Desafíos para los

medios públicos en la 4T
La comunicación desde el Estado será realmente pública: J. Villamil
Fusión Disney–Fox; implicaciones en México: Ramiro Tovar Abril 2019
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López Obrador: ¿L’information c’est moi?: C. Benassini

Ejemplar $30.00 Año XIX Núm. 230

Actores de guerra sucia vs AMLO, al descubierto: G. Montes

La Tv “adopta” la homosexualidad: Antonio Medina
Noticiero Científico y Cultural genera democracia: G. Torres
COMUNI
López Obrador:
¿L’information c’est moi?
COMUNICACIÓN POLÍTICA
MBARY IOL 22 00 11 79
• Claudia Benassini F .1
L
A
o dijimos hace unos meses en un texto previo:
a partir del 6 de diciembre de 2000, ya como
Jefe de Gobierno de la Ciudad en funciones,
COMUNICACIÓN POLÍTICA
López Obrador inició el ritual de sus confe-
rencias matutinas. Comenzaron en la calle, cuando
un puñado de reporteros de la fuente se dio cuenta
de sus llegadas al Palacio Municipal antes de las
6:30 de la mañana a bordo de su Tsuru blanco. Tres
meses después, el entonces vocero César Yáñez
18 acondicionó la Sala de Prensa Francisco Zarco, don-
de los reporteros provenientes de diversos medios
se allegaban de información para elaborar su nota
del día o bien, la transmitían para sus respectivos
medios electrónicos. Con el transcurso de los meses,
el entonces Jefe de Gobierno fue transformando un
tiempo muerto en información: la hora y los temas
abordados contribuyeron a la construcción de la
agenda mediática. Una agenda que se volvió refe-
rente para los espacios informativos y de opinión
en medios impresos y electrónicos. Hugo Corzo,
colaborador de El Heraldo de México, sintetizó los
resultados del ejercicio2:
A lo largo de mil 377 conferencias, en las que
recibió 3 mil 117 preguntas, Andrés posicionó su
discurso todos los días antes que cualquiera, y
obligó a que le replicaran, respondieran, retroali-
ICA
mentaran o suscribieran. Pegó primero, y siempre
pegó dos veces. (…) Dictó la agenda. Él lo sabía
y por eso faltó sólo en 139 ocasiones durante el
tiempo que duró su sexenio: del 6 de abril de
2000 al 28 de junio de 2005, andando dio la últi-
ma. Atendimos esas conferencias, en total, 115
periodistas distintos.
La rutina comunicativa de López Obrador pronto
encontró imitadores. Meses más tarde José Luis Lue-
ge, entonces dirigente del PAN capitalino, anunció
a los reporteros su interés por repetir el ejercicio
mediante conferencias “mañaneras” en las que
abordaría diversos temas, sobre todo relacionados
con actividades de su partido a nivel local y nacio-
nal. El ejercicio duró unos cuantos días antes de
que Luege desistiera, incapaz de iniciar cotidiana-
mente sus actividades a las 6:30 marcando agenda
informativa. Más recientemente, en el transcurso
de las campañas presidenciales, el también panista
Ricardo Anaya retomó el reto argumentando falta
de tiempo para cubrir los compromisos propios de
sus actividades como candidato.
Más de doce años después, ya como Presidente de
la República, López Obrador retomó la práctica que
tantos beneficios le había redituado. Ahora desde
Palacio Nacional reporteros de la fuente, blogueros
y titulares de portales informativos acceden a la
mañanera que inicia puntualmente a las siete de
la mañana y que tiene una duración máxima de
noventa minutos, aunque se ha excedido en oca-
siones excepcionales. Sin duda, el tema continúa
en las agendas informativas y de opinión, aunque

