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El proceso fue diferente en lo que se refiere a los hornos. Durante toda la Época Virreinal,
los de fundición dependieron de la quema de leña como fuente de calor, misma que al
principio del Siglo XX fue sustituida por combustibles líquidos y apenas en 1970 por energía
eléctrica. Ese mismo año los hornos de recocido empezaron a alimentarse por gas LP.
A lo largo del Siglo XX y hasta nuestros días, el desarrollo de la tecnología se ha centrado
en el desarrollo de mecanismos más poderosos y eficientes para cada una de las labores
de amonedación, así como en la incorporación de controles, primero analógicos y luego
digitales, para una operación más segura que los mecanismos.
Como se realizaba la fabricación de monedas y medallas en “La Casa del Apartado”
Fabricar monedas y medallas requiere de una serie de operaciones que se conoce con el
nombre genérico de Acuñación.
Este proceso está formado por dos grandes vertientes que se realizan de manera paralela
y confluyen al final en una sui generis combinación de arte e industria.
A continuación se hace una descripción detallada de todas las operaciones tal como se
realizaban en la Planta de Apartado hasta el año 1992.
ARTE. A la vertiente artística del proceso se le conoce con el nombre de Grabado,
en la que incluimos desde la concepción de la pieza hasta la fabricación de los
herramentales para reproducirla. Implica la realización de las siguientes tareas,
tanto para el anverso como para el reverso de cada pieza.
DIBUJO. Tras realizar varios bocetos a mano alzada, se elige el mejor, se formaliza
el dibujo y se somete a la consideración del cliente o del banco emisor.
ESCULTURA. En ella se agrega relieve y volumen a los rasgos planos del dibujo.
Originalmente ésta se realizaba siguiendo la técnica de la cera perdida
que posteriormente se sustituyó por yeso y después por plastilina.
MOLDE. En los primeros años, éste era de arcilla y luego se hizo de hule silicón
para obtener un
MODELO ESCULTÓRICO. Primero realizado en bronce y después en resina
epóxica que se montaba en un pantógrafo, el cual se encargará de realizar una
REDUCCIÓN sobre la cara de un pequeño troza o peto de acero, para formar un
PUNZÓN PRIMORDIAL, el cual debe ser retocado manualmente por el grabador
para perfeccionar o corregir los trazos mecánicos realizados por el pantógrafo,
cuando el punzón está listo se somete a un proceso de temple, tras el cual se envía
a una prensa hidráulica, en la que será puesto cara a cara con nuevo peto de acero
crudo. Aplicando gran presión se obtiene una transferencia de la cara del punzón
primordial al nuevo trozo de acero.
PUNZÓN DE TRABAJO. Tiene como propósito, una vez templado, clavar mediante
la prensa hidráulica tantos juegos como se requieran de la herramienta final.
TROQUEL O CUÑO. Es la herramienta que incluye ya, en hueco todas las
características de la pieza que se trasladarán como relieves al cospel de la
acuñación propiamente dicha.
INDUSTRIA. La otra gran vertiente del proceso de producción es la industria, que
tiene como objeto la transformación de los metales que se utilizarán en la fabricación
de monedas y medallas. incluye las siguientes actividades:
FUNDICIÓN. En grandes hornos con crisoles de grafito se mezclan y funden
las cargas constituidas por las cantidades adecuadas de los materiales necesarios
para obtener la aleación de que se trate;
ENSAYE. Una vez fundido el metal se toma una muestra de la colada para
determinar si está en punto de ley.
MOLDEO. El metal fundido se vierte en moldes fijos o en rieladas de doble revólver
para obtener niveles de aproximadamente 30 cm de largo, 6 de ancho y 13 mm de
espesor.
LIMADO. Con limas y sierras cinta se despoja a los rieles de los excedentes de
metal que presentan por los lados.
DESPUNTE, donde por medio de prensas de corte se eliminan los extremos de los
rieles, que invariablemente están porosos.
LAMINACIÓN DE DESBASTE. Aquí son pasados por una batería de prensas de
rodillo cada vez con mayor presión, hasta obtener una forma de lámina. Como la
presión que reciben en las distintas etapas de laminación afecta las características
físicas del metal, haciéndolo quebradizo, las láminas se llevan tras cada etapa a los
HORNOS DE RECOCIDO, donde se someten a temperaturas de hasta 800° C. para
devolverles su maleabilidad.
