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FACULTAD DE DERECHO CIENCIA POLITICA

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE DERECHO

ASIGNATURA:
TEORIA GENERAL DEL PROCESO

TEMA:
JUSTICIA DE PAZ EN LA DOCTRINA Y LA LEGISLACIÓN PERUANA

CICLO:
V

PROFESOR:
JIMÉNEZ DOMÍNGUEZ DIÓGENES

ESTUDIANTE:
MERCY MELANI PRETELL CASTILLO

CHIMBOTE - PERU

2018
1. Índice

2. Introducción ................................................................................................... 3

3. La Justicia de Paz ........................................................................................... 4

4. Los Juzgados de Paz y los Jueces de Paz ....................................................... 5

5. La ideología de un juez .................................................................................. 6

6. Atribuciones del Juez de Paz.......................................................................... 7

6.1 Función Conciliatoria o “de arreglo” ........................................................ 7

6.2 Función Jurisdiccional .............................................................................. 8

7. Referencias Bibliográficas ............................................................................. 9


2. Introducción

JUSTICIA DE PAZ: ¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?

Según la Oficina Nacional de Justicia de Paz y Justicia Indígena (2015), en el Perú,


los órganos jurisdiccionales que forman parte del Poder Judicial están estructurados a
través de instancias y en una de ellas se encuentran los juzgados de paz, lo que si bien
a simple vista parece lógico, en tanto todas las instancias ejercen jurisdicción, la de
los jueces de paz tiene características distintas que nos convencen que estamos ante
un sistema de justicia especial, que es el mejor testimonio de interlegalidad e
interculturalidad en nuestro país.

En efecto, a diferencia del resto de órganos jurisdiccionales que integran las diversas
instancias de la arquitectura judicial, cuyos operadores son jueces profesionales
(abogados) nombrados por el Consejo Nacional de la Magistratura previo concurso
público de méritos y evaluación personal, que resuelven las causas puestas en su
conocimiento aplicando el derecho estatal y los procedimientos en él establecidos, los
juzgados de paz son conducidos por jueces que en su mayoría no tienen formación
jurídica, llamados también jueces legos o jueces ciudadanos, que acceden al cargo
principalmente vía elección popular1 o mediante procesos de selección que lleva a
cabo el Poder Judicial con la activa participación de la población organizada.

Los jueces de paz resuelven conflictos normalmente mediante la conciliación, pero


también a través de decisiones jurisdiccionales o sentencias que expiden en equidad y
de acuerdo a su leal saber y entender, recurriendo en muchos casos al derecho propio
o reglas de convivencia social vigentes de sus localidades. Cuando sentencian no
están obligados a motivar jurídicamente sus decisiones pero si a explicar de manera
simple las razones que las sustentan. Sus procedimientos están exonerados de
formalismos, son simples y muchas veces discrecionales, aunque respetuosos del
debido proceso que en su caso se constriñe a tutelar el derecho de las partes a ser
notificadas, a ser oídas, a defenderse y a no estar sumidas en una situación de
desventaja con respecto a su contraparte procesal.
Los jueces de paz tienen particularidades que representan la diversidad social, cultural
y económica del país; verbigracia, son personas del lugar, muy reconocidas, que
atienden al usuario en su lengua materna cuando ésta no es el castellano; su prestación
es casi gratuita o gratuita; representan la cultura, los valores, principios y la
cosmovisión de su comunidad; sus despachos se ubican en zonas rurales y urbano
marginales en la mayoría de los casos.

Por lo expuesto queda claro que, dentro de la justicia estatal, la Justicia de Paz tiene
características especiales. Pero esto no significa que sea de pequeña magnitud en
comparación al resto de la justicia ordinaria. Por el contrario, la mayor cobertura
geográfica que brinda el Poder Judicial al territorio nacional es brindada a través de
los juzgados de paz, que actualmente alcanzan los 5821, y se ubican en caseríos,
anexos, centros poblados, comunidades campesinas, comunidades nativas,
asentamientos humanos, urbanizaciones, etc.

Pese a su importancia, la Justicia de Paz no siempre recibió la atención que merecía.


Si retrocedemos diez o quince años en el tiempo, observaremos que la normativa
estaba llena de vacíos y marañas, no había funcionarios especializados en Justicia de
Paz en las Cortes Superiores de Justicia, el Poder Judicial no brindaba capacitaciones
a los jueces de paz, quienes tampoco recibían apoyo material, logístico ni asesoría. En
general, existía una situación de discriminación a los jueces de paz. Evidentemente,
todo esto contribuía a debilitar la institucionalidad de la Justicia de Paz. (Pag.10-11).

