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Jorge Arturo González Calderón

B53052

Derecho Laboral III

Análisis de sentencia - calificación de la huelga

Número de expediente: 18-002052-0173-LA

1. Solicitud de calificación

De acuerdo con el artículo 662 del Código de Trabajo, en la solicitud de calificación de la


huelga hay varios requisitos. A continuación se dirá cuales son y si se cumplen en esta
solicitud particular hecha por el SINART:

a) El nombre, las calidades, el documento de identificación y el domicilio del solicitante,


así como el carácter en que actúa: sí se cumplen, al indicarse que actúa Lorna
Chacón, mayor, casada, con domicilio en Tres Ríos, portadora de la cédula de
identidad número 2-0481-0863, actúa en representación del SINART como su
Presidente Ejecutiva y representante legal.

b)  Las causas o los motivos del movimiento, cuando respecto de ese hubiera
antecedido procedimiento de conciliación: no aplica y no se cumple, ya que no hubo
procedimiento de conciliación previo.

c)  En los demás casos, una descripción detallada de los hechos de presión y la
indicación de la organización, los comités, los representantes o las personas que
dirigen el movimiento: sí hay una descripción detallada de cinco hechos, sí se
indica que la organización es ANEP, y quiénes son las personas que desde ese
sindicato convocan a la huelga a nivel nacional, y quiénes lo hacen en específico
para los empleados de SINART, por medio de la seccional ANEP-SINART.

d)  Indicación de los medios de prueba: Se adjuntan pruebas documentales como


personerías y certificaciones literales, certificación de número de afiliados a
ANEP, y copia del correo electrónica con la convocatoria a huelga que hace la
seccional ANEP-SINART a los trabajadores del SINART. También se indica que se
pueden aportar otras pruebas ya que el movimiento sigue en pie.

e)  Señalamiento de lugar o medio para notificaciones: sí se cumple al señalar un


correo electrónico para recibir las del SINART, y las oficinas de ANEP y la
seccional ANEP-SINART.

2A. Síntesis del análisis que hace el juez de primera instancia de esos
requisitos para huelga legal
El juez considera que esta es una huelga política (yo considero que se debió referir a una
huelga contra políticas públicas) y consecuentemente atípica. Por lo tanto, para encontrar los
requisitos de su legalidad acude a través de una interpretación analógica1 al artículo 377 del
Código de Trabajo, encontrando que los requisitos para declarar una huelga legal son, en
primer lugar, cumplir con el artículo 371 del Código de Trabajo, y en segundo lugar, agotar
alguna de las alternativas procesales de conciliación. Con lo anterior, el juez acepta la tesis del
SINART, que los requisitos se desprenden de esta norma, y rechaza la del sindicato, que era
que estos requisitos era inaplicables por la naturaleza de la huelga (que era en protesta contra
una política pública del Estado). A continuación se analizan los requisitos elegidos por el juez y
si se cumplen o no. El argumento del SINART aquí es el que es aceptado por el juez.

Artículo 371

Con respecto al primer punto, hay un reenvío al artículo 371, que dispone: "la huelga legal es
un derecho que consiste en la suspensión concertada y pacífica del trabajo, en una empresa,
institución, establecimiento o centro de trabajo, acordada y ejecutada por una pluralidad de
tres personas trabajadoras, como mínimo, que represente más de la mitad de los votos
emitidos conforme al artículo 381, por los empleados o las empleadas involucrados en un
conflicto colectivo de trabajo”. Hay otro reenvío al artículo 381, donde se establece el
procedimiento para alcanzar el porcentaje de apoyo mínimo requerido. De lo anterior podemos
encontrar que hay varios criterios que se deben reunir, tales como que la suspensión sea
pacífica y que haya una representación mínima. El juez omite mencionar si se cumple o no el
requisito de que la huelga sea pacífica -pero podemos tomar esto como que sí se cumple, ya
que él solo se refiere al otro requisito, explicando por qué no se cumple-, y solo analiza el de la
representación mínima y el procedimiento para constatarla.

