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—sección iii—
Diseño: Gerardo Miño
Composición: Laura Bono
ISBN: 978-84-15295-96-9
3 “Como dije antes, en abril de 1927 apareció el primer volumen de poesía de Luis Cernuda, Perfil
del aire, a instancias de Pedro Salinas. La recepción de los poemas, por parte de los críticos,
fue tibia o adversa, salvo excepciones, y la mayoría señaló la influencia de Jorge Guillén. Estos
comentarios dolieron a Cernuda, dejaron una herida abierta que no olvidó nunca y motivaron sus
duras respuestas, como el irónico diálogo ‘El crítico, el amigo y el poeta (Diálogo ejemplar)’, de
1948 o el poema ‘A sus paisanos’ de su libro de 1962, Desolación de la quimera” (Granata, 2003,
66).
ANEXO DIGITAL 269
4 Dice Granata: “Las razones que se van desgranando a lo largo del diálogo, más allá del puntillismo
en las fechas y ediciones, dejan sin resolver cómo la crítica pudo hablar de la influencia de Guillén
si no se conocía su obra, como pretende Cernuda. Es cierto que Cántico apareció un año después
que Perfil del aire, pero también es cierto que Guillén era conocido como poeta mucho antes de
que se publicara Cántico”. (2003, 67). La autora afirma que, más allá de los esfuerzos de Cernuda
por demostrar lo contrario, la influencia de Guillén es clara en Perfil del Aire, sobre todo en lo que
se refiere a temas y métrica (66).
270 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR
“Entre nosotros las obras literarias no tienen sino actualidad; quiero decir
que sólo interesan, cuando interesan, una vez, que es a su aparición. Luego
pasan a manos de los eruditos, quienes las embalsaman y sepultan en sus
bibliotecas” (610).
“[La unidad temática y expresiva del libro] es una cuestión demasiado sutil
para que interese a nadie” (611).
“No me siento inclinado a escudriñar bibliotecas, y a través de publicaciones
viejas que nadie recuerda ahora” (614).
“Un crítico español para considerarse como tal, no necesita leer a todo
poeta extranjero” (617).
“Veo que no siente empacho en asentir a una proposición lógica, cosa que
le diferencia de la mayoría de sus compañeros en crítica” (611).
“Los críticos no estamos obligados, al hablar de un poeta compatriota
nuestro, a conocer todas sus concomitancias extranjeras” (619).
5 En este sentido, Utrera Torremocha afirma: “La implicación personal nunca desaparece de sus
estudios, pero estos responden rotundamente a una característica esencial de la labor crítica:
la determinación del valor de un texto. Más que buscar, como quieren algunos, la polémica,
Cernuda pretende examinar a literatura sin prejuicios, sin ideas preconcebidas; de ahí su carácter
desmitificador e independiente. En este sentido, se explica que Cernuda conciba la crítica literaria,
la crítica cultivada por él, como una reunión y exposición de los elementos decisivos de una obra”
(2002, 529). Y también: “Cernuda era consciente de los aspectos revolucionarios de su crítica, una
crítica de disidencia que le dificultaba enormemente encontrar editor para sus estudios. En este
sentido, en sus trabajos es apreciable la conciencia que tenía de ir muchas veces a contrapelo de
las ideas dominantes” (530).
ANEXO DIGITAL 271
tarea de hacer una crítica adecuada de su texto, la que parece no haber hecho
nadie. Pero para eso, se inventa un personaje, que no es crítico literario, que
conoce bien sus versos y los de sus maestros y puede hacer un análisis sino
detallado, por lo menos, “justo” (según su parecer) de ese primer poemario.
El personaje del Amigo aduce que no es un libro perfecto, sino “mal enten-
dido” y eso es lo que pretende subsanar. Sumado a esto, el estilo de análisis
desarrollado por el Amigo nos recuerda bastante al realizado en los textos
de crítica literaria del propio Cernuda.
Pero además, inventa un segundo personaje, el Crítico, y con él ingresa
al texto la polémica que Cernuda establece con el campo literario español.
Los indicios de esa polémica se suceden uno tras otro: la mención de los
comentarios que por esa época (y en los años posteriores a Perfil del Aire)
se hacían de Cernuda en los ambientes literarios españoles; la reafirmación
de influencias extranjeras y de los clásicos españoles y la negación de la
influencia de Guillén tan mencionada entre la crítica; el uso de ironías y el
sarcasmo para mostrar la falsedad de ciertas afirmaciones generalizadas
entre sus colegas. También el reparo respecto de los “concursos oficiales”,
avalados por la academia, es patente y forma parte de este panorama del
circuito literario español.
El sarcasmo y la virulencia se acentúan hacia el final. El texto se cie-
rra con la escena en una Librería, el Amigo encuentra finalmente el libro
escrito por el Crítico, ganador del “Premio Nacional de Literatura”. Hasta
ese momentos tanto el personaje como los lectores tenemos la ilusión de
que, luego de la extensa charla, algo haya cambiado en la percepción del
Crítico; pero esa ilusión pronto desaparece con la cita textual de su valora-
ción: “Luis Cernuda es un cantor intelectual, grandemente influenciado por
Guillén, aunque su intelectualismo se complica con un escenario romántico”
(Cernuda, 1994, 624). Esta cita textual del libro real de Ángel del Río (que
Cernuda incorpora jocosamente en el libro del Crítico a quien llama A. De
Arroyo) da por tierra con cualquier esperanza de “razonamiento” por parte
de la crítica española y así la dureza de Cernuda llega al extremo de adjetivar
a su personaje (y por ende, a Del Río y a la academia que lo premió) como
“analfabeto letrado” (1994, 624).
Así este Amigo, alter ego cernudiano, cumple en la ficción el eterno
deseo insatisfecho del poeta sevillano: el de recibir no una favorable, sino
una justa valoración crítica de su primer poemario, en función de sus propias
prerrogativas como crítico, aquellas que él atiende en su propio ejercicio
y que exigen la inteligencia, la sensibilidad de lector experimentado, el
gusto por lo mejor de la literatura universal; una crítica que según Utrera
Torremocha, revolucionó la forma de hacer crítica para las generaciones
siguientes (2002, 530); una crítica cuyo papel trasciende la literatura para,
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Bibliografía
Resumen:
En su extensa producción ensayística, el poeta sevillano Luis Cernuda se consagra como
crítico literario, tal como sus estudiosos lo han advertido desde siempre. Considerando que en
los textos ensayísticos (fundamentalmente aquellos denominados “autopoéticas” o “poéticas
de autor”), el autor construye una figura autoral estrechamente ligada a su proyecto literario y
a su posición en el campo literario, este trabajo se propone estudiar cómo Cernuda selecciona
un modo de ser crítico literario, un “crítico silencioso”, en contraposición a su presentación
irónica del crítico profesional.
Palabras clave:
Luis Cernuda, crítico literario, autopoética, polémica.
Abstract:
In his extensive essay production, Sevillian poet Luis Cernuda is enshrined as a literary critic,
as his scholars have always noted. Considering that in the essayistic texts (primarily those
called “autopoetics” or “author poetics”), the author builds an authorial figure closely tied to
his literary project and his position in the literary field, this work intends to study how Cernuda
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selects a mode of being a literary critic, a “silent critic”, as opposed to his ironic presentation
of the professional critic.
Keywords:
Luis Cernuda, literary critic, autopoetics, controversy.