3. La Justicia de Paz

En opinión de Belaunde (2006), la justicia de paz es uno de los mecanismos más


antiguos que se han desarrollado para que las comunidades rurales alejadas de las
ciudades puedan acceder al sistema de justicia, y que debido a su eficacia
posteriormente se entendió también a los centros urbanos. De esta manera se inviste
de poderes a un miembro de la comunidad y elegido por la comunidad, para que
resuelva conflictos de sus integrantes aplicando su leal saber y entender, así como las
costumbres de la zona.
4. Los Juzgados de Paz y los Jueces de Paz

Según Reglamento del Régimen Disciplinario del Juez de Paz (2015), en la base de la
estructura jurisdiccional del Poder Judicial se encuentran los juzgados de paz, los que, sin
perjuicio de lo anterior, constituyen a su vez un sistema de justicia especial que es el mejor
testimonio de interlegalidad e interculturalidad en nuestro país.

Estos juzgados son conducidos por jueces que en su mayoría no tienen formación jurídica,
llamados también “jueces ciudadanos” o “jueces legos” que acceden al cargo
principalmente vía elección popular pero también a través de procesos de selección que
llevan a cabo las Cortes Superiores de Justicia con la activa participación de la sociedad
organizada.

El cargo de juez de paz es el servicio gratuito de un poblador a su comunidad. Esta


circunstancia constituye la esencia de la legitimidad de la justicia de paz en nuestro país,
pues lo que convoca a estos operadores no es la obtención de una renta por su trabajo sino
simplemente el poner en ejercicio la vocación que tienen de servir a su comunidad y al país.

Los jueces de paz consideran que es su contribución al logro y el mantenimiento de la paz


social y la armonía en sus comunidades. Los jueces de paz normalmente solucionan
conflictos mediante la conciliación (70% de ellos). A través de su función conciliadora
promueven la paz social, reconstruyen los lazos comunitarios a f igidos por un conflicto y
restablecen la armonía comunal. Cuando no se produce la conciliación, emiten decisiones
de carácter jurisdiccional o sentencias sustentadas en la equidad y su leal saber y entender,
teniendo como base los criterios de justicia propios de la comunidad, sus tradiciones y
costumbres, así como los derechos fundamentales contenidos en la Constitución Política.

Los criterios de justicia propios de la comunidad (llamados “derecho propio” en la ley)


reflejan la cosmovisión, los saberes, actitudes, principios y valores de la comunidad, que se
crean, desarrollan y transforman constantemente a partir de las experiencias individuales y
colectivas y de la influencia que tienen factores externos en la vida comunal. Estos criterios
constituyen fuentes de derecho para el juez de paz.
Siendo el juez de paz parte de la comunidad, se espera que sus ideas, opiniones y decisiones
reflejen el saber, la cosmovisión y el sentir comunitario y que los criterios de justicia que
aplica para resolver conflictos armonicen y no generen tensión con ellos.

Los jueces de paz que son abogados pueden sustentar sus sentencias en la norma legal
preestablecida y siguiendo los formalismos de los jueces ordinarios especialmente en las
zonas urbanas, aunque no es lo ideal pues se afectan en gran medida los atributos que le son
característicos y les generan el reconocimiento de la población.

La Justicia de Paz cuenta con una amplia cobertura geográfica: es la única institución
judicial que se encuentra en todos los distritos del país, con sedes en centros poblados,
comunidades campesinas, comunidades nativas, asentamientos humanos, caseríos, etc. De
este modo, los juzgados de paz permiten que se brinde el servicio de justicia en todo el
territorio nacional y respetando la diversidad cultural, pues están asentados en zonas
históricamente excluidas por el Estado en la que radica la población más vulnerable,
permitiendo que se superen las barreras de acceso a la justicia.

5. La ideología de un juez

Para Luis Pásara (1979), la administración de justicia, como objeto de estudio, ha


empezado a ser abordada muy recientemente. La reforma judicial ha sido la ocasión y la
posibilidad de enfocar científicamente el ámbito del aparato del Estado en el cual éste
resuelve institucionalizadamente los conflictos socia-· les. Sin embargo, una de las mayores
dificultades al trabajar sobre esta área es el problema de la fuentes a utilizar: casi ningún
análisis previo, casi ninguna información cuantitativa recogida y ordenada por los propios
administradores de justicia; en mucho, el investigador tiene que construir sus propios datos
para, luego, analizarlos. En esta situación, es enorme el valor de las Memorias de un 171
Juez recientemente publicadas por Domingo García Rada (Editorial Andina, Lima, 1978,
427 págs.), magistrado que a lo largo de casi cuarenta años de carrera judicial pasó por
todos los grados de ésta y llegó a la presidencia de la Corte Suprema.
6. Atribuciones del Juez de Paz

