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Herramientas para la Construcción Consciente

de Capital Social en la Universidad


Por Baltazar Ojea1 (2013)
bojea@rec.utn.edu.ar

Introducción

Durante el siglo XX, las Universidades de América Latina han ostentado una
enorme capacidad para definir su propio rol, distinguiéndose de otras
universidades en el mundo. El movimiento reformista de 1918 imprimió en las
universidades de la Región una serie de valores -pertinencia social, autonomía,
participación estudiantil, libertad de cátedra, entre otros- que representan
conquistas sobre las que debemos volver día a día.

El siglo XXI plantea nuevos escenarios –explosión demográfica, nuevas


estructuras de poder, globalización, mayor acceso a los sistemas formales de
educación, aumento de la esperanza de vida, índices de exclusión críticos, etc.-
que obligan a reavivar la discusión acerca del rol de la universidad y a redefinir los
valores que supimos conseguir, en pos de aportar al desarrollo con equidad, en un
marco de sostenibilidad y de integración social.

En ese contexto, la construcción de capital social2 -expresado en la capacidad


para asociarse, en el grado de confianza y en el nivel de conciencia cívica de una
sociedad- constituye un factor fundamental para la gestión universitaria, si lo que
se pretende es una Universidad socialmente útil. Algunas herramientas para la

1
Baltazar Ojea – Director del Programa de Responsabilidad Social Universitaria y Voluntariado
Universitario de la Universidad Tecnológica Nacional (Argentina). Director del Comité Evaluador
del Premio a la Mejor Memoria Social de la Argentina (edición 2012).
2
John Durston define al Capital Social como “el contenido de ciertas relaciones y estructuras
sociales, es decir las actitudes de confianza que se dan en combinación con conductas de
reciprocidad y cooperación. Ello constituye un capital en el sentido de que proporciona mayores
beneficios a quienes establecen este tipo particular de relaciones y que puede ser acumulado”. -
DURSTON, John (2002) El capital social campesino en la gestión del desarrollo rural. Díadas,
equipos, puentes y escaleras. CEPAL, 2002-
1
construcción consciente de Capital Social son el Voluntariado Universitario, el
Servicio Social, y el Aprendizaje Servicio (o Aprendizaje Basado en Proyectos
Sociales).

¿Voluntariado Universitario o Universitarios Voluntarios?

La gestión del voluntariado por parte de las universidades se expresa de distintas


maneras. En muchos casos, los proyectos de voluntariado no están totalmente
vinculados a la experticia que puede ofrecer la Universidad.Tal es el caso de las
colectas de ropa o alimentos, o la disposición de tiempo para la lectura de cuentos
en hogares para niños. En este tipo de proyectos la participación de la Universidad
se reduce a vincular al voluntario (el universitario) con una tarea solidaria; ya que
no despliega su fuerza universitaria en la que juegan las funciones de
investigación, formación y extensión. Se trata, entonces, de universitarios en
tareas de voluntariado.

En toda actividad universitaria, está presente, a veces visible y otras no, la misión
universitaria. La gestión, la producción de conocimiento, la inserción social y la
docencia son componentes que con mayor o menor intensidad están allí. De este
modo, por ejemplo, cuando un docente está frente a un curso, también están
presentes las funciones de investigación -que produjo parte del contenido del
discurso del docente, o de su estrategia pedagógica, etc.-, de gestión -que permite
que el aula cuente con los componentes físicos necesarios, que el curso esté
acreditado, etc.- y de extensión -en el acervo empírico del docente presente en su
discurso, en el impacto que tendrá exteriormente la clase a través de sus
estudiantes y del propio docente, ambos modificados por la situación, etc.-.

El voluntariado universitario es una decisión política que se toma


conscientemente y con total autonomía desde la Universidad. Esta decisión
implica pensar al voluntariado como uno de los factores dinamizadores de la
misión universitaria.

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Compromete a la Universidad en:
• la elección/elaboración del proyecto, en tanto que persigue actividades
vinculadas a su experticia;
• la selección de voluntarios, dado que para cada actividad se requieren
perfiles específicos según las características del proyecto;
• la consecución de los objetivos de intervención y de aprendizaje, en tanto
que persigue la transformación social sin descuidar su misión educativa;
• el seguimiento de la tarea explícita e implícita, dado que no debe procurar
sólo el cumplimiento de los objetivos, sino también el desarrollo armónico
de los vínculos que se generan en los equipos, con la comunidad y con la
propia universidad; y,
• la sistematización de experiencias y de nuevas oportunidades de
intervención, contribuyendo, de este modo, a la producción de conocimiento
y al aprendizaje organizacional.

