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D

o Problemas de lo
posmoderno
S
Maurizio Ferraris
S
l concepto y sus usos. En Italia se comenzó intercambio, cuya adquisición y distribución

1 E a discutir de manera sistemática y generali- constituyen un proceso mecánico desligado de la


zada acerca de lo posmodemo y la condi- formación humana como Bildung, y que tiende
ción posmodema inmediatamente después de la siempre más a legitimarse a través de los bancos de
publicación del afortunado folleto de Jean Fran- datos, de los elaboradores electrónicos, etcétera.
c;ois Lyotard, La condition postmoderne,1 en el Por lo tanto, es una realización de lo moderno
E que una serie de reflexiones disciplinarias en los que sin embargo contradice los ideales de la ftlo-
campos de las ciencias sociales, la literatura y la sofia de la modernidad, como el iluminismo, el ro-
arquitectura, que se habían desarrollado en el á- manticismo o el marxismo. Para el iluminismo, el
rea anglosajona, se ponían en relación con la tra- saber científico es útil porque contribuye a la su-
R dición filosófica europea (con la francesa en parti- peración del prejuicio y a la emancipación huma-
cular), para definir una condición propia de las na; para el idealismo romántico, la ciencia se jus-
sociedades industriales avanzadas y que Lyotard tifica, en cambio, justamente con base en el pro-
(generalizando un término ya utilizado hacía pio no compromiso con finalidades práctico-
tiempo en el continente americano) definía como empíricas; y el marxismo, concluye Lyotard, se
posmoderna. Tal condición se caracteriza, escri- coloca en la intersección entre estos dos grandes
58 bía Lyotard, por una crisis de los relatos (récits) sistemas, proponiendo el ideal de una emancipa-
de justificación y de socialización del saber; es de- ción adquirida a través de la realización de un ab-
cir, de la condición peculiar del saber en el mo- soluto histórico-espiritual. Tales relatos, como se
mento en el que un crecimiento exponencial de los ha dicho, defmen el concepto de modernidad, al
conocimientos, un crecimiento cuantitativo de lo que se opone el de posmoderno, a cuyos ojos no
que en la tradición de Dilthey podríamos llamar parecen sino habladurias carentes de fundamento.
espíritu objetivo, se ve acompañado de una dismi- Por esto, mientras que la ciencia se hace siempre
nución de los dispositivos de legitimación de las más preformada, incluso en los campos que no
competencias, ya sea en el perfll teórico o en el son inherentes de manera más estrecha el domi-
moral-práctico. En sustancia, de acuerdo con nio de la naturaleza, sino también a la organiza-
Lyotard, en la condición posmodema se asiste a ción de la cultura, esta última no se encuentra
una realización pervertida del saber absoluto te- más en una situación tal que pueda dar una justi-
matizado desde Hegel hasta Jos albores de la mo- ficación orgánica al progreso del saber. 2
dernidad romántica: la sociedad informatizada Ahora bien, el éxito del término posmoderno
transforma el saber en un bien de consumo y de depende justamente de la extraordinaria variedad
de niveles y de campos en el que puede utilizarse.
Con la expresión crisis de Jos grandes relatos pue-
Mauricio Ferraris. Filó- Kuhn : T.S. Kuhn, La es- sierung der Fortschriftts, en
tructura de las revoluciones Gesemtausgabe, vol. Vfl: de entenderse de hecho: 1) un nívelfilosófico (es
sofo italiano. Catedrático
de la Universidad de Pa- cient{jicas 1 Cómo cambian Einblicke, a cargo de K.S. el modo en el que, como Jo concibe Lyotard, se
dua. Autor de Storia las üleas de la ciencia, Rehberg; M. K1ostermann, tratará de discutir en una primera aproximación),
1962. Frankfurt, 1978; H. Lueb- y entonces el problema de lo posmoderno viene a
dei/'Ermeneutica. • Sobre el concepto de be, La secolarizzazlone, tr.
secularización y sobre la de- it de P. Pioppi, D Mulino,
coincidir con el de la muerte de la filosofía y la re-
1J.F. Lyotard, La condi- cadencia de la idea de pro- Bolonia. 1970; H. Blurnen· lación entre ciencias de la naturaleza y ciencias
tion postmoderne, traduc- greso entendida como valor berg, Die Legitimiit der del espíritu, relacionándose con las diversas mo-
ción española. Cátedra. Ma- autónomo y autojustificado, Neuzelt, M. Suhrkamp, dulaciones que de este tema se han dado en el si-
drid, 1979. cfr., entre otros: E. Bloch, Frankfurt, 1966; G. Sasso, glo XX; 2) un nivel epistemológico, que consisti-
2 Cfr. J. F. Lyotard, ibid. "Difl'erenziazioni ne1 con- Tramonto di un mito 1 L 'i-
3 Cfr. en particular la re- ceno di progresso" ( 19 55), dea di "progresso"fra Otto- ría sobre todo en los sistemas de justificación del
lectura romántica de la epis- en /bid., Dialettica e speran- cento e Novecento, 11 Muli- saber científico (Popper, Kuhn, Feyerabend, etcé-
temología inaugurada por za, a cargo de L. Sichirollo, no, Bolonia, 1984; G. Vatti- tera);3 3) un nivel político-sociológico, que iría de
V aJlecchi, Florencia, 1967; mo, La fine del/a moderni- las discusiones corrientes en estos años sobre las
A. Gehlen, L 'uomo nell'era tá 1Nichi/ismo ed ermeneu-
del/a tecnica (1957), tr. it. tica nel/a cultura post-
sociedades postindustriales y sobre el fm de las
Traducción de de A. Burger Cori, Sugar, moderna, Garzanti, Milán, ideologías hasta las elaboraciones teóricas siste-
Esther Cohen Milán, 1967; Die Siiku/ari- 1985; tr. esp. máticas, como el problema de la secularización 4
o la llamada cuestión de la técnica,$ de manera con posiciones muy difundi- de lo posmodemo, entendi- especifica sobre el debate
que el plano sociológico y práctico se relacionarla das en la cultura europea de do principalmente en el sen- italiano aparecerá más ade-
la primera mitad del siglo y, tido de la condición posmo- lante en el curso de esta re-
con el fllosófico, tematizando bajo el nombre de en particular, con las de dema lyotardiana. El volu- seña, sin pretender de ningu-
posmoderno los problemas del nihilismo contem- Emst Jünger (cfr. E. Jünger. men. muy extenso, se subdi- na manera dar una informa-
poráneo; 4) un nivel estético, que iría desde el Der Arbeirer 1 Herrschqft vide en cinco secciones: ción exhaustiva.
