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Estudio de caso

El 17 de febrero de 2009, el presidente Obama firmaba la American Recovery and Reinvestment Act
(Ley de recuperación y reinversión), un paquete de gastos, ayudas y rebajas fiscales de 787 mil
millones de dólares, para que la economía estadounidense saliera a flote de las dificultades que
comportaba la grave recesión, iniciada en diciembre de 2007. Una semana antes, justo cuando el
proyecto requería su aprobación definitiva el Congreso, Obama proclamaba acerca de la medida:
“Su tamaño es el correcto; su objetivo es el correcto. Hablando con propiedad, tiene las prioridades
correctas para crear puestos de trabajo que reactivarán nuestra economía y la transformarán para
el siglo XXI”.

Pero algunos no estaban seguros. Argumentaban que, en un momento en el que las familias
estadounidenses estaban sufriendo, el gobierno debería recortar el gasto en lugar de incrementarlo.
“Ha llegado el momento que el gobierno se apriete el cinturón y demuestre al pueblo estadounidense
que podemos conseguirlo” dijo John Boehner, líder de los Republicanos en la Cámara de
Representantes. Algunos analistas económicos advirtieron que el proyecto de estimulación, como
se llamaba comúnmente a la Recovery Act, elevaría las tasas de interés e incrementaría la carga de
la deuda nacional.

Otros sin embargo se decantaban por la opción contraria de que el estímulo era extremadamente
escaso, dados los problemas económicos. Por ejemplo, Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía
en 2001, afirmó acerca del estímulo: “En primer lugar, debería ser bastante evidente que no era
suficiente en base a lo que acabo de decir: se está intentando compensar el déficit de la demanda
agregada y es demasiado pequeño”.

Pero ni el paso del tiempo resolvió estas disputas. De hecho, algunas de las predicciones cayeron
en saco roto. Por un lado, la esperanza que Obama había depositado en el proyecto de reactivación
de la economía pronto se desvaneció aunque la recesión finalizaba oficialmente en junio de 2009, la
tasa de desempleo continuó alta durante 2011 y 2012, y en ese momento el estímulo había superado
la mayor parte de su recorrido. Por otro lado, las tasas de interés crecientes previstas por los
contrarios no llegaron a materializarse, cuando los costos de endeudamiento estadounidense
permanecieron bajos según los estándares históricos. Pero el efecto neto del estímulo siguió siendo
controvertido: los opuestos argumentaban que había fallado en impulsar la economía y los partidarios
defendían que las cosas hubieran sido mucho peores sin el proyecto de estímulo.

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En base al caso antes mencionado, responda las siguientes preguntas:

 ¿Qué tipo de política económica se aplicó en este caso? ¿Cuáles eran los efectos
deseados?
 ¿Cuáles son los argumentos a favor de esta política? Explique de qué manera esta política
podría tener los efectos deseados.
 ¿Cuáles son los argumentos en contra de esta política? ¿Cuáles son los efectos no
deseados? Explique cómo esta política podría tener los efectos no deseados.
 ¿Por qué cree usted que se obtuvieron finalmente los resultados descritos con relación a
las tasas de interés y el empleo?

Sustente sus respuestas tomando en cuenta los efectos tanto en el sector real como en el sector
financiero (monetario) de la economía.

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