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(Francisco Fernando de Austria-Este o de Habsburgo; Graz, 1863 - Sarajevo, 1914) Archiduque de Austria-Hungría cuyo asesinato precipitó la Primera Guerra

Mundial.
Sobrino del emperador Francisco José I, se convirtió en heredero del Trono en 1896, tras una sucesión de muertes en la familia Habsburgo. Aunque nunca llegaría a reinar,
ejerció desde entonces una gran influencia en el Imperio, llegando a dominar prácticamente el ejército.
El principal problema político que tenía planteado el Estado austro-húngaro eran las tensiones nacionalistas, en especial de las minorías eslavas; Francisco Fernando de Austria
era partidario de una apertura en ese sentido, transformando la monarquía dual vigente desde 1867 en una monarquía federal tripartita en la que los eslavos vieran reconocida
su autonomía.
En particular, el archiduque Francisco Fernando de Austria se había mostrado cercano a las reclamaciones de los eslavos del sur (croatas, bosnios y eslovenos); pero al hacerlo
contrarió los planes de Serbia, que enarbolaba la defensa de dichos pueblos frente a la dominación austro-húngara, con la ambición última de someterlos a su propio poder.
En 1914, cuando el archiduque se encontraba en Sarajevo (capital de la provincia austriaca de Bosnia) para presidir unas maniobras militares, fue asesinado por un estudiante
serbobosnio llamado Princip. Puesto que el asesino era militante de la organización nacionalista serbia Unidad o Muerte, el gobierno austriaco culpó a Serbia; mediante un
ultimátum exigió al gobierno serbio la represión de las acciones antiaustriacas lanzadas desde su territorio, la autorización para que policías austriacos participaran en la
investigación del atentado en Serbia y el castigo de los responsables.
La negativa serbia a ese ultimátum, alegando que violaba su soberanía nacional, fue el detonante para el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-18), pues el juego de las
alianzas arrastró a Alemania en apoyo de Austria-Hungría, y a Rusia, Francia y Gran Bretaña en apoyo de Serbia.

Ga v r i l o P r i n c i p 1 8 9 4 - 1 9 1 8
Nacido en una familia serbobosnia, pese a su mala salud se unió muy pronto a la causa del nacionalismo serbio. En 1912, marchó a Belgrado y allí se unió a la
organización Mano Negraque lideraba el comandante serbio Tankosic, quien le eligió para llevar a cabo el asesinato.
El domingo 28 de junio de 1914 asesinó en Sarajevo al Archiduque de Austria Francisco Fernando, heredero a la corona austro-húngara.
Inmediatamente después del atentado fue detenido por la policía, lo que impidió que fuera linchado por parte de la multitud. Durante el juicio se mantuvo firme y no delató la
organización del atentado por parte de la organización secreta serbia. Por ser menor de 20 años, se le condenó a una pena de veinte años de prisión.
Murió en la cárcel en 1918, víctima de la tuberculosis.

