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1 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

2 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

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ANNA GODBERSEN
3 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

f|ÇÉÑá|á
Susurros celosos. Viejas rivalidades. Nuevas traiciones.
Dos meses después del dramático regreso a Manhattan desde
Holanda, Elizabeth espera con impaciencia su vuelta al pináculo de
sociedad. Cuando Elizabeth rechaza volver junto al lado de su
hermana Diana, aquellos que miran a la familia favorita de Nueva
York comienzan a sospechar que todo no es como parece detrás de
las majestuosas puertas del Nº 17 de Gramercy Park South. Más
lejos en el exterior, Henry y Penelope Schoonmaker son la pareja
más famosa de la ciudad. Pero a pesar del anillo de diamantes en el
dedo de Penelope, los recién casados comparten un poco más que el
desprecio de el uno por el otro. Y mientras los periódicos llaman a la
mejor amiga trepadora social de Penelope, Carolina Broad, una
heredera, su fortuna - y su fama - es nada segura, sobre todo ahora
que uno de los queridos de la sociedad resbala cuentos a la prensa
impaciente.
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cÜÉÄÉzÉ
Traducido por: Alishea

PARA CIERTA CLASE DE CHICA DE NUEVA YORK, TODO debe estar


siempre en su lugar. Ella guarda sus joyas en su joyero y sus bordados en su
cajón de encaje. Si camina, viste con su traje de paseo; si va al teatro, lleva su
sombrero de teatro. Por la tarde, cuando visita a esa amiga que ella quiere
especialmente ver, sabrá en qué hora precisa encontrarla sola y más receptiva a
confesiones. Y después, cuando hace la parada obligatoria en la casa de la
amiga, no tiene voluntad para recurrir a ella, por supuesto, llegaría el momento
cuando esa señora supiera todo. Tal chica no sería vista en la calle sin un
sombrero ni con personas de ambos sexos sin guantes. Así que quizás habría
sido una sorpresa para cualquier gorrioncillo, revoloteando alrededor en el aire
claro en el primer día primaveral de 1900, ver que ninguna de estas damas
estaban donde verdaderamente se suponía que tenían que estar.

Fue al principio de marzo, y aunque la nieve se había adherido a la acera


tan recientemente como ayer, la tarde tenia la promesa lejana de que una
temporada tibia estaba por venir. Cuando nuestro pajarillo se decidió por el
saliente de piedra de estilo italiano de cierto edificio de la Quinta Avenida, su
diminuto corazón comenzó a revolotear bajo el pecho blanco emplumado. Para
esa señora -casada recientemente dentro de una de las grandes familias de
Nueva York desenganchando su corsé en la compañía de un hombre que no se
parecía en nada a su marido. Sus mejillas estaban sonrojadas del champán que
había bebido en la cena, y porque no estaba acostumbrada a quitarse la ropa sin
la ayuda de su criada, se encontró en repetidas ocasiones con ataques de risas y
carcajadas. Finalmente su compañero cruzó hacia ella y empezó a deshacer
lentamente las cintas.
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Pero para entonces el pajarillo estaba apagado, sus alas moteadas que
esparcía para agarrar la brisa de la noche ya que navegó al sur por encima de la
avenida. Se elevó por delante de las puertas brillantemente iluminadas de
millonarios y sobre las cabezas de sus cocheros en la acera con su permanente
actitud de espera. Cuándo sus garras próximas a bajar, estuvieron en la
barandilla de hierro fuera de los cristales emplomados de una de esas nuevas
casas con estilo para los ricos. La luz de la calle reflejada en el cristal, pero las
figuras de dentro estaban suficientemente claras.

La chica era conocida por la reputación de su familia y por la dirección


de su familia y por un compromiso muy grande. El edificio de apartamentos
estaba al norte más lejano en la pequeña isla de Manhattan donde su gente
jamás había vivido antes; el hombre que la llama lejos de su lugar por el fuego
no era en absoluto como el anillo que ella una vez había llevado. Pero los ojos
oscuros del gorrión ya vagaban, y antes de que algo más pueda ser
vislumbrado, el pájaro había abatido abajo y se alejó.

Desde allí hizo un bucle hacia el sureste, su cabeza redonda giró hacia las
imágenes enmarcadas en las ventanas de la gente cortés. No era la heredera
cuya riqueza no hizo nada para impedir que un hombre de quien nadie jamás
había oído hablar cambiara sus medidas en su compañía. Había sido el hijo
favorecido de la clase alta de Nueva York, que no sorprendió hace mucho
tiempo a todos terminando su soltería, mirando el reflejo de la ciudad que
retrocede en el Río Hudson. Allí estaba su esposa, cuyo guardarropa de
primavera aún no había llegado de París y todavía estaba vestida de terciopelo
de invierno, sin una pareja de baile en una sala muy buena.

Quién podría culpar a nuestro pajarillo, entonces, por bajar finalmente en


el alféizar de una de esas familias pasadas de moda para quién el decoro
todavía significaba algo. Pero cuando él escogió el alféizar del nº 17 de
Gramercy Park, bien, eso no era todavía garantía de vidas permaneciendo
dentro. Y todavía, en esta particular velada, Diana Holland quizás podría haber
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sido la única chica de su conjunto que en realidad era donde debía estar. Porque
ella se sentó en su propio cuarto, sola, sus rizos brillantes y revoltosos
cepillándose y cayéndose alrededor del cuello. La piel rosácea de sus mejillas
había sido restregada con cuidado, y ella estudió el espejo elaboradamente
tallado y oscuramente manchado donde ella tan a menudo se había preparado
para tardes alegres fuera.

No había nada alegre acerca de su apariencia ahora. Los ojos castaños


generalmente cubiertos de rocío y profundos habían llorado secándose y su
pequeña boca redonda estaba torcida en la desesperación. Ella parpadeó y
parpadeó en su reflejo, pero ella no se atrevía a querer gustarle lo que vio. Ella
no aprobó a la chica que miraba fijamente tras ella, y supo que a pesar de las
muchas tragedias que en su corta vida había sufrido, nunca había sido tan bajo
como esto. Le dolía lo que había hecho, y cuanto más tiempo se sentó sola, peor
era el daño que se hacía. Entonces relajó los hombros y levantó su pequeño y
definido mentón. Parpadeó otra vez, y la resolución se estableció en sus rasgos.

Su mirada no vaciló en el espejo cuando su mano sentía a través de la


mesa para coger un par de tijeras chapadas en oro. Una vez que sus dedos
curvados estaban alrededor del mango no hubo ni un segundo de vacilación.
Las trajo a sus rizos y comenzó a cortar. Había tal volumen de pelo que necesitó
varios minutos jadeantes para cortarlo todo. Fue sólo después de que estuviera
hecho, cuándo montones de marrones brillantes estaban amontonados a sus
pies, que empujó su silla y se separó de su propio reflejo. Lo único que quedaba
eran las raíces de color marrón oscuro, mechones sobre las orejas y en la nuca
de su cuello.

Más tarde, cuando los primeros toques pálidos de la mañana eran sólo
una promesa en las orillas del cielo, nuestro gorrión, todavía descansaba en el
alero de la casa Holland mirando como su más joven habitante salía por la
puerta principal. Su abrigo viejo estaba dibujado apretado protegiéndola del
frío, y el sombrero estaba parado sobre sus orejas. Era demasiado tarde, o
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demasiado temprano, para que cualquier ser humano notara la determinación


absoluta en su paso, pero los ojos amoratados del gorrión la seguían cuando ella
desapareció en la marca de un nuevo día.
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Traducido por Paola_p

SR. LELAND BOUCHARD


SOLICITA EL PLACER DE SU COMPAÑÍA
EN EL BAILE OTORGADO EN HONOR DE
LOS MIEMBROS DEL
CLUB AUTOMOVILÍSTICO DE NUEVA YORK
LA NOCHE DEL SÁBADO
8 DE FEBRERO, 1900, A LAS NUEVE EN PUNTO
CALLE 18 ESTE 63RD
"POR SUPUESTO UNA CHICA TAN ADORABLE COMO TU, UNA
CHICA QUE PERSONIFICA el encanto por si misma, no debería ocultarse en
una noche como esta, una noche donde todos quieren ver una fina figura y ojos
brillantes, y donde los tuyos son los mas brillantes de todos."
Diana Holland levanto la vista inocentemente desde el sofá de seda en la
biblioteca y se encontró con los ojos de su amigo, que estaba apoyado en el
marco de la puerta de lustrosa caoba, utilizando característicamente dos o las
palabras que fueran estrictamente necesarias. Su nombre era Davis Barnard, y
aunque solo escribía una columna de cotilleos bajo un pseudónimo, era el único
escritor famoso que Diana conocía.
Diana miro a su izquierda, donde la mascara de pestañas de su
acompañante, Tía Edith, estaba justo tocando los altos huesos de las mejillas de
la dama. En la cara de Edith, Diana podía ver el futuro de sus propias facciones;
la pequeña, redondeada boca, la delicada nariz y los oscuros ojos perfectamente
separados bajo una generosa frente que tanto le gustaba, incluso con los finos
grabados de la edad. Edith tragó un bostezo, aguantando la respiración y
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entonce Diana miro otra vez hacia Barnard. Bajo el esmoquin que cubría sus
hombros estaban los trinantes sonidos y luces eléctricas del baile de Bouchard.
"Me halagas demasiado," dijo ella mientras se ponía de pie, añadiendo
un guiño de ojos para enfatizar. Ella era terriblemente conciente de esos días.
La larga falda negra de gasa de su vestido se arrastraba tras ella mientras
se acercaba a la entrada, y bateaba a su admirador abriendo modestamente la
cobertura de su rostro. Siempre hacia esto cuando Bernard la escoltaba, porque
ellos discutían todo en detalle, y por eso era prudente oscurecer la vista de su
boca de la oportunidad de cualquiera que pudiera leer los labios. Su cabello
estaba recogido en un moño hacia atrás, y sus rizos descendían en diagonal por
ambos lados de su frente hasta sus orejas. Un negro cinturón de cuero marcaba
la estrechez de su pecho, y en el centro de su escote de princesa había una flor
hecha de pétalos de encaje de marfil. El vestido era nuevo y se lo había pagado
ella misma. Miro hacia atrás una vez para asegurarse de que nadie se había
dado cuenta de que ella se había escabullido de su acompañante, y permitirse
ser dirigida a través del piso de mármol crema del entresuelo del segundo piso.
"Absolutamente una demostración," Bernard remarcaba mientras ellos
cruzaban por el ricamente reluciente suelo de parquet de la sala de música de
Leland Bouchard. Había sido construida pensando en la acústica, aunque la sala
de música raramente se usaba para su propósito titular. Las salas de música
eran para la gente que soportaba los musicales, y Leland Bouchard, quien había
construido la casa él mismo en los años veinte, con el dinero que había ganado
de sus inversiones, era conocido por nunca estarse sentado quieto. Los paneles
estaban revestidos con murales y una gigante palmera Kentia Festonad con las
diminutas luces esparcidas por los veinticinco pies de techo.
Su visión se paseo por toda la rectangular habitación que era alta, con
techo de bóveda y se encontró con la mirada de Isaac Phillips Buck, que
rápidamente miro para otro sitio, aunque el hubiera estado observándola. El era
grande de cada manera que uno podría imaginarse, y la suave carne de su cara
hacia que su edad fuera imposible de determinar. El era el lacayo de Penélope
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Hayes, Diana realmente lo sabia, pero podía imaginarse porque el tendría algún
interés en ella. A continuación, la mirada de Diana cayó sobre la antigua amiga
de su hermana, Agnes Jones, que estaba descansando en los brazos de un
caballero bien aseado. Intento hacer que sus ojos se abrieran de un modo
cordial, aunque aun tenia problemas para aparentar que le gustaban ciertas
personas, cuando no era así. Lo que Bernard había amonestado como una
desafortunada característica en ambas, en una dama de la sociedad y en una
vendedora de secretos.
"Todos están aquí," Barnard siguió adelante mientras miraban a Teddy
Cutting cruzar la habitación con Gemma Newbold, que llevaba una tiara de
diamantes recostada en sus rojos rizos y era bien conocida por ser la elección de
la Sra. Cutting para la habitación de su hijo. Hubo un tiempo en el que todos
habían pensado que Teddy se casaría con Elizabeth Holland, pero eso fue antes
de que ella hubiera publicado su compromiso con su mejor amigo y se hubiera
casado en privado con su verdadero amor. Como su madre, ella había
enviudado; ambas damas estaban en casa juntas esta noche. Esa fue la última de
las razones por las que su hermana menor intentaba ser vista en su lugar tanto
como fuera posible, incluso aunque fuera difícil porque Buck la espiaba.
"Nadie que ame a Leland," ella respondió, sacudiéndose la sensación de
los ojos canallas de Buck encima de ella.
"Sería difícil no hacerlo." Barnard se detuvo para aceptar una copa de
champagne de un camarero que pasaba. "Aunque debo confesar que tengo un
misterioso dolor de cabeza cada vez que estoy en su compañía por mucho rato.
Habla demasiado rápido, y siempre esta entusiasmada con todo. Yo, nunca
estoy entusiasmado por nada entre las horas que me levanto y las 5 en punto."
Diana sonrío levemente ente esto, ya que sabia lo que significaban las
cinco en punto para su amigo; por supuesto, ella también sabia que el ponía
whisky en el café horas decididamente tempranas.
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"Eleonor Wtmore lleva un vestido muy llamativo", Diana observo,


fijando su vista en el array de habituales vestidos y las caras pintadas detrás de
ellos.
Barnard se detuvo y miro. "En efecto."
"Me imagino que ella esta buscando un marido, ahora que su hermana
menor se ha comprometido con Reginald Newbold. Debe de ser una herida
para ella, tener veintiséis años y ser una doncella en lugar de una dama de
honor en la boda. Supongo que necesita llamar la atención de cualquier modo."
"Eso seria una bonita noticia." Bernard acabo su champagne y dejo su copa en la
magnifica repisa de madera tallada de la chimenea, que había sido transportada
desde una gran casa Florentine, como Barnard había escrito en su "Juegos
Galantes" columna.
"¿Por que no lo escribes?"
Este casual ofrecimiento inundo a Diana con una nerviosa anticipación;
ella sonrío detrás de su admirador. "De acuerdo", dijo ella después de un rato,
para no aparentar que estaba muy ansiosa.
"No intentes ocultar tus sonrisas de mi, Señorita Diana Holland." Barnard
se giro lentamente lejos de ella mientras hablaba e hizo señas a un camarero par
que le trajera otra bebida. "Espero, por mi propio bien, que el día en que te des
cuenta de que fuiste hecha para cosas mejores sea mas tarde que pronto."
Alcanzaron las enormes, clásicamente proporcionadas ventanas que
miraban hacia el norte de la calle, y Diana se desprendió del brazo de su amigo
durante un momento para ver como caía la nieve reflejada en las calientes luces
de arriba. Detrás de ellos, la voz de Leland Bouchard podía ser oída, yendo en
éxtasis por la reciente adquisición de un carruaje sin caballos, un Exley, que era
exhibido en el vestíbulo del primer piso para que los invitados pudieran, una
vez que llegaban, mirar esta reluciente modernidad con codiciosa curiosidad.
Su anfitrión era alto, con una frente excepcionalmente ancha y un cabello
color trigueño que siempre parecía estar crecido de mas. "Puede recorrer
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veinticuatro millas en una hora, sin un excesivo esfuerzo," le estaba diciendo al


Sr. Gore.
"El es un inversor en la Exley Motor Carriage Company," remarco
Barnard, sotto voce 1, a su protege 2.
Aunque Diana debería haber escuchado para obtener más información,
ella centro su atención vagando por las calles bajo cero. La flor de encaje de su
vestido rosado y la bajada de su pecho y una delicada sensación se poso en su
pecho. La multitud detrás de ella, que estaba llena de historias que los
protagonistas preferirían no contar y también de pequeñas decepciones que
ciertamente entretienen al público lector, empañado por ellas. Hasta hace un
momento ella se sentía como la más hábil jugadora en el juego que obsesiona a
toda la habitación, pero ahora estaba siendo superada por el fuerte impulso de
esconderse y ocultar el descarado sonido de su famosa risa.
Mas abajo, Henry Schoonmaker había bajado de su carruaje y estaba
encendiendo un cigarrillo mientras se detenía ante el portal de hierro de la cerca
de la mansión Bouchard. Era un hombre que había provocado el afecto de
Diana la temporada anterior, y luego la había machacado. Había mucha historia
entre ellos dos, pero mientras Diana le observaba, allí de pie, con el codo del
brazo que sostenía el cigarrillo apoyado en la muñeca, en una extensa,
pensativa postura, ella se recordó a si misma que ya no tenia ningún
sentimiento por el. Y cuando la esposa de Henrry, Penélope de la nueva gran
familia Hayes llego al lado de su esposo, con sus feroces ojos azules mirando
directamente hacia ella, Diana recordó que Henrry había elegido casarse apenas
unas semanas después de que ella perdiera la virginidad con él.
"Me gustaría saber que sucede en su habitación." Barnard sonrío con
satisfacción.
"Los Schoonmakers son la envidia de todas la parejas jóvenes de la
ciudad," respondió Diana mecánicamente, mientras de todas formas se repetía a
si misma alguna lecciones aprendidas por rote.
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Barnard tomo dos copas de champagne de una bandeja que pasaba y le


dio una a Diana. Ella cerro los ojos y tomo un largo sorbo que no hizo nada para
calmar sus indulgentes nervios. En un momento, Henrry Schoonmaker estaría
llegando por la puerta.
El podría no verla.
Incluso aunque Diana intentase llenarse del papel de hermana, actuando
como parte de la buena hija de los Holland en el mundo salvaje, ella tenía que
evitar escrupulosamente que Henrry captara apenas una mirada de ella. Del
mismo modo, había quemado cuidadosamente todas sus cartas que habían
llegado diariamente desde la boda en la víspera de año nuevo con Penélope sin
abrirlas, y limado cualquier tipo de sentimientos que la visión de su rostro
habían iluminado en ella. Una vez había pensado, no hacia mucho, que ellos
estaban destinados a compartir una historia de novela romántica. Pera era otro
tipo de chica completamente distinta había tenido el corazón roto y todos su
naveté había desparadcido. Nada de lo que Henrry dijera podría hacer que
volviera a ser como entonces, y ciertamente no si esto viene con tanta sangre
fría como una carta.
"¿Estas bien?" pregunto Barnard, retorciendo la flauta de pálido oro en
sus largas manos.
"Solo un poco cansada." Diana sonrió débilmente mientras le devolvía un
copa llena. "Debería marcharme, pero prometí que aprendería todo lo que
conocido sobre las ambiciones matrimoniales de Eleanor Wetmore del Sunday a
mas tardar."
Su voz alcanzaba con valentía las últimas palabras. Extendió la mano
para que su amigo la besara, y luego el se movió cuidadosamente entre la
multitud, siempre manteniendo la palma central entre ella y la entrada. Pero
ella había vacilado demasiado, por lo que tan pronto se aventuro hacia
adelante, los Schoonmaker aparecieron y bloquearon el marco de la puerta.
Diana soltó un pequeño gemido y retrocedió, para que las grandiosas hojas
verdes cubrieran su figura. Aunque aun podía ver lo suficiente. Penélope iba
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vestida con un tajo rojo que podría haber comprado al carnicero, donde no
hacen este tipo de precioso material.
La nueva Sr. Schoonmaker hizo un gesto amistoso a través de la
habitación a la más mayor Sra. Scoonmaker, la madrastra de Henrry, que solo
tenía veintiséis años y llevaba un vestido bastante atrevido. Entonces Adelaide
Wetmore adelantó a Henrry y su esposa, y los distrajo lo suficiente como para
que Diana pudiera moverse. Tiró de su falda y se apresuro a través de la
muchedumbre hacia la biblioteca, donde podría despertar a su tía y coger su
abrigo. Afuera hacía frío, y ellos estaban a mas de cuarenta manzanas de su
propia, un tanto anticuada dirección. Un escalofrío, que a Diana le hubiera
gustado pensar que era por entumecimiento, se apoderó de ella. Aun así, le
costo un gran esfuerzo no mirar atrás, mientras dejaba la fiesta a sus espaldas.
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VtÑ•àâÄÉ E
Traducido por: Cloudss

La sociedad es siempre particularmente receptiva a la sangre nueva en el


invierno. Siempre ha sido así, como lo es ahora, y la Sra. Carolina Broad es solo
la última en beneficiarse de este hecho de la naturaleza. Su ascenso ha sido
precipitado, ya que en Noviembre nadie alguna vez había oído hablar de ella, y
para finales de Diciembre, su nombre estaba en todos los periódicos como una
de las damas de honor de la Sra. Penélope Schoonmaker. Oímos que vive en un
hotel de Nueva Holanda, bajo el ala casta del Sr. Carey Lewis Longhorn, y ella
es sin duda alguna algo para ver.

-Desde la “Lúdica Galante” en la columna de Nueva York Imperial,


Jueves, 8 de Febrero de 1900

La música de piano vertiginosa del piso principal del Restaurante de


Sherry, en la quinta avenida y la calle cuarenta y cinco, podría ser oída en el
salón de damas, y quizás aún incluso se podría decir que haber infectado a las
mujeres allí. Ya que ellos trepaban hacia delante, en aquel espacio atractivo de
tono, hacia el espejo, el cual fue grabado con arabescos metálicos y cubierto en
redes blancas desde arriba, como por nubes celestiales. Era grande, pero no lo
suficientemente grande como para todas aquellas bellezas con sus mejillas
rosadas en sus sedas y encajes, como cuando ellas se inclinaron para ennegrecer
sus pestañas y perfumar su escote. Habían cenado en faisán Inglés y espárragos
de invernáculo, y habían dejado crecer su somnolencia hasta que el café llego.
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Ahora estaban ansiosos por el próximo capítulo de su noche, y quizás


ninguno de ellos tanto como Carolina Broad, quien estaba en el centro
pellizcando sus mejillas pecosas para traer algún caliente color allí, en un
vestido de un pálido pero inconfundible oro.

El vestido fue un regalo de Carey Lewis Longhorn, el hombre a menudo


mencionado en los periódicos como el hombre de mayor estado de soltería en
Nueva York. Esto recalcó la longitud y la esbeltez de su medio, mientras que
disfrazaba sus grandes, huesudos hombros con ráfagas de oro, con bordes de
encaje, y su casi poco femenina clavícula con cinco hilos de longitud de
gargantilla de perlas que brillan. Su pelo negro estaba adornado con hilos de
pequeñas perlas, y sus ojos coloreados de liquen se establecieron recientemente
en virtud de en forma de las cejas. El orgullo de su cara, sus labios picados por
abejas, estaban pintados de rojo brillante. Cualquiera de las mujeres que la
rodeaban habían sido impresionadas al oír que ella había sido alguna vez una
criada que servía a la clase de chica que ahora pretendía ser, o que había sido
hasta hace poco conocida por el nombre que suena Lina Broud.

Ese era un hecho inconveniente del cual Longhorn estaba perfectamente


consciente, y que su joven amigo hizo lo posible para olvidar. Era fácil de
olvidar ahora, mientras ella barría su falda, enaguas de encaje de espuma hacia
arriba como una ola crestería, de vuelta a la mesa de la vanidad y se dirigió
hacia la sala central. Ella caminó muy bien, de una manera casi indistinguible
de la forma en que lo había hecho sólo hace unos meses, y así fue en esta
marcha que llegó a través de la serie de pequeñas antecámaras con poca luz y se
metió en los márgenes del comedor principal de la habitación de Sherry. Su
figura era la sombra de un balcón del segundo piso, pero tenía una excelente
vista de la amplia sala, con sus columnas y postes, sus manteles blancos y
arreglos florales elaborados, sus camareros empujantes y debutantes mimados.

Longhorn sentado en una mesa prominente en el medio de la habitación


donde la luz moteada de la araña de luces central brilló. Cuando él había
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cenado solo él había preferido las esquinas, pero una vez que Carolina comenzó
a acompañarlo ella había insistido que esto era su tiempo para ser visto, y él
había aceptado con una risa fácil. Vestía su habitual chaqueta de terciopelo rojo
y un cuello pasado de moda que rechazó en su altura, en sus esquinas blanco y
estaba atado por debajo de la barbilla con un botón visible. Su pelo había
encanecido, aunque aún había mucho de él, y a pesar del desgaste de una vida
de beber, lo cual se evidencio en la nariz hinchada, se podían ver las buenos
características que lo habían hecho tan deseado como un joven. En su hombro
estaba su hombre, Robert – rondando constantemente, la presencia de barba-
con sus capas. Carolina sintió una oleada de anticipación aireada cuando ella
comprendió esto, ya que ella conocía lo que esas capas significaban. Era hora de
irse.

No era que ella no apreciara la porcelana china o los cócteles de champán


o el elaborado servicio de el restauran favorito de su patrón. Ella había
disfrutado de sus muchos cursos (quizás con un poco de demasiado gusto, ella
se había dado cuenta cuando Robert la miraba desde su cargo), y siendo
observada por todos los otros comensales, quienes últimamente se habían
puesto tan curiosos sobre ella como ella una vez lo estuvo sobre ellos. Pero su
tarde entera hasta el momento había sido la construcción de su segundo acto, en
el cual Longhorn la llevo a una fiesta en la casa de Leland Bouchard, cuyo
nombre ahora ocupaba un lugar en sus pensamientos una vez reservados para
él de Will Keller.

Will había sido su primer amor, pero ella lo había conocido cuando era
un niño, y le pareció un accesorio muy infantil ahora. De todos modos, Will
había muerto, y al mismo tiempo que era un hecho crudamente horrible, había
que seguir adelante, y cuando uno lo hizo descubre cada vez más cosas nuevas
y maravillosas. ¿Por allí alguna vez había estado un nombre con un anillo más
bonito que "Leland Bouchard"? Parecía que fuera hecho de dinero y el encanto,
que seguramente era. Ella lo había conocido en una fiesta, en Navidad, y él la
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había pedido bailar una y otra vez. Sus manos sobre su cintura y muñeca no
habían sido ni cortés ni lascivas. Él se había apoderado de su seriedad como
ellos hablaron de muchas cosas. Ella nunca se había sentido tan bella o ligera
antes o después de esa noche, y a menudo llenaba su mente de recuerdos de
ello cuando apoyó la cabeza sobre la almohada en la noche. Pues aunque ella
había hecho todo lo posible para estar cerca de él otra vez, ella no había podido
verlo. O más bien ella lo había visto una vez, desde el transporte de Longhorn,
como se apresuró a lo largo de la calle, su corazón palpitaba a la idea de que el
podría darse vuelta en el momento justo, y una segunda vez en un baile donde
ella había sido demasiado patética para acercársele, pero él no la había visto.
Esta noche él era el anfitrión, y ella estaba buscando lo mejor de él, sería
imposible para él no invitarla a bailar. Su amiga Penélope se había
comprometido a presentarlos de nuevo si él no lo hiciera-y luego él la llevaría a
un vals que la dibujaría a través del piso y en su corazón siempre.

Fue con esta atractiva fantasía que ella dio un paso adelante en la
habitación principal de Sherry, lista para una noche que estaba convencida de
que vendría a anunciar nuevos comienzo para muchos. Ella habría cruzado
directamente a Longhorn, y llegado a la puerta de entrada sin necesidad de un
debate, pero se estancó por el susurro de los dedos en la espalda. Se dio media
vuelta, con un semi-indiferente sonrisa en su rostro, cuando reconoció a la
persona que la había tocado, todos sus pensamientos agradables desapareció.

"Miss generales!"

Era con esta fantasía encantador que ella dio un paso adelante en el
espacio(cuarto) principal del Jerez, listo para una tarde que ella fue convencida
vendría para anunciar tantos nuevos principios. Ella se habría cruzado
directamente a Longhorn, y llegado a la entrada delantera sin ninguna
necesidad de debate, pero ella fue parada por el susurro de dedos sobre su
espalda. Se dio media vuelta, con una semi-indiferente sonrisa sobre su cara;
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cuando reconoció a la persona que la había tocado, todos sus pensamientos


agradables desaparecieron.

"¡Señorita Broad!"

La voz era jocosa, pero cuando devolvió el saludo a su propietario, ella


descubrió que no podía coincidir con su tono.

"Oh." Su mirada se desplazo sobre las mesas repletas hasta Longhorn,


quien todavía no se había fijado en ella en las sombras.

"Hola, Tristán."

Tristán Wrigley era alto, con cabello claro y ojos color avellana tenue el
color de una puesta de sol reflejada en aguas turbias. Aunque su relación era
todavía nueva, ya la había herido y ayudado de muchas maneras. Era un
vendedor de tienda por departamentos y un estafador, y fue el primer y único
hombre que la había besado. Ella había estado evitándolo, pero si esto le hirió él
no lo demostró. Estaba sonriente, y una mujer tetona, que llevaba una cantidad
chillona de plumas rojas y altas de pie en su pelo, estaba colgando de su brazo y
sonreía todo demasiado para el ajuste.

"Esta es la señora Portia Tilt", prosiguió él, fijando una constante e


intensa mirada en Carolina. "Ella y su esposo se acaban de mudar desde el
oeste. Carolina es del oeste, también. Ella es la heredera de una fortuna de
fundición de cobre, ya sabes, y ella-"

"Estoy segura que tu amiga no requiere toda mi autobiografía," Carolina


interrumpió fríamente. En un momento, ella había conjeturado la situación
entera. La Sra. Tilt, teniendo más dinero que clase, había creído que la
implicación de Tristán podría ayudarla con entrar en la sociedad, y él, por lo
tanto seguro de su credulidad, había seguido por el dinero y chucherías y
comidas gratis de todo tipo. La Sra. Tilt aprendería con el tiempo, aunque no
pareciera particularmente rápido en el momento-que uno no entra en la
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sociedad por andar caminando del brazo de un Lord y el dependiente de Taylor


alrededor de uno de los mejores restaurantes de Manhattan, Carolina no era tal
idiota, y ella no tenía la intención de cometer el mismo error.

"Adiós", concluyó ella, con una sonrisa brillante, pero sin ninguna
explicación.

"Adiós,” la Sra. Tilt respondió alegremente, demasiado estúpida para


darse cuenta de que había sido cortada, y luego empujada hacia delante.
Tristán-todavía unido a ella por el hueco de su brazo, fue arrastrado, pero tuvo
tiempo para mirar atrás y fijar en Carolina una mirada tan concentrada que ella
lo sintió abajo en los dedos de los pies. Fue una suerte que la Sra. Tilt comenzó a
reírse a carcajadas fuertemente después de eso, y todas las miradas giraron en la
dirección en la que ella se dirigía, lo cual le permitió a Carolina volver a su
asiento sin que nadie lo notara.

"Ah, ahí estás, querida." Longhorn le sonrió apreciativamente, como


quien sonríe a su nieto favorito que se ha comido todo el caramelo que uno le
ha dado y poco después pide más. Entonces ella sintió el peso de su abrigo
sobre los hombros y se permitió ser escoltada a través de muchas habitaciones
hasta la entrada delantera.

Hacia fuera la noche era de un profundo color púrpura, y la luz de las


lámparas cayó a fondos amarillentos. Hacía frío, demasiado frío para moverse,
y los cocheros que se paseaban junto a la acera se inclinaron, inmóviles, sobre
las copas de sidra caliente. Los caballos estaban cubiertos con mantas gruesas, y
el aliento a fluir de sus narices era visible en el aire helado. Carolina se había
recuperado a sí misma después de su encuentro con Tristan, y se volvió a
Longhorn ahora con una mirada de gratitud. Longhorn sabía lo que ella fue,
pero no sabía acerca de su participación vergonzosa con el vendedor, o que
había sido idea de Tristán por ella para acercarse a el viejo solterón para
beneficio de ambos. El pensaba en ella como algo más inocente que todo eso, y
21 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

no le había dado ninguna oportunidad de corregir la impresión. Fue un acto de


bondad que se sentía profundamente en ese momento.

Dado que la sugerencia inicial de Tristán, que había crecido


verdaderamente aficionado al hombre mayor. Ella disfrutó de su salinidad y
observar cuidadosamente la confianza y la indiferencia de la opinión de los
demás con los que se acercó al mundo más amplio. Y a él le gustaba lo que él
llamó su "sinceridad", en verdad, este no era más que una falta de conocimiento
y la voluntad de tonto para admitir que ella tenía mucho que aprender. Pero
hicieron un buen par, y su tiempo juntos fue siempre de alta calidad.

Desde la sugerencia inicial de Tristan, ella se había puesto realmente


cariñosa hacia el viejo hombre. Ella disfrutó de su salinidad y con cuidado
observó la confianza y la indiferencia a la opinión de otros con la cual él se
acercó al más amplio mundo. Y le gustó lo que él llamó su "sinceridad" - de
verdad, esto no era nada más que una carencia de conocimiento y una buena
voluntad muda de admitir que ella tenía mucho para aprender. Pero ellos
hicieron un buen par, y su tiempo juntos era siempre de alta calidad.

"Qué hermosa noche está resultando ser," dijo ella dulcemente, metiendo
su labio inferior bajo sus dientes. Su pesada capa estaba forrada de piel blanca,
que enmarcaba su cara, y bordado con hilos de oro a lo largo de su longitud de
barrido completo.

Longhorn le sonrió, y un guiño – o tal vez la luz del restaurante detrás


de ellos- pasó en su ojo. Entonces, Robert reapareció, conduciendo a los caballos
que tiraron del coche por detrás de él. El abrió la puerta del coche y ayudó a
Carolina. Hizo una pausa para extender una manta de lana sobre su regazo, y
luego bajó a la calle. Él y Longhorn intercambiaron algunas palabras y, a
continuación Longhorn entró y ocupó el asiento a su lado, la pequeña puerta se
cerró con un clic detrás de él.
22 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

"Ha sido una noche encantadora." El caballo tiró en marcha, y Carolina


sintió que su cuerpo era estirado hacia delante como las palabras de Longhorn
se evaporaban en el aire. Había algo en su tono que no le gustaba.
"Encantadora. Pero me temo que he tenido un poco demasiado de aquella salsa
pesada, y que he estado quedándome fuera muy tarde demasiado a menudo
contigo, querida. ¿No te importa sólo por esta vez si nos vamos a casa
temprano? Podemos tener un vaso de Madeira en mi habitación.... "

El corazón de Carolina comenzó a hundirse. De repente la casa de Leland


Bouchard sobre el Este 63-ella había pasado la dirección varias veces, alegando
que ella quería admirar la arquitectura de ese bloque, parecía el único lugar en
la ciudad entera que contuvo la vida. Su amiga Penélope Schoonmaker estaba
allí, sin duda, siendo admirada por todos los jóvenes, aunque ella tenía ojos sólo
para su marido gallardo, el aumento de burbujas en el champán, las frases
ingeniosas demasiado frecuentes para que la risa alguna vez no cesara durante
mucho tiempo. Carolina se sintió desesperada, y quiso agarrarse de cualquier
posibilidad, pero ella no podía reunir la voluntad para decir algo contrario. El
cochero ya había recibido sus instrucciones, y él los estaba tirando
inexorablemente al mismo hotel donde, de repente le pareció, ellos gastarían
todas sus noches en un ciclo ininterrumpido de Madeira y de la monotonía. Su
labio inferior temblaba con pesar, pero su compañero, cuyos ojos ya había
cerrado, estaba demasiado cansado para notarlo.
23 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ F
Traducido por: linetas

Una mujer joven, recién casada, puede encontrarse en la encantadora


posición de no querer hacer nada sin la compañía de su querido esposo. Ella
puede descubrir que de hecho se pasa todas las horas de vigilia con su
compañero excluyendo a toda otra amiga o miembro de la familia. Esto es
comprensible, pero totalmente inaceptable para la sociedad.

-SRA. HAMILTON W. BREEDFELT, RECAUDO PILARES CRIANDO


JOVENES DAMAS DE CARÁCTER, 1899

SRA. DE HENRY SHOONMAKER, NACIDA PENELOPE Hayes, había


llegado lejos en sus dieciocho años. Mientras pasaba rápidamente más allá del
vestíbulo de Leland Bouchard, donde se exhibía un automóvil negro brillante,
no pudo dejar de meditar cómo ella, al igual el carruaje sin caballos, era un
emblema de cera del futuro. Desde que era una niña se había dicho que ella no
conocería el otro lado de los veinte años sin un anillo de bodas muy llamativo
en su dedo, y aquí ella había logrado su propia meta por dos años y en el
proceso se unió a una de las familias más estimadas de Nueva York.

Había quienes todavía recuerdan cómo su nombre de soltera había sido


rápidamente rescatado del odioso apellido Hazmat hace varias décadas, pero
tampoco aparecía en su tarjeta en estos días.

Ahora, subiendo por la brillante escalera curva de mármol hacia el


sonido de una fiesta que ya estaba en pleno apogeo, no podía dejar de prever la
alegría de entrar en una habitación del brazo de su muy atractivo marido.
24 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Era uno de los grandes placeres de su vida, Enrique era alto y delgado y
tenía los pómulos de un jefe y un aire desenfadado que hacía que todas las
miradas se dirigieran a él. Como debutante, Penélope se había acostumbrado a
ser mirada, pero la intensidad de la envidia de las miradas que se encontró ese
jueves por la noche al entrar al salón de música del segundo piso, que estaba
lleno de dinero viejo y de buenas conexiones, fue incluso superior a lo que ella
estaba acostumbrada. Llevaba una orgullosa sonrisa, sus lujosos labios torcidos
hacia arriba a la derecha no más de lo necesario, y un vestido de seda de color
rojo carmín que mil elegantes dardos acercaban a su delgado cuerpo. Su pelo
oscuro estaba recogido en un elaborado moño, y una línea de mechones cortos
dividía su frente alta y orgullosa.

Penélope lanzo una evaluadora mirada a los murales de los paneles,


realizados por uno de los destacados talentos de Europa, y la pulida repisa de la
chimenea que había sido transportada en piezas desde Florencia. Ella sabía esto
y mucho más acerca del hogar de Leland Bouchard porque quería que Henry
construyera una casa para ellos y había acumulado recortes de prensa sobre
esta y otras similares. él todavía no le había dado ninguna indicación de que así
lo haría, pero, como todo lo que Penélope quería, era sólo cuestión de tiempo y
tal vez un poco de su inculta marca propia de persuasión antes de que fuera de
ella.

Por encima del suave estruendo de distinguidas voces y tintineo de


vasos, Penélope oyó su nombre siendo pronunciado con todas sus galas más
recientes y gloriosas. "La señora de Henry Schoonmaker!" Fue un sonido
hermoso, y Penélope se volteo. Mientras lo hacía, la cola de pez de su falda
arrasó el parqué de Versailles. De inmediato tomó nota de la aproximación de
Adelaida Wetmore, que llevaba un vestido de tejido de peltre. Sus ojos estaban
húmedos con autoestima, por su compromiso con Reginald Newbold que
apenas había sido anunciado, y ella estaba luciendo gratamente inestable con
todas las felicitaciones.
25 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Ella podría haber sido bonita, Penélope reflejaba caridad, si no por su


boca desproporcionada, y la forma en que esta mostraba llamativamente sus
grandes dientes.

"Por qué, Adelaida." Penélope extendió su mano enguantada de blanco


de modo que el brazalete de diamantes que llevaba cayó de su muñeca y
capturo la luz. "Felicidades".

"Gracias", la otra chica emitió. Tomó la mano de Penélope, e hizo un


movimiento de inmersión, casi como si fuera a una reverencia. "Todas
estábamos tan inspiradas por tu boda", añadió con dolorosa humillación. "que
celebración del amor fue".

Penélope comunicó su gratitud con unos cuantos parpadeos de sus


negras pestañas, y dedujo de la forma en que Adelaida estaba mirando a la
pareja de cuyo amor ella decía estar inspirada por la mirada de Enrique que
había vagado, y que él estaba ejerciendo exactamente sin energía para tratar de
parecer interesado en los hechos matrimoniales de sus compañeros. Penélope le
sonrió en despedida, y entonces ella y su marido-quien ella estaba ahora
dándose cuenta de que olía a almizcle, excepto aún más fuerte que el coñac-
empujado más allá al interior de la habitación. Fue entonces cuando Henry
tropezó casi imperceptiblemente, se agarro a sí mismo de su brazo, y Penélope
sintió que su confianza en sí misma señalizaba un poco por encima del
repentino miedo de que alguien podría notar la embriaguez de Henry y
empezar a sacar sus propias conclusiones.

Cuando se movía entre la multitud, bajo el elevado brillo de la bóveda,


trató de asegurar su control sobre Henry. No fue fácil, pero entonces, por
supuesto, nunca lo había sido. Ella dio a conocer unas pocas cabeceadas en
dirección de alguna de las más jóvenes señoras Vanderbilt, reunidas cercas de la
gran palma central en el medio de la habitación, y no se atrevieron a mirar en
dirección al hombre que ella estaba casi tirando a la fuerza junto con ella. Ella le
26 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

creyó a él que era de ella, una y otra vez, pero ella no podía quedarse la
sensación de que él podría en cualquier momento escabullirse por sus dedos.

Esto había iniciado entre ellos el verano anterior, cuando su mejor amiga,
Elizabeth Holland, había estado en el extranjero, y ella y Enrique habían
empezado a reunirse amorosamente en los oscuros rincones de sus casas. Pero
entonces, Elizabeth había regresado en el otoño y, con una preciada poca razón,
se convirtió en la novia de Enrique. Por supuesto, esto había sido de acuerdo a
los deseos de sus padres, y Penélope había salvado a ambos de un matrimonio
infeliz, ayudando a Elizabeth a fingir su muerte. Cuando ella sintió que Enrique
se inclino ligeramente, considero lo mal que sus esfuerzos habían sido
devueltos, por no mucho tiempo después de la “muerte” de Elizabeth, Enrique
había adoptado a su hermana pequeña, Diana. Ese giro de los acontecimientos
no había sido del todo malo, desde el hecho de que la prostitución de menores
en Holanda fue la pieza de información que Penélope había utilizado para
convencer a Henry para casarse con ella. Todo lo que ella alguna vez había
querido era ser la señora de Schoonmaker, y ninguno de ellos quería una escena
desastrosa.

Penélope tenía el temple de una dama de una sociedad diez años mayor,
y había evidente empeño en sus más mínimos movimientos. Pero incluso como
la señora Schoonmaker, Penélope estaba enfadosamente sorprendida de
descubrir que su capacidad de controlar el Sr. Schoonmaker se quedaba un
poco corta. Ellos se deslizaban entre los invitados, y cuando un camarero
apareció con flautas de champaña, esto era lo único que ella podía hacer para
evitar que Henry embistiera por una.

"¿No te sientes ya bastante borracho?" Ella advirtió. Su sonrisa nunca


vaciló, y llevó su labio superior atrás apenas lo suficiente para revelar la
perfecta blancura de sus dientes.
27 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

"He tenido mucho", respondió lentamente, sin su particular veneno,


aunque la bebida, posiblemente, podría haber estado alterando su modulación.
"Pero no lo suficiente como para querer pasar la noche contigo, mi querida".

Penélope brevemente cerró los párpados de sus grandes ojos y ahogo


cualquier sentimiento que su comentario podría haber despertado. Luego,
parpadeo sus oscuras pestañas con rímel y dejó que sus iris azul océano
rodaran a de derecha e izquierda. Nadie había oído, ella determino con una
pequeña soltura de sus hombros, excepto tal vez el camarero, que no habría
soñado con mirarla a los ojos. Cuando ella volvió a hablar, fue con mayor
esfuerzo y una copa de champán en la mano:

"Cuando lo pones de esa manera, supongo que debo tener una también."

Los miembros del Club automovilístico estaban haciendo declaraciones


grandilocuentes sobre las próximas carreras, y las damas que querían estar
cerca de ellos sonreían pacientes sonrisas y asumían posturas de ansiosas
oyentes.

"¡Ah, los Schoonmakers!"

Penélope contorsionó la longitud de su cuello blanco, para que el pleno


resplandor de su sonrisa pudiera ser apreciado por su anfitrión. "Sr. Bouchard”-
ronroneó, cuando él inclinó su largo torso y poso sus labios en su guante gris.
La calidez en su voz era estudiada y convincente, era un tono que reservaba a
los hombres como Leland, quien era el heredero de la fortuna bancaria de
Bouchard y, además de que eso universalmente gustaba. Él era ese inusual
aristócrata Neoyorkino, que de alguna manera u otra había logrado hacer más
amigos que enemigos, y era muy amigo de su hermano, Grayson. Como los
hombres más jóvenes ellos habían vivido en habitaciones contiguas en St. Paul.

Penélope, siempre vigilante, observó la presencia de Grayson por la


ventana, donde estaba refugiado en una conversación con su suegra, la anciana
28 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Sra. Thelma, cuyo vestido de opalescentes hileras de seda hacia poco para
quitar la atención de ella.

"Espero que ambos estén pasándola bien", continuó Leland


encarecidamente mientras tomaba la mano de Henry.

Sus ojos azules muy abiertos bajo su amplia frente, como si su disfrute
fuera realmente una cuestión crucial para él y por todo lo que Penélope sabía
así era. "¿Has visto el automóvil en el piso de abajo?"

"No podría no haberlo visto", respondió Henry con entusiasmo,


arrastrando las dos últimas palabras.

Penélope le dio un codazo a la vez que mantiene su firme, brillante la


mirada. "tan hermoso objeto, Leland."

"Gracias." los ojos de Leland fueron a la deriva y su pecho se levantó, y


por un momento él estaba en otro lugar.

-Hablando de bellezas,-prosiguió-, su atención regresando a Penélope, y


esta vez con un toque de simpatía, "¿cómo está tu querida amiga Elizabeth? Fue
terrible lo que ocurrió, y no verla afuera nos ha hecho a todos preocuparnos. “

Hasta ese momento, Penélope había mantenido una fuerte postura


sonriente, y había permanecido sin amedrentarse por el mal comportamiento de
Henry o cualquier mirada con recelo desde cualquiera de las señoritas en la sala
adulándose a sí mismas imaginando que eran los rivales de la antigua Señorita
Hayes. Pero ahora su boca apretada y ella se oyó tragar saliva. Leland siguió
mirándola con esa expresión preocupada. El peso de Henry sobre su brazo se
balanceo un momento y luego se hizo más pesado.

Ella solo esperaba que su rostro no delatara la inseguridad que esta


interrogación causo, por supuesto Elizabeth era su querido amiga sólo por
posición. Penélope apenas la había visto desde su regreso inesperado de lo que
29 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

se suponía había sido un largo exilio en un estado del oeste- la verdad, ¿que
había que decir?

"Ella está muy bien." Penélope comenzó a recuperar su compostura, y


mientras hablaba se recordó que en realidad tendría que hacer un espectáculo
de ver a Elizabeth, uno que los diarios notaran, y pronto. "Pero aún es pronto
para que ella este afuera. Después de su trauma. Usted entiende, por supuesto.“

"Por supuesto". Leland inclinó la cabeza, pareciendo casi avergonzado


por haber preguntado por una joven que había desaparecido por más de dos
meses, y que de hecho podría haber sufrido una serie de graves injusticias. Pero
antes de que fomentara la incomodidad de alguien más, sucumbió a las
llamadas de sus entusiastas compañeros conductores, y se excusó. "Por favor,
disfruten", dijo mientras se deslizaba entre la multitud.

Penélope no siguió con la vista a su anfitrión cuando se fue. Ella miró al


frente y se recordó que esto era una cosa afortunada que él no era un chismoso
y que no iba a buscar indicios de que el matrimonio de la señora de Henry
Schoonmaker o sus amistades no era lo que parecían. Por un momento ella
reflexiono sobra la manera de evitar ese error otra vez, y luego se volvió hacia
Henry.

Sus ojos oscuros estaban centrados en dirección a las grandes ventanas y


la escena de noche que ellos mantuvieron, y ellos lucían menos cristalinos que
antes. Había algo casi como claridad en su cara cuando se volvió hacia su
mujer, y cuando hablo, fue deliberadamente.

"Prométeme", dijo, encontrando su mirada, "que si alguien trae a colación


a los Hollands de nuevo me llevarás a casa".

El vestidor nuevo en el segundo piso de la mansión Schoonmaker, que


hasta hace poco sostenía la colección de Henry de las primeras ediciones sin
leer, estaba oscuro. Una vez que ella se había desnudado, Penélope despacho a
su doncella, dándole instrucciones a la niña de apagar todas menos una de las
30 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

luces antes de irse. Penélope se quedó mirando a su espejo de cuerpo entero


tríptico con el marco de cerezo pulido, y dejo descansar su cabeza hacia atrás
sobre su cuello. No fue hasta septiembre que su familia se había mudado a su
mansión de la Quinta Avenida, un evento que fue ampliamente reconocido en
la prensa como una declaración de la presencia de los Hayeses en la sociedad, y
ahora medio año más tarde ella estaba viviendo en una dirección aún mejor,
con una familia mas antigua, en una sección más establecida de la avenida.

Ella dejó su cabeza ladearse hacia atrás y hacia adelante, y mientras ella
apreciaba su reflejo pensó-como lo había pensado antes—lo perfectos que ella y
Henry lucían juntos. Ambos eran altos, ambos de pelo oscuro. Tenían las
mismas extremidades largas y la misma postura arrogante. Había momentos en
que se preguntaba si no se veían así mutuamente, si Dios en su infinita
sabiduría no los había creado por fuera de la misma materia impecable para
que ellos pudieran reconocerse entre sí cuando se conocieron. Ella no estaba
usando nada de su ropa interior, que era muy fina y que había sido hecha a
mano en Francia. Llevaba medias, y un camisero negro y nada más. Desde la
habitación de al lado pudo oír el aumento de la respiración sibilante de Henry,
y confiaba en que no estaba roncando, que no se hubiese dormido.

No llevaba ropa interior, porque la ropa interior ya había fracasado. Lo


que ella usaba ahora tenía un significado especial para ella, para ambos. Ella
había abierto la puerta usando la misma cosa que en el pasado junio, la primera
vez que invitó a Henry a la Waldorf-Astoria, donde ella y su familia habían
vivido, mientras su casa estaba siendo construida. Él no se había ido hasta la
mañana siguiente, fecha en la que ella ya se había imaginado a sí misma como
su novia.

Ella apagó la última luz, y dio un paso más allá de la pantalla cubierta de
damasco berenjena y entro en su dormitorio. Esta había sido la habitación de
Henry originalmente, pero ella había desterrado las butacas de cuero negro y
los trofeos de caza al sótano cuando se mudó a esta. Las anchas, mesas sencillas,
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por las que él apenas había protestado eran de Gran Bretaña y poseían un
significado histórico, habían sido dadas a los sirvientes. Ahora la habitación era
toda blanca, dorado y barroco, y los bordes de cada pieza de mobiliario
curvados voluptuosamente. Una cascada de bordado blanco y dorado
descendía del alto dosel en la cabecera de la cama, y debajo de él, sobre la
colcha de marfil, estaba Henry, con su sombrero y los zapatos todavía puestos.
Su sombrero ligeramente inclinado sobre sus ojos, y sus piernas cruzadas en los
tobillos.

"Henry." Penélope mantuvo su voz suave y apoyó una mano en su


cadera. Él tomó aliento y se agito lo suficiente como para desplazar el sombrero
sobre su cabeza. En un momento este se desplomó, suavemente, sobre la
alfombra de felpa blanca.

"Henry", dijo de nuevo. ¡Henry!

Él se incorporó entonces, sus ojos un poco salvajes con sorpresa. Su


cabello oscuro había sido cuidadosamente peinado a la derecha con bálsamo
antes de la noche, pero ahora estaba sobresaliendo en diferentes lugares. Él tiró
de su corbata blanca, la cual se deshizo en su mano. Por un momento, él la
miró, y ella sintió el viejo hormigueo de calor.

Ella se acercó a él, sus zapatos de tacón alto hundiéndose en la alfombra,


y se sentó en el borde de la cama. Ella se acercó y se apoderó de su corbata, y
luego suavemente la quito. Esta cayó al suelo sin hacer ruido al lado de su
sombrero, cuando dejó que sus dedos se deslizaran desde el punto de su
barbilla, bajando por su cuello y al primer botón de la camisa. Ella había
logrado desapuntar uno, cuando él se apartó de la lujosa cama, y se puso de pie
tambaleándose.

"¿Henry?"

"Buenas noches", respondió él, deteniéndose sólo para recoger su


sombrero y corbata mientras se dirigía a la habitación contigua, donde a veces
32 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

tomaba su té y al sofá de cuero negro con las pilas de almohadas Kilim en sus
esquinas.

Penélope se lanzó hacia atrás contra la cama y exhalo con vehemencia,


sintiendo en sus hombros y en todas partes-un dolor por algo que solo el mayor
desaire de su alcance. Su decepción era monstruosa y su pulso rápido, y no
podía parar los aterradores pensamientos sobre lo que podría suceder si la
noticia de como todas las noches de su corta vida de casada habían terminado
saliera a la luz.
33 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ G
Traducido por: Kiiariita

Estamos todos ansiosos por vislumbrar a Elizabeth Holland, que


últimamente regreso al reino de la vida, pero es como tratar de ver a alguien
especialmente raro de la realeza. Aunque su hermana menor anoche fue vista
fuera del baile de Leland Bouchard, la mayor Miss Holland permaneció detrás
de las puertas cerradas. ¿Tiene su madre miedo de los futuros intentos de
secuestros? ¿Ha sido arrastrada la sensibilidad delicada de la joven por la
violencia del que fue testigo en la Gran Estación Central? ¿O hay allí algún gran
secreto del cual el público está siendo protegido? Permanecemos curiosos como
siempre.

De Cité Chatter, viernes, 9 de febrero de 1900

UN FUEGO TATAREABA EN EL SALÓN DE ESTAR de los habitantes


de la casa No. 17 en Gramercy Park South, que había proporcionado refugio a
tres generaciones de la familia Holland. Fue fácil escuchar los chasquidos de
leñas en las llamas, porque los ocupantes de ese cuarto estaban
extraordinariamente tranquilos. Ellos se habían asentado en tres de varios de
algo-la-peor-para-usar sillas bergére— las cuales estaban ordenadas a través del
cuarto aparentemente en distancia aleatoria de la chimenea— después del
desayuno. Mistress Holland sentada más cerca del calor con su vestido de
crespón negro con el cuello alto y con las estrechas muñecas abotonadas; su hija
mayor, Elizabeth, se sentó no muy lejos. Un libro estaba abierto en el regazo de
la muchacha, pero no lo leyó. Snowden Cairns, quien había sido socio de
negocios del difunto Mister Edward Holland y quien últimamente a menudo se
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hizo su salvador, descansaba a su derecha. Un retrato del padre de Elizabeth


asomado por encima de la chimenea, con una expresión tal vez más escéptico
que sabio.

“Parece extraño que no hayas asistido al baile de Mister Bouchard la


noche pasada.” Mistress Holland no levantó la mirada cuando ella habló, y la
línea alrededor de su boca se tensó. Ella había estado leyendo el periódico de la
mañana con su habitual atención intensa. Diana había estado en el baile— había
regresado después de que Elizabeth se hubiera ido a la cama y aún no había
salido de su habitación-. Su tía Edith, quien había ido de su carabina, aun no
había hecho su aparición en el salón esa mañana, tampoco. “Habría sido una
velada encantadora, y tú podrías haber bailado algo. De cualquier forma, tu
hermana no puede representar a esta familia sola.”

Elizabeth levantó la mirada en llamas lentamente a su madre, quien aun


mantenía doblado el periódico en su mano. En contraste con fuego naranjado,
ella lucia casi azul en esa luz del temprano día. Elizabeth abrió su boca, aunque
no para hablar. Ella sabía que había hecho mucho daño a la mujer mayor, para
Mistress Holland, de soltera Louisa Gansevoort, había sido un árbitro social
severo antes de las series de tragedias que habían comenzado a ocurrirle a su
familia hace más de un año. Habían perdido a su patriarca y luego su dinero, y
un poco después de eso Elizabeth había seguido a su corazón— que no había
sido fácil, dada su preparación impecable como debutante— y huyó con el ex
ayuda de cámara de su padre. Cuando cerró sus ojos casi podía sentir su cara
contra la piel limpia y desnuda de Will.

“Henry Schoonmaker habría estado allí, y tú podrías haber silenciado a


todos quienes se preguntaban si tú estabas mal acerca del casamiento por el
gusto aparente de verlos solo por unos momentos,” su madre continuó.
Elizabeth puso sus manos en su regazo de su vestido blanco, con algodón
grueso con los colores azul marino vertical. El vestido era estrecho en la cintura,
pero holgado en el torso, las caderas y los brazos, envolviendo su pequeño
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cuerpo. Ella parpadeó, por esos días en el que las lágrimas nunca estaban lejos,
y silenciosamente deseó poder obedecer a su madre. Sería tan sencillo, y haría a
la mujer tan feliz. Pero Elizabeth nunca había sentido un instinto tan fuerte
como el que insistió en que se quedara en la casa, que nunca saliera, que nunca
más parecería bonita o alegre.

Fue su culpa que Will muriera, porque él había sido disparado— de


repente, en repetidas ocasiones, en un tiroteo que causó el sonido más horrendo
que jamás haya oído en esta tierra— por los hombres que pensaron que estaban
protegiéndola. No les habría importado protegerla si ellos no creían la ilusión
que ella había construido tan cuidadosamente: que era una perfecta, virginal
chica de la sociedad, de modales impecables y con vestidos lujosos, y no en lo
menos capaz de dejar Nueva York por su propia voluntad, en la búsqueda de
un cochero. Bajo sus ojos, castigándose pero en silencio.

“Quizás es demasiado pronto. Después de todo, los acontecimientos de


la víspera de Año Nueva…”

Elizabeth se giró hacia Snowden, sorprendida de oírlo hablar en contra


de Mistress Holland. Luego otra vez, él fue quien había casado a Will y
Elizabeth, unos días antes de la muerte de Will, en el cuarto al otro lado del
pasillo, donde las Hollands lo usaban para tener fiestas, cuando aun hacían
tales cosas. Oh, ser una viuda a los 18… pero Elizabeth no podía pensar de esa
manera, para su autocompasión, y tenía otras expiaciones que hacer.
Mistress Holland se inclinó hacia adelante y dejó caer el periódico en las llamas.

Solo cuando se redujo a cenizas ella dejó que sus ojos de obsidiana se
encontraran con los de Snowden.

“Quizá tienes razón.” La madre de Elizabeth habló en una manera


recortada y fue mirando a los ojos de su invitado. Ella no lo hizo, sin embargo,
presentó la frialdad completa que había sido famosa su respuesta a cualquiera
quien causaba su disgusto. Pero entonces, no podía tenerlo, incluso si ella lo
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quisiera, como Elizabeth sabía muy bien, ya que Snowden había sido muy
generoso con ellas en un momento cuando su riqueza heredada se había
reducido a nada, y sus facturas comenzaron a acumularse. “Pero no es su
voluntad que más importa, tengo miedo. Es la sociedad, y lo que todos dirán.
Lo que ya están empezando a decir. Desafortunadamente, la verdad no está de
nuestro lado, y debemos ser siempre conscientes de las apariencias.”

“Elizabeth está muy delicada ahora,” regresó sin pausa. “Lamento decir
que es bastante evidente.”

La muchacha en cuestión miró de su madre a Snowden, y vio que había


amabilidad en sus características simples. Sus ojos. Los cuales estaban muy
separados bajo las cejas gruesas, y que nunca fueron muy marrones o verdes, se
ampliaron en su dirección. Él usaba una camisa de lino blanco resistente, y un
chaleco de cuero marrón. Era su uniforme de clases. Él tenía razón, por
supuesto: Ella apenas había tenido apetito desde la muerte de Will, y tenía
problemas manteniendo dentro la comida que si comía. Se había vuelto flaca, y
se olvidó de cuidar de su cabello, el cual a menudo hoy en día tenía un aspecto
blando de no haber sido lavado.

“Y,” el continuo, “no estaría haciendo ningún favor a la familia por su


estado, o las razones para ello, de ser especulada públicamente. Si tienes miedo
de las personas diciendo que algo desfavorable sucedió a nuestra muchacha
entre el pasado octubre y diciembre, su fragilidad solo podría parecer confirmar
eso.”

La sonrisa de Elizabeth no era la que solía ser en sus días como una
debutante muy discutida, era conocida por su sinceridad radiante con cual
había saludado a sus amigos y compañeros, pero eso fue una expresión facial
que apenas podía soñar ahora. Sin embargo, trató de sonreír un poco entonces.
Él estaba haciendo los argumentos que ella podría haber hecho, si solo se
sintiera a la altura. Dejó que sus párpados delgados se cerraran por un
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momento, y luego estaba de vuelta en California. Su cuerpo estaba calentado


por el sol y cerca de Will y casi fue cegada por esa luz, que era tan clara y
directa en una manera que nunca hubiera imaginado en Nueva York, donde el
sol se ponía a las cinco en invierno y las paredes estaban todas manchadas con
la eliminación de residuos de las lámparas de aceites. Cuando abrió sus ojos,
estaba de nuevo en ese desordenado cuarto oscuro, con su revestimiento de
madera en relieve oliváceo de cuero y tallado, con el techo de madera pintado,
con sus muchas piezas de antigüedad.

La pequeña barbilla determinada de Mistress Holland tembló en la


dirección de Elizabeth. Señalo sus largos dedos sobre su frente y luego apoyo su
sien contra las puntas de los dedos. Pensó un momento, y luego pregunto,
“¿Qué sugiere usted, entonces? Que se quede siempre en casa, como un
prisionero de esta casa, ¿como si fuera un sordomudo que no puede entender el
mundo? Y luego que les diría a mis amigos, ¿quiénes una vez fueron
meramente feliz de que ella estuviera viva y ahora se preguntan con recelo de
nuestra protección con ella?” hizo una pausa y llevó su mano abajo
rápidamente hacia su regazo. “Esos amigos que he dejado,” añadió oscuro

Snowden se paro y respondió en el tono inversa. “Creo que se que


hacer.” Se movió hacia la chimenea, la luz de las llamas atrapando su cabello
sobrenaturalmente rubio, e hizo gestos con las manos en picado. “Nosotros
deberíamos tener una fiesta aquí, en casa, donde Elizabeth está más cómoda.”
Hizo una pausa pensativa. “No un baile, una comida. Tranquila, encantadora,
durante las horas del día. Podemos invitar a todas las personas que Elizabeth
solía conocer. Las damas de quien era amiga. No demasiados, pero lo suficiente
para difundir la palabra de que ella estaba bastante bien y que regresará al
mundo una vez que el invierno haya acabado y comenzara a sentirse normal
otra vez.” Él se giro hacia Elizabeth. “Porque sin duda, ¿ella se sentirá normal
para entonces?”
38 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Esos restos de una sonrisa que acaba de cruzar los labios de Elizabeth
desaparecieron ahora. Miró de Snowden hacia su madre, y vio que su plan ya
estaba en marcha en los pensamientos de esa mujer. No había nada que decir,
para Agnes Jones, y las Misses Wetmore, y sus primos Holland y Gansevoort
estaban ya bien como invitados. Llegarían en las últimas creaciones de sus
modistas, y estarían todos mirarían oblicuamente a Elizabeth para ver si sus
ropas eran mejor que las de ella. Estaba mareada con la idea de la pretensión—
todos los saludos y conversaciones superficiales en que sería forzada a
participar. Tendría que fijar un corsé y vestirse como si importara.

