Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CRISTOLOGÍA
Y ANTROPOLOGÍA
LA MEDIACIÓN DE CRISTO
EN HENRI DE LUBAC
PAMPLONA
FACULTAD DE TEOLOGÍA fNDICE
UNIVERSIDAD DE NAVARRA
«COLECCIÓN TEOLÓGICA»
134
P R Ó LO G O · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 17
INTRODUCCIÓN ·················································································· 21
CAPÍTULO I
ISBN: 978-84-313-3197-9
hombre . 48
Imprime: ULZAMA DIGITAL, S.L. Poi. Areta, Huarte (Navarra). ción definitiva del «sistema moderno» . 48
Printed in Spain - Impreso en España.
1.1.1.3. Consecuencias del «sistema moderno» . 49
logía teológica . 51
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier furma de reproducción, distribución, comuni
cación pública y transformación, coral o parcial, de esca obra sin contar con autorización escrita de los titulares 1.1.2.1. Alternativa para el «sistema moderno» - la
del Copyright. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de deliro contra la propiedad
«antropología tradicional» . 51
intelectual (Artículos 270 y ss. del Código Penal).
8 ANDRZEJ PERSIDOK INO!Cll 9
1.1.2.3. La unidad del plan divino de salvación . 54 2.2.3. El «deseo natural» en Le mystére du surnaturel 93
1.1.2.4. La visión de Dios corno el único fin último del 2.2.3.1. Puntos-clave de Le mystére du surnaturel 93
de la naturaleza humana - algunas voces polémicas . 59 2.3.1. El hombre corno espíritu 100
CAPÍTULO III
CAPÍTULO II
CRISTO MEDIADOR
LA ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA DE HENRI DE LUBAC
EN LA DNINIZACIÓN DEL HOMBRE
sobrenatural . 84
ciencia cristo lógica . . . . . . 131
2.2.1. El concepto tornasiano del «deseo natural de ver a 3. 1 . 1 . 2 . Juan Alfaro y la analogía entre la gracia de
3.1.2.3. La tesis de Étienne Guibert. Un estudio ex- 4.3. CONCLUSIÓN •••·•·•·•··••·•·•·•·•••••••••····•·····••·•··•••••••••·•···•••··•·•·•·••···•· 201
146
3.2. CRISTO, MEDIADOR ENTRE Dios Y EL HOMBRE ··············••·········· Y LA RECAPITULACIÓN UNIVERSAL
164 gica .
3.4. CONCLUSIÓN •···•····•·········•··················•·····•···•···•····•·····•··•·····••••·
218
4.1.1. La consistencia ontológica del tiempo y de la eternidad 169 5.3.3.1. Persona e individuo . 230
4.1.2. La imagen de Dios y la consistencia ontológica de lo 5.3.3.2. La unidad consumada como imagen y efecto
4.1.3. La apertura recíproca entre el tiempo y la eternidad . 172 5.3.4. Cristo, mediador en el designio divino de la recapitula-
4.1.5. Presencia de la eternidad en la historia . 175 5.3.4.1. Cristo mediador y la entrada de los hombres
unión . . . .. . . .. . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .. . . . .. .. . . 244
Encarnación 247
CAPÍTULO VI
MEDIACIÓN Y MEDIADOR.
6.3. CRISTO, MEDIADOR ENTRE LA UNIDAD Y LA MULTIPLICIDAD....... 263 ASH LUBAC DE, H., Athéisme et sens de l'homme. Une double
6.3.1. Teología del «semel locutus est Deus » .......•.•................. 264 requéte de Gaudium et Spes, en: Révélation divine. A.lfron
6.3.2. Cristo como Verbum abbreviatum 266 tements mystiques. Athéisme et sens de l'homme, Paris: Cerf
6.6. CONCLUSIÓN 285 BUD2 LuBAC DE, H., Christ et Bouddba, en: Aspects du boudd
LuBAC DE, H., Le drame de l'humanisme athée, Paris: Cerf PdM LUBAC DE, H . , Pie de la Mirandole. Études et discussions,
DHA
2 0 1 0 . (trad.esp.: El drama del humanismo ateo, Madrid: Paris: Aubier 1974 (traducción italiana: Pico della Mi
EAV LuBAC DE, H., Entretien autour de Vatican JI, Paris: Cerf Book 1 9 9 4 ) .
1985. (trad.esp.: Diálogo sobre el Vaticano JI, Madrid: PME Lu_BAC DE, H., Paradoxe et mystére de l'Église suivi de
EMl LuBAC DE, H., Exégese médiéuale. Les quatre sens de de la primera parte: Paradoja y misterio de la Iglesia, Sala
EM2 LuBAC DE, H., Exégese médiéuale. Les quatre sens de RO LuBAC DE, H., Révélation divine, en: Révélation divine.
l'Écriture, I,2, Paris: Aubier 1 9 5 9 . Ajfrontements mystiques. Athéisme et sens de l'homme, Pa
EM3 LuBAC DE, H., Exégise médiévale. Les quatre sens de ris: Cerf 201 O, 3 6 - 2 3 1 .
l'Écriture, JI, 1 , París: Aubier 1 9 6 1 . RF LuBAC DE, H., Recherches dans la foi. Trois études sur
EM4 LuBAC DE, H., Exégise médiévale. Les quatre sens de Origene, saint Anselme et la pbilosopbie chrétienne, Paris:
ET LuBAC DE, H . , L'Écriture dans la tradition, París: Aubier RN LuBAC DE, H., Résistance chrétienne au nazisme, Paris:
1966 (trad.esp.: La Escritura en la Tradición, Madrid: Cerf2006.
Fundación Maior- BAC 2014). S LuBAC DE H., Surnaturel. Études historiques, París: Aubier
Paradojas; seguido de Nuevas Paradojas, Madrid: PPC BAICHL Bulletin Association Internationale Cardinal Henri de
Lubac.
1997).