Aquí, el artículo 381 dispone varias posibilidades. Primero, si en la institución existen uno o
varios sindicatos que, individual o colectivamente, reúnan la afiliación del cincuenta por
ciento de las personas trabajadoras, se tiene por cumplido el procedimiento si en la asamblea
general del sindicato o los sindicatos convocantes, se acuerda la convocatoria a la huelga.
Segundo, si no hay sindicatos que tengan este porcentaje de afiliación, se debe hacer un
proceso de votación secreta, donde debe participar mínimo el treinta y cinco por ciento de los
trabajadores, y el resultado debe contar con el respaldo de la mitad más uno de los votos
emitidos. En el caso que el procedimiento se cumpla por medio de la asamblea general del
sindicato, se debe levantar un acta notarial. En el caso que hayan votaciones secretas, se le
debe solicitar a la Inspección de Trabajo que levante un informe. Tanto el acta notarial como el
informe son obligatorias según la norma. Si esta no se cumple, se considera que hay una
práctica laboral desleal.

El juez dice que en el presente caso, la ANEP no cumplió con los procedimientos del artículo
381 que se requieren para irse a huelga. Aquí, el juez dice que no se tratan de procedimientos
imposibles de realizar, como lo quiere hacer ver ANEP, y que un sindicato tan grande
perfectamente tiene las posibilidades de convocar a una asamblea general. Se entiende que

1 Se fundamenta para esto en los artículos 15 y 428 del Código de Trabajo.


no es necesariamente fácil lograr este requisito, pero esta dificultad es fiel al espíritu de la ley,
que es poner un límite al ejercicio de la huelga. Tampoco se acredita la votación secreta,
alternativa a la convocatoria de asamblea general.

Por lo tanto, no se cumple el primer presupuesto para declarar una huelga legal. Con esto
sería suficiente para declarar la huelga como ilegal, al ser estos requisitos acumulativos. No
obstante, la sentencia procede también a analizar el segundo requisito:

Agotamiento de alguna de las alternativas procesales de conciliación

Con respecto a lo anterior, el artículo 618 determina que cuando en el lugar de trabajo se
produzca una cuestión susceptible de provocar uno de los conflictos colectivos de carácter
económico y social, los interesados deben nombrar entre ellos una delegación de dos a tres
miembros que deberán conocer muy bien las causas de la inconformidad y estar provistos de
poder suficiente para firmar cualquier arreglo. La delegación está legitimada para plantear el
conflicto judicialmente o alternativamente ante el Departamento de Relaciones de Trabajo del
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, o bien, ante el órgano conciliador que las partes
designen a su costa.

En este caso, el juez considera que no se logró demostrar que se agotaran las vías de
negociación o conciliación exigidas. Sí se hace la salvedad que hubo mesas de negociación
con el Gobierno, pero estas instancias no fueron presentadas en vía judicial o ante el
Departamento de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, lo cual se
exige en la norma.

Por lo tanto, a criterio del juez, tampoco se cumple el segundo presupuesto para declarar la
huelga legal. Lo anterior hace que el juez determine de forma contundente la ilegalidad del
movimiento.

2B. Síntesis del análisis que hace el tribunal de segunda instancia de esos
requisitos para huelga legal

En su recurso, ANEP objeta la aplicación de las normas del Código de Trabajo para definir la
legalidad de la huelga, por tratarse de un movimiento atípico. El tribunal le da la razón y
considera que estas normas (artículos 371, 381, del Código de Trabajo, etc.) son inútiles y más
bien impedirían el ejercicio de la libertad de expresión, por tratarse de un movimiento en
protesta contra una política tributaria del Estado. Aquí es interesante que el tribunal acepta uno
de los argumentos de la ANEP de la primera instancia, diciendo que el agotamiento de las vías
de conciliación en casos así es virtualmente imposible. Sin embargo, esto es irrelevante en
tanto el tribunal no aplica estos requisitos. En su lugar, el tribunal considera que el patrono
está en la obligación de soportar que los trabajadores ejerzan el derecho a huelga en casos de
protesta social, pero éste tiene límites, delineados por los principios de razonabilidad y
proporcionalidad. De aquí que los requisitos para determinar la legalidad de la huelga se
desprenden de estos principios y son los criterios de idoneidad, necesidad y proporcionalidad
en sentido estricto.

Bajo el lente de estos criterios, el tribunal concluyó que la huelga inició con un fin amparable
por el ordenamiento jurídico y fue ejecutado por medios pacíficos, pero en su desarrollo
vulneró los principios mencionados arriba. Así, aunque en los primeros días se logró transmitir
de forma efectiva el descontento social, las ulteriores conductas del sindicato implicaron un
ejercicio abusivo del derecho2 convirtiendo en ilegal el movimiento de huelga y violentando los
legítimos intereses de los destinatarios de los servicios del SINART.