Un tronco en el fuego, quemado por el medio, se rompió y cayó entonces,


esparciendo las brasas en la chimenea de piedra. Snowden se movió para
acabar con ellos, y Elizabeth puso su cara en sus manos, sabiendo que estaba
mucho más lejos que unos cuantos meses fríos lejos de sentirse normal.
39 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ H
Traducido por: Paola_p

Oí que entre las parejas de las generaciones más jóvenes a veces


conservan una habitación grande para el marido y la esposa. Supongo que esto
es el sello de un inteligente uso del espacio, y después de todo, las especies
deben ser propagadas. Aun así, prefiero la manera en que hacen las cosas las
personas mayores. Dos bien puestas habitaciones, una para el marido y otra
para la esposa, un acuerdo para prevenir la revelación de tantos fastidiosos
hechos personales...”

-GUÍA VAN KAMP PARA EL MANTENIMIENTO DEL HOGAR DE


LAS DAMAS DE LA ALTA SOCIEDAD, EDICION 1899.

Las colinas eran del intenso color verde que la naturaleza les reservaba
para esas horas directamente siguientes a la fuerte lluvia, y el caballo debajo de
Henry Schoolmaker se movía tan rápidamente en el aire húmedo que él se
sentía un poco mareado con por el ritmo. Arriba, delante suyo, Diana Holland -
sus brillantes rojizos rizos medio desechos y batiendo en sus hombros – giró su
rostro mínimamente para asegurarse de que la seguía. Llevaba puesto un largo
vestido blanco que le recordaba a alguna estatua griega del Museo
Metropolitano, y su pequeño cuerpo se sacudía con el galope del enorme,
brillante animal. Bajó la vista para animar a su caballo, ya sudando por el
esfuerzo, a que fuera más rápido, y luego, levantó su rostro otra vez para verla,
sintió la áspera textura del kilim a través de sus mejillas, y recordó las
almohadas del diván en el que había dormido desde que se había convertido en
40 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

un hombre casado, y las cuales el prescriptor de Penélope, Isaac Buck, había


cogido en algún crucero a través del Darnelles.

“¡Henry!”

Por un momento, el aturdido cerebro de Henry no podía distinguir lo


que era un sueño y lo que era realidad, aunque él mantenía una conmovedora
esperanza de que la escena con las verdes colinas, la carrera de caballos, y la
Holland más joven fueran lo único que vendría en su agudo enfoque. Él bajó el
rostro, lejos de la severa voz de su padre, y sintió otra vez los rasguños de la
almohada en su suave, dorada piel. La sensación de las fibras importadas de
Turquía era innegablemente más profunda que la mayoría del aire de este lado
del país, que estaba en cada evento volviendo más rápido, y no había nada que
pudiera detenerlo.

“Henry.”

Ahora Henry retorció su entero largo cuerpo para incorporarse, y


cometió el primer error de esa mañana: abrió los ojos, un acto que le causó un
gran dolor cuando el torrente de las luces de la mañana se encontró con sus
agotadas retinas.

“Oh.” Dijo débilmente.

“Sí, hace daño, lo sé,” respondió su padre, sentándose en el diván, cerca


de su hijo. William Sackhouse Schoonmaker era un hombre de considerable
tamaño, de amplios hombros y lleno en cada manera posible, pero si lo que
pesaba más duramente en estos almohadones de cuero negro era su cuerpo o su
sarcasmo, era algo abierto a debate. Vestía un traje marrón oscuro que brillaba
casi violeta donde le daba la luz, y su cabello era de un profundo y artificial
negro. Su rostro era un estudio de bruscas facciones y de salientes conductos
sanguíneos, pero podías ver debajo de toda esa estructura ósea que las había
heredado su hijo. Tenía la apariencia, ahora y siempre, de ser un hombre rico.
“¿Pero que estás haciendo aquí?”
41 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“¿Aquí?” El tono de Henry era apagado, lo sabía, pero carecía de energía


para cambiarlo. A diferencia de su padre, aun estaba ágil, sus rasgos aun fuertes
y limpios como si hubieran sido tallados en mármol, pero por dentro se estaba
sintiendo decididamente desecho. La habitación que ocupaban estaba
adyacente a su habitación, en la ala del segundo piso que siempre había sido
suya. Cuando era un niño su institutriz dormía aquí, y cuando había finalizado
los estudios en Harvard la pasada primavera se había convertido en una especie
de estudio para él – había reclamado, sin demasiado entusiasmo, que podía
acabar sus estudios en Columbia, donde su amigo Teddy Cutting entonces era
profesor adjunto. El suelo era de parquet sumamente encerado, y el techo era
un mural representando una comida feliz en el césped de grandes y perdidas
líneas cepilladas. Su mirada se quedó allí durante un momento, y fue
sobrecogido por un pensamiento muy infantil: que él podría saltar allí y escapar
tranquilamente.

Su padre, intuyendo la esencia de su fantasía, la cortó. “Deja de pensar


como un niño, Henry”, dijo. “De acuerdo.” Henry, que aún no podía manejar
ningún tono parte del pasivo familiar, cerró los después de hablar. Sintió la
lengua como un hinchado pez que muriendo en una roca. Entonces llegó la
recolección de bebidas que había llenado la noche anterior y se hizo más
borroso y tolerable. Antes de todo – o al menos antes de la cumbre su
intoxicación – había estado Diana, a quién había intentado acercarse una y otra
vez desde su boda, sin el mínimo éxito. Había tenido sólo una momentánea
visión de ella mientras entraba en la sala de música de Leland Bouchard, pero
ella se había marchado. Se veía tan saludable y sonrosada como cualquier chica
de dieciséis años, pero con el orgulloso filo de una mujer que había sido tratada
con desdén y luego se había rehecho a sí misma, aun más gloriosa, de la
humillación.

“Ahora, ¿qué estás haciendo aquí?”


42 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Las manos de Henry fueron hacia el pecho. El recuerdo de como había


llegado a este diván está particular mañana era incompleto, y había tenido el
hábito en las mañanas como éstas (habían sido tantas) de palparse a si mismo
para asegurarse de que estaba de una pieza. Parecía que lo estaba. También
parecía que llevaba una arrugada camisa blanca de una línea italiana – la
misma, tan lejos como podía determinar, que había llevado la noche anterior – y
pantalones negros de traje. Sus pies estaban cubiertos con calcetines negros, y
sus zapatos estaban tumbados cerca de su chaleco de seda blanca en el suelo. Su
corbata estaba fuera de la vista.

“¿Dormir?”

“Evidentemente.”

Henry se puso de pie. “Fue una larga noche,” respondió, sonando – sin
exactamente esfuerzo – como si pudiera dormir durante otros cien años. Se
inclinó para recoger su chaleco, y se arrepintió inmediatamente. El rápido
movimiento causó una especie de punzante agonía alrededor de su frente. Se
levantó rápidamente, e hizo uso de de la energía que tenía para recordar como
ponerse en vertical.

El Schoonmaker mayor supuso de pie, se aclaró la garganta, y suavizó su


tono. “Henry...” Miró a su hijo, y por un momento sus pensamientos parecían
haber ido a algún lugar distante en el pasado. Se quedaron de pie allí,
incómodamente en esa habitación ornamentada y de paneles, ocupando su
lugar.

“Ha habido una promesa de desarrollo en mi búsqueda para la alcaldía.”

Henry, que un momento antes había esperado que podría escapar de la


ira de su padre, ahora sentía un terrible tirón. W. S. Schoonmaker era un
despiadado hombre de negocios, y había heredado y hecho una gran fortuna
también, pero recientemente había decidido que quería su nombre en la tierra
ascendiera a un nuevo nivel de fama y gloria, y esta era la razón por la cual
43 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

ansiaba entrar la pelea de la política. Creía que debería ser alcalde, lo que
causaba miedo y clamaba contra el despilfarro de su hijo como nunca antes e
interrumpía las excursiones de su hijo tanto como fuera posible. Su nueva
ambición le hizo aficionado a las amenazas de desheredar, y lo habían
transformado en un formidable camello de Henry Schoolmaker, el hombre
casado.

“¿Oh?” Había pocas cosas sobre las que a Henry le gustaba discutir
menos que las ambiciones políticas de su padre.

“Sí. El Partido de la Familia Progresista necesita un candidato para su


entrada de alcalde, y parece que nosotros creemos mayoritariamente en las
mismas cosas.”

“¿Qué clase de cosas?” Preguntó Henry irónicamente. No tenía el coraje,


o la fuerza mental, para señalar el obviamente absurdo prospecto. La mayoría
de la gente que votaban al Partido de la Familia Progresista también tenían la
desgracia de vivir en los bloques de pisos que pertenecen a la compañía de los
Schoomaker, donde ellos por supuesto requerían servicios como el calor y el
agua caliente y ser bajados del edificio.

“Bueno, en ciencia e innovación,” respondió su padre impacientemente.


“En el progreso de la sociedad, y en la misión de la humanidad de mejorar el
mundo mientras lo descubrimos. Y por supuesto en la fundamental felicidad da
la familia como la raison d’être de todos los hombres.”

Henry tapó su risa con su puño y miró hacia la ventana. No había


disimulado su opinión sobre las palabras de su padre suficientemente bien, de
todos modos – podría decir por la amenaza del hombre mayor detrás de él.

“Supongo que dudas de mi dedicación a la familia.” El tono de su padre


cambio de repente por completo y estaba ahora lleno de ira. “Bueno, no sabes
nada.”
44 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Se muy bien...” empezó Henry, pero vaciló. No estaba ni siquiera


seguro de lo que quería decir. “Cállate, Henry. No importa, de todos modos, lo
que tu pienses de mí o lo que yo piense de ti. Importa lo que la gente de esta
gran ciudad vea en ambos. ¿Ven ellos una familia de louche, despreocupados
individualmente, o un decidido hombre de negocios con esposa y niños que
criar?”

“No tengo hijos,” dijo Henrry. Parecía para él, en este momento, como un
verdadero golpe de suerte. Su incomodidad física estaba llegando en ondas
ahora, y por un momento la marea parecía disminuir mientras pensaba en una
manera crucial en la que el podía ser aun libre.

“No.” Su padre se rió cruelmente. “Y no los vas a conseguir durmiendo


en un diván. Me han preguntado sobre el tema, y dicen que te despiertas aquí
cada mañana. ¿Puede ser que tu no hayas…?

“No.” Henry miró a su padre, y vio una horrible mezcolanza de


diversión, cólera y desconfianza en su rostro. Los dos hombres se miraron entre
si por un largo rato, cuyos monólogos iban, sin ser pronunciados a través de sus
facciones.

“Bueno,” soltó el mayor de los Schoonmaker, con un tono más pacífico


que el de unos segundos antes dio a entender, “tendrás que dejar de
comportarte como un tonto niño. Quiero nietos antes de las elecciones. Eso será
en noviembre de 1901, Henry, por lo que tiene mucho tiempo. Un niño estaría
bien. Un grande y saludable niño, para abrazar delante de la multitud.
Inténtalo.”

“Papá, realmente no creo...”

“¿Os estoy interrumpiendo?” Los dos hombres Schoonmakers miraron a


cada lado, a la puerta que unía el dormitorio adjunto y el estudio. Penélope
estaba de pie allí, completamente vestida con una ajustada falda azul y blanca
de tartán y una camisa de gasa crema con un alto, collar de wallebone. Su
45 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

oscuro cabello se alzaba, sedoso y brillante, desde su suave frente. El falso


interés de su rostro se disolvía en una ingrata sonrisa, y luego inclinó la cabeza.
“Buenos días, Sr. Schoonmaker.”

“Buenos días, Penélope.”

“Siento interrumpir,” dijo ella como la chica dulce que ciertamente no


era, “Pero acabo de recibir una invitación de la familia Holland, para una
comida este domingo. Deberíamos ir, por el bien de la querida señora Elizabeth,
y mostrarle que no hay ninguna disconformidad entre nosotros. Ella verá, por
supuesto, que siempre hemos sido la combinación perfecta, y que la queremos
menos por haber tomado mi lugar hace poco...”

Un seco “no” estaba preparado en la lengua de Henry, como siempre


cuando conversaba con su esposa, y no sabía si estaba más disgustado por el
modo en que su padre y Penélope se sonreían entre sí o por la idea de aparecer
en la casa de los Holland como un hombre casado. Había explicado sus acciones
con cada concebible combinación de palabras, pero aun no había recibido
ningún tipo de indicio de que Diana había leído sus cartas. Pero seguía
escribiéndole porque no sabía que más podía hacer, lo que era la misma
motivación que le indicaba como mantener su cabeza ahora. “Teddy y yo
hemos planeado un viaje a Palm Beach, para escapar de este maldito frío e ir a
pescar. Marcharemos el martes, y tengo un precioso pequeño tiempo para los
eventos sociales antes de eso...”

“No sabía que te ibas a ir a Palm Beach,” fue la tajante respuesta de


Penélope.

“Fue un impulso de repente.” Respondió sin convicción. Henry sabía que


Penélope iba a darle una mirada acusadora, pero no podía soportar encontrarse
con sus ojos. “Por lo que aun hay mucho que hay que hacer...” Farfulló a su
regazo.
46 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“En ese caso,” soltó Penélope con una mano firme en la cadera,
“arreglaré tu equipaje y las cosas para el viaje, reservaré los pasajes yo mi
misma para que pueda estar todo para ti en Palm Beach.”

Henry no estaba seguro de que clase de expresión su rostro tomó justo en


ese momento, pero Penélope le devolvió una de triunfante satisfacción.

“Traeré a un viejo amigo para acompañarme,” concluyó, al menos para si


misma.

“Bien,” su padre soltó su padre, sellando el asunto.

“De acuerdo.” Henry intentó sonreír un poco a ambos. Podía decir que
su padre quería hablar de la necesidad de hacer una familia de saludables bebés
Schoonmaker — una idea tan extraña y mala que Henry no podía empezar
mentalmente a acercarse su estado actual. Sabía que sería un hombre mayor en
algún momento, pero no ahora. No con Penélope aquí, todo hecho tan
hermosamente sin astucia, cosseted chica de su clase. Decoro, eso era bueno
después de todo, Henry reflexionó con un amargo humor, mientras rozaba a su
esposa al pasar yendo hacia la habitación para tener unas pocas horas de
apropiado descanso.
47 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ•àâÄÉ I
Traducido por: Cloudss
Carolina:

¿Almuerzo en Holanda esta tarde? ¿No sería esto la diversión si tu resaltaras y


recordaras a Elizabeth cuán lejos de ella te has elevado? Vendré en el carro en el
mediodía.

Sr. Penélope Schoonmaker.

— "Oh, viejos queridos diecisiete." — Carolina Broad suspiró, su voz se


sacudió por una nostalgia del todo falsa, como Phaeton cubiertos de Penélope
Schoonmaker llegó a un punto en el lado sur de Gramercy Park.

Cuando la nota de Penélope había llegado esa mañana, preguntándole si


ella quería venir a un almuerzo, el domingo en Holanda, su primera reacción
había sido una especie de pánico. Primero recordó aquellos simples vestidos
negros de lino que tenía que usar, donde ni siquiera el blanco más digno del
cuello de los uniformes que las criadas de la casa del Hayeses llevaban, y del
brutal trato que había sido dado a la piel de sus manos durante su estancia allí.
Pero entonces ella había mirado en el armario todos los vestidos y joyas, todos
los zapatos y los guantes y pequeñas chaquetas que había adquirido como la
amiga especial del Sr. Longhorn, y había pensado en la pobreza de Holanda –la
cual ellos se las habían arreglado para mantener en secreto durante tanto
tiempo, pero que inevitablemente se había convertido en algo conocido- y se
había tranquilizado a sí misma pensando que ahora era su tiempo, y que las
mujeres de Holanda debieron hacerse para verlo.
48 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

— "Me pregunto por qué ellos te quieren aquí." — se preguntó en voz


alta, dándose cuenta sólo después de que ella había hablado de que esta
cuestión puede parecer cruel.

Penélope, si la había encontrado así, no parecía herida.

— "Oh, me necesitan mucho más de lo que yo les necesito." — respondió


ella alegremente mientras comprobaba su rostro de marfil tallado en su espejo
compacto.

Más allá de su perfil, enmarcado en la ventanilla del coche, estaban los


árboles del parque, que se habían convertido en troncos desnudos y sin hojas,
desde que Carolina los había visto por última vez.

— "Sin duda, la anciana señora Holanda sabe ahora que estoy al tanto de
pequeño secreto sucio de Isabel, y de todos modos, nadie en la sociedad le gusta
una ex novia despechada. No es un papel codiciado. Lo que más espero con
interés es la forma en la que reaccionaran viéndote aquí.”

Carolina puso su mano sobre la puerta afilada de bronce del Phaeton y


parpadeó hacia la casa donde una vez había estado su cabeza. Más bien le
pareció bastante estrecho ahora, y casi severo, con su fachada de piedra rojiza.
La reja de hierro del porche parecía clavada en el último momento, y las
ventanas en línea recta hacia arriba y abajo miraban obtusamente a la calle. La
vida que ella había vivido allí se sentía a distancia para ella, como una horrible
historia que le habían dicho una vez, o una pesadilla que había sido arrancada
de repente. Pensó brevemente en Will -quien había sido tan bueno, un hermoso
niño, y cómo él había cometido el error de amar a la alta y poderosa Elizabeth
Holanda. Fue un error por el que había muerto. Esa fue una triste dirección, sin
embargo, Carolina le dio la vuelta en torno a sus pensamientos cuando el
conductor de Penélope abrió la pequeña puerta y la ayudó a bajar de la acera.

Ella tomó un gran aliento codicioso de aire y miró hacia Penélope, que
siempre sabía qué hacer. Ellas entrelazaron sus brazos, cosa que Penélope sólo
hacía con ella en público. Ella tenía que hacerlo. Era su acuerdo para parecer
49 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

amigas, eso era lo que había negociado Penélope para mantener el silencio
sobre aquel secreto de Diana Holanda haciendo cosas poco elegantes con
Henry, en su propio dormitorio, una noche de diciembre, después de que su
compromiso con Elizabeth había terminado, pero antes de que su compromiso
con Penélope hubiera comenzado todavía. Luego subieron los escalones de
piedra, mientras el largo de la falda, color gris de Carolina, iba rozando contra
el plegado negro de Penélope.

La puerta se abrió, y una mujer joven con el cabello color cobre


cuidadosamente peinado les dio la bienvenida. Los planos de su rostro eran
amplios y limpios, como el de Carolina, con la excepción de que el de ella
estaba oscurecido con un puñado de pecas, incluso en medio del frío de
Febrero. La sonrisa de bienvenida de la joven desapareció, y sin decir nada, se
detuvo en el vestíbulo oscuro y estrecho.

— "La señora Penélope Schoonmaker y la señorita Carolina Broad." —


Penélope indicó cómo le gustaría ser anunciada mientras se quitaba su
sombrero adornado con pequeños pájaros negro. — "El Sr. Schoonmaker se
está preparando para un viaje y no será capaz de unirse a nosotros. La Srta.
Broad vino en su lugar. Ella es una amiga mía."

Carolina también se quitó el sombrero, que era una cosa de estilo


libertino, y se lo entregó a la criada con un guiño. La criada era bien conocida
por ella. Ella era, de hecho, su hermana, Claire Broud, a quien le encantaba oír
historias de gente bonita y sus obras, pero era demasiado bueno y tímido a
unirse a ella misma. No así la más joven Broud, ahora Broad, ya que un error en
una columna de la sociedad había anunciado su presencia en la elite de Nueva
York y siempre la re-bautizó. Las hermanas se veían siempre que fuera posible,
aunque a menudo era difícil para Carolina, con todos sus nuevos amigos, y
todavía se entendían la una a la otra lo suficiente para que Claire pudiera, con
unos cuantos movimientos de las pestañas, para que su hermana menor supiera
que intentaría en todo lo posible actuar con normalidad.
50 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Cuando Carolina entró, no podía dejar de pensar en cómo de escasas y


raspadas estaban las habitaciones aquí. Las escaleras al final del vestíbulo te
trasladaban directamente a la segunda planta sin ningún tipo de cola o
pretensiones de bucles, y las imágenes que decoraban la pared en la subida, no
eran realmente tan finas como aquellas que los Holanda se habían visto
obligados a vender en el pasado otoño, para obtener dinero en efectivo.

Su mirada se desvió a su izquierda, en la sala menor, que no había sido


de mucho uso cuando ella estuvo en el pasado en la casa, pero ahora con mesas
cubiertas de damasco blanco, coronadas de plata, tazas de amor llena de bayas
rojas y punteadas ramas. Hubo un tiempo donde ella habría cocido las telas y
organizado las copas, estaba pensando, cuando sus reflexiones fueron
interrumpidas por una voz temible y familiar. Ambas hermanas Broud se
congelaron.

— "Penélope." — dijo la señora Holanda, cuando entró en el vestíbulo,


por la parte trasera de la casa. Vestía todo de negro, y su oscuro, blanco pelo
teñido, arreglado sin la cubierta de tapa de una viuda, como lo había sido
durante la mayor parte del año anterior.

La anfitriona se acercó a las mujeres más jóvenes y se detuvo. Si ella


sonreía, era sólo un destello en la esquina de su boca. Sacó el intermedio del
tiempo suficiente para que incluso Penélope pareciera un poco confundida, y
entonces otorgo un simple "Felicidades", sobre el antiguo amigo de su hija.

— "¿Y tú eres?". — preguntó, girando la barbilla en cúspide a la chica del


vestido color gris y las pieles.

Por un momento, todos los nervios de Carolina reventaron. Entonces


ella encontró los ojos de la señora Holanda, oscuros como una piscina en un
bosque, y se dio cuenta de que no había la más mínima nube de
reconocimiento. Aquellos eran ojos tan en blanco y tan imperiosos, que
Carolina se preguntó cómo había tenido el coraje de enfrentarlos antes, y un
segundo después se dio cuenta de que nunca tuvo que necesitarlo.
51 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Su patrón anterior nunca la había mirado tanto a la cara, incluso cuando


emitía miles de órdenes y ella las acataba, pero ahora la indiferencia artística era
de tal manera que Carolina se preguntó, en pocas palabras, si es que ella
realmente se había elevado de su lugar en la casa de Holanda en absoluto.

— "Esta es la señorita Carolina Broad." — Penélope pareció no haberse


dado cuenta o preocupado de una confrontación con la dueña de la casa que no
se había materializado, y ya estaba buscando en el salón menor, para ver quién
más estaba allí. Añadiendo luego una explicación bastante superficial:

— "Ella es nueva en la ciudad, pero ya es amada."

— "Es un gran placer estar entre sus invitados." — Carolina atinó a decir
a través de su decepción. Fue sólo después de la oportunidad que había pasado,
que se dio cuenta de lo mucho que quería ser reconocida, que ella de hecho
había estado cuidando el deseo de la señora Holanda de reconocer su esplendor
naciente y el temblor hasta dónde había llegado.

Claire, quien debe haber estado petrificada por el miedo durante este
cambio, le dio a su hermana una mirada de advertencia y se retiró hacia el
armario debajo de la escalera, cargada de mucha parafernalia fría meteorológica
de los dos nuevos invitados.

Penélope se había trasladado, junto con la Sra. Holanda, a la entrada de


caoba enmarcada, donde las personas cuyas horas de vigilia eran ocupadas por
cada una de las actividades de ocio, después de otra deliciosa tarde, llenó la
habitación.

— "Ya ves, hemos restaurado algunas de las pinturas antiguas, y


terminado con esas piezas, que realmente no son el estilo más..." — la señora
Holanda estaba diciendo.

Detrás de ella en el vestíbulo, donde el proyecto era más escalofriante,


Carolina se detuvo con torpeza. Ella estaba al tanto de cada pelo en la parte
posterior de su cuello, ya que a menudo era cuando sufría de la condición de no
saber muy bien dónde se suponía que debía estar, o bien cómo se suponía que
52 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

debía estar. Su hermana había desaparecido, y estaba, sin duda, deseando que
ella hubiera nacido una sola hija para que al menos pudiera depender de un
empleo estable. Ya la conexión de Carolina a este evento había entrado en la
habitación contigua, dejando detrás de ella una necesidad asfixiante de atención
y aprobación. Dio un paso adelante, pero falló. De repente, su entorno había
dejado de parecer tan pequeño y pobre.

— "Lina".

El nombre era como un viejo vestido, poco apropiado, que rasguña la


piel incluso cuando uno trata de pasarlo. El sonido era humilde y sencillo. Era
su propio nombre, Carolina lo sabía, o al menos como había sido llamada con
más frecuencia en sus diecisiete años. Pero no le dio el placer el escucharlo en
voz alta. En cambio, trajo el calor hacia sus mejillas, el mismo calor que la
presencia del orador utilizaba para provocar. Volvió los ojos, ahora de color
verde intenso en contra del enrojecimiento de la piel, y vio a Elizabeth, viva
después de todo, y no tan hermosa como ella solía ser.

— "Hola.”

Aunque ella no tenía la intención de un tono u otro, el sonido de esa


palabra quedó en el aire con cierta satisfacción. La última vez que había visto a
Elizabeth, había derramado té caliente en toda su falda blanca, un acto que
rápidamente le había causado ser despedida.

La cara de su ex amante era flaca ahora, y con pelo de rubio, el cual


Carolina había arreglado, era fibroso y estaba recogido en un moño, poco
agraciado. No había nada que indicara que alguno de los meses transcurridos
había suavizado a Elizabeth, a la niña que había atado corsés.

— "¿Qué estás haciendo aquí?". — Elizabeth preguntó mientras se


acercaba. Su voz y sus movimientos carecían de energía, pero eso no impedía la
hostilidad, que fue evidente en todo, pero especialmente en sus ojos, que eran
como dardos marrones.
53 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

— "Yo podría hacerle esa misma pregunta. Pensé que se había ahogado.”
— Carolina cambió a una postura cockier, de repente ella sabía
exactamente como ponerse de pie. Su chaqueta elegante, que estaba
encajada en su cintura y que le hinchaba elegantemente los hombros,
estaba evidentemente hecha por una modista especializada, y era de tela
extravagantemente cara.

Ella se acercó a Elizabeth y continuó en voz baja, señaló:

— "¿O era sólo una historia para encubrir tus intenciones con respecto a
un niño que solía trabajar en un establo?".

Elizabeth se encogió un poco con esto, y sus ojos filmados sobre las
lágrimas, como si pudiera seguir.

— “¡Oh, no!”. — Carolina rizó su labio superior hacia atrás y sostuvo la


mirada fija en su antigua amante. — "Una vez lo ame también, ¿o se le olvido
mientras estaba tan ocupada sintiendo lástima por si misma?".

— "Él era mi marido." — la voz de Elizabeth estaba dudando las


palabras, y cuando acabó de hablar, apretó los labios con firmeza, como si
estuviera tratando de contener cierta violencia de la emoción.

La chica que se habría sentido celosa, devastada, o algo como aquello


por estas noticias, se había ido. Si Elizabeth quería perder el control, era su
decisión, Carolina ya había pasado tales errores. Ella levantó la barbilla
ligeramente y permitió al sentido de su propio valor irradiarse a través de su
clavícula, y abajo en la punta de los dedos. Arqueó una espesa ceja, con
propósito lento, y permitió que el status quo se alargara unos pocos segundos.

— "No me gustaría que esto saliera". — Elizabeth cerró sus ojos. — "No
quieres decir que…"

— "Probablemente no." — Carolina soltó una carcajada despreocupada.


— "Pero entonces, estoy terriblemente sedienta, y yo tenía la impresión
de que estaba asistiendo a un almuerzo".
54 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Los ojos marrones, bajo las cejas de Elizabeth, se abrieron de nuevo. Ella
miró a Carolina con una mayor vulnerabilidad que la de antes, que era bastante
notable, considerando que las dos se conocían casi desde su nacimiento, y
habían sido amigas desde niñas.

— "Por supuesto", — dijo en un tono nuevo. Era el sonido de la debilidad


fingiendo fuerza, pero ninguna de las partes se dejo engañar acerca de lo que
acababa de ocurrir. Carolina ya no era la subordinada de Elizabeth, y ella tenía
un chisme sobre ella una vez más.

— “¿No vas a entrar? ¿Quizás te gustaría sentarte conmigo, en mi mesa,


en la que puedo estar segura de que vas a encontrar lo mejor de todo? ".

Carolina, que podía oír la tensión en la voz de Elizabeth, levantó el brazo


y esperó a que la otra muchacha lo tomara antes de cabecear en asentimiento.

— “Eso sería perfectamente encantador” — dijo ella, su sangre


bombeaba triunfalmente al entrar en la sala de fiesta.

Estaba lleno de adinerados clientes y pulidas y brillantes bandejas


cargadas de alimentos ricos y aromáticos, los cuales ella podría haber llevado
desde la cocina, pero que ahora le permitían que se presentaran a su izquierda,
de modo que ella pudiera tomar cualquier que le pidiera su antojo.
55 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ J
Traducido por: Kiiariita

He oído de una fuente especial que una comida será celebrada hoy en la
casa de las Hollands, y que Penélope Schoonmaker está entre los invitados. En
la sociedad siempre habrá fanáticos de bajo entretenimiento que esperan una
pelea entre las damas, y de ese elemento predecible se ha estado hablando de
una disputa entre miss Elizabeth Holland y la ex Miss Hayes, desde que ambas
chicas fueron en un momento la prometida de Mr. Schoonmaker. Parece ser que
se sentirán decepcionados, si las damas se unen cordialmente como todo esto,
es la primera reunión social que las Hollands serán anfitrionas desde la muerte
de Mr. Edward Holland, hace más de un año...

De la columna “Lúdico Galante” de Nueva York Imperial, domingo, 11


de febrero de 1900.

Diana Holland bajo a la comida de su madre un poco tarde pero


plenamente preparada para escuchar todo acerca de las tribulaciones
románticas de Eleanor Wetmore. Se había puesto de acuerdo con Claire y había
cambiado su tarjeta de lugar de modo que se sentara al lado de Eleanor, lo
mejor para extraer información de esa chica, y también convenientemente para
así no sentarse demasiado cerca de Penélope. Llevaba un vestido de algodón
grueso con un lazo rojo y blanco estampado en él y un cuello que se elevada
solo un pulgada sobre su clavícula; su cabeza de rizos enmarcaba su cara
arquitectura natural. Llego al primer piso con un paso descuidado, pero aún se
encontraba sorprendida, su boca de ciruela se abrió ligeramente, cuando vio a la
figura en el otro lado de la puerta de cristal delantera.
56 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

En el momento que el pensamiento consciente volvió a ella ya había


cruzado hacia la entrada y colocado la palma de su mano con el cristal. Era
como si ella fuera tirada hacia allí por una fuerza magnética. Cerró sus ojos,
porque sabía que habían tomado el grande, anhelo de una niña. Cuando los
abrió otra vez, brillaron con una calidad más difícil. Henry, sin embargo, no se
había ido, y entonces en unos segundos ella giró la perilla.

“¿Qué estás haciendo aquí?” Mantuvo su voz baja y hostil, y su cuerpo


parcialmente ocultado por la puerta.

“Creo que fui invitado.” Allí estaba ese tono jocoso, de derecho que le
había servido tan bien en sus 20 años. Él debería saber que fue un error, porque
cerró sus oscuros ojos y sacudió su atractiva cabeza. Ella estaba sorprendida de
lo hermosa que era esa cara para ella ahora, cuando miro directamente a ello a
una corta distancia. Había pasado mucho tiempo desde que ella había estado
tan cerca de él.

“Supongo que estas aquí para ver a tu esposa,” bromeo, casi lo justo para
distraerse de la línea de su mandíbula. “Ella está aquí.”

“No...” Henry dejo de sacudir la cabeza. Un momento después dejo que


su mirada —tan tentativa, tan llena de deseo— se encontrara con la de Diana.

“No.”

“¿No qué?” ella relajo su agarre de la puerta y la dejo abrirse unos


centímetros más. El parque estaba bastante tranquilo detrás de ellos, las ramas
desnudas de los arboles llegando con avidez hacia el cielo blanco. Todos los
cocheros mantenían su nariz en sus periódicos y cuidadosamente ignoraban a
las dos personas en el porche.

“No, no he venido a ver a mi esposa.” Hizo una pausa y presiono sus


dedos en el lugar de su frente, justo entre sus cejas. “No pensaba venir en
absoluto. Pero luego, la idea de estar en el mismo cuarto que tú… lo siento.
57 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Sueno como un imbécil. No había previsto que realmente sería capaz de


hablar contigo, así, tan cerca. Tú probablemente te vayas en cualquier momento
ahora y no habré dicho nada de lo que quiero decirte y… oh, Dios.”

Su corazón, la cosa dañada, había empezado a acelerarse, y ella solo


esperaba que la rápida agitación de su pecho no fuera visible bajo su corpiño
ajustado. Sabía que debería hacer lo que Henry esperaba que hiciera y alejarse.
Entonces el tocaría el timbre, y Claire podría mostrase más formal. Pero en vez
de eso ella salió fuera al porche y dejo que la puerta se cerrara parcialmente
detrás de ella. “¿Qué es lo que quieres decir?”

Henry se quito su sombrero y lo sostuvo pensativo entre sus manos.


“Bueno, es como lo que dije en mis cartas…” sus palabras estaban rotas, como si
estuviera teniendo problemas para respirar. “¿No has leído mis cartas?”

Por un momento, todas las emociones de Diana habían estado bajo


asedio, pero eso ahora fue sustituido por una irritación simple, a fuego lento.
“No” dijo ella. Comenzó a notar el aire frio. “Las queme.”

Henry dejo salir un suspiro y un sonido aproximadamente como “Oh.”


Miró a Diana por un largo momento, y mientras ella reconocía una gran
emoción en su cara, no podía estar segura si era por lo que él le había hecho a
ella o lastima por lo que él había perdido.

“Henry,” dijo ella después de un rato. Estaba tratando de sonar ruda e


impaciente, pero sabía que el deseo vulnerable de ser cortejada todavía
rebosaba en su tono. “Ellos estarán preguntándose donde estoy.”

Henry miro a su izquierda, donde estaba la ventana del salón, y se acerco


un paso para asegurarse que estaba fuera de vista. Ella noto el aparato de su
garganta trabajando bajo la piel suave, que su ayuda de cámara sin duda lo
había afeitado hace una o dos horas atrás. “Si pudiera tener solo un minuto más
de su tiempo. Miss Diana.”
58 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Ella miro a su espalda, como si toda la multitud de curiosos se hubieran


reunido, pero no había nadie en el vestíbulo. “Está bien” dijo ella.

“No amo a Penélope, nunca lo hice.” Por primera vez durante su


interacción, su cuerpo estaba completamente quieto. Ni siquiera sus ojos
parpadearon. “Nunca hubo una vez que realmente pensara que me casaría con
ella, y cuando lo hice fue todo para protegerte a ti.”

Las manos de Diana se movieron involuntariamente sobre su pecho. El


frio estaba en sus orejas ahora, pero ella nunca vio la cara de Henry tan
sincera… sintió un poco de calor notando eso.

“Ella se entero sobre esa noche… en tu cuarto… y lo que ocurrió entre tú


y yo. Me dijo que si no me casaba con ella te expondría. Trate de explicártelo
todo…” se calló, quizás dándose cuenta que nada de eso importaba ahora. “Tú
fuiste todo lo que pensé en toda la ceremonia, y desde entonces. Protegiéndote
a ti y tu buen nombre.”

El buen nombre de Diana nunca había parecido tan inútil para ella. Ella
apretó las puntas de los dedos en la áspera puerta, y preguntándose si él quería
que ella le agradeciera. Muchas cosas han cambiado en ella cuestión de
minutos, pero no había comenzado a sentirse agradecida.

“Mis cartas eran para explicarte todo, y para decirte lo mucho que lo
siento que eso fue lo que sucedió.” Henry giro el sombrero en sus manos pero
siguió mirando a Diana de una manera que le hizo querer meterse en sus brazos
y quedarse allí para siempre. Estaba sorprendida de sí misma, y un poco
enojada, por seguir teniendo sentimientos como ese. “No la amo, Di.”

Ella cerró sus ojos y arrugo su frente. ”Tú claramente tienes a todo
Nueva York engañado,” dijo ella, bastante poco convincente.

“Ni siquiera voy a la cama con ella.”


59 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Ella abrió los ojos entonces, las pestañas gruesas revoloteando detrás de
su iris marrón. “¿Nunca?” susurro.

Henry sacudió su cabeza y la miro. “¿Cómo podría, si eres tú a la que


quiero?”

Era como si hubiera sido empujada, a través de la brisa, sobre el


columpio de un niño. Sus labios se separaron, y miles de pensamientos
clamaban por la articulación de su lengua. Se preguntaba si quizás Henry la
besaría, con la suficiente rapidez para que nadie lo notara, pero entonces el
momento se rompió.

“¿Diana?” una voz la llamo desde el vestíbulo.

Su mente se precipito con miedo y trago saliva antes de girarse para ver a
su hermana más allá de la puerta. “Oh, Liz. Solo estaba…” Sus ojos
parpadearon entre el hombre del abrigo negro y los ojos cansados de Elizabeth.

“Míster Schoonmaker está aquí”

“Bueno.” El rostro pálido de Elizabeth con forma de corazón estaba


enmarcado por la puerta entreabierta. “Estamos todos esperando por ti. Hazlo
pasar, y toma su abrigo, por amor a Dios.”

Le dio a Henry una mirada seria, y luego se giro, dejando a su hermana


sola con él una vez más. Un silencio siguió, y finalmente Diana pregunto,

“¿Entraras?”

“No…” las ceja oscuras de Henry se juntaron. “No creo que pueda
soportarlo.”

Ella asintió.

“Me voy el martes. Teddy y yo vamos a hacer algo de pesca. Diles que
fui llamado para coger mi equipaje y los planes en orden. Si ellos me vieron. Y
60 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

si no, no menciones mi llegada aquí para nada.” Hizo una pausa y volvió a
ponerse su sombrero en la cabeza. “Penélope se invito a sí misma, por supuesto,
y ahora planea invitar a Elizabeth. Creo que ella quiere crear la ilusión de que
ellas siguen siendo amigas.” Henry estaba balbuceando ahora, diciendo
palabras que involucraban su partida incluso mientras se quedaba. El bajo unos
pasos, mirando a sus brillantes zapatos de vestir, y luego miro a Diana.

“¿Quieres venir?”

“¿Dónde?”

“A Florida.”

“¿A Florida?” Ella miro nerviosamente sobre su hombro. “¿Pero cómo


voy a…?”

Luego él le sonrió, y por un momento el mal clima se rompió. Ella sintió


aquella vieja ligereza vertiginosa, como si fuera capaz de cualquier cosa… era la
sensación que él solía darle, solo por estar en su entorno general. “Eres muy
lista, y estoy seguro que encontraras una manera.”

El levantó y bajó el ala de su sombrero, antes de girarse y caminar


rápidamente a su carruaje. Ella aparto los rizos de su cara y trato de sentir un
poco de calma, pero toda su fría distancia la había dejado. Cuando finalmente
regreso a la reunión de su familia, todo su cuerpo estaba a una temperatura
totalmente diferente.
61 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ K
Traducido por: Cloudss

El aliado más natural de una joven es su hermana, aunque a veces


nuestros propios familiares son inescrutables para nosotros como un opuesto.

—MAEVE DE JONG, EL AMOR Y OTRAS LOCURAS DE LAS


GRANDES FAMILIAS DEL VIEJO NUEVA YORK

LOS PLATOS de TIMBALES de pollo estando a medio comer fueron


retirados de el lado derecho de los invitados de la familia Holland, para ser
remplazados—Elizabeth sabía muy bien, porque había supervisado el menú—
de filete de ternera con espárragos. También había organizado las copas de de
amistad de plata con ramas de invierno de colores brillantes, cuidadosamente
apuntó los nombres de sus invitados en las tarjetas de invitación, y ayudó a
Claire con el ahumado de los antiguos manteles de damasco. El dinero que
Snowden les había dado-que era un parte de su padre de un reclamo que ellos
tenían de propiedad conjunta en el Klondike, o eso había insistido-les había
permitido contratar a un nuevo cocinero para la ocasión. Elizabeth se había
puesto el vestido de la elección de su madre, un azul marino iridiscente con
pequeños botones que acercaban la tela para destacar la esbeltez de su cuello y
muñecas, pero no de su torso o sus brazos, y ella se las había arreglado para
satisfacer a sus invitados con algo así como la acogida cordial esperada de una
de las hijas mayores de las antiguas familias holandesas.
62 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Pero ella había cometido un error fatal. Era el tipo de error que la chica
que solía ser— el pensamiento de la gente cuando ellos pronunciaban esos
nombres,

"Elizabeth" y "Holanda", secuencialmente, nunca lo hubiera hecho. Había


permitido a un sentimiento feo (ira, marcada con una tristeza inextinguible),
crecer en ella en público. Ella había revelado demasiado a una desagradecida
chica que la odiaba, y que en cualquier caso, ya sabía lo suficiente como para
colgarla. Elizabeth sonrió débilmente en la dirección de Lina, con la esperanza
de que Lina no fuera tan irracional y vengativa, como a veces parecía, y le
preguntó si estaba disfrutando de la comida.

"Por qué, sí."

Lina sonrió con placer descarado a la chica que había servido desde la
infancia. Una pequeña cantidad de grasa estaba emborronada contra su labio, la
cual ella no se había tomado la molestia de borrar con su servilleta, y esta se
reflejaba en la luz de la tarde. Al otro lado de la habitación, los huéspedes
estaban charlando en un tono amable y disfrutando de la hospitalidad Holand
sin ser tan torpes como para notar que inusual artículo este había sido
últimamente. El salón más pequeño lucia muy bien— este una vez había sido la
sala donde ellos exhibían sus pinturas pasadas de moda, pero todas estas
habían sido removidas junto con las telarañas que se habían acumulado sobre
las molduras de la imagen. También fue la sala en la que Isabel se había casado.
En la mesa de la anfitriona, Penélope continuó como si ella hubiera sido una
visita semanal en la casa con todo de memoria reciente. La Sra. Holland ocupó
la silla enfrente de su hija, y escuchó a sus invitados con estudiada aceptación.
Al parecer, había olvidado que ella una vez había escogido al esposo de
Penélope como el novio de su propia hija, y tal vez más extraño-no reconoció a
la señorita Broad como su ex empleada.

"Qué bueno es tener una comida hecha en casa después de tantos meses
de comer comida de hotel," Lina estaba diciendo. Hizo una pausa y se volvió
63 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

hacia la señora Holland descaradamente. "Yo vivo en New Netherland, ya


sabes."

"Yo no sabía." la señora Holland tomó un sorbo de agua Apolinar y


evaluó a la recién llegada.

Tal vez se pregunto por qué, en una habitación de treinta y seis personas
de alta cuna, esta chica de fuera de oeste que disfrutaba de una fortuna no
celebrada por la historia, debería estar sentada en su mesa, pero no delato
cualesquiera pensamientos. Por lo menos no de manera abierta. "Recuerdo
cuando este ascendió, y cuan estrafalario todos pensamos que era. ¡Y ahora las
encantadoras niñas como usted viven allí! esto le muestra cuán poco todos
conocíamos entonces ".

"Cuan odiosa me pareció la vida de hotel," Penélope suspiró.

Elizabeth miró a su vieja amiga y dejo que sus párpados golpearan


ligeramente de un lado a otro varias veces. Ellas habían sido excepcionalmente
cercanas durante el año y medio que Penélope había vivido en el Waldorf, e
incluso después de que Elizabeth había partido por la última temporada en
París ella había recibido cartas a rebosar de relatos de todas las cosas
maravillosas para ser vistas y tocadas y probadas allí.

Elizabeth recordaba claramente sentirse avergonzada por esas


descripciones cándidamente exuberantes.

Fue durante ese período, que Elizabeth comprendió más tarde, que
Penélope había fijado sus ambiciones en Henry Schoonmaker, el cual fue uno
de los motivos de que eventualmente se enfrento con su amiga.

"El servicio es mucho mejor en la propia casa, donde uno puede controlar
las cosas", añadió.

"¿Ya no te quedas en los hoteles?" Lina preguntó. Su voz era lacónica y


seria, y
64 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Elizabeth se dio cuenta de que estaba preguntando por curiosidad


verdadera y tal vez como una señal para su comportamiento futuro. Hizo que
Elizabeth se compadeciera de ella un poco, a pesar de la escena anterior, porque
ella estaba obviamente tratando tan duro de parecer fina e inusual, y sin
embargo estaba de alguna manera u otra a la sombra de Penélope, cuyo dinero
se consideraba todavía bastante nuevo.

"Por supuesto, cuando viajo, pero sólo si tengo que hacerlo," la señora
regresó. Apretó los voluptuosos labios y le dio a su nueva amiga una mirada
certera. "Por ejemplo, cuando estoy en Newport, mi familia tiene una casa de
campo para la temporada, y cuando estoy en París, me quedo en el apartamento
de los Campos. Pero tengo muchas ganas de una próxima estancia en un hotel-"

"La señora Schoonmaker, ¿está haciendo un viaje? "la señora Holland le


preguntó. Su hija, que conocía a cada uno de los tonos de la señora, detectó una
tensa cortesía en la cuestión, aunque los invitados en las mesas vecinas habrían
escuchado sólo la caliente curiosidad.

" Sí, Henry y yo estamos haciendo un viaje a Palm Beach." una orgullosa
e involuntaria sonrisa broto a sus labios cuando ella dijo "Henry y yo" "Él y
Teddy se van a pescar, y me he estado muriendo por algún clima cálido, y por
supuesto el Royal Poinciana se dice que es un establecimiento muy grande. Una
buena esposa siempre supervisa los viajes de su marido, cuando puede. “

Elizabeth dejó su copa de agua en este, y sus ojos se precipitaron hacia


Diana, en una mesa cercana con su tía Edith y las Señoritas Wetmore. Si ella se
vio afectada por el sonido del nombre de Henry no lo mostro, pues ella siguió
preguntando a Eleanor Wetmore animadamente acerca de en cual pretendiente
en particular ella había echado el ojo esa temporada. Era creencia de Elizabeth
que su hermana había experimentado algo muy real con Henry, y ella también
creía que sus sentimientos por ella eran igualmente puros.

Ella lo había visto en sus ojos cuando lo vio del otro lado de una calle
muy transitada, en la mañana cuando ella había pensado en si misma dejando
65 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Nueva York para siempre. Él había estado desgreñado y un poco desolado de


ver a Diana alejarse de él. Ella había reconocido la misma mirada en su cara una
hora antes, cuando ella lo atrapó merodeando en la puerta, y ella esperaba que
él finalmente llegara a comunicarle a Diana un poco de lo que las cartas que ella
había quemado con tanto ímpetu habían contenido.

"Nunca he estado en Florida", dijo Lina.

Por supuesto que no, Elizabeth pensó, un poco despiadadamente, para sí


misma.

Algo implícito pasó entre las caras de Lina y Penélope, y luego Penélope
dijo:

"Deberías venir, por supuesto, Carolina. Voy a necesitar a alguien que


me haga compañía, mientras que los hombres están jugando. Tú debes venir
también, Elizabeth. "Penélope se detuvo y miró a los ojos de Elizabeth, los
blancos cada vez más en torno a los iris azul intenso. Fue una mirada que hizo
que Elizabeth agradeciera por su falta de apetito, por si hubiera comido
cualquier cosa que seguramente no habría sido capaz de mantener abajo
después de presenciar la descarada falsedad. "No hemos podido disfrutar de la
compañía de la otra como solíamos hacerlo desde... ¿Cuándo fue? ¿Octubre? “

Por un momento, Elizabeth fue superada por una ola de sentimientos de


odio, pero esto se apoderó de ella rápidamente y se fue. Ella sabía que ella
podía perdonar a Penélope, por toda la crueldad que ella había propinado a
Elizabeth había dado como resultado una cosa buena— esto le había permitido
vivir con Will algunos meses sin que todo el secreteo y la culpa que había
seguido a su amor en Nueva York. Y si Penélope había apartado de Diana lo
que más quería, bueno, ella sólo había estado siguiendo lo que ella misma
deseaba con crueldad característica.

La boca de Elizabeth se había secado mientras miraba de nuevo a su viejo


amiga. Al otro lado, señoras cuyos cuellos de encaje estaban unidos por botones
de nácar se sentaban en las mesas en grupos de cuatro y seguían exclamando
66 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

sobre las antigüedades y las modas de París y la caza en Long Island, pero en la
mesa más cercana a la chimenea todo el mundo se había vuelto silencioso. Sus
miradas se mantuvieron estables en la dirección de Elizabeth.

"Octubre", confirmó ella después de un minuto.

"Imagínate," Penélope continuó, sin inmutarse, su delicado codo


viniendo a descansar sobre el mantel blanco. "Podemos nadar en el océano y
caminar por la orilla del mar, y nosotras estaremos muy lejos de todos los
chismes y tonterías".

La idea de sol y las palmeras y sombrillas y trajes de baño hizo que se


revolviera el estómago de Elizabeth. Ya todas las mujeres que conocían, y todos
en esa mesa, eran profesionalmente frívolos. La idea de viajar una larga
distancia a un gran costo para hacer las mismas cosas con mejor iluminación era
repugnante para ella. Pero antes de que pudiera comunicar esto, su madre
interrumpió:

"Cuan generoso de tu parte, Penélope." Elizabeth miró a través de la


mesa, con sus montones de pan integral y su pequeño plato de la mantequilla
de China y todas las otras delicadas piezas de porcelana china que en un
almuerzo del mediodía era una excusa para mostrar. Uno podría detectar, en
cada leve contracción del rostro de la anciana, una severidad que no se puede
negar. "Por supuesto que a Elizabeth le encantaría ir".

Los ojos de Elizabeth se agrandaron con desconcierto. Ella no podía ir,


todo de sus adentros se habían rebelado en la misma idea. Los pequeños ojos de
obsidiana de la madre estaban fijos en su hija, sus patas de gallo extendidas
confidencialmente, esperando que Elizabeth enunciara la respuesta adecuada.

La sonrisa de Penélope, mientras tanto, se había transformado a una


sonrisa de satisfacción. Elizabeth volvió la cabeza solo ligeramente y miró a su
hermana para pedir ayuda.

Diana estaba sentada en la mesa de al lado, y apoyaba su codo izquierdo


en la madera de la parte posterior de su silla y se inclino cuando se dio cuenta
67 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

que estaba siendo llamada en silencio. Sus grandes ojos marrón suave
parpadearon una vez, y por un momento Elizabeth creyó que su hermana
podría venir al rescate.

Luego Diana llamo, sobre las voces de las Señoritas Wetmore", ¿Florida?
¡Ese sería un momento muy bueno! “

La mirada de Elizabeth se lanzó de nuevo a su madre, y se dio cuenta de


que el comentario de Diana, había suscitado una sonrisa poco habitual en la
vieja. "Pero esta tan lejos", ella murmuró.

"Iré contigo, si tienes miedo de la distancia." el tono de Diana era jovial, y


en otro momento

Elizabeth se dio cuenta de lo que se trataba. "Soy más dura que tu y vería
que estuvieras cómoda".

Penélope quitó su codo de la mesa, como pensaba ella estaba confundida,


y reorganizo los pliegues de color negro brillante sobre su regazo. Cuando ella
había recuperado su sonrisa se volvió hacia Elizabeth. "Qué maravilloso. ¡Será
una fiesta! “

Elizabeth abrió los ojos y miró desde su insistente madre hasta la cara
sumamente falsa, dándose cuenta como ella hizo que su instinto para
permanecer lejos de Penélope no sólo se basara en los hechos pasados la nueva
señora Schoonmaker, sino en lo que ella era capaz en el futuro. Las ambiciones
de Penélope ya no tenían sentido para Elizabeth, pero comenzaba a hacerse
evidente para ella, cuando ella observó esa dolorosamente insinuante
expresión, ese cobertura era una inútil y vana manera de pasar su tiempo, y que
esta no mantendría a salvo a ninguna de ellas en lo más mínimo.

"¿Estás seguro de tener espacio para Diana también?" Elizabeth noto, en


el rincón más alejado de su visión, que la respiración de Diana había crecido un
poco dramática y que estaba siguiendo cada cosa en la mesa más cercana al
fuego con ojos vigilantes. Su rostro estaba descarnadamente esperanzado. "Es
68 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

sólo que no soy yo realmente otra vez, y voy a necesitar la compañía de mi


hermana para sentirme a gusto en un viaje tan largo."

"¡Por supuesto!" emitió Penélope. "Aunque", continuó un poco más alto,


para que todas las mesas cercanas pudieran escuchar: "pienso en ti como una
hermana y creo que podríamos consolarnos mutuamente muy bien. Pero tu
hermana es mi hermana "-aquí se detuvo para destellar sus ojos en Diana-¿y no
he dicho siempre cuanto más mejor?"

"Será muy encantador para mis dos niñas", dijo la señora Holland con
deferencia inusual.

"Gracias, señora Schoonmaker."

"Cuanto nos vamos a divertir", Penélope concluyó con terrible énfasis.


Como la debutante ligeramente más joven, Elizabeth había sido una experta
practicante de las pequeñas equivocaciones y mentiras blancas, siempre al
servicio de la corrección y la cortesía, por supuesto. Nunca le habían gustado
las mentiras grandes, porque no le había gustado nada de lo que podría caer en
esa temida categoría de "demasiado". Pero, mirando a Penélope, a sus grandes y
finas, características para captar la atención, a la violencia en sus gigantes ojos,
Elizabeth empezó a ver que adoptar una falsa apariencia, en muy gran escala,
era la única manera de protegerse a sí misma y a su hermana. Ella pensó en
Henry y Diana en el pórtico, mirándose el uno al otro con la confusión y la
tristeza de dos cachorros que acaban de toparse de casualidad con su primer
charco y aún no llegaban a entender lo que les había sucedido, y encontró que
ella quería mentir peculiarmente. Ella se trajo a sí misma, permitiendo al aire
entrar en sus delicados pulmones, encontrando la mirada de Penélope.

"Divertido", dijo Elizabeth, y luego sonrió, el tipo que solía emplear


cuando susurraba sobre bailes o zapatillas de tacón alto, del tipo que le cubría
las mejillas y garganta de un rosado afectuoso.

Su vieja amigo resplandeció de nuevo. Ellas se miraron durante varios


segundos, y luego Elizabeth apoyó sus largos y delgados dedos, no tan bien
69 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

gestionada como antes, pero elegantemente construida sobre Penélope. "No


puedo esperar".
70 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ L
Traducido por: Isabella

De donde vino Carolina Broad? Quienes eran sus padres, realmente, y


como se establecieron entre nosotros tan rápidamente? Es ella la creación de
Carey Lewis Longhorn, o es hay algún otro autor para esta ultima chica hecha?

- CHARLA CITE, DOMINGO, 11 DE FEBRERO DE 1900.

"CREO QUE SALIO MUY BIEN," DIJO SNOWDEN CAIRNS, que estaba
de pie en algún lugar detrás de Diana en una de las dos salas más usadas de
Hollands, mientras el último de los invitados al almuerzo cruzaba la acerca
hacia su carruaje que esperaba. Diana, que no tenía especial ojo para los eventos
sociales o de su éxito o fracaso (el gran alcance de una noche no se podía
comparar para ella, con el secreto de los momentos robados) , se encogió con
indiferencia. No sabía si había ido bien, aunque ahora sabia porque Eleanor
Wetmore le había echado el ojo y que ella estaba determinada a ser elegida para
la boda del más joven de los Wetmore en Junio.

Diana también sabía que iba a ir a Palm Beach con su hermana y


Penélope, y - más dolorosamente, mas confusamente - con Henry, que estaba
enamorado de ella.

A través de las cortinas de encaje, abajo en la calle, la Sra. Thelma y la


Sra. Broad podían verse cruzando hacia el transporte. La Sra. Schoonmaker
entro primero, haciendo una pausa antes de extender sus dedos por el negro
acordeón de su falda plisada y tirar de ella por encima de sus pies.
71 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

No se había puesto los guantes después de comer y así los diamantes de boda
que llevaba en la izquierda en el dedo anular brillaban en el sol de invierno. La
perspectiva de ver a Penélope y a Henry juntos hicieron que el corazón de
Diana doliera un poco, pero su mente no podía guardar silencio acerca de todas
las cosas que él no había llegado a decir. Deseaba conocer el resto de su
explicación y acerca de todas las veces que había pensado en ella desde que
habían estado juntos. Ella pensaba, con un poco de nostalgia, en todas las cartas
que había quemado, preguntándose que confesiones dulces tendría. Pero se
alegraba de haber llegado a decirle hasta que punto todas sus palabras habían
perecido y de todos modos ella estaba distraída con la idea de cómo él iba a
besarla si se quedaban solos ahora.

Carolina entro después de Penélope, demasiado rápido. Aun no había


aprendido a hacer una pausa y pavonearse como una dama de sociedad, a
pesar de su vistoso y brillante sombrero de copa negro que ciertamente parecía
que le había costado la mitad de lo que las damas de los Holland cobran de
salario al año.

Diana no había tomado parte en la creación de Carolina Broad - tenia la


impresión de que la habían presentado en sociedad, aunque de alguna manera
la ortografía de su apellido había cambiado con la impresión - y aunque no
lamentaba no haberlo hecho, no podía dejar de sentir un poquito de pesar de
que su en otra época amiga había sido tomada con Penélope. Había sido, sin
duda, para su status social, pero la hacía menos agradable, sobre todo ahora
que estaba saliendo a la luz como su compromiso con Henry.

De pie en la ventana, Diana no podía dejar de pensar en cómo todas las


de la talla de Carolina y su finura eran tan poco apreciadas sobre el papel. En
ese momento, su única motivación era el dinero. Pero ahora sabía como de
satisfactoria podía ser la escritura, como se puede crear un conjunto de
personas y un evento en una pequeña insinuación. Porque, no se sorprendería
72 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

si su tema de Eleanor Wetmore transformara este pobre deseo de niña en


realidad , o si no podía envolver a Henry con unas pocas oraciones bien
formadas. Ya se estaba imaginando lo feliz que sería Berdars acerca del viaje y
todas las historias que podría darle.

"Si," la Sra. Holland, calentándose en una silla junto al fuego, estuvo de


acuerdo. "Estaba preocupada por ti al principio, Elizabeth, pero al final te
parecías a tu viejo yo."

La mirada de Diana viajó hacia su hermana, que estaba más cerca de las
altas ventanas que daban hacia la calle. Su pelo, que había regresado a su color
rubio ceniza - todavía no brillaba el sol en california - estaba girada de forma
que Diana podía ver el lado de la cara en un buen ángulo. El halo alrededor de
su cabeza estaba iluminado y pálido, pero había sombras oscuras bajo sus
pómulos pronunciados.

Se veía cansada y Diana se sintió culpable por si no la había empujado


con demasiada fuerza.

"Me preocupa los planes de viaje propuestos para la Señorita Elizabeth,


sin embargo," continuo Snowden.

Fuera, el conductor de Penélope instaba a los caballos a partir. Elizabeth


no respondió de inmediato y en cambio vio como se alejaban por la calle. Diana
se acercó a su hermana y puso su brazo alrededor de su cintura, como si eso
pudiera servir de algo.

"Esta bien, Sr. Cairns." Elizabeth le dio la espalda a la ventana y se dejó


abrazar por su hermana mayor, viéndose cada vez más consciente de su
fragilidad ahora que estaba en sus brazos. "Creo que será bueno para mí salir al
mundo un poco."

"No tienes porque ir," Diana se forzó a decir, aunque sabía que la forma
en que miraba a su hermana era una declaración opuesta. Como podía ella
73 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

desear ver a su hermana así. Como podía desear tener a Elizabeth con ella por
un rato, entonces discutirían cuales eran las intenciones reales de Henry y como
Penélope había actuado en el almuerzo y el tremendo insulto que era ello y si
alguien realmente piensa que ella era hermosa con esas características de gran
tamaño?

"Pero no sería tan difícil si tu vienes conmigo," habló Elizabeth en una


suave pero determinada voz mientras empujaba uno de los rizos rebeldes de
Diana detrás de su oreja. "Y estaremos con nuestro viejo amigo Henry
Schoonmaker, al que no hemos tenido tiempo de ver apenas desde su
matrimonio, y tal vez poner fin a cualquier malestar persistente que pueda
haber por nuestra antigua conexión. Si tu vienes conmigo," prosiguió, dando
una mirada a Diana a propósito, "Entonces todo estará bien."

Diana se apretó un poco más a ella tratado de aportarle a su hermana


mayor un poco de su seguridad. El revoloteo de su corazón y el anhelo por ver
la cara de Henry de cerca otra vez, vino involuntariamente con el sonido de su
nombre. Ella esperaba que su madre no se diera cuenta. Estaba imaginándose
verle en una plataforma de tres y con su expresión cambiando sutilmente
cuando la reconociera entre la multitud. En esta fantasía ella era capaz de leer
todos sus sentimientos por ella en unos minutos y después de la terrible
pregunta que la mantenía en la noche y en ruinas, su sueño terminaría.
74 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ DC
Traducido por: Daniii

Aún cuando la chica está casada, ella nunca dejó completamente la casa
de su madre y su padre.

-LA MODA MENSUAL DE LAS SEÑORITAS, FEBRERO 1900

PENELOPE SCHOONMAKER AÚN no se había sacado su abrigo


borgoña de lana con el ribete negro alto, orgulloso, y ella ya estaba sentada
alicaída sobre uno de los sofás rayados de su dormitorio en la mansión Hayes
en el 670 quinta avenida.

Penélope había subido precipitadamente por las escaleras porque no


podía soportar la idea de ver a sus padres, que eran tan estúpidos e inútiles, y
quienes le habían causado tanto dolor por no entregarla a una familia con mejor
gusto y bien establecida para empezar. Algunas veces ella se sentía como una
chica cambiada de la variedad más elegante.

Su antiguo dormitorio, mucho más corriente que el de ahora, era un


cuarto de estudio en blanco y dorado, excepto que era más grande y que había
sido construido con la idea de almacenar muchos, muchos vestidos. Ella echó
pequeñas miradas amargas a los baúles cubiertos de lona con monogramas de
Louis Vuitton, con sus pequeñas iniciales en japonés, que ella había comprado
en la tienda en Rue Scrib en Paris mucho antes de que estuviera casada.

Ellos eran su excusa oficial para haber vuelto a casa ese día. La verdadera
razón era la renuente indiferencia de Henry, si ella fuera honesta, no estaban
75 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

entre sus características de nacimiento–a su plan de acompañarlo a Florida


estaba poniéndola más obvia, y temía que los criados Schoonmaker comenzaran
a hablar.

“Todavía ni siquiera quiero irme,” le dijo a Isaac Phillips Buck, su


confidente más cercano, que había llegado varias horas antes para supervisar el
embalaje de las ropas para tiempos cálidos que todavía no había sido movida
dentro de su nuevo guardarropa en la residencia Schoonmaker. Él le echó un
vistazo desde la cama, donde había estado doblando encajes, su gran contorno
contra el borde de la felpilla.

“Oh, pero debes, por mi bien, decirme lo que todos están usando,” dijo
Mrs. William Schoonmaker, su suegra, que la había acompañado esta mañana.
Su tono era seco y sus lindas facciones estaban enmarcadas en una piel blanca.
Ella había encendido un cigarrillo en algún lado entre la puerta y la ventana, y
exhaló antes de calificar su declaración: “William es tan idiota por no dejarme
ir. No sé como él se engaña con que en realidad a mí me gusta aquellas tontas
funciones políticas con él.”