PRÓLOGO
y sabemos que durante un tiempo -antes del Vaticano II- los plan
Vaticano II.
temporánea.
separación que mostraba la teología entre lo humano y lo divino, la En esta obra, lo mismo que en otros lugares de los demás escritos
naturaleza y la gracia, la acción humana y el don de Dios en la com lubacianos, no estamos ante una mera cristología «implícita», presen
prensión del misterio cristiano. Maurice Blondel, que tanto influyó te en el fondo pero nunca expresada. Incluso si este fuera el caso, tal
en su joven amigo jesuita, había acuñado la expres�ón «extrinsecism�» «cristología implícita» ya sería un tema digno de ser estudiado, dado
para caracterizar a esta teología que no lograba mtegrar las dos �i que lo implícito no se configura independientemente de lo explícito,
mensiones esenciales de la salvación cristiana. Y a ese problema quiso sino que entre ellos hay una relación mutuamente transformadora.
responder el teólogo francés mediante una búsqueda incesante de la Pero, además, en el caso de De Lubac, Persidok cree que Cristo y la
justa mediación entre la acción de Dios y el mundo de los hombres. cristología es explícitamente objeto de consideración y de estudio. Su
Y así, no es difícil apreciar que, en todas sus obras, aparece con toda interés está más centrado en los aspectos soteriológicos, es decir, en
claridad la voluntad de integración, de mostrar la unidad del misterio el efecto que la presencia de Cristo tiene para el mundo creado que
Lubac y, con más seguridad aún, afirmar el papel central que Cristo
titud de cuestiones, pero no de todas. Entre las lagunas generalmente
reconocidas en la obra lubaciana suele señalarse de manera especial ocupa en su planteamiento teológico.
ción discreta. Más aún, la investigación sobre su aportación a la cris de la mediación, y más en concreto, de Cristo mediador. Como ya se
Donath Hercsick, Etienne Guibert, y Noel O Sullivan sobre diversos como objetivo fundamental la búsqueda de la correcta articulación de
La obra de Andrzej Persidok parece, sin embargo, desmentir lo las causas principales de la separación entre la fe cristiana y la cultura
a las obras de Henri de Lubac con el proposito de descubrir la figura en su calidad de mediador. Esto quiere decir que todas las realizacio
hablar incluso de la falta de cristología en la obra de Henn de Lubac, entre la multiplicidad y la unidad- son pensadas, con expresión de J.
Milbank, «como anticipaciones de Cristo o entendidas como directa
Persidok plantea la necesidad de repensar una afirmación como esta
mente atribuibles a su influencia».
ya que considera que, aunque no como cristología sist�mática, la �gu
Persidok estructura su investigación en dos partes fundamentales.
ra de Cristo tiene una presencia central en el pensamiento [ubaciano.
De hecho, solo se puede entender a fondo la capacidad de «unir sin La primera ofrece en dos capítulos una especie de mapa de la antro
confundir» que es una característica clave de su teología si se accede a pología teológica del autor de Meditación sobre la Iglesia. Analiza la
La relativa escasez de textos explícitamente cristológicos en el con del hombre a la luz del Evangelio. La segunda parte es la más amplia
san Agustín) continuada por los medievales (sa?to Tomás, sa� Bue
cionismos interesados. En Cristo mediador está la respuesta ofrecida La teología de hoy, si no quiere perder el contacto con su época y
por Dios y necesitada por nosotros para comprendernos mejor y para convertirse en un mero juego de palabras, necesita ser consciente de
vivir con plenitud esperanzada. que el rechazo masivo de Dios en el mundo occidental determina en
César Izquierdo
buena parte el terreno en que desarrolla su reflexión. Esto, que era una
mo, indicando de ese modo que había que contar con esa realidad
1•
al delimitar el contexto del discurso teológico Aunque su objetivo
l{:111:inger y El Dios de jesucristo de Walrer Kasper, cf. RATZINGER J., Introducción al cristia
nismo: lecciones sobre el credo apostálico, Salamanca: Sígueme 2009; KAsPER, W., El Dios de
blan abiertamente del precio que hay que pagar por haber «matado a
por los filósofos, científicos y artistas, hasta alcanzar en el siglo XX
2•
Dios». Así, el postestructuralista Michel Foucault advierte: «No pen
una difusión tan amplia que ya se pudo hablar de una «era secular»
séis que habiendo matado a Dios habéis construido un hombre que
valga más que Dios y que pueda tenerse en pie mejora". En el mismo
Según observa Charles Taylor, la filosofía basada en el rechazo de
espíritu, el filósofo Gianni Vattimo observa que «el humanismo está
Dios en el siglo XIX tuvo dos grandes corrientes. Una, heredera de la
en crisis porque Dios está muerto» y que «la verdadera sustancia de la
Ilustración, animada por una esperanza ilimitada en las ciencias y en
crisis del humanismo es la muerte de Dios-".
el progreso, pregonaba el triunfo final del hombre, que, al ser liberado
Aunque una gran parte de los pensadores sigue afirmando que
de la alienación que la religión suponía para él, alcanzó por fin la ma
el hombre de hoy es destinado a una vida «sin cristos ni profetas, sin
durez. En esta corriente del «ateísmo humanista» destacan pensadores
9,
dioses y sin biblias» muchos parecen conscientes, más que sus prede
como August Comte y Ludwig Feuerbach, así como los neopositivis
cesores, de que valores tan fundamentales como el amor, la sociedad o
tas de la primera mitad del siglo XX y, hasta cierto punto, Marx y los
el sentido de vida son difícilmente salvables sin un fundamento tras
marxistas3• La segunda corriente tiene su origen en Friedrich Nietzs
cendente. En este sentido Ronald Stuart Thomas, poeta galés ator
che, ciertamente uno de los filósofos más influyentes hasta nuestros
mentado por el aparente silencio de Dios en el mundo postcristiano,
días4• Autor del famoso anuncio de la «muerte de Dios», no compartía
habla del momento en que Dios se retira del mundo, dejando una
con los positivistas su optimismo y su fe en el hombre. La Ilustración,
llama de amor vacilante; es el momento en que los «demonios» que
lejos de ser un nuevo comienzo, fue para él una etapa de declive de la
antes. aterroriz;tban a la humanidad, enterrados hace mucho tiempo,
civilización cristiana5• Nietzsche sostenía que, junto con la «muerte»
resucitan, atraídos por el olor del cadáver (¿de Dios? ¿del hombrei)!",
del Dios cristiano, llegó a su fin el humanismo europeo. La única sa
En cuanto a la actitud de los propios cristianos ante el problema
lida posible del nihilismo es ahora la superación del humanismo y la
de la ruptura entre la cultura moderna y la religión, los primeros en
búsqueda del «superhombre».