6.1 Función Conciliatoria o “de arreglo”


Según Guerra (2005), el Juez de Paz es un conciliador nato, sin embargo no debe
entenderse esta conciliación como el MARC-mecanismo alternativo de resolución de
conflictos-que todos conocemos y que consideramos responde a parámetros determinados y
para lo cual incluso se llevan cursos para obtener un diploma de Conciliador Extrajudicial.
Los Jueces de Paz no estudian ningún curso de Conciliación ni saben de las técnicas a las
que deben recurrir los conciliadores expertos. Ellos resuelven por sentido común, con
criterio de conciencia y equidad. No buscan vencedores ni vencidos sino mantener un
vínculo armonioso entre las partes, en la medida que sea posible.

Como lo define el abogado y antropólogo Wilfredo Ardito Vega, se trata de una <<
Conciliación atípica>> y así es como debe entenderse. ¿Por qué una conciliación atípica?
Por cuanto existen lugares donde las normas positivas son totalmente desconocidas, por
tanto no atiende a lo que son derechos disponibles o no disponibles o irrenunciables,
simplemente se busca resolver el conflicto y mantener la paz social. Esa es una de las
grandes críticas que hacen algunos profesionales en Derecho a la Conciliación en Justicia
de Paz. Incluso el propio TUO de la Ley Orgánica del Poder Judicial, desconociendo las
diferentes realidades y aún sin tener presencia en lugares recónditos del país, prohíbe
expresamente la “Conciliación” a los Jueces de Paz en algunas materias como son:

• Asuntos relativos al vínculo matrimonial

• Nulidad y anulabilidad de actos jurídicos o contratos

• Declaratoria de herederos, derechos sucesorios, testamentos

• Derechos constitucionales

• En materia laboral

• Otros que señalan las leyes

La experiencia de aquellos que han tenido la oportunidad de convivir en comunidades o


poblaciones alejadas nos da cuenta que, en el ámbito de su comunidad, el Juez de Paz llega
a “arreglos” en casi todo tipo de conflictos, incluso en aquellos no permitidos por ley. Estos
casos son, por ejemplo, violencia familiar, faltas, a veces delitos, separación de cuerpos,
tenencia, régimen de visitas y otros. No logro entender en qué medida puede cuestionarse
esta situación si no hay presencia estatal. En mi criterio para conciliar el Juez de Paz no
tiene ningún límite en la cuantía, porque se trata de un libre sometimiento de las partes,
además sobre el particular no existe prohibición.

Si ambas partes se someten a la decisión del Juez de Paz que han elegido y aceptan su
decisión entonces no hay problema. El problema surgirá si es que quien se ha sometido
incumple el acuerdo y se dirige a la Justicia Formal. En este caso el Juez de Paz puede ser
pasivo de una sanción administrativa y hasta una denuncia penal, por haber actuado
“contrario a derecho”.

6.2 Función Jurisdiccional

El Juez de Paz es un conciliador pero si no logra que las partes arriben a un arreglo o
acuerdo está facultado de ejercer función jurisdiccional, es decir, de emitir sentencias. En
este caso existe una mínima formalidad y exigencia que debe tener en cuenta, porque así lo
manda la ley. Por ejemplo debe garantizar el debido proceso a través de la notificación y la
audiencia. La notificación para que la parte emplazada conozca las razones por las cuales se
le cita a proceso y la audiencia para que tenga la oportunidad de defenderse, siendo
escuchado por el Juez. Además es muy importante que se motive la decisión final porque
de esta forma está dando a conocer las razones por las que decide de un modo y no de otro.
Aspectos como competencia por territorio, cuantía y materia son temas complejos para los
jueces de paz, pero que necesariamente según manda la ley, deben conocer, por lo tanto
requieren de capacitación. Frente a las exigencias, aún mínimas, los Jueces de Paz prefieren
abstenerse de dictar sentencia y promueven más la conciliación.
7. Referencias Bibliográficas

 Oficina Nacional de Justicia de Paz y Justicia Indígena (ONAJUP). (2015).

FORTALECIENDO LA JUSTICIA DE PAZ EN EL PERÚ. Lima: Diseño &

Impresión GMC Digital SAC.

 Javier de Belaunde. (2006). La reforma del sistema de justicia ¿en el camino

correcto?". Lima: Konrad Adenauer.

 El Peruano. (2015). Reglamento del Régimen Disciplinario del Juez de Paz.

Lima: Perú.

 Luis Pásara. ( 1979). Ideología de un juez. Revista de la Universidad Católica, 5,

1.

 María Elena Guerra Cerrón. (2005). Justicia de Paz en el Perú. Lima: Perú.

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