Isabelle, que había demostrado ser una aliada de Penélope en su


campaña para casarse con Henry, había estado malhumorada últimamente, y
no demasiado divertida. Penélope ignoró las palabras de la señora mayor,
poniéndose de pie y caminando hacia la cama con sus montones de almohadas
decorativas y montones de accesorios bien arreglados.

Recogió un cinto bermellón y lo alejó de Buck mientras lo examinaba,


dejando a sus dedos deslizarse despacio a lo largo de su longitud.

“No vallas,” dijo Buck.

“Tengo que hacerlo, por supuesto.”

Ella no enmascaró su impaciencia, ya que Buck sabía que para echarse


atrás del viaje debía romper todas las apariciones. Él por lo general se
76 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

introducía acentuando su apellido, como sugiriendo que él era uno del viejo
clan Buck quienes vivían en la clase alta de la ciudad en algún lugar arriba del
Hudson, pero de hecho su prestigio sacado casi por completo de un gusto
exquisito y de la creencia firmemente sostenida desde alguna de las señoritas de
Nueva York de que él era absolutamente necesario de tener en su nómina
cuando hubiera una fiesta por ser lanzada. Esa era la razón que él en primer
lugar hubiera llegado a conocer los Hayeses, y especialmente a su miembro más
joven, y eso quiere decir que él estaba bien consciente de cuan nueva era su
reputación, y cuan asiduamente debía ser mantenida.

“Todos los papeles relataron como asististe al almuerzo con Elizabeth


Holland, y que su amistad es tan fuerte como nunca.” Buck se encogió, como si
todo eso debiera concernirle a ella.

“No es de Elizabeth de quien estoy preocupada.” Ella se sentó en la


cama, y atrajo la lisa tela sobre su cara pensativamente. “Elizabeth puedo
manejarla. ¿Pero cómo se verá si mi marido continúa de viaje sin mí, después de
solo dos meses? No puedo dejarlo ir solo, sabes eso.”

“No.” Por la ventana, Isabelle había encendido otro cigarrillo. “No


podrías hacer eso ni en mil años.”

“Bueno, al menos tu vas a evitar esta deprimente, ciudad gris.” Buck


tiene pequeños ojos, envueltos en bien-humedecida carne, rodándolos hacia el
fresco y elaborado techo cuando su tono se sumerge en lo dramático.

“Verdad.” Penélope se sintió caliente de repente, y abrió los botones del


abrigo de uno en uno. “Eso no puede ser tan malo, y pienso que un poco de luz
solar podría atraer a Henry al rededor, pero ahora desde luego yo estoy
superada en número. Quiero decir, Miss Broad esta de mi lado, supongo, pero
ella no es tan magnífica como piensa, y si alguien sabe eso, es Elizabeth.”
77 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Los dos Holland juntos estarán siempre buscando alguna forma de pasar
sobre mi falda. Y Teddy estará ahí, y todos saben que él siempre ha estado
encaprichado con Liz…”

Ella ahora se quitó completamente su abrigo, dejándolo sobre la cama,


dio un paso a través de la gruesa alfombra. Su vestido de día de suaves colores
guinda arrastrándose de atrás, y Robber, su Boston terrier, se cayó del otomano
donde había estado descansando y se deslizó bajo una butaca cuando la oyó
venir.

Penélope no era una chica que llorara fácilmente, pero se sentía capaz de
lágrimas de rabia, pensando en Elizabeth y Diana y sus pequeñas caras suaves
dando vistazos acusatorios de todo el camino a Florida.

En la ventana, ella tomó uno de los cigarrillos de la caja de oro que


Isabelle había colocado sobre el alfeizar y permitió a su suegra preocuparse con
sus breves explosiones como ella arrullaba compasivamente.

“Tú sabes lo que necesitas.” Ambas se giraron para ver a Buck cruzar y
descruzar sus piernas pensativamente.

Penélope encendió el cigarrilo y exhaló. Entonces volvió la vista hacia


debajo de la quinta avenida, con su majestuoso desfile de carros, y esperó el
resto de los consejos de Buck. Esas personas allá abajo que estaban mirando al
coloso que los Hayeses habían construido con su nuevo dinero brillante,
envidiándolos y odiándolos al mismo tiempo.

Era un teatro que su padre había construido para su esposa y su hija, y


aunque Penélope conociera bien todas las líneas y vistiera las ropas correctas,
de todos modos ella nunca era la estrella. Al menos era como eso se sentía para
ella en este mismo momento, cuando ella aprisionó los paños dorados y
despreció a todos los que no eran esclavos de su interpretación, aplaudiendo y
gritando bravo.
78 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Necesitas un aliado.”

“¿Un aliado?” Penélope supo instantáneamente que él tenía razón, pero


no estaba lista para calmarse todavía.

“De modo que tú no estés tan superada en número.”

“Posiblemente no puedo invitar a más personas.” Penélope miró a


Isabelle como si esperara la confirmación de esta declaración -después de todo,
era su esposo quien conseguiría la cuenta por este viaje.

Isabelle se encogió. “Desde luego que puedes. Es una fiesta.” Ella hizo un
pequeño gesto con su mano derecha, dejando una nube de humo suspendida en
el aire.

“La gente agranda la lista de invitados todo el tiempo,” Buck continuó.

“De todos modos, necesitaras a alguien que te ayude, sobre todo de


modo que nunca te preocupes de la aparición del esquema. Srta. Broad tiene
todas las ropas apropiadas, pero ella todavía no ha aprendido a ser inteligente.”

“Eso es correcto.” Penélope echó un vistazo al rubio desinflado a su lado.

“Desearía que pudieras venir, Isabelle. Es tan injusto que el viejo tacaño
de Schoomaker diga que tú debes quedarte aquí.”

Isabelle sonrió para sí misma tristemente. “Gracias por decir eso,”


contestó ella en un tono que sugería que la chica más joven no podía comenzar
a entender su sufrimiento.

Penélope podía haberse preguntado si Buck no quería venir, y si


realmente él podría haber si aliado de primera calidad, cuando ella miró hacia
abajo y vio a su hermano mayor saltando del asiento delantero del conductor de
un coche tirado por cuatro caballos. Los caballos brillando con el sudor como si
ellos simplemente hubieran sido montados con fuerza, y Grayson entregó las
riendas a un criado y comenzó a trotar sobre los magníficos escalones de caliza
79 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

de lo Hayeses con la cortada seguridad de un aristócrata nacido. Aunque a ella


le gustaba pensar de ella misma como la más brillante, más astuta, ella siempre
había sabido que él era como ella –tenían el mismo exceso natural de ambición
y una total deficiencia sentimental- de una forma que solo podía explicarse por
la sangre compartida. Ella siempre había estado un poco orgullosa de ese
hecho, y cuando lo veía desaparecer en la casa de abajo, una idea comenzó a
tomar forma en su mente.

Entonces ella escuchó a su suegra exhalar un pequeño suspiro romántico,


y miró de reojo a la señora mayor. La cara de Isabelle Schoonmaker había
tomado un lejano, carácter soñador. Era de lo más embarazoso ser tan
obviamente débil con un encaprichamiento, creía Penélope, especialmente
cuando uno era una Sra. Ella había averiguado un sutil forma de advertir esto,
pero estaba distraída por el pensamiento que era bastante impresionante que
Grayson hubiera derribado a una tan sofisticada y deseable señora casada. Este
era un hecho de una habilidad muy útil, y podría demostrar ser bastante fatal
cuando entusiasmara a una muchacha más ingenua.

Cuando ella le habló a Buck después, el tono de Penélope había mejorado


bastante. “Yo invitaré a Grayson cerca. Él es mi hermano, entonces él tiene que
quererme.”

“No, no lo tomes,” jadeó Isabelle. Entonces lanzó una fija mirada hacia
Buck y perdió el tono implorante. “Es solo que hay tantas damas más que
hombres para bailar en todos los vals de esta estación, sería una vergüenza
privarnos de un caballero con tantas luces en su pies.”

“Oh, tu conseguirás llevarte bien sin Grayson.” Penélope tomó la última


inhalación de su cigarrillo y lo dejó caer en la parte de atrás de la maceta de una
planta. Cuando ella atravesó la habitación otra vez, seleccionó su guardarropa
con un enfoque renovado y con energía, soltó una exhalación que dejó un rastro
de humo detrás de ella. “Y de todos modos, ya sé como lo usaré.”
80 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉDD
Traducido por: Kiiariita

Saliendo hoy de Palm Beach por las autovías especiales eran Mister y
Mistress Henry Schoonmaker y sus invitados, Mister Edward Cutting, Miss
Carolina Broad, y las Misses Holland, Elizabeth y Diana. El último invitado a
la fiesta es el hermano de la Mistress Schoonmaker, Mister Grayson Hayes.

De la pagina de sociedad del

New York News of the World Gazette,

Martes, Febrero 13 de 1990

El martes amaneció gris y miserable, y Mister Longhorn tosió todo el


camino hacia la estación de ferrocarril donde a Carolina le habían dicho que
encontraría al resto en la fiesta de Florida. Como le habían dicho, cruzarían el
río Hudson, y luego, en la ciudad de Jersey, ya abordo en los vagones de lujo
que mantiene la familia Schoonmaker. Como una criada que había oído
casualmente los planes de esta clase siendo formado, aunque realmente en el
viaje se mantuvo obstinadamente fuera de su alcance. Era siempre su buen
comportamiento y sufrimiento de su hermana que había sido llevada a lo largo
de estaciones y tiempos libres, mientras ella se quedaba atrás para reparar las
viejas camisolas y fundas del No. 17.

Pensaba cómo seria huir de la ciudad a un lugar exótico, y ser descrita


tanto en los periódicos, los había guardado la mayor parte de la noche, y por
81 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

ahora la anticipación había crecido hasta casi ser insoportable. A veces estaba
muy cerca de sacudirse con entusiasmo. Y solo era cuando se dieron la vuelta y
comenzaron su viaje hacia el sur que comenzó a detectar algo implorando en las
palabras del viejo hombre.

“Mi Carolina” dijo él, una vez que finalmente llegaron a detenerse en el
muelle designado. El color en su cara, que anteriormente había sido un rojo
constante y jovial, fue eliminado del todo, y parecía tomar aliento en cada
palabra. “me preguntaba si no quieres considerar permanecer conmigo en New
York. Tú sabes que no me gusta alejarte de la diversión juvenil, pero desperté
esta mañana con un terrible presentimiento en mis pulmones. Me gustaría
mucho de tu compañía, me encuentro queriendo mucho mas de lo usual…”

Para Carolina, era como si un pastel de chocolate había sido puesto


frente a ella y para luego ser llevado lejos antes de que ella pudiera darle un
mordisco. Sintió tal agitación con la posibilidad de que ella podría no ser capaz
de ir a Florida, que otra fiesta pueda estallar y ser extinguidas, sin que estuviera
ella con su conocimiento y brillo. La misma idea sacudió sus pensamientos y
causo un sabor claramente amargo creciendo en la parte posterior de su
garganta.

“Pero mi equipaje esta todo empacado…” retrocedió débil. Ahora podía


oler el océano y escuchar los atropellos de pies en los muelles.

Una pobre excusa para una sonrisa que cruzo su cara, pero ella no pudo
mantenerla después de mirar otro momento en los ojos de Longhorn. Eran
lechosos y carentes de la valoración aguda habitual. Por un momento con todos
sus nervios deseo que quería estar ya en el tren, para ser una de las cosas
brillantes, bonitas que dejan la ciudad atrás, se calló. Ella no podía recordar
nunca que se le haya pedido permanecer donde sea con tal ardor. A pesar que
nunca hubo ni una pizca de romance entre ella y su benefactor, ella sintió por
82 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

un momento el cálido resplandor de propagación que se necesita sobre el


pecho.

“Tu criada lo traerá de vuelta.”

Las palabras quedaron flotando en el aire al recordar todos los vestidos


nuevos pagados a su modista, Madame Bristede, que se le pago extra Madame
para que se apurara para que así estuvieran listos para esa mañana. Carolina
había imaginado usándolos en los bailes y las cenas en Florida, y quizás en el
tren, donde había oído que estaban equipados muy elaboradamente. Su criada,
una muchacha ligeramente joven y lejos mas competente de lo que había estado
en esa condición, había llegado temprano con varios de los nuevos baúles en
donde estaban los vestidos que fueron empacados, solo para ver que fueron
cargados en el transbordador cuidadosamente. Ella estaba usando un abrigo y
un sombrero negro, Carolina alcanzó a verla a través del movimiento, de pie, de
manera bastante formal en los tablones de madera. Carolina deseaba estar ya
allí, en medio de todos los trabajadores y los viajeros, con su mejor abrigo, el
cual era de visón recortado rubio. Quería decirle a la muchacha— Cathy era su
nombre— que se debería apurar y abordar con todos los otros sirvientes, y
luego partirían.

“Es verdad,” Carolina accedió por fin. Puso sus labios juntos como
aguijón de abeja y sus oscuras cejas rosa delicadamente en una terrible
perspectiva.

“Tenemos otro evento esta noche, y puedes invitar a quien quieras”


continuo Longhorn. El esfuerzo del discurso era aparentemente demasiado para
el, sin embargo, debido a que disminuyo en un ataque de tos y tuvo que
doblarse lejos de ella para disimular su intensidad. Carolina tuvo que admitir
que disfruto la pequeña cena que él lanzo para desearle un buen viaje la noche
anterior. Ella y Lucy Carr, la divorciada, habían jugado cartas y hablaron de
ropa y gritaban entre risas sobre algo u otro, no podía recordar que mas. Estuvo
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divertido, pero no quería hacerlo otra vez. Quería ir a un lugar nuevo, y quería
que todos los lectores de todas las columnas de chismes en la ciudad supieran
que tiene una buena compañía.

“¿Está el bien?”.

Carolina parpadeo y trato de alejar su autocompasión. Miro hacia


Longhorn, quien estaba doblado y tosiendo descontroladamente, Robert, quien
permaneció justo afuera de las ventanas del coche, su oscura barba y ojos llenos
de escepticismo sobre el asunto. Estaba a punto de decirle a Robert que no, ella
no lo pensaba, deberían probablemente girar ahora y regresar al hotel, y el
podría llamar a Cathy y darle las nuevas instrucciones. Pero luego Carolina
desvió la mirada, por casualidad, sobre el hombro de Robert al lugar en el
muelle ancho donde Leland Bouchard estaba de pie. Los tonos amarillos en su
pelo cubierto de color trigo sobresalían contra el horrible gris de fondo — el día
estaba tan nublado que tu apenas podías ver los otros buques en el rio Hudson
— y el estaba usando un bufanda con rayas blancas y negras que estaban
metidos en el cabido de su abrigo largo hasta la rodilla. El ayudo a su ayuda de
cámara a traer un solo baúl a la plataforma de madera alta, y cuando se volvió a
parar, se paró con todas sus grandes posesiones como una estatua de Roma.

Luego se volvió en su dirección.

“Srta. Broad!”

Ella se sonrojo cuando se dio cuenta que había estado mirando. Su rubor
se intensifico cuando noto que el recordaba su nombre, y luego no podía
ayudarse de inclinarse hacia delante contra la ventana del coche y sobrepasar a
Robert para saludarlo ansiosamente.

“Hola!”

“¿Ud. No en la fiesta de Schoonmaker, verdad? Gritó.


84 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Si” dijo ella. El aire frio de afuera estaba vigorizante, y en ese momento
vio claramente lo que tenía que hacer. “oh, si!”

“Yo voy, como Grayson Hayes me invito, la veré en el transbordador,


hasta luego” se quito el sombrero e hizo un elegante movimiento de inclinación,
antes de desaparecer entre la multitud. Carolina observo los cuerpos que
abundaban el lugar donde el había estado, ocultando su vista de el en
momentos, y luego giro hacia su acompañante.

La tos había desaparecido, y se había enderezado, le regalo a ella una


sonrisa con una señal de disculpa en ella. Abrió su boca para hablar— pero
Carolina no quería escuchar ninguna de las razones de por que el quería que
ella permaneciera con el en New York.

“Pero yo nunca eh estado fuera de esta pequeña isla” dijo


esperanzadamente con efusión. “Estaré de regreso antes de que lo notes.
Además ya te sentirás mejor para entonces”.

La sonrisa de Longhorn vaciló “Tienes razón querida, por mi cuenta no


deberías perderte ninguna diversión. Ve, pero no me olvides cuando lo hagas, y
vuelve pronto.”

Carolina estaba tan agradecida por tener su bendición que se lanzo hacia
adelante y lo abrazo. “Gracias. Lo hare. Oh lo hare, lo hare, lo hare!”

“Buen viaje, querida.”

El estrecho sus manos por un momento quizás demasiado largo, y luego


ella se alejo y le permitió a Robert que la ayudara por la calle. Trato de decirle al
ayuda de cámara de Longhorn lo importante que era llegar a la casa del viejo
caballero y salir del frio rápidamente— pensó que lo hizo. Pero apenas estaba
prestando atención. Ya estaba moviéndose lejos, sus faldas elaboradamente
alejadas de la sucia calle, cuando se unió a la multitud fluida de viajeros al
85 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

transbordador. Todo lo que podía pensar era el hecho de que Leland estaba allí
fuera, entre ellos. La sola idea hizo que su corazón se acelerase.
86 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉDE
Traducido por: Kiariitha

Como me gustaría ser una mosca en el papel tapiz francés importado en


el vagón privado de los Schoonmaker, el ARIES, para esta semana lleva no solo
para el heredero joven de esa familia sino también para su actual esposa y su
anterior prometida, Elizabeth Holland, y su hermana menor… las tensiones en
tal fiesta no podría dejar de divertir.

De Cité Chatter, Martes, 13 de Febrero de 1900.

Henry sabía que no era su mejor foto, y sospechaba que podría estar
todavía borracho de la noche anterior, aunque esto no era la única razón para
evadir el contacto humano durante la salida de su fiesta en New York. No
estaba seguro como su plan de escape de Florida se había convertido en un
evento de grupo, supervisado por la brillante sonrisa roja infame de su esposa,
pero sabía que debía continuar según el juego, que no debería avergonzar a
Penélope también públicamente, o habría terribles consecuencias. Su
motivación principal para casarse con ella, para proteger a Diana de las intrigas
de Penélope, era tan importante como siempre, aunque durante los meses, su
razonamiento había crecido borroso en su mente. Él a menudo se encontraba
pestañando furiosamente en el espejo para asegurarse que seguía siendo él, que
todavía era su vida, incluso después de todos los giros extraños.
87 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

No era un lector habitual de las columnas de la sociedad, pero desde que


se había enamorado de Diana Holland se había encontrado buscando en ellos
compulsivamente cualquier pequeña mención de ella.

Así fue como podía estar seguro de que ella se encontraba allí, en el
barco, envuelta en contra del frio. Arriba las nubes acumuladas y cernidas
cuando el barco hizo progresos constantes a través del agua de New Jersey,
donde ellos podrían abordar el tren. Se hizo mucho más agradable el viaje saber
que ella se encontraba cerca, pero él estaba nervioso por ella también, y el temía
que podría pasar si Penélope notaba que estaba mirando a Diana en el modo
que sabía que no podría ayudar.

Al llegar a New Jersey y abordar el Aries, Henry eligió una ruta que era
bien conocido para él. Incluso antes que el tren saliera el fue al común bar de
coches, muchos autos se quitaron de su camino, y envió un chico mensajero a
buscar a Teddy. Desde que estaba bastante seguro que la sobriedad estaba en el
ahora —el frio del pasaje del rio estaba aun bajo su piel— deshizo sus puños y
se quito su chaqueta y pidió un whisky.

Las cortinas borlas baratas fueron bajadas, y un músico pianista mantuvo


un ritmo sincopado en el fondo. El auto estaba lleno de soldados, fumando y
barajando, y tanto ninguno de ellos levanto la mirada cuando el tren pito para
anunciar su salida de la estación de Pennsylvania y dio sacudidas en
movimiento. Ellos no alcanzarían su destino por otro día y medio al menos.

“¿No pierdes tiempo verdad?” dijo Teddy al salir por la puerta de


cristales empañados y levantar uno de los taburetes de madera desvencijados.
Miro a su viejo amigo, que era dos años menor que él, con unos firmes ojos
grises.

Henry no se levanto desde su trago, pero trato de sonar como un


anfitrión. “¿Cómo logró todo el mundo instalarse dentro?”

“Bueno, yo pienso.” Teddy indico al barman.


88 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Siento que nuestro viaje fuera requisado de esta manera.”

“Oh, está bien, me gustaría tener damas alrededor. Fue un duro viaje en
la barca, ¿o no? Pero todo el mundo llego a la estación, y están todos instalados
en sus asientos ahora… el hermano de tu esposa, Bouchard, Miss Broad y las
Misses Holland. Tú esposa estaba en un gran esfuerzo para recibir a las
Hollands, y Elizabeth parecía estar haciendo lo mejor para devolver el
entusiasmo.”

Ambos hombres tomaron un sorbo de sus bebidas y dejaron que el


extraño sonido de la palabra esposa flotara lejos sin examinar. Teddy siempre
parecía vagamente perplejo por lo que Henry había hecho, y Henry, sin querer
hacer de él más un canalla, no se atrevía a divulgar la transacción que ha dado
lugar en su matrimonio. Se sentaron en un cómodo silencio, bebiendo despacio
y haciendo lo posible para parecer como los otros hombres en el auto, que sin
duda no lo eran.

“¡Schoonmaker, Cutting!”

Teddy miro primero, la mirada de Henry lo siguió después de un


momento de retraso. Llegando a través de la puerta, cigarrillo ya encendido,
estaba la figura del hermano de Penélope. Desde su boda, Henry se encontró
siempre nervioso por la vista de Grayson Hayes, a pesar de que lo había visto
en salas de juegos y tarde-noche cazas por años y no sintió nada de la conexión
familiar. Pero ahora Henry vio que Grayson tenía la cara de su hermana —la
nariz orgullosa como una flecha boca abajo, el azul extremo de los ojos, y el
pálido rostro ovalado desencadenado por pulido, cabello oscuro. Estas
características le dieron la apariencia— probablemente falsa, creyó Henry,
aunque aun era imposible de ignorar… de ser el emisario de su hermana
menor.

“Agradable el estilo de viajar de su familia,” Grayson continúo con una


sonrisa apreciativa.
89 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Gracias” respondió Henry.

Había una sorprendente diferencia entre las miradas de los hermanos


Hayes, que era que los ojos de Grayson estaban colocados muy juntos. Lo
hacían ver un poco estúpido, que casi ciertamente estaba a punto de serlo. Era
bien sabido que entre los jóvenes corteses de New York que el joven Hayes era
un empedernido, y no un muy buen jugador. Si Henry había realizado una
apuesta con lo que diría a continuación Grayson, lo habría hecho muy bien.

“¿Estás listo para un juego de póker?” Grayson boto su cigarrillo en el


piso y lo apago con su pie. Había una luz maniaca en sus ojos, y sus hombros
estaban ensartados con energía. Otro día Henry podría haber dudado, o Teddy
podría haberlo pensado mejor, pero en ese momento en particular el joven
Schoonmaker había tenido suficiente de sentimiento podrido que
aparentemente llego con hacer lo correcto.

“Estamos dentro” Dijo él.

“Necesitamos dos más para un juego apropiado” Indico Grayson, casi


como si estuviera convocando la ayuda, a dos soldados que estaban
ociosamente tomando botellas de cervezas en una mesa continua.

Miraron por un momento como el hombre en un cuello de ala y corbata


ascot retiro las sillas de la mesa de madera simple y se sentó. El era todo
negocio y su atención estaba fieramente en las cartas. Luego ellos se acercaron,
retirando sus sillas, tomando sus lugares. “Bienvenidos, caballeros,” el dijo
mientras partía la baraja y comenzaba a repartir.

Henry se sentó, como lo hizo notar la sencilla dignidad de los hombres


uniformados. Ambos llevaban chalecos provistos de perforación azul de lino
con un desfile de botones de metal en el frente, pantalones viejos pero limpios,
y polainas a la altura de la rodilla sobre sus botas de viaje.
90 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

El hombre con el bigote espumoso puso su sombrero de campaña en la


parte posterior de la silla y el de afeitado limpio que imitaba el gesto. Era
imposible para Henry saber que tan viejos eran… el de afeitado limpio podría
haber sido más joven de lo que él era, y sin embargo ambos todavía eran mucho
más viejos.

“¿A dónde se dirigen muchachos?” preguntó mientras miraba a


escondidas sus cartas.

“Tampa”, dijo el bigotudo, como si el lugar tuviera un significado que las


personas de ocio no podía entender.

“Con la Quinta Infantería, señor, bajando para mantener a los cubanos en


línea.” Su compañero sonrió, mirando sus cartas.

“¡Cuba!” Henry realizo una apuesto. “¿Su amigo Bouchard no tiene


intereses de azúcar allí abajo?”

“Si” Grayson respondió sin levantar la mirada de la mesa. “Aunque él no


apuesta,” añadió, sin embargo eso lo descalifico como un tema de conversación.

“Estamos haciendo lo mejor para mantener la isla a salvo para los


intereses de América, señor.”

Teddy hizo un pequeño movimiento saludando agradecido.

“¿Incluso matar a cualquiera?” pregunto abruptamente Grayson. Todo


pensamiento en la cabeza de los hombres era sobre cartas, Henry lo sabía, pero
aun así hizo una mueca al comentario grosero de su cuñado.

Comenzó a sentirse incomodo, y se dio cuenta que realmente no quería


oír la respuesta.

“Perkins vio acción durante la guerra contra los españoles,” replico el de


afeitado limpio, haciendo gestos, genialmente suficiente, a su más hirsuto
amigo. “Y fue herido en la carga de Loma de San Juan.”
91 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Henry y Teddy miraron a Perkins, y aunque sus pálidos ojos traicionaron


a una reticencia, el los obligo diciendo, “Yo me enliste después de la masacre de
Maine. Ningún americano podría haber sabido de tal traición y no poder
actuar.”

Henry podía pensar en tres ejemplos en la misma mesa que desaprueba


esa noción, pero el asintió con la cabeza como si fuera la verdad del Evangelio.

“Mi hermano estaba en ese navío.” el del afeitado sacudió su cabeza y


considero la carta que recién había tratado. “Murió en un hospital sucio en la
Habana, y cuando embarcaron su cuerpo de vuelta mi madre no podía ver lo
porque toda su piel estaba quemada.”

Hubo una grave pausa larga, pero luego la cara de Perkins se relajo un
poco. “Bueno,” concluyo, “Eso es lo que nos hace a todos arrastrarnos por el
toque de diana cuando aún está oscuro. Eso es lo que hace estar lejos de casa sea
soportable.”

Los tonos en que los hombres hablaban de la vida y la muerte fueron


pesados en el aire alrededor de ellos. Más cartas fueron repartidas y más dinero
era lanzado al centro de la mesa. Teddy, quien ya estaba fuera del juego, estaba
mirando a los soldados intensamente, pero Henry difícilmente podía mirar lejos
de sus cartas. Estaba consciente, en una manera vagamente embarazosa, no solo
en su chaqueta pero también del fino lino de su camisa, suave en contra su piel
bien protegida, y el corte elegante de sus pantalones y de las series de vagones
por delante de ellos con sus elaborados adornos, algunos de los cuales era
dueño, o su familia, de todos modos. Y cuando pensó en su vagón, era
imposible no fijarse en quien se sientan dentro de el. Su cabeza aun estaba llena
de Diana, y la forma en que su nariz se vuelve rosada y sus ojos crecen
brillantes en el frío.
92 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Henry doblo, seguido poco después por el hombre lampiño. Luego los
dos últimos jugadores dieron vueltas sus cartas. Cuando Grayson vio que había
perdido, empujo el dinero al centro de la mesa hacia Perkins en la frustración.

“De nuevo!” gritó, casi diabólicamente, y comenzó a juntar las cartas


para repartir otra mano. Henry y Teddy accedieron, aunque con menos
entusiasmos esta vez. Uno de ellos había llegado a ser reservado y serio, y el
otro fue absorbido también por la idea de cierta presencia de una joven en
alguna parte a lo largo del tren mientras se desplazaba hacia el sur, cada vez
más cerca del sol, para preocuparse mucho como pasa sus horas.
93 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ DF
Traducido por: Kiiariita

Tengo una tarea especial para ti, una que disfrutaras. Ven a mi asiento
tan pronto como sea posible, ¿Lo harás?

PENÉLOPE ESTABA RECLINADA CONTRA EL ASIENTO VERDE


ESMERALDA en su pequeña sección del vagón de los Schoonmaker, su pesada
falda de marfil coleando en los paneles de madera pulida del piso. Habían
viajado muchos kilómetros y habían llegado a esa hora lenta antes de la comida.
Sus invitados estaban disfrutando los aperitivos en sus asientos; podía
observarlos, por el pasillo, solo parcialmente oscurecida por las puertas
corredizas que separan cada sección. Sus brazos, que fueron cubiertos en la
muñeca en chiffon ondulante de color rosa, estaban cruzados sobre su pecho, y
mantuvo una ceja arqueada cuando miró por el pasillo. Miss Broad estaba en el
siguiente sector y situada a través del pasillo, todavía con el traje deportivo
color camello que había usado cuando abordaron tarde por la mañana.

Estaba observándola, alrededor de los aros y flequillos, a los helechos y


flores cortadas, pensó que nunca había visto antes tales adornos. Era muy
posible que no. Cada vez que un hombre caminaba por el pasillo ella miraba
94 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

expectante como si fuera Leland Bouchard; sus parpados pesados caían sobre
sus iris verde salvia cada vez que se daba cuenta que no era él. Ella estaba
enamorada de él — esto era perfectamente claro para Penélope de la forma que
siempre se pregunto si él estaría presente en los eventos que ellos asistían. —
pero no tenía que ser tan patética al respecto.

Más allá de Miss Broad y en el mismo lado del pasillo estaban las Misses
Holland. Ellas se sentaron juntas en el asiento, los tonos rojizos en el pelo de
Diana sobresalían en la tapicería de terciopelo verde. Los ojos de la hermana
mayor se habían cerrado, y descansaba su cabeza en el hombro de la menor,
que miró a Penélope con una demostración excesiva y probablemente de afecto
insincero. La hermana morena, mientras tanto leía un libro. Ella era bella—
Penélope lo sabía, incluso cuando el conocimiento le quemaba. Sus rizos
brillaban, sus ojos eran brillantes y sus características eran magníficamente
serenas. Aunque Penélope había utilizado la noticia de su deshonra con el fin
de asegurar su propio matrimonio, su ex amante mantiene un aura de pureza
que a Penélope le hubiera gustado abofetear su cara áspera.

Mientras tanto, la impaciencia de Penélope crecía. Había enviado al


mensajero hace media hora, y aún nada. Inclino la cabeza hacia atrás contra los
abultados cojines y miró el espejo biselado arriba. Los labios que vio el en
reflejo sobre el techo eran generosos y escarlatas, el pelo oscuro en contraste
con su incandescente piel. Su pelo estaba hecho elaboradamente, con rizos y
trenzas y el pequeño fleco dividiendo la frente intachable. Ella no había
pensado que los afectos de Henry durarían tanto tiempo, o que Diana sería
parar ella tal competencia. Pero Penélope tenía que reconocer a regañadientes
cuánto espacio ocupaba aún la joven Holland en el corazón de Henry, para
cuando estaba remotamente cerca de ella toda su actitud cambiaba.

No era que Penélope se sintiera débil o particularmente infeliz. Estaba en


ese mismo momento cómoda— era su política de siempre estar cómoda a
95 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

menos que la belleza lo exigiera de otro modo— y disfrutaba recibiendo a un


grupo de invitados en los magníficos coches que todo el mundo sabía que eran
propiedad de su familia por ley. La indiferencia de Henry era irritante, pero no
podía quitar mérito al orgullo que sintió de ser tan públicamente conocida por
ser su consorte, o ser vista como propietario de igualdad de sus muchos tesoros.
Aunque sintió la ausencia de Isabel un poco— esa señora siempre sabia como
disfrutar las cosas buenas— estaba sumamente satisfecha de ser la única
Mistress Schoonmaker abordo.

“¿Y que es lo que quiere mi hermana favorita?”

Penélope se volvió para ver, al menos, la figura de su hermano


acercándose desde la parte trasera del tren. El se movió rápido para besar su
mejilla, y luego cayo en el asiento cubierto de terciopelo frente a ella. Había un
brillo de sudor en su frente, y sus puños estaban deshechos. Ella considero pero
decidió en contra señalando que ella era su única hermana, y que no había otros
para jugar con los favoritos.

“Tengo una asignación para ti,” respondió eventualmente.

“Una tarea” la boca de Grayson se torció en la esquina y miro a su


hermana menor atentamente con sus coincidentes ojos azules.

“Si” Penélope hizo una pausa, y dejo vagar su mirada hacia abajo donde
estaba Diana. La muchacha levanto la mirada de su libro y dejo que sus
intensos ojos marrones devolvieran la mirada a Penélope por un largo
momento. Ella y su hermana se habían vestido para la cena, aunque el vestido
pálido de Diana con el profundo escote y encaje y con las mangas abombadas,
era evidente que no era uno nuevo. “No pienso que te opongas, después de que
lo hayas oído.”

“Tus pequeñas ideas son siempre divertidas, Penny.”


96 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

El menor de los hermanos Hayes sintió otra punzada de irritación al oír


el apodo de su infancia, especialmente después de que le había hecho el elogio
de esperarlo. “Por favor no me llames así.”

El sonrió, y la luz de las lámparas que brillaron bajo el techo del auto se
reflejó en sus dientes blancos. La oscuridad estaba cayendo en la ciudad
pasando por sus ventanas, y las sombras emergieron para dramatizar la
arquitectura de sus caras, ninguno de los cuales fue construido por expresiones
amables. “Mis disculpas, Mistress Schoonmaker.”

Ella le devolvió la amplia sonrisa. “Gracias, hermano.”

“Cualquier cosa por ti, querida hermana.”

“Me alegro de oír eso” continúo, bajando confidencialmente la voz,

“Porque tu tarea requerirá una especial delicadeza.”

“¿Y eso es porque?”

Penélope inclino su cabeza a la izquierda y dejo que todos sus dedos


largos descansaran contra su esbelto cuello. “Me gustaría que fueras un poco
agradable—un poco cariñoso— con la joven Miss Holland.”

Grayson hizo una pausa y miro hacia abajo por el pasillo de tren;
Penélope se extendió para así poder ver lo que él vio. Diana no levanto la
mirada esta vez, pero ajusto su posición para que la luz mortecina de afuera
emitiera bonitas sombras en su pecho de melocotón.

“¿Un poco agradable?” pregunto Grayson mientras se reclinaba de


nuevo en su asiento.

Los ojos de Penélope rodaron tímidamente al espejo encima de su


cabeza. Se enderezo el flequillo y consideró sus palabras. “Si, pero no
97 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

demasiado amable. Consigue gustarle, pero luego contente. Lo entiendes, ¿no?


Mantenla ocupada, pero mira si no puedes jugar un poco alrededor su corazón.
Ella es tan joven, y puede permitirse el lujo de ser jugado un par de veces
todavía.” Ella arrugo su nariz y guiño un ojo a su hermano.

No estaba segura si él iba a preguntar por que, y no queriendo detenerse


a justificarse, agregó: “Solo por diversión. Tenemos un largo viaje en tren, y uno
necesita entretenerse y unos invitados durante una estancia junto al mar.”

Grayson miro a las Hollands una vez más, y luego se giro hacia su
hermana con una expresión vagamente divertida. Se pasó los dedos por su
oscuro cabello pulido, y luego se encogió de hombros, como si le diera lo
mismo. “Bueno, ¿por que no? Es bastante bonita.”

“¡Te dije que te gustaría!” Penélope rio, aunque las cualidad físicas de
Diana Holland no eran en lo mas mínimo gracioso para ella cuando, en el
siguiente momento, su esposo entro en el vagón, mirando por el pasillo a la
muchacha, e inmediatamente asumió la expresión de un hombre golpeado por
la flecha de Cupido. Si Grayson— cuya mirada vacilo un momento entre ambos
Schoonmaker—haciendo todas las conexiones, no dio muestra de ello. Luego
Mistress Schoonmaker se paro, extendió sus brazos cubiertos de gasas color
rosado a los hombros de su esposo, y bloqueó su vista. Unos segundos pasaron
antes de que los ojos de Henry encontraran los suyos, pero apenas había
reconocimiento absoluto en ellos.
98 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ DG
Traducido por: Kiiariita

Los viajes pueden llevar mucho tiempo, son polvorientos, calurosos, y


odiosos, incluso para los turistas más ricos. Una dama nunca muestra su
incomodidad, sin embargo, es por eso que debe acercarse a cualquier barco o
vagón preparada para jugar la imaginación.

—DRESS MAGAZINE, FEBRERO 1900

EL TREN SE SACUDIÓ UN POCO YA QUE AVANZABA A SU


DESTINO, pero Diana se movió bajo su longitud con determinación, yendo
hacia el norte mientras la bestia de hierro iba hacia el sur, tirando de su falda
azul pálida clara de sus largos pasos como ella lo hizo. Su mentón sobresalía y
su brazo izquierdo se balanceaba. Su pelo, que su hermana había arreglado tan
bien para la cena, ahora estaba aflojado cerca de las orejas; en un ánimo menos
distraído podría haber reconocido que en el momento que sus rizos tomaron
vida propia era a menudo también la cima de su belleza. Pero ahora sus
emociones habían anulado el pensamiento racional y estaba tan emocionada
por algo— aunque ella no sabía lo que era—que ella se había encontrado
pronunciando palabras para si misma y tuvo que refrenarse antes que
comenzara a balbucear como una tonta.

Estaba en camino a ninguna parte en particular, aunque estaba en un


humor demasiado necio y egoísta para estar con su hermana por más tiempo.
La cena había agotado a Elizabeth, que ahora estaba durmiendo en su litera. La
99 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

mayoría de los otros viajeros también estaban durmiendo— las luces estaban
bajas en los corredores, que estuvieron llenos de un severo silencio. De vuelta
en el Aries, Penélope y Carolina estaban jugando cartas; los hombres se habían
retirado a su mundo solo para hombres, después de la cena.

Podría haber ido a la cama también, lo sabía, pero su mente estaba toda
iluminada. Los viajes siempre la excitaban— los fuertes olores desconocidos, el
movimiento, la ansiedad de la llegada y salida, los gritos de conductores, la idea
de ella cansada por el cambio de nuevos entornos. El tren también la
fascinaba— estaba formado por todas las habitaciones y los aparatos de la
existencia humana cotidiana, excepto dado que era ligeramente mas pequeño,
como si fuera algún tipo de vitrina para los maniquís, y luego ensartados juntos
en un collar muy largo.

Mas que nada, aunque sus pensamientos regresaron implacablemente a


Henry, y como ella había estado cerca de él después de muchos meses. Él había
usado un esmoquin en la cena y le había dado una fugaz mirada. Pero le había
dicho que el aun la quería solo a ella, y eso era suficiente para despertar su
imaginación. Ahora cada vez que él tocaba a su esposa ella veía su desprecio;
cada vez que él lo hacia giraba sus oscuros ojos en la dirección de Diana, ella
sentía el roce de sus labios contra su garganta. No había dormido después de
eso. Era como una heroína en una novela que ella misma estaba escribiendo; el
personaje seguía protestando que ella era demasiado fuerte para el amor, y aún
así el narrador fue describiendo su deseo.

Entonces había salido, a un ritmo que podría haber sido más adecuado
para un paseo en el parque, por los pasillos del tren. No tenía un destino, y en
cualquier caso, residía más en la cabeza que en el cuerpo. Partes del país que
nunca había visto y que normalmente habría tenido curiosidad de ver pasaban
por las ventanas, iluminadas por la luz de la luna, pero no se paro a ver. El
tiempo pasó y ella continuo en el mismo camino. La única cosa que calmo su
100 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

caminar inquieto fue el sonido de su propio nombre, seguido rápidamente por


la sensación de manos en su brazo.

Se giró y centró su mirada en el hombre en cuyo camino ella se había


cruzado. Estaban en un estrecho pasillo— su espalda estaba contra una pared
de paneles, y Henry Schoonmaker estaba parado frente a ella, la calidad de oro
de su piel era evidente incluso en la penumbra. Sus ojos estaban un poco
hinchados, ella no podía dejar de notarlo, y estaban sobre ella, enterrados en su
interior, en la manera que solo un hombre que viene saliendo del desierto
puede mirar a un vaso de agua.

“Di, lo siento,” susurró cansado.

Ella miró arriba y abajo del pasillo para asegurarse que nadie los miraba.
Él la había atrapado en una conjuntara sin ventanas, y allí había solo la luz de
unos pocos candelabros. “¿Por qué? Replicó, esforzando en su voz un intento
de sonar descuidada e ingeniosa.

Ella inhaló el olor familiar de él, de cigarrillos y almizcle y todas esas


otras cosas masculinas indefinibles, y se preguntó si él no estaría un poco
bebido. Se pregunto como podía el beber — ella misma se sentía demasiada
mareada ya, solo por estar en su entorno general. Luego el desvió la vista, el
tiempo suficiente para recuperar el aliento y dejar a sus dardos de ojos a diestra
y siniestra antes de concentrarse en ella otra vez.

“Tú presencia aquí es un riesgo. Si Penélope le dijo a cualquier persona


lo que hemos sido el uno para el otro nunca seria lo mismo para ti. Me temo que
he sido muy egoísta…” Diana estaba distraída por la amplia cara aristocrática
de Henry, con su altura, con sus ojos pequeños y su nariz fina y los labios, los
cuales ella quería, incluso ahora y contra todo su buen juicio, presionarlos
contra los suyos propios; había perdido la pista de lo que él estaba diciendo. “Si
ese es el caso, lo siento mucho.”
101 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Yo no,” dijo ella.

“Oh, Di,” respondió él con voz ronca.

Ella era muy consciente de la velocidad con la cual el piso donde ella
estaba en pie estaba pasando sobre la tierra, interpretación de paisajes y
observadores de inactividad borrosa, si solo ella pudiera verlos. Ella misma se
sentía borrosa y apresurada. Una parte de ella quería escuchar a Henry por
horas, pero la otra parte— el que era todo hormigueo— sabia que alguien podía
venir por el pasillo en cualquier momento y ver a un hombre casado en una
esquina oscura con una vulgar chica. Luego ella nunca sabría como terminaría
esta historia.

El tren se sacudió en sus pistas, el movimiento del auto desequilibro a


Henry, por eso de repente él estaba mucho mas cerca de Diana. Él aun estaba
mirándola con esos ardientes ojos, y por un breve momento ella estaba segura
que la misma idea estaba en la mente de ambos.

Los labios de Diana se separaron. Él ahora estaba lo suficientemente


cerca que ella podía sentir su pulso, el cual estaba rápido. Su respiración se
había vuelto corta, y ella sabia que la de él igual, porque ella podía sentirlo
contra su cara. Él dudó por otro segundo, y luego una puerta se abrió al final
del coche. Todo el ruido de afuera rompió el momento. Diana volvió su cabeza
hacia su hombro y Henry bajo su barbilla. Ellos tendrían que moverse rápido. Él
dejo a su mano correr por el brazo de ella y a través de sus dedos, y luego se dio
media vuelta y caminó hacia la puerta abierta, con sus hombros cuadrados con
el viejo derecho empedernido. Un momento después, ella lo oyó interceptando
al portero.

Diana giro a la izquierda y se apuro en la dirección contraria. Había


mucho más del tren para caminar, y ya sabía que no dormiría en toda la noche.
102 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ DH
Traducido por: Kiiariita

Una mujer saliendo de luto, especialmente si es su esposo quien falleció,


debe estar siempre vigilando sus nervios. Yo conocía a muchas damas quienes,
cuando regresaban a la sociedad, con su exceso de voces y tendencia a sobre
estimular, vio estrellas, se volvió mareada, y tuvo que ser llevada a toda prisa
a la cama.

Guía Van Kamp de economía doméstica

Para damas de la alta sociedad, edición de 1899

“Oh, Liz, están bueno tenerte toda para mi misma lejos de la ciudad.”
Penélope se acerco a un paso rápido y tomó las manos de su vieja amiga. Sobre
el hombro de su anfitriona, Elizabeth podía ver el bamboleo de las cabezas de
los otros invitados, y quizás hizo una mueca de duda, por que Penélope
continuo rápidamente: “O para todos nosotros, mejor dicho, que es lo mejor que
viene.”

Elizabeth pareció no haberse disgustado por esas falsas salidas y abrió la


redondez de su pequeña boca en una generosa sonrisa. Ayer, después de que el
tren finalmente hubiera partido y después de muchos hola, y también después
de ser encorsetada por la doncella del tren y pintando una famosa tez de
alabastro para que no pareciera demasiada tan muerta, ella se había sentido
cansada. Esto era de esperarse, y de todos modos, no le importaba mucho,
103 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

porque cada vez que se cansaba, sabía que podría encontrar la deriva con los
ojos cerrados, y luego podría estar con Will por un momento. Pero esta mañana
estaba sintiéndose mejor de lo que esperaba, no en lo más mínimo por los
suspiros contentos que Diana dejaba salir en sus sueños. Estaba contenta de
haber ayudado a su hermana menor a venir a este viaje, y ese conocimiento la
hizo sentir no tan débil.

“Que encantadora y amable anfitriona eres, Penny,” respondió Elizabeth


como lo señalo su antigua amiga mas cercana a ella. Había conocido a Penélope
durante un tiempo, y estaba muy consciente cuan poco le gustaba aquel
diminutivo.

Hicieron una bonita imagen, que había sido probablemente hecho por
una de las motivaciones de un ex de Miss Hayes en su amistad en primer lugar.
Sus largos cuellos eran ambos destacados por caros collares— intricados,
encajes brillantes para Penélope, y estupendo algodón azul para Elizabeth— y
sus delgadas cinturas eran mostrados por equipadas sastrerías. El color
opuesto de las chicas las hacia resaltar a cada una. Elizabeth había tenido
cuidado extra con su pelo esa mañana, y esta se elevo en una brumosa nube
rubia sobre su frente. Miró hacia atrás una vez y vio a su hermana dar una
pequeña exhalación de desaprobación, y luego concentro toda la fuerza de sus
capacidades sociales— lo que quedaba de ello— en el cuarto privado del vagón
restaurante, donde el desayuno estaba previsto en bandejas de plata.

“Perdiste mucho peso desde el Otoño, tendremos que conseguirte algo


de comida rápidamente,” Penélope continuo cuando entraron a la habitación.
Elizabeth noto el sadismo sutil de eso último, pero decidió ignorarlo ya que se
unieron al resto de la fiesta, quienes estaban reunidos en un grupo suelto más
allá de la puerta.

Una larga mesa estaba colocada debajo de un techo gótico de nuez


tallado y grabado con ventanas arqueadas colocadas por encima de ellos para
104 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

dejar entrar la luz de la mañana. Penélope pasó a Elizabeth a Teddy Cutting,


quien la acompaño a su lugar en la mesa. Ella se había alegrado cuando vio su
nombre en el papel, junto al suyo, en la columna que informo notables salidas
desde la ciudad, y había sentido un tipo de alivio en su presencia en el comedor
del vagón esa mañana. Teddy no juega como el resto de sus compañeros. Él
retiro su silla hacia atrás, y ella trato de no revelar los vértigos que vinieron
cuando se sentó. El hermano de Penélope, Grayson, quien estaba usando un
abrigo del color de un ala de paloma, tomo el brazo de Diana, y Henry tomo el
de Lina, y todos se movieron hacia la mesa, los caballeros retirando las sillas
hacia atrás y luego sentándose para que así ninguna dama se sentara junto a un
miembro de su propio sexo.

Elizabeth sonrió ligeramente, pero con la vieja gracia—Teddy tomó la


servilleta apoyada en su bandeja plateada, lo sacudió abriéndolo, y lo coloco en
regazo de ella.

“Gracias, Mister Cutting, “dijo ella. “Pero no soy una invalida, lo sabe.”

Teddy la miro, pero solo por un momento cortes de silencio, con sus
preocupados ojos grises. Su rubio cabello llevaba menos pomada de lo usual,
aunque lo hizo por hábito, una parte en el lado izquierdo de su cabeza y
cruzado en el derecho. Ella no lo había visto desde el pasado septiembre,
cuando él visitó a su familia en domingo, cuando las personas todavía hacían
tales cosas.

“Lo se,” respondió después de un momento. “Es solo que tu pareces tan
delicada después de tus… ensayos, y uno siempre quiere protegerte.” Hizo una
pausa y tomo un largo sorbo de agua. “Me encuentro siempre queriéndolo.”

Elizabeth sintió que sus mejillas se sonrojaban, tanto por su tono serio
como sus palabras conocidas. Pero Teddy era un viejo amigo y un constante
caballero, y supuso que era normal para él hablarle a ella con tanto cuidado, tal
como supuso la palabra no siempre tenia una connotación especial. Nadie más
105 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

parecía haberse dado cuenta. Él levanto una bandeja de bollos y le ofreció a ella.
El tren se sacudió en medio del campo y Henry, quien estaba sentado en a la
cabeza de la mesa a su derecha, miró ausente en su jugo cuando su esposa
hablo en voz alta de las casas rurales de Newport y de arquitectos favoritos y
otras cosas que muy pocas personas podían permitirse.

“Encuentro su trabajo completamente de auto-grandeza,” fue la


respuesta de Leland con ardiente animación. Él expresaba todo con su cuerpo
entero y con total convicción, como Elizabeth lo recordaba haciendo cuando el
era mas chico. Esto era solo una de las características que lo separaba de sus
compañeros. “Aunque aprecio las influencias islámicas que ocasionalmente
aporta. Su arquitectura es tan fascinante para mí, todos los minaretes y mihrab,
todos los arcos y azulejos, toda esa caligrafía intrincada. ¿Sabia usted que ellos
usan la caligrafía en la decoración porque están prohibidas las imágenes? Oh,
si…”

Elizabeth sonrió en privado, pensando cuan frustrada debe estar


Penélope por haberse metido en una conversación en la cual ella fue destinada
a ser la participante menos activa. Leland, mientras tanto, continúo sin cesar,
como dando un sermón. A su lado se sentaba Lina, usando un traje de espina
marrón claro ajustado en terciopelo marrón oscuro. Todo lo que llevaba parecía
mal ajustado en la forma que marcan las cosas nuevas a menudo hacen;
ninguna de sus ropas se habían aun suavizado a su cuerpo, y ellos parecían
ocasionalmente reírse a la menor manera fluida en que ella se movía en ellos.

Eso fue poco caritativo, Elizabeth se advirtió. Pues aunque ella aun no se
había sobrepuesto de la incomodidad de ver a su ex criada socialmente, perder
a Will hizo difícil mantener un sentimiento de odio hacia cualquiera que no
fuera de pura maldad. Y por supuesto lo que Lina había dicho en el No.17 era
verdad—que ella también amaba a Will, así que no podía ser tan mala. Ella se
veía bonita de una manera, Elizabeth podía verlo ahora. Con sus ojos de color
liquen y su cabello recogido, le recordaba a Elizabeth de su enfermera de la
106 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

infancia, la madre de Lina, que fue hermosa y amable y siempre tan calmada
en medio del caos de las Hollands.

Elizabeth rompió una parte elegante de bollo y se la puso en su boca,


esperando que un poco de alimento solido tuviera un efecto estabilizador.
Sintió a Teddy observándola, y trato de darle una sonrisa tranquilizadora. Justo
entonces el tren pasaba por una curva. Ella se dio cuenta de cuan rápido
estaban yendo y tuvo que lograr mantener su equilibrio sobre la mesa. La curva
había desestabilizado lo que parecía todo lo demás en el vagón comedor
también. Las tazas temblaban en sus platillos y los cuencos en sus platos. Todos
dejaron de hablar, excepto Leland, que siempre se movía tan inquietamente que
quizás estaba sin comprender del tren a su alrededor. Él hizo un gesto salvaje y
su mano encontró una garrafa de agua, que de punta, temblaba, y que
finalmente salpico a Lina. Los ojos de Elizabeth se movieron hacia ella. Por un
momento la ex criada miro como si ella hubiera dejado caer un collar de perlas
y estuviera viendo como se separaban y rodaban lejos sobre el piso de mármol
duro.

“¡Oh!” Penélope grito, chasqueando sus dedos a los criados.

“Lo siento tanto,” Leland jadeo, horrorizado consigo mismo, cuando


comenzó a secar la falda de Lina.

“Voy a tomar algo mas de jugo,” dijo Henry a nadie en particular.

“Oh… esta todo bien.” Lina estaba ruborizada por toda la atención y
parecía haberse sobrepuesto de cualquier devastación sobre su vestido. Estaba
mirando a Leland como él furiosamente trataba de absorber el agua de su
regazo. Los criados de uniformados de blanco y negro descendieron sobre ellos
con servilletas nuevas y una nueva jarra. Henry recibió una copa llena de jugo.
Abajo al otro extremo de la mesa, Diana se inclino y saco un croissant de una
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bandeja de plata, muchos rizos brillantes oscuros cayeron adelante a través de


su barbilla cuando lo hizo, luego volvió a sentarse sobre la silla.

“Miss Diana,” dijo el hermano de Penélope, Grayson. “¿Puedo pasarle la


mantequilla?”

“No gracias, esta bastante deliciosamente mantecoso,” respondió Diana


con aspereza. Estaba llenad e una extraña energía esa mañana. Ella cada
momento tenía un propósito y vida, y parecía encontrar satisfacción en cada
pequeña cosa.

“Hay una gran cantidad de delicias aquí, debo decir…”

El hermano de Penélope estaba ubicado en el extremo de la mesa, y


aunque Elizabeth quería mirarlo para asegurarse que el no estaba coqueteando
con su hermana menor, un sentido de decoro le impedía girarse. No le gustaba
su pronunciación lasciva, y lo hacia sonar como flirteo, aunque tal vez era solo
un comentario casual, se dijo a si misma cuando miró a Henry. Pero cuando
miró, Henry se limito a mirar su vaso de jugo. Todos estaban actuando tan…
extraños.

“Miss Elizabeth,” dijo Teddy. Su voz era suave, incluso como todo el
resto comenzó a balbucear. Él se acercó y puso ligeramente sus dedos sobre su
muñeca. “¿Estás bien? No luces bien. Fue una curva cerrada, y supongo que
habrán mas…”

Las puntas de los dedos de Teddy, descansaban en su pálida piel,


comunicaron tal exquisita bondad que por un momento ella sintió una variedad
de felicidad radiante que no había experimentado en mucho tiempo. Duró solo
un segundo y luego se vio abrumada por un terrible giro en su estomago.

Ella se dio cuenta con temor y disgusto que se había permitido una
sensación agradable— algo que sin duda nunca podría merecer otra vez— y
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que había sido inspirado por otro hombre, un hombre que había nacido con
suerte y seguro y que sin duda no era Will. En un instante sabia que iba a
vomitar.

Su cabeza estaba muy fría y su cuerpo muy caliente. Todos en la mesa


estaban atrapados en sus propias voces altas y pensamientos apremiantes. Dejo
que sus parpados cayeran por un momento y rezó que pudiera llegar al baño;
luego hizo retroceder su silla y se alejó del comedor vagón privado.
109 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ DI
Traducido por: Thpy

Supimos de buena fuente que el último punto de interés de la sociedad,


Miss Carolina Broad, está acompañando a los Schoonmaker a su fiesta en
Florida, lo que sin duda impresiona a todos sus nuevos amigos. Ella ha
informado que viajará solo con una doncella y sin su usual chaperón, Sr. Carey
Lewis Longhorn, quien puede hacer que uno de esos amigos sea prudente,
aunque ciertamente no hará que ninguno de nosotros pierda el interés.

DE CITÉ CHATTER, MIERCOLES, FEBRERO 14, 1900.

Srta. Broad siento muchísimo lo de esta mañana. La recompensare llevándola a


pasear en mi automóvil cuando lleguemos a Florida. ¿Le gustaría? ¿Ha ido alguna vez
en un automóvil? Le aseguro, mi torpeza sólo se revela en los salones y en mesas de
comedor caprichosamente establecidas. Usted puede confiar en mí como su conductor.
En un vehículo…

Carolina sonreía y asentía con la cabeza entusiastamente.

Era difícil entender todo lo que Leland decía, ya que hablaba muy
rápido, y por eso ella también a veces se perdía en el tema, sin saber si se
suponía que debía asentir o sacudir la cabeza ya que él hacía muchas preguntas
al pasar, y ella deseaba responderlas todas de manera de estar segura de pasar
mayor tiempo en su compañía. Se sentía tan mareada y delicada con él que
dejaba de concebirse como ella misma.
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Se cambió su vestido empapado, después del desayuno, a un elegante


traje de seda azul marino con complicadas formas y con una cinta blanca como
detalle, y desde entonces él ha estado revoloteando a su alrededor en el tren.
Había pequeñas explosiones de encaje en sus muñecas y garganta, y ella hacía
recatadas florituras con las manos cada vez que tenía la oportunidad de decir
algo, ya que le gustaba ver cómo se veían en vuelo.

Leland la llevó de inmediato a visitar al ingeniero del tren y oír al


guardafrenos que evalúa el estado del mismo — el guardafrenos estaba seguro
de que todos llegarían a Palm Beach en una pieza —. Ahora él llevó a Carolina
al coche de observación sobre su cubierta, que miraba hacia atrás, a lo largo de
los rieles que se arrastraba a sus espaldas, curvándose de forma que
desaparecían entre los árboles desnudos.

El día fue frío y seco, el paisaje perezosamente despoblado de la tarde fue


reguardado por el cielo azul. El vestido de Carolina se movía con el viento
cuando se detuvo detrás de Leland y sintió el aire azotándola, que era más
cálido que en Nueva York, pero aun así un poco tonificante. Como el salón
detrás de ellos, que fue equipado con mullidos sofás, enormes mapas y cortinas
de terciopelo, la plataforma de observación estaba magníficamente construida,
con un techo abovedado y borlas sostenidas por pilares enchapados en oro de la
plataforma semicircular. La barandilla estaba hecha de madera finamente
tallada y muy brillante.

— Amo la forma en que la tierra solo cae detrás de ti cuando viajas en un


tren. ¿Puedes imaginar cómo pudo haber sido para nuestros bisabuelos,
quienes difícilmente sabían qué era un tren y nunca tuvieron la experiencia de
viajar con tanta facilidad y comodidad? Qué privilegios es vivirlo ahora, justo
en este momento, y ser capaz de ir a cualquier parte…

De repente él se detuvo y miró hacia afuera, a los árboles. Casi un shock


ver a Leland parado de esa forma, la respiración de Carolina se volvió irregular
111 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

al observarlo y apreciar cuán verdadera, real y sobrenaturalmente apuesto era


él.

Todavía existía el balanceo del tren, a pesar de eso, él extendió la mano y


la puso en el pilar de oro. Ella pestañeó, incapaz de dejar de mirarlo. Él era tan
grande y, sin embargo, tan esbelto, disminuyendo su torso bajo sus anchos
hombros. Estar cerca de alguien de tan considerable presencia física, la hizo
sentir pequeña e insignificante. Su cabello estaba un poco crecido, y se
escabullía detrás sus orejas. Cuando se dio la vuelta ella notó que había estado
mirándole de nuevo y sintió una punzada de vergüenza.

— Deberíamos estar en Florida mañana por la tarde —dijo él, con aquella
voz inusualmente suave y mesurada.

Carolina, cuya mirada se había posado tímidamente en sus zapatos,


ahora se daba un pequeño discurso. Seguramente él no pasaría muchas horas
con ella si no la encontrara ya bonita, racionalizó, y si él no le ha dicho nada
dulce aún, tal vez era porque no quería tomar ventaja, o porque él mismo era
tímido en este aspecto, o por una docena más de razones.

Por un momento, el inevitable presentimiento de volver ahí sin haber


compartido un solo momento romántico con Leland rozó, horriblemente, sus
pensamientos. Ella miró sus salvajes ojos azules y decidió que era capaz de
mostrarle cómo se sentía. Movió el quitasol a su mano derecha y dio un paso
hacia Leland. Sabía que debería estar sonriendo, pero el nerviosismo ya se había
expandido a través de ella y se había olvidado incluso de cómo hacer el más
básico de los gestos.

Todo en lo que podía pensar hacer en aquel momento era terminar la


serie de pasos que había ideado para sí misma: ir hacia Leland, luego girar un
poco, para que el espacio entre ella, él y la barandilla fuese, de hecho, muy
cercano. Tal vez entonces pudiese recordar cómo sonreír. Él ahora estaba
112 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

observándola atentamente, y ella se movía hacia atrás coquetamente,


apoyándose en la barandilla. No logró sonreír.

En ese preciso momento el coche dio con un bache y perdió el equilibrio,


provocando que todo su peso cayera sobre las barras de madera a su espalda.

Hubo un terrible chasquido.

El viento apareció soplando en sus oídos, y en ese instante ella supo que
iba a morir. Las ruedas estaban chirriando en la pista mientras los titulares de
los periódicos ya estaban reverberando en su mente, ESPELUZNANTE FIN
PARA NOVATA DE SOCIEDAD EN ALGUN LUGAR DEL SUR DE MASON-
DIXON, ellos leerían, o INGRATA ADVENEDIZA ABANDONA BOLETO PARA
LA COMIDA, SE REUNE CON EL CREADOR UN DIA DESPUES. Ella sabía que
su cuerpo, de tan poca experiencia con aquellos escasos diecisiete años que
tenía, iba a ser aplastado y dejado atrás por toda la demás agradecida y
afortunada gente que estaba a salvo en el tren.

Entonces, ella abrió los ojos, y se dio cuenta que su vida no había
terminado después de todo.

Leland la sostenía con un brazo, mientras se agarraba al pilar enchapado


en oro con el otro. Había una seria estabilidad en la forma en que él la estaba
viendo, incluso al pensar que el cielo sobre ellos y la tierra por debajo estaba
cayéndose detrás de ellos tan espantosamente rápido. Su corazón latía con tanta
rapidez que se preguntaba si el mismo iba a saltar fuera de su pecho, pero
también había una extraña resolución en su interior. El rostro de Leland estaba
rojo por toda la sangre que había acudido allí, ella podría decir que él estaba
comprometido con un tremendo esfuerzo.

Más allá de él, las nubes eran atravesadas con rayos oro que venían
desde el sol. Él tiró con todas sus fuerzas, y luego Carolina estuvo derecha otra
vez. Ella miró el ferrocarril roto y tuvo que cerrar los ojos con la cruda imagen
113 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

que se formó en su conciencia de lo cerca que estuvo de ser desgarrado una


parte de su cuerpo.

— Oh, gracias — susurró ella.

— ¿Está usted bien?

Ella, miró a Leland y vio que su cuerpo se estremecía tanto como el de


ella.

— Sí. — Dijo ella — O lo estaré en un minuto o dos.

El temor de lo que pudo haber sido, aun no desaparecía de su mente,


cuando comenzó a darse cuenta de todas las brillantes posibilidades del
momento. Ella no era una hábil manipuladora en situaciones sociales — no
todavía, de todos modos — pero sabía de una oportunidad cuando la veía. Dejó
que sus párpados se cerraran, y que sus labios se vieran débiles, y luego se echó
hacia adelante en sus brazos.

