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Ceras estéticas

“ZETAWAX”

Ceras opacas
“OPAWAX"

“ZETA" INDUSTRIA ZINGARDI, S.R.L. FABRICA TODO TIPO DE


CERAS Y YESOS PARA LABORATORIOS Y CLÍNICAS DENTALES.

PROQUIDE, S.L.
Pol. Ind. Can Rosés
C/. Natación Nave 5 / 08191 Rubí
(Barcelona) Tel. : 93 588 64 53 / Fax 93 588
67 03
Gunther Seubert

Conocimientos
básicos sobre
la técnica de
encerado natural
según D. Schulz

Editor: RaJf Suckert


86925 Markt Leeder
- Prula‹io

Prefacio
En la actualidad, la estética adquiere cializada, muestra una inmensa influencia
cada vez mayor importancia y no puede en la preparación mecánica de los
negar- se que también influye en la alimen- tos y, con ello, en el bienestar
prótesis den- tal. La estética dental general de nuestros pacientes.
forma parte del es- piritu de nuestra
época. Es, entre otros, uno de los cometidos
de la odontología y de la prótesis dental
En efecto, la boca como "órgano de el reco- nocer y subsanar los defectos
co- municación" del ser humano atrae que D - rezcan en este importante
de for- ma considerable la atención del sistema. Para e\\o se requiere, sin lugar
interlocu- tor. No sólo despiertan interés a duaas, un ni- vel considerable de
el entorno oral como los labios, la zona conocimientos y de habilidades técnicas.
de la nariz o la barba. Nuestros dientes Se necesita un plan- teamiento base,
también gene- ran simpatía o antipatía según el cual se pueda realizar una
en el entorno so- cial. "prótesis dental adecuada pa- ra
En este contexto los dientes anteriores masticar’, aceptable, sin emplear de-
ad- quieren un valor muy especial. Por masiado tiempo y de una forma segura
ello en la prótesis dental y en la y reproducible.
odontología con razón se presta la
máxima atención a la restauración Hasta aqui no hay nada especial, los
estótica de los dientes ante- riores. plan- teamientos son sin duda
importantes y co- rrectos en la realización
Pero, ¿qué pasa en la zona de los de este resDonsa- ble cometido, pero la
dientes posteriores? En ellos aceptamos naturaleza sigue siendo la medida de
normal- mente el efecto estetico, pero nuestro trabajo y la pauta para nuestra
reconoce- mos ahí en gran parte el actuación. No pode- mos cometer ei
afán por una sa- tisfacción personal del error de encajonar a la na- turaleza
odontólogo o del protesico. Y, en dentro de un planteamiento de base.
efecto, los dientes de la persona, sean Más bien tenemos que orientar
anteriores o posteriores, son mucho nuestro planteamiento de acuerdo con las
más que un simple adorno es- tetico de indicaciones de la misma. Mientras
la naturaleza. Desde principios de la nues- tros conocimientos sobre las
evolución humana se han mostrado formas den- tales y su función sean
como un sistema muy eficiente de incompletos, sólo nos quedará la
cúspi- des, surcos, superficies y cantos. opción de imitar con extre- mo cuidado
En este CONSUMO, U fi t é inferior los modelos naturales. Entonces, y
tienen una relación complementaria entre sólo entonces, estaremos en e\ buen
sí extremadamente complicada. Pero camino.
esto no es todo: la zona de los dientes
poste- riores, de forma muy especial los
molares con su morfología
extremadamente espe-
No obstante, no basta con realizar una D ótesis dental que no moleste en boca. La prótesis debe funcionar, es decir, debe
poder asumir al completo los cometidos de color de
proDorciona información sobre su impor- tancia funcional dentro de la superficie masticatoria.
prefijados por la naturaleza. La funcionamiento y de este
interrela- ción funcional de los dientes y modo
Según el olanteamiento de la Técnica de Encerado Natural (TEN), podemos reali- zar dientes que
de las ar- cadas dentales es de maxima
se basan en la morfología constructiva de la naturaleza. En la actua- lidad estamos haciendo esfuerzos
importan- cia. 6 por tra- bajar en la zona funcional cercana con los llamados "elementos anticipados’ que
proporcionan espacios libres en la oclu- sión dinámica y, de este modo, previenen cualquier
En este contexto nuestros colegas interferencia. Este aspecto es valorado por los odoistólogos de todo el mundo.
plante- an una serie de preguntas
justificadas: La TEN constituye con seguridad un Daso en el camino correcto. Engloba un plante- amiento de
¿Qué engloba el concepto "función base que se orienta por las condiciones naturales. Mediante la seg- mentación y la codificación de
de la zona de los dientes posteriores"?
colores se puede crear un estándar ieproducible que, a pesar de que cada diente es tan único como
¿Que cometidos tienen en si los una huella digital, se lo puede des- componer y analizar. Éstas son las bases de la TEN y ésta es
premo- lares y molares y de quó forma la prótesis dental del mañana.
los cum- plen?
¿Qué importancia tienen conceptos
Espero que todos mis colegas interesados en el tema estudien con entusiasmo las si- guientes notas y
co- mo "efectividad masticatoria" y
sigan disfrutando con nuestra bonita profesión. Y recuérdese: descubrir y aplicar algo nuevo es
'calidad masticatoria’?
ante to- do el pi ivilegio del protésico dental que triunfa en su profesión
¿Qué especialidades funcionales tiene
la relación diente-diente, la mordida
cruza- da y cómo hay que actuar ante
recons- trucciones de dientes aislados
en una dentición muy desgastada?

Preguntas y más preguntas. ¿Y las


res- puestas? Una respuesta segura
en la cuestión de la interrelación
funcional de las superficies masticatorias
la Proporcio- nan las “coordenadas
oclusales dentales" (COD). Éstas
indican las direcciones fun- cionales y
los trayectos en la superficie
masticatoria y están marcadas según
un código internacional de colores. Este
códi- go de colores puede ser
transferido a nuestra técnica de
encerado y nos proDor- ciona un inmenso
alivio y mayor seguridad en la
reconstrucción de dientes. Se marca
cada segmento dental según el código
Capítulo 1
Capitulo 2 Encerado natural de solares
Aspectos básicos en contacto con el antagonista 37
y
preparación de los Capitulo 3 Encerado natural
modelos
Prefacio de premolares
9
en contacto Con el antagonista
l propósito de este manual

E
masticatorias q« e se van a ence ¿ Dónde? sultado un poco más fácil encerar
es mostrar cómo se pueden rar. Mediante un procedimiento ló- ¿Cómo? superficies de oclusiÓn y coronas
crear superficies masticatO-
gico y didáctico se crea un pi oce- que no sólo me gusten a m í, sino
rias de cerámica o de cera si-
so de trabajo que podemos apli- Cuando en la actualidad se quiere que tambión cumplan una fun
guiendo el modelo de la naturale-
car cada d ía er el J aboratoi io explicar una nueva técnica a un ción. Lo que quiero deci r es lo si-
za (fig. 1 y 2). Sin embargo, aqu í
(fig. 3) odontólogo, a un protósico dental guiente:
no se trabaja según confusos i«ó-
todos de aplicación y raspado de o a un estudiante, puede ocurrir
En el curso de la carrera profesio- que el interlocutor plantee uno o
cera, sino que se encera de forma
nal, en algún momento se plante- todos los interrogantes. En mi vi-
aditiva siguiendo la orientación
an los famosos e incluso temidos da profesional he tenido la suerte
del llamado ”compás oclusal". En todo proceso de trabajo
interrogantes: de encontrar personas que me
De la misma manera se aborda de- beríamos saber en todo
¿ Por qué? fan dado una respuesta plausible
la disposición de cada uno de ¿Con quó? mo- mento lo que hacemos y
a la mayoría de mis preguntas
los segmentos de las ¿Qué? por Q II hacemos.
(fig. 4). Tal vez por ello me ta re-
superficies

F!g.4. D!eIe
Sohu!zy y0, dos
geneaconesy
»4 |¢o¢az!n0
. .
r
.M
,
,
ppd
pd
d
d

En las figuras 5 y 6 se evidencia


La respuesta simple es que se en-
con tocla claridad por qué debería-
cera con cera. F'ero, ¿con qué ce-
mos encerar la superficie mastica-
rat Nadie me obliga a utilizar la
toria siguiendo el modelo natural. A
“cera multicolor" que vemos en la fi-
pesar de que entre estas dos figu-
gura 7. Pero facilita en gi an medida
ras media toda la historia de la
mi ti abajo. Y todavía más el de los
odontología, sin embargo debemos
principiantes. Más adelante ya vol-
reconocer que casi no ha cambia-
veremos sobre esta cuestión. A pe-
do nada en la morfología, es clecir,
sar de que está teñida de diferen
en la estructura cte cada uno de los
tes colores, todas tienen las mis-
dientes.
mas propiedades de modelado y
de tecnica de fundición. La cera se
Poclemos aplicar este tipo de confi-
puede aplicar y rascar muy L›ien. A
gui ación aditiva de las superficies
mi personalmente me gusta mucho
masticatorias siempre y en todos
porque es dura y, de este modo, no
los casos. Ya sólo mediante la es-
perdona fallo alguno. Si puedo ce-
tructura aditiva de cacJa uno de los
rrar mi articulador antes de introdu-
segmentos, mediante la guia del
ce r las piezas modeladas, tambien
compás oclusal y la creaciÓn de es-
lo podre hacer despues de probar
pacios libres se minimizan posibles
m ía piezas coladas. Me ahorro in
zonas pertrirbadoras, que incluso
necesarios rectificador que cues-
pueden eliminarse. Encerar de for-
tan dinero y que además arruinan
ma natural significa estar en el
m ía formas dentales estructuradas
buen camino y satisfacer al odontó
con tanto esfuerzo. Al utilizar cera
logo, al paciente y a uno mismo.
dura tambión se puede aplanar in-
cluso con más fuerza con el pincel,
si n correr el riesgo de redondeai lo
. .U
d
t pertos, y contribuye asimismo a
d condiciones. En cambio si en la
d ahorrar dinero (fig. 10). Si se
d utiliza una sonda muy fina (para zo- na de los dientes posteriores
pd se uti lizan masas cerámicas,
elemen- tos de estructura muy
finos en el mechero bunsen, es esta aclap- tación posterior no es
estabilidad fácil que se produzcan posible, aun- que en círculos
incandescencias y se tenga que especializados y sobre todo en
comprar en poco tiempo una la industria se afirme lo contrario.
punta nueva.
¿Oónde?