Es importante resaltar que una buena gestión del voluntariado, no constituye sólo
una aplicación de conocimiento por parte de los voluntarios, sino el reconocimiento
del proyecto como una instancia de aprendizaje. Sin embargo, este no es un rasgo
distintivo del voluntariado universitario. Lo es en cambio para el aprendizaje
servicio o el aprendizaje basado en proyectos sociales.

Voluntario u Obligatorio; Obligatorio y Voluntario; y Voluntario y Acreditable

En palabras de François Vallaeys, “Se podría objetar que si incluimos las


iniciativas de voluntariado en la formación académica, ya no serán “voluntarias”
sino obligadas por la currícula. La respuesta, desde el enfoque de
Responsabilidad Social Universitaria, pasa primero por reconocer que es más
responsable para una Universidad tener a la totalidad de su alumnado involucrado
en el Aprendizaje Basado en Proyectos Sociales más que sólo una pequeña
porción de voluntarios. Segundo, nada impide que las iniciativas “voluntarias”

3
persisten como tal, e incluso tengan un reconocimiento académico bajo la forma
de créditos otorgados a los alumnos participantes de programas de voluntariado
reconocidos por la Universidad. Tercero, al ofrecer un plan de estudios que
contemple el Aprendizaje Basado en Proyectos Sociales como una de las
modalidades normales de aprendizaje, la consecuencia será de motivar a los
estudiantes después a participar de más actividades de este tipo, es decir creará
el afán voluntario. No vemos pues, ninguna incongruencia en querer integrar el
voluntariado en la academia. Más bien, será poco responsable que una
Universidad mantenga al voluntariado alejado de la academia.”3

Podemos distinguir cinco formas -combinables en algunos casos- de intervención


social de estudiantes tutelados por la Universidad en función de su grado de
obligatoriedad:

• Voluntario y Cerrado (o Voluntario y Obligatorio): será aquél tipo de


voluntariado que se impulse desde las oficinas de extensión o de proyección
social, que promueve el acercamiento de los “interesados” en este tipo de
proyectos. En este escenario, se plantea un voluntariado de oferta, en el que la
propia universidad propone los proyectos a desarrollar.

• Voluntario y Abierto (o Voluntario y Voluntario): A diferencia de la


categoría anterior, esta situación abre las posibilidades al voluntariado de
demanda, en la que un estudiante tiene la posibilidad de generar/proponer
iniciativas de voluntariado; es decir se amplían los grados de libertad, las
posibilidades de ejercer la voluntad. Este tipo de iniciativas, al igual que en la
categoría anterior, también está dirigida a los “interesados” solamente.

• Voluntario y Acreditable: refiere a aquél tipo de voluntariado que se impulse


desde las oficinas de extensión o de proyección social, sean de oferta y/o de

3
VALLAEYS, François. El Voluntariado Universitario: Ventajas y Peligros
4
demanda, y que permite la obtención de créditos y/o beneficios para quienes lo
llevan adelante.

• Obligatorio y Cerrado: es aquél tipo de intervención incluida en la currícula


cuyo cumplimiento es condición para la graduación universitaria. Los proyectos
son propuestos por la universidad y el estudiante sólo debe inscribirse en un
proyecto aprobado previamente.

• Obligatorio y Abierto (u Obligatorio y Voluntario): A diferencia de la


categoría precedente, los estudiantes pueden participar de proyectos o
iniciativas propuestas por la Universidad, pero tienen la posibilidad de generar
y proponer sus propios proyectos de intervención; es decir, dentro de la
obligatoriedad, se amplían los grados de libertad.

Las alternativas obligatorias tienen como ventaja la posibilidad de dar a conocer el


voluntariado y de generar interés en él. Las prácticas exclusivamente voluntarias,
dejan afuera a la gran mayoría, que tal vez no tuvo la oportunidad de experimentar
una situación de intervención social. ¿Cómo puedo destinar las actividades a los
“interesados”, si no tengo estrategias para generar interés? Está comprobado que
la práctica solidaria genera reincidencia en la práctica solidaria.