Woodrow Wilson
Vinculado al Partido Demócrata, pasó luego a la política y fue gobernador de Nueva Jersey en 1911-1912; si sus reformas pedagógicas habían hecho de Princeton una universidad
modélica, sus reformas políticas y sociales en Nueva Jersey llamaron suficientemente la atención como para convertirle en candidato a la presidencia para terminar con un largo
periodo de hegemonía política republicana.
En las elecciones presidenciales de 1912 obtuvo una abrumadora mayoría, favorecida por la división del voto republicano entre las candidaturas de Theodore Roosevelt y William
Howard Taft; Woodrow Wilson sería reelegido en 1916. Durante sus dos mandatos como presidente (1913-1921) llevó adelante el programa de la Nueva Libertad, consistente en
reforzar la intervención del poder central en apoyo de la democracia: reorganizó el sistema bancario americano con la creación de un banco central (la Reserva Federal, en 1913),
creó un impuesto federal progresivo sobre la renta personal, introdujo la elección directa de los senadores por sufragio universal, extendió el derecho de voto a las mujeres, empleó
la fuerza del Estado para luchar contra los monopolios y trató de frenar el consumo de alcohol con la ley seca.
Pero fue en la política exterior en la que hubo de asumir los mayores retos. Ante los ataques de que era objeto el suroeste de los Estados Unidos por parte del revolucionario
mexicano Pancho Villa, envió una expedición militar a México en 1916, aunque no consiguió capturarle.
Hasta entonces, Wilson había mantenido la neutralidad de los Estados Unidos en la «Gran Guerra» europea declarada en 1914, continuando de esta forma la tradicional política
exterior aislacionista del país; en la campaña electoral de 1916 utilizó profusamente la neutralidad como argumento. Sin embargo, en 1917 se vio obligado a romper sus promesas
de neutralidad, ante los ataques submarinos alemanes a la navegación en el Atlántico y el temor a una alianza de México con Alemania para arrebatar territorios a los Estados
Unidos (plan descubierto por el «Telegrama de Zimmermann», enviado por el ministro de asuntos exteriores alemán Arthur Zimmermann a su embajador en México).
Los Estados Unidos entraron en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) como aliados de Gran Bretaña y Francia, con un sentido de cruzada mundial por la libertad contra los
regímenes anacrónicos y opresivos de Alemania y Austria-Hungría; con su peso industrial y militar contribuyeron a desequilibrar la contienda en favor de los aliados, al tiempo
que demostraban su condición de gran potencia.
En 1918 el presidente Wilson formuló un programa de catorce puntos que debían inspirar los tratados de paz y el orden de la posguerra. Era un programa intensamente moral,
democrático y pacifista, que preveía la abolición de la diplomacia secreta, la libertad de navegación en todos los mares, la reducción de armamentos, la liberalización del comercio
y la constitución de una Sociedad de Naciones que garantizara el arreglo pacífico de los conflictos. Para solucionar los contenciosos fronterizos, Wilson proponía aplicar de forma
general el principio de las nacionalidades, dando la independencia a los pueblos con identidad cultural propia que habían estado sometidos al Imperio Austro-Húngaro, al Imperio
Otomano o al Imperio Ruso.
Pero cuando, ya terminada la guerra, Wilson se trasladó a Europa para participar en la Conferencia de Paz de París (1919), descubrió la realidad de la política internacional,
marcada por el revanchismo y las ambiciones territoriales de los vencedores. Decepcionado por los compromisos que se vio obligado a aceptar, regresó a Estados Unidos sin otro
éxito significativo que el de haber conseguido que se creara la Sociedad de Naciones.
Por entonces, además, la oposición republicana había obtenido la mayoría en el Congreso, y desde allí expresaría su desaprobación a la política de Wilson. El Senado se negó a
ratificar el Tratado de Paz de Versalles e impuso de nuevo el aislacionismo, rechazando el ingreso en la Sociedad de Naciones que había contribuido a crear su presidente. Wilson
lanzó una campaña para ganarse el apoyo de la opinión pública, pero un colapso le apartó de la actividad política, dejándole inválido para el resto de su mandato. En 1919 recibió
el Premio Nobel de la Paz.