— Oh, Leland, si tú no hubieras estado aquí… — continuó ella. Pero no


tuvo que decir nada más, ya que había doblado los brazos a su alrededor, y la
extensión completa de sus manos se apretaba contra su espalda cubierta de
seda.
114 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ DJ
Traducido por: Kiiariita

La fiesta Schoonmaker se dice que llega al Royal Poinciana, Palm Beach,


Florida, esta tarde, salvo alguna complicación en el viaje. Les puedo asegurar
los más exclusivos detalles de su estancia en el sur. Muchas notables personas
han estado el invierno en el hotel, incluyendo a Frederick Whitneys, la familia
de Lord Dagmall-Lister, el Embajador británico, y el Príncipe de Bavaria y su
séquito…

-DE “GAMESOME GALLANT” CULUMNA EN EL NUEVA YORK


IMPERIAL, JUEVES, FEBRERO 15, 1900

HENRY AMABA UN BUEN HOTEL, Y ERA CONOCIDO POR tomar


habitaciones ya sea para una fiesta o por algunos días de descanso en varios de
los establecimientos de Nueva York, incluso cuando uno de los clubs que le
pertenecían a él y a su padre lo hubiese hecho igual de bien. Encontró muy poco
placer, sin embargo, en el Royal Poinciana, una enorme estructura de madera
color amarillo limón con blancos adornos colocados entre el Lake Worth y el
mar, en la tarde en que su fiesta arribó allí. Él era por ese entonces
miserablemente sobrio, y ha estado observando la crueldad con que Penélope
atendía a sus invitados. Era como si ella los quisiera en un estado de temor
controlada en todo momento. Ahora que estaba más lúcido, se preguntó si es
que había algún límite en su comportamiento cuando algo de lo que sentía
propio estaba al borde.
115 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-Aquí estamos, Señor Schoonmker –dijo el conserje, quien los acompañó


personalmente a su suite. Henry observó una serie de botones y sirvientas ante
ellos, seguían marchando por toda la habitación para acomodar el equipaje, y
revisó sus bolsillos para las propinas.

-Somos un hotel muy amplio –el conserje explicó-. Nuestros corredores


se extienden cuatro millas, y nuestros jardines tienen unos treinta acres. Para
usted, nosotros queremos que se sienta como en casa. Queremos que lo sienta
como propio. Por favor, no dude en llamarnos en cualquier momento, por
cualquier pequeña cosa. No lo dude…

Henry tenía la mirada perdida en la cortina blanca en el dosel de la


gigantesca cama, que era de un oscuro nogal pulido y se paró en la tarima, en la
esquina más alejada, a pesar de que el conserje seguía parloteando. El anciano
señor Schoonmaker y Henry Flagler, quien no era dueño sólo del hotel, sino de
la mayoría de Palm Beach, habían hecho negocios en ferrocarriles juntos
durante su juventud, por lo que Henry sospechaba que la adulación continuaría
en buen ritmo hasta que el último botones recibiera su recompensa. Él había
escuchado muchos discursos como este antes, en toda clase de hoteles, y a
menudo se entretenía haciéndoles preguntas imposibles como la historia del
edificio o demandando cepas específicas de vinos que eran imposibles de
adquirir en tan poco tiempo. Ninguna de esas payasadas vinieron a él ahora.

-El baño en esta suite –el conserje iba diciendo-, es de diecisiete pies de
largo, y tiene una bañera empotrada en mármol italiano importado. ¿Quizás a
la Señora de gustaría un baño antes de cenar? Podría preparar uno…

-No –Henry interrumpió fuertemente. Se detuvo y puso su dedo índice


en la esquina interna de su ojo, donde se limpió un invisible rastro de polvo-.
No, todo está realmente muy bien.

Él pudo ver cuan brusco había sido por el débil pestañeo del conserje. La
onda negativa cruzó la habitación, que ahora estaba llena con gran parte del
116 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

equipaje, sujetadas con hebillas y correas, por lo que las mucamas voltearon sus
rostros al piso y el muchachito con el carro de latón se movió a la salida, hasta
llegar a Penélope, quien retiró su sombrero y volteó para darle a Henry una fría
mirada. Su oscuro cabello era largo, rígido, y las dos piezas de su traje rojo
reunidas en una cintura increíblemente estrecha, en donde ella colocó su mano.

-Verá, mi esposa ama los sucios rumores –Henry se escuchó decir con
rancia alegría-, y por eso ella nunca ha sido muy aficionada a los baños.

Penélope se apartó, la curva de su espalda captaba los últimos rayos de


luz de la tarde, y entonces habló en una voz que él nunca había escuchado
antes. Que intimidaba precisamente porque era muy baja y suave.

-Todos ustedes deberían irse ahora –ella dijo mientras le entregaba su


sombrero a la doncella sin mirarla.

La doncella tomó el sombrero, que era pequeño y con plumas que habían
sido afirmadas con terciopelo negro, y se bajó de la plataforma al suelo de
baldosas españolas. Por como caminó hacia la puerta, le dio a Henry lo que
imaginó sería una mirada de súplica. El staff del hotel comenzó a pasar junto a
él hacia la puerta, y cuando se iban extendió su mano para darles sus monedas.
El conserje le dio una torcida sonrisa que le confirmó que había sido rudo con
su esposa en frente de los ayudantes, seguido de un gesto displicente, cuando
dejó la habitación, cerrando la gran puerta de bronce detrás de él.

Cuando estuvieron solos él notó una cálida brisa que venía de las puertas
francesas, abiertas a la terraza, donde Penélope permanecía. Su espalda se
enderezó y mantuvo su esbelta figura dándole la espalda, pero incluso así él
detectó en su posición un toque de desafío. No dudó que los pensamientos en
su cabeza eran sobre cómo iba a mantenerlo alejado para siempre de Diana, y la
idea de que alguien dañara a Di hizo que su sangre hirviera.

Henry se quitó su chaqueta, y la colocó descuidadamente en una silla de


madera satinada. Se movió a través del piso hacia la terraza con una certera
117 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

inquietud de agredir, abrió sus puños y luego puso sus gemelos de oro sobre
una pequeña mesa decorativa cerca de la puerta. Se estrellaron contra el
mármol, causando un ruido que asustó a ambos Schoonmaker.

-¿Henry? –Penélope se volteó para evaluar la situación, y aunque ella


asumió un reflexivo tono de pregunta, llevaba un trasfondo de decidida
maldad.

-¿Qué es eso? –ellos se encararon el uno al otro a través del enorme piso
brillante, ambos rígidos y cuidadosos de sí mismos. Todos los muebles entre
ellos habían sido pulidos ese día, y brillaban costosos en la tenue luz. Cuando
Henry comenzó a abrir los botones superiores de su camisa que había usado
toda la mañana en el tren, sus dedos se movieron con una energía casi bélica. La
ira de Penélope fue bastante clara en la fuerza en que batía sus negras pestañas.

Finalmente ella puso su mano en su cadera, y luego dejó que todo su


cuerpo se relajara mientras decía lo siguiente.

-Tú sabes que no es de nuestra incumbencia hacer que los sirvientes


hablen.

Él exhaló fuertemente y se dirigió hacia ella como para contradecirla.


Pero ella estaba en lo correcto, y no pudo olvidar la angelical esperanza con la
que Diana había esperado ser besada en el corredor del tren. No importaba lo
mucho que odiara a su esposa en ese momento, no podía ser impulsivo, pues no
era su reputación la que estaba en mayor riesgo.

-Preferiría no decirles a todos que mi marido una vez desfloró a una de


las famosas muchachas Holland, pero lo haré si tengo que hacerlo –continuó
convincentemente. Cada palabra hacía que el aire silbara como una estocada-.
Sería desafortunado que tú, en tu propia estupidez, dejara que esta información
sea conocida pasivamente, por alguna sirvienta u otro. No creas que no he
notado cuan feliz eres de tener a tu ex amante a lo largo de este viaje.
118 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Hizo una mueca, pero no había forma de regresarle sus palabras. Ella era
de temer cuando estaba así, y también tenía razón.

Penélope dio otro paso hacia él, y siguió adelante.

-Si me entero, o alguien más lo hace, así que es mejor que comiences a
jugar al buen esposo antes que nos encontremos en una situación que haría a
todos querer llorar.

Él asintió y se volteó a contemplar la vista. Diana estaba en algún lugar


afuera, entre la brisa y las palmeras, y este conocimiento lo llenó por igual con
una feliz anticipación y temor.
119 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ DK
Traducido por: Steffanie Mirelle

Srita. Diana—

Envié a mi sirviente personal a verificar, y este me dijo que el agua esta perfecta
ahora. ¿No se me uniría Usted para un paso a la orilla del Mar? Estaré
esperando en la terraza por usted….

Su admirador,

Grayson Hayes

COMO EL RESTO DE LOS SCHOONMAKER, DIANA se había acostado


temprano y durmió profundamente hasta el la hora del desayuno. Se despertó
con la sensación vigorizante de un nuevo lugar y el aire salado del mar, y
decidió tomar un pequeño carro para ir a la orilla del mar.

Su hermana seguía demasiado cansada por el viaje como para


acompañarla, pero cuando Diana dio unos pasos en la empina playa de arena,
se dio cuenta que no le importaba estar sola, para ella el ambiente era una
perfecta compañía. El agua azul turquesa se extendía ante ella en contraste con
la gran larga franja de la arena blanca, mientras que por encima de su hombro
los colores eran los totalmente colores puros, colores atrevidos, puntualizando
ocasionalmente las altísimas palmeras verdes. Este era la clase de paraíso donde
criaturas feroces estuvieran al asecho en los manglares y cierta dama con
convicción determinada podría cazar pumas.
120 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

En New York, cada pulgada de tierra había sido usada para alguna
actividad humana, y se encontraba ladrillos y huesos que habían sido
enterrados junto con mucha historia olvidada. Aquí era más simple y salvaje,
aunque no había prevenido a los bañistas que traían la civilización al paisaje.

Los puntos de la tela se extendían sobre la playa y había toda clase de


refugios en ellos como si ellos no pudieran aceptar la idea de estar lejos de la
civilización y todas sus comodidades modernas. Diana sonrió ante la ironía de
eso, pero entonces ella vio otro tipo de belleza salvaje. Ahí, entre la multitud de
los bañistas, y no lejos de ella, estaba Penélope Schoonmaker, su sombrero
negro de paja cubriendo su impecable rosto y ella arrecostada con sus pies
vistiendo medias apuntando hacia las olas.

Al lado de ella estaba Henry. Usaba un traje de baño negro con una
camisa llamada tanque, que cubría su musculoso torso y la mitad de sus
muslos, y estaba mirando hacia el mar. Su barbilla la tenia suave, como la piel
de un bebe cualidad que adquiría después de afeitar, y sus ojos, ya grandes y
esplendidos que hacia frustrante la revelación, se volvieron como rendijas ante
la brillante luz. Ellos no se miraban uno al otro o hablaban, pero ellos eran
claramente dos del mismo tipo que ella experimentaba un efecto en todos sus
buenos sentimientos. Penélope la noto a ella, y con una brillante sonrisa
emergiendo en sus labios.

“Henry, Voy a necesitar una sombría,” le anuncio, como si se le hubiera


ocurrido de forma espontanea.

“¿Quieres que te alquile una sombrilla?” Contesto. Y se dio vuelta para


escuchar su respuesta, y cuando lo hizo el estaba usando la más extraña sonrisa,
---y que no era precisamente de amor, y en todo caso era una sonrisa.

Hasta aquel momento Diana se había imaginado la acritud de los


Schoonmakers y solo con una de sus interacción, pero su vida de fantasía quedo
ahí y se quedo inmóvil, un poco aturdida por esa imagen de la pareja.
121 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Gracias,” Penélope casi le susurro. Ella estaba esperando un beso, y


Diana se sentía aliviada por qué no tenía que ser testigo de ello. Él solo asintió
con la cabeza y se apresuro hacia la choza con techo de paja que en el hotel
alquilaban las sombrías y parasoles junto con sillas plegables para la gente
recién llegada de la ciudad, cuya piel se había mostrado sensible por los meses
estando en las salas de reuniones. Esas personas—Lo mejor de New York y
Philadelphia y Washington—poblando la playa en pequeños grupos, las damas
con sus medias negras (para disimular su piel desnuda cuando estuvieran
mojadas por el agua del océano) y sus trajes de baños oscuros de algodón para
cubrir sus formas femeninas.

La misma Penélope llevaba medias—Diana noto como su negrura


acentuaba sus pantorrillas largas y delgadas—y su atuendo tenia algunos
volantes en los brazos y alrededor de las piernas. Su escote era cuadrado y bajo.
Ella no miraba a Diana, y en su lugar inspeccionaba a las mujeres que tenía
cerca en la arena, y las que estaban flotando en las olas, con una mirada
complacida confianza que parecía sugerir que creía que era ella la mujer más
bella en toda la playa.

El aire estaba fresco y frio cerca del agua, y Diana inhalo el roció de sal y
trato de no ponerse nerviosa ante la imagen de Penélope y Henry juntos. Ella
estaba tratando de decidir si acercarse a sus sillas o desaparecer en silencio,
cuando escucho alguien gritando su nombre desde atrás. Se dio la vuelta,
colocándose una palma aplanada para proteger sus ojos del sol, y vio a Grayson
Hayes acercándose.

“Trataste de dejarme plantado esta mañana, ¿verdad?” Sonrió


espontáneamente a ella, pero Diana—sorprendida por el parentesco familiar,
que fue notablemente claro, en la luz del medio día—tartamudeo. “Me habría
gustado escoltarte hasta la playa, pero ya estamos aquí.”
122 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Hasta ese momento no había pensado mucho en las atenciones de


Grayson, que comenzaron en el tren y solo habían incrementado con su llegada.
Aunque era descarada sobre su atractivo y encanto, de repente parecía muy
conveniente que él estuviera ahí, llevando un traje de baño idéntico al que
Henry llevaba, mirándola con admiración. Los hermanos Hayes estaban
tramando algo, se dio cuenta—pero eso, no significaba que no podía ser
conveniente para ella también. Era como jugar a ser una heroína de un libro, y
Diana seguía escribiendo su propia historia; la mejor de las heroínas, ella
siempre había creído que tomaba el destino en sus propias manos.

“Aquí estamos,” ella dijo. Dejando aparecer en sus labios una lenta
sonrisa. Una invitadora sonrisa.

Luego ambos se dieron la vuelta, y vieron a Henry corriendo con un


chico que no podría tener más de ocho o nueve años. Henry llevaba la base del
parasol en su brazo y el chico ayudaba llevando la parte roja-y-con rayas
blancas sobre su hombro. Cuando se acercaron donde Penélope, el chico
comenzó arreglando mientras Henry se dedico a solo mirar. Penélope Sonrió
amablemente a Henry y al chico, que llevaba algo que se parecía a un
bochornoso traje de pantalones y chaleco con una camisa blanca.

“Gracias, Henry,” Penélope dijo cuando todo ya estaba hecho y su


palidez iridiscente está cubierta por un arco de sombras. Entonces ella misma se
dio la vuelta para donde estaban Diana y Grayson de pie, y los saludos. “Oh,
hola,” ella dijo, sin siquiera pretender verse sorprendida. “Mira, son mi
hermano y la señorita Holland.”

Henry acaba de terminar de darle su propina al muchacho, pero miro


hacia arriba como si hubiera sido atrapado bebiendo de un frasco en la iglesia.

Diana repentinamente, fue consciente de todo lo que estaba mal en su


apariencia. Porque ella era más bajita que Penélope, y su cabello siempre estaba
impecable, y el traje de baño que llevaba, era de un azul marino con bordes
123 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

blancos y anclas bordas sobre el cuello, de marinero, no era ni siquiera un


poquito elegante. Ella había apreciado y agradecido cuando Clarie le hizo una
copia de su Viejo traje de baño, que se había comprado hace mucho tiempo—
antes que su padre muriera. Su cuerpo había cambiado desde entonces, y sabía
que esta nueva versión del traje de baño la hacía lucir un poco como una niña.
Aun así, se las arreglo para saludarlos.

“Que linda pequeña colonia tienen aquí,” Diana dijo cuando ella y
Grayson se acercaron. No estaba segura si su voz sonó con falso entusiasmo o
como una sutil ironía, pero en todo caso las palabras salieron tan rápidamente
como el ruido sordo de su corazón. Ella no sabía, nada, de lo que Henry
pretendía decirle con el rostro que le estaba mostrando, pero ella estaba segura
que la brillante escena que se había encontrado no era el motivo por el cual
había ido a Florida. “Una colonia de dos,” ella añadió, y esta vez la amargura
fue perfectamente clara.

“¡Ahora una colonia de cuatro!” Penélope se levanto apoyándose en sus


delgados brazos y dio una terrible sonrisa en dirección de Diana y su hermano.
La piel debajo de sus mangas holgadas estaba impresionablemente visible. La
delgada feminidad de todo su cuerpo, Diana lo noto con un gemido de dolor,
estaba a la vista en su bordado traje de baño rosa.

“Pero solo hay dos sillas y una sombrilla.” Diana hablaba con Penélope
pero miraba fijamente a Henry, cuya expresión todavía era algo vergonzosa
pero en gran parte ilegible

“Oh, Sí. Henry las alquilo para nosotros. Henry sabe que me quemo
rápidamente y él no podía permitirlo.” Penélope movió la cabeza y se echo a
reír y luego presiono su rostro sobre su hombro como una niña

“Por supuesto, tu cutis es más resistente, Di. No tengo duda de que no


necesitas tanta protección contra los elementos.”

“De hecho, soy muy sensible a todas las cosas crueles de la naturaleza.”
124 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Originariamente, Diana nunca se comparaba así misma con la ex-señorita


Hayes, pero súbitamente se sorprendió ante la convicción de que hasta la más
vieja chica las tendría también así que no era de extrañarse que ella también.

Se volvio hacia Grayson, empezando a sentir alegre de tenerlo a su lado.

“Sr. Hayes, ¿Podria ser tan amable de rentarme una silla y una
sombrilla? Uno como ese, con rayas rojas y blancas.”

“Por supuesto, señorita Di,” él contestó con una familiaridad que hace
una hora la hubiera molestado pero que ahora la encontraba muy útil. En ese
momento, con el roer, de los sentimientos desesperados que Henry
Schoonmakers le provocaba, ella hubiera incluso aceptado la compañía de
Percival Coddington, un soltero realmente horrible que había heredado una
cuantiosa fortuna lo hacía parecer un buen partido para las chicas Holland de
un momento a otro—según la opinión de su madre—y cuya presencia en el
hotel se rumoraba.

Una briza soplo, reordenando sus risos sobre su rostro con forma de
corazón. Por un momento se distrajo y se sintió agusto con el calor y el aire
salado del océano, como si la arena fuera una almohada bajo sus pies. Pero ella
volvió a ver a Henry Schoonmakers y noto que él estaba diciendo algo. Era esa
seguridad en sí mismo, esos tonos dorados tan atractivos que siempre le
gustaban de él, lo liso de sus mejillas y sus labios aristócratas que normalmente
la dejaban un poco mareada. Luego sus cejas se juntaron con curiosidad.
Penélope, noto el cambio en su rostro, ladeo la cabeza, por lo que se vio forzada
a sonreírle a los dos.

Como respuesta, Penélope paso una mano por su pierna extendida, y


desabrocho sus ligas, y comenzó a enrollarlas dejando ver una porción limitada
de la piel de sus muslos.
125 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Una zona exquisita de la pierna de una mujer que era muy apreciada por
Henry—una realidad, que Diana comprendió, que tanto Penélope como ella
eran consientes.

“¡Ahí” Grayson dijo cuando volvió con los muebles para tomar el sol.
Diana le sonrió débilmente—no estaba segura de ser capaz de brindarle un
gesto más amable que ese, pero el hermano de su rival ciertamente no la
inspiraba para nada. Ella se lanzo a la silla sin gracia, pero no podía apartar la
mirada del pálido muslo, bien formado expuesto en la silla a su izquierda.

Al parecer no fue la única que se dio cuenta, porque lo siguiente que


escucho fue un tono de censura del vigilante de la playa. “¡Damas!” grito, y
todos ellos miraron hacia la luz del sol, a un hombre alto, prematuramente
envejecido con una gorra sobre su cabeza. A pesar que él podía estarse
refiriéndose a las chicas, Diana tenía claro que estaba mirando a Penélope.

“¡Reglas son reglas!”

“¿Qué?” Penélope susurro como si se tratara de una oveja, que en la


confusión se había alejado de su pastor. Incluso con el calor del sol, por más que
lo intentara, ella no podía forzarse a sonrojarse.

“¡Todas deben tener sus medias con sus trajes de baño sin mostrar la
piel!” la censura fue truculenta, como si estuviera recitando las reglas del hotel
de memoria.

Penélope dio a Henry una Mirada consternada, y siguió cayado durante


varios segundos en los que Diana creyó que le podía decir a su esposa lo
vagabunda que era y decirle que su corazón pertenecía a otra. Pero el solo se
inclino y coloco un billete doblado en la mano al vigilante de la playa.

“Esta es mi esposa,” dijo, y aunque no se parecía en nada a su voz, Diana


no podía dejar de reconocer que esas fueron sus palabras, y que habían salido
126 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

de su boca. “¡Dígale que se cubra!” dijo el vigilante en un murmullo antes de


aceptar el soborno de Henry.

Diana podía ver de cómo iba todo esto, y ella no se quedaría atrás, así
que se inclino hacia delante y se desengancho las ligas de modo que sus medias
cayeron dejando ver un poco más que sus muslos un poco más redondos y
definitivamente más rosados que los de Penélope. El vigilante puso sus ojos
como platos llenos de entusiasmo y horror y se movió hacia ella como si fuera a
darle una advertencia, pero Diana volvió a ver a Grayson. Y antes que pudiera
decir algo, el dinero ya estaba en sus manos y el vigilante se iba a otro lado de la
playa.

“Repentinamente tengo mucha sed.” Penélope se incline hacia atrás y


cruzo sus brazos sobre su pecho como si fueran una almohada y cerró los ojos.
“¿No hay alguien por aquí que venda limonada, Señor Schoonmaker?”

“Sí, creo verlo—”Penélope levanto uno de sus brazos y lo extendió de


manera que su mano toco el antebrazo de Henry, sosegarlo. “¿Comprame uno,
verdad?”

El labio inferior de Diana se cayó involuntariamente cuando ella vio


como el único hombre que había amado físicamente y de todas las maneras que
conocía rápidamente había seguido las ordenes de su esposa. En el siguiente
minuto le hizo un gesto Grayson. “Creo que tengo sed también.”

Cuando los hombres se fueron, Penélope se dio la vuelta y le lanzo una


inquietante mirada a su rival y la mantuvo fija durante un largo tiempo, tanto
que Diana comenzó a retroceder sobre su silla. Se encontró sintiendo nostalgia
por su hogar—no era por el hotel, pero si por New York y todas las novelas
autenticas que se encontraban ahí y se estaba perdiendo. Sintió como si fueran
eternas las horas antes que los hombres volvieran, y luego ambas chicas
tomaron sus limonadas y las bebieron con ira mientras miraban hacia el oleaje
que, estaba lleno de trajes de baño oscuros.
127 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Henry, estoy lista para nada,” Penélope dijo, cuando termino de beber
su limonada. Su voz era ligera, pero la Mirada que le dio a Diana la traiciono y
mostro su creciente rabia.

Todo su postura parecía indicar que creía que Diana iba a imitar este
movimiento, también, pero Diana la decepciono cuando le dio una sonrisa
despreocupada y se arrecosto relajadamente en su silla. “Creo que voy a
broncearme un poco mas.”

Siguió un silencio, que solo era interrumpido por el sonido de los gritos
de los bañistas y el ruido de las olas al romperse. Señoras que normalmente en
sus rostros no revelaban algo más que una leve aversión hacia los peores
vestidos que ellas, estaban en el borde del océano gritaron, cuando una ola se
estrello contra ellos. Penélope cambio su postura, pero para Diana era una
ventaja, pues aunque se sentía nerviosa en presencia de la señora Schoonmaker,
y mal vestida, poco elegante, ahora estaba arrecostada en su silla de mimbre y
había sorprendido a su rival simplemente permaneciendo ahí. “Vamos, señor
Schoonmaker.” Penélope se volvió impaciente y comenzó a caminar hacia las
olas. Es cierto que Henry no se miraba dispuesto pero al cabo de unos segundos
se levanto y la comenzó a seguir, sus motivaciones eran un misterio para ella,
eso era algo que Diana no podía comprender. ¿Qué lo motivaba para que se
arrastrara ante ella de esa manera, de cualquier manera? Ella observo como
Henry Schoonmakers se acercaba al agua y luego comenzaba a tantear la
profundidad las olas.

Ella se levanto de su silla y asumió un tono obsesivo por el matrimonio


debutante. “Ellos se ven tan felices,” ella gorgojeo. “¿no crees?” Grayson, que se
había tumbado en la silla a su lado, se levanto y saco de pronto el periódico, que
había estado usando para protegerse los ojos del sol.

“¿No lo crees?” Diana movió coquetamente sus pies hacia su pecho y


luego abrazo sus piernas. Grayson se encogió de hombros. Ella pudo ver que la
128 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

pregunta nunca se le había ocurrido, y que todo lo que había hecho la noche
anterior lo había dejado muy cansado. “Supongo” el dijo, frunciendo el ceño.

“Aunque creo que ella teme lo que los sirvientes piensen, y tú estás
segura que yo no estaría en este viaje si ella se sintiera segura de su amor.”

“¡Oh!” Diana recordó como sonreír de nuevo. Había grandes y bulbosas


nubes en el cielo, pero estas se movían rápidamente, y en un par de horas, tal
vez, solo estaría el infinito cielo azul.
129 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ DL
Traducido por: Thpy

Está muy bien para la Srta. Elizabeth Holland el poder vagar por los
alrededores otra vez. ¿O no lo es? Ella ha sufrido muchos traumas el último
año, y nosotros sólo podemos especular sobre su presencia en Palm Beach esta
semana como un indicador de cuán desesperada está su madre de quererla ver
en pareja. Tal vez eso también pueda explicar en parte que la señorita entable
amistad con el señor Henry Schoonmaker, quien podría haber robado su belle…

-DE LA PAGINA DE LA SOCIEDAD DE NOTICIAS INTERNACIONALES DE


LA GAZETA DE NUEVA YORK, VIERNES, FEBRERO 16, 1900

DESDE LAS CINCO EN PUNTO LA LUZ COMIENZA A DISMINUIR


en Palm Beach, así como la humedad ambiental se ha perdido en tanto calor.
Los invitados de la Royal Poinciana han sufrido sus cuarenta cambios de ropa y
se reunieron en la Coconut Grave por te y pastelillos con trozos de coco. Fueron
unas horas tranquilas en los jardines del hotel, donde dos personas que estaban
vestidas independientemente pero semejantes, con la misma idea en mente de
caminar bajo el dosel de árboles. Muy por sobre ellos las frondosas palmeras se
movían como perezosas alas de aves prehistóricas, como el sonido de las aves
acentuaban su silencio. Ese fue también el sonido de la grava bajo sus pies, así
como tranquila y ocasionalmente, fueron llevados a tan fácil paz.
130 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-Estoy feliz de que te sientas tan bien para caminar –Teddy Cutting dijo
eventualmente. Como su compañero, el llevaba un traje de lino blanco. Los
botones bajo su camisa estaban escondidos holgadamente, y su único accesorio
eran unas mancuernas de oro en sus muñecas. Elizabeth llevaba una blusa
blanca y falda, y había un toque de oro en ella también, en una fina cadena
alrededor de su cuello.

-Estoy bien –ella replicó con un poco de vergüenza.

Ella no ha sido una muy buena anfitriona desde mucho, y tuvo la


esperanza de poder ayudar a su hermana más de lo que ella estaba dispuesta.
La mención de la enfermedad le hizo sentir como si estuviera en un tren cuando
llegaron, el deseo la sorprendió, la proximidad de la orilla del mar siempre ha
sido suave –así como lo hacía la tranquila brisa, hasta ese momento, tenían un
efecto calmante.

-¡No soy muy divertida! –ella exclamó, intentando reír un poco-.


Supongo que no he sido yo misma por un largo tiempo.

-Imagino que debió haber sido un año horrible –Teddy se atrevió con
cortesía, de la manera en que había sido educado. Él observó a Elizabeth con
sus serios ojos grises, y ella supo que él quería decir más pero no sabía cómo-.
Lamento que no seamos capaces de hablar como solíamos hacerlo. No he sido
un buen amigo para ti.

-¡Oh, Teddy! –Elizabeth se sorprendió a sí misma emitiendo una muy


natural y sonora risa. De algún modo eso era todo lo que ella podía hacer frente
a una caracterización tan simple de los hechos recientes -. Este ha sido un año
muy duro. Pero tú has sido un perfecto caballero, como siempre.

Teddy sacudió su cabeza y miró hacia el verde arco sobre sus cabezas.

-Parece que nadie hace eso bien, ¿verdad?


131 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Ellos caminaron un poco más cuando ninguno habló. Elizabeth se


preguntaba qué quería decir él con eso, y luego le preguntó qué tanto.

-Durante tu compromiso con Henry… -él comenzó, pero no terminó.

Había una fina angustia en su expresión, y como Elizabeth lo observaba


se maravilló en cómo su ex novio estaba en apariencia, y sin embargo, cuán
diferente era el efecto. Teddy era alto, y tenía la fuerza y los finos rasgos de la
nobleza norteamericana. Pero donde había un perpetuo carnívoro divertido en
Henry, había una sutil constancia en Teddy.

Ella recordó ahora lo buen amigo que él solía ser, por cómo él flirteaba
con ella y comentaba su belleza, él también tenía una veta con preguntas
filosóficas que había desarrollado durante su estadía en Columbia, y siempre
estaba curioso de saber sus opiniones. Cuando su padre murió él la llevó en su
carruaje a pasear por el parque, y se sentó pacientemente con ella, nunca
esperando que ella hiciera algún comentario.

-Sé que no fue una buena relación –él dijo finalmente-. Debí haber hecho
algo.

-¿Qué podrías haber hecho? –Elizabet replicó ligeramente-. Yo fui quién


aceptó su proposición después de todo, y sabía mejor que nadie.

Teddy estrechó ligeramente sus brazos por su espalda y la miró cuando


hablaba.

-¿Tú nunca lo amaste? –él preguntó súbitamente serio.

-Ya no es un secreto que mi familia ha caído en tiempos difíciles –


Elizabeth habló cautelosamente, eligiendo cada palabra antes de pronunciarlas-.
Cuando lo hice –lo que pude haber hecho- fue todo por ellos.

-Henry es mi amigo, pero estoy feliz de que no te hayas casado con el.
Temía por ti si te casabas sin amor. No es que este implicando que no hubiera
132 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

algo bueno en tu… prueba. Pero si era por una buena razón… -la voz de Teddy
se fue apagando, como si hubiera llegado a un tema de conversación del que no
quería involucrarse, entonces fue sorprendido por un nuevo punto de vista.
Cuando él volvió a su usual pose de formalidad ella se sintió un poco triste-.
Espero que no piense que estaba siendo muy personal.

-Oh, no. De hecho… -Elizabeth se encontró a sí misma golpeada por la


poco razonable compulsión de confesarlo todo. Y sabiendo que Teddy la había
amado hace mucho tiempo y que él creía en las mentiras de los periódicos sobre
su “rescate”, ella sintió como si él pudiera entender lo de Will y todo lo que ella
tuvo que pasar para estar con él-. El último otoño, cuando fui… secuestrada…
Bueno, eso no fue exactamente cómo sucedió… -Elizabeth miró a Teddy, y su
expresión no decía nada pero la bondad y preocupación la detuvieron. Ella
quería que lo supiera completamente todo, pero todo el peso de su decepción
descendió y su educación obtuvo lo mejor de ella. Ahora ella estaba seria otra
vez, como él-. Algún día me gustaría contarte toda la historia, Teddy. Pero eso
fue parcialmente mi culpa, verás, porque yo sabía que no debía casarme sin
amor –ella se rió ligeramente y pensado en las callosas manos de Will y su
bronceada piel por el sol de California, agregó-: Incluso antes de mi prueba, yo
sabía que Henry no era el hombre para mi. ¡Él es prácticamente más delicado de
lo que yo soy!

Ella dejó de caminar. Teddy dio unos pocos pasos más, notando que ella
ya no estaba a su lado se volteó y la miró. La sombra de las hojas estaba sobre
sus caras, y el brillo del sol sobre el mar alargaba su reflejo. Sus ojos grises
vagaron alrededor y dio un paso hacia ella, como si estuviera pensando en
besarla. Extrañamente ella se imaginó la suave presión de sus labios sobre los
suyos, pero entonces sus ojos se cerraron y ella espero que Will no estuviera
observándola. Ella recordó lo celoso que solía ser y todas las torturas que ella le
hizo pasar, y volteó su cara recatadamente.

Entonces ella forzó un tono más alegre y cambió de tema.


133 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-¿Cómo está Henry?

Teddy dejó salir un sonido que no era una sonrisa.

-Sé que ella es tu amiga, pero no puedo entenderlo –él dijo, midiendo la
expresión de Elizabeth para ver si la había ofendido antes de seguir adelante-.
Es como si hubiera vendido su alma en una noche cuando había bebido
demasiado y ahora el diablo vive en su cuerpo. ¡Ni siquiera creo que ame a
Penélope! Ella fue tras él tímidamente cuando todos nosotros pensamos que tú
habías… muerto, ya sabes, y él era el último en interesarse. Yo incluso dije que
estaba disgustado, como si eso no contradijera lo que sucedió luego.

-Yo creo que ella debía ser la que vendiera su alma a un alto precio –
Elizabeth replicó tranquilamente. Ella pensó en lo que Diana le contó, sobre
cómo Penélope la había chantajeado para que se apartara, y sintió un poco triste
al darse cuenta que Henry no se lo había confesado ni a su mejor amigo.

-¿Ella quiso casarse con él muy mal?

-Oh, sí, incluso antes… -Elizabeth se detuvo y le sonrió a Teddy. Ella aún
sentía desagrado en ser chismosa, incluso si Penélope era el tema de esta vacía
plática, y de todos modos, ella sabía que en ese camino estaba su propio
engaño. Pero ella estaba encantada de oírlo, en la apreciación de Teddy,
también, Henry no amaba a su esposa. La idea de que su hermana y Henry
todavía podría resultar en una gran historia de amor, logró levantarle el ánimo.

Ellos comenzaron a caminar nuevamente, mientras se iban acercando. Se


movieron fácilmente hacia el lado del otro, sus delgadas y blancas extremidades
les hacía ver limpios. Ellos miraron hacia uno y otro lado, pero la timidez creció
y se volvió. Ella miró de nuevo, la luz bañaba sus caras. Parpadeó y Teddy le
devolvió su sonrisa, como si todo fuera muy natural y por ningún motivo en
particular, o tal vez por todo. Por primera vez en meses ella creyó que su vida
podría ser larga y no cubierta por la miseria.
134 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-No te preocupes, Liz –él dijo-. No permitiré que hables sobre esto nunca
más, o sobre lo que sea que te haga sentir incómoda.

Entonces él tomó su brazo, envolviéndola en una sensación de que todo


estaría bien, y siguieron caminando bajo las palmeras. Tal vez, reflexionó,
después de todo el amplio y limpio aire de la Florida podrían ser buenos para
ella.
135 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ EC
Traducido por: Thpy

¡INSEGURIDADES DE UNA NOVIA DE SOCIEDAD!

HERMOSA HEREDERA TEME NO CONSERVAR LA ATENCIÓN DE SU


ESPOSO, LE PREOCUPA QUE LOS SIRVIENTES SE DEN CUENTA

UN REPORTE ESPECIAL DE “GAMESOME GALLANT” (N. del T.: algo así


como “El Lúdico Seductor”)

PALM BEACH, FL –Aquí en Florida, hemos podido ser testigos de una


muy sorpresiva evolución: Incluso el Sr. Henry Schoonmaker sufre de las
paranoias que alimentan todas las mujeres casadas, es decir, que sus maridos
pierdan el interés en ellas. Según parece ella se aferra a su hermano, el Sr.
Grayson Hayes, en caso que su nuevo marido la abandone en la pista de baile, y
es de hecho tan insegura su postura que ella no viajará sin ese caballero…

-DEL NEW YORK IMPERIAL, SABADO, FEBRERO 17, 1900

PARA PENÉLOPE, SU SEGUNDO DÍA EN PALM BEACH comenzó


auspiciosamente. Ella se sacó de la cabeza su máscara para dormir de seda
negra y vio que la sirvienta ya había venido y abrió las puertas francesas para
que tuviera una pequeña brisa del océano y bañara su suite con sus deliciosos
sonidos. Después de cenar la noche anterior, ella se lavó su cabello, el que
colgaba ahora como un negro signo de interrogación sobre su pálido hombro.
La champaña –coloreaba las sábanas sobre la suave piel de sus brazos- ellas
136 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

eran mucho más delicadas que las que los Schoonmakers usaban, e hizo una
nota mental de sacarlas por donde habían venido. Lo más importante, su
marido estaba a su lado, y pensó que él continuaba durmiendo y roncaba
suavemente sobre su almohada, esto era lo más íntimo que habían estado desde
su matrimonio. Ella vaciló en despertarlo.

Cerró sus ojos y se acomodó en el ligero espacio, muy cerca de él en la


cama, ella fue cuidadosa de no acercarse demasiado. Ella quería que se quedara
ahí, justo así, por un momento más. Él era cálido y ella podía sentir cómo
trabajaba todo su cuerpo a pesar de estar cubierto por las mantas. Si ella se
moviera muy lentamente podría asustarlo, y sabía que él seguiría durmiendo
por un buen rato más.

-¿Señora Schoonmaker?

Ella abrió un ojo y miró a la muchacha que había entrado por la puerta.
Era su sirvienta, con su almidonado uniforme negro y blanco y cruzó por su
boca un gesto que parecía ser una sonrisa, el efecto era más bien de angustia.
Penélope desató la máscara para dormir y la lanzó al suelo, haciendo que la
mucama fuera a hurtadillas a recogerla. Ahí fue cuando Penélope notó los
periódicos que estaban bajo los brazos de la muchacha y recordó haberle dado
instrucciones que trajera todos los recortes sobre los Schoonmakers a su
habitación personalmente cada mañana. Penélope sabía que la distancia era el
verdadero motor del deseo y tenía la esperanza que su ausencia en todo Nueva
York pudiese volver a sentir celos de sus muchas, muchas posesiones.

-Puedes dejarlos ahí –dijo Penélope, señalando una mesa en la que había
una bandeja con jugo, café y pastas, en el medio de la gran habitación. La niña
obedeció de prisa, aunque tal vez demasiado rápido –había algo siniestro en la
forma en que ella se escurrió fuera de la habitación.

Penélope se apoyó y se sacudió la pereza, y los restos del sueño. Ella dejó
a sus ojos vagar por la dorada espalda de Henry por un largo segundo, y
137 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

entonces posó su pie en el suelo. Ató su bata y fue a la bandeja del desayuno,
donde bebió un sorbo de café y respiró profundamente sintiéndose feliz por
última vez esa mañana. Al segundo después ella vio el límite y la más
detestable parte de su personalidad apareció.

Leyó unas cuantas líneas pero pronto se detuvo cuando notó la esencia
del artículo. Luego se volteó y se dirigió a la lujosa y desarreglada cama,
lanzando el periódico a la cabeza de Henry.

-¿Qué demonios? –él gritó volviendo a la vida y sacudiendo las sábanas.

Penélope cayó sobre sus rodillas y agarró una almohada, arrojándosela a


Henry con muchas ganas. Él la sujetó en medio del aire, y tomó a su esposa por
la muñeca.

-¿Qué en nombre de Dios está mal contigo? –le preguntó sosteniendo sus
brazos contra la cama.

-¿Qué está mal contigo? –ella le espetó de vuelta, una vez que se liberó
respiró varias veces, profundamente.

Henry recogió el periódico y entonces él también volvió a las almohadas.


Leyó unas cuantas líneas antes de meter el papel entre las colchas y apartó a su
esposa de sí. Sus manos presionaron una vez más furtivamente su cabello,
tratando de que volviera a su lugar.

-No tengo nada que hacer con eso –él dijo eventualmente. La
imposibilidad de encontrar los ojos de ella no hizo más que aumentar su ira.

-¿En qué sentido, Henry? –ella ciñó aun más su bata sobre su cuerpo,
temblando un poco por la furia. Ella volteó su cara sobre la almohada, alzando
su mandíbula con petulancia, pero manteniéndole firmemente la mirada-.
¿Quieres decir que tú no lo escribiste? ¿O te refieres a que no le diste a nadie la
sensación de que no era cierto? Porque yo no soy estúpida, y si esperabas que lo
creyera, estás en un error.
138 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-Yo solo me refería…

-¡Tú no dices nada! –Penélope gritó-. Incluso después de que prometiste


ser bueno, yo te vi intentando hablar con ella ayer en la playa. La forma en que
la mirabas, con tu patética y anhelante mirada, ¡tú bastardo idiota!

Se puso de rodillas de nuevo, y -solo la mitad conciente de sus actos,


logró calentarle la sangre- comenzó a rasgar el papel en trozos. Los restos del
periódico cayeron a su alrededor, la tinta barata manchaba las sábanas que
tanto había disfrutado sólo unos momentos antes. Cuando hubo terminado
Henry se limitó a mirarla con sus enormes ojos.

-¿Por qué debería verme como una idiota? Yo soy la simpática en todo
esto. Lo que debería hacer –ella se movió y salió de la cama caminando
acaloradamente hacia el centro de la habitación buscando más café-, es llamar al
periódico y contarles mi versión. Les diré cuánto amo a mi esposo, lo fiel que le
soy, empacando sus maletas para cada uno de sus viajes. Pero que solo tiene
ojos para Diana Holland, cuya virginidad él tomo una nevada noche…

-No lo hagas –Henry tropezó fuera de la cama y fue caminando hacia


ella, todavía envuelto en una sábana.

Penélope le dio la espalda y bebió su café.

-¿Qué alternativa tengo?

Ella sabía que tenía su atención ahora, y sintió que no necesitaba


voltearse para confirmar ese hecho.

-Podemos volver hoy a la playa –Henry dijo, finalmente.

-¿Qué bien hará eso?

-Les mostraré a todos que esa columna era sólo ficción –él prosiguió
cauteloso. Dio unos pocos pasos hacia ella; quien pudo sentirlo en su espalda-.
Tal vez inspirará un artículo que contradiga el que acabas de romper.
139 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-Merecía ser destrozado –Penélope replicó con vehemencia.

Hubo una pausa, tras la cual Henry dijo-: Sí, lo merecía.

-¿Me llevarás a la playa?

-Si eso es lo que tú quieres.

-Y luego, ¿te sentarás conmigo a cenar y bailaremos toda la noche?

Henry estaba justo detrás de ella ahora, y puso torpemente su mano


sobre su hombro.

-Sí.

Penélope comenzó a alejarse de su marido, por lo que él no pudo ver la


enorme sonrisa de victoria que volvía a su rostro.

-¿Oh, Henry?

-¿Sí?

Ella cerró sus ojos y disfrutó del placer de su mano por otro ligero
momento. Ella respiró profundamente y se giró.

-Tú nunca más me harás ver como a una idiota, ¿verdad?

-No –él dijo al final-. Nunca más.


140 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ ED
Traducido por: thpy

Un hombre se hace en las batallas del mundo; una mujer surge de los
elegantes cuartos traseros de su propia imaginación.

-MAEVE DE JONG, AMOR Y OTRAS LOCURAS DE LAS GRANDES


FAMILIAS DE LA VIEJA NUEVA YORK

-¿QUÉ ESTABAMOS HACIENDO? – Carolina preguntó cuando dejó de


reírse.

El vehículo de Leland Bouchard, había sido traído con un gran costo


personal desde Nueva York, llegó a una repentina parada después de varios
trompicones. Ellos habían recorrido más de camino de tierra ese día, y aunque
Carolina estuvo en Coney Island cuando era niña y se subió a una montaña, ella
nunca había tenido un viaje como este en su vida. Eso la asustó un poco, pero
en una forma que la hacía sentir feliz y la llenó con una inexplicable hilaridad.
Leland, quien hacía rato se había sacado su chaqueta y había doblado las
mangas de su camisa hasta los codos, revelando unos antebrazos gentilmente
fuertes, dándole una sonrisa un poco salvaje. El camino estaba rodeado de
vegetación, todo próspero y sombreado, y desde alguna parte entre tanto verde
podían escuchar el canto de las aves.

-¿No tienes hambre?


141 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

No había nada divertido en lo que él decía, y luego se encontró a sí


misma riéndose nuevamente cuando replicó “Porqué, sí.” Ella de hecho no
había comido en todo el día y en varias ocasiones temió que Leland pudiese
escuchar los ruidos que producían su estómago, así que la mayor parte de su
atención estaba ocupada en otras cosas.

Él si inclino y la miró con intención.

-¿Estás segura? ¿No estás cansada? ¿No te he aburrido aún?

Carolina echó atrás la cabeza y se rió.

-¿Aburrida? No hay ni un momento aburrido en tu mundo.

Ella no había tenido mucha práctica en los tonos de su voz al coquetear,


y no sabía cual usar ahora, por lo que dijo absolutamente la verdad. Además
conducir arriba y abajo por el camino rural, ellos ya habían visto caimanes y
tortugas marinas gigantes y toda clase de extraña flora y fauna. Ella pensó,
lamentablemente, en el vestido de diario azul cielo con dobladillos de encaje
que su sirvienta había preparado para ella esa mañana y que planeaba usar
para almorzar. Pero solo fue una pequeña preocupación. Eran bien pasadas las
dos y el almuerzo ya se habría servido en el hotel, y de todas formas,
encontraría la manera de lucir otro pálido vestido en comparación de estar otro
par de horas con Leland. Su única queja era que su chaqueta amarilla a cuadros
y su falda a juego se fue humedeciendo por estar retozando todo el día bajo el
sol.

-Bien – dijo él-. Me muero de hambre.

Él dio la vuelta a su lado del coche y abrió la puerta para ella. Ella lo dejó
ayudarle a salir del asiento y le sostuvo su mano como si viajaran en un par de
tablas, que estaban sobre un terreno ligeramente fangoso, encabezando el
camino hacia una pequeña choza construida en el tronco de una higuera. Se
aferró su sombrero de paja con una mano, y la palma de Leland en la otra,
142 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

avanzando hacia arriba como si fueran por una barra de equilibrio. Ella se había
sacado sus guantes en algún momento y fue una placentera sorpresa sentir la
piel de Leland sobre la suya por primera vez. No se preocupaba ni un poco
sobre la pantanosa tierra a sus pies o qué pasaría con su falda si perdía el paso.

Una vez que sus ojos se ajustaron a la luz interior vio que las ramas del
árbol crecían a través de las ventanas y que una serie de tarimas habían sido
puestas para acomodarlas. Ahí estaba un muchachito decorando el cuarto con
hojas de palma, pero el lugar no era de fantasía. Los pocos comensales que
quedaban a esa hora no vestían chaquetas y apenas levantaron la vista al notar
la llegada de la buena gente de Nueva York. Una robusta mujer que parecía
conocer a Leland los condujo a una de las mesas cubiertas con manteles rojos y
blancos y le preguntó cuánto tiempo duraría su estadía en esta ocasión.

-No lo suficiente – dijo un feliz Leland-. Ella es mi amiga Carolina –


agregó.

-Encantada de conocerla – cuando la mujer sonrió expuso una amplia


brecha entre sus dientes centrales color marrón. La piel de su rostro era gruesa
y arrugada por los muchos años al sol.

-Y a usted – Carolina replicó. El Sr. Longhorn intentó uno o dos veces de


llevarla a distintos lugares con distintas clases de emociones o para escuchar la
música que tocaban aquí, y que ella había resistido en ir cada vez. En Nueva
York, ella odiaba perderse cada pequeña oportunidad de mostrar sus nuevas
adquisiciones y sabía que eran envidiadas. Pero con Leland, a ella no le
importaba que nadie de especial importancia estuviese allí para velos. De
hecho, en el transcurso del día, había aumentado en ella el disfrutar con su sola
compañía.

-Tomaremos dos camarones gumbos (ni idea), please – dijo Leland.

-¿Condimentados?
143 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-Sí -él se volteó hacia Carolina y ella notó que había vuelto a verlo como
tonta. Se preguntó si no era el hambre y su aturdimiento los que la hicieron
comportarse tan torpemente-. ¿Qué me estás mirando? Mi nariz, lo sé… está
quemada. Y muy larga.

Ella reconoció el doloroso enrojecimiento sólo después que él llamara su


atención en ella, y vio que él no tenía, como ella, la protección de un sombrero.
Ella no pudo dejar de alcanzar y tocar la piel de su mejilla. El nuevo color se
veía doloroso pero resaltaban sus hermosos ojos azules.

-Es una nariz perfecta – ella dijo. Su nariz era amplia, pero con buena
estructura, como el resto de él.

-¡Eres tan amable! Mi madre culpa a nuestros ancestros franceses por la


monstruosidad.

Justo entonces la mujer sin dentadura apareció para colocar el pan en su


mesa. Carolina sin pensarlo fue a por la canasta, partiendo un largo trozo y
metiéndoselo a su boca. Estaba masticando generosamente cuando sus largos
ojos se dirigieron hacia donde Leland estaba sentado junto a ella y notó que en
ese preciso momento él estaba contemplándola. Al segundo después ella sintió
la humedad bajo sus brazos y notó la transpiración a través de su blusa de seda
color marfil. Tragó saliva y alcanzó su pequeña chaqueta, la que estúpidamente
se había sacado y puesto en el respaldo de su silla.

-¿Cuál es el problema? – Leland la agarró por la muñeca antes de que ella


pudiera ponerse su chaqueta.

-Nada, yo…

-Por tu cara cruzaron cientos de historias. Algo va mal. Estás aburrida,


¿no es así? No te gusta este lugar, ¿verdad?

-¡No! Me encanta – Carolina comenzó a reírse de nuevo ante lo absurdo


que ella estaba por decir-. Es sólo que estoy en tal estado y temo que huelo
144 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

horrible, y estoy metiendo comida a mi cara como una salvaje porque estoy tan
hambrienta…

-¡Amo a una mujer con apetito! – Leland le sonrió, y entonces puso su


perfecta nariz sobre su hombro-. Y me encanta la forma en que hueles.

Ella miró a Leland y él a ella como si no hubiera nada extraño o


inapropiado sobre contemplarse uno al otro en una apartada cabaña fuera de la
carretera en Florida. Ellos podrían haber seguido así por quién sabe cuánto
tiempo más, pero su comida llegó y el aroma que salía de los recipientes estaba
tan cargado con los aliñas que humedecieron sus ojos un poco.

Su vacilación debió notarse, porque la próxima cosa que él dijo fue:

-¿No te gusta la comida condimentada?

Bajó su rostro al recipiente e inhaló.

Los Hollands, como todas las antiguas familias irlandesas, creían en todo
con moderación, y no les agradaban los sabores fuertes, de ningún tipo. Ella a
menudo se preguntaba cómo sería comer fuera de sus limitados sabores, pero
entonces, por supuesto, ella había sido tomada bajo la protección de un anciano
caballero cuyo estómago no podía soportar nada muy fuerte, por lo que ella
nunca tuvo la posibilidad de descubrirlos.

-¿Nada del lejano oeste? Yo creía que en rancho tú habías comido toda
clase de cosas que nosotros los neoyorquinos temeríamos.

Los ojos de Carolina rodaron hacia el techo de vigas. De repente todas las
cosas importantes que ella había dicho en el transcurso del día comenzaron a
caer sobre ella – hasta ese momento ella había desbordado con cuentos sobre
aventuras de su niñez con caballos y durmiendo en el rancho y la mirada fija en
pozos de las minas. Había prestado generosa atención a las historias que Will
solía contarle, para él era una obsesiva consumidora de cualquier libro que se
refiriera a los estados del oeste. Había adivinado, correctamente, que todas ellas
145 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

entretendrían a un hombre como Leland, pero de alguna manera fallaron al


considerar la posibilidad de que él recordara algo de eso o preguntarle algo
más. Ella también olvidó, en la última hora, que el rancho comenzó a ser parte
de su ficticia historia personal.

-¿El lejano oeste? – se paralizó. El picante olor se fue de su cabeza y ahora


su nariz comenzaba a correr.

-Sí… ¿a los vaqueros no les gusta los ajíes y el Tabasco?

Carolina usó su muñeca para retirar la humedad de su nariz.

-Oh, querida, ¿Dije algo equivocado otra vez?

Leland tendió su pañuelo hacia sus ojos y comenzó a retirar las lágrimas,
cada vez que secaba una otra aparecía, incluso en contra de toda su fuerza de
voluntad. Intentó pensar rápido, pero una explicación ya estaba saliendo por su
boca.

-A mi padre le encantaba todo condimentado. ¡Incluso los panqueques!


Era nuestra broma familiar. Ninguno de los peones o cualquier otro empleado
pudo cambiar su gusto por él. El recuerdo de todo eso me hace sentir un poco
triste, es todo, y no he sido capaz de comer nada que no sea ligero desde que
murió.

-Oh, mi amor. Lamento muchísimo haberte hecho pensar en todo eso.

Sacudió su cabeza e intentó que las lágrimas pararan, las que ahora
recorrieron naturalmente por su cara.

-Toda está bien – una valiente sonrisa apareció en sus labios.

-¿Quizás podría gustarte ahora? – las cejas de Leland se inclinaron hacia


abajo mostrando su sincera preocupación-. Tal vez puedan volver esos
recuerdos en un buen sentido.
146 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-Bueno, supongo que puedo intentarlo – Carolina respondió


tentativamente.

Leland mojó su cuchara en el guiso y la llevó a la boca de Carolina. Él la


observó para hacerla sentir segura que todo iba bien, entonces ella asintió y él
llevó toda la cuchara a su boca. Los camarones (gumbos, sigo sin saber) estaban
más calientes de lo que ella había imaginado. Estaban deliciosos e iluminó toda
su boca. Al instante ella sintió calor por todo su cuerpo. Un solo mordisco le
hizo notar cuán hambrienta había estado, y cuando hubo tragado pidió más.

Leland bajó entonces su cuchara y alcanzó su mano. Él solía tener gestos


similares en el pasado, pero todos ellos habían sido para mantener el equilibrio
o protegerla, y ahora no eran excusas útiles. Hubo una dulzura nueva al tacto.

-Ya sabe, señorita Broad… -comenzó. Luego se llevó el puño a la boca y


tosió avergonzado-. No eres como las otras damas.

-¿No? – ella susurró. Él lo dijo como si fuese una cosa buena, pero la frase
la puso aún más nerviosa.

-No a todas – él sacudió su cabeza y sonrió como si hubiera tropezado


con algún golpe de suerte que apenas podía creer-. Me siento tan cómodo a tu
lado. Tal vez es porque no eres de Nueva York y no te importan mucho todas
esas tonterías, las cosas con encajes, pero me parece que soy más feliz a tu
alrededor de lo que he estado en algún tiempo.

Algunos dorados rayos de luz atravesaron la ventana en ese momento, y


la sonrisa de Carolina lució alegre y aliviada por su pecosa cara.

-¡Oh, yo igual! – ella jadeó y tomó firmemente su mano-. Me siento


exactamente de la misma forma.
147 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ EE
Traducido por: Pauu

COMPAÑÍA TELEGRÁFICA “THE WESTERN UNION”

PARA: Diana Holland

ARRIBÓ A: The Royal Poinciana,

Palm Beach, Florida

4:00 p.m., Sábado, Febrero 17, 1900

Excelentes noticias – Tu columna enorme éxito – Pago espera en NY –


Continúa buen trabajo

- D.B.

“Y para nuestros invitados especiales, Henry Schoonmaker y Sra. una


pareja encantadora!”

La multitud – con sus esmóquines y vestidos de encaje, su cabello bien


aceitado brillando bajo los cálidos colores de las luces, que se sucedían a través
del techo con forma de pérgola de la pista de baile del hotel – parloteaban y
aplaudían, pero Diana Holland no podía seguir escuchándolo. Henry había
tratado de encontrar su mirada durante la cena, pero incluso de esto ella no
pudo estar segura. Hoy lo había visto en la playa, y a la hora del té jugando
cartas en el jardín, todo el tiempo con Penélope. Diana se sintió ofendida y
148 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

dolida por la casi completa indiferencia de Henry desde que llegaron a Florida,
pero había tratado de mantenerlo apartado de la vista de él durante todo el día.
Había sido él quien la había alentado a hacer ese viaje, y no estaba en su
naturaleza el ser olvidada tan fácilmente.

Ella había incluso alistado a Grayson, quien de cualquier manera estaba


siempre con ella para hacer sentir celos a Henry. No había llegado tan lejos
como para permitir a Grayson llevar a cabo el plan, pero cuando él había
coqueteado con ella, ella había hecho lo propio, y le había permitido darle
bocados de torta durante el té y había halagado en voz alta sus habilidades para
el croquet. Esto había cosechado algunas miradas furtivas por parte de Henry,
pero también había sido muchas horas antes, y para Diana las horas estaban
empezando a sentirse como años. Ahora estaba sola. Su hermana y Teddy se
habían envuelto en su conversación durante toda la noche, e incluso Grayson la
abandonó un tiempo después del postre y antes de bailar.

A través del amplio matorral, Diana pudo ver a la pareja por la cual Palm
Beach brindaba. Eran altos, flacos y con cabello oscuro, y aunque Diana no
pudo percibir qué tenían sus rostros, parecía que el articulo que ella había
colocado en el periódico no había hecho nada para mancharlos. Tal vez no lo
hubieran visto; tal vez nunca lo vieran. Se sintió un poco nerviosa por todo eso,
y desorientada por la duda, metió la mano en el bolsillo de su vestido de seda
color durazno y abolló el telegrama de Barnard. Entonces se abrió camino a
través del césped, arruinando en el suelo húmedo un par de zapatillas de
tacones altos que su familia no podía pagar.

Si esa mañana, con su columna en el Imperial en sus manos, había


sentido que había hecho una buena jugada, ahora estaba experimentando la
decepción de cualquier jugador después de una pérdida. Empezó a caminar por
el césped, pero pronto empezó a correr. El vestido – que había escogido tan
cuidadosamente para lucir sus fuertes y delicadas clavículas – ahora ondeaba
contra sus piernas mientras corría entre el aire húmedo. Ella había impulsado a
149 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

su hermana, quien estaba de un extraño y alegre humor, a hacerle un peinado


elaborado, pero eso empezaba ahora a venirse abajo, y también los lazos que lo
adornaban dejaron un rastro tras ella a medida que avanzaba.

Estaba huyendo de Henry? Él era un misterio para ella, y cada vez que
ella trataba de entenderlo esto le causaba más dolor. Pero cuando trataba de
dejarlo, el la perseguía en sus pensamientos, cada vez más fuerte. Ésta era una
excusa tan buena como cualquier otra para seguir corriendo, y si ella hubiera
sido una chica menos impulsiva, podría haber considerado que ésta no era la
primera vez en los últimos días que había salido en un paseo sin descansos.
Pero ya había hecho una distancia considerable, perdido sus zapatos, sentido la
arena entre sus dedos, y alanzado el agua.

La luna llena dejaba un rastro de plata en la oscura, ondulada agua, que


por un momento parecía tan tentadora que podría haber pensado que podía
zambullirse. Entonces una ola vino de repente, golpeando sus piernas y
empapando su vestido, llenándola de espuma. El mar no estaba
particularmente frío o agitado, pero ella estaba tan sorprendida por esto que
rompió en llanto. Mientras el mar se retiraba empezó a perder el equilibrio, y
por un momento se preguntó si no se ahogaría esa noche. Pero entonces sintió
unos brazos familiares al rededor de su pecho, y fue arrastrada a la arena seca.

“Oh” gimoteó, pasándose los dedos por la cara y tratando de arreglarse


el rostro. Las lágrimas seguían húmedas en sus mejillas, pero toda la parte
inferior de su rostro estaba también empapada de agua salada, pero supuso que
de todas formas no importaba si Henry la veía llorar ahora. Estaba parado ahí
con su chaqueta negra y su remera blanca, y estaba mirándola con lo que ella
hubiera llamado preocupación y sinceridad si no lo conociera. “Qué quieres?”

“Estar contigo. Sólo un minuto”

El pecho de Diana se hinchó y respiraba rápidamente. La pollera de seda,


y toda su enagua de algodón, se pegó a sus muslos. Henry estaba finalmente
150 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

frente a ella, en una playa abandonada a la noche, pero todas las confusiones
del día eran como un abismo entre ellos. La luz de la luna era brillante, y podía
verlo perfectamente. “Unos minutos? Querías que viniera tan lejos para que
tuviéramos unos minutos?”

La mandíbula de Henry se movió y miró hacia otro lado. De alguna


manera él había escapado a una completa empapada, y ella le molestaba que él
estuviera tan tranquilo. “Es todo lo que puede ser. Penélope, ella es tan
aterradora, si se enterara que estoy aquí contigo ahora, si supiera que te he
dicho por qué nos casamos, si supiera cuán terriblemente quiero besarte-”

Él se acercó y tomó la parte de atrás de su cabeza con la palma de su


mano y puso su boca sobre la de ella. Un momento antes esto hubiera parecido
una muy mala idea, pero entonces Diana cerró sus ojos y le devolvió sus besos
una y otra vez como si pudieran darle un poco del oxígeno del que había
carecido. Su otra mano se dirigió a su espalda, y a pesar del estado de su
vestido, presionó todo su cuerpo contra el, arruinando la ropa de ambos.

“Oh,” dijo ella, más suavemente esta vez, cuando el se alejó.

Los labios de él estaban aun separados, y la luna se reflejaba como discos


blancos en sus ojos.

La boca de ella se abrió un poco más. Sintió la expectativa de otro beso,


del mismo modo que uno siente la lluvia antes de que caiga. Pero el tiempo
pasaba, sus respiraciones se mezclaban con el aire del mar, y ningún beso
ocurrió.

Henry se alejó. “Notarán nuestra ausencia”

“Qué?” Había enojo en su voz, pero la decepción era más fuerte.

“Tu hermana, Penélope – se preguntarán dónde estamos.”


151 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Detrás del hombro de Henry las luces del hotel titilaban y las palmeras
eran magníficas siluetas contra el cielo púrpura. Había algunas nubes
moviéndose por el cielo – podrían sobrepasar la luna y volver todo borroso
muy pronto.

“Entonces prefieres tenerme de a pocos minutos por vez? En cuartos


interiores y los pasillos de los trenes? Eso era lo que esperabas cuando me
dijiste que encontrara la manera de venir a Florida?”

Henry sacudió su cabeza, pero ella sabía que lo que había dicho era
verdad. Trató de enfriarse.

“Te imaginaste que vendría como tu amante”

“No-”

“Buenas noches.” Diana reunió toda la dignidad que pudo en su


desaliñado estado y empezó a moverse nuevamente hacia la playa. Su vestido
estaba empapado y sus medias llenas de arena y su corazón no podría seguir
resistiendo. Quería mirar hacia atrás, pero sintió que hacerlo de alguna manera
perdonaría todos los pecados que Henry cometió contra ella.

“Diana!” Lloró Henry. Su voz se había llenado de angustia, pero ya se


había ido, y por un momento todo lo que ella oía era el chapoteo de las olas en
la costa. “Diana, te necesito” - y por el modo en que su voz se rompió al decir su
nombre, ella creyó que así era. Pero cerró los ojos y siguió caminando hacia el
hotel, donde las luces brillaban y la música sonaba débilmente.