En la mayoría de los casos, el No quiero dar ningún consejo


pa- ciente expresa su deseo o el sobre dóncle se puede aprender
odon- tólogo prescribe el este tipo de tócnica de encerado.
todo (fig. 8). Una cera blanda Y otra respuesta al “cómo": UN i -
material de la restauración. Si La elección del cui so debería ser
cede cuando se modela trumentos que utilizamos para la
se quiere trabajar de forma una decisión libre. Tan sólo ‹in
excesivamente un punto de Tócnica de Encerado Natural han
eficaz en la zona de los dientes comentario: no se debe- ría elegir
contacto. Y este defec- to se sido concebidos especialmente al azar enti e las múltiples ofertas.
repite de nuevo en cada pub- to por Dieter Schulz y por mi (fig. 9) posteriores es imprescincli- t›le
utilizar una aleación de oro El renombre del ponente o el
de contacto. La consecuencia es y es- tán especialmente adaptados precio son una mala referencia. Si
que la pieza colada, que ya no a es- ta tócnica de encerado. amarillo más blanda, con alto
con- tenido de oro. Al utilizar no se aprende nada, el cui so
pue- de ceder más, causa 'siempre hal›rá sido caro. Por esta
mc›lestiaü despuós de la prueba. Una llama suave (lamparilla de una alea- ción más blanda, de
ser necesario el odontólogo razón lo me- jor es seguir las
En la mayo al- cohol) facilita el trabajo a los recomendaciones de los colegas o
r fa de los casos es demasiado princi- piantes, pero tambión a los puede ajustar rápida- mente los
bordes del trabajo, Además, de las pu!›licaciones técnicas. O
alta. Ivli consejo, por ello, es más ex- dirigirse a una empresa con
utilizar ce /a dura. en caso de ligeros con tactos
erróneos, que siempi e pue- clen renombre. Algunos fabricantes de
aparecer, el paciente podrá ceras, masas de cerámica o de
adaptar sin gi andes problemas meta- les ofrecen cursos
la superficie de oclusión a las asequibles econó- micamente y
nuevas
con ponentes bien se- leccionados.
Naturalmente, tambic›n
Las zonas sombreadas en los co- Como comentario al margen, con-
lores correspondientes a la direc- sidero el concepto "compás oclu-
ción del movimiento simbolizan la sal” sólo limitadamente acertado.
posible dispersión del movimiento. Como es bien sabido, un compás
Las zonas tim ítrofes del Ángulo de tiene direcciones rígidas que no se
Bennett Inmediato (ABI) al lado de pueden modificar. El norte es el
la mediotrusión, y de la RS norte y el sur sigue siendo el sur.
(RetrusiÓn), al lado de la laterotru- Sin embargo en un "compás oclu-
sión, están sombreadas como sal" sólo hay una dirección de mo-
campos rojos. Este compas es vimiento "rígida". Y ésta es la pro-
' bien conocido en la biomecánica trusión (negro). Todos los demás
según Polz. La técnica de encera- movimientos son variables en su
do natural según Schulz que, más óngulo y, tanto más, cuanto más
allá de la situación de los puntos nos movamos en dirección ante-
de contacto, aborda tambión las rior, alejándonos de la articulación
superficies de contacto, utiliza un maxilar.
hay algunos centros de formación in- El compás oclusal compás oclusal ampliado con el
dependientes, con nombre (p.ej. movimiento de n edio-protrusión. ¿Qué quiere decir esto? Si, por
Instituto Enseñanza Secundaria "Au- El compás oclusal representa sim- ejemplo, en la zona del cóndilo en-
sias March”, de Valencia, Escola bólicamente los diferentes movi- tre el movimiento de protrusión y el
i estó marcado aqu í con el
Profesional "Ramón y Cajal" de mientos masticatorios y marca de laterotrusión tomamos un ón-
co-
Barcelona, Centro de Formación Pro- además los espacios libres que so- guío de 90”-, en la zona del primer
lor i .. ., , i¡
fesonial "Juan Badal" de Lérida, meten a esfuerzo a nuestras cúspi- molar encontraremos un ángulo
Froxan, de La Coruña, Centro PD Ce- des dentales durante los movimien- mucho más pequeño entre estos
Ademós del compás oclusal, la
provic, S.L, de Madrid, Centro de tos de excursión (fig. 1 1). Con su dos movimientos. En el caso de
tócnica de encerado natural le
Formación Profesional, de Barcelona, ayuda el protésico dental se puede los premolares, el óngulo se vuel-
ofrece al principiante todavia otro
Escuela Tócnica de Enseñanzas orientar en todo momento, igual có- ve todavia más pequeño y cuanto
medio de orientación: divide la su-
Especializadas E.T.E.E., y Opesa, de mo un navegante en alta mar, a U N- mós nos acercamos a los dientes
perficie masticatoria en diferentes
Madrid). vós de las cúspides, los rebordes y anteriores, tanto mós agudo sera
segmentos.
los surcos. Los movimientos y los este ángulo (véase al respecto las
espacios libres están marcados Se- figs. 12-1 8). Por lo demás, ello
Si al encerar se procede de forma
gún un código de color internacional, también es aplicable para la me-
con el que siempre nos volvemos á sistemática, teniendo en cuenta el
diotrusión y la larero-protrusión. Si
topar también en otras teorías de compás oclusal y la disposición de
Cc›ri la pregunt:a "¿cómo?" en reali- bien el concepto de "compás" es
encerado o de oclusión. Cada uno cada uno de los segmentos, no se-
dad ya nos introducimos de lleno muy comprensible, en cambio el
de los elementos del compás se rá cosa de magia el reconstruir
en Ta materia. Aquí desempeña un de las "coordenadas oclusales de
una superficie masticatoria natural
papel de suma importancia el lla- puede designar de la forma si- movimiento” se acerca mucho más
y funcional. Funcional quiere decir,
mado "compás oclusal”. Por ello, guiente: a la realidad.
en este contexto, una superficie
antes de enfrentarnos a un ejerci- masticatoria que no interrumpa
cio práctico de tócnica de encerado ningún movimiento.
natural, me gustaría abordar breve- Fosa central = círculo rojo
mente este medio de orientación Protrusión = l ínea negra
tan importante. Laterolrusión = linea azul

Mediotrusión = l ínea verde


17
48
20
tocla su extensiÓn, para que se
6obre la práctica
ción (figs. 20 a 25).
Ahora me gustaría mostrar a los
lectores de este libro la tócnica de
Antes de volcar nos en el aisla-
encerado natural sobre la base
miento de los muñones y en el
de un caso cte formación. Para en- cerado, compi obamos con
ello hemos pi eparado r‹n molar
un pa- pel de articular (rojo) si
del maxilar superior (MS) y otro hay con- tactos en toda la arcada
del maxilar inferior (MI) y hemos dental restante. Si no fuese el
colo- cado los modelos en un caso, de- beríamos reducii los
articula- dor Protar l I (fig. 19). IVl contactos
uestro los modelos y las
preparaciones en
previos con una fresa fina hasta seguridad demasiado alto y todo
conseguir una relación de contac - el trabajo estaría condenado des-
to con el resto de los dientes (figs. de un principio al fracaso.
26 y 27). Si en esta fase no com-
probamos la situaciÓr de contacto Se vuelven a comprobar en el ar-
en el caso concreto de un pacien- ticulador las condiciones de es-
te, puede ocurri r que asumamos pacio y sólo entonces se a íslan
un error tócnico-material o de tec- los muñones y se aplica cera de
nica de tratamiento y lo arrastre-
modelar (figs. 28 y 29). También
mos al proceso posterior. Este fa-
despuós de esta operación de
llo se potenciar ía de forma tal
trabajo es necesario efectuar un
que, por ejemplo, aparecería una
control: en modo alguno puede
relaciÓn de no oclusiÓn en un lado
aparecer ya en esta fase un pri-
de nuestros modelos. Con ello
mer punto de contacto (figs. 30-
nuesti o modelado resultaría con
33).
pa |atino

F g S3..ypo:’
k4gua!
denadas de movimiento de nuestros clientes
Observación :
Con el objetivo de crear una situa- sol›re la base.
Probablemente al lector
ción inicial como si só\ o faltasen En el caso de coronas coladas de recu
le ha llamado la aten-
las superficies oclusales, durante el 30 brimiento parcial, como en nuestro caso, la
ción que en este caso
mo- delado de coronas coladas de sustancia dental restante disponible ya nos fija
se esté trabajando con
recu- brimiento total se ci ea una pre- viamente la forma del diente. De este
modelos parti- dos por
base de cera gris (figs. 34-37). Al modo podemos marcar las co- ordenadas de
la mitad. Ello no tiene
mismo tiempo, con esta operación movimiento graban- do en la cera de modelar
ninguna razón
se deter- mina la forma exterior de (figs. 38- 41 ).
funcional o de técnica
clichas co- ronas. de encerado. La única
razón es que con esta
A continuación podemos dibujar o medida se pueden
grabar con un instrumento las coor- realizar mejor las fo-
tografías en el articulador por I ¡ i 'i, ‹l ‹ ‹ t‹. de nuestras co- marca mediante un punto con un JUAN de›tetminc do siempre por
palatino y por lingual. ordenadas oclusales de instrumento (ins- trumento para surcos) la cúspide de com- presión del
movi- miento se encuentra antagonista, es de- cir, no debe
en la fosa central y se Importante: El punto de corte situarse necesaria-
(posición de partida del com- U ) mente en la fosa central.
La mediotr usión transcurre en el vimiento de protrusión hacia distal
MS precisamente donde en la cús- y en el M l hacia mesial. El trans-
pide mesio-palatina se separa el curso posterioi’ de la línea de la zo-
elemento r udimentario del cono na limítrofe muestra en dirección
principal. En el M l, la mediotrusión hacia la laterotrusión. El ángulo es
transcurre hacia disto-vestibular, a algo abierto. Pero la zona limítrofe
traves de la cúspide medio-vestil›u - no se debería abrir nunca hasta el
lar y la disto vestibular.
punto de tocar tangencialmente la
cúspide.

‹ ". › empieza asimismo en la fosa


central; en el MS transcurre como
. 44.
} i
.d
ddp prolongación directa del eje inter- tambien documentan que el trabajo
D condilar en disto-palatino, y en el se ha realizado siguiendo la técni-
Aut oevaluación M l en dirección mesio-vestibular. ca de encerado natural. Si se quie-
Despuós el ABI se manifiesta hacia re, el pequeño adhesivo es un sello
la l ínea de mediotr usión. En el arti- de calidad.
culador elegimos un Ángulo de
Bennett l nmediato (ABI) de 1 ,
5

mm, porque con ello haremos justi-


cia a alrededor del 90% de todos
los casos. Naturalmente, es mejor Nuestro objetivo es ahora encerar
cuando el odontólogo da indicacio ctos cuadrantes por segmentos y
nes concretas, pero con frecuencia en plena relación de contacto con
no se proporcionan más detalles. UN t Q i t (figs. 43 y 44).
Estos segmentos los enceraremos
Al principio me fue muy útil marcar en colores que se corresponden
cada vez el medio de orientación con los de las coordenadas de mo-
oclusal en la superficie interior del vimiento. La división en segmentos
modelo hasta haberla memorizado permite además que nos podamos
y poder recitar la hasta en el concentrar de forma certera en ca-
más profundo de los sueños (fig. da uno de ellos. La figura 45 nos
42). En la actualidad existen muestra una vez más los medios
adhesivos pa- ra marcar el medio modelos listos para el modelado
cte orientación oclusal, que no posterior.
sólo cumplen una función
mnemotócnica, sino que
Colocación de la base Esta forma de proceder se repite
áel cono en |a coocac ón de la
cúspde azu|:

En el MS es la cúspide disto-vesti-
Ante nosotros tenemos los mode- bular (metacono) y en el Ml la
los con la base preparada y las co- cús- pide mesio- linQual
ordenadas marcadas. Se pone pri- (metacónido) .
mero una gota de cera en cada
uno para colocar los diferente co- Como en este caso se trata de
nos y con ello las puntas de las cúspides de cizallamiento, se de-
cúspides. bería situar la gota azul fuera de
la zona limítrofe de la i
La gota verde corresponde en el y partienclo de la fosa cen-
MS a la cúspide mesio-palatina tral, muy hacia afuera. F‹g 48. Baae de!
(protocono) y en el Ml a la ,i ! .‹ !. »Oa !n!eno con
!am!sma
s!1uac!ó nde
paiI!da, vsia
Fg. 4d. desde ves‹!
Basedel mo!a bu|a...
supe !or zon !
abasede los
uonos

:ouemmnemeen
e!sen!!dode1as
coorde;:adasde
mov!mienIo
oclusales, v |sIa

Esta última se sitúa detrás de la En el MS, la gota amarilla indica la


zona tim ítrofe del ni i i l
y en el M I la
trofes. Como se trata de cúspides de compresión, se colocan las puntas de las mismas, desde el borde, un poco
en dirección hacia la fosa central.