darse cuenta de la seriedad de la crisis fueron, quizás, pensadores pro
Si los «padres» del ateísmo pertenecían todavía al siglo XIX, su
testantes. De ahí los intentos de la mediación entre la fe cristiana y la
influencia se extendió a todos los años siguientes, hasta la época pre
cultura moderna, desarrollados ya en el siglo XVIII por filósofos como
sente. Como se ha señalado, a lo largo del siglo XX en la filosofía ha
Friedrich Schleiermacher -intentos que abocaron al «protestantismo
cambiado prácticamente todo -salvo el rechazo rotundo de la reli
liberal», y también llevaron al surgimiento de la oposición frente a ése,
gión6. Lo que sí que ha cambiado, es la extensión del mundo de la in
con el nombre emblemático de Seren Kierkegaard.
creencia. El ateísmo que antes era cosa más bien de «élites» científicas
En cuanto a la reflexión católica, en el siglo pasado hubo al menos
o artísticas (a veces disfrazado de «agnosticismo») pasó a ser una de
dos grandes intentos de enfrentarse con el problema del divorcio entre
las convicciones más extendidas en varios países del Occidente. Otro
l� fe y la -�ultura. El primero fue el movimiento modernista que, si
cambio consiste, quizás, en que varios pensadores «postcristianos» ha-
bien surg10 ya a finales del pontificado de León XIII, alcanzó su mo
YLOR, CH., A Secular Age, Cambridge, Massachusetts I London, England: Belknap 2007, en Italia, Alemania e Inglaterra, que en diversos campos de reflexión
especialmente 299-535.
3. Cf. DHA 141-278 (153-322); en lo sucesivo citamos las obras de Henri de Lubac de
(filosofía, exégesis, historia, reforma interior de la Iglesia) procuraba por la patrística, el movimiento litúrgico, el estudio de Santo Tomás
responder al difícil problema de la supuesta ruptura existente entre la históricamente contextualizado, o los nuevos planteamientos en la fi
doctrina cristiana y el pensamiento moderno, profundamente trans losofía católica. No obstante, el impulso que movía a los autores era,
formado a raíz de la «revolución del pensamiento» operada en el curso en buena parte, de carácter apologético: dar a conocer el cristianismo
la modernidad es debida no al carácter anti-moderno de la fe, sino al en Villefranche, y luego en la facultad católica de Lyon, donde hizo un
hecho de que esa fe quedaba encerrada en el sistema rígido y abstracto curso de estudios en derecho.
de la neoescolástica. La solución que veían pasaba por el redescubri En 1 9 1 3 De Lubac entró en el noviciado lionés de la Compañía
miento de la riqueza de la tradición católica, y a partir de ella reanudar de Jesús, pero su formación pronto quedó interrumpida: fue movi
el diálogo fecundo entre la fe y la cultura moderna. lizado en 1 9 1 4 y pasó los cuatro años que siguieron en los campos
El fenómeno de la renovación teológica bebía de varias fuentes, de batalla de la Primera Guerra Mundial. Esta experiencia le marcó
15. AuBERT, R, La teología durante la primera mitad del siglo XX, 30.
para siempre: aparte de ver de cerca los horrores de la gue�ra, cuyas En los años 30' y 40' fueron editadas las obras más conocidas del
imágenes nunca le dejaron del todo, fue gravemente hendo y, en teólogo. En ellas, en general, reunía artículos y conferencias previa
consecuencia, durante toda su larga vida sufría fuertes dolores de ca mente publicados por separado. En 1 9 3 8 apareció Catholicisme; en
1•
beza. Pero hubo también otro aspecto: a través de las conversaciones 1944, Le drame de l'humanisme atbée; y en 1946, Surnature/2 Las
que mantuvo con sus compañeros en las trincheras, �e Lubac_ pudo tres obras, cada una a su manera, surgieron del impulso que buscaba
enterarse de la existencia de un inmenso mundo de la mcreencia que la renovación teológica de la primera mitad del siglo XX. La teología
no se identiflcaba con el ateísmo militante al estilo de la Tercera Re de De Lubac en particular respondía a la necesidad de dar respuesta a
pública. Según él mismo lo admite, estas conver�aciones con gen la separación entre la fe y la cultura que, en último término, significa
te sincera y de profundos ideales humanos que, sm embargo, no se la ruptura entre el hombre y Dio s .
sentían atraídos por la fe cristiana, fueron el primer impulso que le Las décadas fructíferas de los años 30' y 40' fueron también las
hizo reflexionar sobre la separación entre la fe y la cultura y buscar de la experiencia difícil de la Segunda Guerra Mundial y de la ocu
Vuelto de la guerra, De Lubac pudo terminar su noviciado y conti el movimiento de la «resistencia espiritual», una labor formativa que
nuar su formación espiritual e intelectual que, a causa de la legislación procuraba preservar a los franceses de la influencia ideológica y espi
francesa, se realizaba entonces en casas situadas en territorio inglés. En ritual de los ocupantes nazis. Aunque no se trataba de una actividad
este período, destacan dos momentos: primero, durante los estudios política (De Lubac posteriormente negó haber participado en la Ré
De Lubac descubrió la filosofía de Maurice Blondel, que luego sería se comprobó con la muerte del jesuita Yves de Montcheuil, amigo y
una de las inspiraciones principales de su obra teológica; segundo, colaborador de De Lubac, en la prisión de la Gestapo.
Ordenado sacerdote en agosto de 1 9 2 7 , dos años más tarde De ción, comenzada en 1 9 43 , contribuyó de manera decisiva al redescu
cultad de Teología de Lyon (y no en el seminario de los jesuitas de la renovación teológica en el siglo XX.
Lyon-Fourviere). Su lección inaugural, dedicada a la relación entre Otro hecho de gran relieve, tanto para la vida como para el pen
apologética y teología, es testimonio de la preocupación constante samiento del teólogo, fue la controversia que se desarrolló acerca de
encargo de dirigir las clases sobre la historia de las relig!ones. Luego con algunas afirmaciones contenidas en la encíclica Humani generis,
diría que la preparación de estas clases, aunque laboriosa, tuvo su interpretadas como si fueran dirigidas directamente a De Lubac, las
efecto en confirmarle aún más en la «extraordinaria unicidad del polémicas acerca de Surnaturel trajeron como consecuencia para el
Hecho cristiano» dentro del mundo de las religiones. Además, las teólogo la retirada de la enseñanza en Lyon, y su traslado a París. El
clases dieron origen a sus estudios dedicados al budismo, este «ateís «tiempo de silencio» que entonces comenzó puede ser interpretado
mo oriental» que, ciertamente, le interesaba también a causa de las en clave de la «vocación mediadora» de De Lubac y de su búsqueda
analogías que guardaba con el hecho inquietante del ateísmo masivo incansable de la unidad, nunca de la ruptura. Aunque sufría a causa
en el Occidente.
