poner en práctica las diferentes formas de violencia.

Imagen 1
Torre de Jenga

Fuente: Imagen recuperada de <http://www.hukkatoys.com/it/torre-jenga-nature-legno>.


298  •  Rivera y Meléndez

El objetivo del juego Jenga es retirar bloques para formar nuevos pisos sin derribar
la torre, he ahí la alegoría: los comentarios o imágenes insertadas por los cibernautas
son parte de la difusión de los memes, ya que éstos representan los bloques que man-
tienen de pie la estructura; por lo tanto, si su postura es a favor, contribuyen a que la
torre persista y si a ellos no les agrada el contenido, lo consideran agresivo, grosero
o de mal gusto, así que lo que hacen es tratar de derribarla, ya sea opinando o denun-
ciando la publicación. Sin importar que el internauta mantenga una postura neutral,
el meme logra su objetivo si atrae la atención e implanta una idea, pues aquél ya ha
entrado en contacto con la acción divulgadora de éste, aunque no sepa realmente si
contribuye a derribar la torre o a construir un nuevo piso.

Redes sociales: la visión del yo y el otro “yo”

Las redes sociales tiene gran influencia en la juventud. Es una nueva forma de comu-
nicación donde se puede jugar con el “yo”, es decir, una misma persona puede tener
otra identidad “virtual” y desde el “yo virtual” tener un supuesto nombre, con el cual
contribuir a la reproducción de la ciberviolencia a traés del empleo de “memes”.
Facebook y Twitter se han convertido en las redes sociales con mayor influencia
en el mundo, caracterizadas por crear un “avatar” de los usuarios dentro del ciberes-
pacio. Tomemos en cuenta que en ambas podemos encontrar un contenido bastante
amplio para todas las edades, gustos, géneros, entre otras.
Desde nuestro estudio sostenemos que una de las principales premisas del éxito de
las redes sociales, entre otras son:

1.- Desde la creación de una cuenta o perfil la misma red social insiste en ingresar
ciertos datos personales reales o ficticios: fecha de nacimiento, educación, trabajo,
entre otros, además de que mientras más se usa este espacio, más se va acoplando
a sus gustos, es decir, crea un nuevo yo a partir de nuestra misma versión e, inclu-
sive, sugiere nuevas opciones acordes a lo que la ciberidentidad está reflejando.
2.- El uso de la privacidad es un medio que impera, puesto que cada cibernauta accede
a su comunidad mediante un correo o cuenta y su respectiva contraseña, lo que
hace que cada uno pueda ingresar única y exclusivamente a nuestro “otro mundo”,
el virtual.
3.- El anonimato juega un rol importante porque no se tiene un control o regulariza-
ción de los perfiles manejados, cualquier persona puede crear una nueva identidad
“virtual” y todo lo que esto conlleva, porque se pierde un rol establecido dentro del
mundo real (llámese cambio de género, físico o cultural).
Los memes y la ciberviolencia...  •  299

El “meme” como objeto de ciberviolencia

Los “memes” descontextualizan a la persona, convirtiendo su imagen en un objeto


viral en donde el contenido real o la intención principal se pierde, lo que ocasiona
que cualquier sujeto, al subir una imagen, ya no tiene libre elección sobre cómo será
utilizada, haciéndola parte de todas las publicaciones de la red social. Los siguientes
ejemplos fueron tomados de los grupos virtuales de Facebook “Colegio de Historia”,
“Tren del mame de Ciencias Sociales”, “Soy bien marginal porque estudio en la ffyl
y eso me convierte en chingón” y “Soy buap” para ilustrar más a fondo la situación
que está imperando en el interior de las comunidades virtuales a las que hace alusión.
La selección de estos sitios obedece a que sus administradores son alumnos o exalum-
nos de la universidad, por lo que conocen el ambiente y las situaciones que imperan
en ésta. Tuvimos acceso a tales grupos a través de una cuenta personal. Se analizaron
estos sitios debido a que la mayor parte de los contenidos que se suben son generales y
aluden a situaciones que sólo los individuos que están dentro del ámbito universitario
Imagen 2
“Feminazi”