38
S exacamenesobre l a
e üneaamai- llade l atero-
potusÓn. Muyhaca afuera,
l yaque esacúspdetam- bién
a debe ceaüzar tabajo deciza-
llamiento (figs. 46 a 49).
c
o
!
o
c
a 39
visto por
pal aiíno

Montar los conos ×l. En el articulador se compruel›a


si existe un primer contacto. Si es
Una vez se han situado correcta- así, hay que eliminarlo. Por último
mente cada una de las gotas se se enceran y modelan cada ‹ina
las puede levantar casi hasta una de las columnas de cera convir-
altura interminable de la cúspide. tióndolas en autónticos conos.
40
EgS5..yv so

Repetimos esta operación de tra- Despuós de haber modelado tam-


bajo en la cúspide disto-vestibular bión estos conos, tal y como ya se
en el MS, asi como en Ta cúspide ha descrito, se ha de prestar aten-
mesio-vestibular en el Ml (figs. 58- ción a que sus puntas no se hayan
65). desplazado hacia las zonas rojas
\i m ítrofes.
E& eOd0 & G±4emÓ+e& eB&0Ma&D&0PM aMa¿0+N& 0a
4M02
A modo de conclusiÓn se tas de cúspides tambión afluya un movimiento. Para evitar zonas pro- blemáticas, estos conos no se montan
levantan tan altos, por ejemplo en relaciÓn con los azules de las cús- pidea, y después se modelan tam-
tambien los conos amarillos: en el

g . 66
).E h d qu sc n ss -
nndpstn
línea de latero-protrusión, conlleva
obligatoriamente que a estas pun-
bién de forma más bien plana. mprobar el modela- do en el
S articulador. Hasta ahora no puede
e haber ningún tipo de contacto
con el antagonista. Éstos no se
v realizan hasta las siguientes fases
u de trabajo.
e Para poder entender las fases si-
l guientes, el lector tiene que haber
v captado la sistema tica utilizada:
e primero enceramos el elemento
en cuestión del molar superior en
una de las mitades del maxilar y con-
a
trolamos los puntos de contacto
c
o
47
po vest bu a ..

resultantes, tanto en nuestro mo-


delado como tambión en la mandí-
bula. A continuación nos centra-
mOs en el molar del MI y en sus
elementos en la mitacl contrapues-
ta del maxilar. Tambión se encera y
se comprueban sus puntos de 48
contacto con el antagonista natu
ral del MS. Esta forma de proceder
nos permite encerar Jos molares
en cuestión siempre contando con
un antagonista natural. Una venta-
ja incalculable para los principian-
tes.
Si completamos ahora el protoco- no del molar superior formando un reborde triangular, obtenemos el punto de contacto nrúmero 9 que se una cresta auxiliar mesial y una
marca en el elemento anterior de la cúspide medio-vesti bular (figs. 74-T8). A continuación, par- tiendo desde la punta clel cono, se coloca distal. La mesial es interr‹ mpi-
da en dirección a la mediotrusión una función en caso del corres-
por surco y, partiendo de la fosa pondiente grado de abrasión.
central hacia arriba, se la modela Estas afirmaciones son el resulta-
plana con el instrumento do de las observaciones propias
rascador. Sólo de este modo se realizadas en dentadui as natura-
puede crear suficiente espacio les desgastadas y de las investiga-
libre para el ciones del Prof. Dr. Meier de la
,\», ‹ ›l ‹ l‹ ’ ‹ ›. l». ‹ r , ‹. ,‹ !l Universidad de Tubinga.
La biomecánica define esta parte En la pendiente mesio-palatina en-
mesial de la cúspide mesio- palati- contramos el punto de contacto
na como elemento rudimentar io, número 5, que se marca en el
ya que según esta filosofía no mo- lar superior sobre el elemento
asu- me función alguna. En la ade- lantado de la cúspide mesio-
técnica de encerado natu ral según lin- gual (figs. 79-83).
D. Schulz, este elemento sí
asume
La cresta auxiliar distal del molar (figs. 84-88).
superior transcurre desde la punta Se reconoce con clai idad que el
del cono hacia disto-vestibulai , en t ripoidismo del molar superior se
el centro de ía supei ficie mastica- encuenti a cerca de la printa del
toria y, en conci eto, hacia la printa cono pai a evitar grandes recoi ri-
clel cono de la cúspide disto-vesti -
dos desde la fosa central cl el molar
bular. Tal y como podremos ver, iiJferioi y, con ello, trastoi nos.
participa en la formación de la
cresta transversa. La crispide mesio-palatina acaba
En la pendiente disto-palatina, no da se puede completar, en la pen-
lejos cte la punta del cono, encon- diente mesio-palatina, mediante el
tramos el punto de contacto n” 6,
tubói culo carabelli. Éste empieza
que se marca en los mola es infe-
detrás de la l íi»ea cJ e medioti
riores en el reborde ti iangular ves-
usióin y t ranscui re hacia distal. Se
tibular de la cuspide ct \ sto-\i›ngr
deL›e- ría presta atención a que el
al tuber-
eri lo carabelli no provoque recto y amplio se ent era un
trastor- nos en la posición de ele- mento adelantado en el Ml,
mordida final (Jig ª en la cúspide disto-vestibular.
Transcurre con una ligera subida
desde la fosa central hacia disto-
vestibular. En este elemento
adelaintaclo en con- tramos
nuestro primer punto de
En el M l empezamos con el mode- contacto, que designamos con el
lado de \ a cúspide medio-vestibular. número 9 (figs. 90 y 91 ) . Si obser-
Paia que los trayectos de la cúspi- vamos el maxilar antagónico vemos
de de compresión mesio-palatina qr‹e el punto de contacto número 9
superior, partiendo de la fosa cen- está situado en la cúspide mesio
tral, no presenten un transcurso tan palatina sobre el reborde ti i angular
vestibular y por clebajo de la punta
Fig.9£.Ene!
na #a
superior e!
pun1ode uonta
¢}onü›neo P
semarsa ene!
‹eb0de 1!
angu!e‹
vestibularde!a
oüspidemes!0
• pa!ati na
lomás oeroa
posbede
!apuntade!as
cúspide

'9 .
d
d
p
difícil

clel cono (figs. 92-94). En la tócnica sa central


de encerado natural este punto de modela la
contacto se encuentra muy cerca
de la punta del cono y no, como en
otras tócnicas de encerado, por
ejemplo en la técnica de P. K.
Thomas, mucho más hacia at›ajo,
hacia la fosa central. P. K. Thomas
requiere ah í incluso dos puntos de
contacto. Con el emplazamiento
que enseñamos aqu í conseguimos
un recorrido más corto desde la fo-
bular del molar inferior formando un elemento de bola (cúspide de com presión). Asi se obtienen dos pun- tos de contacto de apoyo: uno en la
pendiente mesio-vestibular (punto de contacto número 3) y otro en la pendiente disto- vestibular (punto de contacto número 4). El punto de 57
contacto nrimero 3 marca casi a la misma altura en el reborde triangu- lar palatino de la cúspide mesio- vestibular antagonista (paracono),
es decir, en el elemento amarillo del molar del maxilar superioi. El punto de contacto número 4 marca, en el
maxilar antagónico, en el elemento s s surgido si p -
adelantado de la cúspide disto-ves-
tibular (figs. 100-104).
De este modo hemos creado tam-
bión en el Ml la cúspide de compre-
sión más importante y podemos
comprobar en el articulador si hay
posibles puntos de interferencia.

Modelado de la cúspide
áisto-vestibular en el
MS

ss
latina y nos podemos dedicar a la clisto- vestibu lar (azul) del molar superior. Desde la punta del cono, colocamos un reborde hacia pala- tino
y, de este modo, creamos la unión con la cúspide mesio-palati- na. Esta unión no viene interrum- pida por ningún surco y se llama cresta 59
transversa (figs. 106- 108).

Desde la fosa central, en di rección disto-vestibular, se encera un ele- mento adelantado en el que en- contrarnos el punto de contacto
número 4 (figs. 109 y 110). En el
F!g.4 0£. En e!
anlagonslae!
punl0de
oonaconimeo
ocusonv sla
desdevesIibul×

F!g. 106. E!con0


duIo ves1!b:›! a
de! mo a
super!o ae
s0mp!e1acon u n
ebgrde
t !angu!a. Es1e
edo de
¢0nsIi!uye!a
unió4¢on!a
¢res:a:ransve,sa

molar infer io‹, se marca en la


cús- oide medio-vestibular, disto ferior. De acuerdo con nuestra si-
vesti- bular de la punta del cono tuación en este lugar no obtene-
(figs. 111-11 3). mos ningún punto de contacto.
Para hacer posil›le este punto de
Completamos estas cúspides con contacto tendriamos que renun-
una cresta de borde mesial y dis ciar a la contormación natural de
tal. De este modo creamos el pun- nuestro modelado. Entre la cresta
to de contacto número 2, en el ca- mesial de unión, el elemento ade-
so de una situación de clase l, en lantado y la punta de cono se ina
el reborde marginal disto-proxi- situado un espacio cóncavo para
mal. En el M l este punto de con- la zona limítrofe de . . i i. i ,› 1.
tacto se marcaria en la cresta me- La conc avidacl impide, entre otros,
sial de unión de la cúspide mesio- problemas en el movimiento de la-
vestibrilar en el segundo molar in- terotrusión. La cúspide medio ves-
tibular del Ml transcurre sin pro-

61
contacto

Kig. 108.„ y
ví•io desdemes!
o palatina
blemas desde la fosa central (fig. la fosa central (figs. 117 119).
J 4-J 6). Despuós colocamos un elemento
adelantado, empezando por disto-
Modelado áe la cúspide lingual, pasaido por la cresta del
rxesio-lingual en el Ml reborde triangular. En el olro lad¢›
del reborde triangular modificamos
claramente el transcurso del ele-
mento adelantado en di rección ha-
Una vez acabada también la cús- cia la punta del cono (figs. J 20 y
pide disto- vestibular del molar 121) . En este elemento adelanta-
su- perior, nos dedicamos a la do se encuentra el punto de con-
mesio- lingual dei molar inferior. tacto número 5. Se marca en ‹el
Volvemos a colocar una ci esta de molar superior, en la pendiente
cera des- de la Dunta del cono en
dirección a
K|g. 1 £$.
Situaciónde
‹ontacto sonel
anlagonízlavista
dasde

’” ³ “ • ”* “” ”“ " ' . ' ”

. . ’ 4
tú ’
”6
“/

mesio-palatina, muy cerca de la forme a las indicaciones del medio


punta del cono de la cúspide me- de orientación oclusal, aqui crea-
sio-palatina (figs. 122-124). La mos tambión el espacio libre nece-
cúspide mesio-lingual se completa sario para la RT, el movimiento li-
con una cresta marginal mesial y mite de la retrusión y de la latero-
distal. Con el correcto emplaza- trusión (figs. 125-127).
miento de la punta del cono, con-

66 67
De este modo se han n»odelaclo 68
sieiripre los segirientos de supei1i -
cemastcatoúasiuadosendiec
ción de la medioti r‹siói» (vei de)
y en dirección de la late oti
usión (azul), y se han tenido en
cuenta los coi respoi»dientes
ámbitos limí trofes.