“Diana” continuó él con la misma voz desesperada mientras la perseguía


por la playa. “Diana. La dejaré”

Esto le dio a Diana una pausa – se paró y miró. El rostro de Henry


siempre había sido el bien afeitado y bien dotado rostro de la civilización, pero
ahora estaba mirándola con algo más parecido a una urgencia animal.
152 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Lo harás?” suspiró ella.

“No puedo estar sin ti.”

“No puedes?” Diana sabía que estaba en grave peligro de ser una tonta
otra vez, pero la esperanza brotó en su corazón.

Henry dio un par de zancadas y luego la miró con convicción. Le corrió


los rizos de la cara, su mano recorriendo sus ojos, su pulgar pegado contra su
labio inferior.

“Ven, mejor que te arregles” dijo mientras ponía su brazo al rededor de


los hombros de ella.

Por un rato caminaron así hacia la gran, iluminada casa de muñecas a


través del césped, hasta que estaba demasiado cerca. Entonces se separaron
para regresar cada uno a su habitación, y el pudiera volver a interpretar su
papel no por mucho tiempo más. Ella conservó la imagen de su rostro en la
mente incluso después de que se separaran. Como todas sus promesas, ésta
brillaba ahora con renovado y maravilloso valor.
153 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ EF
Traducido por: Isabella

La pareja recientemente prometida, Reginald Newbold y Adelaide


Wetmore, fueron vistos anoche en una velada musical en casa del Sr Newbold
en Madison Avenue. Su hermana, Gemma, estaba también allí, de la cual se dijo
estaba esperando una propuesta de Teddy Cutting. ¿Se veía ella tan triste
porque el señor Cutting estaba fuera en Florida, y deberíamos tomar su
prolongada ausencia en el sentido de que no habría boda en junio?

- DE LA PAGINA DE SOCIEDAD DEL PERIODICO DE NUEVA YORK THE


WORLD GAZETTE, SABADO 17 DE FEBRERO DE 1900.

"¿Estás bien?"

Elizabeth abrió los ojos lentamente, y luego el salón de baile de Poinciana


volvió a entrar en su foco: los cuerpos balanceándose sobre el suelo de parquet,
la celosía blanca del techo, la suave música de cuerda desde detrás de una
pantalla. Se dio cuenta de que había descansado su cabeza sobre el hombro de
Teddy durante el baile, pero respondió con sinceridad cuando dijo:

"Lo estoy"

"Me avisará si desea sentarse, ¿verdad?"

Ella no había visto nunca las líneas de preocupación que surgían a veces
en la frente de su viejo amigo. Su piel era de alguna forma tan suave y sin
manchas, que se preguntó cuándo habían llegado a aparecer dichas líneas.
154 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Al igual que las otras mujeres de la sala, Elisabeth llevaba luz, los colores
apropiados de la tarde —su vestido marfil adornado con bordados de color rosa
pálido— pero en las horas siguientes a la cena había perdido el rastro a las
demás. Ella sabía que el tipo de gente que siempre había estado a gusto en la
habitación —eran las personas que su madre quería que se mezclara con ellos, y
lo agradecía porque se sentía bastante segura y suficientemente ligera para
hacerlo ahora.

Su cuello, tan gracioso y esbelto como un cisne, estaba adornado con


joyas de la abuela, que su madre había embalado cuidadosamente para el viaje,
y su cabello claro estaba peinado en montones encima de su cabeza. El viento
fresco de la noche entró por las ventanas abiertas y por un momento se sintió
muy a sus anchas.

"¿Me veo cansada?" Sus pequeños labios carnosos quedaron


entreabiertos y dejó que sus ojos revolotearan entre abiertos y cerrados.

"No," Teddy sonrió suavemente y la movió, deslizándola lejos del centro


de la habitación. "Te ves hermosa."

Ella sonrió débilmente y asintió. "He disfrutado en sobremanera del


tiempo que he pasado contigo estos últimos días," prosiguió.

"Yo también"

"Son tantas horas encantadoras, para poder estar contigo. Es algo que
temía no experimentar de nuevo..."

Por el rabillo del ojo, Elizabeth advirtió que Henry venía a través del
césped. Se acerco a la señora Schoonmkaer, con el pelo peinado con rizos
brillantes con plumas en la parte superior de la cabeza y con un vestido de
lunares de gasa se juntaba en un cuello en V sobre el pecho.

Penelope miró sus pies y luego giró el rostro y sus ojos se abrieron.
Elizabeth sabía que había visto — había visto el rostro de su viejo amigo
155 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

enojado, con las criadas y miembros de su familia— y en concreto


especialmente, con Elisabeth.

Los Schoonmkar estaban cruzando la habitación y no había forma de


saber las palabras que intercambiaban entre ellos, pero al final de su breve
conversación Henry quitó la mano de Penelope, que iba enfundada en un
guante hasta el codo de raso negro, que salió de la habitación.

Por una razón que no podía entender, la escena llenó a Elizabeth de


aprensión y miró a Teddy para preguntarle lo que pensaba él de todo.

"¿Elizabeth?" Dijo antes de que pudiera preguntarle.

Ella asintió para que pudiera hablar, pero el exhaló conscientemente y


tuvo que apartar la mirada. Ellos bailaban en círculos antes de empezar de
nuevo. "Solo quería decirte que cuando te lo pedí hace unos años ya, parecía—"

"Hace dos años de la última." Un susurro de sonrisa apareció en el rostro


de Elisabeth, a pesar de que el recuerdo era triste. Había sido en Newport,
donde había estado un mes entero, y había estado mareada y enferma de amor
por su distanciamiento de Will. Había logrado enviar sus cartas —ella no podía
recordar como habían salido— en las cuales había el temor de ella de que
perdiera el interés en el mientras estaba fuera. Sus pestañas se hundieron.

"Sí, es cierto, no fue hasta hace dos años. Cuando eras la invitada de los
Hayeses."

Elisabeth no podía soportar abrir los ojos, pero sabia por la forma
nerviosa de respirar como se sentía Teddy. "De todos modos, lo que quiero
decir, lo que quiero decir es que yo era sincero y mi oferta sigue en pie."

Nunca había oído su voz tan inestable. "Yo todavía—"


156 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

"Oh, Teddy," fue todo lo que Elisabeth pudo decir. Tenía miedo de que si
no le paraba se pondría a llorar allí en medio de la pista, y entonces no habría
forma de parar todo el sentimiento o que explotara cualquiera de los secretos.

Pero quizás el confundió su tristeza por otra emoción, porque el


continuó. "¿Crees que podrías amarme? ¿Tal vez casarte conmigo? Quiero decir,
no ahora, necesariamente, pero quizás con el tiempo."

Elizabeth se paró en la pista de baile. Pensó en Will el día de su boda, con


un traje marrón que había comprado para la ocasión y movió la cabeza
instintivamente. Todavía llevaba ese vestido cuando se había ido lejos de él, y
era el traje que había empapado con sangre en la Estación Grand Central.

"Quizás con el tiempo, Teddy." dijo, aunque la idea de flores blancas y


espumosos ajuares y padrinos en una fila le provocaba repugnancia.

Ella conocía sus ojos grises, mirándola con tanta dulzura y atención. Ella
había conocido, incluso el verano que aún era ingenua, que si ella nunca
hubiera conocido un hombre como Will, entonces Teddy podría haberle dado
una vida muy feliz.

"Con el tiempo," repitió.

Su voz sonaba mecánica, pero ella se refería a esto como una


confirmación. Con el tiempo, no habría nada tan dulce para ella como esas.
Trató de sonreír, pero sabía que el efecto no era bueno, pues todo el color había
desaparecido de sus labios. "Ya sabes, si no hubiera existido la situación del
otoño pasado y antes—" ella empezó, con ganas de darle algún tipo de
explicación. Pero se contuvo, dándose cuenta de que este no era ni el momento
ni el lugar.

"Ahora me siento muy cansada, después de todo. ¿Me disculpas un


momento?"
157 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Su falda y sus joyas, sus guantes y lazos, las horquillas que aguantaban el
pelo y las cuerdas que apretaban las costillas, todo le parecía muy pesado
entonces. Ella no sabía si sería capaz de llevarlo todo al otro lado de la
habitación. Pero ella no podía estar fuera, entre la multitud, todos rodeando.
Ella no era capaz de mirar a Teddy cuando se separaron, y ella no tenía ni idea
de si la había entendido al final.
158 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ EG
Traducido por: Linetas

El vestido Resort es siempre majestuoso, pero mis fuentes en Palm Beach


informaron que la señorita Carolina Broad parece haber llegado con todo un
nuevo guardarropa, y que ella siempre aparece cubierta de adornos brillantes,
destellante y con incrustaciones de diamantes. Espero que el Sr. Lewis Carey
Longhorn, al menos, este recibiendo informes de lo que todo su dinero ha hecho
posible.
-DE LA "FESTIVO GALANTE" COLUMNA EN EL IMPERIAL de NUEVA
YORK, SABADO, 17 DE FEBRERO 1900

Había muchas mujeres en posesión de juventud y belleza deslizándose


por la pista de baile del Royal Poinciana ese sábado en la noche, que estaba
cubierto por un techo abovedado de madera blanca, pero permanecía abierto a
los elementos a través de sus grandes ventanas abiertas de par en par. Carolina
sintió que ella debe ser la más bella de todas. Su cabello castaño estaba dividido
en dos secciones para que ambas se elevaran por encima de su frente en un
bollo esponjado alto y rizado en su cuello en una cola de cintas. Alrededor de
su cuello descansaba una doble hilera de perlas y granates que destacaban el
verde de sus ojos, y sus brazos enfundados en flautas de encaje antiguo. Ella
sabía que la piel de su amplia frente casi brillaba bajo las luces multicolores, y
que en el sur su puñado de pecas indicaba en cierto modo de una morena de
alcurnia. El único elemento fuera de lugar era su compañero, Percival
Coddington, cuyo aliento era oloroso con el estofado de pollo que había comido
para cenar.
159 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

"¡Qué placer es bailar con usted, dijo Percival. Carolina sabía que eso iba
a ser incómodo en este mundo, y comprendió el significado de la capa de sudor
en su frente. Estaba nervioso, mala cosa, y ella se sentía un poco mal por él. Sin
embargo, ella sabía que estaba perdiendo minutos enteros de su prometedora
nueva vida, y de su belleza a finales de floración, en él.

Su cavernosas fosas nasales estaban justo al nivel de sus ojos y sus manos
húmedas estaban demasiado en una posición familiar mientras ellos se
balanceaban con la música de la Orquesta de Bailey, que tocaba detrás de una
pantalla pintada con criaturas submarinas. Cientos de personas estaban
amontonadas a lo largo de los bordes de la sala, y la pista de baile estaba llena
de parejas jóvenes. Había mucho más deslumbrantes, mucho más adinerados,
mucho mejor vestidos en las sombras rosadas, eclipsados por el ejército de
camareros, y ahí estaba ella con un don nadie medianamente adinerado que
todavía no había aprendido a respirar con la boca cerrada.

En otro momento ella podría haber pensado obsesivamente la ironía de


que, sólo hace unos meses, la posibilidad de mantener la atención de un
Percival Coddington le habría parecido a ella una oportunidad muy afortunada
ciertamente. Pero ella era completamente diferente ahora. Ella no tenía tiempo
para tales sentimentalismos. Su garganta empezó a contraerse, no importa cuán
rudamente ella torcía su cabeza alrededor, no podía echar un vistazo a Leland
en cualquier lugar.

Por supuesto, su día con él ya había sido largo y cerca a la perfección.


Pero estúpidamente ella había insistido en que ella se presentaría en el hotel a
tiempo para darse un baño, aplicar su maquillaje, arreglar su cabello, y aún
dejar una hora en la que sería encorsetada y empujar todos los pequeños
botones de perlas de su insinuante vestido blanco a través de sus ojales. Él
había estado de acuerdo casi demasiado amistoso, y luego se había ido a jugar
golf con Grayson Hayes. Ella se había preocupado todo el tiempo de que él
regresaría a tiempo para acompañarla a la cena, quizas hasta el punto de que
160 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

ella había hecho que su tardanza se cumpliera. Eso fue cuando ella había sido
víctima del Sr. Coddington, que había insistido en discutir el sistema de castas
de los isleños de Fiji a través de los tres primeros caminos. Había visto a Leland
cuando entró tarde, y ella ahora temía que en la elección de unas horas con su
doncella de golf (que ella nunca había jugado) ella había perdido su atención.

"Yo nunca lo vi lo que a la gente le gustaba del viejo Carey Longhorn",


dijo el Sr. Coddington, cruelmente, Carolina observó—antes de que ella
finalmente perdiera la paciencia.

"Me cuesta ver cómo usted está en la posición para” -dijo ella-, pero se
salvó de dar lugar a una escena a la vista de su acompañante de la tarde sobre el
hombro de su compañero. Él estaba sonriente, con esa boca que era
elegantemente demasiado grande para su cara, y el azul de sus ojos era brillante
a la luz baja. Carolina dejó de bailar, y Percival le soltó la mano un segundo
después. "Sr. Bouchard."

"Señorita Broad." Levantó la cabeza y luego se volvió sobre sus talones.

"Sr. Coddington, ¿puedo interrumpir?”

Las fosas nasales de Percival destellaron, y por un momento parecía que


él iba a estar vocalmente inconforme con eso. Pero entonces él aceptó, y
Carolina sintió que su mano se recogía de nuevo, con mucha más fuerza esta
vez, mientras ella era trasladada hacia atrás en la multitud.

"Creo que tengo que pedirle disculpas de nuevo", ofreció, a pesar de


Carolina estaba apenas escuchando. El brillo en los fuertes y blancos dientes de
su pareja, la anchura de sus hombros, el corpulento tamaño de él, era
demasiado abrumador. "Si me hubiera dado cuenta de que fue arrinconada por
ese fastidioso asno—perdone mi lenguaje— la habría salvado hace mucho
tiempo”.
161 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

De repente, la música fue más fuerte, exultante, como si sus propias


sensaciones internas fueran recreadas por las cornetas y las cuerdas. Le habría
gustado seguir mirando a Leland, pero se recordó cómo Elizabeth nunca
parecía necesitar nada de sus pretendientes, o incluso estar particularmente
interesada en ellos. Se dio la vuelta para que él pudiera apreciar su perfil y miró
a la multitud y ella se sintió muy satisfecha de estar donde estaba.

Por allí estaba Lady Dagmall-Lister, bailando con su joven compañero


masculino, y allí estaba el famoso arquitecto Webster Youngham bailando
mejilla a mejilla con una de las más jóvenes de la señora Astors.

Todos estaban vestidos con sus mejores galas, como si la vida realmente
fuera alguna magica obra de teatro en la que cada momento debe ser iluminado
con su propio brillante proyector. Anteriormente, todo el mundo había
murmurado sobre la señora de Henry Schoonmaker, bailando con su adorado
marido, sus ojos oscuros llenos de misterio, pero sus manos sobre su esposa. No
podía verlos ahora, pero notó que Diana Holland, quien llevaba un vestido
diferente al que había usado cenando anteriormente; Grayson Hayes tampoco
estaba por ningún lado.

Carolina era un poco decepcionado de que Elizabeth ya se hubiera ido a


la cama, dejando a Teddy Cutting sin una pareja, que significaba que ella no se
vería obligada por más tiempo a presenciar la entrada de su ex empleada en el
inusual mundo del que ella había sido la indiscutible princesa. Por un
momento, Carolina se pregunto sin benevolencia, si su anterior ama había
encontrado a otro miembro del personal para tener citas a la medianoche. Pero
eso no importaba, de verdad. Había un montón de testigos de la aceptación
total de Carolina en el corral, y algunos de ellos incluso podrían telegrafiar a sus
contactos en el negocio de los periódicos sobre eso mañana. Todos ellos eran
sus amigos, o algo casi tan bueno—ellos tenían que ser amables con ella, ellos
tenían que contar con ella en sus pequeños viajes ahora. Estaba en posesión de
162 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

su propio y exclusivo valor social, y ninguno de sus celos mezquinos o


pequeños juegos podrían apartar eso de ella.

"¿Señorita Carolina Broad?"

Cuando el hombre diminuto con la corbata de lazo, dijo su nombre,


Leland se detuvo. Ella se dio cuenta de que ya no estaba bailando con el
hombre que esa tarde le había dado razones para anticipar una posible
proposición, y luego se sintió, no obstante irracional, empezando a odiar a este
mensajero, que esperaba pacientemente a un lado, y a lo que fuera que tenía
que decirle.

¿Sí?

"Tiene un telegrama."

"Bueno, déselo a mi doncella, entonces”, contestó ella con brusquedad,


como si tuviera la costumbre de recibir telegramas tarde en la noche, antes de
regresar a Leland. Él esperaba por ella al lado de la celosía blanca en el otro
extremo de la pista de baile, que guardaba a los invitados de la vista de los
funcionamientos internos de la cocina. Había una vid real que trepaba por esta-
Carolina con disimulo había inspeccionado temprano en la tarde.

"Lo hice." El hombre hizo una pausa, y hubo algo terrible en la forma en
que dudó sobre sus siguientes palabras. "Ella dijo que usted debería ser llamada
de inmediato. Ella dijo que a usted le gustaría responder de inmediato. Nuestra
sala de correspondencia, donde es posible que desee beneficiarse de nuestro
telégrafo, está en la primera planta, justo después de la-"

Miles de rudas palabras para este hombre rebosaron en su garganta, pero


por alguna razón no se surgieron fuera de su lengua. Carolina sabía que la
frustración de ser alejada del centro de las cosas era humillantemente evidente
en su rostro, aunque al mirar a Leland ella intentó una sonrisa valiente. "Estoy
segura de que no es nada", ella se las arregló.
163 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

"Eso espero." las facciones de Leland eran tan llenas de bondad que ella
no podía verlas. "¿Quieres que te acompañe?", Ofreció.

Cualquiera que sea la noticia, un instinto le dijo que Leland no debe


oírlo. Sacudió la cabeza y se volvió hacia el hombre de la corbata de lazo, que la
llevó lejos de la pista de baile, donde todo el que vale la pena conocer y todo lo
que vale la pena ver seguirían adelante sin ella. Cuando volvió a meterse en el
vestíbulo principal del hotel, miró al elaborado patrón de la alfombra y sintió la
horrible tensión de sus zapatos de tacón alto con los penachos de oro en el
dedo.

La sala de la correspondencia era de roble pulido y artilugios ribeteados


en oro. Esta estaba bien, apenas cruelmente, iluminado, y Carolina se sintió
torpe de nuevo al lado del pequeño hombre escrupuloso. Él le entregó el
telegrama, y por un momento ella deseo que pudiera devolverlo y hacerlo falso.
Ojalá pudiera volver a la sala de baile y seguir bailando con Leland por
siempre. Pero no había nada que pudiera deshacer la finalidad de lo que leyó:

LA COMPAÑÍA DE TELEGRAFOS DE LA UNION OCCIDENTAL


PARA: Carolina Broad

LLEGO A: 25 The Royal Poinciana,

Palm Beach, Florida, 2:00 de la mañana, Domingo, 18 de febrero de 1900

Carey Lewis Longhorn fallecido esta noche después de una breve


enfermedad. Su última petición fue su presencia en su funeral-Usted debe
regresar a Nueva York a toda prisa- he comprado boletos para usted y criada en
el tren de las 12 p.m. de mañana-A la llegada, suspenda sus servicios.
Atentamente, James Morris, aristócrata inglés.
164 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Jefe Albacea de la Propiedad Longhorn


Carolina cerró los ojos y dobló el telegrama. Un largo escalofrío le atravesó el
cuerpo.

Los acontecimientos del día, en toda su iluminada perfección, parecían


muy lejanos, pero no podía dejar de darse cuenta del horror que había pasado
mientras ella pensaba en sí misma y muy elegancia alrededor en coches sin
caballos. Su memoria se vio abrumado por la imagen de él, en los muelles ese
día, y lo mucho que él quería que ella se quedara.

Luego, con la misma rapidez, la tristeza dio paso a otra emoción. Parecía
imposible que Longhorn pudiera haber muerto tan rápido, y por un momento
ella estaba enfadada porque nadie le advirtió de la posibilidad. Pero no había
nadie a quien culpar, y no importa cómo su corazón lo anhelara, Leland no
podría hacer nada para salvarla de esto. Trató de lucir tan grande y poderosa
como antes, y le dijo el hombre de la corbata de lazo que necesitaría el té en su
habitación, ya que habría mucho que empacar.
165 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ EH
Traducido por: Thpy

Los hombres hablan de sí mismos en toda clase de problemas en una


mesa de juego –ésa es la verdadera razón de que las verdaderas damas no van a
esos lugares, jamás.

-MRS. L. A. M. BRECKINRIDGE, REGLAS DE EDUCACIÓN EN


CIRCULOS DE BUENA CONDUCTA

LA MÚSICA DE LA ORQUESTA AÚN PODÍA SER ESCUCHADO en el


pequeño casino adyacente al salón de baile, y todas las decoraciones eran
alegres, jugando con los verdes y blancos, y los correspondientes hombres
oscuros que llenaban las mesas daban un efecto muy diferente. Todos ellos
tenían al menos una cosa en común, ya habían tenido suficiente de bailar.
Aunque para Henry, que se inclinó para limpiar los restos de arena que aún se
aferraban a su pantalón, bailar era la última de las razones por la que quería
escapar.

-¡Hermano!

Los castaños ojos de Henry se levantaron, y el resto de sí lo siguió poco


después. Grayson Hayes estaba sentado a una mesa de cartas, y en algún
momento en las últimas dos horas su corbata se había deshecho y su chaqueta
había desaparecido. Habían pasado algunas horas desde la tarde cuando Henry
no odiaba a nadie en el mundo como odiaba a Grayson, por estar coqueteando
166 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

con Diana sin fin –la Diana de Henry- y ella parecía regresarle sus atenciones.
Pero a él le gustaba el hombre un poco más como estaba ahora –lejos de
cualquier mujer, su corazón se aceleraba más en un juego que por una elegante
figura.

Henry pidió a un mesero que pasaba un trago, y luego acercó una silla.

-¿Me prestas veinte? –Grayson preguntó.

Henry no fue capaz de controlar la extraña sonrisa que jugaba en las


esquinas de su boca. Esperó un momento antes de asentir al repartidor.

-Cárguelo a mi habitación –él dijo, y nuevas fichas aparecieron. Había


comenzado a mostrarse la fatiga bajo los ojos de Grayson, pero en atención a la
posición de sus hombros sugería que faltaban muchas horas antes de ir a
dormir. Henry cruzó las piernas y encendió un cigarrillo.

-¿Dónde está Penny? –Grayson le preguntó.

-No lo sé –Henry la había dejado en la pista de baile, pero estaba muy


embobado con la imagen de Diana medio bebida, con sus clavículas expuestas a
la luz de la luna, el vestido de seda que la envolvía aferrándose a sus brazos que
una vez estuvieron alrededor de su cuello con tanta alegría. La pose
característica de Henry era de indiferencia, y dudaba que aún la tuviera ahora
por como exhalaba contemplativamente. Pero estaba, en verdad, lleno de fuego.

-Ella está sonriendo y justificando tu ausencia ahora, pero tendrá tu


cabeza luego –dijo Grayson-. Oh, muchacho, bebe. No me gustaría ser tú
mañana.

La bebida de Henry había llegado, y –sabiendo que esto último era


verdad- tomó un trago.

-¿A quién le importa? –él murmuró.

Para su sorpresa, Grayson rió.


167 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-Y solía ser una muchacha muy dulce.

-Oh, sólo decía…

-No te preocupes, Schoonmaker. Y no creas que no sé que ella a veces le


gusta tirar de los hilos como un titiritero del infierno –la manó terminó, pero los
ojos de Grayson no habían perdido su toque animal-. ¿Me prestarías otros
veinte?

Henry agitó su cigarrillo hacia el repartidor en confirmación y


terminando su trago. Intentó distinguir al mesero, entre todos los otros hombres
en blanco y negro, para pedirle otra bebida. Pero el mesero ya lo había visto e
iba hacia él, y después de que Henry había tomado un sorbo del nuevo scotch,
se sintió lo suficientemente perdido para presionar un poco.

-Pareces estar profundamente impresionado por Diana Holland.

Grayson estaba distraído por su mano, y Henry experimentó un horrible


momento cuando sus palabras colgaron en el aire sin esperanza de respuesta.
Finalmente su cuñado lo miró, revelando una chispa en sus ojos.

-Ella personifica todas las variedades de belleza femenina –él dijo,


tomando un cigarro de la caja que Henry había dejado al final de la mesa y
poniéndolo un momento entre sus amplios dientes frontales-. Ella es la
perfección en una mujer.

El ojo en la mente de Henry falló, brevemente, con el caos que produciría


si golpeaba a su cuñado en la mandíbula.

Entonces, Grayson continuó:

-Su madre debió haber sido intensa en su crianza, pienso. Hay una
puerta que ningún hombre puede romper. Ella es muy joven, bastante ingenua,
más protegida incluso que su hermana. No puedo sacarle más que un beso en la
mejilla.
168 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Los hombros de Henry se relajaron, y en celebración a estas noticias


vació el contenido de su resistente vaso. Dio la vuelta a su dedo hacia la
dirección del mesero, indicándole que quería un trago para él y su amigo. Sabía
que debería abandonar ahí la conversación, pero Diana estaba en todas partes,
en sus pensamientos y en su lengua.

-Ella es encantadora… -él continuó, más para sí mismo.

-¡Ah! –Grayson levantó la vista a los ventiladores del techo y sonrió para
sí-. Esa rosada piel. Esas pestañas de ensueño.

Henry cerró sus ojos, e imaginó la dulce, petulante aflicción con la que lo
había mirado en la playa. Se sintió un poco orgulloso de que ella lo amara.

-Y se mueve tan magníficamente.

-Te digo, Schoonmaker, ella no sabe lo que tiene. Ese es el corazón de


esto. Ella es como una criatura salvaje que no tiene idea del valor de su pelaje –
Grayson se detuvo para beber y asumir un tono filosófico-. Quien sea que la
gane al final será, de hecho, un hombre afortunado.

Más tragos llegaron, y los colores del cuarto fueron tan brillantes como
menos claros para Henry. Grayson se enfrascó en las cartas de nuevo, y
preguntó por más dinero prestado, pero la última cosa que dijera sobre Diana
se había presentado en la cabeza de Henry y comenzó a echar raíces. Prendió
otro cigarrillo y pensó en ello, y también en su promesa, y en cómo la
mantendría.

La disposición de los adornos en la mejor suite en el Royal Poinciana


nunca se verían tan traicioneras. Todo era borroso, con extrañas formas bajas,
aunque la luz de la luna hacía brillar el suelo de baldosas. Los ojos de Henry
siguieron el brillante reflejo a las puertas francesas, que estaban abiertas hacia la
terraza. El sendero de plata terminaba en una falda de gasa estriada de negro
que era ajustado en la cintura y luego se extendía sobre el busto hasta los
169 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

hombros dramáticamente, donde el tejido se reunía con cintas de color negro.


Su esposa aún vestía sus guantes largos, aunque se habían deslizado un poco en
los codos, y puso todo el peso de su largo cuerpo contra la voluptuosa
barandilla de madera tallada.

El cielo se estaba tornando púrpura en la marina, y más allá de Penélope


la cima de las palmeras eran visibles, como descuidadas cabezas de gigantes. La
luna sobre ella se veía vagamente entre las nubes, pero aún brillaba en su
cabello y en sus pulseras. Él la odiaba entonces, no solo por costarle demasiado,
no solo por toda la hipocresía y vanidad y la estúpida avaricia que ella
encarnaba. Miró su espalda –por como lucía no habían signos de que ella
volteara hacia él- e imaginó todas las formas que podría decirle que se iría. Pero
su lengua estaba tan inutilizada como un coche cubierto de barro.

Afuera, en la terraza, Penélope se quedó quieta, salvo que inclinó su oído


hacia su hombro –no había ningún gesto en él que pareciera una maldita
autoposesión. Su boca se abrió una o dos veces, pero su enojo crecía y se sentó
en la forma de palabras.

Ahora sus pies lo llevaban a través del suelo, su conciencia latía por
detrás de sus pesados pasos de borracho. Él vio lo fácil que podría ser. Sin
ninguna palabra podría dejar de lado todos los sucios enredos legales, todos los
juicios de la sociedad. Su esposa estaba apoyada descuidadamente ahí, cuatro
pisos sobre el camino de grava, y si se inclinaba demasiado –tratando de echar
un vistazo al extravagante peinado de Lady Dagmall-Lister, digamos, o el vuelo
de un loro desde una rama baja a otra-, entonces ella podría tambalearse, perder
el equilibrio, y caer a su muerte. Su cuello podría romperse sin dolor en
cuestión de segundos, y ella no tendría forma de prevenir que su esposo esté
finalmente con la mujer que él realmente ama. La muchacha que está en alguna
parte de estos cientos de habitaciones, creyendo en su promesa…
170 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Henry atravesó la habitación con forzada rapidez, sacando su chaqueta


de donde la había dejado y arrojándola a las baldosas, pero algo lo detuvo en el
umbral de la terraza. El cálido aire del exterior fue como una espesa cortina,
húmeda, y Penélope se volteó a mirarlo. Su labio inferior temblaba y las
esquinas de sus ojos cayeron por la pena. Ella lo observó, y él a ella, y supo que
el peligro había pasado. Ella había visto la idea en él, y ahora él reconoció todo
el terror reflejado en sus ojos.

Henry apretó el marco de la puerta, inestable y jadeando un poco,


choqueado por lo que había descubierto en sí mismo, de haber sido capaz de
hacerlo. La rica estructura de su vestido se contorneaba alrededor de su largo
cuerpo, e incluso en la oscuridad ella tenía la apariencia de una mujer que había
visto demasiado.

El tiempo pasó y ella habló.

-No te culpo por querer matarme.

Su cabeza se balanceaba, tan pesada sobre su largo cuello como una fruta
madura. Un poco de su oscuro cabello corto flotaba por detrás de su cuello,
lejos de su peinado hacia el collar de diamantes y ónices que ella se había
comprado como regalo de bodas. Por debajo de ellos una mujer vestida de gala
y ondulados postizos se tambaleaba a través del Coconut Grove, un poco peor
por beber, riéndose solo un poco fuerte en respuesta a las dulces mentiras de un
pretendiente generoso con la luna creciente. Sus hombros cayeron, y le dio una
mirada suplicante, como si prefiriera que siguiera adelante y lo hiciera.

-Penélope –su voz se quebró al pronunciar su nombre-, no podría…

-Oh, Henry –suspiró-. Nadie te culparía.

Hace solo unos instantes él estaría de acuerdo, pero había subido una
gran cumbre y había descendido a un desconocido valle desde entonces.

-Podría ser… Lo lamento.


171 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Pero ella no parecía escucharlo. Puso su mano más atrás en la barandilla,


y se apoyó en ella como si tratara de escuchar mejor la tenue música de la
orquesta. Su posición se veía precaria, y él se preocupó brevemente que ella se
empujara fuera. Él decidió que estaba lo suficientemente cerca para detenerla,
entonces dio un inestable paso hacia ella y sintió que el piso se movía, y al final
nada dramático sucedió. Ella se enderezó y miró a Henry con los mismos
experimentados ojos, luego suspiró entrecortadamente e intentó sonreír con
valentía, una o dos veces, sin llegar a tener éxito.

-Bien, entonces –dijo tranquilamente. Ella volvió hacia la suite con


lamentable gracia, dejando a Henry solo en la terraza. Él cerró sus ojos y
permitió que el alivio de no haber actuado en tan lamentable impulso lo
reconfortara. Su sangre continuaba agitada por todo esto, pero sabía que de
repente él estaba muy borracho, e hizo que su poco confiable memoria pronto
se llevaría el incidente al reino del olvido.

Siguió a Penélope, mientras su paz fuera poca y menos segura esta vez,
todo tipo de patéticas explicaciones explotaron en su cabeza. Su cadera
descansaba al final de la cama, y su espalda estaba hacia él, inclinada hacia
delante en un arco conmovedor. Él se acercó y se sentó a su lado, y cuando ella
aún no daba reconocimiento de su presencia, él puso una torpe mano en su
espalda. Eso hizo que se diera cuenta que estaba llorando, su cuerpo sólo estaba
ligeramente atormentado por silenciosas lágrimas. Encontró que no quería nada
tanto en ese momento como ver su rostro.

-No llores –él dijo. Siempre se sentía nervioso cuando alguien lloraba, y
desde que era un niño era conocido por prometer cualquier cosa con tal que se
detuviese. Pero cuando ella se volteó a enfrentarlo, él vio la humedad que se
reunía en sus pestañas.

Había algo insoportable en ver a Penélope humillada, y para detenerla


de toda su auto abnegación él puso su boca –tan fragante con la bebida- sobre la
172 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

suya. Ninguno se movió por un largo momento, luego ella tomó su labio
inferior, muy gentilmente, entre sus dientes. Él se sintió mareado y cargado de
emoción. Apretándola contra él, justo como lo había hecho el verano que
pasaron juntos. Sus manos recorrieron a lo largo de su rostro y sus hombros y
bajaron por su espalda, en donde comenzaron a deshacer su corsé.

Él había visto muchos corsés ser removidos a lo largo de los años, pero
nunca lo había hecho él mismo. Todos los ganchos y cintas se le presentaron
como un intrincado puzzle, pero a pesar de su borrachera –o tal vez por esta
razón- él procedió con perseverancia y mucho cuidado. Cuando, finalmente, las
capas cayeron sobre su cintura ella le dio una misteriosa sonrisa. ¿Era timidez, o
gratitud, o alguna cualidad que nunca antes había visto? El cuarto se llenó de
estrellas y Henry se preguntó por un momento si no habían estado amarradas
al hotel y se iban girando hacia la noche. Se convenció de sonreírle de vuelta –lo
hizo, un poco descuidada, como si apartara un mechón de pelo de su cara- y se
movió para dejarla sobre las sábanas.
173 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉEI
Traducido por: Thpy

A MUCHOS DE NUESTROS HUESPEDES LES GUSTA BAILAR

HASTA TARDE, Y PARA SU CONVENIENCIA

NOSOTROS AHORA TENEMOS NUESTRA PROPIA PISTA

POR TODA LA NOCHE. QUE ESTÁ DISPUESTA EN EL

VESTÍBULO, JUSTO AL LADO DEL PUESTO DE PERIODICOS,

E INSTAMOS A TODAS LAS DAMAS QUE VAYAN

Y GASTEN SUS ZAPATOS ANTES DE IR A DORMIR.

-LA GERENCIA,

ROYAL PONCIANA, PALM BEACH

LAS OLAS AUN ROMPIAN CONTRA LA COSTA, y sobre el otro lado


del lago Worth, en West Palm Beach –la torre que Henry Flager construyó para
ayudar- todo estaba oscuro. Pero las luces continuaban brillando por la pista de
baile del Royal Poinciana en su bien cuidado césped. Los huéspedes del hotel
estaban comiendo una segunda cena o estallando en risas o bailando más cerca
de lo que habrían soñado hacer en Nueva York o Filadelfia o Washington, con
acompañantes que no hubiesen podido considerar en su vida diaria. La música
aumentó rápidamente y algunos esposos se escabulleron a jugar cartas al casino
174 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

cercano. Luego las esposas comenzaron a pavonearse con los meseros, y más
botellas de vino fueron pedidas. Las primeras señales del amanecer fueron
visibles en el horizonte cuando Diana Holland echó un vistazo alrededor para
estar segura que el hombre que poseía su corazón no estaba a la vista.

-¿Ya se fue la Sra. Schoonmaker? –ella preguntó a un mozo con una bella
cara y una amplia sonrisa con las que ella había bailado las últimas piezas. Ella
estaba de un muy buen humor no para bailar, viendo su antigua vida junto a
Henry frente suyo, y eso iba a ser tan encantadora y compleja y fina.

-¿Importa? –el mesero le agarró la mano y la giró quedando frente a él.

Se echó a reír y dejó que sonrisa se desvaneciera. Pero este quizás


reajuste de su era demasiado sutil para él, porque él arqueó una ceja y la miró
como si pensara que ella era una diosa que bajó del cielo en una nube para su
propio deleite personal.

-Creo que ella se fue hace unos momentos, por sí misma, con una amarga
expresión en su rostro… -dijo el muchacho, aguantado la respiración. Entonces
él le guiñó un ojo descaradamente.

Diana vio sus intenciones al instante, y se apartó de su cercano beso. Ella


bostezó teatralmente y dejó ir su mano.

-Estoy de repente tan cansada –mintió. Muchos otros bailarines iban


ahora a las sombras de sus habitaciones, y solo algunos huéspedes con ojos
desorbitados continuaban agitándose para que todos los vieran. Era un poco
inapropiado, una ligera voz le previno de estar despierta tan tarde sin
chaperona, y se enorgulleció de estos toques de rebeldía en ella, se preguntaba
si la precaución podría ser lo correcto en este momento en particular. Pero ella
vestía un nuevo vestido, y su falda era ligera y su corazón repleto, incluso ahora
ella no quería ir a la cama.
175 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-No te vayas –y por cómo la miraba no le ayudó, aún a sabiendas de que


sería divertido, y le estaba agradecida de que se quedara a celebrar con ella
algunas horas. Pero todas sus sonrisas eran para alguien más, le ofreció una
última mirada y se escabulló.

Se imaginó que él estuviera parado ahí, solo, por unos cuantos minutos
preguntándose qué fue lo que hizo mal. Por supuesto, lo que él hizo mal no era
algo que tuviese la posibilidad de reparar, para ello bastaba el simple hecho que
no fuera Henry. Se sintió extrañamente llena de energía, pensando cómo ella
había bailado y todas las cosas que había visto. Una vez que la mañana hubo
avanzado más ella podría enviar un cable a Barnard, y contarle como Lady
Dagmall-Lister disfrutaba las tardes con un hombre de la mitad de su edad
como si nadie nunca la hubiera escuchado, pero quienes no sabían todos los
pasos de baile y de cómo Henry Schoonmaker abandonó a su esposa
rápidamente apenas hubo acabado la cena.

Y él tenía, Diana pensó mientras caminaba a través de los gruesos


tablones del porche del hotel, que estaba vacío a esas horas y en el amplio
césped cubierto de rocío. Ella dejó un segundo par de zapatos en la pista de
baile, así que esta vez sentía la humedad del pasto en las plantas de sus pies. En
algún lugar de esa enorme estructura, Henry probablemente planeaba cómo
anular su matrimonio, y quizás ya haya tomado una habitación separada, y tal
vez la oportunidad se basaría en ella en las horas por venir…

Mientra tanto, la luz fue brillando con mayor intensidad en el cielo, y


pronto tendría que bañarse y vestirse para otro día de ocio cuidadosamente
coordinado. El aire era denso y aun, a esas horas, y olía como en ningún lado en
que hubiera estado. Con cada paso sentía como si toda su vida fuese diferente
ahora. Todos lo detalles del paisaje eran irreales y nuevos para ella; fue un
pensamiento que salió de una nueva instancia de su existencia. Por largo
tiempo ella anduvo por debajo de las palmeras, sola, y sólo cuando el sol
176 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

apareció en el horizonte con sus dorados rayos jugando entre las olas fue el
momento de volver.

Para esas horas un nuevo grupo de empleados del hotel hacían su


recorrido desde los dormitorios, que estaban escondidos en el edificio principal
por un bosque de higueras. Ellos vestían poleras blancas, y pantalones o faldas
negras y apartaban la mirada al reconocer a Diana incluso cuando ella quería
sonreírles. Fue una equivocación para ella ver a tanta gente de color sirviendo a
unos cuantos blancos, y sabía que ya no era esclavitud, pero parecía igual de
malo. Y este era un gran hotel. Ella lo escuchó de alguno de los otros lugares en
que los huéspedes dan una vuelta en pequeños carruajes que eran empujados
por sirvientes, además los huéspedes se sentaban en el frente y podían disfrutar
de una vista sin obstáculos. La idea la revolvió.

Diana estaba tan sumida en sus pensamientos que no había notado hacía
dónde estaba yendo, y se encontró en el enorme edificio de color amarillo
limón, con sus torrecitas parecidas a un pan de jengibre, con todas sus ventanas
y terrazas abiertas. Era una hermosa estructura, ella no podía dejar de notarlo.
Entonces, ella volteó su barbilla y enfocó su mirada. Muy alto por sobre ella un
hombre desnudo de la cintura para arriba apareció en su terraza y miró por
todo el jardín. Diana pestañeó un par de veces –su pecho era aún más dorado y
su cabello era oscuro como de terciopelo negro, pero él estaba en el cuarto piso
por lo que le tomó varios minutos notar que era Henry.

Mi Henry, ella pensó y se alejó un poco, sus pasos aplastaban el pasto.


Allí era algo irregular y lejos de su mirada y no pudo dejar de imaginar que él
estaba pensando en ella. Sintió que sus pulmones se llenaban de aire y luego
movió sus manos para llamar su atención, olvidando por un momento que
todos los que limpiaban las habitaciones, los botones, los camareros, los
cocineros iban al trabajo por detrás de ella. Sus brazos cayeron, y al poco tiempo
después todas sus esperanzas se extinguieron.
177 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Por ahí, al lado de Henry, estaba Penélope. Diana cerró sus ojos y se dijo
a sí misma que no llorase. Cuando los abrió, Penélope seguía ahí. Ella habría
subido detrás de Henry y rodeado con sus brazos sus hombros de una forma
tan familiar. Ella vestía una bata y su sedoso cabello castaño caía alrededor de
sus hombros. Habían pasado muchos años desde que Diana había visto a
Penélope sin su cabello en un inmaculado peinado, y el efecto del desarreglo en
ella en este lugar, y justo en ese momento, era tanto hermoso como horrible. Las
dos personas en esa terraza eran mucho más sofisticadas y mucho más sabías
de lo que ella nunca sería, pero en una cosa ella había madurado lo suficiente
para verlos en ese momento, a pesar de todas las protestas de Henry, es que
eran de hecho una muy íntima pareja. Cruzando los jardines del Royal
Poinciana todo era tranquilidad, pero Diana Hollad estaba hecha pedazos.

Debería no haber llorado por una estupidez tan grande y tan prolongada.
Diana ya sabía que Henry era un comienzo, y que fue solo un sueño que ella
creyó cuando dijo que su matrimonio con Penélope fue sin amor, o esas cosas
que pudieron haber sido diferentes con ella que se fueron con todas sus otras
amantes. Por supuesto, él sólo estaba contándole historias en la playa, por
supuesto lo único que quería de ella era que fuera su amante. Como lo fue,
ahora ella sabía que era una idiota de primer orden.

Diana tropezó como una idiota con su larga falda –los empleados del
Poinciana no dudaron en quedar perplejos ante una joven mujer corriendo con
su vestido de noche- esperando encontrar un lugar muy privado para
esconderse antes de comenzar a quebrarse de verdad.
178 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ EJ
Traducido por: Thpy

El matrimonio es un misterio que uno no sería prudente en resolver con


demasiada rapidez.

-MAEVE DE JONG, AMOR Y OTRAS LOCURAS DE LAS GRANDES


FAMILIAS DE LA VIEJA NUEVA YORK

LA LUCES DE LA INCIPIENTE MAÑANA ESTABAN ENTRANDO A


través de las puertas francesas que cada uno de los huéspedes y botones sabían
que son de la mejor suite en el Royal Poinciana, donde Penélope se echó hacia
atrás sobre la pequeña montaña de las mantas color champaña y se sintió
completamente nueva. Estiró sus largos brazos sobre su cabeza y cruzó sus
estrechos tobillos. ¿Quién sabía la forma en que el corazón de Henry atravesaba
su instinto asesino? Ella sí, ahora, y estaba planeando manipular su culpa lo
más posible. Él no la había asustado, no mucho de todas formas, y después de
todo ella sabía que lo tenía. A ella ya no le importaba que los otros huéspedes
los hubieran visto juntos. Dejar que las Holland y Miss Broad y todas las otras
personas elegantes del hotel especularan en la ausencia conspicua de Henry
Schoonmaker, lo que sería mucho más satisfactorio.

-¿Henry? –ella llamó.

No hubo respuesta, sólo la brisa presionando las cortinas de encaje


irlandés contra los cristales de la puerta abierta. Ella se paró y se envolvió en la
bata, tirando de las últimas extensiones de su cabello de la noche anterior,
tirándolos en la mesilla de noche de nogal pulido. Sus movimientos fueron
179 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

ligeros y llenos de una nueva satisfacción, para una tarde, meses de intriga y
escaladas, de afecto no devuelto, por fin habían sido aceptados. Ellos eran ahora
verdaderos marido y mujer.

-Henry –ella dijo de nuevo y caminó hacia la terraza. Su espalda hacia


ella, y por un momento ella lo vio en una silueta, sus anchos hombros contra el
cuadro de las palmeras, el césped cuidadosamente cortado, el océano brillando
con la luz del sol naciente. Era temprano, ella pensó, todavía quedaba mucho de
ese maravilloso día. Entonces se movió hacia delante y puso uno de sus brazos
y luego el otros sobre el hombro de Henry-. ¿Qué es lo que vamos a hacer hoy?

No había nada de repentino sobre lo que él hizo después. Tomó sus


muñecas con sus manos, primero una y luego la otra, y arrancó sus brazos lejos
de su piel, pero siempre muy lentamente, siempre muy gentil. En otro
momento él se voltearía y su expresión le contaría que estaba a quinientas
millas de distancia.

-Fue un error –él dijo mientras dejaba caer sus muñecas.

Penélope intentó recuperar la vulnerabilidad que ella había usado con


tan grandes resultados la noche anterior. El resplandor que había sentido
momento antes estaba comenzando a desaparecer, pero no lo suficientemente
rápido para lucir realmente afectada y necesitada.

-Quieres decir…

-Todo el asunto –él mantuvo sus delgados labios juntos, pensando poner
fin y mantener adentro cualquier compasión.

-Pero Henry…

-Anoche, la boda.

-… solo pensaba en lo mucho que nos divertimos anoche. ¡Sólo quédate


conmigo ahora, y tendremos más diversión!
180 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Henry sacudió su cabeza tristemente.

-Tú sabes muy bien porqué me casé contigo, fue toda idea tuya y tu
fuerza bruta. No puedes estar sorprendida ahora si yo no quiero hacer nada
contigo –su mirada se apartó de ella, y al menos ella notó el gran esfuerzo con
que Henry pronunció estas palabras-. Necesito pensar –rodó sus ojos hacia el
cielo rosa-. Lo lamento muchísimo, pero no puedo estar contigo ahora.

Cuando ve volteó y volvió hacia la habitación, Penélope sintió toda la ira


y el temor correr en ella como una enorme ola que podría ahogarlos a todos.
Henry se detuvo una vez y miró hacia atrás. Sus ojos negros subieron y bajaron
hacia ella por un momento y entonces habló con doloroso énfasis.

-Lo siento.

De alguna manera todo este cuidado, la amable distancia fue peor que
cualquier bofetada. La mano de Penélope revoloteó a su mejilla patéticamente,
pero él ya se había volteado e iba caminando a través del suelo español a un
rápido ritmo. Un momento más tarde ella le siguió, su orgullo inflamado pero
su cabeza aún con relativa calma. Si ella pudiera obtener un poco más de
tiempo, algo de información, tal vez lo peor no tuviese que pasar.

-¿Qué es lo que vas a hacer?

-Voy a ir al cuarto de Teddy y me vestiré allí. Luego vamos a ir a pescar,


que era el propósito original de este viaje –Henry fue recogiendo su ropa de la
noche anterior. Sacó las mangas de la arrugada camisa por encima de sus
brazos y se detuvo por sus zapatos. Fue perfectamente obvio para Penélope que
él estaba evitando encontrarse con sus ojos, ella se preguntaba qué era lo que le
asustaba ver en ellos-. Después, cuando volvamos a Nueva York, voy a
encontrar una forma de dejarte. No estoy seguro cómo todavía, pero no puedo
quedarme en este absurdo remedo de matrimonio por mucho más.
181 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-¿Qué hay sobre tu pequeña Di? –Penélope se movió hacia él, su voz
subiendo a un paso alarmante. Ella sabía que sonaba histérica, pero no pudo
ayudarse, no cuando todo por lo que ella siempre había luchado se resbalaba a
través de sus dedos.

-¿Qué hay sobre ella? –ahora él sí encontró sus ojos, y ella vio que estaba
fatigado, y un poco triste, y le lavó alguna nueva madurez que de una u otra
forma hicieron su mirada mucho más penetrante.

-Si tú la amas tanto, me pregunto sobre lo que tú no te preocupas que


pasará cuando todos sepan que ella jugó a la ramera contigo –ella fue lanzando
sus palabras ahora, su boca se contrajo no muy atractivamente con cada
oración-. Sería mi placer contarles, Henry.

La chaqueta negra del traje de Henry cayó de sus manos, pero sus ojos
recorrieron hasta su dirección.

-Lo dudo –él dijo. Su voz fue un susurro al principio, pero luego él habló
nuevamente lo hizo con mayor fuerza e impulso y al borde del enojo-. Dudo
que cuando comiences la experiencia de humillación sea fuera de la mansión de
los Schoonmaker, querrás agregarlo y permitir que todos sepan que tu marido
nunca te amó, y que ya pensaba en alguien más incluso antes de que te hubieses
casado.

Henry hizo una pausa para sacar su puño de su boca –porque ha


escupido, sólo un poco, cuando habló. Los ojos de Penélope fueron de un
calmado azul como nunca habían sido. Lo que él decía era verdad. Ella se
estremeció, y supo lo que él había visto en ellos.

-No querrás probarme, Henry.

No hubo respuesta, solo un momento que ella sintió como si se fuera


para siempre. Pero era el final, lo último, cuando se inclinó y recogió su
chaqueta –satisfactoriamente, esta vez. Le dio una última dura mirada, y luego
182 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

se volteó y comenzó a alejarse de ella. Ella dio un paso vacilante hacia delante,
pero él ya se dirigía a la puerta.

Cuando se fue, dejándola sola en su suntuoso vestido, con su cabello


desarreglado, la cuidadosa arquitectura de su plan para ellos aplastado. Ella
quería romper cosas, pero fue inusualmente restringido por la conciencia de
que ninguno de los objetos de la enorme y lujosa habitación le pertenecían.

Antes que sus furiosos impulsos tomaran lo mejor de ella, se amonestó a


sí misma que ella había nacido para ganar y que uno no gana por hacer
berrinches –al menos no fuera de la propia casa de uno, que podría resultar en
viciosos, falsos rumores. Pero oh, cómo quería destruir cosas, cuando tanto
había sido destruido para ella.
183 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ EK
Traducido por: Thpy

¿Y qué hay sobre la famosa amistad entre la Señorita Elizabeth Holland y


la mujer que se casó con su ex novio, la ex señorita Penélope Hayes? Las dos
han reparado en Palm Beach juntas, pero por supuesto ninguno de nosotros
puede ver qué es lo que hacen ahí…

-DE CITÉ CHATTER, DOMINGO, FEBRERO 18, 1900

LA MUCHACHA EN EL ESPEJO LUCÍA PÁLIDA E HINCHADA, pero


Elizabeth intentó tomar algunas profundas respiraciones y recuperar algunos
de los buenos sentimientos que ayer había experimentado. Le hubiese gustado
encontrar a Teddy e ir a desayunar con él, pero después de su casi propuesta
de la noche anterior, ella sabía que era mejor apartarse. El cálido aire podría
aún hacerle bien, como lo haría el cambio de escenario. Pero había una brusca
corriente en su interior y una ácida corriente de bilis que bajaba por su
garganta, y pensó que quería muy mal sentirse contenida y en control antes de
dejar el baño de su cuarto de hotel, otra parte de ella creía que ella se merecía
sentirse terrible y de todos modos estaba al borde de vomitar todo otra vez.
Titubeó en el cuarto de blancos azulejos; se recogió de nuevo algunos sueltos
mechones rubios y cerró sus ojos. Cuando los abrió otra vez estaba solo la
misma tristeza, su rostro en forma de corazón y todo un día de culto al sol en
que ella difícilmente tenía energías.

Ella bajó al espacio central de la pequeña habitación, y fue


inmediatamente consciente de una hostil presencia allí. Penélope miró hacia
184 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

arriba desde la punta del sofá de oscura madera pulida y con asientos blancos,
y le dio a su vieja amiga una dura mirada. Un momento después sus rojos
labios saltaron en una sonrisa. Ella se veía enorme, muy larga para la
habitación, que los Schoonmakers habían reservado para ellos y pagaron para
que estuviera lejos, y más pequeña que su propia suite. Eso fue muy obvio de
Penélope con sus largas y amorosas descripciones de los cuartos que ella y
Henry ocuparían; ella pertenecía allí ahora, Elizabeth pensó, no en los estrechos
cuartos del segundo piso donde las hermanas Holland dormían.

-Buenos días, querida Liz –Penélope dijo resplandeciente.

Elizabeth le dio una mirada a Diana, quien había vuelto de la fiesta


después que ella misma se había quedado dormida, y quien ahora estaba a
salvo escondida bajo un montón de ropa de cama blanca en una de las camas
gemelas con la cabecera tapizada en seda amarilla. Ella se había arrojado sin
descansar en las sábanas durante la noche, pero no había dado aún ninguna
señal de despertar. El mosquitero estaba parcialmente bajado y su vestido
lavanda que había sido arrojado al suelo una hora antes estaba colgado ahora
en el closet. Elizabeth lo puso allí después de haber ido a vomitar por primera
vez durante la mañana; después ella hizo cuidadosamente su propia cama.

-Buenos días –cerró sus ojos en intento de superar a una tormentosa


náusea que estaba viniendo a ella-.

¿Cómo dormiste?

-Oh, muy bien.

-¿Qué harás hoy? ¿Te gustaría ir a montar a caballo conmigo? –Después


de estas declaraciones, Penélope giró sus ojos y dejó salir una mirada que
podría haber atravesado acero-. Ya estoy aburrida de este lugar –agregó con
odio.
185 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-¿Ya estás aburrida? –Elizabeth estaba esperando su tiempo, repitiendo


lo que Penélope decía con la esperanza que pudiera distraer a su amiga lo
suficiente para poder idear una coherente y educada disculpa.

-Todos aquí son tan ingenuos, y hay tan pocas cosas que hacer. Es como
ser un animal en un zoológico, con un horario de alimentación fijo y una
constante humillación en pantalla. Todos ellos están mirándome -mirándonos-
todo el tiempo. Nunca debimos dejar Nueva York. Pero hace
tanto que estamos aquí, que deberíamos hacer algo de ejercicio.

-No lo sé…

-Oh, vamos, Liz. Tú eres mi más vieja amiga –Penélope se inclinó hacia
delante, hundiendo sus codos en la voluminosa falda borgoña que vestía-. Mi
mejor amiga. Compláceme, por favor.

Elizabeth consideró a Penélope, quien estaba muy arreglada con mangas


de gasa blanca, su regazo cubierto de seda del color de los pétalos de rosas
triturados, con un cinturón negro que marcaba el estrecho istmo de su cintura.
Su cabello estaba en capas sobre su nuca, brillante y oscuro, como una corona.
¿Qué problemas traía esa inmaculada chapa oscura?, Elizabeth se preguntaba, ante
de asentir en aceptación. Estaba muy débil para contradecir a su anfitriona.

-¡Oh, Dios! –Penélope exclamó mientras se paraba y aplaudía con sus


manos-. Pero tú no vas a vestir eso, ¿verdad?

-No, yo… -Elizabeth tuvo que poner su mano sobre la pared para
apoyarse. Su esbelta figura era presa otra vez. Ella puso su otra mano en la llana
blusa de algodón blanco de su vestido y cerró sus ojos. Ella iba de decirle a
Penélope que necesitaba algunos minutos, pero entonces ella notó que no iba a
poder resistirse por mucho tiempo. Ella se retorció y se apresuró al cuarto de
baño en sus débiles piernas. Sus rodillas cayeron al suelo y se aferró a la pared
mientras exhalaba. El contenido de su estómago era poco, y subía rápidamente.
186 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-¿Estás bien?

Elizabeth se volteó a ver la estrecha figura de Penélope en el marco de la


puerta.

-Por Dios –Penélope agregó inútilmente.

Elizabeth llevó su mano hacia su boca e intentó mirarla con dignidad.

-Sí, estaré en un minuto. Yo solo… tomé un mal viaje, es todo. Es solo


una enfermedad por el movimiento y ahora…

Ella se apagó, yaciendo un momento como un bulto en el suelo. Ella


podría haberse parado con gran orgullo y disposición si hubiese pensado que
era capaz de manejarlo, pero sus piernas estaban inútiles debajo de ella.
Entonces su vieja amiga extendió su mano para ayudarla a levantarse. Fue un
gesto poco amable, y Elizabeth no sabía qué mas hacer excepto aceptarlo.

Cuando estuvo sobre sus pies otra vez, Penélope se alejó y cruzó sus
brazos sobre su pecho. Ella estudió a la otra muchacha sin animosidad o
frialdad, pero con una notable falta de compasión.

-No creo que tengas una enfermedad a causa del movimiento –dijo
eventualmente.

-¿Qué quieres decir? –Elizabeth –finalmente agradecida- fue capaz de


convocar una vieja sonrisa. Se estaba sintiendo un poco constante ahora, y abrió
sus labios para mostrarle a Penélope solo un poco de sus dientes. Ellas estaban
paradas muy cerca la una de la otra en estos pequeños, hexagonales azulejos, y
ella sabía que la Sra. Schoonmaker estaba tomando cada detalle de su
apariencia.

-Bueno –Penélope respondió airadamente-, puedes llamarle como


quieras. Pero si quieres mi opinión –y realmente deberías- yo diría que estás
esperando.
187 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Una suave brisa sopló a través de la pequeña ventana, provocándole


cosquillas al cuello de Elizabeth. El miedo comenzó a sujetarse en ella como las
vides, comenzando en sus tobillos y subiendo a través de todo su cuerpo.

-Eso no es posible –ella susurró en voz ronca.

Una de las depiladas cejas de Penélope se levantó. Ella mantuvo la


mirada de Elizabeth y luego se encogió de hombros, antes de voltearse y dejar
el baño.

-Tal vez montar a caballo no es la mejor idea en estos momentos. Vamos


a jugar cróquet en su lugar, ¿de acuerdo?

De vuelta al dormitorio, Diana comenzó a moverse bajo las mantas, y


cuando exitosamente puso sus rizos lejos de su adormilado rostro miró
estupefacta al visitante de su dormitorio. Elizabeth por ese entonces poseía la
idea de que si ella le mostraba a Penélope cuán normal era todo, cuán
equivocada ella había estado sobre la enfermedad, y por eso le sonrió
tranquilizadoramente a su hermana pequeña.

-La Sra. Schoonmaker y yo vamos a jugar cróquet –dijo, creyendo que


era la cosa más normal en el mundo. Luego tomó un vaso de agua de la bandeja
de la puerta, y se lo bebió.

De inmediato la puerta se abrió, y pudo escuchar el sonido del desayuno


siendo servido fuera en el pasillo.

-Oh –Diana dijo antes de volver a taparse bajo las mantas. Si Elizabeth no
se hubiera sentido ella misma tan miserable, tal vez hubiese notado cuan mortal
era la apariencia de su pequeña hermana-. Por favor ten cuidado.

-Por supuesto –Elizabeth sonrió, una elevada sonrisa, y pensó para sí,
Eso es precisamente lo que estoy haciendo. Ella podía sentir su control otra vez,
volviendo a ella con cada segundo, dándole solo un poco de altura y brillo. Ella
188 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

iba a necesitar cada gramo para mantener a Penélope del desarrollo seguro de
lo que ella ya parecía creer.

Las dos muchachas caminaron hacia el campo de cróquet, afectando su


antigua cercanía y confidencia, y hablaron con gran exactitud sobre muchas y
pequeñas cosas. La rubia sonrió, y la morena sonrió de vuelta, y ellas sostenían
sus sombreros elegantemente cuando la brisa se elevaba e inclinaba el paisaje,
apartándose del mar, reorganizando sus faldas. Elizabeth estaba segura de
jugar un buen partido, pero no ganar, cuando estuvieron en eso ella insistió en
una revancha con el entusiasmo propio de una dama segura. Todo el tiempo
mantuvo sus hombros elevados y, ocasionalmente, pensaba que no podía dejar
de apoyar su mano una o dos veces en su vientre y preguntarse qué llevaba allí.
189 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ EL
Traducido por: Thpy

FALLECIÓ, Longhorn, Carey Lewis, la tarde del sábado luego de una


breve enfermedad. El último de una gran familia y un respetable hombre en la
ciudad. No deja sobrevivientes, pero sí una gran fortuna. Los servicios serán
hoy en su residencia en el New Netherland Hotel. En lugar de flores, las
donaciones pueden ser hechas a la Sociedad de Niñas Huérfanas por causa del
Fuego.

-DE LA PÁGINA DE OBITUARIOS DEL NEW YORK IMPERIAL,


MIÉRCOLES, FEBRERO 21, 1900

LA VISTA DEL NEW NETHERLAND ERA total y completamente


carente de garantías. Carolina recordó pasar muchas tardes mirando hacia fuera
a la enorme franja del parque, con la riqueza de sus árboles, imaginando que
era el patio trasero de su benefactor, y por lo tanto muy cerca de ella. Cuando
cerraba sus ojos, ella creía que si se adentraba en él, este podría atraparla con
gentileza, como si fuesen plumas. La verdad del asunto era como un adorno,
como todas las ramas allí desnudas, tan simple como el helado cielo gris. Nada
de esto le pertenecía, y si es que alguna vez perteneció a Mr. Longhorn no
importaba ahora. Él se había ido y no podría ayudarla nunca más. Con eso en
mente, se giró de la ventana

-Señorita… Broad –la segunda palabra fue pronunciada con mucho


escepticismo, la forma en que un anarquista hubiese usado la frase “casa de
190 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

campo Newport” cuando se refería a estas sesenta y cuatro habitaciones de la


mansión que da a la costa de Rhode Island. Carolina pestañeó con furia. Mr.
James llevaba gruesas patillas y grandes solapas negras que tenían forma de
pera. Él tenía unos modales que en general podrían inquietar; y que,
efectivamente, la inquietaba.

-¿Sí?

-Una palabra sobre las joyas.

Sobre su macizo hombro, ella pudo ver a los últimos dolientes irse.
Robert estaba triste pero también con cautela en la mesa de fiambres y
encurtidos, en que había permanecido por varias horas y que ahora apenas se
movía. Allí habían estado algunos visitantes, la mayoría de ellos mujeres que
una vez habían esperado por la corona de la Sra. Longhorn, y esto solo
incrementaba el sufrimiento de Carolina. Por como él le había pedido tan
lastimeramente que se quedara con él, y ella se lo había sacudido de encima y lo
dejó morir solo.

-¿Las joyas, Srta. Broad?

Carolina sacudió lejos de sus ojos la humedad e intentó lucir herida. Ella
se sentía herida, pero aún estaba esta urgencia de poner una cara que pudiese
ser claramente leída como dolorosa.

-¿Qué joyas?

Mr. James agitó una pila de recibos hacia ella.

-Parece que Longhorn compró un montón de joyas en los últimos seis


meses de su vida –sus ojos se abrieron amenazadoramente-. Estas pertenecen a
la finca.

-Mr. Longhorn compró muchas joyas a lo largo de su vida –Carolina


espetó. Estaba experimentando un escalofrío de miedo, pero su voz aún era
191 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

firme-. Usted no puede mostrarme cuentas por todas ellas, y de todas formas,
las que él compró conmigo en mente fueron regalos.