ofía Chotek. Nació el 01 de marzo 1868 en Stuttgart, Alemania, en una prominente familia de la aristocracia de Bohemia. Cuarta hija del Conde Bohuslaw Chotek y de la Condesa
Guillermina Kinsky von und Tettau Wchinitz. Durante su juventud Sofía se convirtió en la dama de compañía de la Archiduquesa Isabel, esposa del Archiduque Federico, Duque
de Teschen. No se sabe donde Sofía conoció al Archiduque Francisco Fernando, Heredero del trono del imperio Austro-húngaro, a pesar de que muchos afirman que fue en salón
de baile en Praga, República Checa. Sofía y Francisco mantuvieron su relación en secreto durante años. Cuando Francisco comenzó a hacer visitas regulares a la casa del
Archiduque Federico, se pensó que estaba enamorado de la hija mayor, María Cristina. Sin embargo cuando Isabel se enteró del verdadero motivo de sus visitas se desató un
escándalo público y Sofía fue despedida de su trabajo. El Emperador Francisco José dejó bien en claro que el matrimonio no podía llevarse a cabo debido a que los miembros de
la Dinastía de los Habsburgo sólo podían casarse con miembros de otras casas reales para mantener su derecho a la sucesión al trono. La familia Chotek era de baja estirpe, pero
Francisco Fernando fue determinante en su postura, no se casaría con nadie más. Guillermo II de Alemania, Nicolás II de Rusia y el Papa León XIII advirtieron a Francisco José
del peligro para la monarquía austro-húngara de continuar con el pleito. El Emperador, aún bajo la presión de sus familiares, en especial la Archiduquesa Isabel, accedió en 1899
a que Francisco Fernando se casara morganáticamente con Sofía. Sin embargo se estipuló que sus descendientes no podrían estar en la línea de sucesión al trono, Sofía no podría
tener el mismo Status que su esposo, ni sus títulos. El Archiduque Francisco Fernando y Sofía se casaron el 01 de julio de 1900 en Reichstadt, Bohemia. Ni el Emperador, ni
ningún Archiduque asistió a la boda, incluso sus propios hermanos. Los únicos miembros de la familia imperial presentes fueron su madrastra María Teresa de Borbón Dos Sicilias
y sus dos hijas. Tras el matrimonio, Sofía recibió el título de Princesa de Hohenberg con el tratamiento de Alteza Serenísima. En 1909, Sofía recibió un título de mayor rango
Duquesa de Hohenberg con el tratamiento de Alteza. Esto mejora su posición social, aunque permanece por debajo de todas las Archiduquesas. De los Monarcas europeos sólo
Guillermo II de Alemania y Jorge V de Inglaterra trataron a Sofía con la dignidad propia de la esposa del Heredero al trono del Imperio Austro-húngaro. La pareja tuvo cuatro
hijos: Sofía von Hohenberg, Duque Maximiliano von Hohenberg, Ernesto von Hohenberg y un hijo nacido muerto. Luego del nacimiento de su hijo muerto en 1908, los médicos
le aconsejaron que no quedara nuevamente embarazada. En 1914, el General Oscar Potiorek, Gobernador de la provincia austriaca de Bosnia-Herzegovina, invitó al Archiduque
Francisco Fernando y a Sofía a ver las maniobras de sus tropas. Francisco sabía que la visita sería peligrosa. Un gran número de habitantes de Bosnia y Herzegovina estaban
descontentos con el imperio austriaco y eran partidarios de la unión con Serbia. A Sofía por lo general se le prohibía acompañar a su marido en los viajes oficiales al extranjero,
pero en esta ocasión Francisco organizó el viaje como regalo de aniversario. A las 10:10, cuando la procesión se habría paso por las calles entre la muchedumbre, Nedjelko
Cabrinovic arrojó una granada de mano en el coche del Archiduque. El conductor aceleró cuando vio el explosivo volando hacia el coche y la granada explotó bajo la rueda del
siguiente coche. Dos de los ocupantes resultaron gravemente heridos. Alrededor de una docena de espectadores también fueron afectados por esquirlas de la bomba. Luego de
asistir a la recepción oficial en el Ayuntamiento, Francisco Fernando insistió en ir hasta el hospital para ver a los heridos. Sus asesores le indicaron que el viaje podía ser peligroso
y que Sofía debería quedarse en el Ayuntamiento. Sofía se negó a dejar a su esposo. Con el fin de evitar el centro de la ciudad, se decidió que el coche real tomara un desvío
camino al hospital. El conductor confundió el camino y giró por error. Uno de los conspiradores, Gabriel Princip, estaba parado en la esquina en ese momento. El conductor
advirtió que había errado el camino y pisó el freno. De este modo pasaron frente a Gabriel a muy baja velocidad. El conspirador dio un paso adelante, sacó su pistola a metro y
medio de distancia y disparó varias veces. Francisco Fernando fue herido en el cuello y Sofía en el abdomen. Sofía alcanzó a susurrar a su marido “por Dios que te ha pasado” y
luego se desplomó, por su parte Francisco respondió “Sofía querida! Sofía querida! No te mueras! Mantente con vida por nuestros hijos!” y también se desvaneció. Ambos
murieron en menos de una hora. Una vez en Viena, Austria, se llevaron a cabo los respectivos funerales. Pero nuevamente Sofía sufrió la última demostración de discriminación
por su estirpe. Por orden de los Habsburgo, el ataud de Sofía fue colocado 45 cm más bajo que el de su marido. Ambos fueron sepultados en la cripta del Castillo Artstetten.
Actualmente el castillo alberga un museo en su memoria.
hiroito
(Showa Tenno; Tokyo, 1901 - 1989) Emperador del Japón (1926-1989). Era hijo primogénito del emperador Yoshihito, al cual sucedió en 1926. Recibió una educación nacionalista
y tradicional bajo la tutela de los militares, y completó su formación con un viaje sin precedentes a Europa occidental, que le causó gran impresión. Al regresar de aquel viaje hubo
de asumir la regencia en nombre de su padre, aquejado de una enfermedad mental (1921).
Muerto Yoshihito, Hirohito fue coronado en 1926, adoptando para su reinado el nombre de Showa («Paz y armonía»). Hubo de hacer frente al ascenso del poder de los militares,
que entre 1927 y 1931 impulsaron la penetración japonesa en Manchuria, mientras promovían en el interior conspiraciones tendentes a sustituir los gobiernos de partido por una
dictadura militar bajo la cobertura del emperador.
Hirohito, inclinado a comportarse como un monarca constitucional al estilo europeo, luchó mientras pudo contra esas tendencias, castigando a los culpables (especialmente con
ocasión de la insurrección militar de 1936). Sin embargo, atenazado por el temor a perder el trono, acabó por admitir la política imperialista que impusieron los militares desde que
estalló la guerra con China (1937), así como el alineamiento con la Alemania nazi y el ataque a Estados Unidos, que hicieron entrar a Japón en la Segunda Guerra Mundial (1941).
Durante toda la contienda permaneció en su palacio de Tokyo, sufriendo los bombardeos para compartir la suerte de sus súbditos; y fue él quien, después de que los americanos
lanzaran las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, impuso la inevitable rendición en 1945 y la anunció por radio a los japoneses.
Contra todo pronóstico, los aliados aceptaron el criterio del general MacArthur de mantener al emperador como garantía de estabilidad y de reconstrucción del Japón vencido. Se
abría así una época de grandes reformas, que se inició con la declaración pública de Hirohito de su carácter humano, que acababa con la ficción de la monarquía sagrada tradicional
(1946); durante la ocupación norteamericana, la implantación de la democracia en Japón le obligó a realizar un gran esfuerzo personal, asumiendo un papel meramente simbólico
sin influencia política efectiva y saliendo de la corte para conocer directamente la realidad del país.
Adaptado a la nueva situación, presidió un proceso de occidentalización y de crecimiento económico espectacular, refugiándose en el estudio de la biología marina, en la que llegó
a ser especialista. Fue el primer emperador japonés que viajó al extranjero (a Europa y Estados Unidos, en los años setenta). Al morir le sucedió su hijo Akihito.