21. Otras obras, publicadas en esta época, han sido: Corpus mysticum ( 1 9 4 5 ) , Proudhon
de la mala comprensión de sus obras, nunca hubo en él ni una sombra dimensiones: social, interior e histórica, que le confieren un carácter
23
de desobediencia o de una actitud de rebeldía ante la autoridad de la verdaderamente «católico», es decir, universal y total • La introduc
Santa Sede. ción a la obra permite ver la intención apologética que está detrás de
La rehabilitación del teólogo comenzó cuando el Papa Juan XXIII ese intento. De Lubac escribe en ella que, así como en el siglo XIX la
le nombró, en el año 1 960, consultor de la Comisión Preparatoria «dificultad de creer» venía «en gran parte de una filosofía agnóstica y
para el Concilio que había anunciado. Desde su posición de perito, de las dudas concernientes a la Biblia y a los orígenes del cristianis
Henri de Lubac influyó de manera considerable en algunos documen mo», ahora muchos dudan de su valor permanente precisamente por
tos conciliares, tanto por su participación directa en la elaboración de tenerlo por una religión «que se desinteresa tanto del futuro terrestre
los mismos, como a través de sus obras, algunas bien conocidas por como de la solidaridad humana», las dos grandes preocupaciones del
24•
varios Padres del Concilio. mundo occidental en la primera parte del siglo XX
En la época posconciliar, De Lubac participó activamente en la Si en Catbolicisme el teólogo ofrece sólo unas pocas consideracio
vida de la Iglesia. Sus obras más importantes provienen de la épo nes acerca de la intención apologética de la obra, esa intención -que
ca anterior al Concilio (con excepción de Le mystére du surnaturel, subyace no sólo a este libro célebre sino a toda la obra del teólogo
su exposición más completa de antropología teológica, publicada en queda expuesta con más claridad en una conferencia, pronunciada en
1 9 6 5 ) , pero después del Vaticano II siguió escribiendo sobre varios Grenoble en el mismo año de la publicación de Catholicisme, sobre las
25•
temas. Junto a Balthasar y Ratzinger, dio comienzo a la revista teológi «responsabilidades doctrinales de los católicos en el mundo de hoy»
ca internacional Communio. Con inquietud observaba cómo muchos En dicha conferencia, De Lubac parte del hecho de la «descris
cristianos en esa época confundían el afán reformador y renovador en tianización» masiva que ha afectado no sólo al mundo de las ideas,
la teología y en la Iglesia con las ideas revolucionarias que por enton sino también a la vida cotidiana y a las costumbres, hasta romper la
ces sacudían las sociedades de la antigua Europa. El teólogo que veinte «corriente vital» por la que la religión pasaba de una generación a otra.
años atrás era considerado como sospechoso por sus ideas demasiado El autor señala que este mundo descristianizado, en sus partes ideoló
alejadas del paradigma dominante en teología (el neotomista, basado gicamente más activas, posee unos rasgos que no siempre se perciben
en la hipótesis de «natura pura»), ahora fue acusado a menudo por los bien. Primero, está poseído por un deseo de totalidad; no busca so
teólogos «progresistas» de retrógrado y conservador. A la vez, hacia el luciones parciales o distinciones netas en las ideas, sino un programa
final de su larga vida, le llegó el reconocimiento más importante por integral tanto para la sociedad como para cada individuo. Segundo, su
parte de la Iglesia: en el año 1 9 8 3 fue nombrado cardenal por el Papa idealismo y su rechazo de cualquier compromiso con el orden estable
Juan Pablo II. Falleció en Paris el día 4 de septiembre de 1 9 9 1 . cido del mundo, esconden en realidad un verdadero impulso místico
Tanto en la vida como en la obra de Henri de Lubac subyacía un Partiendo de este diagnóstico, el teólogo ofrece un programa de
deseo de unir lo que está roto y de mantener en unidad lo que estaba cómo se debe presentar la doctrina cristiana para remediar la ruptura
amenazado por la ruptura. La ruptura más dolorosa desde el punto entre ella y el mundo contemporáneo. Observa que, siendo la descris
de vista teológico era la que se estableció entre el hombre moderno tianización un fenómeno vital que ha afectado a las mismas estructu
y Dios, y ésta fue una preocupación constante del teólogo desde el ras sociales que garantizaban la transmisión de la fe, se debe acentuar
principio de su trabajo teológico. Lo atestiguan ya las tres obras tem que el cristianismo es un compromiso personal, vital, y no sólo una
pranas, editadas en torno a los años de la Segunda Guerra Mundial. tradición heredada. Señala también que, teniendo en cuenta el deseo
Esas obras: Catholicisme ( 1 9 3 8 ) , Le drame de'! humanisme athée (1944) de totalidad de los contemporáneos, en lugar de intentar explicar y
tento de mostrar el misterio cristiano en la unidad orgánica de sus tres PME 261-277.
INTRODUCCIÓN 31
ANDRZEJ PERSIDOK
30
de los «místicos ateos», el cristiano debe mostrarles que el gran deseo tura entre el hombre moderno y Dios a un nivel mucho más profundo
27•
que les anima queda colmado solamente en el mis�erio cri�tiano, edi que el de los meros debates intelectuales
ficado sobre la afirmación fundamental de que «Dios se hizo hombre El tercer libro de los tres que hemos enumerado es Surnaturel. Esta
obra, quizás no tan leída como los otros dos libros, apenas traducida a
para que el hombre pueda devenir Dios».