quizá no con el éxi-
to esperado. Una
revisión al trata-
miento del tema
muestra que los
temas abordados
son insuficientes
para dar cuenta del
cúmulo informativo
que cotidianamen-
te se genera a pro-
pósito del quehacer
de los miembros del
Ejecutivo: López Obrador y su gabinete. El resto de
este ensayo se destina al análisis de este escenario,
para finalizar con una reflexión sobre la necesi-
dad de incrementar los canales informativos para
atender las necesidades ciudadanas en la materia.
De rutina informativa a política de comunicación.
En agosto de 2018 López Obrador anunció el re-
greso de las mañaneras; de hecho, ya las realizaba
desde su campaña política y las instituyó nueva-
mente cuando recibió su constancia como Presi-
dente electo. De acuerdo con la nota publicada en
la Gaceta Ciudadana el 31 de agosto, las sesiones
con los medios iniciarían después de la reunión
del mandatario con el Gabinete de Seguridad y
Gobierno. Cabe agregar que la nueva temporada de
AMLO contempla una mayor audiencia, toda vez
que las conferencias se transmiten por Canal 11
del Instituto Politécnico Nacional, el Canal 14.1 y
Notimex TV, que forman parte del Sistema Público
de Radiodifusión del Estado Mexicano, YouTube y
diversos medios de comunicación privados como
Grupo Fórmula, así como a través de Spotify, redes
sociales -sobre todo Facebook y Twitter- y en su
página López obrador.org.mx. Al respecto escribe
Jorge Gómez Naredo en Polemón -un medio afín
a López Obrador3:
• Lo que está haciendo Andrés Manuel es entablar
una discusión diaria sobre el estado de la na-
ción, sobre lo que sucede en el país. No está en
un “set de televisión” con todo preparado para
que “luzca” el mandatario. No, es un continuo
debate donde se reflexiona sobre lo que es bueno
o no para el país. Y algo muy importante: es un
diálogo, no una perorata personalizada.
• Para otros la rutina ha resultado contraproducente.
Según Jesús Silva-Herzog Márquez, colaborador
de Reforma y detractor de López Obrador4:
COMUNICACIÓ
COMUNICACIÓN POLÍTICA
• Pocos funcio-
narios que acom-
pañan al presiden-
te han demostrado
que merecen estar
en su cargo. Nin-
guno parece capaz
de llenar los impor-
tantes huecos en
la formación del
presidente. Nadie
parece tener el
aplomo para dete-
ner los arrebatos, las ligerezas o los desatinos del
jefe. Y prevalece en esas ceremonias una idea de
política basada casi en exclusiva en la intención.
Si los deseos son tan nobles, si nosotros somos
An
tan honestos, ¿qué podría salir mal?
Ernesto Núñez, de Aristegui Noticias complementa5:
á li s i s
• Pero también es cierto que AMLO responde y
evade a contentillo. Él decide quién pregunta
y quién responde. Él determina si la pregunta
merece una respuesta de 10 segundos o más
de 5 minutos, media hora de exposición, con
intervención de varios funcionarios, o un “eso lo
comentamos mañana” como respuesta. (…) Con
las mañaneras, el Presidente está escribiendo
su propia crónica diaria del sexenio. Crea una
realidad mediática que no siempre corresponde
con la realidad fáctica.
Estos comentarios dan cuenta de algunas posi-
ciones sobre el desempeño de López Obrador frente
a los medios de comunicación. Cabe añadir que 19
medios digitales, electrónicos e impresos -a tra-
vés de sus portales en Internet- destinan espacios
variables a la cobertura de la “mañanera”, donde
el reportero de la fuente presenta su nota con lo
más destacado de la conferencia según su punto
de vista. Sin embargo, hay indicadores de que, en
términos de audiencia, los resultados no favore-
cen al Presidente. A manera de ejemplo, sobre el
descenso en los niveles de atención a través de
Facebook escribe Diego Joaquín Hernández en La
Silla Rota6:
• Ahora, extender el factor de los “Me gusta” hasta
el día 100 del gobierno de Andrés Manuel López
Obrador, arroja una pérdida de 68.9% de estas
reacciones, además de que los 12 mil 726 likes
recibidos en (la primera) “mañanera”, tan sólo
representen el 0.2% del total de likes registrados
hasta esta semana en la página que postea las
conferencias.