und Gesta/t. Hanseatischen " Metrópolis y estética", 1 A.A. Cournot, Traité
simple descuido de quien toma a la letra la expre-
sión crisis de los grandes relatos hasta la reelabo- Verlag-Anstalt, Hamburgo, "Metrópolis y técnica", del 'Enchainement des ldées
1932. tr. it.. ll la•'Oratore, ' ·Metrópolis: artes y me- fondamentales dans les
ración de temas benjaminianos como el de la obra Longanesi. Milán. dia", " Metrópolis y prácti- Sciences et dans I'Histoire,
de arte en la época de la reproducción técnica,6 Para una discusión, cfr. cas artisticas", "Espectácu- París, 1861; ed. L. Lévy-
temas ritualizados por el hecho de que el desarro- F. Masini, Gli schiavi di lo sobre espectáculo··- Bruhl, ibld.. 1922. Cournot
llo tecnológico contemporáneo, como se ha di- Efesto, Editori Riuniti, Ro- Varios autores, Immaginl polemiza con la historia de
ma. 1981, y M. Bonola, "Al del postmoderno. Cluva, Ve- la lilosofia de Hegel y pro-
cho, no consiste ya exclusivamente en el dominio muro del nuUa 1 Heidegger, necia, 1983. A cargo de pone otra visión de las eda-
de la naturaleza, sino que adquiere características Jünger e 1' al di la del nichi- Claudio Aldegheri y de des del mundo, formulada
culturales precisas. lismo", en Rivista di Esteti- Maurizio Sabini, el volumen sobre bases positivistas. Por
Teoría, ética, estética: todas las esferas cuya ca. núms. 14-15 (1983), pp. se subdivide en dos seccio- lo que respecta a las valen-
progresiva emancipación marcaba, según Weber, 131- 150. Entre los desarro- nes. La primera. "Cultura y cias del concepto de posthis-
llos recientes del tema, véan- sociedad postindustrial", re- toire en el ámbito alemán.
el advenimiento del mundo moderno aparecen in- se en particular: H.G. Ga- coge escritos de Dan.iel BeU, cfr. el fascículo monográfico
volucradas en el debate sobre lo posmoderno. damer, La ragione nell'etti Jonathan Gershuny, Mi- de la revista Bauwelt, núms.
Esto hace totalmente imposible un examen gene- del/a scienza ( 197 6). tr. iL chael Marien, Michael Koh- 1-2 (enero de 1983); por lo
ral, particularmente en lo que se refiere al debate de A. Fabris, U Melangolo, ler e lhab Hassan; la segun- que se refiere a algunos re-
Génova, 1982; R. Schuer- da, "Arquitectura posmo- planteamientos franceses,
italiano reciente.' mann...Anti-Humanism 1 Re- dema ·•, incluye trabajos de véase el fascículo monográ-
Por otra parte, como puede verse, lo posmo- nections on lhe Tum towards Paul Goldberger, Charles fico sobre lo posmodemo en
derno se convierte en el catalizador o en el expo- Post-Modero Epoch", en Jenkcs. Ada-Louise Huxta- la revista Babylone. núm. 1
nente común para un gran número de debates que Man and World, núm. 2, ble, Robert Venturi, Denise (primavera de 1983).
ya existían en la tradición ntosófica, epistemológi- 1979. pp. 160-177; además Scott·Brown. Stanislaus von ' A. Toynbee, A Study of
del ya citado volumen de Moos. Charles Moore, Ro- History, Oxford University
ca, política, sociológica y estética de la Europa Vallimo sobre el fin de la bert Stem, Peter Eiseman. Press, Oxford, 1934. Para
del siglo XX. También en este caso queda exclui- modernidad. Para un exa- Philiph Johnson, Lance Toynbee, la edad posmoder-
da la posibilidad de un tratamiento, ni siquiera su- men general de la incidencia Wright. Con dos ensayos in- na coincide, en el campo
perficial. del problema en la cultura troductorios de P. Portoghe- histórico mundial, con el
italiana, cfr. el importante si y M. Ferraris. paso de la idea de Estado
Pero cuando se ha renunciado, por una parte, a ensayo de V. Yerra, "Esis- Varios autores, Incontro nacional a una perspectiva
La crónica detallada y a la historia general de las tenzialismo, fenomenología, con il post moderno, actas de de interacción universal, ini-
ideas, por otra, quedan algunos problemas que no ermeneulica, nichilismo", en la convención homónima ciada precisamente por el 59
se dejan cercar por simple exclusión. Para limitar- varios autores. La fllosofla organizada en noviembre de imperialismo. Parte de esta
nos al principal: también lo posmoderno en cuan- italiana da/ dopoguerra a 1982 por el lnstitu lo perspectiva resulta aún ac-
oggi, Laterza. Bari-Roma, Gramsci Ligure, Mazzota, tual. pero en un sentido dife-
to tal tiene una historia que anticipa por varias 1985, pp. 353451. Milán. 1984. Trabajos de rente del pensado por Toyn-
décadas su fortuna actual. En 1861, Antoine- 6 Sobre este punto, cfr., Renato Barilli, Rossana boe: la interacción universal
Augustin Cournot habló de posthistoire,8 un tér- obviamente, W. Benjamín, Bossaglia, Maurizio Ferra- propia de lo posmodemo no
mino que retomaron Spengler, Kojéve. Benn, La obra de arte en la época ris. Franco Bolell~ Paolo tendría nada que ver con la
de su reproducción técnica Portoghesi, Edoardo Benve- elCtensión del eurocentrismo
Gehlen, y que hasta la fecha en el contexto ale- (1936). Sobre las relaciones nuti, Alessandro Mendin~ actual del imperialismo, sino
mán funciona como sinónimo de posmoderno. entre nihilismo y vanguar- Franco Sbrogi, Giuseppe que derivaría sobre todo de
Este último término aparece por primera vez en dias artisticas. cfr. V. Verra. Bartolucci, Fulvio lrace. la disolución del etnocentris-
los años treinta, en dos contextos totalmente hete- "Niclúlismo e espressionis- b) Fascículos de revistas. mo europeo, con la crisis
mo•·. en Rivista di Estetica, Temas relativos al posmo- misma del imperialismo.