-Ellas le fueron prestadas –Mr. James regresó con firmeza. Él sacudió las
cuentas. Cruzando el cuarto, la luz azulina del atardecer jugaba sobre los
pináculos y crestas de los antiguos muebles y lavaban los hilos de oro en la
tapicería-. Nosotros las tenemos.

-Me pregunto cómo las obtendrá, si él me las dio –no había nada que
Carolina pudiese hacer sobre la insolente mirada en su rostro. La furia había
vuelto, de la forma que siempre hacia cuando sabía que algo iba a ser
injustamente tomado de ella y que no había nada que pudiese hacer para
detenerlo. No le habría servido a su bien ser una niña o una doncella, y era poco
probable que sirviera a su bien ahora, pero era un reflejo que difícilmente podía
controlar-. O tal vez estás planeando arrastrar a cada mujer en que Longhorn
tuvo un interés de abuelo a la corte.

-Yo dudo mucho que quieras ir a la corte, querida –los labios de Mr.
James estaban llenos y húmedos, y pensó que su ira era fuerte como siempre
encontraba que tenía que apartar la mirada de él-. Y mi gente está sobre tus
cuartos ahora, recogiendo tus cosas. Ellos pondrán lo que necesites en alguna
de las maletas que nadie use. Las joyas serán tomadas en custodia… tu sirvienta
nos contó dónde podrían estar.

El volumen de su falda negra, con sus volantes en capas hasta bajo de sus
rodillas, hizo a su instintiva respuesta en indetectable: Ella estampó su pie –dos
veces, en silencio- sobre el pulido piso de madera. Todos los invitados ya se
habían ido, y cruzando la habitación hombres de la oficina de Mr. James se
estaban moviendo para determinar qué era de valor y quitar lo que no lo era.
Pronto todas las fiestas, toda la vida que Mr. Longhorn vivió aquí, iba a ser
borrada. Ella vio claramente lo que la mitad de su conciencia temía durante su
viaje en tren: Este juego se acabó. Ella vio también, porqué Mr. James había sido
192 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

tan concienzudo en verla en el cementerio; para que él pudiese dejar que su


staff fuese por sus cosas mientras ella miraba, a través de un velo de tul negro, a
Mr. Longhorn siendo bajado al suelo.

-No creo que esta es la forma en que él lo hubiese querido –ella dijo
tranquilamente. Era verdad, ella sabía muy bien que eso no le importaba en
absoluto al caballeroso abogado.

-Bueno, si gustas, puedes venir a oír el testamento que será leído la


próxima semana. Quizás allí habrá alguna compensación especial para ti. Pero
si me preguntas –y por lo general se me paga muy bien por este tipo de consejo-
diría que tú ya tienes lo suficiente.

Carolina dejó el New Netherland llevando un número mucho menor de


posesiones que con las que había llegado y necesitaba urgentemente de
compañía. Ni Penélope o Leland podrían ser, y no solo porque ambos aún
estaban en Florida. La primera se había comprometido a ayudarla, pero ella no
era exactamente la clase de amigos que quieres mostrarles tus debilidades; y el
otro no podía saber nunca cuan dependiente de Longhorn ella solía ser –no iba
a permitir eso. Él por supuesto sabía que un anciano había mirado después de
ella, pero ella había explicado que eso era porque Longhorn y su padre habían
sido grandes amigos, y que ella vivía de sus propios ingresos, heredados. Como
dejó el hotel y observó sus dos maletas negras cargadas en un coche a caballo,
ella no podía dejar de pensar en la única persona en Nueva York que sabía
perfectamente bien qué era ella.

Le dio al conductor una dirección en el centro y rehusó mirar por fuera


de la ventana mientras ellos pasaban por fuera de las encantadoras avenidas e
iban al sórdido viejo mundo. Afuera era todo un tamborileo en el horizonte,
una manada de decepcionados rostros, un aluvión de audaz propaganda
intentando convencer cada día a los neoyorquinos que sus vidas realmente
podrían ser diferentes si ellos compraban algún barato producto para el cabello
193 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

u otra cosa que ella ahora sabía estaba por debajo de ella. No hubo respuesta
cuando hizo sonar la campana en esa lejana calle, que ella solo había visitado
una vez antes, y le pagó al conductor un poco más dejándola con poco efectivo,
y se sentó a esperar en el asiento con su sombrero de copa para damas de seda
negro inclinándose hacia delante sobre su perfil

Ellos se llevaron muchos de sus vestidos y la mayoría de las joyas,


aunque hubo algunos artículos que se adaptan a su figura tan perfectamente
que incluso el amargo Mr. James vio que no había manera de robárselos. Ella
aún tenía su orgullo y su nombre, se dijo a sí misma mientras se inclinaba sobre
el duro asiento –sin embargo, si vienen por casualidad, eran de ella ahora. Pero
incluso ese pequeño regalo parecía disminuir mientras ella esperaba y esperaba
en la adoquinada calle. El conductor se estaba poniendo impaciente, ella sabía,
y se preguntaba si tal vez no era tiempo de moverse, cuando un rostro apareció
en el cristal.

-¡Señorita Carolina Broad! –él dijo, como si no hubiera nadie que no


habría sucedido. Su rostro se volvió irremediablemente a la luz solar. No pudo
esperar, como sabía que una verdadera dama haría, para que el conductor diera
la vuelta y abriera la puerta para ella. Ella ya envolvía con sus dedos y
presionaba hacia abajo la manilla y se extendía por la calle.

-¡Tristán! –gritó mientra lanzaba sus brazos alrededor de su cuello.

-¿Y a qué debo este honor? –él preguntó mientras la apartaba lo


suficiente para tener una mirada de ella.

-Oh, Tristán, es el más horrible… -ella comenzó. Ahora que ella estaba
con alguien que siempre la miraba con dorada intención y daba tan libremente
su consejo, ella creía que podría ser capaz de dejar su guardia baja. Incluso
pensó que el aire todavía estaba mordiendo –el cuello de Tristán estaba
protegido por una gruesa bufanda café- ella comenzó a sentir un pequeño calor.
Ella quería mostrarle toda su tristeza y ansiedad y la indignidad del día, estaba
194 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

agradecida de él incluso por pequeñas cosas, como el hecho de saber su


nombre.

-¿Quieres subir por un poco de té? –interrumpió después de una buena


cantidad de balbuceo de su parte.

Carolina dejó que sus sabios ojos giraran avergonzados hacia el suelo.

-Tengo algunos bolsos… -ella dijo en un tono más precario que antes. La
última vez que estuvo sin un hogar, se sintió estúpida y aparentaba pesadez.
Ella estaba un poco sorprendida que esta vez ella era capaz de vestir su
angustia como belleza, y ella imaginó que debería ser delicada y elegante como
algún pétalo de rosa veteado de color que recién había sido apartado por la
brisa.

El cuerpo de Tristán era magro y fuerte, y se movía con seguridad y


propósito. Ella no podía dejar de tener un poco de placer en el hecho de que él
estaba instruyendo al conductor en ayudarlo con sus maletas, y llevándolos
hasta el estrecho piso de madera al pequeño apartamento que mantenía. Parecía
más aseado y bienvenido esta vez, y cuando sintió la fuerte explosión del
radiador notó cuan helada ella había estado.

Tristán despidió al conductor y le dio a Carolina una diabólica sonrisa


mientras tomaba su abrigo. Ella había querido mencionar, en algún momento
de todo esto, que había conocido a Leland Bouchard y que estaba enamorada de
él. Pero ella no lo había hecho en el momento en que él puso el agua y le sirvió
un poco de brandy para hacerla entrar en calor. Entonces lo sintió muy tarde, y
de todas formas, la cosa más natural que hacer cuando él se volteó y le dio a su
vestido de seda negro una apreciativa mirada al inclinarse hacia delante, puso
su mano en su díscolo cabello rubio, y presionó sus labios sobre los de él.
195 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FC
Traducido por:Artemisa035

Di mía—

Pienso en ti siempre, y en cuando vamos a estar juntos. En lo pronto que será. Pero en
el entretanto, mantén tu ingenio sobre ti, y actúa como si todo fuera normal.
Con amor, H

EL AGUA ESTABA BIEN, AUNQUE DIANA NO, Y ella nadaba sin


mirar atrás. Las mujeres en sombreros y medias y que se aferraban a la cuerda
extendida hasta el mar no la notaron, y seguían chillando como si el océano les
significara una perpetua sorpresa. Para Diana, allí no había ninguna sorpresa—
el mar subía y bajaba, te arrastraba dentro y fuera. Ella se sentía más calma, en
parte, por el continuo vaivén, aunque tenía una casi inagotable necesidad por
consuelo justo en ese momento, que ningún acto de la naturaleza podría llenar.
Tres días habían pasado desde que ella viera a Henry en el balcón con su
esposa, ella se había mantenido callada desde entonces, y lanzado todas las
notas de Henry a las olas. Había sido una cosa terrible perder a Henry la
primera vez, por el matrimonio, pero descubrir la falsa fachada de la que era
capaz era otro tipo de golpe, y la había dejado casi sin palabras. Luego estaba la
furia contra ella misma—por ella dándose cuenta de qué era el amor de Henry,
y que todavía ella se hubiese devuelto para sufrir un poco más a manos de él.
196 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Ella flotaba sobre su espalda y chapoteaba sin rumbo, y los ruidos de la


costa crecían indistintamente. Las cabañas de la playa y las sombrillas estaban
muy lejos, y el hotel, con sus decoraciones y alfombras y juegos al aire libre y
bicicletas, todavía más lejos. Grayson estaba sentado en la arena, esperando
junto a la silla de mimbre de ella, pero no estaba de todas maneras en un estado
de gran excitación, tampoco. Él la siguió obedientemente, pero parte de su
imprudencia se había ido, y parecía que se le hubiesen agotado las cosas que
decir. Cada vez que ella se volvía hacia él, ella se encontraba sólo con unos
grandes, tristes, y anhelantes ojos. Mientras tanto, Henry parecía creer que todo
estaba tal cual él lo había dejado entre ellos, y que ella jugaba junto con su
juego. Diana había dirigido escenas enteras en su cabeza, imaginando como
sería el confrontar a Henry, y todos los ingeniosos y devastadores insultos que
ella le lanzaría. Pero otra parte de ella se preguntaba si ella podría tener la
oportunidad. Quizás él podría continuar mandando sus notitas por siempre, sin
nunca notar cuan poco correspondido estaba su corazón por él, y la única
diferencia sería que ellos habrían regresado a Nueva York, y ella los habría
echado al fuego.

Mientras tanto, ella había aumentado su confianza en el océano, y en la


mitad de sus contemplaciones una ola la levantó para luego enterrarla en un
gran abrazo. Tuvo que nadar duro para volver a la superficie, y cuando lo hizo
ella se sacudió el agua y el brillante sol de sus ojos. Ella pataleó para mantener
arriba su cabeza y apartar los cabellos de su cara. Entonces ella pestañeó,
tratando de ver a la luz de nuevo, y darse cuenta que Henry nadaba a unos
pocos metros de ella. Sus ojos atentos y sus fuertes hombros acababan de
emerger del agua.

“¿Estás bien?” dijo, braceando hacia ella. Pero había una sonrisa secreta
en su preocupación, y ella supo que estaba orgulloso de haberla encontrado así.

“Digo, buen lugar has encontrado aquí.”


197 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Estoy bien.” Ella le dio una larga mirada cruel y empezó a alejarse
nadando.

“Diana, creo que descubrí algo sobre… ¿qué pasa?”

“¿Me estás preguntando qué pasa conmigo?”

“Sí…” Él braceó hacia ella “Pareces…”

Por un momento, era demasiado grande y terrible para ponerlo en


palabras, pero ella sintió otra ola viniendo, y esta la salvó de cualquier silencio o
arranque. Ella se sumergió mientras pasaba conteniendo la respiración, y
cuando volvió a la superficie buscó a Henry. Ella estaba lista para salir del agua,
y tan pronto como le dijera donde las cosas quedaban, ella lo haría.

Ella se dio la vuelta, y cuando su visión cegada por el sol se asentó en el


lugar donde Henry emergió, ella dijo, “Te vi.”

“¿Me viste nadando para encontrarte?” preguntó. Luego miro por


encima de su hombro, como si temiera algún otro testigo.

Los brazos y piernas de Diana trabajaron para mantenerla a flote, y ella


respiraba entrecortado. “Te vi a ti y a Penélope en la terraza de tu suite, así que
sé que todas esas historias que me contaste sobre que no había amor entre
ustedes, y todas las mentiras sobre dejarla, son sólo tan falsas como cada dulce
canción que alguna vez me cantaste”

Unos cuantos segundos pasaron antes de que Henry pareciera


comprender qué había dicho ella, y entonces el gritó, “¡No!” Él nadó más cerca
de ella y trató de llegar a sus brazos, pero ella se alejó. Las yemas de sus dedos
rozaron su piel, y ella sintió algún tipo de desesperación en ellos. “Tú no
entiendes lo que viste. Quiero decir que eso no era lo que parecía. Voy a dejarla,
le dije…”
198 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Ya no hay nada entre nosotros, Henry” Esta línea se le había ocurrido a
Diana en la hora después de que se diera cuenta de su engaño, y ella se lo había
pensado bastante, e incluso susurrado al espejo cientos de veces. Ella no tenía
idea de cuánto podría doler cuando finalmente tuviera que decírselo, y se alivió
al sentir el oleaje crecer bajo ella con la corriente. “Hemos terminado,” agregó,
como creía que las cosas finalizaban.

Al momento siguiente, otra ola se estrelló sobre ellos, y envió su cabeza


girando sobre sus talones hacia la orilla. Ella no luchó esta vez. Se dejó arrastrar.
Cuando pudo sentir la arena debajo de ella, metió su pie en ella, y luego
empezó a tambalearse fuera del agua. Ella se sintió inestable al principio, pero
siguió con valentía y sin mirar atrás.
199 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FD
Traducido por: Artemisa035

Mi espía en el Royal Poinciana, donde muchos de nuestros más brillantes


neoyorquinos han estado disfrutando del sol, se ha ido en silencio. La última
nota informaba que Diana Holland le había estado prestando mucha atención al
hermano de la nueva esposa del ex novio de su hermana, y que la joven dama
pareciera estar devolviéndole sus afectos sonrosadamente.

—DE LA “GAMESOME GALLANT” COLUMNA EN EL NEW YORK


IMPERIAL, MIÉRCOLES, 21 DE FEBRERO, 1900

ERA LA HORA CUAND LAS MUJERES FUERON A sus cuartos a


vestirse para la cena y el cielo fue desde el tediosos azul a algo como fuegos
artificiales. A lo largo de la amplia terraza del hotel, padres y esposos y
hermanos bebían cocteles caída la tarde y se reclinaban en las largas sillas de
ratán mientras se desvanecía la luz anaranjada y el púrpura. Ellos doblaban los
periódicos sobre sus rodillas y aceptaban los telegramas en bandejas de plata.
Ellos fumaban puros y hablaban sobre el golf y la caza y la conducción que
habían hecho ese día y, en las clases más bajas, como lo estaban haciendo los
mercados de vuelta en la ciudad. Abajo en el fondo, apoyado en la barandilla de
madera blanca para poder pasar desapercibido, Henry estaba tratando de
emborracharse por sí mismo lo más pronto posible.
200 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

No había nada más que él pudiera disfrutar. Los días habían pasado en
Florida, cada uno igual al último. Él era formal con su esposa en público, y
evitaba estar con ella en privado. El observaba a Diana reír con Grayson Hayes
e ir con él a la playa después del desayuno. Ahora él sabía que ella no albergaba
esperanzas por él, y el sintió el peso completo de sus muchos pasos en falso. Él
había sabido esa mañana, luego de haber estado con Penélope, que él era un
idiota, pero hasta hace algunas horas el había creído que Diana podría nunca
enterarse de eso. Por otra parte, él había visto esa mirada en el rostro de
Penélope cuando la había llamado brusca—ella ya no podía arruinar a Diana
como ella había amenazado. Su propia reputación estaba demasiado en juego.
Pero esa era una preciada idea que él no podía usar de momento. Era inútil para
él, justo como cualquier otra inútil cosa en el íntegro mundo de lo inútil.

Él había dado por sentado su propia suavidad y sabor, su capacidad para


discriminar y tener su selección. Se trataba de una realización infeliz que
cuando algo importaba, cuando realmente importaba, fuera un patán sin
esperanza tropezando consigo mismo y destruyendo todo a su paso. Esa
mañana, antes de que Diana le hubiese dicho cuánto había cambiado en ella, no
había sido tan malo verla en compañía de Grayson. Pero él había cometido el
error de leer las columnas sociales sobre uno de los hombros de otros
caballeros, y eso había confirmado sus peores temores.

“Henry!”

Incluso el sonido de su propio nombre lo irritaba, aunque lo hizo mirar


hacia arriba obedientemente a tiempo para ver que Teddy se acercaba por el
borde de su julepe. Teddy ya estaba vestido con su chaqueta de la cena, y, a
diferencia de Henry, su corbata estaba perfectamente en su lugar. Henry llevaba
una camisa de fino lino italiano, aunque había olvidado sus gemelos y dejado
en la parte superior dos botones desabrochados. Dio un sorbo de su vaso e hizo
una pequeña mueca, incluso aunque no había nadie más cuya intromisión
podría haber tolerado en ese momento.
201 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Henry,” dijo Teddy otra vez, habiendo cruzado los tableros de espesor
de la terraza y llegado a la columna elegida por su amigo. “¿Dónde te has
estado escondiendo?”

Henry desplazó sus ojos negros lejos del Coconut Grove, donde algunas
mujeres que habían completado su transformación de ‘después del té’ se
paseaban con los hombres que ellas pensaban que ya se habían enamorado de
ellas. Había un montón de volantes y sombrillas siendo girados distraídamente,
y él no podía soportar nada de eso. “No me estaba escondiendo—es sólo que ya
no tengo más estómago para la fiesta.”

“Sé a lo que te refieres,” replicó Teddy.

“Dudo eso,” dijo Henry sombríamente. Él estaba siendo ridículo, lo


sabía, pero Teddy había sufrido durante mucho tiempo el comportamiento
tonto de Henry, lo que era un hábito demasiado viejo como para cambiarlo
ahora. Él no parecía, de todos modos, tomarle demasiado en serio.

Un camarero apareció, y Teddy señaló la bebida de Henry. “Dos más,


por favor.”

“Es lo mismo que en mi cuarta orden—ese hombre se demora una


eternidad,” murmuró Henry, aún cuando el camarero para ese entonces ya se
había ido. Él movió sus manos lentamente, como si la inutilidad de cada
pequeña cosa fuese un problema demasiado grande como para hacer algo al
respecto.

“Yo estoy cansado de eso, y creo que mi razones no son tan diferentes de
las tuyas.”

Henry miró a su amigo inclinado, y notó por primera vez los surcos en
su frente. “Oh?” fue todo lo que consiguió decir. Él estaba seguro que las
razones de Teddy no eran ni la mitad de devastadoras que las suyas.
202 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Sí.” El tono de Teddy fue firme a la vez que miraba hacia el mar, y por
un momento, la luz anaranjada del amanecer, se vio reflejada en sus ojos grises.
Le daba un aspecto arruinado y mucho más viejo de lo que era. “Creo que voy a
dejar esto por un tiempo.”

Henry, quien había estado experimentado su vida como si esta fuese un


bien del que ya estaba arto, estaba irritado por este giro de la frase. “¿Dejarlo?”
le devolvió irónicamente. Eso podría ser suficientemente fácil para Teddy,
supuso él, quien ya había terminado el colegio y se las había arreglado para no
tener que casarse.

“Estarás bien sin mí,” Teddy replicó con una sonrisa triste.

“¿Hablas en serio?”

“Oh, completamente.” El camarero apareció con sus bebidas, y ambos


hombres se giraron a la barandilla del porche y miraron fuera pensativamente
un momento. La luz seguía ardiendo en el recinto, y se reflejaba en las dos
cabezas de pelo engominado. La mandíbula de Henry se tenso mientras
anticipaba la respuesta de su amigo. “Voy a la guerra”

“A la guerra” Henry encontró que estaba demasiado aturdido como para


beber.

“Sí, voy a unirme al ejército.” Tal vez fue porque Henry seguía
mirándolo incrédulo, con los ojos saltones, que Teddy agregó: “Ya estaba entre
los cadetes en la preparatoria.”

Henry tuvo que apartar la vista. Ellos habían ido a la misma


preparatoria, pero él no podía recordar a su amigo haciendo algo como eso.

“Pero donde—?”

“Espero poder llegar a ser un oficial y ver acción en las Filipinas. Ya les
he escrito a los contactos de mi padre en el Fuerte Hamilton, y tengo la
203 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

esperanza de enlistarme tan pronto como regrese a Nueva York. No puedo


esperar a mañana—voy a irme esta noche, después de la cena.”

Todo esto sonaba esperanzadoramente lejano para Henry, y no pudo


evitar verse horrorizado. Sólo pensar en ello le erizaba la piel bajo la camisa. Él
consideró varias otras respuestas mucho más profundas, algo como “Mi Dios” o
“Bravo.” Lo que el finalmente dijo fue: “Pero podrías morir.”

Teddy apoyó los codos en la barandilla y se inclinó hacia delante. “Por


supuesto que podría morir.” Él agarró su copa y sonrió un poco. “Pero no
podría quedarme aquí por siempre, mirando con admiración a las chicas
nuevas en los vestidos de última y bebiendo desde las cuatro de la tarde a las
cuatro de la mañana. No, eso sería el desperdicio de una vida. Yo no me quiero
esconder del peligro—eso no es lo que significa ser un hombre. No creo eso, de
todas maneras. Mirar a la cara a las cosas difíciles y seguir avanzando—eso es
lo que uno tiene que hacer.”

No se le pasó a Henry que eso que Teddy describía como el desperdicio


de una vida era con poco más o menos la suya. Pero se encontró con que no se
sentía insultado. Él se sentía más bien afectado por el fraseo, por lo que sólo
medio escuchó lo que Teddy dijo después.

“He estado hablando con eso encantadora criatura por la que estuviste
atraído una vez, Elizabeth Holland, y me encontré con que ella me hace querer
rebuscar la profundidad en las cosas. Ella es tan menuda y frágil, y sin embargó
ella ha atravesado por situaciones desgarradoras, y pareciera que ya no tolera
frivolidades. ¿Cómo podría ella, ahora, cuando ella sabe lo que es estar vivo en
un modo en que nosotros no?”

Teddy se detuvo para poner sus manos sobre su rostro. Henry podría
haberse preguntado si su amigo no se vio afectado por el amor imposible
también, si él no hubiese cambiado tan rápidamente de tema.
204 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Como sea, es un país joven. Y quiero ser responsable de eso, de sus


intereses y su posición en el mundo. ¿Si no yo, quién, Henry? Yo soy un buen
líder; Yo sé cómo hacer para que los hombres se expliquen.”

Ambos presionaron sus codos contra la barandilla de madera y miraron


fuera. La atmósfera estaba caliente y llena de disturbios prácticamente
imperceptibles que hacían a las hojas de palma levantarse y caer como si
estuviera suspirando. Henry estaba pensando en la más joven de las hermanas
Holland, en la manera en que podía ir desde ser una niña impetuosa a una
mujer conocedora en unos pocos segundos y nunca perder las estrellas en sus
ojos, y sobre lo que le había parecido su vida cuando él había creído tenerla.
Seguro que eso no era un desperdicio.

Luego Teddy bajó la cabeza, y con una voz ligeramente diferente,


continuó: “Tal vez cuando vuelva voy a merecer la vida que quiero.”

Las mujeres en sus volantes se estaban devolviendo al hotel, emergiendo


como peces blancos en un arrollo y subiendo por la escalera. Bajo la terraza, el
sonido de los saludos y los tacones altos sobre tablones de madera resonaba, era
la hora de la cena, y nadie podía esconderse ahora. Primero Teddy y luego
Henry se apartaron de la barandilla y terminaron sus tragos. Henry le dio una
palmada al hombro de su amigo mientras se unían a la multitud.

“Te extrañaré,” dijo Henry. “Más te vale que en realidad no te maten.”

“Lo mismo va para ti,” respondió Teddy ligeramente. “En ambos


aspectos.”

Henry se echó a reír alegremente, y pensó que no había necesidad de


preocuparse. Él había dirigido su situación con Diana bastante mal, en efecto,
pero el estaba comenzando a ver el destello de un oportunidad para poder
arreglarlo. Teddy estaba en lo cierto. La vida era una ventana corta, y no tenía
sentido en hacer las cosas mal una y otra vez, incluso cuando era tan difícil el
detenerse. Cuando volvieran a Nueva York todo podría ser diferente para
205 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Teddy y diferente para él también, y el sería bastante cuidadoso en hacer las


cosas correctas y no terminar siendo asesinado por su esposa o por sí mismo o
por cualquier otro. Había algo por lo que vivir, después de todo, si tan sólo
pudiera mantener la vista fija en ello.

Ella estaba subiendo las escaleras del brazo de Grayson Hayes, con un
vestido de color crudo con ojales y en niveles, y un sombrero enorme, y aunque
ella no lo miró a los ojos, el aún podía sentir la hermosura de ella en sus propias
rodillas. Ya no le importaba que ella estuviera del brazo de Grayson, y que
tuviera que hacer frente a lo que le había hecho a ella. Tenía un montón de vida
por delante, y si tuviera que hacerlo, la usaría toda para recuperarla. El tiempo
de hacerle promesas había pasado—todo lo le quedaba a él era actuar.
206 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FE
Traducido por: Thpy

Permanece siempre atento en ferrocarriles y barcos de cruceros, para el


tránsito tiene una forma de hacer todo claro.

-MAEVE DE JONG, AMOR Y OTRAS LOCURAS DE LAS GRANDES


FAMILIAS DE LA VIEJA NUEVA YORK

LOS INVITADOS DE LA FIESTA DE LOS SCHOONMAKER –QUE


fueron abandonados por ellos, de todos modos- tomaron el mismo elegante
coche privado para regresar a Nueva York, además ellos iban mucho más
silenciosos y moderados en el viaje de regreso. Penélope se mantuvo congelada
en su asiento, imperturbable y aún a pesar de las sacudidas y la vibración del
tren. La luz venía a través de la ventana en animadas líneas, pero su rostro
permaneció sin cambios, sus ojos pegados en la alfombra a sus pies o a los de su
marido, quien se sentaba frente a ella. Él vestía una camisa color crema, que ella
le había dado, y sus cruzadas piernas cubiertas con un pantalón negro. Estaba
leyendo un libro de poesías, algo que ella nunca supo que él hacía, y él no llevó
sus ojos a encontrarse con los de ella ni siquiera una vez. Cuando él tenía que
hablar con ella miraba sus rodillas. Ella aún estaba sufriendo de esa horrible,
asfixiante sensación de que debió haberse ahogado desde que su esposo la
había rechazado en la suite del hotel, y había estado teniendo dificultad en
encontrar una razón para hacer mucho más. Él ha estado civilizado con ella
desde su confrontación, y ella estaba comenzando a dudar su resolución de
dejarla, ella no se atrevía a sentirse triunfante.
207 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Incluso el haberse vestido esa mañana no le trajo placer, y ahora


Penélope estaba pagando por eso en su vestido de día color malva que era
perfecto en estilo pero no podía –ella sabía- mostrar su mejor característica. O
no exactamente sufriendo, porque se sentía tan en blanco que eso realmente no
importaba. Se derrumbó, en montones de malva, y controló una pequeña
mirada un poco más abajo hacia el pasillo, donde las hermanas Holland se
sentaban cómodamente una junto a la otra.

Diana dormitaba en el hombro de su hermana, su rostro era suave y


sonrosado como un pequeño querubín. Un muy joven querubín, pensó
Penélope. Uno muy molesto. Elizabeth, quien era solo parcialmente visible para
ella, miraba por la ventana, mucho más despierta, pensaba que ella estaba
contemplando el fin del hombre. Por primera vez, Penélope se preguntaba si
Liz realmente estaba esperando el hijo del mozo de cuadra (peón). En el hotel,
ella casi había sugerido esta posibilidad como un deseo por decir algo tan
molesto como ella sentía. Pero ahora Elizabeth estaba mirando tan
inexpresivamente que Penélope se preguntaba si no era el caso.

La otra hermana, mientras tanto, lucía como si pensara que no había


nada que importara en el mundo. Su rostro hacia arriba, hacia la luz en su
sueño, sus oscuros rizos caían gentilmente a través de su rosada piel. Tan lejos
como Penélope podía contar, Grayson había sólo logrado agotarla al salir. Él
había desaparecido otra vez, al coche-bar, cuando su pequeña hermana recordó
un murmurado comentario de Grayson, sobre cuánto dinero había perdido en
Florida –algunas de las cuales, Henry le había prestado- y sobre que era solo el
principio de sus deudas.

Diana ahora persistía en mirar nada ni destruido o arruinado por sus


atenciones. Ella era una vagabunda, por supuesto, Penélope pensó, además era
una vergüenza, como Henry puso punto final en su suite del hotel en Florida,
ella no pudo contarle al mundo sobre eso. A pesar de un caso tan devastador de
tedio, Penélope manejó una apática ceja, por eso de repente comenzó a
208 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

ocurrírsele que ella podría ser capaz de usar esa información después de todo.
Todo el mundo no necesitaba saber que la chica era una puta –había solo un
hombre quien necesitaba verlo. Luego apoyó su pálido rostro ovalado sobre su
propio delgado hombro, y dejó que el balanceo del tren calmara sus sueños.

¿Había sido alguna vez Nueva York tan frío?

Penélope no estaba segura si fue su breve temporada en el sol que la


hacía tiritar a fines de Febrero que parecía tan intolerablemente oscuro y triste,
o si era que siempre había sido de esta forma. Ella había tenido suficiente de la
silenciosa indiferencia de Henry en el tren, y también al anochecer de su regreso
ella pretendió que había extrañado demasiado a sus padres, y que fue sola a su
casa a cenar. Su madre había invitado algunas personas “divertidas”, como
siempre, y ella ocupó toda la cena prestándoles completa no-diversión con su
bombardeo de preguntas tontas. Penélope dejó a sus largas pestañas caer con
lentitud, portentosamente, cerrando y permitiéndose a sí misma a sentir por
completo la tragedia de haber llevado un vestido cada vez –era de encaje negro
sobrepuesto en un satén marfil, y mostraba su cintura con mayor ventaja- en
una noche cuando solo imbéciles podrían verlo. Las velas parpadeaban en el
centro de la larga mesa Romanesque. Cuando su hermano echó hacia atrás su
silla y se excusó a sí mismo, ella medio sonrió sus disculpas y lo siguió al cuarto
para fumar.

─Realmente me has fallado, deberías saber ─ella dijo mientras barría


sobre el pequeño respaldo del banco en forma de corazón junto a la silla forrada
en cuero donde Grayson se sentó. Su tobillo descansaba sobre su rodilla
opuesta y él solo prendía un cigarrillo. Lanzó su mirada en dirección a Penélope
y luego la apartó. Ella notó un débil tono morado sobre su piel bajo sus ojos, y
se dio cuenta que él estaba muy cansado también. Había otra cosa sobre su
postura, ella decidió, algo como ansiedad.

─ ¿Cómo es eso, Penny? ─él preguntó después de una pausa.


209 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

─Con Diana Holland, por supuesto ─Penélope se movió y tomó un


cigarrillo de la plateada caja que su hermano había dejado sobre el brazo de la
silla. Él mantuvo un cuidadoso ojo en ella mientras se inclinaba hacia delante
para encenderlo-. Se suponía que tú nos entretendrías a todos nosotros con un
juego del gato y el ratón.

─Lamento si tú no te entretuviste.

Penélope se detuvo e inhaló delicadamente mientras Rathmill, el


mayordomo, entraba a la habitación y cruzaba el suelo para atizar el fuego. Él
rellenó el coñac de Grayson, y cuando él salía, la joven Hayes siguió
alegremente:

─ ¡Por supuesto que lo estaba! Solo que no creo que hayas ido lo
suficientemente lejos.

─Esa es una peligrosa frase saliendo de tu boca ─él masculló.

─Estoy segura que no sé a qué te refieres.

Chispas salieron por sobre el fuego, iluminando la oscura habitación, con


sus paneles esculpidos y un vago aire medieval. Era una habitación sin
ventanas, en el centro de la casa, y por una vez Penélope estaba agradecida de
estar tan lejos de la atención pública. Ella exhaló y dejó su largo y esbelto brazo
caer a un lado del sillón, dejando una sutil marca de quemadura en su tapicería
magenta y dorada.

─De todos modos ─ella continuó, cuando se volvió obvio que Grayson
no iba a explayarse en su comentario─, quiero que tú agites al ratón un poco
más.

-Oh, Penny, ¿no has tenido ya suficiente?

Penélope le mostró su sonrisa paciente. Ella había convertido en obsesión


la idea que se le había ocurrido en el tren en dirección norte; le había dado a ella
210 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

algo sobre lo que ella podía concentrar toda su ambición e intriga –que se había
hundido brevemente en el fin del desastroso viaje a Florida. Esto le permitió
sentirse más como ella misma, y de todos modos, él había sabido que incluso en
sus momentos más débiles ella era una persona insaciable y que las palabras no
significan lo suficiente después de todo.

─Tú ni siquiera la has besado aún ─ella dijo eventualmente.

─Lo intenté ─él replicó acaloradamente mientras encendía un nuevo


cigarrillo con el anterior.

Los amplios ojos azules de Grayson brillaron en su dirección mientras


lanzaba su viejo cigarrillo hacia la chimenea.

─Lo dudo.

Penélope reprimió una risa ante su evidente orgullo en este punto


presionando sus suaves labios juntos con firmeza.

─Entonces, ¿por qué detenerse ahora? Tengamos algo de diversión con


ella.

─No lo sé ─él se encogió de hombros, incómodo─. Ella es encantadora,


pero muy joven, y de todos modos, estoy muy ocupado con otras cosas.
Penélope consideró confesarle todo, pero luego decidió que su otro método de
persuasión podría ser más efectivo.

─Eso no es muy fraternal, Grayson ─ella arrulló suavemente─. Si tú me


ayudas en esto, yo veré que esto sea digno de tu tiempo.
Grayson movió su mano y dirigió una mirada hacia el fuego.
Penélope se paró, para que su próximo movimiento tuviera el máximo impacto.

─Pagaré tus deudas en el juego si tú continúas en el juego.


Una media luna surgió en la esquina izquierda de su boca cuando ella vio la
reacción de esto en el rostro de su hermano. Él levantó la mirada hacia ella
211 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

rápidamente, y su mirada salvaje se mantuvo en ella mientras se movía hacia la


chimenea. Ella apoyó su codo derecho sobre su muñeca izquierda, y llevó su
cigarrillo muy elegantemente a sus labios.

─ ¿Cómo sabías…? ─se detuvo─. De todos modos, ¿de dónde vas a


conseguir el dinero?

─Te olvidas que soy una mujer casada. Tú sabes cuánto es mi subsidio de
Padre, y el Sr. Schoonmaker me da el doble de esa cantidad. Yo ordeno toda mi
ropa en la cuenta de la anciana Sra. Schoonmaker, como verás, he ahorrado un
poco.

Los labios de Grayson se separaron ligeramente mientras las


posibilidades comenzaban a hundirse. Tragó saliva y luego dijo:

─ ¿Qué es lo que quieres que haga?

Penélope sonrió ampliamente ahora, y lanzó el final de su cigarrillo hacia


el fuego.

─Sacude al ratón, Grayson, pero esfuérzate esta vez, ¿está bien? Has que
se enamore de ti de manera que acabe lamentándolo siempre.
Él puso sus dos pies sobre el suelo, y reposó sus codos sobre sus rodillas.

─Sé que tú ya has hecho sentir a muchas mujeres de esa manera ─ella
pudo ver que él estaba por aceptar, así que dejó que su voz tomara un toque
paternalista ahora─. No deberá tomar mucho esfuerzo.

Penélope regresó a su asiento y tomó la copa de cristal de Grayson de la


pequeña mesa lateral y bebió. Él debió haber estado desesperado, para que él
ignorara su insinuación y mirarla con enfocados ojos.

─ ¿Cuán pronto puedes tener el dinero?

Penélope abrió sus propios amplios azules ojos magnánimamente.


212 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

─Oh… tan pronto como estés de acuerdo en limpiar esa aura de


inocencia de nuestra pequeña Di ─ella dejó caer un párpado en su firma de un
latente guiño─. ¿Y Grayson? No te molestes en ser muy discreto. Sería mucho
más divertido si todos ─con lo que ella quería decir Henry ─saben que ella está
siendo comprometida.
213 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FF
Traducido por: Thpy

Miss Diana

Cuando vengo por usted siempre está fuera. Cuando le envío mensajes, es
como si usted desapareció.

Cuando se aburra de torturarme, por favor llame a la mansión Hayes por una
visita.

-G. S. H.

DIANA MIRÓ FUERA DE SU VENTANA A LA INEVITABLE nieve que


caía en medio de muchas yardas. Se apartó un vagabundo rizo lejos de su nariz
y se preguntó por el enorme sentimiento que estaba quedaba en ella, incluso
después de tantos golpes. Estaba ahora claro que ella había decidido por sí
misma en todos estos largos meses –y sin embargo, aún anhelaba a Henry.
Cuando pensaba en él pensaba en las olas de Florida, que había influido a su
lado y durante el día y luego en la cama, también, incluso cuando ellos fueran
sólo un recuerdo de una sensación y el leve sonido en la distancia. Henry era
como eso también –él todavía la mecía, incluso tanto tiempo después del hecho.
Ella estaba cansada de eso. Cerró sus ojos.

Su pequeño cuerpo se desplomó contra la ventana y trató de imaginar


que toda la atracción que sentía hacia Henry Schoonmaker se convirtiera en una
pequeña bola de periódico y casualmente la arrojara a uno de esos fuegos que
214 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

los vagabundos hacían en las esquinas de las calles en climas como este. Sería
arder a cenizas, y luego los suaves copos de nieve caerían por encima,
derritiéndose y desintegrándose en la nada. Cuando Diana abrió sus ojos, supo
que su truco mental había fallado. Hizo un ruido un poco petulante –“¡Ah!”- y
se alejó del alféizar. En alguna parte de la casa, Elizabeth se estaba moviendo de
lugar en lugar como un fantasma que tiene un interés particular con los vivos, y
su madre juntaba y separaba sus manos. Cada ser en el N° 17 estaba distraído,
así que era bastante fácil para ella localizar un abrigo y deslizarse
desapercibidamente por la puerta principal.

-¿Va a hacer la apuesta por nosotros, Miss Diana?

Escuchar su nombre en voz alta, en una sombría casa de oportunidad –


sobre los constantes ruidos de los dados de madera y cartas al ser arrastradas y
repliques de risas- provocando un incontrolable temblor que recorría la
columna vertebral de la más joven las muchachas Holland. Pero ella se recordó
que todos los ojos estaban en los clubs y palas, o en la rueda negra y roja, e
incluso si ellos hubiesen estado curiosos por ella, vestía una máscara con caídos
ojos de gato con cuentas color negro azabache. Grayson se la había entregado
cuando se encontró con ella en la puerta de la mansión Hayes, justo antes de
que la llevaran en un coche que esperaba. Él había conservado refugiada una de
sus manos cuando ella puso uno de sus pies en la pequeña pisadera de metal, y
su cercanía física no había disminuido desde que llegaron a la sala de juegos en
algún lugar de la Veintitrés Oeste. Ella había estado nerviosa por esto al
principio, pero había llegado a ver que, a pesar de los asientos de terciopelo rojo
y el candelabro que colgaba sobre ellos como una inmensa e iluminada medusa-
este cuarto era muy diferente de todos los cuartos en los que había estado antes.
Aquí nadie se sorprendió en lo más mínimo cuando se colocó en el regazo de
Grayson Hayes, o que la mano iba y venía a través de su rodilla.

-Pero no sé cómo –ella le arrulló, como una ingenua en uno de esas


novelas francesas que mantiene debajo de su cama. Había estado observando el
215 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

giro de la ruleta, y que en ese tiempo descubrió cómo se juega. Pero disfrutaba
de la sensación de sus anchos brazos a su alrededor por ambos costados y le
susurraba al oído lo que tenía que hacer. La tenue luz de la habitación se
reflejaba en los espejos de bronce dorado con incrustaciones, que se encaran
entre sí para que la escena de los correctos hombres de negro, agrupados en las
mesas en todo el piso alfombrado y, aquí y allá, una mujer como ella con sus
cabellos aún cubiertos por su abrigo nocturno, repetida una y otra vez.

El lugar al que Grayson la llevaba era un corto paseo pero un largo


camino de Gramercy o la Quinta. Diana le gustó la idea de que esta distancia le
llevaba lejos de Henry, también. Oh, él estaba aún ahí, revoloteando en su
cabeza, pero ahora también estaba Grayson, quien, apenas era el mismo
hombre, estaba al menos en la misma categoría de hombre. Ellos llevaban los
mismos trajes a la medida, por ejemplo, y llevaban cajetillas de cigarros
similares, y albergaban como las mismas intenciones deshonestas, y de todas
formas, cada momento que pasaba con Gryson, eclipsaba los recuerdos de
Henry un poco más, de modo que pronto ella estaría llena de momentos, del
girar de las ruedas y de los ventiladores zumbando en el techo y el humo de los
cigarros, gruesos y oscuros en el aire, sin pasado ni futuro y solo el hombre en
cuyo pecho de barril se recostara un poco mareada.

Un mesero en un chaleco púrpura oscuro se detuvo para rellenar su copa


de champaña –ella no estaba acostumbrada a que rellenaran su copa de manera
casual, o tan a menudo. Grayson susurró nuevamente a su oído, pero no pudo
oír lo que decía, y no se molestó por el hecho. Puso su apuesta.

-¿Estás segura? – Ella pudo oír que estaba un poco asustado y un poco
emocionado por dónde ella había puesto sus fichas.

Ella sólo asintió y le guiñó el ojo al crupier, quien llamó al resto de los
hombres amontonados alrededor de su mesa que hicieran sus apuestas. Luego
hizo que la ruleta girara y la pequeña pelota blanca voló en la dirección
216 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

contraria, por sobre la borrosidad. Ella cerró sus ojos e imaginó que estaba
flotando, que era inalcanzable para todos en todo el basto universo. Esa
Gramercy se fue y el dinero en un juego que niños practicaban. Ella tuvo que
volver a esa triste casa y a su propio triste cuarto, pero no todavía. Ella iría
luego. Cuando abrió sus ojos otra vez, la pelota había caído en un bolsillo.

Ella pestañeó y sólo un momento después se dio cuenta que el bolsillo


correspondía al único número al que ella había puesto todas sus fichas
restantes. Todos a su alrededor, los jugadores sin aliento palmeaban a Grayson
en el hombro. Ella sintió sus manos apretadas a su alrededor, una palma en su
vientre, y luego rozó sus labios contra su pómulo.

-No pudo creerlo –él susurró. Y luego-: Debes ser mi amuleto de la


suerte.

Le tomó otro par de minutos antes que lo creyera, también, y entonces


fue capaz de tomar aliento finalmente. Tal vez fue la dulce efervescencia de la
champaña, o este reino tan extraño en el que tan fácilmente había caído, pero
ella se sentía, en ese momento, de todos modos, con mucha suerte, o muy
amada, o lo que sea que él había dicho.

Ella echó hacia atrás la cabeza y se rió, levantando sus pequeños brazos
blancos al aire, llena de un sentimiento muy cercano a la alegría.
217 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FG
Traducido por: Thpy

Todos mis lectores saben que soy extremadamente honesto, y que me


esfuerzo en dar a cada pregunta una completa y acuciosa respuesta. Sin
embargo, hay algunas cosas que nunca voy a decir, y que incluso cada madre
sabe hacerlo en su personal manera, en sentido de proteger a sus jóvenes e
inocentes hijas de la dura mirada y opinión del mundo. Intenten pensar en cada
cosa sólo en el invierno, y recen por no tener que guardar tantos secretos.

-MRS. HAMILTON W. BREEDFELT, COLECCIÓN DE COLUMNAS SOBRE


SEÑORITAS DE CARÁCTER. 1899

ELIZABETH SE DETUVO A LA PUERTA, HABÍA TENIDO la esperanza


que si se detenía antes de tocar, sus ligeros hombros podrían dejar de temblar.
Pero estuvo allí unos minutos ya, y no se sentía tan estable como cuando había
llegado. En el otro lado de la puerta estaba la sala de la mañana, donde
muchísimo del trabajo de la casa era hecho por las mujeres Holland con sus
propias manos estos días. Su madre le gustaba el crochet y preocuparse ahí,
crochet y preocuparse, aunque cuando esa dama fue hacia la habitación
después de cenar ella aún creía que su mayor problema era que sus hijas se
habían ido a Florida y habían vuelto sin asegurar ninguna propuesta de
matrimonio. Elizabeth levantó su puño para tocar; ella iba a tener que contarle a
su madre que había algo más sobre lo que preocuparse, y mejor hacerlo antes
de la evidencia física se volviera abrumadora.
218 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

-Adelante –la Sra. Holland replicó encantadoramente.

Elizabeth entró por la agrietada puerta. Eligió un viejo vestido con una
exquisita muselina café, con una cintura alta y de infladas mangas, aunque por
dentro estaba llena de un blanco temor. El vestido era muy largo para ella en
algunos lugares y muy pequeño en otros, y se mezcló con la oscura madera
teñida del cuarto que hizo a Elizabeth suave, el pálido corazón del rostro debió
parecer como si flotara cuando se volteó a cerrar la puerta. Esta invisibilidad
hizo muy poco para alterar la pesadez que sentía en ella, porque estaba
agobiada por todas las cosas que había hecho y que no podía retractarse. Ella
había querido vivir sólo por el bien de su familia, pero ahora llevaba en ella un
marcado hecho que los haría sufrir a todos ellos otra vez.

-¿Qué es? –la calidad de los negros ojos de la Sra. Holland cambiaron
cuando miró a su hija, ella levantó su barbilla y la piel de su garganta se tensó,
tal vez ella ya sintió alguna larga parte fuera de lugar. Había un fuego yendo
por su interior, que brilló en sus vigilantes ojos. Ella bajó su gancho e hilo y
contempló a su hija, antes de señalar gentilmente que ella se acercase.

Elizabeth cruzó la habitación y se hundió junto a su madre. La cara de la


anciana era dura como siempre, con líneas duras alrededor de la pequeña boca,
pero miró a su hija imperturbablemente, que había una profunda calidez en su
interior.

-Cuéntame –urgió.

Y Elizabeth lo hizo. Su confesión vino en trémulos alientos y fue


interrumpido con pequeños sollozos.

-Antes que Will… antes que él muriera, fuimos… como uno, como
marido y mujer… -se detuvo para poner su frente en las rodillas de su madre.
Había cierta humedad en sus pestañas, que no quería que se vieran-. Y ahora yo
creo… yo sé –ella tragó aire-. Yo sé que lo soy. En un sentido familiar.
219 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Con el tiempo Elizabeth levantó su rostro para confrontar la reacción de


su madre, la expresión de la dama se volvió implacable otra vez. Si ella había
sido choqueada o herida con un mal paso final de una vez apreciada hija, ella
no lo mostró. Habían muchas situaciones de desilusión detrás de su fija mirada,
y ella no trató de mimar a su hijo.

-Eso es desafortunado –replicó formalmente-. Pero no del todo


inesperado. Me avergüenzo de Will tanto como me avergüenzo de ti –inspiró
profundamente, y movió su tejido de su regazo al suelo-. Te dije que no te
forzaría a un nuevo infeliz compromiso, Elizabeth, pero me temo que esto
cambia todo. Tú sabes que esto será el fin de nosotros si cualquiera lo descubre,
¿no lo crees? ¿sí?

Elizabeth asintió infelizmente, y su almohada de cabello rubio flotaba


con ella.

-Tendrás que casarte ahora, o, si no puedes manejarlo, nosotros


tendremos que encargarnos. Sé de una casa en donde estas cosas se hacen –
ahora era el turno de la Sra. Holland de ser sacudida por un estremecimiento,
aunque pasó tan rápidamente que si Elizabeth hubiese pestañeado se lo habría
perdido. Se alegró de no hacerlo, en ese momento ella supo lo que su madre
realmente sentía sobre esa sugerencia, incluso si ella lo encontraba tan
necesario.

-Hablaré con mis amigos, amigos que he dejado, y ver si hay algún
posible pretendiente para ti. Tal vez todo pueda ser hecho rápida y
silenciosamente. Pero me temo que será el otro camino, y por eso, mi niña, lo
lamento mucho –puso su pequeña mano en la cabeza de su hija y suspiró-. Vete
ahora. Ve a descansar. En la mañana haremos todo lo que sea necesario hacer.

Elizabeth asintió nuevamente, se sintió extrañamente como un niño


incluso cuando uno crecía en su interior. Ella no pudo volverse para ver a su
madre otra vez, y se levantó solemnemente y se dirigió a la puerta. Pensó en
220 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

todas las cosas que quería decir –cuanto lo lamentaba, lo que la decepcionaba,
como ella habría querido que las cosas fuesen ahora y porqué había ido mal-
pero ella encontró que no tenía fuerzas o la voluntad de explicarse a sí misma.
Salió hacia la apenas iluminada sala, y luego cuidadosamente un paso a la vez
fue hacia el segundo piso y a su propio dormitorio, donde no había fuego, pero
al menos un espacio donde pudiese estar sola con su secreto.

Allí se recostó en la cama de caoba con su acolchada manta blanca y puso


su brazo sobre su rostro. Esperó que su respiración se calmara, pero no lo hizo.
Ella recordó por un momento como se sentía con Will –cuan segura de que él
siempre sabía qué era correcto. Pera era una preciado momento que había sido
tomado de ella. Ella estaba sola ahora, y si había algo adecuado que hacer, ella
no lo vio. Un mes antes, todas las adecuadas conductas parecían ser posibles. Su
familia la había necesitado tan terriblemente mal, y ella había planeado hacer
todo por ellos. Ella había permitido que Diana fuera tras Henry Schoonmaker, y
eso sólo parecía haberle causado más dolor, desde entonces su hermana mayor
había estado tan ausente. Ella apenas si había hablado con su hermana menor
desde que ellos volvieron; había estado tan absorta en sus propios temores para
ver como Diana se levantaba. Y su madre –era mucho más que pensar cuan
lejos se extravió de las expectativas que su madre tenía en ella.

Ella levantó su mano sobre su frente y miró con indiferencia hacia la


ventana. La nieve se había detenido en algún momento durante la noche, y
había ahora una clara vista de la media luna en el cielo. Se preguntaba si Will
podía verla ahora, y sintió culpa otra vez, no sólo por su familia sino por los
días de simpleza y felicidad que había experimentado en Florida. La memoria le
hizo una mueca de dolor, y se preguntaba si ella no estaba siendo castigada por
eso; si su situación actual no estaba de alguna manera retribuyéndole por tener,
por un momento, retrocedido a los viejos sutiles placeres de la vida a la que ella
había nacido, con todas sus suaves texturas, su cortesía, sus miradas oblicuas.
221 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Entonces su respiración finalmente comenzaba a relajarse y pestañeó en


la oscuridad que era ahora cortada con la blanca luz de la luna. Ella pensaba en
Teddy otra vez, y su presencia en su mente le hizo preguntarse, aunque sea
brevemente, si tal vez su situación no fuera tan llena e imposible después de
todo.
222 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FH
Traducido por: Kiiariita

Hoy en día en Nueva York uno siempre se entera sobre las mujeres
modernas, quien uno como se supone vigila. La ultima de ello es Miss Portia
Tilt, cuya fortuna de su esposo esta en el horno o algo así, y ella parece estar
lanzando muchas fiestas. Querido lector, usted sabe que yo siempre eh sido el
escéptico, y con mis ojos escépticos, yo estaré observando.

De la columna “Lúdica Galante” en el Imperial de Nueva York

Miércoles, 28 de febrero de 1900

Carolina sabia que era su destino ver a Leland otra vez, aunque ella
hubiera sido apremiada para explicar como esto alguna vez ocurriría.
Afortunadamente, los pensamientos del hombre que ella se imagino cerca de
una propuesta en Florida estaba todo en su cabeza, y entonces no había
necesidad de hacer nada de esto lógico a nadie mas. Ella trato de no vivir con
demasiado cuidado sobre sus circunstancias actuales, también, el cual era un
millón de millas de solo una semana antes. Ella estaba usando un simple
vestido negro, otra vez, aunque al menos este tenía un alto severo cuello y
algún intento de ornamentación alrededor del pecho. Ella había vivido por unos
pocos días en uno de esos desvencijados lugares en el centro, y ahora ella tiene
su propio cuarto— cerca de los cuartos de servicio, en una magnifica casa de
otra mujer. No había nada sobre esta nueva situación que hiciera sentir a
Carolina un poco magnifica.
223 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Miss Broad.”

“¿Sí?” los ojos de Carolina revolotearon inocentemente, y ella sabia que


su cara asumió esa expresión servicial como una vaca que había usado tan a
menudo en sus años como una doncella. Su voz se volvió de repente de niña
también, como el de una mujer que aun no ha aprendido a preguntar por lo que
se merece. “¿Qué es, Miss Tilt?”

“Miss Broad, ¡no es necesario verse tan asustada!” Portia Tilt ya estaba
un poco bebida, y esto no hizo cosas amables llamativamente por su cara. Ella
estaba sonriendo caritativamente a Carolina, pero solo porque ahora se sentía
más poderosa que ella. Era bastante evidente que el trasplante del oeste, sobre
el cual Carolina no había perdido ni un minuto de pensamientos cuando ellos
se habían cruzado camino en Sherry´s, como teniendo a alguien cuyo nombre
había estado en todas las columnas para mandar. “Solo iba a decirte que eres
bienvenida a jugar bridge con los invitados si quieres. Tendrías que pedir
prestado contra su salario si quieres apostar, pero quizás seas una buena
jugadora y saldrá adelante.”

Carolina parpadeo con sus amplios ojos de colores salvia. Ella asintió un
poco aturdida, y luego dejo que su mirada vagara para que así ella pudiera ver
a través del marco de la puerta de madera satinada. Dispuestos en pequeñas
mesas francesas antiguas de cartas había gente quienes una vez habían sido sus
compañeros. Todos se habían vestido con sus mejores vestimentas para ver a
esta nueva mujer Tilt, tal como lo habían echo una vez para conocer a la
heredera Broad. Ella reconoció, por ejemplo, la fuerte risa de Miss Carr, aunque
hubiera sido consciente de la presencia de esa dama en la casa Tilt de la ciudad
de todos modos, para Carolina que había escrito a mano su invitación. Miss
Carr nunca rechazó una tarde, el cual era una de las razones que Carolina— en
su facultad como la nueva secretaria social de Miss Tilt— la había recomendado
como una invitada. Una mujer que comienza su carrera debe tener amigos
donde pueda, Carolina había aconsejado con mucho tacto, aunque ella hiciera
224 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

bien para no exclusivamente asociarse con divorciadas como su reputación


creció. Esto había lastimado a Carolina para regalar tal sabiduría, pero luego
ella no tenia suficiente para el trueque.

“No, gracias,” dijo ella silenciosamente. “Preferiría no hacerlo esta


noche.”

Miss Tilt se encogió de hombros, su indiferencia ante el sufrimiento de


Carolina exagerado por la gran cantidad de cintas de raso rojas que coronaba
las mangas de encaje. Rizos amarillos sobre su cara insignificante, capturando la
luz del candelabro. La secretaria social de Miss Tilt había mantenido aquel
titulo solo tres días para entonces, y ya le molestaba todo sobre el. Ella lo
odiaba, de hecho, y temido que otros se enteren de esta indignidad, la cual era
la verdadera razón— aunque la idea de pedir prestado contra su salario era
ciertamente humillante— que prefirió no jugar bridge esa noche. Longhorn le
había enseñado, y era en verdad una jugadora astuta, pero la idea de ser
compadecía por Lucy Carr era demasiado para Carolina, y entonces se quedo
atrás contra el marco de la puerta mientras Miss Tilt avanzaba hacia el cuarto y
tomaba su lugar junto a Tristán.

El miro brevemente a Carolina, causándole que retrocediera hacia el


pasillo, donde ella era invisible y podía solo ver una porción del movimiento
del segundo piso del cuarto de juegos de Tilt. Había sido la sugerencia de
Tristán que Carolina tomara la posición de secretaria social, y también el que
había plantado la idea en la mente de Miss Tilt. Esa dama se desvió por delante
del vendedor ahora, plantando un rojo beso en su mejilla mientras ella se abría
paso a la adyacente silla de respaldo alto, el cual estaba cubierto en un nuevo
color hierba de Jacquard. Era un gesto que pretendía para marcar su territorio,
Carolina lo sabia, pero no le importo en particular, a pesar de que había
permitido a Tristán besarla dos veces. Ella vio ahora que él era como un
ilusionista quien cautivaba mujeres con una poca habilidad de mano, y una vez
que había visto el mecanismo, había perdido todo el poder para ella. Los besos
225 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

solo habían sido aceptado en soledad, se dijo a si misma, y no había ninguna


razón para que Leland lo supiera alguna vez.

Ahora los candelabros— mucho más pequeños que los de la casa de


Leland— bañaban a los invitados de la sociedad con luz centellante, y el olor de
cigarrillos era dulzón en el aire. Carolina cerró sus ojos, y recordó como había
sido una parte preciada de círculos similares en cuartos que olían como este—
demasiado lejos hacia el oeste y demasiado lejos hacia la parte alta de la ciudad
para tener una verdadera importancia— hizo que su piel bajo cuello ardiera. La
casa de una mujer, por otra parte, que no lo pensó dos veces de tocar sin rodeas
a su amante villano en la casa que los millones de su esposo le había dado. Era
el tipo de comportamiento que uno habría pensado más correctamente en casa
en un rancho de Nevada.

Un camarero pasaba por su lado, hacia el cuarto de juegos, con una jarra
de vino blanco en su mano, y ella lo alcanzo y golpeo su brazo.

“Webster Youngham prefiere rojo.” Ella había visto a este mismo


hombre sin saberlo vertiendo la gran arquitectura blanca más temprano, y sabía
que él no aceptaría otra invitación si las cosas no fueran hechas correctamente.
Él era un caballero muy derecho, y con razón también, o por ultimo eso era lo
que Miss Carr siempre solía decir. El camarero asintió y se retiro. Un momento
después, él reapareció con una botella de vino tinto.

“Sirva por el derecho,” Carolina añadió, antes que el hombre cruzara


hacia el cuarto de juegos. Había sido una especie de instinto, y ella se sintió
inmediatamente enojada consigo misma y Tristán y Portia Tilt por haberla
puesta en una situación donde ella podría volver actuar tan servilmente sobre
los deseos de otra persona. Dejo salir un aliento de amargura y giro a toda prisa
de la escena irritante. Miss Tilt no la necesitaría más, y era tan correcto como
revolcarse en su cuarto como allí mismo. La compasión que sintió Carolina en
ese momento fue de una naturaleza irascible y abrumadora; si algún pequeño
226 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

pajarito había sugerido que su vida era lejos mucho mas cómodo aquí que
donde las Hollands, o de lo que hubiera sido en la calle, le habría disparado

Avanzo por los pisos de robles, sin preocuparse por caminar ligeramente
en sus zapatillas de tacón alto. Era demasiado buena para hacerse bastante
silenciosa para cualquiera, para esconderse, o para cuidar después a camareros
callejeros a quien no habían dado instrucciones adecuadas. Ella estaba por poco
murmurando estos hechos a si misma cuando escucho su nombre, hablado con
lo que ella anteriormente habría creído era la tensión correcta y reverencia.

“Miss Broad,” dijo Leland Bouchard.

“Oh.” Carolina llego a una parada, y su cara cayo. Ella era terriblemente
consciente arreglo simple de su cabello, el cual estaba separado en el medio y
elaborado arriba en un moño detrás de su cabeza, y del vestido el cual su nueva
Señora había considerado mas apropiado para ella que cualquiera de esos que
Longhorn había pagado para que se hicieran solo para ella. Ella logro una
pequeña reverencia y trato de decir hola.

Ella debe haber parecido extraña— sabia muy bien que parecía
estupefacta y terrible— pero no lo sabría por la forma que Leland la miraba. Él
estaba radiante; si ella no estuviera tan infeliz sobre él encontrándola en
reducidas circunstancias, podría habérsele ocurrido que él estaba contento de
verla.

“No nos hemos visto desde Florida. ¿Te has estado escondiendo de mi?”

“¿Te refieres a que no has leído las columnas?” Carolina susurró


aturdida.

Leland se rió. “Nunca leo las columnas.”

“Oh.” Carolina asintió. Por supuesto el no lo hizo, reflexiono, mientras se


encontraba improbablemente gustándole mucho mas. “Es solo que no me eh
estado sintiendo tan social,” ella mintió.
227 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“No, debo decir que no. Luces pálida, y un poco cansada. ¿Te sientas
mal? Debes descansar. Un cuerpo necesita descansar, lo sabes. Ustedes las
damas se esfuerzan demasiado.” Las amplias líneas masculinas de su cara
repentinamente se suavizaron en preocupación. “Fue un largo viaje,” añadió
amablemente. Había una calidad en su voz que ella deseaba que pudiera ser
producido una y otra vez, y mantenido en una gran tina, para que ella así
pudiera sumergirse dentro.

“Si,” ella se sumo, aunque para ella no había sido lo suficiente largo.
“¿Por qué estas aquí?” continuo, sabiendo que la pregunta no sonó ni
sofisticada ni cortés. Pero acababa de ocurrírsele que ella había echo la lista de
invitados, y el de él era un nombre que ella nunca habría añadido para Portia
Tilt.

“Youngham y yo tenemos algunos negocios, y el me dijo que viniera


hasta aquí para reunirme con él.” Leland se encogió de hombros y peino hacia
atrás su cabello color trigo. Ella noto su hermosura con un cierto dolor agudo.
“no habría venido, normalmente. Tú sabes que no tengo interés en las cartas.
Pero me marcho por un largo viaje pronto, y estoy corto de tiempo.”

Carolina miro hacia arriba a Leland con ojos tristeza de niño. “¿A dónde
vas?”

“Primero a Londres, y luego a Paris. En la Exposición Universal en abril


habrá muchas demostraciones de automóviles y carreras, y tu sabes por
supuesto que yo nunca me perdería una cosa como esa.” Él sonrió ampliamente
y luego, cuando los parpados de Carolina se cerraban, añadió: “Dilo, ¿Estas
bastante segura que no estas mal?”

“Si, yo solo—”

“¡Miss Broad!”
228 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

La pareja que se había llevado tan bien en Florida levantaron la vista de


su momento privado para ver a Miss Tilt saliendo de la luz más halagadora del
cuarto de juegos. El paso que ella había tomado en dirección a ellos había sido
vacilante, pero su tono había sido perfectamente preciso. Carolina sabía lo que
significaba— era la forma de una persona alta y poderosa le habla a sus
subalternos— y estaba seguro que Leland lo había oído también.

“Miss Tilt,” Carolina respondió, irguiéndose. Presiono sus labios juntos


de modo que así sus pómulos salieran en la oscuridad. Sin esforzándose mucho,
pronto tuvo un gesto de indiferencia arrogante, y luego ella se escucho
continuar en la antigua manera. “Muchas gracias por una linda tarde, pero me
temo que no me estoy sintiendo muy bien y he perdido mi apetito por las
cartas. El Señor Bouchard ha sido tan amable ofrecerse escoltarme hacia abajo y
tomar un taxi.”