LAMINACIÓN INTERMEDIA, en la que las láminas siguen adelgazándose hasta
casi adquirir el espesor deseado;
LAMINACIÓN DE AJUSTE. Con pequeños laminadores se les da a las láminas el
espesor final.
CORTE DE PRUEBA, donde se obtiene un cospel que, mediante una prueba de
peso revela si la lámina tiene el espesor justo.
CORTE DE COSPEL que se realiza en una prensa equipada con un punzón de
corte que a intervalos de tiempo fijos, golpea la lámina la cual se alimenta
manualmente para obtener los cospeles.
ZARANDA, una criba mecanizada que separa los cospeles que pudieran presentar
algún defecto en el corte. Los cospeles defectuosos se reúnen con la cizalla y se
reciclan en fundición.
RECOCIDO DE COSPELES. En hornos de atmósfera, reciben 800° de temperatura
para dejar el cospel en condiciones de maleabilidad adecuadas al golpe de los
troqueles.
DECAPADO, que consiste en eliminar las impurezas adquiridas en su superficie,
derivadas de la combustión al interior del horno.
LAVADO. En grandes ollas giratorias, el cospel es lavado con abundante agua y
jabón, despojándolo de todo resto del ácido de decapado.
SECADO. Se realiza en tómbolas de fuerza centrífuga.
LABIADO. Los cospeles son terminados por el canto, eliminando todos los filos y
rebabas producto del corte y formando un borde perimetral que protegerá el grabado
de las piezas. En el caso de las monedas con leyenda por el canto, ésta es impresa
en labiadoras especialmente equipadas.
ACUÑACIÓN. En cada golpe de las prensas de acuñación, los troqueles anverso y
reverso transmiten su impronta a los cospeles que han sido introducida en una tolva
de alimentación de la que la máquina va tomando uno por uno para depositarlos
dentro de una virola, que asegura que la presión aplicada se contenga en el diámetro
previsto y la deformación del metal se limite a producir los relieves necesarios.
Ya acuñadas las piezas pasan por los últimos controles de calidad y son preparadas para
entregarlas al cliente. Estos son básicamente de conteo y de pesado.
La evolución constructiva del conjunto de La Casa de Moneda a lo largo de la historia,
siguiendo lo relatado anteriormente, y la impresionante colección de maquinaria y
herramientas, todas en perfecto orden de funcionamiento, hacen de éste un caso de
conservación de patrimonio industrial único en el mundo, en que la conjunción del proceso
de acuñación de monedas de México se encuentra íntegro presentando claramente la
metodología de trabajo, esencialmente mecánico intensiva, que existió hasta 1992 y que
interesantemente coincide con la introducción de tecnología digital en otros centros de
amonedación, como el de San Luis Potosí, y de los edificios que albergan éste tesoro
constituyen un punto de referencia a nivel internacional y un candidato natural para figurar
en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO, como a tal se debe tratar.
El conjunto edificado de la antigua Casa de Moneda se divide en cuatro partes claramente
diferenciables, pero en muchos casos también interconectados y superpuestos, de manera
que se forma un complejo constructivamente homogéneo. Estas partes son las siguientes:
Características especiales son los contrafuertes que se construyeron dentro del recinto y
topando con los muros perimetrales, en lugar del exterior, como es común en
construcciones de éste tipo, caracterizados por trabajar a compresión. Es posible que el
Arquitecto Lorenzo de la Hidalga, a quien se atribuye la construcción en la década de 1840,
lo haya concebido así para confinar los movimientos del edificio dentro del perímetro de los
muros existentes en caso de sismo.
Otros elementos notables son los espacios abovedados en el extremo sur poniente, que
seguramente ya existían al momento de la construcción de las naves, y lo que parece haber
sido la preparación, en el muro suroriente, para recibir un retablo para lo que podría haber
sido la capilla de los trabajadores en esos tiempos, y luego retirada para recibir los nuevos
equipos de fundición a fines de siglo. También es de gran interés el dispositivo de tensores
enganchados que se observa sobre la cubierta, único en su género y colocado a principios
del Siglo XX.
Este conjunto obviamente fue construido en una sola etapa y siguiendo un solo criterio
arquitectónico, correspondiente al área que menos modificaciones ha sufrido en la historia
del conjunto de La Casa de Moneda como un todo.