rogéneos y con finalidades de alguna manera di- núm. 3, diciembre de 1979, dernismo aparecen en todos Con el fin del concepto eu-
vergentes (en el historiador Arnold Toynbee de- pp. 20-34. En lo que con- los fascículos monográficos ropeo de historia no se reali-
signa la fase de la historia moderna iniciada con cierne a la reactualización hasta ahora publicados en la zaría la perspectiva hegelia-
el imperialismo fin de siecle, 9 mientras que para el de temas del debate estético Rivista di Estetica, nueva é- na de una historia universal.
critico literario español Federico de Oniz 10 inclica de la primera mitad de nues- poca: Arte y metropoli sino que se asistiría más
tro siglo en el ámbito de te- (núm. 4, 1980); Estelica de- bien a una decadencia del
un periodo reciente -1905-1914- de la literatura máticas posmodemistas. me IIe rovine (nú m. 8, 1981); centralismo de la historia
hispanoamericana. Y, finalmente, a partir de los permito remitir a mi libro Ornamento (nüm. 12, como mitología propia de
años cincuenta se hace de uso corriente en el Tracce 1 Nichilismo moder- 1982); Tradizione e innova- nuestra cultura. En esta di-
campo de la literatura y de la critica en los Esta- no posmoderno, Mullhipla, zione (núms. 14-15, 1983). rección parecen dirigirse los
dos Unidos. Ahora bien, si ninguno de estos últi- Milan, 1983. Véase además el fascículo estudios del historiador esta-
7 Para orientarse en los •·suU'immagine postmoder- dounidense Hayden Wlúte;
mos usos del término posmoderno es propiamen- presupuestos y en los desa- na" de "aut aut", núm. 179- cfr. H. White, MeUJhistory,
te filosófico, todos han incidido, al menos como rrollos de este debate puede 180 (septiembre-diciembre The John Hopkins Univer-
coyuntura, en la génesis del debate fllosófico so- resultar útil la bibliografia de 1980). A parúr del núme- sity Press, Baltimore y Lon-
bre lo posmodemo. siguiente: ro 22 (marzo de 1981) y dres, 1973; Tropics of Dis-
a) Volúmenes colectivos. hasta la actualidad, la revis- course, The John Hopkins
Varios autores, Paesaggio ta mensual Alfabeto ha de- University Press, Baltimore
del .. segundo Heidegger", a metropolitano, Feltrinelli, dicado una rúbrica regular y Londres, 1978; "Getting
, El problema de la técni- partir de los escritos de Jos Milán, 1982. Son las actas al tema de lo posmoderno Out of History", en Dlacri-
ca como cumplimiento de la años treinta; pero cfr. en de una convención organi- con trabajos de estudiosos tics. núm. 12, octubre de
metafísica moderna que, sin particular M. Heidegger, zada en Roma por Giuseppe italianos y extranjeros de di- 1982.
embargo y al mismo tiempo, Saggi e coriferenze (1954), Bartolucci en 1981 y que versas especialidades (litera- °
1
F. de Oniz, Antología
deslegitima esa misma tradi- trad. it. de G. Vattimo, Mur- llevaba el mismo titulo. Es tura, arquitectura, filosofía, de la poesía española e his-
ción filosófica, se encuentra sia. Mililn, 1976. La tesis de útil principalmente para co- etcétera). panoamericana, Madrid,
en el centro de toda la obra Heidegger nace del diálogo nocer la recepción italiana Otra documentación más 1934.
11 H.R. Jauss, ·'La ·mo-
Las tematizaciones ft.losóficas del concepto es- Por lo que posmoderno puede significar al me-
dernité' dans la tradition lit- tán de acuerdo en sostener que la noción de pos- nos dos cosas: 1) aquello que viene después de lo
téraire··. en Pour une estéti-
que de la réception. Galli-
modernidad es el síntoma (consciente o no) de moderno histórico-romántico, connotación van-
mard, París, 1978, pp. 158- una insuficiencia del debate reciente sobre la mo- guardista que, como hemos visto, hace que lo
209. dernidad, razón por la cual profundjzar en el pro- posmoderno pertenezca plenamente a lo moderno
11
Sobre este punto, cfr. blema de lo posmoderno significa discutir algunas caracterizado de esta manera; 2) aquello que vie-
el brillante análisis de G. autocomprensiones unilaterales del concepto de ne después del concepto romántico de moderno y.