Existe un cuento de un Rey creyente que se encontraba en guerra con un pueblo


que no creía en Dios. El Rey creía tanto, que no podía entender cómo un pueblo
entero podría no creer en su Dios. Las batallas se daban de día. De noche los de
un bando y los del otro descansaban para recuperar fuerzas para el día siguiente.
Una noche, el Rey, cansado de la guerra, descansaba en su tienda cuando de
repente… aparece Dios. El Rey se enojó muchísimo y le reprochó: “Deberías
aparecer del otro lado, y nos ahorraríamos una guerra”.

Con las iniciativas desarrolladas exclusivamente para los “interesados” se abren


espacios para aquellos que ya están convencidos en el involucramiento en causas

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de interés colectivo. Si bien el esfuerzo de la Universidad en estos casos es muy
positivo, también es conveniente generar estrategias para “aparecer de otro lado”
y generar interés en los potenciales voluntarios.

El Servicio Social y el Aprendizaje Servicio

Las iniciativas vinculadas a la currícula, suelen aparecer bajo los nombres de


Servicio Social y Aprendizaje-Servicio (o Aprendizaje Basado en Proyectos
Sociales). El primero de ellos, en algunos países de América Latina (México y
Venezuela) se encuentra legislado y reglamentado a nivel nacional, constituyendo
una obligatoriedad para el universitario. El segundo de ellos, en cambio, responde
a un nuevo modelo pedagógico.

El Servicio Social Universitario en general puede parecerse a una materia más


de la carrera, y, siguiendo la categorización del punto anterior, podemos decir que
responde a la de carácter obligatorio y cerrado (la universidad propone, el
estudiante se inscribe). Como toda materia, tiene un lugar secuencial en la
currícula y un tiempo estipulado de duración. De modo que, en la mayoría de los
casos, existen requisitos de aprobación previa de un porcentaje importante de la
carrera (ej.: haber cubierto el 70% de los créditos académicos); y tienen su
principal medición en horas de trabajo y no en objetivos. Ciertamente, una buena
gestión del servicio social puede acercarse al aprendizaje basado en proyectos
sociales (Aprendizaje-Servicio), pero no constituye una característica sustantiva
que lo defina.

El Aprendizaje Servicio o Aprendizaje Basado en Proyectos Sociales, en


cambio, constituye una estrategia pedagógica, que entiende que la práctica es el
aprendizaje. En este caso, no se refiere necesariamente a un carácter obligatorio,
en tanto que es una herramienta más con la que cuenta el docente. Posiblemente
una de las mejores herramientas con la que cuenta. La obligatoriedad es un
atributo de la materia que implemente esta pedagogía y no del aprendizaje

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servicio en sí. Sin embargo podemos afirmar que es obligatorio para quien se
inscriba en esa materia. Es curricular, en tanto que responde a objetivos
curriculares. La característica que define al aprendizaje servicio es la coexistencia,
en un mismo nivel, de los objetivos académicos y de los objetivos de intervención
social. Una ventaja de esta metodología es que se puede aplicar en cualquier
instancia del recorrido curricular.

Existe, desde hace tiempo, una discusión respecto de la dependencia ontológica


entre enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, la balanza pareciera estar del lado
de los que afirman que son dos procesos distintos y que, eventualmente, se da el
virtuosismo de su unión. Por ejemplo: puede haber una persona enseñando, con
firmes intenciones de hacerlo, y por otro lado una persona con intenciones de
aprender, pero no aprendiendo. De este modo, entendemos que el aprendizaje no
es un efecto de la causa "enseñanza", sino que tiene que ver con un proceso
interno del educando. Esta afirmación, ha desterrado la idea de que los docentes
"depositan" el conocimiento en los educandos (concepto de educación bancaria de
Paulo Freire).