En el maxilar supei ior se completa


la cúspide mesio-vestibular, en la
medida en aue montamos el cono
desde la fosa central, foi mando un
reborde triangular. Al hacerlo te ne
mos que tenei siempre pi ese nte
la altui a de la punta dei cono.
Dicha punta del cono debería ser
lo más baja posible, para que la
cúspide medio vestil›ular en el Ml
p‹ieda i i de for ma precisa hacia la
punta cl el cono en el movimiento
cte latero-

protusión.
Mediante la creación de la cúspide
mesio vesti bulai se o f›tiene u ía
punto de contacto en el rel›orcle ti iangular, al cual designamos co- mo punto de contacto nrimero 3 (figs. 128 y 129). Es Proceclemos exactamente igual en
visible cles- pués de cerrar el articulacJoi tam bión en el molar inferior , y, en con- ci eto, en la pencliente disto-vesti- bular, algo el caso de la crispide disto lingual
alejado de la punta del cono (figs. 130-132). La cúspide mesio-vestil›rilar del molar supe- rior se completa sólo con una cJel molai inferior.
crestn mai ginal mesial y distal y a continuación ya estú acabada (figs. 133 135).
Aquf se vuelve a pi estar
especial atención a las alturas enti
e la pun- ta clisto- lingual y mesio-
lingual del cono del molar i nfei ior.
La cúspide clisto-lingual se
mantiene iriás baja a propósito.
Fig.4S0.
Ene!
an1agon!s
ae! punl0de
sonac o nrmero
3semaca en !a
pendienIe mes!o
veslibuls de!a
oüsp!ded!sfu-
vesIibu!a
ene!Ml

Fig.4S£.
73
vesl!bu!a es
claamenemás
so 1s que!a
süsp!ded!slo
vesti bu!a de!
mo!arene! NS

F!g. 1 4t. Ene!M!


aqzi 1acüsp!de
d!s1¢-!›ngua| es
más coUa gue
!a meso-
bngua!

tos. Ambas crestas se conviei ten


en los correspondientes rebordes
auxiliares. Esta vez tambión se re-
calcan ligeramente las crestas con
el instrumento rascador (figs. 141 - Por último se refleja, en el maxilar
143). supei ior, procedente de la fosa
central, el espacio Jibi e entre la
Despuós de haber acabado las cúspide mesio-vestibu‹lar y la me-
tres cúspides principales, se vuel- sio palatina. Al hacerlo surge el re-
ve a comprobar su relación de al
turas (figs. 144-145)
F|@. 148. E× e!
a n×goum:a
ce ma ¢ae!
punIo de
¢onlaoi0
utme0 4 eu
la ces!ad!
s1a! de nn|
ónde!a
süsp!demes!o
ves!!b‹›! a
e» e!Ml
F!g.451. Ene!
mMa supeflo
se 4f4ad0ene!Mly
zonlecconaa! el Mpooon»tdo
mrsmoliempoe!
h!poconode! a
zúsp|ded sIo-
pa!a!!na

y se convierte eri un cono. De mo- sio-vestibulai y disto-vestil›ular de la cúspide. Aqu í tampoco se esta- blece ninguna relación de contacto con
mento este segmento sigue toda- los antagonistas. En el caso
vía sin contacto (figs. 151 y 152).

También en el M l montamos en
cera gris los conos de la parte me
d stibular del mo- la r inferior se ha
e de prestar aten- ción a que el
l reborde triangular no caiga,
partiendo de la punta del cono,
c hacia disto-lingual en la fosa
o central, sino que transcurra exac-
n tamente en di rección hacia la pun-
o ta del cono de la cúspide mesio-
lingual (figs. 153 -158).
m
e
s
i
o
-
v
e
79
y 160). Se marca tambión en la
cresta marginal disto-proximal de
la cúspide distal en el Ml (hipoco-
nulido) (figs. 161-1 63).
Por último se completa la cúspide
Para completar el segmento disto- drsto palaüna de|mo|ar
palatino desci ito del molar supe- supedor mecliante una cresta
r io r se encera el cono disto-palati marginal dis- tal. Ésta se levanta
no desde la punta hacia mesio- desde la zona interior hacia arriba,
vestibulai , convirtiéndolo en un re- hacia la punta del cono. Al hacerlo
borde triangular, y encuentra co normalmente se obtiene, a distal
nexión con la pendiente distal de de la punta del cono, el punto de
la cresta transversa. En la cresta contacto i ” 7. Se marcaria en el
mesial de la punta del cono surge maxilar antagónico sobre el
el punto de contacto n” 8 (figs. 159 segundo molar inferior en
81
Fig.164.
Conseguí mos
el punlode
sonta¢lo n4mero
Z en!asresla
mesí a1deun |
ón de!a sispide
mesío-vez1í0u!ar

Ía cresta marginal mesial de la borde triangular. SE fiesta mesl


cúspide mesio- lingual. Según el de unión empieza en la punta del
caso tambión tendi emos que pres- cono y al mismo tiempo conforma
cindir de este punto de contacto, el reborde marginal metió-proxi-
sólo se conseguiría a traves de un mal, que conlleva el contacto pro-
grave “fallo de forma". Es preferible ximal con el diente vecino. En la
no hacerlo. cresta mesial obtenemos el punto
de contacto número 2 (figs. 164 y
165). El punto de contacto número
z se marca en el reborde marginal
disto-proximal cl el segundo premo-
lar superior (figs. 166 -168).
Ya se faa montado el cono mesio-
vestibular convirtiéndolo en un re
P g.¢70. E!
sspas!o›’esianIe
se ‹era non
un edodeau«!!!
a en{omade t
!» ve I!da

Hacia distal se cierra la cúispide


mesio vestibular partiendo
clesde
la fosa, mediante un reboi de en
foi ma de L invertida (vease figs.
169 y 170). La configr ración en Poi último, se completa la cúspicle
foriria de L del eboi de i esuJta de disto- vestibrular del molai inferior
foi ma automática del espacio libre
i estante. Por distal cte la punta clel Acabamos esta cúispicle distal me-
cono mesio vestibu i ai se diante r‹n reborde marginal distal-
encuen- tra el punto de contacto prox imal que cierra el molar
núiriero 1 , qrie se diL›uja en el infe-
molar sr‹pei ior sobre ei reborde
mesio proximal (figs. 171 -1 73).

B4
F!g. 115.
S:íuaz|o» de
soiñamovh a
poi|!ng‹›a

F!g 17S....y
kge
emenle
ab!er1a
Bü rior hacia distal y que apoya el se- maxilar antagónico se iriarca en la
gundo molar inferior hacia proxi pendiente mesial cte la cúspicle
mal. En el eboi de mai ginal distal disto-palatina del molar superior
se encuentra el punto de contacto (figs. 176 y 177).
número 8 (figs. 174 y 175). En el

Importante: En la biomecánica esta cuspide se califica, al igual que la


parte mesial de la cúspide mesio-palatina en el MS, como un elemento
rudimentario. Este enfoque es totalmente correcto en una superficie
mas- ticatoria virgen y que cuenta con el apoyo de puntos de contacto
vírge nes. Pero tan pronto estos puntos de contacto vírgenes se
desgastan por la función masticatoria y se aplanan, la cúspide disto-
vestibular entra en contacto con el antagonista y ejei ce la función. Por
tanto no deberia ser calificada como elemento rudimentario (Prof. Di.
Meyer, Tubinga).
88
F|#. 18S.
|mpo
Ianie:lodo deQ
¢ndede!a
!oag Md dea
zúsp!de
91
Oa[4ü02 Enuemd0 taI×i4u móres ea¢olarÓr0ué adaj0mda

Capitulo 3:
Encerado natural
De este modo están correctamen-
cos se configuran de tal moclo que de premolares en
te dispuestos enti e si todos los
elementos de las dos superficies
transcri rran planas hacia la punta
del cono, empezando de forma re-
lativ'árr›c›!+te pr 0f ¢/ ncla (fig. 178).
contacto
con el antagonista
mast catorias antagonistas de los
molares. Sólo nos queda retomar li- Este transcurso cJe los surcos se
geramente los surcos principales puede realizar de forma natural
con el instrumento para surcos y con ayuda clel instru riento pai a
volver a se¡›arar las diferentes par- surcos y para depi esiones. Los
tes de las cúspides, si se hubiesen dos iriolares están acal›ados (figs.
179-188).
unido un poco al encerai. Los su
r-
0ap1M03 B& e &dO&±+N4e /OUÓ+e& e&¢04a&Ó&0n Ó aÍag0MJa -

amos a abordar ahora el ence- de coronas parciales que me servirán


rado natuial de premolaies como junto ¢Je partida para mis
(figs. 89 y 190). Tal y como se poste- riores exposiciones.
ha mostrado ya con los molares, Es muy difícil marcar las
equ i tambión trabajaremos con coordenadas de movimiento en el
medios mo- delos (figs. 191 y 192), modelo. Por esta razón me gustaría
ya o‹ie óstos son más fáciles de volver a recalcar la imDortancia de
fotogi a fiar por pa- latino y tambien los diferentes movi- mientos, sobre
por lingual. La disDo sición es la base de un dil›ujo (fig 197),
asimismo más fácil de captar por el ol›tenida del libro tecnico ti- tulado
observador y se cuede recono- cer y "Okklusions-kon zepte ’ (Plan-
valorar mejor el modelado en el ai teamientos básicos sobre ocl usióin )
ticulador. (Ralf Suckert et al., Verlag Neuer
En las figuras 193-196 se Duede Merkur). Si se observa
ver detalladamente la figura, de repente
una situación con tres preoai aciones se entiende por

Fig.192.
94 91
— Bt&emd0nalud dep:emÓee& eur0uEü0&0r éamaj0rsMOaptd0 3

e:u Menoscgn
ceia de kase

quó las cúspides de los dientes tienen articulador las condiciones de espacio una
base mesial o distal. Expresado de (figs. 198 y 199), se aislan los muño- forma
llana: por naturaleza los dientes nes y se aplica un poco de cera de mo- evitan las
diferentes rlificultades. delar blanda Dero estable (figs. 200-
Despuós de habei comprobado en el 203).

Atención: Tal y como ya se ha mencionado, los ángulos de las dife-


rentes coordenadas de movimiento varían (excepto en la protrusión).
Según la regla, cuanto más se avanza hacia la zona de los dientes
anteriores, tanto más agudos serón los ángulos.

98

99
Como ya se ha constatado, es difí está la posición de partida de las
ci \ marcar las coordenadas de mo- cooi denadas de movimiento con
ví miento en las preparacione s , el número 1 .
por ello es necesario volver de vez
en cuando al cli bujo de la figura
197. Como esta gráfica contiene
muchas de las posiciones de pai ti-
da para los movimientos, me lee (figs. 204 y 205). De este modo la
pei mitido marcar les posiciones punta cleí cono ocupa la posición
importantes para los p emolares con ecta e indica la fosa central del
con los números a 5. De este segundo premolar inferior (fig.
modo el lector sabrá siempi e de 206).
que posición en concreto se estñ La punta del cono de la cúspide
hablando. Levantaremos ahora los vestibular del segundo ¡oremolai
conos teniendo en cuenta las cin- suoerior se sitúa más bien centra
co iniciales y sus cooi clenadas cte cla (figs. 207 y 208). Como la
movimiento. va al encuentro de
esta cúspide hay que procu rar
Posición inicial número 1 confeccionar este cono no excesi-
vamente alto (fig. 309).

Empezamos con el encei ado del


Posicioó n inicial núó mero 2
I .u ›¡ i i ‹. Tal y como se puede
observar en ía figura 197, la cúspi-
de mesio-vesti\›ular del pi imer mo La posición cte partida de las coor
lar inferior marca la zona pioximal
denaclas cte movimiento con el nú-
entre el primer molar superior y el
iriero 2 se coloca en la › ‹
segundo premolai superior. Aln í

y marca as í el espacio oro-


101
. 1.
pod
i i i
-
...,

b
psd
dd
históricamente

403
superior visto por
pal atíro

ximal entre el seguis clo exactamente la fosa central del pri-


premolar supei ior y el primer mer premolar inferior (fig. 21 5).
premolar su- perior (figs. 21 0-
212). Por esta ra- zón en el Si bien la cúspide vestibular del
primer premolar superior se primer premolar supei ior se sitúa
mesial›za rin poco In cúspide centrada a causa de la latero-pro-
palatina (figs. 2 J 3 y 214), para trusión (figs. II6 y 2 J 7), no se
dar- le espacio al movimiento de monta demasiado elevada (fig.
me diotr usiÓri del segundo 218).
premolar inferior. Ello tiene
como conse- cuencia que la
punta del cono del primer
premolar s‹ipei ior indica
números 3-5
0a§MÓ3:EB&eTd0 J M de ¿+mÓa+& eH&0&DGO 0J&!aMag0MÚa

desde!|ngual.

409
se na dado nombres a los conos, gual hacia la fosa central (figs. 233
i ecibiendo además los puntos de y 234).
contacto la numeración comenta-
da. En este contexto hay que tener Desde la punta del cono del se-
en cuenta que los puntos de con- gundo premolar superior monta-
,
tacto numerados en el lVlS siempi e mos ahora la cresta mesial de
corresponden a la misma numera- unión, que se convierte en el re-
ción en el M 1. borde auxiliar mesial (fig. 235).