Es bueno observar que De Lubac no se contenta con la imagen de otras lenguas y reeditada una sola vez (mientras que Catholicisme y Le
los no creyentes como personas que viven su vida superficialmente, drame de'! bumanisme athée tuvieron varias ediciones y fueron traduci
materialistas desprovistos de cualquier profundidad espiritual. Como das a las principales lenguas del mundo), es, sin embargo, la que más
también lo repetirá más tarde, es consciente de que el encuentro entre eco tuvo en la teología y en la propia vida de Henri de Lubac.
el cristianismo y el ateísmo es un encuentro entre dos místicas y, por Aunque Surnaturel es una obra propiamente teológica, es fácil ver
tanto, aunque el diálogo en el nivel de las ideas puede ser fecundo,. l? que en su raíz está la misma intención de remediar la ruptura entre la
que queda, a fin de cuentas, es el «combate» entre dos fuerzas espm- fe y la cultura. Si, en Casholicisme, De Lubac es consciente de dirigirse
les para el proyecto teológico de De Lubac es Le drame de l 'humanisme profetas de esa «descristianización», en Surnaturel se lanza a inves
athée. Se trata de un ensayo, que procura confrontarse con las ideas tigar las causas profundas de la misma; esas causas del olvido de la
de los grandes pensadores anticristianos del siglo XIX: Ludwig Feuer dimensión teológica del hombre se encuentran, según él, en la misma
bach, August Comte y Friedrich Nietzsche, repres�ntantes no t'.111� teología. Como inspiración de Surnaturel se encuentra, ciertamente,
to de un ateísmo «burgués», cuanto de lo que el teologo denomino el pensamiento del filósofo francés Maurice Blondel que con su «fi
«ateísmo místico». El libro, además de resumir lo que cada uno de losofía de la acción» emprendió una lucha contra el «extrinsecismo»,
ellos dijo acerca de la religión, apunta a la fuente común de todos los es decir, contra la postura intelectual que no admitía ningún vínculo
proyectos filosóficos antirreligiosos. Esta fuente. es el «trágic� equívo intrínseco entre el hombre y Dios. Este extrinsecismo fue compartido,
co» de considerar la visión del hombre creado a imagen de D10s y, por con fines distintos, tanto por los apologetas católicos de la corriente
tanto, dotado de un vínculo inalienable con él, como un yugo que neoescolástica, como por los filósofos naturalistas antirreligiosos. En
impide al hombre ser él mismo en lugar de como una liberación de la ese contexto adquiere un significado particular la carta que el día 3 de
tiranía del destino. abril de 1932 De Lubac envío al filósofo de Aix, en la que aparecía
De Lubac no se enfrenta con estos autores con una argumentación un esbozo de lo que iba a ser Surnaturel; como expresión de la idea de
polémica directa, sino que contr�pone a los profe�as del «humani�mo fondo de la obra que por entonces tenía planeada, el joven teólogo cita
ateo» dos pensadores contemporaneos, que, experimentando en si to unas frases del propio Blondel, según el cual «si demasiado a menudo
das las contradicciones que caracterizan al cristianismo vivido en la hoy el camino gener_al de la humanidad se aparta del cristianismo, es
época moderna, en su propio interior ganaron el «combate espiritual» quizás porque demasiado a menudo se ha desenraizado el cristianismo
28•
contra el ateísmo. Se trata del filósofo danés, Seren Kierkegaard, y del de las vísceras Íntimas del hombre»
En Surnaturel, el jesuita francés localizó la causa de este «desenraí social y se desentendía de toda la parte dogmática; o el cristianismo
zamiento» precisamente en un planteamiento teológico, surgido al co exclusivamente social que llega hasta decir que la «verdadera religión
mienzo de la época moderna, que consideraba posible que el hombre es quitar el hambre»; o, también, la teología convertida en antropolo
hubiese sido creado por Dios en un orden de pura naturaleza. Lo que gía, donde Dios ya no es más que una cifra de la profundidad espiri
9•
apareció como una hipótesis en teología, en los siglos posteriores fue tual del hombre2
retomado por los pensadores antirreligiosos como punto de partida La actitud de De Lubac frente a estos proyectos fue claramente
para reconocer en la religión un añadido inútil o incluso nocivo que crítica. En sus apuntes del tiempo de Concilio, comenta que varias
se superponía al hombre, que aparecía como un ser consistente en sí versiones del «cristianismo renovado» daban la impresión de que «la
mismo, sin necesidad de referencia alguna al orden sobrenatural. El Iglesia, viendo que no interesa a los hombres con el mensaje de Jesu
propósito de De Lubac consiste en plantear la relación de lo humano cristo, busca una actividad de recambio para sobrevivirs'". Situándose
y lo divino de tal manera que resalte el vínculo originario entre ellos, claramente a favor de la renovación conciliar, cuya validez nunca ha
31,
una relación sin confusión pero a la vez sin separación. puesto en duda el teólogo rechazaba a la vez todo tipo del «inte
Los tres libros analizados muestran, cada uno a su manera, cómo la grismo secularizante», encarnado en teólogos más progresistas, más o
32•
obra de Henri de Lubac se inscribe perfectamente en la gran ambición menos cercanos a la revista Concilium En tiempos de confusión y
apologética, propia de la renovación teológica que comenzó antes del de embriaguez intelectual para muchos, su actitud fue sobria y clari
Concilio Vaticano II: unir lo que está separado, mostrar la posibilidad vidente; frente al mundo moderno, cada vez menos cristiano, nunca
de la unión allí donde otros veían ruptura como una necesidad fatal. abandonó su gran deseo de unirlo a Cristo, pero tampoco cayó en la
Los años que siguieron inmediatamente al Concilio han demos tentación de confundir los órdenes. Cabe señalar aquí que esta actitud
trado la ambigüedad de varios planteamientos teológicos que busca supuso para él el pago de un gran precio: el progresivo aislamiento
ban el acercamiento entre el cristianismo y el mundo moderno. Teó dentro de su propia orden religiosa y, también, la experiencia de una
logos contemporáneos de Henri de Lubac, como Hans Küng, Edward verdadera «noche espiritual» de la que son testimonio algunos textos
Schillebeeckx o incluso Karl Rahner, al proponer una relectura de la personales del teólogo, recientemente publicados en el cuarto tomo
33•
doctrina cristiana, supuestamente para hacerla más comprensible al de su biografía
hombre moderno, no siempre lograron salvaguardarla en toda su in La comparación del período preconciliar de la vida de Henri de
tegridad. Vistos desde la perspectiva de años y a la luz de las repercu Lubac, marcado por la retirada de la enseñanza a causa de las sospe
siones que tuvieron en la vida de la Iglesia posconciliar, sus proyectos chas de proponer en sus escritos una especie del modernismo redivivo,
teológicos, pensados en el marco del diálogo con un hombre ya ale y el posconciliar, caracterizado por su progresivo distanciamiento de
tianismo y el mundo, tensión que amenazaba, según pensaban, con 29. Sobre estas visiones del «otro cristianismo», cf. p.ej. FABRO, C., La aventura de la
una ruptura total. teologta progresista, Pamplona: Eunsa 1976, 1 1 - 1 7 7 ; GoNZÁLEZ DE CARDEDAL, O., La teolo
fue la convicción de que, aparte del cristianismo «de siempre», con 31. Cf. EA.