La boca de Miss Tilt se abrió como un O, pero ella estaba aparentemente


muda, porque no dijo nada más mientras Carolina hacia una reverencia, tomo
el brazo de Leland, y descendió las escaleras al final del pasillo. Se detuvieron
en el vestíbulo donde Carolina hizo un gesto por el abrigo de nutria de Miss
Carr, y luego estaba otra vez afuera en el frio.

Mientras esperaban en silencio por un taxi que viniera bajando por la


calle, Carolina trato desesperadamente pensar en algo que decir o hacer que le
aseguraría volver a ver a Leland. Pero ella no tenía una dirección permanente,
salvo el único que del que acababa de salir, y ningún compromiso social donde
pudiera esperar encontrárselo de nuevo pronto. Allí estaba el tenso silencio
mientras un taxi finalmente llego a un alto y Leland la ayudaba a subir al
asiento.

“Me voy el viernes, y me temo que no tendré tiempo para verte antes de

irme. Pero ¿me harás saber si te estas sintiendo mejor?”

Carolina movió su cabeza arriba y abajo automáticamente


229 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Envíame un telegrama al menos,” dijo él. Él agarro su mano y la


sostuvo, estrechamente, en la suya.

“Lo hare,” ella prometió mientras a regañadientes libero su agarre.


“Adiós, Mister Bouchard.”

Entonces se oyó el sonido de un látigo y el caballo avanzo hacia la noche.


Carolina cerró sus ojos, y trato de imaginar que aun estaba con Leland y no
envuelta en un abrigo robado viajando en un taxi al cual ella no pudo dar
direcciones de casa.
230 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FI
Traducido por: Thpy

Mister William Schoonmaker, cuyas ambiciones políticas son bien conocidas, ha estado
en Albania toda la semana, reuniéndose con el gobernador y apuntando aliados, ahora
que se ha unido al PARTIDO DEL PROGRESO FAMILIAR. Por todo lo que dicen, el
supuesto candidato volverá a Manhattan hoy…

Del New York Times, jueves 1 de marzo 1900

“¿Quiere un trago Señor?”

“No.”

Henry mantenía su barbilla abajo y su mirada firme mientras pasaba al


camarero y en el cuarto del segundo piso donde su madrastra hizo mucho su
entretención. El mueble de Louis XIV, el cual había sido aceitado esa mañana
entre el desayuno y almuerzo, fue organizado con descuidado afecto a través de
la profunda alfombra purpura de Hamadan. Algunos de los hombres y mujeres
que encajan con la idea de la mayor Miss Schoonmaker de “la gente correcta”
estaban ahora hablando en tonos imperiosos sobre muy poco. Ellos se posaban
en las esquinas de los divanes y sentaban en sillas bergére, tomando solo
ocasionalmente de las tazas de porcelana de papel fina. La luz final de la tarde
entraba por el encaje bajo de las cortinas, y uno podía estar seguro que en el
otro lado del crista el desfile de carrozas por la avenida se estaba moviendo
rápidamente a lo largo.
231 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

La piel de la mandíbula de Henry estaba recientemente afeitada y


sensible. Él si sintió una punzada de pesar por que había rechazado la bebida,
por ese camarero en particular que había sido atento con sus vacios vasos por
muchos años, quizás sobre las objeciones del padre de Henry, y se sintió un
poco desleal sobre el rechazo. Pero él estaba tratando de mantenerse en forma y
limpio. Lo había estado intentado toda la semana, mientras esperaba el regreso
del viejo Schoonmaker de Albania. Se había quitado de encima todos los
argumentos en su cabeza, y se sintió listo para presentar su deseo para dejar a
Penélope en una manera racional y sencilla y luego dejar que el viejo hombre
hiciera lo peor. Y de todos modos, habría otros tragos y otros vasos— con
Diana, lo esperaba, en un futuro maravillosamente irreconocible.

Su mirada se lanzo a través del cuarto, pero no vio a su padre por ningún
lado, y eventualmente se centro en la morena de ojos azules con el cuello largo,
que estaba sentada en un sofá de terciopelo negro con respaldo de ovalo, con un
vestido de día de raso verde esmeralda. A su lado estaba su madrastra, su
cabello rubio arreglado y sus mejillas rosadas con todos los elogios que le gusta
recibir cuando había invitados. Ambas mujeres miraron hacia Henry, y luego
Isabella se rio y giro.

Penélope sin embargo, continúo observando a Henry mientras él se


movía a través de las pequeñas mesas y las estatuas de mármol que llenaban el
cuarto. Él pasó a Adelaida Wetmore y a Lydia Vreewold, instaladas en
conversación, y el pintor Lispenard Bradley, quien parecía estar esperando por
un puesto libre al lado de Miss Schoonmaker. Una vez que Henry se había
acercado, Penélope dirigió una brillante y falsa sonrisa hacia él.

“¿Me has extrañado terriblemente?” dijo ella lo suficientemente alto para


que muchos chismosos escucharan.

El escote del vestido de Penélope era trenzado y con capas, y el efecto era
algo así como una armadura. A pesar de la abundante tela, había una calidad
232 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

angular en ello. Parecía no haber nada capaz de moverse debajo del satén
ajustado, y Henry se preguntaba no por primera vez si su sangre corría roja o
negra. La respuesta no le importaba más.

“No,” dijo él finalmente.

Las largas pestañas negras de Penélope pestañaron hacia atrás solo un


octavo de pulgada. Ella apretó sus labios de gran tamaño y dejo que el perfecto
ovalo de su cara asumiera una expresión implacable. Si ella se sentía
avergonzada, estaba tratando terriblemente duro para asegurarse que nadie
más lo notara.

“Estaba buscando a mi padre. ¿Esta aquí, Isabella?”

Isabella, quien había estado ocupada en un intercambio silencioso con


Bradley, le mostro a Henry una cara inocente que traiciono cuan
cuidadosamente había estado vigilando las palabras entre su hijastro y cuñada.
“No,” dijo ella eventualmente. “Él fue al club, pero lo esperamos para la cena
esta noche en la casa de las Hayes. Puedes hablar con él allí, mas tarde. Pero
quédate ahora, Henry— tu nunca eres de ayuda cuando viene buena gente.”

El resplandor que entraba por las ventanas disminuía lentamente a la luz


de la tarde, y los colores que las mujeres usaron durante el día comenzaron a
aparecer chillones. Isabella ya estaba pensando del siguiente vestido que usaría,
él lo sabia, aunque, como siempre, ella no querría separarse de aquellos que
habían estado en su compañía durante el día. Ella coleccionaba muebles, pero
algo indiferente— su verdadera pasión era coleccionar personas.

“No me siento como tan sociable ahora,” Henry contesto secamente.


“Hay algo que necesito discutir con el viejo hombre— es importante, y no seré
tan alegre hasta que hayamos tenido nuestra charla.”
233 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Él asintió su despedida, y se movió para dejar el cuarto. Casi había


llegado a la puerta cuando se percato que su esposa había igualado cada paso.
Todas las cabezas del cuarto giraron con el fin de observarla mejor, y cuando
Henry comprendió plenamente que la atención de la reunión estaba sobre ellos,
él paro y trato de parecer un poco normal.

“¿Qué es lo que quieres hablar con tu padre?” ella le pregunto un voz


baja.

Los ojos de Henry fueron hacia todos lados— a los candelabros de


alabastro y los ángeles tallados en madera, a las posturas de las personas que
trataban de no parecer espiarles, a cualquier cosa menos a ella. “Yo realmente
no—”

“Si es sobre mi, espero que tengas el coraje de decirlo a mi cara.”

Las manos de Henry se movieron torpemente a través de su saco negro y


suspiro.

Los ojos de Penélope se iluminaron con un brillo orgulloso. “Aquí esta,”


respondió ella, alargando su cuello para que así su cabeza se acercara a la suya.
Aunque su tono era dulce, había un desafío en ello, también.

Los invitados de los Schoonmaker habían regresado a sus pequeñas


charlas y estaban al menos manteniendo la apariencia de que ellos no tenían
interés en los recién casados por el marco de la puerta de caoba. Él le había
dicho una vez antes: Él no sabía porque encontraba tan difícil reunir las
palabras ahora. Quizás ella parecía una figura más lamentable para él después
de todo.

“¿Se trata sobre esa tontería de la cual parloteabas en Florida?” ella se rió,
por la broma muy urbana. Debe haber habido algo en su rostro que afirmo eso,
porque ella continuo: “Que diría la gente, Henry. Seria tan terriblemente
234 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

irregular.” Ella se llevo una mano enguantada para cubrir su boca y volver a
reírse, esta vez en una manera más tranquila. “¿Te gustaría saber lo que yo
pienso? Creo que no tienes las agallas para decírselo a tu padre.”

Henry tomo un respiro ronco. Había un timbre insultante en su voz, y le


hizo sentir compadecerla algo menos. Él sostuvo su mirada, y pronuncio su
siguiente declaración con gran cuidado. “Le voy a decir a él esta noche.”

Solo ahora la sonrisa de Penélope comenzó a vacilar, aunque ella la


sostuviera lo suficiente que sus pómulos agudos emergieron contra su piel para
atrapar la última luz de afuera.

“No lo harías.” Su voz se había reducido a un siseo, y ella dio un paso


adelante como si ella pudiera encontrar una manera física que impidiera que él
cambiara sus planes.

“Si.” Ahora que lo había dicho mucho más alto, él se sintió como si la
conversación con su padre era una conclusión inevitable. Henry pensó que
quizás una parada por la 5ta Av. Debería ser planificada en honor a su valentía,
y ya estaba casi experimentando la emoción de la caída de confetis. “Lo haré.”

Había muchas cosas que él podría haber continuado diciendo— acerca


de cómo ella se lo merecía, o que ella era fría y venal, o como de débil su interés
en ella había sido— pero él sabia de alguna manera que la manera correcta de
hacer en ese momento era guardar silencio. No había necesidad de prolongar la
guerra cuando su estrategia de salida era tan perfectamente clara.

Él asintió un cortés adiós, giro sobre sus talones, y dejo el cuarto, su


sangre cargada a través de sus venas y sus pensamientos elevándose a una
melodía triunfal.
235 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FJ
Traducido por: Kiiariita

Es una verdad universalmente reconocida que siempre habrá un


caballero para bailar, excepto en el momento justo cuando lo necesita mas.

MAEVE DE JONG, EL AMOR Y OTRAS LOCURAS DE LAS GRANDES


FAMILIAS DE LA VIEJA NUEVA YORK

Fue al día siguiente de la confesión de Elizabeth a su madre, y por la


tarde estaba luchando por su vieja compostura. La culpa y el miedo aun estaban
temblando allí, por no hablar de la náusea y fatiga, pero se esforzaba duro por
alguna estabilidad de sus dedos mientras hizo la fila de los botones diminutos
que corrían a lo largo de su manga desde su muñeca hacia el interior de su
codo. Arreglo su cabello arriba sobre su frente, los mechones rubios en la nuca
creciendo hacia arriba desde su collar negro alto. Ya se podía ver que su
pequeño cuerpo estaba cada vez más grande— pero no vestida, no con el denso
vestido color vino abrazando su cintura y cayendo por delante de sus pies.
Había un poco de tiempo aun, aunque la idea de cuan poco la hizo sentir
enferma una vez más. Will había muerto hace dos meses ya— su situación sería
visible bastante pronto.

“Claire,” dijo ella mientras descendía por la escalera principal hacia el


vestíbulo. La doncella de cabellos rojos alzo la vista en su cansancio por su
trabajo. Se detuvo en el espacio con paneles de madera oscura, pero no libero la
escoba de sus manos mientras Elizabeth colocaba su pie en el último escalón.
236 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Voy a llamar a un viejo amigo.”

Si Claire notó algo inusual sobre esto— ya que habían sido meses desde
que Elizabeth había hecho algo por el estilo— no lo demostró en su cara. Apoyo
la escoba contra la pared, limpio sus manos una contra la otra, y fue hacia
guardarropa, que fue construido debajo de las escaleras. Mientras esperaba,
Elizabeth miro a través del cristal en el marco de la puerta. Podía ver el ligero
movimiento de los arboles en el parque, pero no los transeúntes, y se percato
que afuera debe estar muy frio. Durante los últimos meses, con el personal de la
casa Holland tan reducida, Elizabeth se había hecho cargo de buscar y ponerse
sus propios abrigos, pero resistió aquel impulso cuando Claire reapareció con la
capa de tartán marrón. Espero ser ayudada con los dos brazos y tener los
botones de tela abrochados hasta el pecho. Luego se encontró con los ojos de la
doncella, pero solo por un momento, y solo con las más superficiales de las
sonrisas.

Ella recientemente había tomado conciencia de la posibilidad que Claire


estaba detrás de la revelación de la indiscreción de Diana con Henry
Schoonmaker, y aunque siempre había confiado en la chica implícitamente se
encontró actuando cautelosa alrededor de ella ahora y depositando cada chisme
vago que uno oiga sobre las Hollands en ella. Desde luego no quería que ella
tuviera aliento de nada fomentando escándalos.

“Dile a tía Edith que regresara para la cena, a menos que este invitada a
otro lugar,” dijo ella mientras bajaba del ultimo escalón. No estaba muy segura
a que quería decir con esa declaración, pero parpadeo como si fuera lo más
obvio y avanzo hacia la puerta. Vaciló durante un momento en frente del
cristal, queriendo darle a Claire una mirada tranquilizadora, o quizás recibir
una. Pero luego recordó cuan grave era su situación— cada vez que se le
ocurría era como un baño de hielo— y se fortaleció. Ella una vez tuvo una
mano hábil para manipular perfectamente cualquier situación social; que aun
237 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

podría tenerlo de nuevo. Pero no podía vacilar o pausar por detallas o sucumbir
a la energía nerviosa en su interior.

La ciudad estaba muy silenciosa a esa hora, y si ella no lo hubiera sabido


mejor habría pensado que allí no había nada que hacer. Pero lo sabía mejor. Ella
sabia que el final del té estaba llegando pronto, y las damas de Nueva York
estaban empleando todos sus gestos mas finos mientras estaban pensando en
que tipo de travesuras prepararían para la cena. Estaban pensando en desaires y
como hacerlos y compromisos y de cómo entrar en ellos. Ella estaba en una
misión por si misma, una por el cual ella haría bien en mantener la cabeza fría y
su ingenio en orden militar— y sin embargo, estaba sorprendida de encontrar
una cálida y agradable anticipación recorriendo a través de su pecho mientras
cabalgaban por la Avenida Madison en los años 30.

Le dijo al cochero no esperar y presentó su tarjeta en la puerta.

“¿Se encuentra el Señor Cutting?” ella pregunto, y aunque había


planeado sonreír, la que vino fue tan natural, brillando en su cara como una
puesta de sol sobre las olas, estaba avergonzada por ello. “El Señor Teddy
Cutting.”

No podía ver la expresión del mayordomo de los Cutting a través de su


barba, pero su silencio inicial la hizo preguntarse si ella no había ido muy lejos
o si su placer en decir el nombre en voz alta no había sido demasiado evidente.
Ella sabia que, por si misma y de acuerdo con sus propias normas, que había
sido inapropiado. “Iré a ver, señorita, “dijo el eventualmente, y luego la
condujo hacia el recibidor.

Un fuego estaba creciendo debajo de la chimenea de mármol, y los


helechos crecieron de más sus pedestales. Las paredes estaban cubiertas en
rayas moradas de papel tapiz y todas las superficies estaban pobladas por
cristal tallado, y en los asientos de marfil de Turquía estaba sentada Miss
Cutting y dos de sus hijas, Alice y Julia. Ellas se veían inusualmente severas—
238 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

esa fue la primera cosa que noto Elizabeth. La segunda era que allí había menos
gentes de lo que podría haber previsto en un recibidor de esa estatura y a esa
hora.

“Miss Elizabeth Holland,” dijo el mayordomo, y cuando las tres mujeres


levantaron la mirada se dio cuenta que todas ellas habían estado llorando. La
pequeña boca de Elizabeth comenzó a trabajar, pero no podía conseguir
ninguna palabra apropiada. El mayordomo se retiro y ella avanzó hacia la
calidez del salón.

“Oh, Elizabeth,” Alice gimió. Corrió a través del salón y arrojo sus
brazos alrededor del cuello de la vieja amiga de su hermano. Como su madre y
hermana, ella vestía de negro, con una pequeña cinta de bandera americana
clavada en el pecho. “¡Si solo supieras! Si solo supieras…”

“¿Lo que ha sucedido?” Elizabeth sintió que la apretada mata de


esperanza dentro de ella comenzar a disolverse. Algo mucho más oscuro estaba
llegando. Por un momento se pregunto si ella no era alguna especia de
maldición, y si una violencia no había visitado a Teddy al igual que el que se
había llevado a Will. “¿Por qué tan triste hoy?”

Alice la hizo entrar a la zona de estar, y Julia le sirvió una taza de té. Se la
entrego a Elizabeth, quien solo logro sostenerlo cortésmente. Mientras esperaba
por las malas noticias, que ella ya sentía pisando en sus dedos, sintió que
incluso el líquido tibio podría escaldarla.

“Es Teddy, por supuesto.” Alice se sentó al lado de su invitada y


descanso sus manos sobre las rodillas de la otra muchacha. Sus ojos grises eran
el mismo tono exacto que los de su hermano, y ella tenía las mismas
características amplias y ligeramente esquinas. “Él se ha ido.”

Los parpados de Elizabeth se cerraron apretados, pero solo por un


segundo. “¿Ido a donde?” preguntó, cuando se abrieron otra vez. Su taza de té
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había comenzado a hacer ruido en su platillo, y ella puso su otra mano para
detener el temblor.

“Ido a la guerra.” Julia, quien estaba sentada junto a su madre en el


asiento opuesto, miro a Elizabeth como si de alguna manera podría ser su
culpa. Por todo lo que ella sabia, lo era. “Él dijo que conoció a algunos soldados
en el tren quienes le mostraron lo que significa ser un verdadero americano, y
que incluso Elizabeth Holland había tenido que soportar mas dificultades y
defenderse mas valientemente en su vida de lo que él alguna vez hizo…”

Elizabeth dejo el té y su mano se movió involuntariamente hacia su


cintura. Miró hacia atrás al recuerdo de su tiempo con Teddy en Florida aunque
como en un mejor amigo de pie a bordo en un barco moviéndose
inexorablemente hacia el mar. ¿Qué le había dicho que él quisiera irse tan lejos?
Ella no podía colocarlo, y solo deseaba haberle hecho saber cuan heroico podría
ser para ella, justo aquí en Nueva york.

Ella habría negociado un gran trato solo para haberse quedado un poco
mas en la pista de baile con él la noche que él había tratado de proponérselo.

“¿Tan pronto?” dijo eventualmente, como si solo fuera el tiempo de esta


noticia que la impresionaron, y no la revelación de la ausencia misma.

“Si.” La voz de Miss Cutting se quebró sobre la palabra, y se llevo un


pañuelo a su cara. Su cabello claro iban al gris y todo cuerpo suave sacudió un
poco con la tristeza de todo. Ella había sido una mujer cuya alegría singular en
la vida era la presencia y el éxito de sus hijos; sus únicas miserias, su dolor. “¡Él
se alisto y ya lo han enviado a San Francisco! Desde allí va a las Filipinas.”

Elizabeth se preguntó en que momento de ese viaje su viejo amigo estaba


ahora, después de todo, era uno que ella misma había echo. Pero entonces, eso
no lo hizo a él más accesible.

“Debe estar muy orgullosa de él,” dijo sinceramente.


240 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Las tres damas Cutting asintieron miserablemente, y luego continuaron


hablando de todos sus grandes miedos y pesadillas, todos sus rezos por su
seguridad, y que medidas drásticas ellas asumirían en sus propias vidas si algo
le sucediera a él. Elizabeth frunció el ceño en simpatía y canto en acuerdo, pero
su espíritu ya había dejado el cuarto. Esa mañana tenía un plan, y esa tarde
había sentido un optimismo creciente, pero al final del té vio estas cosas de
nuevo, por toda su estupidez e inutilidad.
241 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FK
Taducido por: Kiiariita

Los felices, ricos Henry Schoonmakers han regresado de Florida y


aparentemente no pueden pasar un momento separados. Asistirán a una cena
pequeña e íntima en la casa de la familia de la novia, los Hayes, junto con
algunos invitados exclusivos. Uno sólo puede concluir que su felicidad
dependa muy poco de aquellos fuera de su círculo.

De la página de sociedad de noticias internaciones de la gaceta de Nueva York,


jueves, 1 marzo de 1900.

Cuando, a su regreso de la estancia en el sur, Penélope había insistido


que su madre diera una cena por la familia de su esposo, ella no podía
posiblemente haber imaginado que tan poco habría logrado en los días
intermedios, o que ella habría sido incapaz de mejorar su situación incluso
hasta el más mínimo grado. Si bien es cierto que ha habido muy poco en su
favor en el viaje de regreso, de todos modos ella no habría creído que tanto
tiempo y tanto de su propio esfuerzo y belleza no hubieran girado las cosas.

Incluso ahora, sentada en frente de los grandes espejos biselados en el


salón de las damas, donde por las tardes los resultados de los grandes bailes de
mujeres abarrotadas alrededor, intentando lucir incluso la mitad de hermosa
como la joven hija de la anfitriona, ella lo encontraba incomprensible. Para
aquellos eran sus hombros delgados y su frente impecable y su tez casi
fosforescente. Eso fue su vestido exquisitamente de gasa color rosa pálido, el
242 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

cual fue ajustado y metido para que así su escote pudiera reflejar la luz de la
vela y su cintura podría sólo apenas existir.

“Henry dejará de ser tan sinvergüenza y te prestará más atención


pronto,” dijo Isabella, quien estaba sentada a su lado en un vestido de marfil
cubierto con encaje de color beige, como si estuviera leyendo los pensamientos
de Penélope. Aunque sus palabras parecían destinadas a tranquilizar, su tono
no hizo nada para hacer cumplir ese sentimiento.

“No estoy preocupada,” respondió Penélope, recostándose contra el


pequeño taburete. Se miró en el espejo y estiró su cuello blanco para alargarlo.
Era una muchacha de largo adepto en decir precisamente lo opuesto a lo que
quería decir, y sin embargo había un poco de tensión en la mentira esta noche.
Ella no habría creído que Henry tuvo el descaro de decirle a su padre que
quería dejar a su esposa, pero hubo alguna determinación horrible en la manera
que se llevó a si mismo esa tarde a la sala de estar. Estaba llena de temor,
preguntándose qué podría hacer él esta noche, y se sintió afligidamente
desprovista de cualquier idea de cómo podría defenderse.

Grayson apareció justo entonces en el marco de la puerta e Isabella se


puso de pie con esperanza— un gesto que la joven matrona no podía ayudar
pero respetar con una pequeña burla interna, por que verdaderamente, Isabella
debería haber estado sobre él ya. Y pensar que él una vez prestó dulce atención,
el Señor Hayes no pareció tanto notar su presencia. Estaba claro que era por su
hermana por lo que había ido.

Fuera en el vestíbulo, Penélope notó a Buck, su enorme pecho cubierto en


una camisa de etiqueta cegadora blanca. Penélope no podía estar segura de
porque, pero últimamente encontraba su presencia insoportable. Tal vez tenía
algo que ver con lo poco que había podido hacer por ella durante esto, en su
momento de necesidad, o quizás era porque él sabía lo mucho que ella quería
en este mundo y que porcentaje pequeño de ello verdaderamente tenía.
243 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Durante un momento demasiado largo Isabella esperó a que Grayson


girara alrededor por ella, y cuando no lo hizo permitió a Buck tomar su brazo
en su lugar para que así él pudiera acompañarla hacia la cena.

Grayson puso una expresión seria y le ofreció su brazo a su hermana


menor. “Luces muy hermosa esta tarde,” dijo él al entrar al piso de mármol
blanco y negro del vestíbulo. Buck e Isabella estaban lo bastante lejos que no
serían capaces de oír la conversación de los hermanos Hayes, y el sonido
personalizado de sus talones sonó a través de las intervenciones del patio.
Penélope notó la seriedad en su tono, y se preguntó por un jubiloso momento si
tal vez él ya había encontrado un modo de castigar a Diana. Luego ella tendría
aquello para bambolearse en frente de Henry, y quizás no todo estaría perdido.

“Gracias.”

Penélope caminó en un paso relajado, inclinándose contra el brazo de su


hermano. Isabella estaba probablemente ahora anhelando girar su cabeza, la
cual estaba repleta de rizos rubios, pero el decoro y orgullo hicieron incluso un
pequeño gesto de ese tipo imposible.

“Tendré que regresarte el dinero.”

La sonrisa de los labios apretados de Penélope comenzó a aflojarse. “¿El


dinero?”

“Sí.”

“¿No lo necesitas más?”

“Sí.”

Había algo nuevo en su voz, casi como seriedad, el cual Penélope


encontró tanto misterioso y dolorosamente molesto. Pero no le gustaba el lo que
él dijo independientemente del tono. “Pues bien, ¿por qué, querido hermano?”
244 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Habían alcanzado la entrada hacia la sala que daba al comedor, con sus
sillas de color burdeos y vasos de oro llenos de hierbas de las pampas. Dentro
de ese espacio de paneles de roble estaba su familia, y la de Henry, y el pintor
Lispenard Bradley y algunos otros, entreteniéndose en la alfombra de pelo de
camellos y tocando sus tragos. Los caballeros estaban moviéndose lentamente
para tomar los brazos de las damas para escoltarlas hacia el comedor. Ellos
parecían muy estúpidos e inútiles para Penélope en ese momento, y luego ella
notó algo más.

“¿Qué está haciendo ella aquí?”

Diana Holland no podía posiblemente haberla oído, pero aun así levantó
su mirada de su lugar por el fuego y su vieja tía Edith, quien era aparentemente
la mejor para hacer de chaperona, y miró directamente a Penélope. No había
ninguna sonrisa en su cara, y en sus ojos un desafío velado determinado. Estaba
usando un vestido verde pálido, el color del melón, el cuál Penélope claramente
la recordó usándolo en más de una ocasión durante la temporada de otoño.

“La invité,” dijo Grayson.

“Mi dios, ¿por qué?”

“Porque tú me lo pediste—” Se interrumpió y sus ojos vidriosos


soñadores. “Y porque estoy comenzando a pensar que podría estar enamorado
de ella.”

Cuando Penélope vio la expresión de su cara, y la mirada de cachorro en


sus ojos, sintió el pleno peso aplastante de su idiotez. ¿Qué era lo que tenía
aquella pequeña criatura con su rebelde cabello y el aire falso de pureza? Y,
¿porque alguien, mucho menos dos hombres, la aman, y para fines tan
desastrosos?

No podían quedarse en el umbral mucho más, y ella se sintió arrastrada


por su brazo, el cual— incluso después de esta traición— seguía ligada al suyo
245 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

en la curva de sus codos. Si su madre no hubiera estado allí buscando


cumplidos sobre su enorme casa, o su padre murmurando dentro de su trago, o
el viejo Schoonmaker observando juiciosamente a todos los objetos en el cuarto,
ella le habría señalado a Grayson que su situación era desesperada, o insistir en
que ellos habían hecho un trato donde él no podía echarse atrás. Pero allí estaba
el murmullo bajo de personas saludándose en la cena, y Penélope a
regañadientes asumió la sonrisa de una hija cortés y recién casada mientras
avanzaba hacia el salón. Nunca había odiado la palabra amor tanto como en
aquel momento.

Ahora el viejo Schoonmaker, quien acababa de llegar, estaba diciendo


algo amable a Diana, y Henry, quien había hecho una pausa en el brazo de Miss
Hayes, había girado para observar. Él sólo estaba allí, Penélope sabía en un
vistazo, a causa de las intenciones que él había declarado aquella tarde, y sólo
estaba esperando el momento cuando tuviera a su padre para sí solo. Su cuello
estaba torcido para una mejor vista, y la luz de la lámpara jugaba contra su
cuello afeitado. Por una vez, no había nada inescrutables en sus ojos negros. La
manera en que estaba mirándola hizo que Penélope quisiera gritar y lanzar
algo. Le habría gustado embestir a través del cuarto y tirar de las humildes
cintas del cabello de Diana. Podría haber proclamado a todo el cuarto que
aquellas Hollands, con su pobreza superior y su aire pasado de moda, eran de
hecho dos muchachas perversas— una de la cual le había dado todo al marido
de otra mujer, mientras que la otra posiblemente había concebido un bastardo.
Pero tal como la marea de furia estaba creciendo dentro, una solución perfecta
sonaba en su conciencia.

Grayson estaba moviéndose como un hombre poseído a través de la


manada exclusiva de personas, pero Penélope era lo bastante rápida en sus pies
que ella hizo su presencia a su lado pareciera muy normal. Ella siguió cerca
detrás de él al lugar donde aparentemente todos los ojos estaban enfocados. Lo
siguió todo el camino hacia Diana.
246 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Miss Diana, estoy tan contento de que pudiera asistir,” dijo él.

“Estoy muy contenta de haber sido invitada,” respondió ella, Penélope


notó el tono, y dedujo que allí había una broma privada entre ellos, y luego
Diana giró su puntiaguda barbilla y le dio una sonrisa satisfecha a la muchacha
más vieja que en privado podría haber sido una invitación para una bofetada.
Pero la idea de Penélope era una buena. No sintió más necesidad de violencia, y
en su lugar le devolvió la sonrisa a la pequeña imbécil y espero hasta Rathmill,
el mayordomo, apareció desde el comedor y anunció que la cena estaba servida.

“¿Puedo acompañarte?” Grayson le preguntó a Diana. Ella sonrió y se


movieron juntos, Grayson en su frac negro y Diana en su vestido de niveles,
dejando atrás a la dama con la que había entrado a la habitación.

Penélope miró alrededor luciendo una expresión de impotencia,


sabiendo muy bien que todo el mundo ya se había emparejado. Luego se
encontró con los ojos del viejo Schoonmaker. Él era un hombre grande, su cara
hinchada de una versión de Henry, a pesar de los oscuros ojos y mandíbula
dura seguían intactas. Él le ofreció su brazo, y avanzaron un paso en dirección
de Grayson y Diana. Detrás de ellos venía Henry e Isabella, y luego todo el
resto.

“¿No se ven hermosos juntos?” Penélope susurró alegremente, señalando


con su barbilla a su traidor hermano y la pequeña vagabunda.

“Supongo,” respondió William Schoonmaker, siempre el discriminador.

“Oh, debe estar de acuerdo, en una noche como esta, casi puede
imaginar a una pareja en el altar.”

Schoonmaker hizo un sonido de gruñido vago, de ni de acuerdo ni


desacuerdo.

“Pero no te preocupes, padre,” continuó, su voz cada vez más delicada y


femenina, incluso cuando agregó volumen. Ella nunca lo había llamado
247 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“padre,” antes, pero le pareció un lindo toque. “No soy una de esas mujeres
quien, una vez casada, puede pensar en nada para hacer, pero en hacer parejas.
¡No es que no disfrute el pasatiempo! Tal vez solo un poco menos que otras
damas. Pero la verdadera razón, me temo que no estaré mucho en sociedad este
verano y otoño, y después de eso creo que habrá una nueva adición a nuestra
familia.”

Penélope enunció esto con bastante cuidado, y en el momento preciso


ella sabía que aquellos que escucharan entenderían su significado, el rostro del
viejo Schoonmaker se iluminó como si ella acabara de decirle que ella encontró
un escondite de reserva de aceite estándar en su caja fuerte, y su respuesta fue
tan voluble que ella sabía que habría brindis. Le habría gustado ver la cara de
Henry luego, pero la cosa a hacer era mantenerse controlada y continuar frente
al padre de su esposo con esa aura de magnificencia angelical.

El pleno genio de su golpe era apenas le ocurría—pronto todo el mundo


sabría cuan atados eran Henry y ella— y ella no podría resistir la satisfacción de
mirar lejos una o dos veces, para observar como los hombros de la menor de las
hermanas Holland habían saltado y cerrados, y también la expresión afectada
que ahora llevaba. Tenía la apariencia de un conejo hambriento que se queda
sin su agujero por un zorro. Aquello dolía, Penélope lo sabía, mucho más que
cualquier cosa que Grayson podría haber tramado para ella.
248 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ FL
Traducido por: Thpy

Es difícil para el una vez pobre el jugar siempre muy rico. Pero esta es
una ciudad llena de quienes lo intentan.

-MRS. L. A. M. BRECKINRIDGE, REGLAS DE EDUCACIÓN EN CÍRCULOS


DE BUENA CONDUCTA

LA OSUCRIDAD CAYÓ RÁPIDAMENTE SOBRE TODA


MANHATTAN, y los que podían se acurrucaban en el fuego. Habían niños
abandonados en las puertas quienes no lo lograrían a través de la noche, pensó
Carolina que no era como esos desafortunados, y por un montón de razones.
Ella estaba vistiendo un abrigo de piel de nutria moteado, que había sido
temporalmente prestado por la divorciada Lucy Carr, e incluso mientras ella
tropezaba por las anónimas y sombrías calles, ella sabía que había sido elegida
por un destino que la había iluminado mucho mejor.

Este no había, sin embargo, sido la opinión de la Sra. Portia Tilt. La dama
del oeste había imaginado un futuro más modesto para Carolina, uno que
suponía permanecer en las sombras siempre que sea apuestas o ricas personas,
o esos con elegantes nombres, estaban a punto. Ella había impartido esta
opinión a su ex secretaria social con particular vehemencia y articulado que no
había sido hasta ahora expuesto, tarde en el previo atardecer cuando Carolina
había regresado de un largo paseo en taxi sin destino. Fue afortunado que el
grupo Tilt era infeliz, y que el ama de llaves había visto que el despedido
249 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

empleado había ido a dormir por la noche. Pero en la mañana no había nada
más que ellos pudiesen hacer por ella, por lo que Carolina había tomado su
pequeña maleta y se fue a la ciudad.

El sol aún había estado alto entonces, y el recuerdo de Leland, y la


bondad en sus pálidos ojos azules, todavía frescos. Todo el autorrespeto de
Carolina había sido renovado, y así, mientras que podría haber vuelto con
Tristán ella no lo consideró seriamente. Los besos que habían compartido
parecían oropel ahora, y la forma en que él la había ayudado era inexcusable.
Había sido un momento de debilidad, se dijo a sí misma, algo que había hecho
para sobrevivir, y luego pensaba en ello nada más. Mientras tanto, ella cargó
con todos sus verdaderos ingredientes de su carrera –su estatura, su coche, y su
gusto, que no era innato pero había sido uno de los muchos regalos que
Longhorn le dio. Todo lo que ella necesitaba era un trabajo discreto, solo por
poco tiempo, y luego podría encontrar una forma de ser ella misma otra vez.
Ella lo había conseguido hasta el momento -¿por qué tendría que ser este cráter
diferente de alguno de los otros agujeros que ella había arañado al salir?

Habían sido varios los lugares que ella había considerado ir y solicitar
empleo, aunque en cada uno de ellos la idea de Carolina Broad y donde ella
venía de pie en su camino. Primero había sido el salón de té para damas, donde
se había imaginado en una oficina en la parte posterior supervisando la
decoración del lugar y regañando a las meseras por su desaliñada apariencia.
Pero luego ella había visto, a través de las anchas ventanas, las chicas en sus
uniformes, como un pequeño rebaño que corría asustado, y la perspectiva que
el dueño podría hacerla vestir uno de esos atuendos blancos y negros habían
causado que su corazón se hundiese. Más tarde, pasando por un recientemente
abierto hotel, se preguntó si tal vez ella podría limpiar el polvo de las
habitaciones de los visitantes ricos cuando estuvieran vacías. Pero ella sabía que
podría ser más que polvo, y eso si ella era lo suficientemente afortunada para
250 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

aceptar un trabajo como ese, vendría con el título de sirvienta. La bilis le subió
por la garganta ante el pensamiento de tan horrible palabra.

Fue solo ahora que el color se había ido del cielo y ella parecía ser la
única mujer en las calles que comenzó a preguntarse si el cuarto de te o el hotel
no serían un buen lugar para ella después de todo. Solo por un día y una noche.
Tal vez ellos pudiesen haber tenido una cama donde ella pudiera dormir o un
lugar para que ella bajase su pequeña maleta. Tal vez Leland aparecería por
casualidad, en la mañana, su mentón recién afeitado en contra de su rigidez, un
nuevo collar, al ver a su amor en esa presión, sería entrar en acción. Tal vez él
podría incluso cuidarla, como una princesa en un cuento de hadas. Carolina
presionó sus labios como si le mordiera una abeja ante este pensamiento, pero
luego abrió sus ojos y vio los adoquines y las piscinas de agua ominosas en la
noche, y todas sus agradables fantasías marchaban y la desesperación
comenzaba a aparecer.

Ella no podía dejar de pensar con tristeza en Longhorn, quien la había


protegido tan gallardamente y quien había ello muchas de sus tardes
agradables y ligeras. El mundo afuera era un muy duro lugar, y su barbilla
temblaba un poco al pensar cuan furioso él podría estar de verla lanzada a esto.
Pero aquí estaba ahora, con nada que hacer pero andaba. Lo hizo, dando un
paso adelante a lo largo de la acera, pero se detuvo sobre algo suave. Le siguió
un chillido, primero de la rata bajo sus pies, y luego de su propia garganta
cuando saltó hacia atrás y sintió a la pequeña criatura rastrear a través de su
otro pie y pasó rozando hacia la cuneta. –Oh –ella dijo, sintiendo un temblor
hasta sus hombros. Después de eso, con o sin abrigo, ella estaba congelada
hasta los huesos. Se apuró ahora, y la próxima vez que vio luz salir de las
ventanas hacia la calzada, ella fue y presionó su nariz sobre el plateado cristal.

En el interior, una joven mujer con limpios rasgos estaba inclinada sobre
la mesa apilada con lustrosos materiales. Corrían sus dedos sobre la costura y
trajo vestidos y faldas y pequeñas chaquetas sobre los brazos de las máquinas
251 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

de cocer revueltas. Todos ellos estaban bañados en una moderna luz eléctrica, y
por un momento, fuera en el frío, Carolina pensó que eso en realidad podría ser
agradable allí dentro. Moviéndose entre las mesas estaba el cuerpo completo de
una mujer con pelo rojizo decolorándose a gris, dispuestos en un moño sobre su
cabeza. Ella se inclinó para ver qué era lo que la joven mujer estaba haciendo,
ocasionalmente haciendo una pausa para deshacer sus puntos de costura.
Carolina estiró su cuello para mirar hacia arriba al cartel sobre la puerta, en que
se leía, MADAME FITZGERALD, COSTURERA, y luego tomó una profunda
respiración y abrió la puerta.

Estaba abrigado en el interior tanto como ella había imaginado, y el aire


estaba cargado con fibras flotando. Las máquinas zumbabas y también estaba el
sonido de la tela silbando, aunque las chicas se mantenían muy quietas. Cuando
la puerta se cerró detrás de Carolina, la anciana mujer se volteó a mirar. Ella
tenía un rostro tan amplio y firme como un hombre, y pensó que lo parecía por
un momento que ella debía decir algo en bienvenida, pronto estuvo claro que
ella no tenía la intención de hablar primero.

-¿Podría hablar con Madame Fitzgerald?Ahora varias de las muchachas


miraron hacia arriba para ver qué estaba pasando, aunque sus manos seguían
moviéndose sobre sus proyectos, y sus pies nunca se levantaban de los pedales.

-La estás mirando –replicó la mujer.

-Oh, yo… -Carolina se notó ruborizándose furiosamente-. Hola.

La anciana suspiró en exasperación y puso un puño en su cadera.

-Yo estaba solo pasando por aquí y su tienda parecía tan agradable y
pensé… me preguntaba si… esperaba que…

-¿Tú esperabas qué? –la mujer pinchó. Su voz bajaba duramente a través
de sus senos.

-Si usted tendría un trabajo para mí.


252 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Las cejas pintadas de rojo de la mujer se levantaron ante eso.

-¿Oh-oh? ¿Y por qué tendría que dártelo?

Los músculos del rostro de Carolina se relajaron por la sorpresa. Ella


había imaginado que la parte difícil sería comenzar ella misma a preguntar por
el trabajo –que en realidad lo requiere demandaría más de ella que una ligera
impresión.

-Este es un negocio, ¿no es verdad? –Carolina preguntó sin convicción.

-Sí, lo es –Madame Fitzgerald le replicó. Ella dejó que sus ojos fueran por
todo el camino, arriba y abajo del fino abrigo de nutria de Carolina-. No es un
albergue de alta y de tipos poderosos que han mordido más de lo que pueden
masticar. ¿Qué es lo que haces de todas formas? ¿Sentarte en la ventana?

-No, yo… yo… puedo coser –tomó un vacilante paso hacia delante. Se
aferró a su abrigo, pero de repente quiso mostrar su antiguo yo, también-. Este
abrigo fue un regalo de una amiga mía, pero no significa nada. Fui por muchos
años una doncella para la –aquí la garganta de Carolina se secó, pero se forzó a
si misma a decir el nombre- familia Holland.

-Lo fue, ¿ahora? –la temprana irritación de Madame Fitzgerald


continuaba mientras saboreaba esta increíble revelación.

-Sí –Carolina marchó a través de su humillación-. Hasta este último


otoño.

-Bueno –la mujer se encogió de hombros, viniendo alrededor de la mesa


hacia la puerta-, muéstrame cómo trabajas, entonces.

-Está bien –Carolina intentó poner una ansiosa sonrisa, y colocó su


maleta en el suelo. Caminó hacia delante, pero fue detenida por la expresión en
el rostro de Madame Fitzgerald.

-Quítate ese abrigo.


253 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Carolina involuntariamente atrajo sus manos hacia su pecho. El primer


pensamiento fue de volver sobre sus talones, y el segundo fue sobre la rata que
había cruzado corriendo por sus pies. Lentamente, de mala gana, su corazón
aún protestando, Carolina se quitó su abrigo y lo colgó en una percha junto a la
puerta. Entonces sacudió sus manos sobre su regazo y trató de mantenerse
firme ante lo que vendría a continuación. Madame Fitzgerald gesticuló hacia las
filas de muchachas en las mesas de trabajo. Allí estaban ambas, envidia y
animosidad, en la forma en que ellas observaban a la ex sirvienta con un abrigo
que pudo haber costado la paga de un año de cada una de ellas. Ahora que ella
estaba al otro lado de la ventana, Carolina vio la sombra bajo sus ojos y la
rugosidad de sus manos, pero aún así ella quería ser una de ellas. Solo por una
noche.

Ella se sentó donde Madame Fitzgerald señaló, y tomó una respiración


de caliente y seco aire. La dueña trajo una falda hecha de un material marfileño
y la dejó caer en el regazo de Carolina. Había algo horrible sobre la tela, lejos la
peor en nada de lo que ella hubiese podido imaginar en usar, o incluso tocar,
otra vez –parecía ser una eliminación de puestos en bruto, todo sobre ella.

-Has el dobladillo.

-¿Qué? –los pensamientos de Carolina se habían desviado por un


momento a un vestido muy distinto de un pálido dorado con un decorativo y
bordado dobladillo que Longhorn había hecho hacer especialmente para ella.
Lo había llevado esa noche en el Sherry’s, cuando ser inferior a Portia Tilt había
sido tan imposible para ella…

-El dobladillo –Madame Fitzgerald se echó hacia atrás y de alguna forma


controló una sonrisa volviendo hacia abajo las esquinas de su boca-. Es una
prueba, cariño.

Carolina asintió. Se quitó sus guantes, echó hacia atrás sus mangas,
aclaró su garganta, y tomó la falda. La acercó y recorrió con sus dedos el rugoso
254 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

y no terminado botón. La falda se soltó, justo como las manos de su hermana


Claire solían acercarse para ella. Ella era muy alta y crecida para hacer cosas
muy rápidamente, siempre necesitando más longitud, más tela, más de todo.
Carolina miró hacia arriba brevemente a la dueña, como para asegurarse de que
se suponía que debía hacer lo que ella pensó que tenía que hacer, y que usando
una de las máquinas no sería lo suficientemente bueno, y luego tomó una aguja
del alfiletero en la mesa y se ensartó en él.

Después de algunas cuidadosas puntadas, Madame Fitzgerald se apartó.


Ella se asomó sobre los hombros de las otras muchachas, pero mantuvo un ojo
en Carolina, también, quien estaba intentando mantener su cabeza gacha
mientras tentativamente presionaba la aguja a través de la tela. Este tipo de
trabajo hacía que su pecho se sintiera ajustado, y sus hombros se tensaran con la
idea de hacer tanto por tan poco.

Pensó por alguna en Will –pobre Will, quien había sufrido tanto, y quien
nunca tuvo que ir a Sherry’s, o a la ópera, o vestir ropa que había sido hecha
especialmente para adaptarse a su cuerpo. Ella pensó sobre él y todas las
injusticias de su vida y de la suya propia, todos los estúpidos eventos que la
habían traído aquí, y la llevó a hacer puntadas, aunque con menos cuidado cada
vez.

Una pequeña campana repicó y Carolina levantó la mirada de su trabajo


para ver que la puerta se abría otra vez. Un hombre entró, las solapas
levantadas de su abrigo oscurecían su rostro pero no su castaño cabello, que él
llevaba largo. Ella sintió que sus pulmones se hinchaban con el aire y que sus
manos se agitaban con el pensamiento de que podría ser Leland. Ese era él. Él
había vuelto por ella –él la había encontrado contra todos los pronósticos. Ella
sonrió y su piel pecosa se tensó sobre sus pómulos. Entonces Madame
Fitzgerald hizo un feliz, gutural sonido y fue a tomar su abrigo. Ella se lo quitó,
y luego el joven hombre giró su rostro para revisar la habitación. Pensó que era
alto y apuesto y llevaba su cabello en la misma forma, él no era Leland.
255 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

La propietaria besó al hombre en su mejilla, y fue caro que eran de la


misma clase –él tenía su rostro, de forma que podría ser un hijo o un sobrino.
Antes que la decepción llegara a Carolina, comenzó a sentir la pena.

-¡Oh! –ella dijo en voz alta.

Varias de las muchachas se volvieron a verla, y luego Madame Fitzgerald


lo hizo, también. Carolina miró hacia abajo, y vio cómo se había atascado la
aguja en su dedo pulgar, justo debajo de la uña. Por un minuto sólo le
sorprendió la herida, pero ahora la sangre comenzaba a fluir, sobre la piel y
luego sobre la falda sin terminar.

-¡Tú muchacha estúpida! –Madame Fitzgerald cruzó hasta donde ella


estaba y arrancó la ropa lejos de Carolina, quien sólo podía seguir mirando su
dedo herido. La anciana tomó su mano, se aproximó y sacó la aguja de la piel
donde se había alojado-. Ahora mira qué has hecho –ella dijo en un tono un
poco menos enojado.

Es más, la falda estaba ahora marcada con su sangre, y Carolina pensó


que le hubiera gustado señalar que la falda no valía realmente la pena usar de
todos modos, ella sabía que esa lógica sería una pérdida en la presente
compañía. Se paró con todo el orgullo que conservaba y se puso sus guantes,
primero uno y luego el otro. El segundo comenzó a empaparse de sangre.
Entonces ella cruzó a través de las filas de rabia y malos ojos de las muchachas,
deslizando su abrigo sobre sus hombros, y le dio una última mirada ala dueña y
al joven hombre a su lado. Sus rostros estaban llenos de desprecio. Cuando
Carolina no pudo mirarlos más, salió a la noche.

Se imaginó cómo aparecería en la prensa –CAROLINA BROAD


CAMINA ES LAS OSCURAS CALLES- aunque ella no se sentía digna de ese
nombre. Le aparecía que todo estaba entumeciéndose, y que las sensaciones de
su cuerpo estaban terriblemente lejanas. Ella había perdido la sensibilidad en
sus dedos, y pronto comenzó a olvidarse de sus pies. Entonces, más tarde,
256 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

cuando se hundió en el marco de la puerta, y se acurrucaba en su abrigo, y


reposó su oído sobre su hombro, fue mientras pensaba que era alguna otra
muchacha a la que le estaba sucediendo todo esto a –tal vez Lina Broud- y que
Carolina, quienquiera que fuese, sólo podría observar desde lejos.
257 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ GC
Traducido por: Isandy

Madres escriben todo el tiempo para agradecerme, muchas de las cuales


se beneficiaron de mi sabiduría antes de ser matronas. Es una de las grandes
alegrías de mi vida. Aún, algunas chicas nunca aprenden, y escucho las
historias de sus errores con incluso mayor disgusto mientras envejezco…

– SRA. HAMILTON W. BREEDFELT, COLECCIÓN DE COLUMNAS SOBRE


COMO EDUCAR SEÑORITAS DE CARÁCTER, 1899. –

Lejos al norte en la Quinta Avenida, casi en el parque, la lluvia había


comenzado a caer. Vino suavemente al principio, soplada hacia un ángulo por
el viento, pero pronto fue un verdadero aguacero; Diana la escuchaba golpear
un tatuaje contra la acera. Dentro de la Mansión Hayes otra botella de
champaña había sido abierta, aunque casi todo el mundo dentro ya estaba muy
borracho. Henry Schoonmaker lo estaba – se dejó caer sobre el sofá mientras su
nueva esposa sonreía a su lado – y también lo estaba su padre, quien había
iniciado la fiesta. El había estado bailando con Edith Holland, quien no había
escatimado en tragos, y les recordaba a esos con buena memoria de la chica que
solía ser, y de un episodio de los setenta cuando ciertos miembros de la
sociedad creyeron que por primera vez podría haber una alianza Holland
Schoonmaker en proceso. Mientras tanto, su segunda esposa, Isabel, hablaba
discretamente con Abelard Gore, cuya esposa había atendido otro compromiso
esa noche, y Prudie Schoonmaker continuaba conversando –parecía que había
258 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

hablado más esa noche de lo que lo había hecho en toda su vida – con el pintor
Lispenard Bradley, quien se mantenía echando vistazos hacia la dirección de
Isabel. La sobrina de Edith, Diana, estaba sentada sobre el diván de la esquina,
sosteniendo descuidadamente una copa de champaña, y cuando el camarero
vino con otra botella, ella extendió su brazo para rellenarla.

Todos en la sala estaban borrachos, pero no importaba lo que hiciera,


Diana no parecía poder unírseles. Ella quería sentir cualquier cosa excepto el
dolor inmenso que Henry le había causado, pero la champaña no servia de
nada. Era como si hubiese sido capturada por algún científico loco quien estaba
conduciendo un experimento épico para documentar los más lejanos y
antárticos alcances del dolor. El le había dado a Henry un cuchillo, y le dijo que
lo clavara hondo, y desde algún lugar, detrás de uno de esos espejos, el
observaba como la sensación se reflejaba en el frágil rostro de Diana.
Ocasionalmente, el añadiría factores mitigantes, solo para invalidarlos con mas
macabros experimentos. Seguramente esto – darse cuenta de la mentira tan
colosal que había sido el que Henry no se había acostado con su esposa, que de
hecho pronto serian una familia de tres – era el mayor dolor que el podía
causarle. Aunque, reflexionó Diana mientras se llevaba la copa de champaña a
la boca, ella había pensado exactamente eso antes, en múltiples ocasiones, y
aquí estaba ella otra vez en las desconocidas aguas de la angustia.

“Hay buenas pinturas en las galerías, no es cierto?”, ella le dijo al hombre


sentado a su lado, Grayson Hayes, quien ella sabia muy bien había sido
instruido por su hermana para mostrarle que tan encantador podía ser y a
quien ella había tratado de utilizar para poner a Henry celoso y luego para
olvidar a Henry, ninguna de las veces con resultados muy efectivos. Pobre
Grayson – el peón en dos juegos a perder. Ella no preguntó acerca de las
galerías de manera coqueta, sugestiva o ladina. Preguntó sin astucia, excepto en
el sentido de que no era tanto una pregunta sino una petición de ser llevada
lejos de la sala de fumar, la cual estaba ahora tan púrpura de alegría.
259 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Sí”, el contestó, claramente escuchando su petición y levantándose para


ofrecerle su mano.

Ella descansó su palma muy ligeramente sobre la suya, y le permitió


dirigirla mientras salían. La fiesta había alcanzado tales notas que nadie notó la
ausencia de estos dos, y anduvieron por a través de los pasillos de una casa que
podría albergar diez casa de los Holland dentro de ella. Si Diana había pensado
que dejando la sala donde Henry y su esposa estaban celebrando su felicidad la
aliviaría, ahora se estaba dando cuenta de lo errada que estaba. Su pequeño
cuerpo aún temblaba con el conocimiento de lo que era la vida de los
Schoonmaker juntos – lo que debía haber sido siempre, incluso mientras ella se
imaginaba todas las formas diferentes en que Henry podría haberle pertenecido
verdaderamente, secretamente. Trató de sentirse afortunada de haber
descubierto la verdad tan rápido, pero su habilidad para ver el lado positivo
había sido severamente dañada por este último shock.

“Las pinturas en esta galería son particularmente bonitas”.

Habían entrado a un pasillo escasamente alumbrado, y Grayson alzó una


vela, que había adquirido en algún lado mientras caminaban, aunque Diana se
encontró menos que interesada en examinar los lienzos.

“Señorita Diana, me alegra que estemos solos. He querido decirle cuantas


veces en la semana pasada me encontré pensando en usted”.

Ella se volvió hacia Grayson, y encontró que su cara no solo parecía


apuesta, la cual en realidad siempre lo parecía, sino abierta y sincera. Eso era
una sorpresa. “Es tu interés en mi sincero, o es alguna trampa de tu hermana?”,
ella preguntó en una voz plana y baja.

“Mi interés – y esa palabra no le hace justicia – es más que sincero.


Ahora. Por favor no me haga decirle como comenzó, pero créame cuando le
digo que eso ya no importa”. Grayson se inclinó hacia delante para colocar un
rizo detrás de su oreja, y sus ojos miraron fijamente los de ella con una
260 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

adoración que ella, posiblemente, no podría corresponder. Ella vio que su


puntería era cierta, o que por lo menos el estaba empeñado en hacérsela creer.
Pero podía confiar en ella misma para saber la diferencia?

“Dime por qué”. Después de cómo Henry la había tratado, no estaba


segura de los hombres pudieran amar a la mujeres honestamente, pero quería
creerlo. Quería que le dijeran cosas bonitas, y que el espantoso sonido de su
corazón se redujera a algo más razonable.

“Bueno” – Grayson rió suavemente – “porque eres hermosa, curiosa y


porque te gusta ir a lugares y sentir la vida. Porque me siento libre contigo y
desligado de todas las limitaciones estúpidas de mi insípido yo”.

“Oh”, Diana se movió hacia atrás contra la pared. Se preguntó si Henry


alguna vez se sintió de esa manera – quizás al principio, antes de que el se diera
cuenta cuan fácil ella podía ser manipulada? Pero ahí estaba Henry otra vez,
invadiendo sus pensamientos, retorciendo el cuchillo, y ella gruñó un poquito
sin querer.

Grayson puso una mano sobre su cintura suavemente.

”Crees que seguirás sintiendo esas cosas? Ella preguntó después de una
pausa. El inspiró. “No puedo imaginar parar”.

Ella abrió los ojos, pero no encontró los suyos antes de apagar la vela.
Luego lo alcanzó, colocando sus manos sobre su camisa y hombros y
atrayéndolo más cerca. El sostenedor de cobre cayó ruidosamente al suelo. Ella
podía sentir su aliento contra su cuello, y decidió que le gustaba. Nunca
imaginó ser tocada por alguien que no fuera Henry, pero encontró en el evento
que la proximidad del cuerpo de otra persona hacia las cuchilladas menos
tortuosas. Abrió su boca y la acercó a la de Grayson.
261 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Nunca había sentido tanto por una mujer antes”, dijo Grayson, cuando,
después de un minuto se separó de ella. “Encuentro que quiero estar con usted
siempre y –”.

Diana estaba asistiendo junto con él, pero no quería escuchar más.
Quería que la besaran otra vez hasta que los besos subyugaran todos sus demás
sentimientos. Puso la coronilla de su cabeza contra el empapelado, invitándolo
a besar la piel de su garganta. Hubo un momento de duda al inicio, pero luego
se inclinó para poner sus labios ahí, antes de moverse otra vez hacia su boca,
donde la besó ligeramente una y otra vez. Ella enlazó sus brazos alrededor de
su cuello, extendiendo sus dedos justo debajo de la línea de su cabello. Casi
había olvidado la hora, o las personas que habían dejado atrás en la otra sala,
cuando Grayson protestó otra vez.

“Crees que nos echaran de menos?” El estaba jadeando un poco.

Diana trato de recuperar el aliento. “Aun no”, ella contestó. Grayson le


parpadeó – quizás el estaba tratando de determinar que tan bien ella conocía
sus propios deseos. En la oscuridad, el era igual de parecido a Henry, o lo
bastante parecido.

“Señorita Di”, el prosiguió dulcemente, “No quiero seducirla a…”

El paró mientras Diana lo miraba fijamente. Ella había estado pensando


en la manera en que Henry solía poder mirarla desde el otro lado de una sala y
hacerla sentir que él estaba a su lado dibujando las puntas de sus dedos sobre
su piel. La memoria aun la debilitaba. En ese momento, todavía con los gritos
de la fiesta de los Schoonmaker vagamente audibles en la siguiente ala, con la
lluvia cayendo contra los elaborados aleros y la hora de dormir aun muy lejos,
esto parecía la única cosa que posiblemente podría hacerla dejar de pensar en lo
que Henry le había hecho. Ella levantó su dedo y lo presionó a través de sus
labios, instando silencio.

“Por favor”, ella susurró.


262 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Entonces él la levantó, de manera que ella descansaba contra el tope de la


repisa de roble. Su falda verde claro y crinolina blanca estaba alrededor de ellos,
como una ola rompiendo contra un muelle, y ella se sintió derretir por
completo, abriéndose. El se inclinó para presionar su boca en sus hombros, y
ella descubrió que eso se sentía bien. Sus brazos estaban debajo de ella,
sosteniéndola arriba, y descubrió que eso también le gustaba. Entonces se
presionó contra él, sabiendo con certeza que se lo daría todo, queriendo que él
la llevara hacia algún abismo de olvido.

Había perdido todo sentido de sí misma, y se apartó de Grayson de


manera que él pudiera fácilmente enterrar sus labios contra su cuello, cuando
vio una figura en el sombrío halo del marco de la puerta. Era Henry, o solo lo
imaginaba en todas partes? Entonces la figura desapareció, y supo que nunca
tendría nada tan dulce, nuevo y puro como lo que tenía con Henry otra vez.
263 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ GD
Traducido por: Isandy

La reacción de los hombres a la noticia de que serán padres por primera


vez es a menudo inadecuada, aunque sea solo por nervios; si son inteligentes,
mirarían a sus propios padres por una señal, quienes tuvieron mucho tiempo
para hacerse la idea.

- MAEVE DE JONG, AMOR Y OTRAS LOCURAS DE LAS


GRANDIOSAS FAMILIAS DEL VIEJO NUEVA YORK.

“Que alegría es una familia creciente”, declaró el mayor de los señores


Schoonmaker mientras su cuerpo pesado se hundía en su silla. El se había
cansado, por el momento, de levantar su copa en celebración por su hijo, su
nuera, y su futura familia. Fue un golpe de suerte para Penélope, quien Henry
solo podía asumir estaba cansada – de tratar tan arduamente de sonrojarse cada
vez que su padre hacia referencia a su condición. Era un golpe de suerte para el,
también, ya que no hubo expresión que conociera para intentar. En la cabeza de
la mesa, el padre de Penélope miraba fijamente, de manera estúpida, su copa de
vino. En el otro extremo, su madre estaba fuera de sí en risitas, y le guiñaba a
todo aquél que mirara en su dirección. Los otros invitados continuaron, lo
suficientemente dispuestos, con las llamadas para más champaña y en todo
momento una mayor necesidad de felicitaciones y excitación.

“Eso fue encantador”, ofreció Richmond Hayes poco entusiasta mientras


los meseros circulaban alrededor del comedor de roble panelado para retirar el
264 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

plato final. Los invitados pausaron su charla y miraron hacia el hombre de la


casa, porque incluso ellos sabían que habría más. Henry se preguntó si ellos
estaban tan exhaustos por todo como lo estaba él. Pero a todos les gusta una
fiesta, especialmente si ya está bien en curso, y sus ojos estaban brillantes.

“Señor Hayes”, dijo la señora Hayes, “no deberíamos exhortar a nuestros


invitados al salón de fumar para digestivos?”

Los hombres y las mujeres dispuestos a través de la larga mesa


murmuraron su aprobación, y luego Richmond Hayes estuvo de acuerdo, no
muy convencido, de que fuera una buena idea. Henry no podía mirar a Diana,
quien se sentaba al otro lado de él solo parcialmente oscurecida por el arreglo
de begonias rosadas. Todos estaban empujando sus sillas hacia atrás y
poniéndose de pie. Los caballeros estaban tomando los brazos de las damas que
habían escoltado, de alguna manera menos achispado, que unas horas antes.

“Henry, siéntate con tu esposa”, demandó el viejo Schoonmaker una vez


todo se habían reubicado, tambaleándose un poco.

Penélope se volvió hacia él, desde su lugar en el sillón, sus ojos grandes y
confiados como los de un cervatillo. Era mareante, pensó, todas las emociones
diferentes que ella podía fingir. En su expertamente confeccionado vestido color
rosa pálido parecía justo la parte de la joven madre que no se preocupa por
nada más que sus hijos, aunque él nunca podría creer que ella era ni siquiera
parcialmente tal persona. No después de la manera en que los había utilizado
incluso mucho antes de que nacieran. Caminó hacia ella y se sentó a su lado,
pero no pudo verla a la cara.

Así pasaron las horas. Al principio, Henry rechazó la champaña que era
servida para él. Había estado sobrio toda la semana, y todavía sentía que debía
mantenerse fuerte, atento y valiente. Pero comenzó a preguntarse acerca de la
remota posibilidad de que Penélope pudiese estar diciendo la verdad, y la
noción misma lo llevó a pedir un trago y beberlo con prisa. Luego ordenó otro y
265 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

otro. Cuando los sonidos de la voces de los demás se habían vuelto vertiginosos
y lo suficientemente fuertes para ahogar lo que Henry tenia que decir, se dirigió
a su esposa.

“No puedes estarlo realmente”. Su voz fue baja y distorsionada, pero el


consiguió enfocar sus ojos negros sobre ella, cuidadosamente, y mantenerse
esperanzado.

“A qué se refiere, Sr. Schoonmaker?”, ella respondió inocentemente.

Henry miró a través de la sala, donde las mujeres estaban reordenando


sus faldas en pos de sacar el mejor provecho de la luz del candelabro y los
camareros circulaban con las jarras llenas que a él le hubiese gustado tomar y
retraerse a un rincón oscuro. Había un gran espejo enmarcado en metal
precioso sobre la chimenea, inclinado ligeramente hacia el frente para dar una
vista de la sala como si fuese desde arriba. En la apartada esquina de la escena
Henry vio su propio reflejo, en sus pantalones negros y chaqueta de cola, y a su
lado su esposa, en su sutil y artístico vestido. Por un momento vio lo que todos
veían: dos personas altas, delgadas, oscuras, perfectamente emparejados,
demasiado enamorados para unirse a los chillidos de los demás. Se odió a si
mismo por haber visto ese cuadro.

“Fue solo una vez, hace una semana, dos – no puedo recordarlo”. Henry
suspiró y movió su mandíbula. “No lo creo”.