Por lo tanto, aunque el tribunal utiliza un razonamiento distinto, termina por confirmar la
sentencia de primera instancia en cuanto a la ilegalidad del movimiento.

3. Análisis de servicios esenciales

En la sentencia de primera instancia se analiza lo que es un servicio público esencial, a la luz


del artículo 376 inciso d) del Código de Trabajo. Aquí la sentencia se vale de una interpretación
de la norma, en concordancia con lo dicho por la OIT a través del Comité de Libertad Sindical,
entendiendo servicio esencial en el sentido estricto: aquellos servicios cuya interrupción
presenta un peligro para la vida, la seguridad o la salud de la población.

Con este concepto, el juez determina que atendiendo a la naturaleza jurídico del Sistema
Nacional de Radio y Televisión, este no cumple con un servicio esencial. No hay un análisis
profundo al respecto, pero considero que esto se justifica, ya que es obvio que un sistema de
radio y televisión, no es un servicio esencial. Sí admite el juez que hay un afectación en el
servicio del SINART, pero esto evidentemente no pone en peligro la vida, seguridad o salud de
nadie.

En la sentencia de segunda instancia el tema se considera irrelevante y no se analiza (en


cualquier caso, ANEP no buscaba impugnar el criterio de primera instancia, ya que se había
declarado que no había servicio público esencial).

4. Diligencias que se hayan hecho

En este caso, no se realizaron diligencias o reconocimientos. La parte gestionante había


solicitado un reconocimiento judicial en su solicitud, pero según el juez de primera instancia,
no indicó la pertinencia o la necesidad de realizar este, razón por la cual no se llevó a cabo. El
sindicato tampoco nunca lo solicitó. Sin embargo, en su recurso de apelación, este fue uno de
los reclamos del sindicato. El tribunal de segunda instancia concluye que este es un trámite
que no se encuentra previsto para el proceso de calificación de huelga, pero en todo caso, si
era de interés del sindicato que se realizara, debió solicitarlo de forma oportuna.

2 Artículo 22 del Código Civil


5. Comentario personal

En mi criterio, con respecto a la calificación de esta huelga, estamos ante un problema


complejo, por la laguna normativa que hay. Por un lado, el juez de primera instancia utiliza una
interpretación analógica y aplica para la huelga contra políticas públicas, la regulación para la
huelga ordinaria. De primera entrada esto tiene lógica, ya que ambos tipos son huelgas, pero
como se puede desprender del expediente, esto no es del todo apropiado, porque es un
movimiento nacional que realizan empleados de muchas instituciones a la vez, porque no tiene
que ver con el patrono (SINART) directamente y por la motivación que tiene. En esto coincido
con ANEP y con el tribunal de segunda instancia.

Lo que me inquieta más es el análisis que realiza este tribunal seguidamente, donde recurre a
los principios de proporcionalidad y razonabilidad para determinar la legalidad o no del
movimiento. Esto a mi juicio es sumamente peligroso para la seguridad jurídica de los
huelguistas y los patronos, ya que no se podrá saber de previo si una huelga es legal o no. Yo
considero que estos principios son demasiado indeterminados: su contenido, aún en doctrina,
se describe de forma abierta y general. La misma huelga podría ser calificada de una u otra
forma por distintos jueces, porque el significado de “proporcional y razonable” es lo que los
jueces dicen que es. Es cierto que esto se puede decir hasta cierto punto sobre cualquier
norma jurídica, pero cuando se trata de interpretaciones tan abiertas -como en este caso- se
dice con mayor razón aún. La peor parte es que finalmente no se fundamenta la sentencia en
estos principios, sino en la norma sobre abuso de derecho presente en el Código Civil.

Por eso considero que sería mejor que se sujete la legalidad de la huelga a requisitos que
existan en una norma legal y no dejarle tanto margen al juez. Como un tema de política
pública, si Costa Rica quiere aceptar las huelgas contra políticas públicas (y parece que no
tiene mucha opción en ese sentido, por los criterios de la OIT), lo idóneo es que reforme la ley
para dar un marco aplicable. Por el momento, ante la gran cantidad de sentencias sobre la
legalidad de la huelga, sería ideal ir unificando la jurisprudencia. No sé cuál es el criterio
correcto o el método de interpretación que se deba usar, pero en definitiva no estoy de
acuerdo con el que se usó en esta sentencia.

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