Pedro I, Rey de Serbia (1844-1921)


Rey de Serbia, nacido en Belgrado el 11 de julio de 1844 y muerto en Topcider, cerca de Belgrado, el 16 de agosto de 1921. Fue el último rey de Serbia y el primero del reino serbio-
croata-esloveno, que más tarde daría lugar a Yugoslavia.
Fue el tercer hijo de Alejandro Karageorgewitch y de su esposa Persida. Se convirtió en heredero al trono serbio tras la muerte de su hermano Svetozar (1847). Después de que su
padre fuese obligado a abdicar (1858), Pedro vivió en el exilio durante los siguientes 45 años, en los que reinó en Serbia la casa de Obrenovich. Con 14 años marchó a Ginebra para
completar sus estudios y en 1862 ingresó en la escuela militar de Saint-Cyr (París). Ingresó voluntario en el ejército francés durante la guerra franco-prusiana (1870-1871), sirviendo
como lugarteniente y siendo condecorado con la Legión de Honor por su heroísmo. En 1875 Pedro organizó un ejército de voluntarios, sufragado con su propia fortuna, para luchar
de parte de los serbios de Herzegovina levantados contra Turquía; cuando Serbia declaró la guerra a Turquía en 1876, Pedro ofreció su ayuda al príncipe Milano, que no la aceptó.
En 1883 fue nombrado senador honorífico de Montenegro y ese mismo año casó con Zorka, primogénita del príncipe Nicolás de Montenegro, que murió en 1890, no sin antes
haberle dado tres hijos: Elena (nacida en 1884), Jorge (nacido en 1887) y Alejandro (nacido en 1888).
En 1903 Pedro fue elegido rey de Serbia (10 de junio), a la muerte por asesinato del epígono de la dinastía Obrenovich, el rey Alejandro. Aunque el principio de su reinado se vio
oscurecido por la imposibilidad política de castigar a los asesinos de su antecesor, su reputación como liberal (tradujo el ensayo de John Stuart Mill On Liberty en 1885) y su
vocación constitucional le ayudaron a tomar el control de la situación política en Serbia y a ganar reconocimiento en el exterior. Desde que subió al poder, Pedro desarrolló una
política exterior tendente a romper los fuertes lazos con Austria, establecidos por Milano I (que reinó desde 1868 hasta 1889, primero como príncipe y después como rey de Serbia)
y a consolidar las relaciones con Rusia. En política interior modificó la constitución, el ejército y el sistema educativo y potenció la puesta en práctica de nuevas técnicas agrícolas.
La principal figura política de su reinado fue Nikola Pai, que dirigió las campañas durante las guerras balcánicas de 1912 y 1913 y consiguió importantes victorias sobre Turquía y
Bulgaria; el aprovechamiento político de dichas victorias por parte de Pedro le proporcionó gran autoridad y respeto en su país, del que habían carecido sus inmediatos antecesores.
En junio de 1914, por causa de su avanzada edad y su precario estado de salud, Pedro nombró regente a su heredero, el príncipe Alejandro Karageorgevic (tras la renuncia de su
hermano Jorge), delegando en él la mayoría de sus funciones. Pero tras el estallido de la Primera Guerra Mundial y la invasión de Serbia por parte de las Potencias Centrales
(Alemania y Austria), volvió a la política activa y siguió de cerca las vicisitudes de su ejército, participando en 1915 en la retirada de las tropas del Adriático (llevado en una litera).
Tras la derrota del ejército serbio abandonó Serbia y se refugió en Salónica, donde se dedicó a reorganizar las tropas, que en septiembre de 1918 tomaron parte en la ofensiva del
frente oriental. Al final de la guerra volvió a Belgrado, donde el 1 de diciembre de 1918 fue nombrado rey de los Serbios, Croatas y Eslovenos, con un territorio engrandecido y
siguiendo su sucesor como regente.