Despues de la cresta mesial de


unión modelamos la distal. Se con-
vierte en el reborde auxiliar distal
(fig. 236). En esta parte reconoce-
mos ahora el púnto de contacto
Empezamos ahora con la confec- número 5. Se encuentra en la pen-
ción de la cúspide palatina del se- diente mesio-palatina, cerca de la
gundo premolar superior. punta del cono (tigs. 237 y 238).
En el maxilar inferior encontramos
de problemas: hacia esta cúspide Por vestibular de la cúspide palati- este punto de contacto en el re-
va la or esta ra- na modelamos, desde la fosa cen- borde auxiliar distal de la cúspide
Ai hacerio se forman también c dá tral en dirección a la punta del co- mesio-lingual del segundo premo-
uno de lot Qdnto de contacto, que no, el reborde triangular sobre el lar, cerca de la fosa central (fig.
ne iniciando un “pequeño creci-
identificaremos con números igual que obtendremos, cerca de la pun- 239)
que en el caso dé lc›s O ¢es. ta del cono, el punto de contacto
En cambio la cúspide lingual del
nLimero 9 (fig. 23:?). Este punto de Por distal de la punta del cono, en
La figura 231 muestra un gráfi contacto se marca, después del la pendiente disto-palatina del se-
extraído del libro técnica› Okklu- movimiento de cierre del articula gundo premolar superior, se en-
de iaterotrusión y de ret dor, en el reborde triangular del
por ello debe ser corté (figs. 228- cuentra el punto de contacto nú-
segundo p remolar inferior mero 6 (figs. 240 y 241 ) .
230).
que
transcurre en dirección disto-lin-
Hemos fijado ya las posiciones del ciáfüe sin dificultad, ah í también
110
fig.£S7. E1punto
d
t
p ii
pdp
Pig,Z4t. E! pun:o
deconlasto
nd meo6se mar
¢aene! ebode
!r!ang ula:de !a
¢4sp!ded!s:o
!!ngua| de|
segundo pemo!
a›inIerig

En el maxilar antagónico se realiza la cresta mesial de unión. Se convierte


marca en el reborde triangular vesti- en el eborde marginal mesio-
bular de la cúspide disto-lingual (fig. proximal, en el oue se encuentra el
242). Este punto de contacto clebería punto de contacto número 1 (figs.
estar situado muy cerca de la punta 243 y 244). En el maxilar inferior,
del cono para mantener lo más coi este punto de con- tacto se evidencia
to posible el trayecto necesario para despuós de cerrar el articulador en la
el movimiento de latero-protrusión. cresta distal de unión del segundo
premolar, cerca de la pun- ta del
Con el instrumento para surcos se cono de la cúspide vestibular (fig.
separan ahora un poco los rebordes 245).
auxiliares y el reborde triangular.
Despues, con el instrumento para Desde la Dunta del cono vestibular
depresiones repasamos un poco la del segundo premolar superior
F!g.Z41. E! pun‹0
de zonlaclo cresta de unión y rebajamos asimis- construi- mos ahora una cresta distal
n ume;o 6en mo las indeseables rebabas que de unión. Se convierte en el reborde
e! m0v!
mien1ode puedan haber surgido al realizar los marginal disto-proximal y aquí
siered N surcos. Despues cte quitar las volvemos a tener un punto de
a !culado vislo virutas de cera con un pincel plano, contacto. Esta vez el nú- mero 2 (figs.
desdepa|a|in0
la cúspi- de ya está acabada. 246 y 247). En el maxilar inferior, el
punto de contacto número 2 lo
La cúspide vestibular del encontramos la cresta mesial de
unión, cerca de la punta del cono de
segundo premolar superior la cúspide vestibular del primer molar
(fig. 248).

Desde la fosa central en dirección a Se completa la cúspide vestibular


la punta del cono se confecciona el con una cresta auxiliar mesial y una
re- borde triangular del cono distal. Empezamos nuestro modela-
vestibular. Desde la punta del cono do en la fosa central y, entre el re-
levantamos la borde triangular y el reborde margi-
Fig.24S. E punlo
de oonlsolo F!g. 246.6! punlo
n4 ze:o s!Ȣoen de so !an10
e!NS: züsp!de nü neo o|›oeen
vesI!bu!a ¢0» e!MS.|a s‹es!a d!
z esíamema! z1a! deun!ón se
de unión coavie !eea e|
y‹ebo:de mag! ‹eDgde mag |
na! meso na| d!sIo- po«!
p0ximal, am ma!. Ahi seen¢
comoe! p › nIo enl a e||›u›:od
de ¢0»1a¢10 e oomaoo
numeol »ü›neo Z

F!g. 247. E!
punIo de ¢onla¢lo
nümeo2ene!
movimienlo de
cknev sodesde
v¢slibu! a

F!g.£4S. E!pUn1o
de «on1ac1o
ü me o 4
se
mar‹aen!a
cúspide
vesl!bu!a
del segu d0
p m m ok Mkño›’
nal mesio-vestibular, montamos la v!stodezde
molar superior y pasamos a trabajar el maxilar inferior.
cresta hacia mesio-vestibular. La 118 pal atí no
cresta auxiliar distal tiene su origen
asimismo en la fosa central, pero
despuós con el mismo transcurso si
gue hacia disto-vestibular. Las eres-
tas auxiliares no deberían estar de-
masiado marcadas, ya que por me- Por distal, partiendo desde la fosa central, creamos el reborde triangular en
sial se ha de tener en cuenta la , dirección a la punta del cono ves- tibular. En este reborde, cerca de la fosa
y por clistal la (vóase fig. 197). central, obtenemos el punto de contacto núimero 9 (figs. 25ª y 255). En el maxilar
superioi, el punto de contacto número 9 se mai ca, en una
Por último se ajusta la cresta con el
instrumento para surcos y depresio-
nes (figs. 249 a 253). Con ello ha
concluido el modelado del segundo
119
F!g. 255. E! pun10
de oonlaslo
nü me o Pen
›’elas!on
an1agóni¢s, vis‹0
por lingual

situación de dentadura e‹ignata, en el triangular, sino que se encuentra en


reborde triangular de la cúspide pala- la cresta mesial de unión (figs. 256),
tina del segunclo premolar superior aunque no resulta problemático.
(vóase al respecto la fig. 231 ). Desde la punta del cono levantamos
Por desgracia los dientes de los ahora la cresta mesial de unión,
paciente no siempre son como
que se convierte en el rel›orde
figuran en los libros de texto. marginal mesial. Por mesial de la
Tampoco habria que forzar a toda p‹inta del co no, precisamente en
costa los puntos de con- tacto. Al la cresta de unión, se muestra el
intentar idealizar la situación de punto de con- tacto número 2 (figs.
contacto puede ocurrir aue nues- tra 257 y 258). En el movimiento de
forma dental se salga un poco de las cierre del articulador vemos las
juntas. En nuestro caso, el punto de huellas de este punto de contacto
contacto número 9 en el segundo pi en el maxilar antagónico, en el i
emolar superior no llega al reborde eborde marginal d› sto Proximal
EJ&eT00naIU±4ep+mÓ e& e&¢0M&&Ó¢0JM aMag0+Na Cap1±0
3

con \ a cuspi de vestibular del primer sial, el cual cierra el premolar ha-
premolar superior (fig. 259). cia mesial (fig. 265).
Por distal cte la punta del cono se si- La cresta distal de unión se con-
túa, en la cresta de unión, el punto de vierte en el reborde auxiliar distal,
contacto número 1 (figs. 260 y 261). en cuyo extremo se encuentra el
Al cerrar el articulador podemos ver punto de contacto núiriero 5 (vóa-
en el maxilar superior el contacto en se al respecto la figura 231 ) . Aqu í
el reborde marginal mesio-proximal por desgracia no conseguimos
de la cúspide vestibular del segundo ningún punto de contacto (fig.
premolar (fig. 262). 266), porque la punta del cono del
Por último se puede completar la antagonista distaliz a demasiado.
cús- pide con una cresta auxiliar Por tanto, prescindimos del punto
mesial y distal y despuós estr de contacto número 5. En un caso
ucturarla un po- co más fina con un de clase l , en el maxilar superior F!g.Z6Z. E1 pun1o
insti umento de modelado (fig. 263). este punto de contacto se marca- de ¢on‹aslo
n ü meol
En este contexto no se pueden ria en la pendiente mesio-palatina se ma
descuidar en modo al- guno la M £ y de la cúspide palatina del segundo ¢aenel
el en la mitad dis- tal. ebodemag!na!
premolar. Al modelar se ha de mesí o-proxi mal
prestar atención a que entre el re- de!a züsp!de
La cúspide mesio- borde auxiliar distal y la punta del
ves:ibul ardel
pun!ode
lingual del segundo cono quede suficiente espacio li-
bre para la
sontas:onimero
‹›uooenelNS
premolar inferior

Partiendo de la fosa central, se


crea el reborde triangular de la
cúspide mesio-lingual (fig. 264).
La cresta mesial de unión se con- S i a continuación confeccionamos el
vierte en el reborde auxiliar me- reborde triangular de la cúspicle dis-
123
to-lingual, inmediatamente recono-
cemos el peligro:
se dii ige precisa-
mente hacia la cúspide.
Por tanto, intentamos situar el punto
de contacto número 6, que ‹debería
encontrarse en este reborde triangu-
lar, tan cerca como sea posil›le en di-
rección a la punta del cono Sólo cte
este modo poclemos i educir el tra-
yecto del movimiento de excursión
(fig. 267). El contacto antagonista se
encuentra en la pendiente disto-pala-
tina de la cúspid D latina del -
continuación se retoca tambión un Para hacer del cono vestibular
poco esta cúspide: al hacerlo, igual
que para el segundo premolar su-
perior, se confecciona ligeramente
más plana la pendiente disto-vesti-
bular de esta cúspide, para darle
suficiente espacio a la mediotru-
sión. En la cúspide palatina no te-
nemos ningún punto de contacto.

La cúspide vestibular del


también una cúspide funcional, volvemos a realizar de nuevo, par- tiendo de la fosa central, un re- borde triangular. Como este rebor- de
triangular no se completa con ci estas auxiliares, se puede hácer de forma algo más dominante (fig. 274). La cresta mesial de uniÓn 127
transcurre aqu í desde la punta del
cono hacia el reborde marginal mesio-proximal. Este reborde mar- ginal delimita el premolar hacia
mesial y apoyn al canino vecino. En el reborde marginal mesio-pro- ximal se encuentra también nues-
desdeves!!bu! a›
e! pun !ode
‹omamo sumero
1e» e!
,nov|mieuIode c!
ere

tro punto de contacto número 1 ginal disto proximal se encuentra gual (fig. 281 ) . La cresta distal de
(figs. 275 y 276). En el maxilar in- normalmente el punto de contacto unión se convierte, empezando en
ferior, este punto de contacto se nLimero 2. No es nuiestro caso, ya la punta del cono, en el reborde
marca por distal de la punta clel que la cúispide vest ibular del marginal disto-proximal. En esta
se-
cono, en la cresta distal de unión guido premolar clel maxi lar inferior En el cono vestibular del primer cresta de unión obtenemos el últi-
de la cúspide vestibular del primer está demasiado orientada hacia premolai inferior se modela un re mo punto de contacto del premo-
premolar (fig. 277). distal (fig. 278). Aqu í, al retocar la borde triangular que, partiendo lar, el número 1 . Se encuentra ca-
F'ara encontrar el segundo punto cúispide , tambien tenemos que por distal de la fosa central, si e n la punta del cono (figs. 282 y
de contacto de nuestro pi imer pre- prestar atención a la confección li- transcurre en dirección a la punta 283). En el maxilar superior el pun-
molar superior, confeccionamos la geramente plana de la pendiente del cono (fig. 280). La cresta to de contacto número 1 se marca
cresta distal de unión partiendo de disto-palatina, para dejar vía libre mesial de unión se convierte en en el reborde marginal mesio- pro-
la punta del cono, que se convier- a la (fig. : 79). el rebo de marginal ximal de la cúispide vestibular del
te en el reborde marginal disto Hacia mesial debe haber suficien- mesio-proximal. Éste p r i me r premolai (fig. 284).
proximal que clelimita el premolar te concavidad para no perjudicar ocupa un espacio en el que podri-
hacia distal. En este reborde mai - la amos haber situado la cúspide lin-
130
...‹/ ”.