“Muy bien, entonces”. Penélope dejo que sus blancos hombros se alzaran
y cayeran en descuidado reconocimiento.

“No lo estás”. Por primera vez en esa noche, el miedo de Henry


disminuyó. Ella rodó hacia tras sus ojos y dejó abrir su boca levemente. “Bueno,
no estoy completamente segura de que lo estoy”. Luego lo miró. “Es posible,
por supuesto”.
266 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Henry dejó salir un suspiro desde lo hondo de su pecho y sacudió su


cabeza con alivio. No había bebé, no había familia. Podía dejarla después de
todo. Solo tomaría un poco más de tiempo, y la conversación con su padre seria
un poco mas extraña. Pero todavía podía hacer lo que había planeado.

“Oh, Henry, no seas cruel”.

Su cara se había arrugado, y aunque no sabia que se proponía, sintió las


lágrimas surgiendo de la base de su cráneo.

“Ya te dije como es”, él dijo cuidadosamente.

“Pero ahora todo es diferente!”

“Penny, no seas estúpida, tu misma lo dijiste – ”

Penélope miró sus manos enguantadas, con sus pulseras de rubíes en las
muñecas, y comenzó a apretarlas. “Yo tendría cuidado de a quien llamas
estúpida”, ella dijo quedamente. “Por ejemplo, no has considerado como se
verá cuando dejes a tu esposa embarazada. Es demasiado diferente ahora, no lo
ves?”

“No creo que esa mentira vaya a dejar esta sala, querida mía”. Henry
cerró los ojos y se frotó la frente. “Después de todo, que vas a hacer dentro de
nueve meses, cuando no haya bebé?”

Penélope se acercó a él, y sus ojos bajaron la mirada tristemente como si


lo que estaba a punto de decirle ya había comenzado a pasar. “No seria eso aun
peor?” siguió en un susurro. “Si dejas a tu esposa porque no pudo llevar a
término el embarazo de tu primer hijo?”

Henry tragó en seco. Miró a su alrededor, como si las paredes, los


muebles e incluso los invitados estuviesen hechos de hierro. Bien podrían
haberlo sido. Dentro de unos segundos se dio cuenta de que ellos constituían
una especie de prisión. Le devolvían la mirada, sonriendo, sin saber en que los
267 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

habían convertido sus creencias. Ellos sonreían felices y observaban a los


Schoonmaker, pensando que intercambiaban secretos de amantes. Penélope
debe haberse dado cuenta despacio de esto también, porque se movió adelante
y hacia la ilusión, llevando su cuerpo a menos de una pulgada del suyo,
alejándose del suave soporte.

“De todas formas, no creo que tengas mucho por lo que dejarme”,
susurró en su oído. “Que crees que tu pequeña Di ha estado haciendo todo este
tiempo?”

Cuando se recostó contra el descanso de brazos sonrió abiertamente, en


una manera que le recordó al resto de la sala, con su alboroto jovial y su
tambaleo alocado. Todos hablaban a un nivel que hacia imposible que se
escuchara una conversación sobre la otra. Henry se volvió en su asiento,
buscando a Diana, pero no la vio por ningún lado. Estaba su chaperona –
visiblemente borracha y bailando con su padre. Vio el diván donde Diana había
estado, pero ahora estaba vacío.

Sobre el asiento vacío había una pintura de hombre, pintado a escala, en


un uniforme vagamente militar, montando un caballo que se había alzado en
sus patas traseras. Las pezuñas del caballo garraban el aire y sus ojos estaban
llenos de fuego y miedo; mientras, su jinete miraba orgulloso, calmado, alguna
batalla más abajo. Henry le hubiese gustado creer que él era como ese jinete,
pero sabía que ahora esta interpretando el otro papel. Su mirada volvió a
Penélope, quien le guiñó en reconocimiento.

“No te preguntas a dónde se habrá ido?” sonrió abiertamente, y colocó


sus manos modestamente sobre su regazo. “O ellos, más bien. Yo también me lo
pregunto, sobre todo porque mi hermano me dijo alguna información muy
interesante, justo antes de que entráramos a la cena. Me dijo que la ama”.

Basta!” Henry quería gritar – a su esposa, a todos en la sala. Pero no lo


hizo. Recordó todas las cosas que Grayson había dicho en el casino sobre Diana,
268 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

y la clase de hombre salvaje y desesperado que era. Quizás creía que la amaba,
y Diana estaba ahora mismo en tal estado que realmente podría creer, también,
que el lo hacia.

“Discúlpame”, dijo Henry.

Su cuerpo se sentía adormecido, y se movía demasiado despacio a través


de los pasillos del hogar de su familia por ley. Solía conocer el camino por ahí,
por razones que ya no le gustaba reconocer. El latido de su corazón y sus pies lo
llevaron hacia delante sin ningún control consciente. Todo lo que sabía es que
tenía que encontrar a Diana, lo cual hizo, eventualmente, pero entonces vio que
era demasiado tarde.

Puso su mano contra el marco de la puerta de esa habitación oscura y


atestiguó, por varios horribles minutos, la forma en que el cuerpo de Diana
estaba enredado con el de Grayson. Podría haber gritado, pero no tenia aliento.
Fue él quien los había traído a ambos aquí, a un punto del que no había retorno,
y sería un ruido tonto si le gritara a alguien que no fuera a si mismo. No había
nada que el pudiera hacer, sino alejarse tambaleando con el pleno conocimiento
de que todos sus planes y actos heroicos no eran más que mal formados
pensamientos que morían en su mente.
269 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ GE
Traducido por: Isandy

Hay en esta ciudad, detrás de una fachada de piedra rojiza como


ninguna otra, un amante de las abominaciones quien se ocupa de los polvos de
chicas inmorales, y quien da las operaciones cuando esos polvos fallan…

– REVERENDO NEEDLE HOUSE, SERMONES DE NUESTRO TIEMPO–

Elizabeth fue tarde en la noche, como su madre le había dicho que lo


hiciera. Había memorizado la dirección – respetable, fuera de Washington
Square, una casa de ciudad como sus vecinas, a pesar de que la luz sobre la
escalinata ardía un poco más brillante que en los edificios a ambos lados. La
lluvia había cesado y ella vestía una capa con capucha de color oscuro que le
cubría la cara, y tuvo cuidado de no ser notada en la calla. Fue por esa razón
que se detuvo tanto tiempo en las sombras, y cuando estuvo segura de que no
había nadie asomándose por una ventana o merodeando en la esquina, subió
rápido las escaleras. Llevaba consigo el último dinero que Snowden le había
dado a su familia, de los intereses de la fiebre del oro de su padre, y las últimas
palabras de su madre antes de que se fuera.

“Siempre pensé mejor de ti”, había dicha la Sra. Holland, antes de


anunciar que se iba a la cama. Edith ya se había ido para servir de chaperona a
Diana, así que no había nadie que viera a Elizabeth adentrarse en la envolvente
noche. Le habían dicho que tomara un coche, pero no podía soportar que ni
siquiera una persona fuera cómplice de lo que iba a hacer.
270 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Estaba enferma de la fatiga nerviosa, pero aun le tomo mucho tiempo


golpear la aldaba en la puerta. Cerró los ojos y dudó, finalmente levantó su
delgada muñeca. Después de eso todo sucedió muy rápido. Fue llevada a un
salón del segundo piso, iluminado con lámparas antiguas y decorado con telas
suaves y pieles de animales. La mujer ricamente vestida que la había dejado
pasar desapareció detrás de un biombo japonés que ocultaba una entrada. Era
como cualquier otra sala, salvo mejor que muchas, fueron los pensamientos de
Elizabeth mientras esperaba.

Había sonido de voces femeninas, muy débil, desde las habitaciones


contiguas. Elizabeth juntó las manos, las soltó, y luego las apretó. Fue tan
extraño que debiera terminar aquí – ella que había sido tan admirada por su
vestimenta y modales, y más tarde, durante las noches por las que habría dado
cualquier cosa para vivirlas de nuevo, tan bien amada. No sabía qué hacer de
ello, de todos los giros del destino, o de la sala en la que estaba sentada, con su
elegancia ofensiva y falso aire de normalidad. Hubiera sido difícil para ella
decir con certeza quién era en estos momentos.

Érase una vez, había sido una niña que vivía para su familia, y su idea
particular de lo que era correcto y bello. Había fallado en eso, pero encontró un
mejor ideal a perseguir. Y ahora que algo mejor se lo habían arrebatado en una
explosión de pólvora. Sin Will, cada paso era tentativo. Incluso de las fronteras
de su cuerpo se sentían de alguna manera vaga y confusa, y quizás ésa fue una
bendición, porque lo que sea que fuera a pasarle próximamente no era algo que
quería sentir. Tenía la sensación de un que vendaval de tristeza viene sobre ella,
y cerró los ojos y dejándolo pasar. La piel de su frente se arrugó en el centro y
rezó para que Will estuviese en el cielo, cuidándola desde arriba, y que él le
ayudara a no llorar.

¿Qué pensaría de esta sala, con sus cuadros cuidadosamente enmarcados


de las mujeres que usan rostros sin sonrisa y su mejor sobriedad? ¿Cuántas
niñas, se preguntó, se habían sentado en esa sala ante ella, sintiéndose un poco
271 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

calmadas por la similitud de los alrededores con sus propias casas, queriendo
que todo se acabara para poder ir a los bailes de nuevo, que le propusieran
matrimonio y que todos las vieran como siempre lo habían hecho – como niñas
buenas y puras que nacieron para casarse bien, en ceremonias que las
representaban como pizarras en blanco. Se dio cuenta de que todos eran unos
hipócritas, hasta el último de ellos. Las niñas con sus vestidos blancos y los
hombres que las ponían en pedestales, pero aun se frotaban contra ellas cuando
bailaban. Y no menos su propia madre, que le había dicho a Elizabeth que
"siempre pensó mejor de ella", pero habría tenido estado encantada de hacer
algo tan venal como casar a su hija por dinero.

La única persona que Elizabeth había conocido que no era un hipócrita


era Will. Sintió un nudo en la garganta y se llevó la mano al vientre. Era
impresionante que debiera sufrir de esta manera por amor, y que el castigo
debiera ser tan físico, tan humillante, tan absoluto.

“Mi querida", dijo una mujer mientras venia alrededor de la pantalla.

La luz era baja, pero la rapidez con que Elizabeth abrió los ojos le hizo
ver las manchas. Un poco de humedad se había acumulado a lo largo de sus
párpados inferiores. La mujer estaba vestida de terciopelo negro y era amplia
de pecho y de cara, y le sonrió a Elizabeth de la forma en que hace una persona
antes de exigir un pago. Tal vez, Elizabeth se preguntó por primera vez, no
estaba siendo obligada a sufrir. Tal vez este no era otro trágico giro del destino.

De repente, se le comenzó a ocurrir que lo que crecía dentro fue lo


último que Will le había dado, y ella no podía estar avergonzada de ello. Él
había sido su marido, se recordó a si misma.

"Me tengo que ir", dijo mientras se ponía de pie. Estaba cansada, pero ni
remotamente preparada para dormir, y se sentía cansadamente capaz de todo,
justo como uno hace después de permanecer despierto toda la noche.

"Pero, querida, su condición-"


272 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Elizabeth retrocedió hacia la puerta. "Lo siento", dijo. Su voz se había


hecho fuerte y clara. "Pero eso fue todo un error."

La casa estaba oscura cuando cruzó el umbral, pero apenas se quitó su


capa entonces oyó el ruido y el crujir de la puerta tipo corrediza del salón y vio
a su madre salir de la oscuridad.

"Habría pensado que te mantendrían con ellos toda la noche," dijo, y


aunque sus palabras fueron duras, había algo tenso en su voz.

"No." Elizabeth trató de recuperar el aliento y dejó que sus ojos se


ajustaran a la falta de luz. Era bueno estar en el interior, aunque el frío real
había salido del clima y había percibido una humedad en el aire y el regreso de
la lluvia mientras subía la escalera. "Yo no podía quedarme allí".

"¿Qué quieres decir con que no podías quedarte ahí?"

La señora Holland entró en el vestíbulo, trayendo con ella en que el olor


a ceniza que sigue todas las ropas que han estado cerca de una chimenea.
Elizabeth podía ver su cara ahora, y reconoció en la expresión de la mujer
mayor la misma indecisión nerviosa que ella había estado experimentando una
hora antes. Sin embargo, para Elizabeth, el nerviosismo se había ido, y sintió en
su lugar una extraña fortaleza.

"Voy a tener un hijo," ella respondió con calma. "Hijo de Will."

Su madre hizo un ruido como si hubiera sido golpeada en el estómago y


todo el aliento hubo salido de ella. "Nos arruinaras", dijo. Pero no lo dijo con
dureza, y de alguna manera, cuando la frase estuvo en el aire, sonaba como algo
no tan malo después de todo.

Elizabeth descubrió que estaba sonriendo. Le dio un beso a la pequeña


dama en cada mejilla y dijo: "Buenas noches". Luego se volvió y subió las
escaleras hacia su dormitorio. No tenía la menor idea de lo que iba a hacer en la
273 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

mañana, pero sabía que por primera vez en muchos días iba a dormir toda la
noche.
274 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ GF
Traducido por: Annaev

El ultimo deseo y testamento de Carey Lewis Longhorn será leído hoy en


el hotel New Netherland, en donde Mr. Longhorn residió los últimos años de su
vida. A pesar de ser soltero, muchas damas de la sociedad lloran la perdida,
algunos de ellos, por supuesto, esperan que hoy su generosidad viva por
siempre.

-De la pagina de sociedad de noticias internaciones de la gazeta de Nueva York,


VIERNES 2 DE MARZO DE 1900.

“Señorita Broad, ¿Que ha sido de usted?

Carolina, o Lina, o quienquiera que fuese ahora que toda su dignidad


había sido borrada, parada en el lobby del Hotel New Netherland donde una
vez había sido tan grande. Su abrigo goteaba un poco sobre el suelo de mosaico
brillante, y aunque ella había planeado parecer un poco menos naufraga en ese
momento, el primer olor familiar de perfume y café, y la vista del Sr. Cullen, el
secretario que a menudo le entregaba a ella la llave de su habitación, trajo
lágrimas a sus ojos, y antes de que pudiera empezar a explicar, ella ya estaba
llorando como un bebé.

“Allí, allí, Srta. Broad.” Dijo el Sr. Cullen, mientras le quitaba el abrigo
empapado por la lluvia de sus hombros. “Se quedo atrapada en la lluvia?” el
fue dudosamente al examinar su abrigo, que en verdad había pasado toda la
275 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

noche bajo la lluvia, y ahora olía sin lugar a dudas a calle. Hizo gesto a uno de
sus botones, y cuando la prenda infractora se perdió de vista él puso una mano
sobre el hombro de Carolina y le dijo: “Mandaremos esto a la lavandería y
veremos que es lo que pueden hacer. Pero querida, se esta congelando.
Debemos ponerla en calor y ponerle un poco de ropa seca.”

Carolina puso su cara entre sus manos y asintió con la cabeza


vigorosamente, aun que ella aun no encontraba la forma de dejar de llorar.

“No trate de contenerlas, querida” Cullen fue con ella y la introdujo en


su oficina. “Esta usted aquí por la lectura del testamento de Mr. Longhorn
¿Verdad?, seguramente el caballero le a dejado a usted algo….”

Carolina pasó su mano contra la parte inferior de la nariz, secándose los


mocos, y trato de creer en eso. En verdad, ella no tenia mucha esperanza ya, y
fue solamente al hotel porque se había despertado en una puerta y no tenia otro
lugar al que ir. Ella pudo ver también en la cara del Sr. Cullen, que el solamente
trataba de hacerla sentir mejor, y esto era una rara amabilidad que tuvo en toda
su voluntad de no empezar a llorar otra vez. El llamo a una de sus ama de casa,
y la mando buscar un vestido para Carolina, y sólo cuando ella estaba bien para
volverse a unir lo hizo y el propio escolto a la joven a la habitación donde ella y
Longhorn había pasado muchas noches, hablando más de lo que su juventud
había sido y lo que ella se parecía prometer.

El Sr. James, el abogado, estaba sentando en la mesa blanca y volvió su


mirada hacia Carolina de una manera en que le decía que no era bienvenida.
Por suerte, el Sr. Cullen estaba ahí con ella, y la encamino hacia una de las sillas
para que se sentara, y una vez que el estuvo seguro de que ella estuviera en un
su lugar se separo de su lado. Ahí se encontraban otras mujeres, ocupando las
sillas y llorando teatralmente en sus pañuelos. Lucy Carr se encontraba entre
ellas, pero ella no quería encontrarse con los ojos de Carolina.
276 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Bienvenidos, damas y caballeros …” El Sr. James comenzó, antes de


toser y apoyarse en su mano. Seguido de un preámbulo favorito de Longhorn
que ella no pudo escuchar. Este era un documento que el viejo solterón había
ordenado elaborar cuando él ya contemplaba su propio fin, y ella le había
fallado tan miserablemente ahí. Ella todavía estaba soportando las
consecuencias de esa decisión tan egoísta, y sospechaba que eso le iba a durar
un largo tiempo. Muchos de los hermosos objetos en la habitación habían sido
envueltos, ella observo, y la vida había salido de ella.

“A mi prima segunda, la Sra. William Barre,” el Sr. James estaba


diciendo. Esa señora jadeo un poco y se sentó erguida. “Le dejo todas mis
bandejas de plata y mil dólares.”

La Sra. William Barre elogio la generosidad del Sr. Longhorn, aunque se


mostró un poco decepcionada.

Una serie de pequeños legados siguió, a lo cual la gente que se


encontraba en las sillas respondía. Carolina no esperaba nada para ella del
viejo, ella solo lo conoció unos pocos meses, y le había fallado cuando mas
importaba, pero aun así no podía dejar de pensar cuánto más de cinco mil
dólares significaría para ella que para la Sociedad de chicas jóvenes huérfanos a
causa del fuego, que había sido la caridad favorita de su antiguo benefactor.

Después ella escucho las palabras que indicaban que el final, y ella se
levanto para irse.

“Y el resto de mis bienes,” el Sr. James decía ahora, a regañadientes,


“Incluyendo todas mis propiedades en bienes raíces, valores, negocios y dinero,
se lo dejo a mi querida amiga, que me dio mucha alegría en el final del capitulo
de mi vida, la señorita Carolina Broad.”

Todos en la habitación contuvieron el aliento y voltearon a ver al a chica


que se dirigía a la puerta de la habitación. Por un momento, Carolina pensó que
había sido llamado por mal comportamiento o alguna otra infracción contra el
277 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

buen gusto, y sus ojos recorrían de ida y vuelta hacia las mujeres que se reunían
allí con el abogado. Después ella vio a Lucy Carr sonriéndole, y ella supo que la
suerte había regresado. Ella siguió helada, y tomo varias horas antes de darse a
entender como literalmente su vida había sido cambiada de repente. Pero ya
una sensación de seguridad se estaba volviendo hacia sus miembros, y las
mujeres que habían venido con la esperanza de su propio bien, la rodearon para
desearle todo lo mejor. Longhorn había visto la promesa en su juventud,
después de todo, y oh, con lo que la bondad infinita, qué magnanimidad eterna
había ido en asegurarse de que esa promesa se cumplirá.

Algunas horas después, y vestida del armario que le había sido devuelto
a ella, Carolina llegó a una dirección en el oeste no sin distinción en particular,
y dio instrucciones al coche de punto que esperara en la calle. La lluvia había
cesado por fin y se podía sentir la llegada de una temporada más amable en el
aire. Aún así, sacó el abrigo, las viejas pieles que Longhorn había comprado
para ella en la primavera de su amistad, lo cerró en sus hombros mientras
cruzaba y se acercó a la escalera.

La ama de casa, en cuanto abrió la puerta, al principio no supo que decir.

“No se preocupe,” Carolina dijo con una sonrisa que mostraba cada uno
de sus dientes. “No estoy aquí para mi pago retroactivo. Estoy donde debo
estar”

Los ojos de la anciana se precipitaron hacia el pasillo, y ella estaba


evidentemente nerviosa, porque tenía que hacer una pausa para secarse el
sudor de sus palmas contra su vestido. “No pienso que la Sra. Tilt este muy
feliz de saber que usted ha venido.”

“Oh, me importa un comino eso,” Carolina se rió. “Y de todos modos, no


he venido por ella. ¿Está el señor Wrigley aquí?”

“Sí, pero-”
278 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Bien.” Carolina aparto a la señora y se adentro por el pasillo, donde se


volvió lo suficiente para que su larga falda lila pudiera torcer encima
escultóricamente detrás de ella y capturara toda la luz eléctrica del techo.

“¿Dónde están?”

El ama de llaves le señalo con las manos. “primer piso, salón”

“Ah, si”

Carolina entró en la habitación con sus pieles puestas y su cara con la


victoria incandescente. Ella sabía perfectamente lo bien que se sentía ganar
mientras la veía, y posó en la puerta para que la señora le diera la inclinación y
su amigo Tristán pudiera tomar en toda la gloria del efecto. En ese momento,
todas sus sospechas acerca de su propia grandeza parecía haber sido
confirmadas, y por eso no tuvo ningún problema en absoluto con uno de los
trucos de damas que adaptaba, el empleo adecuado de los cuales la había
eludido hasta esa noche. Su sincronización iba bien.

“Te dije que nunca regresaras aquí,” la Sra. Tilt dijo eventualmente, y
aun que ella la estaba tratando de una forma muy fría, la tensión se fue
derritiendo sobre el hielo y fue bajando su tono de hablar. Tristán, sentado
junto a ella en un sillón rojo y blanco de orejas tapizados, parecía incómodo,
quizá por primera vez en su amistad. Ella se alegró de ver que él ya estaba
vestido de la parte de arriba, sin embargo, en un saco negro y chaleco, y con el
pelo de color claro, más bien ordenado que de costumbre.

“¿Lo hizo? Como no tengo deseo de nunca volver a este lugar, creo que
voy a ser capaz de hacer lo que me pides.” Carolina se apoyó contra el marco de
la puerta despreocupadamente. “Tristán” prosiguió, bajando la voz y teniendo
la mirada permanente de la Sra. Portia Tilt, “Ven conmigo.”

La silla de Tristán raspo contra el piso mientras se levantaba con torpeza,


el todavía no entendía. “La Sra. Tilt y yo tenemos planeado ir a cenar al
279 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Waldorf. Estábamos tomando un cóctel para comenzar la noche y, a


continuación…”

“Tonterías, tú cenaras conmigo en Sherry’s. Ya lo veras.” y aquí se


detuvo un poco para sonreír la sonrisa Carolina. “Acabo de heredar una gran
fortuna, una cantidad más alta de lo que cree que su Sra. Tilt siquiera sabe cómo
contar, y quiero brindar por mi.”

Tristán no dudó después de eso. Llegó hacia el lado de Carolina sin ni


siquiera reconocer a la señora que estaba a su lado, y salieron de la habitación
sin hacer una despedida formal. Carolina se decidió a mirar hacia atrás una
última vez, y la mirada de orgullo herido y la indignación que su antigua jefa
llevaba en ese momento sólo era algo que la heredera Longhorn habría pagado
muy caro de ver. Al final resultó que, sin embargo, esto era un espectáculo que
Carolina pudo disfrutar de forma gratuita.

“Estará en todos los periódicos mañana.” Dijo sobre su hombro.

Tristán le ayudó a entrar en el coche, y mientras estaban sentados uno al


lado del otro al ser empujada por tráfico de la ciudad, se encontró con que de
pronto ella se había quedado sin cosas que decir. La historia era muy larga para
empezar a contar, y sólo quería a alguien para celebrar en la noche. Su viejo
amigo vendedor de Lord & Taylor haría muy bien para eso y por mucho mas,
se había dado cuenta durante los últimos meses, aunque había sido muy útil
para poner la Sra. Tilt en su lugar. Ella hubiera preferido a Leland mil veces,
por supuesto, pero había leído en el periódico por la tarde que ya estaba en una
nave a muchas millas hacia el Atlántico, y por eso se había resignado a esperar
unos cuantos meses más antes de reanudar el romance. Por ahora, la lluvia
había limpiado el aire, y estaba vestida majestuosamente, y su acompañante
quienquiera que fuese, se veía muy guapo por cierto. La noche era joven, y todo
lo demás.
280 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ GG
Traducido por: Annaev

Más de una nueva novia de sociedad lleva un niño, aunque todavía no


estoy en libertad de decir cuáles....

DE CITÉ CHATTER, VIERNES 2 DE MARZO DE 1900

El fuego chasqueo, y los ojos marrones de Elizabeth se torcieron hacia


arriba para encontrarse con los de su madre. Ni una ni otra se estremecieron, y
se quedaron mirando durante un largo minuto. La lluvia volvió a caer después
de dejar en la tarde, y Diana aún estaba arriba durmiendo a pesar del hecho de
que la noche estaba casi por llegar. Edith tenia el aspecto de una muerta sobre
ella, y no pudo formular las palabras acerca de la fiesta de los Hayes de la noche
anterior. Así que se habían quedado sin cosas de que hablar, y ahora la mayor
de las Hollands, no podía hacer nada más que tratar de mantener el calor del
fuego y sufrir las miradas acusadoras de su madre. Ella se sentía un poco
nerviosa e insegura acerca de su futuro, pero ahora tenía algo mayor para
proteger, y la hizo sentir con menos miedo.

“Srta. Holland,” dijo Claire, ajustándose al hueco de la puerta para poder


pasar. Las sombras de un día gris se reflejaron en su rostro lechoso.

Edith hizo un ruido al gruñir y se tapó los ojos “Para por el de amor de
Dios, se consciente de mi dolor de cabeza y mantén un poco de silencio,” dijo, a
pesar de que Claire sabia que se debía hablar en un tono tranquilo, para
empezar.
281 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Lo siento,” Claire susurro, Dado que la Sra. Holland se negó


firmemente a mirar hacia arriba, la doncella miró a Elizabeth, quien asintió con
la cabeza para que ella continuara. “Hay un invitado aquí.”

"¿Quién es? Estamos en un estado de no recibir a nadie ." La Srta.


Holland dijo fuertemente. Edith se quejó, pero no mencionó una vez más su
dolor de cabeza.

“Es el Sr. Cairns.”

“Ah.” La expresión de la Sra. Holland cambio. “Hágalo pasar.”

Elizabeth se enderezó al entrar el en la habitación. Había estado tan


absorta en sus propios problemas que no había notado la ausencia de toda la
actividad al aire libre de la naturaleza desde su regreso de Florida, y de hecho
sus rasgos gruesos, y la palidez extrema de su pelo rubio, era un poco
desconocidos para ella. Se sentía un poco mal por eso, porque había hecho
mucho por su familia, y ella trató de sonreír más ampliamente a él para
compensar por ello.

“Sra. Holland, Srta. Holland , Srta. Elizabeth.” Dijo y asintió con la


cabeza.

“Que hermoso que hallas vuelto a la ciudad,” dijo la Sra. Holland y se


levanto de su silla. Parecía menos preocupada de alguna manera, y Elizabeth se
sintió agradecida hacia el por ello. El viejo compañero de su padre tenía un don
para mostrarse cuando la familia mas lo necesitaba, lo observó, y eso lo hacía
no parecer tan extraño para ella. “No estaba segura de que estaría de vuelta.”

“Si, planeo estar un tiempo. Sé cómo es compulsivamente de hospitalaria


su familia, y yo no quería molestarla hasta que me habían instalado y he
tomado un apartamento en el Dover en el parque, no es tan encantador como
todo esto, por supuesto, pero que va a hacer por un hombre como yo. Su
mirada se mantenía estable en Elizabeth, quien se volvió hacia su madre, que
282 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

miraba a Snowden. “Recibí su telegrama.” Añadió, dirigiéndose a su madre,


Elizabeth asumió, aunque continuó observándola.

“Bienvenido de vuelta a Nueva Cork Sr. Cairns.” Elizabeth dijo


dulcemente mientras permanecía de pie, tocando su vientre inconscientemente.
Espera que eso era lo único que se requería de ella en este momento, pero ella
no iba a tener tanta suerte. Su mirada le cubrió todo el cuerpo, y luego cruzó
hacia ella y se hundió en una rodilla.

Los ojos de Elizabeth se dirigieron hacia su madre, pero ella ya se


encontraba en otro lugar ahora.

"Elizabeth, espero que y no crea que sea demasiado apresurado por mi


parte decir que conozco su situación y de que siento que puedo ser útil para
usted. Sé cómo te amaba Hill, después de todo, fui yo quien te caso. Por
supuesto, usted debe tener a su hijo. Sin embargo, usted hará a ese niño, y al
difunto Sr. Keller, un enorme favor si lo pondrán en el mundo fuera de la
alianza tradicional del matrimonio. Sé que no me amas, al menos no como una
esposa ama a un marido, y no espero que lo intentes. " Hizo una pausa, para
ajustar la posición de su rodilla en el suelo, y la miró con cautela, como si sus
palabras no intencionales podría hacerle daño. "Quiero vivir aquí en la ciudad,
y tener un hogar. Creo que si nos casamos, se podría formar una familia de una
especie donde pudiera ofrecerles protección frente a la censura del mundo, y
ustedes harían de esta ciudad un lugar feliz para mí .... "

Él se calló, y Elizabeth cerró los ojos. Por un instante, la habitación estaba


en calma y no fue sólo el sonido de las llamas romperse y afuera, la lluvia
contra el pavimento. Luego volvió a hablar. "¿Quieres casarte conmigo?"

Su madre la había criado para ser una chica casadera, y ella no había
visto a ningunos hombres de rodillas antes. Fue un giro extraño que este
hombre, perfectamente aceptable, pero apenas el aliado social de una debutante
debería buscar, iba a ser su marido al final. Elizabeth sabía que la Sra. Holland
283 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

hubiera preferido a Teddy Cutting, aunque no tanto como Elizabeth se habría


hecho. Pero Teddy no estaba a la vista.

El significado completo de la oferta de Snowden recorrió despacio, y


cuando se dio cuenta de todo lo que significaría para ella, y lo que era un
sacrificio para él, porque él renunciaría a cualquier posibilidad de encontrar el
amor verdadero, él mismo, para protegerla a ella y al hijo de Will por nacer, ella
estiró la mano hacia el.

"Oh, sí” susurró. "Gracias".

Cuando ella abrió los ojos otra vez, él se levantó y, sin soltarle la mano, la
besó suavemente en la mejilla. "Yo te daré un buen hogar, Elizabeth.”

Ella no podía decidirse a sonreír, pero se dio una sacudida de cabeza.


Entonces su madre se acercó a ellos y puso las manos sobre sus manos.

"Sr. Cairns", dijo. Sus ojos oscuros se encendieron rápidamente a medida


que ella lo miró fijamente. "Usted debe cuidar bien de mi hija. Ella lo es todo en
mi vida."

Entonces ella lo abrazó. Edith había llegado a través del cuarto, y aunque
su dolor de cabeza era todavía evidente en su rostro, ella trató de sonreír un
poco. Puso sus brazos alrededor de la joven pareja y le susurró sus
felicitaciones.

“Les recuerdo que yo conocía al Sr. Holland un poco,” El señor Cairns


decía a nadie en particular. “Y se muy bien como el querría que yo la tratara
bien.”

Elizabeth asintió con la cabeza de nuevo. El mundo era una maravilla, le


habia enseñado, que si seguía haciendo las cosas correctas y concentrado,
siempre tenia previsto tu salvación. Se había imaginado que una solución
estaba en su dirección, pero eso no importa ahora, pues el camino hasta allí
todavía no se había construido. No pudo ser. Este iba a ser, y era igual de bien.
284 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Iba a ser una madre, cubrió el pensamiento con su alegría.

“Creo que ustedes estarán de acuerdo conmigo en que debe hacerse


rápidamente, para evitar sospechas, y que de hecho habría que ir tan pronto
como sea posible ...." Snowden estaba diciendo a la Sr. Holland, o tal vez a la tía
Edith, Elizabeth no fue prestando su atención más; pensaba mas en la voluntad,
de su naturaleza honorable y su disposición a trabajar duro y todo lo que había
hecho por ella, y cómo tal vez finalmente sería capaz de hacer lo correcto por él.
285 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ GH
Traducido por: Isandy

Muchas de mis fuentes habituales han permanecido en silencio en este


tranquilo momento del año, aunque algunos de mis nuevos amigos nos han
señalado la notable presencia de la hermana más joven de las Holland, la
señorita Diana, en la casa de los Hayes la noche pasada, donde se dice que era
la invitada especial del descendiente de la familia, Grayson. ¿Qué podía
significar todo esto?

– DE LA PAGINA DE SOCIEDAD DEL NOTICIAS DE NUEVA YORK DE LA


GAZETA DEL MUNDO, SABADO, MARZO 3, 1900.

Cuando regresaron de la iglesia, Diana no quería nada más que subir a


su habitación. La ceremonia había sido breve y austera y no hubo invitados
fuera de su pequeña familia y algunos miembros del séquito de Snowden. El
Reverendo Needlehouse había oficiado, mirando de vez en cuando a la
hermana de la novia, como si hubiera un mal olor a su alrededor. Después que
la novia y el novio se hubiesen ido su nueva casa - apartamento, y la familia
Holland había vuelto a su hogar en Gramercy Park, y Diana fue una vez más la
hermana sola en una casa triste. Puso el pie en la escalera, pero antes de poder
regresar a su propia angustia personal, su madre le bloqueó el camino.

“Di, tu hermana es muy suertuda”.


286 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Diana miró a su madre, aún vestida de negro, como lo había estado


durante más de un año. La ropa de la más joven de los Holland – un vestido de
lana azul marino en una reducción modesta – no era mucho menos sombrío, y
ella tendría que hacer un esfuerzo para declarar cuál de ellas era la más
pesimista.

"Lo sé", dijo después de un momento.

Cuando su hermana le había revelado el secreto que había estado


teniendo en silencio todas estas semanas, una piedra se volcó dentro de Diana y
toda la vaga inquietud que había estado experimentando sobre lo que había
hecho con Grayson, en una de las galerías de su familia, mostró su total y
musgosa forma a la luz. Porque ella había cometido un acto que podría tener
consecuencias terribles e inesperadas, y el conocimiento la arrastró más abajo.

"Si es verdad lo que he leído en los periódicos – que Grayson Hayes ha


tomado un interés especial en ti – entonces eso sería muy bueno", su madre
concluyo, a continuación Diana sabía que su madre estaba decepcionada por el
matrimonio que acababa de tener lugar. Porque si bien suavizaría las
apariencias y permitiría a Elizabeth tener a su hijo, no era el glorioso
emparejamiento que la señora Holland tan claramente esperaba. "No siempre
he aprobado a la familia Hayes, como tu sabes, y podría haber otros
pretendientes a quien preferiría para ti. Pero su fortuna es grande, y aunque me
duele decirlo, ellos son el futuro".

No había manera para Diana responder a esto sin decirle todo, y por
supuesto eso nunca lo podría hacer. Así que, haciendo una mueca, asintió su
comprensión, y luego subió a la oscuridad de la escalera con paneles, que cedió
un poco bajo su peso. Toda la casa estaba mostrando su edad. O su miembro
más joven, al menos, se sentía un centenar de años más vieja de los que tenía a
su regreso de la Florida, y fue con el cansancio en consonancia con este
sentimiento que sumió en su propia cama. ¿Por qué otra cosa iba a tener que
287 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

pasar, se preguntó, para llenar las páginas de la historia de su vida? Ese


volumen ya estaba muy abarrotado.

El acto físico que había unido tanto a ella como a Grayson no era tan
diferente de lo que ella y Henry habían compartido, todos esos meses atrás, y
todavía se sentía tan diferente esta vez. Después de que Henry había habido un
halo de color melocotón alrededor de su cuerpo, ahora se sentía empapada con
pesar. Cada vez que cerraba los ojos, se vio obligada a revivir esos acalorados
momentos con Grayson, y el recuerdo le quemó. Estaba ese fantasma de Henry
en la puerta en todos sus recuerdos, y no importaba si había sido un testigo
verdadero o imaginario de su transgresión. Lo que había hecho no había sido
por amor, y esa fue toda la diferencia.

No importa lo que dijera su madre, ella sabía que nunca se casaría con
Grayson. Él le había dicho que la amaba, y por todo lo que sabía que podría ser
verdad. Pero no podía devolver el sentimiento-nunca había sentido tan poca
duda acerca algo – y por cierto eso significaba que era muy indecente. Acababa
de ver a su hermana prometerse a un hombre a quien no amaba, y mientras la
expresión de su rostro había sido silenciada, Diana había visto claramente
cuánto le dolía volver a casarse, tan pronto, cuando su amor por Will había sido
tan puro y era aún tan reciente y vivo dentro de ella.

Diana llevó sus rodillas hasta el pecho y se convirtió en una bola en su


cama. Fue allí en ese cuarto, con las paredes de salmón damasco, la alfombra de
piel de oso blanco, el sillón de orejas tapizado en oro viejo, que Henry había
venido a ella que por primera vez. Ellos habían permanecido juntos en esa
manta, cerca pequeña chimenea cubierta de hojalata. Hubiera dado cualquier
cosa por volver a ese momento en el tiempo, antes de descubrir que Henry no
era lo que parecía ser, y qué errores graves que ella era capaz de cometer.
Estaba agotada por todo lo que había hecho, pero no podía llorar. No hubo
forma de cambiar nada de ello, era una parte ineludible de ella ahora.
288 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

Había conseguido lo que quería, aunque no en la forma en que había


imaginado. Había querido sentir diferente, y de hecho lo hizo – ahora se sentía
peor. Ella era mayor y había perdido gran parte de la inocencia, pero si había
creído que Grayson podría hacerla dejar de pensar en Henry, había estado
escandalosamente equivocada. Henry había establecido su residencia
permanente en su mente, y por primera vez lo que le había hecho ya no parecía
tan terrible, porque ella le había hecho exactamente lo mismo en devuelta, y
ahora sabía lo delgadas que eran las recompensas.
289 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ GI
Traducido por: Kiiariita

Para esta tarde Elizabeth Holland se casara con el antiguo socio de su


padre, Mister Snowden Trapp Cairns, en una ceremonia privada en la iglesia
Divina. Solo puede asumir que después de todo lo que ella sufrió el otoño
pasado, quiera una vida más tranquila, y un hombre menos llamativo que
Henry Schoonmaker para compartirla…

De la columna “Lúdico Galante” de Nueva York Imperial, sábado, 3 de marzo


de 1900.

Dover era un edificio color crema al lado del parque en los mediados
setentas, y sus departamentos contenían salas, bibliotecas y cuartos de servicios.
Había ascensores y tolvas de lavandería en cada piso, y todo el lugar
resplandecía con su nueva modernidad. El grupo de Cairns se tomo todo el
cuarto piso, y para su nueva Señora le pareció muy extraño. Los muebles nunca
habían sido utilizados, por ella o por cualquiera, y parecía que habían sido
arreglados con mas sentido practico que con arte. Todo lucía caro, y aun así,
parecía no ser suficientes objetos.

“Que hermoso lugar,” dijo Elizabeth cuando entro por la puerta.

Snowden le sonrió, y le tendió su mano para su capa. Uno de sus


hombres había hecho un fuego en la chimenea, y su esposo hizo un gesto para
290 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

que se sentara cerca de fuego. La lluvia había continuado, y ahora que todo el
mundo sabía bajo la protección de quien su hijo nacería, su atención se había
desplazado a Elizabeth manteniéndose sana y no moviéndose mucho.

Se habían ido juntos como una familia a la iglesia, y luego, en caso que
hubiera cualquier ojo vigilando para ver si allí no había más para este
casamiento que los documentos informados, Elizabeth y Snowden habían
regresado a casa solos al igual que cualquier pareja casada. “Nadie nunca pensó
que una Holland viviría tan al norte.” Su madre había dicho oblicuamente
cuando ellos partieron.

Elizabeth nunca había estado tan cansada. Era aquel agotamiento que
viene solo después de una terrible y prolongada preocupación que ha sido
puesta a la cama. Pero ella estaba demasiado cansada para analizar la elección
de palabras de su madre, y después de un momento siguió el gesto de Snowden
y se dirigió al sofá Eastlake blanco tapizado de muselina y se sentó. Era suave
pero un poco cuadrado, y no estaba bastante segura como sentarse en el.
Mañana haría que ese lugar luciera mas como un hogar, y todos los días
siguientes, hasta que su hijo naciera. Pero no había necesidad de preocuparse
de todo aquello aun.

Snowden estaba aun parado en la entrada en su traje marrón oscuro, el


cual se había comprado temprano ese mismo día en Lord & Taylor, la tienda de
departamentos. El sencillo vestido de marfil de Elizabeth había sido comprado
allí también. Tenía un cuello de mandarina y las mangas que estaban casi
completas hasta la muñeca, y se habían sido confeccionados y no trabajado
especialmente para ella. Allí hubo algo desconcertante sobre todo aquello, y ella
se percató durante el intercambio de votos que esto era porque fue todo tan
similar al día de su boda con Will, y de hecho el traje que Will había usado era
extrañamente como el que había escogido Snowden.
291 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“¿En que estas pensando querida?” su esposo le pregunto desde las


sombras.

“Oh,” Elizabeth suspiró. Tomo un poco de respiración e intento una


sonrisa. Luego se movió lejos en el asiento y se encogió de hombros. “Es solo…”
Quizás era la fatiga, pero Elizabeth de repentinamente temió que podría llorar.
Aquello pareció horriblemente ingrato después de todo lo que Snowden había
hecho por ella, y frunció el ceño, tratando de alejar las lágrimas.

“Continua,” dijo gentilmente Snowden. “Puedes contarme. No hay nada


que puedas decir que pudiera molestarme.”

Ella cerró sus ojos. “Solo estaba pensando que hasta esta tarde yo era
Miss Keller,” susurro.

Snowden se acerco y se sentó a su lado en el sofá. Ella lo miro un poco a


regañadientes, y cuando vio que su expresión era una amable suspiro, y agito
sus manos, como para decir que fue todo solo sentimentalismo ridículo, a pesar
de que no podía estar mas lejos de sus verdaderos sentimientos.

“Por supuesto.” Snowden le sonrió. “Se que siempre serás Miss Keller en
tu corazón.”

“Solo estas siendo amable.” Elizabeth respondió arrepentidamente.

Una criada estaba asomándose en la entrada, y Snowden hizo un gesto


para que entrara. Ella se acerco a la pequeña mesa de roble geométrica frente a
ellos y sirvió a cada uno un vaso de vino tinto. Snowden espero hasta que la
mujer en el uniforme blanco y negro hubiera desaparecido, y luego levanto su
vaso. Elizabeth parpadeó y levanto la suya también. Sus vasos se encontraron, y
luego trato de tomar un delicado sorbo, aunque en realidad ella no tenía gusto
por el alcohol en ese momento.
292 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“Por nuestra familia,” Snowden dijo antes de beber.

Elizabeth sonrió y puso su vaso de vino de regreso en la mesa por el


tallo. Luego algo más se le ocurrió.

“Supongo que estoy legalmente casada dos veces ahora.” Ella dijo casi
como si lo pensara, y sin preocuparse por como le sonaría a Snowden. Luego
miro a su nuevo esposo, y vio algo raro detrás de sus ojos. “Lo estoy—
¿verdad?”

Un silencio terrible siguió, y al final de ello, Elizabeth sabia que la


siguiente frase que escuchara iba a ser una mentira.

“Yes.” Snowden vacilo un poco en la primera palabra, pero en la


segunda estaba hablando sin problemas y con seguridad de nuevo: “Por
supuesto que lo estas, pero como los trámites del primer matrimonio fueron
presentados en Boston, y como allí están seguros de haber mas de unas pocas
Elizabeth Holland y Will Keller en este mundo, estoy seguro que no hay nada
de que preocuparse.”

Luego el sonrió y ahueco sus manos sobre las de ellas, donde ella las
había colocado recatadamente en su regazo. Ella quería decirle que no estaba
casi tan preocupada sobre ser encontrada mientras estaba honrando la memoria
de Will. La peculiaridad de ese momento se quedo con ella, sin embargo, e
intento como ella podría, no pudo evitar sentirse nerviosa. Pero luego cerro sus
ojos y se dijo a si misma que ella estaba casada con alguien mas aho9ra, y
quizás la memoria de Will era algo que ella tendría que cuidar en secreto, y
siempre habrían momentos extraños entre personas que nunca necesita
explicaciones.

“¿Estas cansada, querida?” Pregunto Snowden.

“Si, bastante,” ella respondió.


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“Ven, te mostrare la cama.” Snowden se levanto pero se sostuvo su


mano, de modo que la levanto de su regazo hacia el aire.

Los ojos café de Elizabeth se abrieron ampliamente en aturdimiento. Por


un momento, temió que sus acuerdos domésticos habían sido terriblemente
malentendidos, y se llevo su otra mano sobre su corazón de manera protectora.

“Pensé que podríamos—”

“A tu cama, querida. Mi cama estará al final del pasillo.”

“Oh.”Elizabeth le mostro una sonrisa de alivio mientras se levantaba


para estar a su lado. Se sintió un poco tonta por hacer problemas donde no los
había, y entonces ella lo tomo de sus manos otra vez y dijo, en su más cálido
tono, “Gracias, Mister Cairns.”

“No pienses en ello.”

Luego la condujo por el pasillo, con sus pisos nuevos de parque y altas
molduras de imagen, y en la puerta al cuarto donde ella ahora terminaría todos
sus días, él detuvo para besarla suavemente en su frente. Ella pudo casi sentir
su cabeza contra la almohada y el sueño viniendo por ella. Luego soñaría con
Will y su hijo, y por un par de horas estarían los tres juntos

“Buenas noches,” dijo ella mientras colocaba su mano en el pomo.

“Buenas noches,” dijo Snowden, girándose para dejarla. “Buenas noches,


Miss Cairns.”
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VtÑ|àâÄÉ GJ
Traducido por: Kiiariita

Aplaudimos el movimiento heroico de Mister Edward Cutting de unirse


al ejército y servir a su país en el extranjero. ¿Seguirán otros de sangre azul?
Solo podemos esperar aquello en este caso. Seria un pequeño paso a la derecha
de las desigualdades de nuestra gran nación.

De la pagina del editorial de New York Times Domingo, 4 de marzo de 1900

La mansión Schoonmaker se sentía mucho mas como un hogar para


Penélope aquella mañana, y se movió a través de sus pasillos con un cierto
silbante e imperioso aire que podría haber intimidado a varias de las cabezas
coronadas de Europa. Estaba sosteniendo una taza de café de porcelana fina en
lo alto y levantando su falda bermellón del piso. Había mucho que hacer aquel
día. Tendría que elegir un regalo de bodas apropiado para la ex-prometida de
su marido, para empezar con— ¿Y que consigue una para una chica en una
situación como esta? El guardarropa de verano de Penélope aun no estaba
completamente armado, y allí habían tantos eventos en las semanas siguientes,
muchos de los cuales superponen, que ella tendría que considerar. Detrás de
cada puerta había una decisión difícil, pero estaba sintiéndose muy ligera y un
poco traviesa, y ella confió en si misma completamente para tomar las
decisiones correctas. Casi zumbaba con energía.

“Henry,” llamo al entrar en su suite. La cama se había hecho mientras


estaba arreglando su pelo y recogiendo un croissant, y ahora la habitación
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apareció en su totalidad, arreglada, gloria blanca y oro. Ella sonrió, porque todo
estaba en su lugar. Por supuesto Henry no se encontraba allí. Ella se había ido a
la cama sin él otra vez; sin duda se había quedado hasta tarde bebiendo, como
lo hizo el día anterior, y estaba todavía ahora dormido en el sofá en la
habitación contigua. A la hora que había dejado la fiesta tres noches antes, ella
era el solitario invitado que aun poseía una cabeza clara, y entonces ella había
sido la única en notar e interpretar el regreso de Henry de una caminata
solitaria, y luego Grayson, y después Diana, dos de ellos son su atuendo un
poco arrugada y torcida. Solo podía imaginar lo que Henry había visto, e
intento de hacerlo. Después de todo, era solo cuestión de tiempo antes que la
sobriedad de su situación y se diera cuenta que fue una muy agradable.

Bebió un sorbo de café mientras consideraba el botín de su planificación


y maquinación. Todo había salido justo en el final, pensó con una sonrisa. Por
supuesto, el cuidado que estaba recibiendo del personal de los Schoonmaker
estaba basado en un incómodo malentendido que habría que aclarar tarde o
temprano. Ahora que Henry sabía que Diana había sido manchada para
siempre, él volvería alrededor, y su situación se podría resolver con facilidad,
aunque Penélope sabía que ella no quería comenzar a hacer nietos para el viejo
Schoonmaker. No de inmediato. Era su primera temporada como una dama de
sociedad casada, después de todo, y había nueva vestimenta para ser mostrada
y tantas reuniones que asistir, y ella no quería engordar y estar inmóvil todavía.
Era una mano que aun no había figurado como jugar. Pero todas las cartas
estaban en lo correcto, y ella sabia que podría. La vieja Penélope estaba de
vuelta.

Ella sonrió un poco al pensar que Elizabeth pronto seria incapaz de hacer
algo divertido, porque seguramente su rápida boda confirmo lo que Penélope
había sospechado en Florida—que Elizabeth iba a tener un bebe, y antes que
nadie tenia derecho a esperar
296 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

“¿Henry?” llamo otra vez. Puso su taza de porcelana sobre la pequeña


mesa tallada al final de su cama y se apresuro pasando por delante de varios
baúles que habían llegado aquella mañana vía vapor—y dio un paso hacia la
habitación contigua.

Estaba consternada por la oscuridad del interior, y se percato en unos


segundos que las cortinas no habían sido abiertas.

“¿Henry?” Ella dijo otra vez mientras iba a correr las cortinas. La luz
inundo la habitación, iluminando el sofá con sus almohadas y cojines de cuero
suave y la sobrecarga tonta de mural idílico. Aquel era el lugar donde Henry se
suponía tendría que estar, y su cabeza al lado un instante para ver cosas fuera
de lugar. Ella camino y paso sus manos a través de los cojines, como si aquello
pudiera darle alguna indicación de donde se encontraba él en una hora del día
que era mucho mas tarde para él para estar de juerga, pero aun temprano, para
él, estar fuera en el mundo.

“¿Si, Penélope?”

Ella giró y puso sus manos detrás de su espalda como si tuviera algo que
ocultar. Su esposo vino a través del dormitorio, y ahora él estaba parado en el
umbral observándola.

“Solo estaba…” Pero Penélope no pudo terminar la frase. Estaba muy


distraída por la ropa de Henry, la cual se parecía a nada que él usara antes.
“¿Dónde conseguiste eso?”

“¿Esto?” él miro abajo hacia el abrigo naval con los botones de cobre y el
pantalón azul claro que fue traído aun mas cerca a sus piernas por polainas de
cuero. La vista de Henry en uniforme hizo que su corazón latiera un poco mas
rápido, y se encontró a si misma mirando sus ojos y moviéndose hacia él. Él
estaba sosteniendo un sombrero con dos puntas en sus manos, y lucia bastante
297 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

bien para devorarlo, aunque su mirada era tan firme y poco atractiva como
siempre. “del Ejercito de Estados Unidos, a la cual ahora pertenezco.”

Por un momento esta idea le parecía a Penélope terriblemente romántico,


y su mente vagó a todas las cosas que un hombre navegando podría preguntar.
Ella sonrió vagamente y se puso una mando en la cadera. Luego miro la postura
de Henry y sabía que no estaba vestido para su diversión personal. Su mano y
su cara cayeron, y se movió hacia él más rápido esta vez.

“Me embarco hoy.”

Una urgencia terrible surgió dentro de ella. “¿Embarcando a donde?”

“No lo se.” Él se aclaro la garganta. “Teddy se ha marchado a Filipinas.


No estoy seguro donde ellos me colocaran.”

Estaba comenzando a hundirse en aquello que ella había hecho algo para
prevenir alguna vez su partida, y que él había contrarrestado otro camino para
salir de la ciudad. “¿No estas en realidad dejando Nueva York?”

“Voy a servir a mi país, Penélope.” Él suspiro y desvió la mirada de ella.


Hubo una lucha en sus ojos por un minuto, pero se había ido ya. “Estará en los
periódicos mañana, pero pensé que debía decírtelo yo mismo. He causado
bastante daño a todos, Dios sabe, y no me gustaría causar más.”

Todo su cuerpo estaba sacudiéndose con energía, y su mente ya había


viajado por que dirían las columnas de aquello, lo que el padre de Henry
pensaría de ella ahora, a la sensación desolada que estaba segura de estaba
segura de establecer en la boca del estomago cuando él estaba realmente,
verdaderamente ido. Él retrocedió hacia la sala principal. Ella no podía soportar
la idea de esta partida, y se arrojo hacia adelante para que así caer a los pies de
su esposo. Ella preferiría tenerlo allí para discutir, preferiría tenerlo en la ciudad
haciendo cosas desagradables que perderlo de esta forma, en un lugar
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extranjero. Sus rodillas estaban en el piso— podía sentir la madera inflexible,


incluso a través de su falda— y alcanzo las piernas de Henry. Sus brazos, los
cuales estaban encerrados en un crespón de maquina un tono ligeramente mas
profunda de rojo, sin mencionar una colección de brazaletes de oro, se aferro a
él entonces. Él estaba aun retrocediendo, y como lo hizo él la arrastro unos
centímetros.

Ella lo miro y descubrió que la humedad había, naturalmente inundado


sus ojos, “¿Qué sucede con el bebe?” ella exclamó. Sabía que estaba siendo
absurda, pero era todo lo que podía pensar para decir.

Henry se inclinó y puso sus manos bajo sus axilas y la levantó sobre sus
pies. “No hay bebe,” dijo él cuando estaban otra vez al nivel de los ojos del otro.

“Pero—”

“Te deseo todo lo mejor, querida,” Henry dijo en una manera que hizo
que Penélope se sintiera que había sido embalada y almacenada en algún
armario trasero de su vida. Podía sentir los segundos escapando, y sabia que
tenia unos pocos preciado para averiguar una manera de impedir su partida.

“Pero Henry.”

Él dejo que sus oscuros ojos rezagar un segundo largo en ella, y luego se
puso el sombrero en su cabeza. Él estaba solo a pocos metros de la puerta, y
Penélope se apresuro hacia la cama, tirando arriba su falda de sus pies pero no
particularmente preocupada si lo rasgaba. Golpeo las mantas lamentado.

“Henry, Henry, Henry, ¡no te vayas!” las lagrimas se habían vuelto un


torrente caliente ahora, y todo su torso se sacudió con la terrible destino de estar
siendo abandonada en la casa de Henry sola. “¡No soy nada sin ti!”
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Era verdad, se dio cuenta solo después, lo había dicho. Hizo una bola con
sus puños y golpeo contra la colcha bordada por oro, pero pasaban los minutos
sin ningún resultado Cuando levanto la mirada, Henry se había ido. Él se había
ido hace mucho tiempo.

Ella resoplo, y se sonó la nariz en la manga, sin importarle si se


arruinaba. Mañana ordenaría que hicieran otro. Se incorporo sobre su codo, y
trato de secar sus mejillas con la palma de su mano. Eventualmente su pecho se
detuvo jadeante, y comenzó a recuperar lentamente la respiración normal.

“Oh, Henry,” dijo en voz baja así misma.

Afuera, la lluvia, la cual había sido interminable por dos días, estaba
comenzando a debilitarse, y ella sabría aquello si se levantara, y pusiera su cara
de regreso atrás juntos, así seria capaz de ver su situación de nuevo. No podía
detenerlo ahora; por ahora, él se había ido. Pero allí había un mañana, y el día
siguiente, y por siempre después de eso. Se levanto y llamo a una criada. Ella
no era nadie tonta, y tenia bastante tiempo de averiguar de cómo traerlo de
regreso.
300 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

VtÑ|àâÄÉ GK
Traducido por: Isandy

Por favor, lea todo,

—H. S.

La carta llegó en la tarde cuando la lluvia era fuerte todavía, y el


mensajero se había empapado. Diana había mirado a la cosa con miedo
mientras reposaba en el plato de cerámica junto a la puerta, porque tenía la
certeza de que Henry había visto lo que había hecho, y que había escrito sus
invectivas hacia ella. Fue sólo después de la cena, cuando todos estaban
dormidos, de alguna manera, supersticiosamente, eso hizo sentir a Diana que
sus pensamientos eran menos propensos a ser leídos – que fue a buscarla. Aún
no estaba segura de si sería capaz de consumir su mensaje en su totalidad.

Edith, que aún no se había recuperado totalmente de la corrupción en la


casa de los Hayes, había mirado la carta antes de la cena, pero al parecer carecía
de la energía para fisgonear. "Oh, ser joven como tú", fue todo lo que dijo, antes
de ir a la cama temprano.

Sin embargo, algunas horas pasaron, y el cielo empezó a ponerse


morado, antes de que Diana encontrara el valor de romper el sello. Ese acto le
dio pequeños temblores, y por eso dejó la carta por otro rato. Se dio un
discurso, y decidió que no era nada si no afrontaba las consecuencias de sus
acciones. Así que tomó la carta definitivamente y se acercó a la alfombra de piel
301 FORO ALISHEA’S DREAMS ENVY – ANNA GODBERSEN

de oso blanco y cruzó las piernas, y sus faldas, debajo de ella. Tomó aire y luego
comenzó la angustia. En el momento en que la dejó se sentía muy diferente otra
vez.

Mi querida Di:

Realmente he estropeado las cosas. Probablemente se vería cómico


viéndolo desde el exterior, y yo podría de hecho reír si no se tratara de mí, y
sobre todo si no se tratara de ti. Pero eres tú, y nada podría ser más trágico para
mí.

Es probablemente difícil, dada la enormidad de mis errores, para ti creer


que siempre solo estaba tratando de protegerte. Pero esa fue mi intención, a
pesar de lo mal que haya resultado. Esa era mi intención cuando me casé con
Penélope, e incluso durante todos los errores que siguieron. Mi esperanza era
que pudiera mantenerte a salvo de la censura. Ahora he visto lo estúpido e
inútil que fue todo eso. Mis acciones han causado un gran sufrimiento, y me he
puesto en la agonía permanente de verte cortejada por otros. Es sin duda un
gran fracaso de mi parte, y es eso lo que encuentro que no puedo soportar.

De hecho, siento que preferiría morir antes que verte como la amada de
otro – ya una parte de mí murió cuando te vi con Grayson en la mansión de los
Hayes. Es por esta razón, así como por la necesidad de reparar todas las cosas
que he hecho mal, que me voy de la ciudad para alistarme en el ejército. Voy a
luchar por nuestra gran nación en el Pacífico. Sé que puedo morir, pero parece
un final más feliz que estar sin ti, y de todos modos me parece que mirando a la
cara de las cosas duras y seguir siendo capaz de avanzar, aun cuando el final
incluye un grave peligro y la posibilidad de la muerte, es la marca de un
hombre. Después de todo lo que he hecho, podía hacer algo peor que tratar de
demostrar que todavía soy un hombre.

Me he extendido demasiado, y probablemente tú estás harta de mí a


estas alturas. Pero quería decirte antes de partir de la forma tan completa y
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abyecta en que lo siento por todo el dolor que te he causado, y que si muero, tú
eras el único y verdadero amor de mi vida. Para el momento en que leas esto yo
habré partido, que sepas por favor, yo todavía estoy siempre a tu lado....

Tuyo por siempre,

Henry William Schoonmaker

Diana leyó la carta tres veces y presionó el dorso de su mano en su cara y


trató de no llorar. Parpadeó furiosamente, pero fue inútil. Lloró frente al fuego
y luego se trasladó a la cama a llorar un poco más. Lloró por sus actos
deliberados, y todos los malentendidos estúpidos que habían pasado entre ella
y el único hombre al que había amado, y sobre todo por la distancia que ahora
los separaba. Se había abierto a una gran extensión, y ahora era demasiado
amplia para hacer un puente. Lo peor de todo fue que tantas traiciones parecían
haber crecido por la falta de fe de ambas partes, y no por ningunas malas
intenciones.

Se acercó a la ventana y miró todas las ventanas parpadeantes y por


encima de ellas todas las tenues estrellas. ¿Cuántas impresiones falsas vivían
por ahí?, Se preguntó. ¿Cuántos corazones rotos por falta de cuidado y falta de
nervios? ¿Cuántas décadas – los errores del pasado enconados detrás de las
cortinas de finas ventanas? Entonces lloró un poco más, hasta que su pequeño
cuerpo se sentía seco y gastado. No sirvió de nada seguir llorando, lo sabía.

Se acercó a su tocador – era una elaborada pieza de mobiliario de madera


oscura, adornado con flores talladas y ángeles, y había ofrecido su reflejo en las
tantas noches cuando todavía había estado llena de asombro infantil. Parecía
más vieja ahora, lo sabía. La piel debajo de sus ojos parecía pisoteada, y sus
rasgos se destacaban más claramente en su cara. Sin embargo, sospechaba que
era lo suficientemente joven para que algunos besos reales y una buena noche
de sueño la hicieran lucir fresca de nuevo.
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Apoyó los codos sobre la mesa y se agarró la frente con las palmas de las
manos. Empujó sus dedos hacia el pelo y los convirtió en puños. "Oh Dios, oh
Dios", se susurró a sí misma mientras agitadamente comenzó a retirarse los
pinchos del pelo.

Cuando por fin los sacó todos, y sus ricos rizos marrones se destacaban
alrededor de su cabeza como fuego salvaje sobre el cepillo, sabía que el sueño
podía esperar, pero tenía que conseguir esos besos reales. Sus manos
anduvieron torpemente sobre la mesa hasta que se apoderó de un par de tijeras.
Por un momento se aferró a sus mangos chapados en oro y se preguntó si no se
había vuelto un poco loca. Pero había una calidad pura y reflectiva en sus ojos
que había estado ausente en la semana pasada, y sabía que lo que estaba a
punto de hacer era lo único que tenía sentido en absoluto.

Comenzó a cortar. Mientras hizo movimientos lentos y exactos, el pelo


comenzó a caer. Se amontonaron a sus pies como colinas de mechones, pero se
mantuvo firme y se centró en el espejo delante de ella, hasta que su cabeza
estaba coronada por nada más que los cortos mechones de un niño. Tenía un
rostro tan suave y femenino, era difícil imaginar que podría pasar por cualquier
cosa menos una niña, pero su convicción había crecido al mismo tiempo, y
ahora una cosa insignificante como esa no podría detenerla. Iba a seguir a
Henry, incluso si eso significaba alistarse en el ejército, incluso si eso significaba
vivir como un hombre. De todos modos, había esa nueva cualidad de mayor en
sus rasgos tal vez eso era todo lo que necesitaba para completar la ilusión.

Era muy tarde cuando volvió la barbilla por última vez, y examinó
nuevamente la nuca al descubierto de su cuello en el viejo tocador. Se sentía un
centenar de libras más liviana, y cuando se levantó, sabía que estaba llevando
sólo las cosas más importantes. Llenó una maleta pequeña y guardó la carta de
Henry en su interior. Luego apagó las luces y se deslizó por las escaleras.
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Diana llevaba un sombrero con las iniciales H. W. S. cosidas en el forro y


un viejo abrigo del ejército francés. Miró el No. 17 durante un buen rato, antes
de finalmente comenzar a caminar hacia el río. La lluvia había cesado, y el aire
era limpio y justo lo suficientemente frío para hacer sentir a uno vivo, de la
forma en que todos los inicios prometedores los hacen.
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