Mohamed V o Mehmed V, Sultán otomano (1844-1918).


Sultán otomano. Nació en Constantinopla el 2 de noviembre de 1844 y murió en la misma ciudad el 3 de julio de 1918. Fue sultán del Imperio otomano entre 1909 y 1918. Su
verdadero nombre era Reshid Effendi.
Era hijo del sultán Abdülmecit I. Fue apresado por su hermano el sultán durante treinta y tres años, ya que éste temía que pudiera arrebatarle el poder. Sucedió a su
hermano Abdülhamit II en 1909. Sus contemporáneos los describían como un hombre afable y educado. Había sido educado en materias islámicas, en la tradición otomana y en
las literaturas turca y persa. Desarrolló un intenso interés en la historia otomana e islámicas. Fue un gobernante títere, ya que su gobierno estuvo controlado por el movimiento
de los Jóvenes Turcos (véase Revolución de los Jóvenes Turcos), que le habían elevado al trono tras deponer a su hermano. Su falta de carácter hizo que se convirtiese en una
mera figura decorativa. Los Jóvenes Turcos establecieron un gobierno absoluto, denominado Comité de la Unión y el Progreso.
Su reinado
El sultán trató de dar la apariencia de ser un monarca constitucional, pero era pura apariencia. A instancias del Comité de la Unión y el Progreso realizó un viaje de buena voluntad
a Tracia y Albania, para apaciguar los movimientos independentistas. Su reinado estuvo caracterizado por las pérdidas territoriales del Imperio Otomano. Italia ocupó Tripolitania,
Cirenaica y el Dodecaneso en 1912, y tras la I Guerra Balcánica (1912-1913), perdió Macedonia, Tracia, Salónica y Creta. En la Primera Guerra Mundial se mostró contrario a que
Turquía se alineara con las potencias centrales, decisión que había adoptado el gobierno. Como califa se vio obligado a declarar la Guerra Santa e invitó a todos los musulmanes,
especialmente a los que se encontraban dominados por los aliados, a apoyar al Imperio Otomano. Murió en el transcurso de la I Guerra Mundial, cuando la mayor parte del
territorio otomano estaba en manos de los aliados. Fue sustituido por el mayor de los hijos de Abdulmecit, Mohamed VI Vahiddin.
Bibliografía

Fernando I, Zar de Bulgaria (1861-1948).