La cúspide lingual del


primer premolar 132

inferior

El cono lingual del primer premolar


inferior obtiene un reborde triangu-
lar, que cierra el diente hacia me-
sial. Por distal de la punta del cono
levantamos la cresta distal de
unión, que se convierte en el re-
borde auxiliar distal y que delimita
al premolar hacia distal (fig. 285).

La cúspide lingual se configura de


forma claramente más baja para
que no colisione con la laterotru-
sión y con la zona limítrofe de la
retrusión. Por último se alisa un
poco el modelado y ya están aca-
bados en cera los cuatro premola-
res (figs. 286 y 291 ).

Los segundas molares


superiores e inferiores

Para completar nuestros cuadran-


tes contrapuestos se han de mode-
lar también los segundos molares
s s dien- tes tienen una estructura
u similar a los primeros molares. Al
p mismo tiempo presentan también
e una su- cesión prácticamente
r idéntica de puntos de contacto. Por
i esta razón no tendría sentido volver
o a repetir todo el procedimiento del
r modelado d¢› los mola S. Tan sólo
e se debe destacar que en una
s situación de clase l falta el punto de
contacto nú- mero 8, ya que en
e este ámbito el segundo molar no
tienen ningún contacto antagonista.
i A no ser que exista todavía un
n cordal. En ese ca- so, el punto de
f contacto número 8 se encontraría
e en el reborde margi- nal de la
r cúspide mesio-vestibular. En el caso
i de nuestro paciente, por desgracia,
o la distribución de los puntos de
r contacto es algo diferen- te. Tal y
e como ya se ha mencionado, nos
s hemos de adaptar a la situa- ción.
. Como se puede reconocer en las
figuras 292-297, no ha sido po-
E sible conseguir el número máximo
s de puntos de contacto.
t Lo importante es que tampoco los
o segundos molares colisionen en los
E& eG40 &M+ depeTÓaT&&n ¢0&MM0 & e|aMagOM&D 0«p1±0 3
di spositivos.
d
p
d
mensual es

de agua con lavavajillas. No hace


movimientos excursivos, es decir, falta nada más. El que no estó dis-
que los movimientos transcurran puesto a hacerlo, debei ía mirar ba-
ai n pi oblemas en el sentido de jo el microscopio sus modelados
las coordenadas de movimiento antes y despuós de limpiarlos. Se
oclu- sales. Y este es el caso de quedará pasmado Todas|as
nuestro modelado, tal y como partf- cuas de cera que a
muestran las figui as 298 y 299. modea‹ se han iwoducdoen|
ossucos ore- an zonas prow|
Algunas observaciones emátcas en |a es- tructura
finales oo|ada, precisamente en
casodeno|mpa |assupefces
ocusa|es.
S|empe se vueve a pantea
Si se ha acabado el modelado, se |a pceQjnta por e detado
limpia la superficie masticator ia pocque para fines formativos
con el pincel plano y con un poco hemos ence-
iado casi un dentado ideal. En la oct usales nos muestran dónde
práctica, este tipo de de ntados pueden surgir posibles puntos de
constituyen más bJen la excepción. colisión. Eso es todo
Sin embargo, el dentado no modifi- S i una situación especial requii
ca absolutamente nada en el plan- ie- se que, por ejemplo, la
teamiento global de la tecnica na laterotru sión transcui ra a travós
tu ral de encerado y siempre rige de la pun- ta del cono de la
la misma regla básica: la cúspide cúspide disto-ves- tibular en el
de compresiÓn sirve como la punta maxilar superior, es fá- cii de
de bolígrafo al marcar la imaginar la solución: sencilla-
referencia oclusal, es decir, la mente, las cúspides han de ser lo
posición hacia la que indica la suficientemente cortas para facili-
cúspide de com- presión es el tar en la medida de lo posii›le este
punto de partida para las movimiento de excursión. En estos
coordenadas de movimiento. casos la naturaleza acortaria las
Y las coordenadas de movimiento cúspides mediante abrasión.
S en cada tral›ajo se tienen en Thomas Oppenl›erg, Dr. J. Seh roe-
cuenta desde el principio las senci- der, Dr. C. Flaef n, maestro protósi-
llas ieglas de la técnica de encera- co W. Altmann, S. Gollnick y natu-
do natui al se disfrutaré mucho ralmente a mi maestro y socio
mús, se aclquirirá mayor seguridad Diete r Scl rilz. Muchas gracias
y se experimentará una sensación tambión a mi amigo y colega Ralf
nariy agi adable al terminar el traba Suckert. He contado con su mejor
jo (figs. 300 y 301 ) . apoyo y asesoramiento como edi
tor y pei iodista técnico durante la
Agradecimientos producción de este libro. Un espe-
cial agradecimiento tambien a mi
mujer Kai in, que me ha apoyado
Mi agradecimiento por el apoyo re- desintei esadamente en toclas mis
cibirlo durante la composición de actividades. ¡ Muchas gracias!
esta obra al Di . E. Gnüdig, Di
.
K2 exacf Cc a de modc!a

Esta serie de libros técnicos está


dedicada al maestro protésico dental el
Sr. /fans /f. Caesar.
Su aportación a la formación del oficio de protésico dental
ha sido excepcional. Desde hace años sus colegas cuentan
en sr/ vida pro /es /o /›a/ con la compañía de s‹/s /ióros
técnicos, de
ür //ame didáctica y excelente i/usfración. Su oüra representa ron
/ncen //”vo para los colegas con ambición period/sfica y técnica.

El editor.
Su principio de acción radica en el uso de zonas retentivas
(leales vestibulares, ubicadas más cercanas a las caras praximales
de los dientes (mesial o distal). Son, por lo tanto, opuestos en sus
86~cipios a los retenedores circunferencia les.
Roach describe variaciones, denominándolos según la forma
~.Je adopta el brazo y su conexión. Los retenedores adoptan formas
:e letras y, básicamente, se agrupan en la palabra TULlCS.(Fig. 58).

T: Puede usarse en cualquier diente, preferentemente dientes


anteroinferiores y premolares superiores o inferiores.
Puede alojarse totalmente bajo el ecuador o sólo una de
las ramas de la T.
U: Es más rígído. Se indica en premolares y molares inferiores.
L: Similar al anterior, pero con una sola rama vertical.
Es más elástico. Menos visible. Contraindicado en
prótesis unilateral.
1: Indicado en caras distovestibulares de caninos y
premolares superiores por su escasa visibilidad. Resulta
ser más rígido por su pequeña dimensión.
C: Por su forma permite ser ubicado en retenciones
Estudio de los retenedores más usados

1. Colados:

1. Retenedor de abrazadera 2,3,4,5,6,7,8,9,1°:

Se conoce también como retenedor de Ackers, retenedor en E o


retenedor circunferencial simple.

.
Es un retenedor circunferencial (Fig.41), que consta de:

.
Brazo de retención.
t

.
Brazo de contención.
Apoyo oclusal.

. Conexión.

a. Brazo de retención:
La parte activa del brazo de retención debe ubicarse en aquella
zona retentiva ideal del diente pilar, obtenida a través del análisis
del eje de inserción protésico y del ecuador protésico, análisis de
modelos y uso del paralelógrafo (roseta s)
El brazo de retención debe recorrer toda la cara dentaria que
se utilizará, en busca del punto ideal de retención.
La punta del retenedor o brazo activo, debe apuntar hacia
oclusal del diente. (Fig. 42)
Calibración: 0,010 - 0,Q20 pulgadas (0,25 - 0,50 mm.)
Su principio de acción radica en el uso de zonas retentivas
ideales, ubicadas en las caras vestibulares o linguales de las
dientes
pilares.
i
Este retenedor actúa por prehensión (tensión, exactamente).
Es un retenedor concebido como un retenedor colado.
Indicación
. Se indica sólo en prótesis dentosoportadas, ya que este
retenedoractuaria como "palanca de 1ra Clase", en los
casos de extremos libres. Contraindicación: en extremos
libres actúa negativamente en el diente pilar.
(Complementar con retenedor de acción posterior).

b. Contención:

Se opone a la acción del brazo de retención, un brazo llamado de


contención, que se caracteriza por ser rígida y por trabajar
en forma recípraca con el primero, de modo que las
fuerzas transversas originadas por la retención, sean neutralizadas
por la contención.
Para conseguir este trabajo reciproco, debemos analizar la
anatomia del diente pilar y modificar y preparar la cara del diente
donde irá la cont~nción.
La contención se ubica, por lo tanto, sobre el ecuador
protésico en una superficie dentaria preparada, donde se desplazará
en forma paralela a ella. (Fig. 43).
c. Apoyo oclusal:

El apoyo oclusal se ubicará por mesial o distal del diente pilar,


dependiendo de la topografía La conexión del apoyo oclusal debe
ser rígida.
Este retenedor cumple con las siguientes funciones:

. Retención

. Apoyo

.
.
Guia
Estabilízación

Por lo que cumple con la inserción y desinserción atraumátíca


sobre el díente pilar.
Por su forma en E, es uno de los retenedores colados que
mejor se adapta a las propiedades físicas de las aleaciones de cromo-
cobalto (Fig. 44).

2. Retenedor de acción posterior 4,5,6,7,9,11,12:

Conocido también como retenedor de Nally - Martinet.


Recomendado por Nally (Retenedores del Sistema Ney, 1968.) Es un
retenedor circunferencia!.
Kratochvil, F. J, el año 1963, tras un trabajo de investigación
teórica, propone para la solucíón del extremo líbre, en prótesis
parciales, entre otras cosas, la ubicación del apoyo oclusal, por
mesial del diente pilar.
Según Kratochvil, esta posición por mesial, del apoyo oclusal,
en relación con el retenedor, transforma el sistema mecánico de
multiplicación de fuerzas en una "palanca de 2a clase". De esta
forma, cuando la silla protésica se "hunda", por las fuerzas que
actúan sobre ella, el brazo retentivo se moverá hacia abajo y
adelante.
Así se evita la acción de "destapador de botella", que realiza un brazo
retentivo situado anteriormente al eje de rotación. Es el caso del apoyo
ubicado por distal del diente pilar; palanca de 1ra clase.
Usando esta base teórica, los suizos Nally y Martinet'
desarrollaron su idea del complejo retentivo de acción posterior.
Este complejo se caracteri~a porque el apoyo oclusal va
ubicado por mesial del diente pilar, originándose en este punto
lingual del diente pilar, el brazo de contención, que avanza hasta
su cara distal, recorriéndola, avanzando luego hacia mesial
nuevamente, pero ahora por la cara vestibular del diente pilar,
transformándose en el brazo de retención.
Por lingual, en la zona del apoyo oclusal, nace también un
conectar menor hacia el conectar mayor. (Fig. 45-46-47).
Calibración: 0,Q10
0,020 pulgadas (0,25 mm.)
-
Este complejo retentivo de acción proximal consta de un apoyo
mesial que se prolonga como uñeta, originándose por lingual, un
brazo de contención que llega hasta distal del diente pilar, terminando
en un brazo retentivo, emplazado sólo en esta cara. No aparece, por
tanto, este retenedor por vestibular del diente pilar. (Fig. 48).

Indicación:
. En caso 1, II y III de Kennedy, mandibulares, usando
premolares o caninos.
. En caso I y II en maxila, usando sólo premolares.

4. Retenedor en anillo 4,6,7,9:

Se conoce también como retenedor anular.


Es un retenedor circunferencial o de abrazadera. A decir
verdad, es una variación del retenedor circunferencial simple.
Calibración: 0,D20 - 0,D30 pulgadas (0,50 mm.)
Comienza del cuerpo del retenedor, sobre el ecuador protésico
utilizable del diente, recorriendo a este nivel las 3/4 partes del
contorno del diente pilar [toda esta parte es rigida), para convertirse,
en su 1/4 final, en estructura elástica bajo el ecuador protésico,
brazo de retención.
Puede llevar un apoyo oclusal mesial, o apoyo por mesial y
distal del diente pilar. A veces estos apoyos pueden ir unidos. [Figs.
49-50).