V 1 8 - 5 1 (23-57).
• 3�. Cf. CHANTRAIN�, G., LEMAIRE, M.-G., Henri de Lubac, t.N. Concite et aprés
sus dogmas y oraciones, su Biblia y sus sacramentos, puede haber otro
Cancile (1960-1991), Pans: Cerf2013, 413ss; 433ss; 5 1 5 s s ; MADRIGAL, S., Tiempo de conci
cristianismo, menos exigente y más «encarnado» en el mundo pos
lio. El Vaticano 11 en los Diarios de Yves Congar y Henri de Lubac, Santander: Sal Terrae 2009,
cristiano con sus ideales, sus deseos y añoranzas. Esto muchas veces 214-224; 238-241.
33. Uno de los testimonios más chocantes de la «noche» que el teólogo atravesaba se
significaba simplemente un cristianismo circunscrito perfectamente
encuentr� en un� carta, enviada a Georges Chantraine el cinco de julio del año 1974: «Cinq
dentro del recinto limitado que la razón secular, única instancia que Jnurs et cmq nuits sans sommeil, la tete prise, les souvenirs brouillés; l' obsession des maux
organiza la vida de la sociedad, se inclinaba a concederle. De ahí sur de l ' É gl í se : la tenrarion du désespoir, a laquelle me fait seule échapper la médiocrité de ma
narurc; malgré quelques vaíns efforts, l'asile de la príere restant fermé. ( . . . ) . J e me trouve,
gieron, en el seno de la reflexión nominalmente católica, fenómenos
lmpuíssam, - er solíraire, - au centre <le la rornade», C�!ANTRAINE, G., LEMAIRE, M.-G.,
como el cristianismo político, que limitaba el Evangelio a su mensaje llmri dr l.ubac, t.lV., 522.
34 ANDRZEJ PERSIDOK INTRODUCCIÓN
35
las teologías progresistas, podría hacer pensar que hubo un cambio consideración y estudio. Es fácil observar que su interés va más en la
radical tanto en su actitud personal, como en su posición intelectual. dirección del efecto que la presencia de Cristo tiene para el mundo
Según esta visión, el joven teólogo, optimista e interesado en el diálo creado que en las consideraciones acerca de su constitución personal.
go con el mundo, a causa del trauma que supuso la «descomposición No obstante, como han demostrado también otros autores cuyas tesis
del catolicismos " observada después del Concilio, se transformaría vamos a estudiar más adelante, parece perfectamente legítimo hablar
en un integrista completo, defensor de un conservadurismo cerrado a de cristología en De Lubac y, con más seguridad aún, afirmar el papel
todo diálogo con el mundo. central que Cristo ocupa en su planteamiento teológico.
Creemos que esta visión radical de la evolución del teólogo es fal En algunos textos de carácter programático es el mismo De Lubac
sa. En nuestra opinión, en los dos períodos de su vida, la posición que el que apunta en la dirección de la lectura cristológica de su obra. Por
representaba, ciertamente vinculada con su gran amor a la Iglesia y el ejemplo, al final de la conferencia (ya analizada aquí) sobre «respon
extraordinario conocimiento que tenía de su Tradición, era también sabilidades doctrinales de los católicos en el mundo moderno», en la
una consecuencia lógica de los principios teológicos presentes en su que el autor se ocupa de definir la tarea apologética frente a la socie
reflexión desde el comienzo. Su oposición tanto al «sistema dualista» dad descristianizada, concluye:
revolucionarios se basaba en la articulación peculiar de la relación en «A Jesucristo, entonces, se dirige toda nuestra fe. Es a él, sólo a él,
al que nos vincula todo nuestro compromiso personal. En él, por fin,
tre naturaleza y gracia, entre el hombre y Dios, que le permitía pensar
encontramos el artífice y la prenda de nuestra divinización, puesto que
los dos extremos en estrecha unión, pero sin confusión.
en él, como en la Zarza ardiente que ante los ojos de Moisés ardía sin
La capacidad de «unir sin confundir» que caracteriza al plantea
consumirse, nuestra naturaleza humana es exaltada, hasta ser unida, sin
miento teológico lubaciano es debida -ésta es nuestra convicción de
confusión, pero en una unión total y definitiva, a la Dlvinídada".
fondo- al papel central que Cristo tiene en la reflexión del teólogo.
caso de De Lubac, Cristo y la cristología es explícitamente objeto de 35. PME 276; luego, el teólogo repite dos veces: «el cristianismo, esto es Cristo», cf.
PME 276; 277.
au fond, le changer. Plusieurs de ceux qui voudraienr, dísent-ils, l'«incarner» davantage vou
34. La expresión es de Luis Bouyer, cf. BoUYl!R, L.. la descomposición del catolicismo, draicnt, au fond, l'enliser», I' 42 (40).
Como hemos mostrado, el proyecto teológico de Henri de Lubac dan unidas. Lo natural, perteneciente a la creación, y lo sobrenatural,
tiene como su impulso principal la búsqueda de la articulación correc divino, no aparecen como una simple relación personal entre Dios y
ta de la relación entre el hombre y Dios, lo cual permitiría desactivar los hombres, sino como un binomio fundamental en la estructura de
una de las causas principales de la separación entre la fe cristiana y la la misma realidad, los dos extremos que exigen una mediación. Por
cultura moderna. Todo esto nos conduce a la que es la tesis de nuestro otro lado, el problema de la mediación no queda aquí solucionado
trabajo: esta articulación es pensada por De Lubac a partir de Cristo en el nivel intelectual en términos abstractos, sino en la Persona del
43•
en su calidad de mediador. Esto quiere decir que todas las realizaciones «único mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús»
de la unión entre lo divino y lo humano -en sus varios aspectos, como La cuestión de la mediación en la fe cristiana queda, por tanto, solu
unión entre naturaleza y grada, entre el tiempo y la eternidad, entre cionada de un modo paradójico: Cristo, siendo un ser concreto que
dote, aparece aquí como una manera de conciliar las dos exigencias
42. PEPIN, J., Les deux approches duchristianisme, Éditions du Minuic 1 9 6 1 , 1 1 6 ; cf.
opuestas que están en la base de la religión: por un lado, la exigencia todo el capítulo 2, «La notion de médiation en histoire des religions»,
43. Cf. «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, el
de asegurar la trascendencia de D ios , su inaccesibilidad e íncognos
hombre Cristo Jesús, que se entregó a sí mismo como rescate por todos», 1 Tm 2 ,5- 6.