Fuente: Recuperada de “Tren del mame de Ciencias Sociales” en Facebook <https://


www.facebook.com/ElTrenDelMAMEdeCienciasSociales/photos/pb.683022625137647.-
2207520000.1433871269./713705808735995/?type=3&theater> (consultada el 26 de mayo de 2015).
300  •  Rivera y Meléndez

conocen, o bien externan su punto de vista, aunque esto no demerita que personas
que no estén familiarizadas ante las situaciones ahí mostradas no puedan participar
en el vasto mundo virtual y, por lo tanto, como se ha indicado, contribuir a construir
o derribar esta “torre”.
El “meme” de la Imagen 2 utiliza la figura de una muñeca ataviada con atuendos
que aluden al término “feminazi”, empleado por el conservador estadounidense Rush
Limbaugh, en la que se burla del pensamiento feminista con un juego de palabras,
anexándole el término nazi para equiparar el Holocausto de Hitler con la lucha femi-
nista para legalizar el aborto (Cumplido, 2014).

Imagen 2.1
“Comentarios”

Fuente: Comentarios de la página “Tren del mame de Ciencias Sociales” Facebook <https://
www.facebook.com/ElTrenDelMAMEdeCienciasSociales/photos/pb.683022625137647.-
2207520000.1433871269./713705808735995/?type=3&theater> (consultado el 26 de mayo de 2015).
Los memes y la ciberviolencia...  •  301

La imagen es una denostación de las reivindicaciones feministas, las equipara con


el fascismo, cuando lo que cuestiona el feminismo son las estructuras del poder pa-
triarcal, entre éstas las militares. Además, se le incorporan otros “memes” propios
de la difusión de la lucha feminista, como el lema: “We can do it”, que infunde la
lucha por la igualdad a las mujeres. En la misma imagen su creador anexa diversos
accesorios que acompañan, entre los cuales destacan una pancarta donde se lee “El
patriarcado”, un altavoz y una tarjeta que nuevamente incluye la palabra feminazi.
Frente a esto, un estudiante universitario en muchas ocasiones desconoce la ideología
feminista y es presa fácil de retomar el “meme”, sin cuestionar el uso político de éste.
Por razones obvias, se han “tachado” los nombres virtuales de las personas que
participan en los comentarios en la Imagen 2.1 para cuidar su integridad, sólo se uti-
lizan sus opiniones como elementos de análisis de la ciberviolencia.
En los comentarios anexos al “meme” de la Imagen 2.1 se identifica que un usuario
responde con otro “meme” con la imagen de un garrafón. En la parte de arriba se dice:
“Todas son rudas hasta que de pronto les toca alzarlo […]”, publicación que obtuvo
20 likes. En estas imágenes se identifica la violencia de género, pues las diferencias
biológicas no son una determinante para realizar cierto tipo de actividades para las mu-
jeres. En este sentido, Córdoba (2006: 154) señala que violencia de género tiene su
origen en la familia patriarcal:

Los primeros testimonios existentes sobre la violencia de género están vinculados al nú-
cleo familiar. El origen de la familia lo podemos encontrar en los vínculos de parentesco
que condicionan la formación de ésta como una determinada unidad de convivencia,
producción y consumo. Esta unidad social fundamental se consolida con el sedenta-
rismo y el establecimiento de núcleos urbanos evolucionando a través de la historia,
transformándose en la base de la sociedad civil. Se puede establecer, a grandes rasgos,
dos momentos determinantes en su desarrollo: la familia era una unidad de residencia,
producción y autoconsumo, vinculada básicamente a la agricultura, en la que todos sus
miembros participaban en la producción de materias primas en función de su edad y su
sexo, sus relaciones con el resto de la sociedad eran estrechas y la autoridad en el seno
del núcleo familiar se basaba, en la inmensa mayoría de culturas, en el patriarcado, que
imponía la predominancia del hombre, que se mantendrá durante milenios como el mo-
delo de relación “natural” entre géneros.