El primer salón al que se accede desde el patio central, incluye nueve bóvedas de
claustro, cada una con un tragaluz, y fabricadas aparentemente en concreto armado, que
desplantan sobre postes apilastrados en cruz y arcos de medio punto, en forma muy
similar a lo que se observa en el conjunto de la fundición, indicativo de que ambos se
pudieron haber construido en un mismo tiempo. En ésta área se hacían los primeros
pasos de laminado.
Hacia el lado norte, se pasa a una larga crujía en sentido oriente poniente, en la que se
realizaban labores de laminado, corte y cizallado; es notable desde el punto de vista
constructivo que la mitad de la cubierta está realizada en bóveda catalana y la otra en
concreto armado, ambas apoyadas en viguetas y postes metálicos. La tercera sala, a la
que se accede desde la anterior incluye los hornos de templado y recocido para dar a los
cospeles nuevamente su uniformidad física, modificada por los procesos de laminado y
corte de cospeles, en términos constructivos es similar a la anterior, y por su costado sur
da acceso nuevamente a la sala de nueve bóvedas, en cuya porción sur se realizaba la
acuñación propiamente dicha.
Prensa de Acuñación Inglesa
Estas maquinas de acuñación fueron introducidas a partir de 1812, las cuales funcionaban
de la energía que generaba el vapor, hasta la primera década de 1900 que se introduce la
energía eléctrica a la Ciudad de México. Estos artilugios en 1943, acuñaban las monedas
de plata 0720 de un peso resplandor, igualmente se acuñaban de 20 centavos plata, 10
centavos plata, 5 centavos bronce y 1 centavo bronce. Monedas que fueron elaboradas
hasta 1944, ya que posteriormente se acuñaron otros metales con menor valor. En el
anverso de la moneda se encuentra el diseño principal con los puntos más altos de relieve,
además el
cospel debe tener el suficiente grosor para que halle suficiente metal para rellenar los
huecos de ambos troqueles y así formar los relieves en ambas caras de la moneda de forma
adecuada.
Conclusiones
Después de realizar una somera relación de los edificios que componen el actual conjunto
del Museo Numismático Nacional, y del conjunto de máquinas y herramientas que
atestiguan a la presencia del proceso histórico de fabricación de monedas posiblemente
más perfectamente documentado del mundo, conviene reflexionar sobre el tesoro cultural
que se tiene y sobre lo que se puede perder, si no se cuenta con criterios y políticas de
conservación apegados a la normatividad nacional e internacional.
Más específicamente, en el nivel arquitectónico, lo ideal es atribuir a cada espacio, interior
y exterior, el uso para que fue destinado originalmente, aunque un buen proyecto de
rehabilitación permite cambios y adaptaciones, siempre y cuando no se modifiquen las
características originales de los edificios, y en caso de que se debe realizar trabajos de
restauración más profundos, siempre respetar en lo posible, los elementos y métodos de
construcción originales. En éste ámbito son preocupantes los deterioros observados en las
losas de la sala de producción de cospeles, muchas de las cuales muestran considerable
deterioro por humedad proveniente de las cubiertas, y que muestran una preocupante
degradación por oxidación de la malla desplegable de los armados, de la misma manera,
la sala de calderas muestra la fractura de las cubiertas en enladrillado, poniendo en peligro
a una magnífica caldera vertical de fines del Siglo XIX. Por lo demás se observa que el
conjunto edificado se encuentra en buenas condiciones de estabilidad, aunque resta por
realizar una considerable cantidad de obra, principalmente en la concerniente a obra de
acabado y de renovación de instalaciones.
Por lo que respecta al tratamiento y la conservación de la maquinaria y demás equipo
mueble, consideramos que se debe diseñar y llevar a cabo un proyecto de preservación de
estos bienes muebles de valor histórico, que incluya labores de registro, conservación,
restauración y difusión, labores que preferentemente deberán ser realizadas por
especialistas en patrimonio industrial, apoyados por conocedores de las labores de
amonedación y actuando siempre con apego a la normatividad nacional e internacional
referida al patrimonio cultural.
En particular, es recomendable evitar la remoción de maquinaria de los lugares en que
estuvo funcionando, debido a que el conjunto constituido por esos instrumentos de trabajo
y la disposición en que se encuentran, ofrece valiosa información sobre la cultura industrial
mexicana, información que desaparecería al realizarse dicha remoción.