Carchia, '"Glossa sulla post-
modernitá", en La legitli- moderno. Después de esta vuelta, que parece casi por lo tanto, después del pathos de la vanguardia
mazione dell'arte 1 Studi concluida, lo posmoderno en cuanto tal parece y de la superación; en este caso, la posmoderni-
sufl'intellibile estetico, Gui- perder relevancia ftlosófica y viene restituido al dad artistica pareceria estar en grado de colocar-
da. Nápoles, 1982. pp. 117- dominio de las prácticas disciplinarias especificas, se más allá de la modernidad romántica. 12 Y los
119.
13 si no es que desaparece del todo. Por su parte. la problemas de lo posmoderno prefilosófico pueden
Ya citada. Para una
profundización histórica y filosofia retoma la interrogación sobre lo moder- reasumirse conceptualmente justo en la alternan-
bibliográfica del tema gene- no, pero el pasaje a través de lo posmoderno ha cia o en la dialéctica polar entre estas dos valen-
ral de este párrafo. cfr. so- servido para enfocar en una perspectiva unitaria cias de lo moderno.
bre todo el ensayo -que he- temas característicos del debate ftlosófico del si- Al tipo 1, la modernidad románrica, se refiere
mos utilizado ampliamen-
te- de M. Koehler, " 'Post- glo XX. sin duda alguna la tematización de lo posmoder-
modernismos': Ein BegrilT- Entre los usos prefilosóflcos que han caracteri- no en la Antología de la poesía española e hispa-
geschichtlicher Ueberblich ... zado la noción de posmoderno en nuestro siglo, el noamericana tJ de Oniz, que hace concluir el mo-
en Amerikastudien, núm. más notable y constante parece ser aquel arraiga- dernismo hispanoamericano en el año de 1905; el
22. 1977, pp. 8-18 (existen
dos traducciones italianas:
do en el ámbito de las teorías de la literatura. No posmodernismo, caracterizado por la voluntad de
" Posrmodernísmo": una sin- sólo desde un punto de vista genético o estadísti- ·'corregir los excesos del modernismo'', se coloca-
tesi storico-concetlUale, tr. co - por lo que la posmodernidad como atributo ría en los años 1905-1914; seguiría, en el periodo
it. de varios autores en el vo- de ciertas expresiones artisticas de vanguardia es 1914-1932, la tendencia que Oniz defme como ul-
lumen a cargo de C. Alde- un tema más recurrente de cuanto lo sea la post- tramodernismo, que reacciona junto a las instan-
gheri y M. Sabini, lmmagini
del postmoderno, ya cit. pp. histoire como categoría historiográfica-. sino so- cias vanguardistas del modernismo y las restaura-
115- 129: y Postmodernis- bre todo en una perspectiva conceptual y a la luz doras del posmodernismo, con el propósito de
mo: un panorama storico- del éxito posterior del término. "continuar a la búsqueda de innovación poética y
concettuale, tr. de M. Giubi- Como periodización ligada al devenir de las de libertad superando a lo posmoderno''. Para
lato en el volumen a cargo
de P. Carravetta y P. Spedi-
vanguardias artisticas, lo posmoderno revela su una discusión de esta primera acepción de pos-
cato. Postmodemo e lettera- propio lazo con lo moderno, lo cual define la am- modernismo enviamos a estudios específicos, 14
6O tura 1 Percorsi e visioni de- bigüedad del término condición posmoderna de pero debe subrayarse una caracteristica general
l/a critica in America, Bom- dos maneras: por una parte, desde el origen pare-
piani. Milán. 1984, pp. 109- ce posible reconocer una especie de intima con-
122; véanse también los vo-
lumenes para una presenta- tradicción en lo posmoderno; colocándose des-
ción general. Para mayor in- pués de lo moderno, la posmodernidad artística se
formación bibliográfica ge- revela como plenamente participe de aquelpathos
neral, cfr. el articulo de de la superación, del rebasamiento de Jos cánones
HoiTmann, Hornung. Ku-
no\', "'Modero', ' Postmo- transmitidos que caracteriza a la modernidad ro-
dern' and 'Contemporary' mántica. De manera que lo posmoderno, justo a
as Criteria for the Analysis través del prefijo post, que debería señalar la su-
of20th Century Literature'', cesividad respecto de lo moderno, se coloca en el
en el ya citado número de álveo de la modernidad, con la que comp~ute sus
Amerikaswdlen, p. 40.
14
Resultan también inte- presupuestos.
resantes porque revelan una Por otra parte, la connotación vanguardista no
sintomatica oscilación sobre agota las valencias de lo posmoderno; la historia
el ambito cronológico en el de los usos prefilosóficos del término muestra,
que se puede situar el pos-
modernismo (que es otra ca-
como veremos, una oscilación cargada de conse-
racterística típica del debate cuencias para el debate fLiosófico posterior. Si,
general sobre lo posmoder- como ha observado Hans-Robert J auss. 11 moder-
no): Diccionario enciclopé- no tiene una valencia metahistórica que precede a
dico U.T.E.A .• ciudad de la caracterización de lo moderno romántico, por
México, 1952, ad vocem,
Postrnodernismo: "Movi- lo que con el término modernidad cada época ha
miento literario conserva- querido señalar la propia diferencia respecto de
dor. que se desarroUa en el las épocas precedentes (el concepto de moderni-
interior del modernismo, y dad nace en efecto en el ámbito de la literatura
que se contrapone al ultra-
modernismo mas o menos
cristiana, que en el siglo V quiere distinguirse de
revolucionario". (Nótese có- la tradición pagana anterior; es reactuaJjzado en
mo, de manera coherente, se ese mjsmo sentido en la época del renacimiento
SitÚa el posmodernismo carolingio y después durante el humanismo me-
como una tendencia dentro dieval), entonces también lo posmoderno compar-
del modernismo; estas con-
fusiones conceptuales y cro- te las oscilaciones de lo moderno (entre la moder-
nológicas no sorprenderiln ; nidad como categoría histórica específica y como
es curioso observar cómo el categoría metahistórica).
