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Por otro lado, refiriéndonos al segundo término que es diseño, y más precisamente
de industrial que es lo que me compete debido a que es el ámbito en el que me
desempeño día a día actualmente; puedo definirlo básicamente como el proceso de
proyectación, coordinación y articulación de la forma que evidentemente conlleva a
un producto que debe satisfacer ciertas necesidades a un determinado usuario.
Esto no quiere decir que este “habilidad” como lo denomino anteriormente no sea
consecuencia de preparación y práctica, y que cualquiera llegue a desarrollarla
evidentemente con el uso y la experiencia.
A lo que quiero llegar con esto, es a que como lo decía anteriormente, y es que
relaciono el presente con la tecnología cambiante y emergente, pero que en algunas
ocasiones todo esto llega a ser algo vacío y sin sentido debido a que muchos de los
productos que adquirimos diariamente sea por el factor que sea, no llegan a
enamorarnos porque ciertamente vivimos en una sociedad consumista que
adquiere productos porque si y porque no, mas no porque nos llenen o nos evoquen
algún tipo de sentimiento o recuerdo; y es aquí donde considero que el presente del
diseño además de ser innovación, avances tecnológicos, cultura, medio ambiente y
sociedad, debe ser indiscutiblemente emociones y memorias que podamos llegar,
no a adquirirlas, sino más bien a recordarlas y a rememorar, o incluso, a crear con
el diseño que consumimos diariamente.
Cabe resaltar que en la actualidad no basta con diseñar elementos que aparte de
no agradar al público para el que está definido, sea innecesario, y no produzca las
ganancias esperadas sean además como muchos productos que terminan
contaminando el medio ambiente.