cibilidad que viene precisamente de su superioridad respecto al ser
44 . Así, la problemática de la mediación crisrológica queda unida a la antigua cuestión
del «universal concreto», de la que vamos a tratar en el último capítulo de nuestro trabajo.
45. Sobre este tema, cf. IZQUIERDO, C . , «Cristo "Mediador". Perspectiva bíblica», 69 5-
732.
38. MILBANK, J., Teologia y teoría social Más allá de la razón secular, Barcelona: Herder
46. Cf. IZQUIERDO, C., «Cristo "Mediador". Perspectiva bíblica», 7 1 8-7 24.
2004, 304.
47. Cf. IZQUIERDO, C., «Cristo "Mediador". Perspectiva bíblica», 714-718.
39. IZQUIERDO, C., «Cristo «Mediador». Perspectiva bíblica», Scripta Tbeologica 40
48 . Así, como s e ñ al a Walter Kasper, en el dogma de Calcedonia se trata de la «cuestión
(2008), 697; todo el artículo 695-732.
fündamental de la salvación» así como del «problema especulativo fundamental de la media
40. MoLLER, J., voz «Mediación», en: FRIES, H. (ed.), Conceptos fundamental.es de la
cl ó n » , cf. KASPER. W., jesÚJ, el Cristo, Salamanca: Sígueme 1 992, 281 .
teologia, 11, Madrid: Cristiandad, 1966, 992; la voz entera 992-996.
49. Cf. MyMy 64; C 298 ( 2 40), nota 3 (35); RD 72ss.
41. Cf. IZQUIERDO, C., «Cristo «Mediador». Perspectiva bíblica», 697.
38 ANDRZEJ PERSIDOK INTRODUCCIÓN
39
Si la tesis principal de nuestro trabajo es que la articulación de la a la primacía del fin sobre el principio, en el sentido de que el punto
relación entre el hombre y Dios es pensada por De Lubac a partir del final -telos- constituye la perspectiva desde la que se puede ver con
Mediador, también es verdad que, en algunos de sus escritos relevan exactitud lo que un ser fue desde el principio.
tes, la presencia del Mediador no aparece en el primer plano. En las Las obras de De Lubac testimonian la gran riqueza de fuentes de
obras dedicadas a la antropología teológica y al problema de lo sobre su teología. Esto no se refiere solamente a las innumerables citas, sobre
natural la cuestión parece ser, más bien, la búsqueda de la «mediación» todo patrísticas y de autores medievales, contenidas en sus escritos,
en sentido formal, como un momento estructural en la naturaleza sino también a sus ideas. Entre los varios autores que influyeron en él,
humana que la hace positivamente abierta a la unión con Dios. se debe mencionar a los Padres griegos (especialmente a San lreneo y
Un problema que se plantea a la hora de abordar la cuestión de Orígenes), San Agustín, Santo Tomás de Aquino y, entre los moder
la «mediación» en Henri de Lubac es, por tanto, el siguiente: ¿cómo nos, especialmente a Maurice Blondel -quizás la influencia decisiva
mostrar la unidad de su visión teológica, que comprende tanto los en toda la vida intelectual del teólogo.
escritos dedicados a la antropología teológica, en los que la «media Frente a tal abundancia y complejidad de influencias, quisiéramos
ción» es considerada más bien en términos abstractos, como también expresar nuestro propósito de tratar a De Lubac como un autor origi
otros, como por ejemplo los escritos sobre la dimensión social del nal, digno de ser estudiado por sí mismo, dentro de los límites de su
dogma, en los que el papel de Cristo, como mediador de la unidad propia obra. Nos interesa, principalmente, su propio pensamiento y
entre los hombres, está fuertemente subrayado? Es bueno recordar no la relación que mantiene con otros autores.
que, como se ha señalado, el pensamiento del teólogo lionés, aunque Esto tiene una importancia particular a la hora de abordar la an
caracterizado por una unidad profunda, no tiene carácter sistemático, tropología teológica del jesuita francés. Frecuentemente se ha tratado
sino «sintético». Si la noción de «sistema» se refiere a una estructura de ella en el marco del pensamiento tomista. Esto responde solo en
en que cada elemento ocupa un lugar determinado en un conjunto parte a la intención del propio autor, que con Sumaturel y las obras
superior, la «síntesis» apunta a una coherencia en cuanto a las «ideas posteriores dedicadas al mismo tema, intervino en un debate coyun
de fondo», pero que en el nivel de la expresión externa se caracteriza tural sobre el concepto del «deseo natural» y de la «naturaleza» en
por una cierta pluralidad". Santo Tomás. No obstante, como se podrá apreciar a lo largo de las
Nuestra intención es ser fieles a la «letra» de la obra de De Lubac. páginas que siguen, la antropología teológica del jesuita francés, aun
Por tanto, no vamos a modificar sus ideas ni darle un desarrollo ul que expresada mayormente con lenguaje escolástico, en cuanto a su
terior, para que resalte más la coherencia entre varios campos de su «fondo», debe más a otros pensadores (Padres griegos, Blondel, etc.).