En la interacción entre cibernautas que usan el “meme” como un dispositivo repro-


ductor de la violencia, también se encuentran no sólo fuera, sino también en el interior
de las propias comunidades virtuales.
302  •  Rivera y Meléndez

Imagen 3
“Quémenlo”

Fuente: Recuperado de la página “Soy bien marginal porque estudio en la ffyl y eso me convier-
te en chingon”, Facebook, <https://www.facebook.com/marginalffyl/photos/pb.550931941616509.-
2207520000.1433945528./740446052665096/?type=3&theater> (consultado el 26 de mayo de 2015).

La Imagen 3.1 identifica la ciberviolencia que se reproduce entre individuos de una


misma comunidad, utilizando una foto, a la que hemos denominado individuo “A”,
la cual es una caricatura. Además, se trastoca la privacidad del individuo al tomar,
sin su consentimiento, la fotografía y así ridiculizarlo. Las expresiones en torno al
“meme” empleado por el administrador “B” refieren que “lo quemarán en la hogue-
ra”. Más adelante, al observar los comentarios entre los implicados, individuos A y
B, el primero entabla una discusión con el administrador de la página, usando expre-
siones tales como: “todos ustedes son más que gente que toma, fuma, etc.” o “sólo
hablan de su tesis pobres indios”. Frase que denotan el etnocentrismo al asignarle a
sus compañeros el peyorativo de “indios” e indicar sumisión e ignorancia, acto que
reproduce el círculo de la violencia, ya que en ambas partes responden de manera
agresiva y retadora.
Los memes y la ciberviolencia...  •  303

Imagen 3.1
“Réplicas”

Fuente: Página “Soy bien marginal porque estudio en la ffyl y eso me convierte en chingón”, Fa-
cebook, Recuperado de <https://www.facebook.com/marginalffyl/photos/pb.550931941616509.-
2207520000.1433945528./740446052665096/?type=3&theater> (consultado el 26 de mayo de 2015).

El contenido del “meme” indica que se quiere “quemar” o criticar la postura del
sujeto A, lo que no es más que intolerancia hacia su opinión. Al respecto, Blanco et
al. (2007: 230) sostiene que los factores socioculturales afectan nuestra salud mental:

Las fuerzas, sociales, culturales y ambientales moldean nuestra manera de ser y nuestro
funcionamiento en la vida cotidiana. La cultura a la que pertenecemos, el barrio al que
vivimos y las oportunidades y frustraciones provenientes de nuestro entorno de trabajo,
todos afectan profundamente a nuestra salud mental. Otros factores poderosos incluyen
si uno es rico o pobre, nativo americano, inmigrante o refugiado, y si reside en una gran
ciudad o en un área rural. Tomados en su conjunto, estos factores ambientales interac-
túan con nuestras características personales de corte biológico o psicológico, conceden
304  •  Rivera y Meléndez

un determinado tono a nuestras experiencias, limitan o restringen nuestras opciones, e


incluso influyen en nuestra concepción de la salud y del trastorno mental.

Los “memes” empleados en este trabajo ilustran la reproducción de la ciberviolencia


pues, también en éstos se recurre a la sátira y a la broma como dispositivos de la
naturalización de la violencia en los sectores de la juventud universitaria, a la que se
supone un nivel educativo de privilegio y, por lo tanto, se esperan prácticas discursi-
vas y culturales no violentas y no discriminatorias.

Conclusiones finales

Para contribuir a la reflexión, es importante señalar que la ciberviolencia se mani-