Príncipe (1887-1908) y zar de Bulgaria (1908-1918), hijo del príncipe Augusto de Sajonia-Coburgo-Gotha, nacido en Viena, el 26 de febrero del año 1861, y muerto retirado en sus
posesiones alemanas de Coburgo, en el año 1948.
Desde muy joven ingresó en el ejército austríaco. Era un gran experto en temas de botánica, actividad ésta a la que se dedicaba cuando fue llamado al trono de Bulgaria, en el año
1887, tras la abdicación, el año anterior, de Alejandro de Battenberg. El 7 de julio del año 1887 fue proclamado rey de Bulgaria por la Asamblea reunida en la ciudad de Tirnovo.
Aunque la elección regia no fue reconocida por las potencias europeas —y especialmente por Rusia—, Fernando I se instaló en Bulgaria, adoptando una postura cautelosa y de
respeto por el gobierno formado por el dictador Stambulov. En el año 1891, pese a la oposición manifiesta de Rusia, Fernando I fue reconocido por Austria, Hungría, Italia, Rumanía
y Turquía. En el año 1893 contrajo matrimonio con la princesa católica María Luisa de Parma, lo que le indispuso aún más con la ortodoxa Rusia. Gracias al apoyo de gran parte de
la burguesía búlgara y al de las potencias europeas, Fernando I pudo sentirse más seguro en el trono, lo que le permitió disolver el gobierno de Stambulov para formar un nuevo
gabinete, al frente del cual puso a Stoilov, en el año 1894, manifiestamente rusófilo. Tras amnistiar a todos los partidarios de una política de acercamiento a Rusia, Fernando I se
convirtió a la religión ortodoxa, así como su hijo y sucesor, el príncipe Boris; la primera consecuencia de esto fue el reconocimiento definitivo de Rusia hacia su gobierno. Fernando
I realizó un fructífero viaje diplomático a Francia, donde firmó con aquel país varios tratados comerciales y un pacto de paz y colaboración.
Aceptado por todas las potencias europeas y aprovechando la manifiesta descomposición y debilidad del Imperio otomano, Fernando I declaró la independencia de Bulgaria,
autoproclamándose seguidamente Zar de Bulgaria, en el año 1908, después de haberse anexionado, por medio de las armas, la región de Bosnia-Herzegovina. Fernando I puso en
práctica un ambicioso programa político que dio como resultado la creación de la Liga Balcánica, en el año 1912, integrada por Bulgaria, Serbia, Grecia y Montenegro, con el
indiscutible liderazgo de Bulgaria. Fernando I persiguió la creación de lo que él mismo llamó "la Gran Bulgaria". El éxito político de la Liga llegó con la aplastante victoria obtenida
sobre los turcos, acaecida en ese mismo año. La protección de Rusia a la Liga Balcánica despertó el temor y el recelo de Berlín y Viena, por lo que alentaron y apoyaron a Fernando
I en su acción progresiva de expansión por los Balcanes siempre y cuando cambiara su política de alianzas con Rusia. Esta circunstancia deterioró sobremanera las relaciones de
Bulgaria con Serbia y Rusia, que cristalizaron en el ataque de Bulgaria sobre Serbia y Grecia al año siguiente, y provocó además la Segunda Guerra Balcánica (véase Guerras
Balcánicas), en la que Bulgaria salió derrotada y humillada.
Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, Fernando I mantuvo una actitud neutral durante el primer año del conflicto. Pero, tras sopesar las posibilidades que tenía cada bando,
firmó un tratado con Turquía y entró de lleno en el conflicto defendiendo los intereses de las potencias centrales (Austria, Alemania y Turquía), en el año 1915, por lo que siguió la
misma suerte que éstos. El 4 de octubre del año 1918, tras la firma del Tratado de Nevilly, Fernando I fue obligado a abdicar a favor de su hijo Boris III. Retirado a sus posesiones
de Coburgo, murió en el año 1948.

Guillermo II, Emperador de Alemania (1859-1941).