circunstancias registradas en el caso de la litera-
tura hispanoamericana de la preguerra: la litera-
tura y la reacción de la vanguardia al modernis-
mo. Respecto a los hechos hispanoamericanos
anteriores, la literatura posmodernista estadouni-
dense se caracteriza, sin embargo, por una mayor
conciencia, ya sea en el plano de las poéticas, sea
en el de la ubicación histórica respecto de las van-
guardias de la primera parte del siglo XX. En sus-
tancia, se tiene aqui la impresión de que tiene que
ver con un posmodemismo del tipo 2, que no se
inscribe en el pathos romántico-vanguardista.
Esto se debe tanto al periodo en el que se desa-
rrolla la narrativa posmoderna en los Estados
Unidos, los años cincuenta-sesenta, es decir,
cuando el empuje de las vanguardias históricas se
ha agotado casi totalmente (por lo que los narra- pp. 9-27. cuya utilidad es
dores posmodernos entran raramente en polémica sobre todo bibliográfica;
con las vanguardias y, por lo tanto, asumen de para una autopresentación
hecho una actitud que no es más específicamente de uno de los promotores
del posmodernismo literario
vanguardista), como a la peculiaridad de la litera-
americano. cfr. el collage de
tura y, en general, de la cultura americana en entrevistas a Barth, Barthel-
nuestro siglo, caracterizadas por la ausencia de me. Coover, Elkin, Gass,
vanguardias propiamente definidas en términos Hawkes. traducidas y pre-
de poéticas y de corrientes, como sucedió en cam- sentadas por F. Garnero en
la antología a su cargo
bio en Europa y en América Latina (mucho más Come scrivere un romanzo
abierta en relación con Europa de lo que fuera la postmoderno. s.l. (pero Tu-
cultura estadounidense hasta los años sesenta). río). Gli occhi dello stupa.
Y, en efecto, un término recurrente en las poéti- 1984. cfr. además A. Accar-
do e l. Tattoni. "The crying
cas posmodernistas americanas es el de literatura of Lot 49 e S/aughtew-
del agotamiento. 16 house-Fit•e 1 Due romanzi
contemporanei", en Cultura 61
que encontraremos en todo el debate posterior: el joven J . L. Borges se adhirió escritores posmodernislas, e Scuofa. año XXII, núm.
hecho de que el posmodemismo se colorea desde a una ramificación argenti- C. Bernstein. R. Prince, R. 86 (abril-junio de 1983), pp.
na del ultramodernismo, Silliman. R. Milazzo. todos 86-98.
el principio con tonalidades neoconservadoras y ahora considerado, especial- ellos nacidos hacia fines de Debe tenerse presente en
restauradoras. mente en la teoría de la lite- los años cuarenta), el núme- lo que se refiere de manera
Pero el episodio de la literatura hispanoameri- ratura angloamericana. uno ro monográfico de la revista específica a la recepción ita-
cana, en la medida en que es significativo y que se de los fundadores del pos- Cafibano, núm. 7, 1982, lla- liana del posmodernismo li-
anticipa con respecto a muchos de los resultados modernismo); O. Corvalán, mado La finzione necessa- terario que -como por lo
El postmodernismo, Nueva rio 1 lf romanzo pastmoder- demás lo subraya la criti-
del posmodernismo, tiene una importancia margi- York, 1961 (que lleva el no americano (cfr. en parti- ca- los años ochenta repre-
nal en relación con los desarrollos posteriores del subtítulo: ·'La literatura his- cular los siguientes artícu- sentan un retorno, estimula-
concepto, si se le considera en función de la pro- panoamericana entre las dos los: G. Carboni, ·' La finzio- do por la difusión interdisci-
gresiva difusión de temáticas posmodemas en los guerras mundiales"): NJ. ne necessaria; considerazio- plinaria del concepto de lo
Davidson, The Concept of ni sulla postmodem fiction posmoderno, de un interés
Estados Unidos. Es allí, en una época que va de Modernism in Hi.spanic Cri- negli USA", pp. 58-85; B. que en forma menos eviden-
los años cincuenta hasta la actualidad, y en ámbi- ticism, Boulder University Lanati, " Le Muse sfigura- te se había desarrollado en
tos literarios, arquitectónicos, sociológicos y, más Press, Colorado. 1966; R. te", pp. 11 8-154; tr. it. de P. el curso de los veinte años
recientemente, en la crítica de la cultura con am- Grossman. Geschichte und Ludovici del ensayo de A. precedentes; muchos textos
Probleme der Lateinameri- Fiedler. "La morte e le ri- de escritores posmodernis-
biciones filosóficas, donde se ban establecido las kanischen Literatur. Mün- nascite del romanzo", pp. tas americanos fueron tra-
bases para la elaboración del debate sobre lo pos- chen. 1969; J.C. Mainer Ba- 180- 189, publicado en el ducidos por editoriales ita-
moderno actualmente en boga en Europa. que, Atlas de literatura la- original inglés en Safmagun- lianas en los años sesenta, y
Ahora bien, es dificil trazar en un panorama tinoamericana, Barcelona. di, otoño de 198 1: el núm. a menudo ya no se encuen-
tan heterogéneo una reconstrucción histórico- 1972. SO, octubre-diciembre de tran en catálogo desde hace
u Para una primera 1980, de la revista Carte S e- tiempo.