ABRIL 2019
¿L’information c’est moi?
En el marco del anuncio del retorno de las mañaneras,
López Obrador fue soslayando otros detalles de lo
que sería su política de comunicación social: menos
presupuesto y menos atribuciones para las secretarías
de Estado y más peso a la información generada en
las mañanas. Tal como se indicó en el apartado previo,
en sus respectivos medios los reporteros de la fuente
publican lo que desde su punto de vista fue “lo más
destacado” de la sesión del día, sobre todo en materia
de información, aunque también hay espacio para el
tratamiento presidencial a uno que otro compañero,
en los términos planteados por Ernesto Núñez. En este
20 contexto, una revisión sistemática a medios impresos
y digitales da cuenta del descenso en la información
generada, cuantitativa y cualitativamente hablando.
En el primer caso, porque faltan datos que sustentan
el quehacer de estas dependencia, más allá de los di-
chos del Presidente en sus presentaciones cotidianas.
Pero faltan también declaraciones de los miembros
del gabinete que legitimen su quehacer.
En otras palabras, las conferencias matutinas de-
bieran ser además de… no en lugar de…: el modelo de
comunicación vertical instaurado por López Obrador
corre el riesgo de convertir a la información en un
espectáculo y de subvertir la agenda a sus designios
sobre lo que debe y no informarse. Aún mayor es el
riesgo que podría cometerse si se atenta en contra de
una de las garantías fundamentales de la ciudadanía:
el Derecho a la Información. Ciertamente, durante las
más de cinco décadas de su existencia las instancias
destinadas a la comunicación social por dependencia
han cometido muchos abusos: desde las cifras equi-
vocadas para favorecerse a sí mismos hasta el reparto
presupuestal a periodistas para incrementar el chayote
y los consecuentes elogios mutuos. Es por ello que la
Cuarta Transformación -si así lo quiere- debe fomentar
los flujos de información clara, transparente y acorde
con la rendición de cuentas. Y, desde luego, castigar a
los funcionarios que desvíen recursos para su bene-
ficio y que se salgan de las directrices informativas.
En el marco del anuncio del retorno de las
“mañaneras”, López Obrador fue soslayan-
do otros detalles de lo que sería su política
de comunicación social: menos presupuesto
y menos atribuciones para las secretarías
de Estado y más peso a la información gene-
rada en las mañanas.
“Será mucho más que una desmañanada. Será,
en realidad, un madruguete para volver a ganar in-
discutible, indisputablemente el discurso, la agenda
y el control. Pegar primero, pegar dos veces y pegar
la final”. Así cerró Hugo Corzo su comentario so-
bre la expectativa que le generaba el regreso de las
mañaneras de cara a fijar la agenda informativa. Sí,
siempre que lo veamos como parte de una política
informativa que dote al ciudadano de elementos
para poder formarse un juicio crítico sobre el des-
empeño de López Obrador y su gabinete. Sí, siempre
que se aprovechen el lenguaje y las potencialidades
de medios tradicionales y digitales como canales
para dar cuenta de avances, resultados y -¿por qué
no?- retrocesos y para revertir la pérdida del interés
mostrada por Hernández. No si se trata de mensa-
jes verticales y unilaterales que no contribuyen a
fomentar la actitud crítica de las audiencias. Aún
queda mucho por analizar sobre este escenario. Por
lo pronto, cerremos con la mirada optimista de que
todavía se está a tiempo de rectificar: conferencias
mañaneras que alimenten y complementen la infor-
mación sobre las actividades del Poder Ejecutivo.
1
Profesora Investigadora, Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y
Comunicación, Universidad La Salle Ciudad de México.
2
El madruguete con las mañaneras de Andrés Manuel, publicado el 8
de noviembre de 2018.
3
“Las mañaneras de AMLO y cómo están cambiando todo”, en Polemon,
4 de enero de 2019.
4
“Homilías matinales”, Reforma, 28 de enero de 2019.
5
“Mil 75 preguntas a López Obrador”, en Aristegui Noticias, 17 de fe-
brero de 2019.
6
“¿Pierden encanto las conferencias mañaneras de AMLO”, La silla rota,
16 de marzo de 2019. Se trata de un análisis detallado de las cifras de audiencia
de las mañaneras, sobre todo en los medios digitales.