Emperador alemán, nacido en Berlín el 27 de enero de 1859 y muerto en Holanda el 4 de junio de 1941. Hijo del príncipe Federico Guillermo de Prusia y de la princesa Victoria de
Inglaterra. Estudió en la escuela de Kassel, donde adquirió una sólida formación que fue muy importante para su posterior desenvolvimiento en el campo de la política. Tras finalizar
sus estudios en Kassel, fue enviado durante seis meses a servir en el regimiento de la Guardia y después a la Universidad de Bonn, donde estudió Derecho y Economía.
En febrero de 1881, se casó con la princesa Augusta Victoria de Schleswig Holstein-Augustemburgo, de esta unión nacieron seis hijos y una hija.
A la muerte de su padre, Guillermo II ocupó el trono alemán. Sus condiciones como gobernante eran excelentes. Poseía una gran intuición para darse cuenta de la raíz de los
problemas, y su formación intelectual era muy completa. Sin embargo, a pesar de estas excelentes cualidades, Guillermo II tenía una cierta inmadurez y una clara tendencia a
sobreestimar sus propio poderes.
Cuando Guillermo II ocupó el trono alemán, el canciller Bismarck estaba todavía en el poder. El nuevo monarca había manifestado una gran admiración por el veterano estadista.
Sin embargo, dado el carácter autoritario y ambicioso de Guillermo II, era muy difícil que pudiese llegar a un acuerdo y organizar una política conjunta con el hombre que había
venido manejando las riendas del gobierno durante una generación. Por lo que, tras varias discrepancias entre ambos, Bismarck acabó presentando su dimisión.
Con la dimisión de Bismarck acabó toda una época en las relaciones internacionales de los países europeos a los que éste había conseguido mantener en equilibrio y que Guillermo
II acabaría por llevar a la guerra.
La política internacional estuvo marcada por la tensión creciente que se estaba produciendo en Europa como consecuencia del deseo de Alemania de erigirse en potencia directora,
con tantos derechos como la que más a participar en el concierto mundial. La paz bismarckiana, basada en la balanza de poderes, se caracterizó ahora por la formación de dos grupos
de alianzas contrapuestas que fueron aumentando la tensión hasta desembocar en la guerra de 1914. Alemania trató de buscar la amistad de Inglaterra para contrapesar el acercamiento
que por entonces registraba entre Francia y Rusia. Von Holstein, jefe del departamento político del ministerio del interior, hizo ver a Guillermo II la incompatibilidad de los intereses
de Gran Bretaña y Alemania en el Lejano Oriente y en África.
La tirantez con Inglaterra se hizo patente también con motivo de la guerra de los bóers en la que Alemania llegó a preparar una intervención militar contra los ingleses. Gran Bretaña
buscó la amistad con Francia, con la que llegó a firmar un acuerdo de cooperación militar y naval que daría lugar a la formación de la Triple Entente al entrar Rusia en la alianza.
Se anexionó Bosnia como consecuencia de la Joven Revolución Turca, y la protesta de Servia, apoyada por Rusia. Se produjo, entonces, el choque entre Guillermo II y Bülow, que
había sido nombrado canciller en 1900, y éste se vio obligado a presentar su dimisión en 1909. Von Bethmann-Hollweg fue designado para sustituirle, aunque el Kaiser no confiaba
demasiado en él. Al ser asesinado el archiduque Francisco Fernando, el Emperador alemán se mostró dispuesto a ayudar a Austria contra Servia. Desaprobó la conducta de Austria
cuando declaró la guerra a Servia, e hizo todo lo posible para evitar que Rusia entrase en el conflicto.
La política interior que llevó a cabo Guillermo II se caracterizó por un aumento extraordinario de la industria y el comercio. Las agitaciones sociales, que iban adquiriendo gran
importancia en el país, no pudieron ser cortadas por las reformas que intentó llevar a cabo Guillermo II al principio de su reinado. En enero de 1907, las elecciones dieron mayoría
a los Partidos del Bloque, lo cual favorecía las intenciones del Emperador. A Guillermo II no le gustaba el sistema constitucional que había encontrado al subir al trono y sólo creía
en la soberanía del monarca que había sido designado por Dios para ese puesto.
Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Guillermo II se dio cuenta de su incapacidad para dirigir personalmente las operaciones militares y, ante la presión de los acontecimientos,
no tuvo más remedio que ceder esta función a los generales. La inactividad de la flota alemana durante los primeros años de la guerra se debió al deseo del Emperador contra el
parecer de Von Tirpitz. A mediados de 1918, se puso de manifiesto la imposibilidad de que Alemania ganase la guerra; un Consejo de la Corona, bajo la presidencia de GuillermoII,
decidió iniciar las conversaciones de paz. En octubre de 1918, fue nombrado canciller imperial el príncipe Maximiliano de Baden, partidario de los métodos parlamentarios, de los
que era acérrimo el Emperador. Éste obligó a abdicar al emperador Guillermo II, apoyado por la mayoría del Reichstag. Entonces el emperador escapó a Holanda al día siguiente y
fue internado en el castillo de Doorn, donde vivió en completo retiro, hasta su muerte.

Alberto Leopoldo I, Rey de Bélgica (1875-1934).