genética de la imposición de lo posmoderno; en orientación bibliográfica y grete. número monográfico 16 Cfr. J. Barth, "La let-
una primerísima aproximación puede verse el na- conceptual en este vastisimo llamado Nuovo Romanzo teratura dcll'esaurimento''
cimiento del posmodernismo en los Estados Uni- ámbito, cfr. además del ya Americano, y que compren- ( 1967), tr. it. de P. Ludovici,
dos en la confluencia entre las primeras pruebas citado Postmoderno e leue- de alrededor de unos veinte en Cafibano. núm. 7, ya ci-
literarias de una generación de escritores nacidos ratura (que reúne ensayos textos creativos, algunos de tada. pp. ISS-166; publica-
críticos, dos de los cuales ellos escritos por los funda- d o nuevamente en Pos/mo-
alrededor de 1930 (J.S. Bartb, D. Barthelme, R. -y sobre los que regresare- dores del posmodemismo li- derno e leueratura, op. cit.,
Coover, S.L. Elkin, W.H. Gass, J.C. Hawkes Jr.. mos más adelante- son de terario americano (S. Elkin, pp. 49-60. Pero cfr. también
K. Vonnegut) 15 y el uso más o menos intuitivo del John Barth, intentos de sis- R. Coover), traducidos por las declaraciones de poética
término en el ámbito de la crítica militante desde tematización critica, y una F. Minganti y con presenta- de escritores posmodernis-
sección que comprende tex- ciones biobibliográficas de tas americanos que apare-
los años cincuenta. tos literarios, escritos sin F. La Polla; de este último, cen en el volumen Come
La esfera disciplinaria y la caracterización con- embargo por una genera- cfr. también el ensayo intro· scrivere un romanzo post-
ceptual genérica reproducen en gran medida las ción mucho más reciente de ductorio al mismo número, moderno. ya citado.
Con el término agotamiento -escribe John
Barth en un ensayo de 1967- no entiendo algo
consumido como el objeto de decadencia física,
moral e intelectual, sino sólo la usura de ciertas
formas y el agotamiento de ciertas posibilidades
-no necesariamente causa de desesperación-.
No es el caso de repetir el hecho de que muchísi-
mos artistas occidentales por muchísimos años
se hayan opuesto a defmiciones tradicionales de
media artísticos, de los géneros y de las formas
( .. . ) nuestro siglo se encuentra más allá de su
tercera parte del camino, y se siente una cierta
aprensión al ver a tantos de nuestros autores se-
guir las hueUas de Dostoievski, Tolstoi, Flaubert
o Balzac, cuando el verdadero problema técnico
me parece que sea no sólo el de suceder a Joyce
y a Kafka, sino a los sucesores de Joyce y de
Kaflca, quienes a su vez se encuentran en la de-
cadencia de sus carreras artísticas. 17
17
J. Barth, artículo cita- En este ensayo, que manifiesta una poética que
do, en Calibano, p. 155. comparten muchos narradores posmodemistas
18
Cfr. R. Coover, Príck -
songs and Descants, New estadounidenses, se contrapone el pathos
American Library, Nueva vanguardista-romántico de la superación, difundi-
York, 1969 (tr. it. parcial de do en la tradición hispanoamericana, a la sensibi-
F. Garnero, en op. cit., pp. lidad fin de siecle y una tematización de lo cadu-
71-73), tr. it.. p. 72: ''tam-
bién nosotros parecemos es- co que manifiesta una conciencia casi plenamente
tar asistiendo al fm de una madura del núcleo especulativo del posmodernis-
era y al inicio de otra. Tam- mo :18 lo posmodemo no ve en lo nuevo un valor
bii:n nosotros hemos sido absoluto respecto de la tradición literaria, sino
conducidos por críticos y una simple necesidad técnica; lo moderno revela
analistas por un camino cie-
go; tambii:n nosotros lleva- su propia conexión íntima con la moda y la muer-
mos el peso doloroso de una te, y sólo en este sentido se defme como posmo-
62 'literatura exhausta'". demo. Pero justamente, en la medida en que mo-
19
J. Barth, "La letteratu- derno y posmoderno no manifiestan aqui una re- La afirmación de una tal conciencia del posmo-
ra della pienezza: Fiction dernismo en el ámbito literario (que presenta ana-
postmoderna'' (1980), tr. it. lación esencial con la historia, sino sólo con la
de P. Ludovici, en Calíbano, moda, en tanto que se revelan como relativos y logías significativas con experiencias europeas
ya citada, pp. 167-179; pu- dotados de un valor puramente funcional; por Jo como las de Handke, Bernhardt, Buto, Calvino)
blicado nuevamente en cual el término posmoderno pierde su propia ra- anuncia, y en más de un caso con mayor claridad
Postmoderno e letteratura, zón de ser en el momento mismo en el que com- crítica, la toma de conciencia del problema en el
ya citado. pp. 86-98. ámbito de la teoría de la literatura, de la critica de
2
0 J. Barth, artículo cita-
prende plenamente su propia diferencia respecto
do, en Calíbano, p. 176. de lo moderno como categoría histórica. la cultura y de las ciencias sociales; toma de con-
21
Para una introducción ciencia que es a su vez la premisa inmediata de la
general, conviene remitirse a Un programa adecuado para la narrativa pos- tematización filosófica del posmodernismo.