fiesta de múltiples formas y se “naturaliza” cada vez más. Hasta ahora, en el medio
universitario son incipientes las investigaciones que interpretan los entornos multi-
culturales en los que se reproduce la violencia: física, psicológica, sexual, económica,
patrimonial y simbólica.
Por lo anterior, proponemos que se incorporen en las nuevas investigaciones, de-
dicadas a la ciberviolencia en el medio universitario, las categorías de intersecciona-
lidad y el performance de la violencia en el uso de las redes sociales en la juventud,
considerando: clase, raza, etnia, identidad sexual y género, para identificar que no
sólo se trata de la “naturalización” de la ciberviolencia, sino de un problema de orden
social que rebasa a las instituciones educativas, familiares y hasta a los dueños de
las redes sociales, pues a pesar de que hay protocolos y “normas” para erradicar la
violencia, éstos, hasta ahora, no sancionan ni eliminan tales prácticas.
La ciberviolencia es un nuevo medio de relaciones de poder, en especial la vio-
lencia simbólica, psicológica y sexual en la juventud universitaria, por ello, se debe
sensibilizar a las comunidades para sancionar, castigar y erradicar esta prácticas en
los espacios virtuales y en las relaciones cotidianas sociales. Así, en primer lugar es
necesario sensibilizar a la comunidad estudiantil para identificar las prácticas violen-
tas que persisten en sus relaciones amorosas, de amistad y cotidianas. En segundo
término, se requiere atender cada uno de los casos que así lo requieran, no sólo con
un asesoramiento, sino también con apoyo terapéutico que permita al alumnado reco-
nocer su propia violencia y la que ejerce con sus seres queridos y quienes lo rodean.
En tercer lugar, las teorías del conocimiento que se imparten en las diversas áreas de
las ciencias sociales, humanidades, entre otras, deben incoporrar propuestas teóricas
interdisicplinarias que promuevan la cultura de paz y no violencia e integrarlas a todo
el curriculum universitario.
El uso de las redes sociales debe ser de libre acceso, sin embargo, es importante
dotarlas de nuevos contenidos, mismos que debemos impulsar. Algunos de ellos po-
drían ser: difundir campañas de prevención, sanción y erradicación de la violencia de
género, agregar contenidos que promuevan la no violencia y la cultura de paz a través
Los memes y la ciberviolencia...  •  305

de “memes” coeducativos y denunciar no sólo virtualmente, sino también ante las au-
toridades correspondientes, tanto universitarias como penales. Esto último significa
impulsar una reforma para tipificar la ciberviolencia en todas sus manifestaciones,
como delito que atenta a la vida libre de violencia de todos los seres humanos.
Resulta de suma importancia plantearse en nuestras prácticas de investigación, do-
cencia y divulgación del conocimiento las siguientes preguntas: ¿Cómo contrarrestar
el consumo y la reproducción de la violencia simbólica? ¿Cuál debe ser el papel de
la educación y la cultura universitarias en la erradicación de todo tipo de violencia,
en especial la ciberviolencia? ¿Cómo construir la no violencia y la cultura de paz en
el ámbito universitario?
Los “memes” están en las redes sociales, se reproducen a través de un celular, una
tableta o una computadora. La globalización y la diversificación de los medios han
coadyuvado a que sean utilizados como medio masivo, el cual traspasa el mundo
virtual para bombardearnos de información. Consideramos prudente el hecho de re-
calcar que los memes y las redes sociales actúan acorde al uso que el usuario realice,
por lo que el generalizar a todas estas muestras como formas de violencia sería algo,
hasta cierto punto incongruente, más bien es necesario establecer de manera clara las
situaciones que se producen y generan violencia, mas allá si es en el ámbito universi-
tario o no. Lo anterior es un hecho que nos compete a todos como sociedad, debido
a que estamos llegando al punto de naturalizar la violencia, lo que sin duda alguna
puede generar graves consecuencias.
Así pues, retomando el aspecto universitario, una de las formas más viables para
que se pueda establecer un ambiente pacifico es por medio de la creación de una
comisión que pueda detectar casos en donde se está denigrando y atacando de forma
directa la imagen de algún alumno o docente sin su consentimiento y que incurra en
algún tipo de violencia, llámese verbal, sexual o de género y, una vez encontrados los
responsables, que se establezca una campaña de concientización.
Cabe mencionar que el factor por el cual se utilizó la alegoría de la torre de Jenga
y los memes es debido a la sencillez por la cual se puede construir o derrumbar la
estructura de la violencia y su manifestación en las redes sociales con los “memes”,
por lo que esta propuesta resultó más adecuada.
La ciberetnografía contribuyó a identificar el uso de internet y las prácticas discur-
sivas que permean la naturalización de la violencia en la cultura juvenil universitaria,
manifestada a través de grupos y redes sociales como lo fue para este estudio el
Facebook. Por lo tanto, es importante también ponderar la ciberviolencia de género
en Twiter, Instagram, WhatsApp como otros dispositivos de reproducción de este
fenómeno.
306  •  Rivera y Meléndez

Referencias

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