.
Indicación:
Preferentemente en molares posteriores aislados que
presentan la zona retentiva ideal, cercana a la silla
protésica.(Fig. 51).
. Utiliza caras vestibulares o palatinas (linguales].

Contraindicaciones
. Existencia de zonas retentivas mayores.
. En mordidas muy cerradas, pueden originarse
contactos prematu ros.

.
Vent ajas.

Permite buen soporte y estabilidad. sobre todo cuando


lleva apoyos oclusales mesial y dista!.

Desventajas:

..
. Fácil deformación.
Poca rigidez.
Mayor porcentaje de fracturas.

Todo esto cuando sólo lleva el apoyo mesial. Se evitan estos


problemas agregando un apoyo más por dista!.

5. Retenedor en e 4.7.8.9,14:

Se conoce tambien como retenedor de pinza, retenedor


horquilla a retenedor en anzuelo. (Fig. 52).
Es un retenedor de abrazadera, colado.
Se utiliza cuando la zona de retención más ideal del dien:e
está situada al lado de la brecha (más cercana al cuerpo de
retenedor y a la silla protesica). (Fig. 53).

Calibración:
0,010 - 0,020 pulgadas (0.25 - 0,50 mm.).
Indicación:
.Fundamentalmente en molares inferiores.
. A veces en molares superiores.
. Corona clínica larga, para permitir la ubicación de
ambos brazos.

Contraindicaciones:
. En maxila puede resultar antiestético.
. En dientes anteriores.

.
Ventajas:
Aprovechar zonas retentivas vecinas a la brecha.

..
Des ventajas
Cubre gran superficie dentaria.
Retención alimenticia.

6. Retenedor de Bonwill 4,6,7,9,14;

Se conoce también como retenedor doble de Acker o retenedor


de tronera. Es un retenedor colado. (Fig.54)
Vendria a ser como la unión de dos retenedores
circunferencia les simples, por la zona de los apoyos oclusales.
Requiere de un conectar menor para unirse al conectar mayor.
(Figs.55
- 56).
Calibración: varía de una situación a otra, dado el uso de
dos dientes vecinos, que pueden ser premolares o molares, superiores
o inferiores.
..
Indicación:
En caso de edentación unilateral.
En caso de grandes brechas anteriores.
(Fig. 57).

Contra ind iea cion es:

.. Dientes periodontalmente disminuidos.


Falta de espacio entre los dos dientes pilares.

..
Ventajas:
Entrega buen soporte y estabilidad.
Distribuye el soporte a más de un diente.

..
Desventajas:
Retención excesiva.
Requiere preparación dentaria rigurosa, que permita
la ubicación de los apoyos oclusales y del elemento de
unión, conector menor, con un grosor adecuado y
sin que interfieran con la oclusión.

7. Retenedor de Roach 4,6,9,14,15;

Es un retenedor ideado por Roach, como un retenedor Colado.


Es un tipo de retenedor de barra o de punto de contacto, por lo
que sus brazos toman contacto, parcialmente, con la superficie dentaria.
Estos retenedores se diferencian de los circunferenciales,
porque abordan la zona retentiva ideal del diente pilar, desde gingival.
Es un retenedor en el cual el brazo de retención se halla
separado de brazo de contención. Además, según Roach, deben ir
siempre acompañados de un apoyo oclusal.
La porción activa de retenedor está unida a la silla protésica
por una conexión larga, que evita el contacto con la mucosa o el
diente. En la confección, el laboratorio la alivia.
La silla protésica anterior debe diseña rse, evitando el asomo dcl
/rr e/o/ hacia vestiüu/or, principa mente en pacientes de la bio
corto, pa ra evita r cl efecto anticsteti co de la transparencia du
meta 1.
Los dientes or /i ficio/es en esta zona deben ser de ojuste, si
cl rcbord¢ Ió Défmite, por lograr así una mayor naturalidad
Además, estos dientes artificiales, según el antagon ista,
deben protegerse. Ante un antagonista natural, debemos
considerar en cl diseño dc la silla protésica, rieles de protección
a sochapas po/otnos. ( f-ig. 129)

5. Área o superficie de a poyo:


proxima les muy ocultas.
S: LJ b ica d o e n zo na s d c en día s muy r c tra idas, ca ra s
m uy convexas o con crosioncs muy marcadas.

Ca libración
0,010 - 0,020 pulgadas ( 0,25 0,50 mm.)

Con tra i ndicaciones :


• Grandes zonas retcntivas a nivel d¢l tejido blando,
vecino a di¢nt¢ Dilü f.
• Paciente Labio corto.

Ventajas
• L!bc ra a l diente pila r ante Fuerzas lntrusivas a olicadas
en la Silla dcl Extremo Libre.
• Buena Retención inicia l, a un en pila res con zonas
de retención dcs“avorab us.
• Perm ite a Drovechar zonas poco r ctcntivas y accesibles.
• Rcü ucc la su pc rficie dc contacto con cl diente.

• Menor estabilidad.
• Di‘icultadcs estáticas.
• Em oacam” ento a l imenticio.
• !rr'tación dc la Mucosa labial.
Fg 62

Fg 61

8. Retenedores de Ney 9 6

‘ley 1. M. Co. diseñó un g rupo dc retenedores, conocidos como cl


5”eterna Ncy, que corresponde n a i etc nedo res circ unferc n cia us,
.o lados, concebidos ‘unda mentalmente oara bases metálicas en oro.
tdD
• .
• D n .

Son seis t'pos dc retenedores, o ue Ney denominó como:


[Fig. 63)
• R c tcn¢dor No 1.

#@BMB S›4aPmk»ia • R ctenc dor ¢om binación N• 1 y 2.


• R ctenc dor dc acción dista 1.
Fig 63 • R ctcnc dor dc acción dista l i nvc rtido.
• R ctcnedor dc an! l lo.

a. Retenedor Tipo 1 de Ney :

0,020 ou lgadas.

Ind”cac”ón
• En casos dc brechas.
b. Retenedor Tipo 2 de Ney:

Se i r oó ca c ú a n oó o el ecuador protésico, cerca no o !a silla,


se encuentra proó ximo n lú coro oc!usal, asi, et bom bro dei ieten
eoó or

0,020 úü ú gadas.

indicación :
• En casos dc cx|cio b c

c. Retenedor de Ney, com binacioó n Nº I y Nº 2 :

5 c i n d i ca c n d i c n tes i n c l i n a d o s o ro ta d os, c n os c ú a
es en contra remos ccúadores d”sti ntos entre vcst i bú la r y Da latin
o.

d. . Retenedor de Ney en anillo:

Ca l ibración:
0,020 - 0,030 pulgadas.
Prótesis flemovib le l'arcia l
Sec a e ací a p ra nica y Ió 9 ica pa ra s e d í se n o

9. Retenedor D.P. 1 7 8 9 t7

Es u n rc tc n edor descrito por cl doctor Arth ur 1. Kro cl a ño 1973.


Se encuentra en la literatura con otras denomina ciones:

• R.P. l.
• R. P. A. (corrcsoondc a una modificación dcl D.P. I)
Seg ún Krol, ¢1 r ctenedor D.P.l. consta dc las sig uientc s pa rtes:

API R.P.
D: Descanso ocusa

a. Descanso oct usal :


Figs. 68 69

La idea es proporcionar suficiente metal, para logra r que


cl a poyo oct usal fu ncionc si n d€forma ne o fractura rse.
Lstc descanso oct usa l debe rá ser có ncavo y pul idó, D6
ra permití r cierta rotación ócl a Doyo oct usal, cuando la silla owl
extremo
l ibrc oa]c por las “ucrzas oclusa les.

b. Placa proximal :

Esta placa proximal, ubicada por d ista l dcl diente pilar, no uicr c
dc la prc pa ración de u n plano g u a, u b”cado iüca mente a n
ivel on tercio oct usal. (ug. 68).
Deberá, ao c más, extenderse hacia l ” ng ua l, lo suf” cientc
para que esta placa proxi ma l, junto a l conector menor mesia l,
impidan la mig ración ingual del diente. (Fig. 69).
El grosor dc la placa proxima l, deberá ser dé ü Dfóximaoa mut¢
1 mm., con una a ltura promedio dc 2 a 3 mm. y un irse a la si¡la
¢n á ng u lo recto.
En la unión con la sil la, la placa proxi ma l d¢berá a l iv¡a rse
oaca no cn cac en con(atto con a cncia ytambicn debc‹a queda
Fig. 70

c. Barra en I:

Se origina de la silla protés!ca, a lejada a lo menos 3 mm.


dc la ancia libre del diente pila r.
Debe relacionarse con cl diente en una supc rf!c”c de
contacto oe 2 mm. dc contacto, en relación con la línea media o
nacía mesia l, nunca hacia distal d¢ él. (Fig. 70).

Indicac 'ón
• En dientes pila res vecinos a extremo libre.

Co ntraino icacioncs :
• Diente pilar inclinado hacia Ting ual.
• lnsu'icic ntc profu ndidad vcstibu!a r ouc impida ubica
r c l retc n cdo r en l, a p rud en te d ista nc ” a d c l a c n
cia marg’na 1.

Ventajas :
• Al aplicar fuerzas intrusivas en la silla protésica dcl
c xtr c mo lio re, la p l a ca p roxima l y cl r etc n c dor
c n l, descienden, alejándose du Ecuador protésico y
liberando al diente de la y Quizas de torsión.
Funciones del laboratorista dental con el
paralelógrafo

ºu nciones del clínico con el paralelóg rafo

± .Selección del eje de inserción protésico:

s Drobabi e del eje de insercioó n proteó sico.


£1 seg ú noó o naso consiste en colocar este modelo primario
.-.- bre !a base rnoó vi! del paro!e!oó giaíóo, de acuerdo con el eje de
-›-ercioó n protésico escogido medíonte la observación del modelo Probables Ejes de Inserción Protésico
-'jarlo a esta bese, con el tornillo respectivo.
Es íó m porta nte record a r qúe et retenedor fi. P. A,
corresponde a uno modificación de! D.P. /. Se ca mbia el reten edor
en l, por ú n brazo ci rcú nferer cia l de Ackers.

10. Retenedor Eqúipoise

L- s un retc nedor a pa rentemente ”deado por Roach


(1930), cuyos conceptos fue ron poste riorm ente maneja dos y
modificados por otros europeos y norteamericanos, lo que hoy
nos permite encontrar retenedores si mila res con disti ntos
nombres.
Tal es cl caso del Retcncdor de Acción Posterior y el dc Ac-
ción Proxima l, ya presentados. El Equioo isc como concepto, busca
uti l iza r la ca ra pa lati na o l ingua l dcl di¢nt¢ pilar, colocando a ll í
un elemento de a poyo más la conte nción y l a retención por la
cara disto vestibu la r.
No existe por lo tanto, n i ngún brazo vestibu lar que
pueda a ltc rar la estética. En ocasiones se l fama como R¢tenedor
Equipoisc, equivocadamente, a u n retenedor también conocido como
Rctenc dor en X. (Fig. 71]. Est¢ r¢t¢nedor en X necesita dc u n
sistema intracoro- nario. El apoyo oct usal es dc mayor grosor,
ubicándose en u na pre- pa ración ti po macho - hembra, existente
¢n u na corona artificial.
Indicación:
• El Equipois¢ en caninos y premolares, en casos
clínicos Clase I y ll de Kennedy

El retencdor en X, nosotros lo ind ica mos en brechas ya que segú


n los ú ltimos estud ios del com porta miento d¢ la prótesis en cl
ex- tremo l ibre, nos seña la rían a inconvenicncia d c nte rctc
ncdor en Clase l y l l de Kennedy, dada la extrema rig idez dc este
retenc dor (Kra tochv”l, Caputo, Thomson).