Rey de Bélgica (1909-34), sobrino del rey Leopoldo II e hijo de Felipe, conde de Flandes y de la princesa María de Hohenzollern. Nació en la ciudad de Bruselas, el 8 de abril del
año 1875, y murió el 17 de febrero del año 1934, mientras practicaba el alpinismo, en el monte Marche-les-Dames, cerca de la localidad de Namur, en Bélgica.
Desde niño recibió una educación esmerada e ingresó en la prestigiosa École Militaire de Bruselas. En el año 1900 contrajo matrimonio con la princesa Isabel de Baviera, con la
que tuvo dos hijos: Leopoldo Felipe Carlos, futuro rey Leopoldo III, y Carlos Teodoro Enrique. Ese mismo año hizo un largo viaje por el Congo Belga en el que examinó las penurias
y necesidades que demandaba el territorio, por lo que, a su regreso, recomendó al gobierno la necesidad de construir una red de ferrocarril en la colonia, además de exigir un cambio
radical en el trato hacia sus habitantes indígenas, tratados como esclavos.
En el año 1913, ya como rey de Bélgica, Alberto I realizó una visita diplomática a Berlín, donde fue informado por el propio emperador alemán, Guillermo II, de las intenciones del
ejército alemán de entrar en guerra con Francia y del plan de invasión de ese país que incluía a la propia Bélgica. De regreso a su país, Alberto I se dedicó a reforzar su ejército en
previsión de la inminente guerra: incrementó sustancialmente el efectivo de tropas e instauró el servicio militar obligatorio. A su vez, Alberto I informó al gobierno francés de los
planes de Alemania. Finalmente, tras el estallido de la I Guerra Mundial, el 31 de julio de 1914, Alberto I envió una carta al emperador alemán informándole de la neutralidad de
Bélgica en el conflicto. El 2 de agosto del mismo año, Guillermo II lanzó un ultimátum a Bélgica en el que pedía a Alberto I el paso libre a las tropas alemanas en territorio belga,
todo ello para llevar a cabo el plan ideado por el general alemán Van Moltke que consistía en realizar una ocupación relámpago de Bélgica y atacar por el norte a Francia, para luego
trasladar el grueso de las tropas al frente oriental. Tras la decidida negativa de Alberto I a las peticiones germanas, la invasión total de Bélgica fue llevada a cabo dos días más tarde.
Tras la invasión alemana, Alberto I se colocó al frente del ejército belga, en el que se distinguió sobradamente bajo las órdenes del general Foch, jefe operativo de las tropas belgas.
Tras la dura batalla de Autweup, en octubre del año 1914, las tropas alemanas ocuparon prácticamente todo el país y obligaron a las tropas belgas de Alberto I a replegarse al
sudoeste de Flandes, la única zona belga que aún no había caído en la órbita alemana. Mientras que todo el gobierno belga fue trasladado a la Francia libre, el rey Alberto I se
mantuvo en el frente de batalla, donde resistió con energía los continuos ataques de las fuerzas alemanas y cerró al invasor el camino de Dunkerque y Calais, necesarios para realizar
una invasión sobre las islas británicas.
Tras la finalización de la I Guerra Mundial, Alberto I apeló a las potencias aliadas para que se aboliera el Tratado de Londres, firmado en el año 1839, por el que Bélgica fue
considerada como territorio neutral y por tanto factible de ser vulnerada e invadida en caso de confrontación bélica, como así sucedió. La petición de Alberto I fue aceptada,
incorporándose la medida adoptada en los puntos fijados en el Tratado de Versalles, del año 1919, por el que Alemania tuvo que pagar a Bélgica cuantiosas reparaciones de guerra,
tanto económicas como territoriales. Alberto I lideró personalmente, hasta su muerte, la reconstrucción de su país, destrozado y arrasado por la ocupación continua de las tropas
alemanas. Realizó una eficaz labor de apoyo en la reindustrialización de Bélgica, donde destaca sobremanera el esfuerzo realizado en la construcción de una potente flota mercante.
Alberto I insufló entre los belgas un gran orgullo por el país e instauró los servicios de trabajos voluntarios en aras de la reconstrucción de Bélgica, medida que apoyaron por
unanimidad todas las fuerzas políticas del país, las cuales aceptaron siempre el arbitraje del rey en todos los asuntos graves o delicados del gobierno. En el año 1926, Alberto I ayudó
a introducir una reformar monetaria, necesaria para el país, cuya consecuencia fue flexibilizar la economía interna y externa de Bélgica. Gran aficionado a los deportes de riesgo,
encontró la muerte mientras practicaba el alpinismo, el 17 de febrero del año 1934. Le sucedió en el trono su hijo Leopoldo III.

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