la ya citada antología Im- moderna -escribe también Barth en 1980-19 es, Pero un momento no menos importante del
maginí del postmoderno. En
Italia, el principal teórico de creo, la sintesis que trasciende estas dos antítesis posmodernismo prefllosófico, que confluirá con
las posiciones posmodernis- que he definido como literatura premodernista y estimulas y sugerencias en la reflexión más re-
tas es Paolo Portoghesi. Cfr. modernista. Mi escritor posmoderno ideal no ciente, es el posmodernismo arquitectónico, que
en particular: P. Portoghesi, imita y no repudia ni a sus padres del siglo XX se origina precisamente entre los años cincuenta y
Dopo l'architettura moder- ni a sus abuelos del XIX. Ha digerido el moder- los sesenta También en este caso, la bibliografia
na, Laterza, Roma-Bari, nismo, pero no lo lleva sobre sus espaldas como
1980; Postmodern, Electa, un peso.
es vastísima y se ramifica en un mar de contextos
Milán, !982. En cambio, los Sin caer en el simplismo moral o artístico, en especializados. Nos limitaremos por21 lo tanto a
trabajos de A1essandro la técnica descuidada, en la venalidad publicita- hacer algunas indicaciones generales.
Mendini, arquitecto y direc- En esencia, los problemas del posmodemismo
tor de la revista Modo , están ria o en la verdadera o falsa ingenuidad, él aspi-
dirigidos a temáticas neomo- ra, sin embargo, a una narrativa que se dirija a arquitectóníco parecen condensar todas las valen-
dernistas. De Mendini, cfr. un público más vasto de lo que hacen (al menos cias y Jos problemas de lo posmoderno que he-
especialmente Archítettura de acuerdo con mi definición y mi juicio) ciertas mos enumerado hasta ahora: la extensa difusión
addio, Shakespeare and maraviUas tardíamente modernistas, como Sto- del tema en una época muy reciente (los debates
Company, Brescia, 1982. ríes and Texts for Nothing de Beckett o Pale sobre el posmodernismo en arquitectura se en-
22
F. Irace, " Aporie deUa Fire de Nabokov. Este escritor, quizás, no pue- cienden después de un año .de la publicación de
postrnodemita", en varios de esperar llegar o conmover a los del culto de
autores, Incontro con íl La condition postmoderne, es decir, con la exhibi-
James Michener e Irving Wallace, para no ha-
blar de analfabetos lobotomizados de los mass- ción de laStrada novissima, 1980, en la Bienal de
postmoderno, ya citado, pp.
100-107, p. 101. El articulo
es aconsejable tambii:n para media, pero deberfa esperar llegar y divertir, al Venecia, "verdadero y propio compendio cons-
ver una rápida reseña de la menos alguna vez, a un público más vasto que el truido por los principales dialectos posmoder-
literatura arquitectónica so- círculo de aquellos que Thomas Mann llamaba nos;22 el hecho de que el post-modern tuviera en el
bre el posmodernismo. los primeros cristianos, los devotos del arte. 20 campo de la arquitectura una historia bastante
antigua, es decir, que se remontara a los años cin- puestos culturales.
cuenta con las iniciativas de Robert Venturi 23 en Por una parte, Spanos se ha convertido en el
los Estados Unidos y de Aldo Rossi en Europa; alfil de una tendencia fúosófico-literaria designa-
además de que también aqui aparece la alternan- da por él mismo como destruccionismo, cuyo
cia entre un posmodemismo del tipo 1 (románti- programa puede resumirse en estas frases extraí-
co), que se concibe como directamente antagonis- das de un texto suyo que presenta la revista
ta en relación con el movimiento moderno, y un Boundary 2. De acuerdo con Spanos, la literatura
posmodernismo del tipo 2 (antirromántico o ex- posmoderna (que constituye el objeto principal de
trarromántico), que no concibe como valor la investigación de la crítica destruccionista) se pre-
propia sucesividad con respecto al racionalismo senta como un "regreso a las mismas cosas'\
de la primera mitad del siglo XX. mostrando la "falacia de la forma imitativa"
Con el posmodernismo literario y arquitectóni- transmitida por la tradición clásica y posterior-
co de los años sesenta nos encontramos casi en mente moderna de la novela. Ahora bien, conti-
los umbrales del debate filosófico que se inaugu- núa Spanos:
rará hacia fmes de la década siguiente. Ahora
bien, el desarrollo de las temáticas posmodernis- Mi forma de entender la naturaleza de esta revo·
tas en el curso de los años sesenta se caracteriza lución literaria posmoderna era alentada y de-
por un doble fenómeno. Por una parte, lo posmo- pendía de aquello que me parecía ser un notable
derno encuentra una grandísima expansión disci- impulso paralelo en la fllosofía contemporanea.
plinaria; con una década de anticipación con res- Me refiero, obviamente, al pensamiento fenome-
nológico de William James, Edmund Husserl.
pecto de Europa, el término se convierte en una
Maurice Merleau-Ponty, Roman lngarden y, en
palabra clave cuyos usos van desde las ciencias particular, de Martin Heidegger y de Hans-
sociales,24 para indicar la condición de una socie- Georg Gadamer. 21
dad postindustrial en La que los servicios y la
transmisión de datos se imponen sobre la repro- 23
Venturi también es 1976) sobre Heidegger (apa- versity Press. Bloommgton.
ducción de los bienes materiales, hasta las prácti- muy activo como teórico. recido después en el volu- 1982. Otras perspectivas so
cas artísticas. 25 Es decir, se asiste a un crecimien- Véanse en panicular sus vo- men Mar/in Heidegger and bre el debate reciente en los
to por extensión y por analogía, que nace de la in- lúmenes Complexity and the Question of Literature, Estados Unidos (pero poste-
teracción entre los datos estruc/Urales de la socie- Contradiction in Architectu- Indiana University Press, rior a la difusión europea del
re, Museum of Modem Art, Bloomington, 1979), y el fen ómeno) pueden enco ••-
dad contemporánea orientada hacia la informáti-
Nueva York, 1966, y Lear- fascículo monográfico Why trarse en H. Foster, a cargo
ca y la economía de servicio y sus aspectos so- níng from Las Vegas, Mu- Nietzsche Now? A Boun· de The Anti·Aesthetic. Bay SJ
breestntcturales (literatura, arquitectura, artes vi- seum of Modern Art, Nueva dary 2 Symposlum (núms. 3 Press, Port Townsend, Wás-
suales). York, 1972 (en colabora· y 1, primavera-otoño de hington. 1983 (con trabajos
Por otra parte, justamente esta extensión en ción con D. Scott-Brown). 1981 ). En el fascículo sobre de K. Frampton, P. Kr auss.