En este último caso queda más cla ro el texto explicativo.

11. Retenedor estético elá stico

Llamamos asi a un retenedor cuya parte activa se ubica en la


cara distal dcl diente pilar. Se destaca esta parte activa del
retenc dor porque no se asoma a la ca ra vestibul a r, lo que
resulta enormemente

La parte activa del retencdor se une a la s” lla protésico o a


Figs. 7273
algún otro elemento mecánico, como podria ser la cinta palatina, a
través de un largo brazo, lo que le da la elasticidad necesaria. (Fig.
72).
La pa rte activa del retcnedor debe pasar bajo la conexión
del a poyo oct usa l a la silla protesica. (Fig. 73).
La intención es utiliza r la porción o istovestibu l a r de ca
ninos y premo la res su pc riorcs.
Requ iere dcl punto de conta cto entre el latera l y canino pa
ra esta bilizar a este último diente.
Este sería un diseño pa ra caso de brecha:
En el caso de utilizar este rctcnc dor estático, en un
paciente dc extremo libre, d ebe diseña rse por mesia l dcl diente
pilar, a Igún elemento mccá nico que impida la dista lización
Fig. 74
protésica y la con— sig uiente pérdida de fu nción del retenedor.
(Fig. 74).
Vista vestibular de retenedor en E
Ca libración
• 0,0 7 0 Du lgadas.
II. Labrados "

I Retenedor circunferenCial Iábrado:

2. Retenedor de Roach labrado:


Cone» on

3. Retenedor en anillo, labrado: fFip. 8 Jj.

4. Retenedor en C:
5. Retenedor de Jackson :

Es un retenedor labrado, dc tioo circunferenc”al.


5 e i nd i c a má s c n l os primeras molares supe riores
o inferiores con Dr csc ncia dcl 2º Dr cmol a r y dcl 2° mola r, cspcc
” a l mente en las p r ótcsis dc cxtrc mo libre u nilaura l, o en las
protcsis que r cc molazan sólo dientes antc r ” orc s.
Se construye en un a la mbrc único que aprovecha las zonas
rctentivas mcsia y dista 1. (F g. 83).

III. Colado y labrado 789

1.Retenedor combinado:
u
tirano Criterio inicial ’

Ejemplos de diseño
para maxilares superiores
parcialmente desdentados

Primer caso clínico

nicia remos el diseño de caso cl íni¢o, ana tirando cl númc ro, cl


:” po, la ca lidad y la u bica ci ón dc los dientes rcsid ua les ; ta mbién
» na liza remos cl número, la extensión y la u dc brechas y dc
extremos l íó bres, io úe nos pero itíó ra c/nsíófíócnr el caso, conocer su
topogro íía / decidir su vio de cargo.

1. Clasificación:

2. Topografía :

3. Vía de carga :
un caso dc brecha la idea es distribu ir las fuerzas a los dientes Fig. 84
×ancntes, como si “ucsc una Prótesis Fija
E“cctuado el aná l isis anturio r esta mos en cond i ciones
d c d” sc ña r las si! las protésicas, que presentan ca racterísticas
disti ntas, seg ún sean dc brechas o dc extremos libres.

4. Sillas protésicas:
La si lla protesica está conformada oor una oorc ón mctá Ica y otra

no ma/or ol de los dientes que la limitan.

Fig. 85

L n c l d i sc ño ta mbien co nsid cra r ¢ mos p rotc g c r l a


en cia ma rgina l dc los dientes que tim itan Ta br¢cha, turm i
nando la silla rrdondrada y sin abar¢arl a ; es más, nos aleja remos
dc cl la, dc modo que en esta zona sólo exista la conexión entre
el a poyo y la sil la. La sil la protésica mctá ica dcb¢ presenta r a
lgún s eterna dc retención
o iii
ppd

v Apoo« Odu»de» .. m‹ad‹apoo

Fig. 8687

7. Elementos de anclaje con fU nCión de


apoyo:

A«cho — 15 mm p omcd!o

Además, nt¢ descanso owl usa l debe con‘ccciona ru dc


mooc que la ¢oncxió n vc rtica l y la ra ma horizonta “ormc n u n á
ng u.' c inferior a los 90°, logrando oxiolizor los fuerzas (Fig. 89].
En ocasiones, nos Podemos en contra r con Taninos su oc r ” orcs

• Taninos con antagonista natura l y oct usión muy


cerrada: Esto se com Dlica más c uan d o c canin o no
p r csc n ta, anatóm ica mente, un cí ngu o que Dcrmita
tal la r un buen

”¿ 90

decir, se a u manta su ancho, dism inuyc noo cl g rosor. (Fig. 90).


U na vez diseñados los a poyos oct usa les, debemos ana l!za r
la posibilioad dc orig inar cinc mática protesica, Da ra así continua r
un diseño que la contra rreste.

8. Cinemática - ejes de giro:


En este caso clínico, que presenta u na brecha la tcra l, si distribui
mos bien los a poyos oct usa les, log rando un á rea dc apoyo
cuadrang u la r, no debiera surg” r un eje dc giro Drotésico. Sólo
debiéramos encontre r
/ /neos de opoyo o l/neos dc ‹/nión de opoyos. (Fig. 91).

Línea de apoyo:

Eje de giro:
Línea dc u nión imag ina na dc los elementos dc anclaje con fu
ncion dc a Doyo, en to mo a la eua la Prótesis rota, y que se Probable Eje de giro
presenta cuando sobre cl la actúan ca rgas vcrtica es.
Fig. Q2
En este caso ci nico que esta mos a na l iza nó o, las líneas
de opo/o se tronsíormorón en ejes de giro, (Fíó 9. 92} c úanoó o:
a. Los dientes a rti“icia les, ubicados en a b ncha, o
ued en demasiado vcstibu la r”zados en ref ación a la l inea
dc a poyo.
b. Los d ic ntcs a r tificia es o ued en en coma cto pre ma
tu ro en rela ción con sus antagonistas.
c. Los apoyos oct usaic s u otros elementos m¢cá nicos o ucdc
n
en contacto p rcmaturo.

9. Elementos de a I3 Claje con función de


retención:

Esuador pro:ésizo
a. Circunferencia l simple o de Ackers:

Si cl la bio oct paciente es corto, no resulta muy estético.

b. Roach :

La zona rctcntiva idea l deberá estar por vcstibu omcsia c


idealmente por vcstibulodistal, zona que ocrm ite logra r mejor
estética. (Fig. 94). El ou nto ideal dc retención debe esta r en un
socavado dc 0,25 mm.
Esto im plica la existencia dc una corona en cl diente 1 . (diente
2.3) Su pr”ncipa l ventaja ntaria en que este retenedor usa, como
zona idea l dc retención, la cara distal dcl ca nino, si n aparecer
por vcstibu la r.

d. Estético elástico:

En cl diente 6 ( J .3) o cl diente 5 (1.4), es más com plicado


c l cg i r un rctc ncdor.

a. Circunferencial simple:

Deberemos tener una zona rctentiva ideal por vcstibu lomesia oct
canino y con un socavado dc 0,25 m m.
Este retenedor se conectará al conector mayor a traves dc
un conector menor. (Fig. 96 - 97).

“ ”

.›.

Fig. 9697
b. La otra alternativa :

Relenedo deAckeis
Conec o menor

a. Circunferencial simple:

Fig. 99

b . Bonwil :

-. l , . . .
a Circunferencial simple:

Éste se orienta r ' a hacia distal. (Fig. 100).


R c o uc rirá dc u n socava do d c 0, 2 5 0,50 m m., ub ica d o oo r
Fig. 100
vc stibu odista 1.
b. En anillo:

Al diseña r rctcn¢d o res, debemos pensa r inmediata mente, en las


co ntenc”o nes.

10. Elementos de anclaje con función de


contención:

Fig. 702

1 1. Conectores mayores:

• Cinta palati na. • Conector singular.


• Barra palatina. • Conector placoide.
Fig. J 03 104

a. Cinta palatina:
b. Barra palatna:

existencia de este obstáculo.


Se reduce, eso sí, la cantidao dc mucosa cubierta.

c. Conector cing ular:


Sería cl caso de un torus palati no exagerado.
Pa ra inoó ica r el tonector ci kg nta r necesita nos ne
coronas clinicos largas, pa ra 1o9 ra r ú ca sú Derficie metaó lica con
ú ú a ú cho

Por cervica , este conector oebe ceii irse o la onotomío de


los dientes. (Fi9. 08).
Ta rn bi eó n deben os onalizar el antagon isla existente. 5 i es
a milicia l es más manejable ¢1 grosor de este conector.
Si cl antagon” sta es natura l, debe mos observa r cl
espacio existente entre los dientes superiores e inf¢rioreS.
En mordidas muy cerradas será imoosiblc su uso.
El borde incisal del conector cing u lar debe quedar en
® relación con cl cingul o dc los dientes anteriores, pudiendo, en
É ocasiones, cubrir hasta cl |3 incisa l

d . Conector placoide, en media lúna o en herradúra:


12. Conectores menores:

.- ³) y or c canino (d!cntc 6), con c concc(oc mayoc (Fg ) 1O]


Segundo caso clínco

1. Clasificación :

2. Topografía :

y con bucna supecfici adicu|ac {Fq l l ))

3. Vía de carga :
Dentoso oo rte.

4. Sillas:
Sil as protésicas o c brecha, diseñadas como ¢ n ¢1 Drimc r caso
cl inico. (Fig. j.

D i se ñ a d a s as si l a s p rotés ica s, d c bc m os a n a l i za r l a ub 1
ca ci ó n, p rin ci pa muntc, de los a poyos oct usa les y de sus co
nexiones r íg idas a los die ntes pi l a res, com o en tod o caso cl í n ico
d c brech as, l o que nos permitirá obtener el á rea dc apoyo y la cinc
mática más favorable, para la estabilidad requcr” da.

5. Área o superficie de apoyo:


6. Área de anclaje:

Los aumentos de anclaje, se distribu irá n en los dientes pila res,


dc modo de log rar un á na cuad rang u la r.
Esta no sicm ore es coincidente con cl á rea dc a poyo.

7. Elementos de anclaje con función de


apoyo:

ADoyos Oct usa les dis tribu idos como pa ra log ra r cl a na dc a poyo
cuad rang u la r. ( hig. 4]
Tercer caso clínico

1. Clasificación:

2. Topografía:

3. Vía de carga:

4. Sillas protésicas:
5. Área o superficie de apoyo :

Esta á rea la log ra remos distribuycndo los a ooyos oct usa les u otros
c Cementos mccá nicos que ¢u mplan igua l fu n¢ión. (El g. 121 ).
Debemos obtener un área ouc nos asegure una mayor estabilidad. (Eig.
122].

6. Área o superficie de anclaje:


7. Elementos de anclaje con fu nCión d e
apoyo:

Apoyo Oct usa 1.

8. Cinemática - ejes de giro:

Línea de apoyo:

Linea imag inaria que une dos o más cl cmc ntos dc anc’ a
.
con fu nción de a poyo.

Eje de
giro:

Estas ncas dc a poyo se transforma rán en ejes dc gi ro


protes› c. cuando os dientes art”°ic al es queden dc mas”ado
vcst!bu larizad c.
D p ’

9. Elementos de anclaje con función de


retención :

10. Elementos de a Fl Claje con funCión


de
contención:

Fig. t 24

En la misma idea, prepararemos la cara distal dcl diente


2 (2.4), og rando u na conexión entre cl a poyo y la silla, también
más ac i ntada.
E n e l d c n te 5 (d ic nte 1 .4), d ise ñ a re mos u n
ntencd o r circu n‘cr cncia l sim plc orientado de dista a mcsia 1.
En cl diente 9 (diente 2. J ), diseña remos un retenedor
estático Tg 126
en "E", si la anatom ía lo permite; s” no es así, o uedará sin retenedor.
11. Conectores mayores: IFi/. 1 27j

Fig. J 27

Cuarto caso clínico

1. Clasificación:

2. Topografía:

3. Vía de carga :

üc nta ria (De ntoso Do f tc ].

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