La responsabilidad social universitaria también implica reconocer al educando


como un actor activo. Educando y educador se alían, se mezclan en pos del
aprendizaje mutuo, donde nadie tiene verdades reveladas, donde la soberbia pasa
a segundo plano, donde se construyen comunidades de aprendizaje. El
Aprendizaje Servicio es un ejemplo claro de ello. Siguiendo a la profesora María
Nieves Tapia, “el aprendizaje-servicio:

• está protagonizado fundamentalmente por los estudiantes

• se propone atender solidariamente una necesidad real y sentida por la


comunidad (intencionalidad solidaria)

• está planificada no sólo para atender a esa necesidad social, sino para mejorar
la calidad de los aprendizajes escolares (intencionalidad pedagógica)”4
4
TAPIA, María Nieves (2005). Aprendizaje y Servicio Solidario: algunos conceptos básicos.
Disponible en http://desarrollodocente.uc.cl
7
Consideraciones finales

Hemos revisado a grandes rasgos algunos aspectos del voluntariado, del


voluntariado universitario, del servicio social universitario y del aprendizaje servicio
solidario. Si bien, la división tajante de estos términos es sólo conceptual, con
fines netamente pedagógicos, constituye una noción necesaria a la hora de trazar
una política de intervención social dinamizadora de la misión universitaria y
promotora de la construcción de capital social.

El impulso de estas actividades responde a las características de gestión


organizacional de la universidad (difícilmente puede implementarse el aprendizaje
servicio en organizaciones verticalistas) y a una decisión política que implica la
asunción de determinados compromisos (desde la gestión, es la Universidad la
que interviene a través de sus miembros y no sus miembros a través de la
universidad). Cabe preguntarse ¿Qué modelo de organización rige en mi
Universidad? ¿Qué tipo de intervención reflejan los proyectos de mi Universidad:
voluntariado, voluntariado universitario, aprendizaje-servicio? ¿Contamos con un
apoyo real de toda la gestión para el impulso de este tipo de políticas? ¿Es
realmente una política de la universidad o la intensión de quien lleva adelante el
área de extensión? ¿Tienen continuidad los proyectos independientemente de las
autoridades? Entre otras…

La Universidad ofrece una formación con ciertas deficiencias en cuanto a su


aporte a la construcción de ciudadanía. Los proyectos de intervención social
(entendida como la inyección social de la que habla Vallaeys) pueden hacer un
gran aporte en ese sentido, dado que:
• despiertan el interés por lo social, por lo que es bueno abrir el juego y no
generar programas exclusivamente para los “interesados” en participar;
• promueven el reconocimiento del otro (alteridad) al generar la necesidad de
los otros para alcanzar los objetivos;

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• elevan la autoestima de quienes participan y logran visualizarse como
factores de cambio; y,
• generan conciencia cívica y política, dado que el involucramiento
consciente en una causa genera intereses propios de esa causa, intereses
compartidos que hay que defender.

La pregunta que debe guiar el accionar universitario, en todos los casos, es ¿de
qué manera podemos cumplir mejor la misión universitaria?

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Cuadro de Resumen

METODOLOGÍA
Voluntariado Voluntariado Servicio Social Aprendizaje Servicio
Universitario
Vinculado a la
Formalidad
Extracurricular Extracurricular Curricular currícula en forma
Académica
directa
Actividad solidaria
Aplicación de Aplicación de Estrategia de
Pedagogía sin planificación
conocimiento conocimiento aprendizaje
pedagógica
Muy Activa
Participación de la
Pasiva Activa Activa (involucramiento
Universidad
VARIABLES

total)
Experiencia,
De la experiencia y
Sistematización De resultados De resultados resultados y
sus resultados
aprendizajes
Objetivos de
Unidad Relevante Objetivos de Objetivos de Horas de
Intervención y de
de Medición Intervención Intervención Intervención
Aprendizaje
Universidad-
Construcción de Voluntarios- Voluntarios-
Entre voluntarios Voluntarios-
Capital Social Comunidad Comunidad
Comunidad
Grado de Voluntario y Voluntario, Abierto y Obligatorio y
Obligatorio y Abierto
Obligatoriedad Cerrado Acreditable Cerrado

Aclaración: Los valores que adoptan las variables no son estancos, puede pasar
que una metodología adopte otros valores, o incluso más de un valor. Por ejemplo
puede existir una instancia de aprendizaje-servicio que sea abierta y cerrada al
mismo tiempo -la universidad propone proyectos, los estudiantes eligen un
proyecto o crean uno nuevo-; etc.

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