Sobre posmodemismo ar- Heidegger debe subrayarse D. Crimp. C. Owens. G.L.
campos heterogéneos establece las premisas para quitectónico americano, cfr. en particular. además de la Ullmer. F. Jameson, E.W.
una universalización ftlosófica. Lo posmoderno también M. Werber. Explo- intervención de Spanos, el Said. además de J . Haber-
no parece ya responder a exigencias peculiares de rations in Urban Structure, ensayo de R. E. Palmer, mas y J. Baudrillard). Para
sectores particulares, sino que se presenta como University of Pennsy1vania "The Postmodemity of Hei- una discusión de las tesis de
Press, Philadelphia. 1964, y degger", pp. 411·432; en el Spanos y de Hassan, me
una categoria global que expresa un cierto espíri- C. Jcncks, The Language of fascículo sobre Nietzsche, permito hacer referencia al
tu del tiempo, aquel que grosso modo será deli- Post-Modem Archítecture, véase el articulo de P. Bové, cuarto capíLUlo, ''ll testualis-
neado por Lyotard poco tiempo después. En esta Rizzoti lnternational, Nueva ·'Mendacious lnnocents. or mo americano", de mi libro
perspectiva, no faltaron en los Estados Unidos, en York, 1977. The Modern Genealogist as La svolta testuale, C1uep.
la última década, algunos intentos de sistematiza- z• El fundador de los es- Conscientious lntellectual 1 Pavia, 1984. pp. 103 J.>2.
27
tudios sobre la sociedad Nietzsche. Foucault. Said" De Hassan, cfr. The
ción filosófica del posmodemismo. postindustrial en clave pos- (pp. 359-388). De Spanos, Dísmemberment of Or-
Sin embargo, la mayoria de Las veces tales in- modernista (y neoconserva- cfr. "Postmodem Literature pheus: Toward a Post-
tentos resultaron más que nada eclécticos e insufi- dora) es Daniel Bell. Véase and the Hermeneutics Cri- Modern Literature, Univcr-
cientes. Nos limitamos a presentar dos posiciones su volumen The Coming of sis". en Un ion Semlnary si¡y of Wisconsin Press,
Post-Industrial Soclety, Quarter~y Review, núm. 34 Madison, 1972: Paracriti-
ejemplares, la de William V. Spanos y la revista Nueva York, 1973 ; para (invierno de 1979), pp. 119- cism: Seven Speculations of
Boundary 2, dirigida por él (que lleva el subtítulo una discusión del lazo pos- 131; "Hermeneutics and the Times, University of [Jli-
de Journal for Posmodern Literature) 26 y la de modernismo en sociología y Memory 1 Destroying T.S. nois Press, Urbana. 1975;
lhab Hassan,27 quien ha propuesto una tendencia neoconservadurismo, cfr. P. Eliou's Four Quartets", en The Right Promethean Fire:
llamada paracriticism y que se presenta como Steinfels, The Neoconserva- Genre, núm. JI (invierno de /magination. Science and
rives, Simon and Schuster. 1978). pp. 523-573; y "Re- Cultural Change, Univer-
una forma de eclecticismo en la que la literatura. Nueva York, 1979. petition in The Waste Land/ si¡y of Ulinois Press, Urba-
la critica literaria, las ciencias sociales y la filoso- H Cfr. M. Benamou y C. A Phenomenologícal Des- na, 1980. Existen ensayos
tia estarían de acuerdo en la definición de la CarameUo, a cargo de Per- truction'', en Boundary 2, de Hassan traducidos en las
"edad posmodema". formance in Postmodern núm. 7 (primavera de 1979), dos antologías citadas, lm-
Culture, Center for XXth pp. 225-285. Se trata de tra- magini del postmoderno y
Distintas una de la otra, Las dos tendencias pre- bajos en los que el tema de Postmoderno e letteratura.
Century Studies and Coda
sentan un rasgo común relevante: ambas se colo- Press, Madison. Wisconsin. lo posmoderno se relaciona 11
W. V. Spanos, "Boun·
can en la confluencia entre la tradición cultural 1977. con el proyecto heideggeria- dary 2 and the Contcrr.po-
26
anglosajona y la europea (especialmente la fran- Entre los fascículos de no de destrucción (Abbay) rary Fiction of Dis-
cesa y la alemana); es la premisa para la temati- Boundary 2 que con mayor de la metafisica~ cfr. tam- Closure'', manuscrito.
evidencia defmen las lineas bién el tibro de varios auto- SUNY -Binghamton.
zación propiamente filosófica del posmodernismo del programa de la revista, res, a cargo de Spanos, Bo-
hacia fmes de la década pasada, que tendrá lugar deben señalarse en particu- vé y O'Hara, The QuestiiJn
en Europa y que partirá de los mismísimos presu- lar el nilm. 2 (invierno de of Textuality, Indiana Uni-

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