investigación. Para mostrar que Cristo mediador es clave de toda la
cf. MouuNS-BEAUFORT DE, E., «L'acruallté paradoxale de Catholicisme», Communio (fr.) 3 1 El segundo capítulo está también dedicado a la antropología teo
(2008), 9 1 ; todo el artículo 87-97. lógica de Henri de Lubac, estudiada ahora de modo más amplio y más
40 ANDRZEJ PERSIDOK
INTRODUCCIÓN
41
sistemático. El estudio se va a centrar en dos conceptos-clave en la vi En el cuarto capítulo, analizaremos el designio divino en cuanto
sión del hombre propia del teólogo francés: el «deseo natural de ver a historia de salvación. A partir de los textos que el teólogo dedicó a la
Dios» y el «espíritu en el hombre». Los dos son interpretaciones distin «exégesis espiritual» y que contienen en realidad una teología de la
tas de la antropología tradicional de la «imago Dei». Cada uno de estos historia, veremos cómo Cristo es mediador entre el principio y el fin
conceptos expresa, desde un ángulo distinto, el rasgo más importante de la historia, como también entre el tiempo y la eternidad.
del ser humano: su vínculo primordial con Dios y su vocación innata En el quinto capítulo, se va a estudiar el tema de la «recapitula
a participar en la vida divina, lo cual le concede un lugar singular en el ción» del universo en Cristo, presente sobre todo en el primer libro
conjunto de los seres creados. A través del estudio realizado en este ca de De Lubac, Catholicisme. Veremos cómo el teólogo contempla la
pítulo, vamos a mostrar que De Lubac contemplaba al hombre como salvación como la unión que se realiza simultáneamente en dos di
un ser dotado de una cierta potencialidad mediadora. No obstante, se mensiones: como unión entre el hombre y Dios y como unión de los
podrá apreciar que esta potencialidad natural del hombre exige, según hombres entre sí. Estas dos dimensiones de la unión final que son,
el teólogo, un complemento propiamente sobrenatural para ser eficaz por su parte, un cumplimiento de la vocación innata que el hombre
y, también, para ser plenamente inteligible. posee, se realizan gracias a Cristo. Primero, Cristo une al hombre
Una vez acabado el estudio de la antropología teológica de De con Dios en su Persona y, mediante la Iglesia, extiende esta unión a
Lubac, se pasará al análisis de la visión del designio divino propia del todos los miembros de la familia humana. Segundo, en virtud de esta
teólogo. Como ya hemos señalado, es dentro de este plan salvífica unión humano-divina, la humanidad es puesta en relación inmediata
como el hombre surge como un ser creado y alcanza su cumplimiento con el Dios Uno y Trino; participando en la vida trinitaria, puede
mediante la unión con Dios. El designio va a ser estudiado en sus perfeccionar su unidad a imagen y en dependencia de la unión entre
tres aspectos: el aspecto individual-interior, como designio de la divi el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. En el mismo capítulo, intenta
nización de la persona humana; el aspecto temporal, como designio remos mostrar cómo se articulan, dentro de la única mediación de
del cumplimiento de la historia en Cristo; el aspecto colectivo, como Cristo, los dos misterios cristológicos fundamentales: la Encarnación
co Cuerpo de Cristo. En estos tres aspectos de la economía salvífica, En el sexto y último capítulo, dedicaremos una atención especial a
estaremos especialmente atentos al papel que desempeña Cristo me las afirmaciones de De Lubac que hacen pensar en alguna misteriosa
diador. Estos tres aspectos constituirán, respectivamente, el objeto de presencia del Mediador en la creación del mundo y del hombre. Esto
estudio de los tres capítulos siguientes. nos llevará a considerar una hipotética influencia de la teoría de Mau
El aspecto individual-interior es el objeto del tercer capítulo. No rlcc Blondel conocida como «pancristismo» en la teología del autor de
obstante, antes de pasar a este estudio, nos enfrentaremos con la opi Surnaturel. Las consideraciones contenidas en este capítulo nos van a
nión, ampliamente extendida, de que la cristología está prácticamente servir para proponer una solución del problema de la relación entre
ausente en la obra de De Lubac. Acudiendo a los estudios sobre la l.1 antropología teológica de De Lubac -centrada en la «mediación»
teología lubaciana publicados en los últimos años, mostraremos que corno potencialidad propia de la naturaleza humana- y los demás es
Cristo ocupa en ella un lugar verdaderamente central. Una vez demos nitos del teólogo, en los que resalta más la única mediación de Cristo.
trada la relevancia de Cristo en la obra del teólogo lionés, pasaremos 1 �, solución que propondremos se basa en la afirmación de la «prima
al análisis de los rasgos principales de la mediación cristológica, tal da absoluta del Mediador».
como la entiende De Lubac. Primero, pondremos de manifiesto la A lo largo de los seis capítulos de nuestro es tu di o , se podrá com
diferencia entre el verdadero mediador y un intermediario. Luego tra p rob a r que la obra de Henri de Lubac que abarca tantos temas dis
zaremos la presencia de la teología del «admirable intercambio» -ex tintos, está atravesada por algunos conceptos que frecuentemente se
presión tradicional de la mediación de Cristo en el pensamiento del rep it e n: la paradoja, la finalidad, la unidad, la «diferencia cualitativa
autor de Catholicisme. Al final, nos centraremos en los conceptos de lnflnita», la apertura, la «imagen de D ios », y otros. Este hecho cons
«sacramento» y de «misterio», ambos utilizados por el teólogo para tituye, según creemos, una prueba de que su obra se caracteriza por
profundizar en la comprensión de la acción del Mediador. una profunda unidad . La clave de bóveda de esta unidad es el Verbo
42 ANDRZEJ PERSIDOK
versal.
LA «PARADOJA CRISTIANA
La obra teológica de Henri de Lubac surgió en unos tiempos en
DEL HOMBRE» Y LA MEDIACIÓN
que ya se podía vislumbrar que, el ocultamiento de Dios, la «noche
más difícil que el hombre moderno tenía que recorrer para descubrir a
mediador humano-divino.
EN LA NATURALEZA HUMANA
51. La imagen de la «noche oscura» aplicada al espíritu moderno la utilizó afios más
tarde S. Juan Pablo II: «El hombre moderno, no obstante sus conquistas, roza también en
su experiencia personal y colectiva el abismo del abandono, la tentación del nihilismo, lo Henri de Lubac ha sido protagonista de una de las controversias
absurdo de tantos sufrimientos físicos, morales y espirituales. La noche oscura, la prueba que
teológicas más importantes del siglo XX: el debate acerca de la rela
hace tocar el misterio del mal y exige la apertura de la fe, adquiere a veces dimensiones de
en honor rk San Juan de la Cruz en Segovia (4 de noviembre de 1 9 !1 2 ) , n.!I. en su fase decisiva gracias a su obra Surnaturel, en la que, a través de